Analisis El Alma de La Toga
Analisis El Alma de La Toga
Analisis El Alma de La Toga
Realizado por:
Leira Noguera Vega
V-9.363.719
D540120103- Práctica I
PROFESOR: Hilda Bohorquez
4to. Trimestre Sección B
LA FUERZA INTERIOR. A mi parecer, es muy acertado lo que quiere decir el autor cuando,
valga la redundancia, nos dice que en nosotros mismos hay una fuerza, que no hallaremos en
ningún otro lugar. Es esta fuerza la que nos ayuda a enfrentar las injusticias que se nos
presentan. Incluso cuando nuestra dignidad se ve empañada por críticas o agresiones debemos
siempre mantener nuestro orgullo en alto y hacer justicia o pedirla. Habrá muchas veces en las
que podemos llegar a pensar que todo está perdido, pero, debemos encontrar esa fuerza
dentro de nosotros que nos impulsa a seguir adelante y de no ser encontrado o como nos dice
el autor, cuando se tengan dudas, en ese momento, se debe cambiar de oficio. Es decir, que el
ser humano, cualquiera que sea su oficio, debe creer principalmente en sí, ya que, la fuerza
que en sí mismo no halle no la encontrará en ninguna otra parte. Además, expresa que el
abogado tiene que comprobar a cada momento si se encuentra asistido de aquella fuerza
interior que ha de hacerle superior al medio ambiente; y en cuanto le generen dudas en éste
punto debe cambiar de oficio. Al mismo tiempo, expresa, como es precisa esa fuerza interior
que distingue a la abogacía de otras profesiones, ya que en el campo de guerra el abogado, si
bien no se haya privado de la libertad, se encuentra solo a la condición de la confianza, esto
mencionado como que lo únicamente formal con lo que confiamos los abogados, es eso,
nosotros mismos como abogados. Debemos aprender a confiar en nosotros mismos, en vivir
nuestra vida sin tener como condicionales las opiniones de los demás colegas, que si bien son
válidas, muchas veces y por la práctica moralista de cada caso en cuestión, podría no ser la
más correcta o la indicada.
LA SENSACIÓN DE LA JUSTICIA "La Justicia no es fruto del estudio sino una sensación", nos dice
el autor. Y es muy válido, ya que, la justicia no es algo que se pueda aprender en ningún texto,
sino, que solo se aprende en la vida. Actualmente el sentido de la justicia de muchos abogados
se ha visto amenazador, porque en nuestra sociedad capitalista lo que importa la parte
económica, es decir, el dinero, no lo que en realidad es justo, equitativo, bueno y prudente.
Por lo que hacen es corromper las leyes a su antojo para ganar sin importarles nada más. Y es
que ganar un caso no lo es todo, debemos encontrar el equilibrio de las cosas, entre brindarle
nuestra ayuda al cliente sin caer en la injusticia para con los demás. Esto es algo que me a mi
parecer, recae mucho en lo que es la familia y los valores que se enseñan en casa, ya que, hoy
en día podemos ver como valores tan importantes como este, "la justicia", han sido olvidados
por muchos. El hecho de ser abogado no es solo conocer el Derecho, sin aplicar ese
conocimiento a la vida. Para ser abogado, se debe tener además de lo anteriormente
expuesto, previsión, serenidad o sensatez, entre otros valores, que lo caracterizan como tal. La
justicia no es fruto del estudio, sino de una sensación. En conclusión, lo que quiere expresar
con la frase "la sensación de la justicia" es que procuremos no actuar tan apegados a las leyes,
que usemos lo que nosotros tenemos conceptualizado como bueno, equitativo, prudente,
cordial y sobre todo justo.
LA MORAL DEL ABOGADO De conformidad con lo expresado por el autor, se supone que
cuando un abogado acepta un caso, es porque está defendiendo una causa justa, y éste deberá
hacer todo lo moralmente dentro de lo justo que cabe, para defenderlo. Y es aquí donde el
autor menciona algo muy importante, a saber, "Abogado que sucumba al qué dirán, debe
tener manchada su hoja de servicios con la nota de cobardía". Por tal razón lo que para
muchos sea correcto, puede ser que para otros no lo sea; y si nos dejamos llevar por lo que
dicen los demás jamás llegaremos a ser quienes en un principio soñamos que seríamos. Lo que
autor expresa, en lo que respecta a la moral del abogado es del criterio que debe tener este
profesional y la rectitud de la conciencia. En otras palabras, cuando un abogado acepta una
defensa, es porque estima - aunque sea equivocadamente- que la pretensión de su tutelado es
justa, y en tal caso al triunfar el cliente triunfa la justicia, y nuestra obra no va encaminada a
cegar sino a iluminar. Uno de los conflictos más grandes a los que se enfrentan muchas veces
los colegas, que es sin lugar a dudas lo primordial, mantener la moral o desistir de la misma. Si
bien somos parte fundamental de nuestro ingenio, este no deberá prevalecer por encima de
nuestra moral, basarnos en la rectitud de nuestra conciencia. Debemos servir al fin bueno,
aunque sea con los medios malos y no viceversa.
LA CHICANA Aunque, el autor expresa que, hay casos en los que por un buen motivo sea
necesario hacer una chicanearía, queda en la conciencia de cada abogado hacerlo o no. Por
ejemplo, puede que nosotros estemos totalmente seguros que nuestro cliente es inocente que
las pruebas y argumentos presentados son falsos y que la prueba primordial para ganar el caso
nos esté llegando por decir el jueves al mediodía, pero la última sesión del juicio es el
miércoles en la tarde. Es aquí donde queda totalmente a discreción del abogado si hace una
chicanearía por una buena causa o se rige por lo ya estipulado por la ley, con posibilidades de
perder el caso. Yo, sinceramente, haría una chicanearía. Pues creo en mi cliente y si estoy
representando una causa justa me gustaría ver como la justicia verdaderamente prevalece. El
último recurso del que debe de valerse un abogado sin duda alguna, no son más que trámites
innecesarios que se emplean para la obtención de un tiempo superior al dado por la ley para la
obtención de beneficios o para la presentación de pruebas.
LA SENSIBILIDAD Esto nos quiere decir, que no podemos inclinarnos por involucrarnos mucho
o no involucrarnos en lo absoluto y simplemente que sea una cuestión de ganar, por dinero,
porque como nos dice el autor esto nubla nuestro buen juicio. Y es que muchas personas
esperan conectarse en algún momento con su abogado, es decir, que este pueda sentir un
poco de su sufrimiento. El abogado debería detenerse a analizar la situación, preocuparse por
su cliente sin pasar ese límite en el que todo se vuelve personal y ampararse y hacer buen uso
de lo que dicta la ley. El abogado no puede ser ni emocionable, ni frío de alma. El abogado
actúa sobre las pasiones, las ansias, los apetitos en que se consume la humanidad. La
sabiduría popular ha dicho acertadamente que "pasión quita conocimiento" y "que nadie es
juez en causa propia". El que sabe que ganará más o menos según la solución que obtenga,
tiene ya nublada la vista por la codicia, pierde su serena austeridad, participa de la ofuscación
de su defendido, lejos de ser un canal es un torrente.
LA PALABRA es un don, que muchos aun no hemos aprendido a utilizar; al mismo tiempo
puede ser un arma, ya que si no la utilizamos correctamente tanto otras personas como
nosotros podemos salir heridos. Es cuestión de darle el uso correcto y también del mérito
respectivo, pues de no ser por ella muchos de nosotros seriamos salvajes, ateos sin motivo de
existencia alguna, ya que gracias a la palabra es que al pasar de los años se fueron difundiendo
todas nuestras creencias, explicaciones de existencia, se concretan negociaciones, etc.
Como se expresa el autor sobre el uso de la palabra en la abogacía, que sobre todo debemos
utilizarla correctamente para la comodidad del juez. Puesto que nos dice que debemos ser
breves, para que no se aburra pues ya ha escuchado tantos argumentos a lo largo de su vida
que si es corto hay más posibilidades que falle a tu favor; que hay que ser claros para que
hasta el portero nos entienda, además de que el juez esta fatigado. Y de igual forma me
parece que el autor acierta mucho a la hora de explicarnos la clave para el buen uso de la
palabra. Puesto que, si bien es cierto que tanto la cordialidad hacia las otras personas, ya sea
el otro abogado, o el juez; el uso correcto del léxico, mas no tan rebuscado pues lo que se
intenta es que se entienda lo que queremos transmitir, pues es más agradable escuchar a esa
apersona que nos habla con calidez y sencillez a la que nos habla de manera grosera. Por la
palabra se enardecen o calman ejércitos, se difunden las religiones, se propagan
teorías y negocios, se alienta al abatido, se doma y avergüenza al soberbio, se tonifica al
vacilante, se viriliza al desmedrado. Unas palabras, las de Cristo, bastaron para derrumbar una
civilización y crear un mundo nuevo. Los hechos tienen, sí, más fuerza que las palabras; pero
sin las palabras previas los hechos no se producirían.
Los abogados más allá de los escritos debemos de contar principalmente con nuestras
palabras, somos profesionales, es decir abogamos a favor de algo, exponemos una historia
encuadrada a un hecho, por lo cual la dicción y uso correcto es fundamental. Si no nos
entienden, como habrán de hacernos caso.
EL ESTILO FORENSE La abogacía es una profesión para ser amada, de no ser así hay que ir
considerando otras profesiones. Es necesario sentir esa pasión por la Justicia y por querer
hacer justicia. De acuerdo con el autor cuando expresa que "se puede vivir sin belleza, sin
riqueza, hasta sin salud, mas no sin justicia". Es algo primordial en la vida de toda persona,
pues de prevalecer la justicia, podríamos decir que las riquezas estarían bien repartidas, que la
belleza la hallaríamos en todas las cosas y que las condiciones de salud serian muchísimo
mejores. El abogado debe ser un artista, quizás no lo sea desde su nacimiento, pero ha de
prepararse hasta lograr perfeccionar el arte de la escritura y la oratoria. Aparte de esto
también necesita adecuar sus capacidades como narrador, historiador, novelista, psicólogo,
escritor. Los abogados debemos de darnos doble orgullo conforme a nuestra profesión, no
solo somos abogados, si no artistas. Somos oradores y escritores, lo cual no es facultad de
muchos hombres, hay que explicar en pocas palabras lo mucho que pretendemos, haciendo
saber porque tenemos la razón y por qué habría de sernos dada.
ELOGIO DE LA CORDIALIDAD Lo que el autor quiere transmitir con este capítulo es que a
pesar de lo que se dice de los abogados y de los jueces, eso que crea desconfianza entre ellos,
hay que dejarlas a un lado para un mejor desenvolvimiento entre todos. Además de que
nosotros no somos quien para juzgar a los demás. A fin de cuentas todos, tanto Magistrados
como abogados tenemos la misma misión, la de trabajar por la justicia Al comienzo habla de
los abogados y los jueces. De cómo se tiene ya la mala y errónea idea de que el juez hace
favoritismos y el abogado miente.
CONCEPTOS ARCAICOS Todos los pueblos han evolucionado a lo largo de los años, pero no
necesariamente sus leyes a su paso. Y claramente nos podemos dar cuenta de esto al leer el
ejemplo que nos hace el autor. La verdad, es muy lamentable que después de haber ocurrido
el incidente, se haya modificado la ley. Lo cual, sinceramente, no me sorprende, pero tan
siquiera es un avance; pues se dieron cuenta de que había que reformar la ley. Para los jueces
cumplir la regla al pie de la letra es, en muchas ocasiones, criminal; y si los jueces no han de
hacerse cómplices de corrupciones o abandonos, deben usar su criterio para obtener
resultados satisfactorios en un juicio, ya que en muchas ocasiones los reglamentos son oscuros
y faltos de verdad y humanismo. Así que el juez debe resolver los casos como lo juzgue mejor y
no tal y como lo dicen Códigos y autos.
EL ARTE Y LA ABOGACÍA El arte se desarrolla por medio de las pasiones y de los sentimientos.
Y a los abogados se nos es referido el don de la palabra, como arte la oratoria y la escritura,
que es la expresión artística más elevada y noble. Al igual que otros profesionales desarrollan
la química, la aritmética o el dibujo lineal. Todo abogado siempre se hallara leyendo e
ilustrándose sobre diversos temas. Al igual que un doctor no puede estar sin estetoscopio no
puede haber un abogado sin libros, ya que esa es nuestra herramienta de trabajo. Y es
indispensable que todo abogado tenga su propia biblioteca con revistas jurídicas, novelas,
códigos, libros jurídicos nacionales, crónicas, críticas, libros de historia, etc. No es abogado
quien no tiene una delicada percepción artística. No existe antagonismo entre el Arte y la
Abogacía.
Un abogado debe ubicar los libros como artículo de primera necesidad y dedicar a su
adquisición un porcentaje de lo que se gane, aunque para ello sea preciso privarse de otras
cosas. Y si el abogado no puede alcanzar ni aún ese límite mínimo, que no ejerza. LA CLASE Es
interesante ver como en una profesión como la abogacía existe esa indiferencia hacia lo ajeno,
y que al finalizar un juicio ambos abogados puedan ir a tomarse un café sin molestia alguna. Y
es que la gente tiene esta idea equívoca de que los abogados deben vivir en constantes luchas
y pleitos con todo el mundo y no es así, a pesar de que hay cierto desprecio, aunque, elegante.
Bastante lamentable es que el abogado trabaje junto a tantas personas y no tenga la mínima
idea de lo que ocurre en sus vidas. Esto se da en su mayoría porque el abogado tiende a ser
muy individualista, puesto que el abogado nunca estudia fuera de sí mismo. Aparte a esto, es
de mucha relevancia mencionar que el autor nos dice que al hablar de clases no quiere decir
que existan niveles de superioridad o algo por el estilo, sino que hay diferenciación a como
cada persona realiza sus deberes sociales. Los abogados, por lo mismo que nuestra misión es
contener, cuando cesamos en ella buscamos la paz y el olvido. Las clases no implican desnivel
personal sino diferenciación en el cumplimiento de los deberes sociales.
CÓMO SE HACE UN DESPACHO Aunque el autor nos expresa que en verdad tiene sus
dificultades el asociarse con otros abogados para formar un despacho, por las posibles
diferencias de opiniones y por la división del crédito de un juicio si a final de cuentas es solo
uno el que se involucra; A mi parecer el anuncio no tiene nada de malo, siempre y cuando no
caiga en arrogancia o en ofensas hacia algún compañero letrado. Y al hablar de exhibición, solo
podría decir que si desde un principio no nos vamos involucrando en el medio jamás podremos
llegar a demostrar nuestras capacidades. En otras palabras habremos estudiado por gusto,
porque de no ejercer, no podemos llamarnos abogados. La verdad me parece que todo lleva
un orden y que para haber llegado a ser Ministro, en un principio debió haber sido un gran
abogado, porque sino de nada vale ejercer un cargo tan importante y no estar lo
suficientemente preparado. La condición inexcusable para triunfar en una profesión es sabré
ejercerla. Un tonto puede prevalecer en lo que depende de la merced, mas no en lo que radica
en el crédito público. Entre los Medios que un letrado tiene para darse a conocer, se tiene: La
Asociación, ósea, trabajar en colaboración, estableciéndose bajo una razón social dos o más
compañeros y creando entre todos unos consultorios; El anuncio, aunque algunos lo admiten,
afortunadamente la mayoría lo considera como una degradación; La exhibición, es el único
medio lícito para darse a conocer. Poner en manifiesto lo que llevamos dentro y lo que somos
capaces de hacer. Hablar de los compañeros que se han dado a conocer como letrados
después de haber sido Ministros. Estos son casos aislados y no constituyen sistema.
ESPECIALISTAS De acuerdo con el autor, un abogado debe saber de todo. Ya que, sería
inconcebible al momento de una consulta o asesoría legal en cualquier rama sobre algún
problema civil, o penal, y no tenga conocimiento para responder. Las especializaciones, son
muy importantes, sobre todo, en la que más nos inclinemos, trabajemos o simplemente nos
llame más la atención, ya que de esa manera, obtenemos mayores conocimientos, y por
consiguiente mejor remuneración u honorarios. No obstante, de no ser posible obtener una
especialización, se debe tener conocimiento de todos los aspectos que constituyen el campo
de la abogacía.
HACIA UNA JUSTICIA PATRIARCAL La justicia debe ser sustanciada por medio de la palabra,
por las siguientes razones: Por ley natural. Al hombre le fue dada la palabra para que,
mediante ella se entendiera con sus semejantes. La escritura es un similar producto del
progreso. Por economía de tiempo y El procedimiento oral es el supuesto imprescindible para
la publicidad. Lo fundamental es que hablen a los jueces las partes o sus letrados.
Por seguridad de que los jueces se enteran de las cuestiones. Pero los puede leer bien o leerlos
mal o no leerlos. Puede entender todas las razones o dejar de entender algunas y en este
último caso no tiene a quien pedir mejor explicación.
LA HIPÉRBOLE El autor hace un llamado de atención, diciendo que no es necesario hacer uso
de la hipérbole. Ya que, aquellos abogados que gozan de tener buen gusto, dignidad y pudor,
se dan cuenta que no es necesario llamar la atención exagerando las cosas. Es decir, con un
buen argumento, sencillo, pero bueno, basta. La exageración de la verdad, tan común entre los
abogados, debe ser evitada.
LA ABOGACÍA Y LA POLÍTICA Es muy común que la mayoría de los que ejercen la política no
sean Abogados. Razón por la cual, vemos que el país no avanza, ya que, simplemente nuestros
dirigentes no están lo suficientemente capacitados para hacerlo. A mi parecer, para ejercer un
cargo público tan importante debe ser abogado o profesional en una rama similar como es el
caso de Politólogo. Al mismo tiempo, como expresa el autor, no es común que un político
quiera ser abogado, pero si se dan muchísimos casos en los que los abogados quieren ser
políticos. Es de resaltar que los abogados, son los que conocemos de leyes, su uso y aplicación,
y por tal razón, deberían ser más tomados en cuenta para asumir cargos como Diputados, o
cualquier otro cargo afín. La base de todo gobierno debería recaer sobre esta noble profesión
del derecho, es decir sobre los abogados en ejercicio.
LIBERTAD DE DEFENSA El pretorio debería tener sus puertas abiertas a todo el mundo, sin
atender a otro ritualismo que al clamor de quien solicita lo que ha de menester. Con ello los
abogados ganaríamos en prestigio, porque al no ser nuestro ministerio forzoso, sino rogado, se
acrecentaría nuestra autoridad, además, serían pocos los casos en que se prescindiera de
nuestra tutela. Pero se trata de una cuestión de principios, y aunque hubiera de desaparecer
por inútil nuestra profesión, esto sería preferible a mantenerla cohibiendo a la sociedad entera
y permitiendo que, en vez de buscarnos, nos soporte. El particular debe ser libre para
defenderse por sí mismo. Salvo en los casos en que esa libertad puede dañar al derecho de las
otras partes o al interés público.
EL AMIANTO El abogado ejerce para lograr la justicia y ecuanimidad entre las personas,
además puede ser un hombre de negocios. Así mismo, un abogado puede escribir un libro,
publicarlo y hacerle publicidad. Sin embargo, a pesar de poder tener acciones, ser propietario
de una o varias empresas, no puede ejercer la parte financiera al mismo tiempo. Ya que, si un
abogado es Financiero, y dueño de acciones o de empresas, estarían mezclando el interés
propio con el ajeno y poniendo en cada asunto el riesgo de hacerse poderosos, es decir,
ofrecería inmensos pactos de cuota-bilis; una cuota-Litis hipertrofiada. El mundo nos utiliza y
respeta en tanto en cuanto tengamos la condición del amianto.
LOS PASANTES Los pasantes que continúan ejerciendo la profesión de la abogacía, después de
haber visto cómo funciona el bufete, disminuyen considerablemente, y esto se da
posiblemente porque como expresa el autor hay verdaderos abogados que le piden al pasante
su opinión con respecto a un caso y como procederían; y a su vez hay otros que hacen llamarse
abogados pero en realidad no lo son pues limitan la capacidad del pasante y lo hace pensar
que como abogado debe defender al que le pague sin importar lo demás, lo cual no debería de
ser. Como pasantes, podemos aplicar los conocimientos teóricos adquiridos en la Universidad
y ver cómo funciona en la vida nuestra profesión de abogado. La enseñanza del bufete no
tiene otra asignatura sino la de mostrarse al Abogado tal cual es y facilitar que le vean sus
pasante. Es aquí donde el abogado tendrá sus primeros inicios. Lo que vea en los abogados
postulantes, no será, si no la base de su desarrollo en el futuro, por lo cual resulta
predominante ser ejemplo a seguir para ellos/nosotros.
LA DEFENSA DE LOS POBRES No debería haber diferenciación entre un pobre y una persona
con más recursos, refiriéndome a su defensa legal. El autor al final de este capítulo nos
menciona unas breves medidas a aplicar, con las cuales no estoy de acuerdo. Comenzando por
la segunda que nos dice que si el litigante pobre pierde deberá pagar un día de cárcel por cada
25 pesetas, esto me parece absurdo porque estaría como estableciendo que ser pobre es un
delito, que por no poder pagar un abogado debe de pagar con cárcel ¿qué clase de insensatez
es esta? Al igual que el abogado o procurador encargados de la defensa del litigante pobre
sean los que deban cubrir los gastos, y no solo eso sino que si no lo hacen no pueden ejercer.
Les conviene muchísimo más bien no defenderlo. Constituye la defensa de los pobres
una función de asistencia pública, como el cuidado de los enfermos necesitados. El Estado no
puede abandonar a quien, necesitado de pedir justicia, carece de los elementos pecuniarios
indispensables para sufragar los gastos del litigio.
LA TOGA Es lamentable que en nuestra actualidad, los abogados no usen la toga en los juicios.
Ya que así mismo como lo expresa el autor, la toga inspira cierto grado de respeto entre las
demás personas, es una distinción entre el abogado al resto de los presentes en el juicio o la
corte. La imagen de quien porta la toga es de alguien bueno y sabio. Es de suma importancia
que le demos el uso correcto y comprendamos todo lo que en realidad significa utilizar la toga.
El escándalo se oculta bajo la toga. Los bufetes de Marbella gestionan miles
de sociedades de clientes extranjeros al estilo de algunos paraísos fiscales
Marbella se encuentra a media hora de un paraíso fiscal, Gibraltar. Sin embargo, la expansión
del negocio en Marbella dejó a Gibraltar en un segundo plano. Las operaciones policiales han
demostrado cómo los bufetes marbellíes ampliaron sus redes a lugares tan alejados como
Delaware (Estados Unidos) o las Antillas Holandesas. Según los expertos, Marbella había
alcanzado su propio estatus y ya no dependía de Gibraltar. Marbella disponía de diez notarios
en activo, cuatro de los cuales han sido imputados por la justicia en operaciones anti blanqueo.
La toga por sí sola no representa calidad alguna, cuando no hay cualidades verdaderas debajo
de ella se reduce a un disfraz grotesco. Pero después de hecha esta salvedad, en honor al
concepto fundamental de las cosas, conviene reconocer que la toga, como todos los atributos
profesionales, tiene para el que la lleva, dos significados: freno e ilusión; y para el que la
contempla, otros dos: diferenciación y respeto. La toga es freno, porque cohíbe la libertad en
lo que pudiera tener de viciosa. Es ilusión, por nuestra función. Por nuestro valer. Por nuestra
significación. Es diferenciación, porque ella nos distingue de los demás circunstantes en el
tribunal; y siempre es bueno que quien va a desempeñar una alta misión sea claramente
conocido. Y respeto, porque el sentido popular inteligente, al contemplar a un hombre vestido
de modo tan severo, con un traje que dedicaron los siglos. El abogado que asiste a una
diligencia en el local infecto de un escritorio, usa un vocabulario, guarda una compostura y
mantiene unas formulas de relación totalmente distinta de las que le caracterizan cuando sube
a un estrado con la toga puesta.
LA MUJER EN EL BUFETE. El Abogado no tiene sexo. Pero en su estudio y en relación con las
mujeres que en él entran, ha de poner tan alta su personalidad, de considerarla tan superior a
las centelleos de la pasión y al espoleo de la carne, que su exaltación le conduzca a esta
singularidad: el abogado es un hombre superior al hombre. Esto lo digo en el caso de que a un
Abogado le toque alguna mujer muy atractiva como cliente. El abogado debe ver el atractivo
del caso y no el de la dama. En pocas palabras, la mujer, con el sexto sentido que tiene, se
convertirá, aparte de nuestra pareja, en nuestra mejor consejera en nuestros casos. Por eso
recomiendo que exista entera comunicación del Abogado hacia su mujer. Claro, esto
solamente cuando la mujer está interesada.
En mi opinión, para la época en la que el autor escribió el libro, influye bastante en como éste
ve a la mujer. Por esto absolutamente no voy a criticar al autor, pues creo que de haber escrito
el libro en esta época hubiese omitido el capitulo, pues no haría diferenciación entre hombres
y mujeres. De igual forma, es muy interesante ver como se resalta la importancia del valor de
la familia para el abogado y como halaga a la mujer y sus instintos, que rara vez dejan de
acertar. También como menciona la importancia de una mujer en la vida de todo abogado
(hombre). Así mismo como exalta la tenacidad, la grandeza moral, el desprendimiento
de bienes materiales, el sacrificio y la abnegación de las mujeres que son madres a la hora de
defender a sus hijos, pues es muy acertado que una madre haría cualquier cosa por el
bienestar de su hijo. Agence France-Presse - 23.1.2009 22:02
Piensa siempre que tú eres para el cliente y no el cliente para ti. Es nuestro deber
defender los intereses del cliente y para esto debemos dejar a un lado nuestros intereses
personales y pensar en los del cliente.
No procures nunca en los tribunales ser más que los magistrados, pero no consientas ser
menos. Siempre debemos gozar de una alta autoestima, al fin y al cabo somos nosotros
los encargados de luchar por la Justicia; pero, no debemos permitir que esto caiga en
arrogancia frente a los demás.
Pon la moral por encima de las leyes. Nuestra integridad como abogados y nuestros
valores siempre deben prevalecer por encima a lo que dicta la ley.
Aprecia como el mejor de los textos el sentido común. No hay mejor guía para nuestro
buen desenvolvimiento como abogados que el sentido común, debemos guiarnos por lo
que nos dicta nuestra razón.
Procura la paz como el mayor de los triunfos. Nosotros somos un medio para lograr la
justicia, cuando haya justicia habrá paz, y es ahí donde podremos realmente decir que
hemos triunfado.
Busca siempre la justicia por el cambio de la sinceridad y sin otras armas que las de tu
saber. No necesitamos de chicanearías, para lograr la justicia. Basta con nuestros
conocimientos, ser sinceros y hacer buen uso de la palabra
CONCLUSIONES
Gracias al estudio y análisis del libro de la Alma de la Toga, se comprende más a fondo lo que
en realidad es ser un abogado, las características que debe poseer, sus luchas, sus defectos,
sus virtudes y sus motivaciones. Con la lectura de este libro se puede analizar lo que es un
abogado, y lo que realmente debemos hacer en nuestra carrera y rechazar los actos
de corrupción, la falta de ética profesional, para que no caer en esos actos que lo único que
hacen es manchar la reputación de todos los abogados y de la carrera.
Cabe destacar que el “El alma de la toga es un libro escrito por Ángel Ossorio y Gallardo”, debe
ser como un manual, donde se expresa la formación que debe mantener el abogado durante
su práctica como tal, así como de las enseñanzas y muestras que deberá mantener para quien
de él aprenda como es, el caso de los pasantes, o quien de él consulte, como es en el caso de
sus clientes.