Concurso Voluntario y Concurso Necesario

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DIFERENCIA Y REQUISITOS DEL CONCURSO VOLUNTARIO RESPECTO DEL

CONCURSO NECESARIO

CONCURSO NECESARIO

Es aquel solicitado por el acreedor que se encuentra con el impago de un


crédito de su titularidad.; deberá basarse únicamente en una situación de
insolvencia actual probada por la existencia de algún hecho revelador de la
misma:

1. Sobreseimiento generalizado en las obligaciones.

2. Existencia de embargos generalizados que afecten al patrimonio del deudor.

3. Existencia de algún título por el que se haya despachado ejecución sin que
de la misma resulten bienes bastantes para el pago del crédito.

4. Liquidación apresurada o ruinosa de los bienes del deudor.

5. Sobreseimientos sectoriales, impagos relacionados con los trabajadores, la


seguridad social o la agencia tributaria.

El acreedor impagado tiene la posibilidad de presentar o no esta solicitud,


puesto que de cara al cobro de su crédito puede dirigirse por la vía ordinaria de
reclamación de su crédito.

El acreedor que presenta esta solicitud consiguiendo un privilegio del 50% de


su crédito, lo que busca es una administración independiente (la administración
concursal nombrada por el juez del concurso) que se encargue de tomar las
riendas del deudor, analizando porqué se ha producido dicha situación de
insolvencia y dando un trato paritario a todos los acreedores personados en en
el procedimiento.

CONCURSO VOLUNTARIO

La solicitud de concurso voluntario puede ser presentada por el deudor,


basándose en la situación de insolvencia actual, o en la situación
de insolvencia inminente, en la que aún pudiendo no ser insolvente en el
momento de presentación de la solicitud, prevé que no podrá hacer frente a sus
obligaciones con los acreedores en un futuro a corto plazo.

En el concurso voluntario, el propio deudor lo solicita judicialmente poniendo


sus bienes a disposición de sus acreedores para el pago de todas sus deudas
vencidas o por vencer.

El concurso tiene efectos sobre la persona del deudor, de sus bienes y


respecto a terceros. Por lo que se refiere al deudor la declaración del concurso
lo incapacita para seguir administrando sus bienes, así como para cualquier
otra administración que por ley le corresponda, por lo tanto cesará en la
administración que por patria potestad o tutela esté desempeñando. Igualmente
queda incapacitado para tener tratos o convenios individuales con sus
acreedores y de tenerlos éstos serán nulos. Por lo que se refiere a sus bienes
éstos deberán ser asegurados por medio de embargo, quedando en depósito
de un síndico provisional, así como sus libros, correspondencia y demás
documentos.

Los acreedores del concursado deberán abstenerse de hacerle pagos y él a su


vez queda inhabilitado para hacerlos a alguno de sus acreedores.

Se dan por vencidas todas las deudas del deudor y dejan de devengar
intereses, excepto los créditos hipotecarios o pignoraticios, esto es, los
garantizados con bien determinado.

Ningún acreedor podrá perseguir por separado el cobro de su crédito y deberá


presentarse ante el juez que conozca del concurso para la graduación y pago
en el orden que le corresponda.

Los créditos que no alcancen a pagarse en el concurso o no lo sean en su


totalidad no se extinguen sino que se reservan los derechos a los acreedores
para cuando el deudor mejore de fortuna; salvo pacto en contrario

Una vez que el juez declara el concurso del deudor, tras un trámite de


audiencia al mismo como consecuencia de una solicitud de un acreedor
o inmediatamente al ser presentada por el deudor, nombrará a
una administración concursal encargada de las riendas del procedimiento que
vele por el trato paritario a los diversos acreedores.

Para ello le encomendará unas funciones que en según el tipo de


procedimiento serán únicamente de intervención (concurso voluntario) o
de sustitución (concurso necesario) de las facultades de administración del
patrimonio del deudor.

La prelación en que deben pagarse los créditos será: se pagarán las deudas
fiscales con el valor de los bienes que los hayan causado. Los créditos
garantizados con prenda o hipoteca no necesitan entrar al concurso y pueden
los interesados seguir las acciones correspondientes por cuerda separada para
ser pagados hasta donde alcance el monto de los bienes dados en garantía
real.
Los acreedores comunes pueden pagar a los acreedores prendarios o
hipotecarios para que los bienes entren a formar parte de la masa común.
Otro crédito privilegiado es el proveniente de salarios u otras prestaciones
debidas a los trabajadores del deudor hasta por un año.
Deducido su derecho ante la autoridad laboral y una vez obtenida sentencia
firme en juicio en que debe oírse al síndico, éste deberá pagar de la masa de
los bienes en forma preferente. Tienen preferencia para ser pagadas antes de
las demás con algunos bienes en especial, las deudas:
a) Por gastos de salvamento, con el valor de la cosa salvada.
b) Las contraídas antes del concurso para obras de rigurosa conservación.
c) Las deudas a las que la ley da al acreedor derecho de retención, como el
fabricante de cosa mueble, los fletes, el hospedaje y el arrendamiento respecto
de los bienes que se hallen en poder del acreedor.
d) Los créditos anotados en el Registro Público de la Propiedad por embargos
o ejecución de sentencia, respecto a créditos posteriores.

Pagados los acreedores privilegiados antes mencionados se establecen cuatro


clases de acreedores con prelación en el pago. Son acreedores de primera
clase:
l. Los gastos judiciales del concurso.
2. Los gastos de conservación y administración de los bienes concursados.
3. Los gastos de funeral del deudor, su cónyuge e hijos.
4. Los gastos de enfermedad hechos en los seis meses anteriores al
fallecimiento de los nombrados antes.
5. Créditos por alimentos fiados al deudor y su familia en los seis meses
anteriores al concurso
6. La responsabilidad civil cuando consista en gastos de curación o funerales
del ofendido.
Pagados los acreedores de primera clase se debe proceder al pago de los
acreedores de segunda clase:
l. Acreedores con derecho a hipoteca necesaria que no la hubieran exigido.
2. Los créditos fiscales que no se refieran a bienes concretos.
3. Los créditos de establecimientos de beneficencia.

Pagados éstos corresponde pagar a los acreedores de tercera clase; éstos son
aquellos en que su crédito consta en escritura pública u otro documento
auténtico.
Y por último a los acreedores de cuarta clase cuyo crédito conste en
documento privado. Dentro de esta última clase se prevé el pago de cualquier
otro crédito con el remanente sin atender ni a la fecha ni al origen del crédito.
El deudor sujeto a patria potestad o a tutela, y el que estuviera impedido para
trabajar tendrá derecho a alimentos, si obró de buena fe y el valor de los bienes
excede al importe de los créditos; cesarán los alimentos si se hace constar que
los bienes son inferiores a los créditos, pero el deudor no devolverá lo que
hubiera percibido.

El juicio consta de cinco fases o períodos:


l) El declarativo que se inicia con la solicitud del deudor o de los acreedores en
el cual el juez prevé el aseguramiento de los bienes, la citación del deudor y
acreedores, la prohibición de hacer pagos al concursado, la acumulación al
concurso de los juicios pendientes contra el deudor y el nombramiento de un
síndico provisional.
2) Periodo de reconocimiento y graduación de créditos, en el cual los
acreedores deberán presentar los documentos justificativos de sus créditos, el
síndico presentar el informe y dictamen de cada uno de los créditos y
clasificarlos según sus privilegios.
Si el crédito no es objetado por el síndico, el concursado o la mayoría de
acreedores se tendrán por bueno y verdadero.
Las objeciones particulares de algún acreedor se tramitarán a su costo por la
vía incidental.
La rectificación y graduación de créditos se hará en junta de acreedores, en la
misma los acreedores designarán síndico definitivo.
3) Periodo de realización de los bienes; él síndico deberá proceder a la
realización de los bienes los que deberán ser rematados en almoneda pública
si se trata de inmuebles o por medio de corredor o comerciante si se trata de
muebles.
4) Vendidos los bienes se procederá tal pago de las deudas atendiendo a los
privilegios y graduación que se le haya asignado.
5) En cualquier momento después del reconocimiento y graduación de los
créditos el deudor y los acreedores por unanimidad podrán celebrar los
conversos que consideren convenientes, los que podrán consistir en pago y
espera, adjudicación en copropiedad de los bienes del concursado o cualquier
otro tipo de arreglo para dar fin al concurso.
Durante el tiempo que dure el concurso el síndico deberá administrar los
bienes, rindiendo mensualmente cuenta en los primeros diez días del mes. El
síndico será removido si deja de concurrir a la junta de graduación de créditos,
no rinde la cuenta mensual o ésta no es aprobada o no cauciona su manejo. El
deudor es parte en los incidentes de reconocimiento de crédito pero no en la
graduación de los mismos, también lo es en lo relativo a enajenación de
bienes, en todo lo demás será representado por el síndico.

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