Monografia Sobre Los Procedimientos Especiales en El Copp

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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL

DE LOS LLANOS OCCIDENTALES “EZEQUIEL ZAMORA”


VICERECTORADO DE PLANIFICACION Y DESARROLLO
SOCIAL
PROGRAMA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y JURÍDICA
SUBPROGRAMA DE DERECHO

DERECHO PROCESAL PENAL


DEL MODULO V.
LOS PROCEDIMIENTOS ESPECIALES EN EL CÓDIGO ORGÁNICO
PROCESAL

Bachiller:
Laureano Ramón Ancelar Duran
C.I. 11546187
SECCIÓN F-01
4TO Año P-9 FIN DE SEMANA
Prof. Abg. Álvaro Santiago Gómez

BARINAS, 18 DE AGOSTO DE 2020


INDICE
Pgs
INTRODUCCIÓN …………………………………………...……………………………4
Los procedimientos especiales en el Código Orgánico Procesal
Penal COPP …………………………………………..………………………………… 5
El procedimiento abreviado……………………..……………………………………5
La calificación de flagrancia…………………… 6,7,8, 9,11,12,13,14.15,16,17,18
La prueba, la acusación y la defensa en los juicios por flagrancia……. 19, 20
La admisión de los hechos en el procedimiento por flagrancia ……………..21
Procedimiento abreviado por delitos menores ………………………………….22
El procedimiento por admisión de los hechos Definición y Fundamentos…23
Hechos Admisibles. Forma y efecto de la admisión ……………………………24
La admisión de los hechos como requisito para el otorgamiento
de otros beneficios…………………………………………………………………….25
Los procedimientos para juzgar al Presidente de la República y
otros altos funcionaros del Estado …………………………………………….25,26
El procedimiento de extradición ……………………………………………………27
Medidas precautelativas en el extranjero …………………………………………28
El procedimiento para perseguir los delitos de acción privada……………….29
El Procedimiento en los delitos de acción dependientes de instancia
de parte ………………………………………………………………………………….29
Auxilio Judicial (Articulo. 393 COPP) ………………………………………………30
Inadmisibilidad de la Querella ……………………………………………………….31
Audiencia de Conciliación ………………………………………………………..31,
32
Trámite por Incomparecencia del Acusado (Artículo 401 COPP)
……………..33
Facultades y Cargas de las partes (Artículo 402 COPP)
………………………..33
Celebración del Juicio Oral y Público (Artículo 404 COPP) ……………………34
Procedimiento por admisión de los hechos (Artículo 405 COPP)
……………..34
Poder para representar al querellante en el proceso
(Artículo 406 COPP)
…………………………………………………………………….34
Desistimiento …………………………………………………………………………...34
Muerte del querellante ……………………………………………………………….35
Sanción para el que ha desistido de una querella o la ha abandonado……..35
El procedimiento para la aplicación de medidas de seguridad ……………....35
Instauración del procedimiento …………………………………………………….36
Tribunal Competente …………………………………………………………………37
Oportunidad procesal para la Admisión de la Acusación …………………….38
Reglas Especiales Art. 411 COPP. ………………………………………..39, 40, 41
Ejecución de la Medida de Seguridad ……………………………………………..42
El Procedimiento para la Reparación del Daño y la Indemnización
de Perjuicios …………………………………………………………………………..42
Legitimados para ejercer la acción………………………………………………...42
Contra quien se puede interponer la acción……………………………………..42
Tribunal Competente………………………………………………………………....43
Contenido de la Demanda (Artículo 414 COPP en Concordancia
con el 340 Del CPC por Tratarse de una demanda netamente civil)…………44
Procedimiento Admisión (Art. 416 COPP)………………………………………..45
Contenido de la Decisión ……………………………………………………….45, 46
Audiencia de Conciliación…………………………………………………………..47
Consecuencia de la no asistencia a la audiencia de
Conciliación y a la audiencia oral………………………………………………48,49
Ejecución (Art. 422 COPP)…………………………………………………………..50
Conclusión …………………………………………………………………………….51
Bibliografía ……………………………………………………………………………52
INTRODUCCIÓN
En el presente Trabajo monográfico establezco una investigación minuciosa en
cuanto a los procedimientos especiales enmarcados en la norma adjetiva penal de
la legislación venezolana como lo es Código Orgánico Procesal Penal, los cuales
se encuentra desglosados en la forma siguiente. La Flagrancia y como procede,
Delitos Menores, Admisión de los hechos, Juicio contra el Presidente de la
República y Altos Funcionarios, Procedimiento de Extracción, Delitos
dependientes a instancia de parte (acción privada ), Procedimiento para la
aplicación de las medidas de seguridad, Procedimiento para la reparación del
daño y la indemnización de perjuicios, aparte de la cualidad personal de las
personas enjuiciadas y el tipo de hecho objeto del proceso, consiste, desde el
punto de vista puramente procesal, en suprimir determinadas fases procesales,
acortar los lapsos, cambio de la autoridad instructora, modificación en el régimen
de ejercicio de la acción penal y de la acción civil, sustracción del conocimiento de
los tribunales ordinarios, con la consiguiente creación de tribunales especiales e,
incluso la supresión de garantías procesales.
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Los Procedimientos Especiales en el Código Orgánico Procesal Penal,
Los procedimientos especiales en materia penal regulados en el COPP, lo son
en virtud de las regulaciones referentes a la forma del enjuiciamiento (juzgamiento
en flagrancia, admisión de los hechos), al tipo de delito que se juzga (juzgamiento
de delitos menores, de faltas y de delitos de acción privada) y a la cualidad de las
personas juzgadas (juzgamiento en ausencia, juzgamiento del Presidente de la
República y altos funcionarios, la extradición). El Código Orgánico Procesal Penal
coloca en primer lugar la especialidad de las normas de esos procedimientos pero
refrenda el carácter supletorio del procedimiento ordinario. Esto son diez (10); a
saber:
1. El procedimiento para el juzgamiento de delitos menos graves (art 354)
2. El procedimiento abreviado. (art. 372)
3. El procedimiento por flagrancia. (art 373)
4. El recurso especial de apelación (art 374)
5. El procedimiento por admisión de los hechos. (art. 375)
6. El procedimiento para juzgar al Presidente de la República.(art. 376)
7. El procedimiento de extradición. (art. 382)
8. El procedimiento para juzgar los delitos de acción privada. (art. 391)
9. El procedimiento para la aplicación de medidas de seguridad. (art. 410)
10. El procedimiento para la reparación del daño y la indemnización de
perjuicios. (art 413)
El procedimiento abreviado
El procedimiento abreviado de conformidad con las disposiciones del COPP, es
una tramitación sólo aplicable a delitos de acción pública y tiene como finalidad el
juzgamiento directo de los imputados por el tribunal de juicio, obviando la
tramitación de la fase preparatoria, lo cual solo es posible cuando todos los
elementos del juzgamiento están disponibles en manos del sujeto titular de la
acción penal.

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El procedimiento abreviado en el Código Orgánico Procesal Penal tiene dos
modalidades:
1. El procedimiento por flagrancia, para el juzgamiento por delitos flagrantes
(art. 373 con relación al art. 372 núm. 1)
2. El procedimientos para delitos menores (art. 375), para el juzgamiento de
delitos con penal no mayor de cuatro años de privación de libertad (art. 372
núm.2) y de delitos que no ameriten pena privativa de libertad (art. 373
núm.3).
El procedimiento abreviado por flagrancia, la flagrancia como fundamento de la
detención del imputado y como base de un procedimiento especial.
El Ministerio Público deberá proponer la aplicación del procedimiento abreviado
cuando se trate de delitos flagrantes, cualquiera que sea la pena asignada al delito
(art. 372 núm. 1). Esto es cónsono con la naturaleza acusatoria del COPP, ya que
la acción penal en los delitos de acción pública únicos donde cabe este
procedimiento, corresponde al Ministerio Público. La aprehensión en flagrancia y
su probable consecuencia: el juzgamiento abreviado, son regulados en el COPP
en sus artículo 234 y 235.
La calificación de flagrancia
En los ordenamientos procesales penales que tiene establecido el procedimiento
especial por flagrancia, corresponde por lo general al Ministerio Público o Fiscalía
presentar al aprehendido en flagrancia ante el tribunal competente a fin de
solicitarle que califique la detención efectivamente como flagrante, y de ser
necesario, posible y conveniente, que decrete el enjuiciamiento del imputado por
el procedimiento abreviado. En la audiencia de calificación de flagrancia, el
Ministerio Público tiene que probar que efectivamente el imputado fue aprehendido
in fraganti en la comisión de un delito.
El juez debe calificar la flagrancia por dos razones esenciales. La primera de
ellas tiene que ver con la legalidad de la aprehensión o detención del presunto
delincuente in fraganti, pues la Constitución de 1999, establece que una persona
puede ser detenida, bien por orden judicial o cuando sea sorprendida en flagrante
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delito. De tal manera, el juez tiene que calificar, primero que todo, el carácter de la
detención, pues desconectado que no había orden judicial para detener a quien se
presenta por flagrancia, la aprehensión será ilegal e inconstitucional si no llena los
extremos de la flagrancia.
El segundo lugar, el Ministerio Público debe definir si solicita del juez la
aplicación del procedimiento abreviado o si considera necesario encaminar el
proceso por las vías del procedimiento ordinario, y en su caso, se solicita o no
medidas cautelares contra el imputado, pues, no siempre que exista delito
flagrante podrá juzgarse éste por el procedimiento abreviado y no siempre este
tipo de delito amerita la detención judicial preventiva.
A la hora de determinar todos esos particulares, es cuando resulta conveniente
recordar las enseñanzas de los penalistas clásicos sobre la flagrancia a los
efectos de saber qué es, como se manifiesta y como puede ser probada. Los
doctrinarios de la dogmatica penal establecieron claramente la existencia de tres
tipos fundamentales de la flagrancia.
La flagrancia presunta, la cual presenta dos modalidades claramente
diferenciadas: La flagrancia presunta o priori: es la situación en que se
encuentra una persona, que hace presumir a las autoridades o al público que se
dispone a cometer un delito, a juzgar por su apariencia o manera de vestir, o por el
lugar donde se halla, o por las herramientas o instrumentos que pudieran portar.
La flagrancia presunta es, pues, una sospecha más o menos fundada. Por esta
razón, y por el indudable hecho de que la doctrina moderna del derecho penal se
inclina por la no punibilidad de los actos probatorios, los ordenamientos procesales
penales democráticos no contemplan la flagrancia presunta como causa de origen
de un proceso penal, y solos los Estados comunistas, o fascistas la han
considerado como índice de la peligrosidad delictual que puede conducir a la
aplicación de medidas de seguridad, advertencias policiales, reseña del
sospechoso, etc.
La flagrancia presunta o posterior: consiste en la detención de una persona
con instrumentos o cosas probablemente relacionadas con un delito, recién
cometido y cuya perpetración no fue observada por terceras personas. En este
caso
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podría presumirse la participación del detenido en el hecho. Si existe la certeza, o
al menos la fundada sospecha, de que los bienes o instrumentos que se
encontraron en su poder provienen del delito en cuestión o facilitaron su comisión.
Esta es una figura muy cuestionada hoy día, por la sencilla razón de que en este
caso, lo único flagrante es la posesión por el sospechoso de los referidos objetos,
en tanto que la participación del aprehendido en el delito principal tiene que ser
probada por la fiscalía, ya que presumir dicha participación equivaldría a violar
principios fundamentales del procedimiento penal, como el indubio pro reo y la
carga de la prueba del acusador (principio acusatorio).
La flagrancia real (in ipsa perpetration efacinorios), que es la captura e
identificación del delincuente en plena comisión del hecho, bien que lo haya
consumado recién o que resulte frustrado por la intervención del público o de las
autoridades. Esta es la verdadera flagrancia, conocida desde antaño y de ahí su
nombre.
La flagrancia ex post facto o cuasi flagrancia, que es la aprehensión del sujeto,
perfectamente identificado o identificable, inmediatamente después de haber
cometido el delito, como producto de una persecución ininterrumpida de las
autoridades o del público, que no lo haya perdido de vista.
Es oportuno mencionar, que el COPP, como ordenamiento procesal avanzado,
y moderno solo acoge, en su artículo 234, la flagrancia real, la cuasi flagrancia o la
flagrancia presunta a posteriori, pero no recoge para nada la flagrancia presunta o
posteriori. Dicho artículo expresa:
Definición. Para los efectos de este Capítulo, se tendrá como delito flagrante el
que éste cometiendo o el que acaba de cometerse (flagrancia real). También se
tendrá como delito flagrante aquel por el cual el sospechoso se vea perseguido
por la actualidad policial, por la víctima o por el clamor público (cuasi flagrancia), o
en lo que se le sorprenda a poco de haberse cometido el hecho, en el mismo lugar
o cerca del lugar donde se cometió, con armas instrumentos u otros objetos que
de alguna manera hagan presumir con fundamento que él es el autor (flagrancia
presunta o posterior)
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Flagrancia, Verdad Material y Verdad Procesal en el COPP.
El Código Orgánico Procesal Penal contempla la posibilidad de juzgar los
delitos flagrantes por un procedimiento especial, que tiene como fundamentos la
celeridad y economía procesal. La idea es, en principio, que los casos de
flagrancia se tramiten por un procedimiento abreviado que suprime las fases
preparatoria e intermedia. Al respecto, el artículo 235 del COPP expresa:
Procedimiento Especial. En los casos de flagrancia se aplicará el procedimiento
especial previsto en el Título II del Libro Tercero.
Y en dicho procedimiento se concreta en los siguientes artículos 372 y 373 del
COPP, los cuales disponen:
Procedencia.
Artículo 372 El Ministerio Público podrá proponer la aplicación del procedimiento
abreviado previsto en este Título, en los casos siguientes: Cuando se trate de
delitos flagrantes, cualquiera que sea la pena asignada al delito; (omissis).
Flagrancia y Procedimiento para la presentación del aprehendido
Aprehendida.
Artículo 373. El aprehensor dentro de las doce horas siguientes a la detención,
pondrá al aprehendido a la disposición del Ministerio Público, quien dentro de las
treinta y seis horas siguientes, lo presentará ante el Juez de control y expondrá
como se produjo la aprehensión, y según sea el caso, solicitara la aplicación del
procedimiento ordinario o abreviado, y la imposición de una medida de coerción
personal, o solicitará la libertad del aprehendido. En este último caso sin perjuicio
del ejercicio de las acciones a que hubiere lugar.
El juez de control decidirá sobre la solicitud fiscal, dentro de las cuarenta y ocho
horas siguientes desde que sea puesto el aprehendido a su disposición.
Si el juez de control verifica que están dados los requisitos a que se refiere el
artículo anterior siempre que el fiscal del Ministerio Público lo haya solicitado,
decretará la aplicación del procedimiento abreviado, y remitirá las actuaciones al
tribunal unipersonal, el cual convocará directamente al juicio oral y público para
que se

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celebre dentro de los diez días a quince días siguientes.
En este caso, el Fiscal y la víctima presentarán la acusación directamente en la
audiencia del juicio oral y se seguirán, en los demás, las reglas del procedimiento
ordinario. En caso contrario, el Juez ordenará la aplicación del procedimiento
ordinario y así lo hará constar en el acta que levantará al efecto.
El problema esencial de la flagrancia en los ordenamientos procesales que le
confieren un tratamiento por procedimiento abreviado es el procedimiento que se
aprueba, es decir, probar que efectivamente el imputado fue sorprendido
infraganti. Para poder explicar cómo debe proceder el Ministerio Público en caso
de flagrancia es necesario desmenuzar exegéticamente el artículo 373 del Código
Orgánico Procesal Penal.
Como se observa de la redacción del mencionado artículo, el Ministerio Público
tiene la función del pivole central en el procedimiento abreviado por flagrancia
diseñada en el COPP, pues, por una parte, la fiscalía debe recibir el aprehendido
de la policía o de los particulares aprehensores y proceder a levantar las
actuaciones sumarias que den sustento a la solicitud de procesamiento por
flagrancia y, por otra parte, el Ministerio Público con base en esas actuaciones
sumarias y considerando las circunstancias del caso, debe decir si efectivamente
solicita la aplicación del procedimiento abreviado, o si abre el procedimiento
ordinario mediante la correspondiente orden o auto de inicio de la fase
preparatoria, o si considera que no hay mérito para proceder y solicita la
desestimación de la causa.
De tal manera, el fiscal, cuando traigan a su presencia a alguien que
supuestamente haya sido aprehendido in fraganti, dicho fiscal del Ministerio
Público tiene varias opciones:
1. Presentar al aprehendido ante el juez de control dentro del plazo de ley y
solicitarle que califique la detención el aprendido como flagrante si estiman
que están cubiertos los requisitos legales del artículo 234 del COPP, y
pedirle la aplicación del procedimiento abreviado, si considera que
efectivamente la forma en que se produjo la aprehensión reúne las
condiciones de autonomía
-10-
fáctica y autosuficiente probatoria, necesarias para ello, entendiendo por
tales el que el hecho flagrante no tenga vinculaciones evidentes con otros,
para cuyo esclarecimiento no sea necesaria la apertura la investigación de
fase preparatoria y que la constatación del hecho flagrante haya aportado
por si misma los medios probatorios suficientes para el enjuiciamiento. En
este caso, si el juez de control estime que ciertamente concurren las
circunstancia de la flagrancia y visto el pedimento del fiscal de aplicación
del procedimiento abreviado, así lo acordara y remitirá las actuaciones a un
tribunal de juicio (artículo 68, numeral 3), el cual convocara directamente al
juicio oral y público para que se celebre dentro de los diez a quince días
siguientes. Por consiguiente, el juez de control no puede decretar la
aplicación del procedimiento abreviado, cuando el Ministerio Público no lo
hubiere solicitado.
2. Presentar al aprehendido ante el juez de control dentro del plazo de ley y
solicitarle que califique el carácter flagrante de la detención conforme al
artículo 234 del COPP y comunicarle que optará por la aplicación del
procedimiento ordinario, aun cuando la constatación del delito haya sido
efectivamente en grado de flagrancia, cuando por las características del
hecho sea necesario abrir una investigación de fase preparatoria. Y nótese
que se usa aquí deliberadamente el verbo “comunicar” en lugar del verbo
“solicitar” que impropiamente usa el legislador en el artículo 373 del COPP,
pues siendo el procedimiento abreviado de carácter especial y menos
garantistas respecto al imputado, su aplicación debe ser excepcional, por
solicitud del fiscal y autorización del juez, en tanto que el procedimiento
ordinario, siendo el de aplicación preferente y natural; no necesita
autorización expresa del juez. Si el fiscal o el juez no hacen
pronunciamiento expreso en la audiencia sobre el tipo de procedimiento a
aplicar, debe necesariamente entenderse que se aplicará el ordinario. De
tal manera, el juez no puede imponerle al fiscal que lleve la causa por
procedimiento abreviado, pues ello sería invadir la esfera de la acusación y
violar el principio
-11-
acusatorio, ni tampoco el imputado tiene derecho a que se le juzgue por el
procedimiento especial de flagrancia, como han alegado algunos
defensores avispados, ante la notaria insuficiencia de prueba de la
acusación, olvidando que la sociedad tiene derecho al mejor
esclarecimiento de los hechos punibles.
3. Dictar la orden de inicio de la investigación de fase preparatoria del
procedimiento ordinario, si encuentra que el hecho no reúne las
características de la flagrancia, pero existen fundados elementos de
convicción que hacen suponer que el aprehendido se encuentra incurso en
un delito concreto. Como quiera que en este caso se puede estar ante una
detención que no cumple los requisitos constitucionales, es decir no ha sido
realmente flagrante, el fiscal deberá sopesar cuidadosamente la necesidad
de solicitar la detención judicial por la fórmula de urgencia que prevé el
artículo 236 del COPP, pues en aquellos casos donde la detención ha sido
manifiestamente ilegal, pero hay serios fundamentos contra el aprehendido,
tal ilegalidad podrá ser causa de una sanción disciplinaria para los
funcionarios actuantes, pero nunca de la liberación del imputado.
4. Establecer que no hay mérito para proceder y dejar el libertad al
aprehendido por imperativo del artículo 44, ordinal 1º de la Constitución, si
no se dan los supuestos de la flagrancia o cuando, definitivamente los
hechos que motivaron la aprehensión no son constitutivos de delito. En este
punto es obvio, que el Fiscal del Ministerio Público no tiene por qué solicitar
la libertad del aprehendido del juez, pues la libertad de es un derecho
constitucional y la regla en el proceso penal, por lo cual no tiene que ser
decretada por nadie, sobre todo teniendo en cuenta que solicitar la
detención judicial de una persona es uno de los contenidos básicos del
ejercicio de la acción penal y corresponde exclusivamente al Ministerio
Público. La prisión provisional la excepción y constituye una derogación
singular del derecho a la libertad del imputado y por eso debe ser decretada
y por ello corresponde al fiscal, en tanto parte de buena fe , preservarla
cuando corresponda.
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Eventualmente, el fiscal también puede, en los casos de flagrancia, solicitar al
juez de control la aplicación del llamado principio de oportunidad, previsto en los
artículos 38 al 40 del Código Orgánico Procesal Penal. Igualmente, en los casos
de flagrancia, desde el momento mismo de la aprehensión, la víctima y el
imputado están en plena libertad de arribar a acuerdos reparatorios, siempre y
cuando el delito conocido sea de los que caben en el enunciado del artículo 41 del
Código Orgánico Procesal Penal.
Por otra parte, obsérvese que el artículo 373 expresa que los aprehensores
pondrán al aprehendido a disposición del Ministerio Público en el brevísimo lapso
de doce horas. El Ministerio Público es el único Órgano instructor de la flagrancia.
Es decir, que el fiscal del Ministerio Público Tiene que escuchar directamente a los
aprehensores, sean policías o particulares, levantar por si las actuaciones a que
haya lugar, generalmente declaraciones y valorar los objetos que se hayan
ocupado al aprehendido (instrumentos, bienes sustraídos, etc.). En ningún caso el
Ministerio Público puede admitir que la policía le traiga actas levantadas por sus
funcionarios. La policía solo debe llevar al aprehendido, a la víctima o a los
testigos, si los hubiere, así como los objetos o instrumentos del delito, en su caso,
a la sede del Ministerio Público, el cual obviamente tiene que tener establecidas
guardias permanentes y necesita, muchos, pero muchos funcionarios.
Sólo si los funcionarios del Ministerio Público los que instruyen la flagrancia,
podrán valorar adecuadamente los hechos y escoger la variante de conducta
procesal adecuada. Solo así podrá el fiscal del Ministerio Público proponer
válidamente el procesamiento abreviado por flagrancia ante el juez de control
respectivo.
El juez de control es llamado a calificarla y a autorizar la aplicación del
procedimiento abreviado en este caso. Pero para eso es menester que el primer
que el primer convencido sea el fiscal que va a presentar el caso. Es necesario
recordar, una vez más, que en los establecimientos establecidos por el COPP,
donde el Ministerio Público es investigador, instructor y acusador, la displicencia y
la dejadez no pueden estar presentes en el trabajo de este órgano que es hoy la
-13
columna vertebral del proceso penal venezolano.
La flagrancia procesal sirve para juzgar delitos menores que, consumados o no,
se agotan en el acto mismo de la flagrancia y por tanto no hay allí cómplices, ni
motivaciones anteriores, ni modus operandi escabroso, ni finalidades ocultas, ni
autores intelectuales, ni delitos de medio a fin, ni receptores, etc., pues si flora
algo de eso y hay que averiguarlo, adiós al procedimiento por flagrancia. El
procedimiento especial por flagrancia realmente debe existir para casos tales
como los arrebatadores, el carterismo, los hurtos frustrados en supermercados o
tiendas por departamento y para los altercados en la vía pública. Así lo conciben
casi todas las legislaciones que lo tienen establecido. Pero el legislador
venezolano cometió el terrible desaguisado, la barbaridad se diría, de someter al
procedimiento abreviado por flagrancia a cualquier clase de delito, cualquiera sea
la pena que tenga asignada (art. 372 COPP), lo cual, de paso, además de privar
de las garantías de defensa establecidas en la fase preparatoria, somete a los
acusados por delitos graves a un tribunal unipersonal, lo que disminuye aún más
aquellas garantías.
Lo cierto es que resulta poco probable y hasta inconveniente para los intereses
de la sociedad, que el Ministerio Público representa, que los delitos graves puedan
juzgarse por el procedimiento abreviado por flagrancia, aun cuando formalmente,
una persona haya sido sorprendido cometiendo en flagrante delito. En los casos
de delitos graves es mejor siempre investigar por el procedimiento ordinario, ya
que el hecho in fraganti puede ser sólo la punta de un iceberg y puede existir un
conjunto de otros delitos y de otros implicados, que el principio de unidad del
proceso (art. 76 COPP) obliga a juzgar conjuntamente. Por eso, aun cuando
ciertos hechos graves pudieran revelarse como flagrantes, hay que examinarlos
con la lupa de la suspicacia y la desconfianza, para no dejar cabos sueltos. Por
esta razón, los órganos de investigación de países con gran desarrollo y
experiencia suelen hacer seguimientos de años a los casos de delincuencia
organizada, que siempre son los más complejos y en los cuales, si se actúa
intempestivamente, nunca se llegará al tronco.

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Procedencia de la detención judicial y de medidas sustitutivas de ésta en el
procedimiento por flagrancia
Desde siempre ha existido la creencia de que en los casos de delitos flagrantes
debe decretarse la prisión provisional como única medida de aseguramiento
posible frente a un reo bellaco que desafía a la opinión pública y a la justicia con
un actuar desembozado.
Sin embargo, esa tesis es absolutamente insostenible a la luz del Derecho
Procesal Moderno, cuyos principios de privado de la libertad consagra el Código
Orgánico Procesal Penal con meridiana claridad. También se debe considerar que
no todos los delitos flagrantes son delitos graves, no todos los que los cometen
son realmente personas peligrosas o antisociales desalmados. Por ello, es
incuestionable que sería excesivo que a todo aprehendido en flagrancia se le
dejara detenido a resultas del juicio oral.
De conformidad con el artículo 353 del Código Orgánico Procesal Penal, las
reglas del procedimiento ordinario se aplicarán a los procedimientos especiales
siempre que no se opongan a las disposiciones establecidas específicamente para
cada uno de ellos.
En los casos de flagrancia todo se reduce a comprobar la existencia de los
supuestos del artículo 234, en la forma en que se explica en los epígrafes
anteriores, y una vez establecido esto, inicialmente por el fiscal del Ministerio
Público como instructor y legitimado activo penal en el procedimiento por
flagrancia y, luego, por el juez de control, como autoridad jurisdiccional, se
produce la materialización de la consecuencia efectiva de este procedimiento
especial, vale decir, la calificación o no del hecho como flagrante y la escogencia
del procedimiento a seguir. Toda la especialidad de ese trámite se resume en un
solo artículo del COPP (373), y no existe allí disposición alguna respecto a la
imposición de medidas cautelares. Por tanto, es necesario concluir, que para el
procedimiento por flagrancia establecido en el COPP, rigen plenamente las
normas del régimen ordinario del aseguramiento del imputado, regulado en los
artículos 229 al 250 ejusdem.
Siendo esto así, todo individuo sorprendido en flagrante delito, cualquiera sea la
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modalidad de la flagrancia procesal de que se trate, tiene que ser tratado bajo los
principios generales que rigen la imposición de las medidas de coerción personal,
previstas en los artículos 229, 230, 232 y 242 del COPP. Por ello, no está negada
la posibilidad del procedimiento en libertad y de la imposición de medidas
sustitutivas y en el procedimiento especial por flagrancia regulado en el Código
Orgánico Procesal Penal.
Sin embargo, tampoco debe olvidarse, que la flagrancia, de ser verdaderamente
tal, brinda directamente los elementos esenciales a que se refieren los numerales
1 y 2 del artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, que es la norma rectora
de la detención judicial, por lo cual la labor del tribunal al cual corresponda
conocer y decidir de una solicitud de detención judicial en el procedimiento por
flagrancia, se debe circunscribir solamente a determinar si existe el peligro de fuga
u obstaculización de la investigación a que se contrae el numeral 3 del referido
precepto, en relación con los artículos 237 y 238, y teniendo siempre en cuenta lo
establecido en el artículo 239, todos del Código Orgánico Procesal Penal.
Por tanto, cuando exista verdaderamente flagrancia, los tribunales podrán
decretar la prisión provisional siempre y cuando se trate de delitos con pena
superior a los tres años de privación de libertad en su límite máximo, o cuando, en
todo caso, el comisor tenga antecedentes penales, y valorando siempre, en la
motivación de la decisión, la forma en que se manifiestan en el caso, las
circunstancias que no existe peligro de fuga ni de obstaculización de la
investigación, debe decretar una medida sustitutiva y no gravar al imputado con la
prisión provisional.
Sin embargo, según el artículo 374 del Código Orgánico Procesal Penal,
cuando en el caso anterior, el juez de control decrete la libertad del imputado, ya
sea libertad plena o con medida sustitutiva, el fiscal podrá interponer, en el mismo
acto de la audiencia y nunca después, un recurso de apelación contra esa
decisión, el cual el legislador le confiere efecto suspendido, es decir, que su
interposición impide que sea ejecutada la decisión del juez de poner en libertad al
aprehendido, el cual quedara detenido a resultas de la apelación.

-16-
El establecimiento de este efecto suspensivo en contrario al espíritu del Código
Orgánico Procesal Penal por dos razones esenciales. La primera porque
contraviene la forma en que el Código Orgánico Procesal Penal trata el problema
de la libertad decretada en audiencia, en los artículos 236, 348, 450 y 461, se
observará que la libertad del imputado, acordada por el juez luego de una
audiencia, se hace efectiva de inmediato; y la segunda, porque debidamente
fundamentados en los artículos 440 y 445 del COPP, por lo que difícilmente podrá
ser bien motivado un recurso que debe presentarse en el mismo acto donde se
notifica la decisión que se pretende recurrir. Esta forma bizarra tendrá efectos
grotescos en la práctica, pues bien los fiscales no recurrirán en absoluto, o sus
recursos serán desestimados por inmotivados, o los jueces determinarían
desaplicándola por inconstitucional, ya que, una interpretación a fortiori él a
complitudine del artículo 374 del Código Orgánico Procesal Penal y que se
entendería así:
Solo la autoridad judicial puede decidir sobre la libertad del sorprendido in
fraganti y por lo tanto, no puede el legislador ordinario disponer que la
manifestación de voluntad de otro funcionario no judicial, haga nugatoria la
disposición del juez de dejar en libertad al aprehendido.
Por otra parte, cuando en una audiencia de flagrancia, promovida, como es
natural, por el Ministerio Público, el juez de control considere que no se dan los
supuestos de flagrancia, el juez podrá, en cambio, decretar la prisión provisional
sí, no obstante considerar que no hay flagrancia, estima que se cumplen las
circunstancias excepcionales a que se refiere el último aparte del artículo 236 del
Código Orgánico Procesal Penal. En este caso, la audiencia del artículo 373
valdrá a los efectos de los artículos 132 y 236 del mismo cuerpo.
De tal manera, puede decretarse la flagrancia y no disponerse la prisión
provisional del imputado, pero también es posible que no sea decretada la
flagrancia y que, en cambio, sí se decrete la prisión provisional del imputado,
siempre a solicitud del Ministerio Público.
Acción y jurisdicción respecto a las medidas cautelares en el procedimiento de
flagrancia.
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La acción o legitimación activa para solicitar la imposición de medidas
cautelares respecto a los imputados, tanto el procedimiento ordinario, como en el
procedimiento especial de flagrancia, corresponde al Ministerio Público. Ello es
una manifestación particular del monopolio de la acción penal pública que tiene
ese órgano en virtud de los artículos 11 y 24 del Código Orgánico Procesal Penal.
Aquí no debe olvidarse que nunca un tribunal de la República puede disponer la
prisión judicial preventiva de un ciudadano, si el Ministerio Público no lo solicita,
según el claro texto del artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal.
Entonces, debe resultar claro que, en el sistema del Código Orgánico Procesal
Penal, el único sujeto procesal legitimado para solicitar la imposición de medida
cautelar en los procedimientos por delitos perseguibles de oficio es el Ministerio
Público y no así el querellante. En cambio, el imputado está facultado para solicitar
en todo momento la revisión de a medida de presión provisional y su cambio por
una medida sustitutiva (art. 250).
Autoridad que debe decretar o revisar las medidas cautelares En el
procedimiento por flagrancia, en la decisión que pone fin a la audiencia de
calificación (artículo 373 del Código Orgánico Procesal Penal), el juez de control
vendrá obligado a pronunciarse siempre sobre si impone o no medidas cautelares
al imputado y qué tipo de medida le impondrá; lo cual es absolutamente lógico,
porque en la audiencia de calificación de flagrancia ante el juez comparecen
siempre individuos aprehendidos, y es necesario que el juez decida
motivadamente qué hacer con dichas personas.
Ahora bien, después de que el juez de control ha autorizado la aplicación del
procedimiento abreviado por flagrancia, cualquiera haya sido su decisión sobre
medidas cautelares, su jurisdicción se agota, por lo cual el caso nunca podrá
volver a sus manos, a menos que la Sala de Casación Penal decida reponer
(artículo 458 COPP) si se hubiere cometido violación procesal inexcusable al
declararse la procedencia de la flagrancia. De tal manera, una vez que el juez de
control ha decidido abrir el procedimiento especial por flagrancia y el caso ha
pasado al juez de juicio, es a este último al que corresponde resolver sobre
cualquier solicitud de
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cambio de medida cautelar que se le haga, sencillamente porque se trata de un
incidente y de conformidad con la doctrina procesal universalmente consagrada y
largamente asentada en Venezuela (artículo 607 del CPC de 1986), el tribunal que
conoce de la cuestión principal debe resolver las cuestiones incidentales que se
susciten durante ese conocimiento. Por tanto no es permitido al juez de juicio, que
ya tiene el expediente en las manos para la celebración del juicio oral, devolver el
caso al juez de control para que este decida sobre el cambio de medida. El juez de
juicio debe decidir sobre el asunto, bien por auto que dicte antes del juicio oral,
bien por auto que dicte antes del juicio oral, valorando para ello todas las
circunstancias que rigen la imposición y el cambio de las medidas cautelares, o
bien en el mismo juicio oral, mediante decisión que deberá asentarse en el acta
del juicio o formar parte de la sentencia.
Lo mismo ocurrirá cuando el cambio de medida cautelar sea solicitado ante la
Corte de Apelaciones que ya sea abocado al conocimiento del recurso de
apelación o ante el supremo Tribunal en casación. Es claro que, como correlato de
todo lo anterior, el cambio de medida sólo puede solicitase por ante el Tribunal
que esté conociendo de la causa en un momento dado.
La prueba, la acusación y la defensa en los juicios por flagrancia
Los elementos probatorios del hecho flagrante son exclusivamente los que
dimanan del propio hecho flagrante; es necesario recordar que el hecho flagrante,
en cualquiera de las variantes de flagrancia aceptadas por nuestro legislador,
debe ser de naturaleza tal que, por si solo, debe aportar los elementos suficientes
para considerar acreditada la comisión de un hecho punible y para estimar que la
persona del aprehendido es su autor. Justamente por eso el hecho flagrante
equivale de suyo a una fase preparatoria, a un sumario.
En ese sentido, la única prueba de que puede valerse el Ministerio Público, si
decide llevar el hecho por flagrancia, debe acusar con esos elementos de prueba y
no con otros, pues eso equivaldría a abrir una fase preparatoria. Si el Ministerio
Público pretende obtener otras pruebas adicionales a las que ha aportado al
hecho

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flagrante y no da igual oportunidad a la defensa y el equilibrio procesal, que
podría
ciertamente dar lugar a la reposición de la causa para que se tramitara por el
procedimiento ordinario.
Por esta razón el Ministerio Público debe ser sumamente responsable a la hora
de promover el procedimiento abreviado por flagrancia, pues si se le quedan
cabos sueltos entonces esos malos manejos podrían conducir a la absolución de
un imputado verdaderamente responsable. El procedimiento por flagrancia no es
la panacea para el Ministerio Público, sino más bien un arma de doble filo o
boomerang, que es necesario manejar con suma cautela.
En este orden de ideas, la acusación que presente el Ministerio Público en el
procedimiento especial por flagrancia debe recoger como hecho imputable, a los
efectos del numeral 2 del artículo 308 del COPP, solamente el hecho flagrante y
no otros, anteriores o posteriores, y que no hayan sido objeto de constatación en
el momento de la flagrancia, ni incluir como imputados a personas que no hayan
sido sorprendidas en el hecho flagrante.
De la misma manera respecto a la calificación jurídica, el Ministerio Público no
puede calificar jurídicamente al hecho flagrante más que por aquello que se
hubiere constatado. Así, por ejemplo, si a alguno se le sorprende escondiendo o
maquillando un vehículo que aparece como robado o hurtado, lo único que puede
imputársele por flagrancia es el aprovechamiento de cosa proveniente del delito.
Ahora, que si lo que se quiere es agarrar el ovillo por la punta, entonces no se
lleve al individuo por flagrancia y sígase el procedimiento ordinario.
De manera consecuente con los antes expresado, la defensa en los casos de
flagrancia, en primer lugar, en combatir el que exista realmente flagrancia. Dado
que el procedimiento por flagrancia es ampliamente desfavorable al reo, por
cuanto no hay contradictorio de las fases preparatoria e intermedia y por cuanto
cualquiera sea la pena, el juzgamiento se producirá por un tribunal unipersonal
(artículo 372). Las pautas que debe seguir el defensor para controvertir la
existencia de flagrancia son las que se han expuesto procedentemente al estudiar
las bases procesales de la flagrancia.
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En segundo lugar, el defensor debe estar muy atento a las tentativas del
Ministerio Público de alterar el equilibrio procesal, ya sea porque trata de incluir en
la acusación hechos que no hayan sido constatados “in fraganti”, o porque intenta
buscar evidencias fuera del hecho flagrante y su entorno, o porque califica
jurídicamente los hechos fuera de lo que estrictamente indica el hecho flagrante.
Lógicamente no está excluida la posibilidad de que pueda defenderse al
aprehendido en flagrancia sobre la base de una tesis de no participación, es decir,
de completa inocencia o no vinculación con el hecho perseguido, por ello sólo será
posible cuando de trate de casos de falsa flagrancia y se haya cometido errores en
la presentación y la admisión de la solicitud de procesamiento. Obviamente, el
derecho a la defensa no está negado en el procedimiento de flagrancia, pero no
hay dudas de que si la flagrancia es real y probable, entonces la defensa deberá
buscar atenuaciones por otras vías.
La admisión de los hechos en el procedimiento por flagrancia
Según el artículo 375 del Código Orgánico Procesal Penal la oportunidad
procesal para que el imputado admitan lo hechos que se le imputan y solicite la
imposición inmediata de la pena, es la audiencia preliminar, en el caso del
procedimiento abreviado.
De tal manera, no hay dudas acerca de que si es posible la admisión de los
hechos en el procedimiento abreviado y de cuál es la oportunidad para hacerlo. De
esta manera, se salvaguardan los principios fundamentales sobre los que se
asienta la admisión de los hechos en el sistema acusatorio, es decir, 1) que ésta
debe producirse después de formulada la acusación y conocida por el imputado y
su defensor (certeza) y 2) se produzca de boca del mismo imputado y en
presencia del tribunal (oralidad e inmediación).
En cuanto a sí es posible la admisión de los hechos en la audiencia de
calificación de flagrancia, la opinión personalísima de este comentarista, en la más
pura ortodoxa es que no es posible, pues no existe allí la acusación que concrete
los hechos imputados y que deban ser admitidos (garantía del principio de
certeza). Sin embargo, sí se enfoca el asunto desde la perspectiva de la celeridad
procesal y se
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tiene en cuenta que el hecho flagrante tiene ribetes más o menos precisos y que
debe ser objeto de una precalificación jurídica por parte de la fiscalía, entonces
quizás pudiera admitirse dicha tesis.
Procedimiento abreviado por delitos menores
En los casos de los delitos perseguibles de oficio con pena privativa de libertad
no mayor de cuatro años en su límite máximo, o en el caso de los llamados delitos
no detentivos, o sea, aquellos que no tienen señalada pena de privación de
libertad (art. 372), el Ministerio Público podrá solicitar ante el juez de control la
admisión del procedimiento abreviado dentro de los quince días siguientes del
primer acto de procedimiento podría ser la denuncia o la querella (o su admisión
por el juez) que son actos que pueden dar inicio al proceso.
El Ministerio Público, una vez que haya recibido la denuncia o la querella, o por
cualquier otro medio hubiere recibido la noticia del delito, verificará si están
presentes allí todas las evidencias necesarias para acreditar el delito y la
responsabilidad de todas las personas señaladas como autores o participes, de
manera que se haga innecesaria la investigación de fase preparatoria. Si esto es
así, en lugar de dictar la orden de inicio de la investigación, podrá solicitar al juez
de control el enjuiciamiento abreviado. El juez de control convocará a una
audiencia y escuchará la intervención del representante del Ministerio Público y
examinara los recaudos que obren en su poder y oirá también al imputado, luego
de lo cual dictará la resolución que corresponda, sin más tramite (artículo 372). Si
el juez de control acuerda la apertura del procedimiento abreviado, el Ministerio
Público y la victima presentarán sus acusaciones ante el juez de juicio quien
conocerá del procedimiento abreviado. Esta decisión del juez de control es
apelable por el imputado en virtud del artículo 439 numeral 5.
En todo caso, el juez de control, antes de aprobar la aplicación del
procedimiento abreviado comprobará si tal decisión afecta o no el derecho del
imputado a la defensa, o el derecho de la víctima a hacer valer sus reclamos.
Si el juez no admite la aplicación del procedimiento abreviado, ordenará la
continuación del proceso ordinario y ello, según nuestra opinión, debe ser
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inapelable, ya que el procedimiento ordinario es la regla (debido proceso) y no
supone agravio o lesión de ningún tipo para los intereses que representa el
Ministerio Público.
El procedimiento por admisión de los hechos Definición y Fundamentos
Si el procedimiento abreviado se caracteriza por la supresión de la fase
preparatoria, el procedimiento por admisión de los hechos se distingue por
ahorrarse el juicio oral (COPP artículo 375). El procedimiento de admisión de los
hechos se presenta en el Código Orgánico Procesal Penal bajo dos garantías o
principio fundamentales: 1) que exista una acusación formal que fije los hechos
imputados y que la admisión se produzca de viva voz ante el juez. En este sentido,
en la Exposición de Motivos del Código Orgánico Procesal Penal se lee lo
siguiente:
Dado que la no celebración del juicio oral afecta garantías básicas, sólo puede
aplicarse este procedimiento especial cuando el consentimiento del imputado haya
sido prestado con total libertad con total libertad, en tal virtud se prevé un control
judicial a fin de evitar que presiones indebidas puedan distorsionarlo. Como
beneficio para el imputado por la aceptación de este procedimiento se dispone de
una rebaja en la pena aplicable al delito desde un tercio a la mitad, atendidas
todas las circunstancias y tomando en consideración el bien jurídico afectado y el
daño social causado.
La admisión de los hechos, como forma de proceder que resuelve la primera
instancia sin necesidad de juicio oral, tiene lugar, cuando llegada la audiencia
preliminar en el proceso ordinario o una vez presentada la acusación en el juicio
oral seguido por procedimiento abreviado, el imputado, en ese caso, solicita al
juez de control la imposición inmediata de la pena, previo reconocimiento de los
hechos de la acusación. En este caso, el juez deberá rebajar la pena aplicable al
delito que hayan corporificado los hechos administrados, desde un tercio a la
mitad, tomando en cuenta para fijar el monto de la rebaja, el bien jurídico afectado
y el daño social causado.
Sin embargo, cuando se trate de delitos donde haya habido violencia contra las
personas o de delitos contra el patrimonio público, o de delitos relacionados con
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estupefacientes con pena superior a ocho años de privación de libertad en su
límite máximo, el juez sólo podrá rebajar la pena aplicable hasta un tercio, sin que
nunca pueda aplicar una pena por debajo del límite de la pena mínima establecida
por la ley para el delito en cuestión.
En todo caso de admisión de los hechos el imputado tendrá derecho a una
rebaja de pena como premio a su colaboración con la justicia, aun cuando en los
delitos graves resulte no ser atractiva esa rebaja.
Hechos Admisibles. Forma y efecto de la admisión
Los hechos que pueden admitir el imputado son los que aparecen de la
acusación y ningunos otros. Por tanto, el juez no puede forzar al imputado a que
admita hechos no incluidos en la acusación, ni condicionarle de forma alguna las
rebajas que la ley establece. Éste es el único caso en el COPP donde una
sentencia condenatoria puede ser pronunciada por un distinto del juez de juicio y
la sentencia por admisión de los hechos tiene que reproducirse textualmente en su
parte narrativa. Los hechos de la acusación, pero el juez no queda obligado por la
calificación que el fiscal les haya dado. En otras palabras, el juez de control no
puede variar los hechos de la acusación, admitidos por el imputado, pero puede
calificarlos según su prudente árbitro, y en este punto la sentencia es apelable,
tanto por el imputado como por el fiscal y la víctima.
Por otra parte, para que haya admisión de los hechos, en el sentido regulado en
el artículo 375, es menester que el imputado admita los hechos de la acusación de
pura y simple, sin pretensiones de otra solución procesal que no sea su condena
con las rebajas mencionadas. Si el imputado pretende que se les apliquen
eximentes o atenuantes o que sus acciones no son punibles, deberá alegar esas
razones en la misma audiencia preliminar, como insuficiencias de la acusación o
en el juicio oral, en su día, pero no puede pretender que tales circunstancias sean
valoradas en una sentencia por admisión de los hechos.
El legislador dice que la admisión de los hechos procede después de
presentada la acusación, y nunca antes, pues a partir de ese momento es cuando
existe una incriminación formal y definitiva que establece con fijeza los hechos
imputados, que
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son los mismos que debe admitir el imputado y no otros.
La admisión de los hechos como requisito para el otorgamiento de otros
beneficios
En el Código Orgánico Procesal Penal, la admisión de los hechos está
establecida como condición al imputado para la obtención de determinados
beneficios procesales, tales como la aprobación de acuerdos preparatorios
después de presentada la acusación (artículo 41, última parte), y la suspensión
condicional del proceso (artículo 43), en todo caso. Asimismo, el Código Orgánico
Procesal Penal establece que si el imputado que recibe cualquiera de estos
beneficios no cumple con las obligaciones que de ellos se derivan se les
sancionara con fundamento en la admisión de los hechos realizada sin necesidad
de audiencia preliminar, y sin las rebajas que se conceden en la admisión pura y
simple (artículo 41 última aparte y 47 numeral 1, en relación con el último aparte
del artículo 375.
Los procedimientos para juzgar al Presidente de la República y otros altos
funcionaros del Estado
Este procedimiento tiene dos particularidades:
1. La exigencia de un enjuiciamiento de mérito ante el Tribunal Supremo de
Justicia (COPP artículo 376, CRBV artículo 266 numeral 2 y 3) para poder
enjuiciar al Presidente de la Republica, al Vicepresidente de la República y
a los Diputados de la Asamblea Nacional, los Magistrados del Tribunal
Supremo de Justicia, los Ministros, El Fiscal General, el Procurador
General, el contralor General de la República, el Defensor del Pueblo, los
gobernadores, los Generales y Almirantes, y los Jefes de Misiones
Diplomáticas de la República (COPP artículo 376 y CRBV 266 numeral 3).
2. El hecho del que el Presidente de la República será juzgado por el Tribunal
Supremo de Justicia en Pleno, lo cual es ejecución de un mandato
constitucional (CRBV, artículo 266 ordinal 2), y arrastra en ese juzgamiento
a sus coimputados a su fuero personal, en tanto que los otros altos
funcionarios, sino concurren como coacusados del Presidente de la
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República, son juzgados si se encuentra mérito para ello, por los tribunales
ordinarios, pero esto no resulta claro dado el texto confuso de la parte final
del numeral 2, que pareciera cambiar la regla tradicional.
Según el artículo 376 del Código Orgánico Procesal Penal, corresponde al
Tribunal Supremo de Justicia en pleno declarar si hay o no mérito para el
enjuiciamiento del presidente de la república o de quien haga sus veces y de los
altos funcionarios del Estado, previa querella del Fiscal General de la República.
El hecho de que exista el enjuiciamiento de mérito no impide que cualquier
ciudadano pueda denunciar o querellarse contra el Presidente de la República o
cualquier otro alto funcionario ante cualquier fiscal o ante cualquier juez de control,
respectivamente. El fiscal que reciba la denuncia, pondrá los hechos denunciados
en conocimiento del Fiscal General de la República, y el Juez de Control remitirá
la querella al mismo funcionario a fin de que decida si investiga el hecho y
promueve o no el correspondiente antejuicio de mérito.
Reciba la querella del Fiscal General de la República promoviendo el antejuicio
de mérito, el tribunal supremo de Justicia en Pleno convocará a una audiencia a
oral y pública dentro de los treinta días siguientes para que el imputado de
respuesta a la querella. El imputado estará en cuanta del contenido de la querella
desde que sea citado, pero es de observar que el artículo 379 del Código
Orgánico Procesal Penal es imperfecto porque cuenta los treinta días, a partir de
la presentación de la querella y no desde la citación del imputado es citado con
escasas horas de antelación a la audiencia.
Abierta la audiencia para decidir el antejuicio de mérito, el Fiscal General de la
República explanará la querella y seguidamente el defensor expondrá los alegatos
correspondientes. En esta audiencia se admitirán réplica y contrarréplica de las
partes, pero el imputado tendrá la última palabra. Luego de concluido el debate la
Corte declarará, en el término de cinco días siguientes, si hay o no mérito para el
enjuiciamiento (artículo 379).
Cuando el Tribunal Supremo de Justicia declare que hay mérito para el
enjuiciamiento del Presidente de la República, previa autorización del Senado,
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continuara conociendo de la causa hasta sentencia definitiva, pero cuando se trate
de los otros altos funcionarios del Estado y se declare que hay lugar al
enjuiciamiento, el Tribunal Supremo de Justicia deberá pasar los autos al Tribunal
ordinario competente si el delito fuere común o continuará conociendo de la causa
hasta la sentencia definitiva, cuando se trate de delitos políticos, salvo lo dispuesto
en el artículo 200 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
respecto del allanamiento de la inmunidad de los miembros de la Asamblea
Nacional, que tendrá que proceder a todo enjuiciamiento de cualquier parlamento
(artículo 378)
El procedimiento de extradición
Fuentes
El Código Orgánico Procesal Penal declara como fuentes en materia de
extradición, las normas comprendidas en los artículos 382 al 390 del Código
Orgánico Procesal Penal, los tratados, convenios y acuerdos internacionales
suscritos por Venezuela.
Se distinguen los trámites a seguir en caso de extradición activa o pasiva.
Extradición Activa: el trámite para la extradición activa; esto es, cuando Venezuela
interviene como Estado requirente, solicitando a otro la entrega de una persona
que se encuentre en su territorio, bien para juzgarla o para que cumpla la pena
que le ha sido impuesta, se inicia con la solicitud del juez de control a la Sala de
Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, cuando se tuviere noticias de
que un imputado respecto del cual el Ministerio Público ha presentado la
acusación y el Juez de Control ha dictado una medida cautelar de privación de
libertad, se halla en país extranjero.
En caso de fuga de quien esté cumpliendo condena, prevé el Código Orgánico
Procesal Penal que el trámite debe iniciarlo el Juez de Ejecución, lo cual es lógico
pues con base en las previsiones de este instrumento legal, corresponde al juez
de ejecución, entre otras atribuciones, velar por la ejecución de las penas y
medidas de seguridad impuestas mediante sentencia firme, por ello debe ser ese
funcionario judicial el legitimado para solicitar el inicio del trámite de extradición si
se requiere el cumplimiento de la pena impuesta no ejecutada o la pena cuyo
cumplimiento se
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hubiere quebrantado.
El plazo para que el Tribunal Supremo de Justicia decida sobre la procedencia
o no de la solicitud de extradición, es de treinta (30) días, contados a partir del
recibo de la documentación pertinente. En caso de que la declarare procedente
debe remitir copia de lo actuado al Ejecutivo Nacional.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores que es el órgano encargado
de tramitar por vía diplomática la solicitud de extradición, debe certificar y hacer
las traducciones cuando corresponda, y presentar tal solicitud ante el gobierno
extranjero en el plazo máximo de sesenta (60) días.
Medidas precautelativas en el extranjero
El Ejecutivo Nacional, con fundamento en la solicitud hecha ante el Tribunal
Supremo de Justicia, puede solicitar al Estado requerido la detención preventiva
de la persona solicitada y la retención de los objetos concernientes al delito. Si se
efectuaren tales diligencias la petición de extradición deberá formalizarse dentro
del lapso previsto en la convención, tratado o normas de derecho internacional
aplicable.
Extradición Pasiva: el procedimiento de extradición pasiva, es decir, el
requerimiento que un Estado de la comunidad internacional efectúa a Venezuela a
fin de que entregue a una persona que se encuentra en este territorio, se inicia
con la solicitud que el gobierno extranjero presenta al Poder Ejecutivo, solicitud
que este debe remitir al Tribunal Supremo de Justicia con la documentación
recibida.
Medida Cautelar
En caso de que la solicitud de extradición se presenta sin la documentación
judicial necesaria, pero con el ofrecimiento de producirla después, y con la petición
de que mientras se produce se aprehenda al imputado, el Poder Ejecutivo puede
ordenar, según la gravedad, urgencia y naturaleza del caso, la aprehensión de
aquél, señalando un término perentorio, que no excederá en ningún caso los
sesenta (60) días continuos, para la presentación de la documentación.

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Libertad del Aprehendido
Una vez vencido el lapso, el Poder Ejecutivo ordenará la libertad del aprehendido
si no se produjo la documentación ofrecida, sin perjuicio de acordar nuevamente la
privación de libertad si posteriormente recibe dicha documentación.
Abogado de los Gobiernos Extranjeros
Procedimiento
Para decidir, el Tribunal Supremo de Justicia debe convocar a una audiencia
oral dentro de los treinta (30) días siguientes a la notificación del solicitado. A esta
audiencia deben concurrir el imputado y su defensor. Visto que los gobiernos
extranjeros pueden designar un abogado para que defienda sus intereses en este
procedimiento, si aquél hubiere sido designado, también deberá concurrir a la
audiencia. En esa oportunidad todos expondrán sus alegatos. Concluida la
audiencia, el Tribunal Supremo de Justicia debe decidir en un plazo de quince (15)
días.
El procedimiento para perseguir los delitos de acción privada
El Procedimiento en los delitos de acción dependientes de instancia de
parte
Procedencia.
Formalidades de la Querella (Artículo 391 y 392 COPP) El enjuiciamiento por
delitos de acción dependiente de instancia de parte agraviada, sólo puede
iniciarse por acusación privada de la víctima presentada ante el tribunal de juicio.
En la acusación debe indicarse la identificación y domicilio o residencia del
acusador y el acusado; la indicación del delito imputado y una relación
especificada de todas las circunstancias esenciales del hecho; los elementos de
convicción en los que se funda la atribución de la participación del imputado en el
delito; la justificación de la condición de víctima; la firma del acusador o de su
apoderado con poder especial. Si el acusador no supiere o no pudiere firmar, debe
concurrir personalmente ante el juez y en su presencia, estampar la huella digital.
En todo caso el acusador debe concurrir personalmente ante el juez para
ratificar
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su acusación y el Secretario debe dejar constancia de este acto procesal.
El Código Orgánico Procesal Penal admite la posibilidad de intervención de más
de un acusador, no así la admisión de más de una acusación privada, por tanto, si
varias personas pretenden ejercer la acción penal con respecto a un mismo delito,
deben ejercerla conjuntamente por sí o por medio de una sola representación.
La acusación privada deberá formularse por escrito directamente ante el
tribunal de juicio y deberá contener:
1. El nombre, apellido, edad, estado, profesión, domicilio o residencia del
acusador privado, el número de su cédula de identidad y sus relaciones de
parentesco con el acusado;
2. El nombre, apellido, edad, domicilio o residencia del acusado;
3. El delito que se le imputa, y del lugar, día y hora aproximada de su
perpetración;
4. Una relación especificada de todas las circunstancias esenciales del hecho;
5. Los elementos de convicción en los que se funda la atribución de la
participación del imputado en el delito;
6. La justificación de la condición de víctima;
7. La firma del acusador o de su apoderado con poder especial;
8. Si el acusador no supiere o no pudiere firmar, concurrirá personalmente
ante el juez y en su presencia, estampará la huella digital.
Auxilio Judicial (Articulo. 393 COPP)
Dado que la víctima carece del poder de investigación que se otorga al fiscal
respecto de los delitos de acción pública, si fuere necesario llevar a cabo una
investigación preliminar para identificar al acusado, determinar su domicilio o
residencia, para acreditar el hecho punible, o para recabar elementos de
convicción, la víctima puede solicitar a un juez de control la práctica de una
investigación preliminar, es lo que se conoce como Auxilio Judicial. La solicitud
que formule la víctima debe contener:
1. Su nombre, apellido, edad, domicilio o residencia y número de cédula de
identidad.
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2. El delito por el cual pretende acusar, con una relación detallada de las
circunstancias que permitan acreditar su comisión, incluyendo, de ser
posible, lugar, día y hora aproximada de su perpetración.
3. La justificación acerca de su condición de víctima, y,
4. El señalamiento expreso y preciso de las diligencias que serán objeto de la
investigación preliminar.
Si el Juez de Control considera que se trata efectivamente de un delito de
instancia privada, y luego de verificada la procedencia de la solicitud, ordenará al
Ministerio Público la práctica de las diligencias expresamente solicitadas por quien
pretenda constituirse en acusador privado.
Una vez concluida la investigación preliminar, sus resultas serán entregadas en
original a la víctima, dejando copia certificada de la misma en el archivo. La
decisión del Juez de Control que niegue la práctica de la investigación preliminar,
puede ser apelada por la víctima dentro de los cinco días hábiles siguientes a su
publicación. Inadmisibilidad de la Querella
El tribunal de juicio deberá declarar inadmisible la acusación cuando: el hecho
no reviste carácter penal, en concordancia con lo previsto en el Artículo 318, debe
entonces decretarse el sobreseimiento; la acción esté evidentemente prescrita, en
concordancia con el Artículo 108 del Código Penal, es decir, opere la prescripción
del delito bien sea por prescripción ordinaria o bien por prescripción judicial; verse
sobre hechos punibles de acción pública; o falte un requisito de procedibilidad, en
concordancia con lo previsto en el Artículo 392 del Código Orgánico Procesal
Penal.
En caso de que los requisitos fueren subsanables, el juez debe dar un plazo de
cinco días para corregirlos. En caso contrario debe archivar la acusación.
La declaratoria de inadmisibilidad no impide que la víctima pueda proponer
nuevamente la acusación privada, por una sola vez, corrigiendo sus defectos, si
fuere posible, con mención de la desestimación anterior.
Audiencia de Conciliación
Si la acusación fuere admitida, el tribunal debe fijar la celebración de una
audiencia de conciliación para un plazo no menor de diez días ni mayor de veinte.
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En caso de que ésta no prospere, continuará el juicio oral y público.
Admitida la acusación privada, con la cual el acusador será tenido como parte
querellante para todos los efectos legales, el tribunal de juicio ordenará la citación
personal del acusado mediante boleta de citación, para que designe defensor, y,
una vez juramentado éste, deberá convocar a las partes, por auto expreso y sin
necesidad de notificación, a una audiencia de conciliación, que deberá realizarse
dentro de un plazo no menor de diez días ni mayor de veinte, contados a partir de
la fecha de aceptación y juramentación del cargo por parte del defensor del
acusado.
Transcurridos cinco días desde la comparecencia del acusado al tribunal para
imponerse de la admisión de la acusación, y cuando el acusado requiera un
defensor de oficio, el tribunal le asignará uno. A la Boleta de Citación se
acompañará copia certificada de la acusación y de su auto de admisión.
Todo juicio es una litis, un conflicto de intereses. Un juicio nace como
consecuencia directa de la negación que hace el acusado de los hechos que se le
atribuye haber cometido.
De no prosperar la conciliación debe dejarse constancia en acta, de forma
expresa, ya que las decisiones futuras del Juez se darán en virtud del hecho de no
haber llegado a ningún acuerdo.
El Juez debe pronunciarse sobre las pruebas que admite, todas y cada una de
ellas, ya que a partir de ese momento es que adquieren la cualidad de prueba.
De no prosperar la conciliación, el juez pasará inmediatamente a pronunciarse
acerca de las excepciones opuestas, las medidas cautelares y la admisión o no de
las pruebas promovidas. En caso de existir un defecto de forma en la acusación
privada, el acusador, si ello fuere posible, podrá subsanarlo de inmediato.
La decisión que declare sin lugar las excepciones opuestas o declare
inadmisible una prueba, sólo podrá ser apelada junto con la sentencia definitiva. Si
se hubiere declarado con lugar la excepción o se hubiere decretado una medida
de coerción personal, el acusador o el acusado, según sea el caso, podrán apelar
dentro de los
cinco días siguientes.
-32-
El recurso de apelación, en caso de decreto de una medida de coerción
personal, no suspenderá el procedimiento.
Trámite por Incomparecencia del Acusado (Artículo 401 COPP)
En caso de no lograrse la citación personal del acusado, el tribunal, previa
petición del acusador, y a su costa, ordenará su citación, mediante la publicación
de tres (3) carteles en la prensa nacional, en caso de que la acusación haya sido
incoada en la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, y de dos
(2) carteles en la prensa nacional y uno (1) en la prensa regional, en caso de que
la acusación haya sido incoada en otra Circunscripción Judicial, con tres días de
diferencia entre cada cartel, que deberán contener mención expresa acerca de
todos los datos que sirvan para identificar al acusado, la acusación incoada en su
contra, la fecha de admisión de la misma, el delito imputado y la orden de
comparecer al tribunal a designar defensor dentro de los diez días siguientes a la
fecha en la cual conste en autos la consignación del último de los tres carteles
publicados.
Si transcurrido este lapso aún persiste la incomparecencia del acusado, el
tribunal de juicio, previa solicitud del acusador, podrá ordenar a la fuerza pública
su localización y traslado a la sede del tribunal para que, el juez lo imponga de la
acusación en su contra y del derecho que tiene de designar defensor.
Facultades y Cargas de las partes (Artículo 402 COPP)
Tres días antes del vencimiento del plazo fijado para la celebración de la
audiencia de conciliación, el acusador y el acusado podrán realizar por escrito los
actos siguientes:
1. Oponer las excepciones previstas en el Código Orgánico Procesal Penal
(en concordancia con Artículo 28 COPP), las cuales sólo podrán
proponerse en ésta oportunidad;
2. Pedir la imposición o revocación de una medida de coerción personal;
3. . Proponer acuerdos reparatorios o solicitar la aplicación del procedimiento
por admisión de los hechos; y
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4. Promover las pruebas que se producirán en el juicio oral, con indicación de
su pertinencia y necesidad.
Celebración del Juicio Oral y Público (Artículo 404 COPP)
Caso de no haber prosperado las excepciones, o cuando éstas no hubieren
sido interpuestas, el juez convocará a las partes a la celebración del juicio oral y
público, que deberá celebrarse en un plazo no mayor de diez días, contados a
partir de la celebración de la audiencia de conciliación.
Procedimiento por admisión de los hechos (Artículo 405 COPP)
En caso de que el acusado solicite la aplicación del procedimiento por admisión
de los hechos, el juez procederá conforme a lo establecido en el Código Orgánico
Procesal Penal (Artículo 375 COPP)
Poder para representar al querellante en el proceso (Artículo 406 COPP)
El poder para representar al acusador privado en el proceso debe ser especial,
y expresar la persona contra quien se dirija la acusación y el hecho punible de que
se trata. Debe además constituirse con las formalidades de los poderes para
asuntos civiles.
Desistimiento
Acorde a lo establecido en el artículo 407 Código Orgánico Procesal Penal se
tiene que si el acusador, mediante escrito, manifiesta su voluntad de desistir del
procedimiento, entonces se estará en presencia de un desistimiento voluntario.
De igual forma se establece en este artículo responsabilidad para el acusador
privado cuando los hechos en que funda su acusación privada sean falsos o
cuando litigue con temeridad, respecto de cuyas circunstancias deberá
pronunciarse el juez motivadamente.
Fuera de acto expreso, la acusación privada se entenderá desistida, con los
mismos efectos señalados anteriormente, cuando el acusador no promueva
pruebas para fundar su acusación, o, sin justa causa no comparezca a la
audiencia de conciliación o a la del juicio oral y público.
La acusación privada se entenderá abandonada si el acusador o su apoderado
deja de instarla por más de veinte días hábiles, contados a partir de la última
petición
-34-
o reclamación escrita que se hubiese presentado al juez, excepción hecha de los
casos en los que, por el estado del proceso, ya no se necesite la expresión de
voluntad del acusador privado. El abandono de la acusación deberá ser declarado
por el juez mediante auto expreso, debidamente fundado, de oficio, o a petición
del acusado.
Declarado el abandono, el juez tendrá la obligación de calificar motivadamente,
en el mismo auto que la declare, si la acusación ha sido maliciosa o temeraria.
Contra el auto que declare el abandono y su calificación, y el que declare desistida
la acusación privada, podrá interponerse recurso de apelación dentro de los cinco
(5) días hábiles siguientes a su publicación.
Muerte del querellante
Si el acusado fallece antes de concluir el juicio oral y público, cualquiera de sus
herederos, quienes a tenor de lo dispuesto en el Art. 121 del COPP también tienen
la condición de víctima, pueden asumir el carácter de acusadores si comparecen
dentro de los treinta días siguientes a la muerte.
Sanción para el que ha desistido de una querella o la ha abandonado
Como sanción para el acusador que insta al aparato jurisdiccional y
posteriormente desiste o abandona el proceso, se le conmina al pago de las
costas que haya ocasionado. Ese desistimiento puede ser expreso si el acusador
manifestare su voluntad en ese sentido o tácito. Esta última posibilidad se
concreta cuando el acusador sin justa causa, no comparece al juicio oral y público.
El desistimiento o abandono de la acusación privada impide intentarla de nuevo.
El procedimiento para la aplicación de medidas de seguridad
Procedencia
En lo atinente al derecho penal, de acuerdo al derogado Código de
Enjuiciamiento Criminal, se tenían dos circunstancias posibles ante la comisión de
un hecho punible:
1. Que la persona podía ser imputada, entendiendo imputación como el
sometimiento de esta persona a un proceso penal, para que, de resultar

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culpable, se le aplicara una sanción.
2. Que la persona que hubiere cometido un hecho punible, bien por la edad o
algún impedimento mental, fuese declarada inimputable.
En este caso, al ser declarado inimputable hacía imposible la realización
proceso penal alguno en su contra. Ante estas circunstancias estos delitos,
pasaban a engrosar las listas de los delitos que no se sancionaban y las víctimas
de los mismos no tenían oportunidad alguna de poder recibir siquiera
indemnización.
Regula el Código Orgánico Procesal Penal entre los artículos 410 y 412, el
trámite a seguir cuando el Ministerio Público estime que la persona que ejecutó la
conducta penal prohibida es inimputable y, por tanto, sólo puede hacerse
merecedora de una medida de seguridad. En este caso deberá solicitar la
aplicación de este procedimiento especial; tal solicitud debe contener, en lo
pertinente, los requisitos de la acusación.
Este procedimiento tiene como finalidad, en primer término, que quien cometió
un hecho punible, independientemente de su capacidad mental, sea sancionado;
en segundo lugar, también persigue que esa persona que reviste cierta
peligrosidad sea apartada de la sociedad, esto para evitar que esta persona
reincida y cometa un hecho de igual o mayor entidad; y por último, que su
representante legal indemnice a la víctima.
En resumen, anteriormente, no se puede hablar de un proceso penal contra
alguien que fuese inimputable, la inimputabilidad era causa eximente de
responsabilidad penal; ahora, con el Código Orgánico Procesal Penal, esta
situación es procesable, enjuiciable y susceptible de que se le otorgue, no una
pena pero si una sanción, que en este caso específico viene a ser la Medida de
Seguridad.
Instauración del procedimiento
En este procedimiento, ante la comisión de un hecho punible la fase
investigativa será exactamente igual que en el procedimiento ordinario, por lo
tanto, en esta primera fase del proceso el ente llamado realizar las investigaciones
es el Ministerio

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Público, quien es el que da la orden de inicio comisionando al órgano policial, que
generalmente es el CICPC, a los fines de determinar la comisión del hecho es
cierto, si es punible, identificar los objetos y el autor o autores o partícipes.
Una vez determinado que el hecho es cierto, que es punible, se ha determinado
al autor y que ésta persona efectivamente tiene un problema mental y que ese
problema mental es permanente y no transitoria (ya que cuando es transitoria la
persona presenta momentos de lucidez), entonces se procede a pasar las
actuaciones al ministerio público, quien solicitará la aplicación de una Medida de
Seguridad.
Bajo estas premisas, para la fase investigativa, no existe ningún impedimento
para que la persona, aun cuando posea una enfermedad como la descrita, sea
sometida a reconocimiento en rueda de individuos, por ejemplo, ya que no existe
ninguna especialidad en este procedimiento. De igual forma pueden utilizarse
todos los procedimientos investigativos previstos para el procedimiento ordinario,
siempre y cuando no sean obtenidos mediante tortura, etc.
Una vez reunidos todos los elementos de investigación recabados por el cuerpo
policial y verificado la situación especial del autor del hecho, entonces procede el
ministerio público a solicitar la realización de una Experticia Médico Forense que
determine la enfermedad mental del autor. Esa experticia es fundamental, de esa
experticia dependerá que el Juez de Control admite o no la solicitud de aplicación
de medida de seguridad.
Cubiertos estos requisitos el Fiscal del Ministerio Público a través de un escrito
que reúne los mismos requisitos de la acusación fiscal con la única diferencia que
en vez de en el petitorio solicitar que se admita la acusación y se ordene el pase a
juicio se va a solicitar que en vez de aplicar una pena se aplique una medida de
seguridad.
Tribunal Competente
En lo que respecta a la solicitud de la aplicación de una Medida de Seguridad
es competente para recibir dicha solicitud el Tribunal de Control. No determina el
COPP cuál es el tribunal competente para la aplicación el procedimiento. Se
estima que
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debe ser el tribunal de juicio unipersonal en razón de que las consecuencias a
imponer no sería una pena.
Al igual que en el procedimiento ordinario, una vez admitida la acusación, en
este procedimiento se realizará una audiencia, que aun cuando no está definida
en el código, pero por lo que se analiza de las normas que regulan este
procedimiento pareciera que esta audiencia es la audiencia preliminar, en virtud de
que si el juez considera que esta persona no es inimputable, admitirá la acusación
como una acusación normal y se seguirá el procedimiento ordinario.
Oportunidad procesal para la Admisión de la Acusación
En el procedimiento ordinario la oportunidad procesal para que el juez admita la
acusación no es otra que la audiencia preliminar; y, en este procedimiento, la
oportunidad procesal para que el juez determine si se admite o no esta acusación
es la audiencia, que aun cuando el código no la define como preliminar, debe
entenderse en estos términos como la audiencia preliminar que se fija para la
presentación de la acusación del fiscal del ministerio público, a diferencia que en
este procedimiento no se denomina acusación fiscal, aun cuando tiene los mismos
elementos de ésta, sino que se denomina Solitud de Aplicación de Medida de
Seguridad.
Procedimiento Presentada la solicitud al Juez de Control puede decidir de tres
formas:
1. Admite la solicitud y ordena el pase a juicio
2. Admite la solicitud pero como una acusación ordinaria
3. No admite la solicitud y decreta el sobreseimiento
En el primer supuesto el Fiscal del Ministerio Público presenta el escrito al Juez,
el cual fijará la audiencia en la que deberán estar presentes el autor con su
defensor y la víctima. El Juez verifica que efectivamente se encuentra acreditada
la condición de inimputabilidad, determinado a través de la experticia médico
forense, establecidos que se está en presencia de una persona que es
inimputable, presentes y determinados el hecho cierto que constituye delito y que
hay elementos de convicción suficientes que hacen inferir que esta persona ha
sido el autor de ese
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hecho punible, el Juez de Control admite la solicitud para la aplicación de una
medida de seguridad, dicta el auto de apertura a juicio correspondiente, y, al igual
que en el procedimiento ordinario, lo remite a juicio que dónde se aplicará la
medida de seguridad.
En el segundo supuesto, se presenta la solicitud, y como ésta debe reunir los
mismos requisitos que la acusación fiscal ordinaria, si el Juez considera que no
hay determinación precisa que se está en presencia de una persona inimputable,
bien porque el juez considere que la experticia médico forense no establece
claramente la condición mental de la persona, o indique que el trastorno mental no
es permanente, etc.; en todo caso el Juez se valdrá de lo que el informe médico
forense establezca para considerar si es o no inimputable, y puede, si están
cubiertos todos los requisitos de la acusación, admitirla, dicta el auto de apertura a
juicio y remite al tribunal de juicio para que se siga el procedimiento ordinario.
Si el Juez no está totalmente convencido de la condición de inimputabilidad
puede admitirla y remitir para que se siga el procedimiento ordinario, de igual
forma ante la duda sobre dicha condición puede no admitirla e informarle al
Ministerio Público para que este ordene la realización de otras experticias y así
poder decidir con más convicción; pero lo que no puede el Juez es ordenarlas
directamente, en primer término porque estaría usurpando las funciones de
investigación inherentes al Ministerio Público y además estaría ordenando un acto
de investigación fuera de la fase correspondiente ya que, toda vez sea admitida la
acusación, esta pone fin a esa primera fase del proceso, como acto conclusivo
que pone fin a la misma.
Y como último supuesto, pudiera el Juez no admitirla, por considerar que no hay
elementos suficientes para hacerlo, ni como solicitud de medida de seguridad ni
como acusación, decretando, o bien el sobreseimiento o señalándole al Ministerio
Público que continúe la investigación.
Reglas Especiales Art. 411 COPP.
Cuando el Ministerio Público, en razón de la inimputabilidad de una persona
estime que sólo corresponde aplicar una medida de seguridad, requerirá la
aplicación de este procedimiento. La solicitud contendrá, en lo pertinente, los
-39-
requisitos de la acusación.
El procedimiento en cuestión debe regirse por las reglas previstas en el artículo
411 Código Orgánico Procesal Penal:
1. Cuando el imputado sea incapaz será representado, para todos los efectos
por su defensor en las diligencias del procedimiento, salvo los actos de
carácter personal;
2. En el caso previsto en el ordinal anterior, no se exigirá la declaración previa
del imputado para presentar acusación; pero su defensor podrá manifestar
cuanto considere conveniente para la defensa de su representado;
3. El procedimiento aquí previsto no se tramitará conjuntamente con uno
ordinario;
4. El juicio se realizará sin la presencia del imputado cuando sea conveniente
a causa de su estado o por razones de orden y seguridad;
5. No serán aplicables las reglas referidas al procedimiento abreviado, ni las
de suspensión condicional del proceso;
6. La sentencia absolverá u ordenará una medida de seguridad.
El tribunal debe ordenar la aplicación del procedimiento ordinario si estima que
el investigado no es inimputable, esto es, que no tiene capacidad de entender o
querer, situación que podría presentarse en caso de enfermedad mental suficiente
que prive al sujeto de la conciencia o libertad de sus actos o en el supuesto de que
el hecho se hubiere cometido bajo los efectos del alcohol o sustancias
estupefacientes o psicotrópicas y tal ingestión tuvieren el efecto de una
enfermedad mental.
Es sabido que en toda investigación se requiere que el investigado rinda
declaración y allí se determina si se le imputa o no. El defensor puede asistirlo y
rendir declaración en nombre de su representado, pero esta representación cesa
cuando se está en presencia de actos personalísimos, algún acto en el que no
pueda ser suplida su presencia, tal es el caso de los actos de investigación tales
como reconocimiento en rueda de individuos, pruebas de sangre, de semen, etc.,

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en estos casos no puede ser sustituido por el defensor, ya que se trata de actos
personalísimos.
Se puede capturar a una persona y realizar posteriormente la imputación, pero
si la acusación es presentada previa a que conste en auto la imputación, esta
acusación es nula.
Cuando el Código Orgánico Procesal Penal señala que este procedimiento no
puede tramitarse conjuntamente con el procedimiento ordinario, se refiere a que
en el caso de tener a dos imputados por un mismo delito y uno presentar la
circunstancias que lo hacen inimputable y otro no, no pueden ser incluidos ambos
casos en la misma acusación ya que son dos procedimientos distintos y las
condiciones especiales que deben seguirse en la aplicación de una medida de
seguridad no son aplicables en un procedimiento ordinario, caso contrario uno de
los dos estará viciado de nulidad aun cuando se trate de un mismo hecho, debe
llevarse por procedimientos separados.
En el supuesto previsto en el numeral cuarto del Art. 411 se encuentra una
diferencia con el juicio ordinario, ya que si el juez considera que no es posible la
realización de la audiencia por ser riesgosa la presencia del imputado, el Juez
puede ordenar que se realice la audiencia sólo con la presencia del defensor.
En este procedimiento no pueden ser aplicadas las reglas del procedimiento
abreviado ni de suspensión del proceso en virtud de que es indispensable que se
determine a través de la experticia médico forense la condición de inimputable y
para ello debe desarrollarse la fase de investigación, y en el caso de la suspensión
condicional del proceso como beneficio procesal que es, debe, cumplirse la pena
bajo ciertas condiciones, tales como régimen de presentación, etc., pero en este
caso no procede en virtud de que el individuo no posee discernimiento y por tanto
no puede comprometerse a cumplir dichas condiciones que el tribunal establezca.
Por último se establece que la sentencia pudiera absolver u ordenar la medida
de seguridad, si no se comprueba la culpabilidad el juez debe declararlo no
culpable y por tanto absuelve, caso contrario, es decir, si se comprobaron los
hechos
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plasmados en la acusación del fiscal y procede la aplicación de la medida de
seguridad.
Ejecución de la Medida de Seguridad
Por las circunstancias de la persona y su condición de enfermo mental la medida
aplicable es la de internar al condenado en un Centro Médico controlado por un
personal especializado.
El Juez competente para la ejecución de la Medida de Seguridad es el Juez de
Ejecución. Cabe destacar que ante estas circunstancias y en concordancia con lo
previsto en el Art. 1.185 Código Civil Venezolano ante la condenatoria pudiera
proceder la indemnización en virtud de que toda persona que cause un daño a
otro está obligada a repararlo.
El Procedimiento para la Reparación del Daño y la Indemnización de
Perjuicios
El procedimiento para la reparación del daño y la indemnización de perjuicios,
regulado en el artículo 413 y siguientes del Código Orgánico Procesal Penal no es
un procedimiento penal, sino el cauce legal para reclamar la responsabilidad civil
proveniente del delito dentro de la jurisdicción penal
Este procedimiento a pesar de ser naturaleza netamente civil se lleva a cabo
ante el Juez de la Jurisdicción Penal que dictó la decisión condenatoria. Para que
proceda la acción debe existir sentencia condenatoria definitivamente firme y
ejecutoriada que es la prueba fundamental.
Legitimados para ejercer la acción
Puede intentar esta acción la víctima siempre y cuando haya sido acreditada
como tal en el proceso penal, en el entendido de víctima a todas aquellas
personas que el mismo código establece como tal; pero no todas las víctimas
pueden hacerse parte en la acción.
Contra quien se puede interponer la acción
En lo relativo al sujeto pasivo de esta acción el Código Orgánico Procesal Penal
y la jurisprudencia establecen dos cosas totalmente distintas. Según lo que
prescribe el Código Orgánico Procesal Penal esta acción puede interponerse en
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primer lugar contra el condenado y contra el tercero responsable civilmente.
Acorde a lo previsto en el artículo 1.185 Código Civil Venezolano, relativo al hecho
ilícito: "El que con intención, o por negligencia o por imprudencia, ha causado un
daño a otro, está obligado a repararlo. Debe igualmente reparación quien haya
causado un daño a otro, excediendo, en el ejercicio de su derecho, los límites
fijados por la buena fe o por el objeto en vista del cual le ha sido conferido ese
derecho".
El Código Civil comprende todas las formas de comisión del delito: intención,
culpa, negligencia, inobservancia (omisión), etc.
En resumen el Código Orgánico Procesal Penal establece que puede
interponerse la acción contra el condenado y los terceros responsables civilmente,
incluyendo entre estos a: Incapaces; Inimputables; Empleados y subalternos;
Curadores especiales; Personas sometidas a interdicción; Menores, etc.
Por criterio de la Sala Constitucional por demanda de nulidad del artículo del
Código Orgánico Procesal Penal y se establece que no puede condenarse a una
persona que no ha tenido la oportunidad de defenderse, y que si esa persona
nunca fue llamada al proceso penal a hacer los alegatos que tuviese que hacer
con respecto a la conducta de su dependiente es injusto, ilógico e ilegal que se le
pretenda condenar por un hecho cometido por otro y sobre el cual a él nunca se le
dio la oportunidad de ser oído, por esa violación del principio de ser oído, la Sala
Constitucional eliminó la posibilidad de ir contra el tercero, por tanto la
jurisprudencia elimina la vía del tercero civilmente responsable para el
procedimiento de reparación de daños e indemnización, sólo admite que se
demande por la vía civil, salvo que el tercero haya sido llamado al proceso, si en la
acusación penal se incluye al tercero responsable civilmente y la sentencia es
condenatoria, si cabe la demanda contra ese tercero civilmente responsable, por
vía penal.
Tribunal Competente
El tribunal competente para interponer la acción es el de primera instancia que
produjo la sentencia condenatoria, es decir que por regla general es el tribunal de
juicio, salvo que se produzca la admisión de hecho, en cuyo caso, y por vía de
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excepción es competente el tribunal de control, cuando haya dictado la sentencia
bajo el procedimiento de admisión de hechos.
Contenido de la Demanda (Artículo 414 COPP en Concordancia con el 340
Del CPC por Tratarse de una demanda netamente civil)
Si los legitimados para ejercer la acción civil, esto es, los afectados civilmente
por el delito, demandaren ante el tribunal penal, la reparación de los daños y la
indemnización de perjuicios, deberán incluir en su demanda:
1. Los datos de identidad y el domicilio o residencia del demandante y, en su
caso, los de su representante;
2. Los datos necesarios para identificar al demandado y su domicilio o
residencia; si se desconoce alguno de estos datos podrán solicitarse
diligencias preliminares al juez con el objeto de determinarlos;
3. Si el demandante o el demandado es una persona jurídica, la demanda
deberá contener la denominación o razón social y los datos relativos a su
creación o registro;
4. La expresión concreta y detallada de los daños sufridos y la relación que
ellos tienen con el hecho ilícito;
5. La cita de las disposiciones legales en que funda la responsabilidad civil del
demandado;
6. La reparación deseada y, en su caso, el monto de la indemnización
reclamada;
7. La prueba que se pretende incorporar a la audiencia.
Así pues se identifica al demandante o su representante si se actúa mediante
representación; los datos de identificación del demandado y si se incluye en la
demanda a un tercero también se identifica a éste; debe establecerse la relación
de causalidad, esto es, qué relación existe entre el hecho penal y la acción civil en
concordancia con lo establecido en el Art. 1.185 CCV; cuando se habla de cita de
las disposiciones legales que fundan la responsabilidad civil se refiere a establecer
la legitimación acorde al 414 Código Orgánico Procesal Penal; en lo que se refiere
al numeral 6 de este artículos se presentan los siguientes supuestos: si se puede,
-44-
el condenado reparará el daño causado, o repondrá, pero si no es susceptible ni
de reparación o reposición entonces deberá proceder a la indemnización. Por
ejemplo, en caso de homicidio, no se puede ni reponer ni reparar, pero si puede
indemnizarse por daño moral, y para efectuar la estimación del daño moral se
procede a establecer un promedio de vida de la víctima, sus condiciones
salariales, etc. y lo que hubiere percibido desde el momento del deceso hasta lo
que se estimó acorde a ese promedio de vida establecido que hubiese vivido, para
así cuantificar el daño moral.
En lo atinente a las pruebas no se incorporan al proceso para demostrar ningún
delito, las incorporación de las pruebas tienen como finalidad corroborar o
sustentar la cuantía de la reparación o indemnización que se pretende.
Procedimiento Admisión (Art. 416 COPP)
Una vez presentada la demanda ante el Juez Competente el plazo para que el
juez se pronuncie sobre la admisibilidad o rechazo de la demanda es de tres días
siguientes a su presentación. Para tal pronunciamiento debe examinar:
1. Si quien demanda tiene derecho a reclamar legalmente la reparación o
indemnización;
2. En caso de representación o delegación, si ambas están legalmente
otorgadas; en caso contrario, fijará un plazo para la acreditación
correspondiente;
3. Si la demanda cumple con los requisitos señalados en el artículo 416. Si
falta alguno de ellos, fijará un plazo para completarla.
Si faltare alguno de los requisitos el juez deberá declarar inadmisible la
demanda, pero tal declaratoria no impide su nueva presentación, por una sola vez,
sin perjuicio de su ejercicio ante el tribunal civil competente.
Contenido de la Decisión
Si el juez admite la demanda, debe ordenar la reparación del daño o la
indemnización de perjuicios. La decisión debe contener:

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1. Los datos de identificación y domicilio o residencia del demandado y del
demandante y, en su caso, de sus representantes;
2. La orden de reparar los daños, con su descripción concreta y detallada, la
clase y extensión de la reparación o el monto de la indemnización;
3. La intimación a cumplir la reparación o indemnización o, en caso contrario,
a objetarla en el término de diez días;
4. La orden de embargar bienes suficientes para responder a la reparación y a
las costas, o cualquier otra medida cautelar, y la notificación al funcionario
encargado de hacerla efectiva.
En caso de que el demandado fuere el condenado, éste sólo puede objetar la
legitimación del demandante para pedir la reparación o indemnización, u oponerse
a la clase y extensión de la reparación o al monto de la indemnización requeridas
conforme se dispone en el primer aparte del artículo 419 del Código Orgánico
Procesal Penal, el tercero civilmente responsable, puede agregar a esas
objeciones las basadas en la legalidad del título invocado para alegar su
responsabilidad, sin embargo, tal aparte fue anulado por la Sala Constitucional del
TSJ mediante decisión de fecha 21 de Septiembre de 2004 por considerar que
tales limitaciones para el tercero civilmente responsable que no ha intervenido en
el proceso penal infringirían su derecho a la defensa. En dicha decisión la Sala
Constitucional declaró conforme a la Constitución el resto de las disposiciones que
desarrollan este procedimiento especial y cuya nulidad había sido solicitada por
los accionantes. Las objeciones deben formularse por escrito, indicándose la
prueba que se pretende incorporar a la audiencia.
Objeciones
De acuerdo a lo establecido en el Art. 418 que prescribe lo siguiente: "Si el
demandado es el condenado, sólo podrá objetar la legitimación del demandante
para pedir la reparación o indemnización, u oponerse a la clase y extensión de la
reparación o al monto de la indemnización requeridas.

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Si se trata de un tercero, podrá agregar a esas objeciones aquellas basadas en
la legalidad del título invocado para alegar su responsabilidad.
Las objeciones serán formuladas por escrito indicando la prueba que se
pretende incorporar a la audiencia".
Deben hacerse las siguientes aclaratorias:
1. En único que puede ser demandado es el condenado, el tercero civilmente
responsable sólo podrá ser demandado por este procedimiento, de acuerdo
al criterio jurisprudencial, si es llamado al proceso penal.
2. El legitimado para interponer la acción es la víctima que ha quedado
acreditada como tal en el proceso penal
3. Pueden hacerse 3 requerimientos: la reparación, la restitución o la
indemnización.
En este procedimiento las objeciones o el escrito de oposición se puede
asimilar al escrito de contestación de la demanda del procedimiento civil, tan es
así que en el procedimiento civil, una vez citado y no comparece el demandado
queda confeso.
Aunque el Código Orgánico Procesal Penal no lo establece, si no se hacen las
objeciones se da como aceptación de las pretensiones. Puede establecerse como
diferencia con el proceso civil que no hay lapso probatorio, sino que
conjuntamente con el escrito de objeciones deben presentarse las pruebas que
contradigan la pretensión.
Audiencia de Conciliación.
Si se fueran formulado objeciones, el juez deberá citar a las parte a una
audiencia dentro de los cinco días siguientes al vencimiento del termino para la
objeción. En esta oportunidad debe procurar la conciliación de las partes y dejar
constancia de ello. Si no se produce la conciliación, el juez debe ordenar la
continuación del procedimiento y fijar la celebración de la audiencia oral en un
término no menos de diez días ni mayor de treinta.
Si el demandante o su representante no comparecen a la audiencia de
conciliación, se tendrá por desistida la demanda y deberá archivarse las
actuaciones. En este caso la demanda no podrá volver a proponerse en sede
penal,
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sin perjuicio de su ejercicio en la jurisdicción civil. Si quien no comparece es el
demandado, la orden de reparación o indemnización valdrá como sentencia firme
y podrá procederse a su ejecución forzosa. En caso que fuesen varios los
demandados y alguno de ellos no comparece, el procedimiento seguirá su curso.
La audiencia se celebrará con las partes que comparezcan, quienes y tendrán
la carga de incorporar los medios de prueba ofrecidos, salvo que hubieran
solicitado auxilio judicial. En la audiencia los medios de pruebas deben
incorporarse oralmente.
La audiencia de conciliación tiene consecuencia jurídica distinta a la audiencia
oral, en la audiencia de conciliación, de llegarse a un acuerdo pone fin al proceso
toda vez que el Juez homologue.
Consecuencia de la no asistencia a la audiencia de conciliación y a la
audiencia oral
Si el demandante no comparece a la audiencia de conciliación, se considera
que ha desistido de la acción y si el juez la declara desistida ya no se podrá
intentar nuevamente la acción por la vía penal, pero si podrá intentarla por la vía
civil con una demanda de indemnización de daños y perjuicio.
Si es el demandado quien no comparece a la audiencia de conciliación se toma
como admisión de todo lo que el demandante solicita, es decir se tiene por
confeso.
En lo que respecta a la audiencia oral y publica si no comparece el demandante
el artículo 421 Código Orgánico Procesal Penal establece que aun cuando no
comparezca el proceso continúa para que se incorporen las pruebas.
En principio pareciera que no hay sanción alguna ante la no comparecencia del
demandante, ya que el COPP, indica que se realizara esta audiencia oral “con las
partes que comparezcan”, a este respecto pueden hacer algunas observaciones,
si se compara con lo que establece el procedimiento civil, laboral, etc., se tiene
como desistido, es ilógico pensar entonces que no se deba aplicar ninguna
sanción si el demandante no asiste a la audiencia oral y publica, toda vez que la
no comparecencia a la audiencia de conciliación se sanciona como desistimiento
de la acción. Hay un criterio sostenido de la sala constitucional del TSJ que
establece
-48-
que los procedimientos que se realizan en la Corte de Apelaciones a través de
los recursos, la Corte puede fijar una audiencia Oral en el caso de apelación de
auto y en el caso de ser apelación de sentencia definitiva es de carácter
obligatorio la realización de dicha audiencia. Ahora bien, es ilógico pensar que
toda vez que se active el aparato de justicia para intentar una acción y luego no se
da impulso no exista ninguna acción, en virtud de todo lo antes expuesto, la sala
Constitucional determinó, en el caso de las Cortes de Apelaciones que si no asiste
el demandante a la audiencia fijada para la apelación, este desiste del recurso. Así
pues, pudiera aplicarse el criterio de la Sala Constitucional respecto a la Corte de
Apelaciones a este procedimiento, en todo caso, no es de obligatoria aplicación,
dependerá del criterio de cada juez, si aplica la no sanción ante incomparecencia
del demandante o, al contrario sanciona acorde al criterio jurisprudencial
establecido para las Cortes de Apelaciones.
Una vez concluida la audiencia debe sentenciar declarando con o sin lugar la
demanda; el Código Orgánico Procesal Penal, Se refiere a admitir o rechazar, no
obstante es claro que de lo que se trata es de pronunciarse declarando con o sin
lugar la demanda propuesta, pues la oportunidad de admisión ya tuvo lugar, y, en
su caso, ordenando la reparación o indemnización adecuada e imponiendo las
cosas.
El Código Orgánico Procesal Penal establece que contra esta sentencia no
admite recurso alguno, pero a este respecto existe pronunciamiento de la Sala
Constitucional que establece que en virtud del principio de la doble instancia
prevista en la Constitución, toda persona que hubiere sido condenada tiene
derecho a que su sentencia sea revisada. Si bien el Código Orgánico Procesal
Penal establece que no se admite recurso contra esta sentencia esta forma colide
con lo ¡revisto en la constitución y por el control difuso y aplicando la norma
constitucional con preferencia a lo previsto en el Código Orgánico Procesal Penal,
se admite recurso contra esta decisión, por tanto quedo modificado el articulo 421
por esta sentencia con carácter vinculante de la Sala Constitucional que establece
que si admite recurso de apelación.
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Ejecución (Art. 422 COPP)
El Código Orgánico Procesal Penal establece que si el interesado lo solicitare
el juez procederá a la ejecución forzosa de la sentencia, según lo dispuesto en el
CPC, este artículo también sufrió modificaciones en virtud de que pareciera, de
acuerdo a la forma de reacción del artículo, que corresponde al juez que dicta la
sentencia, proceder a la ejecución de la misma, pero por efecto de la sentencia
anteriormente mencionada de la Sala Constitucional también se modificó este
articulo por considerar que va en contra de los artículos que regulan el
procedimiento ordinario y que no hay ninguna justificación para que este
procedimiento no se lleve por las normas del procedimiento ordinario, en
consecuencia a quien le corresponde ejecutar la sentencia en este procedimiento
es el Juez de Ejecución, cumpliendo las normas previstas en el CPC para la
ejecución de una sentencia de carácter civil, entiéndase, cumplimiento voluntario,
cumplimiento forzoso, medidas ejecutivas, remate, adjudicación etc

CONCLUSION
Los procedimientos especiales son el logro de un solo cauce procesal para la
resolución de todos los conflictos jurisdiccionales posible ya que el enjuiciamiento
penal moderno obedece indefectiblemente al mismo esquema de fase
preparatoria, intermedia y juicio oral, con absoluta independencia de los tipos de
hechos que sean juzgados o de quienes sean los acusados; Precisamente, son
estos indicadores el tipo de hechos juzgados y la cualidad de las personas
imputadas, los que dan lugar al surgimiento de los llamados procedimientos
especiales, como una la meta de la ciencia procesal. Las cuales son en virtud de
las regulaciones referentes a la forma de enjuiciamiento, al tipo de delito que se
juzga y a la cualidad de las personas juzgadas y coadyuvan al logro, con el interés
de brindar conocimientos a los interesados en el sub proyecto de derecho
Procesal Penal, para que pongan en práctica las disposiciones establecidas para
los procedimientos especiales enmarcadas en el código Orgánico Procesal Penal.

REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

 Constitución de la República bolivariana de Venezuela.


 Código Orgánico Procesal Penal. Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela Nº 6078, Extraordinario del 15 de junio de
2012
 Código de Procedimiento Civil venezolano
 Código Civil.venezolano
 Pérez Sarmiento, Erick Lorenzo (2003) Comentarios al Código
Orgánico Procesal Penal. 7ma edición. Vadell Hermanos Editores,
C.A. Caracas
 Vásquez G, Magali. Derecho Procesal Penal Venezolano. Las Instituciones
Básicas De Derecho Procesal Penal

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