Proyectos de Innovación Social PDF

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PROYECTOS DE INNOVACIÓN

SOCIAL

PLANEACIÓN, LIDERAZGO, PROYECTOS SOCIALES


Los proyectos son herramientas
Los proyectos son considerados como
herramientas estratégicas para la toma de
decisiones de organismos gubernamentales y
sociales. Son la expresión técnica de soluciones
a problemas de interés general y un medio para
cambiar situaciones desventajosas o
problemáticas hacia puntos convenientes en
beneficio de la sociedad.
Los proyectos se diseñan, se planifican
En el diseño de proyectos sociales se exploran
las mejores opciones para llegar a los objetivos
y metas que se desean alcanzar, planeando
etapas y rutas tendientes a su logro. Se
elaboran propuestas para satisfacer necesidades
sociales y modificar las condiciones de vida de
las personas, con el fin de mejorar la
cotidianidad de la sociedad en su conjunto, o
al menos de los grupos más desfavorecidos,
tratando de beneficiar su calidad de vida, el
trabajo y su entorno en general.
Sus objetivos, su razón de existir
Muchos de estos proyectos buscan generar
ingresos para grupos vulnerables, empoderar a
mujeres; son proyectos que desde una escala
microsocial combaten el hambre y la pobreza, la
violencia familiar, escolar y laboral, procuran la
salud, difunden la cultura y el arte, además de que
rescatan tradiciones y costumbres, o impulsan
acciones ecológicas y de protección al ambiente,
etcétera. Pero ¿cómo se construyen estos
proyectos desde el territorio?, ¿cómo a través de
ellos se generan evidencias de su impacto?
Proyectos sociales y planeación: desde abajo hacia arriba
Los proyectos sociales son una herramienta que permite inducir un cambio a partir de las iniciativas de los
actores que interactúan en un territorio o sector específico.

La transformación social vía proyectos implica una gestión local que construye nuevas estructuras de
oportunidades y mayores espacios de libertad para los habitantes, creando así un entorno favorable para el
despliegue del potencial de los territorios. Se trata, pues, de revertir situaciones desventajosas que impiden el
desarrollo local, el cual se conceptualiza como la capacidad endógena de crear bienestar económico y social
(Bosier, 2005).
Los proyectos sociales parten desde la base (localidad, comunidad) e implican la participación de diversos
actores para generar bienestar económico y social. La idea es la “microplaneación” (de abajo hacia arriba),
pero esta no está peleada con la macroplaneación (de arriba hacia abajo). Algunos ejemplos son:
Pequeños negocios, unidades de producción familiar, microempresas y demás iniciativas de carácter local que,
agrupados, pueden detonar esquemas de desarrollo local para las zonas rurales y marginadas.

La aglomeración de iniciativas y proyectos de pequeña escala en el espacio local crean círculos virtuosos de
prosperidad, que pueden ser observables en la articulación de cadenas productivas regionales, vinculaciones
institucionales o mercantiles que generan y retienen la riqueza en un territorio específico.
La intención de un proyecto que tiende hacia la integralidad busca agregar diversos aspectos determinantes para su
viabilidad. Con ello se intenta, desde una visión sistémica, dar respuesta a los problemas de una comunidad o
territorio. De ahí que desde un inicio la población deba tener una participación muy activa en el proyecto, pues los
ciudadanos son quienes conocen de forma cercana sus problemáticas y necesidades más sentidas.

*La clave está en la capacidad para canalizar la energía social de una localidad o comunidad en aras de mejorar sus
condiciones inmediatas

*El papel de los líderes es el de facilitar la vinculación de los actores sociales para crear redes colaborativas o
cooperativas.
La importancia de la planeación
En todo este proceso de planeación resulta crucial que al finalizar el proyecto las comunidades asuman un rol
de autogestión para la sostenibilidad de los resultados; esto depende del grado de apropiación del proyecto
por parte de las comunidades rurales, pues en muchos casos ocurre que el propio proyecto no generó los
mecanismos necesarios para lograr que las comunidades sujetas de apoyo hicieran los cambios esenciales
establecidos en los objetivos del proyecto.

Si no se promueve la autogestión, entonces, los proyectos y sus resultados no durarán, porque


será necesaria la participación controladora de agentes externos: gobiernos, empresas, etc. Se trata
del problema de las medidas asistencialistas
Las fases de un proyecto social: 1 DIAGNÓSTICO
Un buen programa tiene que partir de un buen diagnóstico, de un buen análisis de cuál es la
problemática, cuáles son las características específicas de esa problemática (Yaschine, 2013: 26 ). Todo
proyecto debe comenzar determinando la situación general que debe mejorarse, los probables
beneficiarios y otras partes interesadas, el alcance geográfico, la serie de cuestiones que se
abordarán, y la duración y gastos probables del proyecto. Asimismo, hay que determinar cuáles son
los intereses de la comunidad, el gobierno y los posibles organismos de financiación en el proyecto.
Durante esta etapa inicial es importante determinar si el concepto básico en que se fundamenta el
proyecto es viable, y si los principales interesados proporcionan apoyo suficiente para que merezca
la pena pasar a la siguiente etapa (Guijt y Woodhill, 2002: 3-17).

*Localización (el entorno social, económico, geográfico) * La caracterización de los beneficiarios (a


quién va dirigido, cuáles serán los mecanismos para que los beneficios lleguen a su destino)
Las fases de un proyecto social: 2 LA METODOLOGÍA COMO
ESTRATEGIA

La metodología en el contexto de los proyectos sociales obedece a la necesidad de “identificar y perfeccionar


procedimientos, técnicas e instrumentos que permitan vincular el análisis de la realidad social con la intervención en
ella, con el fin de identificar y utilizar espacios estratégicos para actuar” (Pichardo, 2008:86). Así, cada proyecto es
un espacio de conocimiento y aprendizaje para la formulación de “modelos” de desarrollo social.

De acuerdo con el Ilpes(2006) la estrategia que busca un desarrollo se pondrá en práctica mediante una serie de
instrumentos, que operan a diferentes niveles, escalas y horizontes de tiempo. La aplicación de dichos instrumentos
a grupos de actividades homogéneas o interrelacionadas conduce a la preparación de programas (y proyectos), que
abarcan un conjunto de tareas ligadas espacial o sectorialmente.

En el diseño metodológico del proyecto también es relevante la perspectiva teórica de planeación desde la cual se
pretende implementar éste; en todo caso, no es lo mismo partir de un enfoque de planeación “de abajo hacia arriba”
(descentralizado), que de un enfoque de planeación de “arriba hacia abajo” (centralizado), donde en el primer
modelo teórico priman las relaciones horizontales, y en el segundo, las relaciones verticales.
Las fases de un proyecto social: 3 OBJETIVOS Y METAS

Las metas representan la materialización de los objetivos, sin embargo, es muy común que se usen de forma
indistinta conceptos como “metas” y “objetivos”. Una manera de diferenciarlos de aquellas, es precisando
que los objetivos dan orientación sobre una acción genérica o específica, son el blanco, punto o logro que se
pretende alcanzar. Por su parte, las metas son un fin tangible y mensurable al cual se dirigen las acciones del
proyecto.

Las metas se formulan de manera realista; además, es importante asumir en su diseño un sentido crítico y
razonable sobre la viabilidad de su cumplimiento, pues para lograrlas se deben incorporar recursos, tiempo y
eficientes procesos de gestión; mismos que de no ser manejados de forma adecuada pueden comprometer
metas muy ambiciosas que en la práctica son incumplibles o inalcanzables.
Las metas y los objetivos son actividades sustantivas

Un buen diseño programático de las actividades y una logística adecuada permitirán el eficaz
cumplimiento de las metas, de ahí que sea muy importante poner especial atención en los
detalles de las actividades; de lo contrario se pone en riesgo el éxito del proyecto, y el fracaso sería
inminente.
El proyecto considera que cada actividad representa un acto específico, el cual, sumado a otras
actividades, va a potenciar su desarrollo integral. Bajo esta tesitura, el capital humano deberá
desempeñarse en tareas específicas que cada colaborador cumpliría, con una actitud proactiva
para brindar un valor agregado a dicha actividad.

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