Tránsitos
Tránsitos
Tránsitos
para
susana maldonado
01/08/1949
Cordoba
6:30:00
desde 16/03/2015
hasta: 15/03/2016
Los tránsitos
La carta natal, una representación simbólica del cielo, corresponde a un momento determinado en
el tiempo. Pero los planetas no dejan de moverse. El Sol, por ejemplo, recorre aproximadamente
un grado por día, y en un año completa una vuelta por los 360 grados del Zodiaco, mientras que
Plutón se mueve muy despacio y tarda unos 284 años para volver a la misma posición. En el
transcurso de su órbita, un planeta va formando aspectos con los planetas natales, los
denominados «tránsitos».
El horóscopo de tránsitos muestra dónde se encuentran los planetas en un momento determinado
en relación con la posición que ocupaban en el momento del nacimiento. Debido a que el Sol, la
Luna, Mercurio y Venus y se mueven con relativa rapidez, sus tránsitos son tan pasajeros que rara
vez se correlacionan con períodos significativos. Marte y Júpiter van más despacio, y sus efectos en
las casas pueden hacerse notar algunos meses o, en el caso de Júpiter, incluso un año o más.
Sin embargo, los tránsitos de los planetas lentos –Saturno, Urano, Neptuno y Plutón–indican más
bien períodos críticos, ya que incluso sus efectos por aspecto se puede hacer notar durante años.
Cualquier tránsito de estos planetas advierte épocas claves de aprendizaje, lecciones que se
presentan a través del cambio y de la crisis. La mejor manera de afrontar una crisis es entrever el
significado y «cooperar con lo inevitable». Los antiguos chinos llamaron a una crisis wei-chi, una
combinación de las palabras wei (peligro) y chi (oportunidad). Podemos considerar una crisis
como una tragedia, que hay que evitar a cualquier precio, o un momento decisivo que ofrece la
oportunidad de cambiar y evolucionar –y aprobar un examen más en la escuela de la vida–.
Venus en tránsito
Venus viaja por la carta natal aproximadamente en un año, impregnando los asuntos de cada casa
con una dosis de serenidad, creatividad y sociabilidad. Las áreas afectadas serán especialmente
placenteras en ese momento, incluso aunque Venus pueda inducir a cierta pasividad y ociosidad.
En principio, este planeta está relacionado con el amor y la armonía. Los aspectos de Venus en
tránsito nos hablan acerca de la estructura de nuestras relaciones, si las amistades son
satisfactorias para todo el mundo, y sobre la situación de nuestras relaciones íntimas. El efecto
suele ser, en general, positivo, incluso aunque el tránsito de Venus sea rápido y sólo dure unos
pocos días.
Júpiter en tránsito
Júpiter permanece en cada casa hasta dos años, dependiendo del tamaño de ésta. En total son doce
años los que tarda en dar una vuelta a la carta natal. Tal vez experimentemos desarrollos positivos
en las casas afectadas, debido a que Júpiter siempre se ha considerado el gran patrón, el protector
y el mensajero de la buena suerte. El principio de expansión así como el del esfuerzo por mejorar
cualquier tipo de situación o cosa están asociados a Júpiter. Sin embargo, cuando ejerce su
influencia como expansivo se puede convertir con rapidez en excesivo, lo cual se puede percibir
cuando aparece en la forma de ganancia de peso. Generalmente sus efectos benevolentes pueden
llevar a la flojedad.
Los aspectos de Júpiter en tránsito describen cómo nuestra perspectiva en la vida puede ser
influenciada y cómo percibimos nuestro papel en el universo durante esta fase, debido a que este
planeta también tiene que ver con la confrontación intelectual con el medio ambiente en un nivel
más alto.
Urano en tránsito
Urano está vinculado con la rebelión contra la autoridad establecida y la introducción de nuevos
conceptos. En un nivel personal, se asocia con el cambio y la ruptura de lo establecido,
introduciendo algo inesperado, y tal vez extravagante, en nuestra vida. Descontento con lo
existente, Urano quiere alterar y mejorar la situación en búsqueda de su visión ideal. Un tránsito
de Urano actúa como un despertador que nos arranca bruscamente de nuestro sueño, pero
depende de nosotros abrir los ojos a un nuevo día, o taparnos la cabeza con las sabanas.
Si bloqueamos o reprimimos los cambios que nos pide Urano, entonces nacen las "Furias" dentro
de nosotros, y bullimos de resentimiento hacia aquellos por quienes nos sentimos restringidos, y es
posible que nos enojemos incluso con nosotros mismos. Por otro lado, si actuamos de acuerdo con
los impulsos de Urano, es probable que los resultados inmediatos no sean placenteros, ya que nos
asusta la nueva visión que tenemos de nosotros. Sin embargo, incluso en medio de crisis y
dificultades, la energía uraniana nos ayuda a entender por qué estamos sufriendo y en qué consiste
la lección que estamos destinados a aprender. Urano nos conecta con nuestra voz interior y nos
permite penetrar en una dimensión de comprensión superior –la intuición–.
Neptuno en tránsito
Neptuno está vinculado con el deseo de trascender los límites de la personalidad y fundirse con
algo más grande. En esencia, es el anhelo de perdernos e ir más allá de las fronteras del ego
aislado, ya sea por medio de una serena comunión con la naturaleza, escuchando música o
sumergiéndonos en estados meditativos. Neptuno es un disolvente de fronteras y, en sus tránsitos,
difumina o disuelve la frontera entre nosotros y los demás. También puede diluir la fuerza de una
energía hasta entonces concentrada, ya se trate de una carrera o de una relación cuidadosamente
estructurada, o bien de una convicción o de una actitud tenazmente mantenida.
Pero un tránsito de Neptuno socava también la frontera interna entre consciente e inconsciente,
sumergiendo o anegando nuestra identidad consciente en contenidos provenientes del inconsciente.
Ese efecto puede intensificar nuestra conciencia de la unidad de todo lo que existe y aumentar
nuestra capacidad de comprender la esencia espiritual que es el núcleo subyacente en todas las
formas de vida. Neptuno nos puede ayudar a acceder a esa dimensión más allá de la supuesta
realidad que podemos ver y tocar. Los físicos cuánticos, por ejemplo, descubrieron que ya no se
podía considerar la realidad como un complejo de cosas y demarcaciones diferentes, sino más
bien, lo que en ocasiones se pensó que eran «cosas» limitadas resultaban ser aspectos
recíprocamente entretejidos. Incluso la física está, por lo tanto, reafirmando una intuición que
hasta entonces sólo se atribuía a los místicos y a los artistas: que en el nivel más profundo de
nuestra existencia estamos todos conectados y formamos parte de una Realidad Suprema.
Plutón en tránsito
La gente tiende a sentir miedo de los tránsitos de Plutón, y su razón tienen, porque nos las vemos
aquí con el dios de la muerte, cuyo dominio es el submundo tenebroso y sombrío. Los tránsitos de
Plutón nos ponen dolorosamente en contacto con la muerte, aunque en la mayoría de los casos se
trata «sólo» de una muerte psicológica, la desintegración y transformación de una parte de
nosotros mismos tal como nos conocemos. Bajo la influencia de Plutón, cualquiera de los soportes
de los que derivamos nuestra identidad puede desplomarse o estropearse irremediablemente: una
relación importante, el trabajo, una creencia o filosofía de la vida, etc. Todos hemos
experimentado el final de algún «capítulo» de nuestra vida, pero cuando está en juego Plutón,
además, pueden emerger a la superficie emociones oscuras como la rabia o un tremendo
sentimiento de humillación. Incluso si en un nivel intelectual podemos saber que aceptar un
cambio radical significará un renacimiento y que ese cambio será positivo, aun así la muerte de
nuestro apego nos da miedo y nos duele.
Para facilitar nuestro proceso de muerte y renacimiento, necesitamos tener humildad y paciencia,
e ir dando tiempo a todos los sentimientos movilizados por la pérdida, porque sólo entonces
podremos abrirnos plenamente a ese «yo» nuevo y desconocido que pugna por nacer.
Tenemos que enfrentarnos con cualquier cosa que esté sepultada en nosotros, trátese de
potencialidades no tocadas o de nuestros propios demonios y complejos reprimidos, porque antes
de poder transformar nada que haya en nuestro interior, tenemos que empezar por aceptar que
está ahí.
No hay manera de evitar el dolor, ni es fácil hacer el duelo; lo mejor es aprender a no luchar
«heroicamente» contra lo inevitable, porque no conseguiremos más que hacer más profunda
nuestra angustia. Este tránsito puede crear dolor, crisis y dificultades, pero lo hace en nombre del
crecimiento y del cambio necesarios.
Epílogo
Como podrás haber comprobado, los tránsitos son un extenso y detallado documento que nos va
descubriendo las facetas más importantes del periodo que abarcan, dándonos toques acerca de
nuestra personalidad y también de nuestro destino.
La repetición de un mismo factor psicológico o tendencia de destino en diferentes puntos de la
interpretación es un síntoma inequívoco de que dicho factor tendrá más posibilidades de
manifestarse con fuerza.
La contradicción de diferentes factores psicológicos o tendencias de destino a lo largo de la
interpretación es un síntoma de dualidad. Por un lado unas energías planetarias indican una cosa,
mientras por otro lado otras energías planetarias indican tendencias contrarias. La resolución a
este conflicto (muy común) lo determinará nuestra propia evolución psicológica y espiritual, o,
dicho en otras palabras, nuestra madurez ante la vida, pues muchas veces a lo largo de la
existencia se nos brindan diferentes caminos a elegir, y mientras unas personas se pasan toda la
vida dudando, otras saben escoger la opción correcta.
Hay que advertir finalmente que por encima de los influjos astrológicos, señalados en la
interpretación de los tránsitos planetarios, se sitúa siempre un factor muy importante: el poder de
la voluntad del hombre, el cual puede, por su propio esfuerzo, entrar en la dirección recta y
corregir, en gran medida, las limitaciones o dificultades señaladas por los aspectos estelares. "Los
astros inclinan, pero no obligan", dice un antiguo aforismo astrológico. Espero que todo lo que en
este informe interpretativo se ha indicado te sirva de provecho y utilidad a lo largo de toda tu vida.
Con ese ánimo ha sido realizado.