La Increible Limpieza Hepática Del DR
La Increible Limpieza Hepática Del DR
La Increible Limpieza Hepática Del DR
Los elementos necesarios para llevar a cabo la limpieza hepática de Mortiz son
en realidad muy pocos. Bastan éstos:
-Un bote de Sales de Epsom.
-Medio vaso de aceite de oliva virgen extra.
-Un zumo de pomelo (preferiblemente rosa). Si no le gusta o no lo
encuentra puede sustituirlo por zumo de limones y naranjas a partes
iguales.
-Seis litros de zumo de manzana, preferiblemente ecológicas (hay que
ingerir uno al día). También puede sustituirse por cápsulas de ácido
málico.
Es todo. Eso sí, como paso previo a la limpieza Moritz aconseja someterse
antes a una hidroterapia de colon a fin de reducir las incomodidades en el
momento de las evacuaciones. Puede hacerse un par de días antes o el mismo
día en que vaya a hacerse la limpieza. También aconseja realizar previamente
una limpieza de riñón -en el libro explica igualmente cómo hacerla-, algo que
entiende absolutamente imprescindible en el caso de personas con
antecedentes de problemas renales. De esa manera se permite al riñón que
vaya deshaciéndose de las toxinas acumuladas y no sufra en el momento de la
limpieza una crisis depurativa.
De forma resumida diremos que la persona que decida realizar la limpieza
debe tomar cada día -y durante seis- un litro de zumo de manzana (o, en su
defecto, 3 cápsulas de ácido málico al día) en pequeños tragos a lo largo del
día. La razón es que el ácido málico del zumo de manzana reblandece los
cálculos además de tener un efecto fermentador que favorece la expansión de
los conductos biliares. Eso sí, durante esos seis días no debe ingerirse nada
frío y se deben evitar las comidas de origen animal, los productos lácteos y los
fritos restringiendo además las cantidades a tomar.
La limpieza propiamente dicha, como ya dijimos, comenzará el sexto día por la
tarde. Ese día sólo se debe ingerir en el desayuno frutas y zumos. Ni comidas
proteínicas, ni mantequilla, ni aceite. Y a mediodía verduras al vapor con arroz
blanco. En cuanto a la bebida, sólo agua. Luego, a media tarde, hacia las 18.00
horas, se echarán 4 cucharadas soperas de Sales de Epsom en una jarra o
tarro a la que se añadirá el agua correspondiente a tres vasos grandes llenos.
Una vez bien mezclado todo se bebe un primer vaso lleno en sus tres cuartas
partes. Operación que debe repetirse de nuevo a las 20.00 horas. Esto se
hace porque las Sales de Epsom llevan magnesio y además de tener un ligero
efecto laxante -de hecho mucha gente con estreñimiento las usa
habitualmente- tiene la gran virtud de dilatar los canales del hígado y el
coledoco -conducto que desemboca en el duodeno y transporta la bilis- lo que
facilita la salida de las piedras.
Es todo de momento. Luego hay que intentar dormir. Lo único que se puede
notar es que los cálculos se están desplazando por el hígado y cómo la
vesícula se esfuerza en expulsarlos. Y quizás necesite ir al baño para evacuar
pero luego debe acostarse de nuevo.
Transcurrida la noche deberá volver a ingerir las sales de Epsom diluidas hacia
las 6.00 o 6.30 de la mañana del domingo y, por último, la cuarta y última
toma hacia la 8.00 u 8.30. Dos horas después podrá ya ingerir si tiene hambre
algún zumo y media hora más tarde una o dos piezas de fruta fresca. Y pasada
otra hora más algún alimento sólido no muy pesado.
Todo dependerá de cómo se encuentre ya que a lo largo de esa mañana
dominical -y quizás también por la tarde- tendrá que acudir varias veces al
baño (si no ha tenido que hacerlo ya antes) para empezar las evacuaciones de
piedras. Sabrá que es así porque flotarán en el agua y podrá hasta contarlas.
Pueden ser docenas… o centenares. De distinto color y textura.
La limpieza habrá así concluido. Pero, ¡ojo!, eso no significa que haya
eliminado usted todas. Puede tener muchas más. De ahí que Moritz
recomiende hacer en realidad varias limpiezas hasta que no salgan más. A
razón de una al mes.