La Increible Limpieza Hepática Del DR

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LA INCREIBLE LIMPIEZA

HEPÁTICA DEL DR.


ANDREAS MORITZ
 LUIS RODERO 17 MAYO, 2009 NOTICIAS 88 COMMENTS
Hoy os vamos a hablar de una de las terapias más recomendadas desde
nuestra consulta y que miles de personas han podido probar con
excelentes resultados.  Se trata de la Limpieza Hepática con sales de
Epsom, conocida como Limpieza Hepática del Dr. Moritz.  Vamos a hacer
un resumen de la limpieza en sí, pero siempre recomendamos que
adquiráis el libro del Dr. Moritz donde explica todo ampliamente y que
acudais a nuestra consulta para ver si en vuestro caso es recomendable
que hagáis esta limpieza o necesitáis otros métodos.
Esta limpieza requiere sólo seis días de preparación a los que seguirá el
proceso de limpieza propiamente dicho que apenas dura 20 horas. Y como es
recomendable hacerla un fin de semana la preparación debería comenzar
también un sábado por la tarde a fin de aprovechar la estancia en casa del
domingo de la siguiente semana para expulsar las piedras. Y un consejo más:
si se decide a hacerla contacte con nuestros expertos para poder controlar
efectos indeseados. No todo el mundo reacciona igual.

Los elementos necesarios para llevar a cabo la limpieza hepática de Mortiz son
en realidad muy pocos. Bastan éstos:
-Un bote de Sales de Epsom.
-Medio vaso de aceite de oliva virgen extra.
-Un zumo de pomelo (preferiblemente rosa). Si no le gusta o no lo
encuentra puede sustituirlo por zumo de limones y naranjas a partes
iguales.
-Seis litros de zumo de manzana, preferiblemente ecológicas (hay que
ingerir uno al día). También puede sustituirse por cápsulas de ácido
málico. 
Es todo. Eso sí, como paso previo a la limpieza Moritz aconseja someterse
antes a una hidroterapia de colon a fin de reducir las incomodidades en el
momento de las evacuaciones. Puede hacerse un par de días antes o el mismo
día en que vaya a hacerse la limpieza. También aconseja realizar previamente
una limpieza de riñón -en el libro explica igualmente cómo hacerla-, algo que
entiende absolutamente imprescindible en el caso de personas con
antecedentes de problemas renales. De esa manera se permite al riñón que
vaya deshaciéndose de las toxinas acumuladas y no sufra en el momento de la
limpieza una crisis depurativa.
De forma resumida diremos que la persona que decida realizar la limpieza
debe tomar cada día -y durante seis- un litro de zumo de manzana (o, en su
defecto, 3 cápsulas de ácido málico al día) en pequeños tragos a lo largo del
día. La razón es que el ácido málico del zumo de manzana reblandece los
cálculos además de tener un efecto fermentador que favorece la expansión de
los conductos biliares. Eso sí, durante esos seis días no debe ingerirse nada
frío y se deben evitar las comidas de origen animal, los productos lácteos y los
fritos restringiendo además las cantidades a tomar.
La limpieza propiamente dicha, como ya dijimos, comenzará el sexto día por la
tarde. Ese día sólo se debe ingerir en el desayuno frutas y zumos. Ni comidas
proteínicas, ni mantequilla, ni aceite. Y a mediodía verduras al vapor con arroz
blanco. En cuanto a la bebida, sólo agua. Luego, a media tarde, hacia las 18.00
horas, se echarán 4 cucharadas soperas de Sales de Epsom en una jarra o
tarro a la que se añadirá el agua correspondiente a tres vasos grandes llenos.
Una vez bien mezclado todo se bebe un primer vaso lleno en sus tres cuartas
partes. Operación que debe repetirse de nuevo a las 20.00 horas. Esto se
hace porque las Sales de Epsom llevan magnesio y además de tener un ligero
efecto laxante -de hecho mucha gente con estreñimiento las usa
habitualmente- tiene la gran virtud de dilatar los canales del hígado y el
coledoco -conducto que desemboca en el duodeno y transporta la bilis- lo que
facilita la salida de las piedras.

Finalmente, poco antes de las 22.00 horas debe mezclarse en otra jarra o tarro


medio vaso de aceite de oliva virgen extra y tres cuartos de vaso de zumo de
pomelo exprimido a mano y sin pulpa (o, en su defecto, zumo de naranjas y
limones mezclados). Y tras agitar la mezcla con fuerza beberla lentamente
estando de pie junto a la cama para, a continuación, acostarse
inmediatamente; mejor sobre el costado derecho y con las piernas encogidas
en posición fetal a fin de que la mezcla penetre mejor hacia la vesícula. El
zumo de pomelo permite quitarle el sabor al aceite. Además es rico en vitamina
C, depurativo, antiséptico natural, antimicrobiano y rico en ácidos cítrico,
galacturónico, fórmico y málico. En cuanto al aceite además de ser lubricante y
facilitar la expulsión de las piedras provoca la elaboración de mucha bilis.
Tomar un vaso de aceite para eliminar cálculos es en realidad un remedio muy
antiguo pero tiene el riesgo de que las piedras pueden quedarse bloqueadas y
producir dolorosos cólicos… algo que se evita con la acción del ácido málico y
la dilatación de los canales gracias a las Sales de Epsom.

Es todo de momento. Luego hay que intentar dormir. Lo único que se puede
notar es que los cálculos se están desplazando por el hígado y cómo la
vesícula se esfuerza en expulsarlos. Y quizás necesite ir al baño para evacuar
pero luego debe acostarse de nuevo.

Transcurrida la noche deberá volver a ingerir las sales de Epsom diluidas hacia
las 6.00 o 6.30 de la mañana del domingo y, por último, la cuarta y última
toma hacia la 8.00 u 8.30. Dos horas después podrá ya ingerir si tiene hambre
algún zumo y media hora más tarde una o dos piezas de fruta fresca. Y pasada
otra hora más algún alimento sólido no muy pesado.
Todo dependerá de cómo se encuentre ya que a lo largo de esa mañana
dominical -y quizás también por la tarde- tendrá que acudir varias veces al
baño (si no ha tenido que hacerlo ya antes) para empezar las evacuaciones de
piedras. Sabrá que es así porque flotarán en el agua y podrá hasta contarlas.
Pueden ser docenas… o centenares. De distinto color y textura.
La limpieza habrá así concluido. Pero, ¡ojo!, eso no significa que haya
eliminado usted todas. Puede tener muchas más. De ahí que Moritz
recomiende hacer en realidad varias limpiezas hasta que no salgan más. A
razón de una al mes.

Asimismo recomienda que tras cada limpieza se haga una hidroterapia de


colon. Si puede permitírselo, con uno de los modernos aparatos a presión que
hoy existen ya en muchos establecimientos y consultas. Si no puede o no
quiere, con un irrigador en casa usando agua a temperatura corporal o
ambiente (los encontrará en cualquier farmacia). Moritz en su libro, explica
además distintas alternativas a la hidroterapia.
Insistimos, para terminar, que lo que antecede es simplemente una síntesis del
protocolo de Andreas Moritz y sirve sólo como invitación a que cada uno
profundice, en coordinación con su médico o terapeuta, en la limpieza hepática
como método terapéutico.
“Hay muy diversos síntomas sin causas aparentes -nos diría el doctor De la
Rosa- que pueden llevarnos a pensar en la necesidad de una limpieza
hepática: dispepsias crónicas e hinchazón de abdomen, reflujos
gastroesofágicos, malas digestiones crónicas, molestias hepatobiliares, dolor
de cabeza, náuseas y mareos crónicos y falta de tono vital… Sólo hay que
hacer un diagnóstico diferencial médico. Si exploramos visualmente la lengua y
la parte de la raíz V lingual tiene saburra blanquecina o grasa que no se elimina
y permanece durante mucho tiempo con nosotros debemos sospechar que hay
algo de retención en nuestro organismo. Puede ser un complemento en los
casos en los que exista una patología de deposición”.

Según Moritz la recompensa es impagable: “Al eliminar las piedras a través de


una serie de limpiezas del hígado (por lo general de seis a ocho son suficientes
para restablecer plenamente el rendimiento del hígado), y, por consiguiente,
mantener una dieta razonablemente saludable y un estilo de vida más natural
el hígado vuelve a su natural eficacia y la mayoría, si no todos, de los síntomas
de incomodidad comenzarán a disminuir. La energía y el bienestar en
particular -afirma rotundo- aumentan con cada limpieza. Limpiando el hígado
se eliminan miles de bits de sustancias tóxicas que han ayudado a formar las
piedras y bloquear miles de conductos biliares del hígado. La limpieza de los
conductos biliares del hígado de cálculos biliares puede ser de hecho una de
los más importantes y poderosos procedimientos para mejorar drásticamente la
salud y elevar la vibración del cuerpo. Al volver a abrir los conductos biliares la
energía del cuerpo queda restaurada y la curación puede llevarse a cabo en
todos los niveles de cuerpo, mente y espíritu”.

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