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Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034.

Primer
semestre de 2011, Bogotá, Colombia, p. p. 51-87

LA INVESTIGACIÓN EN TORNO A LA CONCEPCIÓN DE VIDA SILVESTRE:


UNA APROXIMACIÓN AL ESTADO DEL ARTE EN EL CONTEXTO
EDUCATIVO.

THE INVESTIGATION AROUND THE CONCEPTION OF WILDLIFE: AN


APPROACH TO THE STATE OF THE ART IN THE EDUCATIONAL CONTEXT.

Por: Luis Juan Rubiano O.1


Recibido: 15-03-2011
Aceptado: 03-06-2011

Resumen
Se hace una revisión sobre el origen de la concepción de vida silvestre, rastreando su
significado desde el siglo XIV hasta el presente. Aunque existen en Inglaterra
referencias muy antiguas sobre la concepción de vida silvestre, es en Estados
Unidos donde nace y evoluciona dicho término. Al comparar las concepciones de la
vida silvestre en los Estados Unidos respecto a los países latinoamericanos, se
evidencia la enorme importancia cultural, educativa, política y social dada a tales
concepciones en el continente norteamericano en contraste con Latinoamérica,
particularmente Colombia, en donde no se dan tales manifestaciones. Igualmente, la
historia de la educación e investigación en educación sobre la vida silvestre en los
Estados Unidos revela una notoria inserción de esta temática tanto en los textos
divulgativos (educación no formal) como en la literatura científica y en los
currículos de educación básica y universitaria. En dicho país es posible conjeturar
un cambio evolutivo en la concepción de vida silvestre que, de acuerdo con nuestra
investigación, se inicia a finales del siglo XIX con un significado de fauna de caza
deportiva y culmina, hacia la década de 1970 con la inclusión de todos los reinos de
la naturaleza así como su hábitat e interrelaciones. En nuestro país, y en general
para Suramérica, es muy escasa la literatura especializada sobre vida silvestre, no
existiendo facultades o carreras con dicha temática a pesar de la enorme
biodiversidad de este continente. Algunas de las razones aducidas por el autor, que
explican esta situación, son la influencia de la visión taxonómica de la naturaleza,
privilegiada en Colombia por la Expedición Botánica, y la dificultad para incorporar
la educación ambiental en el contexto académico universitario. Se concluye
igualmente la escasa investigación en vida silvestre y el potencial que existe para
desarrollarla en el campo de las ciencias naturales y sociales, particularmente en el
campo de la educación. Finalmente se destaca la importancia de la vida silvestre
como un recurso de bienestar y supervivencia humana así como la necesidad de
concebirla desde un punto de vista ético y de derechos.

Palabras clave: Vida silvestre, concepciones, educación en vida silvestre, estado del
arte
Summary
A review is made on the origin of the conception of wildlife, tracking its meaning
1
Estudiante de Doctorado Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Profesor Departamento de
Biología Universidad Nacional de Colombia. Correo: [email protected]

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from the XIV century until the present. Although in England exist very old
references on the conception of wildlife, it is in United States where it was born and
evolves this term.
When comparing the conceptions of the wild life in the United States regarding the Latin
American countries, the enormous cultural, educational, politics and social importance, is
evidenced to such conceptions in the North American continent in contrast with Latin
America, particularly Colombia where such manifestations don't take place. Equally, the
history of the education and investigation in education about the wildlife in the United
States reveal a notorious insert of this thematic so much in the popularization texts (non
formal education) as in the scientific literature and in the curricula of basic and university
education. In USA it is possible to surmise an evolutionary change in the conception of
wildlife that, in accordance with our investigation, it began at the end of the XIX century
with a meaning of fauna of sport hunt (game species) and it culminated, toward the decade
of 1970 with the inclusion of all kingdom of the nature as well as its habitat and
interrelations. In our country, and in general for South America, it is very scarce the
specialized literature about wildlife, not existing faculties or careers with this thematic in
spite of the enormous biodiversity of this continent. Some of the reasons adduced by the
author that explain this situation are the influence of nature taxonomic vision, privileged in
Colombia by the Botanical Expedition, and the difficulty to incorporate the environmental
education in the university academic context. Likewise, it concludes the scarce
investigation in wild life and the potential that it exists to develop it in the field of the
natural and social sciences, particularly in the field of the education. Finally we emphasize
the importance of the wildlife as a resource of well-being and human survival as well as the
necessity to conceive it from an ethical and rights point of view.

Words key: Wildlife, conceptions, wildlife education, state of the art

INTRODUCCIÓN

Durante los últimos 50 años hemos asistido a uno de los episodios de extinción de especies
silvestres más importantes del mundo. Según los últimos reportes de la UICN (2008), de las
44.837 especies registradas en sus Listas Rojas, 804 ya se han extinguido, cifra que
ascendería a 1159 si se tienen en cuenta las 290 especies en peligro crítico de extinción. Un
38% del total de la lista (19.728 especies) se reportan además como amenazadas de
extinción (UICN, 2008). En Colombia, para el año 1999, el Instituto Von Humbolt reportaba
351 especies de macrofauna en peligro de extinción, distribuidas en 132 especies de
mamíferos, 163 especies de aves, 31 de reptiles y 25 de anfibios (Instituto de Investigación
de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, 1999). Para el 2002 esta cifra había
ascendido a 385 especies, con tendencia hacia el aumento (Ministerio del Medio Ambiente,
2002). Este fenómeno de pérdida de vida silvestre es tan descomunal que podría
catalogarse entre los seis eventos de mayor extinción masiva en la historia del planeta
(Glavin, 2007).

Muchos son los motivos que se pueden exponer para esta catástrofe: la pérdida de hábitat,
ocasionada principalmente por la tala extensiva de bosques, la caza comercial, la
ampliación de la frontera agrícola, el cambio climático y aspectos relacionados con la
educación.

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El término “vida silvestre” tiene varias connotaciones según el continente y/o país de que
se trate. Esta heterogeneidad de concepciones es de gran relevancia en la toma de
decisiones políticas y educativas pues dependiendo de ellas es posible favorecer o
perjudicar la preservación de la vida silvestre. Visto de esta manera, el fenómeno de la
extinción de especies estaría fuertemente ligado al desconocimiento del significado y de la
importancia de la vida silvestre, bien sea que ésta se tome como un componente
independiente del hombre o como un elemento esencial e imprescindible para su
supervivencia (Van Dyke, 2003).

El presente artículo pretende dar respuesta a varias preguntas de importancia crucial


respecto al significado de vida silvestre: la manera como se ha interpretado este concepto
en diferentes contextos históricos y geográficos, particularmente del continente americano;
su inserción en el sistema educativo norteamericano (el de mayor tradición en estos
estudios); la manera como se ha venido desarrollando la investigación en educación sobre
vida silvestre así como su abordaje en el ámbito legislativo y educativo colombiano; y
finalmente su importancia, desde varias perspectivas, para el bienestar humano así como
su concepción ética y de derechos. Esta revisión hace parte de un estudio adelantado por
el autor como proyecto de tesis del Doctorado Interinstitucional en Educación de la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

METODOLOGIA

La investigación en torno a las concepciones de vida silvestre tuvo en cuenta la consulta


documental de cuatro tipos de información, dentro de un período muy amplio (siglos XIV a
XXI). Esta información fue filtrada y sistematizada de acuerdo a criterios indicados más
adelante. En general se siguió el siguiente procedimiento: 1) búsqueda del concepto de vida
silvestre en diccionarios de español (V.gr. Diccionario Ilustrado Océano de la Lengua
Española, 1997, Gran diccionario de la lengua española Larousse, 2009) y de inglés
(Diccionario Thesaurus Ingles-Inglés, 2010; Diccionario Oxford Español-Inglés - Inglés-
Español, 1994). Esto para tener una percepción sobre la manera en que idiomáticamente se
interpreta este concepto, conociendo de antemano que la interpretación es diferente tanto
en español como en inglés. 2) Revisión bibliográfica en bibliotecas universitarias: Biblioteca
del Doctorado Interinstitucional en Educación de la Universidad Distrital Francisco José de
Caldas; Biblioteca Central, Biblioteca de Ciencia y Tecnología y Biblioteca Ernesto Guhl de
la Universidad Nacional de Colombia; Biblioteca Central de la Universidad Pedagógica
Nacional. 3). Aprovisionamiento y consulta de revistas y libros pertinentes, adquiridos a lo
largo de 14 años de dictar la cátedra “Percepción y apreciación de la vida silvestre” en el
Departamento de Biología de la Universidad Nacional de Colombia. 4) Revisión en la Web,
de artículos y libros científicos cuyos títulos contuvieran las palabras vida silvestre y/o
wildlife. Se utilizaron los motores de búsqueda más accesibles y completos: Eric, Biblioteca
virtual Miguel de Cervantes Saavedra, Annual Reviews, Jstor, Web of science-science
citation index expanded, Web of science-social sciences citation index, Ebrary-elibro (XML -
Español), Wiley interscience-Wiley Journals, entre otras. 5) El intervalo temporal de la
investigación cubrió, de manera muy general, los siglos XIV a XXI. Información original (es
decir, no citada por otros autores en textos recientes) se obtuvo a partir de comienzos del
siglo XX, por ejemplo, Holden (1906, facsimil 1980), Holden (1905, facsimil 1989) y
Hornaday (1913). 6) Se aplicaron varios filtros para restringir la abundante información.
Los dos principales fueron: a) descartar los artículos monográficos sobre especies silvestres,
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y b) tener solo en cuenta información proveniente de los Estados Unidos (la más
voluminosa), Inglaterra (referente histórico de la concepción de vida silvestre), Canadá y
los países suramericanos. 7) La información que se consideró útil para el estudio de las
concepciones de la vida silvestre , después de aplicar los filtros, se sistematizó de acuerdo
con los siguientes categorías: a) estudios de la vida silvestre con una perspectiva histórica-
ontológica, b) estudios con una perspectiva taxonómica, c) estudios con una perspectiva de
Educación Ambiental, d) estudios con una perspectiva de legislación ambiental (manejo y
conservación) y e) estudios con una perspectiva de conocimiento escolar ecológico
(educación).

RESULTADOS

1 EL CONCEPTO DE VIDA SILVESTRE: ORIGEN Y DESARROLLO

1.1 Inglaterra: La vida silvestre en las Leyes de Caza

El termino “vida silvestre” nació y se desarrolló en los Estados Unidos de América a comienzos
del siglo XX, pero su origen puede rastrearse siglos atrás, en la Inglaterra medieval. Los
primeros referentes sobre la vida silvestre (aún no reconocida como tal sino como “game
species” o especies de caza deportiva) de esta isla se conocen a través de las antiguas leyes de
caza, salvaguardadas en los archivos notariales y bibliotecas del Estado. Se sabe, por ejemplo,
que desde 1389 a 1831 la ley inglesa restringió el acceso a la fauna silvestre a través de leyes
conocidas como “Actos de Requisito”, bajo los cuales solamente personas “capacitadas" podían
cazar (Kirby, 1933). El requisito principal de calificación era la propiedad de tierras, aunque la
riqueza y profesión de los interesados también contaban en estas primeras licencias. No
obstante, las leyes de caza se habían desarrollado independientemente de las leyes sobre
propiedad de los bosques siendo éstos los lugares privilegiados para los deportes de la
aristocracia, aún cuando sus terrenos no les pertenecieran (Kirby, 1933). Con el tiempo, este
método de proporcionar el monopolio de la caza deportiva a una clase social tuvo altibajos y en
algunos períodos franca decadencia.

El significado de vida silvestre en estas leyes era muy restringido ya que se refería
principalmente a animales (mamíferos y aves) de caza deportiva (Luek, 1989). Sin embargo,
ya se hacía la distinción entre lo que actualmente, aunque de manera incompleta,
entendemos como fauna silvestre y lo que también conocemos como fauna domesticada.
Así, durante el siglo XVIII, los derechos de propiedad distinguían dos clases de animales: 1)
De naturaleza doméstica (Domitae naturae) que eran mansos y domésticos como el ganado
vacuno, ovejas, y aves comestibles, y 2) De naturaleza salvaje (Ferae naturae), como venados,
perdices y lobos (Blackstone [1765-69], 1971). Los derechos de propiedad y responsabilidad de
las personas sobre los animales domésticos se conservaban, incluso cuando los animales se
apartaban de los terrenos del propietario al contrario de los derechos sobre las “ferae
naturae” que solo regían mientras el animal estuviera en predios del propietario de la tierra
o el animal era muerto por este. Si el animal lograba huir, se perdía el derecho de
propiedad que podía ser adquirido por otra persona. En la práctica, los derechos de
propiedad sobre la fauna silvestre se otorgaban únicamente a los terratenientes (Blackstone
[1765-69], 1971).

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El primer estatuto sobre caza de “fauna silvestre” en Inglaterra fue publicado en I390, cuando se
estableció la prohibición de tener perros de cacería y de matar venados, liebres, conejos y otros
especimenes de “fauna silvestre” a menos que se pagara un impuesto elevado, que por lo
general solo era posible para las clases altas (Kirby, 1933).
La ley de I390 dio lugar a otra serie de leyes parlamentarias dirigida a revisar, reforzar y
redefinir la caza deportiva. En ellas se legislaba sobre la caza furtiva, temporadas de caza y venta
de piezas silvestres. Dichas reformas culminaron en I67I con una medida que moldeó la ley
básica del sistema de caza por más de siglo y medio (Kirby, 1933). Según esta ley, la cacería fue
prohibida a personas que no pertenecieran a alguna de estas cuatro categorías: 1) personas que
tuvieran tierras o viviendas de su propiedad o de sus cónyuges y que generaran ganancias por
arriba de 100 libras al año; 2) aparceros o arrendatarios con contratos mínimos de 100 años; 3)
aquellas personas denominadas con el apelativo de “don” u otro apelativo de dignidad (Kirby,
1933, pp. 241); y 4) propietarios con franquicias. Un rasgo importante de esta ley era la
autorización legal que se les dio a los guardias de caza (guardabosques) para confiscar todos los
implementos de caza (armas, perros, redes, etc.) de los cazadores furtivos.

Hacia 1750 aparecen las primeras asociaciones independientes de protección de las especies
de caza silvestres y en 1752 se crea la primera Sociedad Nacional (“The Society of Noblemen
and Gentlemen for the Preservation of the Game”) para la preservación de las especies de caza
deportiva. En 1785, por ejemplo, ya era necesario un certificado de permiso para la caza legal.
Las sanciones impuestas sobre aquellos que infringían las leyes de caza eran por lo general muy
severas, por ej. la pena de muerte para los cazadores furtivos (Lueck, 1989).

A pesar de esto, el siglo XIX irrumpe con un renovado afán por la cacería, estimulado por los
valores tradicionales de la clase privilegiada que consideraba esta actividad como “la más
sagrada entre todas las demás”. Según expresiones de la época, la cacería era un deporte de
reyes “to be followed only by a superior order of men" (Kirbi, 1933, pp. 243). Por presión de los
terratenientes, los estatutos de calificación se abolieron en 1831, y los dueños de la tierra
adquirieron nuevamente la propiedad de la vida silvestre.

Con tal presión, Inglaterra se vio abocada a una disminución alarmante de la fauna silvestre
recurriendo entonces a su importación desde Francia (Kirbi, op.cit.). Por la misma época (1766),
se da inicio a las técnicas de cría y preservación, como recurso suplementario para mantener una
reserva de caza para la aristocracia. Actualmente los propietarios de la tierra continúan
controlando la legislación sobre la fauna y la flora, conservando, como en el pasado, los
privilegios para caza de vida silvestre en terrenos de su propiedad (Lueck 1989).

1.2 Estados Unidos: La vida silvestre en el contexto de la Conservación

El término binominal “wild life”, tal como lo conocemos ahora en español “vida silvestre”,
es de origen reciente, probablemente hacia finales del siglo XIX, reportándose oficialmente
en Norteamérica con la publicación en 1913 del libro "Our Vanishing Wild Life: Its
Extermination and Preservation (Nuestra vida silvestre en desaparición: su exterminio y
preservación) de William Hornaday (Hornaday, 1913). Esta publicación es de gran
importancia por varias razones: 1 Aunque el autor no hace explícito qué se entiende por
“wild life” (lo cual indica que probablemente, ya se utilizaba el término), el uso de éste,
dentro del texto, parece corresponder a dos significados: “fauna salvaje” , (“The American
bison is saved from being wholly extinct as a wild animal by the remnant of about 300 head in
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northern Athabasca, and 49 head in the Yellowstone Park”- Hornaday, 1913, pp 19-; “There are
circumstances under which the killing of a wild animal may be so wanton, so revolting and so
utterly reprehensible that the act may justly be classed as murder” -Hornaday, 1913 pp. 26-;
“There is on this earth not one wild-animal species—mammal, bird or reptile—that can long
withstand exploitation for commercial purposes” -Hornaday, 1913 pp. 142-) y también “especies
salvajes de caza” (“in any camp of sheep men, cattle men, lumbermen, miners, railway laborers or
excavators to own or use a rifle in hunting wild game”- Hornaday, 1913 pp. 84-; “Song-bird
slaughter is growing and spreading, with the decrease of the game birds” - Hornaday, 1913 pp. 7-;
“or permit them to be fed, on the flesh of wild game mammals or birds” - Hornaday, 1913 pp. 84),
etc. 2 Está centrado en un único reino, el animal, y no reporta los otros reinos (plantas,
hongos, protistas) en sus listas de vida silvestre. 3 Si bien aborda un capítulo sobre insectos,
estos no son identificados como vida silvestre, sino que son reportados como plagas de los
cultivos, de tal modo que no se plantea su protección. 4 Se adelanta a la clasificación actual
del convenio CITES2 al reportar especies amenazadas y en peligro de extinción.

El control de las actividades relacionadas con la vida silvestre por parte del Estado se inició
en 1896 con la Ley Geer, mediante la cual la Corte Suprema de los Estados Unidos prohibió
la exportación de especies de caza, dando a las agencias del Estado la autoridad para
regular la caza pesca y trampeo (Lueck, 1989). Dicha ley fue ratificada y ampliada mediante
la Ley Lacey, en 1900, la primera pieza fundamental en la política de protección de la vida
silvestre en los Estados Unidos. Mediante esta ley se prohíbe el transporte interestatal de
fauna silvestre y la importación de especies exóticas a su territorio. Igualmente suscribe un
convenio de protección de las aves migratorias con Inglaterra y Canadá (Lueck, op.cit).

Como apoyo a la protección de la vida silvestre, a partir de la ley Lacey se han


implementado muchas otras leyes de las cuales destacamos la ley Pittman- Robertson
(1937) (U.S. Fish and Wildlife Service, 2010a) que crea un impuesto sobre armas y
municiones, la ley Dingell-Johnson (1950) (Owen, 2000), que crea impuesto sobre los
equipos de pesca y la Migratory Bird Stamp (1934) (U.S. Fish and Wildlife Service, 2010b)
que obliga a adquirir una estampilla de impuesto a los cazadores. Los recursos así
obtenidos son entregados a los diferentes Estados para ayuda a los programas de
protección de la vida silvestre.

La connotación de vida silvestre como especies de caza, tanto en las leyes como en la
literatura científica continúa durante las décadas siguientes, incorporando en algún
momento la división entre especies de caza mayor (osos, venados, bisontes) y caza menor
(zorros, ardillas, linces, etc.). Hacia la década de los 70´s se comienza a dar importancia a
las especies no incluidas en estas dos categorías, catalogándolas como “wildlife nongame
species” e incorporándolas en los programas de conservación a través de los “Wildlife
Nongame Programs” (Crawford, 1976). Es también importante el papel creciente de la
universidad en la reivindicación de las especies silvestres y el énfasis que comienza a darse
al habitat e interrelaciones ecológicas: “An integrated approach, in which game and nongame
species are placed within the perspective of an ecosystem, is essential for developing university
2
Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres. Nacida en 1973,
constituye un acuerdo internacional concertado entre los gobiernos. Tiene por finalidad velar por que el comercio
internacional de especimenes de animales y plantas silvestres no constituye una amenaza para su supervivencia –
(http://www.cites.org/esp/disc/what.shtml-)

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programs directed toward nongame wildlife” (Crawford, 1976). En una revisión de artículos
publicados desde 2000 en la Wild Life Society (Journals: Advanced Search, 2010), la mayor
parte de los títulos comprenden temas ecológicos, por ejemplo, habitats de vida silvestre en
relación con herbicidas (Miller y Miller, 2004); restauración de ecosistemas (Baker, 2006),
dinámica de la vegetación por herbivoría (Wisdom et al, 2006), apareciendo también
estudios relacionados con las creencias y actitudes hacia la vida silvestre (Fulton et al,
2004).

La tendencia después de los 90´s ha sido incluir dentro de la vida silvestre a otros
organismos: “The term wildlife has been used to refer to species of wild plants and animals (but
might not necessarily include organisms such as bacteria, víruses, moulds and other life forms which
are neither plant nor animal)” (Spellerberg, 1992, pp. 1).

De acuerdo con lo anterior, podemos resaltar algunos hechos relevantes al comparar las
concepciones sobre la vida silvestre y sus políticas de uso y protección tanto en Inglaterra
como en los Estados Unidos: En Inglaterra la concepción de vida silvestre tiene como
principal referencia las leyes de caza y los correspondientes permisos, vedados a las clases
menos favorecidas. En los Estados Unidos una de las primeras referencias (Hornaday, 1913)
es un llamado de alerta sobre el exterminio de la vida silvestre, una toma de conciencia y
una apología a la conservación, todo dentro de un marco científico y actitudinal. Así
mismo, el sentido de las normas sobre restricciones a la cacería en los Estados Unidos se
aplica a los cazadores comerciales y no, como en el caso de Inglaterra, a las clases
populares. En los Estados Unidos, las políticas de protección de la vida silvestre nacieron
de hombres acaudalados que deseaban, sin abandonar la caza deportiva, la conservación
del habitat y el paisaje. En Inglaterra, la nobleza, como principal motor de la actividad de
caza, no tuvo mayor injerencia en las políticas de protección: todo lo contrario, fue la
aristocracia quien redujo a cifras mínimas la diversidad silvestre de la isla. Y quizás la
diferencia más importante: mientras las leyes inglesas reconocen que la “propiedad” de la
vida silvestre, descansa principalmente en los dueños de tierra (Lueck, 1989), las leyes de
los Estados Unidos sostienen que es el Estado y no los dueños de la tierra, quien ejerce el
control y las políticas de protección de la vida silvestre.

1.3 Países Latinoamericanos: Vida Silvestre en el contexto de la Legislación Ambiental

En los países latinoamericanos, el termino “wild life” de Hornaday (1913) (que luego en los
Estados Unidos pasó a wildlife -como palabra única- a partir de las publicaciones de la
Wildlife Society en 1937) podría traducirse literalmente como “vida salvaje” o “vida
silvestre”, frase binominal que no existe en el diccionario español. Si traducimos
directamente del Diccionario Thesaurus Ingles-Inglés (2010), wildlife es “all living things
(except people) that are undomesticated” (“todas las cosas vivientes, excepto el hombre, que no
son domesticadas”), mientras el Diccionario Oxford Inglés-Español (1994) la define como
fauna y flora, y también como natural.

En nuestro idioma español la palabra wildlife se convierte en una frase compuesta por dos
palabras: Vida, término extremadamente polisémico cuyo significado implica aspectos
científicos (biológicos, psicológicos, médicos), sociales, filosóficos, religiosos y culturales.
Dentro de un contexto biológico, el concepto de vida es complejo y puede referirse a una
lista de características o condiciones necesarias para que exista la vida, por ejemplo
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propiedades que diferencien entre procesos vivos y no vivos como la complejidad, los
niveles de organización, peculiaridad química, calidad, unidad y variabilidad, posesión de
un programa genético, selección natural, etc. (Kawasaki y El Hani, 2002; El Hani, 2008), o
bien a concepciones que van más allá de tales listados y que se basan en las teorías
científicas, por ejemplo, la teoría sintética de la evolución, la teoría de la autopoiesis y más
recientemente las teorías sobre vida artificial y la cibernética (El Hani, 2008).

La segunda palabra, Silvestre, hace referencia a “aquellos organismos que se crían sin cultivo
en selvas o campos” aplicando también el término a lo “Inculto, agreste y rústico” (Diccionario
Ilustrado Océano de la Lengua Española, 1997). Dicho diccionario, al igual que el Larousse
(Gran diccionario de la lengua española, 2009) no incluyen la frase binominal “vida
silvestre”. Sin embargo, podemos encontrar su definición en las publicaciones de leyes,
acuerdos y resoluciones ambientales de los países latinoamericanos.

Así por ejemplo, la Ley General de Vida Silvestre de México (2000) define a ésta como “los
organismos que subsisten sujetos a los procesos de evolución natural y que se desarrollan libremente
en su hábitat, incluyendo sus poblaciones menores e individuos que se encuentran bajo el control del
hombre, así como los ferales” (articulo 3 XLV, pag. 4).

En el Ecuador, La Ley Forestal y de Conservación de Áreas Naturales y Vida Silvestre


(2004) define a la vida silvestre como “la fauna (animales) y flora (plantas) silvestres”. A su vez,
esta Ley establece que la flora silvestre es "el conjunto de especies vegetales nativas, que crecen
espontáneamente" (opus cit. pp. 19), identificando a la flora nativa como los "vegetales
propios" del país o de una región. La fauna silvestre está definida allí como "los animales
silvestres, sin distinción de clases o categorías zoológicas que viven en forma permanente o temporal
en los ecosistemas acuáticos, terrestres y atmosféricos". También considera como vida silvestre
"las especies domésticas que, por disposición del Ministerio del Ambiente, deban ser manejadas como
silvestres para evitar su extinción, o con fines de control"(opus cit pp. 19)

En Costa Rica, la vida silvestre, según la Ley Nº 7317 de 1992, estaría conformada por “la
fauna continental e insular que vive en condiciones naturales, temporales o permanentemente en el
territorio nacional y la flora que vive en condiciones naturales en el país” (Artículo 1, pag. 1).

En Colombia, las primeras menciones relacionadas con la vida silvestre se encuentran en el


Código Nacional de Recursos Naturales Renovables y de Protección al Medio Ambiente,
Decreto 2811 de 1974. En dicho código no se mencionan las palabras “vida silvestre”,
aunque sí define la “flora” y “fauna” “silvestres”: Artículo 249. “Entiéndase por fauna
silvestre el conjunto de animales que no han sido objeto de domesticación, mejoramiento genético o
cría y levante regular o que han regresado a su estado salvaje, excluidos los peces y todas las demás
especies que tienen su ciclo total de vida dentro del medio acuático” (pp. 64); Articulo 199. “Se
denomina flora silvestre el conjunto de especies e individuos vegetales del territorio nacional que no
se han plantado o mejorado por el hombre” (pp.55).

Esta visión escindida –flora-fauna- de la vida silvestre ha predominado en las leyes


colombianas posteriores, por ejemplo en el Decreto 1608 del 31 de Julio de 1978, por el cual
se reglamentan el Código Nacional de los Recursos Naturales Renovables y de Protección
al Medio Ambiente y en la Ley 23 de 1973 sobre fauna silvestre; también en el Decreto 1681
del 4 de Agosto de 1978, por el cual se reglamentan la Parte X del Libro II del Decreto-Ley
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2811 de 1974 que trata de los recursos hidro-biológicos y en el Decreto 1974 del 31 de
Agosto de 1989, por el cual se reglamenta el artículo 310 del Decreto-Ley 2811 de 1974,
sobre Distritos de Manejo Integrado de los Recursos Naturales Renovables; y, finalmente,
en la Ley 99 de 1993, por la cual se crea el Ministerio del Medio Ambiente.

Tabla 1. Referentes para el concepto de vida silvestre en Inglaterra, Norteamérica y


Latinoamérica

País Fecha Fuente a través de Qué especies son Autor(es) de


la cual se aborda o incluidas dentro referencia
difunde el concepto de la concepción
de vida silvestre de vida silvestre
Animales de
Siglos XII a
Inglaterra Leyes de Caza naturaleza salvaje Blackstone
XIX
(Ferae naturae) [1765-69).
Abolición de
1831 estatutos de Fauna salvaje Kirby (1933).
calificación

1. Fauna salvaje
Literatura científico-
Finales del (wild animals)
divulgativa sobre
siglo XIX, 2. Fauna salvaje Hornaday.
desaparición o
comienzos de caza (wild (1913).
pérdida de fauna
del siglo XX game, mammals
silvestre
or birds)
Promulgación de
leyes y creación de
T. Roosevelt
Parques y reservas Fauna salvaje de
1901-1908 Association,
para protección y caza.
(2010).
conservación de
fauna silvestre
Implementación de
las leyes sobre
Norteamérica Revista Wildlife
Cacería. Especies salvajes
Management
1937 - 1970 Publicaciones de caza mayor y
desde 1937
científico- de caza menor
hasta ahora
divulgativas
seriadas
Libros y artículos
promocionando la
vida al aire libre Crawford
(áreas de vida (1976).
Wildlife
1970 -1990 silvestre),
Nongame species
metodologías para Project Wild
el estudio de la vida (1986).
silvestre y
evaluaciones de

99
Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034. Primer
semestre de 2011, Bogotá, Colombia, p. p. 51-87

actitudes y valores
sobre las especies
silvestres
Todos los reinos
(plantas,
animales,
protistos, hongos
Investigación en Spellerberg
1990 - actual y procariotes.
Universidades (1992).
Predominio de
publicaciones de
ecología de la
vida silvestre

Organismos libres Ley general de


MEXICO Legislación
en su habitat y vida silvestre
2000 ambiental
fieras (2000)
Fauna y flora
nativas que crecen Ley Forestal y
espontáneamente. de conservación
ECUADOR Legislación
También especies de áreas
1981 ambiental
domésticas que el naturales y vida
Ministerio asuma silvestre (2004)
como silvestres
Fauna y flora
Centro y
continental e
Suramérica COSTA Legislación
insular que viven Ley 7317 (1992)
RICA 1992 ambiental
en condiciones
naturales
Código
Nacional de
Recursos
COLOMBIA Legislación Fauna y flora no Naturales
1974 ambiental domesticados Renovables y de
protección al
medio ambiente
(1974)

La Tabla 1 sintetiza los referentes, esencialmente fauna, que se aplican para definir la vida
silvestre en Inglaterra, Norteamérica y algunos países latinoamericanos. Una primera
observación es el predominio en Inglaterra y temporalmente –hasta la década de los 70´s-
en Norteamérica, de la concepción de vida silvestre como animales de caza (game species).
Posteriormente, para el caso de Norteamérica, las revistas y libros dedicados a la vida
silvestre incluyen artículos sobre animales no declarados como especies de caza (nongame
species), luego artículos donde el término “vida silvestre” abarca a las especies de todos los
reinos de la naturaleza y finalmente a las especies silvestres concebidas como un sistema de
interrelaciones (Figura 1). No obstante, la concepción de vida silvestre como un conjunto de
organismos inmersos en relaciones de interdependencia ya era tema de discusión en la

100
Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034. Primer
semestre de 2011, Bogotá, Colombia, p. p. 51-87

década de 1930 en las cátedras de Aldo Leopold en la Universidad de Winsconsin (Clay,


1976). Todo ello vislumbra una evolución de la concepción de vida silvestre, no siempre
explícita pero sí bastante sugestiva, que se evidencia en la lenta y sucesiva incorporación de
otros taxa y en la inclusión progresiva de contenidos ambientales y ecológicos en revistas y
libros conocidos clásicamente como literatura dedicada a la vida silvestre (caso Journal of
Wildlife Management, Wildlife Monographs, Revista Audubon, etc.).

Figura 1
Evolución del concepto de vida silvestre en Norteamérica, inferida de los contenidos de
revistas y libros con temática central sobre la vida silvestre

Finales del siglo


XIX, comienzos Primera mitad
del siglo XX del siglo XX

Fauna salvaje de Fauna salvaje de


caza caza mayor y de
caza menor
Década de los
70´s

Especies no
declaradas como
de caza
Finales siglo XX y Década de los 90´s
actual
Todos los reinos,
Todos los reinos incluyendo incluyendo protista,
los ecosistemas donde hongos y procariotes
habitan y las interrelaciones
a que están sujetos

Dicha evolución conceptual no se evidencia en los países latinoamericanos. La palabra vida


silvestre hace su aparición en el lenguaje hispano a través de definiciones técnicas
reseñadas en las diferentes legislaciones ambientales de Latinoamérica, con tres variaciones
importantes: a) incluye a las plantas en la misma categoría de vida silvestre que la fauna y
b) no habla de especies de caza, debido quizás a la poca tradición de ese deporte en nuestro
continente y c) omite los demás reinos de la naturaleza.
Existe por demás una brecha gigantesca entre el nivel de importancia que se le da a la vida
silvestre en Norteamérica en contraste con Suramérica. El concepto de wildlife en
Norteamérica tiene una historia de más de cien años, con acepciones que van desde las
grandes especies de caza (osos, búfalos), hasta los microorganismos (protistos, hongos y
bacterias), pasando por las pequeñas especies de caza (ardillas, pavas, codornices). Las
políticas de protección fueron planteadas en un comienzo por cazadores deportivos
pudientes, preocupados por la caza indiscriminada, tanto en volumen como en número de
especies, por parte de los comerciantes. Con la adquisición de cargos administrativos y
políticos en las altas jerarquías, muchos de estos cazadores deportivos (caso T. Rooselvelt,
George Bird Grinnell y Gifford Pinchot), establecieron las bases para la legislación de
protección y conservación de la vida silvestre (Clay, 1976).

En Suramérica las sociedades u organizaciones privadas de protección a la vida silvestre


son más recientes (caso Fundación Vida Silvestre Argentina, una de las más prestigiosas e

101
Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034. Primer
semestre de 2011, Bogotá, Colombia, p. p. 51-87

influyentes, fundada en 1977), mientras que los “Clubes de Caza y Pesca han estado
dedicados principalmente a la pesca y a las competencias de tiro y no se evidencia que
hayan tenido mayor ingerencia en las políticas ambientales (Hurlingham Club, Argentina.
2010; Corporación Club de Caza y Tiro Los Patojos, Colombia. 2010)

Finalmente, cotejando las concepciones sobre vida silvestre de Inglaterra y Norteamérica


respecto a los países latinoamericanos, podemos inferir, desde una perspectiva histórica,
una tendencia al enriquecimiento de la concepción en un sentido de menor a mayor
complejidad, con las siguientes acepciones: 1) Especies de fauna no domesticadas (animales
salvajes) 2) Animales de caza deportiva 3) plantas y animales no domesticados 4) plantas
y animales que tienen la capacidad de sobrevivir y criarse libremente en la naturaleza 5)
organismos que subsisten sujetos a los procesos de evolución natural 6) especies de fauna y
flora nativas (de alguna región o país), 7) especies de animales, plantas salvajes, bacterias,
hongos y otras, de carácter salvaje, 8) especies de todos los reinos incluyendo los
ecosistemas y paisajes de los cuales hacen parte y las interrelaciones con el medio.

2. LA EDUCACIÓN EN VIDA SILVESTRE

Es difícil establecer una fecha exacta del inicio de la educación sobre la vida silvestre. A
nivel no formal puede mencionarse –para el caso de Norteamérica- la década de 1827 a
1838, período en el que John Audubon publicó sus cuatro volúmenes sobre Las Aves de
América (Havell Edition of Audubon Prints, 2010), obra que abrió el camino para la
divulgación de las especies silvestres de este continente, con ilustraciones y notas sobre sus
habitats (ver Tabla 2).

TABLA 2
El desarrollo de la educación y de la investigación educativa en torno a la vida silvestre

Fecha/ País Autores, sociedades o Tipo de Medios de difusión Fuente


entidades educativas educación consultada
involucradas en la /autores
educación sobre vida
silvestre
INGLATERRA
1906 Profesores Formal Libros didácticos:
independientes La felicidad de vivir con Holden (1906,
la naturaleza” facsimil 1979)
“Diario ilustrado sobre Holden (1905,
la naturaleza” facsimil, 1989)
USA
1827 a 1838 Investigadores No Libros y enciclopedias Havell Edition
independientes, Por Formal de lujo (P.ej. Aves de of Audubon
ejemplo. John Audubon América) Prints (2010)
1870 - 1880 Florecen las Sociedades No Campañas y Clay
y organizaciones Formal conferencias Schoenfeld
privadas (1976)
1883-1911 Unión Americana de No Revista Audubon Clay
102
Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034. Primer
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Ornitólogos Formal Schoenfeld


(1976)
Sociedad Nacional
Audubon Semanario Forest and
Stream Magazine
George Bird Grinnell Mitchell (1987)
1930 Universidad de Formal Se inicia la Carrera Clay
Winsconsin “Manejo de la vida Schoenfeld
silvestre” (1976)
1937 The Wildlife Society No formal Nace el "Journal of The Wildlife
Wildlife Management" Society (2010)
1958 The Wildlife Society No formal Nace "Wildlife The Wildlife
Monographs" Society (2010)
1949 - 2005 Autores de literatura No formal Almanaque del condado The Reviewer's
sobre vida silvestre más de arena de Aldo Leopold List (2010)
leídos en Norteamérica Primavera silenciosa de The Reviewer's
y en el mundo: Aldo Rachel Carson List (2010)
Leopold (1949), Rachel Retorno a la América Weidensaul
Carlson (1962), Scott Salvaje: un año de Scott (2005)
Weidensaul (2005) búsqueda para el alma
natural del
continente”, de Scott
Weidensaul

TABLA 2 (CONTINUACION)
El desarrollo de la educación y de la investigación educativa en torno a la vida silvestre

Fecha Autores, sociedades o Tipo de Medios de difusión Fuente


entidades educativas educación consultada
involucradas en la /autores
educación sobre vida
silvestre
1970 - 24 Departamentos Formal y No Project Wild : Project Wild
presente Estatales de Educación formal Programa (1986)
de los Estados Unidos. interdisciplinario de
educación sobre la vida
silvestre para
estudiantes de
secundaria
Universidades Formal y No
públicas y privadas. formal Guía práctica ilustrada Michael
También autores para los amantes de la Chinery (1979)
independientes Libros sobre naturaleza.
técnicas de
observación y Multidisciplinary William
materiales para Wildlife Teaching Hernbrode Ed.
103
Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034. Primer
semestre de 2011, Bogotá, Colombia, p. p. 51-87

estudio de la Activities (1978)


vida silvestre

Free and inexpensive Genevieve


materials for teaching Cousins and
conservation: wildlife Ronnie Mae
and fish section. Smith (1968)

Universidades Formal
públicas y privadas. Youth and Wildlife:The
También autores Publicaciones Beliefs and Behaviors
independientes en revistas of Fifth and Sixth
científicas : Grade Students Miriam O.
Investigaciones Regarding Non- Westerbelt ,
sobre actitudes Domestic Animals Lynn G.
y valores hacia Llewellyn
la vida The Influence of (1985)
silvestre Knowledge on Young
people´s Perceptions
About Wildlife .. Final David E.
Project Reports to the LaHart (1978)
National Wildlife
federation

Human Conditioning
to Wildlife: Steps Harry C. Zinn,
Toward Theory and Michael J.
Research Manfredo,
Daniel J.
Decaer. (2008)
Knowledge, Affection
and Basic Attitudes Stephen R.
Toward Animals in Kellert, Joyce
American Society. K. Berry (1980)
Phase III.

Universidades Formal
públicas y privadas. Activities for studying Environmental
También autores Publicaciones wildlife, grade level 4-6 Education
independientes sobre Series, Bulletin
actividades no.247-b.
para Montgomery
enseñanza – County Public
aprendizaje Environmental Schools,
sobre la vida education and wildlife Rockville, Md.
Silvestre. conservation (1970)

104
Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034. Primer
semestre de 2011, Bogotá, Colombia, p. p. 51-87

Outdoor Recreotion Clay


and Wildlife Schoenfeld
Management (1976)
Resources.

Alaska State
Multidisciplinary Department of
wildlife teaching Education,
activities Juneau. Div. of
Adult and
Vocational
Education
(1989)

William R.
Hernbrode
(Ed). (1978)

Universidades Formal School Ground Habitat Glenn R.


públicas y privadas. for People and Wildlife Dudderar and
También autores Publicaciones others. (1996)
independientes sobre vida
Silvestre en Wildlife and the School Winchester
relación con el Environment. Trust (1992)
habitat en el
ámbito de las
universidades Nongame wildlife the John A.
role of the university Crawford
(1976)
Florecimiento de Formal Existen por lo menos 25 Browse for
nuevas carreras y Colleges y postgraduate
profesiones Universidades que Wildlife
universitarias ofrecen carreras en Conservation /
relacionadas con la conservación o Protection
vida silvestre protección de la vida courses (2010)
silvestre; 22
Universidades y
Colleges ofrecen
maestrias y 17 ofrecen
doctorados
Universidad
Ejemplos: de la Florida

Ecología y Universidad
Conservación de la de Minnesota
Vida Silvestre
Universidad

105
Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034. Primer
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Ecología y manejo de la de Wisconsin-


vida silvestre Madison

Ecología de la vida Universidad


silvestre del Estado de
Murray,
Kentucky
Vida silvestre y
Biología de la
Conservación

TABLA 2 (CONTINUACION)
El desarrollo de la educación y de la investigación educativa en torno a la vida silvestre

Autores, sociedades o
Fecha entidades educativas Tipo de Medios de Fuente
involucradas en la educación difusión consultada
educación sobre vida /autores
silvestre
COLOMBIA

1974 La vida silvestre está No se Código Nacional Diario Oficial Nº


referenciada por el evidencia l de los Recursos 34.243 de 1975
Instituto Nacional de Naturales
los Recursos Naturales
INDERENA

1974 - Autores de literatura Formal y No se conocen Viajeros 4 y 5


presente sobre vida silvestre no formal autores ni libros (2008)
educación de texto con
básica temática sobre
vida silvestre
Formal Bases de
Educación No se conocen datos: Eric,
superior publicaciones Biblioteca
seriadas (revistas Miguel de
indexadas o de Cervantes,
divulgación) ni Jstor, Google,
libros de texto Biblioteca
con títulos Universidad
referidos a la Nacional y
vida silvestre. otras.

Textos
universitarios de
ecología: Curtis

106
Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034. Primer
semestre de 2011, Bogotá, Colombia, p. p. 51-87

y Barnes (1993);
Ville et al (1992);
Solomon y
Martin (2008)
Sutton y
Harmon (1977);
Odum (1987);
Begon et al.
(1995); Margalef
(1995).

Universidades, Formal en Pensums de


Facultades o educación No se conocen Biología Pura
Departamentos de superior en Programas,
Biología pura Biología currículos o Pensums
pura pensums con la consultados :
temática de vida
silvestre Universidades
Javeriana,
Andes, Santo
Tomás,
Antioquia, otras

Universidades, Formal y Pensums de


Facultades o no formal No se conocen Biología
Departamentos de educación Programas, Educación
Educación o superior en currículos o
licenciatura en licenciatura pensums con la Pensums
Biología en Biología temática de vida consultados
silvestre
Universidades,
Santo Tomás,
Universidad
Distrital
Francisco José
de Caldad,
Universidad de
Caldas, otras.

Hacia 1870 muchos amantes del aire libre y observadores de aves de los Estados Unidos,
conscientes de los problemas relacionados con la pérdida de los bosques y la cacería
comercial, comenzaron a formar organizaciones de voluntarios e iniciar campañas
educativas en pro de la vida silvestre (Clay, 1976).

107
Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034. Primer
semestre de 2011, Bogotá, Colombia, p. p. 51-87

En 1883 se conforma la Unión Americana de Ornitólogos, de carácter divulgativo y de defensa


de la vida silvestre, quienes dos décadas más tarde se unen a la Sociedad Nacional Audubon
para conformar lo que ellos llamaron “la fuente de la cual emergió la mayor parte del movimiento
moderno de conservación” (Clay, 1976).

En 1887 nace la revista Audubon, una de las publicaciones más antiguas de este tipo en el
mundo, cuyo objetivo era “discutir los problemas generales de la vida animal en relación con la
agricultura y el bienestar humano” (Berle Meter, 1987, pp. 4). En esta misma tónica, George
Bird Grinnell editó entre 1876 y 1911 el semanario Forest and Stream Magazine y una serie de
cuentos de tipo naturalista protagonizadas por un héroe ficticio llamado “Jack” (Mitchell,
1987) cuyas aventuras, complementadas y enriquecidas por dicho autor en exposiciones
multitudinarias dictadas en Clubes, Sociedades, Museos e Institutos, fueron educando al
público y a los políticos entre los que se contaba T. Roosevelt. La amistad de Grinnell con
Roosevelt dio muy buenos frutos. Como presidente, Roosevelt inició toda una serie de
reformas en la política ambiental, plantando “las semillas de muchos de los conceptos
progresistas de protección del medio ambiente” (Mitchell, 1987, pp 92). A lo largo de su
administración Roosevelt creó 150 reservas forestales, 51 refugios de vida silvestre y 5
parques nacionales (T. Roosevelt Association, 2010). Otro de los amigos de Roosevelt era
Gifford Pinchot, gran pionero de la educación sobre la vida silvestre y jefe del Servicio
Forestal de la Infantería de los Estados Unidos. Se le considera el padre de la nueva ética
conservacionista, filosofía que cristalizó con la memorable frase “el mayor bien para el mayor
número, por el mayor tiempo” (Van Dyke, 2003 pp. 10).

Para el caso de Inglaterra durante el intervalo 1900-1930 e inclusive hasta la década de los
70´s, es difícil encontrar información sobre libros y revistas relacionados con la vida
silvestre utilizando los motores de búsqueda habituales (Eric, Jstor, Biblioteca Virtual
Cervantes, Google.com, etc.). Conocemos dos magníficos textos, bellamente ilustrados de la
profesora Edith Holden, escritos en 1906 en Inglaterra. Dichos textos, antes de constituir un
material escrito para su edición fue ante todo un material didáctico para las estudiantes de
Solihull School, Inglaterra, en donde Holden dictaba clases de arte (Morning Heart, 2010).
Redescubiertos a mediados de los setentas, fueron editados como facsímiles en inglés y
español con los nombres “La felicidad de vivir con la naturaleza” (Holden, 1906, facsimil 1980)
y “Diario ilustrado sobre la naturaleza” (Holden, 1905, facsimil, 1989), alcanzando un éxito
rotundo de más de seis millones de copias vendidas hasta el 2000 (Morning Heart, 2010).

En 1937 se inicia en los Estados Unidos la edición del Journal of Wildlife Management (JWM),
una de las revistas líderes en ciencia, manejo y conservación de la vida silvestre en el
mundo. En 1958 la revista se amplía con la edición de Wildlife Monographs, suplemento
dedicado a la revisión y divulgación científica de especies silvestres y sus problemas
específicos (The Wildlife Society, 2010).

Puede decirse que la educación sobre la vida silvestre en sus inicios estuvo confinada, en
los países del norte, a las ediciones privadas, las más veces lujosas, y a conferencias de un
puñado de amantes de la naturaleza quienes, en su mayor parte financiaron sus obras con
recursos propios. Posteriormente, y sin perder la mirada conservacionista, se han seguido
editando estupendas obras, de carácter literario, filosófico y naturalista, pero esencialmente
críticas que, sin lugar a dudas, han influido y cambiado la mentalidad de los
norteamericanos (y de muchos lectores en todo el mundo). Resaltamos “Almanaque del
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Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034. Primer
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condado de arena” de Aldo Leopold, publicado en 1949; “Primavera silenciosa” de Rachel


Carlson, el más influyente de todos, publicado en 1962, en que se critica el uso masivo de
pesticidas químicos (The Reviewer's List: Ten Most Infuential Environmental Books of the
20th Century. 2010) y “Retorno a la América Salvaje: un año de búsqueda para el alma natural del
continente”, de Scott Weidensaul, finalista del premio Pulitzer por su obra naturalista
(Weidensaul, 2005).

A partir de 1930 se institucionaliza en los Estados Unidos la educación sobre la vida


silvestre con el surgimiento de la profesión emergente “Manejo de la vida silvestre” en la
universidad de Winsconsin, con fuerte influencia del pensamiento ecológico-
conservacionista de Aldo Leopold. Los maestros, conscientes ya en esa época de que los
cambios y procesos de la vida silvestre era producto del hábitat, comenzaron a enseñar
aspectos básicos sobre interacción, interrelaciones e interdependencia (Clay, 1976).

Con el tiempo, se incrementaron las publicaciones científicas y divulgativas, pasando de las


ediciones de lujo a ediciones económicas para todas las clases sociales y, hacia los 70´s, la
vida silvestre se consolida como carrera académica en casi todas las universidades de
Norteamérica. En la actualidad puede decirse que para este país, la mayoría de los Estados
tiene por lo menos una universidad con pregrado o postgrado relacionado con la vida
silvestre (Uniguru: The study abroad site for indian students, 2010). Según este portal, 25
Universidades y Colleges en Estados Unidos ofrecen carreras en conservación o protección
de la vida silvestre; 22 Universidades y Colleges ofrecen maestrías y 17 ofrecen doctorados.
Ejemplo de ello son el Departamento de Ecología de la Vida Silvestre, de la Universidad de
Maine (http://www.wle.umaine.edu/), el Departamento de Ecología y Conservación de
Vida Silvestre, de la Universidad de la Florida (www.wec.ufl.edu/) y el Departamento de
Bosques y Ecología de la Vida Silvestre de la Universidad de Wisconsin
(http://www.cals.wisc.edu/students/majors/wildlife_Ecology.php), fundado en 1933 por
Aldo Leopold quien igualmente funda en 1939 el Departamento de Manejo de la Vida
Silvestre, primer Departamento académico del mundo en esta área. Es importante observar
los títulos de las carreras, para cerciorarnos de la importancia que en la actualidad se da a
todos los aspectos ecológicos de la vida silvestre.
3 LA INVESTIGACIÓN EN EDUCACION SOBRE LA VIDA SILVESTRE

Como se mencionó en el capitulo anterior, los primeros estudios sobre vida silvestre son de
corte naturalista con una evolución hacia la incorporación del medio ambiente y la ecología.
A partir de los 70´s, viene un periodo de proliferación de investigaciones de corte didáctico,
relacionadas con la planificación de actividades al aire libre, manejo de recursos y
evaluación de actitudes y valores de los estudiantes sobre la vida silvestre (Alaska State
Department of Education, 1989; Westervelt y Llewellyn, 1985; Kellert S. R. 1986.). Algunos
de estos documentos, realizados sobre muestras bastante considerables mostraban, por
ejemplo, un rechazo generalizado a la caza deportiva (Westervelt y Llewellyn, 1985);
muchos otros mostraban la importancia de incorporar en las clases el habitat y las
interrelaciones de la vida silvestre (Hernbrode , 1978; Tunstall et al, 1998; Leedy, 1978).
Gran parte de los documentos publicados después de 1980 tuvieron como modelo a uno de
los más ambiciosos programas interdisciplinarios de educación sobre la vida silvestre para
profesores de educación básica secundaria, editado con el título Project Wild (1986, con
ediciones en 1983 y 1985), respaldado por 24 Departamentos estatales de educación. En este
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Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034. Primer
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documento, la concepción de vida silvestre incluye una gama amplia de organismos: “For
instructional purposes in Project WILD, wildlife is defined as any non-domesticated animal. Wildlife
may be small organisms only visible to people if seen through a microscope, or as large as a great
blue whale. Wildlife includes, but is not limited to, insects, spiders, birds, reptiles, fish, amphibians,
and mammals, if non-domesticated” (Project Wild, 1986 pp. VII, Preface).

En este período se popularizaron igualmente los libros guía sobre técnicas de observación
de fauna y metodologías para encontrar indicios de presencia de vida silvestre (Chinery,
1979, Smith, 1982; Johnson, 1997, Elbroch, 2003,). En ellos se enfatiza el desarrollo de
habilidades de observación de fauna silvestre bien sea de manera directa o bien mediante el
reconocimiento y análisis de huellas y otros indicios (heces, pelos, egagrópilas, etc.). Estas
guías están dirigidas principalmente a profesores y estudiantes que tengan actividades al
aire libre y muchas de las técnicas tienen aplicabilidad en el trópico (Smith, 1982).

Con el florecimiento y diversificación de nuevas carreras y profesiones relacionadas con la


vida silvestre (por ejemplo, Ecología y Conservación de la Vida Silvestre –Universidad de
la Florida; Ecología y manejo de la vida silvestre –Universidad de Minnesota; Ecología de la
vida silvestre – Universidad de Wisconsin-Madison; Ecología de la vida silvestre –
Universidad del Estado de Washington, Vida silvestre y Biología de la Conservación –
Universidad del Estado de Murray, Kentucky, etc., etc. Ver tabla 2) se reforzaron las
investigaciones evaluativas, principalmente la aplicación de encuestas sobre necesidades
logísticas y de investigación de los maestros de las nacientes carreras (Eastmond, 1975) y la
realización de recopilaciones sobre la literatura publicada, por ejemplo, el acceso a material
bibliográfico y materiales de enseñanza (Genevieve y Smith, 1968).

En Latinoamérica, la proporción de publicaciones sobre vida silvestre, bien sean de


editoriales privadas o estatales, respecto a las publicaciones norteamericanas, es muy
pobre, casi nula (Tabla 2). Quizás la más importante sea Vida Silvestre, fundada en 1982 por
la Fundación Vida Silvestre Argentina. Para Colombia, uno de los países más ricos del
mundo en vida silvestre, no se conocen publicaciones seriadas (revistas indexadas o de
divulgación) ni libros de texto con títulos referidos a la vida silvestre, con excepción quizás
(aunque sigue ausente el término vida silvestre), de los libros rojos (Serie Libros Rojos de
Especies Amenazadas de Colombia, 2010) sobre especies amenazadas -todas ellas
silvestres- publicados por el Instituto Von Humboldt. Son 8 libros que abarcan casi todos
los grupos de fauna y 2 dedicados a las plantas superiores y a los briofitos. Es diciente que
en nuestro país solo se haya divulgado por la Web un homónimo de la revista argentina
Vida Silvestre, en cuyo editorial del primer número, (Vida Silvestre Colombia, 2006), se
manifiesta la intención de publicar solo artículos dedicados a los “animales domésticos”.
Igualmente, los libros de texto para educación básica primaria, tomando como ejemplo los
libros de ciencias de la editorial Norma (Calderón et al.2008a, Calderón et al.2008b, Camero
y , Sánchez, 2008), aunque profusamente ilustrados con especies de vida silvestre, no
abordan la discusión en torno a ella ni siquiera en los capítulos de Ecología y Biología de la
Conservación. A nivel universitario, con excepción de la literatura especializada de origen
norteamericano y europeo, no es posible encontrar referencias a la vida silvestre en textos
de biología (p. ej. Curtis y Barnes, 1993; Ville et al, 1992; Solomon y Martin, 2008) ni de
ecología (p. ej. Sutton y Harmon, 1977; Odum, 1987; Begon et al, 1995, Margalef, 1995).
Excepcionalmente es posible encontrar algunas referencias en cartillas divulgativas de
medio ambiente, por ejemplo, Jardín Botánico J. C. Mutis & Universidad Nacional de Colombia
110
Bio-grafía: Escritos sobre la Biología y su Enseñanza Vol. 4 No. 6 ISSN 2027-1034. Primer
semestre de 2011, Bogotá, Colombia, p. p. 51-87

(2010), en donde se resalta la importancia de la flora silvestre en medicina, alimentación,


construcción y decoración. Ello pone de manifiesto que no se aborda de manera explícita la
vida silvestre como contenido de enseñanza de las ciencias en textos de uso frecuente tanto
en educación básica como superior. Sin embargo, paradójicamente, la mayor parte de
textos, tablas, gráficas y dibujos en temáticas tales como niveles tróficos, diversidad de
comunidades, competencia, etc. suelen señalar ejemplos de vida silvestre sin identificarla
como tal.

Cabe preguntarse, ¿en donde se encuentran referencias a la vida silvestre en Colombia? Al


contrario de Norteamérica, en donde la legislación, la educación, las artes, la publicidad, la
ciencia y la cultura están embebidas de la concepción de vida silvestre, en nuestro país (el
más rico en aves y anfibios silvestres del mundo, el 3º en reptiles, el 4º en mamíferos y el 2º
en plantas vasculares silvestres (Ambiental.net. 2010.) solo se ha tenido en cuenta, de
manera sesgada, en la primera legislación sobre recursos naturales, la cual no ha sufrido
cambios en más de 30 años a partir de su creación (Decreto 2811 de 1974). Las Carreras más
afines a la concepción de vida silvestre, a saber Biología pura (ver p. ej. los pensum de las
Universidades Javeriana¹; Andes²; y Nacional³, entre otras) y Biología licenciatura (ver
pensum de las Universidades de Caldas‫٭‬¹, Santo Tomás‫٭‬² y Distrita Francisco José de
Caldasl‫٭‬³), es decir, la biología en sus miradas desde la práctica de campo y laboratorio y
desde la didáctica, nunca han tenido, desde su nacimiento (año 1965 con la Carrera de
Biología de la Universidad Nacional de Colombia – Correa de Restrepo, 2005), siquiera una
cátedra sobre vida silvestre, con excepción del curso “Percepción y apreciación de la vida
silvestre” dictada hace 14 años por el autor de este artículo, en la Universidad Nacional de
Colombia.

Esta situación resulta insólita, teniendo en cuenta las inquietudes del Ministerio de
Educación Nacional cuando a comienzos de los 90´s inquiría sobre las razones del escaso
impacto de la educación ambiental en Colombia (Torres, 1998). Algunas de las conclusiones
del estudio de esta autora hacen referencia precisamente a la carencia de investigación en
educación ambiental, a los problemas de conceptualización y a la falta de claridad sobre los
procesos pedagógicos y didácticos. Hoy, doce años después de dicho estudio, muchos de
los problemas enunciados siguen vigentes –caso de la claridad en los conceptos del medio
ambiente, - situación que pone de relieve la poca importancia que el Estado concede a la
problemática ambiental. Pensamos, sin embargo, que, además de las razones enunciadas en
el mencionado estudio (Torres, 1998), existirían otras razones de fondo para este descuido.
En el caso concreto de la vida silvestre, su desconocimiento en los medios académicos
podría explicarse de manera similar a la dificultad que tuvo la educación ambiental para
incorporarse a la academia: juntas, educación ambiental y educación en vida silvestre,
nacieron y crecieron fuera del contexto escolar a partir de iniciativas de organismos no
gubernamentales, clubes y sociedades privadas; pero a diferencia de los Estados Unidos,
donde muchos de los defensores de la vida silvestre también incursionaron en la docencia y
en la política, en Latinoamérica, ante la falta de estos promotores, ha habido
consuetudinariamente una fuerte resistencia de la escuela para incorporar temáticas y
perspectivas, difíciles de integrar en los marcos académicos (García Díaz, 1994). Así por
ejemplo, la educación sobre la vida silvestre, difundida a comienzos del siglo XIX en
Norteamérica mediante textos de lujo y conferencias de tipo local, y posteriormente,
después de 1930, mediante difusión de revistas científicas especializadas y creación de

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Carreras universitarias, no alcanzó un reconocimiento en el ámbito académico colombiano


cuyos currículos, para el caso de la primera
¹http://puj-
portal.javeriana.edu.co/portal/page/portal/Facultad%20de%20Ciencias/1_pdfs_plan_pregra
dos/plan_estudio_biologia.pdf
²http://cienciasbiologicas.uniandes.edu.co/biologia.htm
³http://www.biologia.unal.edu.co/
‫٭‬¹http://www.ucaldas.edu.co/index.php?option=com_content&view=category&id=71&Item
id=660
‫٭‬²http://www.educaedu-colombia.com/licenciatura-en-biologia-con-enfasis-en-educacion-
ambiental-carreras-universitarias-24439.html
‫٭‬³http://www.udistrital.edu.co/academia/pregrado/licbiologia/plan-de-estudios/

carrera de Biología, año 1965, estuvieron fuertemente influidos por la tradición taxonómica
(principalmente botánica, y en menor escala zoológica) proveniente de la Expedición
Botánica (Restrepo, 1986), dando como resultado un pensum con unidades temáticas
cargadas hacia estas áreas: Biosistemática, Herbario, Ornitología, Mastozoología,
Herpetología y Entomología (Correa de Restrepo, 2005); el resto de asignaturas, para el caso
concreto de la Carrera de Biología de la Universidad Nacional, con excepción de la
ecología, fueron en su mayor parte dictadas por bacteriólogos ante la ausencia de biólogos
profesionales, estando ausente en todos los casos la perspectiva de la vida silvestre.

4 IMPORTANCIA DE LA VIDA SILVESTRE

La importancia de la vida silvestre se ha planteado generalmente bajo dos ópticas


diferentes: 1 su importancia directa (consumo) e indirecta (bienes ambientales) para la
supervivencia del hombre y 2, su importancia per se, es decir, la perspectiva que considera
sus derechos éticos a la supervivencia.

4.1 importancia de la vida silvestre para la supervivencia humana

4.1.1 Aspectos de alimentación y consumo

Es indudable que hay una fuerte conexión entre nuestra calidad de vida y la vida silvestre.
Desde un punto de vista de explotación y consumo, la vida silvestre es considerada un
recurso natural renovable de importancia similar a la del agua, el aire y el suelo
(Maldonado, 2004). Se considera que aproximadamente un millón y medio de especies
silvestres tienen un valor utilitario para el hombre a través del mercado (Díaz-Martín,
1993). Este punto de vista utilitario ya era fuertemente criticado por Aldo Leopold, uno de
los más grandes naturalistas de Norteamérica, fundador de las cátedras de Ecología y
Manejo de la vida silvestre, cuando a comienzos de la década de los 30 y basándose en sus
estudios y experiencia obtenida en el Servicio Forestal donde trabajó durante muchos años,
manifestó su inconformidad con la “ética” de la conservación de la vida silvestre concebida
como recurso, no solo por ser una ética inadecuada sino también falsa (Van Dyke, 2003). La
“tierra” (land), según Leopold, no era como la representaba la ética naturalista de ese
tiempo “una colección de diversas mercancías separadas que podían cosecharse independientemente

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sino todo lo contrario, un sistema de procesos interdependientes” (Leopold, 1966 en Van Dyke,
2003, pp. 4), y el resultado de esos procesos, cuando funcionaban apropiadamente, era la
producción sostenida de los productos primarios, como el suelo, el agua, la madera, la
flora, la fauna y el forraje para los animales silvestres y domésticos. Aunque la visión de
Leopold se sustentaba en las concepciones científicas y en su experiencia en el manejo de
vida silvestre, se dio cuenta que debería haber también una transformación ética tanto en
los directores de recursos como en el público. Leopold estaba convencido que no había una
sola manera para el manejo de los recursos, sino “una mejor manera”. Tal manejo reconocía
que “la tierra” tenía un valor intrínseco per se e incorporaba el sentido ético que reconocía
dicho valor y propendía por la salud de la tierra y la productividad continua. Sin estos
valores, “el consumismo humano frustraría la mejor información científica y el más ilustre manejo”
(Leopold, en Van Dyke, 2003, pp. 4).

Desde otra perspectiva, los valores “utilitaristas” se pueden dividir en dos grandes grupos:
los valores directos o bienes privados y los indirectos o bienes públicos (Maldonado, 2004).
Los valores directos se asignan a los productos silvestres que son cosechados y usados por
el hombre y pueden dividirse a su vez en valores de uso de tipo consuntivo y de tipo
productivo. Los primeros se aplican a los bienes como los bosques, que son consumidos
localmente, pero que no tienen un papel en la economía nacional e internacional; los
segundos, se asignan a las poblaciones que son cosechadas del medio natural y tiene un
mercado nacional o internacional.

Los valores indirectos, considerados como los más complejos e importantes, proveen
beneficios económicos sin intervención directa sobre las poblaciones silvestres. Dentro de
ellos encontramos valores de tipo no consuntivo, dados por los servicios ambientales que
prestan los ecosistemas, como la productividad ecosistémica (capacidad de fijar energía
solar), regulación del clima, retención de agua y nutrientes, ecoturismo y recreación.
Márquez (1996, pp. 2) relaciona estos valores con los llamados ecosistemas estratégicos, es
decir, “áreas específicas del territorio donde se concentran funciones naturales, de las que dependen,
de manera especial y significativa, bienes y servicios ecológicos vitales para el mantenimiento de la
sociedad y de la naturaleza”. Dichos “servicios” vienen dados por su contribución a la
producción de agua limpia, oxígeno, la absorción de dióxido de carbono, la producción de
barreras naturales que actúan eficazmente contra los efectos de inundaciones, mareas,
huracanes, derrumbes y aludes. Las especies de vida silvestre actúan además como
magníficos bioindicadores que predicen daños potenciales para la supervivencia humana y
la calidad de la salud (Rubiano, 1989). El funcionamiento normal de las redes tróficas en los
ecosistemas incluye plantas, herbívoros, carnívoros, omnívoros y descomponedores, todos
ellos silvestres. La formación de suelo supone la interrelación entre la roca y los organismos
vivos a través del ciclo de bio-geoelementos, en donde las plantas, hongos y bacterias,
todos ellos de tipo silvestre, juegan el rol principal.

En cuanto a la dispersión de las plantas, bien sean domésticas o silvestres, en su mayor


parte son polinizadas por insectos silvestres. Según datos recopilados por Jones (2010), en
solo los Estados Unidos, el trabajo de los polinizadores le ahorra U$ 57 mil millones de
dólares al año, evidentes en la polinización de plantas de forraje y cultivos de alimentos.
Para el neotrópico se han reportado casi 6000 especies de abejas que con sus visitas
frecuentes a las flores se convierten en polinizadores eficientes, a diferencia de otros
animales, que solo las visitan ocasionalmente (Nates-Parra, 2005). Para Colombia, dicha
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autora estima aproximadamente 1000 especies de abejas silvestres, agrupadas en 90 géneros


y cinco familias. Otros autores (Freitas, 1997, 1998; González, 2000, Roubik, 1989)
concuerdan en asignar a las abejas silvestres una mayor eficiencia en la polinización de
plantas cultivadas y silvestres.

4.1.2 Aspectos relacionados con la salud

De mucho tiempo atrás es conocida la importancia de las plantas como medicina para el
hombre. Sin ir más allá, China emplea cerca de 5000 plantas medicinales, México tiene
registradas unas 4.500 y Colombia, con 2600 especies ocupa un tercer lugar (Muñetón,
2009). Sobra decir que la inmensa mayoría son plantas silvestres.

Además de su importancia en la producción de medicamentos, la vida silvestre brinda


beneficios para la salud mental mediante interrelaciones con las personas hasta hace poco
desconocidas. En 1984, el Doctor Edward O. Wilson, biólogo estadounidense, profesor
emérito de la Universidad de Harvard, y coautor del concepto de “biodiversidad”, acuñó el
término “Biofilia” para describir un vínculo instintivo que existe entre los seres humanos y
otras especies. Biofilia son "las conexiones que los seres humanos buscan inconscientemente con el
resto de los seres vivos" (Kellert y Wilson, 1993). Según estos autores, nacemos con curiosidad
y atracción hacia las otras criaturas vivas, impulsando el deseo innato de búsqueda, de ser
pioneros, de explorar para sobrevivir. Al lado del concepto de “biofilia” aparece otro
concepto no menos interesante: el "trastorno por déficit de naturaleza" introducido por
Richard Louv (2008) en su libro “Last Child in the Woods: Saving Our Children from Nature-
Deficit Disorder”. Según Louv, permanecer demasiado tiempo en el interior de la casa, tiene
consecuencias negativas para los niños, comenzando con un incremento del Desorden de la
hiperactividad del déficit de atención (ADHD), obesidad, limitaciones en la creatividad y
curiosidad, deficiencia de vitamina D, ignorancia de la flora y fauna local, pérdida del
respeto por la naturaleza, disminución del sentido de comunidad, aumento del riesgo de
trastornos mentales y agresividad, todo lo cual aumenta el riesgo de enfermedades
cardiovasculares y diabetes (Louv, 2008). Un posible tratamiento a estos males consiste en
interactuar directamente con la naturaleza, experiencia que, según el mencionado autor,
reduce los riesgos de enfermedad física y mental, contribuye a la pérdida de sobrepeso, y a
una autoestima más alta, especialmente en los jóvenes con discapacidades físicas. En su
página personal (http://www:richardlouv.com/), Louv afirma que el aprendizaje presencial
en la naturaleza, junto con la utilización de libros de texto, pueden mejorar las
competencias en ciencias naturales y matemáticas.

4.1.3 Importancia de la vida silvestre en la Salud Pública: Zoonosis

Desde los años 70 se viene reportando en el mundo la reaparición de algunas enfermedades


(dengue, tuberculosis, fiebre amarilla) y la aparición de otras nuevas (gripa aviar,
enfermedad de las vacas locas, hendra, sida, etc.), cuya causa se atribuye a cambios en la
biosfera, la globalización y a la intervención del hombre sobre los ecosistemas naturales
(Herrero, 2008). Gran parte de estas enfermedades son zoonosis, es decir, enfermedades
transmitidas por animales domésticos y silvestres al ser humano. Algunas de ellas, como la
rabia o la toxoplasmosis que son transmitidas por mascotas domésticas tienen diagnóstico y
tratamiento previsibles. Las zoonosis de fauna silvestre, por el contrario, debido a su
diversidad y falta de información, suelen ser pandémicas y de tratamiento incierto.
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En Colombia, las principales zoonosis que utilizan reservorios silvestres en su ciclo


epidemiológico son:

a) La leishmaniasis: mediante el marsupial Didelphis marsupialis y el roedor Proechimys


canicollis ( Velez et al, 2001);

b) La tripanosomiasis americana o enfermedad de chagas: En un estudio realizado en el


municipio de Amalfi Antioquia en el año 2000 se capturaron 33 animales silvestres
pertenecientes, entre otros, a los géneros: Didelphis, Marteja, Marmosa, Hoplomys, Dasypus,
Proechymis, Poechinus, Oryzomis, Philander y Rodentia, de los cuales un 20% resultaron
positivos para T. cruzi, mediante ELISA (Wolff et al, 2000 ).

c) La encefalitis equina venezolana: roedores pequeños de las especies Sigmodon,


Proechimys, Zigodontomys y Hetromys y también marsupiales (Medina et al, 2000)

d) La rabia silvestre: principalmente por murciélagos hematófagos, no hematófagos y por


zorros (ICA, 2004);

e) Gripa aviar: ante la amenaza de pandemia de la influenza aviar, se vienen desarrollando


investigaciones en el papel de las aves silvestres en el ciclo epidemiológico (Acosta et al,
2009)

4.2 Importancia per se de la vida silvestre

Es un hecho indiscutible la aceptación universal de los derechos del hombre. La pregunta


que se hace, desde diferentes ámbitos, es si tales derechos existen para el resto de los seres
vivientes: “Conservation biology draws much of its ethical support from three primary ideas. The
first is that all living creatures possess intrinsic valué. By logical extensión, assigning intrinsic
valué to nonhuman creatures can lead to assigning to them certain rights, or at least treating them
as if they did have rights” (Van Dyke, 2003, pp. 4).

En 1985, Bill Devall and George Sessions proponían en su libro Deep Ecology algunos
principios relacionados con estos derechos, por ejemplo, los relacionados con la abundancia
y diversidad de todas las formas vivientes. Según Nash (1989, en Spellemberg, 1992), el
concepto sobre los “derechos de la naturaleza” proviene del concepto más antiguo de
"Derechos Naturales": la idea de que ciertos segmentos de la sociedad, personas
individuales, o incluso animales u objetos inanimados, poseen los derechos a continuar con
su existencia en virtud del hecho de que ya existen.

Pero no se trata solamente del derecho a la existencia sino de todo lo que atañe a las
necesidades a llenar para una calidad de vida silvestre “satisfactoria” (sensu los
satisfactores de Jessup y Pulido, 1988). En un medio silvestre inalterado y/o protegido, v.gr.
los parques nacionales y reservas, tales derechos son inherentes a la categorización del área
protegida. El problema se presenta en áreas rurales, agrícolas o ganaderas en donde el
Estado no garantiza la supervivencia ni la calidad del hábitat de la vida silvestre. De
manera local, Egon et al (2005), establecieron tres criterios de calidad de vida silvestre para
granjas de agricultura orgánica de Dinamarca, cuyo principal uso era el cultivo de cereales.
Un primer criterio fue la cobertura de hierbas silvestres (incluyendo “malezas”) puesto que
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los demás biotipos (árboles y arbustos) habían sido eliminados. Dichas malezas (y los
factores que las controlan) resultaron ser el factor más decisivo para la calidad de flora y
fauna silvestres, más cuando no había aplicación de pesticidas. Muchos estudios citados
por los autores confirman la interrelación general entre la cobertura de malezas y la
abundancia y diversidad de fauna, incluyendo artrópodos beneficiosos, escarabajos y
arañas, todos ellos comida preferida para las aves propias de cultivos y barbechos, por
ejemplo, alondras, avefrías, perdices grises, faisanes y mamíferos pequeños.

Otro criterio fue el área total (en porcentaje) de biotopos3 no cultivados. En tierras agrícolas,
la falta de cultivos en algunas áreas resulta ser un elemento esencial e indispensable para el
establecimiento y mantenimiento de vegetación perenne y de la mayoría de las especies
animales silvestres, particularmente aquellas de interés conservacionista.

Finalmente, se recurrió como criterio de calidad de vida silvestre a bioindicadores, en este


caso a la mariposa azul común Polyommatus icarus cuyo aumento o declinación de sus
poblaciones guarda estrecha relación con la destrucción del habitat, disturbios mecánicos,
eutroficación del suelo, uso de pesticidas en campos cercanos y la reducción o suspensión
de pastizales extensivos.

Según estos criterios, la supervivencia y calidad de la vida silvestre en áreas naturales


dependería de la creación de reservas mientras que en el inmenso territorio restante (áreas
rurales y urbanas) dependería de múltiples factores, relacionados unos con el manejo y
sectorización de los cultivos o la ganadería (favorecimiento de hierbas silvestres, setos y
barbechos) y otros, como se verá más adelante, con las políticas educativas e investigativas.

CONCLUSIONES

1. El presente estado del arte revela aspectos clave sobre las diferencias en la manera en
que los norteamericanos y latinoamericanos concebimos la vida silvestre, la importancia
que le damos, su irrupción y trascendencia en el sistema educativo e investigativo y su
divulgación a través de la literatura científica y publicitaria. Al mismo tiempo plantea
algunas preguntas relacionadas con la escasa trascendencia de la vida silvestre en la
educación colombiana y la necesidad de futuras investigaciones. Si nos desplazamos a los
albores del siglo XX, vemos como en los Estados Unidos fue decisivo el papel de los
políticos, académicos y hombres pudientes, para el nacimiento de leyes para la protección
de las especies silvestres y de los paisajes que las sustentan. Estos individuos inculcaron, a
través de sus escritos, conferencias y gestiones administrativas, una conciencia ambiental y
de pertenencia de los vastos recursos naturales de esta nación, no solo para las clases
privilegiadas sino para todos los grupos sociales Decisiones históricas, como la creación de
los primeros parques y reservas naturales del mundo, dan cuentan del inicio temprano de
una cultura conservacionista y del desarrollo de una sensibilización hacia la vida silvestre
3
Se entiende como biotopo a un área de condiciones ambientales uniformes que provee espacio vital a un
conjunto de flora y fauna. El biotopo es casi sinónimo del término hábitat con la diferencia que hábitat se refiere a
las especies o poblaciones mientras que biotopo se refiere a las comunidades biológicas

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que aún persiste. Así, en 1871 se funda el primer Parque Nacional de los Estados Unidos
(Yellowstone, con 898.300 hectáreas) mientras en Colombia, solo hasta 1960 se funda el
primer Parque Nacional Natural (Cueva de los Guácharos) con tan solo 9.000 ha. Aunque
no es claro el porqué de estas diferencias, más aún cuando Colombia tiene el privilegio de
estar entra las cinco naciones con mayor biodiversidad del mundo, nos atrevemos a
plantear dos hipótesis que merecen revisarse en futuras investigaciones: 1º la influencia de
una visión taxonómica de la naturaleza, principalmente en el área vegetal, promovida por
la Expedición Botánica la cual centró sus investigaciones en la clasificación de plantas y
animales dejando de lado las temáticas de ecología, conservación y sensibilización. 2º las
dificultades que ha tenido la educación ambiental, y dentro de ella la educación sobre la
vida silvestre, para incorporarse en el ámbito académico universitario. Ello debido,
probablemente, a sus inicios y desarrollo dentro de un marco no formal propio de ONGs
(UICN, UNESCO, etc.) por fuera del marco académico. La escasa presencia de la temática
ambiental en gran parte de las carreras universitarias, particularmente de la educación en
vida silvestre, avala esta hipótesis.

2. El concepto de vida silvestre se origina a comienzos del siglo XX en Norteamérica y a


partir de ahí ha tenido varias modificaciones en una perspectiva de menor a mayor
complejidad. Partiendo de una acepción limitada a las “especies de caza deportiva”
actualmente incluye las especies del mesocosmos (por ejemplo, los insectos) y del
microcosmos (por ejemplo hongos y bacterias), haciendo énfasis en sus interrelaciones con
el medio.

3. Aunque existe literatura sobre la importancia de la vida silvestre y sus derechos éticos,
es muy poco lo que se ha investigado en Colombia sobre las interrelaciones sociales,
culturales y económicas de la vida silvestre con el hombre. Hay un enorme campo de
investigación por desarrollar en áreas de ciencias naturales tales como “bioindicadores de
calidad de vida silvestre”, “vida silvestre en centros urbanos”, “vida silvestre en rastrojos y
barbechos”, “influencia de los pesticidas en cercas vivas y otros relictos de vida silvestre,
“campos abandonados”, “relaciones entre la cobertura de malezas silvestre y la diversidad
de fauna silvestre” etc., etc., y en áreas de ciencias de la educación tales como “actitudes
sobre la vida silvestre en estudiantes de educación básica, secundaria y universitaria”,
“concepciones sobre la vida silvestre en varios ámbitos educativos”, “modelos didácticos
para la educación en vida silvestre”, etc., etc.

4. Un problema no menos importante surge al observar la legislación sobre vida silvestre


en Colombia en donde la acepción de lo que habría que conservar y proteger se refiere
únicamente a los reinos animal y vegetal dejando por fuera los reinos o dominios restantes
(protistos, hongos y procariotes) así como sus habitats. Dicha concepción de vida silvestre
no ha tenido ninguna reformulación a partir de su publicación en 1974 en el Código de los
Recursos Naturales.

5. Cabe destacar la importancia de la vida silvestre en la prestación de servicios


ambientales, principalmente en su papel trascendental dentro del ciclo del agua a través de
especies acumuladoras –tipo Sphagnum- y en general de las comunidades de páramo y
bosque andino que suplen los pequeños y grandes acueductos. Otros servicios como el
aporte de oxigeno, consumo de CO2, control de la erosión, regulación del clima, reservorio
de especies útiles para hibridación, importancia para la información estética, espiritual,
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histórica, cultural y educacional, etc., (ver Márquez, 1996) se han investigado muy poco en
Colombia.

6. El concepto de vida silvestre tiene un enorme potencial para las políticas ambientales,
educativas, sociales y económicas. Su función para el desarrollo de la vida humana abarca
roles científicos, ecológicos, culturales, pedagógicos, recreativos, religiosos, artísticos, éticos
y estéticos, donde la escala de valores que tienen las personas influye decisivamente en las
dos pautas a seguir, esto es, hacia la preservación de este componente del planeta (bien sea
que se asuma como un derecho ético per se o como un recurso esencial para la
supervivencia humana) o hacia su destrucción y desaparición. Cuando hablamos de vida
silvestre estamos implicando no solo los aspectos formales sobre biología o taxonomía sino
la manera como abordamos esta concepción en una perspectiva social, histórica, ética y de
actitudes y valores. Y es precisamente a la sociedad, a través de su estamento educativo, a
quien corresponde emprender un nuevo tipo de relación con la vida silvestre; en palabras
de Aldo Leopold (Leopold, 1949): “Una ética de la tierra no puede, por supuesto, evitar la
alteración, el manejo y el uso de esos “recursos”, pero sí afirma su derecho a su continua existencia y,
por lo menos en ciertos lugares, a que su existencia continúe en un estado natural. En suma, una
ética de la tierra cambia el papel del Homo sapiens: de conquistador de la comunidad de la tierra al de
simple miembro y ciudadano de ella. Esto implica el respeto por sus compañeros-miembros y también
el respeto por la comunidad como tal”.

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