HOMILÉTICA
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CUADRANGULAR DE VENEZUELA
DIRECCIÓN NACIONAL DE EDUCACIÓN CRISTIANA
SEMINARIO TEOLOGICO CUADRANGULAR
“AIMEE SEMPLE MCPHERSON” 2 T im o te o 2 : 2
CONTENIDO
I. Definiciones.
1. Homilética.
2. Predicación.
3. Sermón.
II. Elaboración de un Sermón.
1. Tema general.
2. Tema específico.
3. Diferencia entre tema y título.
4. Partes de un sermón.
- Tema
- Proposición.
- Introducción.
- Frase Transitiva
- Ciclo homilético
- Conclusión
III. Tipos de Sermones.
1. De asunto.
2. Textual.
3. Expositivo.
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INTRODUCCIÓN
La predicación es uno de los puntos centrales del cristianismo, constituye uno de los énfasis
del evangelio.
Somos embajadores de la Palabra de Dios. Nuestro más claro ejemplo se remonta a Jesús,
como el predicador itinerante por excelencia. Tras su muerte y su resurrección, en Pentecostés
comenzará lo que constituyó la prioridad en la vida y ministerio de los apóstoles, llevar el evangelio a
las naciones.
Pablo fue un ejemplo de una vida dedicada a llevar el mensaje del evangelio con pasión.
Los primeros padres de la iglesia también compartieron esta tarea junto a obispos, diáconos
maestros,…entre ellos, Justino Mártir en el siglo II con sus escritos apologéticos, también Tertuliano y
el padre griego Ireneo, Obispo de Lyon.
Después del concilio de Nicea, en el siglo IV uno de los más relevantes fue Juan Crisóstomo
en Oriente, que defendía la enseñanza de la Palabra de Dios como la única medicina que podía curar
y ayudar al hombre, y Agustín en Occidente.
En le siglo IX se le dio otro impulso a la predicación gracias a las Ordenes mendicantes, con
frailes y predicadores como Francisco y Domingo.
Tras ellos y como precursor de la reforma John Wycliffe resurge con un nuevo énfasis en la
Biblia como única autoridad de fe y conducta, a este se le unió el humanista Erasmo cuyas
afirmaciones fueron respaldadas por Lutero el gran predicador y ejecutor de la Reforma Protestante.
Calvino fue otro de los reformadores importantes en la zona continental. Esta línea continuó con los
puritanos y evangélicos. Entre los puritanos se destaca Baxter que comenzó a discipular familias y a
predicar desde el púlpito.
A este le siguió unos años después Cotton Mather, y más tarde John Wesley. Otro predicador
reconocido de la época fueron Whitefield y Charles Simeon. Durante el s.XIX aparecierion
predicadores como Robertson y Spurgeon que defendieron el lugar preminente del púlpito.
Nuestro siglo comenzó concediendo relevancia a la predicación pero con el estallido de la Primera
Guerra Mundial el panorama general se vio ensombrecido, aunque teólogos como Kart Barth dieron
un nuevo aire de realidad y relevancia a la Palabra. Bonhoeffer fue otro de los teólogos que
enfatizaron sobre la predicación.
Después de la Segunda Guerra Mundial, y a partir de las décadas de los 60-70-80 cada vez
más el escepticismo fue ganando terreno y la predicación fue quedándose en algo obsoleto de
extraño lenguaje. A pesar de todos los episodios de ataques, críticas, y censuras a la predicación de
la Palabra a lo largo de dos mil años de historia, hemos visto como se ha mantenido en pie, como han
surgido personas que han aportado nuevos impulsos a esta importante tarea. Es bueno mirar al
pasado para ayudarnos a evaluar nuestro presente para poder modificar y mejorar nuestro mañana.
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SU ETIMOLOGIA
A. Homilética, se deriva de la palabra “homilía” que significa lo siguiente:
SU SIGNIFICADO ESENCIAL
C. Deducimos, entonces, que tanto la teoría como la práctica son esenciales en la predicación. La
teoría pone su énfasis en el pensar mientras que la práctica recalca la acción.
SU VALOR UNIVERSAL
A. Ya que la predicación es el método divinamente ordenado, por Dios, para difundir el mensaje del
Evangelio entre los inconversos y para edificar a los creyentes, cada siervo del Señor debe
procurar que su predicación y enseñanza sea lo más claro y eficaz posible (Efesios 4:11-12;
Romanos 10:13-17).
B. Las condiciones críticas en el actual momento exigen del predicador la preparación inteligente y
eficaz de su sermón, el arreglo lógico de su tema, la presentación, clara, enérgica y debida de la
verdad, y sobre todo, el cultivo de aquellas cualidades morales y espirituales que son la base de
toda predicación efectiva.
C. El Nuevo Testamento nos expresa que cada creyente es un testigo de Jesucristo y un sacerdote
de Dios. Veamos, pues, estos dos términos por separados.
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1. Es aquel que da testimonio de lo que sabe como resultado de lo que ha visto, oído o
experimentado personalmente (Juan 15:16-17).
Podemos expresar que cada creyente debe ofrecer, como sacerdote, “sacrificios espirituales,
agradables a Dios por Jesucristo” (1 Pedro 2:4-10). Estos sacrificios consisten en ofrecer a Dios:
3. - En el Nuevo Testamento nos expresa que todos somos testigos y que todos somos sacerdotes,
pero no nos enseña que todo creyente es predicador o maestro. Podemos expresar apoyándonos
en buena base, que la habilidad de predicar y enseñar es un don que Dios mismo da a ciertas
personas. (Ef. 4: 7- 16).
EL PREDICADOR Y SU EQUIPO
El predicador como cualquier artesano necesita tener sus herramientas. Su “taller homilético”
debe estar bien equipado.
Nosotros vamos a contar con la idoneidad del hombre de Dios, por lo tanto vamos a equiparlo.
Como David cuando enfrento a Goliat, llevó su equipo: una honda, un morral, cinco piedras y su
cayado; con el tiempo agregar a tu equipo.
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a. La Biblia. Tenemos que recalcar que esta es la verdad. Quien no conoce la Biblia no puede
subir al pulpito.
El debe manejar su Biblia, su naturaleza, su historia, el fondo de sus distintos libros, capítulos
y textos. Conocer las distintas reglas de interpretación bíblica.
b. La Concordancia. “Las palabras” de “la palabra”, son muy importante. Son los vehículos que
transmiten los hechos y los pensamientos de Dios. El predicador debe interpretar correctamente
estos símbolos, la concordancia te ayuda.
ACTIVIDADES RECOMENDADAS
a. Por más inteligente, moral, religiosamente inclinada, teológicamente educada, culta, elocuente
y encantadora que sea una persona, no puede discernir las realidades espirituales, ni experimentar la
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vida cristiana, hasta no haber nacido de lo alto (1 Corintios 2:14). Solamente la persona en quien
mora el Espíritu de Dios es apta para apreciar y promulgar la verdad divina.
b. Podemos expresar, sin temor a equivocarnos, que predicadores no regenerados son, según la
Biblia, “ciegos guías de ciegos” con el hoyo como destino de ambos (Mateo 15:14).
a. El predicador, podemos expresarlo así, no debe ser impulsado únicamente por el sentido de
obligación que le impone el nuevo nacimiento a cada cristiano, sino que debe además sentirse
constreñido por el amor de su Salvador Jesucristo (1 Corintios 9:16-22).
b. Podemos ver que fue nuestro Señor Jesús, como en todo lo demás, quien nos ha dado el
ejemplo en este respecto. Fue su inmenso amor hacia el Padre lo que lo trajo a la tierra, en sumisión
voluntaria, para llevar a cabo la obra necesaria para nuestra salvación (Juan 14:31).
a. Una cosa si es cierta, que no es lo mismo querer predicar, que querer a las personas a
quienes les predicamos. Un abogado puede desarrollar una gran habilidad en su profesión, sin amar
a sus clientes. Un médico puede gozar de gran fama, sin amar a sus pacientes.
b. De una cosa debemos de estar seguro, y esto es que ningún predicador podrá ser fiel obrero
de Jesucristo si no tiene un profundo amor hacia las almas que se pierden, a quienes debe predicar el
evangelio de la gracia de Dios.
c. Se puede expresar que hay mucha satisfacción en poder conmover, con elocuencia, a un
auditorio, y esto puede llegar a ser una trampa, si el predicador no siente amor hacia las almas. La
predicación otorga prominencia al predicador y la tentación de lucirse y recibir aplausos, de los
hombres, ha arruinado a más de un predicador (1 Timoteo 3:6).
a. Esto se expresa así porque la Biblia es la suprema autoridad del predicador y el manantial de
donde procede toda su predicación. Es una necesidad, de todo predicador, estar familiarizado con el
contenido íntegro de las Sagradas Escrituras.
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b. Esto se deduce de la misma necesidad que tiene un maestro de música, matemática o dibujo
de estudiar y entender su materia antes de poder enseñarla eficazmente a otros. El predicador, no es
una acepción, debe estudiar la Biblia con verdadera devoción y para su propio provecho espiritual
antes de poder comunicar su mensaje a un auditorio.
a. Todo aquel que quiera hablar a los hombres acerca de Dios, debe hablar mucho con Dios
acerca de los hombres.
b. Podemos expresar que un ministerio sin oración, es un ministerio sin potencia ni frutos.
c. Debemos estar seguro que en la oración Dios ha puesto a nuestro alcance una fuerza que
puede mover la mano que mueve el mundo.
e. El Señor Jesús es nuestro máximo ejemplo en cuanto a la dependencia de Dios (Lc. 3:21;
5:16; 6:12).
a. Podemos expresar que un predicador, más que cualquiera otra persona, debe ser
irreprochable en cuanto a su conducta (1 Tim. 3:7).
b. Podemos expresar que un predicador del glorioso evangelio de nuestro Señor Jesucristo,
debe ser conceptuado en las esferas domésticas, sociales, comerciales y eclesiásticas donde quiera
que se desenvuelva. No sólo debe predicar la palabra de Dios, sino adornarla con sus hechos (Tito
2:10).
c. Podemos expresar que si la vida del predicador no concuerda con la predicación, la doctrina y
la Palabra de Dios, serán blasfemadas. (Rom. 2:21- 24).
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a. Apto espiritualmente.
1. Esto es, cada creyente tiene su don propio y cuando cada uno ejerce su don con humildad, oración
y fidelidad; toda la iglesia es edificada (1 Cor. 12:1—14:21).
2. Como podemos apreciar no basta que un cristiano haya recibido el don de predicar. Este don debe
ser despertado y desarrollado (II Tim. 1:6). Esto se logra mediante la fiel aplicación a la tarea de
predicar, mucha ferviente oración pidiendo sabiduría y poder, estudio diligente de la Biblia.
b. Apto físicamente:
1. Podemos estar seguros que la predicación es una tarea ardua, y exige un desgaste tremendo de
energía. Lo ideal, en lo que respecta al predicador, es tener una mente sana en un cuerpo sano (III
Jn. 2).
2. Deducimos, entonces, que el cuerpo del creyente es un vehículo divinamente ordenado mediante
el cual se expresa el Espíritu Santo. Por tanto, es necesario cuidarlo bien. El cuerpo del predicador no
debe ser descuidado ni mimado en exceso.
3. Expresamos, entonces, que el predicador debe cuidar lo que pone dentro de su cuerpo, es decir,
sus alimentos; lo que pone sobre su cuerpo en forma de vestido; donde lleva su cuerpo en lo que
respecta a los lugares que frecuenta; y lo que hace con su cuerpo en lo que se refiere a ejercicios.
4. Observamos, entonces, que el siervo de Dios no debe embotarse por la holgazanería ni agotarse
por exceso de trabajo, sino que debe gastarse gozosamente en el servicio de su amo.
5. Concluimos, entonces, que debe recordar que- su cuerpo y todo lo que posee pertenece a su
Dueño y Señor (1 Cor. 6:19-20).
c. Apto Mentalmente:
1. Podemos opinar que un predicador, más que nadie, debe poseer una mente sana. Debe poder
meditar claramente el curso a seguir a través de una proposición y debe poder apreciar
correctamente la verdad en lo que lee y oye.
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2. Podemos opinar que la agilidad mental, es sin duda, un requisito esencial para aquel cuyo
privilegio y responsabilidad es el de proclamar temas tan elevados y sublimes como lo son Dios,
Cristo, el Espíritu Santo, la salvación, la felicidad o desdicha de la humanidad.
3. Podemos concluir diciendo que mucho ha sido desacreditado el evangelio a causa de predicadores
que toman un aspecto de la verdad y luego lo impulsan a tal extremo que excluye todo lo demás que
la Escritura dice sobre el tema bajo consideración. Si consideran lo que dice toda la Biblia, sus
conceptos tendrían perspectiva correcta y equilibrio. El fanatismo proviene de una mente
desequilibrada que busca torcer las Escrituras al dar a ciertos pasajes un énfasis exagerado. Fanático
es el que da a una materia secundaria la importancia que le corresponde a lo principal (Tito 1:9,13).
1. Podemos indicar que ser hallado deficiente en cuanto a educación al convertirse no es deshonra,
pero permanecer voluntariamente en tal condición es inexcusable. Cada cristiano debe tener este
texto colgado en la pared de su casa y grabado en lo más profundo de su corazón. (Jer. 48:10).
2. Estamos seguros que la teoría que Dios no le concede valor a la educación, es muy pobre, no hay
justificación en las Escrituras. Podemos ver como nuestro Señor seleccionó personalmente a sus
discípulos y los enseñó durante tres años antes de enviarlos a predicar (Mr. 3:14).
Respondemos, por invocar el nombre del Señor, porque creyó en su nombre a través de un
mensaje.
Como podemos apreciar aquí, tenemos las palabras que el Hijo de Dios dirige a sus
discípulos después de la resurrección y son la conclusión del relato que hace Mateo de la vida y
ministerio de nuestro Señor. Notemos la repartición de la palabra “todo”.
1. El todo de su poder.
Dando a entender que la comisión está respaldada por su omnipotencia “Toda potestad me es
dada”.
2. El todo de su parroquia.
Dando a entender que el campo de acción es bastante amplio para realizar, “Todas las
naciones”.
3. El todo de su programa.
Dando a entender lo que engloba la predicación en forma general y delineando sus objetivos
discipulado, bautismo y doctrina, “enseñándoles que guarden todas las cosas”.
4. El todo de su presencia.
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Concluimos diciendo que no debe haber duda en la mente de ningún hijo de Dios respecto al
significado de estas palabras de su Maestro. Cada creyente debe principiar en la esfera particular que
constituye su mundo y predicar allí el evangelio. Debe, todo creyente, vincular esta comisión con las
palabras del Señor inmediatamente antes de su ascensión. (Hech. 1:4-9). Así describió Jesucristo la
esfera siempre creciente de nuestro testimonio.
Como podemos apreciar en los primeros días del cristianismo, la predicación se caracterizaba
por su sencillez, frescura, denuedo y poder. Encontramos que Jerusalén, Judea y Samaria fueron
evangelizadas inmediatamente y que el evangelio comenzó su viaje hacia “lo último de la tierra” y
todo porque obedecieron la comisión de su Señor al pie de la letra y tuvieron pruebas de su presencia
y poder en su ministerio en medida abundante.
Para poder estar claro sobre esta razón debemos leer los siguientes pasajes bíblicos (Hch.
1:8; 10:39-42; 22:15; 26:22; 1 Jn. 5:9; Jn. 15:27).
a. La definición de un testigo:
Empezaremos, entonces, explicando que es una persona que relata lo que ha visto, oído o
experimentado. Dios ha emplazado a todo su pueblo para que testifique de lo que es su Hijo, de lo
que ha hecho, lo que está haciendo y lo que hará en su segunda venida. Podemos expresar con toda
seguridad que nuestro Señor no dejó ninguna duda, en las mentes de sus discípulos, en cuanto a su
responsabilidad como testigos suyos. De manera que el creyente tiene el gran honor de ser co-testigo
con el Espíritu Santo de Dios (Hch. 1:8; Jn. 15:26-27).
b. El propósito de un testigo:
Podemos decir que es dar testimonio fidedigno de lo que vio o experimentó, en este caso dar
testimonio incluye una revelación recibida de Dios y una proclamación ante los hombres.
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Podemos expresar que Cristo declaró que el evangelio debería ser predicado (Mt. 24:14) “por
testimonio”. Podemos ver que los testigos son usados tanto por el acusador como por el defensor en
una corte de justicia, de manera que pueden estar a favor o en contra de una persona. En vista de
esto las palabras solemnes de nuestro señor deben ser inculcadas en todos los que oyen el evangelio
(Jn. 12:47-48). De manera que podemos decir que el que desatiende, rechaza, o desprecia a
Jesucristo no tendrá ninguna defensa cuando sea juzgado en aquel día.
c. El testimonio del evangelio manifiesta la verdad de Dios a los hombres (II Cor. 4:2; Tito 1:3).
Un estudio detallado de los siguientes pasajes darán una declaración de la vida, ministerio,
palabras, muerte, resurrección, ascensión y glorificación de Jesús.
1. El sermón del apóstol Pedro en Hechos (2:14:36), veamos el versículo 32; también en Hechos
(3:12-26), particularmente el versículo 15. También Hechos 4:3-12).
2. Podemos citar la defensa de Esteban (Hechos 7:1-54).
3. Podemos citar la plática de Pedro con Cornelio (Hechos 10:34-43).
4. Podemos citar el sermón de Pablo en Antioquia (Hechos 13:10-43).
5. Podemos citar el sermón de Pablo en Atenas (Hechos 17:22-31).
Concluimos diciendo que aunque no quieran escuchar los hombres, Dios quiere que el
evangelio sea predicado porque así estarán sin excusas en el día del juicio. Corresponde al
predicador presentar las verdades del evangelio de Dios claramente y en el poder del Espíritu Santo.
Recuerde esto, los resultados estarán en las manos de Dios.
a. Como podemos apreciar, esta fe presupone una revelación previa. Dios se revela a través de
la exposición de su Palabra y los oyentes dan pruebas de la revelación recibida aceptando a Jesús
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como salvador personal (Rom. 18:17). Esta fe que salva es la que confía en la persona, la obra y la
palabra de Cristo.
b. Como podemos expresar, esta fe salvadora requiere de un objeto, esto es que dicha fe no
tiene virtud en sí; debe tener un objeto sobre el cual descansar, el hombre no se salva por su fe sino
por Cristo (Rom. 1:5).
c. Ahora, podemos concluir diciendo que la fe es una condición esencial para la salvación, la
responsabilidad del predicador es predicar la palabra en dependencia del Hijo de Dios y del Espíritu
Santo; allí termina su responsabilidad, sólo Dios puede salvar y El hará esto cuando el pecador
cumple la condición fijada por El mismo (Hechos 16:31).
Todos podemos apreciar que la Palabra de Dios es una verdad, una revelación maravillosa,
que lo podemos notar en los siguientes puntos.
a. Esto lo podemos notar en (II Tim. 3:15-17), donde el expositor bíblico nos muestra siete aspectos
de la obra de la Palabra de Dios en el creyente.
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b. El propósito triple del ministerio de la Palabra de Dios, según Ef. 4:12. Todo ministerio al pueblo de
Dios, viene de la cabeza de la Iglesia, mediante aquellos a quienes ella ha dado dones para este
propósito.
1. Podemos expresar que el primero es que el pueblo pueda llegar a la plena madurez de la fe, en
vez de permanecer como niños (Heb. 5:12-14; 1 Cor. 3:1). La prolongada infancia espiritual es una
verdadera tragedia.
2. Podemos indicar que la segunda es que se haga la obra del ministerio. Esta tiene varios aspectos:
a. Algunas veces es menester amonestar (1 Ts. 5:14).
b. Otras veces tendrá que ser reprensión (1 Tim. 5:20).
c. Otras veces es consolar (1 Ts. 4:18).
d. Cualquiera que sea la necesidad, el predicador encontrará en la Palabra todo lo que necesita para
su ministerio (Col. 1:28-29).
3. Podemos concluir diciendo que el cuerpo de Cristo se edificado. Tenemos aquí la mete suprema.
La prueba definitiva es el crecimiento espiritual de la asamblea de creyentes.
F. Porque es la responsabilidad de todos los que han sido dotados por Dios para este fin.
a. Como se puede expresar, el predicar es una necesidad impuesta sobre la persona que ha sido
dotada, y así lo han expresado los grandes hombres de Dios (Is. 13:1; Jer. 23:33; Ez. 12:10; Hab. 1:1;
Zac. 9:1; Mal. 1:1; 1 Cor. 9:16).
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A. Podemos expresar que la primera es que es un recado urgente, y por lo cual tiene que ser
atendido y entendido oportunamente.
a. Esto es, la predicación jamás debe ser un fin en sí misma, sino que se da porque hay un mensaje
que a su vez se proyecta porque hay un objetivo bien definido.
c. La predicación tiene que tener un mensaje oportuno, necesario, precioso, claro, único y autoritativo
para quien va dirigido.
B. Podemos decir que la segunda es que la predicación contiene una sola fuente, que es la
revelación de Dios, tal como no ha sido dada en las Escrituras. Por lo tanto, toda predicación
auténtica no adultera la Palabra de Dios, no expone cualquier cosa en lugar de la revelación escrita.
C. Podemos decir para concluir, que la tercera es que la predicación tiene varias proyecciones, las
cuales deben ser abarcadas y presentadas con toda honestidad y claridad por quienes han sido
comisionados para tal ministerio.
A. El predicador está llamado a predicar bien, esto quiere decir, que debe explicar y aplicar
correctamente la Palabra de Dios.
B. El predicador debe tener en cuenta sus oyentes, ya que no todos tienen el mismo conocimiento,
destreza, capacidad, etc.
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C. El predicador debe establecer objetivos para alcanzar sus metas, la buena predicación apunta
hacia objetivos y blancos específicos.
D. El predicador lleva siempre delante las Sagradas Escrituras, la buena predicación coloca la
revelación divina en un lugar relevante dentro del ministerio de la iglesia.
E. El predicador debe tener en cuenta que la variedad es un estímulo en la predicación, no debe usar
un sólo tipo de sermón ni ser monótono en su predicación.
F. El predicador debe tener en cuenta que la buena predicación no es tarea únicamente del pastor o
de él, sino de todas las personas que están aptas y capacitadas.
G. El predicador debe estar consciente que la buena predicación no tiene sustituto en la iglesia.
Esta palabra tiene su origen en una voz latina que significa “estocada”. Esto nos indica su
propósito fundamental, la de herir al oyente con la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios.
a. Es un discurso:
Estamos claros que un discurso oral o hablado debe ser oído por un auditorio. Esto requiere
que las palabras sean no sólo audibles sino pronunciadas con tal claridad que puedan ser entendidas
por los presentes (Neh. 8:8).
Por lo tanto, debe ser expresado en palabras bien comprensibles (1 Cor. 14:9). Hablar sin ser
comprendido es malgastar las fuerzas propias y el tiempo del oyente. Nuestro Señor Jesucristo, en
todas sus exposiciones, usó el lenguaje que todo su auditorio, compuesto en su mayoría por la gente
del pueblo, ellos lo podían comprender fácilmente.
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Esto elimina todos los discursos políticos, disertaciones científicas y discusiones triviales que
no tienen importancia. El predicador no está dotado ni llamado para reformar a la sociedad sino para
regenerarla mediante la predicación de la Palabra de Dios.
Esto significa que el texto ha sido examinado a la luz de su contexto. El pasaje de las
Escrituras ha sido analizado cuidadosamente, su significado será explicado, su verdad ilustrada y la
lección aplicada de manera lógica, inteligente y edificante. Este tratamiento demanda el uso correcto
de tres cosas, a, saber: retórica, gramática y lógica.
1. La retórica:
Consiste en la elección y uso correcto de las palabras. Es el arte de hablar con claridad
colocando las palabras debidas en los lugares debidos.
2. La Gramática:
3. La lógica:
Esta se ocupa de la forma correcta de pensar y razonar de manera que los argumentos
usados se basen en razonamientos firmes.
La meta suprema del predicador debe ser no solamente obtener la atención del oyente, sino
conducirlo a que acepte y obedezca la verdad presentada.
a. Tema:
1. Es la parte más general del sermón, la principal y la que se expone.
2. Debe ser eminentemente bíblico.
3. Debe poseer una legitima relación con la Biblia.
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b. Título:
1. Es un enunciado con sentido completo.
2. Es la delimitación del tema, o sea, hasta dónde vamos a llegar.
3. El titulo se distingue por ser una frase con sentido completo.
4. El titulo no debe tener verbos conjugados. El verbo debe estar en indicativo.
5. Debe estar directamente relacionado con el tema.
6. No debe ser rimbombante, esto es, que sea sencillo.
7. No debe llevar la conjunción “Y”.
c. Introducción:
1. Debe ser un breve enfoque del tema.
2. Debe ser, interesante para captar el interés del auditorio.
3. Debe ser un enfoque general del tema.
e. Conclusión:
1. Debe ser breve.
2. Debe ser clara.
3. Debe ser muy definida.
4. Debe ser un reencuentro del sermón.
5. Puede ser una ilustración.
6. Puede ser la aplicación del último punto del sermón.
c. Texto: El apoyo.
d. Introducción: La frase transitiva.
e. División o cuerpo del sermón:
Se debe leer varias veces la porción de las escrituras, mientras nos preguntamos “¿Cuál es el
centro principal de atención en este pasaje?” Este puede ser:
Normalmente el tema esta en una frase o en una sola palabra; pero debe llamar la atención
del predicador y pensar en la necesidad del oyente.
Cuando has determinado cual es el tema general del Sermón,, entonces debes reunir toda la
información posible sobre el asunto a tratar.
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El tema concreto de un Sermón es el aspecto particular. Cada Sermón no tiene más que tema
general y uno especifico. La función del específico es dividir el general y sugerir las relaciones
existentes entre esas divisiones.
Esta es la ideal central del Sermón, promueve la estabilidad de estructuras, la unidad del
pensamiento y la fuerza de impresión.
La proposición debe ser declarada en la forma de una verdad eterna que era valida en
tiempos bíblicos y sigue siendo valida cada vez que se predique a través del tiempo.
Este es un puente retórico entre el núcleo o centro del Sermón, que es la proposición y el
desarrollo del mismo, que se encuentra en el cuerpo del mensaje.
Para elaborar la frase transitoria, el predicador debe aplicarle una de las siguientes seis
preguntas a la proposición. El cuerpo del Sermón debe responder esa pregunta para el oyente.
Las seis preguntas posible, entre, las que escogerá una, son las siguientes:
a. ¿Cómo puedo? b. ¿Dónde debo?
c. ¿Por qué debo? d. ¿Cuándo debo?
e. ¿Dónde puedo? f. ¿Por qué es esto?
Una de estas seis preguntas te guiará el pensamiento del que hace el Sermón hacia el
desarrollo del mensaje concreto acerca del que está predicando.
a.- El interrogativo del sermón; que es adverbio interrogativo que seleccionó el predicador (cómo,
porqué, cuándo y dónde).
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b. - La segunda parte de la frase de transición es la proposición, en una forma tan completa como sea
posible. Esta proposición es la que formuló en el tercer paso.
c.- Hay un tercer aspecto que se debe incorporar a la frase transitoria; la Palabra Clave. La palabra
clave es un nombre, siempre es plural. Caracteriza a los puntos principales del mensaje.
Ejemplo:
Tema General del Sermón: La Prosperidad
Tema Especifico del Sermón: Como volverse prospero.
La preposición: Una nación puede volverse prospera.
3.- Seleccionó una palabra clave, y la colocó dentro de una frase, que pudiera ser: “Obedeciendo
Mandatos”. Ahora respondo la pregunta con la palabra clave y paso a juntar las tres partes (la palabra
clave, la interrogativa o sustituto interrogativo, y la proposición) en una frase, llamada de transición:
“Una nación puede volverse prospera obedeciendo los mandatos de Dios”
Hasta ahora hemos estudiado los primeros cuatro pasos en la formulación de un bosquejo de
Sermón:
La frase de transición: una nación se puede volver prospera obedeciendo los mandatos de Dios.
CICLO HOMILÉTICO.
A. Divisiones Principales.
Se debe tener presente el hecho de que el oyente deberá notar esos puntos, ponderarlos y
recordarlos. La forma y el contenido de los puntos principales de un mensaje estarán controlados por
la palabra clave, y todos los puntos principales de un mismo mensaje se caracterizan por esa palabra
clave.
Recomendaciones:
• Las divisiones principales deberían estar construidas en formas gramaticales paralelas.
• Evitar el lenguaje figurado, dicho lenguaje es ambiguo.
• Los puntos deben ser dispuestos de acuerdo al tipo de auditorio. (Oyentes)
• Señalar y puntualizar con veracidad los textos que utilice.
Las divisiones principales se deben ampliar con subdivisiones sin perder la línea del Sermón,
ya que estar solo dará amplitud al mensaje. No debe haber más de tres y menos de dos.
El método mas sencillo y practico para elaborar las subdivisiones es usando una de las seis
palabras interrogativas (cómo, porqué, cuando, donde, quién o qué) y aplicárselas a la principal
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C. La Introducción.
Es la parte del Serán que aclara la razón por la que esa audiencia es particular va a escuchar
ese predicador en especial hablar de ese tema y en esa ocasión.
1. Partes de la Introducción.
c.- La explicación del sermón: Esta explicación pone al Sermón dentro de su escenario bíblico. Así
ayuda al oyente a prepararse para seguir el desarrollo del sermón en su Biblia.
D. La Conclusión:
Es el resumen del Sermón, en el que se muestra su importancia para la vida diaria del oyente.
Exhorta a estos a tomar alguna decisión acerca del contenido del mensaje. La conclusión tiene dos
partes.
a.- La oración objetiva, se formula comenzando con la palabra “Por tanto, debamos”
b.- La sección detallada, que puede ser una recapitulación de los puntos principales, o una nueva
afirmación de las aplicaciones que se han ido haciendo a lo largo del sermón.
Recomendaciones:
1. Debe ser concisa.
2. Corta.
3. No se debe insertar en ella ningún material que no sea importante para el Sermón expuesto.
4. No es lugar para una disculpa, ni un chiste o una observación humorística.
5. No diga que se aproxima a la conclusión.
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E. Formule un Título.
Debe ser escogido en concordancia con el tono del Sermón, la naturaleza del auditorio y el
contenido del mensaje, no debe contener más de cuatro palabras que signifique un pensamiento.
Debe ser atractivo e impactante.
TIPOS DE SERMONES
a. Definición: Es el sermón que está basado en un versículo que presenta una idea completa, clara,
es decir que tiene un tema claramente indicado.
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2. Se escoge la clasificación textual que se quiera hacer, esto es de a- cuerdo con las necesidades
del auditorio.
3. Cualquiera de las formas que se escoja debe ir acompañada de una lógica (Rom. 6:22), esto es
para que tenga congruencia.
4. Se puede completar con otros detalles anexos de todas partes de la Biblia, siempre y cuando no
se salga del contexto.
5. Se aplica el ciclo homilético.
I. Es un poder benéfico.
II. Es un poder necesario.
III. Es un poder concerniente.
IV. Es un poder disponible.
1. “Sed perfectos”
2. “Sed llenos del Espíritu”
3. “Sed santos”
4. En cada una de estas frases se debe definir las razones que lo apoyan.
5. 1 Cor. 1:30. “Frase clave”
I. Sabiduría
II. Justificación
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III. Santificación
IV. Redención.
B. Sermón Panorámico:
a. Definición: Es aquel sermón, que enseña una porción amplia y extensa de la Biblia. En la cual se
plantean los aspectos fundamentales de la Biblia, no hay que confundirlo con el sermón sintético.
b. Importancia:
1. Es importante para estudiar un libro de la Biblia.
2. Es importante para analizar o estudiar una expresión que se repite en la Biblia.
3. Es importante para presentar un tema a través de la Biblia.
c. Procedimiento:
D. Sermón Histórico:
a. Definición: Este, como su nombre lo dice, se define como el que está basado en un hecho
histórico bíblico.
b. Procedimiento:
1. Se seleccionan los hechos o el hecho, debe ser según la necesidad, recuerde que toda predicación
lleva su objetivo.
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HOMILÉTICA
E. Sermón Biográfico:
a. Definición: Son aquellos sermones, que toman como base algún personaje bíblico, a fin de aplicar
lecciones espirituales. Este sermón es muy práctico, puesto que trata de problemas de conducta y se
asocian con nuestro vivir diario.
b. Importancia:
1. Es un sermón muy popular y capta la atención de grandes y pequeños.
2. Es un medio eficaz para explicar con vehemencia los principios sociales, morales, religiosos, etc.
3. Es bueno para mostrar situaciones reales de la vida diaria, donde Dios interviene directamente y
que son aplicables a cualquier época de la vida.
c. Materiales disponibles:
1. Hay alrededor de 2.930 personajes diferentes en la Biblia, donde se puede escoger el de mejor
preferencia o necesidad.
d. División:
1. Biográfico colectivo.
2. Biográfico individual.
a. Material auxiliar:
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HOMILÉTICA
I. Diccionario Bíblico.
II. Artículos biográficos de personajes bíblicos.
III. III Otros libros.
F. Sermón Exegético:
b. Puntos de vista:
1. Gramatical 2. Cultural 3. Moral 4. Espiritual
5. Religioso 6. Social 7. Psicológico.
c. Procedimiento:
1. Se selecciona el texto o la porción bíblica.
2. Se le aplica la exégesis, esto es la interpretación crítica del texto o porción.
3. Se le aplica luego el ciclo homilético.
G. Sermón Doctrinal:
b. Procedimiento:
1. Se selecciona la doctrina que se va a dar.
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b. Metodología:
b. Desarrollo:
1. Personajes
2. Hechos
3. Lugar
4. Tiempo
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5. Razones
6. Resultados
7. Aplicaciones
Nota:
1. Se identifica el personaje o los personajes.
2. Se determinan las acciones de cada uno (qué hace).
3. Se buscan los verbos para determinar las acciones.
4. Se consulta con otros pasajes paralelos.
a. Definición: Es aquel estudio que se le hace como especie de un parangón entre dos hechos o
personajes.
b. Elaboración:
Vida
Feliz
Éxito
Libertad
Vida divina
Sansón (Jue. 13:16)
Vida humana
Esclavo
Fracaso (ciego)
Desgraciado
Muerte
BIBLIOGRAFIA
1. COSTAS, Orlando. Comunicación por medio de la predicación.
2. GIBBS, Alfredo P. Que prediques la Palabra.
3. LOPEZ J. Ángel Custodio. El fin de la predicación.
4. VILA, Samuel. Manual de Homilética.
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