Guía Literatura de Horror 7° Grado
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CUENTO DE TERROR
2. Estructura
La estructura de la mayoría de los cuentos de terror no es demasiado distinta de la estructura general del relato breve: inicio –
complicación – desenlace.
Sin embargo, lo particular de la estructura en el cuento de terror tiene que ver con la distribución de los eventos en dicha
estructura, ya que el cuento de terror puede terminar en su momento climático o de mayor tensión y carecer de un desenlace que
reconcilie la trama y permita un nuevo estado de equilibrio en los elementos de la narración.
Así, en muchos cuentos de terror el final del relato coincide con la aparición del monstruo, la revelación de la verdad oculta o
elementos similares que a menudo acarrean la muerte o la perdición del personaje protagonista.
Se acostumbra a terminar con la narración en cuanto el suspenso o la tensión hayan alcanzado su punto más álgido.
4. Motivos recurrentes
Suele haber presencia de fantasmas y elementos mágicos o sobrenaturales.
Este tipo de relatos a menudo tiene presencia de:
Fantasmas, vampiros, monstruos u otras criaturas sobrenaturales.
Asesinatos, robos, violaciones o situaciones traumáticas o angustiantes.
Elementos mágicos, sobrenaturales, demoníacos o religiosos.
Argumentos de venganza, justicia, retaliación o descubrimiento de tesoros y mensajes ocultos.
9. Creepypastas
Internet trajo consigo cambios en muchos aspectos, incluso los cuentos de terror, inaugurando lo que se conoce
como creepypastas, es decir, mitos urbanos propios de la Red, que tienden a venderse como reales y que involucran sucesos
asombrosos, terroríficos o increíbles, sobre todo en la historia universal o como fruto supuesto de conspiraciones ocultas.
ACTIVIDAD
2. Crea un cuento de terror a partir de los siguientes personajes. Toma una de las opciones
3. MIEDO A LA OSCURIDAD
Antes de dormir miraba debajo de la cama y también detrás de la puerta, dejaba la puerta de la habitación abierta y la luz
del pasillo encendida, tenía que hacer todo eso para poder dormir tranquila. Anita tenía miedo a la oscuridad y si todo estaba
apagado no podía dormirse.
Anita era una pequeña niña de grandes ojos castaños y cabellos castaños, que vivía en una linda casita con su papá y su mamá.
De día con la luz del sol rozando sus mejillas e iluminando su camino y sus juegos, Anita no tenía miedo de nada. Era por las
mañanas una niña muy activa y alegre, pero cuando el sol se escondía y las luces se apagaban, cuando llegaba la noche Anita se
asustaba mucho y ya no era tan alegre.
Cuando todo estaba oscuro Anita, tenía miedo, tenía mucho miedo. Si no veía nada, no sabía si había monstruos, no sabía lo
que ocurría, y todo parecía distinto en la oscuridad. Los ruidos eran más intensos y tenebrosos, las formas en la penumbra
eran terroríficas y cualquier cosa podría esconderse tras la oscuridad, animales peligrosos como los lobos, o tal vez
monstruos e incluso brujas.
Cada noche antes de dormir, Anita miraba debajo de la cama y detrás de la puerta, dejaba la puerta de su habitación abierta
y la luz encendida y solo así podía dormirse. A veces despertaba por la noche y entonces estaba todo oscuro y Anita salía
corriendo de la cama y se refugiaba en la cama de su papá y su mamá.
Una noche, Anita abrió los ojos y todo era oscuridad y antes de salir de la cama corriendo pudo ver delante suya algo
brillante. Parecían unos ojos brillantes justo delante de ella. Anita tenía mucho miedo, “seguro que son los ojos de un
monstruo”, pensó “o tal vez sean los ojos de un lobo”. Se tapó por completo con la sabana. “Si me escondo seguro que el
monstruo-lobo no me ve y se irá” casi sin moverse aguanto un rato escondida debajo de la sábana. Se asomó despacito,
despacito por encima de la sábana, esperando comprobar que los ojos brillantes ya no seguían allí, pero no sirvió de nada,
porque allí seguían los dos ojos brillantes enfrente de ella con su mirada clavada fijamente en la suya. Tras repetir la
operación varias veces, taparse, esconderse del monstruo, Anita comprobaba con cada uno de los intentos que aquellos ojos
brillantes seguían allí pendientes de ella.
Con cada intento iba disminuyendo su miedo. Hasta que finalmente Anita agito su mano delante del supuesto monstruo y éste
no hizo nada, permaneció inmóvil con la mirada brillante fija en ella. Anita se acercó al monstruo, y alargo su mano, llego a
tocarle la cara, era suave y peluda. Pero la retiro rápidamente y el monstruo seguía sin hacer nada. Anita volvió a estirar la
mano, ya sin miedo y tranquilamente toco al monstruo, entonces se dio cuenta de lo estúpida que había sido. No era un
monstruo era un oso de peluche, que había dejado allí antes de dormir.
Entonces Anita se dio cuenta de una cosa. No había tenido miedo, al principio sí, pero poco a poco había dejado de tener
miedo y sin miedo había podido comprobar que no había ningún monstruo que no había ninguna razón para tener miedo. Por la
noche cuando todo está oscuro las cosas pueden parecer distintas.
Desde aquella noche Anita, poco a poco dejó de tener miedo a la oscuridad y las cosas que se escondían en ella. Y si le
entraba algo de miedo, se tapaba con la sabana primero y poco a poco se enfrentaba a ello para dejar de tener miedo.
4. ¿Por qué crees que Anita dejaba la luz del pasillo encendida?
5. ¿Qué es lo que le daba miedo a Anita? ¿Por qué le daba miedo?
6. ¿Qué pasaba cuando Anita despertaba por la noche?
7. ¿Qué es lo que vio una noche?
8. ¿Qué es lo que pensó que era?
9. ¿Por qué se escondió debajo de la sábana?
10. ¿Qué pasó cuando se asomó?
11. ¿Qué es lo que hizo después?
12. ¿Qué eran eso que estaba mirándola?
13. ¿Qué hizo Anita desde entonces?