2º M. Guía Leng. Con Actividad Nº 1 1
2º M. Guía Leng. Con Actividad Nº 1 1
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OA 3: Analizar las narraciones leídas para enriquecer su comprensión, considerando, cuando sea
pertinente: El o los conflictos de la historia. Un análisis de los personajes que considere su relación con
otros personajes, qué dicen, qué se dice de ellos, sus acciones y motivaciones, sus convicciones y los
dilemas que enfrentan. Cómo el relato está influido por la visión del narrador.
Recursos asociados: Guía prediseñada, contenidos previos, Internet.
Fecha de evaluación: lunes 22 de marzo 2020. (Por medio de imagen a más tardar a la 18:00 hrs.)
Enviar al correo: [email protected]
EL GÉNERO NARRATIVO
Género Literario que se utiliza para contar una historia, acontecimientos o hechos que le suceden a uno
o más personajes en un tiempo o espacio determinado. Por lo tanto, se trata de un texto oral o escrito
que cuenta, en la voz de un narrador, hechos protagonizados por personas (o seres personificados). Se
caracteriza por la sucesión temporal de una o varias secuencias y una determinada organización
estructural compuesta por un planteamiento, un desarrollo y un desenlace. Predomina la función
representativa oreferencial del lenguaje.
• El autor es (o fue) un ser humano siempre externo a la construcción narrativa, y es quien determina el
tipo de narrador que quiere para su historia.
• El lector es el ser humano que actualiza y resignifica el texto narrativo cada vez que lo lee.
• El narrador es un elemento ficticio, creado por el autor, y permanecerá vigente todo el tiempo que la
novela o cuento existan como tales.
• El narratario es también un elemento ficticio supuesto por el relato, es el receptor ficticio que se
configura por todas las marcas textuales que van prefigurando un lector ideal propio de cada texto.
• Los personajes son los agentes de la narración, sobre su actividad se constituye la historia y el relato.
En lo fundamental, sobre estos versan los comentarios y las observaciones del narrador. Son seres
imaginarios que exhiben distintos grados de importancia. El protagonista es el personaje más
significativo del relato. Suele estar presente otro personaje que lo enfrenta, oponiéndose a sus acciones:
es el antagonista. Existen, además, otros personajes secundarios, auxiliares o transitorios que cumplen
roles menores.
• Los espacios constituyen esa determinación del relato que se refiere a los lugares en donde se realiza
la acción, ya sea ligado al especio físico o sociocultural que compromete la acción de los personajes.
• Los mundos posibles constituyen la creación fundamental y más abarcadora que posibilita el relato.
La constitución de un mundo da carácter de referencialidad al género. El discurso narrativo literario es
creador de mundos autónomos, distintos del mundo real, y sólo existen en el espacio de lo posible. Si
bien es cierto que el mundo real es el referente que presta un carácter de verosimilitud a los mundos
literarios, el escritor, en un trato implícito con el lector, puede apartarse del mundo real para representar
en y sólo a través del lenguaje verbal, nuevas versiones del mundo, pudiendo proyectarse, incluso,
hacia la más desbocada fantasía.
• Las acciones son el centro de lo narrativo, pues esta se considera como una sucesión de acciones. Una
acción no es cualquier incidente narrado o descrito: una acción es en términos simples una decisión que
cambia el curso de los acontecimientos.
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A.1.1.1 Narrador protagonista: El narrador protagonista es un narrador personaje que desempeña el rol
principal del relato.
A.1.1.2 Narrador secundario: El narrador secundario es un narrador personaje sin la relevancia del
protagonista.
A.1.1.3 Narrador testigo: El narrador testigo es un narrador pasivo, observador de los hechos. Puede ser
un personaje que no participa de la acción o que narra los hechos luego de ocurridos, según lo que ve,
escucha o le han contado. Su conocimiento de los hechos es limitado. Puede narrar utilizando una
tercera persona gramatical, sin que desaparezca la primera, que lo posiciona como personaje.
A.2.1 Narrador en Primera Persona: El narrador ocupa la primera persona gramatical, el yo, y habla
de sí mismo.
Ejemplo:
“No es nada fácil para mí, desde la cama metálica reluciente de la clínica y bajo la doble
vigilancia de la mirilla y del ojo de Bruno, reconstruir la humareda perezosa de los
fuegos de hojarasca cachubas y los rayos oblicuos de una lluvia de octubre. Si no
tuviera mi tambor, que, tratado con paciencia y habilidad, me va dictando todos los
pormenores necesarios para verter al papel lo esencial, y si no contara además con la
autorización del establecimiento para tocarlo de tres a cuatro horas diarias, sería yo
ahora un pobre hombre sin abuelos conocidos.”
Günter Grass, El tambor de hojalata.
A.2.2 Narrador en Segunda Persona: El narrador se refiere a una segunda persona, tú, vosotros,
usted, ustedes.
Ejemplo:
“Y mirá que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos
minuciosamente. Como no sabías disimular me di cuenta enseguida de que para verte
como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos...”
Julio Cortázar, Rayuela.
A.2.3 Narrador en Tercera Persona: El narrador alude a la tercera persona, él o ella, ellos o ellas.
Ejemplo:
Existen tipologías de las «situaciones narrativas» que tienen en cuenta, a la vez, los datos del modo y la
voz narrativa. No obstante, en ellas se produce una confusión entre la pregunta: ¿cuál es el personaje
cuyo punto de vista orienta la perspectiva narrativa? Y otra pregunta muy distinta: ¿quién es el
narrador?, o, en otras palabras, entre la pregunta:
¿quién ve? Y la pregunta: ¿quién habla?
Por eso conviene no tener en cuenta aquí sino las determinaciones modales, es decir, las que atañen a lo
que suele llamarse el «punto de vista».
Las características de un relato están condicionadas por la perspectiva o focalización escogida por el
narrador para contar los hechos, esto es, el lugar en que se ubica con respecto a los
acontecimientos que va a narrar, su foco, o ángulo de visión. Se llama perspectiva narrativa al modo
de regulación de la información que procede de la elección (o no) de un «punto de vista» restrictivo.
Los puntos de vista, o focalizaciones, usados por el hablante narrativo pueden ser:
A.3.1 Focalización Cero: Se identifica con el narrador omnisciente, con la «visión por detrás», el
narrador se sitúa por encima del mundo narrado. Se simboliza mediante la fórmula Narrador
>Personaje, en que el narrador sabe más que el personaje o, dicho con mayor precisión, dice más de lo
que sabe personaje alguno.
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Ejemplo:
"Para siempre habría de recordar el instante en que hubo de abandonarla. Cada vez que la recordaba,
sentía que su mundo interior se desplomaba y la angustia inundaba su ser".
A.3.2 Focalización Interna: Es la perspectiva en que Narrador = Personaje. El narrador no dice sino
lo que sabe tal personaje: es el relato con «punto de vista» o con «campo limitado», es la «visión con».
Si el relato está escrito en tercera persona se le considerará de focalización interna si se puede reescribir
en primera persona sin que esa operación entrañe «ninguna otra alteración del discurso que el propio
cambio de los pronombres gramaticales»: así, una frase como «James Bond divisó a un hombre de unos
cincuenta años, de aspecto aún joven, etc.» es traducible en primera persona («divisé, etc.») y
corresponde, por tanto, a la focalización interna.
La focalización interna puede ser fija, variable o múltiple:
A.3.2.1 Focalización interna fija: La focalización interna puede corresponder a la ubicación de un
único personaje.
Ejemplo:
“Pues siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal hechas en los costales de
los que allí a moler venían, por lo cual fue preso, y confesó y no negó, y padeció persecución por
justicia.”
Anónimo, El Lazarillo de Tormes.
A.3.2.2 Focalización interna variable: diversos personajes dan sucesivamente diversas perspectivas
para relatar distintos acontecimientos de la historia.
Ejemplo:
“No sé cómo alcancé a decirle que era lo mismo, algo así, y escuché el ruido de la puerta al cerrarse y
entonces me tapé la cabeza con las frazadas y qué le iba a hacer, a pesar de los cólicos me mordí las
dos manos y lloré tanto que nadie, nadie puede imaginarse lo que lloré mientras la maldecía y la
insultaba y le clavaba un cuchillo en el pecho cinco, diez, veinte veces, maldiciéndola cada vez y
gozando de lo que sufría y de cómo me suplicaba que la perdonase por lo que me había hecho.
Es lo de siempre, che Suárez, uno corta y abre, y en una de esas la gran sorpresa. Claro que a la edad
del pibe tiene todas las chances a su favor, pero lo mismo le voy a hablar claro al padre, no sea cosa
que en una de esas tengamos un lío. Lo más probable es que haya una buena reacción, pero ahí hay
algo que falla, pensá en lo que pasó al comienzo de la anestesia: parece mentira en un pibe de esa edad.
Lo fui a ver a las dos horas y lo encontré bastante bien si pensás en lo que duró la cosa. Cuando entró el
doctor De Luisa yo estaba secándole la boca al pobre, no terminaba de vomitar y todavía le duraba la
anestesia pero el doctor lo auscultó lo mismo y me pidió que no me moviera de su lado hasta que
estuviera bien despierto.”
Julio Cortázar, La señorita Cora.
A.3.2.3 Focalización interna múltiple: Varios personajes describen, desde sus particulares perspectivas,
el mismo acontecimiento.
Ejemplo:
“Por primera vez he visto un cadáver. Es miércoles, pero siento como si fuera domingo porque no he
ido a la escuela y me han puesto este vestido de pana verde que me aprieta en alguna parte. (...) No he
debido traer al niño. No le conviene este espectáculo.
A mí misma, que voy a cumplir treinta años, me perjudica este ambiente enrarecido por la presencia del
cadáver. (...) Vine. Llamé a los cuatro guajiros que se han criado en mi casa. Obligué a mi hija Isabel a
que me acompañara. Así el acto se convierte en algo más familiar, más humano, menos personalista y
desafiante que si yo mismo hubiera arrastrado el cadáver por las calles del pueblo hasta el cementerio.”
Gabriel García Márquez, La hojarasca.
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A.3.3 Focalización Externa: Se simboliza mediante la fórmula Narrador < Personaje. El narrador
dice menos de lo que sabe el personaje: es el relato «objetivo» o «conductista», que corresponde a la
«visión desde fuera». El héroe actúa ante nosotros sin que en ningún momento se nos permita conocer
sus pensamientos ni sus sentimientos.
Ejemplo:
"– Ven acá, Héctor, que aquí te espero – gritó, rojo de furor, Aquiles.
– Ya voy, por los dioses que ya voy – replicó Héctor mientras retrocedía velozmente.
Entonces Aquiles arrojó su broncínea lanza, la cual atravesó el escudo y la armadura del troyano, el
cual cayó de rodillas en el campo, arrojando lejos de sí su espada."
A.4.1 Narrador de Conocimiento Total (u omnisciente): Asume la posición de un dios que todo lo
sabe y, por ello, es capaz de dar a conocer lo que los personajes sienten, ven, oyen, piensan o desean, y
aun lo que ellos como personajes ignoran sentir o desear. Conoce simultáneamente los pensamientos de
varios personajes. La superioridad del narrador omnisciente se manifiesta también en el conocimiento
que posee del pasado y del futuro de los personajes.
Se puede distinguir dos tipos históricos de narrador omnisciente que coexisten en la literatura
contemporánea:
A.4.1.1 Narrador omnisciente tradicional: característico de la época clásica, que narra con un
conocimiento total los avatares del mundo humano, pero de forma distante
y desapegada, sin emitir juicio alguno acerca de los hechos que relata.
Ejemplo:
“Se miró las manos llenas de arañazos. Se miró las piernas flacuchentas y los pies
enormes en los zapatos de tenis, (...) y se avergonzó de sí misma. Un impulso la hizo correr a la casa,
con el corazón aturdiéndola por el golpeteo sordo de la emoción. Llegó a su pieza anhelante (...),
ardiendo las mejillas, deslumbrados los ojos.”
Marta Brunet, Francina.
Ejemplo:
“A los padres de la niña les interesaban mucho los espíritus de los muertos y alrededor de ellos
mantenían largas conversaciones con otros aficionados. En cambio las almas de los vivos no les
despertaban la menor curiosidad. Para ellos sus hijos, sus criados, sus peones y sus amigos eran como
si no tuviesen alma.”
Carmen Lyra, Los diez “viejitos” de Pastor
A.4.2.2 No personaje (heterodiegético): es un narrador objetivo, que como una voz en off describe los
actos de los personajes, pero ignora sus pensamientos y la historia previa a los hechos. Sólo es capaz de
informar aquello que ve o escucha, como una cámara de cine.
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Ejemplo:
“Ya de regreso en la casa de la abuela, Lucas se tiende cerca del seto del jardín, a la sombra de los
zarzales. Espera. Un vehículo del ejército se detiene delante de la casamata de los guardias fronterizos.
Unos militares descienden de él y depositan en el suelo un cuerpo envuelto en un toldo de camuflaje.
Un sargento sale del barracón, hace una señal y los soldados desenvuelven el toldo.”
Agota Kristof, La prueba.
Pero lo que más le gustaba a Gigi era contarle cuentos sólo a Momo, cuando no escuchaba nadie más.
Casi siempre eran cuentos que trataban de los propios Gigi y Momo. Y sólo estaban destinados a ellos
dos y eran totalmente diferentes a los que Gigi contaba en otras ocasiones.
Michael Ende
Momo
Resume el fragmento anterior e indica quién cuenta la historia; ¿lo hace en primera o en tercera persona? 2pts.
¿A qué parte de la estructura de la narración (presentación, nudo o desenlace) pertenece el fragmento? 2pts.
Relee tus respuestas a las preguntas anteriores y justifica por qué nos encontramos ante un texto narrativo. 4 pts.
2) Lee los siguientes fragmentos de novela y analiza qué tipo de narradores poseen (2 pts. c/u):
1 La mañana del 4 de octubre, Gregorio Olías se levantó más temprano de lo habitual. Había pasado
una noche confusa, y hacia el amanecer soñó que un mensajero con antorcha se asomaba a la puerta para
anunciarle que el día de la desgracia había llegado al fin.
Luis Landero, Juegos de la edad tardía
2 Luego se habían metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme el agua les subía por las piernas y
el vientre y la cintura. Se detenían, mirándose, y las risas les crecían y se les contagiaban como un
cosquilleo nervioso. Se salpicaron y se agarraron dando gritos, hasta que ambas estuvieron del todo
mojadas, jadeantes de risa.
Entonces, Laura dijo - Volvamos - y comenzaron a secarse para caminar de vuelta.
Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama
3 Me niego a corresponder, a representar el papel de esposa de alto status, que esconde su cansancio
tras una sonrisa, lleva la batuta en conversaciones sin fuste, pasa bandejitas y se siente pagada de su
trabajera con la típica frase: Has estado maravillosa, querida.
Carmen Martín Gaite, Nubosidad variable
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4 Hace muchos años tuve un amigo que se llamaba Jim, y desde entonces nunca he vuelto a ver a un
norteamericano más triste. Desesperados he visto muchos. Tristes como Jim, ninguno. Una vez se marchó a
Perú, en un viaje que señaló debía durar más de seis meses, pero al cabo de poco
tiempo volví a verlo.
Roberto Bolaño, Jim
5 Martín esperó, pasó el tiempo y el viejo ya no despertó. Pensó que ahora se había dormido de verdad y
entonces, poco a poco, tratando de no hacer ruido, se levantó y empezó a caminar hacia la puerta por la que
había entrado Alejandra. Su temor era grande porque ya había madrugado y las luces del alba ya
iluminaban la pieza de don Pancho. Pensó que podía tropezarse con el tío Bebe, o que la vieja Justina, la
mujer de servicio, podría estar levantada. Y entonces ¿qué les diría?
“Vine con Alejandra, anoche”, les diría.
Ernesto Sabato (1961). Sobre héroes y tumbas
6 Ana Pavlovna, pensó en ocuparse de Pedro, que, tal como ella sabía, era pariente del príncipe Basilio por
parte de padre.
- ¿Qué le parece a usted esa comedia de la coronación de Milán? - preguntó Ana al príncipe
Andrés -. ¿Y esa otra comedia del pueblo de Lucca y de Génova, que presentan sus homenajes a monsieur
Bonaparte, sentado en un trono y recibiendo los votos de las naciones? ¡Encantador!
¡Oh, no, créame! ¡Es para volverse loca! Diríase que el mundo entero ha perdido el juicio.
El príncipe Andrés sonrió, mirando a Ana Pavlovna de hito en hito.
León Tolstoi (1865) Guerra y Paz
7 La situación es ésta: B y el padre de B salen de vacaciones a Acapulco. Parten muy temprano, a las seis
dela mañana. Esa noche, B duerme en casa de su padre. No tiene sueños o si los tiene los olvida nada más
abrir losojos. Oye a su padre en el baño. Mira por la ventana, aún está oscuro. B no enciende la luz y se
viste. Cuando sale de su habitación su padre está sentado a la mesa, leyendo un periódico deportivo
del día anterior, y el desayuno está hecho. Café y huevos a la ranchera. B levanta las cejas, como diciendo
buenos días, y entra en el baño.
Roberto Bolaño (2001) Putas Asesinas, Últimos atardeceres en la tierra
8 Estábamos en la sala de estudio cuando entró el director, seguido de un «novato» con atuendo pueblerino
yde un celador cargado con un gran pupitre. Los que dormitaban se despertaron, y todos se fueron
poniendo de pie como si los hubieran sorprendido en su trabajo. El director nos hizo seña de que
volviéramos a sentarnos; luego, dirigiéndose al prefecto de estudios, le dijo a media voz: -Señor Roger,
aquí tiene un alumno que le recomiendo, entra en quinto. Si por su aplicación y su conducta lo merece,
pasará a la clase de los mayores, como corresponde a su edad. El novato, que se había quedado en la
esquina, detrás de la puerta, de modo que apenas se le veía, era un mozo de campo, de unos quince años, y
de una estatura mayor que cualquiera de
nosotros.
Gustave Flaubert (1857) Ma dame Bovary