Nociones Centrales Del Ecp - Resumen

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NOCIONES CENTRALES DEL ECP

LA RELACION TERAPEUTA CONSULTANTE. HACIA UN VINCULO NOSOTROS Desde “El Enfoque


Holístico Centrado en la Persona” Andrés Sánchez Bodas (*)

1- No directividad:
Esta noción nos coloca ante una posición, una postura, una mirada de
la relación terapéutica que revolucionó su práctica, en tanto nos plantea
abdicar del poder de la “cura”, obviando lecturas diagnosticas y
evitando generar pronósticos y planear estrategias para que éstos se
cumplan. Nos coloca en el lugar del saber del no saber, siendo nuestra
función la de “estar presente plenamente” y generar un “clima
relacional” que facilite la auto comprensión y resignificación del
consultante desde su propia mirada ante si mismo. Esto implica una
decisión de ayudar a un otro a que desarrolle su persona tal como lo
desee, en la dirección que elija tomar, y desde el propio modo en que
se haga responsable de su problemática. 6 Como concepto es
paradojal, en tanto su implementación en una relación terapéutica
apuntala el proceso en la dirección de la tendencia actualizante (pulsión
vital), facilitando sinergia hacia la sintropía, es decir hacia el camino de
la expansión creativa. Es por lo tanto la no dirección desde el que se
supone debe dirigir, para habilitar la auto dirección del que pide ayuda
en el camino de la liberación de su potencial humano. Es una postura
que tiende a proveer al otro la posibilidad de ser mirado como un
semejante disponible para no solo resolver sus problemas, sino para
transformar su vida, si así lo desea. Es una posición existencial desde la
cual nos instalamos en la vida creyendo que nadie posee la verdad, que
cada persona cuando valora y opina lo hace desde su particular recorte
de experiencia, y que ésta debe ser aceptada en su propia expresión.
Esta postura o posición, cuando se la pone en práctica, demuestra en
los hechos que la no dirección ¨desde afuera¨, ofrece a los demás la
posibilidad de poner en acción la propia dirección, y cuando esto
sucede, y en tanto la persona se siente libre de amenazas, en general
el camino que toma es positivo para el crecimiento de lo humano. Es un
concepto realmente revolucionario en su mirada teleológica, desde la
cual se cuestiona el modelo “médico” de la cura que habla de
enfermedad y desde allí plantea la “restitutio at integrum”. Es por ello
que desde este enfoque se habla de consultante (en Inglés Client), no
de paciente, se posiciona en un espacio de escucha “psicofilosófica”, y
no busca la curación sino el desarrollo personal. Son notorias
coincidencias conceptuales con las de Husserl, Sartre, Merlau Ponty,
Foucault, Luypen, Deleuze y Derrida entre otros pensadores. La frase
de inicio de este escrito hace referencia a este concepto (la del poder)
que es junto al que sigue, “La tendencia Actualizante”, desde donde se
posiciona toda su estructura teórico práctica.
2- Tendencia Actualizante ( Pulsión Vital o Tendencia Formativa):
Este concepto alude al principio motivacional de lo vivo, aquello que
pulsiona la vida hacia su desarrollo y despliegue, en tanto si las
condiciones son adecuadas y el organismo puede captarlas, lo que es
potencialidad se convierte en acto, y ese ser transita su vida
naturalmente. En los humanos es definida por Rogers como: “la
capacidad que tiene el ser humano, latente o manifiesta, de
comprenderse a si mismo y de resolver sus problemas de modo
suficiente para lograr la satisfacción y la eficacia necesarias a un
funcionamiento adecuado”. En las personas la denominamos “auto
actualizante” dado que la noción de sí mismo regula pulsión en el
feedback con el medio. 7 Esta idea surge de su práctica profesional,
desde la cual observa que si se generan condiciones vinculares
positivas, las personas despliegan lo mejor de sí mismas. Esta hipótesis
es reforzada tiempo después por descubrimientos provenientes de la
biología, la física y la antropología, en los cuales se habla de una
tendencia formativa cósmica (negentropía o sintropía), como tendencia
a un orden creciente desde el caos inicial. Se trata de un orden de
evolución hacia un mayor orden u organización, mayor complejidad y
mayor capacidad de interrelación. Trasladado a lo humano podemos
decir que estos conceptos implican comprender, no solo la tendencia
al mantenimiento adaptativo del organismo, sino también al crecimiento,
desarrollo y enriquecimiento progresivo. Esto no implica ignorar que
también existe una tendencia entrópica, al deterioro, y muerte de lo
vivo, pero como nos dice Rogers: “el universo construye y crea
permanentemente, además de deteriorar”. Es una hipótesis de que
nuestro trabajo no es azaroso, sino que tiene un objetivo y una
dirección, el facilitar que la tendencia auto actualizante de nuestros
consultantes fluya en su sentido creativo.
3- Escucha Empática:
Es la capacidad de entender, comprehender y responder a la
experiencia única del prójimo. Es una modalidad de estar que resulta
de sentirse en la experiencia vivida del otro, ubica una intención, la de
pretender ver y vivenciar el mundo del otro con los ojos y las vivencias
del otro, creando una mirada y vivencia en común. Por lo dicho implica
tanto los aspectos emocionales como los cognitivos del mundo vivido,
es decir aquello que circula las emociones y los sentimientos o
significaciones personales de las mismas. Por ser resultado de una
actitud, no es simplemente una disposición unidireccional desde el
terapeuta hacia el consultante, sino una manera de relacionarse en
donde se propone la empatía vincular, el compartir lo experienciado en
el momento de la ayuda. La escucha empática, para ser “facilitadora”,
debe resultar en respuestas de ese nivel, siendo esa la tarea de un
terapeuta ECP. Este debe comunicar al consultante su percepción del
mundo vivido por éste, y a modo de chequeo mutuo de convalidación
de lo percibido y expresado, gestual o verbalmente, desde el encuentro,
poder facilitar un acercamiento comprensivo a sí mismo. Debemos
aclarar que este concepto, tomado de Titchener y de Lipps, es
introducido por Rogers en el campo de las terapias, y si bien hoy
muchos colegas lo consideran y utilizan, no lo hacen en el sentido que
nuestro autor planteó. Para él la empatía no es un recurso metodológico
desde el cual se emprende la escucha terapéutica para luego
incorporar la interpretación u otra manera de operar con el paciente,
sino que es una manera de estar en la relación todo el tiempo que dura
la entrevista. Si se trabaja desde este enfoque la empatía es “un modo
de ser relacional”, no un método ni una técnica más. Desde ella se
apuntala la consonancia, el resonar conjunto consultante terapeuta, sea
en un nivel emocional, como en el de significar racionalmente los
contenidos el discurso mutuo que se genera en las sesiones.
4-Aceptación o valoración Positiva Incondicional (API):
Implica aceptar al otro tal cual es en el momento en que se esta ofreciendo
la ayuda, en un encuentro que sigue una mirada “buberiana” yo-tu-
nosotros (de Martín Buber). La aceptación o estima o valoración positiva
incondicional significa que cuando el profesional experimenta una actitud
no calificativa, de aceptación hacia cualquier cosa que el consultante es en
ese momento, el movimiento hacia el cambio positivo es más probable.
Desde una escucha aceptante brindamos un modelo de auto aceptación,
el principio de un camino hacia la transformación personal. Sin embargo
para que esta aceptación sea válida, debe darse en primera instancia en la
propia experiencia del profesional de la ayuda. Se ha demostrado en
investigaciones muy rigurosas, que cuando esta actitud es principalmente
experimentada por el que ayuda, mayor es la probabilidad de un proceso
de ayuda exitoso. Otra manera de decirlo es que cuando podemos estar
presentes, desde la aceptación positiva incondicional, mayor es la
posibilidad de acercarse a la experiencia de qué nos pasa con lo que nos
pasa. Vale aclarar que aceptar no es lo mismo que aprobar, en tanto lo que
se acepta es la experiencia vivida tal cual es, aunque la conducta sea
reprobable desde nuestro marco valorativo. En síntesis es aceptar lo que
el otro siente o experimenta, no lo que hace.
4- Congruencia o autenticidad:
Define la importancia de ser el que uno es en la relación, sin construirse
máscaras o fachadas que oculten los verdaderos sentimientos que circulan
en la misma. El terapeuta ECP debe estar abierto a su experiencia, en plena
conexión consigo mismo, sin abortar nada de ella, para después ponerla
con sumo cuidado a disposición del vínculo de ayuda. También en este
caso, las investigaciones han demostrado que los profesionales que
alcanzan positivos grados de congruencia en sí mismos, son más eficientes
y eficaces en la ayuda que se brinda. Mientras la pretensión “terapéutica”
(en el sentido de la ayuda) de este Enfoque es facilitar cambios y desarrollo
personal, los encuentros persona a persona son más adecuados para esa
finalidad, que aquellos en que el profesional se escuda en un personaje.
Ser autentico o congruente en la vinculación profesional, apela obviamente
a la responsabilidad para encontrar el momento oportuno, para comunicar
o no la experiencia que sucede en la relación de ayuda. Lo importante es
no negarla, sino aceptarla en forma transparente, y aunque no la
tramitemos en lo inmediato, se ¨filtrarᨠen una relación de libertad
experiencial. 6- Chequeos de percepciones: Es el modo en que definimos
las intervenciones profesionales desde el ECP, sean estas de carácter
verbal, gestual, o desde recursos imaginarios, corporales o de acción. En
los comienzos se denominó Reflejos (de reflejar como espejo centrado en
el consultante) a los modos verbales que Rogers creó para facilitar la auto
escucha de sus consultantes. Se los dividió en Reflejos cognitivos y de
sentimientos, los primeros subdivididos en simples y elucidatorios. Los
reflejos simples referían a una devolución verbal del eje de lo dicho por el
consultante, como síntesis aclaratoria para favorecer el discurso y la auto
conexión. Los reflejos elucidatorios poseían el sentido de esclarecer y
resumir cognitivamente lo dicho y trabajado en el decurso de un tiempo
relativo de un proceso. Los reflejos de sentimientos apuntaban a resumir
la captación por parte del profesional de las emociones implícitas en el
intercambio dado en consulta, con el objetivo de favorecer una toma de
conciencia de lo emocional en juego. 10 A posteriori se prefirió hablar de
respuestas de seguimiento empático, afinando el sentido de este tipo de
intervenciones, en el camino de comprenderlas como intervenciones que
faciliten acercamientos positivos al sí mismo del consultante, y cuando
hablamos de empatía a esto nos referíamos. Denominarlas finalmente
chequeo de percepciones, es a nuestro entender, mucho más congruente
con la postura no directiva esencial de este modelo. Chequear es ofrecer
apreciaciones (intervenciones verbales y gestuales) acerca de lo que se
percibe sobre el discurso del consultante con la idea de
acompañar/apuntalar un acercamiento paulatino a la experiencia vivida, y
facilitar apertura perceptual. Ambas permitirán al consultante resignificar y
disponer de más autoconocimiento y por lo tanto de más recursos para
operar favorablemente consigo mismo y los demás.
7- Noción de Si mismo (SELF)
Es el concepto desde el cual se construye toda la teoría de la personalidad
que sustenta el ECP, que no desarrollaremos en este artículo para no
desviarnos de su intención. La Noción de si mismo es para Rogers: “Una
vivencia percibida que incluye las características, atributos, cualidades y
defectos, capacidades y límites, valores y relaciones, que una persona
reconoce como descriptivos de si misma, y que simboliza como datos de
su identidad”. Engloba, integra y remite a todas las experiencias del sujeto
en cada momento de su existencia, de las cuales no es necesariamente
conciente, pero que sin embargo, lo hacen Ser lo que va siendo. Las
personas no poseen un sí mismo, son sí mismo en proceso experiencial
permanente, lo que implica que mientras viven perciben su propia
experiencia (la hacen suya), discriminándola de la de los otros. Su
funcionamiento es comparable a una gestalt o totalidad organizada de
percepciones consistentes, desde las cuales diferencia aquello que vive
para sí como características mísmicas, de aquello que emerge de las
relaciones con los demás como condiciones yoicas. Es importante aclarar
que nuestro trabajo relacional apunta a rescatar lo mísmico dado que es lo
esencial de cada ser humano. En síntesis: Si integramos los siete
conceptos enunciados, y podemos apuntar a un paulatino encuentro
“nosotros”, estando atentos a los que nos pasa con lo que pasa,
predispuestos a no juzgar, a centrarnos desde nuestra propia experiencia
en la experiencia del otro, se logrará la empatía buscada. Si además, y por
ello, estamos convencidos de que en las entrevistas o sesiones el deseo
del consultante es más importante que el nuestro, las intervenciones o
devoluciones que realicemos ante lo discursivo de nuestro consultante,
serán siempre un intento de acercamiento a lo que éste, y nosotros en
relación con él, estemos percibiendo como expresado en el intento de
búsqueda que estamos facilitando. Lo que hagamos, o digamos, si posee
esta base, será siempre una intención relativa, desde el lugar del no saber
más que lo que nos dice lo que se va diciendo juntos. Todo chequeo de
percepciones es muchas veces expresado como una afirmación de lo
percibido en forma de pregunta abierta, otras cobra la forma de un reflejo
en sus tres tipos, otras es una intervención desde un recurso imaginario o
corporal, otras es una respuesta de seguimiento empático. Sea como sea,
siempre tiene que estar a disposición del otro la posibilidad de no verlo de
la misma manera, de revisarlo o de proponer otra forma de mirarlo; de esto
se trata la no dirección. Chequear percepciones es acompañar el decurso
exploratorio, abriendo el camino para la libre expresión de la potencialidad
deseante del otro, y abrir el juego a una reflexión o un sentir lo que se
siente aquí, y desde allí revisar significativamente qué me pasa, quién soy,
qué quiero o deseo, de dónde proviene para mí lo que me pasa, y qué
puedo hacer con ello. En esta modalidad en tanto pretende coherencia
epistemológica entre todos sus conceptos, y en lo que implica la relación
terapeuta consultante, no entran en juego conceptos de resistencia y
transferencia, esto es, por un lado porque son ideas de otra línea que
responde a otra manera de encarar la escucha, y por otro porque de
pensar que ante una intervención del profesional el consultante se resiste
sería negar el eje no directivo que es esencial para nosotros. Para aquellos
que tienen una formación psicoanalítica puede parecer ingenua o poco
profesional pensar que no existe la transferencia y la resistencia, de hecho
muchas veces me lo han planteado así. Es curioso decir que mi persona
que viene de una formación inicial de índole freudiana, cuando escuchaba
y actuaba “desde Freud” se daban momentos transferenciales y de
resistencia a mis intervenciones, de hecho las observaba y las interpretaba.
Cuando internalicé mi trabajo “desde Rogers” dejé de observarlas y no
acontecieron para mí y no debí hacer nada con ello, sólo estar en la
relación, y ésta se va dando y ordenando casi siempre en el mejor camino
para los consultantes. De esto se trata para el ECP la terapia, de poder
relacionarse de un modo en donde la persona que consulta se sienta libre
de amenazas, y desde allí baje sus defensas y amplíe su auto percepción.
Se confía, y hay múltiples pruebas de investigación sistemática sobre ello,
que cuando esto acontece la persona resuelve sus problemas y enfrenta
su vida de mejor manera. Cuando decimos que hay investigaciones es
bueno aclarar que como para Rogers fue difícil instalarse en el mundo
académico científico estadounidense, en donde el conductismo y el
incipiente cognitivismo predominaba, tuvo que probar sus hipótesis con
muestreos, tests, cámaras gesell, filmaciones de sesiones (fue el primero
que las hizo en el mundo), a través de las cuales pudo probar que lo que
planteaba era tan “científico”, como las otras prácticas sostenían. Debemos
decir que esa meticulosa tarea no la hizo con mucho agrado, de hecho se
lo escuchado decir que cuando se lee lo que investigó, y más aún cuando
se leen sus textos, éstos no dan verdadera cuenta de su practica, en tanto
el lenguaje escrito es lineal y la experiencia vivida en las sesiones es
circular y recursiva. Es muy bueno por ello ver sus filmaciones dado que
en ellas si se puede “tocar” la esencia de su propuesta.

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