IPN, Materiales Reforma Número I

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 167

1 Blanca

2 Blanca
UN NUEVO MODELO EDUCATIVO
PARA EL IPN

DN: CN =
Direccion
Informatica, C
MATERIALES PARA LA REFORMA = MX, O =
IPN, OU = DI
Date:
1 2004.08.05
19:42:24 -
05'00'
DIRECTORIO

DR. JOSÉ ENRIQUE VILLA RIVERA


Director General

DR. EFRÉN PARADA ARIAS


Secretario General

DRA. YOLOXÓCHITL BUSTAMANTE DÍEZ


Secretaria Académica

DR. JORGE VERDEJA LÓPEZ


Secretario Técnico

ING. MANUEL QUINTERO QUINTERO


Secretario de Apoyo Académico

DR. ÓSCAR ESCÁRCEGA NAVARRETE


Secretario de Extensión y Difusión

CP. RAÚL SÁNCHEZ ÁNGELES


Secretario de Administración

DR. LUIS ZEDILLO PONCE DE LEÓN


Secretario Ejecutivo de la Comisión de Operación
y Fomento de Actividades Académicas

ING. JESÚS ORTIZ GUTIÉRREZ


Secretario Ejecutivo del Patronato
de Obras e Instalaciones

LIC. ARTURO SALCIDO BELTRÁN


Director de Publicaciones
UN NUEVO MODELO EDUCATIVO
PARA EL IPN

MATERIALES PARA LA REFORMA

1
Versión que incorpora observaciones y aportaciones realizadas
por los participantes en las reuniones que para tal efecto se orga-
nizaron con los directores de las Unidades Académicas, los jefes
de las Secciones de Posgrado e Investigación, y algunos subdirec-
tores de las Unidades Académicas, durante el periodo junio-sep-
tiembre de 2002. También incorpora las observaciones recibidas
6 de miembros de la comunidad y del Consejo General Consultivo
hasta junio de 2003. Dado el volumen de ideas creativas, y que se
trata de un documento en revisión en las Unidades Académicas, es
de esperarse que surjan nuevas aportaciones que puedan ser plas-
madas en versiones posteriores.

Materiales para la Reforma

Un nuevo Modelo Educativo para el IPN

Primera edición: 2004

D.R. © 2003 INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL


Dirección de Publicaciones
Tresguerras 27, 06040, México, DF

ISBN 970-36-0077-8 (Obra completa)


ISBN 970-36-0078-6 (Volumen 1)

Impreso en México/Printed in Mexico


ÍNDICE

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Primera parte
El entorno y los retos

El contexto mundial y nacional de la


educación superior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Contexto mundial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Contexto nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

Segunda parte
El Instituto Politécnico Nacional 7

Los retos de la educación superior de México . . . . . 39

El IPN hoy. Situación y problemática académica. . . 41


Oferta educativa y cobertura de la demanda . . . . 43
Los planes de estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Alumnos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
El personal académico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
La planeación y la evaluación académica. . . . . . . 54
La renovación del Modelo Educativo del IPN como
institución abierta al aprendizaje . . . . . . . . . . . . . 55

Diseñando la misión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56

Hacia una visión de futuro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58


El nuevo Modelo Educativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
Elementos del nuevo Modelo Educativo. . . . . . . . 71

El Modelo Académico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
La estructura organizacional . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
Los planes de estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98

Anexos

Anexo 1. De la asignación de créditos para las


actividades de aprendizaje y para los planes
y programas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137

Anexo 2. Reglas generales para la operación del


Modelo Académico del IPN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139

8 Anexo 3. Estrategia para la implantación del nuevo


modelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155

Referencias de los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161


PRESENTACIÓN

La transformación integral de las tareas encomendadas al


Instituto Politécnico Nacional, tiene una condición inelu-
dible: el reconocimiento pleno de su profundo compromiso
social, sus fortalezas históricas y su situación actual. Para
ello se requiere de una visión de largo aliento que pro-
mueva la renovación institucional para lograr mayores
niveles de calidad y pertinencia, de manera que responda,
desde una perspectiva anticipatoria, a las necesidades de su
comunidad y del país.

En esta tarea, la participación comprometida y respon-


sable de los politécnicos y una planeación adecuada son
indispensables. Los documentos que ahora se publican
son resultado del trabajo de numerosos miembros de la
comunidad que desde el año 2000, con sus ideas, pro- 9
puestas y trabajo, fueron delineando los planteamientos
centrales contenidos en los Modelos Educativo y de
Integración Social en un esfuerzo de planeación participativa.

Ambos modelos buscan identificar los caminos para


avanzar hacia mayores niveles de calidad y pertinencia;
son el eje conceptual de la transformación institucional y,
al mismo tiempo, se convierten en guías para conducir el
trabajo cotidiano de una comunidad cuyas tareas son la
formación, la investigación científica, la vinculación y la
extensión de la cultura científica y tecnológica. Una comunidad
caracterizada por su diversidad y complejidad, pero que
comparte ideales y propósitos: un mejor politécnico para
un mejor país.
El Modelo Educativo propone una nueva concepción
del proceso educativo promoviendo una formación
integral y de alta calidad, orientada hacia el estudiante y su
aprendizaje. Para lograr esto se requiere de programas
formativos flexibles que incorporen la posibilidad de
tránsito entre modalidades, programas, niveles y unidades
académicas, así como la diversificación de los espacios de
aprendizaje y la introducción de metodologías de enseñanza
que otorguen prioridad a la innovación, la capacidad
creativa y el uso intensivo de las tecnologías de información
y comunicación. Una formación que capacite a sus
egresados para el aprendizaje a lo largo de la vida y para
el ejercicio profesional exitoso en mercados de trabajo
nacional e internacional. Un Modelo Educativo con estas
características no se restringe a los procesos formativos,
sino que se amplía hacia las funciones sustantivas de
10 investigación, vinculación, extensión y difusión, enrique-
ciendo la relación con el entorno y aprendiendo de él.

Por su parte, el Modelo de Integración Social plantea


una forma de concebir la misión social del Instituto y su
relación con los distintos sectores de la sociedad como una
interacción bidireccional, corresponsable y mutuamente
enriquecedora, que busca la participación conjunta en la
identificación de requerimientos, demandas y soluciones, la
mejora de las funciones sustantivas y el reconocimiento del
esfuerzo institucional. El Modelo, retoma, redefine y
conjunta las funciones tradicionales de vinculación y
extensión con funciones y actividades como la cooperación
internacional y la internacionalización, propiciando formas
distintas de organización del trabajo al interior del IPN, y la
constitución de cuerpos colegiados que impulsen una relación
con el entorno más creativa y eficaz, a la vez que un trabajo
integrador de las funciones sustantivas y de las unidades
académicas.

Tanto el Modelo Educativo como el Modelo de


Integración Social marcan las directrices que conducirán
la actividad académica del IPN, misma que deberá
consolidar un espacio de desarrollo para la investigación y
el posgrado de calidad. A este propósito, al igual que a la
vinculación, la internacionalización y la cooperación, la
extensión y la difusión, se dedican títulos de esta serie.

Publicar estos documentos al inicio de una nueva


gestión institucional tiene un propósito claro: difundir las
propuestas, ampliar su análisis y discusión, así como su
capacidad orientadora de la acción institucional. Es
indispensable, en estas nuevas circunstancias, conservar la 11
razón de ser y la esencia del Instituto Politécnico Nacional,
y sobre esta base, potenciar las capacidades de las
unidades académicas y del propio Instituto, acrecentar la
destacada posición que hoy ocupa en muchos campos
disciplinarios, tanto en la formación de profesionales y
posgraduados como en la investigación, la vinculación y la
extensión, con el único fin de cumplir responsablemente
con la noble tarea que nos ha sido encomendada. A ello se
dedicarán los esfuerzos de la administración que tengo el
honor de encabezar.

Dr. José Enrique Villa Rivera


Director General
12 Blanca

12
Títulos de la serie Materiales para la Reforma . . . . . IN-
TRODUCCIÓN

El contenido de este documento se organiza en dos gran-


des partes: la primera se relaciona con el entorno del Insti-
tuto y la segunda se refiere a las condiciones internas. En
cuanto a la primera, relativa al entorno, se expone a modo
de inicio un resumen del contexto mundial en el cual se de-
sarrolla la educación superior; posteriormente, se aborda
el contexto nacional, con el propósito de identificar las prin-
cipales tendencias de cambio y los posibles impactos en la
educación superior; para concluir con los retos que en la ac-
tualidad enfrentan las instituciones de educación superior
de México. Es necesario destacar que en el entorno mun-
dial se considera que la capacidad tecnológica de un país, de
la cual dependerá su competitividad, se construye funda-
mentalmente mediante políticas y programas en materia 13
educativa y de ciencia y tecnología. Esto define el papel de-
terminante que ahora juegan las instituciones generadoras
y transmisoras de conocimiento.

La importancia concedida al conocimiento ha tenido


como consecuencia nuevas demandas y requerimientos a
las instituciones de educación superior, mismas que debe-
rán tener estructuras adecuadas que impulsen la creati-
vidad y la innovación, ser más efectivas en su impacto en
el desarrollo regional, atender nuevos tipos de estudiantes,
y flexibilizarse para permitir nuevas formas de generación y
aplicación del conocimiento. En síntesis, el panorama ac-
tual de las sociedades influye en las nuevas y variadas de-
mandas a la educación superior y se convierte en reto para
estas instituciones, que habrán de dar respuestas mediante
su quehacer fundamental: la docencia, la investigación y
la extensión.

La segunda parte del documento, que se refiere a las


condiciones internas del Instituto, comienza con una ver-
sión resumida del diagnóstico, ya que todo proceso de re-
forma se sustenta en el diseño de estrategias adecuadas en
las que se deberán considerar los avances y logros institu-
cionales para fortalecerlos, e identificar las insuficiencias
para superarlas. Por ello, tal diagnóstico está referido
específicamente, con la brevedad del caso, a la oferta edu-
cativa, los planes y programas de estudio, y los principales
actores institucionales: los estudiantes y académicos.

Posteriormente, se presentan la misión y visión insti-


tucionales, cuyo contenido fundamental deriva del Progra-
14 ma de Desarrollo Institucional 2001-2006, pero ampliadas
y revisadas como resultado de los varios talleres de planea-
ción estratégica llevados a cabo durante la segunda mitad
del año 2001 e inicio del 2002. También se ha enriquecido
la propuesta de misión y visión con las aportaciones he-
chas por la comunidad politécnica durante el proceso de “To-
ma de Opinión”, realizado en el marco de la actualización
de la Ley Orgánica, cuya amplia y variada participación per-
mitió recuperar algunos elementos relevantes respecto del
futuro deseable del Instituto y sus responsabilidades pri-
mordiales ante la nación.

El proceso de reforma que el Instituto Politécnico ha


iniciado, sin duda, deberá sustentarse en la tradición de su
pasado, con el propósito de hacerla plenamente vigente
para el futuro y diseñar los nuevos caminos por los que
transitará la comunidad politécnica; de tal modo que sea
posible lograr un IPN renovado, de mayor calidad y perti-
nencia, capaz de enfrentar un entorno cambiante y un por-
venir cada vez menos predecible. En síntesis, la Reforma
Académica del Instituto se apoya en sus tradiciones y en su
presente, pero también, asume una visión anticipatoria de
las necesidades que en el mañana le demandará su propio
desarrollo y la sociedad mexicana a la que se debe por tra-
dición y convicción.

La última parte del documento se refiere a una prime-


ra propuesta de Modelo Educativo, que habrá de convertir-
se, una vez analizada y modificada, en la guía para los pro-
gramas educativos del nivel medio superior, superior y
posgrado del Instituto. Las concepciones en las que se sus-
tente el Modelo Educativo deben ser acordes con los pro-
pósitos y fines, con la misión y los valores del Instituto, y 15
tener como horizonte para su desarrollo futuro la orienta-
ción de la visión institucional. Esta parte de la propuesta se
complementa con los anexos 1 y 2, concernientes a los cri-
terios para la asignación de créditos y a las reglas generales
para la operación del Modelo Educativo.

El nuevo modelo, como se podrá apreciar en el capítu-


lo correspondiente, reconoce la situación y características
del Instituto, pero también las de sus principales actores:
estudiantes y profesores. En este sentido, con respecto a
los estudiantes se propone, entre otras acciones relevantes,
fortalecer las herramientas para el aprendizaje mediante
el diseño de un área de formación institucional, enfocada al
desarrollo de competencias básicas que proporcionen un
mejor apoyo para el desenvolvimiento de sus estudios;
para el personal académico se plantea un programa de for-
mación docente basado en las estrategias de enseñanza
centradas en el aprendizaje, mismo que buscará modificar,
paulatinamente, los enfoques tradicionales y el trabajo co-
tidiano en el aula, renovar los procesos formativos e im-
pulsar la calidad y el compromiso social de la formación
politécnica.

Es importante reiterar que se trata de una propuesta


en construcción, resultado del trabajo de toda la comuni-
dad, que deberá perfeccionarse con el análisis y discusión
en las Unidades Académicas1 del Instituto Politécnico Na-
cional. Parte de este análisis ya ha sido realizado. Se han
llevado a cabo sesiones de trabajo con directivos de las Uni-
dades Académicas y se han recibido aportaciones de los
miembros del Consejo General Consultivo. Las principales
16 aportaciones y observaciones están integradas en la pro-
puesta de Modelo Educativo, que continuará enriquecién-
dose con las ideas creativas e innovadoras, y la experiencia,
siempre valiosa, de la comunidad politécnica.

Finalmente, es necesario subrayar que este documento


no contiene aún la estrategia detallada para su implemen-
tación; sin embargo, en el anexo 3 se puntualizan algunas
acciones necesarias para ello, señalándose que esta imple-
mentación deberá ser gradual, mediante su concreción ini-
cial en conjuntos de Unidades Académicas que cuenten
con una oferta de programas de estudio con temática simi-
lar. De igual manera, la estrategia para la puesta en marcha

1
Entendiéndose por Unidad Académica a cada escuela, centro o unidad interdis-
ciplinaria del IPN.
del modelo se deberá elaborar una vez que la comunidad
politécnica haya expresado íntegramente sus opiniones y
se cuente con una versión acabada del modelo.

Dentro de esa misma consideración, otro aspecto rele-


vante es el relativo a la diversidad de estrategias posibles.
Si bien el nuevo Modelo Educativo requerirá del diseño de
un plan general de acción, también en cada Unidad Acadé-
mica dicho plan asumirá tiempos y formas distintas, que
permitirán recuperar la riqueza de la experiencia, la diver-
sidad de las condiciones y características de cada una de és-
tas; ello para garantizar el éxito de la propuesta y delinear
una comunidad que aprende permanentemente, y cuyo
aprendizaje le permite mejorar de manera continua la cali-
dad de su docencia, investigación y extensión.

17
18 Blanca
PRIMERA PARTE

EL ENTORNO Y LOS RETOS


20 Blanca
20
EL CONTEXTO MUNDIAL Y NACIONAL DE LA
EDUCACIÓN SUPERIOR

Los últimos años del siglo XX señalan, anticipadamente,


muchos de los cambios que han empezado a operar en el
nuevo siglo. Las grandes modificaciones acaecidas en los
sistemas productivos, comerciales y financieros, las inno-
vaciones tecnológicas, los problemas nacionales (ahora
por razones étnicas y religiosas), la quiebra del mundo so-
cialista son, entre muchas otras circunstancias, nuevas rea-
lidades que muestran que el mundo ha cambiado. Tales
cambios se manifiestan con distinta intensidad en los dife-
rentes países. En algunos, las modificaciones se iniciaron
desde finales de los años ochenta, principalmente por lo
que corresponde a los países desarrollados; en otros, sólo
ahora se empiezan a advertir algunos de los efectos de di-
chas circunstancias. 21

Más allá de lo que corresponde a ese nuevo contexto


de orden económico y social, una característica parece es-
tar presente en los sistemas educativos: la lentitud con que
reaccionan ante las modificaciones del entorno. Ciertos
países desarrollados advirtieron con mayor celeridad la
disparidad que se estaba generando entre sistemas educa-
tivos y contextos, por lo que empezaron a enmendar la si-
tuación. En cambio, en los países latinoamericanos recién
se comienza a tener conciencia de dicha disparidad y a ge-
nerar respuestas, aunque, pareciera, sin la rapidez necesa-
ria para enfrentar o atenuar sus efectos.

Se ha expresado que: “los sistemas educativos, en el


mejor de los casos, responden en su diseño y operación a
un contexto que ya no existe… ya no son sistemas perti-
nentes” (Prawda, 2001). El dramatismo de la frase parece
asimilar todos los países en una misma situación. Ello no
es así. Como ya se afirmó, los países han tenido reacciones
distintas en tiempo y contenido para hacer frente a las si-
tuaciones derivadas de la disparidad. En tal sentido, la fra-
se poco ayuda a identificar la realidad; sin embargo, desde
el punto de vista pedagógico, resulta muy justa para adver-
tir los peligros que se ciernen sobre los sistemas educati-
vos si éstos no se adaptan los cambios habidos en el contexto
mundial y nacional, o si no asumen estrategias anticipa-
torias que les permitan incidir sobre el futuro. En seguida
se examina esto, con especial referencia a la educación su-
perior y los sistemas universitarios.

22 Contexto mundial

A partir de 1990 empezaron a identificarse algunos rasgos


que señalaban los grandes cambios por los cuales estaban
pasando las sociedades en todo el mundo. Tales rasgos fue-
ron afinándose de manera muy clara a lo largo de la déca-
da, convirtiéndose ahora en características que definen
el nuevo siglo (Neisbitt, 1991; Castells, 1996; Prawda, 2001).
La denominación común que se le ha dado a esos rasgos es
megatendencias, para significar las enormes transformacio-
nes que en los diversos órdenes de la vida social principian
a darse con diferente velocidad, ritmo y profundidad, en
los disímiles países. Entre tales megatendencias pueden con-
tarse las siguientes:
• Una sociedad informatizada que está reemplazando
a la antigua sociedad industrial.

• Tecnologías “inteligentes” que sustituyen a las co-


munes.

• Sociedades biológicamente “proactivas”, con actitud


anticipatoria, frente a otras esencialmente “reactivas”.

• Economías nacionales globalizadas, o en ese proce-


so, frente a economías nacionales.

• Sistemas democráticos cada vez más participativos


frente a los meramente representativos.

• En el desarrollo social, se transita de visiones estra-


tégicas a corto plazo a las de largo plazo. 23

• En la administración pública, cada vez se impulsan


más los sistemas de gestión descentralizados que
los centralizados. A ello se añade el llamado compo-
nente de “rendición de cuentas”, saber qué se ha
hecho y obtenido con los recursos financieros utili-
zados, así como un incremento en las demandas por
un quehacer público transparente.

• En las organizaciones comerciales, financieras e


industriales se transita de tradicionales jerarquías
verticales a redes organizativas donde preponderan
estructuras horizontales.
• En el tejido social básico, la mujer desempeña cada
vez más un papel protagónico.

• Existe una mayor preocupación por combatir los


efectos del deterioro ambiental y proteger los recur-
sos naturales.

En función de lo anterior: “nos encontramos en las


primeras fases de la formación de un nuevo tipo de socie-
dad mundial que será tan diferente de la actual como lo fue
la del mundo resultante de la revolución industrial de la
sociedad agraria que la precedió” (King y Schneider, cita-
dos por Prawda, 2001).

El conjunto de esas tendencias podría resumirse en


dos grandes características, que participan en varias de las
24 tendencias antes mencionadas: la llamada globalización y
la sociedad del conocimiento. El fenómeno de globalización
puede explicarse de la siguiente manera: la segmentación
internacional de procesos productivos orientados hacia
mercados externos lleva a que las operaciones se realicen
de manera simultánea en diferentes sistemas de produc-
ción, localizados en varios países, dividiendo las cadenas
productivas e internacionalizándolas. Ello quiere decir, sen-
cillamente, que “las economías en el mundo se enlazan,
complementan y se vuelven interdependientes a través de
una red de relaciones de mercado múltiples y constantes”
(Aguilar, 1999).

Los fenómenos de la globalización no se reducen a su


manifestación económica o financiera, en todo caso, como
ya se ha dicho, de ahí se originó y difundió el término. Sin
embargo, como fenómeno determinante tiene múltiples
expresiones en todos los órdenes de la vida social que aho-
ra son claramente perceptibles, entre otros: patrones cul-
turales y de consumo, influencia de los medios masivos
de comunicación, configuración de estructuras educativas
(nuevos modelos académicos, etc.), difusión de conocimien-
to e innovación. Todo lo anterior influye rápidamente en
cualquier parte del mundo.

Por lo que toca a la sociedad del conocimiento, se entien-


de el conjunto de aspectos provenientes del avance en las
ciencias de la información y su aplicación en los diferentes
campos de la vida económica, productiva y científica. Se
dice que la aparición de este fenómeno está marcada por
el hecho de que el conocimiento se convierte en el factor
económico principal dentro de una sociedad organizada.
Drucker (1993), al respecto dice que se trata del cambio de 25
una época basada en la producción industrial, a otra donde los
principales bienes tienen como origen el conocimiento y esto
está transformando la naturaleza de las sociedades en el mun-
do entero.

La globalización como fenómeno productivo se mani-


fiesta en cuatro órdenes diversos (Ferrer, 1999). El primero
es el comercio internacional: desde 1945 hasta el presente, el
comercio ha crecido más rápido que la producción; entre
la primera fecha y 1996 el producto mundial aumentó a
una tasa de 4%, mientras el comercio internacional lo hizo
a un ritmo de 6%. El segundo son las corporaciones transna-
cionales: actualmente existen 39 mil con 270 mil filiales
distribuidas en el mundo; las inversiones de todo ese con-
junto alcanzan casi tres billones de dólares, generando un
producto superior a los dos billones de dólares anuales. El
tercero lo forman las corrientes o flujos financieros, y es el
más dinámico de los cuatro órdenes, observado en el he-
cho de que después de la Segunda Guerra Mundial las ope-
raciones de este tipo han crecido tres o cuatro veces más
presurosas que las inversiones y la producción en el mun-
do. El cuarto orden es el marco regulatorio, éste indica que
las transacciones económicas y financieras se han ido libe-
ralizando desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Una medida de las anteriores características puede


advertirse en las tres economías más importantes del mun-
do, en donde el arancel promedio se redujo entre 1950 y
1990 en cuanto a importaciones de manufacturas, de 14%
a 4.8% en el caso de Estados Unidos; de 26% a 5.9% en el
de Alemania, y, de niveles más altos que los anteriores, al
26 5.3% en el caso de Japón. La reciente incorporación de
China a la Organización Mundial de Comercio supone un
efecto enorme en los cuatro órdenes mencionados y, por
su potencial, una modificación hasta ahora insospechada
respecto a los efectos que tendrá en el marco del fenóme-
no de globalización mundial.

Dentro de la globalización, y no obstante su manifesta-


ción más evidente en los países desarrollados, los gobiernos
nacionales continuarán jugando un papel preponderante
en cuanto al destino de cantidades crecientes de sus presu-
puestos a la formación de recursos humanos en todas sus
modalidades, considerando dichas cantidades con el carác-
ter de inversión social. Así, por ejemplo, en el Congreso de
Estados Unidos, a finales de 2001, se debatió en torno a la re-
forma de la educación y una de las posiciones relevantes,
contenidas en el informe preparado por los senadores
demócratas Kennedy y Miller, insiste en que una parte in-
dispensable de la reforma educativa sería una mayor inver-
sión en las escuelas (Fletcher, 2001).

Adicional a lo anterior, pero no independientemente


del gobierno, la industria y las empresas deberán aceptar
la responsabilidad para desarrollar y proveer oportunida-
des de aprendizaje a largo plazo, para sus empleados y tra-
bajadores. Al mismo tiempo, y dentro de esa conjunción
de actores, las instituciones de educación superior deberán
incrementar sus actividades de formación, capacitación y
reciclaje de profesionales y trabajadores en servicio dirigi-
das a apoyar a las empresas.

La sociedad del conocimiento (o economía basada en el


conocimiento) se trata de una tendencia en la cual los paí- 27
ses le han conferido al capital humano gran prioridad. De
acuerdo con ello, se reivindica el principio de que las ideas
son consideradas bienes que tienen un impacto en el creci-
miento económico mediante descubrimientos e innova-
ciones. En este tipo especial de sociedad, la educación y
el conocimiento sostienen una relación estrecha. La educa-
ción, de la cual el conocimiento es sólo una parte, está, a su
vez, ligada con otros fenómenos tales como el crecimien-
to económico, el empleo, el bienestar social. Mediante la
educación se accede al conocimiento y éste es un insumo
fundamental para el desarrollo económico y el empleo de
las naciones; o también, como se ha dicho: en la sociedad
del conocimiento la educación sería el centro y la escuela
su institución clave.
Con relación al fenómeno antes descrito, hay quien
afirma que el mayor cambio emergente en el mundo es la
aparición de un sistema de producción y distribución del
conocimiento (Gibbons, 2001). Esto trasladado al ámbito de
la educación superior, supone que el principal desafío que
enfrentan hoy las instituciones (de educación superior) es
que la producción y diseminación del conocimiento (in-
vestigación y docencia) ya no se da de manera exclusiva en
las instituciones educativas y que éstas no están aisladas ni
tienen el monopolio en dichas materias; junto a ellas exis-
te una amplia variedad de organizaciones productoras de
conocimiento, sin que sean necesariamente de educación
superior. Por ello, como lo indica el propio Gibbons, el prin-
cipal reto para quien pretenda ser usuario de estos bienes
es: ¿Cómo darse cuenta del conocimiento que ha sido pro-
ducido en cualquier parte del mundo, cómo obtenerlo y có-
28 mo usarlo efectivamente en un determinado contexto que
permita resolver los problemas sociales?

Como resultado de ese desafío, aplicado a países desa-


rrollados y no desarrollados, hoy por hoy se acepta como
principio básico que la capacidad tecnológica es, como re-
sultante de muchos factores asociados, la característica que
diferencia a las naciones (Brunner, 2001). De acuerdo con
ello, de la capacidad tecnológica depende el crecimiento
económico de un país; a su vez, éste se sustenta en la com-
petitividad internacional de su economía, y esta última se
construye, se busca y se convierte en el propósito de un de-
terminado sistema económico y social. Este sistema, para
avanzar, requiere incrementar la capacidad de innovar, de-
pendiendo dicha capacidad de las políticas públicas en ma-
teria de educación, ciencia y tecnología. Para que dichas
políticas puedan ser efectivas y consigan propósitos como
los antes mencionados, las instituciones de educación su-
perior tendrían que realizar ajustes y adecuaciones.

Contexto nacional

La década de los ochenta es el inicio de un cambio radical


en el desarrollo de los estados de América Latina, los cuales
enfrentan una nueva expansión del capitalismo mundial,
que impacta a todos los países, y en donde sólo algunos de
ellos responden de manera rápida a las recientes circuns-
tancias. Entre estas últimas se cuentan los novedosos pro-
cesos de apertura a los mercados exteriores, la entrada o
intensificación de la competencia internacional, mayor
participación de grupos y segmentos de la sociedad, y un
diferente papel menos protagónico por parte del Estado. Al 29
mismo tiempo, empiezan a crearse nuevos “polos de desa-
rrollo” que sustituyen a los que prevalecieron antaño en el
modelo de desarrollo hacia adentro, o producción sustitu-
tiva de importaciones.

Las tendencias mencionadas en el contexto mundial


comienzan a manifestarse también en América Latina, por
supuesto, no precisamente de manera similar ni en los mis-
mos tiempos, sin embargo, la sociedad como un todo in-
corpora algunos de esos rasgos o reciente sus efectos, los
positivos y los negativos.

Así, en lo que actualmente se denomina como globali-


zación, su naturaleza y alcances, pareciera haber una
coincidencia sobre los problemas que afronta cada
país frente esas circunstancias. En el caso de América
Latina una cuestión es ¿cómo resolver el dilema del de-
sarrollo nacional en un mundo global, sin que este
desarrollo quede atrapado en un sistema de relaciones
articulado en beneficio del propio mundo globaliza-
do, por los intereses y potencias dominantes? (Ferrer,
1999).

La globalización entraña un conjunto de relaciones


de las que ningún país escapa. No depende de la voluntad de
participar o no. Sus efectos, como se manifestó, se resien-
ten de manera positiva o negativa. Las advertencias que
sobre esto se hacen empiezan a multiplicarse. Por ello: “en
un mundo de competitividad cada vez mayor, los países
que no están en condiciones de lograr mejores resultados
comerciales, o de atraer un volumen adecuado de inversio-
30 nes privadas, corren el riesgo de quedar al margen” (Igle-
sias, 1999).

Los cuatro órdenes en los que se manifiesta la globali-


zación se dan igualmente en los países latinoamericanos,
pero más en la esfera de efectos sufridos que de beneficios
alcanzados. Sin embargo, la globalización es una realidad
en sí misma, que se impone sobre las circunstancias y las
voluntades; un país que la ignore corre el riesgo de ser
arrastrado en sus procesos económicos y productivos. Por
tanto, y dentro de una posición ortodoxa, como afirma Igle-
sias, el único remedio para un proceso de ese tipo radica
en “una economía ordenada, estable, con buenos balan-
ces macroeconómicos y con creciente competencia en los
mercados económicos internacionales”. En síntesis: resul-
ta indispensable para los países latinoamericanos gobernar
la globalización o poder acceder, buscándolo denodada-
mente, una globalización humanista. Para esos fines, la li-
bertad de maniobra con que cuenta cada país es parte
esencial de cómo se inserta cada uno de ellos dentro del
mundo global (Ferrer, 1999).

Al trasladar los anteriores aspectos de la globalización


al fenómeno de la sociedad del conocimiento en América
Latina, puede decirse que todos los actores productivos
de bienes y servicios están bajo competencia internacio-
nal (Rama, 1993), y eso no excluye a las instituciones de
educación superior o demás agencias productoras de cono-
cimientos. En economías que se han abierto, que han cam-
biado radicalmente, “no hay más mercado cautivo ni para
el industrial, ni para la enseñanza técnica ineficiente, ni
para la universidad de conocimiento obsoleto”. El gran reto
para las instituciones de educación superior se refiere a que 31
tienen que dar respuesta a las nuevas exigencias prove-
nientes de la sociedad del conocimiento y traducirlas a
programas de docencia e investigación. Todo ello con nor-
mas de calidad y significación de carácter social. Como
también lo expresa Rama (1993), a propósito de la universi-
dad latinoamericana: “si los técnicos que ella forma son
inadecuados a los conocimientos que reclama la nueva tec-
nología, las empresas actuarán con asistencia externa o
capacitando a los técnicos en el exterior”.

Las ventajas comparativas que antaño se tuvieron en


la región, especialmente la de bajos salarios, han perdido
espacio y nuevos enfoques son los que deben utilizarse:
“las empresas necesitan ahora de la nueva formación de
base y de capacitación permanente de los recursos huma-
nos… ahora forzadamente hay que manejar la tecnología
más moderna con el personal más capacitado” (Rama, 1993).

En México el proceso de globalización principia a dar-


se en el momento en que se inicia la apertura de la econo-
mía. Esto sucede a partir de la incorporación de México al
Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
(GATT) en 1986; se continúa con la llamada apertura uni-
lateral de las fronteras en 1989, y se consolida con la ne-
gociación y aprobación de los tratados de libre comercio
desde 1994. Con esto el país cerraba su ciclo histórico del
modelo de sustitución de importaciones con todo lo que
ello significaba, y se adentraba para bien y mal en los mar-
cos de una economía global. Se tuvieron que pagar precios
muy altos, toda vez que, como se ha mostrado (Córdoba,
1999), parte principal de todo ese proceso se dio simultá-
32 neamente con los de ajuste de la economía: eliminación de
subsidios a la industria, venta de empresas paraestatales,
reducción radical arancelaria, cierre de miles de empresas
que no resistieron la apertura indiscriminada del mercado,
entre otros aspectos. Pero, con todo, pareciera que se im-
pone el realismo en esta materia: “la globalización en Mé-
xico ya no es un problema a debate, sino cómo se va a llevar
a cabo” (Córdoba, 1999).

Según lo anterior, se trataría de pugnar por un tipo de


globalización que, dentro del margen de maniobra con que
cuente el país, pudiera ser positiva si se orientase hacia
tres objetivos estratégicos: a) recuperar el crecimiento eco-
nómico sostenido con estabilidad y mejorar la posición
financiera interna y externa; b) consolidar los procesos de-
mocráticos recientes y avanzar hacia una convivencia so-
cial y política de mayor calidad; c) asumir la globalización,
fortaleciendo la unidad nacional, el peso económico políti-
co y cultural del país, y asegurando una participación más
activa en las decisiones políticas nacionales (Solana, 2000).
A final de cuentas, se trata de que México alcance el carác-
ter de una sociedad desarrollada, y esto sólo se logra cuan-
do la mayor parte de las personas adultas que la integran
son sanas, productivas, informadas, libres, respetuosas de
los derechos, creencias y opiniones de los demás, y han
adquirido la capacidad de disfrutar, convivir y aprender a
lo largo de la vida. Es decir, cuando tienen una vida de ca-
lidad. De acuerdo con ello, “lo único que da sentido a la idea
de desarrollo es el mejoramiento permanente de la calidad
de vida de las personas” (Solana, 2000).

Los fenómenos de globalización y las llamadas mega-


tendencias asumen perfiles particulares en cada sociedad. Se 33
manifiestan con distinta intensidad y, en algunos casos, es
posible que los rasgos de algunas de ellas queden práctica-
mente sin expresión. En el caso de México, tales tendencias
se agregan a la realidad nacional y se pronuncian como un
conjunto de influencias recíprocas. Reconociendo que di-
chas megatendencias tienen una cierta expresión en el país,
hay otras realidades que deben identificarse toda vez que
ejercen también una influencia en la configuración de las
instituciones de educación superior. En México pueden
observarse claramente fenómenos como: la migración ma-
siva de la población hacia economías más desarrolladas, el
crecimiento en las expectativas de vida de la población, y
el agotamiento de los recursos naturales y el deterioro del
medio ambiente, entre otros.
Por lo que se refiere la sociedad del conocimiento se
da una manifestación similar a las llamadas megatenden-
cias. Hay regiones del país, sectores económicos y ramas
de la producción en donde pareciera que los fenómenos
pertenecientes a ellas han cobrado carta de naturalización.
Sin embargo, también existen realidades dentro de las cua-
les tales fenómenos no se han manifestado. Podría decirse
que coexisten dos sociedades. Innumerables actividades
económicas aún se nutren de fuerza de trabajo con poca
escolaridad, escasa calificación y bajos salarios. Esto se con-
vierte en un obstáculo para el impulso a los procesos de-
mocráticos, el mejoramiento de las condiciones de vida
de la población, y la competitividad de las empresas que
aspiran a posicionarse dentro del mundo globalizado. Ce-
rrar la brecha entre estos extremos es un desafío enorme
para el país.
34
Como parte del contexto anterior, podría afirmarse
que cualquier política educativa actual —que presupone
una economía nacional dentro del mundo globalizado—
debe estar dirigida a objetivos de políticas económicas y so-
ciales. Las primeras están vinculadas con la competitivi-
dad, la adopción de tecnologías modernas, la adquisición
de conocimientos. Los objetivos sociales, a su vez, están
dirigidos primordialmente a abatir la pobreza y a ampliar
las oportunidades, lo cual incluye el incremento de los ni-
veles de vida de la población, su participación política y las
tareas de cuidado del medio ambiente. La educación su-
perior debe formar en la globalización para construir una
sociedad y una economía abiertas que aseguren un desa-
rrollo equitativo y sostenible; es decir, formar para la so-
ciedad que se quiere, no para la que se tiene, considerando
que “la acumulación de capital humano es hoy el principal
motivo de crecimiento económico y requisito indispensa-
ble para su mejor distribución” (Beristáin, 1994).

Para las instituciones de educación superior del país,


como es el caso del IPN, el reto mayor es contar con un
Modelo Educativo adecuado al entorno nacional y mun-
dial, que proporcione las respuestas que el país le deman-
da, manteniendo vigentes sus convicciones, de tal forma
que cualquier cambio no se constituya en un motivo para
perder o menoscabar sus raíces ni su elevado compromiso
con la sociedad.

35
36 Blanca
SEGUNDA PARTE

EL INSTITUTO POLITÉCNICO
NACIONAL
38 Blanca
38
LOS RETOS DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
DE MÉXICO

Frente a los fenómenos de la globalización y la sociedad


del conocimiento, la tarea de las casas de estudio del nivel
superior debe ser la de actuar con calidad y pertinencia en
todos sus procesos, en particular los referentes a la forma-
ción de capital humano. Como se ha expresado: “la calidad
de la enseñaza superior consiste esencialmente en que los
egresados de las universidades tengan una formación tal que
los lleve a contribuir realmente a satisfacer las variadas y pro-
fundas necesidades de la sociedad, pero sobre todo, tener la
capacidad de transformar las enormes desigualdades que en-
frenta nuestro país. Lograr esto permanentemente (efica-
cia) y hacerlo con un uso óptimo de los escasos recursos
(eficiencia) es el gran reto que el siglo XXI nos presenta”
(Martínez, 2000). 39

Proceder de esa manera, ante el contexto nacional,


presupone asimismo dos características que condicionan
severamente el actuar de las instituciones de educación su-
perior. Por un lado, reconocer la disparidad o el alejamiento
que en muchas áreas del quehacer de la educación supe-
rior se tiene respecto al medio social y sus necesidades. Por
el otro, recordar en todos los procesos de cambio y de inno-
vación, que el medio social tiene singularidades insoslaya-
bles como los fenómenos de pobreza y de inequitativa dis-
tribución del ingreso entre la población, los cuales deberán
reflejarse en las formas en las que cada institución presta
sus servicios educativos, y en las alternativas que brinda a
los estudiantes y a la sociedad.
Al respecto, la Asociación Nacional de Universidades
e Instituciones de Educación Superior (ANUIES, 2000), en
su documento “La educación superior en el siglo XXI”, se-
ñala que en las condiciones actuales, tanto del sistema de
educación superior como de las instituciones educativas
en general, difícilmente podrán responder a los desafíos
que les presenta el entorno, si no se transforman con pro-
fundidad, dejando de ser sistemas cerrados y conservado-
res para convertirse en sistemas abiertos, de gran calidad,
innovadores, flexibles y dinámicos, que respondan, a su
vez, a las nuevas formas de organización y trabajo, y a los
cambios en el entorno científico, tecnológico y social.

En consecuencia, el reto es mejorar sustancialmente


la calidad de la educación superior, considerando la cober-
tura, pertinencia, eficiencia y equidad, como características
40 deseables que permitan conformar un verdadero sistema.
Al mismo tiempo, se deberá atender la creciente y más di-
versificada demanda, constituida por el incremento de la
población en el grupo de edad de 20 a 24 años y por la in-
corporación de nuevos demandantes de servicios educativos:
profesionales de todas las edades que requieren recalificar
y actualizar sus conocimientos.

Por su parte, el Programa Nacional de Educación 2001-


2006 (SEP, 2001), señala que aun cuando se ha avanzado, la
educación media superior y superior todavía no alcanzan
la fortaleza requerida para garantizar la calidad, pertinen-
cia, cobertura y equidad. Además, se indica que es todavía
un reto superar la rigidez de las estructuras académicas, la ele-
vada escolarización de los programas educativos y las modali-
dades centradas en la enseñanza que limitan las posibilidades
de continuación de los estudios. Finalmente, en cuanto a la
pertinencia, se destaca el desafío de mejorar la articula-
ción entre la formación profesional y los sectores producti-
vo y social.

Las instituciones de educación superior de México y


el Instituto Politécnico Nacional como actor relevante, tie-
nen ante sí tres grandes retos: a) dar respuesta a los reque-
rimientos derivados de la sociedad del conocimiento y del
mundo cada vez más interrelacionado y exigente; b) con-
tribuir a la satisfacción de demandas educativas derivadas
de las profundas desigualdades sociales del país; c) sin que
ello implique una prelación, el desafío de mejorar cada vez
más el propio desempeño institucional en la prestación de
todos sus servicios. Tales retos deben asumirse como un
quehacer fundamental del Instituto, pero renovado: progra-
mas de generación, transmisión y difusión del conocimien- 41
to de alta calidad, con pertinencia, innovadores y flexibles.

EL IPN HOY
SITUACIÓN Y PROBLEMÁTICA ACADÉMICA

El IPN nace en un medio social con notorios desequili-


brios. Como lo expresa Luis González y González: en 1934
México era un país injusto y en la inopia con un 15% de
clase media, una muchedumbre, 84%, de menesterosos y
un puñado de ricos (Sánchez, 2000). De ahí que, el gene-
ral Lázaro Cárdenas en su mensaje de año nuevo de 1936
manifestó, el “IPN brindará a la juventud la facilidad de
prepararse para nuevas actividades profesionales que con-
tribuyan al desarrollo y aprovechamiento de los varios re-
cursos naturales del país” (Sánchez, 2000). En consecuen-
cia, la nueva institución surge con un muy claro sentido
social: “se puso en marcha un sistema de becas que libera-
ra a sus alumnos en la etapa escolar del trabajo asalaria-
do... los becados serían obreros o campesinos organizados,
maestros rurales, soldados o hijos de estos elementos”
(Marcué Pardiñas citado por Sánchez, 2000). Buena parte
de la matrícula de la naciente institución ofrecía oportuni-
dades para quienes nunca la habían tenido.

El ideal de Cárdenas, de brindar oportunidades, toma-


ba cuerpo plenamente con el IPN. Durante el régimen
cardenista, la SEP expidió un acuerdo (1938) en el que se
señalaba la orientación de la educación del IPN: “preparar
a los estudiantes para contribuir al bienestar y progreso de
la comunidad mexicana... desde la escuela el educando de-
42 berá interesarse por la vida del país, por sus necesidades,
por la manera de satisfacerlas y por los problemas de la so-
ciedad” (León, 2002).

Todo este legado es el que no debe perderse en el plan-


teamiento de los procesos de cambio de la institución. De
tal modo que, para el diseño de estrategias que permitan
mejoras sustanciales en la vida institucional, esto es, en el
proceso de Reforma Académica del IPN, se deben tomar en
cuenta las condiciones del entorno nacional e internacio-
nal ya señaladas; pero también, la historia y las condicio-
nes en las que actualmente opera, de manera especial en
los servicios educativos, a fin de identificar los logros para
preservarlos y acrecentarlos, y las insuficiencias para su-
perarlas. En esta sección se presentan algunos resultados
relevantes del diagnóstico del Instituto, para identificar
aspectos clave para impulsar el mejoramiento y desarrollo
institucional.

Oferta educativa y cobertura


de la demanda

El Instituto Politécnico Nacional ofrece educación me-


dia superior, superior y posgrado; realiza investiga-
ción, difusión y extensión de la cultura en 16 Centros
de Estudios Científicos y Tecnológicos; 24 Escuelas y
Unidades; 18 Centros de Investigación, ubicados en la
ciudad de México y 19 entidades federativas, así como
13 Centros de Educación Continua y a Distancia dis-
tribuidos, a su vez, en ocho estados y en la ciudad de
México. Cuenta con un total de 32 carreras del nivel
medio superior, 59 programas de licenciatura, 29 es- 43
pecializaciones, 53 maestrías y 22 doctorados. La ofer-
ta institucional está centrada en la zona metropolitana
de la ciudad de México.

En el periodo 1994-2000, la matricula total creció en


42%: el 35% en el nivel medio superior, 44% en el superior
y 140% en posgrado. Este crecimiento, prácticamente, se
dio sobre la base de los programas existentes y multipli-
có las necesidades de espacios educativos, equipamiento,
profesorado y servicios a las que sólo fue posible dar sa-
tisfacción de manera parcial. No obstante el incremento
sustancial de la matrícula, la participación del IPN en el to-
tal nacional ha disminuido. En 1971, el Instituto atendía al
12% de la matrícula nacional de educación media superior,
mientras que en el 2001 atiende únicamente al 2%. Esto ha
sido el resultado de las políticas federales en materia de
expansión y desconcentración del sistema educativo na-
cional y, muestra quizá, que el papel de rectoría de la edu-
cación tecnológica pública que la sociedad le ha conferido
al Instituto debe ser asumido ahora desde un punto de vis-
ta más cualitativo que cuantitativo.

En el proceso de admisión al ciclo escolar 2001-2002,


el Instituto atendió al 7.4% de los demandantes, en el Con-
curso de Ingreso a la Educación Media Superior de la Zona
Metropolitana de la ciudad de México, y al 42% de los par-
ticipantes en el Concurso de Ingreso al Instituto en educa-
ción superior. La capacidad real de atención ha sido inferior
a la demanda, entre otros motivos por los problemas de ri-
gidez en la organización, el financiamiento insuficiente que
no ha permitido eliminar los rezagos que aún persisten
44 en infraestructura y equipamiento, número y formación de
profesores, y servicios a estudiantes. Por tal motivo, enfren-
tar el reto de la calidad y equidad pasa necesariamente por
la readecuación del financiamiento gubernamental y la
consecución de recursos propios, así como por una revisión
y transformación de su estructura organizativa y su funcio-
namiento.

La matrícula total, de 174,623 alumnos en el ciclo 2001-


2002, se encuentra profundamente concentrada en los ni-
veles medio superior y superior, mientras que el posgrado
representa proporciones inferiores a lo observado en insti-
tuciones educativas de menor tamaño, prestigio y nivel de
consolidación.
Posgrado
3.8%
Media Superior
38%

Superior
58.2%

Distribución de la matrícula por nivel


Fuente: Correa Jasso, Miguel Ángel; Informe Anual de Actividades, 2001.

La distribución de la matrícula por rama del conoci-


miento (ingeniería y ciencias físico matemáticas, ciencias
médico biológicas y ciencias sociales y administrativas),
muestra con claridad la orientación tecnológica del Institu-
to al concentrar 59% en las ingenierías y ciencias físico 45
matemáticas. Esta orientación sigue constituyéndose en for-
taleza y área de oportunidad para el mejoramiento institu-
cional y la relación con el entorno.

CMB
14%

59%
ICFM

CSA
27%

Distribución de la matrícula por rama de conocimiento


Fuente: Estadística Básica del IPN. Inicio del ciclo 2000-2001. IPN, 2001.
En lo que respecta a los programas de educación con-
tinua, en el ciclo 2001-2002 se contó con 123, 912 participan-
tes en las actividades presenciales y a distancia.

Los planes de estudio

La oferta educativa del Instituto revela problemas que son


necesarios atender. En cuanto a la educación media supe-
rior, la oportunidad de la formación bivalente, si bien alta-
mente formativa y valiosa, es apenas aprovechada por los
egresados porque casi la totalidad de ellos continúan estu-
dios del nivel superior; además, 51 de cada 100 estudiantes
interrumpen su formación en el trayecto, situación que
frustra aspiraciones personales y ejerce una presión im-
portante sobre los recursos y la eficacia y eficiencia de los
46 esfuerzos institucionales. Si a esto se le agrega que la efi-
ciencia terminal es agudamente desigual en las distintas
escuelas y programas académicos, y que de 174,6232 alum-
nos sólo se cuenta con 136,445 inscritos, dado que el resto
se encuentra en proceso de regularización, y la norma-
tividad institucional impide que se reinscriban, parecería
evidente que es forzosa una revisión integral del quehacer
académico a fin de establecer estrategias adecuadas para
mejorar el desempeño y propiciar la culminación exitosa
de los estudios.

Este último aspecto, la culminación exitosa de los es-


tudios, es también parte relevante de lo que significa la equi-

2
Inicio del ciclo académico 2001-2002.
dad, misma que, en el Instituto, no se concibe únicamente
como igualdad de condiciones para competir por el ingre-
so, sino que se amplía a las oportunidades para concluir con
el proceso formativo. Para ello, el Instituto ha establecido
uno de los programas de becas más amplios del sistema
educativo. Sin embargo, se requieren acciones adicionales
para identificar a estudiantes en riesgo potencial de repro-
bación o deserción, y establecer estrategias de seguimiento
y apoyo al aprendizaje, con la finalidad de mejorar las posi-
bilidades de lograr desempeños escolares adecuados.

Los programas educativos que ofrece el Instituto son


intensos y extensos, con casi nula integración horizontal y
vertical, es decir, entre niveles y modalidades formativas.
Ello tiene como consecuencia una amplia dispersión del
esfuerzo institucional, limitando las posibilidades de apro-
vechar armónicamente las experiencias de investigación y 47
vinculación, así como la oferta en educación continua, el
campus virtual y otros servicios institucionales, para favo-
recer una formación que incorpore experiencias diversas
de aprendizaje, atención individualizada a estudiantes con
necesidades formativas y aptitudes distintas. Esta estructu-
ra está compuesta de canales en una sola vía, con escasas
salidas laterales y poca comunicación entre las Unidades
Académicas, como se observa a continuación.3

3
Las siglas corresponden a las ramas que atiende el Instituto. ICFM: ingeniería y
ciencias físico matemáticas; CMB: ciencias médico biológicas; CSA: ciencias sociales
y administrativas.
POSGRADO

Nivel superior Nivel superior Nivel superior


ICFM CMB CSA

Medio superior Medio superior Medio superior


ICFM CMB CSA

Estructura académica del Instituto Politécnico Nacional

En el nivel medio el IPN tiene un bachillerato dividido


por áreas del conocimiento que obliga a los estudiantes a
decidir su vocación y preferencia profesionales a tempra-
na edad. Tal decisión es muy difícil de adoptar por el alum-
no, por lo que en otras instituciones y sistemas se ha re-
suelto proporcionar una formación básica general, válida
48
para cualquier trayectoria escolar posterior, en el caso del
bachillerato propedéutico, y una formación básica general
con una preparación técnica especializada, en el bachille-
rato bivalente. En consecuencia, también pareciera nece-
sario revisar y actualizar la oferta del nivel medio superior
para conformar un bachillerato que, al menos, en la forma-
ción propedéutica no limite las posibilidades del estudian-
te con relación a la trayectoria escolar posterior.

Si bien ha habido un importante esfuerzo en materia


de actualización de contenidos de los planes de estudio, y de
atención a nuevas demandas formativas, en el ciclo 2001-
2002 no se ofreció ningún programa nuevo en el nivel de
licenciatura, creándose cinco nuevos de posgrado (dos maes-
trías, dos doctorados y una especialidad).
El 41% del total de los programas de la oferta del Insti-
tuto han sido acreditados, lo cual es garantía pública
de su calidad. Sin embargo, en cinco años la deserción
aumentó en 6 puntos, pasando de 18 a 24% entre 1994
y 2001.

Respecto a la eficiencia terminal, la reprobación y la de-


serción, es preciso considerar que tales indicadores revelan
un comportamiento muy desigual en las distintas Unida-
des Académicas, que refleja algunas insuficiencias en la
instrumentación de las políticas académicas, mismas que
debieran ser directrices institucionales para la atención al
estudiante. Pero, igualmente, revela que se trata de proble-
mas complejos cuyas causas no se encuentran de modo ex-
clusivo en la institución, ni se resuelven en su totalidad
con los cambios en dichas políticas. Los tres indicadores se
relacionan también, por supuesto, con la situación y carac-
49
terísticas de los estudiantes, sus propias metas educativas,
sus necesidades económicas, familiares y sociales, su moti-
vación y estímulo externos, entre otros. No obstante, es im-
prescindible adecuar los procesos formativos y ubicarlos en
ambientes de aprendizaje más allá del aula, de tal modo que
sea posible fomentar la creatividad y la capacidad innovadora
en los jóvenes. Para ello, el servicio social se convierte en una
experiencia adecuada pues provee al estudiante la oportu-
nidad de aprender en contacto directo con la realidad so-
cial del país.

En la educación media superior y superior que atiende


el IPN, los planes de estudio son, en su gran mayoría, rígi-
dos y orientados por un enfoque profundamente especia-
lizado, además de enmarcarse en una pedagogía centrada
esencialmente en la enseñanza, lo cual inhibe la innova-
ción y el diseño de estrategias de aprendizaje, la colaboración
intra e interinstitucional y la incorporación de experien-
cias de aprendizaje en entornos y modalidades diversas. En
esas circunstancias, los currícula están organizados de tal
manera que no facilitan la movilidad entre programas y mo-
dalidades, y tampoco favorecen que los materiales didác-
ticos utilizados estén en concordancia con la innovación de
la tecnología educativa y con las nuevas necesidades de los
estudiantes.

En el ciclo 2001-2002, el Instituto contaba con seis ca-


rreras en el nivel medio superior y 26 en el nivel superior
que han sido acreditadas por diversos organismos especia-
lizados, así como 24 programas de posgrado reconocidos
en el Padrón Nacional de Posgrado del CONACyT. Tales da-
tos ubican al IPN como la institución de mayor número de
50 programas cuya calidad ha sido reconocida en el país. Ésta
es una fortaleza institucional que es necesario preservar y
acrecentar. Por ello, será necesario establecer los progra-
mas y líneas de acción que garanticen la constante actuali-
zación y fortalecimiento de los programas acreditados, y
lograr la acreditación de los que aún no cuentan con ella.
La mejora permanente de la calidad es una estrategia que
demandará crecientes esfuerzos y recursos institucionales,
aparte del análisis y superación de las formas de trabajo y
organización. Además, ocho de los laboratorios están acre-
ditados (cinco de prueba y tres de calibración), lo cual per-
mite a los estudiantes realizar sus prácticas en laboratorios
similares a los que se utilizan en el ámbito laboral, una evi-
dente ventaja con relación a otras instituciones de educa-
ción superior, pero, sin duda, hace falta que esas condiciones
sean accesibles a mayor número de estudiantes.
Alumnos

El Instituto tiene alta demanda en el examen de ingreso de


aspirantes para las diferentes opciones del nivel medio su-
perior y superior, ello conlleva a que muchos solicitantes
no sean aceptados y que sólo ingresen los mejores. En el
concurso de ingreso que realizó la Comisión Metropolitana de
Instituciones Públicas de Educación Media Superior, en el ciclo
2001-2002, el 18% de los 245,823 solicitantes eligieron como
primera opción de ingreso al IPN, lo que confirma la alta de-
manda que tiene el Instituto. En este proceso, el puntaje más
alto de los aspirantes a ingresar al Instituto correspondió a
quienes lograron un promedio de 84 aciertos, superior en
21 puntos a los 63 aciertos del promedio global de todos los
aspirantes a las instituciones metropolitanas. Esto podría
confirmar la buena percepción que sectores de la sociedad
mexicana tienen del Instituto Politécnico Nacional, lo que 51
le confiere gran responsabilidad.

Los 21,850 lugares disponibles para primer ingreso al


nivel superior en el IPN, en el ciclo mencionado, enfrenta-
ron una demanda de 51,786 aspirantes, por lo cual sólo se
pudo atender el 42% de ellos, lo que revela la urgencia de
ampliar las posibilidades de respuesta a las aspiraciones y
necesidades de educación superior.

Aunque el número de alumnos inscritos en el nivel


del posgrado se ha incrementado en 15% con relación al
ciclo anterior, para el ciclo 2001-2002 se tenía sólo el 3.8% de
la matrícula en este nivel, conformado por 20 programas
de especialidad, 53 programas de maestría y 22 de docto-
rado que atienden en promedio 51 alumnos por programa,
cifra muy baja en relación con las apremiantes y crecientes
carencias de formación que tienen la Institución y el país.

En cuanto al origen social, una importante proporción


de estudiantes del IPN procede de familias de escasos re-
cursos económicos y de bajos niveles de escolaridad. El
75% de las familias de los estudiantes del IPN cuentan con
ingresos menores a cuatro salarios mínimos. El programa
de becas del Instituto es uno de los más importantes del
país, beneficiando al 13% de sus estudiantes inscritos, ya
que en el ciclo 2001-2002 fueron financiadas 15,508 becas,
asignándose 1,515 becas adicionales en el marco del Pro-
grama Nacional de Becas y Financiamiento de la SEP.

No obstante la importancia de los programas de becas


antes mencionados, habría que tener presente que estos
52 esfuerzos todavía resultan insuficientes para mejorar las
condiciones que intervienen en la permanencia y el trán-
sito escolar de los estudiantes. Será importante ampliar en-
tonces el programa de becas, pero también complementarlo
con acciones que permitan atender necesidades formati-
vas y ritmos de aprendizaje distintos de una población es-
tudiantil heterogénea. Una debilidad de la organización de
los programas educativos en la actualidad, es, precisamente,
concebir a los estudiantes como un grupo homogéneo.

En el ciclo 2001-2002, de los 174,623 alumnos matricu-


lados, se afiliaron 20,601 a los Centros de Apoyo a Estudian-
tes, circunstancia que denota la necesidad de ampliar la
atención y fortalecer la calidad de los mismos, ya que el
mejoramiento del desempeño académico de los alumnos
depende de manera relevante de los servicios integrales de
apoyo a las actividades escolares. Pero, además de esas
tareas, parece obligatorio, en la perspectiva de un nuevo
Modelo Educativo, incorporar al trabajo institucional per-
manente formas de atención individualizada, mediante
asesorías y tutorías sistemáticas e integradas a los procesos
formativos, que acompañen a los alumnos en toda su for-
mación profesional.

El personal académico

Al presente el Instituto tiene 14,615 profesores con una


edad promedio de 52 años. Del total de docentes, 50% es de
tiempo completo, y 22% cuenta con estudios de maestría
y/o doctorado. Durante el año 2001, 241 profesores recibie-
ron becas para cursar estudios de posgrado.
53
En el IPN, 2,459 académicos realizan actividades de
investigación y 13,886 participaron en el 2001 en activida-
des de actualización docente. Además, se cuenta con una
de las plantas más importantes de investigadores en el
país, 320 miembros del Sistema Nacional de Investigadores
(SNI). Adicionalmente, será prioritario fortalecer la inves-
tigación como parte del proceso formativo de los estudian-
tes, que en la actualidad parece desvinculado, perdiendo
oportunidades valiosas de construcción del aprendizaje por
vías distintas a la asignatura tradicional, como pudieran
ser las actividades relacionadas con la investigación, la ex-
tensión, la vinculación y la cooperación.

La práctica docente de la planta académica del IPN


es, en lo general, tradicional y centrada en la enseñanza. El
Instituto tiene el reto de construir una nueva cultura del
trabajo académico que dinamice la docencia y su relación
con la investigación y la extensión sobre la base de profeso-
res con la formación idónea para el nivel que atienden, te-
niendo como fundamento un nuevo Modelo Educativo.

La planeación y la evaluación académica

El Instituto cuenta con procesos de planeación y evalua-


ción que se realizan anualmente como un esfuerzo inter-
no, mismos que tienen apoyos y complementos externos,
lo que ha permitido la acreditación de casi la mitad de sus
programas académicos. No obstante, los resultados de los
procesos de evaluación y acreditación todavía se utilizan
de manera insuficiente en la toma de decisiones y en los
54 procesos de planeación institucional.

Sobre la evaluación, es preciso subrayar que los es-


fuerzos efectuados en los procesos de selección de aspiran-
tes, así como en los exámenes departamentales, no forman
parte, en lo general, de estrategias de mejora integral de
los procesos educativos. Derivado de lo anterior, sería im-
portante establecer o mejorar el sistema de evaluación y
acreditación, de flujo y disponibilidad de la información,
tanto del interior como del entorno, de tal forma que sea
posible identificar, de manera permanente, el grado de ca-
lidad de los programas académicos como una condición
fundamental para: 1) incrementar la calidad, 2) dar mejo-
res respuestas a las demandas sociales, 3) crear una comu-
nidad de aprendizaje, 4) facilitar la cooperación nacional e
internacional, 5) la movilidad de estudiantes y académicos.
La renovación del Modelo Educativo
del IPN como institución abierta
al aprendizaje

El reto del Instituto, respecto a la formación profesional, es


reformar su Modelo Educativo. Este modelo deberá abar-
car una visión institucional integral que aproveche, a par-
tir de la vasta experiencia de su personal académico y de
apoyo, los esfuerzos institucionales desarrollados en las
Unidades Académicas y en las dependencias centrales, in-
corporando, de manera generalizada, enfoques centrados
en el aprendizaje, con una correcta adaptación de los siste-
mas formativos, basados en la introducción de metodolo-
gías de enseñanza que otorguen prioridad a la innovación,
a la creatividad y al uso intensivo de las tecnologías de in-
formación y comunicación.
55
Acorde con algunas recomendaciones de organismos
internacionales como la Organización de las Naciones Uni-
das para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), los
programas de estudio deberán ser más flexibles e incorpo-
rar el carácter integral de la formación, con un contenido
sólido de conocimientos básicos para que los estudiantes
garanticen la actualización permanente en su formación y
vida profesional, para que puedan transitar entre progra-
mas y de la modalidad presencial a modalidades no pre-
senciales; igualmente que cuenten con salidas laterales que
les permitan dejar los estudios y regresar en diversos mo-
mentos.

Se debe, además, promover y ampliar el establecimien-


to de redes internas de cooperación académica, así como
con otras instituciones nacionales y extranjeras, para com-
partir experiencias, información, conocimientos, recursos, y
generar sinergias que repercutan en la calidad de los proce-
sos académicos que contribuyan a ubicar nacional e inter-
nacionalmente al Instituto en una posición más relevante.

DISEÑANDO LA MISIÓN 4

El Instituto Politécnico Nacional fue creado con el propósi-


to de formar profesionales de la más alta calidad que con-
tribuyan al desarrollo nacional, en las áreas científicas y
tecnológicas, en los niveles medio superior, superior y pos-
grado. Además de esta tarea central, se le otorgaron res-
ponsabilidades en materia de investigación, extensión y
difusión de la cultura y los servicios, enfatizando su papel
56 en el desarrollo y transferencia de tecnología como uno de
los pilares del desarrollo nacional. Estas responsabilidades
y la confianza social otorgadas al Instituto se han manteni-
do a lo largo de los años.

Sin embargo, el cambiante contexto nacional e interna-


cional provoca revisar la misión para acercarla a las nuevas
condiciones. Será importante, entonces, incorporar algunos
aspectos de su actuación no contemplados originalmente y
poner nuevos énfasis en otros que resultan hoy relevantes
para orientar las acciones, de manera que incidan con más
intensidad en el desarrollo del país. Este es un momento

4
La misión y visión institucionales corresponden a las versiones ampliadas de la
sección “Hacia una visión de futuro” del Programa de Desarrollo Institucional 2001-2006.
crucial para analizar lo que el Instituto deberá preservar, así
como reflexionar sobre los cambios que deberá emprender.

El proceso de reforma que el Instituto Politécnico ha


iniciado, sin duda, deberá sustentarse en la tradición de su
pasado, hacerla plenamente vigente para el futuro, y dise-
ñar los nuevos caminos por los que transitará la comuni-
dad politécnica. La calidad será el principio que nutra a la
institución e implicará que cada cual haga su trabajo, pero
que lo haga de la mejor manera, con la convicción plena de
contribuir día a día a la consolidación del nuevo Politécnico.

Los retos que plantean el desarrollo del país y de la


educación requieren un liderazgo institucional que atien-
da las necesidades presentes con calidad y equidad, pero
que al mismo tiempo sepa prever los requerimientos del
futuro, adelantarse a éstos y ofrecer las alternativas de 57
formación e investigación que den respuesta oportuna a la
sociedad. El proceso de reforma otorga al Instituto la opor-
tunidad de consolidar su tradición como institución líder
en la generación de conocimiento y transferencia tecnoló-
gica del país, que forme los cuadros profesionales necesa-
rios para impulsar y sustentar el desarrollo nacional.

Por ello, el Politécnico deberá distinguirse porque sus ser-


vicios educativos sean de la más alta calidad y que respondan
al reto de crear más oportunidades de educación para los jóve-
nes. Destacar como una institución en la que cada individuo
que demuestre su capacidad, acceda a una oportunidad de
formación y concluya con éxito sus estudios, sin importar
su condición económica o social. Ser un espacio abierto al
conocimiento y la experiencia donde los interesados en-
cuentren oportunidades para formarse a lo largo de su vida,
de recrearse en el conocimiento y sentirse útiles a la socie-
dad; caracterizarse por una relación con el entorno más
dinámica y enriquecedora, que atienda las necesidades es-
pecíficas de los diferentes sectores sociales y contribuya de
manera relevante a la construcción de una sociedad mejor.

Así delineada, la misión del Instituto Politécnico Na-


cional, como institución formadora, difusora y generadora
de conocimiento, se concibe de la siguiente manera:

El Instituto Politécnico Nacional es la institución


educativa laica y gratuita de Estado, rectora de la
educación tecnológica pública en México, líder
en la generación, aplicación, difusión y transfe-
rencia del conocimiento científico y tecnológico,
58 creada para contribuir al desarrollo económico,
social y político de la nación. Para lograrlo, su co-
munidad forma integralmente profesionales en
los niveles medio superior, superior y posgrado,
realiza investigación y extiende a la sociedad sus
resultados, con calidad, responsabilidad, ética, to-
lerancia y compromiso social.

HACIA UNA VISIÓN DE FUTURO

El Instituto es poseedor de grandes fortalezas. No obstante,


los cambios en el entorno, la velocidad con la que se in-
crementa el acervo de conocimientos de la humanidad, las
nuevas demandas sociales, los pendientes y rezagos insti-
tucionales hacen necesario enfocar adecuadamente los es-
fuerzos para lograr construir un IPN que en el futuro sea:

Una institución educativa innovadora, flexible,


centrada en el aprendizaje; fortalecida en su ca-
rácter rector de la educación pública tecnológica
en México, con personalidad jurídica y patri-
monio propios, con capacidad de gobernarse a sí
misma; enfocada a la generación, difusión y trans-
ferencia del conocimiento de calidad; con pro-
cesos de gestión transparentes y eficientes; con
reconocimiento social amplio por sus resultados
y sus contribuciones al desarrollo nacional; con
una posición estratégica en los ámbitos nacional
e internacional de producción y distribución del
conocimiento.
59
De acuerdo con estas premisas, en el año 2025 el IPN
estará caracterizado por:

• Un Modelo Educativo que refleja una concepción


integral de la formación, con servicios educativos
flexibles, multi, inter y transdisciplinarios, y poliva-
lentes, concordantes con los avances del conocimien-
to y los cambios en las necesidades del estudiante y
la sociedad.

• Procesos formativos, de investigación y extensión


orientados hacia áreas científicas y tecnológicas de
alto impacto social; que contribuyen a la construc-
ción de una sociedad más justa, equitativa y basada
en el conocimiento.
• Programas de estudio flexibles, innovadores y ac-
tualizados basados en el aprendizaje, que proporcio-
nan una sólida formación académica y en valores
éticos, para formar seres humanos capaces, cons-
cientes, responsables, abiertos al cambio y que res-
ponden a las necesidades de la sociedad.

• Una oferta educativa diversificada que, a través de la


combinación de modalidades presenciales, no presen-
ciales y mixtas, y un adecuado uso de las tecnologías
de la información y comunicaciones de vanguardia,
ofrece amplias posibilidades de formación en los
niveles medio superior, superior y posgrado en todo
el territorio nacional.

• Programas y modalidades articulados en los tres ni-


60 veles, con académicos y estudiantes que transitan
con facilidad entre éstos para compartir conocimien-
tos y experiencias que enriquecen los procesos for-
mativos.

• Programas de estudio flexibles que permiten contar


con salidas intermedias y terminales que recono-
cen las diferencias individuales en el aprendizaje;
favorecen la movilidad de los estudiantes dentro del
propio Instituto y entre otros sistemas educativos
nacionales y del extranjero; facilitan la incorpora-
ción de los egresados al mercado laboral o su perma-
nencia en el mundo académico.

• Ofrecer un espacio para la formación, capacitación


y actualización de calidad, a los aspirantes que han
demostrado aptitud académica para cursar estudios
de nivel medio superior, superior y posgrado inde-
pendientemente de sus posibilidades económicas.

• Reconocer las diferentes condiciones económicas


de sus estudiantes, por lo que otorga incentivos que
les permite una dedicación exclusiva a su formación.

• Contar con procesos de atención individualizada a


los estudiantes, lo cual propicia la conclusión exito-
sa de su formación.

• Ofrecer una formación permanente basada en el


principio fundamental de la educación a lo largo de
la vida, con Unidades Académicas que funcionan en
red y en ambientes de aprendizaje acordes a los re-
querimientos de cada individuo. 61

• Unidades Académicas transformadas en comunida-


des de aprendizaje permanente, como espacios donde
los estudiantes despliegan su capacidad para apren-
der a aprender, a hacer, a interactuar y a emprender.

• Profesores como facilitadores del aprendizaje, quie-


nes aprenden a diario mediante su práctica docen-
te, permanentemente actualizados y vinculados con
los sectores productivos y de servicios; que forman
parte de redes nacionales e internacionales de co-
nocimiento y que constituyen una comunidad acti-
va, responsable, abierta y comprometida con el IPN.
• Estudiantes como constructores de su proceso for-
mativo integral, activos y entusiastas, capaces de di-
señar su propio plan de vida y carrera; que participan
en programas académicos, artísticos, deportivos y
culturales, y son ejemplo de responsabilidad dentro
de la institución.

• Egresados que ocupan posiciones de liderazgo y


cuyo desempeño socialmente comprometido y re-
conocido, se caracteriza por su capacidad para dar
soluciones originales a problemas e identificar opor-
tunidades emergentes.

• Un modelo de investigación basado en Programas


Institucionales de Generación, Formación y Aplica-
ción del Conocimiento, y en la formación temprana
62 de investigadores; impulsado mediante redes de co-
operación nacional e internacional, vinculado con
los sectores productivo y social, que fomenta la ge-
neración, uso, circulación y protección del conoci-
miento en sectores estratégicos que promueven la
competitividad, la equidad y el mejoramiento de la so-
ciedad.

• Un campus virtual consolidado, basado en el uso in-


tensivo de las tecnologías de la información y las co-
municaciones, sustentado en un Modelo Educativo
innovador y en la generación de nuevos ambientes
de aprendizaje, con una estrategia para transferir co-
nocimiento a la población y mejorar la cobertura,
pertinencia y equidad de la educación politécnica.
• El uso compartido de los recursos tanto intra como
extra institucionales, base para un intercambio de
información y la conducción de proyectos conjun-
tos de carácter educativo y de investigación, lo ubican
en niveles de excelencia y lo constituyen en refe-
rente importante del sistema nacional de educación
tecnológica.

• Un modelo de internacionalización, cooperación y


vinculación fortalecido, basado en programas aca-
démicos y Unidades Académicas integrados hori-
zontalmente y en red, que impulsa la formación
emprendedora, la innovación y el liderazgo social,
garantizando la calidad de los servicios prestados a
los sectores productivos y social.

• La integración de las funciones sustantivas en los 63


programas estratégicos de cada Unidad Académica.

• El compromiso con la difusión y el fomento a la cul-


tura científica y tecnológica, por lo que intensifica
sus esfuerzos a efecto de que la sociedad reconozca
la importancia del conocimiento tecnológico en el
impulso al desarrollo y bienestar sociales.

• Mecanismos de evaluación que aseguren el recono-


cimiento social amplio de la calidad de los servicios
ofrecidos por la institución.

• Procesos administrativos y académicos eficientes y


eficaces, que afiancen la calidad y la pertinencia en
todos los ámbitos del trabajo institucional.
• Contar con instalaciones modernas, funcionales y
equipamiento suficiente para el cumplimiento de
sus funciones.

• Un sistema institucional de información consoli-


dado que permite en todas las áreas y niveles de la
institución contar con información relevante, actua-
lizada y confiable, para apoyar la toma de decisio-
nes y facilitar una gestión eficiente y eficaz.

• Ser una institución transparente en el manejo de sus


recursos y tener mecanismos para el rendimiento
de cuentas en todas sus unidades, áreas y planteles.

• Disponer de procesos de gestión y gobierno que apo-


yan adecuadamente el cumplimiento de las funcio-
64 nes sustantivas.

Los elementos de la visión de futuro aquí esbozados


implican que el IPN deberá transformar su Modelo Educa-
tivo y Académico para lograr: mayor flexibilidad, capacidad
de innovación constante, nuevas estructuras que le permi-
tan la colaboración horizontal, una oferta de servicios edu-
cativos pertinente y actualizada que contenga mecanismos
de ajuste permanente y participación del sector productivo
en su diseño, definición y seguimiento. También, que cuen-
te con profesores de alta calidad, en formación continua,
con estudiantes que asumen el compromiso de tomar en
sus manos su futuro profesional desde su proceso formati-
vo, una infraestructura compartida y moderna, eficaz y efi-
ciente; una gestión ágil y transparente, adecuada al nuevo
modelo, con capacidad de toma de decisiones que haga
posible una operación institucional más acorde con funcio-
nes educativas desarrolladas sobre la base de la flexibili-
dad y la capacidad de innovación requeridas actualmente
en la construcción del conocimiento. Asimismo, disponer
de fuentes diversificadas de financiamiento, en especial las de-
rivadas de la prestación de servicios y de proyectos de vincula-
ción con el sector productivo pero, sobre todo, con una renovada
vocación social.

La visión de futuro así delineada, como anhelo com-


partido de la comunidad politécnica, y la propuesta de
nuevo Modelo Educativo, permitirán identificar los pro-
blemas que en el presente no se han resuelto de manera
adecuada y que será prioritario solucionar; pero también,
aquellos aspectos de la vida institucional que dejarán de
tener la importancia que en la actualidad tienen. De la
misma forma, será indispensable analizar las repercusio- 65
nes de la puesta en marcha del modelo en la vida institu-
cional y los nuevos retos que esto implicará.

EL NUEVO MODELO EDUCATIVO

En la definición de un nuevo Modelo Educativo para el IPN


es necesario considerar lo señalado en el Programa de De-
sarrollo Institucional 2001-2006 (PDI), que establece la
necesidad de “orientar el cambio hacia el nuevo Modelo
Educativo y académico del Instituto, hacia nuevas estruc-
turas y hacia una nueva cultura organizacional, de manera
tal que logremos incrementar sustancialmente, la calidad
de los procesos de generación, transmisión y difusión del
conocimiento científico y tecnológico”. Al respecto, la orien-
tación que el PDI destaca es que el nuevo Modelo Educativo
no se restringe a la función de docencia, sino que se am-
plía a la investigación, extensión y vinculación. Se trata de
una característica única y relevante del Modelo Educativo
del IPN.

El Modelo Educativo es una representación de la reali-


dad institucional que sirve de referencia y también de ideal.
Como tal, va enriqueciéndose en el tiempo y sustenta el
quehacer del Instituto. Las concepciones sobre las relacio-
nes con la sociedad, el conocimiento, la enseñanza y el
aprendizaje que se plasman en el Modelo Educativo deben
estar sustentadas en la filosofía, vocación e historia, en los
propósitos y fines, en la visión y valores del Instituto Poli-
técnico Nacional y tener como horizonte de futuro la vi-
sión institucional.
66
Pero también, el modelo requiere de medios para poder
alcanzar su cometido. Por ello, es necesaria una eficiente
gestión institucional que favorezca el proceso de cambio
para la mejora y superación permanentes. En un entorno
de cambio y en el marco del proceso de Reforma Académica
del Instituto, la definición del Modelo Educativo, concebido
como una guía básica del trabajo académico de las funcio-
nes sustantivas, se convierte en un aspecto crucial, espe-
cialmente por lo que se refiere al rediseño de los currícula
de la oferta educativa. Como señalara Carlos Tünnermann
(2001), el cambio del currículum es la base de proyección
de una mejor institución educativa. No se trata sólo de de-
claraciones de principios, sino de lineamientos que deberán
cumplir un papel orientador, tanto en el diseño de la oferta
educativa y su contenido, como en las formas en que debe-
rán ser impartidos, para que conduzcan el trabajo de una
comunidad amplia y compleja que ofrece servicios educa-
tivos diversos. Asimismo, el Modelo Educativo perfila las
responsabilidades de los miembros de la comunidad aca-
démica en las tareas cotidianas.

Transferido lo anterior al IPN, significa que el modelo


propuesto reúne un conjunto mínimo de rasgos y caracte-
rísticas que le otorgan al Instituto una nueva fisonomía
educativa. Pero tal configuración es flexible: cada Unidad
Académica la toma en lo general y, a partir de sus propias
peculiaridades, la adapta a sus necesidades y requerimien-
tos. En otras palabras, se participa de la orientación colec-
tiva, y con ello la Unidad Académica se integra al nuevo
modelo, para luego, y a partir de ese último, adquirir su se-
llo propio y distintivo acorde con la diferenciación que cada
unidad ha tenido en su historia particular dentro del IPN. 67

El nuevo Modelo Educativo se centra más en procesos


de formación que en niveles de estudio y en la formación
continua y permanente. Por tanto, el énfasis deberá po-
nerse en los procesos relacionados con la formación de los
jóvenes, de los profesionales y de los posgraduados. Conce-
birlo así, respondería plenamente a la historia de la institu-
ción. Desde su fundación tal fue la divisa asumida. El propio
general Cárdenas trazó esta trayectoria cuando menciona-
ba que el objeto del IPN era el de “preparar expertos en las
distintas ramas de la producción... [mismos que] contri-
buirán al desarrollo y aprovechamiento de los variados re-
cursos del país” (IPN, 1996; Sánchez, 2000). Un aspecto
complementario del modelo es el personal académico. El
propio Cárdenas asignaba a ellos una condición esencial:
“...su preparación, que ha de ser indiscutible” (IPN, 1996).
En 67 años de existencia, tal objeto y cometidos se han
mantenido y permanecen inalterables en el nuevo Modelo
Educativo, impulsándose en el personal académico una
formación que les permita contar con los elementos nece-
sarios para transformar los procesos educativos.

La UNESCO, en la “Declaración Mundial sobre la Edu-


cación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción” (1998),
propone un nuevo Modelo Educativo centrado en el estu-
diante. Este tipo de modelo requerirá una “renovación de
los contenidos, métodos, prácticas y medios de transmisión
del saber, que han de basarse en nuevos tipos de vínculos
y de colaboración con la comunidad”, y de una profunda
transformación estructural. Tal es la naturaleza de los de-
safíos que se yerguen frente a las instituciones educativas
68 del nivel superior que se proponen un cambio de esa mag-
nitud, como es el caso del IPN.

Los egresados de las aulas del Instituto, como señala


el Programa de Desarrollo Institucional 2001-2006, se de-
berán formar en ambientes que les permitan abordar y
proponer alternativas de solución a los complejos proble-
mas del entorno. Problemas que no pueden ser abordados
por una sola disciplina, que requieren de mayores habili-
dades y conocimientos, en un mundo en el que los valores
y actitudes son imprescindibles para garantizar la convi-
vencia con el medio ambiente y el respeto a la diversidad.

De acuerdo con lo expresado y de manera sintética, el


nuevo Modelo Educativo del IPN tendría como característi-
ca esencial estar centrado en el aprendizaje, pero un tipo
de aprendizaje que:

• promueva una formación integral y de alta calidad


científica, tecnológica y humanística;

• combine equilibradamente el desarrollo de conoci-


mientos, actitudes, habilidades y valores;

• proporcione una sólida formación que facilite el


aprendizaje autónomo, el tránsito de los estudiantes
entre niveles y modalidades educativas, institucio-
nes nacionales y extranjeras y hacia el mercado de
trabajo;

• se exprese en procesos educativos flexibles e inno-


vadores con múltiples espacios de relación con el 69
entorno, y

• permita que sus egresados sean capaces de combi-


nar la teoría y la práctica para contribuir al desarro-
llo sustentable de la nación.

Cada uno de los elementos generales del modelo ad-


quiere mayor relevancia en función de su relación con los
cuatro restantes. Las interacciones del modelo pueden ob-
servarse a continuación.
Formación integral y de alta

Egresados capaces de combinar la


teoría y la práctica y contribuyan al
desarrollo sustentable de la nación
calidad científica, tecnológi-
ca y humanística
Centrado en
el aprendizaje Desarrollo equilibrado de
conocimientos, actitudes,
habilidades y valores

Sólida formación que facilite


el aprendizaje autónomo, el
tránsito de los estudiantes
entre niveles y modalidades
educativas, instituciones
nacionales y extranjeras y
hacia el mercado de trabajo

Procesos educativos flexibles e innovadores y múltiples espacios


de relación con el entorno

Elementos del Modelo Educativo

El nuevo modelo, como orientación genérica del que-


hacer educativo, requerirá diferentes prácticas. De este mo-
70 do, las formas concretas serán aquellas que correspondan
a cada función y nivel de estudios, pero también, en estos
últimos deberán darse en cada rama del conocimiento, pro-
grama o modalidad, tal como puede verse seguidamente.

PROGRAMAS DEL
Modelo NIVEL MEDIO
SUPERIOR:
MODELO EDUCATIVO

Académico
EDUCACIÓN CONTINUA

◊ Competencias
laborales
◊ Bachillerato bivalente
PROGRAMAS DEL
• Docencia
NIVEL SUPERIOR:
• Investigación ◊ Competencias
• Extensión laborales
• Vinculación ◊ Profesional Asociado
• Cooperación ◊ Licenciatura
académica PROGRAMAS DE
nacional e POSGRADO:
internacional ◊ Especialización
◊ Maestría
◊ Doctorado

Relaciones del Modelo Educativo con las funciones y niveles de estudio


De acuerdo con esta imagen, el Modelo Educativo del
Instituto Politécnico Nacional será la guía para definir el
diseño, la orientación, contenidos y organización de los
planes de estudio, determinar las directrices generales del
proceso de enseñanza-aprendizaje y los procesos de gene-
ración, aplicación y difusión del conocimiento, así como
los procesos de evaluación y reconocimiento de los apren-
dizajes adquiridos previamente y dentro de la formación.
En él se señalan distintos aspectos, que a continuación se
presentan junto con una explicación breve.

Elementos del nuevo Modelo Educativo

Toda institución educativa, especialmente del nivel su-


perior, sostiene su trabajo en una serie de valores y concep-
ciones que se reflejan en las características de su oferta 71
educativa y en los aspectos que se enfatizan en la forma-
ción profesional. El nuevo Modelo Educativo del IPN ex-
presa estas concepciones, y con él se ha definido también
lo que la institución y su comunidad consideran que debe
ser la forma y el contenido de los procesos de transmisión,
generación, aplicación y difusión del conocimiento, apo-
yándose en la misión del IPN, en sus valores y en el hori-
zonte de futuro de la visión institucional.

El nuevo Modelo Educativo será la guía del trabajo


académico cotidiano de la institución. En tanto, cumplirá
un papel orientador, primordialmente en el diseño de la
oferta educativa y en la forma en que deberá ser impartida,
a fin de enfatizar los mismos aspectos formativos en cada
uno de los distintos niveles de estudio. Con ello se deberá
garantizar un perfil de egreso con características comu-
nes para todos los egresados, definiendo así al profesional
politécnico. El modelo renueva y garantiza los principios e
ideales que dieron origen al Instituto, y promoverá una
formación que contenga enfoques culturales diferentes,
capacitando a los egresados para su incorporación y desa-
rrollo en un entorno internacional y multicultural.

El Modelo Educativo del IPN promoverá, en su oferta


educativa y en los planes y programas que la concretan,
una formación que cumpla con las peculiaridades señala-
das para la educación de alta calidad, como son: equidad,
pertinencia, relevancia, eficiencia y eficacia. Con procesos
educativos que tengan una mayor correspondencia entre
los contenidos y resultados del quehacer académico, con
las necesidades y expectativas de la sociedad y de los estu-
72 diantes. Con programas que permitan lograr los objetivos
institucionales de manera eficaz y eficiente; con oportu-
nidades equitativas para el ingreso, pero también en un
sentido mucho más amplio de la equidad, para la perma-
nencia de los estudiantes mediante estrategias que garanti-
cen que la mayor parte de ellos culminen con éxito una
formación que les permita la inserción al mercado laboral
y su desarrollo como individuos útiles a la sociedad. A con-
tinuación se describe cada uno de los elementos del Mode-
lo Educativo.

Centrado en el aprendizaje

• Privilegia una formación que pone al estudiante en


el centro de la atención del proceso académico, con-
siderándolo un individuo que construye su propio
conocimiento con el apoyo y la guía de sus profeso-
res, diseña y define sus propias trayectorias e inten-
sidades de trabajo, dejando de lado la concepción
tradicional del estudiante como un ente abstracto,
mero receptor de conocimientos y de información.

• Traduce la innovación en flexibilización de planes y


programas que reconocen las diferencias y requeri-
mientos de los estudiantes.

• Concibe al profesor como guía, facilitador de este


aprendizaje y como coaprendiz en el proceso educa-
tivo. Ambos, profesores y estudiantes, son los par-
ticipantes más importantes de una comunidad de
aprendizaje y el centro de la atención institucional.
73
• Supone que los profesores distribuyen su tiempo de
dedicación entre la planeación y el diseño de expe-
riencias de aprendizaje, más que en la transmisión
de los contenidos por el dictado de clases. Supone
también que los profesores no trabajan de manera
aislada, sino que, en el marco de academias revita-
lizadas, conformadas por cuerpos académicos de
más de una Unidad Académica, en ocasiones de más
de una institución, colaboran a fin de proporcionar
visiones integrales de la formación profesional. Asi-
mismo, se considera como parte del modelo la ar-
ticulación de los diversos servicios institucionales,
de manera que se apoye al estudiante en los distin-
tos aspectos de su desarrollo.
Que promueva una formación integral y de alta
calidad científica, tecnológica y humanística, y
combine equilibradamente el desarrollo de
conocimientos, actitudes, habilidades y valores

• Considera el desarrollo armónico de todas las di-


mensiones del estudiante. Es decir, implica, por una
parte, la formación en los contenidos en cuanto a los
conocimientos propios de la profesión, y de los co-
nocimientos básicos, aquellos que proporcionan las
herramientas intelectuales esenciales para el apren-
dizaje permanente y la resolución de problemas
complejos que requieren de la concurrencia de di-
versas disciplinas. Por la otra, se refiere la formación
en valores humanos y sociales, presentes en la pro-
pia Constitución mexicana, como: amor a la patria,
74 libertad, tolerancia, convivencia, respeto a la diversi-
dad cultural y al entorno, honradez, honestidad, res-
ponsabilidad y solidaridad; este conjunto de valores
deberá promover actitudes de liderazgo, compromi-
so social, desarrollo de habilidades que potencien
las capacidades de los estudiantes para adquirir nue-
vos conocimientos, y las destrezas para innovar y
emprender, así como para ejercer una ciudadanía
responsable.

• Se fundamenta en la formación integral que po-


dría complementarse con la propuesta de la UNESCO
(1998), que recomienda que los estudiantes, además
de adquirir conocimientos científicos y tecnológi-
cos, tengan espacios para aprender a: ser, pensar, ha-
cer, aprender, emprender, respetar, convivir, tanto
con el otro como con el entorno. La formación inte-
gral, por lo tanto, es una compleja tarea que deberá
concretar estos postulados en contenidos curricu-
lares específicos: en los programas educativos; los
perfiles de egreso; las formas de relación entre los
actores del proceso educativo; el desarrollo cotidia-
no del trabajo; en la organización y funcionamiento
de los programas educativos de la institución y en la
articulación de la docencia con la investigación y
la extensión.5

Que proporcione una sólida formación y facilite el


aprendizaje autónomo

• Se refiere a la capacidad de aprender por sí mismo,


primero con la guía de sus profesores y luego sin 75
ella, de manera que la institución se convierta en
un espacio al cual pueda recurrir el estudiante para
actualizar sus conocimientos, desarrollar y mejorar
sus cualidades humanas, mantenerse vigente como
profesional y ciudadano, pero también en una perso-
na con capacidad de hacer todo ello sin la institución.

• Considera los enfoques autogestivos, para que el es-


tudiante aprenda a aprender, en colaboración con
sus compañeros, en proyectos específicos, con las
actividades y motivaciones planeadas por los profe-

5
En este documento se considera a la extensión en su más amplio sentido, esto es,
en la función sustantiva de las instituciones educativas del nivel superior en su rela-
ción con el entorno.
sores, con el apoyo y asesoría tanto individual como
grupal de los docentes.

Que se exprese en procesos flexibles, innovadores,


que permita el tránsito de los estudiantes entre
niveles educativos y cuente con múltiples espacios
de relación con el entorno

• Reconoce las diferentes condiciones económicas y


sociales de los estudiantes, la diversidad de sus an-
tecedentes, capacidades y ritmos de aprendizaje, por
lo que también la flexibilidad se expresa en un currí-
culum que ofrezca trayectorias formativas múltiples
y opciones de dedicación variable. Todo ello sin po-
ner en riesgo la calidad de la formación, mediante
76 el acompañamiento permanente y servicios integra-
les de apoyo al aprendizaje, diferenciados de acuer-
do con las necesidades formativas y condiciones de
los estudiantes.

• Reconoce que los procesos formativos, centrados en


el aprendizaje de los estudiantes, requieren ser más
flexibles que los modelos centrados en la enseñan-
za. Para ello, deben proporcionar oportunidades pa-
ra la definición de ritmos y trayectorias formativas
distintas, que incluyan a los estudiantes como acto-
res de la toma de decisiones, que faciliten el tránsito
entre diferentes planes de estudio, entre niveles y
modalidades educativas. Por tal motivo, es impor-
tante tener formas de organización adecuadas en
los planes de estudio de los diferentes niveles y mo-
dalidades, así como determinar reglas para que los
estudiantes transiten con facilidad de un nivel a
otro, y entre programas. Lo anterior presupone que
el diseño de los planes de estudio se conciba como
línea continua de formación con diversas salidas la-
terales, con reglas que faciliten la incorporación de
los estudiantes al siguiente nivel de estudios y que
le permitan forjarse planes de vida y carrera.

• Proporciona múltiples espacios de aprendizaje más


allá del aula y la clase tradicional; espacios en los
que la investigación, los proyectos de vinculación
con el entorno, el trabajo en equipo, la convivencia
extra aula con otros compañeros, las actividades
deportivas y culturales, se consideren actividades
formativas.
77
• Incorpora experiencias de trabajo en equipo, comu-
nicación con diversas audiencias, desarrollo de la
creatividad y de la capacidad emprendedora, y des-
trezas en la solución de problemas. Parte de esas
experiencias son las prácticas profesionales y el ser-
vicio comunitario y social.

• Multiplica los espacios de relación con el entorno al


reconocer que se aprende mediante la resolución
de problemas en beneficio de la sociedad. Las activi-
dades de investigación y vinculación desarrolladas
con otras instituciones (educativas y de investiga-
ción), con empresas, organizaciones de la sociedad,
organismos nacionales y gobiernos, en proyectos que
atiendan y contribuyan a resolver problemas espe-
cíficos del desarrollo, son espacios de aprendizaje en
los que se adquieren o integran conocimientos y ha-
bilidades, a la vez que valores y actitudes.

Que forme bajo diferentes enfoques culturales


y que capacite a los individuos para su
incorporación y desarrollo en un entorno
internacional y multicultural

• Incorpora la internacionalización en la formación


de los estudiantes, de manera tal que les permita
desarrollarse en un mundo multicultural. Significa
también la asimilación de la dimensión internacio-
nal a la esencia, identidad y cultura de la institu-
ción. Ello requiere de disposición al cambio y a la
78 transformación, programas flexibles y normatividad
que facilite el reconocimiento de créditos y la reva-
lidación de estudios realizados en otras institucio-
nes educativas, y la participación en programas y
proyectos que desarrollen competencias, actitudes
valores y habilidades que formen a los estudiantes
para su incorporación al entorno local, nacional e
internacional.

• Considera que la formación en diferentes enfoques


culturales requiere de la cooperación como un ins-
trumento al servicio de los objetivos institucionales;
impulsa la movilidad de académicos y estudiantes,
la incorporación de alumnos de otras instituciones
nacionales y extranjeras en las actividades insti-
tucionales, la promoción de la formación, capaci-
tación y actualización de los docentes y el personal
en el extranjero; el desarrollo de proyectos de inves-
tigación, la vinculación con empresas, entidades y
gobiernos en otros países; la incorporación de la di-
mensión internacional a los contenidos, que forta-
lezcan una formación que les facilite desarrollarse
con plenitud en el plano nacional y global, así como
la comprensión o el análisis de los procesos eco-
nómicos, sociales y culturales mundiales, mediante,
entre otras acciones, la incorporación de la institu-
ción a proyectos de cooperación técnica y de ayuda
al desarrollo.

• Reconoce a la internacionalización y cooperación


académicas como herramientas estratégicas que fa-
cilitan la práctica local y global de la ciencia y la tec-
nología, al favorecer el trabajo horizontal interno de 79
la institución, así como entre el IPN e instituciones
dentro y fuera del país.

Que permita que sus egresados sean capaces


de combinar la teoría y la práctica y contribuyan
al desarrollo sustentable de la nación

• Privilegia los contenidos y estrategias que combinen


adecuadamente la formación teórica y la práctica,
concordante con los avances de la ciencia y la tec-
nología, la realidad del ejercicio profesional, así co-
mo el conocimiento del entorno. De acuerdo con
ello, el modelo se constituye en el medio que pro-
porciona oportunidades para que el estudiante sea
capaz de integrar correctamente los conocimien-
tos obtenidos en los distintos cursos o unidades de
aprendizaje, tanto en espacios curriculares de inte-
gración del conocimiento, como en prácticas y ser-
vicios fuera de la institución.

• Reconoce que cada uno de los elementos generales


del modelo adquiere énfasis diferente según la fun-
ción y el nivel de estudios.

• Requiere de una apropiada selección de los conte-


nidos curriculares. También se demanda atención
individualizada que reconozca que los estudian-
tes tienen antecedentes formativos distintos, cono-
cimientos, habilidades y capacidades diferentes y
que los aprendizajes se logran en medidas y por vías
80 diversas.

Un modelo educativo concebido de tal manera facilita


la adquisición de las herramientas necesarias para
que los estudiantes de todos los niveles aprendan a lo
largo de su vida, tengan las bases para su actualiza-
ción permanente y adquieran las competencias para
una práctica exitosa de su profesión en los ámbitos
local, nacional e internacional; pero también, el mo-
delo genera las oportunidades para crecer y consoli-
darse en los aspectos de desarrollo humano y social.
EL MODELO ACADÉMICO

El Modelo Académico se refleja en la forma en que el Insti-


tuto se organiza para impartir los programas de estudio. Se
construye sobre la base de las orientaciones generales de
la misión, visión y el Modelo Educativo de la institución y
contiene dos aspectos básicos: 1) la estructura organizacio-
nal; 2) los planes de estudio.

Estructura
Modelo Modelo organizacional
Educativo Académico
Currículum/
Planes de estudio

Relaciones y estructura del Modelo Académico

81
La estructura organizacional sobre la cual funcionará
el nuevo el Modelo Académico del IPN, derivada del Mode-
lo Educativo ya planteado, se caracterizará por conservar
la estructura compuesta por Unidades Académicas ubica-
das en todo el país, y una administración descentralizada
con un funcionamiento modificado sustancialmente. For-
man parte de esa caracterización los planes de estudio en
las modalidades presenciales, no presenciales y mixtas,
en los niveles medio superior, superior y de posgrado, de ti-
po flexible y por créditos, operados conjuntamente por va-
rias Unidades Académicas o bajo esquemas de cooperación
con otras instituciones de educación superior, que permi-
tan innovar, actualizar, flexibilizar y ampliar la oferta edu-
cativa, articulando los esfuerzos entre las unidades en torno
al logro de los fines y misión del Instituto.
Los propósitos institucionales establecidos en la misión, la
visión de futuro y el modelo educativo, deben encontrar traduc-
ción concreta en cada programa de estudios, la selección y or-
ganización de los contenidos, y las maneras de llevar a cabo el
proceso de formación, por lo que el Modelo Académico se
constituye en la forma de organización y funcionamiento
de los programas educativos que ofrece el Instituto. En otras
palabras, dichas propuestas se materializarán en las for-
mas de impartir las unidades de aprendizaje en las que se
divida cada uno de los planes de estudio. Esta selección, or-
ganización y forma de impartir o desarrollar las unidades de
aprendizaje, dan como resultado un determinado perfil
de egreso. Lo que el Modelo Académico debe garantizar es
que el modelo educativo se cumpla en el trabajo cotidiano
y en el resultado concreto, es decir, en cada uno de los egre-
sados del Instituto, independientemente del programa, el
82 nivel y la modalidad educativa de donde se egrese.

La Reforma Académica del Instituto, además de actua-


lizar el Modelo Educativo y Académico, tiene como propó-
sito fundamental la transformación del trabajo cotidiano y
su organización y, con ello, el de la cultura organizacional,
a fin de hacer posible una mejora sustancial y continua de
los programas, superar las formas tradicionales de abordar
el proceso educativo, para incrementar la capacidad de
respuesta ante las demandas sociales, atender los requeri-
mientos de los estudiantes y contribuir al desarrollo armó-
nico y sustentable del país.

Asumir la individualidad de cada estudiante, recono-


ciendo sus diversas condiciones económicas y sociales, sus
diferentes capacidades y ritmos de aprendizaje, es otra ca-
racterística que debe permear a través del Modelo Acadé-
mico. Esto es posible incorporando en los currícula opcio-
nes de dedicación variable y trayectorias escolares diversas
que, sin poner en riesgo la calidad de la formación, permi-
ta al estudiante avanzar a su propio ritmo de acuerdo a sus
posibilidades y necesidades. Para ello será necesario defi-
nir cargas en créditos máximas y mínimas por ciclo esco-
lar, así como diversas estrategias de apoyo al aprendizaje y
la atención individualizada mediante las tutorías.

Por otra parte, el Modelo Académico debe favorecer una


formación general en los niveles medio superior y superior,
y trasladar la profundización en el análisis y conocimien-
to de las disciplinas al nivel de posgrado, convirtiéndolo así
en un nivel estratégico. Por su parte, la formación perma-
nente a través de las distintas modalidades contribuirá a la
especialización en determinados aspectos disciplinares y 83
al uso de herramientas necesarias para el desarrollo profe-
sional de los individuos.

El Campus Virtual del Instituto tendrá un papel rele-


vante en la instrumentación del nuevo Modelo Académico
del IPN. El aprendizaje mediante el uso de las tecnologías
de información y comunicación se integrará mediante for-
mas novedosas en los planes de estudio de los diferentes
niveles educativos.

Los Modelos Educativo y Académico son marcos de refe-


rencia institucionales para todos los niveles y modalidades de
estudio. Por su nivel de generalidad abarcan únicamente los
aspectos básicos, que podrán ser adoptados e incorporados por
las Unidades Académicas, reconociendo las particularidades
de la historia y características de cada una de ellas. Esto im-
plica que en cada nivel se darán matices y énfasis diferentes
a los distintos elementos que forman el Modelo Educativo
y Académico, pero la estructura y funcionamiento general
deberá ser similar en todas y cada una de las Unidades Aca-
démicas. Dichas diferencias se señalarán al describir cada
uno de los elementos del nuevo Modelo Académico.

Cabe señalar que la propuesta presentada recupera la


experiencia institucional de operación flexible y de organi-
zación de las actividades académicas, que son fortaleza y
tradición del posgrado del Politécnico.

La estructura organizacional

84 La organización académica del Instituto Politécnico


Nacional se basa en los niveles y modalidades educa-
tivas y en las ramas que atiende:

• niveles: educación media superior, superior y pos-


grado,6
• modalidades: presencial, no presencial y mixta,
• ramas: ingeniería y ciencias físico matemáticas,
ciencias médico biológicas, y ciencias sociales y ad-
ministrativas.

6
Esto incluye los subniveles. Para el caso del nivel medio superior corresponde al
técnico medio, para la licenciatura al profesional asociado, y en el caso del posgrado a
la especialización, la maestría y el doctorado.
Cada uno de estos niveles, modalidades y ramas se in-
tegra en las Unidades Académicas que ofrecen programas
educativos y/o realizan programas de investigación cientí-
fica y tecnológica, así como de difusión y extensión en dis-
tinta medida.

Esta estructura ha permitido la especialización de las


Unidades Académicas,7 especialmente en lo relativo a la
docencia, en campos muy específicos del conocimiento.
Por lo que corresponde a la dedicación a la generación de
conocimiento científico y tecnológico, y a la formación es-
pecializada de posgrado, así como al ejercicio del trabajo
interdisciplinario, son actividades que corresponden a las
unidades. Tales especializaciones o formas de dedicación
también han propiciado la fragmentación del Instituto en
pequeñas islas, incomunicadas unas con otras, y que desa-
rrollan su trabajo sin una articulación ni complementación 85
adecuada de las funciones sustantivas y en un contexto
institucional limitado.

El nuevo Modelo Educativo propuesto requiere de formas


creativas de funcionamiento y organización que, sin modificar
la estructura actual sustentada en Unidades Académicas, im-
pulse el trabajo horizontal, coordinado y conjunto entre las
Unidades Académicas del IPN, guiado por cuatro objeti-
vos fundamentales: 1) articular los niveles de formación;

7
Tanto por su origen como por la diferenciación que cada unidad ha tenido en su
historia particular dentro del IPN. Al respecto, Enrique G. León López (2002:39), citan-
do a Miguel González Avelar destaca que: “diversos establecimientos preexistentes de
enseñanza técnica se apretaron en un haz nuevo, ahora en una dirección y propósitos
definidos, dando así paso, en 1936, a la iniciación de labores del Instituto Politécnico
Nacional... Fueron 30 los planteles que se agruparon en la naciente institución, de los
cuales cinco impartían estudios superiores y los demás de nivel medio”.
2) vincular la docencia, la investigación, la extensión y la
vinculación; 3) optimizar el uso de los recursos con los que
se cuenta (humanos, físicos y financieros); 4) elevar sus-
tancialmente la calidad en cada Unidad Académica.

Para ello se propone que tal tipo de funcionamiento se


base en formas de trabajo colaborativo, horizontal, flexible,
dinámico y coordinado que pueda permitir la coordinación
y el desarrollo de actividades entre Unidades Académicas,
niveles y funciones. Formas de operación basadas en prin-
cipios de cooperación intra e interinstitucional que benefi-
cien a todos y cada uno de sus participantes de manera
particular y en su conjunto.

En consecuencia, dado que la estructura tradicional


en el IPN se sustenta en el trabajo independiente de cada
86 una de las Unidades Académicas, parece conveniente
modificarla en su funcionamiento y operación cotidiana,
mediante la integración de las unidades en programas,
proyectos y actividades de colaboración académica que
permitan el establecimiento de vínculos de trabajo y co-
operación entre ellas a partir de tres ejes: 1) los planes y
programas de estudio; 2) los programas de investigación,
vinculación, extensión; 3) la normatividad institucional.
Con tales ejes se complementarían las capacidades físicas,
financieras y humanas en cada una de las Unidades Acadé-
micas. De esta forma, a través del trabajo colaborativo se
flexibilizará el funcionamiento interno, se potenciará la
capacidad creadora del personal en cada unidad, y se im-
pulsará una mayor calidad en la operación de las mismas,
así como una cultura de trabajo académico institucional.
A manera de ejemplo, a continuación se despliega la
estructura organizacional del IPN y la propuesta de funcio-
namiento bajo esquemas de colaboración entre las Unida-
des Académicas.

POSGRADO

Nivel superior Nivel superior Nivel superior


ICFM CBM CSA

Medio superior Medio superior Medio superior


ICFM CMB CSA

Estructura8 del IPN en un esquema de funcionamiento en red

Un ejemplo de trabajo conjunto entre Unidades Aca- 87


démicas de diferente nivel sería la incorporación de estu-
diantes de un centro de educación media superior en un
proyecto de estancias profesionales de una unidad de nivel
superior en una industria, en temas que permitan a los es-
tudiantes cumplir los objetivos de aprendizaje definidos
para su nivel de estudios.

Una forma organizada de trabajo colaborativo es el tra-


bajo en red, actualmente adoptado en algunas instituciones
de educación superior, en las que se ha convertido en una
forma innovadora de funcionamiento que responde a las
funciones y demandas que les impone la sociedad en la

8
Este diagrama se refiere a las Unidades Académicas que se encuentran en cada
una de las ramas y niveles. ICFM corresponde a ingeniería y ciencias físico matemáti-
cas; CMB a ciencias médico biológicas; y, CSA a ciencias sociales y administrativas.
actualidad. Entre sus ventajas potenciales están las de ser
un mecanismo de trabajo horizontal que flexibiliza estruc-
turas, fomenta la institucionalidad, mejora la inserción e
integración de los actores, evita la atomización de iniciati-
vas y la dispersión de actividades y esfuerzos; complemen-
ta las capacidades, impulsa comunidades de acción, permite
liderazgos múltiples, distribuye los beneficios en la colecti-
vidad; mejora la relación costo/beneficio y diversifica fuen-
tes de financiamiento; facilita la interdisciplinariedad, al
mismo tiempo que proporciona un marco estable para el tra-
bajo conjunto.

Se entiende por red una forma de colaboración no je-


rárquica entre varias entidades que trabajan de mane-
ra conjunta en la consecución de un objetivo común.

88 Entre algunas de las características de una red están


las siguientes:

• su organización, generalmente colegiada y sin una


estructura formal;

• su conformación es meramente funcional, de rela-


ciones entre las partes y personal que la forma, y
puede desaparecer una vez alcanzado el objetivo
para el cual fue creada;

• permite la interacción entre múltiples actores, quie-


nes no siempre tienen el mismo nivel de desarrollo,
pero con el trabajo conjunto su potencial se incre-
menta al generar sinergias;
• facilita la construcción y transferencia de conoci-
mientos y tecnologías;

• favorece el desarrollo de actividades conjuntas y la


complementación de esfuerzos en actividades de
investigación, desarrollo, formación y extensión.

Las nuevas formas de organización en red del trabajo


entre Unidades Académicas en el IPN podrían:

• Fomentar el trabajo colegiado entre Unidades Aca-


démicas y la movilidad de los profesores en torno a
los procesos de formación.

• Facilitar la integración de las funciones sustantivas


en los programas de nivel medio superior, superior
y de posgrado, como vías de formación del alumno 89
a fin de potenciar sus capacidades intelectuales, físi-
cas, artísticas y permitir un mejor conocimiento del
entorno.

• Favorecer la relación entre niveles formativos —del


nivel medio superior con la licenciatura y el pos-
grado y de la licenciatura con el posgrado—, de ma-
nera tal que el proceso de formación del alumno sea
continuo y que le facilite el tránsito de una etapa
hacia la siguiente.

• Impulsar la formación a través de modalidades no


convencionales y el desarrollo de proyectos de for-
mación, investigación y extensión conjuntos que in-
volucren el uso de las nuevas tecnologías de infor-
mación y comunicación.

• Contribuir a la integración de cuerpos colegiados


que propicien procesos innovadores de formación,
mantengan actualizados los programas, y evalúen
aprendizajes.

• Impulsar el intercambio de información bajo esque-


mas homogéneos de organización, que permitan la
constitución de bancos de datos accesibles a todas
las Unidades Académicas para apoyar los procesos
de evaluación y la toma de decisiones.

• Facilitar y alentar la movilidad de estudiantes entre


Unidades Académicas permitiendo que su forma-
90 ción sea individualizada, acorde a sus necesidades y
con una gama amplia de unidades de aprendizaje.

• Potenciar la internacionalización de los currícula y


la movilidad de los estudiantes en el ámbito nacio-
nal e internacional, a fin de contar con espacios de
aprendizaje en situaciones, contextos y culturas di-
ferentes a los propios, que promuevan la compren-
sión, el entendimiento, la convivencia y el respeto a
las diferencias, y contribuyan a formar individuos
capaces de enfrentarse a situaciones diversas en su
vida profesional y personal, así como sumar esfuer-
zos para mejorar el posicionamiento nacional e in-
ternacional del Instituto.
• Realizar proyectos compartidos de formación, in-
vestigación y extensión compartidos.

La integración de las funciones en las Unidades Aca-


démicas se observa a continuación.

Extensión
y difusión

Cooperación Docencia
académica nacional en el nivel
e internacional superior

Docencia en el UA Vinculación
nivel medio
superior
91
Docencia
en el
Administración
posgrado

Investigación

Integración de las funciones en las Unidades Académicas

El funcionamiento en red propicia un cambio en las


formas de trabajo más que en las estructuras académicas
fundamentales. Para que estas nuevas formas de trabajo
produzcan los resultados señalados, se requerirá del com-
promiso, voluntad y esfuerzo de las comunidades de las
Unidades Académicas, y de las áreas administrativas cen-
trales, a fin de romper inercias y emprender nuevas vías
para el diseño de proyectos horizontales de docencia, in-
vestigación y extensión, desde una perspectiva integral.

Las modificaciones en el funcionamiento de las unida-


des podrían conducir a fusiones de programas, al estableci-
miento de algunos nuevos y a la modificación de otros que
no garanticen su pertinencia y/o calidad. Mediante un
cambio en las formas de operación de las Unidades Acadé-
micas y la administración central, se establecerá una or-
ganización dinámica, que tenga la capacidad de realizar
adaptaciones frecuentes, a través de unidades de coordina-
ción permanentes y temporales, para innovar y diversifi-
car la oferta educativa, atendiendo necesidades sociales en
un entorno cambiante, de manera que pueda incorporar
innovaciones sin requerir cambios en la estructura general
del Instituto, ni en su normatividad básica.9
92
Para todo ello será necesario establecer con claridad
las orientaciones generales en las líneas institucionales de
generación, aplicación, transferencia y difusión del cono-
cimiento que el IPN desarrollará en los distintos horizon-
tes de planeación (2006, 2025).10

Las Unidades Académicas tendrán la responsabilidad de


coordinar y operar el trabajo académico de estudiantes y per-
sonal académico, así como de gestionar y organizar el traba-
jo con otras Unidades Académicas de acuerdo con los planes
estratégicos de desarrollo. Estarán organizadas por departa-
mentos y contarán con unidades de enlace que faciliten el

9
Ley Orgánica y Reglamento Interno.
10
Al respecto puede consultarse el Programa Estratégico de Investigación y Posgrado.
desarrollo de las distintas actividades de docencia, investi-
gación, extensión, vinculación y cooperación, para garanti-
zar la conformación de los espacios de trabajo en red que el
nuevo Modelo Educativo requiere, y asegurar el uso ópti-
mo de los recursos institucionales.

El trabajo en colaboración ya sea a través del mecanis-


mo de red, o de otros, será una tarea que adquirirá paulati-
namente una mayor relevancia en el interior de las Unida-
des Académicas y se dará en dos vertientes: 1) en el mismo
nivel de estudios; 2) entre niveles. Respecto a la primera,
se impulsará la constitución de grupos de trabajo y/o redes
en cada nivel (medio superior, superior o posgrado), lo que
permitirá una operación más eficaz de los planes de estu-
dio y el desarrollo de proyectos de investigación, exten-
sión, vinculación y transferencia, y cooperación nacional e
internacional, contemplados en el Programa de Desarrollo 93
Institucional 2001-2006, y los que se consideren necesarios
en los programas estratégicos de cada una de las áreas y
funciones. Ello implica que un conjunto de Unidades Aca-
démicas desarrollen programas conjuntos, que los estu-
diantes de estas distintas unidades cursen algunas de las
asignaturas de su programa de estudios en otra Unidad Aca-
démica, que se diseñen nuevos programas sobre la base de
los que se encuentren en operación. Todo lo anterior, por
la vía del trabajo conjunto entre las Unidades Académicas.

En lo general, el funcionamiento a través de esque-


mas de colaboración y la conformación de redes permitiría
optimizar la capacidad instalada en las Unidades Académi-
cas, favorecer la atención individualizada de los estudian-
tes, impulsar la movilidad de estudiantes y profesores, y
propiciar el diseño y la consolidación de nueva oferta edu-
cativa, aprovechando las capacidades de varias unidades.
Además, se constituiría en el mecanismo adecuado para
ampliar los espacios de relación con el entorno.

Específicamente en el nivel medio superior, se impul-


sará:

1) la movilidad estudiantil, permitiendo al alumno


desarrollar su formación propedéutica en un cen-
tro y seleccionar posteriormente, en su caso, otro
centro distinto para cursar la especialidad de téc-
nico profesional que desee;
2) el diseño de nuevas opciones de técnico profe-
sional, aprovechando las capacidades instaladas
en los centros;
94 3) el tránsito entre las distintas modalidades de es-
tudio que se ofrecen.

Un funcionamiento de este tipo requerirá del estable-


cimiento de niveles comunes de calidad en los planes de
estudio permitiendo consolidar el liderazgo del IPN en es-
te nivel educativo.

En el nivel superior, los esquemas de colaboración


tendrían como objetivo:

1) contar con planes de estudio diseñados e imparti-


dos de manera conjunta por varias Unidades Aca-
démicas;
2) la movilidad de los estudiantes entre programas,
Unidades Académicas y modalidades educativas.

En el nivel de posgrado, el trabajo conjunto y la con-


formación de redes favorecerían:

1) el trabajo conjunto entre las Unidades Académicas


dedicadas fundamentalmente a la investigación y
aquellas que ofrecen programas de posgrado;

2) la complementación entre las diferentes modalida-


des de estudio;

3) la participación de otras instituciones de educación


superior;

4) el desarrollo y consolidación de los Programas Ins- 95


titucionales de Investigación y Posgrado, y

5) la capacidad institucional para la vinculación y apo-


yar la oferta de servicios externos especializados.

La segunda vertiente corresponde a mecanismos de


colaboración y/o redes que involucran Unidades Académi-
cas, de diferentes niveles, y que se conforman para el desa-
rrollo de propuestas de proyectos específicos de docencia,
investigación, extensión, vinculación y transferencia, y, coo-
peración. Ello puede implicar la conformación de grupos
de trabajo colegiado ad hoc, entre varias unidades, de acuer-
do con la temática y orientación de las propuestas por de-
sarrollarse; con tareas y responsabilidades diferenciadas y
de acuerdo con la planeación que al efecto se establezca.
Este tipo de trabajo en colaboración y mediante el es-
quema de redes inducirá a un mayor acercamiento de las
dependencias de la administración central y de las Unida-
des Académicas de nivel superior, de posgrado y de inves-
tigación, al ámbito de la educación media, valorizándola
como el punto focal para formar individuos íntegros, res-
petuosos de su entorno, conscientes de su realidad social,
y comprometidos con su formación, a la vez que permitirá
establecer un continuo que facilite el tránsito natural de
los estudiantes al nivel de licenciatura, al posgrado y a su
formación en la investigación y entre las distintas modali-
dades de estudio que se ofrecen. Las propuestas conjuntas
a través de redes serán los puentes que unan los distintos
niveles de formación entre sí, y éstos a su vez con las fun-
ciones sustantivas y adjetivas.

96 Para una adecuada coordinación del trabajo conjun-


to, especialmente en la modalidad de redes, se requerirá
implementar marcos normativos que faciliten su funcio-
namiento. Esto es sumamente relevante para facilitar el
tránsito de alumnos y profesores, así como de sistemas de
control escolar adecuados y de mecanismos para el reco-
nocimiento de estudios.

El funcionamiento en red se puede esquematizar de la


siguiente manera.
Unidad
Académica 1

Unidad Coordinación Unidad


Académica 2 de la Red Académica 3

Unidad
Académica 4

Funcionamiento en red
97

La administración del IPN tendrá entre sus tareas fun-


damentales, además del establecimiento de las políticas ge-
nerales de desarrollo, garantizar la adecuada coordinación
y colaboración entre las Unidades Académicas mediante la
centralización de algunos procesos y la descentralización
de otros. Para ello, será relevante contar con mecanismos de
evaluación y de rendimiento interno de cuentas, especial-
mente aquellos que se deriven de los instrumentos de pla-
neación y evaluación que se establezcan y sean avalados
por las instancias correspondientes.

Los instrumentos de planeación y evaluación (por


ejemplo, los Convenios por la Calidad y la Innovación), se
constituirán en el mecanismo privilegiado de coordina-
ción de la administración central y las Unidades Académi-
cas, tanto para los proyectos unitarios como para los pro-
yectos conjuntos entre dos o más unidades, y permitirán
determinar: 1) la pertinencia de los objetivos y propósitos,
y su concordancia con el Programa de Desarrollo Institu-
cional; 2) fomentar la colaboración inter Unidad Acadé-
mica; 3) asignar los recursos conforme a los objetivos y
programas aprobados; 4) disponibilidad ágil de recursos
para sustentar las tareas y actividades acordadas; 5) evaluar
sistemáticamente los resultados a partir de los indicadores
que se señalen.

El trabajo conjunto y el funcionamiento en red, cuan-


do así lo requiera la demanda del entorno, trascende-
rá las instalaciones y ámbitos institucionales para
complementarse con los recursos humanos, financie-
98 ros y la infraestructura de otras organizaciones, edu-
cativas o no, en programas convenidos y reconocidos
mutuamente con ellas.

Los planes de estudio

Una característica esencial para el diseño del Politécnico


radicó en que éste “partía de situaciones reales del país,
aplicaba en sus estrategias experiencias propias y llegaba a
conclusiones definidas” (SEP, 1932). De ese modo, por ejem-
plo, los estudios de preparatoria técnica preparaban a los
estudiantes para aplicarse en la vida laboral inmediata o
para ingresar en escuelas profesionales de estudios técni-
cos, como se decía en la época, sin que tales estudios reba-
sasen los cuatro años.
La orientación de los planes de estudio evolucionó
lentamente, y es hasta principios de los años sesentas en
que empiezan a darse modificaciones importantes en su
diseño. Hasta entonces el concepto de enseñanza técnica
parecía haberse restringido al de preparación para el tra-
bajo, con una visión pragmática respecto a los planes de
estudio. Como se ha expresado, parecía que la urgente ne-
cesidad de técnicos justificaba ese enfoque, tal y como lo
señaló Guillermo Massieu (León, 2002).11

Después de los años sesenta se empezó a reconocer


que los planes de estudio requerían “formar simultánea-
mente al hombre y al técnico científico, al ciudadano que
requiere México, consciente de sus deberes hacia la socie-
dad y del buen uso que debe hacerse de la técnica y la cien-
cia”, como también lo expresó Massieu.
99
De ese aprendizaje de más de seis décadas es que aho-
ra, sin perder la esencia y la raíz del Instituto, los planes de
estudio de su oferta educativa deberán tener las siguien-
tes particularidades: flexibles, por créditos, conformados
por unidades de aprendizaje (asignaturas, talleres, labora-
torios, proyectos de investigación, vinculación, servicio so-
cial, extensión y prácticas) en la modalidad presencial o en
otras, organizados en ciclos escolares semestrales; suscep-
tibles de ser ofrecidos por varias Unidades Académicas
(es decir con partes comunes acordes a la rama y perfil del
programa); con salidas intermedias (técnico medio, profe-

11
Citado por León López (2002). Tal visión, como se expresa en ese mismo texto
provenía de la SEP (1932), cuando indicaba que “la enseñanza técnica se orienta hacia
el estudio de las cosas útiles y de los modelos de su producción y perfeccionamiento
fuera de toda contemplación de valores humanos”.
sional asociado, especialidad, u otras que se consideren ne-
cesarias); con diversos tipos de actividades de enseñanza y
aprendizaje y con tránsito fluido entre los distintos niveles
y subniveles que conformen las Unidades Académicas.

Este tipo de organización de los planes de estudio, y el


trabajo colaborativo, permitiría a los estudiantes cons-
truir trayectorias académicas que rebasen las fronteras
de cada uno de los niveles educativos (en términos de
la oferta educativa del IPN, desde el nivel medio supe-
rior hasta el posgrado), y les daría la posibilidad de
diseñar planes de vida y carrera. Para el Instituto será
una oportunidad para superar las dificultades en la
organización de niveles educativos por separado y
constituir un verdadero sistema que garantice el trán-
sito fluido entre niveles y modalidades.
100
Cabe señalar que la estrategia para implantar el Mode-
lo Académico será gradual. Ello significa que podrá adop-
tarse por conjuntos de Unidades Académicas que cuenten
con una oferta de programas con temática similar. Asimis-
mo, en cada una de las Unidades Académicas que se incor-
poren al nuevo modelo se establecerán los mecanismos y
se diseñarán las estrategias necesarias para ello, recono-
ciendo sus características y condiciones.

La primera característica (flexibles y por créditos) impli-


ca que los estudiantes tomarían algunas decisiones sobre
su propia formación, como por ejemplo las siguientes: 1) se-
leccionar las unidades de aprendizaje o segmentos del plan
de estudios que cursarán en un ciclo escolar determinado,
de acuerdo con las reglas señaladas para el nivel, modali-
dad y plan de estudios en que el estudiante se encuentre
inscrito; 2) decidir, dentro de un mínimo y un máximo de
créditos permitido, el número total de créditos a cursar en
un ciclo escolar; 3) determinar la duración total de su pro-
grama de estudios, en el marco de las reglas establecidas;
4) seleccionar en diferentes modalidades educativas las
unidades de aprendizaje, o conjuntos de unidades, que le
permitan determinar una parte del contenido de su propia
formación, respondiendo de esta manera a sus intereses y
vocaciones.

Para facilitar la adopción de decisiones como las an-


teriores, por parte de los estudiantes, será necesario esta-
blecer: a) procedimientos para facilitar el seguimiento y
acompañamiento de los estudiantes desde su ingreso hasta
su egreso, mediante la implantación de un sistema institu-
cional de tutorías; b) normas o reglas que definan el tránsito 101
de los estudiantes en los planes de estudio y las posibilida-
des de toma de decisiones en cuanto al contenido de la for-
mación.

El valor en créditos de un programa de estudios depen-


derá del nivel (media superior, técnico medio, profesional
asociado, licenciatura, especialidad, maestría y doctora-
do). Para efectos del diseño y operación de los planes de
estudios, se considerará al crédito como una unidad de va-
lor que reconoce el trabajo del estudiante en una unidad
de aprendizaje o segmento del plan de estudios, y se com-
putarán de conformidad con lo establecido en los Acuerdos
de Tepic de la Asociación Nacional de Universidades e Ins-
tituciones de Educación Superior (anexo 1).
Una de las modificaciones más importantes que intro-
duce el nuevo modelo es la fluidez en el tránsito entre los
distintos niveles y subniveles educativos, así como entre
modalidades y entre Unidades Académicas. Esto último,
junto con las posibles salidas intermedias y la educación
permanente, la cual será, también, una alternativa para
cursar actividades académicas que sean acreditables en los
planes de estudio, se presenta de manera gráfica en el si-
guiente esquema, mismo que refleja las posibilidades de
construir un plan de vida y carrera que tendría todo estu-
diante del Instituto.

Media Superior Posgrado


Superior

102

Educación permanente

Plan de Vida y Carrera del estudiante politécnico

Esto significa que un estudiante de un nivel podrá rea-


lizar una actividad de aprendizaje12 en otra Unidad Acadé-
mica o en otro nivel, siempre y cuando cumpla un aspecto
del perfil de egreso y con las reglas que para el efecto se
establezcan. Lo anterior supone, en todos los casos, que el

12
Las actividades a las que se hace referencia podrían ser, entre otras, las siguien-
tes: participación en actividades o proyectos de investigación, extensión, vinculación
o servicio social y cursos de educación continua.
estudiante deberá presentar y aprobar los exámenes de se-
lección establecidos para cada nivel. También, los planes
darán la posibilidad de transitar entre modalidades (presen-
cial, no presencial y mixta), de forma tal que un estudiante
que ingrese en un programa presencial pueda concluir su
formación en un programa no presencial, o cursar algunas
de las unidades de aprendizaje en dicha modalidad, o a tra-
vés del reconocimiento de actividades académicas realiza-
das en programas de educación continua.

En el diseño de los planes y programas de estudio,


será importante considerar que la flexibilidad no implica
reducción en el esfuerzo necesario para garantizar una
educación de alta calidad. Asimismo se deberá considerar
el uso intensivo de las tecnologías de comunicación e in-
formación más adecuadas al nivel y contenido específico
de la formación. La combinación de modalidades permiti- 103
rá una mayor cobertura y adaptación a las múltiples nece-
sidades de los aspirantes.

La educación a distancia será una vía importante para


impulsar el liderazgo del IPN en el ámbito nacional, aten-
diendo las prioridades establecidas en el Programa Na-
cional de Educación 2001-2006. Los Centros de Educación
Continua y a Distancia que el IPN posee en el territorio
nacional, y las alianzas con otras instituciones educativas,
favorecerán el desarrollo más amplio de los programas en
educación a distancia. El Campus Virtual del IPN debería
tener una mayor relevancia y una mejor articulación con
las Unidades Académicas.
El adecuado funcionamiento del nuevo Modelo Edu-
cativo y Académico requiere que estudiantes y profesores
cuenten con mecanismos de apoyo para el aprendizaje.
Para ello, será importante contar en cada una de las Unida-
des Académicas con Unidades de Autoaprendizaje, y en
cada campus del IPN con Centros de Apoyo Polifuncional
(CAP) para facilitar el acceso a diversas tecnologías de in-
formación y materiales para el autoaprendizaje, tanto de
manera sincrónica como asincrónica, lo que ampliará las
posibilidades para su utilización. Estos espacios contarán
con infraestructura especializada en dichas tecnologías, así
como la posibilidad de asesorar y orientar a los estudiantes
y a los profesores, en cuanto a actividades de aprendizaje, ma-
teriales de apoyo que en las distintas áreas del Instituto se
produzcan, así como los producidos por otras instituciones.

104 Adicionalmente, con el apoyo de asesores de las uni-


dades de autoaprendizaje, se diseñarán estrategias para
aprovechar integralmente la infraestructura instalada en
las bibliotecas y en las Aulas Siglo XXI. Por otra parte, estas
unidades podrían constituirse en difusoras de la informa-
ción sobre los programas de educación continua, las opor-
tunidades de movilidad y cooperación, los proyectos de
vinculación e investigación en los que pudieran participar
los estudiantes y académicos del Instituto.

Los contenidos de los planes de estudio deberán incor-


porar aquello que se considere básico, relevante y actuali-
zado para lograr lo que señale cada perfil de egreso, más
que pretender una formación enciclopedista con planes de
estudio excesivamente cargados de horas clase.
Las unidades de aprendizaje que componen un plan
de estudios podrán ser acreditadas de la siguiente manera:

• Cursar y aprobar las unidades de aprendizaje en for-


ma presencial en la Unidad Académica que ofrece
el programa en el que se encuentra inscrito el estu-
diante.

• Cursar y aprobar las unidades de aprendizaje en for-


ma presencial en una Unidad Académica distinta a
aquella en la que se encuentra inscrito el estudiante.

• Cursar y aprobar las unidades de aprendizaje en


otras modalidades (por ejemplo, no presencial).

• Cursar y aprobar las unidades de aprendizaje en


otras instituciones educativas reconocidas. 105

• Demostrar la posesión del conocimiento y las habi-


lidades por medio de exámenes.

Una vez aprobadas las unidades de aprendizaje, éstas


tendrán validez en cualesquiera de los planes de estudio
del Instituto. En cada uno de ellos se definirán los conteni-
dos que necesariamente, por su importancia, deberán ser
cursados en la Unidad Académica que ofrece el programa y
a la cual se encuentra adscrito el estudiante.

Las unidades de aprendizaje serán diversas, de mane-


ra que se integren en los planes de estudio las actividades
de investigación, de cooperación intrainstitucional y en-
tre instituciones educativas nacionales y del extranjero, de
vinculación, servicio social, difusión cultural y extensión
de los servicios a la sociedad.

El proceso educativo, como lo señala el modelo, debe-


rá estar centrado en el aprendizaje, con profesores que
construyan espacios para la adquisición del conocimiento
y faciliten el proceso. Académicos que aprendan enseñan-
do, que incorporen adecuadamente el uso de las tecnolo-
gías de la información y la comunicación y modalidades de
enseñanza no convencionales, entre otros aspectos rele-
vantes. La Reforma Académica del Instituto Politécnico Nacio-
nal se sustenta en el personal académico y de apoyo académico
de las Unidades Académicas, ellos son los responsables de ha-
cer realidad una concepción integral de la profesión acadé-
mica; esto es, articular adecuadamente las funciones de
docencia, investigación y extensión, con el apoyo de la ad-
106 ministración y dirección que deberá facilitar y alentar esta
nueva forma de trabajo académico.

En consecuencia, será necesario rediseñar el programa


de formación y actualización del personal docente, de manera
tal que se logre contar con un profesorado que, simultánea-
mente, se considere también en su papel de facilitador de
experiencias de aprendizaje y no únicamente como trans-
misor de información; actualizado en los contenidos de la
profesión o disciplina que cultiva y claramente ligado con
su entorno, pero teniendo los elementos didácticos y el
conocimiento en el uso de herramientas de información y
comunicación para construir espacios de aprendizaje en
su relación con los estudiantes. Para jugar ese nuevo papel,
los profesores deberán realizar nuevas actividades: utilizar
la investigación y la solución de problemas como estrate-
gias de formación; definir y utilizar vías diversas para fo-
mentar la creatividad, la capacidad emprendedora y el
desarrollo de habilidades, destrezas y valores, y la identifi-
cación de manera plena con los principios politécnicos.
Para ello, se ampliará el programa de formación de profe-
sores a fin de posibilitar la adquisición de nuevos conoci-
mientos y habilidades que favorezcan la recuperación de la
experiencia personal de los académicos y la enriquezcan.

En este modelo es importante construir una nueva idea


de la Unidad Académica. Por lo que es importante conside-
rarla como un espacio de generación y transmisión del
conocimiento, pero que también promueve el desarrollo
integral de las capacidades intelectuales, sociales y éticas
de los educandos, así como la resolución creativa de los
problemas que plantea un mundo en constante cambio.
107
En la actualidad, el conocimiento se genera y transfor-
ma a velocidades nunca antes vistas en la historia de la
humanidad. Los procesos formativos no pueden integrarse
en planes de estudio estáticos. En consecuencia, las for-
mas de operación del Modelo Académico deberán estar en
permanente construcción. Lo anterior hace necesario que
la evaluación adquiera mayor relevancia, ya que garantiza-
rá la información pertinente para analizar y determinar los
cambios que requieran tanto los planes y programas de es-
tudio como el Modelo Académico.

La definición del modelo reconoce las prioridades de


formación estipuladas en el Programa Nacional de Edu-
cación 2001-200613 para los distintos niveles educativos,
haciendo suya la preocupación por incrementar la cober-
tura, principalmente en la atención de los grupos menos
favorecidos. Por ello, cobra mayor importancia la atención
individualizada que se dé a cada estudiante y la definición
de formas creativas de atención a grupos específicos de po-
blación. Dadas las restricciones presupuestales a las que se
enfrenta el sector educativo, se deberán encontrar en las
alianzas y en el trabajo conjunto (con los gobiernos fede-
ral, estatales, municipales, otras instituciones educativas y
organizaciones sociales), las vías adecuadas para su instru-
mentación.

Para ubicar el objetivo fundamental de los niveles


dentro del nuevo Modelo Académico, es necesario hacer
explícita su definición, ésta incluye:14
108
• El nivel de Educación Media Superior proporciona la
formación necesaria para continuar estudios profe-
sionales y para la vida en sociedad, y las competen-
cias para el desempeño laboral técnico profesional.15

• El nivel de Profesional Asociado o Técnico Superior


proporciona competencias preparatorias para la for-
mación profesional y para el desempeño laboral téc-
nico posbachillerato con capacidad de trabajar en

13
“El reto consiste en incrementar la cobertura con equidad del sistema, ampliar la
oferta y acercarla a los grupos más desfavorecidos…”. (SEP, 2001:164).
14
Esta sección sigue fundamentalmente lo establecido en el Reglamento Interno
del IPN.
15
“El valor en créditos del bachillerato será de ciento ochenta como mínimo y de
trescientos como máximo, sin incluir las actividades o asignaturas de preparación para
el trabajo”. ANUIES, 1972.
forma asociada con profesionales del nivel licencia-
tura o posgrado.16

• El nivel de Licenciatura dota de las competencias


básicas generales para el desempeño profesional y
las competencias complementarias para la investi-
gación y el desarrollo del conocimiento para la ópti-
ma realización de ese desempeño.17

• El nivel de Posgrado, como el más alto nivel formati-


vo, proporciona las competencias complementarias
especializadas para el desempeño profesional y las
competencias amplias para la generación, desarro-
llo, adaptación y aplicación del conocimiento con
diferentes grados de profundidad y capacidad en sus
tres niveles, especialidad, maestría y doctorado.18
109
• La Educación permanente adquiere una nueva fi-
sonomía al convertirse en una parte integral del
modelo. De acuerdo con ello, no se restringe a la
actualización y formación para los egresados de cual-
quiera de los niveles educativos que ofrece el Insti-
tuto, o al servicio a los egresados de otras instituciones

16
“Un título de técnico profesional a nivel de licenciatura (salida lateral) tendrá un
valor en créditos de ciento cincuenta como mínimo”, ANUIES, 1972. Por su parte, el
Acuerdo 279 de la Secretaría de Educación Pública establece que el Profesional Asocia-
do o Técnico Superior Universitario deberá contar con un mínimo de 180 créditos
(SEP, 2000). En la presente propuesta se adopta el criterio establecido por la SEP.
17
“El valor en créditos de una licenciatura será de trescientos como mínimo y cua-
trocientos cincuenta como máximo, pero será cada cuerpo colegiado el encargado de
establecer el número exacto, siempre dentro de los límites señalados”. ANUIES, 1972.
18
La definición de los subniveles en el posgrado (especialización, maestría y docto-
rado) se presenta en la sección correspondiente a los programas de posgrado, así como
los valores mínimos y máximos en créditos para cada uno.
educativas, sino que estará presente como una res-
ponsabilidad institucional permanente orientada,
también, a los estudiantes en activo de los tres nive-
les educativos que atiende el Instituto. Es decir, se le
considera como un espacio de aprendizaje para los
estudiantes. Como consecuencia de lo anterior, la
educación continua se convertirá en una fuente po-
tencial de créditos, especialmente en lo que corres-
ponde a las unidades de aprendizaje optativas de los
planes de estudio.

El perfil de ingreso. Los estudiantes que ingresen al Ins-


tituto Politécnico Nacional, en cualesquiera de sus progra-
mas y niveles, deberán contar con los conocimientos y las
habilidades básicas que garanticen un adecuado desem-
peño en el nivel al que solicitan su ingreso. Asimismo, de-
110 berán contar con las actitudes y valores necesarios para
responsabilizarse de su proceso formativo y asumir una
posición activa frente al estudio y al desarrollo de los pro-
yectos y trabajos requeridos, coincidentes con el ideario y
principios del IPN.

El perfil del egresado. En cada uno de los planes de estu-


dio de los programas del Instituto se definirá un perfil del
egresado que incorporará aspectos relativos a: 1) los conte-
nidos necesarios para cada nivel de estudios; 2) el ejercicio
de las actividades profesionales para las cuales ha sido for-
mado el egresado; 3) el funcionamiento social responsable
del propio egresado. Sin embargo, el Modelo Educativo de-
fine una formación de carácter integral y orienta hacia al-
gunas características del perfil deseable en todo egresado
del Instituto, independientemente del programa de estu-
dios y del nivel educativo. En consecuencia, se define a
modo genérico el perfil de egreso de la siguiente manera:

Los egresados del IPN contarán con una sólida


formación integral, con conocimientos generales
científicos y tecnológicos, por lo que serán capa-
ces de desempeñarse en distintos ámbitos, y de
combinar adecuadamente la teoría y la práctica
en su campo profesional. Habrán adquirido las
habilidades necesarias para desarrollar un plan
de vida y carrera, desenvolverse en ambientes
de trabajo inter y multidisciplinarios, trabajar en
equipo y desarrollar actitudes de liderazgo. Todo
egresado habrá recibido una formación susten-
tada en valores éticos, de responsabilidad, que los
harán conscientes y abiertos al cambio, capaces
de actualizarse permanentemente y de responder 111
a las necesidades de la sociedad y al desarrollo
sustentable de la nación.

Estas características del perfil del egresado concuer-


dan con el Modelo Educativo propuesto, permiten cumplir
la misión y construir la visión de futuro. En consecuencia,
para cualquier nivel, todo plan de estudios que se diseñe
sobre la base del nuevo Modelo Educativo y Académico
deberá tener como punto de partida, y orientación para la
selección de contenidos y experiencias formativas, un per-
fil de egreso concordante con las características antes se-
ñaladas, precisándose, para cada caso, las particularidades
de la formación profesional. El Modelo Académico estable-
ce relaciones entre las distintas modalidades, niveles y fun-
ciones, mismas que se presentan a continuación.
Gestores y profesores

M o d a l i d a d e s
Proceso educativo

Demanda externa
Salidas laterales
A l u m n o s

N i v e l e s

Certificación
Métodos de
enseñanza y
Media superior Presencial Convencional
aprendizaje
Planes y Superior No presencial Innovativa
programas de Posgrado Mixta
estudio

Relaciones del Modelo Académico

Para garantizar el cumplimiento de los propósitos ins-


112 titucionales plasmados en el Modelo Educativo, el diseño
de los planes de estudio deberá considerar una estructura
básica similar, pero flexible, que garantice la adquisición
de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores pro-
pios de un programa determinado, todo ello dentro del
marco del Modelo Educativo adoptado.

La estructura básica para los niveles medio superior y


superior19 permitirá un funcionamiento flexible y se cons-
tituirá por áreas de formación que serán la base para orga-
nizar los objetivos y contenidos curriculares. Un área de
formación se constituye con los contenidos requeridos en
una etapa del proceso formativo, lo que no significa nece-
sariamente una secuencia temporal definida. Son niveles

19
La parte correspondiente al posgrado se presenta en la página 127.
o etapas (denominadas áreas formativas), que permiten
organizar los contenidos para el logro de los objetivos cu-
rriculares. Estas áreas incluyen, además de los contenidos
tradicionales propios de un programa de estudios, un área
de formación institucional que garantizará que todo estu-
diante tenga un conjunto sólido de conocimientos y habili-
dades para construir su propio proceso de aprendizaje, y
un conjunto de valores y actitudes, definidos en el perfil de
egreso, concordantes con el Modelo Educativo y la misión
y visión del IPN.

Los planes de estudio en el nivel medio superior

La formación en este nivel educativo se orienta a la forma-


ción de individuos útiles a la sociedad, capaces de com-
prender e interrelacionarse con el mundo en el que viven, 113
conducirse como adultos responsables y comprometidos
con la solución de los problemas del país, su propio desa-
rrollo y, además, con la posibilidad y habilidad de conse-
guir un empleo e incorporarse activamente al mercado de
trabajo. Los planes de estudio contarán con una orienta-
ción más general que, sin abandonar la formación biva-
lente20 propia del Instituto, permita a los estudiantes contar
con un acervo de conocimientos y habilidades que forta-
lezca las capacidades para la autoformación.

20
La formación bivalente corresponde a los programas del nivel medio superior que
cuentan con planes de estudio que incorporan una parte propedéutica que forma al
estudiante con las habilidades, conocimientos, actitudes y valores necesarios para su
ingreso a la educación superior, y una formación técnica que le permita insertarse en
el mundo laboral, independientemente de su decisión de continuar al nivel superior.
El nivel de educación media superior continuará ofre-
ciendo programas bivalentes, ya que la infraestructura ins-
talada y el personal académico que atiende los programas
de técnico profesional son, actualmente, una fortaleza ins-
titucional que deberá ser preservada. Sin embargo, y reco-
nociendo que una elevada proporción de los egresados de
este nivel continúan estudios del nivel superior, se analiza-
rán, y en su caso, rediseñarán las opciones técnicas. Ade-
más, en el diseño de los planes de estudio se identificará
un conjunto de competencias laborales, aprobadas por el
Consejo de Normalización y Certificación de Competencia
Laboral (CONOCER), mismos que pudieran ser evaluados
y reconocidos por el organismo certificador que al efecto
se constituya en el IPN y, por tanto, habilitando a los profe-
sionales con el certificado correspondiente que permita la
incorporación al mercado de trabajo.
114
De acuerdo con lo anterior, la organización de los pla-
nes de estudio, tanto en la modalidad presencial, no pre-
sencial y mixta, permitirá la obtención de una formación en
una o varias competencias laborales específicas en cualquier
momento de la trayectoria del estudiante. Ellos podrán so-
licitar la certificación de una o más de dichas competen-
cias. Para esto, la red de educación media superior del IPN
tendrá cuerpos académicos que determinen, en cada caso,
los contenidos necesarios para la certificación que se dará
al estudiante. De esta manera, todo estudiante que ingrese
a la educación media superior tendrá, en cualquier etapa
del plan de estudios, la posibilidad de contar con el recono-
cimiento y certificación de los estudios realizados que le
permitan incorporarse al mercado de trabajo. El siguiente
esquema presenta las posibles salidas laterales y la salida
técnica del nivel medio superior.

Competencia
laboral
Ingreso
educación media superior

Competencia
Plan de estudios de

laboral

Competencia
laboral

Bachillerato
Egreso Tecnológico
Bivalente

Salidas laterales del nivel medio superior

Asimismo, será importante evaluar la pertinencia de 115


las opciones técnicas del bachillerato bivalente a la luz del
contexto actual, a fin de asegurar, en lo posible, que las re-
peticiones de programas en centros diferentes responden
a las demandas sociales, analizando la factibilidad de unir
varias especialidades en una más amplia o, inclusive, con-
siderando la necesidad de crear nuevas opciones técnicas
que permitan diversificar la oferta. Del mismo modo, será
forzoso incorporar, para las opciones técnicas y salidas la-
terales, unidades de aprendizaje basadas en normas de
competencia laboral que permitan la certificación de los
aprendizajes y la acreditación nacional e internacional de
los programas.

En el nivel medio superior los planes de estudio ten-


drán una duración mínima de 200 y una máxima de
220 créditos, de los cuales hasta el 70% se orienta-
rán a la formación propedéutica y hasta el 30% de los
créditos estarán dedicados a la formación técnica es-
pecializada. Los valores específicos en créditos de la
formación técnica especializada dependerán del dise-
ño curricular y tendrán variaciones según la rama y
área del conocimiento seleccionada por el alumno. En
la modalidad presencial la carga horaria se analizará
y modificará, a fin de que el alumno tenga la posibili-
dad de desarrollar actividades de aprendizaje inde-
pendiente.

Es importante señalar que dicha estructura permitirá


que el estudiante que ingrese a uno de los centros del IPN
se traslade a otro centro (dependiendo de los espacios dis-
ponibles) para concluir su formación profesional. Lo cual
116 redundará en un mejor aprovechamiento de la infraes-
tructura instalada y en una respuesta más adecuada a la
vocación de los estudiantes. Asimismo, permite que el es-
tudiante pueda optar por una salida lateral una vez cubier-
tos los requisitos que al efecto se establezcan en cada plan
de estudios. Lo anterior, facilitará la incorporación al mer-
cado de trabajo de aquellos que, por diversas razones, de-
ban interrumpir sus estudios.

Las áreas de formación dentro de los planes de estudio


de este nivel serán tres:

• Área de formación institucional. Área que desarrolla


las competencias básicas, así como las actitudes, ha-
bilidades y valores para el desempeño en una socie-
dad en constante transformación. En ella se incluye
el desarrollo de lenguajes, capacidades de comuni-
cación y habilidades de pensamiento y aprendizaje.

• Área de formación científica, humanística y tecnológi-


ca básica. Área en la que se desarrolla el marco de
referencia para comprender la lógica de construc-
ción de las disciplinas básicas, sus conceptos y las
interrelaciones entre las disciplinas, incluye los co-
nocimientos, habilidades, actitudes y valores nece-
sarios para acceder a la educación superior.

• Área de formación profesional o formación para el tra-


bajo. Componente que capacita en una formación
técnica y permite la inserción en el mundo del tra-
bajo.

En la tabla siguiente se presentan las áreas formativas 117


de los planes de estudio y la proporción de los créditos que
le corresponden a cada una de ellas.

La impartición de los contenidos deberá plantearse


a través de formas de construcción del conocimiento que
involucren la resolución de problemas, la investigación, el
trabajo en equipo, la búsqueda de información, elabora-
ción de ensayos, actividades prácticas y de trabajo comu-
nitario, entre otros. Concretamente, el área de formación
científica, humanística y tecnológica básica deberá tener
una variedad de unidades de aprendizaje optativas que per-
mitan al estudiante lograr un énfasis u orientación perso-
nales en su formación.
Educación media superior. Contenidos y proporción de créditos
por área de formación en los planes de estudio

Área de formación
Área de formación científica, humanística y Área de formación
institucional tecnológica básica profesional

• Actividades artísticas. • Unidades de aprendizaje que • Unidades de aprendizaje so-


• Actividades deportivas. permitan comprender la ló- bre la temática de la espe-
• Lengua extranjera. gica de las disciplinas y su cialidad.
• Comunicación y expresión interrelación con otras (cien- • Titulación.
oral y escrita en lengua es- cias básicas, sociales y hu-
pañola. manidades).
• Computación y tecnologías • Unidades de aprendizaje que
de información y comunica- profundicen en los conoci-
ción. mientos, habilidades, actitu-
• Desarrollo de habilidades de des y valores necesarios pa-
aprendizaje. ra acceder a la educación
• Orientación juvenil y profe- superior.
sional. • Unidades de aprendizaje op-
tativas (al menos el 5% de
los créditos).

• Hasta el 15% de los créditos • Al menos el 60% de los cré- • Hasta el 30% de los créditos
del plan de estudios ditos del plan de estudios del plan de estudios

Formación común a todos los centros Formación específica que de-


penderá de la vocación de
cada centro

El total de créditos para los programas del nivel medio superior será de 200 a 220
118

Asimismo, el alumno podrá demostrar en distintos mo-


mentos de su formación que cuenta con las habilidades y
conocimientos necesarios mediante procesos de certifica-
ción de competencias.

Para lograr una operación adecuada del modelo, la des-


carga de horas/clase a los profesores, por efecto de las mo-
dificaciones en la carga horaria de los planes de estudio,
permitirá que se dedique tiempo docente a actividades cru-
ciales para el buen desarrollo de los planes de estudio,
como son: la asesoría, tutoría y atención individualizada
de los alumnos; el seguimiento y supervisión de los progra-
mas de servicio social y vinculación con el sector externo;
la formación docente para un mejor desempeño en el nue-
vo modelo y para la actualización disciplinaria, pedagógi-
ca, y en el uso de las nuevas tecnologías de información y
comunicación.

Por otra parte, dado que los programas tendrán múlti-


ples espacios de relación con el entorno, será obligatorio
incorporar la realización del servicio social en los planes
de estudio, a fin de que esté comprendido en el conjunto de
actividades que los alumnos desarrollen como parte de su
formación.

El ejercicio y la aplicación del conocimiento en situa-


ciones reales es factor indispensable para los alumnos del
nivel medio superior, dado el carácter bivalente de la for-
mación. Por tal razón, las opciones técnicas deberán basar-
se en intensa práctica. Ello significa que el aprendizaje se
dé mediante el ejercicio profesional supervisado, el cual 119
deberá ser parte de la filosofía fundamental de esta área,
para que el alumno aprenda en laboratorios y talleres, así
como mediante la realización de prácticas profesionales
fuera de la escuela. El acercamiento de los alumnos a las
condiciones de desarrollo laboral y social les permite cono-
cer cómo se desempeñan los actores en el mundo del tra-
bajo, cómo se establecen las relaciones interpersonales y
enfrentan problemas de la práctica profesional.

La elección de salidas técnicas, en la edad en la que


los estudiantes cursan la educación media superior, no es
tarea fácil. Por ello, deberán instrumentarse mecanismos
de apoyo que permitan orientar al alumno en la elección
de sus estudios, de acuerdo a los intereses, capacidades,
habilidades y aptitudes, que identificarán en los primeros
semestres. Esta será una de las tareas a realizar por los pro-
fesores/tutores.

La investigación en el nivel medio superior debe ser


utilizada como método para la adquisición del conocimien-
to por parte de los estudiantes y para que los profesores
accedan a nuevos conocimientos. La incorporación de los
estudiantes a proyectos desarrollados en las escuelas de
nivel superior y los centros de investigación, permitirá al
alumno descubrir y enfrentar el conocimiento, desarrollar
la capacidad para la resolución de problemas y la toma de
decisiones, por lo que su enfoque en este nivel será ne-
tamente formativo. Por otra parte, el desarrollo de la inves-
tigación educativa será un quehacer de algunos miembros
del personal docente de las escuelas de nivel medio supe-
rior, así como un mecanismo para la retroalimentación de
120 los procesos formativos y la innovación de los mismos.

La extensión como función sustantiva, integrada a las


actividades del nivel medio superior, impulsará la forma-
ción integral de los alumnos, permitirá desarrollar sus ca-
pacidades físicas, artísticas, creativas y para el trabajo en
equipo, así como los valores que promueve el Modelo Edu-
cativo del IPN, acercando a los estudiantes a la realidad
social del país. Buscará, asimismo, el desarrollo de una
conciencia de respeto a los derechos humanos y una cultu-
ra del desarrollo sustentable.

La evaluación, como proceso que contribuye a la mejo-


ra de la calidad, ofrece información para emitir juicios de
valor y tomar decisiones. Ella será la base para la reflexión
cotidiana del quehacer del docente y facilitará la defini-
ción de los cambios y orientaciones necesarias para el
cumplimiento en este nivel educativo de los fines y la mi-
sión del IPN.

Los planes de estudio en el nivel superior

En el nivel superior los planes de estudio de Profe-


sional Asociado tendrán un valor de 180 créditos. En
Licenciatura de 350 como mínimo y 450 como máxi-
mo (SEP, 2000; ANUIES, 1972). En la modalidad pre-
sencial la carga horaria de trabajo en el aula deberá
ser analizada, a fin de que el alumno tenga la posibili-
dad de desarrollar prácticas y actividades de estudio
independiente.

En este nivel la oferta educativa estará integrada por 121


programas de profesional asociado y licenciatura, e incor-
pora competencias laborales que se definen en cada uno
de los planes de estudio. De esta manera, todo estudiante
tendrá, en diferentes etapas del plan de estudios, la posibi-
lidad de contar con el reconocimiento y certificación de los
estudios realizados que le permita incorporarse al mercado
de trabajo. El siguiente esquema presenta las posibles sali-
das del nivel superior.
Competencia laboral
Ingreso

Competencia laboral

Plan de estudios de
educación superior
Profesional asociado

Egreso Licenciatura

Salidas laterales del nivel superior

Además, tanto en las opciones de licenciatura como


en las salidas laterales de profesional asociado, el plan de
estudios contará con cuatro áreas de formación, como se
122 señala en la tabla que se muestra.

Educación superior
Contenidos y proporción de créditos por área de formación en los planes de estudio

Área de formación Área de formación Área de formación Área de formación


institucional científica básica profesional terminal y de
integración

Unidades de aprendizaje Obligatorias: Obligatorias: Obligatorias de formación


para el desarrollo de terminal:
competencias básicas. 1) unidades de aprendizaje 1) comunes a un conjunto
comunes a la rama,21 de programas similares, 1) servicio social,
2) específicas del 2) específicas del
programa. programa. 2) titulación.

Optativas (máximo 10%) Obligatorias de integración


del conocimiento

Electivas (al menos 5% de


los créditos)

Profesional Asociado (180 créditos)

Continúa

21
La rama corresponde a las tres que atiende el Instituto: ingeniería y ciencias físi-
co matemáticas, ciencias sociales y administrativas, y ciencias médico biológicas.
24 créditos Entre el 20 y el 25% de los Entre el 45 y el 60% de los Hasta el 20% de los
créditos créditos créditos

Licenciatura (entre 350 y 450 créditos)

24 créditos Entre el 25 y el 35% de los Entre el 40 y el 50% de los Entre el 15 y el 25% de los
créditos créditos créditos

Área de formación institucional. Esta área proporcionará


conocimientos y desarrollará competencias básicas que darán
a los estudiantes del IPN una mejor base para el desarrollo de
los estudios de profesional asociado y licenciatura, de manera
que se facilite, a lo largo de los estudios, la adquisición de
nuevos conocimientos y competencias. También, permiti-
rá contribuir a la formación integral mediante el conoci-
miento del entorno y el desarrollo de las actitudes y valores
señaladas en el Modelo Educativo. En esencia, esta área
construye las bases para que los estudiantes desarrollen la
capacidad de aprender a aprender y contribuye sustancial-
mente a aprender a ser, a convivir, a respetar y a emprender. 123

El contenido de las distintas unidades de aprendizaje


que componen esta área deberá estar relacionado entre sí.
Para el diseño de los planes de estudio, cada una de las
Unidades Académicas seleccionará las unidades de apren-
dizaje y determinará el nivel de profundidad y amplitud en
el dominio de las competencias básicas que considere con-
tribuyen de mejor manera a la construcción del perfil de
egreso de los programas que ofrece. Para garantizar un con-
tenido institucional mínimo se seleccionará un grupo de
profesores responsable del diseño de los programas especí-
ficos de cada unidad de aprendizaje. El seguimiento de los
avances de los estudiantes en esta área de los planes de
estudio se llevará a cabo por las academias correspondien-
tes en cada una de las Unidades Académicas, a fin de ga-
rantizar que las experiencias educativas en esta área de
formación común se lleven a cabo de modo adecuado y los
contenidos se refuercen mutuamente.

Las unidades de aprendizaje que estarán comprendi-


das en esta área, y de las que cada Unidad Académica po-
drá seleccionar las más adecuadas al perfil de egreso de los
programas que atiende, serán las siguientes:

• Comunicación oral y escrita.


• Tecnologías de información y comunicación.
• Desarrollo de habilidades de pensamiento y apren-
dizaje.
• Inglés.
• Solución de problemas y creatividad.
• Trabajo en equipo y liderazgo.
124 • Desarrollo profesional y ético.
• Desarrollo sustentable.

El área de formación científica básica estará constituida


por todos aquellos contenidos necesarios para construir las
bases de conocimiento para un conjunto de programas de
una misma rama (ICFM, CMB, CSA). Los contenidos se or-
ganizan en unidades de aprendizaje del plan de estudios22
y corresponden exclusivamente a las ciencias fundamenta-
les, aquellas que proporcionan los fundamentos de un de-
terminado campo del saber científico y son indispensables
para, con posterioridad, comprender un campo específico
de la realidad. Esta área contará con unidades de aprendi-
zaje de los siguientes tipos:
22
Asignaturas, seminarios, cursos, talleres, laboratorios, experiencias profesiona-
les, prácticas profesionales, servicio social, proyecto de investigación, de extensión, de
vinculación, de cooperación, o cualquier otra modalidad que pudieran asumir.
• Obligatorias comunes a la rama (ICFM, CMB, CSA).
• Obligatorias específicas del programa.

Esta área será, en su mayor parte, común a las diver-


sas Unidades Académicas cuya oferta de programas se
ubique en una misma rama.

El área de formación profesional se integra con los con-


tenidos propios de la formación profesional; es decir, incor-
pora todos los contenidos y experiencias que construyen
un perfil profesional determinado, aquello que caracteriza
y que es propio de una formación profesional determina-
da. Se constituye con todos los contenidos encaminados a
la adquisición de conocimientos, habilidades, actitudes y va-
lores necesarios para el desempeño de una actividad profe-
sional. Esta área contará con unidades de aprendizaje de los
siguientes tipos: 125

• Obligatorias comunes a un conjunto de programas


similares.
• Obligatorias específicas de la formación profesional.
• Optativas.

Dado que en esta área se incorporan los contenidos


propios de una formación profesional determinada,
será similar en todas las Unidades Académicas que
ofrezcan el programa de estudios a fin de garantizar
las condiciones necesarias para la movilidad estu-
diantil dentro del Instituto.

El área de formación terminal y de integración, estará


constituida por las unidades de aprendizaje que permitan
integrar los contenidos curriculares adquiridos en las eta-
pas previas de la formación, privilegiando la participación
en proyectos y/o actividades de investigación, de vincula-
ción, de extensión, entre otras. También, incorporará aque-
llas experiencias que permitan relacionar la formación
académica con el ejercicio profesional. En otras palabras,
es el espacio en el que se preparará al estudiante para su
egreso del ámbito educativo y su tránsito hacia el mercado
de trabajo. Finalmente, en esta área también se incorporan
las experiencias que permitan fortalecer, de manera direc-
ta, la formación humanística y el desarrollo de las actitu-
des y valores señalados en el Modelo Educativo. Se trata
del espacio formativo que permitirá integrar al currículum
el servicio social y la titulación con objetivos de aprendiza-
je que aporten elementos para construir el perfil de egreso.
Esta área contará con unidades de aprendizaje de los siguien-
126 tes tipos:

• Obligatorias de la formación terminal, servicio so-


cial y titulación.
• Obligatorias de integración.
• Electivas.

Las unidades de aprendizaje obligatorias de integración


serán las que posibiliten al estudiante utilizar conocimien-
tos y habilidades adquiridos en distintos momentos de su
formación para la solución de problemas y la elaboración
de proyectos propios de la formación profesional. Por su
parte, las unidades de aprendizaje electivas serán aquellas
que el estudiante podrá seleccionar libremente de entre la
oferta institucional o de otras instituciones educativas. Ta-
les unidades permitirán que el estudiante satisfaga inquie-
tudes vocacionales propias, enfatizar en algún aspecto de
su profesión, o complementar la formación. Es la parte del
plan de estudios que posibilita, con mayor claridad, la mo-
vilidad intra e interinstitucional. La selección de las unida-
des de aprendizaje a cursar por un estudiante requerirá la
autorización del profesor/tutor.

Este tipo de estructura podría asegurar que los planes


de estudio de los programas del Instituto respondan al
Modelo Educativo, de manera particular, en lo que co-
rresponde a las características del perfil del egresado.

Los planes de estudio en el nivel de posgrado

El Modelo Académico del IPN reconoce que altos niveles


de especialización en la licenciatura ya no son lo más ade- 127
cuado, toda vez que las nuevas circunstancias sociales,
productivas y de avance del conocimiento demandan pro-
fesionistas con sólidas bases en su formación que aseguren
una posibilidad de actualización permanente. En conse-
cuencia, la profundización en el conocimiento de las disci-
plinas se traslada al posgrado, mismo que se transforma y
asume un papel relevante en el nuevo Modelo Educativo
del Instituto.

La formación de alto nivel que proporciona el pos-


grado estará enfocada a las áreas científicas y tecnoló-
gicas que han sido, y seguirán siendo, una fortaleza del
Instituto. Por lo que se alentará un posgrado profun-
damente ajustado a la realidad productiva y económi-
ca del país y a los avances en el conocimiento.
La especialización estará enfocada a proporcionar co-
nocimientos profundos en campos determinados del cono-
cimiento y en su aplicación en áreas y casos específicos, a
fin de que el egresado resuelva problemas que requieran
un mayor nivel de conocimiento o habilidad que los pro-
blemas generales para los que está formado un egresado de
la licenciatura. Todo programa de especialización tendrá al
menos 45 créditos, y una duración máxima de un año, con
excepción de aquellos para los que exista una normatividad
nacional distinta (por ejemplo, en el área de la salud). Los
planes de estudio de este subnivel comprenderán cursos
con clases teóricas, teórico-prácticas y prácticas, no llevan
como requisito tesis y, dependiendo del programa, even-
tualmente se considerará algún tipo de trabajo recepcional.

La maestría tiene por objeto la formación científica y


128 tecnológica que habilite al estudiante para conocer con
amplitud y profundidad el conocimiento existente en el
área de formación y aplicarlos con altos niveles de especia-
lización, así como realizar investigación bajo la dirección
de un tutor y, de ser necesario, un Comité Tutorial. Las
maestrías estarán orientadas a formar profesores-investi-
gadores, científicos, tecnólogos y profesionistas, por lo que
podrán ser de dos tipos: 1) profesionalizante y 2) en cien-
cias. Los programas de maestría tendrán un máximo de 75
créditos, dependiendo la naturaleza de la investigación que
realicen, podrán solicitar reportes, diseños, análisis de ca-
sos, entre otras modalidades recepcionales (para las maes-
trías profesionalizantes), y la tesis será una opción para
aquellas áreas o campos de la formación que requieran la
formalización estricta de estos resultados como es el caso
de las maestrías en ciencias.
El doctorado tiene como finalidad apoyar la formación
y actualización de recursos humanos con capacidad para
desarrollar y dirigir, de forma autónoma investigación cien-
tífica y tecnológica. Los estudios en este nivel capacitan
para desarrollar investigación original y de frontera y para
realizar aplicaciones novedosas de esta investigación, con-
tribuyendo con el avance de la frontera del conocimiento.
Los doctorados del Instituto podrán ser en ingeniería enfo-
cados al área tecnológica y de aplicación, o en ciencias en-
focados a la investigación científica. En cada programa se
especificará el total de créditos a cubrir. En el doctorado, el
reporte del avance realizado al conocimiento existente, así
como la aplicación original que se realice de éste, requeri-
rán, invariablemente, de la sustentación de una tesis doc-
toral.

Los programas de maestría y doctorado comprenden 129


cursos con clases teóricas, teórico-prácticas y prácticas, es-
tancias, seminarios y trabajo de investigación.

La flexibilidad curricular tiene ya un amplio arraigo


en los programas de posgrado del IPN, por lo que la recu-
peración de esta experiencia será la base para generalizarla
en los demás niveles. Por ello, los programas de posgrado
incorporarán también las posibilidades de transitar entre
las diferentes modalidades alternativas a la educación pre-
sencial e impulsarán el uso de tecnologías instruccionales
que apoyen y amplíen los espacios formativos. Asimismo,
se reconocerán las actividades y trabajo académico, previo
acuerdo con el tutor o el cuerpo colegiado correspondien-
te, que los estudiantes desarrollen en cooperación con otras
instituciones educativas y en vinculación con el sector pro-
ductivo y de servicios público y privado.

La formación en maestría y doctorado debe garantizar


las habilidades y competencias para realizar investigación
con diferentes niveles de amplitud y profundidad, por lo
que el posgrado en el nuevo Modelo Académico se centra
en la investigación y en su capacidad de aplicación. Serán
la complejidad y grados de originalidad de la investigación,
los que diferencien la maestría del doctorado.

El nuevo Modelo Educativo del IPN, al tener como eje


articulador y definitorio del posgrado a la investigación,
implica que la calidad y originalidad de las propuestas de
proyectos de investigación, su desarrollo bajo la supervi-
sión de un tutor, y previa aprobación del cuerpo colegiado
130 correspondiente, podrán ser consideradas para que un es-
tudiante transite desde la maestría hacia el doctorado. Esto
significa que, a solicitud del estudiante, y por recomenda-
ción del cuerpo colegiado, se podrán omitir requisitos de la
maestría y continuar al doctorado. Asimismo, el estudian-
te inscrito en una especialidad podrá continuar la maes-
tría, contando para ello con el reconocimiento de, al menos,
una parte de los créditos ya cursados y aprobados.

El funcionamiento en red propuesto para el IPN seña-


la que la especialidad, maestría y doctorado no deben ser
programas separados, sino formaciones secuenciales que
puedan prolongarse hasta donde lo requieran las necesida-
des y vocaciones de los estudiantes. Si bien el acceso a
cada uno de ellos puede hacerse por separado o, de acuer-
do con las necesidades de cada solicitante, puede cursarse
sólo uno de estos subniveles, el diseño de los planes de es-
tudio deberá contemplar la secuencia completa.

De esta forma, cuando en un área o campo del conoci-


miento exista la oferta de todos los subniveles, o dos de ellos,
el alumno podrá transitar por éstos, como si se tratara de
un solo programa, ajustándose a las normas y criterios es-
tablecidos para este tránsito. Estas posibles secuencias se
presentan a continuación.

Ingreso

Especialidad Maestría Doctorado

131

Egreso

Secuencia de tránsito en el posgrado

El trabajo colegiado es fundamental en el modelo, espe-


cialmente en el posgrado, tanto para la definición y orienta-
ción de los programas, como para la valoración y autorización
del trabajo de cada uno de los estudiantes. Por tal motivo
las academias de posgrado tendrán que organizarse dentro
de un programa, fomentándose la participación de profe-
sores, tanto en el posgrado como en la investigación, de otras
Unidades Académicas y de otras instituciones educativas
nacionales y del extranjero.
En el modelo de posgrado del Instituto la formación
de los estudiantes será el eje que permita agrupar y
articular el trabajo de los profesores al interior de cada
una de las Unidades Académicas y entre ellas.

El elemento fundamental de un Modelo Educativo cen-


trado en el aprendizaje requiere que los alumnos cuenten
con apoyo tutorial para definir su currículum y sus propias
trayectorias de formación, especialmente en la maestría y
doctorado. La tutoría en el nivel medio superior, en el pro-
fesional asociado y en la licenciatura significa acompañar
a los estudiantes en su tránsito escolar formativo. Pero, en
el posgrado, la tutoría, además de ser un acompañamiento
en el tránsito de los estudiantes, es, sobre todo, la correspon-
sabilidad de un tutor y de un Comité Tutorial, en el trabajo
investigativo del alumno. Al respecto, el Programa Indica-
132 tivo del Posgrado, desde 1991, propone que “las actividades
de los alumnos de doctorado rebasarán los límites de la
relación interpersonal con su tutor, de tal forma que se
integre a un grupo de investigación que mantenga un fun-
cionamiento colegiado” (SEP, 1991). Si bien, se trata de una
actividad que actualmente se lleva a cabo en algunos de los
programas de posgrado del Instituto, será necesario poner
mayor énfasis y mayor soporte en la red interna que for-
men las Unidades Académicas y en las redes en las que
éstas participen.

Un aspecto crucial en la propuesta del nuevo Modelo


Académico, es el relativo a la identificación y definición de
Líneas Institucionales de Generación, Formación y Aplicación
del Conocimiento que articulen el esfuerzo de grupos de in-
vestigación y Unidades Académicas del Instituto. Por ello,
las líneas de generación y aplicación del conocimiento que
se definan como institucionales, y en las cuales se ubiquen
los diferentes proyectos y programas de investigación, ten-
drán dos directrices: 1) serán el espacio donde se asienten
y articulen los programas de posgrado, para la generación,
desarrollo y aplicación del conocimiento; 2) serán el ámbi-
to donde se atiendan las necesidades del entorno, de apli-
cación y transferencia de este conocimiento, por lo que la
relación posgrado-investigación formará una parte sustan-
tiva de los programas de investigación.

La enseñanza de posgrado se apoya y retroalimenta


en la investigación que se realiza en el IPN en dos grandes
campos: básico y aplicado. Dado que la institución dispone
de equipos, plantas a escala piloto, talleres y laboratorios
modernos, y de personal altamente calificado en diferen-
tes especialidades, el servicio que este nivel proporciona a 133
la sociedad es de gran magnitud y versatilidad, por lo que,
además de ser parte de la formación, está articulado con
las actividades de vinculación y difusión contempladas en
los programas sectoriales y en el Plan de Desarrollo Insti-
tucional 2001-2006. Por ello, ésta continuará siendo parte
específica del Modelo Académico en el nivel del posgrado.

La internacionalización es una estrategia para el avan-


ce del IPN y tiene un lugar preponderante en el Modelo
Académico, por lo que, en el posgrado, la participación de
estudiantes y profesores de otras instituciones de educa-
ción superior del país y del extranjero será incorporada
como mínimo de créditos y como porcentaje o proporción
de los espacios curriculares básicos obligatorios, a diferen-
cia de los otros niveles.
En el nuevo Modelo Académico, el posgrado será el
espacio preferente de formación de profesores del nivel
medio superior y superior, convirtiéndose en el área que
identifique y seleccione estudiantes con posibilidades aca-
démicas para dedicarse a la investigación, a fin de estimu-
larlos a continuar esta vocación. Así, la formación temprana
de investigadores, y la contribución a la formación de las
generaciones de reemplazo de personal académico tanto
del IPN como del sistema de educación superior del país,
será también un objetivo del posgrado politécnico.

Los estudiantes del nivel medio superior y superior


tendrán opciones para contribuir y cooperar en proyectos
de investigación como parte de los créditos requeridos en
el programa en el cual se encuentran inscritos. En especial
los estudiantes del nivel superior podrán obtener créditos
134 mediante su participación en seminarios y experiencias
formativas, que servirán de base para la formación tempra-
na de investigadores o para su futura incorporación en el
posgrado.
ANEXOS

135
136 Blanca

136
ANEXO 1
DE LA ASIGNACIÓN DE CRÉDITOS PARA LAS
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE Y PARA
LOS PLANES Y PROGRAMAS

Para efectos de la presente propuesta de Modelo Académico


en el Instituto se tomará como base la definición de crédito
recomendada por la Asociación Nacional de Universidades
e Instituciones de Educación Superior, a saber:

“a) Crédito es la unidad de valor o puntuación de una asig-


natura, que se computa en la siguiente forma:

1. En actividades que requieren estudio o trabajo adi-


cional del alumno, como en las clases teóricas y en
los seminarios, una hora de clase-semana-semestre
corresponde a dos créditos. 137

2. En actividades que no requieren estudio o trabajo


adicional del alumno, como las prácticas, los labo-
ratorios y los talleres, una hora-semana-semestre
corresponde a un crédito.

3. El valor en créditos de actividades clínicas y de las


prácticas para el aprendizaje de la música, las artes
plásticas y las asignaturas de preparación para el
trabajo, se computarán globalmente según su im-
portancia en el plan de estudios y a criterio de los
cuerpos académicos correspondientes.

b) Los créditos se expresarán siempre en números enteros


y corresponderán a quince semanas efectivas de clase.
Además, esta duración será la mínima para un semestre
lectivo. Los créditos para los cursos de extensión menor a
un semestre se computarán proporcionalmente a su dura-
ción y número de horas de clase por semana.

c) El valor en créditos de una licenciatura será de tres-


cientos como mínimo y cuatrocientos cincuenta como
máximo; pero será cada cuerpo colegiado el encargado de
establecer el número exacto, siempre dentro de los límites
señalados.

d) El valor en créditos del bachillerato será de ciento


ochenta como mínimo y de trescientos como máximo, sin
incluir las actividades o asignaturas de preparación para el
trabajo. Un título de técnico profesional a nivel de licencia-
tura (salida lateral) tendrá un valor en créditos de ciento
138 cincuenta como mínimo.

e) Para establecer las equivalencias se tendrá en cuenta la


analogía que debe existir entre las materias, los grupos de
materias y los ciclos completos” (ANUIES, 1972).
ANEXO 2
REGLAS GENERALES PARA LA OPERACIÓN DEL
MODELO ACADÉMICO DEL IPN

Las reglas para la operación de los planes de estudio serán


la base para la elaboración de los manuales, para el diseño
de los planes de estudio y para el análisis de la norma-
tividad del IPN, especialmente aquella relacionada con el
ingreso, promoción, permanencia y egreso de los estudian-
tes (reglamento de estudios de posgrado, reglamento de
estudios escolarizados para los niveles medio superior y
superior), y de los profesores (incluyendo los programas
de estímulos)

a. De los planes de estudio 23


139
 Los planes de estudio estarán organizados en unidades
de aprendizaje diseñadas en función de los objetivos a
alcanzar. Estas unidades pueden asumir la forma de
asignaturas, talleres, seminarios, prácticas, laboratorios,
experiencias de investigación, estancias académicas en
otras instituciones educativas, estancias o prácticas pro-
fesionales en el sector productivo, servicio comunitario,
actividades deportivas, culturales y artísticas, y cual-
quier otra modalidad que la Unidad Académica conside-
re necesaria.

23
Los valores en créditos, máximos y mínimos, para cada nivel y subnivel, se en-
cuentran establecidos en los Acuerdos de Tepic de la ANUIES (1972), y en el Acuerdo
279 de la Secretaría de Educación Pública (2000).
 Los programas del nivel medio superior contarán con
una carga mínima de 200 créditos y una máxima de 220.

 Los programas de profesional asociado contarán con


una carga de 180 créditos.

 Todo plan de estudios del nivel licenciatura que ofrezca


el Instituto tendrá una carga mínima de 350 créditos y una
carga máxima de 450 créditos, a menos que la normati-
vidad haga recomendaciones distintas. Esto es especial-
mente válido para los programas en el área de la salud.

 Los programas de licenciatura no deberán exceder ocho


semestres (salvo recomendaciones expresas de los orga-
nismos acreditadores o certificadores, y el caso de algu-
nos programas en el área de la salud).
140
 Los programas de especialización tendrán un mínimo
de 45 créditos y una duración máxima de un año, excep-
to los programas del área de la salud para los que exista
normatividad nacional diferente.

 Los programas de maestría tendrán un máximo de 75


créditos, y se realizarán en un máximo de 4 semestres o
dos años.

 Los programas de doctorado se completarán al cubrir


los créditos especificados para cada uno. La tesis recep-
cional será requisito ineludible en este subnivel, para
constatar la capacidad de investigación original del estu-
diante.
 Todo plan de estudios deberá contar con el porcentaje
de los créditos en unidades de aprendizaje optativas y/o
electivas previamente señaladas para cada nivel y área.
Para la adecuada selección de dichas experiencias for-
mativas por parte de los estudiantes, se contará con el
apoyo de un profesor/tutor.

 Todo plan de estudios contará con, al menos, un 5% de


los créditos a ser obtenidos mediante experiencias en el
mercado de trabajo, estancias profesionales o actividades
de vinculación. Éstas serán distintas al servicio social.

 Los planes de estudio del nivel medio superior y supe-


rior considerarán, al establecer las cargas horarias, las
actividades a realizar en el aula y las actividades de apren-
dizaje.
141
 Los planes de estudio de especialización considerarán
la dedicación a tiempo parcial de los estudiantes, mien-
tras que en el caso de las maestrías, la dedicación (par-
cial o total) dependerá de su diseño y objetivos. Todos
los programas doctorales considerarán la dedicación a
tiempo completo de los estudiantes).

 Se deberá contar con un procedimiento para autorizar y


evaluar las actividades de aprendizaje realizadas por el
estudiante en otra Unidad Académica, en otra modali-
dad educativa, en otro nivel de estudios y en otras insti-
tuciones nacionales y extranjeras.
 Se deberán contar con mecanismos, en todos los progra-
mas del nivel medio superior y superior, de incorpora-
ción del proceso de titulación en los currícula.

 Se deberán precisar los mecanismos para incorporación


del servicio social y las prácticas profesionales en los
currícula del nivel medio superior y superior.

 El servicio social formará parte del plan de estudios, y


contará con objetivos de aprendizaje. El criterio para se-
leccionar el proyecto específico de servicio social en el
que participará un estudiante será la concordancia de
las actividades a realizar con los objetivos de aprendiza-
je a lograr. La evaluación de los resultados del servicio
social, en su dimensión formativa, estará condicionada
por los objetivos de aprendizaje que se logren obtener
142 durante la prestación del servicio social.

 El proceso de enseñanza estará centrado en el aprendi-


zaje, por lo que se privilegiarán a lo largo de la formación
las diversas experiencias en esa materia. Para ello, el di-
seño y contenido de los programas de las asignaturas,
cursos, talleres, etc., deberán definir dichas estrategias.
Será responsabilidad del cuerpo académico correspon-
diente la aprobación de los programas de cada una de
las experiencias formativas.

 Para el diseño de planes de estudios y proponer nueva


oferta educativa, deberán considerarse las condiciones
del Instituto, las condiciones del entorno, y las necesi-
dades sociales a las que pretende dar satisfacción.
 Los planes de estudio de la oferta de programas del Ins-
tituto estarán compuestos por experiencias formativas
que se podrán cursar de manera presencial, en modalida-
des alternativas a la presencial o en modalidades mixtas.

 En el nivel superior, en cada uno de los planes de estu-


dio se determinar las unidades de aprendizaje del área de
formación institucional que serán requisito para los es-
tudiantes. Se cuidará que los requisitos exigidos sean
razonables, y que se mantengan dentro de los estánda-
res exigidos para la profesión. Para este efecto, se apoyará
en las recomendaciones de los organismos acreditado-
res relacionados con el programa.

 La oferta de planes de estudio será el centro del trabajo


académico del personal. Por ello, las líneas institucio-
nales de investigación serán definidas, entre otros crite- 143
rios, considerando su concordancia con los planes de
estudio. De la misma manera, los programas de exten-
sión de la cultura y los servicios estarán definidos consi-
derando el conjunto de la oferta educativa institucional.
Ambas funciones sustantivas deberán tener como prio-
ridad su papel en el fortalecimiento de la formación in-
tegral de los estudiantes. .

 Para diseñar un plan de estudios y proponer una nueva


oferta educativa en cualquiera de los niveles que ofrece-
rá el Instituto, deberá contarse con un estudio que resu-
ma las principales recomendaciones de los organismos
acreditadores, en el ámbito nacional y en el internacio-
nal, en cuanto a contenidos y profundidad de la forma-
ción, además de las recomendaciones de los organismos
certificadores de profesionistas. También, deberán to-
marse en cuenta las recomendaciones de los colegios y
organizaciones de profesionales y de escuelas y faculta-
des del área. El propósito de estos estudios es el de in-
corporar en el análisis y diseño del perfil de egreso y en
los contenidos curriculares dichas recomendaciones.

 Cada estudiante contará con un profesor/tutor y en el


caso del posgrado, además con un cuerpo colegiado.

b. De la movilidad

 Los estudiantes del Instituto contarán con oportunida-


des de movilidad. Para ello, en todo plan de estudios se
establecerá que un estudiante puede cursar y acreditar
144 una o un conjunto de asignaturas o experiencias forma-
tivas en otra institución educativa nacional o del extran-
jero. La participación de los estudiantes en actividades
de cooperación estará condicionada a la aprobación, por
parte de un cuerpo colegiado, de las asignaturas a cur-
sar en otra institución, y que podrá ser de uno o dos ci-
clos lectivos completos.

 Los estudiantes del Instituto contarán, también, con la


oportunidad de participar en proyectos de investiga-
ción, vinculación, y estancias y prácticas profesionales
que complementen su formación profesional. Para ello,
en los planes de estudio se establecerán los objetivos de
aprendizaje a ser cumplidos en dichas actividades. Di-
chas experiencias de aprendizaje deberán ser previa-
mente autorizadas por el cuerpo colegiado correspon-
diente.

c. De la evaluación

 El examen de ingreso deberá proporcionar, además, de


elementos de juicio sobre la formación previa del estu-
diante, información comparativa para la evaluación de
la calidad de la institución.

 La información derivada de los exámenes de ingreso se


utilizará para la toma de decisiones en el ámbito de los
cuerpos académicos. Para ello, el área de servicios esco-
lares proporcionará a cada Unidad Académica la base de
datos de los resultados globales y por sección del exa-
men de admisión para el conjunto de estudiantes asig- 145
nados a la Unidad, donde se asegurará que el cuerpo
académico correspondiente cuente con la información
suficiente para hacer ajustes en los programas de las
asignaturas, y para tomar decisiones en cuanto a la tuto-
ría, asesoría y apoyo a cada estudiante a su cargo.

 El Instituto establecerá un programa de evaluación del


personal académico. En dicho programa se utilizará,
como un elemento, la información derivada de los exá-
menes departamentales de evaluación del aprendizaje
de los estudiantes.

 El Instituto promoverá las evaluaciones externas de sus


programas educativos, a fin de contar con información
confiable para la mejora de la calidad; asimismo, busca-
rá la acreditación para cada uno de sus programas por
parte de los organismos especializados.

 El Instituto establecerá un programa para evaluar el


proceso de implantación y desarrollo del nuevo Modelo
Educativo, y sus resultados, a fin de garantizar que la
calidad y las fortalezas institucionales se conserven y
acrecienten.

d. Del reconocimiento de estudios, la acreditación y la


certificación de competencias

 Los conocimientos adquiridos previamente pueden ser


reconocidos. Para ello, la estructura del modelo permite
el diseño de exámenes generales por área que podrán
146 ser sustentados por los estudiantes de cualquier nivel,
sin necesidad de haber cursado las asignaturas corres-
pondientes al área. Asimismo, se diseñarán, con base
en los contenidos de los programas de los cursos o expe-
riencias formativas, exámenes para que los estudiantes
demuestren que cuentan con los conocimientos, habili-
dades y actitudes requeridas en una asignatura en lo
particular.

 El Modelo Académico incorporará en cada nivel espacios


para la educación permanente y para la acreditación y
certificación de competencias y saberes, independien-
temente de donde se hayan adquirido.
e. De las tutorías

 Se deberá favorecer, además de la comunicación perso-


nal, la comunicación electrónica entre el profesor y sus
estudiantes, para consultar a éste, para realizar las tuto-
rías, o dar orientación sobre los planes y programas.

 El Modelo Académico permite la toma de decisiones por


parte del estudiante en cuanto a su trayectoria forma-
tiva y a la intensidad de su dedicación. Para asegurar su
éxito, se requiere del acompañamiento de los estudian-
tes por parte del personal académico para apoyarles en
la toma de decisiones e identificar problemas forma-
tivos en tiempo a fin de garantizar la permanencia de
los estudiantes en el Instituto.

 El Instituto establecerá un sistema de tutorías que, so- 147


bre la base de la metodología diseñada por la ANUIES,
fundamentalmente orientada hacia los aspectos forma-
tivos, se complemente con la relación con el mercado
de trabajo. El cuerpo académico responsable del progra-
ma será responsable del seguimiento del programa de
tutorías, y del seguimiento a cada uno de los estudiantes
matriculados en el programa. Este programa tendrá
como propósito fundamental apoyar los problemas de la
trayectoria escolar y proporcionar mejores posibilida-
des de que los estudiantes logren concluir exitosamente
su proceso formativo en el nivel medio superior y supe-
rior, y en el posgrado, adicionalmente, apoyará la con-
clusión exitosa de la formación como investigadores.
f. De la titulación

 En el nivel medio superior el proceso de titulación esta-


rá incorporado en el área de formación profesional, y
para el nivel superior en el área de formación terminal
y de integración.

 En el nivel posgrado, en cada uno de los programas se es-


tablecerán los requisitos de titulación correspondientes.

g. De los egresados

 Deberán establecerse las bases para operar un progra-


ma de seguimiento de egresados, que proporcione infor-
mación valiosa a fin de actualizar y mejorar los planes de
148 estudio y los programas de las unidades de aprendizaje.

h. De la investigación

 En este modelo se considera a la investigación como


una estrategia de aprendizaje (Clark, 1997) que deberá
estar presente a lo largo del proceso formativo. Para ello,
será necesario que el personal académico, aun aquel
que no realiza investigación, posea los conocimientos
necesarios para conducir las unidades de aprendizaje
que tengan como base la investigación.
ANEXO 3
ESTRATEGIA PARA LA IMPLANTACIÓN
DEL NUEVO MODELO

La estrategia de implantación del nuevo modelo será gra-


dual mediante su adopción en conjuntos de Unidades Aca-
démicas que cuenten con una oferta de programas con te-
mática similar. Cada Unidad Académica que se incorpore
al nuevo modelo deberá elaborar su plan de acción especí-
fico, con las estrategias, objetivos y acciones a realizar. En
el nivel central, se establecerá un cuerpo colegiado respon-
sable del diseño y seguimiento de la estrategia de implan-
tación del nuevo modelo, de la evaluación de los avances y
resultados, y de garantizar que los programas institucio-
nales de apoyo al modelo sean concordantes con las nece-
sidades de desarrollo del modelo. Lo que implicará realizar
esfuerzos institucionales en los siguientes aspectos: 149

 Diseño de la metodología para modificaciones a planes


de estudio y coordinación de los grupos de trabajo para
el rediseño de los mismos.

 Análisis integral de la oferta educativa para identificar


posibilidades de fusiones de programas, nuevas especia-
lidades en el nivel medio superior o nuevos programas
en licenciatura y posgrado, etc.

 Diseño y puesta en marcha del Programa Institucional


de Tutorías y Programa de Seguimiento a las Trayecto-
rias Escolares.
 Rediseño y adecuación del Programa de Formación del
Personal Académico y de Gestión.

 Diseño de la estrategia e impulso a la reactivación de las


Academias.

 Desarrollo de modalidades no presenciales y mixtas.

 Análisis de los resultados de la modificación al proceso


de admisión al IPN y correcciones en su caso.

 Análisis y adecuación del Sistema de Control Escolar.

 Sistema de información para la toma de decisiones.

 Incorporación de nuevos instrumentos de evaluación y


150 planeación (Convenio por la calidad y la innovación).

 Evaluación de resultados preliminares de la implanta-


ción del modelo.

 Impulso al Campus Virtual y análisis de interrelaciones


con la educación presencial y de los apoyos requeridos
por ésta.

 Diseño del proyecto de incorporación de sistemas de


apoyo al aprendizaje en los Centros de Apoyo Polifun-
cionales y diseño de las Unidades de Autoaprendizaje
en las Unidades Académicas, análisis y definición de las
relaciones de estos centros y unidades con la Dirección
de Tecnología Educativa, las Unidades de Tecnología
Educativa, el Campus Virtual Politécnico, el Sistema Bi-
bliotecario y las Aulas Siglo XXI.

 Diseño de planes estratégicos o modificación de los


existentes a fin de incorporar los cambios que requiere
el nuevo Modelo Educativo y Académico.

 Diseño de estrategias de internacionalización y coope-


ración.

 Nuevas formas de gestión y operación; adecuación de


programas, actividades y responsabilidades.

Los esfuerzos de las Unidades Académicas estarán, en un


primer momento, enfocados hacia:

 Rediseño de la oferta educativa actual y diseño de nue- 151


va oferta educativa.

 Participación en el programa de formación de personal


académico y de gestión, y evaluación de los resultados e
impacto en la Unidad Académica.

 Operación del Programa Institucional de Tutorías en la


Unidad Académica.

 Operación del Programa de Seguimiento a las Trayecto-


rias Escolares.

 Reactivación de las Academias y cuerpos colegiados.


 Análisis y modificaciones a la evaluación de los apren-
dizajes y exámenes departamentales.

 Modificación del proceso de egreso y diseño de estrate-


gias de incorporación al mercado de trabajo.

 Desarrollar modalidades de formación no presenciales


y mixtas.

 Fortalecer el desarrollo de la educación a distancia, así


como la capacitación en tecnologías de información y
comunicación.

 Diseño de materiales de apoyo al aprendizaje aprove-


chando el uso de las nuevas tecnologías.

152  Evaluación de resultados preliminares de la implanta-


ción del modelo.

 Planeación estratégica en las Unidades Académicas y


Convenio por la calidad y la innovación.

 Nuevas formas de gestión y organización escolar.

 Establecimiento de Comités de Vinculación en las Uni-


dades Académicas.

En cuanto a las modificaciones a la normatividad institu-


cional, se requerirán modificaciones, adecuaciones o ela-
boración, entre otras, en los siguientes rubros:
 Reglamento de estudios escolarizados y no escolari-
zados.

 Reglamento de estudios de posgrado.

 Reglas para el diseño y operación de planes de estudio.

 Reglas de tránsito entre niveles y modalidades educa-


tivas.

 Estatuto del personal académico con nuevas reglas para


el ingreso, promoción y permanencia.

 Rediseño de programas de estímulos y becas a estudian-


tes y al personal académico.

 Lineamientos para la coordinación y operación de los 153


Convenios por la Calidad y la Innovación.

 Normas para el funcionamiento del Programa Institu-


cional de Tutorías.

 Normas y procedimientos para el reconocimiento de


aprendizajes obtenidos fuera del ámbito educativo.

 Normas para el funcionamiento en red.

 Reglamento para la operación de los Comités de Vincu-


lación.
154 Blanca

154
BIBLIOGRAFÍA

Aguilar, L. (1999). “El futuro del Estado Nación”, en Valero,


Ricardo: Globalidad: una mirada alternativa, México,
Miguel Ángel Porrúa.

ANUIES (1972). Acuerdos de Tepic, Revista de la Educación


Superior, Vol. I (IV), Número 4, octubre-diciembre, Mé-
xico.

ANUIES (2000). La educación superior en el siglo XXI. Líneas


estratégicas para su desarrollo. Una propuesta de la
ANUIES, México, ANUIES.

Appleberry, J. (1995). “Major trends influencing higher


education”, en: C. Pallán Figueroa y P. Van der Donckt, 155
Evaluación de la calidad y gestión del cambio, México,
ANUIES-Universidad de Guanajuato-Organización Uni-
versitaria Interamericana.

Beristáin, J. (1994). “Educación y capacitación para el de-


sarrollo”, en Comercio Exterior, 44/3, marzo, México,
Bancomext.

Castells, M. (1996). The information age: economy, society


and culture, Londres, Blackwell Publishers.

Clark, B. R. (1997). Las universidades modernas: espacios de


investigación y docencia, México, UNAM-Porrúa.
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2002). Progra-
ma para el Fortalecimiento del Posgrado Nacional, Méxi-
co, CONACyT.

Córdoba, A. (1999). “La globalización y el Estado mexica-


no” en: Valero, Ricardo: Globalidad: una mirada alter-
nativa, México, Miguel Ángel Porrúa.

Bruner, J. J. (2001). Chile: informe e índice sobre capacidad


tecnológica, Universidad Adolfo Ibáñez, Chile, Instituto
de Economía Política.

Drucker, P. (1993). Post-Capitalist society, Nueva York, Harper


Business.

Ferrer, A. (1999). “Hechos y ficciones de la globalización”,


156 en Valero, Ricardo: Globalidad: una mirada alternativa,
México, Miguel Ángel Porrúa.

Fletcher, M. (2001). “Schools lack funds, study warns” The


Washington Post, noviembre 20, 2001 p. A-7, Washing-
ton D.C.

Gibbons, M. (2001). Higher education relevance in the 21st


century, Washington D.C., The World Bank.

Iglesias, E. (1999). “Globalización e integración regional:


consecuencias para América Latina”, en Valero, Ricar-
do: Globalidad: una mirada alternativa, México, Miguel
Ángel Porrúa.
Instituto Politécnico Nacional (1994). Nivel Medio Supe-
rior. Modelo Educativo. Pertinencia y Competitividad,
México, IPN.

Instituto Politécnico Nacional (1996). IPN: Un joven de 60


años. 1936-1996, México, IPN.

Instituto Politécnico Nacional (2001). Programa de Desarro-


llo Institucional, 2001-2006, México, IPN.

Instituto Politécnico Nacional (2003). Programa Estratégico


de Investigación y Posgrado. México, IPN.

Knight, J. (1994). Internationalization: Elements and Check-


points, Ottawa, Canadian Bureau for International
Education, Research No. 7.
157
León, E. (2002). El Instituto Politécnico Nacional. Origen y
evolución histórica, México, IPN.

Lindig, M. (2001). La oferta educativa en cómputo del IPN,


documento de trabajo, octubre.

Martínez Rizo, F. (2000). Nuevos retos de la educación supe-


rior. Funciones, actores y estructuras, México, ANUIES.

Mendoza, E. (1980). La educación tecnológica en México, Mé-


xico, IPN.

Neisbitt, J. y P., Aburdene (1991). Megatrends 2000, Nueva


York, Avon Books.
Pallán, C. y E. Marúm (2001). Presente y futuro de la educa-
ción superior, un estado del conocimiento, en prensa.

Prawda J. y J. Flores (2001). México educativo revisitado,


México, Océano.

Rama, G. (1993). “Los modelos y la experiencia latinoame-


ricana” en: BID/PNUD, Reforma social y pobreza. Hacia
una agenda integrada de desarrollo, Washington-D.C./
Nueva York, BID-PNUD.

Sakaiya, T. (1998). La historia del futuro. La sociedad del co-


nocimiento, Caracas, Editorial Andrés Bello.

Sánchez, D. (1995). Modelos académicos, México, ANUIES.

158 Sánchez H., J. (2000). Trazos y mitos de una utopía, la insti-


tución politécnica, México, Sociedad de Arquitectos del
IPN, p. 77.

Sebastián, J. (2000). La internacionalización como instru-


mento para el desarrollo institucional de las universida-
des, en prensa.

Secretaría de Educación Pública (2001). Programa Nacional


de Educación 2001-2006, México, SEP, primera edición.

Secretaría de Educación Pública (2000). Acuerdo 279 por el


que se establecen los trámites y procedimientos relaciona-
dos con el reconocimiento de validez oficial de estudios del
tipo superior, México, Diario Oficial de la Federación,
10 de julio.
Secretaría de Educación Pública (1991). Programa indicati-
vo del Posgrado, México, SEP.

Sociedad de Arquitectos del IPN (2000). Mitos de una uto-


pía, la institución politécnica, México, IPN.

Solana, F. (2001). “Perspectivas de México hacia el año


2030” en: Millán, Julio y Alonso Concheiro, coordina-
dores, México 2030: Nuevo siglo, nuevo país, México,
Fondo de Cultura Económica.

Tünnermann, C. (2001). Universidad y sociedad. Balance


histórico y perspectivas desde América Latina, Managua,
Editorial Hispamer.

Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (1995). Criterios


generales para la definición del perfil académico-profesio- 159
nal y los ejes formativos para el diseño curricular en la
UACJ, documento interno de trabajo.

UNESCO (1998). Declaración Mundial sobre la Educación


Superior en el Siglo XXI: visión y acción, París, UNESCO.
160 Blanca

160
REFERENCIAS DE LOS AUTORES

ENRIQUE VILLA RIVERA

El Doctor Enrique Villa Rivera, Director General del Instituto Politéc-


nico Nacional, es Ingeniero Químico Industrial por la ESIQIE-IPN y
Doctor en Ingeniería en Ciencias Petroleras por el Instituto Francés
del Petróleo. Fue Director de Estudios de Posgrado e Investigación,
Coordinador General de Vinculación y Secretario Académico del IPN.
Ha sido Director Regional de la Asociación Universitaria Iberoameri-
cana del Posgrado, Presidente del Comité de Vinculación de la Asocia-
ción Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y Desarrollo
Tecnológico, y responsable de diversas comisiones en la ANUIES.
Cuenta con más de 100 artículos publicados y ponencias presentadas
nacional e internacionalmente y es autor de un libro (TECHNIP, Fran-
cia). Ha realizado estancias de investigación y trabajo en: Alemania,
Canadá, España, Francia, Holanda, Inglaterra y Suecia. Es presidente 161
del Consejo de Egresados de la ESIQIE.

EFRÉN PARADA ARIAS

Ingeniero Bioquímico, Maestro en Ciencias con especialidad en Ali-


mentos por el IPN y Doctor en Tecnología de Alimentos por la
Universidad Politécnica de Valencia. En el IPN fue director de la ENCB,
director fundador de la UPIBI, Secretario de Apoyo Académico y Secre-
tario de Extensión y Difusión. En el CONACyT ha sido miembro de di-
versas comisiones, Consultor Registrado en Ciencia y Tecnología y
Subdirector de Investigación Tecnológica. Fue Secretario General Ad-
junto del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el
Desarrollo (CYTED). Ha sido reconocido con el Premio Nacional al Mé-
rito en Ciencia y Tecnología de Alimentos (1987) y el Premio al Mérito
Ciudadano en Investigación Científica “Dr. Guillermo Soberón
Acevedo” (1998). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
(1994-2003) y autor de 163 publicaciones nacionales e internaciona-
les. Actualmente es Secretario General del IPN.

YOLOXÓCHITL BUSTAMANTE DÍEZ

Es Ingeniera Bioquímica y Doctora en Ciencias en Bioquímica por el


IPN. Fue Subdirectora de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas,
Coordinadora de Investigación Científica y Tecnológica en la Direc-
ción de Graduados y Coordinadora General de Vinculación Tecnológi-
ca en el IPN y, durante quince años, desarrolló tareas académicas y de
investigación. Ha publicado 17 artículos en revistas nacionales e in-
ternacionales, y dos capítulos en libros. Se desempeñó durante veinte
años en puestos directivos en la Industria Farmacéutica. Premio Na-
cional Río de la Loza (2001, Asociación Farmacéutica Mexicana). Es
miembro de diversas asociaciones en el campo de la farmacia y fue
Presidenta de la Comisión Interinstitucional de Prácticas Adecuadas
de Manufactura, y de la Asociación Farmacéutica Mexicana. Actual-
162 mente preside el Colegio Mexicano de Ingenieros Bioquímicos y es
Secretaria Académica del IPN.

LUIS FABILA CASTILLO

Es Químico Bacteriólogo y Parasitólogo y Doctor en Ciencias con espe-


cialidad en Inmunología por la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas
del Instituto Politécnico Nacional. Ha realizado estancias posdoctora-
les y de investigación en Inglaterra, Australia y Japón. Los resultados
de sus tareas académicas se han plasmado en 35 publicaciones en re-
vistas científicas del área, dos capítulos en libros y 124 resúmenes en
diversos congresos científicos nacionales e internacionales; asimismo,
ha dirigido 38 tesis de licenciatura y posgrado. Es miembro del Siste-
ma Nacional de Investigadores, de la Academia Mexicana de Ciencias
y fundador del Consejo Mexicano de Posgrado, A.C. Es Coordinador
General de Posgrado e Investigación desde 2001 hasta la fecha.
DOLORES SÁNCHEZ SOLER

Maestra en Ciencias Sociales Aplicadas por la Universidad Autónoma


de Baja California, candidata al doctorado en Sociología por la UNAM.
Fue Directora de Programas Internacionales y Secretaria Académica
de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educa-
ción Superior (ANUIES), Directora General de Extensión Universita-
ria y Directora de la Escuela de Humanidades en la UABC. Ha sido
profesora invitada en diversas instituciones nacionales y extranjeras,
así como en la Organización de los Estados Americanos, en la Organi-
zación Universitaria Interamericana y en la ANUIES. Es autora y coau-
tora de quince libros sobre temas de educación superior. Es Coordina-
dora de Asesores del Director General del IPN.

CARLOS PALLÁN FIGUEROA

Estudios de especialización en Administración Universitaria (Funda-


ción Getulio Vargas, Brasil), Maestría en Planeación Educativa (Univer- 163
sidad de Brasilia) y Doctorado en Estudios Latinoamericanos (UNAM).
Autor de tres libros individuales, veinticinco colectivos y de ochenta
artículos y ensayos académicos. Fue Secretario General Ejecutivo de
la ANUIES y rector de la Unidad Azcapotzalco de la UAM. Premio
Anual de Administración Pública (1978) del INAP y Premio ANUIES a
la Trayectoria Académica (1999). Ha sido profesor en las Universida-
des Autónomas de Chihuahua y Tamaulipas, y profesor invitado en
instituciones de Brasil, Costa Rica y Ecuador. Es profesor-investigador
en la UAM y columnista del suplemento Campus de Milenio-Diario.

ELIA MARÚM ESPINOSA

Doctora en Economía por la UNAM. Miembro del Sistema Nacional de


Investigadores. Fue profesora de la UAM, la UPN, el IPN y el ITESM, y
profesora invitada en la Organización Universitaria Interamericana,
la ANUIES y la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, entre
otras. Ha sido Secretaria Académica de la ANUIES y Coordinadora de
Investigación y Posgrado de la Universidad de Guadalajara. Autora
de nueve libros científicos y una diversidad de artículos académicos.
Actualmente es profesora-investigadora titular y Directora del Centro
para la Calidad e Innovación de la Educación Superior del Centro
Universitario de Ciencias Económico-Administrativas (CUCEA) de la
Universidad de Guadalajara.

REBECA AMBRIZ CHÁVEZ

Médica Cirujana con estudios de Maestría en Educación Médica en la


Universidad Nacional Autónoma de México. Fue Directora General de
Cooperación, Coordinadora General de Programas Institucionales, Di-
rectora de Programas Internacionales y Coordinadora de Servicios en
la Coordinación General de Investigación y Posgrado en la Asociación
Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.
Profesora invitada en diversas instituciones nacionales y extranjeras
164 y, en la ANUIES, es coautora de cinco libros sobre la temática de edu-
cación y cooperación internacional. Actualmente es la Coordinadora
Académica de la Maestría en Cooperación Internacional para el Desa-
rrollo en el Instituto de Investigaciones Dr. “José María Luis Mora”.
TÍTULOS DE LA SERIE
MATERIALES PARA LA REFORMA

1. Un nuevo Modelo Educativo para el IPN.

2. Diagnóstico por comparación (Benchmarking) aplica-


do a instituciones del nivel medio superior de México.

3. Diagnóstico por comparación (Benchmarking) aplica-


do a instituciones de educación superior de México.

4. Programa Estratégico de Investigación y Posgrado.

5. Diagnóstico por comparación (Benchmarking) aplica-


do a instituciones de investigación y nivel de posgrado
de México.
165
6. Modelo de Integración Social del IPN. Programa Estra-
tégico de Vinculación, Internacionalización y Coope-
ración.

7. Propuesta para la creación del Consejo de Integración


Social del IPN.

8. Estrategia para impulsar el trabajo en red en el IPN.

9. Una estrategia de enlace con el entorno: las Unidades


de Integración Social del IPN.

10. Programa Estratégico para el Desarrollo de la Exten-


sión y Difusión en el IPN.
11. La transformación de los Centros de Educación Conti-
nua y a Distancia en respuesta al nuevo Modelo Edu-
cativo del IPN.

12. Manual para el rediseño de planes y programas en el


marco del nuevo Modelo Educativo y Académico.

13. La acreditación de programas educativos en México y


el Instituto Politécnico Nacional.

14. El perfil del docente para el nuevo Modelo Educativo


y Académico del IPN.

15. De la sociedad de la información a la sociedad del co-


nocimiento: más que un glosario.

166 16. Construir el futuro en el presente. Elementos concep-


tuales y metodológicos para la planeación y desarrollo
de instituciones de educación superior.

17. Planeación estratégica del cambio estructural y curricu-


lar en el IPN. Guía de trabajo del Curso Taller. Glosario
de términos de planeación estratégica.

18. La investigación y el posgrado en la estrategia general


para la implantación del nuevo Modelo Educativo y
del Modelo de Integración Social.

19. Convenio por la Calidad y la Innovación. Propuesta.


Materiales para la Reforma son documentos
de promoción institucional

Impreso en los Talleres Gráficos


de la Dirección de Publicaciones
del Instituto Politécnico Nacional
Tresguerras 27, Centro Histórico, México, DF
Febrero de 2004.

FORMACIÓN: Inés Mendoza Hernández


167
DISEÑO DE PORTADA: Gerardo López Padilla
SUPERVISIÓN: Manuel Toral Azuela
PROCESOS EDITORIALES: Manuel Gutiérrez Oropeza
CUIDADO EDITORIAL Y PRODUCCIÓN: Martha Varela Michel
DIVISIÓN EDITORIAL: Jesús Espinosa Morales

También podría gustarte