Relato Rumbo 20 Junio

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20 de junio de 2020 INVERSIÓN

Dios siempre proveerá


M e bauticé cuando tenía quince años y
cuando cumplí veinte aprendí a aso-
ciarme con Dios. Al graduarme de la secun-
me daba la sabiduría necesaria. Nunca me
faltó dinero para pagar, Dios proveyó.
Ahora estaba en una disciplina que me
daria, mis padres no tenían dinero para pagar gustaba mucho más: psicología. Después de
mis estudios universitarios, así que debía es- obtener la licenciatura, Dios me llamó a col-
coger una universidad pública si quería seguir portar en los Estados Unidos. Mantuve el
estudiando. Me inscribí, pero no aprobé el pacto con Dios de dedicar al Fondo de Inver-
examen de admisión. Fui aceptado en otro sión el mismo porcentaje. En un año, tenía
programa de ingeniería. El plan era que des- suficiente dinero para volver a mi país y estu-
pués de tres semestres, haría el examen de diar la maestría que quisiera. Sin embargo, el
admisión otra vez y seguramente lo pasaría. sueño de Dios era más grande aún. Colocó en
Cuando el momento llegó, me enteré de que mi corazón estudiar en los Estados Unidos.
el examen era en sábado. Mi familia no podía Averigüé en una universidad adventista.
El costo total por año sería de unos 13.000
comprender por qué me rehusaba a tomar el
dólares. Llamé por teléfono sin conocer a na-
examen ese día. Me dolió no recibir ningún
die y mi inglés no era muy bueno. Hablé con
apoyo de parte de mi familia ante esa situa-
un miembro de la facultad de psicología. Me
ción. Entonces, tuve que abandonar mi más
pidió las notas de Colombia y, una semana
preciado sueño de asistir a la universidad.
después, me dijo que tenía una beca de estu-
Confié en que Dios recompensaría mi deci-
dio para mí. Trabajaría medio tiempo y eso
sión de no infringir su ley. No pasó mucho pagaría la totalidad de la matrícula. Sin cono-
cuando comencé a ver la mano de Dios cer a nadie en el estado de Tennessee, fui a
actuar. estudiar a Southern Adventist University. Allí
Siempre quise aprender un nuevo idio- Dios proveyó para mis gastos de alimenta-
ma. Ese mismo año, mi hermano mayor me ción, vivienda y estudios a través de lindas
consiguió una beca para estudiar inglés. Cos- personas. Él tiene poder para abrir puertas
taba alrededor de mil dólares, dinero que donde parece imposible que se abran.
convertido a pesos colombianos era mucho. Aún recuerdo el día de mi graduación
Mientras estudiaba, comencé a colportar. Sa- como si fuera hoy. El costo total de la maestría
bía que la otra alternativa era estudiar en una fue de aproximadamente 30.000 dólares. La
universidad privada. Pero eso parecía imposi- mayoría de los estudiantes se gradúan con
ble, por lo costoso que era. Y allí fue donde grandes deudas y préstamos. Yo, una simple
Dios colocó en mi corazón invertir por mis estudiante colombiana, sin fondo en mi cuen-
estudios. Decidí dar más que la simple ganan- ta bancaria, me gradué sin un centavo de
cia de un libro. Me propuse dar un porcenta- deuda. Por eso, hoy más que nunca, confío en
je específico de mi ganancia total cada mes. que Dios es rico y fiel para bendecir aque-
Al semestre siguiente, me matriculé en llos que se asocian financieramente con Él.
una universidad privada en mi ciudad. En los «Deléitate asimismo en Jehová y él te conce-
diez semestres, nueve veces obtuve becas derá las peticiones de tu corazón» (Sal. 37: 4).
académicas por el buen promedio. Entendí
que todo esto se debía únicamente a Dios que Anónimo

18 Nuevo Horizonte • abril-junio

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