Estudio Tematico de La Biblia
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Estudio Tematico de La Biblia
A. ¿QUÉ ES LA BIBLIA?
La Biblia es la Palabra de Dios. En ella encontrará consejo Divino para toda circunstancia de su
vida. El acercarse diariamente a ella producirá en usted, el carácter y estilo de vida que Dios
quiere que viva.
“Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra.” (2Timoteo 3:16-17)
Una de los aspectos más notables y asombrosos de la Biblia es su estructura, pues si bien es
cierto que para su compilación fue necesaria la labor de más de 40 hombres entre los cuales
encontramos legisladores, reyes, sabios, hombres de estado, pescadores, médicos, entre otros; a
lo largo de un período de 1600 años, y de diferentes continentes y culturas, todo lo cual
contribuye a que su mensaje y sus principios sean universales y aplicables a toda persona en
cualquier época y lugar del mundo, sin embargo, la Biblia tiene un solo autor o inspirador que es
el Espíritu Santo lo cual explica su sorprendente unidad.
“Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios
hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. (2Pedro 1:21)
La Biblia es una de las fuentes de revelación divina para la humanidad. Lo cual significa que:
“Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre
... porque habéis conocido al Padre”. (Juan 2:12-13)
Resulta evidente que los “hijitos”, o sea los cristianos recién convertidos, pueden entender la
Biblia. Y esto significa que ¡usted también puede entender la Biblia! Lo importante es que nos
lleguemos a ella en una actitud sencilla, con una mente sumisa a la acción del Espíritu Santo, y
con un corazón enseñable.
A pesar de que existen pasajes difíciles, podemos decir que es mucho más lo que sí entendemos
que lo que dejamos de entender, y no hay razón para perderse de una inmensa bendición por
unos pocos pasajes difíciles.
Podríamos decir que para “llegar al Cielo” es suficiente con conocer Juan 3:16, pero si queremos
tener una vida victoriosa y feliz, tendremos que alimentarnos regularmente con la Palabra de
Dios.
Es necesario, eso sí, saber que el estudio de la Palabra exige el esfuerzo más grande que se nos
puede pedir, el de pensar; pero es la única forma en que se puede aprender.
ANTIGUO TESTAMENTO
HISTORIA(17) PENTATEUCO(5) Génesis Levítico Deuteronomio
Éxodo Números
HISTÓRICOS(12) Josué
Samuel 2 2 Crónicas
Jueces
1 Reyes Esdras
Rut
2 Reyes Nehemías
1 Samuel 1 Crónicas Ester
EPÍSTOLAS
O CARTAS (21)
GENERALES(9) Romanos Gálatas Colosenses
1a. Corintios Efesios 1a. Tesalonicenses
2a. Corintios Filipenses 2a. Tesalonicenses
Cada libro está dividido en capítulos (números grandes) y versículos (números pequeños), y se
acostumbra a citar de la siguiente manera: Nombre del libro, usualmente va en forma abreviada,
seguido del número del capítulo, dos puntos (:) que separan el número del capítulo, de los
versículos. Ejemplos:
1. - RECIBIRLA: OYENDO.
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Romanos 10:17)
“Oraba yo pidiendo fe, y pensaba que algún día la fe caería sobre mi desde el cielo, como un
rayo. Pero la fe no parecía venir. Un día leí en el capítulo 10 de Romanos, “La fe es por el oír; y el
oír es por la Palabra de Dios”. Antes cerraba mi Biblia, y pedía la fe. Ahora abro mi Biblia y
comienzo a estudiar, y desde entonces mi fe no ha cesado de crecer.” D. L. Moody
1. – RECIBIRLA: LEYENDO.
“Y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová
su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra...”
(Deuteronomio 17:19)
La lectura bíblica: Se caracteriza por una lectura rápida de una porción extensa, uno o varios
capítulos. Es una lectura panorámica, de las grandes obras de Dios a través de la historia, de lo
que Él ha dicho o ha hecho. Esta forma de acercarnos a la Biblia tiene como meta extraer las
ideas generales y no los detalles.
2. MEDITARLA:
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él,
para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás
prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Josué 1:8)
La meditación bíblica. Se caracteriza por pensar detenidamente en un versículo o en una idea de
una porción de la Escritura. Enfatiza nuestra relación íntima con Dios y la respuesta personal de
su Palabra. El propósito es tener un diálogo íntimo con Dios.
3. MEMORIZARLA:
“Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho,” (Deuteronomio 6:6)
4. ESTUDIARLA:
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas
son las que dan testimonio de mí.” (Juan 5:39)
El estudio bíblico. Implica una cuidadosa observación de cómo se relacionan entre sí las distintas
partes del pasaje. Tiene como propósito buscar y captar el significado más profundo del texto.
5. OBEDECERLA:
“Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra
oída, y dan fruto con perseverancia.” (Lucas 8:15)
Cada vez que acudamos a la Palabra, debemos hacerlo en total dependencia al Espíritu Santo,
su autor. Y es recomendable hacerse las siguientes preguntas:
A. QUÉ ES ORAR?
Orar es conversar y compartir con Dios. Al principio puede parecerte extraño, pero en la medida
en que continúes haciéndolo, la oración llegará a ser más y más significativa. Aprende a ver a
Dios como tu Padre, como tu amigo así te parecerá natural la oración pues esto es lo que
normalmente hacemos con nuestros amigos y con nuestros seres queridos.
Si bien es cierto que la oración debe llegar a ser un estilo de vida, debemos tener también
momentos especiales de oración. Empieza el día con oración, y ora en el transcurso del día.
Lleva a Dios todos tus problemas. El se interesa en todo lo que te ocurre. Ya hemos dicho que la
oración es la práctica de conversar y compartir todo con Dios, en una forma sencilla y libre
durante todo el día.
Nuestra vida de oración debe ser tal, que lleguemos a conocer al Señor Jesús íntimamente. La
eficacia de nuestra oración tiene relación directa con la comunión que mantengamos con Cristo.
Antes de enseñar a orar a sus discípulos, Jesús dio unas orientaciones básicas para que ellos las
tuvieran en cuenta:
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en
secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” (Mateo 6:6)
“Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería
serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas
tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” (Mateo 6:7,8)
Orar es hablar con Dios de manera espontánea; por eso Jesús dijo que no usáramos vanas
repeticiones. Se trata de un diálogo natural con Dios.
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y
en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa.” (Mateo 6:5)
La oración es un acto personal. No existen "fórmulas mágicas”, por lo tanto, cuando ores no
pretendas hacerlo como lo hacen otros, eres tú delante de Dios, y preséntate a Él con humildad.
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”
(1Tesalonicenses 5:18)
“Y si alguno tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin
reproche, y le será dada.” (Santiago 1:5)
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos
de toda maldad.” (1Juan 1:9)
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4:6)
Dios desea tener intimidad con usted. Por consiguiente las dos bases anteriores, lectura diaria de
la Biblia y práctica frecuente de la oración le ayudarán a desarrollar esa anhelada intimidad con
Él.
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios”; (Juan 1:12)
Dios desea que la iglesia (su gran familia) viva la dimensión del cielo a través de su vida familiar
aquí en la tierra. No importa la situación que usted esté viviendo con cada miembro de su familia,
Dios quiere que sus hijos reflejen la gracia de Dios tanto en sus vidas como en sus familias. En
consecuencia, piense que su testimonio, su fe, su vida, serán los instrumentos que Dios usará
para que los otros miembros de su familia le conozcan.
“Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” (Hechos 16:31)
Esta relación nos habla de compañerismo. Lo que significa pasar tiempo y realizar actividades
con otros que aman a Cristo. Los cristianos, como brasas de fuego, arden cuando están juntos.
Pero cuando están separados, el fuego del entusiasmo desaparece, El compañerismo es vital
para el crecimiento cristiano. Por esta razón, la asistencia a la iglesia es de suma importancia.
“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que
prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; No
dejando de reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más,
cuanto veis que aquel día se acerca". (Hebreos 10:23-25)
La cuarta relación que usted inicia la estudiaremos simultáneamente con la cuarta base.
Un testigo es la persona que dice lo que ha visto y oído y comparte su experiencia personal.
Cualquiera que haya tenido una relación vital con Cristo, puede ser un testigo de Él. Testificar es
el desbordamiento natural de la vida cristiana abundante. Como nuestra vida está llena de la
presencia del Señor Jesús, no podemos evitar compartirlo con quienes entramos en contacto.
Una vida cristiana dinámica debe ser "contagiosa".
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” (Marcos 16:15)
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas las cosas os serán añadidas.”
(Mateo 6:33)
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28)
“Entonces les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.” (Lucas 20:25)
¿Se ha preguntado alguna vez, qué es lo de César y qué es lo de Dios? Lo de César tiene que
ver con nuestras responsabilidades frente al estado,en reconocimiento de quienes nos dirigen en
el gobierno.
“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de
Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad,
a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo... Por lo
cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de
la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores que atienden
continuamente a esto mismo". (Romanos 13:1-6)
“Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año.”
(Deuteronomio 14:22)
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice
Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramará sobre vosotros
bendición hasta que sobreabunde.” (Malaquías 3:10)
CONCLUSIÓN.
Podemos ver las cinco bases fundamentales del crecimiento de esta manera:
Las dos primeras se refieren a nuestra relación (vertical) con Dios.
Las dos siguientes se refieren a nuestra relación (horizontal) con los hombres.
La obediencia es el facilitador para el crecimiento rápido.
Las armas de la Guerra Espiritual
La Palabra de Dios
1 de Pedro 1:17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la
obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;
1:18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
1:19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
1:20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros
tiempos por amor de vosotros,
1:21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para
que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
1:22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para
el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;
1:23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que
vive y permanece para siempre.
1:24 Porque:
Toda carne es como hierba,
Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba.
La hierba se seca, y la flor se cae;
1:25 Mas la palabra del Señor permanece para siempre.
Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.Palabra de Dios
1 Tesalonicenses 2:13
13 Así que no dejamos de dar gracias a Dios, porque al oír ustedes la palabra de Dios que les
predicamos, la aceptaron no como palabra *humana sino como lo que realmente es, palabra de
Dios, la cual actúa en ustedes los creyentes.
La Palabra de Dios es una espada empuñada por el Espíritu Santo, penetrando en el corazón de
los hombres
Efesios 6:17
17 Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
Hebreos 4:12
12 Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de
dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y
juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.