Boda y Casamiento Siroki Brijeg

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BODA Y CASAMIENTO SIROKI BRIJEG

La ciudad donde no existen divorcios. Una receta para Matrimonios fuertes.

En una ciudad donde no existen divorcios, imaginemos un mundo con familias


sin separaciones, que no hay niños con corazones destrozados
¿Hay una ciudad dónde no existen divorcios? ¿Puede haber alguna receta para
matrimonios fuertes y saludables para toda la vida? Les traigo esta noticia: ¡ES
CIERTO!
El amor es para siempre, y las promesas que se dan los esposos en el altar,
delante de Dios durante su boda, no tienen porque jamás tomarse como algo
que es una tradición o palabras sueltas al aire, es algo más que eso, es cimentar
el comienzo de una nueva vida conyugal bajo una promesa de respeto sobre tu
cónyuge por el resto de tu vida.
El matrimonio es la vocación más difícil que hay por todas partes y el divorcio
está en aumento. Sin embargo, hay un pequeño pueblo en Europa que es una
excepción - una notable excepción - a esta estadística preocupante.
En la ciudad de Siroki-Brijeg de Bosnia y Herzagovina, no hay ni un solo divorcio
o familia rota que haya sido registrada en la memoria viva de entre sus más de
26.000 habitantes (*). Entonces, viendo esto nos preguntamos ¿cuál es el
secreto de su éxito?
La ciudad donde no existen divorcios.
La respuesta es la hermosa tradición que tiene el pueblo croata de Siroki-Brijeg
para el matrimonio. De hecho, esta tradición matrimonial croata está
empezando a tomar fuerza en el resto de Europa y América entre los devotos
católicos que han visto las bendiciones que concede.
Durante siglos la gente en Siroki-Brijeg ha sufrido cruelmente ya que su fe
cristiana siempre fue amenazada por los musulmanes turcos, primero, y luego
por los comunistas.
Siempre han sabido por experiencia, que la fuente de la salvación viene a través
de la Cruz de Cristo. No viene de la ayuda humanitaria, ni de los tratados de paz
o de los planes de desarme, incluso si estas cosas pueden traer algunos
beneficios muy limitados.
Estas personas poseen una sabiduría que no permite que sean engañados sobre
cuestiones de la vida y la muerte. Por eso han vinculado indisolublemente el
matrimonio con la Cruz de Cristo. Han fundamentado en el matrimonio la Cruz
que los hace ir adelante en la vida con divinidad y luz.
El Matrimonio
Cuando los novios van a la iglesia para casarse llevan un crucifijo con ellos. El
sacerdote bendice el crucifijo y ha lugar decir que ellos han encontrado el socio
ideal con quien compartir su vida, exclamando:
"¡Ustedes han encontrado su cruz! Se trata de una cruz para amar, para llevarla
con ustedes, una cruz que no es para ser arrojada fuera de sus vidas, sino más
bien para apreciarla"
Al intercambiar los votos matrimoniales, la novia pone su mano derecha en el
crucifijo y el novio pone su mano derecha sobre la de ella. Ambas manos están
unidas entre sí y unidas a la Cruz.
El sacerdote cubre las manos con su estola mientras pronuncian su promesa de
amarse unos a otros en las buenas y en las malas, proclamando sus votos de
fidelidad según los ritos de la Iglesia.
Entonces, los dos besan la cruz. Si uno abandona al otro, abandona a Cristo en la
Cruz. Pierde a Jesús. Después de la boda, los recién casados cruzan el umbral de
su casa para entronizar el mismo crucifijo en un lugar de honor.
Se convierte en el punto de referencia de sus vidas y el lugar de la oración en
familia, porque la joven pareja cree profundamente que la familia nace de la
Cruz.
En tiempos de dificultades e incomprensiones, como en todas las relaciones
humanas, en algún momento de sus vidas, en vez de acudir de inmediato con un
astrólogo, o con un abogado o un psicólogo, prefieren tomar la Cruz.
Se arrodillan, lloran lágrimas de arrepentimiento y abren sus corazones
pidiendo fuerzas para perdonar al otro, e implorando la ayuda del Señor. Esas
prácticas las han aprendido desde los primeros momentos de su infancia.
Aquí a los niños se les enseña a besar reverentemente el Crucifijo diariamente y
dar gracias al Señor por el día al ir a la cama. Estos niños se van a dormir
sabiendo que Jesús les estará sosteniendo en sus brazos y por lo tanto no hay
nada que temer.
Sus miedos y diferencias, normales, a veces entre hermanos, se desvanecen en
el beso a Jesús en la Cruz. Sueñan con algún día tener, al casarse, entronizado
un crucifijo en sus propias casas.
Una receta para Matrimonios fuertes.
La familia está indisolublemente unida a la cruz de Cristo. ¿Se trata simplemente
de una visión mórbida de la vida conyugal y familiar? ¿O es una pieza de
sabiduría que pocos en el mundo moderno podrán entender?
El Catecismo enseña lo siguiente: 
"El amor debe ser permanente o no es amor verdadero. No es un sentimiento
que va y viene, pero tenemos el poder de dar lo que debería estar allí, incluso
cuando el sentimiento se extingue".
En el matrimonio no podemos confiar en nuestra propia fuerza, al fin y al cabo
humana y si pensamos que podremos, vamos a fracasar.
La tentación acecha a cada matrimonio, de un modo u otro. En el primer día de
la boda es difícil imaginar que habrá un momento en que todo no sea perfecto.
Lo que no saben los corazones es que se han embarcado en un camino que
recorrerá las cimas más altas y los valles más bajos.
Es durante esos momentos vividos profundamente en el valle que se hacen
esfuerzos heroicos para mantener el rumbo. A veces incluso es necesario que
uno de los cónyuges tenga la disciplina mental para tirar del otro cónyuge
encarrilándolo de nuevo en el matrimonio.
Los que habrán experimentando esto saben que pueden tener en la gracia el
poder de bien llevar esto a través de la tormenta o el silencio.
Puede haber días en que todo parezca perdido. Luego en un momento de
verdadera gracia se puede traer un diluvio de amor renovado devolviendo la
vitalidad a la relación y renovando el vínculo sacramental.
Es durante estos tiempos de dificultad intensa que los cónyuges pueden
experimentar lo que se entiende realmente por esas palabras aparentemente
proféticas que ahora se añaden durante algunas ceremonias de matrimonio:
"Puede besar a la Cruz".
* Algunas fuentes citan el número de habitantes de Siroki-Brijeg tan sólo 13.000
(y casi el 100% de católicos!) Pero después de algunas investigaciones se cree
que el verdadero número de habitantes es más del doble que esta cifra

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