Lloret Belmonte M. Pec H.medieval-Arte PDF
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Curso 2019-2020
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1. La Periodización interna de la Edad Media.
*Alta Edad Media (siglos IV a X). Abarcaría, por tanto, la época de transición entre las
civilizaciones antiguas, como la romana y la persa, y las medievales. En la terminología
de los historiadores anglosajones, sería denominado este periodo como Edad Media
temprana o edad oscura.
*Plena Edad Media (siglos XI a XIII). También denominada Edad Media clásica o
periodo feudal.
*Baja Edad Media o Edad Media tardía (siglos XIV y XV). Periodo en el cual las
transformaciones sociales, políticas y económicas, muestran ya una clara decadencia
de las estructuras feudales y anticipan ya las nuevas formas propias de la etapa
renacentista.
• Época de transición entre las civilizaciones antiguas y las medievales (siglos III a
VIII).
• Alta Edad Media, que correspondería con el esplendor de civilizaciones como
las de Bizancio y el Islam. (siglos VIII hasta mediados del XI).
• Una época de plenitud del Occidente medieval (mediados del siglo XI hasta
finales del XIII).
• La Baja Edad Media tardía, entre los siglos XIV y XV.
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2. El monacato céltico.
El territorio celta tradicional, Gran Bretaña e Irlanda, además de constituir una de las
regiones desde las que se expandió con mayor fervor la religión cristiana por Europa
en la época Altomedieval, fue el foco principal de la promoción de la actividad
monástica. La acción monástica de los misioneros célticos, caracterizada por su alto
nivel cultural y su rigorismo penitencial y teológico, y sus modos de organización,
influyeron de forma decisiva en las fundaciones monacales europeas posteriores.
Las principales figuras de este movimiento fueron los santos Patricio y Columbano.
San Patricio (387-461) monje bretón educado por los monjes de Lerins en Provenza,
predicó el cristianismo en el norte de Irlanda, donde fundó numerosos monasterios de
los que partieron numerosos acólitos para evangelizar la Galia merovingia y la Gran
Bretaña anglosajona. Dichos monasterios eran en sus inicios grupos de cabañas, que
llegaron a convertirse en grandes aglomeraciones de hasta 3.000 chozas, como las de
Clonard y Conflert. En ellos, los monjes practicaban liturgias propias en el sacramento
bautismal y establecieron nuevas pautas como la costumbre de tonsurarse, que sería
posteriormente seguida por las fundaciones monásticas europeas.
El trabajo manual formaba parte de la práctica monástica y alcanzaron una gran fama
en artes aplicadas como la orfebrería y, sobre todo, en la iluminación de manuscritos.
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3. El ejército en el Imperio Carolingio.
El ejército franco que, bajo el mando de Clodoveo había ocupado la Galia a principios
del siglo VI y las tropas imperiales de Carlomagno, sólo tenían en común su eficacia y el
terror que inspiraban entre sus enemigos, ya que si aquel había estado constituido
mayoritariamente por hombres del campo pertrechados con armas caseras y poco
instruidos militarmente, el ejército imperial, en cambio, constituía un grupo bien
organizado, con tácticas de ataque ensayadas, campañas planificadas hasta el último
detalle y, sobre todo, con la participación de una caballería que alcanzaría una fama
casi mitológica por su poder de destrucción y sus innumerables victorias. Esta
caballería estaba formada por nobles propietarios de tierras que debían acudir al
llamamiento a la batalla con su propio caballo y equipo, y aportar, además, en función
de su posesión de tierras, soldados de infantería convenientemente pertrechados. Los
caballarii se armaban con una lanza larga, un escudo redondo, una espada larga y otra
corta. Se protegían con una coraza conocida como brunia o coselete que protegía el
tórax. A partir de la guerra contra los ávaros, los jinetes portaban además un arco y un
carcaj de flechas.
A este ejército, seguía como retaguardia una procesión de carros tirados por bueyes
cargados con avituallamiento, pero también con herreros que reparaban las armas tras
cada batalla, sanadores, sirvientes, etc., lo que permitía aligerar la carga de los
soldados de infantería y de los caballeros y proporcionaba el mantenimiento necesario
de armas y hombres durante las largas marchas.
El estudio pormenorizado del terreno, los caminos, los accidentes geográficos, las
estrategias de ataque y de acceso al campo de batalla, y las posibles técnicas de
defensa del enemigo, fueron determinantes en la eficacia y capacidad destructiva del
ejército imperial, que, en numerosas ocasiones, utilizó la táctica de la “tierra
quemada”, dejando a su paso un halo de destrucción y de terror que dificultaba la
respuesta de los enemigos. La rapidez en el ataque y la economía de recursos
favorecían que el emperador pudiera tener fácil acceso a nuevas contiendas ante
enemigos que no dejaban de multiplicarse en las enormes fronteras de tan vasto
Imperio.
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4. La demografía en la Plena Edad Media.
En cuanto a las causas que produjeron dicho incremento poblacional, algunos estudios
revelan que hubo un cambio climático en la Europa de la época que provocó un ligero
aumento de las temperaturas y una disminución de la pluviosidad que, acompañadas
de la aplicación de nuevas técnicas agrícolas como la incorporación del arado con
ruedas y vertedera, mejoras en el tiro de los animales, como el uso de la herradura y la
collera rígida en los caballos, el empleo de molinos de viento y de agua y el sistema de
barbecho (cultivo rotativo del campo) favorecieron una mejora en las cosechas, un
aumento de las tierras roturadas y un incremento de excedentes agrícolas.
Si bien queda demostrado, por el estudio de las citadas fuentes un fuerte incremento
en el índice de natalidad, la tasa de mortalidad continuó siendo altísima, sobre todo
entre la población infantil. La esperanza de vida continuaba siendo muy baja si la
observamos desde los parámetros actuales, si bien es cierto que las enfermedades,
mortales todavía, como la tisis, la viruela o las fiebres cuartanas y tercianas, se
cebaban especialmente en la población infantil y adolescente, por lo que, si se lograba
superar esa barrera, el horizonte vital podía llegar hasta los 60 años, aunque de forma
desigual entres sexos, debido a la gran cantidad de mujeres que morían durante el
parto y el posparto por hemorragias o infecciones o por fiebre puerperal. El gran
número de embarazos que solían tener las mujeres a lo largo de su edad fértil, ya que
contar con gran número de hijos era una forma de asegurar la subsistencia de la
familia y una fuente de mano de obra para trabajar las tierras de la familia, las
exponían a un gran índice de muerte prematura por esta causa.
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5. La sociedad urbana y sus conflictos en la Baja Edad Media.
En otras ciudades europeas, como Gante, Brujas y París, las motivaciones de los
rebeldes fueron fiscales, ya que la larga y extenuante Guerra de los cien años, que
asoló a esta parte de Europa en el siglo XIV, trajo como corolario el incremento de las
tasas e impuestos que debían pagar los ciudadanos para sufragar los gastos bélicos.
Esta creciente fiscalidad, unida a las penurias económicas de los habitantes, tanto del
campo como de las ciudades fueron las motivaciones últimas para que los oprimidos
se revelaran, no tanto frente a los monarcas reinantes, sino frente a sus asesores
ministros y recaudadores de impuestos y frente a las clases dirigentes urbanas que
aceptaban la presión fiscal a cambio de privilegios de los cuales la mayoría ciudadana
no llegaba a disfrutar.
Otras revueltas, como la protagonizada en Roma por los seguidores de Nicola di Renzo,
Tribuno del pueblo, tenían como fin último el control de la ciudad, pero aderezadas
con aspiraciones políticas tan elevadas como la de restaurar la República romana.
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6. Defina y contextualice brevemente los siguientes conceptos:
3. Ban: El poder del ban era la potestad que todo monarca germano tenía para
imponer sus órdenes y dictar sentencias, de él emana la fuerza de protección
de los débiles (mund). Uno de los caracteres de los pueblos germánicos que
invadieron y ocuparon Europa ante la caída del Antiguo Imperio romano era
que su institución básica de gobierno era la realeza, que, aunque en un
principio fue electiva entre los príncipes, con el tiempo pasó a ser hereditaria.
Los reyes lo eran, no tanto de un territorio como de su pueblo, por eso se
titularon como rex Gothorum, rex Francorum, etc.
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monástica sometida a la autoridad de un abad elegido entre los monjes y que
ejercía su cargo de forma vitalicia.
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grado o doctorado, teniendo además que aprobar un examen ante el conjunto
de maestros de teología de la Universidad presididos por el canciller.
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2. Cuestiones prácticas.
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Relato histórico escrito por el historiador persa del siglo IX Aḥmad Ibn Yaḥyā al-Balādhurī
recogido en su obra La Conquista de las tierras, (Kitāb Futuh al-Buldan) y recopilado por la
historiadora portuguesa Fernanda Espinosa Sa da Costa en su obra “Antología de Textos
históricos medievales”. Al-Baladhuri, considerado como el primer historiador musulmán,
escribió esta obra estructurada por capítulos según las zonas conquistadas por los ejércitos
mahometanos basándose en documentos escritos de la época de las conquistas, por lo que,
aún siendo una fuente indirecta, sus textos tienen una gran fiabilidad por su relativa cercanía a
los hechos relatados, además de que en su obra original incluyó extractos de dichos
documentos antiguos. El gran valor de esta su obra viene dado por ser una fuente de
conocimiento sobre los primeros siglos de expansión del Islam, tanto en sus relatos bélicos
como en su descripción de la administración local y de la vida de las grandes familias del
califato. Escribió también Ansah al-ashraf, que incluía datos biográficos de personajes
históricos y en donde el historiador dio sus opiniones sobre moral y política.
En el fragmento que se nos presenta, Al-Baladhuri nos informa sobre la batalla que se produjo
junto al río Yarmuk, en Siria durante seis días del mes de agosto del año 636, siendo el
resultado de esta batalla decisivo en la conquista de Siria por parte de las tropas califales
frente a las tropas del emperador bizantino Heraclio.
Heraclio, emperador de Bizancio, había accedido al trono en el año 610 con tan sólo 35 años,
tras la destitución del usurpador Focas, que había destituido ocho años antes al último
descendiente del gran Justiniano. El fundador de la dinastía heraclida que se hizo nombrar
basileus autokrator («todopoderoso») profundizó en la helenización de su reino y reformó la
administración, siendo considerado como el verdadero fundador del reino de Bizancio,
alejándose del modelo romano y adaptando su estructura a la nueva realidad del Imperio
oriental, reorganizándolo en circunscripciones administrativas y militares denominadas
themas. Durante su reinado, hubo de enfrentarse a grandes desafíos y problemas, tanto
internos como externos, ya que hubo de enfrentarse al emperador persa Cosroes II, contra el
que emprendió una guerra santa para recuperar los Santos Lugares que habían sido ocupados
por el persa, llegando incluso a apoderarse de Ctesifonte, la capital persa y asesinar a Cosroes.
También hubo de enfrentarse a ávaros y eslavos que, en el 626, fueron capaces de llegar a las
murallas de Constantinopla.
Pero si una tarea ocupó los primeros años del reinado de Heraclio y puso a prueba su
capacidad militar fue la guerra contra el creciente expansionismo del califato ortodoxo o
rashidun, bajo el mandato del poderoso califa Omar (634-644), que demostró una capacidad
militar y organizativa sobresaliente, siendo el artífice principal de la expansión territorial de los
primeros tiempos del Islam. En esta guerra, el enfrentamiento entre las dos potencias
orientales de la época, el imperio bizantino y el musulmán, se produjo por el control de las
tierras de Siria y Palestina, territorios que, históricamente, se habían mostrado como
fundamentales para controlar las rutas comerciales entre Oriente y Occidente.
Al-Baladhuri relata la enormidad del ejército bizantino, aunque quizás exagera la diferencia de
número de combatientes, ya que probablemente, las fuerzas estaban más igualadas en
realidad, pero en su afán de ensalzar la victoria del ejército ismaelita, hace parecer que una
reducida fuerza musulmana fue capaz de vencer a un gran ejército bizantino.
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Nos detalla en el texto el autor que el ejército bizantino estaba bajo el mando del gobernante
del reino cristiano árabe Ghassanid del Mediterráneo Oriental, Jabalah Ibn al-Aiham, quien
hasta en dos ocasiones posteriores apostataría de su fe convirtiéndose a la creencia que mejor
se ajustara a sus intereses o a los de su reino. A pesar de la derrota sufrida por sus huestes y de
la muerte de gran número de sus soldados, este rey pudo escapar y llegar tiempo más tarde a
un acuerdo con el califa Omar, aunque finalmente acabó enfrentándose a él y volviendo a la fe
cristiana.
No nos habla sin embargo Al-Baladhuri de los cabecillas del ejército musulmán, quizás en un
intento de resaltar que la victoria se consiguió “con la ayuda de Allah”; de esta forma, el autor,
evita personalizar en los capitanes del ejército aquella victoria, ya que toda la gloria debía ser
otorgada a su Dios y a su representante en la tierra (Mahoma y, posteriormente, los califas
rashidun).
Derrotado el ejército bizantino, relata el historiador persa cómo recibió la noticia el emperador
Heraclio y cómo decidió abandonar Siria a manos de los mahometanos, adjudicándole incluso
el haber pronunciado una sentencia que esconde una intención laudatoria a los vencedores.
Nuestro autor Al-Baladhuri vivió en las cortes de los califas abasíes al-Mutawakkil y Al-Musta'in
y al parecer dedicó su vida a escribir sobre la historia del Islam. Su importancia como
historiador, reside en que, antes de él, la historiografía árabe se había limitado a la
transcripción de relatos orales como los conocidos jabar (en plural abjar) sin alcanzar una gran
relevancia entre los estudiosos y pensadores árabes, que mostraron mayor preocupación por
cultivar otras disciplinas derivadas del estudio del Corán. Este abjar será por tanto el medio de
recoger acontecimientos relatados de forma oral, lo que conlleva un gran riesgo por las
adiciones o supresiones con los que los que transmiten la noticia relaten la Historia.
La obra de Al-Baladhuri, puede clasificarse dentro del género conocido como futuhat en los
que se relatan las primeras conquistas islámicas desde Mahoma (aunque al relato de las
conquistas del Profeta musulmán se reserva un término específico conocido como siyar).
El futuhat sirvió por tanto a los historiadores para, recogiendo los relatos orales o abjar,
construir un relato histórico al que, aun siendo amplio y documentado no se puede otorgar
una gran fiabilidad, aunque la diferencia que enaltece la obra de Al-Baladhuri entre el resto de
futuhat es que él sí que se preocupó de recopilar relatos escritos y orales que avalaran los
relatos abjar y menciona en su obra todas las fuentes utilizadas.
Por tanto y como conclusión, podemos valorar el fragmento presentado y la obra en la que se
inscribe como una fuente documentada y fidedigna, aunque con una visión necesariamente
parcial de la Historia, al servir el historiador a los califas mahometanos reinantes de su época,
obra de un autor reconocido y altamente considerado por la Historiografía moderna y como un
magnífico relato que, con inspiraciones claramente orientales por su relato cuasi poético de los
hechos, resulta una obra fundamental e interesantísima para el conocimiento de los primeros
siglos de historia de la cultura islámica.
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2. Contextualice y comente estas imágenes y los textos que las acompañan.
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Si durante el siglo XI se había producido en la Europa rural una proliferación de
monasterios cluniacenses que habían puesto en valor la vida monástica, éstos habían
derivado en organizaciones cerradas y alejadas del nuevo pensamiento de los siglos
bajomedievales y, sobre todo, de los nuevos ideales de vida en austeridad que habían
proclamado herejías con tanta aceptación popular, sobre todo en el mundo urbano,
como la de los cátaros.
Los frailes dominicos residían en sus conventos, regidos por un prior que respondía ante los
capítulos provinciales. Al frente de la Orden había un Maestro General asesorado por un
Capítulo General que se reunía anualmente. Los monjes dominicos se regían por el voto de
pobreza y se dedicaban al estudio, la predicación y a la formación de nuevos acólitos.
Alcanzaron una gran popularidad y poder e influencia en el seno de la Iglesia.
En nuestra tercera imagen, que se corresponde a la obra de Pedro Berruguete “Santo
Domingo y los albigenses”, expuesta hoy en día en el Museo del Prado de Madrid, se muestra
a Santo Domingo ejerciendo de Inquisidor frente a los cátaros, realizando la conocida como
“prueba del fuego”, según la cual, el Santo habría depositado sobre el fuego uno de sus libros
y otro de los herejes para demostrarles su error en la interpretación de las Sagradas
Escrituras. Milagrosamente, el libro del fundador de la Orden dominica se habría elevado
sobre las llamas por la Gracia divina, salvándolo así del fuego. La herejía cátara o albigense
fue una de las que mayor amenaza representaron para la Iglesia Medieval, ya que llegaron a
formular una religión distinta y belicista frente a la romana. Con un fundamento doctrinal
basado en el maniqueísmo, con influencias orientales fomentadas por las Cruzadas y el
tráfico comercial con Oriente, promulgaban que el poder del mal es tan grande como el del
bien, achacando al mal la creación de todo lo material y terrenal incluida la Iglesia;
rechazaban los sacramentos tradicionales y se dedicaban a una vida ascética, intentando
alcanzar la pureza y la perfección, lo que despertó la admiración entre las clases bajas pero
también entre los más pudientes y cultivados intelectualmente que buscaban reflejar en sus
vidas los modelos y formas de vida ascéticos de los primeros seguidores de Cristo.
El catarismo supuso una amenaza tan grande que el papa Inocencio III llegó a convocar una
Cruzada contra ellos con el apoyo de la Monarquía francesa, en cuyo territorio se habían
hecho fuertes los albigenses y que fue la mayor beneficiaria de la derrota de los cátaros, ya
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que recuperó para sí los bienes y propiedades de éstos, que habían alcanzado una gran
prosperidad económica, sobre todo en la zona del Languedoc francés.
Las Ordenes mendicantes supusieron para la Iglesia de los siglos bajomedievales la forma de
contactar con la nueva realidad urbana, universitaria y con nuevas aspiraciones intelectuales
de las clases sociales burguesas surgidas por el desarrollo comercial y financiero de las
incipientes y prósperas urbes de los últimos siglos de la Edad Media europea.
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BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA:
LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. Edición 2016. Reimpresión 2018. Pág. 29.
DONADO VARA J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “La Edad Media. Siglos V-XII”. Editorial
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2. El monacato céltico.
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DONADO VARA J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “La Edad Media. Siglos V-XII”. Editorial
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https://www.monestirs.cat/monst/monestir/pers/fulls/ccolumba.htm Captura
09/04/2020.
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3. El ejército en el Imperio Carolingio.
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universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs. 131 y 132.
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http://www.fundacionindex.com/gomeres/wp-content/uploads/2014/10/Tema-3-Edad-
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http://susurrosenlacorte.blogspot.com/2012/03/el-parto-y-la-muerte-en-la-edad-media.html
Captura: 13-04-2020.
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universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs. 312-314.
DONADO VARA J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “La Edad Media. Siglos V-XII”. Editorial
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universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Pág.33.
DÍEZ DE REVENGA P.; PUCHE LORENZO M.: “Onomástica castellana y onomástica catalana en
tierras fronterizas durante la edad media”. Estudios de lingüística. Universidad de Alicante.
Número 16. Año 2002. Captura:
https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/6210/1/EL_16_11.pdf
2. Maurica
LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Pág. 48.
3. Ban
LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Pág.63.
DONADO VARA, J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “LA Edad Media: Siglos V-XII”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid-2009). Pág. 47.
4. Regula monachorum
LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Pág.89.
DONADO VARA, J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “LA Edad Media: Siglos V-XII”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid-2009). Pág. 79.
LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs. 167-168.
https://losojosdehipatia.com.es/cultura/historia/hildegard-von-bingen-la-profetisa-
teutonica-o-la-sibila-del-rin/ Captura: 27-05-2020.
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6. Umma.
LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs. 226-229.
7. Licentia docendi
LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs.265-268.
DONADO VARA, J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A, BAQUERO GOÑI, C.: “Historia Medieval II
(Siglos XIII-XV)”. Editorial centro de estudios Ramón Areces. (Madrid 2014). Págs. 156-
158.
LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs.285-286.
9. “Stückhofen”.
LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs.315-316.
https://www.investigacionyciencia.es/revistas/investigacion-y-ciencia/difusin-
superficial-116/la-farga-catalana-5347 Captura: 27-05-2020.
10.“Compañías de Ordenanza”:
LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs.335-337.
LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs.226-229 y 247-
250.
19
DONADO VARA, J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “LA Edad Media: Siglos V-XII”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid-2009). Págs. 100-103.
https://books.google.es/books/about/Antologia_de_textos_hist%C3%B3ricos_medievai.html?i
d=ZFGpmQEACAAJ&redir_esc=y
https://arrecaballo.es/edad-media/los-arabes/conquista-de-palestina-por-el-califato-
ortodoxo-o-rashidun/
http://olmo.pntic.mec.es/~porp0002/ant_feu/mats/3bizancio/3textos/3lecturas.htm
http://www.oxfordislamicstudies.com/article/opr/t125/e283
https://www.researchgate.net/publication/338318331_Arab_Conquests_and_Early_Isl
amic_Historiography_The_Futuh_al-Buldan_of_al-Baladhuri
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=heraclio-emperador-de-
bizancio
https://sourcebooks.fordham.edu/source/yarmuk.asp
https://nervana1.org/2015/03/20/on-islam-and-apostasy/
COMENTARIO DE IMÁGENES:
LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs.257-261.
DONADO VARA, J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A; BAQUERO GOÑI, C.: “Historia Medieval II
(Siglos XIII-XV)”. Editorial centro de estudios Ramón Areces. (Madrid 2014). Págs. 152-
153.
https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/santo-domingo-y-los-
albigenses/8159c487-73ed-48ba-be82-591b40b843ba Fecha de captura: 30-05-2020.
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