Lloret Belmonte M. Pec H.medieval-Arte PDF

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA

GRADO EN HISTORIA DEL ARTE

ASIGNATURA: HISTORIA MEDIEVAL

PRUEBA DE EVALUACIÓN CONTINUA

Curso 2019-2020

Nombre: …María Ángeles LLORET BELMONTE

Dirección postal: C/. Pedro Cabanes, 128-17- VALENCIA 46025

Correo electrónico: [email protected]

Teléfono: 626 71 54 36

CENTRO ASOCIADO: VALENCIA-ALZIRA- Francisco Tomás y Valiente.

Fecha final de entrega: 15 de mayo

1. Cuestiones teóricas. Responda en el espacio asignado para ello a las siguientes


preguntas:

1
1. La Periodización interna de la Edad Media.

La Historiografía moderna suele situar el comienzo de la Edad Media en las invasiones


germánicas de comienzos del siglo V y su final en la caída de Constantinopla en manos
de los turcos en 1453. No obstante, algunos autores retrasan el comienzo de esta era a
la crisis del Imperio Romano del siglo III o al año en que se promulgó el Edicto de Milán
(313), o, por el contrario, lo retrasan hasta la invasión musulmana de mediados del
siglo VIII. Respecto del final de la época, existen variaciones, como la de los
historiadores hispanos que la sitúan en 1492, hasta las tesis marxistas que la retrasan
hasta la Revolución Industrial.

La profundización en los estudios sobre el Medievo, hizo necesario establecer una


división temporal de tan larguísimo periodo histórico. De entre las diversas
periodizaciones internas propuestas, la más aceptada en la actualidad es la
denominada “tripartita”, que divide la época medieval en:

*Alta Edad Media (siglos IV a X). Abarcaría, por tanto, la época de transición entre las
civilizaciones antiguas, como la romana y la persa, y las medievales. En la terminología
de los historiadores anglosajones, sería denominado este periodo como Edad Media
temprana o edad oscura.

*Plena Edad Media (siglos XI a XIII). También denominada Edad Media clásica o
periodo feudal.

*Baja Edad Media o Edad Media tardía (siglos XIV y XV). Periodo en el cual las
transformaciones sociales, políticas y económicas, muestran ya una clara decadencia
de las estructuras feudales y anticipan ya las nuevas formas propias de la etapa
renacentista.

Esta división tripartita, aún siendo la mayoritariamente seguida por la historiografía


actual, presenta el inconveniente de que sólo sería aplicable a la Europa medieval, por
lo que otros autores, para salvar este obstáculo, abogan por divisiones internas del
Medievo que hacen posible incorporar otras civilizaciones no europeas. Así, el Profesor
M.A. Ladero Quesada, propone una periodización adaptada a esta necesidad,
distinguiendo entre:

• Época de transición entre las civilizaciones antiguas y las medievales (siglos III a
VIII).
• Alta Edad Media, que correspondería con el esplendor de civilizaciones como
las de Bizancio y el Islam. (siglos VIII hasta mediados del XI).
• Una época de plenitud del Occidente medieval (mediados del siglo XI hasta
finales del XIII).
• La Baja Edad Media tardía, entre los siglos XIV y XV.

2
2. El monacato céltico.

El territorio celta tradicional, Gran Bretaña e Irlanda, además de constituir una de las
regiones desde las que se expandió con mayor fervor la religión cristiana por Europa
en la época Altomedieval, fue el foco principal de la promoción de la actividad
monástica. La acción monástica de los misioneros célticos, caracterizada por su alto
nivel cultural y su rigorismo penitencial y teológico, y sus modos de organización,
influyeron de forma decisiva en las fundaciones monacales europeas posteriores.

Las principales figuras de este movimiento fueron los santos Patricio y Columbano.

San Patricio (387-461) monje bretón educado por los monjes de Lerins en Provenza,
predicó el cristianismo en el norte de Irlanda, donde fundó numerosos monasterios de
los que partieron numerosos acólitos para evangelizar la Galia merovingia y la Gran
Bretaña anglosajona. Dichos monasterios eran en sus inicios grupos de cabañas, que
llegaron a convertirse en grandes aglomeraciones de hasta 3.000 chozas, como las de
Clonard y Conflert. En ellos, los monjes practicaban liturgias propias en el sacramento
bautismal y establecieron nuevas pautas como la costumbre de tonsurarse, que sería
posteriormente seguida por las fundaciones monásticas europeas.

El trabajo manual formaba parte de la práctica monástica y alcanzaron una gran fama
en artes aplicadas como la orfebrería y, sobre todo, en la iluminación de manuscritos.

El famoso manuscrito iluminado conocido por el nombre de Libro de Kells o Evangelio


de San Columba, conservado hoy en día en el Trinity College de Dublín, da muestra de
la maestría alcanzada por los monjes irlandeses en este arte; escrito en vitela, piel de
becerro tratada, contiene la transcripción de los cuatro Evangelios en latín basados en
la Vulgata de San Jerónimo del año 384, además de los tradicionales Argumenta y
breves causae, prefacios sobre las vidas de los Evangelistas y resúmenes del Evangelio,
todo ello ilustrado e iluminado con representaciones de arquitecturas góticas, del
Tetramorfos, figuras del Pantocrátor, ángeles o pasajes evangélicos como la Natividad,
todo ello en colores básicos y dorados y con dibujos de figuras planas y sin perspectiva,
característicos de estas primeras obras de arte del arte religioso medieval.

De una de estas fundaciones monásticas, concretamente de la Abadía de Bangor, al


Este de la ciudad irlandesa de Belfast, partió uno de los seguidores de San Patricio, San
Columbano (540-615) hacia la Galia. Acompañado por doce monjes, fundó la famosa
Abadía de Luxeuil y el de Fontaine. Penetró en Germania y llegó a Italia, donde fundó
la Abadía de Bobbio, donde murió. Además de la importancia de sus propias
fundaciones, influyó en muchos otros monasterios que adoptaron su Regla, hasta que
esta última fue adoptada mayoritariamente y la de San Columbano cayó en desuso.

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3. El ejército en el Imperio Carolingio.

El ejército franco que, bajo el mando de Clodoveo había ocupado la Galia a principios
del siglo VI y las tropas imperiales de Carlomagno, sólo tenían en común su eficacia y el
terror que inspiraban entre sus enemigos, ya que si aquel había estado constituido
mayoritariamente por hombres del campo pertrechados con armas caseras y poco
instruidos militarmente, el ejército imperial, en cambio, constituía un grupo bien
organizado, con tácticas de ataque ensayadas, campañas planificadas hasta el último
detalle y, sobre todo, con la participación de una caballería que alcanzaría una fama
casi mitológica por su poder de destrucción y sus innumerables victorias. Esta
caballería estaba formada por nobles propietarios de tierras que debían acudir al
llamamiento a la batalla con su propio caballo y equipo, y aportar, además, en función
de su posesión de tierras, soldados de infantería convenientemente pertrechados. Los
caballarii se armaban con una lanza larga, un escudo redondo, una espada larga y otra
corta. Se protegían con una coraza conocida como brunia o coselete que protegía el
tórax. A partir de la guerra contra los ávaros, los jinetes portaban además un arco y un
carcaj de flechas.

A este ejército, seguía como retaguardia una procesión de carros tirados por bueyes
cargados con avituallamiento, pero también con herreros que reparaban las armas tras
cada batalla, sanadores, sirvientes, etc., lo que permitía aligerar la carga de los
soldados de infantería y de los caballeros y proporcionaba el mantenimiento necesario
de armas y hombres durante las largas marchas.

Aunque en tiempos de paz los ejércitos se reducían a la escolta real y a guarniciones


situadas en zonas de frontera o de conflicto, Carlomagno se ocupó permanentemente
de que sus hombres estuvieran dispuestos para acudir al llamamiento a filas que solía
producirse en primavera, cuando el rey planificaba la incursión en dominios
subversivos o enemigos. En ese momento, se dictaba un acta capitular en la que el
monarca citaba al número de hombres necesarios para la contienda, preferentemente
cercanos a la zona de combate, lo que aumentaba la diligencia y rapidez con las que las
tropas acudían al lugar de encuentro establecido, y que había sido transmitido a través
de condes, obispos y abadías a los llamados a filas.

El estudio pormenorizado del terreno, los caminos, los accidentes geográficos, las
estrategias de ataque y de acceso al campo de batalla, y las posibles técnicas de
defensa del enemigo, fueron determinantes en la eficacia y capacidad destructiva del
ejército imperial, que, en numerosas ocasiones, utilizó la táctica de la “tierra
quemada”, dejando a su paso un halo de destrucción y de terror que dificultaba la
respuesta de los enemigos. La rapidez en el ataque y la economía de recursos
favorecían que el emperador pudiera tener fácil acceso a nuevas contiendas ante
enemigos que no dejaban de multiplicarse en las enormes fronteras de tan vasto
Imperio.

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4. La demografía en la Plena Edad Media.

El crecimiento de la población en la Europa de los siglos XI a XIII, se puede constatar a


través de las escasas fuentes directas que nos han llegado, como es el caso del
Domesday Book inglés, censo escrito en latín bajo el reinado de Guillermo I de
Inglaterra con finalidad recaudatoria, ya que el rey precisaba conocer quienes de sus
súbditos podían pagar tributos y en qué cuantía.

Pero también puede deducirse el incremento poblacional de otras fuentes indirectas


como el aumento en el precio de los terrenos agrícolas, la caída de los salarios, el
nacimiento de nuevas ciudades, la colonización de nuevas tierras o la construcción de
nuevas iglesias. De estas fuentes, proceden estimaciones que señalan que la población
llegó a duplicarse entre el año 1.000 y el 1.300, aunque de manera desigual entre las
diferentes regiones, siendo anterior en la zona meridional de Europa y más retardada
en la fachada atlántica.

En cuanto a las causas que produjeron dicho incremento poblacional, algunos estudios
revelan que hubo un cambio climático en la Europa de la época que provocó un ligero
aumento de las temperaturas y una disminución de la pluviosidad que, acompañadas
de la aplicación de nuevas técnicas agrícolas como la incorporación del arado con
ruedas y vertedera, mejoras en el tiro de los animales, como el uso de la herradura y la
collera rígida en los caballos, el empleo de molinos de viento y de agua y el sistema de
barbecho (cultivo rotativo del campo) favorecieron una mejora en las cosechas, un
aumento de las tierras roturadas y un incremento de excedentes agrícolas.

Estos excedentes agrícolas favorecieron a su vez, una diversificación de las actividades


productivas, al incrementar el comercio y la industria manufacturera, conjunto de
circunstancias que provocaron una acumulación de capitales.

Si bien queda demostrado, por el estudio de las citadas fuentes un fuerte incremento
en el índice de natalidad, la tasa de mortalidad continuó siendo altísima, sobre todo
entre la población infantil. La esperanza de vida continuaba siendo muy baja si la
observamos desde los parámetros actuales, si bien es cierto que las enfermedades,
mortales todavía, como la tisis, la viruela o las fiebres cuartanas y tercianas, se
cebaban especialmente en la población infantil y adolescente, por lo que, si se lograba
superar esa barrera, el horizonte vital podía llegar hasta los 60 años, aunque de forma
desigual entres sexos, debido a la gran cantidad de mujeres que morían durante el
parto y el posparto por hemorragias o infecciones o por fiebre puerperal. El gran
número de embarazos que solían tener las mujeres a lo largo de su edad fértil, ya que
contar con gran número de hijos era una forma de asegurar la subsistencia de la
familia y una fuente de mano de obra para trabajar las tierras de la familia, las
exponían a un gran índice de muerte prematura por esta causa.

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5. La sociedad urbana y sus conflictos en la Baja Edad Media.

El desarrollo urbano y comercial que se produjo en la Europa de los siglos XIV y XV


trajo consigo una agudización de las diferencias entre clases sociales, constituyéndose
en las ciudades, grupos dirigentes que, gracias a su control de las actividades
económicas, fueron adquiriendo también el control político de las urbes
bajomedievales. Esta oligarquía dirigente estaba compuesta por familias nobles,
grandes comerciantes, banqueros y, en algunas ciudades como las italianas y las
flamencas, por los líderes de corporaciones de artesanos que, desde épocas
anteriores, controlaban el acceso y la organización interna de los gremios. En Italia, se
acuñó el término “Popolo grosso” para denominar a esta clase social en contraposición
al conocido como “Popolo minuto”, que estaría compuesto por los ciudadanos que
dependían tanto económica como políticamente de los dirigentes urbanos. Estas
diferencias económicas y, sobre todo, la imposibilidad del grupo más desfavorecido de
acceder a las esferas de poder ciudadanas y a los órganos de gobierno de las urbes,
provocaron frecuentes revueltas y conflictos, en los que se enfrentaron no sólo los
poderosos con los oprimidos, sino que, en algunas de ellas, los rebeldes pertenecían a
familias acomodadas, enriquecidas por el comercio y la Banca que, sin embargo, se
veían excluidas de las esferas de decisión, tal y como sucedió en Florencia en la
revuelta de los ciompi, que fueron alentados a rebelarse por intereses de familias tan
ricas como los Médici, que hasta ese momento no habían conseguido controlar las
instituciones municipales. Como era de suponer, los cardadores de lana no obtuvieron
más que vanas promesas e incluso la muerte o el destierro, pero la familia Médici se
estableció en el gobierno de la ciudad, dominando sus instituciones por varios siglos. Y
es que dicho gobierno municipal era fundamental para poder controlar los impuestos,
dictar ordenanzas municipales, controlar a los gremios e incluso reclutar tropas para la
defensa de la ciudad y para guerrear contra ciudades y/o familias enemigas.

En otras ciudades europeas, como Gante, Brujas y París, las motivaciones de los
rebeldes fueron fiscales, ya que la larga y extenuante Guerra de los cien años, que
asoló a esta parte de Europa en el siglo XIV, trajo como corolario el incremento de las
tasas e impuestos que debían pagar los ciudadanos para sufragar los gastos bélicos.
Esta creciente fiscalidad, unida a las penurias económicas de los habitantes, tanto del
campo como de las ciudades fueron las motivaciones últimas para que los oprimidos
se revelaran, no tanto frente a los monarcas reinantes, sino frente a sus asesores
ministros y recaudadores de impuestos y frente a las clases dirigentes urbanas que
aceptaban la presión fiscal a cambio de privilegios de los cuales la mayoría ciudadana
no llegaba a disfrutar.

Otras revueltas, como la protagonizada en Roma por los seguidores de Nicola di Renzo,
Tribuno del pueblo, tenían como fin último el control de la ciudad, pero aderezadas
con aspiraciones políticas tan elevadas como la de restaurar la República romana.

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6. Defina y contextualice brevemente los siguientes conceptos:

1. Onomástica. 2. Maurica. 3. Ban. 4. Regula Monachorum. 5. “Sibila del Rin”. 6. Umma.


7. Licentia docendi. 8. “El caballero de la carreta”. 9. “Stückhofen” 10. “Compañías de
Ordenanza”.

1. Onomástica: Ciencia dedicada a la catalogación y estudio de los nombres


propios. Constituye una de las disciplinas que permiten al historiador analizar y
estudiar de forma crítica las fuentes no escritas. Concretamente en la Historia
Medieval, esta ciencia historiográfica es utilizada por los estudiosos de la época
para establecer datos importantes como los pobladores de un territorio
conquistado o el origen de pueblos invasores o la capacidad de inmersión de
éstos en las tierras conquistadas.

2. Maurica: Paraje situado entre las localidades francesas de Troyes y Châlons en


el que el 20 de junio del 451, el ejército huno, al mando de su rey Atila, sufrió
una derrota ante las tropas comandadas por el rey Teodorico I, compuesta por
soldados romanos, visigodos, borgoñones y francos. Esta batalla, que pese a su
resultado no logró frenar por mucho tiempo los empujes de Atila y sus huestes,
es conocida como la Batalla de los Campos Catalaúnicos o Mauriacos.

3. Ban: El poder del ban era la potestad que todo monarca germano tenía para
imponer sus órdenes y dictar sentencias, de él emana la fuerza de protección
de los débiles (mund). Uno de los caracteres de los pueblos germánicos que
invadieron y ocuparon Europa ante la caída del Antiguo Imperio romano era
que su institución básica de gobierno era la realeza, que, aunque en un
principio fue electiva entre los príncipes, con el tiempo pasó a ser hereditaria.
Los reyes lo eran, no tanto de un territorio como de su pueblo, por eso se
titularon como rex Gothorum, rex Francorum, etc.

4. Regula Monachorum: Redactada por San Benito de Nursia (480-547),


fundador de las primeras comunidades de monjes benedictinos. La Regula
recoge en 73 capítulos, las normas que debían regir la vida de los monjes.
Alejándose del rigorismo de las reglas monásticas de inspiración celta, da una
gran importancia a la vida intelectual y manual de los monjes (ora et labora).
Esta Regula alcanzó gran éxito entre las comunidades religiosas europeas y fue
adoptada en muchos de ellos. Tenía su base en el concepto de la comunidad

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monástica sometida a la autoridad de un abad elegido entre los monjes y que
ejercía su cargo de forma vitalicia.

5. Sibila del Rin: Sobrenombre con el que se conoce a Hildegarda de Bingen


(1098-1179), monja germana que llegó a alcanzar un gran reconocimiento
entre sus contemporáneos por su misticismo y por defender la independencia
del convento en el que fue abadesa y desde el que se carteó con monarcas,
papas, reinas, como Leonor de Aquitania y santos como San Benito. Demostró
su gran capacidad intelectual y cultura, escribiendo poesía y música, cultivó
artes como la pintura y es considerada como la primera bióloga y médica
alemana. Fue nombrada Doctora de la Iglesia en 2012.

6. Umma.: Comunidad de creyentes, estructura social que vino a sustituir a la


tribal, basada en los principios de igualdad, ayuda mutua y solidaridad, surgida
entre los primeros seguidores de Mahoma (570-632), profeta de la religión
islámica, creador e impulsor de la religión mahometana y según su fe y sus
seguidores, transmisor del libro sagrado del Corán, revelado por Alá a su
elegido para difundirlo por toda la humanidad. La Umma, a pesar de sus
principios, tuvo desde sus comienzos una única autoridad en la persona de
Mahoma, y a la muerte de éste, fue una fuente de conflictos la elección de su
sucesor, cargo que finalmente, recayó sucesivamente en sus amigos Abu Bakr,
Umar, Utman y Alí, constituyendo éstos el grupo de califas Rasidun, los
primeros y más idolatrados por la comunidad musulmana.

‫وا ن هذه امتكم امة واحد و انا ربكم فعبدون‬

“Y porque ésta es tu nación, una nación y yo tu Señor, adórame”

Versículo del Corán.

7. Licentia docendi: Grado universitario que, en las Universidades del medievo,


permitía a quien lo obtuviera ejercer la docencia de la especialidad cursada. En
Artes, se llegaba a este título tras seis años de estudios y exámenes, tras lo
cual, se alcanzaba el título de magister en Artes y el permiso para ejercer como
docente. En los estudios de Teología, no se accedía a este título o
reconocimiento hasta haber cursado doce años más de estudios de segundo

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grado o doctorado, teniendo además que aprobar un examen ante el conjunto
de maestros de teología de la Universidad presididos por el canciller.

8. “El caballero de la carreta”: Novela caballeresca escrita por Chrétien de Troyes


(1135-1190), recoge la historia de amor entre la reina Ginebra, esposa del
mítico rey Arturo y Lanzarote del Lago, caballero del mismo rey. El conocido
como “amor cortés” fue protagonista de la literatura medieval laica,
alcanzando un gran éxito gracias a la combinación de aventuras caballerescas y
amores prohibidos. Con inspiraciones probablemente árabes y orientales, esta
épica romántica llegó a conformarse como el código de conducta de todo buen
caballero.

9. “Stückhofen”: Horno siderúrgico utilizado para la fundición del mineral de


hierro por el método directo, comenzó a utilizarse en la Europa medieval, al
igual que la conocida como “farga catalana”, consiguiendo con estos nuevos
artilugios reducir el tiempo de fundición y obtener un hierro con menor
contenido en carbono y de mayor calidad. El desarrollo de la minería y la
siderurgia en Europa produjo una gran concentración de capitales y el
desarrollo de formas de producción propias de un incipiente capitalismo.

10. “Compañías de Ordenanza”: La evolución desde los ejércitos feudales


medievales hacia los formados por mercenarios, más eficaces, pero difícilmente
controlables, llevó a las incipientes monarquías europeas a aspirar a la creación
de ejércitos estables propios, siendo además los monarcas los únicos capaces
de mantener un gran y moderno ejército, sustituyendo éstos a los antiguos
ejércitos señoriales propios de la época feudal. En Francia, Carlos VII creó un
ejército de rasgos modernos equilibrando en él las fuerzas entre infantería,
caballería y artillería, con la creación de veinte Compañías de ordenanza. En
Castilla, se creó también un ejército real a partir del cuerpo de Guardias reales
creado por Juan II (1406-1454) aunque no fue hasta el reinado de Isabel y
Fernando cuando se consolidó un gran ejército que fue clave en el triunfo de
los monarcas hispanos ante los enemigos exteriores e interiores.

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2. Cuestiones prácticas.

1. Realice un comentario del siguiente texto:

10
Relato histórico escrito por el historiador persa del siglo IX Aḥmad Ibn Yaḥyā al-Balādhurī
recogido en su obra La Conquista de las tierras, (Kitāb Futuh al-Buldan) y recopilado por la
historiadora portuguesa Fernanda Espinosa Sa da Costa en su obra “Antología de Textos
históricos medievales”. Al-Baladhuri, considerado como el primer historiador musulmán,
escribió esta obra estructurada por capítulos según las zonas conquistadas por los ejércitos
mahometanos basándose en documentos escritos de la época de las conquistas, por lo que,
aún siendo una fuente indirecta, sus textos tienen una gran fiabilidad por su relativa cercanía a
los hechos relatados, además de que en su obra original incluyó extractos de dichos
documentos antiguos. El gran valor de esta su obra viene dado por ser una fuente de
conocimiento sobre los primeros siglos de expansión del Islam, tanto en sus relatos bélicos
como en su descripción de la administración local y de la vida de las grandes familias del
califato. Escribió también Ansah al-ashraf, que incluía datos biográficos de personajes
históricos y en donde el historiador dio sus opiniones sobre moral y política.

En el fragmento que se nos presenta, Al-Baladhuri nos informa sobre la batalla que se produjo
junto al río Yarmuk, en Siria durante seis días del mes de agosto del año 636, siendo el
resultado de esta batalla decisivo en la conquista de Siria por parte de las tropas califales
frente a las tropas del emperador bizantino Heraclio.

Heraclio, emperador de Bizancio, había accedido al trono en el año 610 con tan sólo 35 años,
tras la destitución del usurpador Focas, que había destituido ocho años antes al último
descendiente del gran Justiniano. El fundador de la dinastía heraclida que se hizo nombrar
basileus autokrator («todopoderoso») profundizó en la helenización de su reino y reformó la
administración, siendo considerado como el verdadero fundador del reino de Bizancio,
alejándose del modelo romano y adaptando su estructura a la nueva realidad del Imperio
oriental, reorganizándolo en circunscripciones administrativas y militares denominadas
themas. Durante su reinado, hubo de enfrentarse a grandes desafíos y problemas, tanto
internos como externos, ya que hubo de enfrentarse al emperador persa Cosroes II, contra el
que emprendió una guerra santa para recuperar los Santos Lugares que habían sido ocupados
por el persa, llegando incluso a apoderarse de Ctesifonte, la capital persa y asesinar a Cosroes.

También hubo de enfrentarse a ávaros y eslavos que, en el 626, fueron capaces de llegar a las
murallas de Constantinopla.

Pero si una tarea ocupó los primeros años del reinado de Heraclio y puso a prueba su
capacidad militar fue la guerra contra el creciente expansionismo del califato ortodoxo o
rashidun, bajo el mandato del poderoso califa Omar (634-644), que demostró una capacidad
militar y organizativa sobresaliente, siendo el artífice principal de la expansión territorial de los
primeros tiempos del Islam. En esta guerra, el enfrentamiento entre las dos potencias
orientales de la época, el imperio bizantino y el musulmán, se produjo por el control de las
tierras de Siria y Palestina, territorios que, históricamente, se habían mostrado como
fundamentales para controlar las rutas comerciales entre Oriente y Occidente.

Al-Baladhuri relata la enormidad del ejército bizantino, aunque quizás exagera la diferencia de
número de combatientes, ya que probablemente, las fuerzas estaban más igualadas en
realidad, pero en su afán de ensalzar la victoria del ejército ismaelita, hace parecer que una
reducida fuerza musulmana fue capaz de vencer a un gran ejército bizantino.

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Nos detalla en el texto el autor que el ejército bizantino estaba bajo el mando del gobernante
del reino cristiano árabe Ghassanid del Mediterráneo Oriental, Jabalah Ibn al-Aiham, quien
hasta en dos ocasiones posteriores apostataría de su fe convirtiéndose a la creencia que mejor
se ajustara a sus intereses o a los de su reino. A pesar de la derrota sufrida por sus huestes y de
la muerte de gran número de sus soldados, este rey pudo escapar y llegar tiempo más tarde a
un acuerdo con el califa Omar, aunque finalmente acabó enfrentándose a él y volviendo a la fe
cristiana.
No nos habla sin embargo Al-Baladhuri de los cabecillas del ejército musulmán, quizás en un
intento de resaltar que la victoria se consiguió “con la ayuda de Allah”; de esta forma, el autor,
evita personalizar en los capitanes del ejército aquella victoria, ya que toda la gloria debía ser
otorgada a su Dios y a su representante en la tierra (Mahoma y, posteriormente, los califas
rashidun).
Derrotado el ejército bizantino, relata el historiador persa cómo recibió la noticia el emperador
Heraclio y cómo decidió abandonar Siria a manos de los mahometanos, adjudicándole incluso
el haber pronunciado una sentencia que esconde una intención laudatoria a los vencedores.

Nuestro autor Al-Baladhuri vivió en las cortes de los califas abasíes al-Mutawakkil y Al-Musta'in
y al parecer dedicó su vida a escribir sobre la historia del Islam. Su importancia como
historiador, reside en que, antes de él, la historiografía árabe se había limitado a la
transcripción de relatos orales como los conocidos jabar (en plural abjar) sin alcanzar una gran
relevancia entre los estudiosos y pensadores árabes, que mostraron mayor preocupación por
cultivar otras disciplinas derivadas del estudio del Corán. Este abjar será por tanto el medio de
recoger acontecimientos relatados de forma oral, lo que conlleva un gran riesgo por las
adiciones o supresiones con los que los que transmiten la noticia relaten la Historia.

La obra de Al-Baladhuri, puede clasificarse dentro del género conocido como futuhat en los
que se relatan las primeras conquistas islámicas desde Mahoma (aunque al relato de las
conquistas del Profeta musulmán se reserva un término específico conocido como siyar).
El futuhat sirvió por tanto a los historiadores para, recogiendo los relatos orales o abjar,
construir un relato histórico al que, aun siendo amplio y documentado no se puede otorgar
una gran fiabilidad, aunque la diferencia que enaltece la obra de Al-Baladhuri entre el resto de
futuhat es que él sí que se preocupó de recopilar relatos escritos y orales que avalaran los
relatos abjar y menciona en su obra todas las fuentes utilizadas.

Por tanto y como conclusión, podemos valorar el fragmento presentado y la obra en la que se
inscribe como una fuente documentada y fidedigna, aunque con una visión necesariamente
parcial de la Historia, al servir el historiador a los califas mahometanos reinantes de su época,
obra de un autor reconocido y altamente considerado por la Historiografía moderna y como un
magnífico relato que, con inspiraciones claramente orientales por su relato cuasi poético de los
hechos, resulta una obra fundamental e interesantísima para el conocimiento de los primeros
siglos de historia de la cultura islámica.

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2. Contextualice y comente estas imágenes y los textos que las acompañan.

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Si durante el siglo XI se había producido en la Europa rural una proliferación de
monasterios cluniacenses que habían puesto en valor la vida monástica, éstos habían
derivado en organizaciones cerradas y alejadas del nuevo pensamiento de los siglos
bajomedievales y, sobre todo, de los nuevos ideales de vida en austeridad que habían
proclamado herejías con tanta aceptación popular, sobre todo en el mundo urbano,
como la de los cátaros.

En este contexto bajomedieval y netamente urbano, surgen las ordenes mendicantes


durante el siglo XIII, como respuesta a la nueva forma de vida urbana y a las diferentes
necesidades espirituales surgidas de la misma. La primera en aparecer
cronológicamente fue la Orden de Predicadores o Dominicos (representados en
nuestra figura 2), con el objetivo principal de la predicación y el estudio en el mundo
urbano y con la base del principio de pobreza. Fundada por Santo Domingo de Guzmán
quien fundó en Toulouse en 1215 su primera casa-monasterio para combatir a la
herejía albigense mediante la predicación, pronto se realizaron nuevas fundaciones en
Paris y Bolonia, ciudades universitarias por excelencia y en las que la gran preparación
intelectual de los monjes, les abrieron las puertas de la enseñanza teológica y de la
predicación contra la herejía, por lo que fueron puestos por los Papas al frente de la
Inquisición, siendo los dominicos desde entonces identificados con esta Institución.

Los frailes dominicos residían en sus conventos, regidos por un prior que respondía ante los
capítulos provinciales. Al frente de la Orden había un Maestro General asesorado por un
Capítulo General que se reunía anualmente. Los monjes dominicos se regían por el voto de
pobreza y se dedicaban al estudio, la predicación y a la formación de nuevos acólitos.
Alcanzaron una gran popularidad y poder e influencia en el seno de la Iglesia.
En nuestra tercera imagen, que se corresponde a la obra de Pedro Berruguete “Santo
Domingo y los albigenses”, expuesta hoy en día en el Museo del Prado de Madrid, se muestra
a Santo Domingo ejerciendo de Inquisidor frente a los cátaros, realizando la conocida como
“prueba del fuego”, según la cual, el Santo habría depositado sobre el fuego uno de sus libros
y otro de los herejes para demostrarles su error en la interpretación de las Sagradas
Escrituras. Milagrosamente, el libro del fundador de la Orden dominica se habría elevado
sobre las llamas por la Gracia divina, salvándolo así del fuego. La herejía cátara o albigense
fue una de las que mayor amenaza representaron para la Iglesia Medieval, ya que llegaron a
formular una religión distinta y belicista frente a la romana. Con un fundamento doctrinal
basado en el maniqueísmo, con influencias orientales fomentadas por las Cruzadas y el
tráfico comercial con Oriente, promulgaban que el poder del mal es tan grande como el del
bien, achacando al mal la creación de todo lo material y terrenal incluida la Iglesia;
rechazaban los sacramentos tradicionales y se dedicaban a una vida ascética, intentando
alcanzar la pureza y la perfección, lo que despertó la admiración entre las clases bajas pero
también entre los más pudientes y cultivados intelectualmente que buscaban reflejar en sus
vidas los modelos y formas de vida ascéticos de los primeros seguidores de Cristo.
El catarismo supuso una amenaza tan grande que el papa Inocencio III llegó a convocar una
Cruzada contra ellos con el apoyo de la Monarquía francesa, en cuyo territorio se habían
hecho fuertes los albigenses y que fue la mayor beneficiaria de la derrota de los cátaros, ya

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que recuperó para sí los bienes y propiedades de éstos, que habían alcanzado una gran
prosperidad económica, sobre todo en la zona del Languedoc francés.

En cuanto a la Orden de los franciscanos, representados sus monjes en la miniatura primera,


ésta se gestó en torno de la figura de San Francisco de Asís, fraile perteneciente a una
adinerada familia de la ciudad del Centro de Italia de la que tomó su sobrenombre. Muy
joven, a los veinte años, emprendió junto a un grupo de amigos una vida de penitencia,
oración y mendicidad, con la aspiración de la vida de pobreza recogida en los Evangelios.
Pronto sus enseñanzas y su forma de vida inspiraron a números hombres y mujeres,
constituyéndose como Orden en 1209 la masculina y en 1212 la versión femenina de las
clarisas, fundada por Santa Clara, seguidora de las ideas de Francisco de Asís y que se rigieron
por los mismos ideales de vida ascética, pobreza y contacto con la Naturaleza.
Esta idealización de la vida ascética que les caracterizó fue llevada a posiciones extremistas
por los conocidos como espirituales, que llegaban a rechazar la construcción de Iglesias y
Monasterios y renegaban de cualquier posesión terrenal, incluso de libros religiosos.
Las desavenencias entre la facción de los espirituales y la de los conventuales, continuó hasta
el siglo XIV, cuando el Papa Juan XXII persiguió y condenó a los más intransigentes, conocidos
como fratricelli, y la posterior división de la Orden dictada por Eugenio IV en 1434.
La vida ascética, la pobreza y el contacto con la Naturaleza predicadas por San Francisco de
Asís hizo que la orden de los franciscanos fuera tenida como la de los más puros seguidores
de Cristo y su modelo de vida pasó a la literatura, a la poética y al arte, inspirando obras tan
importantes como la decoración de la Iglesia de San Francisco en Asís realizada por el
maestro Giotto, quien relata en sus frescos la vida, obra y milagros del Santo.

Las Ordenes mendicantes supusieron para la Iglesia de los siglos bajomedievales la forma de
contactar con la nueva realidad urbana, universitaria y con nuevas aspiraciones intelectuales
de las clases sociales burguesas surgidas por el desarrollo comercial y financiero de las
incipientes y prósperas urbes de los últimos siglos de la Edad Media europea.

“Hace frío en el scriptorium, me


duele el pulgar. Dejo este texto, no
sé para quién, este texto, que ya no
sé de qué habla, Stat rosa pristina
nomine, nomina nuda tenemos”.

15
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA:

1. La Periodización interna de la Edad Media.

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. Edición 2016. Reimpresión 2018. Pág. 29.

DONADO VARA J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “La Edad Media. Siglos V-XII”. Editorial
universitaria Ramón Areces. Edición 2014. Pág. 24.

2. El monacato céltico.

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs. 88 y 89.

DONADO VARA J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “La Edad Media. Siglos V-XII”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2008). Págs. 78 y 79.

https://www.monestirs.cat/monst/monestir/pers/fulls/ccolumba.htm Captura
09/04/2020.

https://digitalcollections.tcd.ie/home/index.php?DRIS_ID=MS58_003v Captura: 09-04-


2020.

16
3. El ejército en el Imperio Carolingio.

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs. 131 y 132.

https://revistadehistoria.es/aparato-militar-carolingio/ Captura: 12/04/2020.

http://armasyarmadurasenespaa.blogspot.com/2011/09/coseletes.html Captura: 12/04/2020.

4. La demografía en la Plena Edad Media.

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs. 178-179.

DONADO VARA J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “La Edad Media. Siglos V-XII”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid-Edición 2014). Pág. 242.

VVAA: “Crónica de la Humanidad”. Editorial Plaza y Janés Editores, SA. (Barcelona-


1987). Pág. 291.

https://historiageneral.com/2012/01/23/el-domesday-book-primer-registro-ingles/ Captura
13-04-2020.

http://www.fundacionindex.com/gomeres/wp-content/uploads/2014/10/Tema-3-Edad-
Media.pdf Captura: 13-04-2020.

http://susurrosenlacorte.blogspot.com/2012/03/el-parto-y-la-muerte-en-la-edad-media.html

Captura: 13-04-2020.

5. La sociedad urbana y sus conflictos en la Baja Edad Media.

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs. 312-314.

DONADO VARA J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “La Edad Media. Siglos V-XII”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid-Edición 2014). Págs. 120-128.

6. Defina y contextualice brevemente los siguientes conceptos:

1. Onomástica. 2. Maurica. 3. Ban. 4. Regula Monachorum. 5. “Sibila del Rin”. 6. Umma.


7. Licentia docendi. 8. “El caballero de la carreta”. 9. “Stückhofen” 10. “Compañías de
Ordenanza”.

17
1. Onomástica

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Pág.33.

DÍEZ DE REVENGA P.; PUCHE LORENZO M.: “Onomástica castellana y onomástica catalana en
tierras fronterizas durante la edad media”. Estudios de lingüística. Universidad de Alicante.
Número 16. Año 2002. Captura:
https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/6210/1/EL_16_11.pdf

Fecha de captura: 16-05-2020.

2. Maurica

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Pág. 48.

VVAA: “Crónica de la Humanidad”. Editorial Plaza y Janés Editores, SA. (Barcelona-


1987). Pág. 220.

3. Ban

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Pág.63.

DONADO VARA, J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “LA Edad Media: Siglos V-XII”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid-2009). Pág. 47.

https://concepto.de/senor-feudal/ Captura: 16-05-2020.

4. Regula monachorum

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Pág.89.

DONADO VARA, J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “LA Edad Media: Siglos V-XII”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid-2009). Pág. 79.

5. “Sibila del Rin”

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs. 167-168.

https://losojosdehipatia.com.es/cultura/historia/hildegard-von-bingen-la-profetisa-
teutonica-o-la-sibila-del-rin/ Captura: 27-05-2020.

18
6. Umma.

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs. 226-229.

7. Licentia docendi

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs.265-268.

DONADO VARA, J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A, BAQUERO GOÑI, C.: “Historia Medieval II
(Siglos XIII-XV)”. Editorial centro de estudios Ramón Areces. (Madrid 2014). Págs. 156-
158.

8.“El caballero de la carreta”.

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs.285-286.

https://www.wdl.org/es/item/14424/ Captura: 27-05-2020.

9. “Stückhofen”.

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs.315-316.

https://idoc.pub/documents/idocpub-ylyx3vjg8qnm Captura: 27-05-2020.

https://www.investigacionyciencia.es/revistas/investigacion-y-ciencia/difusin-
superficial-116/la-farga-catalana-5347 Captura: 27-05-2020.

10.“Compañías de Ordenanza”:

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs.335-337.

https://www.artehistoria.com/es/contexto/guerra-y-diplomacia Captura: 27-05-2020.

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA PARA EL COMENTARIO DE TEXTO:

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs.226-229 y 247-
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19
DONADO VARA, J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: “LA Edad Media: Siglos V-XII”. Editorial
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MELO CARRASCO, D.: “Una aproximación en trono a la construcción del relato


historiográfico en los albores del Islam clásico”. Artículo publicado en la revista de la
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https://books.google.es/books/about/Antologia_de_textos_hist%C3%B3ricos_medievai.html?i
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https://arrecaballo.es/edad-media/los-arabes/conquista-de-palestina-por-el-califato-
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http://olmo.pntic.mec.es/~porp0002/ant_feu/mats/3bizancio/3textos/3lecturas.htm

http://www.oxfordislamicstudies.com/article/opr/t125/e283

https://www.researchgate.net/publication/338318331_Arab_Conquests_and_Early_Isl
amic_Historiography_The_Futuh_al-Buldan_of_al-Baladhuri

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=heraclio-emperador-de-
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https://sourcebooks.fordham.edu/source/yarmuk.asp

https://nervana1.org/2015/03/20/on-islam-and-apostasy/

Fecha de capturas: 16-05-2020 a 30-05-2020.

COMENTARIO DE IMÁGENES:

LADERO QUESADA M.F: “Los siglos medievales del Occidente europeo”. Editorial
universitaria Ramón Areces. (Madrid- 2016. Reimpresión 2018). Págs.257-261.

DONADO VARA, J.; ECHEVARRÍA ARSUAGA, A; BAQUERO GOÑI, C.: “Historia Medieval II
(Siglos XIII-XV)”. Editorial centro de estudios Ramón Areces. (Madrid 2014). Págs. 152-
153.

http://historia-clic.blogspot.com/p/octavo-ano.html Fecha de captura: 30-05-2020.

https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/santo-domingo-y-los-
albigenses/8159c487-73ed-48ba-be82-591b40b843ba Fecha de captura: 30-05-2020.

https://www.deviantart.com/zarzo/art/El-nombre-de-la-rosa-256332389 Fecha de captura:


30-05-2020.

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