Titulo Preliminar Codigo Civil

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TITULO PRELIMINAR CODIGO CIVIL

El Título Preliminar del Código Civil es un conjunto de normas jurídicas con rango de ley, sin
embargo desde el punto de vista de su historia, su contenido y su comprensión sistemática es
evidente que se trata de disposiciones que tienen vocación de normar a todo el Sistema
Jurídico[4]históricamente el origen de las constituciones de los Estados es paralelo o
contemporáneo al de los códigos civiles, basta remontarnos incluso a la tradición europea
verbigracia de la Constitución Francesa de 1791 y el Código Civil de mayor relevancia conocida
como es el "Napoleónico" de 1804, siempre claro manteniendo la preeminencia constitucional,
así la normas contenidas en el Código Civil, eran por debajo de la norma constitucional el
cuerpo legislativo más importante del Sistema Jurídico, así como apunta RUBIO "…No resulta
por ello extraño que dentro de dichos códigos, pero como cuerpo normativo separado, se
introdujera un conjunto de disposiciones no primariamente vinculadas al "derecho civil", tal
como actualmente la consideramos, sino con el Sistema Jurídico en su conjunto…"-agregando:
"…Históricamente, puede sostenerse que la vecindad de constituciones y códigos civiles ha
llevad a que el título preliminar de éstos últimos se considere un conjunto normativo no
primariamente concerniente al derecho civil, ni siquiera al derecho privado, sino al sistema
jurídico en su conjunto…".

El fundamento de este lugar privilegiado, se encuentra en el contenido de sus propias normas,


por ejemplo al regular en su Art. Iº lo relativo a la derogación de las leyes, está dirigido a toda
producción normativa del Congreso y a las demás disposiciones, descartando toda forma de
exclusividad de normas civiles; en el Art. IIIº se erige como una norma reglamentaria del
principio general de aplicación de las leyes en el tiempo, derivado del Art. 187º de la
Constitución de 1979, tanto más que estas normas están reguladas en los Arts. 2120º y 2121º,
sin embargo cabe aclarar que la vigencia de la actual norma constitucional y el código civil hace
prever que constituye excepción lo regulado por el Art. 62º de la Constitución Política del
Estado de 1993, referido precisamente a los contratos-ley que no responden más que a
consideraciones políticas antes que jurídicas; el Art. VIIº es norma de derecho público, que en
buena cuenta establece una obligación de los magistrados judiciales de conocer el Derecho; el
Art. VIIIº referido a las circunstancias de defecto o deficiencia de la ley a los principios "que
inspiran el derecho peruano", sin distinguir en normas de derecho público o privado; Art. IXº
es una norma supletoria para todo el derecho nacional y el Art. Xº es más propiamente una
norma de rango constitucional que de ley.

Así solo cuatro de las diez normas del Título Preliminar del Código Civil (IIº, IVº, Vº y VIº),
pueden aparentemente considerarse exclusivamente de derecho privado, cuando los Art. IIº y
IVº tienen concordancia constitucional con los Art. 103º y 139º-9 respectivamente, lo que las
hace normas aplicables a todo el ámbito del Derecho, mientras los Art. Vº y VIº tienen un
sustrato de derecho público, el primero por ejemplo hace referencia a la ineficacia del acto
jurídico contrario a leyes del orden público y buenas costumbres fuera del ámbito
exclusivamente privado, mientras el segundo tiene que ver con el interés necesario para
ejercitar o contestar una acción que por definición es un poder jurídico o derecho público
subjetivo, abstracto de acudir al Órgano Jurisdiccional en procura de tutela jurisdiccional.

Ocupa así un lugar preponderante dentro del sistema jurídico como conjunto, dictando
normas de carácter general que trascienden en el Sistema Jurídico.

SEGUNDA SECCIÓN:

Principios contenidos
CAPÍTULO I:

DEROGACIÓN DE LA NORMA LEGISLATIVA

Artículo Iº Derogación de la ley

La ley se deroga solo por otra ley.

La derogación se produce por declaración expresa, por incompatibilidad entre la nueva ley y la
anterior o cuando la materia de esta es íntegramente regulada por aquella.

Por la derogación de una ley no recobran vigencia las que ella hubiere derogado.

No le faltan razones a VIDAL RAMÍREZ[5]para considerar que esta norma tiene un carácter
reglamentario de la norma constitucional, remitiéndose a sus antecedentes constitucionales,
empero es RUBIO CORREA[6]quien evidencia la trascendencia de este dispositivo al advertir
que es el propio Tribunal Constitucional en el fundamento 6 de la Sentencia emitida el
25/09/2001 en el Expediente Nº 0458-2001-HC/TC, que reconoce la naturaleza constitucional
de este dispositivo, independientemente de su naturaleza procesal ya conocida[7]

El presente artículo contiene a su vez tres normas distintas, cada una en su respectivo párrafo:

1. La regla general sobre derogación de la ley.

Pese a la comprensibilidad del mismo, puesto que responde a la pregunta de cuál es la


disposición legal idónea para derogar otra, este precepto es insuficiente para la naturaleza de
la regulación, al no contener todos los supuestos ahora conocidos, inicialmente la palabra
derogación y abrogación se deben considerar indistintamente puesto que su diferencia es
irrelevante y su referencia se hace a toda modalidad de supresión de la vigencia de una norma
legal[8][9]y el fundamento de la cesación de vigencia de la ley se da porque como todo hecho
humano tiene un inicio y un fin, que se puede dar por causas intrínsecas, como extrínsecas
(derogación y modificación)[10] ; asimismo cabe establecer que al hacer referencia a la ley "…
mandato jurídico escrito procedente de los órganos legislativos competentes…", como fuente
de derecho, vigente desde el día siguiente de su publicación en el diario oficial, no es
excluyente de las demás normas del ordenamiento jurídico; pese a lo escueto del precepto,
por analogía se debe considerar que cualquier norma con rango de ley solo puede derogarse
con una norma de su mismo rango; las disposiciones del rango inferior solo pueden ser
derogadas por otras normas de su mismo rango, siendo conforme explica RUBIO
CORREA[11]necesario que se considere la situación en la que la disposición de rango superior
establece una norma incompatible con otra de rango inferior vigente, puesto que la
jurisprudencia se ha esforzado por establecer que la norma inferior debe ser interpretada de
acuerdo con la de rango superior más nueva que ella, para evitar contradicción con los Arts.
51º y 138º de la Constitución, pero asimismo contiene como efecto la inderogabilidad de la ley
por el desuetudo, conforme a los fundamentos 75 y 76 de la sentencia del Tribunal
Constitucional emitida el 24/04/2006 en Expediente Nº 0047-2004-AI/TC[12]

2. Las formas de derogación.

Se regula en el segundo párrafo del artículo en estudio las formas de derogación de la norma
jurídica:

a). Derogación expresa, consiste en la mención de las normas anteriores derogadas por la
nueva, existe declaración expresa de la ley, no se genera problema alguno y, por eso,
constituye una sana política y una buena técnica legislativa, que las nuevas normas legales que
van a entrar en vigor hagan una referencia explícita a las que van a ser derogadas, es la
derogación ideal puesto que no deja dudas que den pie a interpretaciones antojadizas;

b). Derogación tácita, que se verifica en dos supuestos:

- Cuando existe incompatibilidad entre la nueva ley con la anterior: ius posterius derogat priori.

- Cuando la materia de la norma anterior es íntegramente regulada por la nueva norma: generi
per speciem derogatum.

Es esta forma de derogación que puede presentar problemas de interpretación, en especial


cuando se trata de una modificación sistemática e integral del tratamiento legislativo de un
tema, pero se explica por el desconocimiento del legislador del compendio de normas que
pueda alterar con la nueva disposición legal.

Por otro lado, la derogación puede ser total o parcial, según la norma derogatoria esté referida
a la totalidad de la norma que viene a derogar o solo a uno o más de sus aspectos, pero no a su
totalidad, VIDAL RAMÍREZ[13]explica la trascendencia de la norma del título preliminar puesto
que "…integra los vacíos respecto de la problemática que se presenta cuando la norma
derogatoria no declara de manera explícita la norma que viene a derogar o cuando la nueva
norma genera una colisión con la norma vigente...".

A partir, de la Constitución Política de 1993 han quedado establecidas las maneras de derogar
la ley: por imperativo de otra ley y por efecto de una sentencia del Tribunal Constitucional en
ejercicio del control concentrado de la constitucionalidad como consecuencia de la
interposición de un proceso de inconstitucionalidad, que puede promoverse no solo contra las
leyes en sentido formal sino también contra todas las normas que tienen rango de ley, aun en
sentido material, como los decretos legislativos, decretos de urgencia, tratados
internacionales, reglamentos del Congreso de la República, normas regionales de carácter
general y ordenanzas municipales, preceptuando el artículo 204 de la Carta Política, que,
declarada la inconstitucionalidad, la sentencia se publica en el diario oficial El Peruano y, a
partir del día siguiente, la norma queda derogada en todo o en parte, según lo dispuesto por el
Tribunal Constitucional, aunque sin efecto retroactivo.

La derogación por sentencia del Tribunal Constitucional no genera la problemática que sí


genera la derogación por el imperativo de otra ley, pues, en este caso, la ley derogatoria surte
sus efectos desde su entrada en vigencia, ya sea desde el día siguiente de su publicación o
desde que queda cumplida su vacatío legís[14]

ESPINOZA ESPINOZA[15]establece que queda claro que esta forma de derogación no ha sido
regulada por el Código Civil, pese a que ya estaba regulada en la Constitución de 1979, y ahora
con el Art. 103° de la Constitución Política del Estado vigente, puesto que esta última tiene
algún nivel de reticencia o desconfianza de utilizar el término "derogar", remitiéndose a utilizar
"dejar sin efecto", lo que se da igualmente a las que por conexión deban extenderse; asimismo
como en el proceso de acción popular que procede ante normas reglamentarias, normas
administrativas y resoluciones. Hace hincapié también a la derogación de una ley de fuente
legislativa por medio de decretos de urgencia y/o decretos con rango de ley, supuesto
regulado por el Art. 118° y 119° de la norma constitucional, siempre que: a). Se trate de una
medida extraordinaria; b). La materia sea económico-financiera; c). La medida sea de interés
nacional y d). Se dé cuenta al Congreso.
3. La ley derogada no recobra vigencia automática.

El último párrafo del presente artículo, precisa y enfatiza el efecto de la derogación y, sin
antecedente en nuestra codificación civil, ha receptado como norma general la no
reviviscencia de la norma derogada al preceptuar que "por la derogación de una ley no
recobran vigencia las que ella hubiere derogado". De este modo, la norma derogada queda
con su vigencia definitiva extinguida, salvo que la norma que venga a derogar a la derogante
disponga que recobre su vigencia.

Se regula el principio que propugna que "Por la derogación de una ley no recobran vigencia las
que ella hubiere derogado", dado que el restablecimiento de leyes anteriores ya derogadas
solo debe ocurrir si el legislador expresamente les devuelve vigencia.[16]

ESPINOZA ESPINOZA[17]presenta el ejemplo de la vigencia de los Art. 2030° a 2035° del Código
Civil, derogados por la sétima disposición final de la ley 26497 del 12/09/1995, sin embargo los
mismos fueron posteriormente incorporados por el Art. 1° de la ley 26589.

CAPÍTULO II:

EJERCICIO ABUSIVO DEL DERECHO

Artículo IIº Abuso de Derecho

La ley no ampara el ejercicio ni la omisión abusivos de un derecho. Al demandar indemnización


u otra pretensión, el interesado puede solicitar las medidas cautelares apropiadas para evitar o
suprimir provisionalmente el abuso.

Para definir el abuso del Derecho ESPINOZA ESPINOZA[18]parte en establecer que: "…El abuso
del derecho es un principio general del Derecho que, como toda institución jurídica, atraviesa
por dos momentos, uno fisiológico y el otro patológico. En el momento fisiológico, el abuso del
derecho debe ser entendido, junto con la buena fe, como un límite intrínseco del mismo
derecho subjetivo[19]En cambio, en el momento patológico, el abuso del derecho se asimila,
bien a los principios de la responsabilidad civil (cuando se produce un daño o hay amenaza del
mismo) o bien a las reglas de la ineficacia (cuando nos encontramos frente a una pretensión
procesal abusiva), sobre el primero, hace hincapié además al contenido y alcance de la entidad
a la cual se refiere dicha acción y efecto: el derecho subjetivo[20]como especie de género
dentro de una situación jurídica de poder que el Ordenamiento Jurídico atribuye o concede a
la persona como un cauce de realización de sus legítimos intereses o fines dignos de tutela
jurídica, así surge el abuso del Derecho como reacción jurisprudencial frente a los excesos que
implicaba el respeto desmedido de los derechos.

Explica además que la doctrina nacional se ha empeñado en delimitar la noción del abuso del
Derecho y proporcionar elementos de juicio respecto de la misma:

Tiene como punto de partida una situación jurídica subjetiva.

Se transgrede un deber jurídico genérico (buena fe o buenas costumbres inspiradas en el valor


de la solidaridad).

Es un acto ilícito sui generis.

Se agravian intereses patrimoniales ajenos y no tutelados por norma jurídica específica.

Ejercicio del derecho subjetivo de modo irregular.


No es necesario que se verifique el daño.

Su tratamiento no debe corresponder a la responsabilidad civil sino a la Teoría General del


Derecho.

Concluye así: "…El abuso del derecho, en tanto principio general, es un instrumento del cual se
vale el operador jurídico para lograr una correcta y justa administración de justicia. Es aquí
donde juega un rol decisivo la labor creativa y prudente del juez que, debe estar atento a
reconocer nuevos intereses existenciales y patrimoniales, enfrentando audazmente modelos
legislativos que los pretenden inmovilizar…".[21]

Por su parte, RUBIO CORREA[22]se empeña en encontrar la ubicación del abuso del Derecho,
entre los campos de lo lícito e ilícito de la responsabilidad civil, así considera que el abuso del
derecho "…nace como una institución jurídica correspondiente al reconocimiento extensivo de
la libertad, y que permite al juez calificar de no lícitas las conductas que, al no estar
expresamente impedidas, no son ilícitas, pero tampoco se conforman a la adecuada marcha de
la sociedad…", así es "…un acto inicialmente lícito, pero que por alguna laguna específica del
Derecho, es tratado como no lícito al atentar contra la armonía de la vida social…tal
calificación no proviene ni de la aplicación de las normas sobre responsabilidad civil, ni de
otras normas expresas restrictivas de la libertad, sino que se realiza por el juez aplicando
métodos de integración jurídica…", así considera entre sus características:

Existe una norma positiva que reconoce un derecho.

Se produce el ejercicio de ese derecho por un sujeto o por la omisión de dicho ejercicio.

Ese ejercicio del derecho, o su omisión, tal como ha ocurrido, no está limitado ni prohibido por
ninguna norma positiva.

Empero dicho ejercicio contraría las normas generales de convivencia social y, por tanto, que
los tribunales deben restringir o prohibir esa particular manera de ejercitar el derecho.

Es aplicable ante el ejercicio de los derechos subjetivos.

El abuso ocurre cuando el sujeto ejercita su derecho u omite su ejercicio de manera no


prohibida por la legislación positiva, pero agraviando principios del Derecho que pueden
resumirse en la sana convivencia social.

El abuso tiene conexión con el reconocimiento de las lagunas del Derecho.

La existencia de abuso y la medida correctiva pertinente son determinadas por el magistrado


judicial en aplicación de los procedimientos de integración jurídica.

Además expresa que los efectos de la constatación del abuso del Derecho son:

Abuso del derecho no es amparado por el Ordenamiento Jurídico.

Interesado puede exigir la adopción de medidas para evitar el abuso.

Establece además que el ejercicio de los derechos personalísimos (ejemplo: derecho al


nombre, a la imagen, a la intimidad, a las convicciones propias, etc.), no puede generar abuso
de derecho.

A nivel Constitucional, el Art. 103º excluye el amparo constitucional al abuso del derecho, de
allí que se puede concluir que es posible el ejercicio abuso de derechos fundamentales.
CAPÍTULO III:

APLICACIÓN DE LA LEY EN EL TIEMPO

Artículo IIIº Aplicación de la ley en el tiempo

La ley se aplica a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes. No tiene
fuerza ni efectos retroactivos, salvo las excepciones previstas en la Constitución Política del
Perú.

Apunta RUBIO CORREA[23]que no necesariamente se trata de la aplicación de la ley en el


tiempo stricto sensu, sino que este problema atañe a toda norma en general, sin importar que
sea ley o norma de características diferentes e, inclusive, puede tratarse de normas que
provengan de precedentes jurisprudenciales, por ello prefiere hablar de la aplicación de la
norma jurídica general en el tiempo, por su parte ESPINOZA ESPINOZA[24]utiliza la expresión
"Derecho transitorio", como método de resolución del particular problema que reviste
individualizar el dispositivo legal a aplicar a determinado supuesto de hecho fáctico que se
presenta en el tiempo.

El artículo III del Título Preliminar aloja dos principios: la irretroactividad de la norma y la
aplicación inmediata de la ley; sin embargo, para su cabal comprensión es necesario conocer
algunos conceptos previos como: los de situación jurídica, derechos adquiridos y hechos
cumplidos. El texto del referido artículo involucra todas estas categorías jurídicas, y con ellas
pretende resolver uno de los problemas jurídicos más arduos: los conflictos de la ley en el
tiempo.[25]

Por hechos entendemos a los sucesos de realidad que producen efectos jurídicos; por situación
entendemos a el haz sea de derechos (poder) u obligaciones (deber) que tiene un sujeto de
derecho o su status jurídico, y por relaciones entendemos a las vinculaciones jurídicas entre
dos o más situaciones jurídicas.

La irretroactividad es en realidad un principio general por el que se pone límite temporal a la


aplicación de la nueva ley. Así, en principio, el Derecho considera injusto aplicar una ley nueva
a actos que fueron realizados en el momento en que dicha ley no existía, y que por
consiguiente no podía ser conocida y mucho menos acatada, ha encontrado su lugar entre los
denominados derechos fundamentales, habiendo sido recogida también por nuestra
Constitución, en su Art. 103º, lo que a su turno da lugar a interponer acción de amparo cuando
se transgreda este derecho. Sin embargo, Díez-Picazo, a quien seguimos en este punto,
sostiene que no siempre la irretroactividad puede calificarse de injusta. Piénsese por ejemplo
en una legislación dirigida a abolir la esclavitud. Una irretroactividad absoluta conduciría a
manumitir solo a los que nacieron hijos de esclavos después de la entrada en vigor de la ley,
mientras que en cambio, los que fueron esclavos con anterioridad a la promulgación de la ley
de abolición deberían continuar siéndolo hasta su muerte.[26]

Respecto al principio de aplicación inmediata, también tiene su fuente Constitucional Art.


109º, supone inevitablemente la inmediata derogación de la ley anterior y lleva implícita la
convicción de que la nueva ley es mejor que la abrogada.

Apunta GUTIERREZ CAMACHO[27]que "…tampoco es cierto que la coexistencia de estos dos


principios (el de la irretroactividad y el de la aplicación inmediata de la ley) sea
obligatoriamente conflictiva. En realidad, rectamente entendidos dichos principios no se
contraponen, sino que se complementan. La aplicación inmediata no es retroactiva, porque
significa la aplicación de las nuevas normas para el futuro, y con posterioridad a su vigencia; y
el efecto inmediato encuentra sus límites precisamente en el principio de irretroactividad, que
veda aplicar las nuevas leyes a situaciones o relaciones jurídicas ya constituidas, o a efectos ya
producidos…".

1. Aplicación inmediata, aplicación ultraactiva y aplicación retroactiva de una norma general.

Por aplicación inmediata se tiene que la norma en general descarga todos sus efectos jurídicos
mientras tenga su validez, desde el día siguiente de su publicación hasta su derogación, es
decir la norma jurídica se aplica a los hechos, relaciones y situaciones que ocurren mientras
tenga vigencia, acota como ejemplo RUBIO CORREA[28]la aplicación inmediata de sentencia
del Tribunal Constitucional, aplicable a la jurisprudencia y no a las normas legislativas, con el
principio del prospective overruling o mecanismo de cambio de tendencia jurisprudencial que
no adquiere eficacia para el caso decidido sino para los hechos producidos con posterioridad al
nuevo precedente establecido.

Aplicación ultraactiva de una norma, se da cuando se aplica una norma jurídica a los hechos,
relaciones y situaciones que acaecen luego de que esta ha sido derogada o modificada, es
decir luego que termina su aplicación inmediata, el ejemplo propuesto por RUBIO
CORREA[29]es ilustrativo, en la Sentencia del Tribunal Constitucional del 29/01/2004 en el
Expediente Nº 0015-2001-AI/TC y 0016-2001-AI/TC, en cuanto a la aplicación del Art. 307º de
la Constitución de 1979 para sancionar a los que aprobaron el golpe de estado de 1992, dado
que la Constitución de 1979 se encontró vigente hasta el 31/12/1993, de manera que todos los
que habían actuado con violación de ella-empezando por los golpistas de 1992-eran y son
pasibles de ser juzgados conforme su vigencia.

Aplicación retroactiva de la norma, es aquella que se hace para regir hechos, situaciones o
relaciones que tuvieron lugar antes del momento en que entra en vigencia, es decir, antes de
su aplicación inmediata, es decir la aplicación de la ley es anterior al día siguiente de su
publicación, ESPINOZA ESPINOZA[30]advierte al respecto grados: máximo, cuando comprende
la relación surgida como sus efectos consumados o no consumados; medio, abarca los efectos
nacidos con anterioridad mas no los consumados (ejemplo intereses devengados a la
promulgación de la norma); mínimo, comprende sólo los efectos futuros (ejemplo los intereses
devengados en la vigencia de la ley). Asimismo se puede encontrar dos modalidades:

-Aplicación retroactiva restitutiva, es absoluta (modifica totalmente hechos, relaciones o


situaciones, ejemplo es la retroactividad benigna a nivel penal, incluso ante sentencias con
autoridad de inmutabilidad de cosa juzgada).

-Aplicación retroactiva ordinaria, es relativa puesto que modifica hechos, relaciones y


actuaciones salvo sentencias judiciales.

RUBIO CORREA[31]agrega un cuarto tipo de aplicación que es la aplicación diferida, que es el


caso de una norma publicada pero que no rige inmediatamente sino en un momento posterior
en el tiempo, el claro ejemplo de ello es sin duda la aplicación del Nuevo Código Procesal
Penal.

2. Teorías de los derechos adquiridos y hechos cumplidos.

La teoría de los derechos adquiridos, implica que una vez que el derecho ha nacido y se ha
establecido en la esfera del sujeto, las normas posteriores que se dicten no pueden afectarlo
(subyace la ultraactividad), su origen es privatista y busca proteger la seguridad de los
derechos de las personas, es necesario además distinguirlo de facultades (atribuciones
genéricas para actuar de acuerdo a derecho) y de las expectativas (previsiones no protegidas
jurídicamente que se pueda eventualmente llegar a tener tal bien o cosa) ambas que no
pueden ser adquiridas.

La teoría de los hechos cumplidos, sostiene que cada norma jurídica debe aplicarse a los
hechos que ocurran durante su vigencia, es decir bajo su aplicación inmediata, esta teoría
privilegia la transformación del derecho a impulso del legislador.

3. Las excepciones constitucionales.

El Art. 103° de la Constitución Política del Estado, establece las normas generales de aplicación
de la ley, del que se tiene que la regla general es la aplicación inmediata de las normas a las
consecuencias de las situaciones y relaciones existentes, acogiendo con ello la teoría de los
hechos cumplidos, siendo la excepción el Art. 62° del texto constitucional que consagra la
teoría de los derechos adquiridos, con la consiguiente aplicación ultraactiva de las normas
existentes al momento del perfeccionamiento del contrato, para el tiempo de vigencia del
mismo, sin importar los cambios legislativos que eventualmente se generen.

4. Normas del Código Civil y su aplicación en el tiempo.

Son disposiciones transitorias:

-Arts. 2114° (derechos civiles consagrados por Art. 2° C se aplican a partir del 13/07/1979);
2116° (igualdad de derechos de los hijos frente a los padres referidos a los derechos sucesorios
se aplican a partir del 28/07/1980); 2115° (reconoce valor de las partidas de registros
parroquiales extendidas antes del 14/11/1936).

-Arts. 2121° (simétrico al III°) y 2120° de cuya interpretación se puede concluir que cuando la
materia haya sido regulada por el código anterior, y también en el nuevo rige la teoría de los
hechos cumplidos reconocida como principio general y las normas del código civil son de
aplicación inmediata, empero solo cuando la materia haya sido tratada por el código civil de
1936 y ya no sea tratada normativamente en el nuevo código, estaremos ante la situación
excepcional y por tanto se aplicará la teoría de los derechos adquiridos procediendo la
aplicación ultraactiva de las normas del código civil de 1936.[32]

-Arts. 2117° (si hay disposiciones testamentarias ilegales de acuerdo con el nuevo código,
entonces serán válidas; en lo que se exceda a la cuota de libre disposición o se haya preterido
herederos forzosos, el testamento no caduca, sino solo en el exceso de cada caso; a los
testamentos hechos según formalidades del código de 1936-distintas al vigente-se les
reconocerá validez formal, siempre que hayan sido hechos antes del 14/11/1984); 2118°
(permite validez del testamento cerrado aún cuando no permaneciera fuera de la custodia del
notario, salvo que testador lo rompiera o abriera); 2119° (pone plazo de 30 días de tener la
noticia de la muerte del testador para presentar el testamento cerrado); 2122° (regula las
eventuales diferencias entre los plazos otorgados anteriormente y los del nuevo código).

5. Aplicación en el tiempo de las normas procesales y de las leyes de interpretación auténtica.

Las normas procesales son de aplicación inmediata, incluso al proceso en trámite, sin embargo
continúan rigiéndose por la norma anterior las reglas de competencia, medios impugnatorios
interpuestos, actos procesales con principio de ejecución y plazos que hubieran empezado.
La interpretación auténtica de una ley anterior, hecha por una nueva ley interpretativa, esta
última tiene aplicación retroactiva ordinaria.

CAPÍTULO IV:

LEYES RESTRICTIVAS O DE EXCEPCIÓN

Artículo IVº Aplicación analógica de la ley

La ley que establece excepciones o restringe derechos no se aplica por analogía.

Concordante con el inciso 9 del Art. 139° de la Constitución Política del Estado. RUBIO
CORREA[33]parte por distinguir las normas generales de las de excepción, la primera es una
disposición legislativa, suele ser un principio del Derecho contenido en la legislación
dependiente de la cultura jurídica del medio y tomar en cuenta cuáles son las normas jurídicas
que en ella se consideran normas generales, por sí mismas (igualdad de sexos) o mientras no
sean alteradas (grados de parentesco con reconocimiento jurídico), lo serán las normas de
excepción y, que serán objeto de aplicación interpretativa estricta.

Asimismo distingue las normas de declaración y las normas de restricción de derechos, dado
que es principio general que los derechos se deben aplicar de manera extensiva y que las
restricciones de los mismos deben ser aplicadas de forma estricta, del que se presenta un
problema de aplicación cuando a una misma situación jurídica concurren normas declarativas
que reconocen derechos y por otro lado normas que restringen, del que RUBIO
CORREA[34]considera aplicable la interpretación constitucional de aplicación de derechos
fundamentales, incluso frente a un estado de emergencia, debiendo valorar la razonabilidad
(evaluar si la restricción del derecho que se propone aplicar es consistente con la ratio legis o
la razón de la existencia de la norma restrictiva aplicable) y la proporcionalidad (relación que
debe existir entre la conducta adoptada por la persona y el grado de privación de derecho que
se le hace).

Por ello se advierte la necesidad de trazar una línea conceptualmente clara respecto de la
interpretación es integración jurídica, así la interpretación jurídica, es el conjunto de principios
y métodos sobre la base de los cuales se logra extraer el significado de una disposición
normativa, que por alguna razón no aparece clara en sí misma o claramente aplicable al caso
concreto, por lo que supone la existencia de una norma jurídica aplicable, puede ser estricta
(cuando el intérprete no añade ni quita, no aumenta ni disminuye los márgenes de aplicación
de la norma); extensiva (a pesar que la norma no contiene claramente un determinado caso,
puede este ser involucrado en el supuesto normativo haciéndolo algo elástico) y la restrictiva
(reduce los márgenes de aplicación de la norma jurídica excluyendo hechos que al principio
podrían ser susceptibles de regirse por ella). Por otra parte la analogía es un método de
integración jurídica, que implica crear una nueva disposición no existente previamente,
consiste entonces en tomar una norma con un supuesto elaborado para una determinada
situación y la aplica a otra que es distinta pero semejante a la prevista, es decir aplicar la
consecuencia de una norma jurídica, a un hecho distinto de aquel que se considera en el
supuesto de dicha norma, pero que le es semejante en sustancia, así no hay norma jurídica
aplicable al caso que se quiere regular.

El Tribunal Constitucional ha establecido que la interpretación de las restricciones de derechos


debe ser restrictiva y que es aplicable a todo los ámbitos del derecho y no exclusivamente al
penal, conforme sentencia del 18/02/2005 en el Expediente N° 2235-2004-AA/TC.[35]
CAPÍTULO V:

ACTO JURÍDICO, ORDEN PÚBLICO Y BUENAS COSTUMBRES

Artículo Vº Nulidad de acto jurídico

Es nulo el acto jurídico contrario a las leyes que interesan al orden público o a las buenas
costumbres.

Para analizar el presente artículo es necesario delimitar los conceptos de acto jurídico y
negocio jurídico, para lo que recurriremos a ESPINOZA ESPINOZA[36]quien establece que el
acto jurídico es el hecho jurídico, voluntario, lícito, con manifestación de la voluntad y efectos
jurídicos, es decir es una especie de hecho jurídico, pues aquél descarta la involuntariedad y la
ilicitud (algunos como Enneccerus consideran que el término acto jurídico debe comprender el
hecho voluntario, tanto el lícito como el ilícito-impensado en nuestro sistema que asigna el
carácter de licitud al acto jurídico), producto de la doctrina clásica francesa. Así cita a Lohmann
Luca de Tena, para establecer las diferencias con el negocio jurídico: a). El presupuesto de los
negocios jurídicos es la declaración o manifestación de voluntad. No ocurre lo mismo en todos
los actos jurídicos ni en los actos ilícitos por negligencia; b). La finalidad de las partes en el
negocio es la de crear un vínculo; en los actos no negocios, el vínculo aparece por imperio de la
ley, sin tener su origen en una manifestación volitiva; c). La intención es indispensable en el
negocio jurídico, no necesariamente en el acto jurídico. En cambio también hay doctrina
nacional (entre la que destaca Vidal Ramírez), que considera que el problema se reduce al de
una "sinonimia conceptual", optando por el nomen iuris de acto jurídico "por razones de
tradición jurídica", pero considerando en última instancia que tanto el acto como el negocio
jurídico son especies del género hecho jurídico; pero el negocio jurídico es una subespecie del
acto jurídico; el acto jurídico se materializa a través de la manifestación de la voluntad
(exteriorización de un hecho psíquico interno, que consciente y voluntariamente trasciende
del individuo y surte efectos ante terceros con valor expositivo, aunque estuviera lejos del
ánimo del agente el querer producir tales efectos); el negocio, a través de la declaración de la
voluntad (acto responsable que exteriorizando la coordinación jerárquico de nuestros deseos,
tiene como propósito producir efectos jurídicos mediante la comunicación de la voluntad
contenida en la expresión), así la relación entre manifestación y declaración de voluntad es de
género a especie, concluyendo que lo que se legisla en el artículo 140 del Código Civil
(teniendo como antecedentes el artículo 1075 del Código de 1936 y el artículo 1235 del Código
de 1852) no es acto jurídico sino el negocio jurídica porque alude a la intención de las partes
para determinar sus efectos y a sus requisitos: Agente capaz, Fin lícito, Objeto física y
jurídicamente posible, Observancia de la forma prescrita por ley, bajo sanción de nulidad.

Orden público, es el conjunto de normas jurídicas que el Estado considera de cumplimiento


ineludible y de cuyos márgenes no pueden escapar, ni la conducta de los órganos del Estado, ni
la de los particulares para lo cual el estado compromete sus atribuciones coercitivas y
coactivas, es el Tribunal Constitucional el que establece que es el conjunto de valores,
principios y pautas de comportamiento político, económico y cultural (lato), cuyo propósito es
la conservación y adecuado desenvolvimiento de la vida coexistencial (lo básico y fundamental
para la vida en comunidad), así el orden interno como género tiene una naturaleza político-
social (integridad de la organización social en cada momento), mientras que el orden público
es especie, de naturaleza jurídica (cumplimiento de disposiciones jurídicas imperativas que
contienen reglas de convivencia social).
Buenas costumbres, al respecto no cabe suponer que existan leyes que acojan malas
costumbres, son criterios determinados a partir de la consciencia moral, espacial y temporal,
cubren aspectos de la vida social, tienen que ser jurídicas, implica una relación implícita entre
derecho y moral, son especie de orden público pero no lo agotan.

CAPÍTULO VI:

INTERÉS Y ACCIÓN

Artículo VIº Interés para obrar

Para ejercitar o contestar una acción es necesario tener legítimo interés económico o moral.

El interés moral autoriza la acción solo cuando se refiere directamente al agente o a su familia,
salvo disposición expresa de la ley.

Es incontrovertible que la presente norma es de naturaleza procesal, al regular la legitimidad


para obrar. Explica PRIORI POSADA[37]respecto del interés que en la sociedad los hombres
tienen un sin número de necesidades que deben satisfacer, para lo que requieren de bienes
aptos para ello, cuando se produce la relación entre la necesidad del hombre y el bien apto
para satisfacerla, ahora bien interés legítimo, es una de las situaciones jurídicas de ventaja que
imputa el ordenamiento jurídico a un sujeto de derecho (las otras son el derecho subjetivo, la
expectativa), así es una situación jurídica de ventaja inactiva (porque no depende sino de otro
sujeto de derecho), dirigida a conseguir un resultado favorable consistente, según los casos, en
la conservación o modificación de una determinada realidad; la insuficiencia de los bienes para
satisfacer las necesidades de todos los hombres por escasez da lugar al conflicto de intereses,
que es resuelto de manera abstracta y general por el derecho objetivo, reconociendo entre los
intereses en conflicto uno que es prevalente: interés jurídicamente prevalente, que pueden ser
patrimoniales (a los que denomina "económicos") y no patrimoniales (a los que denomina
"morales"), debe entenderse por ende que cuando el artículo VI del Título Preliminar del
Código Civil dice "El interés moral autoriza la acción solo cuando se refiere directamente al
agente o su familia" está reconociendo que solo es digno de tutela el interés moral respecto de
situaciones relacionadas con la esfera de una persona y las de su familia, y solo quien afirme
ser titular de un interés moral tutelado por el derecho objetivo estará legitimado para plantear
una pretensión procesal destinada a su tutela.

Cuando el Derecho objetivo ha realizado la calificación jurídica optando por el interés que
prevalecerá ante un determinado conflicto, imputa al titular del interés jurídico prevalente una
situación jurídica de ventaja (la que puede ser activa e inactiva) y en el titular del interés
jurídico que no es el prevalente, una situación jurídica de desventaja (la que puede ser activa e
inactiva).

Es decir, el interés legítimo tiene una noción y contenido propio, los mismos que parecen
haber sido olvidados o no tenidos en cuenta por el legislador nacional, pues usando un
término que corresponde a la teoría general del Derecho ha intentado regular una institución
procesal.

Si bien se hace referencia al legítimo interés económico o moral, en realidad solo el interés
material es el que puede ser patrimonial o no patrimonial, mas no el legítimo interés; pues
este último es solo una situación jurídica que sirve para satisfacer el interés material, sea éste
patrimonial o no patrimonial.
Asimismo explica que la evolución del derecho procesal se encuentra íntimamente ligada a la
evolución del concepto del derecho de acción, evidenciando tres etapas: (i) cuando no existía
distinción alguna entre el derecho de acción y el derecho subjetivo material; (ii) aquella en la
cual se establece una clara distinción entre el derecho subjetivo material y el derecho de
acción, lo que se produce con la famosa polémica Windscheid - Muther (1856) y se consolida
con Giuseppe Chiovenda (1903); etapa en la cual si bien se establece que el derecho de acción
y el derecho subjetivo material son dos derechos distintos, aún se mantiene la idea que existe
el primero solo en la medida que exista el segundo y es lo que ha dado lugar a lo que se
denomina la teoría concreta del derecho de acción, para la cual el derecho de acción es el
derecho a obtener una sentencia favorable; y, (iii) aquella en la cual se ratifica que el derecho
de acción y el derecho subjetivo material son dos derechos distintos, sin embargo, se llega a
establecer que la existencia y titularidad del derecho de acción en nada depende de la
existencia y titularidad del derecho subjetivo material; teoría abstracta cuya elaboración final y
difusión se debe al gran maestro italiano Francesco Carnelutti.

Así es incontrovertible que el derecho de acción es el derecho autónomo público subjetivo y


abstracto (para algunos, poder) de naturaleza constitucional de exigir al Estado tutela
jurisdiccional para un caso concreto. El acto procesal con el cual se manifiesta el ejercicio del
derecho de acción se conoce como "demanda". Por lo demás, la demanda contiene una
exigencia concreta de tutela al Estado para con ésta lograr la satisfacción del interés material
cuya lesión o amenaza se reclama, y a dicha exigencia se le denomina "pretensión". Así explica
que el Título Preliminar del Código Civil confunde los conceptos de derecho de acción,
demanda y pretensión; ya que lo que se contesta en un proceso es la demanda y no la acción;
y la legitimidad para obrar se exige para poder plantear una pretensión, pero no para ejercer el
derecho de acción, por ser irrestricto, evidenciando con ello que el Código Civil de 1984 recoge
la teoría concreta del derecho de acción.

Propone entender el interés para obrar éste como la utilidad que tiene la providencia
jurisdiccional solicitada con el inicio del proceso para la tutela del interés lesionado o
amenazado; siendo ello así interés para obrar, interés material e interés legítimo son
conceptos absolutamente distintos, pero además, mientras el primero es un instituto procesal,
los otros dos son institutos de derecho material y si consideramos que el derecho de acción es
un derecho abstracto, la legitimidad para obrar (al igual que el interés para obrar) no
constituye un presupuesto para su ejercicio, pues una persona puede ejercer el derecho de
acción aun cuando no se encuentre legitimada. La legitimidad para obrar se entiende más bien
como presupuesto para poder plantear una pretensión en un proceso, de forma tal que solo si
la pretensión es planteada por una persona legitimada, el juez puede pronunciarse
válidamente sobre el conflicto de intereses que le ha sido propuesto.

La legitimidad para obrar es entonces la posición habilitante para ser parte en el proceso; en
ese sentido, se habla de legitimidad para obrar activa para referirse a la posición habilitante
que se le exige al demandante para poder plantear determinada pretensión; y se habla de
legitimidad para obrar pasiva para referirse a la posición habilitante que se le exige al
demandado para que la-pretensión planteada en el proceso pueda plantearse válidamente
contra él, puede ser ordinaria por la simple afirmación que realiza el demandante de la
titularidad de las situaciones jurídicas que él lleva al proceso y extraordinaria por la permisión
legal expresa a determinadas personas a iniciar un proceso, a pesar de no ser titulares de las
situaciones jurídicas subjetivas que se llevan a él.

CAPÍTULO VII:
APLICACIÓN DE LA LEY POR EL JUEZ

Artículo VIIº Aplicación de la norma pertinente por el Juez

Los jueces tienen la obligación de aplicar la norma jurídica pertinente, aunque no haya sido
invocada en la demanda.

Más conocido como Iuria novit curia (el Tribunal conoce el Derecho)[38], implica la vigencia y
obligatoriedad de las disposiciones legales y consecuente obligación de que sean aplicadas
según su pertinencia al caso, al margen de la expresión equivocada de la norma que haga el
litigante, en absoluto tiene que ver ni con la modificación de la litis planteada por las partes
(congruencia), ni con el impulso procesal de oficio o a instancia de parte, que tiene su versión
procesal en el Art. VII° del Código Procesal Civil (el Juez no puede ir más allá del petitorio, ni
fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido alegados por las partes).

RUBIO CORREA[39]advierte dos deficiencias en dicha norma: 1. La ausencia de referencia legal


a la norma aplicable, dado que puede ocurrir que no solo se presente invocación equivocada
en la demanda sino en otros actos jurídico procesales, que se soluciona con su versión
procesal; 2. Posibilidad de aplicar la norma no citada se verifica en un estado del proceso en el
que la parte perjudicada no pueda ejercer su defensa frente a ella.

CAPÍTULO VIII:

PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO Y ANALOGÍA

Artículo VIIIº Obligación de suplir los defectos y deficiencias de la ley

Los jueces no pueden dejar de administrar justicia por defecto o deficiencia de la ley. En tales
casos, deben aplicar los principios generales del derecho y, preferentemente, los que inspiran
el derecho peruano.

Implica: a). Ante la insuficiencia o inexistencia normativa (laguna del derecho), el Juez no
puede dejar de administrar justicia, no cabe el no pronunciamiento; b). Para administrar
justicia el Juez deberá recurrir al Derecho consuetudinario y a los Principios Generales del
Derecho y sobre todo los que inspiran al Derecho Peruano y c). A la falta de tales principios, el
Juez deberá recurrir a los Principios Generales del derecho. Así los principios generales del
derecho, están constituidos por la pluralidad de postulados o proposiciones con sentido y
proyección normativa o deontológica, que constituyen el núcleo del sistema jurídico,
insertados de manera expresa o tácita en aquel. La analogía es el método por excelencia para
llenar las lagunas, que no es susceptible de aplicar a las leyes prohibitivas o sancionadoras,
limitativas de capacidad de personas y derechos subjetivos y las de derecho excepcional, es
palpable su utilización en los argumentos a pari, ab maioiris ad minus, y a fortiori.

CAPÍTULO IX:

APLICACIÓN SUPLETORIA DEL DERECHO CIVIL

Artículo IXº Aplicación supletoria del Código Civil

Las disposiciones del Código Civil se aplican supletoriamente a las relaciones y situaciones
jurídicas reguladas por otras leyes, siempre que no sean incompatibles con su naturaleza.

El rol supletorio de las normas del Código Civil, y sobre todo las del Título Preliminar, no se
fundamenta sino en su carácter de Derecho Común, de allí que son aplicables a cualesquiera
materias o situaciones jurídicas, que hace que RUBIO CORREA[40]considere una disposición
"razonable e inteligente en sí misma".[41]

CAPÍTULO X:

LA OBLIGACIÓN DE DAR CUENTA AL CONGRESO DE LOS VACÍOS O DEFECTOS DE LA


LEGISLACIÓN

Artículo Xº Vacíos de la ley

La Corte Suprema de Justicia, el Tribunal de Garantías Constitucionales y el Fiscal de la Nación


están obligados a dar cuenta al Congreso de los vacios o defectos de la legislación.

Tienen la misma obligación los jueces y fiscales respecto de sus correspondientes superiores.

Implica la colaboración con el Órgano Legislativo en determinar los vacios y defectos


legislativos, puesto que la naturaleza esencialmente política de la función legislativa hace que
las leyes no sean siempre elaboradas con criterios técnicos, confiriendo la atribución sustantiva
a tres organismos de notificar al congreso tanto los vacios (laguna de derecho), como los
defectos (imprecisión, obsolescencia, superposición de normas) de la legislación.[42] [43]

Conclusiones

El Título Preliminar del Código Civil es un conjunto de normas jurídicas con rango de ley, que
por historia, su contenido y su comprensión sistemática tiene vocación de normar a todo el
Sistema Jurídico, su fundamento se encuentra en el contenido de sus propias normas.

El Art. I° CC, es de carácter reglamentario de la norma constitucional, abarca no solo a la ley


sino a toda producción legislativa, sólo una norma del mismo nivel (o superior) puede derogar
a otra, excluyendo que al desuetudo; las formas de derogación son: expresa, tácita por
incompatibilidad normativa o especialidad, que pueden ser total o parcial, empero es la
Constitución Política de 1993 la que agrega el efecto de una sentencia del Tribunal
Constitucional en ejercicio del control concentrado de la constitucionalidad de una ley en
sentido formal como material y con la derogación de la norma no recobran vigencia las que
ella hubiera derogado.

El abuso de derecho es un principio general del Derecho que, como toda institución jurídica,
atraviesa por dos momentos, uno fisiológico y el otro patológico. En el momento fisiológico, el
abuso del derecho debe ser entendido, junto con la buena fe, como un límite intrínseco del
mismo derecho subjetivo…En cambio, en el momento patológico, el abuso del derecho se
asimila, bien a los principios de la responsabilidad civil (cuando se produce un daño o hay
amenaza del mismo) o bien a las reglas de la ineficacia (cuando nos encontramos frente a una
pretensión procesal abusiva), cuya ubicación del abuso del Derecho, entre los campos de lo
lícito e ilícito de la responsabilidad civil, por laguna jurídica.

El art. III° CC aloja dos principios: la irretroactividad de la norma y la aplicación inmediata de la


ley cuya coexistencia sea obligatoriamente conflictiva. En realidad, rectamente entendidos
dichos principios no se contraponen, sino que se complementan. La aplicación inmediata no es
retroactiva, porque significa la aplicación de las nuevas normas para el futuro, y con
posterioridad a su vigencia; y el efecto inmediato encuentra sus límites precisamente en el
principio de irretroactividad, que veda aplicar las nuevas leyes a situaciones o relaciones
jurídicas ya constituidas, o a efectos ya producidos. Así es regla general en nuestro sistema la
teoría de los hechos cumplidos, y la excepción la teoría de derechos adquiridos.
El Art. IV° CC es concordante con el inciso 9 del Art. 139° de la Constitución Política del Estado,
las normas de excepción o que restrinjan derechos son objeto de aplicación interpretativa
estricta, de acuerdo a los principios de razonabilidad y proporcionalidad.

El Art. V° del CC, establece que el acto jurídico es el hecho jurídico, voluntario, lícito, con
manifestación de la voluntad y efectos jurídicos, el orden público, es una especie de tendencia
jurídica del orden interno que implica el conjunto de normas jurídicas que el Estado considera
de cumplimiento ineludible y de cuyos márgenes no pueden escapar, ni la conducta de los
órganos del Estado, ni la de los particulares para lo cual el estado compromete sus
atribuciones coercitivas y coactivas, mientras que las buenas costumbres, son criterios
determinados a partir de la consciencia moral, espacial y temporal, que cubren aspectos de la
vida social, tienen que ser jurídicas, implica una relación implícita entre derecho y moral, son
especie de orden público pero no lo agotan.

El Art. VI° CC es de naturaleza procesal, pero que confunde los conceptos de derecho de
acción, demanda y pretensión, evidenciando con ello que el Código Civil de 1984 recoge la
teoría concreta del derecho de acción.

El Art. VII° CC, implica la vigencia y obligatoriedad de las disposiciones legales y consecuente
obligación de que sean aplicadas según su pertinencia al caso, al margen de la expresión
equivocada de la norma que haga el litigante, en absoluto tiene que ver ni con la modificación
de la litis planteada por las partes (congruencia), ni con el impulso procesal de oficio o a
instancia de parte, que tiene su versión procesal en el Art. VII° del Código Procesal Civil.

El Art. VIII° CC, reconoce el valor de los principios generales del derecho (constituidos por la
pluralidad de postulados o proposiciones con sentido y proyección normativa o deontológica,
que constituyen el núcleo del sistema jurídico, insertados de manera expresa o tácita en aquel)
y la analogía (método por excelencia para llenar las lagunas, que no es susceptible de aplicar a
las leyes prohibitivas o sancionadoras, limitativas de capacidad de personas y derechos
subjetivos y las de derecho excepcional, es palpable su utilización en los argumentos a pari, ab
maioiris ad minus, y a fortiori).

El Art. IX° CC explica la aplicación supletoria del Código Civil a las demás normas basado en su
carácter de derecho común.

El Art. X° CC, implica la colaboración con el Órgano Legislativo en determinar los vacios y
defectos legislativos, puesto que la naturaleza esencialmente política de la función legislativa
hace que las leyes no sean siempre elaboradas con criterios técnicos, confiriendo la atribución
sustantiva a tres organismos de notificar al congreso tanto los vacios (laguna de derecho),
como los defectos (imprecisión, obsolescencia, superposición de normas) de la legislación.

Bibliografía

Bibliografía:

CÓDIGO CIVIL COMENTADO POR LOS 100 MEJORES ESPECIALISTAS. Tomo I. Título Preliminar.
Derecho de Personas. Acto Jurídico. Gaceta Jurídica.

ESPINOZA ESPINOZA, Juan. "Los principios del Título Preliminar del Código Civil Peruano de
1984". Análisis doctrinario, legislativo y jurisprudencial. Segunda Edición Mayo 2005. Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
RUBIO CORREA, Marcial. "El Título Preliminar del Código Civil". Novena Edición Enero 2008.
Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

TORRES VÁSQUEZ, Anibal. "Diccionario de Jurisprudencia Civil". Definiciones y conceptos de


Derecho Civil y Derecho Procesal Civil extraídos de la jurisprudencia. Editorial Grijley. 2008.

TORRES VÁSQUEZ, Anibal. "Introducción al Derecho". 1ra. Edición Palestra Editores 1999.

Páginas web:

http://www.abogadoperu.com/codigo-civil-introduccion-y-titulo-preliminar-titulo- 1-abogado-
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http://derechoperu.wordpress.com/2009/07/18/codigo-civil-peru-decreto-legislativo-n
%C2%BA-295/

http://www.monografias.com/trabajos/abusodcho/abusodcho.shtml

http://blog.pucp.edu.pe/item/72511/legitimidad-para-obrar

http://blog.pucp.edu.pe/blog/seminariotallerdpc/tag/ineficacia%20acto%20juridico

http://www.castillofreyre.com/articulos/comentarios_al_titulo_preliminar.pdf

Autor:

Joe Oriol Olaya Medina

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO

ESCUELA DE POSTGRADO

MAESTRÍA EN DERECHO CIVIL Y PROCESAL CIVIL

MGT. MANUEL BERMÚDEZ TAPIA.

SEMESTRE 2010-I

TEORÍA DEL DERECHO CIVIL

[1] TORRES V?SQUEZ, Anibal. ?Introducci?n al Derecho?. 1ra. Edici?n Palestra Editores 1999. P?
g. 179.

[2] ESPINOZA ESPINOZA, Juan. ?Los principios del T?tulo Preliminar del C?digo Civil Peruano de
1984?. An?lisis doctrinario, legislativo y jurisprudencial. Segunda Edici?n Mayo 2005. Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Cat?lica del Per?. P?g. 27.

[3] RUBIO CORREA, Marcial. ?El T?tulo Preliminar del C?digo Civil?. Novena Edici?n Enero 2008.
Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Cat?lica del Per?. P?g. 11.

[4] RUBIO CORREA, Marcial. Ibid. P?g. 14.


[5] ??Cuando el C?digo Civil fue promulgado e inici? su vigor, era la Constituci?n Pol?tica de
1979 la que reg?a en el pa?s, la cual, como la anterior de 1933, no ten?a norma que se?alara la
conclusi?n de la vigencia de la ley sino solo la de su inicio, por lo que al igual que el C?digo que
vino a derogar, el vigente introdujo una norma integradora del vac?o del texto constitucional.
Pero el art?culo 103 de la Constituci?n Pol?tica de 1993 ha recogido el primer p?rrafo de la
norma bajo comentario, lo que lo ha tornado aparentemente superfluo y, adem?s, en
diminuto, al haber previsto tambi?n la derogatoria de la ley declarada inconstitucional por
efecto de la sentencia dictada por el Tribunal Constitucional. Sin embargo, consideramos que
el art?culo I del T?tulo Preliminar justifica su pervivencia, pues ha devenido en reglamentario
del precepto constitucional y, m?s a?n, mantiene su relevancia por la doctrina que incorpor?
para integrar los vac?os respecto de la problem?tica de la conclusi?n de la vigencia temporal
de la norma legal?? VIDAL RAM?REZ, Fernando. Comentario al Art. I? del T?tulo Preliminar del
C?digo Civil. En: ?C?digo Civil Comentado por los 100 mejores especialistas? Tomo I. T?tulo
Preliminar. Derecho de Personas. Acto Jur?dico. Gaceta Jur?dica. P?g. 19 y ss.

[6] ?6.- (?) si bien el Art. I? del T?tulo Preliminar del C?digo Civil est? inserto en un
ordenamiento que tiene por objeto regular las relaciones jur?dicas entre particulares, por su
contenido, se trata de una norma sobre la producci?n jur?dica, que al regular el proceso de
extinci?n de las normas en el Ordenamiento, es materialmente constitucional y, en ese
sentido, aplicable con car?cter general a cualquier sector del Ordenamiento nacional? En:
RUBIO CORREA, Marcial. Ibid. P?g. 19.

[7] DEROGACI?N DE LA LEY: ?La norma contenida en el art. I? del CC es de naturaleza procesal
por lo que puede ser examinada en el marco de las causales para la interposici?n del recurso
de casaci?n referidas a normas de Derecho material? (Casaci?n N? 1772-96). En: TORRES V?
SQUEZ, Anibal. ?Diccionario de Jurisprudencia Civil?. Definiciones y conceptos de Derecho Civil
y Derecho Procesal Civil extra?dos de la jurisprudencia. Editorial Grijley. 2008. P?g. 252.

[8] VIDAL RAM?REZ, Fernando. Ibid. P?g. 20.

[9] Explica Espinoza Espinoza que ??en la doctrina italiana, siguiendo la distinci?n que se hac?a
en el Derecho Romano, se prefiere utilizar el t?rmino ?abrogaci?n? para designar a la principal
forma de extinci?n de la norma jur?dica?en cambio derogar si bien significa o bien introducir
excepciones a una norma o bien crear normas que se apartan del contenido de las normas
preexistente y que supone una forma de abrogaci?n parcial?dentro de la doctrina espa?ola y
latinoamericana, la palabra derogaci?n es sin?nimo de la palabra abrogaci?n de origen
romano??. en: ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Ibid. P?g. 50-51.

[10] ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Ibid. P?g. 48-49.

[11] RUBIO CORREA, Marcial. Ibid. P?g. 23.

[12] 75.- (?) La cuesti?n relativa a si el desuetudo de una ley pueda culminar con su derogaci?n
es una hip?tesis de ineficacia de las normas jur?dicas que en nuestro ordenamiento no tiene
asidero?76.- En nuestro ordenamiento jur?dico, pues, no es admisible la derogaci?n de una ley
ya sea por su desuso o incluso por la existencia de pr?cticas o costumbres contra legem?
subyace el principio de seguridad jur?dica??. En: RUBIO CORREA, Marcial. Ibid. P?g. 22.

[13] VIDAL RAM?REZ, Fernando. Ibid. P?g. 20-21.

[14] Ib?dem.
[15] ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Ibid. P?g. 63-65.

[16] RUBIO CORREA, Marcial. Ibid. P?g. 24.

[17] ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Ibid. P?g. 69-70.

[18] ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Comentario al Art. II? del T?tulo Preliminar del C?digo Civil. En:
?C?digo Civil Comentado por los 100 mejores especialistas? Tomo I. T?tulo Preliminar. Derecho
de Personas. Acto Jur?dico. Gaceta Jur?dica. P?g. 24 y ss.

[19] ABUSO DE DERECHO: ?El abuso del Derecho es considerado un l?mite jur?dico contenido
en nuestro C?digo Civil, tendiente a que el individuo ejercite sus derechos subjetivos, sin
causar lesi?n o da?os a terceros o intereses ajenos no protegidos por normas espec?ficas; lo
que implica la existencia de la intenci?n de dar, la ausencia de inter?s, el perjuicio relevante y
la conducta contraria a las buenas costumbres, lealtad y confianza rec?proca? (Casaci?n N?
559-2002. Lima Sala Civil Permanente de la Corte Suprema). En: TORRES V?SQUEZ, Anibal. ?
Diccionario de Jurisprudencia Civil?. Definiciones y conceptos de Derecho Civil y Derecho
Procesal Civil extra?dos de la jurisprudencia. Editorial Grijley. 2008. P?g. 6.

[20] ESPINOZA ESPINOZA, Juan. ?Los principios del T?tulo Preliminar del C?digo Civil Peruano
de 1984?. An?lisis doctrinario, legislativo y jurisprudencial. Segunda Edici?n Mayo 2005. Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Cat?lica del Per?. P?g. 77y ss.

[21] ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Comentario al Art. II? del T?tulo Preliminar del C?digo Civil. En:
?C?digo Civil Comentado por los 100 mejores especialistas? Tomo I. T?tulo Preliminar. Derecho
de Personas. Acto Jur?dico. Gaceta Jur?dica. P?g. 29.

[22] RUBIO CORREA, Marcial. Ibid. P?g. 29-30.

[23] RUBIO CORREA, Marcial. Ibid. P?g. 43.

[24] ESPINOZA ESPINOZA, Juan. ?Los principios del T?tulo Preliminar del C?digo Civil Peruano
de 1984?. An?lisis doctrinario, legislativo y jurisprudencial. Segunda Edici?n Mayo 2005. Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Cat?lica del Per?. P?g. 135 y ss.

[25] GUTIERREZ CAMACHO, Walter. Comentario al Art. III? del T?tulo Preliminar del C?digo
Civil. En: ?C?digo Civil Comentado por los 100 mejores especialistas? Tomo I. T?tulo Preliminar.
Derecho de Personas. Acto Jur?dico. Gaceta Jur?dica. P?g. 34 y ss.

[26] GUTIERREZ CAMACHO, Walter. Ib?dem.

[27] Ib?dem.

[28] RUBIO CORREA, Marcial. Ibid. P?g. 48-49.

[29] RUBIO CORREA, Marcial. Ibid. P?g. 50-51.

[30] ESPINOZA ESPINOZA, Juan. ?Los principios del T?tulo Preliminar del C?digo Civil Peruano
de 1984?. An?lisis doctrinario, legislativo y jurisprudencial. Segunda Edici?n Mayo 2005. Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Cat?lica del Per?. P?g. 137.

[31] RUBIO CORREA, Marcial. Ib?dem.

[32] RUBIO CORREA, Marcial. Ibid. P?g. 68-69.


[33] RUBIO CORREA, Marcial. Comentario al Art. IV? del T?tulo Preliminar del C?digo Civil. En: ?
C?digo Civil Comentado por los 100 mejores especialistas? Tomo I. T?tulo Preliminar. Derecho
de Personas. Acto Jur?dico. Gaceta Jur?dica. P?g. 42 y ss.

[34] Ib?dem.

[35] RUBIO CORREA, Marcial. ?El T?tulo Preliminar del C?digo Civil?. Novena Edici?n Enero
2008. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Cat?lica del Per?. P?g. 85.

[36] ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Comentario al Art.V? del T?tulo Preliminar del C?digo Civil.
En: ?C?digo Civil Comentado por los 100 mejores especialistas? Tomo I. T?tulo Preliminar.
Derecho de Personas. Acto Jur?dico. Gaceta Jur?dica. P?g. 49 y ss.

[37] PRIORI POSADA, Giovanni. Comentario al Art.VI? del T?tulo Preliminar del C?digo Civil.
En: ?C?digo Civil Comentado por los 100 mejores especialistas? Tomo I. T?tulo Preliminar.
Derecho de Personas. Acto Jur?dico. Gaceta Jur?dica. P?g. 64 y ss.

[38] ??El art?culo VII del T?tulo Preliminar del C?digo Civil ha recogido el aforismo iura novit
curia, el cual habr?a tenido sus or?genes de manera anecd?tica durante el siglo XIII, debido a
que un juez, fastidiado por las agotadoras elucubraciones realizadas por un abogado, lo
interrumpi? manifest?ndole: Venire and factum. Curia novit ius ("Vaya a los hechos. El tribunal
conoce el Derecho") (SENT?S MELENDO)?? En: MONROY GALVEZ, Juan. Comentario al Art.VI?
del T?tulo Preliminar del C?digo Civil. En: ?C?digo Civil Comentado por los 100 mejores
especialistas? Tomo I. T?tulo Preliminar. Derecho de Personas. Acto Jur?dico. Gaceta Jur?dica.
P?g. 71 y ss.

[39] RUBIO CORREA, Marcial. ?El T?tulo Preliminar del C?digo Civil?. Novena Edici?n Enero
2008. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Cat?lica del Per?. P?g. 132-133.

[40] RUBIO CORREA, Marcial. Ibid. P?g. 153-157.

[41] Explica adem?s: ??El Derecho civil, que hasta la aparici?n de los C?digos a principios del
siglo XIX fue conocido como Derecho com?n y que se contrapon?a al Derecho p?blico, fue
siempre el fundamento de las normas que reg?an a las personas privadas entre s?. Con la
aparici?n de los C?digos Civiles a partir del napole?nico, lo que ocurri? fue que ese Derecho fue
precisado, organizado y universalmente contenido en el C?digo. Al menos, esa fue la intenci?n
de los legisladores?no era un Derecho m?s entre varios sino que era, en cierta medida, el
Derecho privado. Pronto, sin embargo, con el desarrollo de la vida social y econ?mica, este
Derecho privado fue evolucionando y empez? a subdividirse en varias ramas especializadas de
Derechos que relacionan a las personas entre s??El Derecho civil es sin embargo el tronco base
de todas estas nuevas disciplinas que, por lo dem?s, contin?an su evoluci?n y,
consiguientemente, el desarrollo aut?nomo de nuevas ramas...Por esta raz?n, es posible que
las normas del C?digo Civil se apliquen supletoria-mente a cubrir los vac?os y deficiencias que
se encuentren en muchas otras disciplinas del Derecho, especial pero no ?nicamente del
Derecho privado: en muchos casos, el Derecho civil es el origen sistem?tico de otras ramas jur?
dicas. En: RUBIO CORREA, Marcial. Comentario al Art. IX? del T?tulo Preliminar del C?digo Civil.
En: ?C?digo Civil Comentado por los 100 mejores especialistas? Tomo I. T?tulo Preliminar.
Derecho de Personas. Acto Jur?dico. Gaceta Jur?dica. P?g. 84.

[42] RUBIO CORREA, Marcial. ?El T?tulo Preliminar del C?digo Civil?. Novena Edici?n Enero
2008. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Cat?lica del Per?. P?g. 158-161.
[43] ??La obligaci?n de dar cuenta ante el Congreso sobre la insuficiencia legislativa se agota
en la denuncia de la anomal?a, hecho totalmente distinto a la figura de la iniciativa legal. El dar
cuenta implica la puesta en conocimiento de la situaci?n an?mala de la norma jur?dica; no
significa iniciativa legal, solo encierra una actividad de denuncia, lo que no impide que a futuro
podr?a servir de materia prima para alguna iniciativa legal. Es importante resaltar que la
denuncia es una obligaci?n, mas no una potestad como sucede con la iniciativa legal. Su fin se
orienta a la construcci?n de un sistema jur?dico con menos lagunas, m?s coherente y menos
obsoleto. Dicha denuncia se dirige seg?n el C?digo Civil ante el Congreso; y, seg?n la Ley Org?
nica del Poder Judicial ante el Congreso y el Ministerio de Justicia. La Ley Org?nica del
Ministerio P?blico no contempla la denuncia legal sino la iniciativa, pero ello no implica que el
representante del Ministerio P?blico ejerza la denuncia ante el Congreso invocando el art?culo
X en comentario; m?s a?n, si la propia Constituci?n Pol?tica de 1993 permite que la denuncia
legal, se realice tanto ante el Congreso como ante el Presidente de la Rep?blica (ver art?culo
159 inc. 7)?? En: LEDESMA NARV?EZ, Marianella. Comentario al Art. X? del T?tulo Preliminar
del C?digo Civil. En: ?C?digo Civil Comentado por los 100 mejores especialistas? Tomo I. T?tulo
Preliminar. Derecho de Personas. Acto Jur?dico. Gaceta Jur?dica. P?g. 88.

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