Articulo Preparacion Disoluciones
Articulo Preparacion Disoluciones
Articulo Preparacion Disoluciones
1, Enero-Abril de 2015
Abstract
Introducción
Entre los retos que afronta el mundo actual en los inicios del nuevo milenio se encuentra
la demanda de educación, una mayor toma de conciencia de su importancia para el
desarrollo socio-cultural, económico y la construcción del futuro, por lo cual las nuevas
generaciones deberán estar preparadas con nuevos conocimientos, habilidades y nuevas
competencias. Su esencia reside en conceder a la misma una visión de futuro en pos de
lograr un desarrollo humano más armonioso.
Para la educación cubana es esencial preparar al individuo para la vida social, para su
función en la sociedad, lo que demanda de aprendizajes muy diversos de conocimientos,
habilidades, valores, que caractericen al sujeto como miembro de una comunidad y esto
está indisolublemente vinculado al trabajo, a la actividad que ese ser humano tiene que
desempeñar a lo largo de su vida. Precisamente el encargo social de estos tiempos para
el preuniversitario cubano es la preparación de los jóvenes para enfrentar sus estudios
81
Educación y Sociedad Vol. 13 No. 1, Enero-Abril de 2015
En Cuba también son numerosos los investigadores que han trabajado este tema, entre
ellos, se destacan Carlos Roja A. (1995), Luis Bello (1995), J. Cabrera (2001), José E.
Colado (2008) e Y.J. Hedesa (2013). Las autoras de este trabajo coinciden con los
investigadores anteriormente mencionados en reconocer la importancia que tiene el
experimento químico escolar y el desarrollo de habilidades en los estudiantes, puesto
que es una forma de comprobar en la práctica los conocimientos teóricos recibidos e
incluso incorporar nuevos conocimientos.
Este artículo tiene como objetivo ofrecer a los profesores de química del onceno grado,
a los técnicos de laboratorio y estudiantes el procedimiento para el desarrollo de la
habilidad específica preparar disoluciones.
Desarrollo
En Cuba se aspira lograr un ser humano integral, por lo que el proceso de formación se
concibe sobre la base de la unidad dialéctica entre la instrucción, la educación y el
desarrollo de cada escolar. La asignatura Química, al igual que las demás del currículo,
tiene en cuenta estos tres factores, tanto en la estructura del contenido como en lo
metodológico, tratando de lograr un estrecho vínculo entre la lógica de la ciencia y la de
la asignatura.
Por esta razón, la enseñanza de la Química tiene bien definidos objetivos en estas tres
direcciones. En lo instructivo pretende dotar a los estudiantes de un sistema de
conocimientos, hábitos y habilidades específicas que conforman las bases de la
Química. En el plano educativo-desarrollador la enseñanza de la misma representa una
vía fundamental para el desarrollo de habilidades generales y convicciones en los
estudiantes.
83
Educación y Sociedad Vol. 13 No. 1, Enero-Abril de 2015
2. El lenguaje de la química.
4. El cálculo en química.
5. La ley periódica.
84
Educación y Sociedad Vol. 13 No. 1, Enero-Abril de 2015
7. La educación ambiental.
8. La formación ideopolítica.
La Dra. Haydee Rionda Sánchez señaló que: “En la enseñanza, el experimento químico
desempeña una función muy importante en la formación de las nuevas generaciones, ya
que:
85
Educación y Sociedad Vol. 13 No. 1, Enero-Abril de 2015
3. Por medio del experimento, los alumnos se familiarizan con las sustancias y los
cambios que ocurren en estas.
Las autoras de este trabajo coinciden con todo lo planteado por la Dra. H. Rionda y
afirman que se logra un alto grado de motivación en los estudiantes cuando observan o
realizan un experimento químico; una buena actividad práctica experimental contribuye
a una mejor comprensión de los fenómenos y aumenta el interés de cada uno de los
estudiantes. Aprovechar todas sus potencialidades es parte del quehacer formativo
científico.
86
Educación y Sociedad Vol. 13 No. 1, Enero-Abril de 2015
El término habilidad ha sido definido por diferentes autores; desde el punto de vista de
la Didáctica, C. Álvarez de Zayas especifica que: “La habilidad es un elemento del
contenido y expresa en un lenguaje didáctico un sistema logrado de acciones y
operaciones para alcanzar un objetivo.” (C. Álvarez, 1999, p. 64) De esta manera queda
muy clara la interrelación dialéctica entre los conocimientos, las habilidades y los
valores como el contenido de la enseñanza.
También numerosos autores han clasificado a las habilidades; el criterio más usado en el
preuniversitario es el de López M. (1990), que las clasifica en: intelectuales, docentes y
prácticas.
Es oportuno señalar que asociados a estas habilidades se desarrollan valores tales como:
adquirir conciencia de ahorro de reactivos químicos, electricidad y agua; mostrar
responsabilidad ante el trabajo de laboratorio y mantener organización y limpieza en el
puesto de trabajo.
88
Educación y Sociedad Vol. 13 No. 1, Enero-Abril de 2015
4. Hidrólisis salina.
3. Determinación de la Ki.
Las autoras de este trabajo consideran oportuno contribuir a erradicar esta problemática,
por lo que a continuación se presenta el procedimiento para el desarrollo de la habilidad
preparar disoluciones cuya concentración resultante debe expresarse en concentración
de cantidad de sustancia y en la que el soluto es un sólido, un líquido o un ácido
concentrado, se tuvieron en cuenta criterios de Gladys Pichs Pared (1988).
89
Educación y Sociedad Vol. 13 No. 1, Enero-Abril de 2015
- Acerque al embudo el vidrio de reloj que contiene el sólido. Por acción del
chorro de agua del frasco lavador pase el soluto al matraz aforado, enjuague el vidrio
reloj y el embudo. Use la menor cantidad posible de agua en esta operación, nunca más
de la tercera parte del volumen indicado en el matraz aforado. Tápelo.
5. Agite de nuevo de manera que el agua añadida se mezcle bien con la disolución.
6. Agregue agua hasta unos centímetros por debajo de la marca de enrase, y deje en
reposo la disolución durante 1 ó 2 minutos (o más si es necesario) antes de proceder a
enrasar para igualar la temperatura de la disolución, que puede no estar a la temperatura
indicada en el matraz aforado debido a la absorción o el desprendimiento de calor que
se produce en el proceso de disolución de la sustancia (soluto).
8. Tape el matraz aforado, inviértalo varias veces para hacer uniforme la concentración
de la disolución, a lo que también se le denomina homogenizar.
90
Educación y Sociedad Vol. 13 No. 1, Enero-Abril de 2015
1. Mida con una pipeta o una bureta el volumen de disolución (soluto líquido) que va a
disolver. El volumen de soluto lo indica el profesor.
3. Agregue el disolvente poco a poco y agite hasta que el nivel de la disolución esté
unos centímetros por debajo de la marca de enrase. Agite nuevamente para uniformar la
disolución.
5. Finalmente agregue agua u otro disolvente mediante una pipeta, hasta que la parte
inferior de la superficie cóncava (menisco) esté a nivel, sea tangente a la marca de
enrase.
2. Sumerja el matraz aforado en un baño de agua fría. El recipiente para el baño puede
ser un vaso de precipitado de mayor capacidad que el del matraz aforado, o una
cristalizadora.
3. Con una pipeta mida el volumen de ácido concentrado con mucho cuidado. Succione
la misma con la ayuda de un bulbo de goma y nunca con la boca (también puede medir
el volumen de ácido con una bureta de llave de vidrio).
4. Seque por fuera la pipeta, con cuidado de no tocar el ácido con los dedos. Si esto
ocurriera lávese con agua bicarbonatada.
91
Educación y Sociedad Vol. 13 No. 1, Enero-Abril de 2015
6. Agite el matraz aforado dentro del baño de agua fría. Si por el calor desprendido, el
agua del baño se calienta, esta debe ser renovada.
7. Finalizada la adición del ácido, deje el matraz aforado sumergido en el agua durante
unos minutos. Si el agua del baño se mantiene muy caliente, sustitúyala por agua fría
nuevamente.
8. Agregue agua hasta unos centímetros por debajo de la marca de enrase y agite
después de cada adición para uniformar la concentración de la disolución.
9. Agregue agua con un gotero o una pipeta hasta que la parte inferior de la superficie
cóncava (menisco) sea tangente a la marca de enrase. El enrase se hará a temperatura
ambiente.
10. Tape el matraz aforado e inviértalo varias veces, para hacer uniforme la
concentración de la disolución.
3. Si el frasco no está seco, enjuáguelo dos o tres veces con la disolución que va a
contener y escúrralo bien después de cada enjuague. Aun cuando el frasco parezca seco,
enjuáguelo aunque sea una vez con la disolución. A esta operación también se le
denomina endulzar.
4. Tape el frasco con un tapón de goma, en el caso de que la disolución que se vaya a
guardar sea alcalina.
6. Agite bien antes de usar la disolución que se envasó en el frasco de reactivo, para
mezclar el agua condensada en la parte superior del frasco en el resto del líquido.
92
Educación y Sociedad Vol. 13 No. 1, Enero-Abril de 2015
Conclusiones
Referencias bibliográficas
93
Educación y Sociedad Vol. 13 No. 1, Enero-Abril de 2015
94