Tundra (CARACTERISTICAS)

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Tundra; Clima, fauna, flora y sus

características
Explicamos los biomas tundra. Aprende los diferentes tipos, su fauna, flora
y vegetación, o su estructura de árboles y arbustos. Un bioma frío que
esconde vida!

El bioma tundra
El ecosistema terrestre de la tundra es uno de los biomas más fríos sobre
el planeta, lo que se deduce desde el concepto de su nombre que en
realidad significa llanura sin árboles. El biomas tundra es muy frío!

Podemos decir que es prácticamente un desierto polar cuyas características


principales son un clima sumamente frío, pocas precipitaciones, fuertes
vientos, suelo bastante pobre en nutrientes, una baja diversidad biológica,
la vegetación de estructura sencilla y baja donde las estaciones de
crecimiento son cortas. El paisaje de la tundra es en realidad una capa de
hielo y nieve qué cubre la mayor parte del terreno, suelos y monte.

¿Dónde se ubica la tundra?


Los territorios de la tundra se ubican en las regiones
polares y latitudes altas, principalmente en el
hemisferio norte del planeta, y abarca regiones como
Alaska, Siberia, Islandia, la parte sur de Groenlandia,
en Europa la parte Norte incluyendo Rusia y
Escandinavia, el norte de Canadá, el norte de la Antártida, las zonas altas
entre Chile y Argentina, diferentes islas subantárticas. Las cimas también
posee este bioma debido a esa escasez de precipitaciones, el clima frío y a
unos vientos fuertes.

Mapa de los tipos de tundra según formación vegetal y su


ubicación:
Tipos de tundra
La clasificación de la tundra se establece en tres grandes zonas o regiones:

1. Tundra Ártica
2. Tundra alpina
3. La tundra Antártica

1.- Tundra Ártica


Podemos geolocalizarla en el hemisferio Norte debajo de las capas de hielo
ártico, y se extiende a lo largo y ancho de un territorio inhóspito hasta los
límites de esos bosques de coníferas definidos por la taiga. Sobre un mapa
sería la mitad de Canadá y buena parte de Alaska.

En la mayoría de casos podemos encontrar una capa de subsuelo


permanentemente congelado denominada comúnmente permafrost, que
consiste principalmente material más fino. Cuando el agua satura la
superficie superior, pueden formarse turberas y estanques, proporcionando
humedad a las plantas.

No hay sistemas de raíces


profundas en la vegetación de la
tundra ártica, sin embargo,
todavía hay una gran variedad
de plantas que son capaces de resistir el clima frío; arbustos bajos,
musgos, juncias, hepáticas y gramíneas…etc.

Los animales se adaptan para soportar inviernos largos y fríos y para


reproducirse y criar rápidamente en verano. Animales como mamíferos y
aves también tienen aislamiento adicional de la grasa. Muchos animales
hibernan durante el invierno porque la comida no es abundante. Otra
alternativa es migrar hacia el sur en invierno, como lo hacen las aves.

Los reptiles y anfibios son pocos o están ausentes debido a las


temperaturas extremadamente frías. Debido a la constante inmigración y
emigración, la población oscila continuamente.

2.- Tundra alpina


Se ubica en las montañas de cualquier parte de la Tierra, sobre alturas
importantes a nivel del mar donde ya no crece ningún tipo de árbol.

La temporada de crecimiento es de aproximadamente unos 180 días. La


temperatura nocturna suele estar por debajo del punto de congelación. A
diferencia de la tundra ártica, el suelo en los Alpes está bien drenado.

Las plantas son muy similares a las del ártico e incluyen hierbas como
gramíneas, arbustos de hojas pequeñas y brezales, árboles enanos. Los
animales que viven en la tundra alpina también están bien adaptados:
mamíferos como marmotas, cabras montesas, ovejas, aves con pelaje
resistente al frio e insectos como por ejemplo los escarabajos, saltamontes,
mariposas.

3.- Tundra Antártica


Es uno de los ecosistemas tundra menos comunes. Lo podemos observar
en las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur que son territorio británico
y en algunas islas de kerguelen.

Cuál es el clima de la tundra


Debido a su altitud y la proximidad a los polos, el clima de la tundra se
mantendrá bajo cero durante la mayor parte de todas las estaciones del
año, alrededor de 6 a 10 meses.
Recordemos que elementos no vivos; por ejemplo el suelo o la tierra, las
montañas, el agua, la atmósfera…etc, se llama biotopo y es interesante su
estudio.

A modo general, los inviernos en la tundra son largos, oscuros,


extremadamente fríos y secos, incluso en algunas zonas pueden llegar
hasta menos 70 grados centígrados. Aunque la mayoría del año la
superficie del suelo está nevada, en verano bajan las temperaturas donde
aparecerán algunas precipitaciones ligeras en forma de nieve.

Ejemplo clima en el
paisaje de
Groenlandia – Vía
educaplus
En zonas extremas,
la temperatura
promedio es de -12
a menos 6 grados
centígrados. En
invierno pueden
llegar a los 34
grados centímetros
y en verano suelen
alcanzar los -3 ºC.

Si hablamos de
zonas altas o
cumbres de
montaña, en verano pueden llegar a alcanzar los 10 grados centígrados,
pero en las noches se defiende varios grados bajo cero.

Flora de la tundra
A temperaturas tan bajas la tundra no dispone de árboles pero si
tienen plantas de dimensiones bajas y hasta unas 400 especies de
diferente vegetación con flores.

Por las condiciones climatológicas y las pocas precipitaciones existe una


falta de elementos orgánicos en descomposición que al final son nutrientes
que alimentan la vegetación, así que esta la podemos encontrar más bien
dispersa en el paisaje.
Ejemplos
de
plantas
Estamos
en un

ecosistema frío, áspero y seco. Con zonas cubiertas de nieve durante todos
los meses excepto unos pocos, con vientos fuertes, incluso en verano. El
suelo es escaso, y las plantas que crecen en la tundra se aferran a la vida
con una serie de adaptaciones importantes que incluyen el tamaño, los
tallos pilosos y la capacidad de crecer y florecer rápidamente en veranos
cortos.

Algunas plantas crecen con muy poca o ninguna tierra. En verano, está
inundada de diminutas flores alpinas que florecen en abundancia; el paisaje
es verde y exuberante con musgo, líquenes, juncias, hierbas y arbustos
enanos.
Aproximadamente en la tundra ártica existen alrededor de 1700 especies
de diferentes plantas que incluyen hepáticas y pastos. La mayoría es
vegetación es en formato de musgo, de dimensiones reducidas que
soportan mejor los fuertes vientos y entre las rocas para protegerse de las
nevadas que encontramos en la estación de frió.

A lo largo de este bioma también podemos encontrar algunos arbustos


enanos, las juncias, los brezales o diferentes líquenes.

Vegetación general
Las plantas son pequeñas, generalmente de menos de 20 centímetros de
altura, por cuatro razones principales y característicos de estas regiones:

 El suelo carece de los nutrientes.


 La corta estatura de las plantas les ayuda a absorber el calor del
suelo oscuro, lo que ayuda a evitar que se congelen.
 Las plantas más pequeñas están más protegidas del frío y los
vientos. Las raíces también son cortas y crecen lateralmente, ya
que no pueden penetrar el permafrost.
 Estas plantas tienden a crecer en grupos; el aglomeramiento
ofrece protección contra el frío y contra las partículas de hielo y
nieve impulsadas por el viento. 
La vegeta
ción de la
tundra est
á
integrada
por
líquenes,
cárices,
musgos,
hierbas
perennes y
arbustos
enanos

(frecuentemente con muchos brezos, pero también sauces y abedules). Las


características más comunes son:

 Cubiertas vegetal normalmente discontinua, debido a la irregular


distribución de la humedad y a un microrrelieve complicado.
 Gran diferenciación latitudinal, con un empobrecimiento progresivo
a medida que aumenta la latitud en las montañas.
 La composición de la tundra meridional:
o Las gramíneas en macizos espesos (tussock).
o Las matas almohadilladas, frecuentes matas
siempreverdes de la familia ericáceas, resistencia al
viento.
o Las plantas en roseta.
o Los arbustos enanos, algunos caducifolios.
 La mayoría de plantas perennes (99%) y de tipo hemicriptófito, ya
que las anuales en años fríos no pueden completar ciclo vital.
 Abundancia de plantas perennifolias que reinician su actividad al
comenzar la fusión de las nieves sin perder tiempo en regenerar
las hojas (Dryas octopetala, Andromeda polifolia, D.
punctata, Ledum palustre, D. integrifolia,  Vaccinium vitis-idaea).
 Normalmente, frecuente floración temprana, gracias a la
formación de las yemas florales en el verano anterior.
 Muchas de las plantas tienen hojas rojo oscuras, lo que les permite
absorber más calor del sol en momentos de escasez.
 Formas almohadilladas dado que están mejor protegidas del frío.
 Frecuentes rizomas subsuperficiales (menos de 20 cm de
profundidad) para resistir el frío.
 Producción masiva de yemas para asegurar que algunas permitan
el rebrote tras los fríos.

Recordemos que las interacciones entre los seres vivos dentro de este


ecosistema se llama biocenosis y es interesante su estudio.

Fauna de la tundra
Teniendo en cuenta la climatología de las tundras los animales han ido
evolucionando hacia una adaptación de un clima duro y frío. Están
protegidos por capas gruesas de grasa debajo de su piel con un pelaje
largo y
tupido.
En
algunos casos disponen de un pelaje de color blanco con la intención de
camuflarse en la nieve y poder huir de sus depredadores. Los animales en
la tundra más comunes que podemos encontrar pueden ser la liebre,
lobos, el zorro ártico, halcones, osos polares, renos, caribúes, bueyes
almizcleros, diferentes especies de aves. En los litorales o cerca del mar
podemos encontrar lobos marinos o diferentes tipos de focas.

La región artico
El Ártico, amplia región comprendida en torno al Polo Norte, es la zona más septentrional de
la Tierra. Los territorios árticos, ricos en recursos naturales, cuentan con poblaciones
humanas que han logrado adaptarse a la rigurosidad del clima y desarrollado una cultura que
figura entre las más singulares del planeta.
Al contrario que la Antártida, el Ártico no constituye un continente, dado que en su mayor parte
está formado por aguas oceánicas heladas permanentemente. Su dominio bioclimático se
extiende, no obstante, al conjunto de las tierras continentales emergidas y los archipiélagos
que delimitan geográficamente esta región.

Medio físico
La región del Ártico se extiende sobre el casquete polar del norte del planeta y las tierras
adyacentes. Sus límites son algo imprecisos, dependiendo de la convención que se adopte. Si
se consideran las tierras y aguas situadas al norte de la línea isotérmica de 10 °C
(temperatura máxima anual) en el mes de julio, la región abarca territorios del norte de Alaska
(Estados Unidos) y de Canadá, así como las islas de Groenlandia (Dinamarca) e Islandia, la
isla noruega de Jan Mayen, el archipiélago también noruego de Svalbard, y la franja más
septentrional de Escandinavia y de Rusia (incluidos varios archipiélagos, con islas de gran
tamaño, como los de Nueva
Zembla y Nueva Siberia). Esa
línea isotérmica coincide
aproximadamente con el círculo
polar ártico.

Mapa físico del Ártico.

El estrecho de Bering separa el


territorio americano de Alaska
del asiático de Siberia. Al norte
se halla el mar de Chukots. El
nordeste de Canadá está
salpicado de numerosas islas
que se alzan entre el continente
americano y Groenlandia, la
mayor de las cuales es la Tierra
de Baffin. Ésta se encuentra
separada de Groenlandia por las aguas del mar de Baffin.
Las tierras árticas están bañadas por el océano Glaciar Ártico, buena parte de las cuales
permanecen heladas casi todo el año. Sólo la masa acuática más cercana al Polo Norte está
helada permanentemente, aunque los hielos se están reduciendo de manera progresiva como
consecuencia del cambio climático sufrido por la Tierra. El hielo de la zona central del
casquete polar ártico tiene actualmente unos tres metros de espesor.
Es frecuente la formación de icebergs en la zona atlántica del Ártico. Los icebergs son bloques
de hielo desgajados de los glaciares continentales del oeste de Groenlandia (aquí se localiza
la mayor masa de hielo terrestre del planeta, tras la de la Antártida) y el extremo nororiental de
Canadá. Estas masas de hielo, que tras desprenderse flotan a la deriva por el Atlántico norte,
representan un grave peligro para la navegación. Como hecho ejemplar, el hundimiento del
Titanic en 1912 fue consecuencia de su choque con un iceberg.
La geología del Ártico está marcada por la presencia de tres antiguos escudos continentales
compuestos principalmente de granito y gneis: el escudo ruso-báltico-escandinavo, el de
Angará (plataforma siberiana) y el canadiense. Este último comprende casi todo el Ártico de
Canadá. Vastas planicies
costeras recorren la
mayor parte del norte
ruso, así como el oeste
de Alaska y el noroeste
de Canadá.

El territorio ártico no sólo


comprende el casquete polar
sino todas aquellas tierras
cuya temperatura máxima
anual no sobrepase los 10 °C.
Los montes Brooks (en la
imagen), forman dicho límite
en la península de Alaska.

Las montañas se levantan


al este del Ártico canadiense, particularmente en la Tierra de Baffin, además de en el litoral
groenlandés, en Islandia, al noroeste de Escandinavia, en el extremo nororiental de Siberia y
al nordeste y en el interior de Alaska. En este último territorio se halla la mayor altura de
Norteamérica, el monte McKinley (6.194 m). Entre los principales cursos fluviales que riegan
las tierras árticas pueden señalarse los americanos McKenzie y Yukón y los siberianos Obi,
Yeniséi y Lena.

Clima, flora y fauna


Hay que distinguir entre las zonas septentrionales de clima estrictamente polar y las
meridionales de tundra. En las primeras, las temperaturas son muy bajas durante todo el año,
oscilando en invierno en torno a los –25 °C (aunque hay lugares en los que el termómetro
desciende por debajo de los –50 °C). La estación estival es muy corta. Las lluvias son
escasas, y siempre en forma de nieve.
La aurora boreal, fenómeno atmosférico asociado al efecto de los campos magnéticos, es un
hermoso espectáculo lumínico propio de estas latitudes tan septentrionales. Otro singular
fenómeno atmosférico es el llamado sol de medianoche, que se aprecia mejor cuanto más al
norte: en el Polo Norte, el sol no se pone a lo largo de seis meses, de modo que hay luz
nocturna. La otra cara del sol de medianoche se da los otros seis meses del año, cuando la
oscuridad reina las 24 horas del día.
En las zonas árticas se disfruta de uno de los más bellos fenómenos ópticos de la naturaleza: la aurora boreal
(en la imagen). Los efectos lumínicos están causados por el efecto de los campos magnéticos.

En las zonas de tundra,


las temperaturas son
también muy frías,
aunque más templadas
que en las regiones de
hielos perpetuos: la
temperatura media es
de unos –10 °C, y en
verano se alcanzan los
10 °C. Las
precipitaciones son
igualmente escasas, y
en general en forma de
nieve.
El suelo de la tundra, o
permafrost, permanece
helado durante diez
meses del año. Sólo en
los dos meses
estivales, coincidiendo
con el deshielo, salen a la superficie líquenes, musgos, juncos, gramíneas, etc. El deshielo
trae consigo la formación de zonas pantanosas, dada la escasa permeabilidad del suelo, lo
que favorece la proliferación de insectos. Esto último atrae a numerosas aves migratorias,
como ánsares, grullas y cisnes, que ponen allí sus nidos.
Entre los principales mamíferos terrestres de la tundra figuran la liebre ártica, el reno, el zorro
ártico y el oso polar. En cuanto a los mamíferos acuáticos, cabe señalar la presencia de focas
y nutrias, entre otros.
En las masas de hielo más septentrionales no existe vegetación alguna, pero sí encuentran
asiento algunos animales adaptados al frío extremo como los osos polares y las focas. Éstos
pueden soportar
temperaturas muy bajas
gracias al aislamiento
térmico que les
proporciona la gruesa
capa de grasa que tienen
bajo la piel.

Las focas y otros mamíferos


marinos se cuentan entre los
escasos animales de cierto
tamaño que habitan las
regiones árticas. Sus únicos
depredadores son el oso polar
y la orca.
Las focas y otros mamíferos marinos se
cuentan entre los escasos animales de
cierto tamaño que habitan las regiones
árticas. Sus únicos depredadores son el
oso polar y la orca.

Las focas y otros mamíferos


marinos se cuentan entre los
escasos animales de cierto
tamaño que habitan las
regiones árticas. Sus únicos
depredadores son el oso polar
y la orca.

En cuanto a las aves,


cabe apuntar al petrel y al
frailecillo. En las aguas del
Ártico viven, además de
focas, otros mamíferos
marinos como morsas y
ballenas. A todos ellos hay
que añadir numerosas
especies de peces, como
el bacalao y el salmón,
especialmente abundantes en las aguas costeras. El océano Glaciar Ártico alberga asimismo
numerosas colonias de invertebrados.

El hombre y el medio
Pese a las adversas condiciones climáticas del Ártico, varios grupos humanos llevan miles de
años habitando en su entorno. Estas comunidades humanas están integradas sobre todo por
los inuit (antes llamados esquimales), los lapones y los pueblos siberianos. Los primeros se
extienden por Alaska, Canadá y Groenlandia.
Los aleutianos, que habitan en las islas Aleutianas, al sur del mar de Bering, están
emparentados con los inuit. Los lapones, por su parte, habitan al norte de Escandinavia. En el
extremo norte de la Rusia europea viven los komis, emparentados con lapones y otros
pueblos ugrofineses. Entre los pueblos siberianos, que se extienden por las costas árticas de
la Rusia asiática, se encuentran los samoyedos, los tunguses, los yakutios, etcétera.
El cristianismo y el chamanismo son las religiones más extendidas por la región. Los distintos
dialectos inuit pertenecientes a la familia lingüística esquimal-aleutiana y el lapón, junto con
las lenguas uraloaltaicas del extremo norte de Siberia, son los idiomas más hablados en el
Ártico. A ellos hay que sumar otras lenguas foráneas como el inglés, el ruso y los idiomas
escandinavos.
La densidad de población es muy baja en esta región. En Groenlandia y en las zonas árticas
de Alaska y Canadá apenas hay ciudades de más de diez mil habitantes. En Escandinavia y
en Rusia hay urbes de cierto tamaño, como es el caso de la noruega Tromso, de la capital
islandesa Reykiavik y de las ciudades rusas de Murmansk y Norilsk.

El Ártico cuenta con una


densidad de población muy
baja y las poblaciones, salvo
contadas excepciones,
alcanzan los 10.000
habitantes. Un ejemplo de ello
es la localidad groenlandesa
de Jakobshavn (en la foto),
con 4.533 habitantes.

La caza y la pesca han


representado durante
muchos siglos el sustento
de la mayoría de las
poblaciones del Ártico.
Los osos polares y las
focas han supuesto una
importante fuente de
carne, de grasa y de pieles para los grupos humanos de la región. Los esquimales han
desarrollado herramientas de caza como los arpones, originales medios de transporte como el
kayak y prendas de abrigo como la parka y el anorak.
El iglú, morada de hielo para pasar el invierno a resguardo de las tempestades, es otra
invención esquimal o inuit. Por otra parte, la domesticación del husky siberiano fue obra de los
chukchis del nordeste de Siberia, quienes se destacaron como los primeros en emplearlos
para tirar de los trineos. Esta raza canina fue introducida a principios del siglo xx en Alaska,
donde la similitud de las condiciones climáticas le permitió adaptarse a la perfección a las
tierras del extremo norte americano.
En la sociedad inuit tradicional existía una rígida división del trabajo. Los hombres se
encargaban de la caza y de la pesca como consecuencia de dicho reparto de tareas, mientras
que las mujeres tenían encomendado el cuidado de los niños, la preparación de los alimentos
y la limpieza de las tiendas o los iglúes. Uno de los rasgos más singulares de la cultura inuit se
refiere a sus costumbres conyugales: eran frecuentes la poligamia y el divorcio, así como la
hospitalidad sexual (el ofrecimiento al visitante, por cortesía, de la propia esposa).
La estructura familiar es muy flexible. A veces se incluyen en la familia sólo los progenitores y
sus hijos, pero no es raro que también formen parte de la unidad familiar los abuelos o
suegros e incluso niños adoptados. También se dan casos de varias unidades familiares que
comparten cobijo y recursos. En general, existe un fuerte sentimiento comunitario que lleva a
compartir los alimentos entre todos los componentes del grupo. No existe el concepto de
propiedad privada de la tierra o de los animales.
La convivencia entre los inuit y otros pueblos vecinos, así como entre los propios esquimales,
nunca ha estado libre de tensiones. Prácticas como las venganzas de sangre y el infanticidio
han pervivido hasta tiempos relativamente recientes. Muchas de estas costumbres ancestrales
han experimentado fuertes cambios con la influencia en las últimas décadas de las culturas
circundantes. Ello no ha sido un obstáculo para el resurgimiento del sentimiento nacionalista
inuit, que ha llevado a la creación de un territorio autónomo dentro de la federación
canadiense: Nunavut, con competencias reconocidas en ciertas materias como la educación.

Los inuit, también


llamados esquimales,
están distribuidos por la
franja ártica de Canadá,
Siberia y Groenlandia. En
la imagen, una mujer
esquimal y su hija pescan
en el congelado estrecho
de Bering.

La actual economía
ártica se funda en la
explotación de
recursos naturales
como el petróleo y el
gas natural. Existen
también yacimientos
minerales de hierro,
plomo, níquel, cinc,
uranio, criolita y estaño. A ello hay que añadir la ganadería de subsistencia desarrollada por
las poblaciones nativas, la actividad pesquera y la caza de focas.
La ganadería consiste sobre todo en el pastoreo de renos, practicado sobre todo en el norte
de Escandinavia y de Rusia (algo menos en Alaska, Canadá y Groenlandia). En Islandia y al
sudoeste de Groenlandia viven rebaños de ovejas que representan una notable fuente de
leche para las comunidades locales.
Buena parte de la pesca (tanto marítima como fluvial y lacustre) y de la caza realizadas por los
pueblos nativos del Ártico sigue siendo de subsistencia. Existen grandes bancos de bacalao y
de camarón frente a las costas occidentales de Groenlandia. Los principales puertos de la
región son los de Murmansk (Rusia), Churchill (Canadá) y Prudhoe Bay (Estados Unidos).
El sector turístico es casi inexistente, aunque hay un creciente interés de la industria turística
por promover algunos destinos de la región. El potencial turístico del Ártico, atendiendo a su
exotismo y a la espectacularidad de su naturaleza y vida salvaje, puede ser muy notable.
Tal como se indicó anteriormente, el progresivo calentamiento de la Tierra está creando un
grave problema en las regiones árticas, donde el espesor del hielo del casquete polar
experimenta un adelgazamiento cada vez mayor. La línea de hielos perpetuos ha retrocedido
en los últimos decenios, lo que ha llevado a la comunidad científica a alertar acerca de la
posible desaparición del casquete polar en un futuro no muy lejano.
La conversión de las masas de hielo marinas en líquido elemento no traería consigo un
aumento del nivel de las aguas. El problema estriba, al igual que en la Antártida, en el posible
deshielo de los glaciares continentales del oeste de Groenlandia y el nordeste de Canadá, lo
cual supondría una subida del nivel de las aguas marinas en todo el planeta.
Desde el punto de vista económico, el retroceso de los hielos árticos podría favorecer,
paradójicamente, el desarrollo de la región, ya que permitiría la apertura de nuevas rutas
permanentes para la navegación. El transporte marítimo de mercancías entre Norteamérica y
el norte de Eurasia, surcando aguas que en la actualidad son casi impracticables por estar
heladas, daría un gran impulso al comercio internacional.
Varias zonas marítimas del Ártico son objeto de disputa entre los distintos estados de la zona,
en particular entre Canadá y los Estados Unidos. La gran riqueza en hidrocarburos y
minerales del extremo septentrional de la Tierra, junto a las nuevas posibilidades comerciales
abiertas por el progresivo deshielo, han aumentado la rivalidad por su control.

Antártida

Imagen de buques oceanográficos en la


Antártida

La Antártida es el continente que


cubre el polo sur de la Tierra. Su
nombre proviene de las palabras
griegas anti, “contra”,
y arkte, “osa”, puesto que se
ubica en el hemisferio sur, desde
el que no se divisa la Osa
Mayor. El continente se halla
rodeado por el océano Glacial
Ártico, el cual se trata en
realidad de la unión de los
extremos meridionales de los
océanos Pacífico, Atlántico e
Índico. Gran parte de sus aguas se encuentran congeladas debido a las extremas
temperaturas reinantes y forman la
llamada banquisa antártica, la cual
alcanza en invierno los 50º de latitud
sur. El acceso al continente resulta
complicado debido a tal banquisa y a la
presencia de icebergs. El continente
americano dista unos 1.000 km de la Antártida; Nueva Zelanda, 2.200 km; y África, 3.600
km.
Medio físico
Foto satelital de Antártida.
La superficie del continente es de alrededor de 14.200.000 kilómetros cuadrados,
incluyendo las barreras de hielo y las islas cercanas. La Antártida posee forma
aproximadamente redondeada, en la que destacan dos grandes bahías, ocupadas por los
mares de Ross y Weddell, y por la estrecha y alargada península Antártica, que apunta
hacia el extremo sur del continente americano. Estos tres accidentes se ubican en la mitad
occidental del continente. Tal mitad posee menor tamaño que la oriental y abarca a su vez
una serie de islas próximas. Por su parte, la mitad oriental constituye una gran meseta,
maciza y provista de notable altura. Entre las islas que forman parte de la Antártida se
encuentran: al sur y sudeste de América, las islas Alejandro I y Belgrano, las Shetland del
Sur, las Orcadas del Sur y la isla de Berkner; en el Atlántico meridional, la isla Bouvet; en
el Índico meridional, las islas del Príncipe Eduardo, Crozet y Kerguelen; y al sur de
Australia, las islas Macquarie, Campbell, Balleny y Roosevelt.

Mapa de la provincia de Tierra del Fuego,


Antártida e Islas del Atlántico Sur. ©IGM

La mayor parte del territorio de la


Antártida está cubierto por un
inmenso casquete polar o inlandsis,
con un volumen estimado de treinta
millones de metros cúbicos y un
espesor medio de dos mil metros,
aunque en el sector oriental del
continente alcanza los tres mil
quinientos metros. Entre las
formaciones montañosas destacan,
en el sector oriental, la cordillera
Transartártica y los montes
Gamburstey, accidentes que
incluyen cimas por encima de los
4.000 m de altura; y en el sector
occidental, las cordilleras Executive
Committee y Eternity, además de la
cima más elevada del continente, el
monte Vinson, de 5.140 m de altura.
El clima de la Antártida es
excepcionalmente frío y seco. Las
temperaturas no superan los 0º en
ningún momento del año. Las
únicas excepciones se dan en la península Antártica, donde se alcanzan en verano los 15 ºC,
y en algunas islas con clima de tundra. En las zonas del interior la temperatura ronda en
invierno los -70 ºC, mientras que en verano asciende hasta los -20 ºC. En la costa los
valores son algo más suaves: -30 ºC en invierno y 0 ºC en verano. El frío extremo dificulta
la presencia de humedad en la atmósfera, a la vez que ocasiona un centro de altas presiones
permanente sobre la Antártida. En consecuencia las precipitaciones son escasas; 50 mm
anuales en el interior y unos 500 mm en la costa, y casi siempre en forma de nieve. Son
frecuentes las ventiscas de nieve provocadas por los fuertes vientos que barren el
continente.

Población y economía
La Antártida es un continente deshabitado, con la salvedad de los equipos de científicos y
militares que ocupan las cerca de cien bases existentes en la zona, pertenecientes a unos
veinte países. Tal contingente es de unas mil personas en invierno, valor que asciende hasta
las diez mil en verano. Es reseñable también la presencia de turistas que acuden al lugar,
llamados por la espectacularidad de sus paisajes.
Tras la firma del tratado Antártico en 1959, las actividades económicas de cualquier país en
la Antártida se hallan sometidas a control internacional. El motivo es evitar desastres
ecológicos como los acaecidos en el pasado, entre ellos la caza indiscriminada de focas. La
lejanía de los centros de comercialización, las extremas condiciones climáticas y el gran
espesor de hielo que cubre el continente dificultan de forma excepcional la explotación de
sus recursos naturales. Se estima que bajo el hielo de la Antártida se esconden importantes
reservas de oro, platino y cobre.

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