Ensayo de El Politico y El Cientifico

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Ensayo:

“El Político y el científico” de Max Weber

Podemos entender mediante esta tesis planteada por Max Weber en su libro El Político y el
científico en relación a la formación estructural de la política en el Perú y que en ella residen
dos concepciones de las cuales por un lado se encuentran los juegos y sustentos de la política, y
por otro lado la vocación de la ciencia, la relación entre la política y la ciencia, las diferencias
que enmarcan sus alcances, las distintas pero a la vez semejantes personalidades, la visión desde
el político y la observación y análisis de quienes, con base en ciencia, forjan un criterio de
opinión. Además de tomar en cuenta como es que la política es utilizada como un medio para
crear organizaciones criminales mediante lobbys y el clientelismo. En una parte de la lectura
nos dice que la dirección de un Estado o de un Partido por gentes que, en el sentido económico,
viven para la política y no de la política, significa necesariamente un reclutamiento
“plutocrático” de las capas políticamente dirigentes. Esta afirmación no implica naturalmente,
su inversa.

Esta concepción la podemos traducir como aquella situación de la política como vocación o
aprovechamiento y mal uso del poder.

Y es así, vemos a políticos que atrás de sus discursos e imagen aparece su ambición por
engrandecer un sentimiento de prestigio, justificando en cada momento la legitimidad sobre su
participación, sobre su dominio, existe un aspecto psicológico detrás de las personalidades
políticas, o una línea fronteriza que separa de manera radical el político por vocación y el
político por ambición.

Para poder explicar esto es preciso enmarcar la diferencia que nos da a entender Weber donde
nos menciona que existen tres clases de políticos: el político ocasional, el semiprofesional y el
profesional: el primero es que ejerce la política esporádicamente en el tiempo, ya sea para
realizar votaciones, aplaudir o pifiar en manifestaciones políticas, son aquellos espectadores
ubicados desde la tribuna sobre el acontecer político, pero que jamás se relacionan a un partido,
por el contrario lo denigran, al igual que a la casta política, ya sea por prejuicios o por buenas
razones, pero se sea cual sea su posición, la política seguirá existiendo, siempre unos quieran
gobernar a otros.

El político semi profesional es aquel que se dedica una parte de su tiempo (part time) en la
política, ya sea como dirigentes, directivos de asociaciones o periodistas que cuentan con
medios materiales y recursos humano para para llevar a cabo alguna protesta, reclamo o
influencia en la prensa, a que podría estar los miembros activos de la asociaciones civiles y de
los partidos, sin embargo su participación es parcial en la política, porque sus ingresos
económico o formas de ganarse la vida proceden de otras fuentes distintas al de la política.

El político profesional es aquel que dedica a tiempo completo “full time” en los quehaceres
políticos, ya que tiene un instinto supremo de poder, y es además poseedor de tres caracteriza
que los distingue de los anteriores: pasión, mesura, y sentido de responsabilidad: todo político
profesional es apasionado, en defender sus ideales o posturas, este en lo correcto o no, jamás
impedirá aceptar lo contrario a sus razones, de cierta manera esta parcializado de la verdad, y
ello lo convierte en un demagogo, y que mejor evidencia para verlo en sus discurso oral o
escrito, es su vocación esta actividad.

Weber plantea un análisis sobre la ciencia como vocación desde un enfoque de enseñanza y su
relación con la conformación de criterios individuales, ideas propias con impacto social.

En el Perú existe un amplio movimiento de manifestaciones de dirigentes o líderes de todo


gremio social o e comunidades indígenas con enfoques políticos que refuerzan sus líderes
gremiales y que han llegado a calar en la conciencia popular, pues la política es una herramienta
fundamental de cada pueblo para luchar por las causas justas y defender los intereses que nos
corresponden por derecho. Aun así, persisten en nuestro País personajes ajenos a la política
como servicio que llegan al poder con graves vacíos de autenticidad e idealismo político. Es
pues importante recalcar que en la política peruana se nos presenta como un paisaje poblado de
flores marchitas, sin vida. Hace mucho que política y reflexión se han divorciado. Los viejos
ideólogos y los hombres de solidas convicciones y acciones, entregados al servicio de grandes
ideales, han sido reemplazados por una camarilla de bribones, enanos intelectuales, eunucos de
la política, que solo ven en ella un medio para beneficiarse económicamente.

La política, inundada por esta pequeña corte plebeya, ha abandonado el rol que cumpliera en
otros tiempos: anunciarnos una nueva sociedad más justa y progresista. Ahora, por el contrario,
la política luce alejada de los ideales más acariciados por las grandes mayorías nacionales:
progreso, bienestar e igualdad. La política peruana, actualmente, es una actividad que congrega
a mercenarios, oportunistas, hambrientos por obtener los beneficios que el poder otorga.

En nuestro país debería de fomentarse las herramientas base para que de manera personal la
ciudadanía pueda forjarse un análisis o un criterio acerca de una postura con base en elementos
como honradez y lógica en relación a la política pues Weber nos menciona que el error del
común de las personas es creer que la política es ajena a todo actor social
Por ello creo que lejos de los descubrimientos y revelaciones que en antaño promovió la ciencia,
hoy su papel se dirige principalmente a la toma de conciencia y conocimiento basados en la
razón y el entendimiento de hechos.

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