Aparato Digestivo

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APARATO DIGESTIVO

El aparato digestivo es el conjunto de órganos encargados del proceso de la digestión,


es decir, la transformación de los alimentos para que puedan ser absorbidos y
utilizados por las células del organismo.1 Las funciones que realiza son: transporte de
alimentos, secreción de jugos digestivos, absorción de nutrientes y excreción mediante
el proceso de defecación. El proceso de la digestión consiste en transmitir
Estás sentado a la hora de comer, disfrutando de tu pizza, tu pollo a la brasa y tu
naranja. Después de devorar todos estos manjares, rematas la faena con un vaso de
leche, te limpias la boca y te diriges hacia la siguiente clase. Dentro de unos minutos
estarás pensado en tu ciudad preferida o tu trabajo de ciencias. Te habrás olvidado
completamente de lo que acabas de comer. Pero todavía lo tendrás en el estómago
-¡una especie de experimento científico que ocurre constantemente!

Tu aparato digestivo empezó a trabajar incluso antes de que hincaras el diente a la


pizza. Y seguirá ocupado digiriendo tu comida recién masticada durante las próximas
horas – o a veces días, en función de lo que hayas comido. Este proceso,
denominado digestión, permite que tu cuerpo obtenga los nutrientes y la energía
que necesita a partir de lo que comes. Ahora vamos a averiguar qué está ocurriendo
con tu pizza, tu pollo, tu naranja y tu leche.

los glúcidos, lípidos y proteínas contenidos en los alimentos en unidades más sencillas,


gracias a las enzimas digestivas, para que puedan ser absorbidos y transportados por
la sangre

Se conoce como sistema digestivo o aparato digestivo al conjunto de órganos y de


conductos que  tanto en el cuerpo del ser humano como en el de muchos animales
superiores.

La digestión es el nombre que recibe este proceso, en el cual  energía y los


nutrientes indispensables para el sostén y desarrollo de la vida. Esto implica la
reducción de la materia orgánica consumida a sus partes más elementales
aprovechables, y la expulsión del organismo del material restante.

El proceso funcional del aparato digestivo en resumen ocurre de la siguiente manera;


primero se realiza la ingestión, que es cuando el alimento se coloca en la boca, y lo
fragmenta en pedazos o trozos, esto con la finalidad de que sea, más fácilmente
ingerido, posteriormente a esto, se da un proceso de impulsión (peristalsis), para que
los alimentos, puedan ser procesados y llevados por los diferentes órganos digestivos,
interconectados mediante periltasis, es decir, mediante movimientos musculares de
contracción y relajación; posteriormente, se realizará la descomposición de los
alimentos o digestión mediante la fragmentación en el estómago, una vez hecho esto
pasa al intestino delgado que es en realidad, donde se segmenta y se absorben las
sustancias, por las paredes, para llevarlas a la sangre; los residuos restantes, que no
fueron utilizados son excretados a través del conducto anal.
Los alimentos después de ser ingeridos y triturados por los dientes con la ayuda de la
saliva producida por las glándulas salivares, forman un bolo alimenticio y pasan por el
esófago en su camino hacia el estómago gracias al movimiento peristáltico. Una vez en
el estómago, se inicia el proceso de digestión facilitado por el ácido clorhídrico
secretado por las células parietales del estómago y las enzimas digestivas.
Posteriormente pasan al intestino delgado, donde continúa la degradación química de
los alimentos y tiene lugar la absorción de agua y nutrientes que son transportados
hacia la sangre y la linfa. Al alcanzar el intestino grueso se acumulan las sustancias de
desecho que forman las heces, las cuales se expulsan al exterior a través del ano. 7
El tubo digestivo es la principal superficie de intercambio entre el medio externo y el
interno en los animales vertebrados. En un hombre adulto medio la superficie total de
la mucosa gastrointestinal desplegando las microvellosidades intestinales es de
alrededor de 350 metros cuadrados. Gracias al tubo digestivo el individuo puede
realizar el proceso de nutrición mediante la digestión y absorción de los nutrientes
contenidos en los alimentos, pero no es menos importante su función de defensa,
pues dispone de sistemas de reconocimiento y rechazo de agentes o sustancias
extrañas procedentes del mundo exterior.8
El intestino posee en su interior una capa de células que forman una barrera. Su misión
es, además de digerir sustancias, actuar defendiendo al organismo del enemigo
exterior del ambiente (sustancias que ingerimos y microorganismos presentes en el
intestino). Esto lo logra manteniendo cerradas las uniones estrechas intercelulares,
para impedir el acceso descontrolado de sustancias, toxinas, químicos,
microorganismos y macromoléculas, que de lo contrario podrían pasar al torrente
sanguíneo. Actualmente, se sabe que las uniones estrechas, anteriormente
consideradas como estructuras estáticas, son en realidad dinámicas y se adaptan
fácilmente a diversas circunstancias, tanto fisiológicas como patológicas. Existe un
complejo sistema regulador que orquesta el estado de ensamblaje de la red
de proteínas de las uniones estrechas intercelulares. Asimismo, juega un papel muy
importante la colonización bacteriana que constituye la llamada microflora
intestinal formada por bacterias beneficiosas para el organismo. Se calcula que un
individuo normal tiene en su intestino alrededor de 100 billones de bacterias
pertenecientes a entre 500 y 1000 especies diferentes. 48
Cuando no funcionan bien las entradas entre las células (las uniones estrechas
intercelulares) y en lugar de estar cerradas o prácticamente cerradas, como deberían,
se encuentran abiertas sin control, se produce un aumento de la permeabilidad
intestinal. Esta apertura provoca que entren sustancias en el cuerpo y que,
dependiendo de la predisposición genética de la persona, puedan
desarrollarse enfermedades
autoinmunes, inflamatorias, infecciones, alergias o cánceres, tanto intestinales como
en otros órganos.4
Hasta fechas recientes, se asumía que los bebés nacen completamente libres de
gérmenes y que la colonización inicial del intestino del recién nacido se produce
durante el parto. No obstante, varios estudios concluyen que esta colonización

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