Introducción A La Antropología

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Antropología Alimentaria – M2 C1

Lic. Laura Piaggio y Lic. Andrea Solans

Módulo 2: Transiciones alimentarias en la evolución humana

Objetivos del módulo:


Que los/as alumnos /as puedan:
 Conocer las características principales del proceso de hominización.
 Identificar los cambios alimentarios y sus consecuencias en el proceso de
evolución biológica y cultural de la especie humana.

Clase 1: Concepto de transiciones alimentarias y evolución


humana. Proceso de hominización.

En el módulo 1, hemos visto que dos características alimentarias centrales del ser
humano son: el ser omnívoros y el ser “cocineros”, o sea el requerir una variedad de
fuentes alimenticias para cubrir los requerimientos nutricionales y el someter lo que se
ingiere y la forma de hacerlo a normas colectivas que regulan la selección, preparación
y modalidad de consumo de los alimentos.
¿Cuándo se gestaron estas particularidades que nos caracterizan como especie?
¿Hemos obtenido los alimentos de la misma manera en el largo tiempo de vida de la
especie humana en el planeta? ¿O podemos identificar modalidades distintivas que se
correlacionan con ciertas estrategias de adaptación al medio ambiente y ciertas formas
de organización social?
La respuesta a esta última pregunta es afirmativa: es posible identificar diferentes
modalidades de obtención de los alimentos, que presentan puntos de inflexión en las
formas de adaptarse al medio y de organización de las sociedades humanas.
Estos grandes cambios o puntos de inflexión se denominan “transiciones
alimentarias”.
Podemos señalar tres grandes transiciones alimentarias en nuestra vida como
especie:
 1ª transición: pasaje al omnivorismo e invención de la cocina (transcurre durante el
llamado proceso de Hominización, que se extiende aproximadamente desde hace
4 millones de años hasta unos 45000 años atrás),
 2ª transición: pasaje a la agricultura (transcurre durante el neolítico,
aproximadamente hace unos 10000 años atrás),

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 3ª transición: pasaje a la producción industrial de alimentos (se inicia en la edad


moderna –siglo XV- y se afianza con la revolución industrial –siglo XVIII-).
Estos grandes cambios en la forma de obtener los alimentos se han visto
correlacionados con importantes aumentos en el tamaño de las poblaciones humanas.
Así, el paleo-demógrafo Edward S. Deevey realizó un minucioso y extenso análisis
retrospectivo del tamaño de la población humana y postuló tres oleadas de crecimiento
demográfico (seguidas luego de períodos de amesetamiento), coincidentes con
destacadas revoluciones técnicas. Estas innovaciones técnicas se plasmaron en
nuevas estrategias de obtención de alimentos, que aumentaron la capacidad de
sustento de las poblaciones humanas en los ambientes que ocupaban1.
1ª oleada: revolución de la producción de herramientas (coincidente con el pasaje al
omnivorismo), se estima que el número de seres humanos en el planeta creció de
150.000 a 5 millones.
2ª oleada: revolución de la agricultura, a partir de la domesticación de plantas (y en
algunas regiones del planeta, también de animales), se estima que la población creció
de 5 a 500 millones de personas.
3ª oleada: revolución industrial, a partir de la producción mecanizada y masiva de
alimentos -entre otros cambios científico-tecnológicos-, se estima que la población
creció de 500 a 5600 millones de personas.
Estas oleadas de crecimiento demográfico se podrían graficar así2:

2,5 HERRAMIENTAS 10.000 AGRICULTURA 150 INDUSTRIA

1
Kates Robert. “El mantenimiento de la vida sobre la tierra”. EN: Revista Investigación y Ciencia.
Barcelona, 1994.
2
Aguirre Patricia. “Seguridad alimentaría” Mimeo.

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Podemos ver, entonces, que las grandes transiciones alimentarias se relacionan con
importantes innovaciones tecnológicas y tienen consecuencias en el tamaño de la
población.

Primera transición alimentaria y proceso de hominización


La presencia de los seres humanos en el planeta es relativamente reciente, si
tomamos en cuenta la antigüedad estimada de la Tierra y la secuencia de aparición (y
extinción) de distintas formas de vida en la misma. El proceso evolutivo de la Tierra ha
consistido en la ocupación y utilización graduales de todos los hábitats capaces de
sustentar la vida, empezando por los mares poco profundos y extendiéndose hasta los
océanos, las costas, la atmósfera y el interior de los continentes. Al llenarse de vida
cada uno de estos hábitats, han aparecido estructuras y sistemas orgánicos cada vez
más complejos: primero las criaturas unicelulares, después las pluricelulares, a
continuación los organismos con algunas partes del cuerpo especializadas, finalmente
las formas que tienen cientos de órganos altamente especializados y finamente
articulados (protozoos, peces, anfibios, reptiles, mamíferos y seres humanos)3.
Para ubicar estos cambios en una línea de tiempo que resulte clara de visualizar,
algunos autores los representan ajustando la escala como si el planeta Tierra tuviera
un día de edad:

“Horas del día” Edad real en años Acontecimiento

24 5000 millones Formación de la Tierra

15 3200 millones Organismos unicelulares

1 200 millones Mamíferos

2 minutos 4 millones Australophitecus affarensis

1 minuto 2 millones Homo habilis

50 seg. 1,5 millón Homo erectus

8 seg. 200.000 Homo sapiens arcaico

0,8 seg. 45.000 Homo sapiens sapiens

3
Harris Marvin. Introducción a la antropología general. Editorial Alianza, Madrid, 2004

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Siguiendo este recurso didáctico, podemos ver que el género humano (incluyendo sus
antecesores) habría tan sólo aparecido en los últimos 2 minutos de ese hipotético día.
Los enormes cambios que se produjeron en ese último minuto con cincuenta y dos
segundos constituyen el proceso de hominización, es decir, el complejo proceso por
el que nuestros remotos antepasados fueron adquiriendo, poco a poco, las
características biológicas y culturales que nos definen como humanos.
En este punto, cabe aclarar que tomamos como punto de partida la Teoría de la
Evolución propuesta por Charles Darwin en 1859. Según Darwin, el desarrollo de la
especie humana se produjo como resultado de un proceso aleatorio, carente de
intencionalidad. La evolución es resultado en gran medida de la interacción entre
mutaciones genéticas y la selección natural.
En la naturaleza, los cambios genéticos por mutación son frecuentes y
completamente normales, la mayoría pasa desapercibida porque no tiene efectos
sobre el aspecto o las funciones del organismo. Cuando sí lo tienen, si la nueva
característica mejora la capacidad de adaptación de cierta especie a su entorno, esto
aumentará la posibilidad de reproducirse de los individuos con esa característica, y de
transmitir sus genes a una descendencia mayor. Este proceso se denomina
“selección natural” 4.
Debido a la selección natural, se puede decir que los organismos se adaptan a las
necesidades y oportunidades existentes en su medio ambiente. Un carácter adaptativo
es aquél que confiere niveles relativamente altos de eficacia biológica. La eficacia
biológica está asociada a muchas clases diferentes de factores. Puede estar
relacionada con la capacidad del organismo para resistir las enfermedades, conquistar
o defender espacios con más seguridad y obtener energía en cantidades mayores o
más seguras, así como con una mayor eficiencia y seguridad en algún aspecto del
propio proceso reproductivo3.
Debido a cambios ambientales, los caracteres que antes eran adaptativos pueden
volverse inadaptativos. El registro evolutivo muestra que cuando cambian las
condiciones, las especies mejor adaptadas sustituyen a las peor adaptadas o
inadaptadas. En la mayoría de los casos, estas nuevas especies no pueden
considerarse más o menos complejas, “avanzadas” o “eficientes” que sus
predecesoras. Sencillamente, están mejor adaptadas a las circunstancias3.
La evolución biológica no puede desandar los caminos: una vez producido un cambio
en una dirección ya no puede volverse al mismo punto de partida; una vez producida
una modificación que tiende hacia una mayor especialización se reducen las

4
Sloan Christopher. La historia del origen del hombre. National Geographic, 2005.

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posibilidades para un futuro cambio. Un caso particular corresponde a los seres


humanos: tenemos una única gran especialización –la complejidad encefálica-
pero continuamos siendo generalizados (tenemos ductilidad para sobrevivir en
ambientes diferentes), y ésto es posible porque hemos realizado una adaptación
cultural que es extra-orgánica y modificable. Nuestra especialización ha permitido el
desarrollo de la cultura y ésta, a su vez, nos permite seguir siendo generalizados5.

Los cambios en la forma de adaptarse y obtener recursos del medio han sido
establecidos por investigadores especializados en el estudio de restos fósiles
(paleoantropólogos). Los fósiles son vestigios de aspecto pétreo formados por la
sustitución de huesos y tejidos por minerales y que, por tanto, preservan la forma de
un organismo hace tiempo extinto. Los fósiles de nuestros antepasados más antiguos
normalmente sólo se hallan en fragmentos3.
La reconstrucción de las formas de vida de nuestros antiguos antepasados se realiza
combinando múltiples fuentes de datos, entre ellas6:
Estudio morfológico de la dentadura. Caninos grandes, fuertes y puntiagudos
son funcionales en los carnívoros para morder y desgarrar mientras que
molares chatos y poderosos, que son aptos para masticar y triturar, son típicos
de vegetarianos.
Examen microscópico del desgaste en los dientes fósiles. Esta operación
intenta descubrir patrones distintivos de deterioro, causados por las
operaciones que necesitan los distintos alimentos para consumirse: la carne se
corta, las semillas se mastican hasta molerlas, etc., cada una de las cuales
deja huellas precisas en los dientes.
Análisis de las trazas de minerales que se encuentran en los huesos de los
fósiles. Elevadas concentraciones de estroncio y bario están asociadas a una
dieta vegetariana, el cobre está asociado al consumo de frutos silvestres
mientras que niveles altos de zinc, en cambio, corresponden a una dieta rica en
carne.
Análisis químico de los isótopos de nitrógeno, de la razón N15:N14 en los
huesos fósiles, se desprende la proporción de alimento animal consumido en
relación al alimento vegetal.
Análisis de los coprolitos (heces fosilizadas) hallados en los yacimientos.

5
Tapia Alicia, Luisa Pinotti y Ester Icasate. “El proceso de hominización, aspectos biológicos y
culturales”. EN: Lischetti Mirta. Antropología. Editorial Eudeba, Buenos Aires, 2001.
6
Aguirre Patricia “Del gramillón al aspartamo”. Boletín Techint Nro. 306, Buenos Aires, 2001.

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Estudio de las especies que habitaban el mismo medio ambiente al mismo


tiempo y las posibles relaciones (presa-predador) dentro de una cadena trófica.
Análisis de la fauna asociada encontrada en los yacimientos, tratando de
encontrar huesos que presenten fracturas y marcas de corte que permitan
inferir un desmembramiento artificial realizado con útiles cortantes.
Examen microscópico de los primeros útiles para descubrir patrones distintivos
de desgaste en bordes y superficie producidos como consecuencia del corte y
desguace de animales.
Análisis del comportamiento de primates que viven hoy día, en libertad y en
ambientes similares.
Nos iremos deteniendo en los siguientes hitos del proceso de hominización, que
caracterizan a la 1ª transición alimentaria:
 Adquisición de una postura erecta (bipedismo)
 Adquisición del omnivorismo
 Uso del fuego para cocinar

Adquisición del bipedismo


El antropólogo norteamericano Marvin Harris dice “en un principio, fue el pie”, para
referirse al primer gran cambio que se produjo en la biología de nuestros antepasados
y que afectó su forma de locomoción.
Hace cuatro millones de años, antes de adquirir el uso de la palabra o de la razón,
nuestros antepasados ya caminaban erguidos sobre dos pies.
Otros simios conservaban el pie en forma de mano, propio de nuestro común pasado
trepador y arborícola. Seguían, pues, dotados de cuatro manos. Los dedos de los pies
eran grandes como pulgares y podían tocar todos los demás; servían para colgarse de
rama en rama y alcanzar la fruta alta, situada lejos del suelo, pero no para soportar
todo el peso del cuerpo. Cuando bajaban a tierra, para ir de una mata de frutales a
otra caminaban generalmente en cuatro patas, tal vez como los gorilas y chimpancés
modernos, que se desplazan con ayuda de patas cortas y gordezuelas, provistas de
pies planos con el dedo gordo muy separado y largos brazos en línea recta desde los
hombros hasta los nudillos. O quizá utilizaran las manos como los orangutanes
modernos, para caminar con los puños. Al igual que los grandes simios, podían
permanecer de pie o caminar en dos patas, aunque sólo momentáneamente y en
pequeñas distancias. Sus pies no sólo eran inapropiados para permanecer o caminar
erguidos, sino que sus patas y nalgas carecían de los músculos que mantienen en
posición vertical a los seres humanos. Asimismo, la columna vertebral describía un

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simple arco, carente de la convexidad estabilizadora que los humanos presentan en la


región lumbar. A dos patas, más que caminar se tambaleaban, por lo que alzaban los
brazos para guardar el equilibrio, quedando éstos inútiles para transportar objetos,
excepto en distancias cortas.
Nuestros antepasados simios eran diferentes. Tenían pies como los nuestros, cuyos
dedos no podían doblarse para asir o recoger objetos y que servían principalmente
para permanecer de pie, correr, saltar o dar patadas. Todo lo demás era
responsabilidad de las manos. Mientras las manos tuvieron que hacer el trabajo de los
pies, quedó menguada su habilidad como tales manos. Cuando el pulgar se hizo más
largo y robusto, nuestros antepasados simios empezaron a poseer los más poderosos
y tenaces, y sin embargo, los más delicados y precisos cuartos delanteros
manipuladores del reino animal7.

Por las huellas marcadas en ceniza volcánica, en África, sabemos que los homínidos
ya caminaban erguidos hace 4
Homínido: individuo
millones de años. Los rastros de perteneciente al orden
de los Primates
estos australopitecos muestran un superiores, cuya única
talón bien formado, un arco fuerte especie superviviente
es la humana.
y una eminencia metatarsiana
bien definida8.

En 1973, Donald Johanson descubrió un


australopiteco en la región de Afar (Etiopía), que vivió
hace unos 3,25 millones de años. Entre los restos se
encontró el esqueleto -milagrosamente completo en un 40 por
ciento- de un diminuto homínido adulto, de sexo femenino, que
medía sólo 107 centímetros aproximadamente. Johanson la
llamó Lucy, evocando la entonces popular canción de los
Beatles “Lucy in the sky with diamonds”. Se la ubicó como
perteneciente a la paleo-especie Australopithecus afarensis. El
afarensis poseía características que le habrían sido útiles si
hubiese tenido que trepar árboles en caso de emergencia.
Tenía los huesos de los dedos algo curvos, como para asir los
troncos y ramas de los árboles con pies y manos. Además, el

7
Harris Marvin. Nuestra Especie. Editorial Alianza. Madrid, 1991.
8
Aguirre Patricia “Del gramillón al aspartamo”. Boletín Techint Nro. 306, Buenos Aires, 2001.

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brazo tenía un 95 por ciento de la longitud de la pierna (el brazo humano sólo tiene un
70 por ciento de la longitud de la pierna). Brazos largos y piernas cortas constituyen
también una ventaja para trepar árboles. Ninguna de estas características
comprometía la postura erguida del A.Afarensis. La principal adaptación del
A.Afarensis consistía en desplazarse por el suelo a dos patas1.
Respecto a las formas de alimentación de los australopitecos afarensis, al parecer los
homínidos mas creíbles en el momento de reclamar el puesto de los ancestros del
género humano, hay consenso que tuvieron una dieta vegetariana de frutos, nueces,
raíces, hojas, brotes y semillas2.
Estos antepasados bípedos y bimanos carecían de colmillos. Los incisivos que tenían
eran ya de por sí pequeños; los molares, anchos y planos; las mandíbulas funcionaban
más para moler y triturar que para herir y cortar1.
Teniendo en cuenta su gran antigüedad, así como su
pie y su dentadura, el afarensis fue probablemente el
antepasado de todos los australopitecos posteriores,
así como de los primeros miembros del género
Homo1.
¿Qué ventaja adaptativa presentó para estos
primeros homínidos el caminar erguidos sobre sus
extremidades inferiores?
El clima de la tierra había comenzado paulatina e inexorablemente a cambiar. La
disminución de la temperatura y la humedad determinó que la cubierta vegetal sufriera
modificaciones. La selva se vio restringida a zonas más pequeñas y la vegetación de
sabana aumentó a expensas de ésta. La sabana es una llanura cubierta de altos
pastos, generalmente gramíneas, con escasos árboles, que constituía el hábitat de los
felinos y también comenzó a serlo para algunos primates. La presión demográfica en
la selva no permitía alimentar a más individuos ante la disminución de su extensión
(por el cambio climático que favorecía una vegetación de gramíneas)
Para los homínidos que comenzaron a ocupar la sabana, la postura erecta resultó
ventajosa porque permitía un radio visual más amplio para detectar fuentes
alimenticias y también la cercanía de algún depredador9.
Como ya mencionamos, otra consecuencia del andar sobre las extremidades inferiores
fue liberar las manos de la locomoción.
Podemos ver, entonces, que entre 4 y 3,5 millones de años atrás, los cambios
evolutivos que presentaron ventajas adaptativas a un paisaje de sabana, dieron lugar

9
Carnese Francisco, Ricardo Guichón y Luisa Pinotti. “Bases biológicas y sociales de la evolución
humana”. EN: Manual de Antropología. Editorial Eudeba, Buenos Aires, 1987.

9
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a un homínido con características diferentes al resto de los primates de su tiempo: ser


bípedo y bi-mano1.

Adquisición del omnivorismo


En la clase anterior nos detuvimos en uno de los primeros cambios evolutivos que
conducen a nuestra especie: la locomoción bípeda,
protagonizada por un tipo de homínidos denominados
Australophitecus Afarensis. Estos homínidos vivieron en
África hace 4 millones de años y tenían una capacidad
craneana aproximada de 400 centímetros cúbicos.
El antropólogo norteamericano William Leonard presenta a
esta nueva forma de desplazarse por el espacio como una estrategia nutricional eficaz,
pues permite cubrir mayores distancias buscando recursos alimentarios dispersos con
un gasto energético menor.
Con una antigüedad estimada en 2 millones de años se ubica otra clase de homínidos,
Homo Habilis, que evidencia otro cambio evolutivo fundamental: el desarrollo del
tamaño cerebral, teniendo una capacidad craneana aproximada de 600 centímetros
cúbicos.
Cerca de los restos de cráneo del nuevo homínido, el
paleo-antropólogo Louis Leakey encontró un yacimiento
de toscas herramientas de piedra, que en su mayor parte
corresponden a la
categoría de choppers
(hachas de mano) y
lascas. Leakey le dio en el acto el nombre de Homo
habilis, 'el humano habilidoso'10.
Las herramientas los capacitaban para consumir
alimentos nutritivos del suelo, que los simios
cuadrúpedos y arborícolas no podían explotar con tanta eficacia. Las evidencias
fósiles muestran que Homo Habilis comenzó a incorporar a la dieta pequeñas
cantidades de alimentos de origen animal.
A medida que estas fuentes terrestres de alimentación sustituían en la dieta a los
frutos arbóreos, la selección natural favoreció a los individuos que trocaron las
pérdidas asociadas a la disminución de la capacidad de trepar por las ventajas de la

10
Harris Marvin. Nuestra Especie. Editorial Alianza. Madrid, 1991.

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nueva dieta. La selección de estas aptitudes puede explicar que el tamaño del cerebro
del hábilis sea un 40 ó 50 por ciento mayor que el de los australopitécidos1.
Este proceso lento de encefalización, que se desencadenó por la inclusión de una
proporción cada vez mayor de ingesta cárnica en la dieta, derivó de una actividad
carroñera, no cazadora11. La antropóloga argentina Patricia Aguirre plantea que,
aunque sea un duro golpe para nuestro narcisismo, nuestro cerebro se desarrolló a
expensas del carroñerismo oportunista, dado que las herramientas del homo habilis
eran útiles para el despiece de animales de gran tamaño, pero no tenían viso alguno
de ser útiles para cazarlos.
Las proteínas y ácidos grasos de la carne ayudaron a sostener un órgano
metabólicamente costoso como el cerebro y sirvieron también para reducir el tiempo
dedicado a la obtención de comida, que se estima pasó de las 10 ó 16 horas que le
insumen a los grandes primates vegetarianos a las 3 ó 5 horas de los primates
omnívoros.
En definitiva, el pasaje de una alimentación fundamentalmente vegetariana a una
omnívora, derivada de la ingesta de pequeñas cantidades de carne y médula ósea
obtenidos de restos de animales muertos por otros predadores, derivó en un cerebro
mayor y en el desarrollo de herramientas
progresivamente más refinadas12.
Datados con una antigüedad aproximada de un millón
y medio de años, los restos fósiles de otra especie de
homínidos: Homo Erectus, aparecen asociados a
instrumentos líticos
perfeccionados (bifaces),
grandes hachas de mano
oblongas y apuntadas,
cuchillos y puntas, aptos para
arrojar, cortar y desgarrar, o
sea útiles para cazar. Además,
las estrías microscópicas, consideradas como «marcas de
corte», que presentan los huesos de animales asociados a herramientas del erectus
proporcionan pruebas directas de que éstas se utilizaban para desmembrar animales y
sacarles la carne. El erectus estaba probablemente capacitado también para utilizar

11
Aguirre Patricia “Del gramillón al aspartamo”. Boletín Techint Nro. 306, Buenos Aires, 2001.
12
Hallazgos posteriores al de Leakey evidenciaron la asociación de australophitecus afarensis con
herramientas, no obstante, por el análisis de las trazas minerales en sus huesos se sabe que su dieta
continuaba siendo vegetariana.

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las lascas y los núcleos con el fin de tallar, cepillar y afilar lanzas de madera. Se
trataba de una especie, considerablemente más alta que el homo hábilis y con una
mayor capacidad craneana: 900 centímetros cúbicos1.
Con este homo cazador nuestra especie, que había sido presa durante millones de
años, se transforma en predadora. Esta nueva ubicación en la cadena trófica cambia
la presión selectiva, la que a partir de aquí ya no dependerá de los predadores sino de
la cantidad de alimento que se pueda extraer del medio ambiente2.
Homo erectus sale de África hacia Asia y Europa, comenzando un proceso de
colonización de hábitats muy distintos. Con una dependencia mayor de alimentos de
origen animal, este homínido necesitaba un radio mayor para obtener sus alimentos y
probablemente su dispersión territorial se haya iniciado tras las manadas migratorias
de grandes herbívoros13. Además, en este período se produce -como ya vimos en la
clase 1 de este Módulo- un gran aumento demográfico (la 1ª oleada de crecimiento de
población, según el paleo-demógrafo Deevey) que coadyuvó a esta expansión
territorial.

Una consecuencia en otro plano del aumento del tamaño cerebral (derivado del
omnivorismo) fue el requerir un canal de parto más ancho en la pelvis de la madre. Sin
embargo, una pelvis muy ancha no era compatible con el andar bípedo, pues afectaría
el equilibrio. La solución que evolucionó entre los homínidos fue que los hijos nacieran
en un estado de menor desarrollo, es decir, antes de que sus cerebros se hicieran
demasiado grandes y no pudieran pasar por el canal de parto. Como consecuencia,
los bebés humanos están menos desarrollados al nacer que las crías de los grandes
simios y permanecen indefensos más tiempo que éstas. Los bebés humanos no ven
bien, ni se pueden desplazar, ni alimentarse a sí mismos hasta mucho después del
parto. Dar a luz unos hijos indefensos y de gran cerebro, que requerían una gran
inversión de tiempo y energía por parte de la madre, debió tener un impacto enorme
en la vida de todo el grupo social de homínidos. Seguramente, tuvieron que obtener
más cantidad de alimento del que hubieran necesitado como individuos, para
suministrar alimento a las madres durante la lactancia o para contribuir a la
alimentación de los jóvenes14. Es decir, que fue necesario el desarrollo de
comportamientos de cooperación y apoyo entre los miembros del grupo para
incrementar las posibilidades de supervivencia.

13
Leonard, William “Los cambios operados en el régimen alimentario han constituido una fuerza motriz
de la evolución humana” EN: Revista Investigación y Ciencia, Barcelona, 2003.
14
Sloan Christopher. La historia del origen del hombre. National Geographic, 2005.

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A la vez, los hallazgos arqueológicos testimonian que los animales cazados por estos
homínidos eran trasladados a los lugares de asentamiento del grupo para ser
consumidos. Esto habla de un comportamiento cooperativo y de un consumo colectivo
de los alimentos.
Vemos entonces que otra consecuencia del omnivorismo es haber inaugurado la
comensalidad colectiva entre nuestros antepasados.

Conquista del fuego culinario


No está completamente claro qué sucedió en el linaje humano entre hace 1.800.000 y
200.000 años. Los científicos emplean dos modelos principales para explicar las
evidencias fósiles existentes. Uno de ellos es llamado “modelo de sustitución”, que
plantea la evolución en África del homo sapiens arcaico que se habría expandido a
Europa y Asia y habría sustituido a los descendientes de Homo Erectus en dichos
continentes. El otro modelo llamado “multirregional”, plantea que la evolución hacia
homo sapiens se dio en varias regiones del mundo a lo largo de ese período de
tiempo, y algunos científicos calculan que han existido hasta 8 especies de Homo15.
Una de las más conocidas son los neandertales, los primeros homínidos que habitaron
en zonas árticas del norte de Europa y Asia entre 200.000 y 30.000 años atrás, y
habrían desaparecido al mezclarse con los Homo Sapiens modernos.
La capacidad craneana de estos Homo siguió incrementándose, presentando Homo
Sapiens arcaico unos 1150 cc y Homo Sapiens
moderno 1350 cc.
Además de la elaboración de formas más complejas de
herramientas
de piedra -finas
láminas que se
sujetaban a
piezas de
madera para
confeccionar lanzas, hachas y flechas-, los
Homo Sapiens usaron el marfil y el hueso para
crear arpones, anzuelos, agujas de coser y
1
punzones .

15
Sloan Christopher. La historia del origen del hombre. National Geographic, 2005.

13
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Estas innovaciones tecnológicas aumentaron la eficiencia en la obtención de


alimentos, pero otra innovación aumentó la eficacia de su aprovechamiento: el uso del
fuego para cocinar. Se sabe que el
fuego ya era conocido y utilizado
con anterioridad, seguramente para
protección contra posibles
predadores y contra el frío, pero
las pruebas inequívocas más
antiguas del uso del fuego con
fines culinarios (hogares con piedra
y huesos quemados de animal)
tienen 200.000 años de antigüedad16.
Esta actividad permitió ampliar la dieta al incorporar nuevas fuentes alimenticias,
vueltas asimilables, por el tratamiento culinario.
Así, el biólogo español Faustino Cordón dice que el homo se convierte en el único
animal autótrofo, ya que produce su propio alimento.
Además, este autor plantea que la cocina tuvo otra implicancia fundamental para el
género Homo: el desarrollo de un lenguaje complejo.
Cordon plantea que la cocina fue una condición para el despegue lingüístico, que la
tranquilidad del fogón vio nacer el verdadero lenguaje, aquel que enhebra palabras
(voces verbales y nombres) en una sintaxis, apoyándose en los procesos concretos de
la cocina (planificar, realizar, evaluar, modificar) 17.
En esta misma línea, la arqueóloga francesa Caterine Perlès sostiene que el acto
culinario es propio y único de la especie humana. El mismo implica una cadena de
operaciones, -la elección de ingredientes, del método de cocción, la ejecución, la
evaluación de los resultados- que presuponen la previsión y la reflexión,
características también exclusivas del género humano.
Estos cambios también fueron acompañados por modificaciones en el aparato
fonador. La parte de las vías respiratorias de nuestros antepasados denominada
faringe se volvió singularmente flexible y alargada a diferencia de los demás
mamíferos que tienen una faringe pequeña.
Es difícil establecer el momento exacto en que la faringe alcanzó sus dimensiones
actuales, porque las partes blandas de nuestros antepasados homínidos no se
fosilizaron. No obstante, Philip Lieberman, de la Universidad de Brown, ha intentado

16
Leonard, William “Los cambios operados en el régimen alimentario han constituido una fuerza motriz
de la evolución humana” EN: Revista Investigación y Ciencia, Barcelona, 2003.
17
Aguirre Patricia “Del gramillón al aspartamo”. Boletín Techint Nro. 306, Buenos Aires, 2001.

14
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reconstruir la arquitectura de la boca y la garganta a partir del conocimiento de la base


del cráneo. Con arreglo a ello, cree que el mecanismo vocal de los homínidos adquirió
sus dimensiones actuales coincidiendo más o menos con la aparición de los sapiens
de anatomía moderna18.

Vemos así que nuestros antepasados de hace 45.000 años se revelan en plena
posesión de manos, herramientas, cocina y palabra: en fin, plenamente humanos. La
cultura, proyectando su sombra protectora, avanzó irresistible4.

 Bibliografía obligatoria:

Leonard, William “Los cambios operados en el régimen alimentario han constituido una
fuerza motriz de la evolución humana”. EN: Piaggio Laura y Andrea Solans. Enfoques
socio-culturales de la alimentación. Lecturas para el equipo de salud. Editorial
Akadia. Buenos Aires, 2014.

Archivo multi-media del sitio web “Atapuerca.com, el eslabón digital de la evolución


humana”.

 Actividad de auto-aprendizaje

1) ¿Qué ventajas le asigna Leonard a la adopción del bipedismo?

2) ¿Por qué el autor plantea que la locomoción bípeda puede considerarse como
una de las primeras estrategias en la evolución de la nutrición humana?

3) ¿A qué se refiere Leonard al plantear una “mutua interacción entre dieta y


expansión cerebral”?

4) ¿Cómo explica el autor la expansión fuera de África de Homo erectus?

18
Harris Marvin. Nuestra Especie. Editorial Alianza. Madrid, 1991.

15
Antropología Alimentaria – M2 C1
Lic. Laura Piaggio y Lic. Andrea Solans

5) Le proponemos que visite el sitio web “Atapuerca.com, el eslabón digital de la


evolución humana” (http://www.atapuerca.com/1/), donde en una presentación
multi-media podrá ver una síntesis de aspectos destacados del proceso del
proceso de hominización.

 Hacer click con el mousse en “ENTRAR” La Sierra de Atapuerca es un


conjunto montañoso ubicado en
 Hacer click con el mousse en “LA MAQUINA Burgos, España, en el cual se han
encontrado importantes restos fósiles
DEL TIEMPO, viaje por la evolución humana”
de varias especies diferentes de
 Hacer click con el mousse en “Ungh!” homínidos.
Los hallazgos de Atapuerca muestran
 Cuando en el margen inferior derecho, se en un solo sitio arqueológico una gran
muestre “ENTRAR 100%”, hacer click con el parte de la evolución humana.

mousse en “ENTRAR”
 Mover el cursor a lo largo de la línea del tiempo ubicada en el pie de la página,
hasta el punto correspondiente a 4.000.000 años – “Los chimpancés bípedos”.
o Hacer click con el mousse en las imágenes.
o Lea los ítems presentados y realice una síntesis de los mismos.
 Mover el cursor a lo largo de la línea del tiempo ubicada en el pie de la página,
hasta los puntos correspondientes a 2.500.000 años – “Las primeras herramientas”
y 1.800.000 años – “La salida de Africa”
o Hacer click con el mousse en las imágenes.
o Lea los ítems presentados y realice una síntesis de los mismos.
 Mover el cursor a lo largo de la línea del tiempo ubicada en el pie de la página,
hasta los puntos correspondientes a 100000 años – “El mundo neandertal” y 45000
años – “Simbolismo”.
o Hacer click con el mousse en las imágenes.
o Lea los ítems presentados y realice una síntesis de los mismos.

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