El Último Hombre

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El último hombre, de Mary Shelley

La mamá de Frankenstein escribió esta novela apocalíptica de


ciencia ficción en 1826, pero por diferentes razones la obra se publicó
un par de veces y desapareció hasta que fue recuperada en 1965.

Compuesta de tres volúmenes, la obra narra la historia de un mundo


futurista arrasado por una plaga. La inspiración, dijo Shelley en 1818,
le llegó de un descubrimiento personal durante un viaje a Italia. Allí,
cerca de Nápoles, dijo encontrar la cueva de Sibila de Cumas, una
profetisa capaz de conocer el futuro perteneciente a la mitología
griega.

Shelley aseguró que en su interior halló una colección de escrituras


proféticas en distintos lenguajes que aseguraban el fin de la
humanidad durante el siglo XXI debido a una enfermedad mortal y
desconocida. Luego de adaptar aquellas escrituras, escribió un relato
que describe la vida del último hombre. En su época, la novela fue
muy criticada, la acusaron de “repugnante” y de tener una “crueldad
sin sentido”.

El último hombre en la tierra es una novela apocalíptica de ciencia


ficción escrita por Mary Shelley, publicada por primera vez en 1826. El
libro narra la historia de un mundo futurista que ha sido arrasado por
una plaga. La novela fue criticada duramente en su época, y
permaneció prácticamente en el anonimato hasta que los historiadores
la resucitaron en la década de 1960. Es notable en parte por sus
retratos semi-biográficos de figuras románticas pertenecientes al
círculo de Shelley, particularmente el esposo de Mary Shelley Percy
Bysshe Shelley y Lord Byron.

Elementos biográficos
Varios de los personajes centrales están basados total o parcialmente
en conocidos de Shelley. Ésta tenía prohibido por su suegro, Si,
publicar una biografía de su marido, por lo que lo recordó, junto a
otros, en El último hombre. El utópico Adrian, quien lleva a sus
seguidores a la búsqueda de un paraíso natural y muere cuando su
bote se hunde en una tormenta, es un retrato ficticio de Percy Bysshe
Shelley, aunque otros personajes menores tales como Merrival
también actúan como Percy. Lord Raymond, quien deja Inglaterra para
pelear por Grecia y muere en Constantinopla, está basado en Lord
Byron. La novela expresa el dolor de Mary Shelley ante la pérdida de
su Círculo, como los llamaba, y Lionel Verney ha sido analizado como
una combinación de sus sentimientos de pérdida y aburrimiento luego
de sus muertes y las de sus hijos.

Se supone Shelley obtuvo inspiración de la novela de Jean-Baptiste


Cousin de Grainville Le Dernier Homme (1805), tranducida en 1806
como Omegarus and Syderia.

Falta de ideales políticos románticos

El último hombre no sólo lamenta la pérdida de los amigos de Shelley,


sino que también cuestiona los ideales políticos del Romanticismo. En
un sentido, la plaga es metafórica, ya que el idilio revolucionario del
grupo de la élite se ve corroído dentro de los defectos de la naturaleza
humana. Como declara el historiador Kari Lokke, «en su negativa de
ubicar a la humanidad en el centro del universo, cuestiona nuestra
posición privilegiada en relación a la naturaleza; por lo tanto, El último
hombre constituye un desafío profundo y profético al humanismo
occidental». Específicamente, Mary Shelley, al hacer referencias a la
falla de la Revolución francesa, y a las respuestas de William Godwin,
Mary Wollstonecraft, y Edmund Burke hacia la misma, «ataca a la fe
de la Ilustración de la inevitabilidad del progreso a través del esfuerzo
colectivo».

Aislamiento

Hugh Luke argumenta que «Al terminar su historia con la imagen del
habitante solitario de la Tierra, ha llevado la idea de la novela hacia la
condición de que el ser individual está esencialmente aislado y, por lo
tanto, vive en una tragedia». Shelley comparte la temática de
aislamiento trágico con la poesía de Lord Byron y William Wordsworth.

https://www.jornada.com.mx/2014/06/08/sem-luis.html

El último hombre, de Mary Shelley

Luis Chumacero

La inglesa Mary Wollstonecraft nació en 1797, estuvo casada con


Percy Bysshe Shelley y debe su fama a la publicación de Frankenstein
en 1817. La creación de un ser vivo a partir de restos de cadáveres
humanos, la investigación sobre la piedra filosofal y sobre la energía
que desencadena el inicio de la vida, llevan al doctor Frankenstein a
descubrir todo lo que se refiere a las leyes que rigen la electricidad, y
a desentrañar la naturaleza de nuestras almas, lo que demuestra
hasta dónde estamos atados a la prosperidad o a la ruina por lazos
apenas imperceptibles.
En 1819, siete años antes de publicar El último hombre, Mary Shelley
había concluido Mathilda, novela que no se publicará sino hasta
después de su muerte. El tema es el amor incestuoso del padre hacia
su hija Mathilda y la huida de éste en busca de la soledad y de la
muerte. Mathilda, recluida, consciente de que ya el destino está a
punto de terminar con ella, se confiesa atrapada en un estado de
irritación y además inepta para la vida. La muerte se acerca a Mathilda
, llegará en cualquier momento, y se convierte en una desgracia que
hiere pero no purifica el corazón; es un dolor que endurece aún más y
debilita todo sentimiento.

El último hombre, traducida por Gerardo Piña y publicada por la


Universidad Autónoma Metropolitana en tres volúmenes, salió de la
imprenta en 1826, recibió elogios en su momento de H.P. Lovecraft, y
su acción se inicia después de la segunda mitad del siglo XXI. Es una
novela romántica que narra el fin de la monarquía en Inglaterra, las
tensiones acumuladas durante mucho tiempo entre Grecia y Turquía
que desencadenarán una guerra y los estragos de la peste en el
mundo que dejarán un sobreviviente.

La novela es la historia de un huérfano y de su hermana. Él confiesa


hallarse degradado de su verdadero lugar en la sociedad porque no
respeta ninguna ley y su única virtud es nunca darse por vencido. En
2073, luego de recibir muchas presiones, abdica el último rey de
Inglaterra y nace la República. Al exmonarca se le conceden el título
de conde de Windsor y un castillo. En el viaje que más adelante
emprenderá el heredero, segundo conde de Windsor, para conocer su
propiedad, conocerá también a la pareja de hermanos y así la novela
se convierte en un relato sobre la amistad y el efecto que causa en el
narrador el descubrimiento de la poesía, de sus creaciones, de su
lenguaje, de ese despertar en otra parte, en otro país al convencerse
de que después de la lectura hay otro significado en lo que percibe la
mirada.
En la novela no desaparecen los enfrentamientos ni las intrigas
políticas en la República inglesa. Los candidatos a protector luchan
por alcanzar el poder a fin de que haya igualdad en la población y se
erradique la pobreza . Así, El último hombre parecerá una obra
cercana a la Utopía, de Tomás Moro, a La ciudad del sol, de
Campanella, aun cuando muchas páginas nos recuerden las
tragedias, las tristezas, la impotencia y la resignación de quienes
vivían en Londres en El año de la peste, de Defoe. La diferencia entre
esta novela de Mary Shelley y las utopías mencionadas es que la
humanidad no ha terminado con las guerras ni con el odio que nace
entre las diferentes nacionalidades y las religiones, en este caso entre
la cristiana y la musulmana. La lucha política en Inglaterra está
encaminada a que sea un lugar en que abunde la fertilidad en el
campo, termine el hambre, haya salarios justos y, además, que el
avance de la ciencia permita que los hombres viajen a otros sitios con
la misma facilidad que los príncipes Houssain, Alí y Ahmed en Las mil
y una noches. A esto habría que añadir que el aspecto físico de los
hombres sería muy similar al de los ángeles. Ya no habría
enfermedades y estaría prohibido que los obreros realizaran trabajos
pesados. En esta sociedad, las artes de la vida y el progreso de la
ciencia harían que la comida brotara espontáneamente y las máquinas
estarían diseñadas para satisfacer las necesidades de la población.
Aun así, persistía una inclinación hacia el mal debido a envidias y
celos, y el nuevo protector tendría la misión de acercarlos al bien.

Raymond, el protector, se casa con Perdita, la hermana del narrador, y


tiene una aventura con una dibujante que le había enviado un diseño
para construir un museo de arte. La esposa será presa de una enorme
tristeza al enterarse y Raymond se hundirá en el remordimiento. Las
decepciones amorosas tienen también su lugar en la narración. Al
mismo tiempo, en esa vida en el futuro, la Mary Shelley no se planteó
el progreso en los campos de la comunicación –continúan el correo y
los barcos para enviar la correspondencia–, el transporte –carretas y
caballos– y las armas, son las mismas del siglo XIX. La novela es
también una trama de pasión, de perdón, de heroísmo, de abandono,
de impotencia ante la naturaleza, ante Dios. El destino, lo decretado
por el Juez Supremo, “ante quien no vale apelación alguna” y a cuyos
designos uno debe someterse, puede hacer que se pierda todo: la
vida, el amor y también la gloria. Es preferible una muerte que quede
registrada en la Historia para siempre y no vivir la vejez como un
desconocido sin honores. Ya en Frankenstein, Mary Shelley había
afirmado que “los hombres somos seres incompletos. Vivimos tan sólo
a medias si alguien más sabio, mejor que nosotros mismos –lo que
debe ser un verdadero amigo– no está a nuestro lado para ayudarnos,
para mejorar nuestra débil e imperfecta naturaleza”. Así, para alcanzar
la gloria, el poder, el éxito militar, realizar un viaje en que abundan los
peligros, se hace necesario contar con un amigo que esté dispuesto a
correr los mismos riesgos .

Después de la guerra entre Grecia y Turquía el mundo se encuentra


amenazado. La peste se cierne sobre Europa. Un terremoto ha
destruido Quito, Ciudad de México ha sucumbido a causa de las
tormentas, la peste y la hambruna. La población europea y la
estadunidense emigran a Inglaterra, que se colapsa ante la cantidad
de refugiados. Aparece la peste y se inicia un éxodo hacia Francia. La
peste va segando a todos, está siempre presente, como una máscara
de la muerte que luego será roja. Nadie escapará, salvo quien se ha
comprometido a dejar para la posteridad su relato como el último
hombre, el que reflexiona si podrá resignarse a quedarse solo, sin
amor, sin comprensión, en cómo recibir la luz y el calor del sol cada
mañana, a pensar en el suicidio, a asumirse siervo de Dios y creer que
su obediencia era el resultado de un razonamiento. El último reducto
será el océano, el consuelo de navegar para no encontrarse con la
peste, rescatar en algunos puertos libros de las bibliotecas que no
hayan desaparecido, viajar con Homero, con Shakespeare, pensar
que en otro lugar habrá aún más anaqueles llenos de literatura.

El mundo, lo que quede del mundo, será menos triste, menos ingrato
en donde haya una biblioteca a la que ingrese este náufrago del
mundo.

, Mary Wollstonecraft, defensora de los derechos de la mujer y


autora del manifiesto ‘Vincidación de los derechos de la mujer’

https://beisbook.com/must-know/bio-facts/7-cosas-que-tal-vez-no-sepas-de-mary-
shelley-y-te-dejaran-a-cuadros-30082842/4

Distancia de rescate, de Samanta Schweblin

La primera novela de la autora argentina, publicada en 2014, tuvo una


gran recepción, a tal punto que obtuvo el Premio Shirley Jackson a la
mejor novela corta en 2018, fue una de las seis finalistas del
prestigioso Premio Man Booker International y, a finales de 2019, el
diario español El País la ubicó en el puesto 46 en su lista de los 100
mejores libros del Siglo XXI.

Esta historia breve cruza el género de terror con la fantasía


apocalíptica en el marco de la ecología. Es también una novela que
cruza lo sobrenatural con los temores más profundos de la humanidad
y es a partir de ese recorte y de un concepto (“distancia de rescate”)
que está en el título que logra ponerle palabras a un sentimiento
compartido.

La obra está siendo adaptada por Netflix para la pantalla grande, con
dirección de la peruana Claudia Llosa, y será protagonizada por las
actrices Dolores Fonzi y María Valverde.

Más de 11 ediciones 124 páginas

Sobre el libro: Amanda está en una cama de hospital. Algo ocurrió en sus vacaciones y es
momento de desentrañar el misterio. Casi inválida, conversa con David, el hijo de su amiga,
cuya alma debió ser migrada luego de contagiarse de una enfermedad. En este contexto,
leeremos vorazmente para saber qué le pasó a Amanda para llegar a este lugar, qué tiene
que ver su amiga Carla y lo más importante: dónde está su hija Nina. ¡No se pierdan el
video completo sobre este libro!

En los primeros días de 2019, Schweblin apareció con su libro Pájaros en la boca en la

lista de recomendados del New York Times: el diario estadounidense dedicó una elogiosa

reseña a Mouthful of birds, la traducción al inglés del libro de cuentos publicado

por Literatura Random House. "Su verdadero precursor sólo puede ser David Lynch; sus

cuentos están entretejidos de terror, dobles y cabos sueltos", describió el periódico

'El jinete pálido: 1918, la epidemia que cambió el mundo'


(Crítica)
Desde que sucedió la terrible epidemia de gripe española en
1918 hasta el coronavirus han pasado algo más de 100 años y
sus similitudes son tantas que probablemente no existe en este
momento libro más útil que 'El jinete pálido' para entender a lo
que nos enfrentamos. La británica Laura Spinney logra aquí una
prodigiosa reconstrucción de una plaga que cambió el mundo
pero que, sin embargo, quedó reducida a una nota a pie de
página en los libros de historia, opacada por los grandes
desastres bélicos que conmovieron al mundo en la primera mitad
del siglo XX. La enfermedad coincidió con los estertores de la
Primera Guerra Mundial, pero mató mucho más que las
operaciones bélicas, unos 50 millones de personas, y contribuyó
como ningún otro factor a la exacerbación de las identidades y
nacionalismos que acabarían por desencadenar la Segunda
Guerra Mundial. Esta historia es por ello fundamental para no
caer en los mismos errores que entonces e imaginar una
sociedad mejor cuando el coronavirus pase. Que pasará.

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