7 Enfermedades Que Afectan Al Conductor

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Las 7 enfermedades que más afectan a la

conducción

Aunque no lo parezca, el automóvil es uno de los espacios en los que más tiempo pasamos, junto
con el trabajo y nuestra vivienda. De hecho, según el último estudio realizado, los conductores
pasamos una media de 9 horas y 35 minutos dentro del habitáculo de nuestro coche, de lunes a
viernes. No somos conscientes de ello, pero esto puede tener consecuencias negativas para nuestra
salud, como lesiones de espalda, trastornos de sueño, alteraciones oculares, e incluso problemas
digestivos.
No obstante, la situación se complica para aquellos conductores que sufren ciertas patologías y
pueden ver cómo su capacidad al volante disminuye a causa de sus problemas de salud. A
continuación, exponemos las siete patologías más comunes que, hacen más vulnerables a los
conductores al volante. Cabe destacar que estos usuarios deben tener mucha precaución a la hora
de conducir para garantizar la máxima seguridad en la carretera.

Alergias: Más de 14 millones de personas sufren algún tipo de alergia en colombia y con la llegada
de la primavera, son muchos los conductores que tienen que enfrentarse a sus incómodos síntomas:
estornudos, moqueo, ojos llorosos, desconcentración, etc. Esta patología tan frecuente en la
sociedad actual supone un gran peligro para la seguridad vial, puesto que se calcula que un ataque
de estornudos continuados puede provocar la pérdida de la atención del conductor hasta un total de
30 segundos. En este caso, si tenemos en cuenta que circulando a 100 kilómetros por hora
recorremos hasta 28 metros cada segundo, podemos llegar a conducir sin prestar la atención
suficiente a la carretera durante más de 800 metros.

Fobias: Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística revelan que más de un 6% de la
población colombiana sufre algún tipo de fobia. Concretamente existe una que afecta directamente a
la conducción: la amaxofobia. Este miedo a conducir un vehículo afecta sobre todo a aquellos
conductores que han sufrido alguna vez un accidente de tráfico, han vivido un episodio trágico
mientras conducían, o sufren brotes de ansiedad y estrés que se agravan al subirse al vehículo. Los
datos hablan por sí solos, y es que uno de cada nueve conductores sufren ansiedad al volante,
llegando incluso el 20% de ellos a dejar de conducir al no poder superar su miedo. Entre los
tratamientos existentes para hacer frente a este problema, destacan las sesiones de relajación, la
hipnosis y la reestructuración cognitiva.

Depresión: La depresión afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, según la
Organización Mundial de la Salud y entre sus principales síntomas se encuentran la sensación de
malestar, tristeza, desgana y apatía. Asimismo, las personas que padecen depresión pueden sufrir
trastornos de sueño y pérdida de interés por las cosas, unos signos que afectan de forma directa a la
capacidad de conducción de las personas. Los medicamentos que se suelen recetar para tratar esta
enfermedad tienen contraindicaciones que pueden resultar perjudiciales al volante, por lo que desde
la Dirección General de Tráfico se recomienda que aquellos conductores que padecen depresión
eviten conducir durante los primeros momentos del tratamiento.

Anemia: Esta enfermedad provocada por la falta de hierro y vitaminas en el organismo supone un
problema al volante si se padece de tipo severo, ya que sus síntomas (fatiga, mareos, sudoración y
taquicardias) pueden ser altamente peligrosos al volante. Por este motivo, es recomendable no
conducir si se sufre esta patología, a no ser que el médico lo permita.

Diabetes: Según la Dirección General de Tráfico, los diabéticos que tienen mayor riesgo de sufrir un
accidente de tráfico son aquellos que tienen antecedentes recientes de hipoglucemia severa.
Generalmente, se cree que los diabéticos de tipo I suelen tener más riesgo de accidente que los de
tipo II. Cabe destacar que el carné de conducir de los usuarios con diabetes tipo I y II, tiene un
periodo máximo de vigencia de cinco años, independientemente de si se tratan con insulina o con
fármacos hipoglucemiantes.

Enfermedad del sistema nervioso o muscular: Todos aquellos conductores que padecen
enfermedades que afectan al sistema motor, sensorial o de coordinación, como el Alzheimer, el
Párkinson o la esquizofrenia, cuyos síntomas más frecuentes son las alteraciones de la mente, los
temblores o la rigidez muscular, no pueden conducir un vehículo, puesto que así lo determina el
vigente Reglamento General de Conductores.

Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño: esta enfermedad poco conocida consiste en la
interrupción de la respiración tras conciliar el sueño, precedida de un ronquido fuerte e intenso que
dura aproximadamente unos diez segundos. Si este proceso se repite cinco veces durante el sueño,
se diagnostica esta enfermedad, que provoca que aquellos que la sufren tengan síntomas como
dolores de cabeza matinales, somnolencia, déficit de atención, u otros más peligrosos como la
presión arterial alta, insuficiencia cardíaca o accidentes cardiovasculares. Aquellos conductores que
presentan esta enfermedad pueden suponer un peligro para la seguridad vial, por lo que necesitan
presentar un informe médico favorable para obtener el permiso de conducir o renovarlo.

Para conducir con la máxima seguridad y no poner en peligro al resto de usuarios de la carretera, es
fundamental cuidar de nuestra salud. Para ello, es recomendable ser precavidos y someternos
periódicamente a revisiones médicas.

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