El Procedimiento de Ejecución Forzada
El Procedimiento de Ejecución Forzada
El Procedimiento de Ejecución Forzada
La ejecución forzada tiene como objetivo lograr satisfacer el crédito del acreedor
ejecutante a través del remate o la adjudicación en pago de los bienes afectados del
deudor. Por ello, es conveniente conocer el trámite de este procedimiento, sobre todo en
razón de la reciente modificación de los artículos 742 y 744 del Código Procesal Civil
I. INTRODUCCIÓN
En nuestro medio resulta un hecho generalizado el recurrir a un crédito. Pero a la
vez, cuando el acreedor exige el pago del mismo, se encuentra en no pocas ocasiones
con la negativa o imposibilidad de cumplimiento del deudor. Ante ello, se suele recurrir
a un proceso judicial de ejecución de obligaciones, en el cual lo aconsejable es solicitar
una medida cautelar respecto de los bienes del deudor a fin de procurar la garantía del
crédito.
De este modo, en caso de persistir el incumplimiento del deudor, el acreedor deberá
iniciar la ejecución forzada de los bienes afectados. Dicha ejecución forzada se realiza a
través del remate judicial o, en última instancia, de la adjudicación en pago.
En el presente informe desarrollaremos el trámite que debe seguirse, según nuestro
ordenamiento procesal, en cada una de estas modalidades de la ejecución forzada.
II. LA EJECUCIÓN FORZADA EN EL CÓDIGO PROCESAL CIVIL
La ejecución forzada constituye la última de las etapas del proceso de ejecución.
Consiste en la actividad procesal desarrollada por el órgano jurisdiccional a efectos de
lograr la satisfacción del crédito del ejecutante y de los terceros legitimados que hayan
concurrido al proceso. Para ello, se procede a enajenar judicialmente los bienes
afectados del deudor.
Nuestro Código Procesal Civil (en adelante, CPC) regula la ejecución forzada en el
Capítulo V, del Título V de los procesos de ejecución, en los artículos que van del 725
al 748. A su vez este capítulo se encuentra dividido en cuatro subcapítulos referidos a
las disposiciones generales, el remate, la adjudicación y el pago, respectivamente.
Así, para iniciar la ejecución forzada es preciso que existan bienes afectados del
deudor, con los cuales se pueda garantizar el cumplimiento del crédito que éste tiene a
favor del acreedor ejecutante. Una vez afectados dichos bienes se procede a la ejecución
forzada de los mismos, para lo cual es necesario que el acreedor ejecutante presente una
solicitud ante el juez, a fin de que éste inicie la ejecución forzada.
Por otro lado, el artículo 726 del CPC permite que en el desarrollo de esta etapa se dé
la intervención de cualquier otro acreedor que tenga afectado el mismo bien materia de
ejecución. Los derechos de este tercero dependerán de la naturaleza y estado de su
crédito. En caso de que la intervención de dicho tercero se produzca después de
realizada la ejecución forzada, él solo tendrá derecho al remanente que exista.
La ejecución forzada en estricto se inicia una vez que el juez ordena llevar adelante
la ejecución. Concluye cuando se realiza el pago íntegro del crédito que ostenta el
acreedor ejecutante, con el producto del remate o con la adjudicación en pago; o, en
todo caso, cuando antes de ello el ejecutado paga el total de la obligación, más los
intereses, y las costas y costos del proceso.
III. LAS FORMAS DE EJECUCIÓN FORZADA
Se ha establecido expresamente en el artículo 725 del CPC que, a efectos de que se
lleve adelante la ejecución forzada de los bienes del deudor, el ejecutante podrá hacer
uso de cualquiera de las siguientes modalidades: el remate o la adjudicación en pago.
Dichas modalidades tienen un objetivo en común: lograr que el acreedor ejecutante vea
satisfecho su derecho a cobrar el total del crédito que a su favor tiene que pagar el
deudor ejecutado, ya sea a través de la venta judicial de los bienes afectados del deudor
o, en su caso, con la adjudicación en pago de los mismos por parte del ejecutante.
IV. EL REMATE
El remate judicial es la forma más común de realizar la ejecución forzada. El mismo
que comprende una serie de actos sucesivos que se inician con la tasación de los bienes
afectados y culminan con la transferencia de los bienes a quien se los haya adjudicado.
Por ello, de ninguna manera debe pensarse que el remate judicial solo está constituido
por el remate propiamente dicho (es decir, la venta judicial de los bienes afectados del
deudor), sino que comprende a su vez diversos actos, tanto anteriores como posteriores
al acto de remate, que buscan preparar y concluir el procedimiento de remate judicial.
Así, dentro de los actos antes mencionados debemos considerar el acto por el cual se
tasan los bienes, los actos por los que se convoca a dicho remate, la publicidad del
mismo; y en general todo aquello que tienda a la efectiva realización de la ejecución
forzada, la cual solo culminará una vez que se haya depositado la suma obtenida por el
remate de dichos bienes y la consiguiente transferencia de los mismos al adjudicatario.
Por ello, siguiendo a Eugenia Ariano Deho, podría definirse el remate judicial como
el acto procesal de ejecución por el cual el órgano jurisdiccional, en uso de sus
facultades de imperio, transfiere al mejor postor el bien objeto de la ejecución, previo
pago del precio ofrecido, ello con la finalidad de satisfacer al acreedor ejecutante y a los
acreedores concurrentes sus derechos al crédito dinerario(1).
Como el remate judicial constituye un procedimiento compuesto por diversos actos
concatenados, pasaremos a revisar cada uno de ellos:
1. Tasación
Con la tasación se da inicio al procedimiento del remate judicial. Así, una vez que
quede firme la resolución que ordena llevar adelante la ejecución, el juez dispone la
tasación de los bienes afectados; y como dicha tasación supone un acto pericial, deberá
ser realizada por peritos especialistas en la materia quienes, sobre la base de sus
conocimientos, van a determinar el valor actual y real del bien en el mercado. Una vez
obtenida la tasación, el juez podrá convocar a remate.
La tasación de los bienes es dispuesta por el juez a través de una resolución, la cual
debe contener: i) el nombramiento de dos peritos, y ii) el plazo dentro del cual, previa
aceptación, deben éstos presentar su dictamen, bajo apercibimiento de subrogación y
multa (no mayor a 4 URP).
Ahora bien, existen ciertos casos en los que no se requiere tasación, como por
ejemplo cuando las partes han convenido previamente el valor del bien o su valor
especial para el caso de ejecución forzada(2). Asimismo, no se requerirá tasación
cuando los bienes afectados consistan en dinero o tienen cotización en el mercado de
valores o equivalente, ya que estos bienes no se transfieren en remate público. En este
caso, es necesario que el juez nombre a un agente de bolsa o corredor de valores para
que proceda a vender dichos bienes.
2. Observación y aprobación de la tasación
Un vez presentada la tasación por los dos peritos, ésta será puesta en conocimiento
de las partes por el plazo de tres días, a efectos de que las mismas puedan formular sus
observaciones. Vencido dicho plazo, el juez puede aprobar o desaprobar la tasación; y,
en caso de desaprobarla, ordenará que se realice una nueva tasación, ya sea por los
mismos peritos u otros. La resolución que desaprueba la tasación es inimpugnable.
3. Convocatoria a remate judicial
Una vez aprobada la tasación, o cuando ésta sea innecesaria en los casos ya
mencionados, el juez debe proceder a convocar al remate judicial. Ello lo realizará a
través de una resolución que, según el artículo 731 del CPC, debe: i) fijar día y hora en
que deba realizarse el acto de remate; y ii) designar al funcionario que efectuará el acto
de remate(3).
4. Publicidad
La convocatoria a remate debe publicarse en el diario de los avisos judiciales del
lugar donde se efectuará dicho acto. El anuncio se realizará por tres días tratándose de
bienes muebles y seis días en caso de inmuebles. En caso de no haber diario, la
convocatoria se publicará en otro medio de notificación edictal.
Tratándose de inmuebles, además de las publicaciones señaladas, deberán colocarse
avisos del remate en un lugar visible de los mismos, así como en el local del juzgado,
bajo responsabilidad del secretario de juzgado. En caso de muebles, los avisos deben
colocarse en el local donde se realizará el acto de remate.
El anuncio del remate debe contener: i) el nombre de las partes y los terceros
legitimados, es decir el del acreedor ejecutante, del ejecutado y de los demás acreedores
que intervienen en el proceso; ii) el bien a rematar, y de ser posible su descripción y sus
características; iii) la relación de las afectaciones del bien; iv) el valor de tasación y el
precio base; v) el lugar, día y hora del remate; vi) el nombre del funcionario que
realizará el remate; vii) el porcentaje que debe depositar para participar en el remate;
viii) el nombre del juez y del secretario de juzgado y la firma de éste.
El último párrafo del artículo 733 del CPC señala que la publicidad del remate no
puede omitirse aunque medie renuncia del ejecutado, bajo sanción de nulidad. Ello en
razón a que la convocatoria se realiza con el objetivo de difundir el remate judicial.
Una vez que las personas interesadas tomen conocimiento de la convocatoria a
remate, podrán presentarse a efectos de ser considerados como posibles postores. Para
ser admitido como postor es necesario que el interesado, antes del inicio del acto de
remate, cumpla con depositar, ya sea en efectivo o en cheque de gerencia girado a su
nombre, una cantidad no menor al 10% del valor de tasación del bien afectado. Tanto el
ejecutante como el tercero legitimado pueden participar en el acto de remate en calidad
de postores, para lo cual están exentos de realizar el depósito mencionado. En cambio el
ejecutado está imposibilitado expresamente de participar en el remate como postor.
Una vez realizado el acto de remate y de haberse procedido a otorgar en adjudicación
los bienes al mejor postor, se procederá a devolver las sumas depositadas a los postores
que no fueron favorecidos en el acto de remate.
5. Acto de remate
El acto de remate se realizará en el día y hora señalados en la convocatoria. Dicho
acto se iniciará con la lectura de la relación de los bienes y condiciones del remate,
continuando con el anuncio de cada una de las posturas a medida que se realicen. El
martillero adjudicará el bien a quien realice la postura más alta, después de un doble
anuncio del precio alcanzado sin que se realice una mejor oferta, con lo cual el remate
del bien o los bienes afectados queda concluido.
En líneas generales es así como debe realizarse el acto de remate. Adicionalmente a
ello, nuestro CPC en su artículo 736 ha establecido algunas reglas que deberán
observarse a efectos de realizar dicho acto: i) la base de la postura será igual a las dos
terceras partes del valor de tasación, no admitiéndose oferta inferior; ii) cuando el
remate del bien comprenda más de un bien, se debe preferir a quien ofrezca adquirirlos
conjuntamente, siempre que el precio no sea inferior a la suma de las ofertas
individuales; y iii) cuando se remate más de un bien, el acto se dará por concluido, bajo
responsabilidad, cuando el producto de lo ya rematado es suficiente para pagar todas las
obligaciones exigibles en la ejecución y las costas y costos del proceso.
Una vez realizado el acto de remate se procederá a sentar acta del mismo, lo cual
será realizado por el secretario de juzgado o por el martillero, según corresponda. Dicha
acta de remate debe consignar el lugar, fecha y hora del acto; el nombre del ejecutante,
del tercero legitimado y del ejecutado; el nombre de los postores y las posturas
efectuadas; el nombre del adjudicatario; y la cantidad obtenida con el remate.
El acta de remate debe estar firmada por el juez, o en su caso por el martillero, por el
secretario del juzgado, por el adjudicatario y por las partes, si es que están presentes.
Después de ello, se procederá a anexar el acta de remate al expediente a fin de dejar
constancia de la realización del acto.
6. Pago del saldo del precio y transferencia de los bienes rematados
En este aspecto se establecen dos criterios a seguir en atención a la naturaleza del
bien rematado. Así, en caso de bienes muebles, el pago se debe efectuar en el mismo
acto del remate, debiéndose entregar de inmediato el bien al adjudicatario, es decir a
aquel que adquirió el bien objeto por realizar la postura más alta. Una vez efectuado el
pago del saldo del precio, el martillero procederá a depositar dicha suma en el Banco de
la Nación, a la orden del juzgado, a más tardar al día siguiente de realizado el acto de
remate, con lo cual concluye el procedimiento de remate judicial.
En el caso de bienes inmuebles, el juez antes de cerrar el acta de remate ordenará al
adjudicatario que deposite en el Banco de la Nación el saldo del precio dentro de los tres
días siguientes. Una vez realizado dicho depósito el juez transferirá la propiedad del
inmueble mediante un auto, el cual contendrá: i) la descripción del bien; ii) la orden que
deja sin efecto todo gravamen que pese sobre éste, a excepción de la medida cautelar de
anotación de demanda; iii) la orden al ejecutado o administrador judicial para que
entregue el inmueble al adjudicatario dentro de los 10 días siguientes, bajo
apercibimiento de lanzamiento. Esta orden también es aplicable al tercero que fue
notificado con el mandato ejecutivo o de ejecución; iv) la orden de que se expidan
partes judiciales para su inscripción en el registro correspondiente, los cuales
contendrán la transcripción del acta de remate y del auto de adjudicación.
El auto de adjudicación en materia de remate de bienes inmuebles es de vital
importancia por varias razones, porque con él se da por concluido dicho procedimiento
y, por otro lado, constituye el acto por el cual se transfiere, en favor del adjudicatario, la
propiedad del bien rematado.
En caso de que el adjudicatario no cumpla con depositar el saldo del precio dentro
del plazo señalado, el juez está facultado en virtud del artículo 741 del CPC a declarar la
nulidad del remate, y por ende convocar a un nuevo procedimiento. Con ello el
adjudicatario incumpliente se hará acreedor a una doble sanción: i) perderá la suma que
depositó a efectos de ser admitido como postor, la cual será destinada a cubrir los gastos
del anulado remate, y en caso de existir un saldo, será destinado como un ingreso del
Poder Judicial por concepto de multa; ii) quedará impedido de participar en el nuevo
remate a convocarse.
Además, el referido artículo señala que queda a salvo el derecho del acreedor
ejecutante para reclamar al adjudicatario incumpliente el pago de los daños y perjuicios
que se le hubiesen ocasionado con dicho incumplimiento.
7. Falta de postores
La Ley N° 27740 del 29/05/2002 ha modificado sustancialmente los artículos 742 y
744 del CPC en relación a la forma como deben realizarse las nuevas convocatorias por
frustración del remate a falta de postores y a la oportunidad en la que se puede solicitar
la adjudicación en pago del bien afectado.
Así, según el texto anterior del artículo 742 del Código acotado, en caso de no
presentarse postores en la primera convocatoria a remate, se procedía a realizar una
segunda convocatoria en la cual el precio base de la postura era reducido en un 15%. En
caso de que en la segunda convocatoria tampoco se hubieran presentado postores, se
dejaba abierta la posibilidad de convocarse nuevamente a cuantas convocatorias
hubieran sido necesarias con la consiguiente y sucesiva reducción del 15 % del precio
base anterior.
Evidentemente dicho tratamiento representaba un grave perjuicio, tanto para el
acreedor ejecutante como para el deudor, pues dilataba el proceso y a la vez
incrementaba los gastos del mismo. En efecto, lo único que originaba era que el bien sea
vendido a un precio exiguo, con el cual muchas veces no se llegaba a pagar el monto de
lo adeudado y mucho menos a cubrir los intereses y demás gastos del trámite del
proceso, los mismos que se incrementan razonablemente por cada nueva convocatoria
La modificación del artículo 742 del CPC tiene por objetivo eliminar la posibilidad
de que se efectúe un ilimitado número de convocatorias. Según el nuevo texto del
referido artículo, ante la frustración del remate por falta de postores en la primera
convocatoria, el juez procederá a convocar a una segunda reduciendo en un 15% el
precio base; y si en esta segunda convocatoria tampoco se presentan postores se procede
a convocar a una tercera con la respectiva reducción del 15%. Si en esta tercera
convocatoria tampoco se presentan postores, el ejecutante(4) podrá solicitar al juez la
adjudicación en pago del bien dentro de los 10 días siguientes de frustrado el remate.
En caso de no presentarse la solicitud de adjudicación en dicho plazo, se procederá a
ordenar una nueva tasación y una nueva convocatoria, iniciándose nuevamente dicho
procedimiento con el mismo trámite antes señalado, el cual si llega a la tercera
convocatoria nuevamente sin presentarse postores ni realizarse la adjudicación en pago
volverá a ser frustrado, debiendo realizarse una nueva tasación y convocatoria, y así
sucesivamente.
8. Nulidad del remate judicial
Como el remate judicial es un acto procesal realizado por el órgano jurisdiccional, la
nulidad del mismo solo puede sustentarse en el incumplimiento de alguno de los
requisitos formales del propio acto procesal y no en las normas relativas a la nulidad de
los actos jurídicos. Al respecto, el artículo 743 del CPC establece que la solicitud de
nulidad deberá ser interpuesto dentro de los tres días siguientes de realizado el acto de
remate.
V. LA ADJUDICACIÓN EN PAGO
En la ejecución forzada la adjudicación del bien rematado puede darse en dos
formas: en el remate o una vez frustrado éste. La adjudicación en remate se da cuando
una vez realizado dicho acto se procede a redactar el acta de remate en la cual, entre
otros datos, consta el nombre del adjudicatario (postor a quien se le adjudicó el bien por
realizar la postura más alta).
En cambio, la adjudicación en pago viene a ser una forma accesoria de realización de
la ejecución forzada. Se realiza cuando, una vez frustrado el remate (debido a que en la
tercera convocatoria no se han presentado postores) el ejecutante o en su caso el tercero
legitimado solicita al juez la adjudicación del bien en pago del crédito que ostenta. Para
ello, el ejecutante deberá presentar la solicitud de adjudicación en pago dentro de los
diez días siguientes de frustrado el remate. De no presentarse dicha solicitud, el juez
procederá a disponer una nueva tasación y remate bajo las mismas condiciones,
repitiéndose el mismo trámite tantas veces sea necesario hasta que aparezca un postor o
hasta que el acreedor ejecutante solicite la adjudicación del bien.
En caso de que el valor del bien sea superior al crédito, el ejecutante que ha
solicitado la adjudicación del bien deberá pagar dicho exceso al deudor dentro de los
tres días siguientes a la notificación de la liquidación de los intereses, costas y costos del
proceso. En caso de que no se cumpla con realizar dicho depósito dentro del
mencionado plazo, la adjudicación quedará sin efecto, prosiguiéndose a convocar a un
nuevo remate.
Por el contrario, si el adjudicatario cumple con depositar el monto que excede su
crédito, el juez inmediatamente procederá a entregarle el bien mueble y, en caso de
tratarse de un inmueble, a expedir el auto de adjudicación.
VI. PAGO AL EJECUTANTE
Una vez realizado el remate judicial y obtenido el dinero, el juez procederá a
disponer el pago del crédito al acreedor. Para ello es necesario que previamente el juez
ordene la liquidación de los intereses, costas y costos del proceso, lo cual debe ser
realizado por el secretario del juzgado dentro del plazo que fije el juez.
Efectuada la mencionada liquidación, la misma se pondrá en conocimiento de las
partes para que dentro de los tres días siguientes realicen sus observaciones en forma
detallada. Absuelto el trámite de la observación o en caso de rebeldía, el juez resolverá
aprobando o modificando la liquidación y a la vez requerirá el pago.
Una vez aprobada la liquidación de los intereses, costas y costos del proceso se
procederá a pagar al ejecutante con el producto del remate. En caso de que el bien que
asegura la ejecución esté constituido por dinero, éste será entregado al ejecutante una
vez aprobada la liquidación.
Si en el remate judicial se da la concurrencia de varios ejecutantes, se deberá
proceder a satisfacer sus respectivos derechos de la siguiente manera:
a) Concurrencia de varios acreedores ejecutantes con derechos distintos: el
producto del remate será distribuido en atención al derecho de cada uno de los
ejecutantes. Dicha distribución será establecida por el juez en un auto, el cual podrá ser
observado dentro de los tres días siguientes a su notificación. Si después de la
distribución existe un remanente, éste le será entregado al ejecutado.
b) Concurrencia de varios acreedores sin derecho preferente y los bienes del
deudor no alcanzan a cubrir las obligaciones: el pago de dichas obligaciones se
efectuará a prorrata. Si entre dichos acreedores existe uno con derecho preferente, el
crédito de éste será satisfecho en primer lugar y el de los otros se realizará a prorrata.
Una vez realizado el pago íntegro al ejecutante del crédito, más los intereses que se
hubieran devengado y las costas y costos del proceso, se habrá concluido la ejecución
forzada, pues ésta ha logrado alcanzar su objetivo primordial: la satisfacción del crédito
del acreedor ejecutante a través de la enajenación forzosa de los bienes del deudor.
CONCLUSION DE LA EJECUCION FORZADA: La conclusión de la ejecución
forzada puede hacerse bajo varios supuestos, se desprende del artículo 727 del CPC que
la ejecución forzada concluye en los siguientes casos: Cuando se hace pago íntegro
(capital, intereses, devengados, costas y costos procesales) al ejecutante con el producto
del remate. Cuando se produce el pago íntegro (capital, intereses devengados, costas y
costos del proceso) al ejecutante con la adjudicación (declaración judicial por la cual se
transfiere o se entrega en propiedad un determinado bien al ejecutante). Cuando el
ejecutado paga íntegramente la obligación e intereses exigidos y las costas y costas del
proceso, antes de la realización de la ejecución forzada. Puede ocurrir que un acreedor
no ejecutante, que tiene afectado el mismo bien, puede intervenir en el proceso antes de
su ejecución forzada. Sus derechos dependen de la naturaleza y del estado de su crédito.
Ejecución Forzada
En primer lugar, hay que señalar que las medidas para futura ejecución forzada son
aquellas dirigidas a asegurar el cumplimiento de la obligación a que le condenará al
vencido mediante el correspondiente fallo jurisdiccional. Ellas garantizan que los bienes
que van a ser materia de ejecuciones forzadas se mantienen para su realización.
Desde el ángulo etimológico el embargo es una “… voz derivada del verbo embargar, y
éste del latín vulgar embarazar, usado en la Península Ibérica y en la zona de la lengua
de oc. Deriva probablemente de barra `tranca`, significa por lo tanto` cerrar una puerta
con trancas o barras`procedimientos originario del embargo”.
Jorge Carreras refiere que ” en nuestro lenguaje jurídico la palabra embargo es sinónimo
de traba, y el verbo trabar equivale esencialmente a juntar o unir una cosa con otra, es
decir, a afectar a unir los bienes designados a la ejecución pendiente”
Couture entiende por embargo aquella medida cautelar “…. decretada judicialmente
para asegurar de antemano el resultado de un proceso, y que consiste en la
indisponibilidad relativa de determinados bienes”
Podetti define al embrago como “la medida judicial que afecta mediante judicial que
afecta un bien o bienes determinados, de un deudor o presupuesto deudor, al pago
eventual de un crédito, individualizándolos y limitado las facultades de disposición y de
goce”.
Prieto-Castro conceptúa al embargo como “…. un acto del órgano jurisdiccional, por el
cual los bienes y derecho del deudor, a los que se refiere, se declaran y quedan adscritos
a la satisfacción del crédito del acreedor”.
Lino Palacio sostiene que el embargo es la medida cautelar “… en cuya virtud se afecta
e inmovilizar uno o varios bienes de quien es o ha de ser demandado en un proceso de
conocimientos de ejecución, con miras a segurar la eficacia práctica o el resultado de
tales procesos”.
El artículo 642 del Código Procesal Civil define al embargo del siguiente modo:
La retención es una obligación que por mandato judicial se exige a quien debe hacer
entrega de bienes o pagos al deudor, debiendo el retenedor reservarlos a orden y
disposición de la autoridad jurisdiccional que decretó esta medida preventiva. Esta
medida supone la innovalización de bienes y valores del afecto que efectúa un tercero,
quien se encuentra en posesión de ellos (no siempre en calidad de deudor).
Alessandri anota que ” por la retención se da orden a la persona que tienen la cosa de
retenerlas y no entregarla sin orden del tribunal”. Momroy señala que “a través del
embrago en retención se solicita a este deudor (se refiere al tercero) del autor mantenga
en su posesión el bien del deudor embrago. Tratándose de una medida cautelar, no
encontramos ante mandato judicial que debe ser necesariamente cumplido por este
tercero que pasa a ser el retenedor, quien queda sujeto a la decisión judicial respecto del
destino del bien retenido”.
Para Devis Echandía “embargo es el acto judicial mediante el cual se pone fuera del
comercio una cosa y a órdenes de la autoridad que lo decreta”.
Safontas dice del embargo que “… es medida precautoria acordada a todo acreedor, y el
medio de hacer eficaces los juzgamientos; que se realiza con el concurso y vigilancia de
la justicia.
1.6 Embargabilidad
La noción de embargabilidad denota la relación positiva que existe entre ciertos bien,
por una parte, y la validez y eficacia jurídica de la medida cautelar es estudio, por la
otra, en la hipótesis de que dicho bien pase a ser objeto del embrago.
la actividad procesal compleja que significa el embargo está enderezada a elegir los
bienes del ejecutado que deben sujetarse a la ejecución y a afectarlos concretamente a
ella, engendrando en el acreedor ejecutante una facultad meramente procesal a percibir
el producto de la realización de los bienes afectados, y sin que se limite jurídicamente ni
se expropia la facultad de disposición del ejecutado sobre dichos bienes.
El embrago representa una actividad procesal compleja integrada por la búsqueda de los
bienes del obligado ( se deja en claro que la inclusión de este primer elemento es
discutible por tratarse strictu sensu de una actividad preparatoria del embargo; la
selección de aquellos sobre los que recaerá la traba (que la hace el embargante, pero la
autoriza el Juez en base al principio de proporcionalidad), la afección de dichos bienes a
la ejecución forzada y las medidas de garantía de la traba (nombramiento de depositario,
anotación preventiva, etc) Sin embrago, la elección resulta ser el acto principal. El
embrago existe con la declaración respectiva, no pudiendo considerarse verificando si
ella no se ha producido. Los otros actos tiene carácter contingente; si se lleva a cabo,
forman parte del embargo, pero su ausencia no implica la inexistencia de dichas medida
cautelar.[5]
El embrago, por razón de sus efecto asegurativo, puede ser adoptado estructuralmente
para que sirva de medida cautelar, agotando la actividad en que consiste el embrago
toda medida o proceso, sirviendo de instrumentos a la sentencia que en su día puede
constituir el título ejecutivo hipotético que el actor quiere procurarse, y actuando el Juez
anticipadamente como si hubiese asumido la legitimación necesarios para disponer de
los bienes del embargo, a los solos efectos de llevar a acabo la traba de bienes y,
exigiendo al embragarte, una fianza para responder del pago de las costas y daños y
perjuicios causados si no procedía llevar a cabo la traba.
Sólo cuando se ejercite una pretensión de condena podrá solicitarle la práctica de una
diligencia de embrago, mientras que ésta deberá rechazarse de plano cuando del
Juzgado o Tribunal, al actor, presunto acreedor, sólo pretenda una simple declaración de
su derecho o crédito, pues y es por demás sabio, no puede hablarse de la efectividad o
ejecución de una sentencia simplemente declarativa.
en cuanto a los efectivos del embrago señala Luis Rodríguez como sustanciales el “….
determinar, individualizar o especificar los bienes de realización” Es otro efecto
sustancial del embrago la aprehensión que “… importa la deposición material del bien,
aun cuando el deudor o un tercero queden como depositario. En tal supuesto el deudor o
el tercero actúan nomine alieno, con las responsabilidades inherentes a todo custodio o
depositario.
A través del embargo en retención se solicita a este del deudor mantenga en su posesión
el bien del deudor embargado. Tratándose de una medida cautelar, nos encontramos
ante un mandato judicial que debe ser necesariamente cumplido por este tercero que
pasa a ser el retenedor, quien queda sujeto a la dcisión judicial respcto del destino del
bien retenido. [6]
3.1 Concepto
El embrago en forma de retención consiste en la emisión por parte del Juzgado ejecutor
de una orden dirigida al tercer deudor o a aquel en cuyo poder se encuentra los bienes
del ejecutado , a fin de que conserve a disposición del órgano judicial el importe de la
deuda o los bienes de que se trate, si misma en lo que se refiere al embargo de bienes
del ejecutado en poder de terceros, la improcedencia del depósito judicial en sentido
estricto obedece a la exigencia de respetar la situación jurídica existente antes del
embargo y en la que aparece involucrados un tercero ajeno a la ejecución, esto es, el
poseedor de aquellos bienes. pero, una vez finalidad la relación jurídica en virtud de la
cual el tercero detenta la posesión de los bienes del ejecutado, dicho tercero no podrá
devolverlos al deudor, ni entregarlos a terceros, sino que ha de conservarlos a
disposición del Juzgado ejecutor.
Se acostumbra solicitar embrago en forma de retención, por lo general, sobre los fondos
y valores que el obligado tuviera en cuenta corriente, depósito, custodia o cobranza, ya
sea individual o mancomunadamente, en las distintas instituciones bancarias y/o
financieras. [7]
1. Conservar los bienes en el mismo estado en que los reciben, en el local destinado para
ello, a la orden del juzgado y con acceso permanente para la observación de las partes.
2. dar cuenta inmediata al juez de todo hecho que pueda significar alteración de los
objetos en retención y los que regulen otras disposiciones bajo responsabilidad civil y
penal.
3.4.1 Efectos
Es efecto del incumplimiento del mandato judicial de embargo por parte del retenedor el
borde pago impuesto a éste, en el caso que hubiese el retenedor pagado al efectuado,
infligiendo la resolución cautelar, tendrá que realizar nuevamente el pago a la orden del
Juzgado que tiene que coincidir con el anterior efectuado, siendo incorrecto pesar que al
órgano jurisdiccional tenga que abonarle el doble del valor que originalmente pagó al
efectuado. Precisamente el artículo 660 del Código Procesal Civil preceptúa que “si el
retenedor, incumpliendo la orden de retener, paga directamente al efectos será obligado
a efectuar nuevos pagos a la orden del Juzgado. Contra esta decisión procede apelación
sin efecto suspensivo”. [9]
3.5.1 Pago
Se articulan como requisitos del pago los siguientes: a) Una obligación anterior de hacer
o no hacer, de dar o no dar; b) dualidad al menor de sujetos, acreedor el uno y deudor el
otro, o recíprocamente con una y otra cualidad; c) la voluntad de pagar, para diferencia
el pago de otros negocios en su nombre o por él; e) un acreedor que recibe el pago por sí
o persona facultad para aceptar en su nombre y por su cuenta.
El pago no puede consistir sino en lo debido, en todo lo debido y solamente en lo
debido. Como lugar se estará al convenio o fijado. Supletoriamente rigen el lugar de la
obligación cuando ase contrajo y el dominio del deudor.
3.5.2 Recursos
Contra la resolución que ordena nuevos pago procede el recurso de apelación sin efecto
suspensivo.
COMENTARIO
CONCLUSIONES
– La medida cautelar tiene, pues, asegurar la satisfacción del derecho del pretensor o la
reparación de daño producido.
PLANTEAMIENTO
"A", denunció a la empresa constructora, debido al incumplimiento por parte de
ésta de las prestaciones estipuladas en el contrato de obra, por el cual quedaba
obligada a la construcción de una vivienda. Un Juzgado dicta sentencia
condenando a la constructora demandada, a cumplir con la obligación de hacer
pactada en el contrato de obra, para lo cual concedía a dicha empresa un plazo
para el cumplimiento voluntario de la obligación contenida en el fallo de dicha
sentencia, mediante el inicio de las actividades encaminadas a la construcción de
dicha vivienda.
La empresa ejecutada no procedió al cumplimiento voluntario de la referida
condena, pues transcurrido el plazo concedido para el inicio de la obra, la empresa
constructora no cumplió su condena de hacer. ¿Puede "A" solicitar que se
construya una vivienda a costa de la constructora?
RESPUESTA
Si. La parte ejecutante puede solicitar la ejecución forzosa de la sentencia, invocando
el Art. 1098 ,Código Civil, que establece que si el deudor de un hacer no hace lo que
debe, o lo hace contraviniendo lo establecido, se mandará a ejecutar por un tercero a su
costa, y además podrá ordenarse que deshaga lo mal hecho.
Por su parte, los artículos comprendidos entre el Art. 705 ,Ley de Enjuiciamiento
Civil y el Art. 709 ,Ley de Enjuiciamiento Civil regulan la ejecución forzosa de un
hacer no personalísimo, estableciéndose que el ejecutante podrá solicitar que un tercero
realice lo debido a costa del deudor o reclamar una indemnización de daños y
perjuicios.
Así las cosas, como quiera que, cuando del cumplimiento forzoso de las obligaciones de
hacer se trata, resulta materialmente imposible que los Tribunales obliguen físicamente
al ejecutado a cumplir la referida obligación, o a cumplirla bien, para esa circunstancia,
el legislador, previó en el ordenamiento jurídico, la posibilidad de que el cumplimiento
forzoso de dichas obligaciones de hacer, pudieran ejecutarse por un tercero, a costa
del deudor.
BASE JURIDICA
- Art. 1098 ,Código Civil
- Art. 705 ,Ley de Enjuiciamiento Civil y siguientes
EXPEDIENTE : 9443-2012
ESPECIALISTA : NUÑEZ TEJADA
ESCRITO : 01-2013
SUMILLA : Se dé inicio a la ejecución forzada.
POR LO EXPUESTO:
A UD. Pido acceder a mi pedido.
Arequipa, 06 de mayo de 2013.
El argumentar un pedido de embargo en ejecución de sentencia resulta ser una estructura
sistemática, lógica, razonada y coherente de lo que se pretende hacer cumplir, vale decir,
utilizar una herramienta adecuada y efectiva frente a la renuencia de la parte vencida al no
querer cumplir un mandato judicial firme. De tal modo, si la ejecuta es una institución pública
resulta ser una suerte de batalla titánica, ya que luego de obtener el demandante una sentencia
judicial firme que declara fundada su demanda constitucional, está (entidad pública) al amparo
de normatividad que contraviene el principio de igualdad –Ley de Presupuesto, Ordenanzas
Municipales, etc.- logra dilatar el cumplimiento de un mandato judicial a la brevedad. Por ello y
a fin de coadyuvar a los colegas del derecho, presento el siguiente modelo para que puedan
solicitar un embargo sobre el FONCOMUN y/o cuentas corrientes de la vencida teniendo como
punto medular el argumento del test de ponderación de intereses o el enfrentamiento de
conflictos de derechos fundamentales (sopesando el derecho a la tutela jurisdiccional como
aquel fin que expone que una sentencia judicial debe ser cumplida en todos sus extremos y
con la premura de tiempo contra la Ley de Presupuesto u otro que buscan impedir la ejecución
inmediata de un mandato judicial).
I.- PETITORIO:
El embargo solicitado es hasta por la suma de S/. 40 000.00 (CUARENTA MIL Y 00/100
NUEVOS SOLES), suma que es la parte alícuota que me corresponde como coheredera de los
beneficios sociales de mi difunto padre don DHH, los intereses legales actualizados al 03 de
octubre último, más lo que usted considere necesario para responder por los costos del
proceso[1]; para tal efecto deberá oficiarse y/o notificar a las oficinas principales de todas
las entidades financieras del país, a fin de que se proceda con la retención solicitada.
· MI BANCO: AV. 09 DE DICIEMBRE (EX PASEO COLON) 280 – LIMA 01.
· BANCO SCOTIABANK PERU: AV. DIONISIO DERTEANO Nro. 102 – SAN ISIDRO.
1. A que, el causante y otros, en el año mil novecientos noventa y nueve, interpusieron
demandada de acción de cumplimiento a razón de que la parte accionada cumpla con pagar
sus beneficios sociales.
3. A que, no existiendo estricto cumplimiento de la sentencia judicial, en el año 2003 los
accionantes solicitan el desarchivamiento del expediente (00000-03) a fin de que en ejecución
de sentencia judicial la accionada cumpla con calcular y pagar la liquidación de los beneficios
sociales del demandante conforme a los parámetros de ley. Posteriormente por la renuencia de
la demandada su judicatura designó perito judicial para que realice el cálculo de los beneficios
sociales del demandante don D.H.H.; peritaje contable que obra de fojas 398 a 423 de autos y
que determinó como suma por beneficios sociales e intereses legal al 30 de abril de 2006, por
la cantidad de S/. 128 000.00 nuevos soles y la cual fue aprobada mediante resolución número
105 que obra a fojas 535.
4. A que, la Municipalidad de la XXX a la fecha ha demostrado ser esquivo en cumplir sus
mandatos, contrario a ello apela todas las resoluciones que ordenan se cumpla con el pago de
los beneficios sociales del ejecutante, demostrando con este actuar desidia frente a un
mandato judicial.
5. En ese orden de ideas, resulta coherente señalar que el Código Procesal Constitucional de
manera explícita dispone que a la resistencia de cumplirse un mandato judicial es de aplicación
la fuerza racional de los artículos 22 y 59[2] del Código Procesal Constitucional, es así que,
concluido el presente proceso de cumplimiento e iniciarse la ejecución de sentencia, la
judicatura procedió en aplicar todos los apremios de ley a la ejecutada. No obstante de todo
ello, dichos instrumentos no han cumplido con su finalidad concreta “hacer que la ejecutada
cumpla con la sentencia judicial firme”.
6. En adición, es racional exponer que el artículo 59 del Código Procesal Constitucional debe
estimarse prevalente inclusive frente a la Ley General de Presupuesto, Ordenanzas
Municipales y otras normas; que de modo alguno son dejadas sin efectos por el artículo
59, bajo el ejercicio de la PONDERACIÓN DE INTERESES[3], premisa que resulta una
técnica de interpretación constitucional plenamente aplicable al caso concreto.
7. En propiedad, el embargo que se pide es idónea en cuanto hay una previsión suficiente y
adecuada: tutelar la ejecución de una obligación constitucional. Adicionalmente, se cumple
la condición de que el embargo es una medida necesaria pues no advierto otra medida menos
gravosa que la peticionada, en tanto no aprecio voluntad de pago de la obligada. Es
así, que mi derecho, ya reconocido jurisdiccionalmente, será solo satisfecho en mayor
grado por el embargo pues existe un fin de tutela urgente, frente a un grado de afectación
media del patrimonio de la emplazada.
8. De tal modo, lo peticionado resulta ser la única forma de tutelar mi derecho de cobro, ya que se
cumplen los parámetros fijados por el Tribunal Constitucional, en relación a las exigencias de
que los fondos a embargar si bien tienen conexidad con el cumplimiento de las funciones del
órgano público emplazado, en definitiva existe una clara reticencia de sujeción al
cumplimiento de un mandato constitucional que no puede ser programado en un plazo
en exceso extenso[4]. De la misma forma, aún cuando los fondos a embargarse pudieran
estar afectados a uso público, correspondía al ejecutado en propiedad fijar cuentas privadas
con dinero y susceptibles de afectarse o bien reestructurar un cronograma de pagos
sujetándose al mandato del artículo 59 arriba citado y dentro de un plazo razonable. No haber
cumplido estas obligaciones mínimas, convierten en ilusorio el mandato judicial.
9. En ese sentido, si existiera una Ordenanza de intangibilidad y la cual podría traducirse en un
impedimento preliminar prima facie y el FONCOMÚN devendría en una cuenta no embargable,
debo dejar establecido que la sentencia constitucional, precisamente por tutelar derechos
fundamentales, goza de prevalencia frente a otras normas restrictivas, pues pese en
haberse ordenado por su despacho a la demandada que señale cuales son las cuentas
privadas que posee para su posterior embargo, esta no lo hizo demostrando reticencia a lo que
su judicatura ordena, por lo cual me pregunto ¿cuál sería el valor de la sentencia constitucional
en el caso sub judice si el mandato no fuere acatado? Estimo que nada, poco o ninguno.
10. Ahora bien, resulta congruente y racional que el recurrente sea quien brinde la referencia de la
cuenta a embargar, pues si continuara dependiendo que esta información sea brindada por la
ejecutada, lo cual no hará pese en que su despacho lo requirió en reiteradas oportunidades; la
posibilidad directa y correcta es que el actor la brinde para el propósito del embargo.
11. Además, lo que se pide es que se cumpla con un mandato judicial firme, vale decir, la
ejecución de laP];’] resolución judicial y la cual no es sino una concreción específica de la
exigencia de efectividad que garantiza el derecho a la tutela jurisdiccional, y que no se agota
allí, ya que, por su propio carácter, tiene una vis expansiva que se refleja en otros derechos
constitucionales de orden procesal (V. GR. DERECHO A UN PROCESO QUE DURE UN
PLAZO RAZONABLE, ETC).
13. En ese orden lógico, existiendo argumentos jurídicos sólidos sobre la finalidad de un proceso
constitucional, así como, estando acreditada la desidia de la ejecutada, la obligación de pago,
mas no se hace la cancelación de los beneficios sociales del ejecutante, pese en encontrarse la
presente causa en ejecución de sentencia desde el año 2003; por cuyas
consideraciones SOLICITO a su judicatura se sirva concederme el embargo, tal como lo
describe el petitorio de la presente solicitud.
1. Art. 1219 del Código Civil, cuyo inciso 1) establece que es efecto de las obligaciones autorizar
al acreedor para emplear las medidas legales a fin de que el deudor le procure aquello a que
está obligado.
2. Art. 642 del Código Procesal Civil, numeral que prescribe : a) que cuando la pretensión es
apreciable en dinero se puede solicitar embargo, y b) que este consiste en la afectación jurídica
de un bien o derecho del presunto obligado, aunque se encuentre en posesión de tercero, con
las reservas que para este supuesto señale la ley.
El derecho se encuentra plenamente acreditado con la sentencia judicial firme, cuyo original
obra en los actuados.
De los hechos expuestos fluye con claridad que el emplazado por ser una entidad pública no
tiene la disposición en honrar sus obligaciones y si no se materializa el embargo que se solicita
entonces se verá insatisfecha la sentencia, pues el demandado de acuerdo a su modo de
actuar no pretende pagar los beneficios sociales del ejecutante.
VII.- CONTRACAUTELA:
POR TANTO:
ANEXO 1-A: copia simple del DNI del recurrente, copia simple del poder amplio y general de
D.H.H. y la sucesión intestada del causante don D.H.H. (téngase presente que ya se
presentaron oportunamente dichos documentos en copia certificada a la judicatura y a la fecha
se encuentran adheridas al expediente principal).
ANEXO 1-C: copia del informe pericial que determina el monto por beneficios sociales del
difunto.
ANEXO 1-D: copia simple de la resolución nro. 105 (aprueba la pericia contable).
ANEXO 1-F: copias simples de los oficios emitidos por el 7mo Juzgado Constitucional de Lima
mediante el cual ordena a las entidades financieras remitan un informe sobre todos los
depósitos con los que cuenta la demandada Municipalidad.
CUARTO OTROSI DIGO: Así mismo, la jurisprudencia precitada en el tercer otrosí digo expone
en su fundamento 62, párrafo tres: “Dicha ejecución forzosa deberá realizarse conforme a
las reglas del artículo 713° y siguientes del Código Procesal Civil. En tal sentido, en
aplicación del artículo 716° de mismo cuerpo de leyes.
QUINTO OTRISI DIGO: Que, solo se presenta copia simple de las piezas principales de los
actuados y no se presentan copias certificadas por ser el estado de autos el de ejecución de
fallo judicial firme; por lo cual, SOLICITO la formación del cuaderno de ejecución
correspondiente, debiéndose ordenar al secretario cursor proceda conforme a ley.
Ø EXP. N.° 1711-2004-AA/TC fundamento 03: “La igualdad como derecho fundamental está
consagrada por el artículo 2º, inciso 2, de la Constitución. Tal como lo ha señalado este
Colegiado, en la sentencia recaída en el Expediente 048-2004-AI/TC, el derecho a la igualdad
presenta dos facetas: igualdad ante la ley e igualdad en la ley. La primera de ellas quiere decir
que la norma debe ser aplicable por igual a todos los que se encuentren en la situación
descrita en el supuesto de la norma; mientras que la segunda implica que un mismo
órgano no puede modificar arbitrariamente el sentido de sus decisiones en casos
sustancialmente iguales, y que cuando el órgano en cuestión considere que debe apartarse
de sus precedentes, tiene que ofrecer para ello una fundamentación suficiente y razonable” (las
negritas y el subrayado son agregados).
OCTAVO OTROSI DIGO: Que, de conformidad con el Art. 133 del CPC se adjunta copias
simples del escrito para los fines de ley.
Asimismo, lo dispuesto por la Ley Núm. 29574, artículo 5 que modifica los artículos 34 numeral
6 y 47 numeral 19 de la Ley número 29277, Ley de la Carrera Judicial la cual considera como
falta grave el no cumplir con expeditar las resoluciones pertinentes dentro del término
de ley.