Heidegger describe la muerte como una posibilidad siempre presente que nos hace conscientes de nuestra finitud. Al darnos cuenta de que podemos morir en cualquier momento, nos enfrentamos a la pregunta sobre el significado y propósito de nuestras vidas. La angustia frente a nuestra propia mortalidad es parte fundamental de la condición humana y un tema central del existencialismo.
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Heidegger describe la muerte como una posibilidad siempre presente que nos hace conscientes de nuestra finitud. Al darnos cuenta de que podemos morir en cualquier momento, nos enfrentamos a la pregunta sobre el significado y propósito de nuestras vidas. La angustia frente a nuestra propia mortalidad es parte fundamental de la condición humana y un tema central del existencialismo.
Heidegger describe la muerte como una posibilidad siempre presente que nos hace conscientes de nuestra finitud. Al darnos cuenta de que podemos morir en cualquier momento, nos enfrentamos a la pregunta sobre el significado y propósito de nuestras vidas. La angustia frente a nuestra propia mortalidad es parte fundamental de la condición humana y un tema central del existencialismo.
Heidegger describe la muerte como una posibilidad siempre presente que nos hace conscientes de nuestra finitud. Al darnos cuenta de que podemos morir en cualquier momento, nos enfrentamos a la pregunta sobre el significado y propósito de nuestras vidas. La angustia frente a nuestra propia mortalidad es parte fundamental de la condición humana y un tema central del existencialismo.
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LA MUERTE EN HEIDEGGER
Heidegger describe la muerte de tal modo que invierte las nociones
comunes que se esfuerzan por evadir la realidad de la muerte. La muerte es algo que sucede a los “otros”, la muerte no es un hecho para mí, es algo que está afuera, en el mundo.
Para Wittgenstein en su Tractatus “La muerte no es un suceso en mi
vida: no vivimos para experimentar la muerte”.
La muerte es una posibilidad siempre presente, se puede no ser en
cualquier momento. Una vez que uno se da cuenta de la posibilidad de la muerte o bien uno se escapa aterrorizado, se derrumba o se enfrenta. Esto abre la pregunta sobre el significado de mi vida, puesto que hay muerte.
La muerte, concebida como una permanente posibilidad interior,
adquiere de inmediato una nueva dimensión, si se la compara con la muerte vista como un suceso en el mundo. Enfrentarse a la muerte le lleva a uno a pensar en buscar algún sentido o significado a la propia existencia.
Somos arrojados al mundo, pero la totalidad de estar vivos dura breve
tiempo, apenas estamos acostumbrados al mundo cuando todo ello acaba. Nuestra conciencia de la muerte produce angustia, es aterradora de hecho. La angustia frente a la propia finitud es uno de los temas centrales de la filosofía existencialista.
La angustia es simplemente la llegada al nivel de conciencia de nuestra
existencia humana en su contingencia. La angustia simplemente es parte de la condición de ser humano. El intento del hombre por huir de su angustia, por evadir la realidad de su propia mortalidad, conduce a otro gran tema: la alienación.