PREMIO

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PARA OPTAR AL PREMIO ROSALIA FELDBLIT DE GARFUNKEL

SOBRE "INVESTIGACION BASICA, CLINICA O SOCIAL SOBRE

ENFERMEDADES DEL CORAZON"

SERVICIOS DE HEMODINAMIA Y DE CARDIOLOGIA

HOSPITAL DE PEDIATRIA "Dr. Juan P. Garrahan".

Doctores: FAELLA, Horacio

SCIEGATA, Alberto

ALONSO , José Luis

JMELNITSKY, Luis

CAPELLI, Horacio

Abril de 1997

INDICE

1
pagina

PROLOGO ........................................5

CAPITULO I

SEPTOSTOMIA INTERAURICULAR 10 - 26

Introducción ................................11

Material y método ...........................12

Resultados ..................................14

Discusión ...................................15

Conclusiones ................................17

Ilustraciones ...............................19

CAPITULO II

VALVULOPLASTIA CON CATETER BALON EN LA ESTENOSIS

VALVULAR PULMONAR CRITICA 27 - 53

Introducción ................................28

Material y método ...........................29

Resultados ..................................31

Discusión ...................................33

Conclusiones ................................35

Ilustraciones ...............................36

CAPITULO III

2
VALVULOPLASTIA CON CATETER BALON EN LA ESTENOSIS

VALVULAR AORTICA CRITICA 54 - 87

Introducción ................................55

Material y método ...........................55

Resultados ..................................58

Discusión ...................................60

Conclusiones ................................64

Ilustraciones ...............................66

CAPITULO IV

ANGIOPLASTIA DE LA COARTACION DE AORTA NATIVA 88 - 116

Introducción ................................89

Material y método ...........................92

Resultados ..................................93

Discusión ...................................96

Conclusiones ................................98

Ilustraciones ...............................99

EMBOLIZACIONES

BIBLIOGRAFIA .....................................117 - 134

EPILOGO ..........................................135 - 138

PROLOGO

3
Los autores del presente trabajo hicieron su formación en Cardiología Pediátrica en la División

Cardiología del Hospital de Niños "Ricardo Gutiérrez". Allí comenzaron a amar la especialidad

y se les inculcó el rigor científico, el esfuerzo constante y las ansias de ser un poco mejores cada

día.

Tuvieron la posibilidad, gracias a la guía de los Dres Gustavo G. Berri y Alberto Rodríguez

Coronel, de ir creciendo paulatinamente para luego pasar, con su bagaje de conocimientos, a un

proyecto nuevo como el que se encaró en el Hospital de Pediatría "Juan P. Garrahan".

Allí alcanzaron su madurez, participando en la formación del Servicio de Cardiología primero y

del de Hemodinamia, más tarde. De alguna manera, este escrito es fruto de la dedicación, el

cariño y las ganas de crecer en la especialidad, desarrollando métodos de investigación clínica

que constituyen un verdadero desafío en estos días.

Este trabajo tiene como objeto analizar las indicaciones y los resultados de la terapéutica por

catéter en pacientes recién nacidos, así como discutir los problemas inherentes a la técnica

para sacar conclusiones válidas que permitan modificar conductas.

La terapéutica por catéter fue propuesta y realizada por el Dr. Charles Dotter y sus

colaboradores hace más de 25 años.1 Este autor dilató arterias ilíacas o femorales relativamente

rectas usando en forma progresiva dilatadores cada vez más grandes. Los fundamentos de la

angioplastía no han cambiado: un instrumento no complaciente es utilizado para producir una

dilatación semicontrolada que aumente la luz vascular.

Esta técnica fue utilizada por primera vez en niños por Rashkind en 1966, y desde entonces la

septostomía interauricular con catéter balón es la indicación inicial para todo paciente con D

4
-transposición completa de los grandes vasos en cualquier lugar del mundo.2 A partir de estos

primeros trabajos, se desarrolló luego en forma creciente y sostenida la dilatación por catéter de

las arterias coronarias, descripto por Gruentzig en 1974 constituyéndose en un arma formidable

en el tratamiento de muchos pacientes con enfermedad cardíaca isquémica.3,4 La hipótesis

original de Gruentzig era que el balón no necesariamente rompía la pared valvular, sino que

comprimía la blanda placa de arteroesclerosis redistribuyéndola dentro de la pared arterial. De

esta manera, las lesiones congénitas no serían dilatables. Sin embargo, estudios experimentales

posteriores demostraron que la redistribución de la placa era un fenómeno no deseado y que en

realidad la angioplastía actuaba produciendo una ruptura en la capa interna y media de los

vasos de manera que los abría en su diámetro.4-6

Así en pocos meses, la angioplastía fue ampliamente aplicada en una variedad de

estrechamientos vasculares congénitos, tales como coartación de aorta nativa, recoartación de

aorta post-quirúrgica, estenosis de ramas de arteria pulmonar, estenosis post-quirúrgicas, etc.7-

10 A pesar de existir varios intentos previos, la primera dilatación valvular por catéter balón

ampliamente aceptada fue realizada por Kan en 1982.11,12 Desde entonces, esta técnica es el

tratamiento de elección de la estenosis valvular pulmonar en todo el mundo, incluído en nuestro

país.13-19 La valvuloplastía con catéter balón se ha utilizado con buenos resultados en la

estenosis valvular aórtica y también en la estenosis valvular mitral.20-26

A pesar de tan amplias experiencias de tratamiento por catéter balón en la edad pediátrica, su

utilización en recién nacidos (hasta los 30 días de vida) es mucho más rara, con excepción de la

septostomía interauricular. Así por ejemplo, la dilatación de la estenosis valvular pulmonar

crítica, de la coartación de aorta en insuficiencia cardíaca irreductible y de la estenosis valvular

5
aórtica crítica son relativamente infrecuentes debido a las dificultades técnicas que conlleva

realizar dichos procedimientos en niños de alrededor de 3 Kg. de peso. No obstante, el reciente

desarrollo de catéteres de diámetro reducido con balones de buen tamaño ha permitido ir

ampliando sus aplicaciones.

Los neonatos con las patologías mencionadas anteriormente constituyen reales emergencias

médicas ya que su evolución natural sin ningún tipo de intervención los lleva a la muerte en

forma inexorable. Generalmente necesitan estar con asistencia respiratoria mecánica e infusión

de prostaglandinas para mantener abierto el ductus arterioso y poder así sobrevivir para llegar en

las mejores condiciones al cateterismo cardíaco.

La punción percutánea arterial y/o venosa plantea dificultades debido al bajo peso de estos

pacientes, no obstante se intenta siempre, aunque de no concretarse debe disecarse el vaso

correspondiente. Deben minimizarse los riesgos utilizando catéteres adecuados y material de

contraste de baja osmolaridad. Es de suma importancia la experiencia y el número de los

operadores, que no deben ser menos de 2 en procedimientos intervencionistas. Existe una

curva de aprendizaje que es imposible de soslayar, ya que tiene directa relación con los

resultados que se obtienen.

A los fines de ordenamiento, referiremos en diferentes capítulos los distintos

procedimientos en los que hemos hemos realizado experiencia en recién nacidos.

Capítulo I : Septostomía interauricular.

Capítulo II: Valvuloplastía con catéter balón en la estenosis valvular pulmonar crítica.

6
Capítulo III:Valvuloplastía con catéter balón en la estenosis valvular aórtica crítica.

Capítulo IV :Angioplastía de la coartación de aorta nativa.

Capítulo V: Embolizaciones.

7
CAPITULO I

SEPTOSTOMIA INTERAURICULAR

8
INTRODUCCION

La septostomía interauricular, descripta y desarrollada por Rashkind y Miller en 1966, constituye

el primer procedimiento innovador en su género y representa una alternativa terapéutica no

quirúrgica muy eficaz y de bajo riesgo operativo.2 Provocó una verdadera revolución en el

tratamiento de la transposición completa de los grandes vasos (TCGV) y marcó el inicio del

cateterismo intervencionista en Cardiología.

Un gran número de pacientes, con diversos tipos de cardiopatías, en quienes la mezcla auricular

es vital, se han beneficiado con su uso. El ejemplo más típico lo constituye la TCGV, pero su

aplicación se extiende a otras patologías como la atresia pulmonar con septum

interventricular íntegro, la doble salida del ventrículo derecho con CIV restrictiva, la atresia

tricuspídea en ocasiones, la anomalía total del retorno venoso pulmonar (ATRVP), la atresia

mitral y el doble tracto de salida del ventrículo izquierdo.27-29 La experiencia acumulada

durante estos años mostró que si bien existió una mejoría significativa en un alto porcentaje

de casos, en otros los resultados no fueron tan satisfactorios, dependiendo fundamentalmente

del grosor del septum inter-auricular (SIA) y de la edad del paciente.30,31 Así fué que en 1973

Park introduce un catéter cuchilla capaz de razgar el SIA y obtener, luego de pasar el catéter

balón, una apertura adecuada en dichos casos.32-35 En la actualidad, la utilización del catéter

descripto por Rashkind, o sus variantes como el de Miller o el Fogarty, sólo o en combinación

con el catéter de Park, representa la alternativa de elección para estos pacientes. El objetivo de

este capítulo, es mostrar nuestra experiencia con el método durante el primer mes de vida.

9
MATERIAL Y METODO

Se realizó septostomía interauricular a un total de 85 pacientes entre 1 y 30 días de vida (x

= 12,5 ), con un peso entre 1860 y 4350 gramos (x= 3166), de los cuales 54 eran del sexo

masculino y 31 del femenino. 79 pacientes tenían TCGV (92,9%), de los cuales en 10 era

aislada y en 69 asociada (Fig. 1) a:

CIV 23

Estenosis subpulmonar 13

Ductus persistente 18

CIV + ductus 8

Coartación de aorta + CIV 2

CIV + ductus + interrupción de cayado aórtico 1

Doble arco aórtico 1

Estenosis del anillo aórtico + disfunción VD 1

Hipoplasia de cayado aórtico + CIV + ductus 1

Coartación de aorta + hipoplasia de cayado + ductus 1

Los restantes 6 pacientes (7,05%) tenían los siguientes diagnósticos:

Atresia pulmonar con septo íntegro 2

Doble salida de VD + CIV + coartación aórtica 2

Ventrículo único + atresia mitral + est. pulmonar 1

Hipoplasia de corazón izquierdo 1

El situs fue solitus en 83 niños e inversus en 2

10
Las vías de abordaje fueron en 9 pacientes la vena umbilical, en 61 por punción de vena femoral

mientras que en los restantes 15 no pudo ingresarse por punción, por lo que se disecó una vena

femoral. Por dicha vía se introdujo catéter angiográfico tomando presiones sucesivas en

ambas aurículas y oximetría en ventrículo derecho o aorta. Se realizó angiografía en VD

y/o VI, confirmando el diagnóstico (Fig. 2, 3). Seguidamente se retiró dicho catéter y se

introdujo catéter balón (tipo Rashkind, Miller o Fogarty), haciéndolo progresar hasta

aurícula izquierda. Se insufló luego con mezcla en partes iguales de sustancia de contraste y

solución fisiológica, traccionándolo firmemente hasta la vena cava inferior (Fig.4). Usualmente

se insuflaron en forma sucesiva con 1,5; 2; 2,5 y 3 cc. Posteriormente se reintrodujo el catéter

angiográfico, comprobándose el resultado por presiones y oximetría. En aquellos casos en

que no existió mejoría, se efectuó ecocardiograma en la sala de hemodinamia para

medir el tamaño de la comunicación lograda. Si la misma no era satisfactoria se realizó

pasaje de catéter cuchilla de Park, y nuevamente catéter balón , verificando entonces el

resultado obtenido.

Los parámetros que se consideraron para valorar la efectividad del procedimiento fueron:

1) Hemodinámicos: a) mejoría de la saturación de oxígeno.

b) disminución del gradiente interauricular.

2) Ecocardiográficos: a) comunicación interauricular (CIA) mayor de 5 mm. de diámetro.

b) relación CIA/SIA igual o mayor a 0,25. 36,37

En 11 niños la septostomía se efectuó en la servocuna en la Unidad de Neonatología con control

ecocardiográfico y por saturación transcutánea de pO2 (Fig. 5). 38

Se evaluaron los resultados inmediatos del procedimiento y en sólo 24 niños pudo efectuarse

11
seguimiento en forma confiable durante un tiempo promedio de 12 meses.

RESULTADOS

El gradiente interauricular descendió de 4,84 +/- 0,84 mm Hg a 1,36 +/- 0,70 mm Hg

(p<0,001) y la saturación de oxígeno sistémica aumentó de 50,19 +/- 2,6 % a 73 +/- 2,8%

(p<0,001)con una elevación promedio del 46 % (Fig. 6). En 3 pacientes los resultados

obtenidos con catéter balón no fueron satisfactorios, efectuándose pasaje con catéter de

Park. El procedimiento fue considerado efectivo de acuerdo a los parámetros descriptos

anteriormente en 80 pacientes (95%). Los 5 niños restantes, quienes no modificaron su situación

con la septostomía, tenían corazón izquierdo hipoplásico y doble salida de VD + CIV

subpulmonar + hipoplasia del cayado aórtico + coartación de aorta respectivamente. Estos

últimos junto a otro paciente con TCGV aislada fallecieron en las 24 horas posteriores al

método (7,8%). Dos niños más murieron en el primer mes posterior, uno por sepsis y otro

que tenía estenosis del anillo aórtico con disfunción del VD asociada. 5 niños con cianosis

creciente requirieron una segunda atrioseptostomía (con cuchilla de Park y balón) a los 2, 3,

4, 5 y 5 meses respectivamente, por restenosis del foramen oval, a pesar un primer

procedimiento exitoso durante la etapa neonatal.

19 pacientes fueron a cirugía correctora entre 1 y 6 meses después. 4 niños esperan turno

quirúrgico, mientras que los restantes 11 se perdieron del seguimiento. No se produjeron

complicaciones mayores referidas al procedimiento y sólo se registró sangrado que

requirió transfusión en 2 pacientes.

DISCUSION

La septostomía auricular con balón de Rashkind ha demostrado ser eficaz y tener tan bajo

12
riesgo que ha substituído al abordaje quirúrgico para lograr el aumento del tamaño del

foramen oval.

En la TCGV donde las circulaciones sistémica y pulmonar se hallan en paralelo en lugar de

en serie, la creación de una adecuada mezcla interauricular constituye una emergencia

médica que permite mejorar el estado general, aumentando la saturación de oxígeno a nivel

sistémico, mejorando el volumen minuto y evitando el círculo vicioso de hipoxemia severa y

acidosis metabólica. Por otra parte, consideramos que la septostomía interauricular está

siempre indicada en el recién nacido con TCGV, aún en aquellos pacientes que presentan CIV

y/o ductus persistente, ya que estas comunicaciones no permiten una mezcla suficiente.

En la atresia mitral, en cambio, la presencia de una CIA restrictiva provoca aumento de la

presión en la aurícula izquierda con el consiguiente estasis venoso pulmonar e insuficiencia

cardíaca. La realización de una septostomía permite, en ocasiones, descomprimir la aurícula

izquierda, así como las venas pulmonares mejorando de esta manera la insuficiencia

cardíaca y la hipertensión venocapilar. Sin embargo, en nuestra experiencia y la de otros

autores,(39)los resultados en esta patología no son los esperados. El septum interauricular

engrosado , con una orientación espacial diferente de la habitual, sumado al pequeño

tamaño de la aurícula izquierda, impiden un correcto posicionamiento y pasaje del catéter

balón o de la cuchilla de Park (40). En la atresia pulmonar con septum interventricular

íntegro, en la atresia tricuspídea y en la ATRVP , la presencia de una CIA restrictiva condiciona

un aumento de la presión en la aurícula derecha con el consiguiente estasis venoso que

provoca en forma retrógrada hepatomegalia y edemas así como en forma anterógrada bajo

gasto cardiaco por reducción de la precarga del VI.

13
Si bien la septostomía interauricular puede efectuarse de urgencia en Neonatología con

control ecocardiográfico exclusivemente, siempre es mejor, de ser posible, que la misma se

realice en la Sala de Hemodinamia para valorar presiones, descartar patología asociada y

visualizar la anatomía de las arterias coronarias en aquellos pacientes con TCGV candidatos a

correción arterial.

Un comentario aparte requiere el rol de la Ecocardiografía en la valoración inmediata del

procedimiento así como en el seguimiento al poder estimar la relación CIA/SIA, el tamaño de

la CIA y visualizar la mezcla través de la misma con el color (Fig. 7, 8).

CONCLUSIONES

La septostomía auricular con catéter balón y/o cuchilla de Park constituye, por su alta

efectividad y bajo riesgo, el procedimiento de elección en aquellos pacientes con foramen oval

restrictivo en quienes un adecuado tamaño del mismo es esencial para su supervivencia.

Dicho procedimiento es particularmente útil en la D- TCGV y su indicación es insoslayable en el

recién nacido, independientemente de su patología asociada.

14
15
FIG. 1

16
FIGURA 2 - Ventriculograma derecho en posición perfil : del ventrículo derecho (vd) emerge la

aorta (Ao) anterior y transpuesta. La flecha señala un ductus permeable que opacifica la arteria

pulmonar.

17
FIGURA 3 - Ventriculograma izquierdo en OAI : ventrículo izquierdo (VI) de buen tamaño, con

septum intacto del cual se origina la arteria pulmonar (AP).

18
FIGURA 4: Pasaje del balón de atrioseptostomía. a) Balón de Miller inflado en aurícula

izquierda.

b) Balón de Miller en vena cava inferior. c) Balón de Miller en aurícula derecha.

19
FIGURA 5-Eco 2D corte subcostal: se visualiza el balón inflado dentro de la aurícula izquierda

(AI).

aurícula derecha : (AD) balón : (B)

20
FIGURA 6

21
FIGURA 7 - Eco Doppler color corte subcostal: Se observa flujo restrictivo a través del foramen

oval previamente a la septostomía con balón. aurícula izquierda (LA)- aurícula derecha (RA)

22
FIGURA 8 - Eco Doppler color corte subcostal : Posteriormente a la septostomía, se observa

buen pasaje de izquierda a derecha (Flujo laminar) aurícula izquierda (LA)- aurícula derecha

(RA)

CAPITULO II

VALVULOPLASTIA CON CATETER

BALON EN LA ESTENOSIS

23
VALVULAR PULMONAR CRITICA

INTRODUCCION

La estenosis valvular pulmonar (EVP) se caracteriza por tener las comisuras de las valvas

fusionadas o ausentes. En la mayoría de los pacientes, la válvula es móvil, en forma de

domo con un orificio que puede llegar a ser puntiforme y a veces excéntrico.

El jet de sangre a través de la estenosis usualmente provoca dilatación postestenótica del tronco

de la arteria pulmonar. La valvuloplastía con catéter balón constituye un método seguro y

efectivo para el tratamiento de esta patología y se ha transformado en la indicación de elección

en la mayoría de los centros cardiológicos infantiles.12-15,41-43

La utilización de balones que excedan en un 20 a 30% el diámetro del anillo pulmonar

asegura excelentes resultados, que son comparables a los obtenidos con la cirugía.8,16,44

Las complicaciones han sido escasas y, en su mayoría, transitorias. El seguimiento a

mediano plazo no ha mostrado incidencia significativa de reestenosis ni de insuficiencia

pulmonar.16, 42-44

La estenosis valvular pulmonar crítica (EVPC) del recién nacido, en cambio, se presenta

24
como un cuadro clínico diferente, con intensa cianosis, requiriendo una rápida

intervención por su elevada mortalidad inmediata espontánea o con tratamiento médico.

La indicación quirúrgica en la EVPC del recién nacido está asociada a una elevada incidencia

de morbimortalidad. A diferencia de la obtenida en niños más grandes, está frecuentemente

asociada a hipoplasia del cuerpo de VD, de la válvula tricúspide, del tracto de salida del

VD y de la arteria pulmonar.45-47 La presencia de hipoplasia ventricular derecha ha sido

identificada como un importante factor que predispone la mortalidad operatoria.48

En contraste con la EVP del niño mayor, no se ha reportado en la bibliografía gran experiencia

con valvuloplastía en la EVPC del recién nacido.49, 50

El objetivo de este capítulo es mostrar nuestros resultados con el tratamiento por catéter en el

manejo de estos niños, enfatizando los factores que condicionan sus resultados de manera de

determinar sus indicaciones y limitaciones en la actualidad.

MATERIAL Y METODO

24 recién nacidos con diagnóstico clínico de EVPC fueron referidos para efectuar

valvuloplastía con catéter balón. Las edades oscilaron entre 2 y 30 días (x=12,5+/-10,1) y

pesaron entre 2 y 3,3 kilos (x=3,140+/-0,510). En todos los casos, el diagnóstico fue

confirmado con ecocardiografía Doppler color que permitió estimar el gradiente transvalvular,

medir el anillo pulmonar (Fig.1) y observar la presencia del mínimo jet anterógrado (Fig. 2)

en la arteria pulmonar a través de la válvula estenótica para diferenciarlo de la atresia

pulmonar con septum íntegro (Fig. 3).

25
4 pacientes tenían hipoplasia del VD, uno de los cuales había requerido una anastomosis

sistémica - pulmonar 10 días antes. Otro niño tenía un ductus arterioso persistente que fue

ligado quirúrgicamente 5 días después. 22 de los casos habían necesitado infusión de

prostaglandinas previo al procedimiento debido a su mal estado general para mantener la

permeabilidad del ductus.

Todos los pacientes fueron intubados y ventilados antes del cateterismo. Recibieron

premedicación con morfina a 0,1 mg/Kg de peso y anestesia local con lidocaína al 1% en el

sitio de canulación venosa. Se les infundió, además, heparina en una dosis de 100 U/Kg al

comenzar el método.

Se realizó una completa evaluación hemodinámica y angiográfica de manera de confirmar el

diagnóstico y excluir cualquier malformación asociada (Fig. 4 a, 5 a, 5 b, 6 a, 6 b). Con un

catéter de orificio terminal y una guía metálica de punta blanda y 0,021" o 0,035" de

diámetro se transpuso la válvula en 20 de los 24 niños. El extremo de la guía se posicionó

en la rama izquierda de la arteria pulmonar o en la aorta descendente a través del ductus. Con la

guía colocada, se introdujo a través de la misma un catéter balón para efectuar la dilatación. El

diámetro del balón a utilizar se determinó a través de la medición del anillo valvular por

ecocardiografía 2D y/o ventriculografía derecha en posición perfil. Una vez posicionado,

el balón fue inflado manualmente con una mezcla en partes iguales de material de contraste y

solución salina. Bajo control fluoroscópico se mantuvo la insuflación hasta que desapareció la

muesca provocada por la válvula estenótica (Fig 4 b, 6 c, 6 d,), desinflándolo entonces. Los

ciclos de inflado - desinflado llevaron aproximadamente de 10 a 15 segundos, retirándose

el catéter balón hasta la aurícula derecha luego del mismo, dejando la guía posicionada in

26
situ. En ocasiones, la valvuloplastía fue efectuada en forma secuencial, es decir,

utilizando balones de diámetro progresivamente creciente hasta alcanzar la relación

balón anillo ideal. Después de la dilatación, el catéter balón fue reemplazado, repitiéndose las

mediciones hemodinámicas y una angiografía en VD en posición perfil para valorar los

resultados del procedimiento (Fig. 4 c, 5 c, 6 e, 6 f). Luego del mismo, los recién nacidos fueron

enviados a la Unidad de terapia intensiva neonatal.

RESULTADOS

La valvuloplastía pulmonar pudo realizarse en 20 de los 24 pacientes (83,3%). 4 recién

nacidos tenían hipoplasia de VD, en uno de ellos la válvula no pudo ser franqueada a pesar de

los repetidos intentos, en los otros 3 la guía perforó el infundíbulo alojándose en el

pericardio. A 2 pacientes se les efectuó una anastomosis sistémico pulmonar después de

realizarles pericardiocentesis, en el tercero se dejó colocada la guía y fue a cirugía de

inmediato suturándose el orificio y realizando una anastomosis que le permitió evolucionar

satisfactoriomente.

En 20 pacientes el procedimiento fue realizado en forma completa y técnicamente

satisfactoria. La evolución de los parámetros hemodinámicos fue la siguiente: (Fig. 7, 8, 9)

Pre valvul. Post valvul.

Presión sistólica en VD 99 +/- 30 45 +/- 16 p<0,001

Gradiente entre VD y AP 83 +/- 31 18 +/- 13 p<0,001

27
Saturación de O2 50 +/- 4,7 83 +/- 4 p<0,001

La relación balón/ anillo utilizada fue en promedio de 1,26, mientras el porcentaje de reducción

del gradiente obtenido fue de 76%. 22 niños recibieron prostaglandinas, éstas fueron

suspendidas 24 horas después del procedimiento en los 20 casos en que se completó y al llegar a

cirugía en los otros 4.

14 de los 20 pacientes con procedimiento completo fueron seguidos entre 1 mes y 6 años (x=

10,3 meses). Los mismos fueron evaluados periódicamente con ecocardiografía Doppler

Color. Los gradientes instantáneos hallados en el último control realizado fueron de 30 +/- 21

mm Hg respectivamente, todos asintomáticos y con ventrículo derecho de tamaño normal. 1

paciente falleció súbitamente una hora después del método, 3 fueron a cirugía por ser el

procedimiento inefectivo, realizándose anastomosis subclavio pulmonar, mientras que otros 2 no

tienen seguimiento.

DISCUSION

La EVPC del recién nacido requiere un tratamiento urgente. La infusión de prostaglandinas

permite, transitoriamente, mejorar el estado clínico del paciente para luego intentar una

terapéutica que logre desobstruir adecuadamente el tracto de salida del VD.

Existe una significativa mortalidad en ausencia de algún tipo de intervención.51,52 La

mortalidad es elevada con la valvulotomía quirúrgica.45-47,53 La hipoplasia ventricular

derecha ha sido identificada como un factor de riesgo para la valvulotomía cerrada

quirúrgica.48 En nuestra experiencia la hipoplasia del VD estuvo presente en el 38% de los

28
pacientes y en este grupo se presentaron complicaciones como perforación del infundíbulo del

VD y reestenosis a corto plazo. Similares resultados han sido reportados por el grupo del

Hospital for Sick Children de Toronto, Canadá. Según estos y otros autores, dichos neonatos

se benefician más con una valvulotomía quirúrgica abierta con o sin parche transanular y una

anastomosis sistémico pulmonar que con la terapéutica por catéter. En cambio, el grupo del

Hospital de Niños de Boston, USA, realiza valvuloplastía con balón en todos los pacientes con

EVPC independientemente del desarrollo de la cavidad del VD.

Nosotros creemos que el procedimiento debe intentarse siempre, incluso en aquellos niños con

hipoplasia de VD,pero en nuestra experiencia los resultados en este último grupo han sido

desalentadores, debiendo ser muy cuidadosos por la friabilidad del infundíbulo y considerar,

además, la posibilidad de enviarlos a cirugía de urgencia ante la inefectividad del método.

Desde el punto de vista técnico, la parte más dificultosa del procedimiento en estos niños ha

sido pasar a través de la válvula pulmonar estenótica. Para el acceso a la arteria pulmonar

deben utilizarse catéteres preformados de agujero terminal con o sin balón de 4 o 5 French

y guías de bajo perfil con punta muy blanda para evitar el riesgo de perforación del

infundíbulo.

Utilizando balones de dilatación 20 a 30 % mayores que el diámetro del anillo estimado

angiográficamente se logra una reducción inmediata y adecuada del gradiente transvalvular sin

significativa morbilidad y con escasa incidencia de regurgitación pulmonar residual. El

largo del balón no debe exceder 1.5 a 2 cm para evitar daño del infundíbulo, de la arteria

pulmonar o de la válvula tricúspide. 2 niños requirieron transfusión de sangre, mientras

que en otro debió ligarse la vena femoral por ruptura.

29
CONCLUSIONES

Nuestros resultados coincidentes con los de otros autores confirman que la dilatación con

catéter balón de la EVPC del recién nacido es el método de primera elección para el

tratamiento de esta patología.

Los pacientes con hipoplasia de VD asociada pueden responder pobremente al método y son los

que presentan mayor índice de complicaciones.

30
FIGURA 1 - Eco 2D eje corto de la base : sitio donde se mide el anillo pulmonar (triángulos).

aurícula derecha (AD) - ventrículo derecho (VD) arteria pulmonar (AP) - aorta (AO) - la

flecha señala la válvula pulmonar engrosada.

31
FIGURA 3 - Eco Doppler color eje corto de la base : la flecha indica el jet anterógrado a

través del mínimo orificio pulmonar (EP).

32
FIGURA 2 - Eco Doppler color eje corto de la base : estenosispulmonar crítica (EP). Se observa

la turbulencia verde amarillenta (flecha) aorta (AO).

33
FIGURA 4 a - Ventriculograma derecho en perfil : ventrículo derecho (vd) hipertrófico del

que emerge la arteria pulmonar (AP). Se observa el pasaje de contraste (jet) a través de la

estenosis pulmonar

34
FIGURA 4 b - Inflado del catéter balón.

35
FIGURA 4 c - Ventriculograma derecho post - dilatación : se visualiza la válvula engrosada

(flecha) con buena apertura con intensa opacificación de AP.

36
FIGURA 5 a - Ventriculograma derecho en frente : Se observa VD hipertrófico con estenosis

valvular severa con valvas engrosadas y apertura en domo (flechas).

37
FIGURA 5 b - Ventriculograma derecho en perfil infundíbulo (inf).

38
FIGURA 5 c - Ventriculografía derecha post - dilatación :evidente mejoría en el pasaje a

través de la válvula. Reacción infundibular residual (flecha)

39
FIGURA 6 a - Ventriculograma derecho en frente : insuficiencia tricuspídea moderada con

estenosis pulmonar extrema (flecha).

40
FIGURA 6 b - Ventriculografía derecha en perfil del mismo paciente.

41
FIGURA 6 c - Dilatación con balón en frente, con la guía ubicada distalmente en la aorta

descendente a través del ductus.

42
FIGURA 6 d - Dilatación con balón en perfil en el mismo paciente.

43
FIGURA 6 e - Ventriculograma derecho frente post-dilatación del mismo niño mostrando el

resultado exitoso.

44
FIGURA 6 f - Ventriculografía derecha en perfil post-dilatación en el mismo paciente.

45
FIGURA 7

46
FIGURA 8

47
FIGURA 9

CAPITULO III

VALVULOPLASTIA CON CATETER

BALON EN LA ESTENOSIS

48
VALVULAR AORTICA CRITICA

INTRODUCCION

La estenosis aórtica crítica del recién nacido es una cardiopatía acianótica grave que se

caracteriza por la aparición temprana de grados variables de bajo volumen minuto sistémico

hasta llegar al shock cardiogénico.54-56 Estos signos sólo pueden ser revertidos mediante la

liberación de la vía de salida del ventrículo izquierdo. Procedimientos quirúrgicos cerrados

o con circulación extracorpórea presentan, en general, una elevada morbi-mortalidad.57- 65

La valvuloplastía aórtica con catéter balón apareció como una alternativa para desobstruir el

ventrículo izquierdo con resultados inmediatos comparables a los quirúrgicos.20,21,66,

67,68,69

El propósito de esta comunicación es presentar nuestra experiencia con valvuloplastía

aórtica con catéter balón en el recién nacido refiriéndonos fundamentalmente a :

49
1) Evaluación de los resultados a mediano plazo.

2) Análisis de los aspectos morfológicos y técnicos predisponentes en el éxito o fracaso

del procedimiento.

MATERIAL Y METODO

Se realizó valvuloplastía aórtica con catéter balón a 20 recién nacidos entre 1 y 30 días (x=

17+/-9 ) con un peso entre 2,70 y 4,47 kilos (x=3,4+/-0,6). Dieciséis pacientes tenían

insuficiencia cardíaca refractaria al tratamiento médico, 12 de los cuales estaban en asistencia

respiratoria mecánica y 5 de ellos recibían prostaglandinas. El diagnóstico fue realizado en

base a evaluación clínica, electrocardiograma y radiografía de tórax, confirmándose el mismo

por ecocardiografía ( Fig. 1, 2) y cateterismo cardíaco. 10 pacientes presentaban patología

asociada ( 2 sindrome de corazón izquierdo hipoplásico, 3 insuficiencia mitral, 2 coartación

de aorta severa, que se dilataron en el mismo procedimiento y 3 ductus)(Fig.3).

El diámetro interno del anillo aórtico fue medido ecocardiográficamente en el eje

corto paraesternal y en la aortografía en posición OAI (Fig. 6 b). La función ventricular

izquierda se evaluó tanto en forma previa como posterior al procedimiento, calculando la

fracción de acortamiento del VI. La válvula aórtica se hallaba engrosada con apertura

severamente restringida, aspecto en domo y dilatación postestenótica de la aorta

ascendente en todos los casos (Fig.6 b).

El gradiente aórtico con Doppler fue determinado utilizando como fórmula 4 veces la

velocidad de flujo al cuadrado en el eje subcostal y supraesternal.

50
Todos los pacientes fueron premedicados con morfina intravenosa y se les realizó

intubación endotraqueal con ventilación asistida. Recibieron anestesia local con Lidocaína al

1% en el sitio del acceso vascular excepto un paciente en quien se utilizó la vía umbilical. En

los restantes se intentó la punción de arteria femoral, que se concretó en 14 pacientes, mientras

que los otros 5 se disecó la arteria femoral o axilar. Las arterias fueron canuladas con

catéteres pig tail de 4 o 5 French. Se administró heparina endovenosa 100 UI por Kg. en todos

los casos. El cateterismo incluyó medición del gradiente hemodinámico transvalvular aórtico

pico a pico en forma simultánea o sucesiva. La ventriculografía izquierda y el aortograma

suprasigmoideo permitieron la medición del tamaño del VI, su función ventricular, el anillo

aórtico, la evaluación de lesiones asociadas y el grado de regurgitación aórtica (Fig. 4 a, 4 b, 4

c, a, 5 b, 6 a, 6 b). Para acceder al VI, se utilizó una guía de punta blanda de 0,021 a 0,035".

Sobre ésta se progresó el catéter pig tail y se lo posicionó en el VI. Luego de medir presiones y

efectuar la angiografía, se colocó una nueva guía con su extremo distal con una curva amplia,

de forma tal que la punta de la misma no lesione o perfore el miocardio (Fig.4 e, 4 f, 6 c, 6

d). A través de dicha guía se introdujo un catéter balón adecuado al anillo medido

previamente. Colocado a través de la válvula aórtica, se infló manualmente con una mezcla

en partes iguales de sustancia de contraste y solución fisiológica, hasta hacer desaparecer la

muesca producida sobre el balón u obtener el máximo inflado posible (Fig. 4 e, 4 f, 6 c, 6 d).

Se realizaron de 2 a 4 insuflaciones sucesivas de 5 a 10 segundos de duración con

desinflado rápido y retirada del catéter balón a la aorta descendente dejando la guía en el VI.

Finalizada la dilatación se midieron nuevamente los gradientes entre VI y aorta. Luego se

efectuó aortograma suprasigmoideo para evaluar la presencia y severidad de insuficiencia

51
aórtica residual (Fig. 4 g, 6 e).

Todos los niños fueron controlados posteriormente en la Unidad de terapia intensiva neonatal.

RESULTADOS

El diámetro del anillo aórtico estimado angiográficamente osciló entre 4 y 8,5 mm (x =

7,1+/-1,1). El diámetro del balón utilizado osciló entre 5,5 y 10 mm resultando en una

relación balón /anillo (B/A) entre 0,7 y 1,6 (x = 1+/-0,2). 5 pacientes presentaban

regurgitación valvular aórtica leve (grado I) previamente al procedimiento, mientras que en

el aortograma posterior a la dilatación 10 niños presentaban insuficiencia aórtica grado I, 6

grado II y uno grado III (Fig. 6 e, 7). Este último fue en el que se utilizó una relación B/A de

1,6.

La presión sistólica previa de VI osciló entre 50 y 200 mm Hg (x = 121 +/- 43), mientras que

la medición posterior reflejó valores entre 50 y 160 mm Hg (x= 87 +/- 28) con una diferencia

estadísticamente significativa (p<0,001) (Fig. 8). El gradiente hemodinámico transvalvular

descendió de 63 +/- 42 a 18 +/-22 mm Hg (p<0,001) con una reducción del gradiente

promedio del 75% (Fig. 9). La fracción de acortamiento del VI aumentó de 0,20 +/- 0,1 a 0,29

+/- 0,08 (p<0,005) estimada 48 horas después por ecocardiografía (Fig. 10).

La movilidad valvular aumentó significativamente en todos los pacientes con disminución de la

imagen de jet e incremento del área de lavado aórtico, existiendo también disminución del

gradiente sistólico mayor del 50%, por lo que fue considerada efectiva. Sin embargo 4

neonatos fallecieron, 2 con hipoplasia de VI severa, un tercer paciente murió una semana más

52
tarde por insuficiencia cardíaca refractaria secundaria a insuficiencia mitral grave

preexistente y el cuarto atribuible al procedimiento en sí (disección traumática de la coronaria

izquierda). (Fig. 5 a, 5 b).

Excluyendo las muertes tempranas antedichas, los restantes16 neonatos fueron seguidos a

mediano plazo evaluándose por ecocardiograma Doppler durante un período entre 1 mes y 7

años (x= 13,5). Se pudo constatar un gradiente aórtico tardío entre 0 y 67 mm Hg (x = 21) con

una fracción de acortamiento normal en todos estos pacientes, demostrando que los

resultados inmediatos se mantienen a mediano plazo (Fig. 9, 10).

Durante la oclusión de la vía de salida del VI, 2 niños presentaron fibrilación ventricular

que revirtió con choque eléctrico y retirada del catéter balón hasta la aorta descendente. El

100% de los neonatos requirió transfusión sanguínea durante el procedimiento por

sangrado arterial debido al intercambio de catéteres. 3 pacientes sufrieron pérdida del pulso

arterial, 2 por trombosis y el restante por ligadura de la arteria femoral superficial que se

desgarró durante la dilatación, no existiendo secuelas isquémicas o funcionales del miembro

afectado. Otras complicaciones fueron enteritis necrotizante en 1 niño y bloqueo de rama

izquierda en otro, ambos con recuperación ad integrum.

DISCUSION

La valvuloplastía aórtica con catéter balón es, en 1997, la técnica de elección en el tratamiento

de la estenosis aórtica crítica del recién nacido. Los estudios comparativos entre las distintas

técnicas quirúrgicas y la terapéutica con catéter balón muestran resultados comparables entre

53
ambos métodos.70 Sin embargo, la realización de un procedimiento menos agresivo que la

cirugía, más económico, sin toracotomía y de rápida resolución en los casos favorables

inclinan la balanza en su favor.

Si bien es difícil evaluar el resultado en forma inmediata ya que en la mayoría de los casos no

existe muesca valvular sobre el balón y el gradiente puede no reflejar en forma absoluta la

severidad de la obstrucción (por influencia de una disminución de la contractilidad, por la

existencia de cortocircuito a nivel auricular o ductal o por hipovolemia secundaria al sangrado

intra-procedimiento), en nuestros pacientes, la reducción del gradiente hemodinámico post

valvuloplastía se correlacionó adecuadamente con una evidente mejoría clínica, aumento de la

función ventricular izquierda y mantenimiento del gradiente inmediato en días posteriores

estimado por ecocardiografía Doppler. Asimismo es posible observar en algunos niños con

marcada disfunción previa del VI un paulatino aumento en el gradiente transvalvular

luego del procedimiento, a medida que recuperan la función contráctil.

La presencia de insuficiencia aórtica previa es factible debido a la morfología valvular y el

incremento de la misma posterior a la terapéutica, guarda relación con la condición previa de

la válvula y la relación balón/anillo(B/A) empleada. Aquellas válvulas unicomisurales son más

propensas a presentar regurgitación aórtica previa o posterior a la dilatación.

La utilización de una relación B/A 1,2 o mayor, provoca mayor severidad de la insuficiencia

semilunar sin mejoría del gradiente transvalvular).69 El único paciente que tuvo una

progresión significativa de su incompetencia aórtica (pasó de grado I a III) cumplía ambos

criterios mencionados.

De todas maneras no enfatizaremos las bondades del método en sí mismo, sino en aquellos

54
aspectos que consideremos relevantes para que sea exitoso. Esto depende de una

evaluación que se extiende desde el reconocimiento de la patología hasta la prevención de las

complicaciones.

No es infrecuente que el diagnóstico esté demorado en recién nacidos con auscultación

cardíaca inespecífica en quienes su presentación clínica con pulsos débiles , hipotensión,

hipoperfusión periférica y acidosis metabólica hacen confundir el cuadro con el de shock séptico

. Al respecto es invalorable la contribución del ecocardiograma bidimensional y del Doppler

color que nos permitió confirmar el diagnóstico en todos los casos de esta serie.66,67 En 1

de ellos se realizó en forma prenatal en la semana vigésima de embarazo.

Creemos que el estudio ecocardiográfico no debería limitarse al diagnóstico de entidad y a la

medición del anillo aórtico para la selección adecuada del balón. Es extremadamente

importante reconocer previamente distintos aspectos, a saber:

a) la morfología valvular mitral, tales como el tamaño de su anillo y la presencia de

regurgitación así como el estado del aparato subvalvular.

b) la cavidad del VI, valorando su tamaño, el espesor de sus paredes y su contractilidad.

c) el tracto de salida aórtico, con especial hincapié en la existencia de estenosis subaórtica y el

diámetro del anillo valvular.

d) la aorta misma, descartando hipoplasia de la parte ascendente, del cayado o la

presencia de coartación o interrupción asociada.

Todos ellos tienen directa relación con el éxito del procedimiento. Así por ejemplo, los

resultados son malos en los pacientes con EAC asociada a hipoplasia del VI, compromiso de la

válvula mitral, anillo aórtico pequeño o hipoplasia de la aorta ascendente. 69-73

55
Corroborando estas afirmaciones, los 3 de los 4 pacientes fallecidos en nuestra serie tenían :

2 un ventrículo izquierdo hipoplásico y el tercero una insuficiencia mitral grave. Cuando en

forma retrospectiva analizamos críticamente los estudios ecocardiográficos y angiográficos

de los 2 primeros, comprobamos que el ventrículo izquierdo no era el adecuado para la

descompresión aislada según los criterios de Leung y Anderson, es decir, pacientes con

anillo mitral menor de 9 mm, inlet menor de 25 mm y diámetro subaórtico menor de 5 mm.71

Diámetros menores que los referidos, según los autores, hacen que los pacientes deban ser

enfrentados como hipoplasia del corazón izquierdo con una técnica quirúrgica tipo Norwood o

transplante cardíaco.73 El tercer paciente fallecido a la semana del procedimiento fue por

insuficiencia mitral severa preexistente . Otros aspectos como la disminución de la función

ventricular izquierda está vinculada al estado hemodinámico previo. Es por ello que entre el

diagnóstico y la valvuloplastía tratamos de disminuir al máximo el consumo de oxígeno de un

miocardio isquémico y con poca reserva mediante la utilización de asistencia respiratoria

mecánica, y la infusión de prostaglandinas para mantener una adecuada presión arterial media

con adecuada perfusión coronaria y renal.

Por otra parte, las complicaciones no fueron relevantes. De hecho, ninguno desarrolló

insuficiencia aórtica de tal severidad que lo haya descompensado en forma inmediata o en el

seguimiento. Es probable que ésta no sea una complicación frecuente en el recién nacido ya

que son válvulas inmaduras, blandas, donde la apertura de la estenosis se hace

preferentemente a nivel comisural con menos posibilidades de ruptura o desgarro del cuerpo de

las cúspides.

Finalmente, el control posterior seriado clínico, del ECG y fundamentalmente con

56
ecocardiograma Doppler color, demostró que la mejoría inicial se mantuvo en el seguimiento a

moderado plazo (Fig. 11). Esta evolución es similar a los mejores resultados quirúrgicos,

que son aquellos logrados mediante la visualizacion directa de la válvula y utilizando

circulación extracorpórea (60, 61, 62, 63, 64, 65).

CONCLUSIONES

Basados en nuestra experiencia concluímos que, en manos experimentadas el éxito de la

valvuloplastía con catéter balón en la estenosis aórtica crítica del recién nacido es

directamente dependiente de variables, tales como:

a) Estabilidad hemodinámica previa.

b) Selección adecuada del candidato en términos de la anatomía ventrícular izquierda.

c) Adecuada relación balón/anillo.

Cuando todas estas variables son cuidadosamente respetadas, los resultados demuestran que la

valvuloplastía aórtica con catéter balón es el procedimiento de elección en el manejo de la

estenosis aórtica grave del recién nacido.

57
58
FIGURA 1 - Eco Doppler color eje largo del VI : Se observaflujo turbulento a través de la

válvula aórtica (flecha).

59
FIGURA 2 - Eco Doppler color eje corto de la base : En el centro de la imagen se observa la

turbulencia producida por la estenosis aórtica (flecha EAO) el flujo pulmonar (en azul) es

laminar.

60
FIGURA 3

61
FIGURA 4 a - Ventriculografía izquierda en OAD en diástole paciente con estenosis aórtica

crítica con mala función ventricular y coartación asociada.

62
FIGURA 4 b - VI en sístole del mismo paciente.

63
FIGURA 4 c - Aortograma suprasigmoideo en OAI : Válvula bicúspide, competente. Coartación

asociada.

64
FIGURA 4 d - Aortograma en perfil mostrando la coartación(flecha). Aorta descendente (AoD).

65
FIGURA 4 e - Dilatación con balón de la válvula aórtica.

66
FIGURA 4 f - Angioplastia de la coartación de aorta en el mismo paciente. La flecha señala la

muesca producida por la zona coartada.

67
FIGURA 4 g - Aortografía post - dilatación que muestra mejor apertura valvular, regurgitación

aórtica residual y la zona coartada dilatada.

68
FIGURA 5 a - Ventriculograma izquierdo en OAD : paciente conestenosis aórtica crítica, VI

dilatado e insuficiencia mitral grave.

69
FIGURA 5 b - Ventriculografía izquierda en frente del mismo niño.

70
FIGURA 6 a - Ventriculograma izquierdo en OAD : muestra hipertrofia ventricular con

estenosis aórtica severa y leve regurgitación mitral.

71
FIGURA 6 b - Aortograma suprasigmoideo en OAI : La flecha señala el anillo aórtico,

visualizándose la apertura valvular en domo con jet central y dilatación pot-estenótica de la

aorta ascendente.

72
FIGURA 6 c - Dilatación aórtica con balón : La flecha indica la muesca producida por la

estenosis valvular.

73
FIGURA 6 d - Dilatación con balón : Desaparición de la muesca.

74
FIGURA 6 e - Aortograma post-dilatación : insuficiencia aórtica residual (flecha).

75
FIGURA 7

76
FIGURA 8

77
FIGURA 9

78
FIGURA 10

79
FIGURA 11 - Eco Doppler color eje largo del VI : Se observa insuficiencia aórtica valvular leve

en el control posterior.

CAPITULO IV

80
ANGIOPLASTIA DE LA

COARTACION DE AORTA

NATIVA

INTRODUCCION

En esta patología, descripta en 1760 por Johan F. Meckel, el defecto anatómico básico está

constituido por una deformidad provocada por tejido de la túnica media que se manifiesta por

una invaginación local de la pared, a modo de cresta, que produce un estrechamiento

excéntrico del lumen aórtico en la unión del cayado con la porción descendente. La misma

81
puede asociarse con distintos grados de hipoplasia difusa del arco transverso y/o el istmo

aórtico (90). La incidencia de esta malformación es del 0.2 al 0,6 %. de los recién nacidos

(RN) vivos, siendo la causa más común de insuficiencia cardíaca en las primeras tres semanas

de vida, conjuntamente con la hipoplasia del VI y la estenosis aórtica crítica (51, 74, 75, 76,

77, 78, 79, 80, 81).

Los factores que contribuyen al desarrollo de insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) en

esta patología incluyen :

1) La severidad de la coartación de aorta propiamente dicha.

2) La constricción postnatal de la pared aórtica producida por el cierre ductal.

3) El aumento obligatorio del volumen minuto cardíaco al nacer.

4) La ausencia de una adecuada circulación colateral y

5) La presencia de otras malformaciones cardíacas asociadas.

Durante la vida fetal el volumen minuto del VI es escaso, ya que el VD se comunica con la

aorta a través del ductus y el retorno venoso pulmonar se halla restringido por el colapso

pulmonar fisiológico de esta etapa. Si el conducto arterioso desemboca en la aorta por encima

de la zona coartada (coartación de aorta post-ductal o del adulto), el aumento de la

postcarga es compartida por el VD (VD-ductus) y el VI (VI-aorta ascendente) existiendo un

fuerte estímulo prenatal para la formación de circulación colateral entre la aorta ascendente y

descendente.

Si el conducto desemboca a nivel o por debajo de la zona coartada (coartación de aorta pre-

yuxtaductal o infantil) no existe dicho estímulo y la circulación colateral es escasa o nula

porque el ductus evita el obstáculo, supliendo la circulación sistémica de la mitad inferior

82
del cuerpo en forma habitual. En estas circunstancias, a poco de nacer, el VI puede

claudicar ya que se encuentra sometido súbitamente al incremento de la precarga

(secundario al aumento del retorno venoso pulmonar a la AI por la expansión de la vía aérea)

sumado a una postcarga elevada, producto de la coartación (86,87). Con el cierre ductal en las

primeras horas de vida, la situación empeora ya que el VI debe abastecer por sí solo la

totalidad del lecho vascular sistémico sin contar con una adecuada circulación colateral (por

ausencia del estímulo fetal antes descripto)(85). Otros factores contribuyen a la ICC como

por ejemplo:

a) La existencia de shunt de izquierda a derecha (con aumento del flujo pulmonar) a través de

un foramen oval forzado.

b) La escasa reserva cardíaca característica del miocardio neonatal.

c) La hipertensión arterial (HTA) secundaria a la obstrucción mecánica, el aumento del

sistema renina angiotensina aldosterona sumada a la escasa o nula capacidad de

regulación del sistema nervioso autónomo y los barorreceptores y

d) la retención hidrosalina secundaria a la disminución del flujo renal por hipotensión de la

aorta descendente.

Más fácil aún de entender es el fallo de bomba existente en aquellos pacientes que presentan

anormalidades cardíacas severas asociadas frecuentemente a la coartación, como ser:

1) shunt de izquierda a derecha a nivel ventrícular por defectos septales (91).

2) obstrucción asociada a la salida del VI por estenosis valvular aórtica o hipoplasia del arco

transverso (84).

3) Malformaciones de la válvula mitral por estrechez o insuficiencia de la misma (83).

83
4) Cardiopatías complejas como D -TCGV o doble salida de VD.

En estas condiciones, la dilatación con balón por cateterismo de la coartación de aorta nativa

se presenta como una alternativa terapéutica para lograr la desobstrucción aórtica y mejorar

clínicamente a estos niños.

El objetivo de este capítulo es analizar nuestra experiencia inicial con el método en pacientes

menores de 30 días de vida.

MATERIAL Y METODO

Hemos realizado, entre enero de 1990 y abril de 1992, angioplastía con catéter balón a

7 recién nacidos, con diagnóstico clínico y ecocardiográfico de coartación de aorta (Co Ao)

(Fig. 1, 4 a).

El acceso vascular se logró por disección (5 pacientes) o punción (2 pacientes) de una

arteria femoral. Se administró entonces heparina sódica 100 UI/Kg. Con guía de punta blanda y

diámetro entre 0021-0.035 mm, más catéter pig tail 4 o 5 Fr, se franqueó la zona de

coartación colocándose dichos elementos en aorta ascendente y/o VI. Se constató

sucesivamente, simultáneamente o por retirada el gradiente pico a pico sistólico a través de

la obstrucción. Con una aortografía se delimitaron la anatomía de la malformación y los

distintos diámetros vasculares (Figuras 2 a,2 b,3 a, 3 b). Se retiró luego el catéter dejándose la

guía anclada en el VI o Ao Asc. El tamaño ideal del balón elegido para la angioplastía

debe ser 2 a 3 veces el diámetro la Co Ao, sin exceder el diámetro aórtico a nivel del

diafragma para evitar daño de la pared vascular en la zona no enferma. La elección de

84
catéteres balón de bajo perfil (5 Fr) y menor longitud ( 1,5 a 2 cm) contribuye a este objetivo.

Una vez colocado el balón en la zona coartada a través de la guía, se insufló el mismo con una

mezcla de 50 % de sustancia de contraste y 50 % de solución fisiológica hasta lograr

desaparición de la muesca provocada por la estrechez o alcanzar el máximo inflado (Fig 2

c, 3 c). Luego de desinflar el catéter balón se retiró el mismo, dejando la guía colocada. A través

de la misma se introdujo un catéter pig tail 4 o 5 French con el cual se realizó una aortografía

de control post angioplastía y se midió el gradiente residual entre aorta ascendente y

descendente (Fig. 2 d, 2 e, 3 d, 3 e). El seguimiento en los días posteriores se realizó

clínicamente y con Eco Doppler color (fig. 4 b, 4 c).

RESULTADOS

7 recién nacidos, 4 varones y 3 niñas con edades entre 3 y 30 días (x= 19) y peso entre 1.9 a

3.8 Kg. (x= 3,2 Kg) fueron sometidos a cateterismo cardíaco y angioplastía con balón de Co

Ao nativa . 2 de los 7 niños presentaban defectos cardíacos severos asociados que incluían

estenosis aórtica crítica en uno y doble salida del VD en otro con hipoplasia moderada del arco

transverso (fig. 5). Otros 3 pacientes presentaban hipoplasia del istmo aórtico (Fig 2 e),

con coartación de

aorta difusa y estenosis en el origen de la subclavia izquierda en uno de ellos (Fig. 3 a, 3 b,

3 e).En los neonatos con estenosis aórtica crítica y DSVD se realizó respectivamente

valvuloplastía y septostomía auricular durante el mismo procedimiento.

Todos los pacientes presentaban ICC refractaria al tratamiento médico y 4 de ellos

85
requirieron, previamente al método, asistencia respiratoria mecánica. 3 pacientes tenían,

además, anasarca, oligoanuria y función ventricular disminuida con crisis reiteradas de

hipertensión arterial severa en un cuarto niño.

El gradiente sistólico pico a pico a través de la coartación se redujo de 45 +/- 8 a 9 +/- 5 mm

Hg (p<0,005) (Fig. 6). La presión sistólica en la aorta ascendente disminuyó de 93 +/-7,5 a

87 +/- 6,5 mm Hg (p= NS) y la presión de la aorta descendente aumentó de 43 +/- 4 a 75 +/-

6,5 (p<0,001) luego de la angioplastía. El diámetro de la zona coartada se incrementó de

2,3 +/- 0,5 a 5,4 +/- 0,5 (p<0,001) con un porcentual promedio superior al 100% (Fig. 7).

No se observaron aneurismas en la angiografía post dilatación inmediata. La mejoría clínica

fue evidente en las horas posteriores al procedimiento con desaparición de los signos de ICC,

disminución de la tensión arterial en miembros superiores, aumento de la diuresis y

recuperación de la función ventricular izquierda a valores normales en aquellos con déficit

previo de la motilidad. Los pulsos femorales que eran débiles o ausentes se hicieron palpables.

Los gradientes hemodinámicos obtenidos 10 a 15 minutos postdilatación se correlacionaron

adecuadamente con la tensión arterial no invasiva, obtenida por esfigmomanometría en

miembros superiores e inferiores, así como por el gradiente obtenido por Ecocardiografía

Doppler 12-24 Hs luego del procedimiento.

No existió mortalidad. 3 pacientes tuvieron pérdida de sangre durante los cambios de

catéter y guía requiriendo transfusión. En un paciente se ligó la arteria femoral por ruptura

de la misma y otro quedó con pulso femoral homolateral disminuido en los días posteriores,

aunque ambos mantuvieron una adecuada perfusión distal sin trastornos isquémicos.

2 pacientes presentaron recoartación (gradiente >20 mm Hg) entre 1 y 5 meses después

86
del procedimiento ( 28 % ) con gradiente de 70 mm Hg en uno e interrupción de arco aórtico

adquirido en el restante (Fig. 8). Ambos fueron enviados a cirugía. Otro paciente fue

sometido a cirugía correctora de doble salida de VD constatándose en el cateterismo previo

ausencia de gradiente entre Ao ascendente y descendente con adecuado crecimiento del arco

transverso y la zona previamente dilatada. Los otros 4 pacientes están en buena condición

clínica con un seguimiento entre 4 y 18 meses (x= 8). Uno de estos fue recateterizado a los 18

meses por sospecha de recoartación, presentando un gradiente valvular aórtico residual

(valvuloplastía aórtica concomitante) de 10 mm Hg y un gradiente entre aorta ascendente y

descendente de 10 mm Hg con un pequeño aneurisma del istmo aórtico, indicándose control

clínico.

DISCUSION

Si bien la introducción de las prostaglandinas en el manejo médico de los neonatos

sintomáticos con Co Ao ha permitido en ocasiones una mejoría clínica transitoria por

reapertura ductal,el pronóstico de estos niños a corto plazo es sumamente ominoso de no mediar

un tratamiento dirigido específicamente a lograr la desobstrucción de la zona coartada

(75,82,92). Ante este panorama en recién nacidos con insuficiencia cardíaca refractaria, fallo

ventricular evidente o lesiones cardíacas complejas asociadas que conllevan una alta

morbimortalidad quirúrgica, la angioplastia con catéter balón constituye una opción alternativa

para disminuir la postcarga del VI.

Aunque la experiencia inicial de algunos autores con la angioplastía por catéter balón en

esta patología fue desalentadora, otros grupos han reportado la utilidad de esta metodología,

87
en neonatos y lactantes (93,94). Los resultados inmediatos demuestran que dicho

procedimiento es efectivo y seguro para lograr la desobstrucción aórtica con mejoría

hemodinámica evidente a corto plazo(8,7,93,94,95,96,97,98,99).

La liberación de la obstrucción se produce por ruptura de la túnica interna y de la media

aórtica, producida por la presión ejercida por el catéter balón contra la zona coartada y sus

adyacencias (6,100). El examen anatomopatológico de segmentos de coartación de aorta

previamente dilatados resecados por cirugía, demuestra la ausencia de músculo y lámina elástica

en el área de la angioplastía independientemente de si existe o no dilatación aneurismática. La

proliferación neofibroelástica en el sitio de ruptura de la pared aórtica dilatada es la

responsable de la existencia y desarrollo de gradientes residuales (88). Una adecuada

selección en términos de morfología de la Co Ao y el tamaño del catéter balón utilizado son

factores cruciales para éxito del procedimiento (101). La liberación de la obstrucción puede

lograrse adecuadamente por diferentes técnicas quirúrgicas corrientemente utilizadas

(107,108,109,110).

La mortalidad quirúrgica varía entre el 0 y 50 %, en las diferentes series reportadas, con un

promedio de 23 % en los pacientes operados antes del año de vida (89, 92,

102,103,104,105,106). Sin embargo, ninguna ha demostrado ser efectiva para evitar la

persistencia de gradientes residuales tempranos o la aparición de recoartación de aorta en

aquellos niños operados antes del mes de vida. Asimismo la aparición tardía de aneurismas

también se observa en forma postquirúrgica a distintas edades.

88
CONCLUSIONES

Nuestros datos y los de otros autores sugieren que la angioplastía con catéter balón es

efectiva y segura con un índice aceptable de complicaciones.

Aunque la frecuencia de recoartación es alta, la misma puede solucionarse posteriormente con

una nueva angioplastía o cirugía en un paciente de mayor edad y peso, compensado y

estable. A causa de nuestros resultados y de la alta morbimortalidad quirúrgicas en

neonatos o lactantes, nosotros consideramos dicho método como primera elección para aquellos

neonatos críticamente enfermos o con graves anomalías asociadas factibles de ser

tratados o aliviados en el mismo procedimiento.

89
90
FIGURA 1 - Eco 2D eje supraesternal : La flecha indica la zona coartada.

FIGURA 2 a - Aortograma en frente. La flecha señala lacoartación de aorta distal a la subclavia

91
izquierda con escasa circulación colateral.

92
FIGURA 2 b - Aortagrama en perfil en el mismo paciente.

FIGURA 2 c - Dilatación con balón en posición frente. Los triángulos marcan la muesca

93
producida por la coartación.

94
FIGURA 2 d - Aortograma post-dilatación en frente : Se evidencia aumento del diámetro

aórtico.

95
FIGURA 2 e - Aortograma post-dilatación en perfil en el mismo paciente.

FIGURA 3 a - Aortograma en posición frente : Se visualiza el tronco arterial braquiocefálico

96
(TBC) y la carótida izquierda (CI). No se opacifica la arteria subclavia izquierda que se

halla incluida en la zona coartada (flecha).

97
FIGURA 3 b - Aortograma en perfil del mismo paciente : Aorta (Ao). Arteria carótida

izquierda (Asi). La flecha indica la coartación.

98
FIGURA 3 c - Dilatación con balón en posición frente.

99
FIGURA 3 d - Aortograma post - dilatación en frente : Aumento del diámetro de la zona

dilatada (flecha), con opacificación anterógrada de la arteria subclavia izquierda y retrógrada

del ductus.

100
FIGURA 3 e - Aortografía post-dilatación en perfil : La flecha indica la opacificación del ductus

(flecha) y de la arteria subclavia izquierda (S.Izq.) con estenosis de su origen. Aorta

descendente (AoD).

101
FIGURA 4 a - Eco Doppler color eje supraesternal : En color rojo se observa la aorta

ascendente (AO). El color amarillo demuestra flujo turbulento a través de la zona coartada

(CoAo).

102
FIGURA 4 b - Eco 2D eje supraesternal : Posteriormente a la angioplastia se observa aumento

del diámetro en la zona dilatada. Aorta ascendente (AAO). Aorta descendente (DAO).

103
FIGURA 4 c - Eco Doppler color eje supraesternal : Luego de la dilatación se observa flujo

laminar (color azul) con mínimo gradiente.

104
FIGURA 5

105
FIGURA 6

106
FIGURA 7

107
FIGURA 8 - Aortograma en posición frente : Paciente de la figura 3 en quien se observó

interrupción adquirida del arco aórtico 5 meses después, no se observa la arteria subclavia

izquierda.

108
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121
EPILOGO

El presente es un trabajo eminentemente asistencial. Ha sido elaborado pacientemente. Cada

niño ha sido objeto de un cuidadoso cateterismo cardíaco, planificado con sumo detalle,

considerando el material a utilizar de acuerdo al peso del niño, a su ecocardiograma y,

lamentablemente, a la disponibilidad de los medios. Muchas veces con catéteres

personales o de una Institución privada, aportando un esfuerzo no sólo material, sino de tiempo.

Todos los pacientes fueron cateterizados sin turno programado, apelando a la buena voluntad

de los técnicos y enfermeras de Hemodinamia que postergando sus problemas personales, se

pusieron a disposición para solucionar una patología médica con auténtica vocación de

122
servicio. Todos fueron casos de salvataje y siempre se contó con la colaboración del Servicio

de Neonatología,tanto previamente como luego del estudio.

Cuando este grupo médico se presentó a concurso en el Hospital Garrahan,fue con la idea de

desarrollar una labor trascendente en la Cardiología Intervencionista. Este proyecto se inició,

quizás, en la rotación de uno de los autores por el Children Hospital de Boston, probablemente

el mejor Centro Asistencial Pediátrico del mundo, donde pudo apreciar el trabajo y la

idoneidad del Dr. James Lock. Este ha sido uno de los precursores del tratamiento por

cateterismo y continúa investigando y desarrollando material como por ejemplo el oclusor

para el cierre de la comunicación interauricular. Fue quien al conocer nuestro Hospital en 1986,

nos alentó para que formáramos parte del nuevo proyecto, que implicaba un desafío y nos

lanzaría a volar sólos, dejando la protección y la sabiduría de los viejos maestros para

emprender el camino que nos mostraría hasta que punto somos capaces.

Sin embargo, este no es un fin en si mismo, sino el comienzo de un largo trayecto que

estamos dispuestos a continuar siguiendo los pasos de nuestros mayores.

Soportaremos, como hasta el presente, la falta de medios; aguzaremos el ingenio para suplir

la ausencia de una política de salud que rejerarquice al Hospital público, al que

consideramos el lugar donde se desarrolló siempre lo más trascendente de la Medicina

argentina.

Por último, nos queda agradecer a todos los que han hecho posible que pudiéramos

comunicar esta experiencia.

En primer término a nuestra familias, que nos comprenden en el esfuerzo y en las horas que

les robamos para realizarnos.

123
Al Hospital de Niños "Ricardo Gutiérrez", por ser el lugar de nuestra formación.

Al Hospital "Juan P. Garrahan", que nos permitió crecer y desarrollarnos.

Al Instituto de Cardiología del Hospital Español, que nos facilitó a menudo material para

poder suplir las faltas que teníamos en el Hospital.

Al Dr. Gustavo Berri, nuestro Jefe de Cardiología en los 2 Hospitales.

Al Dr. Alberto Rodríguez Coronel, nuestro maestro y el de casi todos los Hemodinamistas

pediátricos argentinos.

Al personal de Hemodinamia del Hospital Garrahan, que permite que el Servicio se ponga en

marcha cada día.

A los todos los médicos que compartieron tareas con nosotros.

Al Servicio de Neonatología del Hospital Garrahan.

A los niños cardiópatas, fuente de nuestra vocación médica y destinatarios naturales de todo

nuestro esfuerzo.

agosto 1992

124

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