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Mini va al colegio

Christine Nöstlinger
Ilustraciones
de Erica Salcedo
SERIE MINI
Mini va al colegio
Christine Nöstlinger

Ilustraciones de Erica Salcedo


Primera edición: septiembre de 1992
Trigésima séptima edición: julio de 2018

Gerencia editorial: Gabriel Brandariz


Coordinación editorial: Carolina Pérez
Coordinación gráfica: Lara Peces

Título original: Mini muβ in die Schule


Traducción del alemán: Carmen Bas

Publicado por primera vez en alemán


por Dachs Verlag, Viena, 1992

©del texto: S. Fischer Verlag GmbH,


Frankfurt am Main, 2016
© de las ilustraciones: Erica Salcedo, 2018
© Ediciones SM, 1992, 2018
Impresores, 2 - Parque Empresarial Prado del Espino
28660 Boadilla del Monte (Madrid)
www.grupo-sm.com

ATENCIÓN AL CLIENTE
Tel.: 902 121 323 / 912 080 403
e-mail: [email protected]

ISBN: 978-84-675-8942-9
Depósito legal: M-15925-2018
Impreso en la UE / Printed in EU

Cualquier forma de reproducción, distribución,


comunicación pública o transformación de esta obra
solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares,
salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO
(Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org)
si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
Esta es Mini:
La llaman solo Mini. Pero en su partida
de nacimiento pone Herminia.
Mini es muy delgada. Y muy alta.
Es tan alta como su hermano Moritz.
Y eso que él es dos años mayor que ella.
Muchas veces, Mini se enfada con algu­
nas personas desconocidas que le pregun­
tan tonterías.
–¿En qué curso estás? –le pregunta la
gente.
–¡En ninguno! ¡Empezaré a ir al colegio
en otoño! –contesta Mini.
A Mini, eso le molesta muchísimo. La
pone realmente furiosa.
Y Xandi, que va con ella a la guardería,
le dice siempre:
–¡No deberías llamarte Mini, sino Maxi!
Pues MINI significa «pequeño», y MAXI,
«grande».
Y la abuela se lleva siempre las manos
a la cabeza y exclama:
–¿Hasta dónde va a llegar esta niña?
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Hasta le ha preguntado al médico si
no hay algunas pastillas para dejar de
crecer.
Y Daniela le grita siempre a Mini desde
la casa vecina:
–¡Señorita superlarga!
Cuando le dicen todo eso, Mini se ofen­
­de mucho.
Y también se ofende cuando Moritz le
dice:
–¡Larguirucha!
Pero Mini hace como si no le importara.
Se toca la frente con el dedo índice y le
grita a Moritz:
–¡No seas tan tonto, enano!
Y a la abuela le dice siempre:
–¡Deberías estar contenta de tener diez
centímetros de nieta más que las demás
abuelas!
Pero, en realidad, a Mini le gustaría ser
más bajita.
¡O, al menos, más gordita!
A Mini no le sienta bien la ropa que
venden en las tiendas.
Cuando le está bien de ancho, Mini
tiene este aspecto:
Cuando le está bien de largo, ¡la pinta
de Mini tampoco es mejor!
Mini tampoco sabe muy bien si tiene
que alegrarse porque va a ir al colegio.
A veces piensa: «Ya va siendo hora de ir
al colegio. Ya he pasado bastante tiempo
en la guardería».
Pero luego piensa: «Estar sentada en si­
lencio, con la boca cerrada y atendiendo
siempre, ¡debe de ser muy aburrido!».
Cuando Mini ve a Moritz fastidiado,
haciendo los deberes, se alegra de no ir
al colegio.
Cuando su hermano vuelve gritando
que la profesora ha sido otra vez «mala
y cruel» con él, a Mini hasta le da miedo
el colegio.
Solo le entran ganas de ir cuando al­
guien exclama asombrado:
–¿Cómo? ¿Tan mayor? ¿Y todavía no
va al colegio?
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