Evaluacion de La Practica Docente

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¿Es posible evaluar la práctica docente?

Resumen

Este breve artículo quiere señalar, la importancia que posee el proceso de enseñanza-
aprendizaje. Normalmente, solamente se evalúa al alumnado pero nosotros, queremos
prestar la importancia que posee evaluar la labor docente. Desde aquí, proponemos y
animamos al alumnado a que utilice los medios que le facilitamos para la mejora de
dicha evaluación.

Palabras clave

Evaluación
Medidas de mejora
Calidad en la enseñanza
Mejora del profesorado
Competencia para aprender a prender

Introducción

La educación, hoy en día, aglutina un sistema complejo en el que, a veces, ni los


propios docentes nos vemos representados. Entran en juego numerosos factores
como son los padres, alumnado, profesores, medios de comunicación, nuevas
tecnologías, etc. Para que ésta enorme estructura funcione, y funcione bien,
necesitamos la colaboración, casi siempre de forma desinteresada, de padres
profesorado, alumnos, etc.
Por lo tanto, a la hora de atajar la problemática de la educación no debemos
centrarnos solo en alguno de estos factores sino que deben ser tratados de forma
paralela e intentar solucionar los problemas sin darle demasiada importancia al foco
del problema. Esta respuesta, debe buscarse en aquellos agentes que conviven día a
día en los centros educativos y saben realmente que es lo que propondrían para
mejorarla y quién mejor que el alumnado para convertirse en parte activa del proceso
educativo ya que es él, quien es el máximo receptor de todo lo planteado por otros.

Para ello debemos dotarlo de las herramientas necesarias y adecuadas para que su
opinión quede recogida y reflejada sin ningún tipo de influencia.
El trabajo que realizamos, día a día, nos va induciendo a formar una serie de hábitos y
repeticiones que facilitan nuestra labor. Sin embargo, ésta mecanización del trabajo,
puede llevar consigo la monotonía y, el ir perdiendo capacidad de reconocimiento de

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pequeños errores o de olvido de determinadas prácticas enmascaradas en unos
hábitos concretos.
Por otra parte, hemos de considerar que nuestra labor docente va encaminada hacia
el alumnado; nuestra labor debe desarrollarse de manera adecuada.
Muchas veces, en cambio, aquello que nosotros consideramos que lo realizamos
adecuadamente, no consigue conectar con los alumnos, no les motiva, no les da
facilidades para alcanzar los objetivos.
Por tanto, es necesario que el profesorado realice a menudo una evaluación de la
práctica docente para rectificar, en caso de que no se desarrollen correctamente, o
para cerciorarse de que su realización es adecuada.

Tres son los momentos en los que es fundamental la realización de esta valoración:

1. PREPARACIÓN

La fase de preparación de nuestra actividad docente antes de ponernos delante del


alumnado nos obliga a tomar decisiones respecto a cada uno de los apartados que
debe tener una programación de aula: los objetivos didácticos de las materias, que
vamos a trabajar, los contenidos, las actividades que consideramos más adecuadas
para conseguir los objetivos propuestos, las estrategias y los recursos- suficientes y
variados- que resulten más congruentes con los objetivos y con la realidad concreta
de los alumnos a quienes van dirigidos.
También resulta imprescindible asimismo, concretar los criterios, los procedimientos,
instrumentos y técnicas de evaluación, mediante los que vamos a comprobar que los
alumnos realmente van aprendiendo a la vez que desarrollan las habilidades y
capacidades correspondientes a su etapa educativa.
Es muy importante, además, prever las condiciones de tiempo y de espacio que tanta
importancia tienen para garantizar que el alumnado logre aprendizajes relevantes de
forma eficaz.
Resulta esencial en esta fase de preparación de las clases, tener muy presentes tanto
los Objetivos Generales de Etapa como los de las diferentes materias, especialmente
cuando seleccionamos los objetivos didácticos.
Las decisiones que cada uno de nosotros toma al preparar sus clases deben tener
como referencia el Proyecto Curricular de Etapa y/o la programación didáctica de la
materia.

2. REALIZACIÓN

La planificación, programación, metodología, evaluación, atención a la diversidad,


recursos materiales, etc., es decir todo el quehacer educativo del profesor, se
concreta en un tiempo y en un espacio.
Para el análisis de la realización de las clases distinguimos cuatro aspectos:

1- Motivación del aprendizaje: acciones concretas que invitan al alumnado a


aprender.
2- Organización del momento de enseñanza: dar estructura y cohesión a las
diferentes secuencias del proceso de enseñar del profesor y de aprender del
alumnado.
3- Orientación del trabajo del alumnado: ayuda y colaboración que se efectúa
para que el alumnado logre con éxito los aprendizajes previstos.

4- Seguimiento del proceso de aprendizaje: acciones, de comprobación y mejora


del proceso de aprendizaje (ampliación, recuperación, refuerzo…)

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Estos cuatro aspectos están teóricamente diferenciados aunque se entrecruzan en la
práctica.
No obstante, la secuencia indicada anteriormente es predominante. Se suele
comenzar con la motivación y le sucede la organización, la orientación y el
seguimiento.

3. EVALUACIÓN

La evaluación es un elemento del proceso de enseñanza aprendizaje que debe


aplicarse tanto al aprendizaje de los alumnos como a la revisión de la propia práctica
docente.

La evaluación consiste en un proceso continuo que nos permite recoger


sistemáticamente información relevante, con objeto de reajustar la intervención
educativa de acuerdo con los aprendizajes reales del alumnado.

La finalidad de la evaluación educativa es mejorar el proceso aprendizaje de cada


alumno/a, el funcionamiento del grupo clase y nuestra propia práctica.

A partir del Proyecto Curricular de Etapa, cada profesor/a, en el momento de la


preparación de las clases, concretará: los criterios de evaluación, los procedimientos y
tiempos más adecuados para realizarla y para asegurar la necesaria información tanto
a los propios alumnos como a las familias y al resto del equipo educativo. A lo largo
del proceso debemos ajustarnos, lo más posible, a la aplicación real de estas
previsiones.

EVALUACIÓN FINAL DE LA PRÁCTICA DOCENTE.

La mayor parte de las modificaciones educativas que las Administraciones llevan a


cabo, parten de estudios realizados que a veces, muy poco tienen que ver con la
realidad del centro.
Reconocemos desde todos los ámbitos, que cada vez se valora menos la labor
docente y es por eso que desde nuestra posición profesional debemos motivarnos
para mejorar continuamente, puesto que los que estamos en el aula somos nosotros.
Y es ahí, donde podemos utilizar las estrategias que consideremos oportunas para la
mejora de la enseñanza.

No debemos de culpabilizar a nadie de esta situación, y comenzar a cambiar esta


situación por nosotros mismos.

Es muy importante saber el punto de partida en el que nos encontramos. Este punto
de partida no va a ser uniforme, ni el mismo en todos los centros.
Tenemos claro ¿Cómo evaluamos otros aspectos tan importantes en el proceso
educativo como la labor de los padres o la labor del docente?

La labor de los padres es más subjetiva y va a depender en cierta medida de la


estructura más sólida o menos sólida que impere en la familia. Pero, algo muy distinto
es la labor del docente, ya que debemos estar preparados y atentos para dar
respuesta a cualquier situación que se nos presente en el aula y de integrarla en ese
entorno que llamamos aula.

La manera con la que cada profesor enseña actitudes, formas, comportamientos


caracteriza su propia forma de enseñanza .En ésta forma de enseñar siempre están

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inmersos unos objetivos ya planteados en la programación de la materia. Esa “libertad
de cátedra” que muchos docentes ejercen es algo que casi nunca es cuestionado.

Después de todos estos pensamientos y reflexiones podemos preguntarnos ¿quién


evalúa al profesorado? Y ¿de qué manera? ¿Qué tipo de “autoevaluación” se lleva a
cabo?

El docente enseña y se supone que enseña bien. Pero esto en todos los casos no es
así, ya que como sabemos todos, hay buenos profesores que se preocupan por sus
alumnos y otros que no, como puede pasar en cualquier otra profesión y mucho más
en ésta, que tiene un importante factor vocacional. Entre éste profesorado implicado
con sus alumnos y aquél que solo va a sus clases y de la misma forma se marcha a su
casa, existe una gran gama de matices.

Una vez aquí, en este nivel, lo que pretendemos es obtener un método para evaluar la
labor del docente, analizar, superar, mejorar etc. Se trata de evaluar a un profesor o
profesora, sus métodos, sus estrategias, sus materiales, sus recursos, en general, su
manera de enseñar, de una forma lo más objetivamente posible.

Tenemos cierta tendencia a pensar que la mejor forma de evaluar al profesorado es


por los resultados académicos de sus alumnos, pero teniendo en cuenta que no sólo
estamos formando académicamente sino personas del siglo XXI, que sepan
desenvolverse en la sociedad en que vivimos cada vez más compleja.

Podríamos caer en el error y pensar que el alumnado no va a evaluar al profesorado


de forma objetiva o que no está capacitado para realizar esta evaluación, pero los
alumnos tienen una percepción real de sus profesores y, precisamente el valor estaría
en la subjetividad del alumnado.

Esta evaluación hay que realizarla de una manera constructiva, para que tanto la labor
docente como el aprendizaje mejoren en una escala objetivamente cualitativa.
Vamos a evaluar solo la labor docente dentro del aula en su interacción con el
alumnado a través de la materia que vamos a impartir aunque ya sabemos que el
profesorado tiene otras muchas funciones como la elaboración de documentos,
preparación de clases, participación en claustros, planificación del curso etc.

Para realizar esta evaluación del profesorado se ha diseñado un formulario con


distintas preguntas, que se pasará al alumnado, siendo completado de forma anónima
por cada uno de ellos.
El cuestionario tiene en cuenta no sólo aspectos de la materia impartida, sino
didácticos, de relaciones personales, comportamientos, etc., en el que se recogerán
las distintas opciones del alumnado.

Es aconsejable no realizar el cuestionario al principio de curso, sino que conviene


dejarlo para cuando el curso ya se encuentre avanzado, para que el alumnado ya
posea una opinión sobre la manera de actuar y trabajar del profesor, en base a la
experiencia de un cierto tiempo, de forma que ya haya entrado en juego el mayor
número de factores que inciden en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El cuestionario hay que verlo desde el punto de vista constructivo y no como algo
negativo, sino como algo que va a favorecer nuestra labor y la va a mejorar.
Se le pide al alumnado que rellene con total sinceridad y de forma anónima el
siguiente cuestionario referido a la materia, al profesor y al alumnado.

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El cuestionario es anónimo y se le pide encarecidamente sinceridad en sus respuestas.
De no ser así, el presente cuestionario no tendrá ninguna validez. No es pues preciso
meditar mucho las respuestas.

Las preguntas están formuladas de forma que las respuestas sean concretas y
cuantificables, se pide que rodee en un círculo el número con el que esté más de
acuerdo, sabiendo que el 5 equivale a mucho (lo máximo) y el 1 equivale a poco (lo
mínimo).

Es decir, si está de acuerdo con la frase, “la materia me ha resultado interesante” y


además le ha parecido muy interesante, rodeará con un círculo el número 5.
Si por el contrario no le ha parecido interesante en absoluto, rodeará con un círculo el
número 1.
Otro ejemplo: la frase,”la materia no me ha servido para nada”, si está de acuerdo con
ella, y muy de acuerdo además, tendrá que rodear el 5. Sin embargo si no está de
acuerdo tendrá que rodear el 1.
La cabecera del cuestionario simplemente abarcaría el nombre o código del profesor
que sería asignado con anterioridad, la asignatura que imparte, así como la
interpretación básica del baremo aplicar, ya hemos explicado con anterioridad.

CUESTIONARIO PARA EVALUAR AL PROFESORADO

Profesor/a………………………………………………………………………………………
Asignatura que imparte…………………………………………………………………….
Código………………………………………………………………………………………….

Baremo a puntuar: 1-labor mínima 5-labor máxima

LA MATERIA

Al inicio del curso explica la dinámica


de las clases 1 2 3 4 5
Realiza una evaluación inicial para conocer el
nivel previo del alumnado 1 2 3 4 5
Explica los objetivos de cada
bloque 1 2 3 4 5
Domina perfectamente la asignatura que imparte
sin divagar 1 2 3 4 5
Hace la asignatura amena e
interesante 1 2 3 4 5
Provoca en el alumnado el interés por la
materia 1 2 3 4 5
Las cuestiones de los exámenes son semejantes
a las vistas en clase 1 2 3 4 5
Los criterios de evaluación han sido
explicados previamente 1 2 3 4 5
Los exámenes se corrigen en clase 1 2 3 4 5
Tiene en cuenta cuaderno, trabajo, participación 1 2 3 4 5

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EL PROFESOR

Puntualidad a la hora de llegar a clase


e iniciar la explicación 1 2 3 4 5
Puntualidad a la hora de terminar la clase 1 2 3 4 5
Se aprecia el trabajo de
preparación del profesor 1 2 3 4 5
Pasa lista y lleva el control de asistencia 1 2 3 4 5
Utiliza un cuaderno para hacer
anotaciones 1 2 3 4 5
Las explicaciones son claras y entendibles 1 2 3 4 5
Favorece la participación del alumnado 1 2 3 4 5
El profesor ha resuelto las dudas del
alumnado 1 2 3 4 5
Responde a todas las dudas
planteadas 1 2 3 4 5
El ritmo y el clima de clase es adecuado 1 2 3 4 5

EL ALUMNADO

Mi interés por la materia antes de


comenzar las clases 1 2 3 4 5
Mi interés por la materia al finalizar el curso 1 2 3 4 5
Muestra respeto al hablar con
el alumnado 1 2 3 4 5
Fomenta algún tipo de discriminación 1 2 3 4 5
Felicita al alumnado cuando obtiene
buenos resultados 1 2 3 4 5
Anima al alumnado con malos resultados
para que mejore motivándolos 1 2 3 4 5
La materia me ha influido a la hora de decidir mis
estudios post-obligatorios 1 2 3 4 5
Mantiene el orden y la disciplina de la clase
de forma tranquila y correcta 1 2 3 4 5
La puntualidad y asistencia del alumno
la tiene en cuenta 1 2 3 4 5
Se muestra cercano y accesible al alumnado 1 2 3 4 5

Se agradece a todos el alumnado su colaboración.


Se ruega en la medida de lo posible que el resto de la hoja se ocupe para exponer
alguna observación sobre la materia, el profesor o el alumno.
Cualquier cosa que le parezca que hubiera mejorado el nivel del grupo y de la
docencia, por favor exprésalo aquí.
Se agradece de antemano cualquier comentario o sugerencia que expresen a
continuación.

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OBSERVACIONES:……………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………
……………………………………………

Finalmente para obtener los resultados para un profesor dentro de un grupo-clase, lo


que se haría sería establecer las medidas en cada uno de los ítems a partir de las
notas otorgadas por cada uno de los alumnos, y después, con esas medias obtenidas
se establecería la media global para cada uno de los bloques en los que se ha dividido
el formulario.

Concluimos diciendo que la evaluación de la práctica docente debe tener en cuenta


diversos apartados como: garantizar el derecho de aprender de todo el alumnado y
servir de apoyo para el afianzamiento del profesorado; la comunidad educativa no
puede responsabilizar del fracaso escolar al profesorado, ya que éste es solo una
pieza del gran engranaje que es la educación.
Con todo ello pretendemos mejorar nuestra actuación, promover la motivación,
reconocimiento de nuestro trabajo tanto a nivel académico como económico. A veces,
se piensa que este tipo de evaluación lo que pretende es,”el control” del profesorado
pero debe entenderse como una necesidad ara garantizar la calidad de educación que
se ofrece y los resultados alcanzados.
Ésta evaluación del profesorado, para que sea eficiente, debe ir unida al proceso de
aprender, a través de la autoevaluación de la propia práctica.

Bibliografía

 Jiménez, B. (1999). ”Evaluación de programas, centros y profesores”.Madrid.


Síntesis.

 Amador, L. y Domínguez, J. (1997), “Mejorar cada día. Evaluación y calidad


en la enseñanza” Sevilla UNED y Conserjería de Educación y Ciencia de la
Junta de Andalucía.

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