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¿Qué es el capital?
José C. Valenzuela Feijóo 1-10
Carlos Marx desde la visión de José Martí
Ovidio Cosme Díaz Benítez 11-17
Las ideas del comandante en jefe Fidel Castro Ruz en el desarrollo estratégico del Centro Nacional para la
Producción de Animales de Laboratorio (CENPALAB) Marx, a 150 años de El Capital
Miguel Ángel Esquivel Pérez, Alfredo González Menció, José Alfredo Castellanos Suárez, René González Barrios 18-33
La enseñanza de la economía política en el programa de estudios del Desarrollo Rural en el Colegio de
Postgraduados
Gildardo Espinosa Sánchez, Lenin G. Guajardo Hernández, Oliverio Hernández Romero 34-51
DK-150: siglo y medio de una síntesis revolucionaria
Oscar Mañán 52-62
Historización del valor en Marx en los Formen
José Alfredo Castellanos Suárez 63-75
La violencia actual como profundización del patrón de acumulación neoliberal y una política directa del
Estado en México
Xochitl Citlali Ponce Basaldua 76-88
Despojo y renta: conceptos fundamentales para el análisis del Capitalismo del siglo XXI
J. Manuel Ortega H 89-95
Alcance nacional de la cooperación, emancipación de las masas trabajadoras
Norberto Noé Añorve Fonseca 96-106
Editora en jefa
Dora Ma. Sangerman-Jarquín
Editor asociado
Agustín Navarro Bravo
José Alfredo Castellanos Suárez
Jesús Castillo Aguirre
Editores correctores
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Árbitros
¿Qué es el capital?
Si se habla de capital se habla de plusvalía. Y viceversa. Se trata de dos conceptos que amén de
inseparables, son los más importantes en la teoría del capitalismo. Pero si repasamos la literatura sobre el
tema, rara vez encontramos una conceptualización precisa y no fluctuante de la categoría capital. En parte,
esto se explica pues estamos ante la presencia de un fenómeno multilateral, que incluso asume
modalidades o formas diversas. Por ello, según qué aspecto se acentúe, se obtienen definiciones
diferentes. Como sea, estamos en presencia de un concepto algo resbaladizo. Por ello, conviene detenerse
en él, tratando de cernir la médula del fenómeno. Se enmarcará primero dos aproximaciones conocidas.
La primera señala: i) el capital es un valor; ii) pero no cualesquier valor sino uno que es capaz de
acrecentarse, de generar un plusvalor. En palabras de Marx, el capital es un “valor que se valoriza”, es un
“valor progresivo”.1 Asimismo, el autor escribe que “la cualidad que caracteriza al capital es (...) la de ser
valor que pare valor.”2 También Engels indica: “una suma de valores sólo se convierte en capital al
aumentar su valor, es decir, al crear plusvalía”.3 Lo analizado en este manuscrito, es una definición que es
básicamente descriptiva: señala un rasgo clave y también muy visible. Pero no explica la causa, el porqué
de esa capacidad para acrecentarse. La definición, valga insistir, es de carácter descriptivo, apunta a un
rasgo externo y que, por lo mismo, puede dar lugar a confusiones.
Una, nada infrecuente, identifica el capital -en cuanto fenómeno típico y esencial del modo capitalista de
producción- con las llamadas formas del capital pre diluviano. Por ejemplo, el capital usurario (de
préstamo) que convertía cierta suma de dinero (D) en una suma bastante superior (D’); o sea, también se
valorizaba. Este capital, que operaba vg, en el esclavismo romano (también en el feudalismo), se
apropiaba de una parte nada menor del excedente esclavista. Además, por la vía de las deudas, terminaba
por condenar a una buena parte de la clase propietaria.
1
F. Engels. 1973. Anti-Dühring. Edit. Cartago, Buenos Aires. 169 p.
2
3
1
Marx a 150 años de El Capital
La forma externa, en este caso, guarda cierta semejanza con la del capital moderno. Pero resulta evidente
que por su contenido, las diferencias son mayores y no permiten poner un signo de igualdad entre tales
fenómenos.4 Se trata, entonces, de profundizar el concepto y avanzar a su médula más esencial.
La segunda aproximación que deseamos retomar es la que describe al capital como una relación social.
Recordemos de nuevo a Marx: “el trabajo acumulado que sirve de medio de nueva producción es el
capital. Así dicen los economistas. ¿Qué es un esclavo negro? Un hombre de la raza negra. Una
explicación vale tanto como la otra. Un negro es un negro. Sólo en determinadas condiciones se convierte
en esclavo. Una máquina de hilar algodón es una máquina para hilar algodón. Sólo en determinadas
condiciones se convierte en capital. Arrancada a estas condiciones, no tiene nada de capital, del mismo
modo que el oro no es de por sí dinero (...)”.5 Asimismo, agrega: “el capital es una relación social de
producción. Es una relación burguesa de producción, una relación de producción de la sociedad
burguesa.”6 También indica que “si la fuerza de trabajo sólo es una mercancía en manos de su vendedor,
del obrero asalariado, en cambio sólo es capital en manos de su comprador, del capitalista, a quien se
adjudica su uso temporal. Los medios de producción sólo se convierten en encarnación material del capital
productivo, o en capital productivo, en el momento en que se les incorpora la fuerza de trabajo como
modalidad personal de aquél. La fuerza humana de trabajo no es por naturaleza capital, como no lo son
tampoco, por la misma razón, los medios de producción. Sólo adquieren este carácter social específico
bajo determinadas condiciones, históricamente dadas, del mismo modo que sólo bajo estas condiciones los
metales preciosos revisten el carácter de dinero, y éste el de capital- dinero.”7
Examinemos primero lo que podemos calificar como condición necesaria. Esta, viene dada por la
distribución del poder patrimonial propia del capitalismo. Por un lado, una clase que monopoliza los
medios de producción y por el otro, la clase que no posee medios de producción y sí es dueña de su
capacidad para trabajar o “fuerza de trabajo”.8 Lo indicado, plantea inicialmente un problema técnico.
Para llevar adelante las tareas de producción, es imprescindible que se combinen los recursos humanos y
materiales que exige el proceso; o sea, fuerza de trabajo y medios.
Para nada es casualidad que este tipo de “capitales” nunca se apodera del espacio de la producción. A lo
más, provoca un efecto de disolución de producción. Si estos recursos no se combinan, no hay producción
posible y si no hay producción no hay consumo. Es decir, la sociedad humana corre el riesgo de
desaparecer. De aquí la vital importancia de reunir a tales factores. Pero si están distribuidos entre
diversos grupos sociales, la exigencia tecnológica se traduce en una exigencia sociológica: deben entrar en
contacto social los grupos (o sea, clases sociales) que portan los atributos patrimoniales correspondientes.
La burguesía, repitamos, con sus medios de producción y los trabajadores, con su fuerza de trabajo.
4 C. Marx. 1974. Trabajo asalariado y capital. In: Marx-Engels. Obras Escogidas, tomo I. Edit. Progreso, Moscú. 162 p.
5
Ibidem, 163 p.
6
C. Marx. El Capital. Tomo II, edición FCE. 38 p.
7
La producción capitalista comienza en el momento en que las condiciones de trabajo pertenecen a una clase y la
otra sólo dispone de fuerza de trabajo”. Cf. Carlos Marx. Historia crítica de las teorías de la plusvalía. Tomo I, Edit.
Cartago, Buenos Aires, 1976. 67 p.
8
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Marx a 150 años de El Capital
Una pregunta que pudiera brotar es la siguiente: sabemos que en el sistema son los capitalistas (que ya
poseen los medios de producción) los que compran fuerza de trabajo. ¿Por qué no sucede lo inverso: que
los trabajadores compren medios de producción? La respuesta es conocida y casi obvia: el grupo de los
capitalistas opera concentrando la riqueza (especialmente en su forma dineraria) y el grupo de los
trabajadores está del todo ayuno en estos respectos. El trabajador no posee activos (ni reales ni
monetarios) y cuando vende su fuerza de trabajo sí obtiene cierta cantidad de dinero. Pero esta cantidad la
debe gastar de inmediato en la compra de bienes de consumo personal imprescindibles. Si no lo hace, no
puede reponer su fuerza de trabajo y se verá abocado a la inanición y peor aún, a la muerte.
Dada la mencionada distribución social del patrimonio productivo que tipifica al sistema, la clase obrera
(o “proletariado”) se ve obligada a vender su fuerza de trabajo. Lo cual exige el correspondiente
desembolso (denominado “capital variable”) por parte del capitalista. Y adviértase: si el obrero vende
fuerza de trabajo, es porque no posee medios de producción ergo, estos deben concentrarse en el otro polo
clasista. La clave, entonces, radica en las condiciones que obligan a vender fuerza de trabajo en términos
masivos. Tal es la condición necesaria. ¿Cómo se puede generar esta condición? La respuesta es conocida:
se trata de separar a los productores de su eventual unión con los medios de producción. A los
campesinos, vg, se les debe expulsar de la tierra. A los artesanos urbanos, liquidarlos por la competencia
de precios. La clave es la separación de los trabajadores de los medios de producción. Asimismo, que
estos deprivados, mantengan (o logren) el estatus de personas libres. Como dice Marx, libres en un doble
sentido: libres como persona y libres del acceso a los medios de producción.9
Digamos también que con dicha compra de fuerza de trabajo, se generan dos consecuencias: primero, el
capitalista pasa a disponer de todos los recursos que exige el proceso de producción y por lo tanto, queda
en condiciones de dirigirlo y llevarlo adelante. Es decir, le impone su impronta. Lo cual le otorga un
carácter planeado (al interior de la unidad económica) y despótico: el plan expresa la voluntad del capital
y se le impone a los trabajadores. Segundo: como el proceso tiene lugar con cargo a recursos que son
propiedad del capitalista, éste adquiere también el derecho de apropiarse de los resultados del proceso.
Muy en especial, de los ingresos que genera la venta de las mercancías producidas. Y como estos ingresos
suelen ser superiores a los costos capitalistas de producción, pasa a obtener las ganancias del caso.
Sentada la condición necesaria, nos pasamos a preguntar por la condición suficiente. Esta es sencilla y
más o menos conocida.10 Se trata de que el trabajador asalariado se ponga a trabajar y que, al hacerlo, cree
o “agregue” un valor superior al valor de su fuerza de trabajo. Cuando el operario se pone a trabajar, si su
trabajo satisface determinadas condiciones (la de ser un trabajo socialmente necesario) le va agregando
valor a los objetos de trabajo sobre los cuales aplica actividad. El valor total generado se corresponde con
el valor de los medios de producción consumidos en el proceso más el valor que le agregan los
trabajadores. Este último componente es el que se denomina “valor agregado” (WA). Y como el
capitalista debe pagarle a los trabajadores desembolsando lo que se denomina “capital variable” (V), sus
ganancias o plusvalía dependerán de la diferencia que tenga lugar entre el valor agregado y el capital
variable. En breve, emerge un plusvalor si WA > V.
9
Cannan. 1948. Comentando a Smith escribía que este autor “cree que nadie se someterá nunca a un patrón si no se
ve forzado a ello. Si un hombre tiene lo bastante para proveerse de los materiales necesarios para su trabajo y para
mantenerse hasta terminarlo, se establecerá inmediatamente como ‘trabajador independiente’ (...) para Adam Smith
las ganancias eran una deducción del producto del trabajo, a la que ha de someterse el obrero por carecer de medios
para sostenerse y de materiales de producción.” Cf. E. Cannan, “Historia de las teorías de la producción y
distribución”, FCE, México. 220 p.
10
Sobre el tema, los ensayos contenidos en José Valenzuela Feijóo. Capital y plusvalía. BCV. Caracas, 2014.
3
Marx a 150 años de El Capital
Prosigamos: si el capitalista no compra fuerza de trabajo, tampoco podrá crear plusvalor. Ergo, debe
hacerlo (lo que supone la existencia de vendedores, los que aparecen sólo si están desprovistos de medios
de producción) y lo que gasta en esa operación es lo que se conoce como capital variable (V). Si
sumamos, tenemos el capital total (K = C + V). Y como podemos ver, uno y otro elemento son
indispensables en tanto son los que posibilitan la emergencia de la plusvalía. O sea, que se dé un valor (K)
que engendra un plusvalor (P). En otras palabras, si la relación social que hemos venido examinando no
tiene lugar, los medios de producción ya no funcionan como capital. O sea, como un valor que genera más
valor.
Los pasos fundamentales a dar serían los siguientes: a) los trabajadores no poseen medios de producción,
sólo su fuerza de trabajo. Y se ven obligados a vender tal fuerza de trabajo (que funciona como mercancía)
a los que monopolizan los medios de producción, que son los capitalistas; es esta propiedad exclusiva la
que torna inexorable la venta de la fuerza de trabajo; b) al comprar fuerza de trabajo, los capitalistas la
usan. Es decir, ponen a trabajar a los obreros. Al hacerlo, estos van generando cierto monto de valor o
“valor agregado”11; c) como regla, este “valor agregado” es mayor que el “valor de la fuerza de trabajo” y
por lo mismo, es lo que da lugar al “plusvalor”.
La interrogante que surge es: si es el trabajo excedente de los asalariados el que genera el plusvalor, ¿por
qué se dice que los medios de producción pasan a funcionar como capital? d) La respuesta es: la plusvalía
no brota de los medios de producción per-se. Pero éstos, en cuanto son monopolizados por la clase
capitalista y obligan a la venta de la fuerza de trabajo, son los que condicionan la posibilidad y realidad de
la creación de la plusvalía. O sea, de la aparición de lo que aparece como un “plus” respecto a los que el
capitalista gasta en la compra de recursos productivos: capital constante más capital variable. Lo que de
hecho tenemos es: lo que funciona como condición, se visualiza como operando como factor de
generación o “creación” de la plusvalía.
El punto debe ser remarcado: la teoría no niega que los medios de producción funcionen como capital. Lo
que sostiene es que lo hacen sólo bajo determinadas circunstancias sociales. Y son éstas las que le “pegan”
o “adhieren” a los medios de producción esa particular virtud. Permítasenos citar de nuevo a Marx: “el
capital no es una cosa material, sino una determinada relación social de producción, correspondiente a una
determinada formación histórica de la sociedad, que toma cuerpo en una cosa material y le infunde un
carácter social específico. El capital no es la suma de los medios de producción materiales y producidos.
Es el conjunto de los medios de producción convertidos en capital y que de suyo tienen tan poco de capital
como el oro o la plata, como tales, de dinero.
Es el conjunto de los medios de producción monopolizados por una determinada parte de la sociedad, los
productos y condiciones de ejercicio de la fuerza de trabajo sustantivados frente a la fuerza de trabajo vivo
y a la que este antagonismo personifica como capital.”12 El aspecto que aquí nos interesa subrayar es el de
la conversión. Es decir, cómo en cosas materiales -máquinas, equipos, herramientas, etc.- aparecen
11
Para generar valor agregado no basta gastar trabajo. Sobre las condiciones a satisfacer ver José Valenzuela Feijóo.
Teoría general de las economías de mercado. Vol. I. Facultad de Economía- UNAM, México. 2015.
12
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Marx a 150 años de El Capital
propiedades o “virtudes” que no pertenecen a esas cosas sino a la relación social en que están insertas.
Pero como aparecen “pegadas” a las cosas, surge la impresión de que es la cosa per-se la que posee tales
virtudes o propiedades. Estamos aquí, por supuesto, con una clásica manifestación de lo que Marx
denominaba fetichismo mercantil.
Como apuntara Rubin, “la transformación de las relaciones sociales de producción en propiedades sociales
’objetivas’ de las cosas es un fenómeno [típico] de la economía mercantil capitalista” y ello conduce a que
los “economistas vulgares (...) derivan fenómenos sociales directamente de fenómenos técnicos; por
ejemplo, la capacidad del capital de rendir ganancia, que presupone la existencia de clases sociales
particulares y relaciones de producción entre ellas, es explicada en términos de las funciones técnicas del
capital en su papel de medios de producción.”13
En este marco valga insistir: la relación social buscada y explicatoria de la plusvalía, es la que conecta a
las dos clases fundamentales del sistema. Primero, en el espacio circulatorio en que unos venden y otros
compran fuerza de trabajo. Segundo, en el espacio de la producción, donde al ser consumida la fuerza de
trabajo (i.e. al gastarse trabajo), se genera un valor agregado superior al valor de la fuerza de trabajo. O
sea, donde se produce el plusvalor.
Podemos también constatar: ese tipo de relaciones sociales vienen completamente determinadas por las
relaciones de propiedad que tipifican al régimen. Lo cual, dicho sea al pasar, también nos confirma el
rigor del sistema teórico de Marx: la relación social fundamental determina la estructura de clases y el
modo en que el excedente es producido y apropiado.
En Marx encontramos otra versión o conceptualización del capital. Citemos: “el capital, como valor que se
valoriza, no encierra solamente relaciones de clase, un determinado carácter social, basado en la existencia
del trabajo como trabajo asalariado. Es un movimiento, un proceso cíclico a través de diferentes fases,
que, a su vez, se halla formado por tres diferentes etapas. Sólo se le puede concebir, pues, como
movimiento, y no en estado yacente.” Esta visión dinámica y sus implicaciones (a indicar más adelante) es
un primer punto a subrayar. El autor agrega: “quienes consideran una pura abstracción la sustantivación
del valor olvidan que el movimiento del capital industrial es precisamente esta abstracción hecha realidad.
El valor recorre aquí diferentes formas, diversos movimientos, en los que se conserva y al mismo tiempo
se valoriza, se incrementa.
la producción capitalista sólo existe y puede seguir existiendo mientras el valor-capital se valoriza, es
decir, mientras escribe su proceso cíclico como valor sustantivado…”.14 ¿Qué implica este movimiento
tan propio y específico?
Primero, que el capital va recorriendo diversas fases. Empieza en la fase circulatoria (donde operan
operaciones de compras y de ventas), avanza a la fase de producción (donde se aplica el trabajo
productivo) y luego, vuelve al espacio circulatorio. Cada una de estas fases es imprescindible, pero la que
opera como condición sine qua-none, es el paso por el espacio de la producción. ¿Por qué? Por la sencilla
razón que es en dicho espacio donde brota la plusvalía; es decir, lo que hace del valor un valor que se
acrecienta.
Segundo, en su recorrido, el capital también va asumiendo distintas formas, las adecuadas para transitar
por los espacios (o “fases”) que va atravesando. Empieza bajo la forma de capital- dinero siendo ésta la
13
14
C. Marx. El Capital. Tomo II, edición FCE. 94 p.
5
Marx a 150 años de El Capital
forma que le permite comprar: medios de producción (lo que implica operaciones de compra y de venta al
interior de la clase) y fuerza de trabajo, lo que ya implica operaciones circulatorias que conectan a las dos
clases fundamentales del sistema: la clase obrera - como vendedora de su fuerza de trabajo- y la clase
capitalista, que funciona como compradora. Como se trata de una economía de mercado, esta operación
circulatoria (de compra y de venta) es la única forma en que se puede acceder a las mercancías que exige
el proceso de producción.15
Al realizarse estas compras, el capital-dinero inicial asume la forma de capital productivo: medios de
producción (capital constante) y fuerza de trabajo (capital variable). Al asumir la forma de capital
productivo, el capital ya puede operar o desplegarse en la decisiva etapa de producción, donde realiza su
“consumo productivo”, de medios de producción y de fuerza de trabajo.
En esta fase se cumplen diversos objetivos: i) se producen o generan nuevos valores de uso o productos;
ii) se traspasa a estos productos el valor (como parte o en su todo) de los medios de producción
consumidos; iii) no se traspasa el valor del capital variable; y iv) al consumirse la fuerza de trabajo -al
trabajar los obreros- se va agregando un nuevo valor a los objetos de trabajo. Es el llamado valor
agregado, el que debe compensar el gasto en capital variable y dejar un sobrante, que será justamente la
plusvalía. Es decir, se tiene que WA - V = P. En que P>0 si WA>V, algo que no es fatal. Puede darse que
V > WA, con lo cual resulta que la empresa perderá (P< 0).
La fase de producción es la más decisiva y determinante. La razón es muy clara: es en esta fase, la de
producción, donde se genera el valor agregado y, por ende, la plusvalía que persigue el capital. Como
señala Marx, el capital que asume esta forma, es un “capital dotado de la propiedad de crear valor y
plusvalía.”16
Pero antes que nada, esta fase es importante en cuanto es el espacio económico donde se realiza la
producción, donde el ser humano, operando como grupo, procede a interactuar-transformar la naturaleza
en beneficio propio. Es en este espacio donde se ve literalmente obligado a conocer las leyes materiales
objetivas que regulan el orden natural, a desarrollar la ciencia e impulsar la tecnología.17
El proceso de producción termina con mercancías (productos destinados a la venta) ya terminadas (que
pueden ser bienes finales o intermedios). En esta modalidad del capital, tales mercancías ya contienen
plusvalía, al menos en potencia. Y como se trata de mercancías, su destino tiene que ser ir al mercado en
busca de compradores. Por lo mismo, el capital vuelve al espacio circulatorio: antes lo hacía para comprar;
ahora, para vender. En breve, el capital que aparece bajo la forma de capital-mercancía debe asumir otra
forma, la de capital dinero incrementado.
15
Uno de las características más tangibles del proceso cíclico del capital y también, por tanto, de la producción
capitalista, es el hecho de que, por una parte, los elementos integrantes del capital productivo proceden del mercado
de mercancías, necesitando renovarse continuamente a base del mismo, comprarse como mercancías, mientras que,
por otra parte, el producto del proceso de trabajo sale de él como mercancía necesitando venderse constantemente,
una y otra vez, como tal mercancía. Cf. C. Marx. El Capital. Tomo II, edición FCE. 103 p.
16
C. Marx, Ibídem. 29 p.
17
El hombre es desgraciado por desconocer la naturaleza (...) es por no estudiar la Naturaleza y sus leyes, ni intentar
descubrir sus recursos y sus propiedades por lo que el hombre queda estancado en la ignorancia o da pasos tan lentos
e inciertos para mejorar su suerte. Barón D’Holbach. Sistema de la naturaleza. Editora Nacional, Madrid. 1982. 117-
121.
6
Marx a 150 años de El Capital
Tránsito que no es una fatalidad y por ello Marx hablaba del “salto mortal de la mercancía”, agregando
que si este salto falla, “no es la misma mercancía la que se estrella sino su poseedor.”18 Este es el
problema y fase de la llamada “realización”, la que suele ser fuente de problemas mayores.
La concatenación y sucesión de formas y fases por las que atraviesa el capital se pueden presentar en
términos del diagrama que sigue.
=C+V D´
M´
Final
18
C. Marx. El Capital. Tomo I. FCE. 66 p.
7
Marx a 150 años de El Capital
M´= M + m = (C + V ) + m
D´ = D + d = (C + V ) + d
Cuando se aborda el fenómeno del capital en términos de su movimiento (que se repite o reproduce a lo
largo del tiempo y por eso se habla de “ciclo” del capital), se está aludiendo a este transitar por diversos
espacios. A la vez, de las distintas formas que va asumiendo según el espacio donde va transitando y las
funciones que debe satisfacer. En lo que hemos venido señalando, importa subrayar: a) el tránsito de un
estadio a otro no es algo arbitrario: es imprescindible para que el capital funcione como capital. O sea,
como un “valor que se valoriza”; b) algo análogo se debe sostener en cuanto a las diversas formas que va
asumiendo en su recorrido. Son las necesarias para que se cumplan las funciones que exige el estadio a
recorrer. Por ejemplo, como “capital productivo” no puede comprar, sólo puede producir. Y como “capital
dinero” no puede producir, sólo comprar. Y como capital mercancías, en directo no puede comprar ni
producir, sólo puede vender.
La capitalista es una economía de mercado en que la forma mercancía se universaliza. Y las unidades
económicas (o empresas capitalistas) que operan en el sistema no son autosuficientes. Para operar deben
comprar recursos productivos. Y para comprar deben usar dinero. De aquí el primer estadio y la primera
forma. También la segunda forma, la del capital productivo, la cual también abre la decisiva fase de la
producción, siendo ésta el espacio donde se crean el valor agregado y la plusvalía. Finiquitada la
producción, el capital productivo se transforma en capital- mercancías. Y las mercancías buscan al dinero:
deben venderse. De aquí el salto al espacio circulatorio. Si éste tiene lugar, sin tropiezos, el valor capital
asume la forma del dinero, de equivalente general. Es decir, una materialización del trabajo social y por lo
tanto, algo transformable en cualesquier otro tipo de productos- mercancías. Si este salto no tiene lugar, la
reproducción de la empresa (y probablemente la de buena parte del sistema) se verá seriamente
comprometida.
Por su importancia conviene ensayar al menos una muy breve referencia a la noción de “capital
industrial”.
El “capital productivo” se puede entender como el capital que funciona en el espacio de la producción y
que, por lo mismo, se materializa en recursos productivos: fuerza de trabajo y medios de producción. Lo
cual, en términos de valor, implica capital constante (C) más capital variable.
En este marco, debe surgir la pregunta: ¿es que existen capitales que se saltan la fase de producción? La
respuesta es muy clara: hay capitales que sólo operan en el espacio circulatorio. Por ejemplo, los capitales
19
C. Marx El Capital. Tomo II. Edición FCE. 51 P.
8
Marx a 150 años de El Capital
bancarios y de comercio. Dada la ruta que siguen estos capitales -nunca caminan por el espacio de la
producción- no pueden producir ni valores ni plusvalía. ¿Se trata, entonces, de capitales que no rinden
ganancias? Ciertamente no. Lo que sucede es que sí se apropian de plusvalía y por esta vía se reafirman
como capitales. Este fenómeno de apropiación sin producción, implica que opera un fenómeno de
transferencia de plusvalía, desde el capital industrial hacia los capitales circulatorios. Si denominamos
(Pa) a la plusvalía apropiada, (Pp) a la plusvalía producida y (Pt) a la plusvalía transferida, podemos
escribir:
Pa = Pp + Pt
En que la plusvalía transferida puede tener un valor positivo (caso de los capitales circulatorios) o
negativo (caso de los capitales productivos). Para una economía muy simplificada, sin sector externo y sin
gobierno (ni actividades ideológicas conexas), se podría tener un cuadro como el que se muestra en el
Cuadro 1.
El cuadro, muestra también ciertas relaciones de balance global. De ellas, subrayemos dos: a) la plusvalía
transferida, a escala global, debe ser igual a cero; y b) a escala global, la plusvalía apropiada debe
coincidir con la plusvalía producida.
La importancia del capital productivo debe ser subrayada. Se puede hablar de un régimen o “modo de
producción” capitalista sólo si las relaciones capitalistas se han apoderado del proceso de producción. Más
precisamente, si el excedente económico es producido en términos capitalistas. Se trata, en consecuencia,
de que las relaciones definitorias de lo que es el capital, se sitúen en los espacios más decisivos y
determinantes de la estructura económica y al final de cuentas, de toda la vida social.
En un régimen de “pequeña producción mercantil simple” (PPMS), los productores, como vg, los
artesanos urbanos, son dueños de los medios de producción que utilizan y por consiguiente, se apoderan
del excedente que pueden generar. Este excedente lo denominamos “ganancias del pequeño productor”.
En este sistema económico no existe el fenómeno de la explotación: los que producen el excedente son
también los que de él se apoderan. O sea, producción y apropiación coinciden.
El régimen de PPMS se asienta en una base de producción de pequeña escala, en el trabajo personal del
artesano y sus niveles de productividad son relativamente bajos. Por lo mismo, el excedente por ocupado
es relativamente bajo. Pero existe y sí es apropiado.
En este sistema, las “ganancias del pequeño productor” están asentadas en el trabajo del artesano. Por lo
mismo, no hay apropiación gratuita de trabajo ajeno. Pero, ¿por qué el artesano se apropia del excedente?
En nuestros términos, la causa radica en el poder patrimonial que ejerce el productor sobre los medios de
producción que utiliza.
9
Marx a 150 años de El Capital
Supongamos que las ganancias del pequeño productor equivalen al 12.5% de la jornada de trabajo diaria
(la que podemos asimilar al Valor Agregado por día). Si el artesano trabaja 8 horas diarias, sus ganancias
equivalen a una hora (1 / 8 = 0.125). ¿Qué sucede si trabaja sólo 7 horas? Genera y se apropia de sólo 7
horas; por consiguiente, sus ganancias se evaporan: serán iguales a cero. Los ingresos que obtiene el
artesano sólo cubren lo que necesita para cubrir su consumo personal y familiar.20 Los artesanos, en su
vida real, tienen muy clara esta situación: si no trabajan durante un mínimo de tiempo, no hay ganancias.
Y si no trabajan, simplemente no hay ingresos. Y sin ingresos no hay compras y sin compras no hay ni
consumo personal. Por ende, no hay más que dos opciones: morir por inanición o robar.
En este marco valga una mención: si el capitalista deja de trabajar en su empresa (suponiendo que lo
hace), ¿deja de obtener ganancias? Para nada: sus ganancias derivan de su propiedad (o “poder
patrimonial”) y no del eventual gasto de trabajo propio que pueda realizar. Se puede quedar en su casa de
campo, dormir y dormir, beber, jugar. Sus ganancias no se verán afectadas pues dependen de su poder
accionario y no del trabajo o no-trabajo que pueda desplegar.
Para simplificar estamos haciendo abstracción del costo y los ingresos que posibilitan recuperar el gasto en
20
10
Marx, a 150 años de El Capital
El Capital es la obra cumbre de un hijo pródigo de la ciudad de Tréveris: Karl Marx. Escrita en los
tiempos modernos, revela como el capital, domina y condiciona el funcionamiento de la sociedad.
Transcurridos 150 años de la publicación de su primer tomo conserva plena vigencia para la
comprensión y aplicación, en el orden económico, político social, y en el plano de las ideas.
Haber sido -El Capital- el libro más vendido y estudiado en Europa durante el año 2008, adquirido
no solo por sus seguidores sino por los teóricos del sistema capitalista, es un testimonio de su
utilidad. Lo que demuestra que, el fin del socialismo en Europa a finales del pasado siglo no
significó dar enterramiento al Marxismo.
Este texto muestra cómo el más universal de los pensadores cubanos José Martí (1853-1896),
aquilató el valor internacional de la obra de Karl Marx (1818-1883), al escribir, que por estar del
lado de los débiles, merece honor1.
Así lo hizo público en el rotativo La Nación, Buenos Aires, en mayo de 1883 cuando tuvo noticia
de la Muerte de Marx y al parecer fue testigo presencial en el acto preparado por el sindicato de
Toneleros de New York, celebrado en el gran salón del Instituto Cooper, la noche del lunes 19 de
marzo de 18832.
Aun cuando se han dedicado páginas a exponer ideas acerca de la no comprensión por Martí sobre
Marx. La relevancia del pensamiento Martiano y del Marxismo está, por su alcance universal, por
encima de colocaciones rígidas y excluyentes.
1
José Martí. Obras Escogidas en Tres Tomos. Tomo I, 1869-1885. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1992.
Pág. 403. En la Edición crítica de las Obras Completas, Tomo 17, 1882-1884. Estados Unidos, Centro de Estudios
Martiano, 2010. aparece el texto completo en el que se insertó por Martí el fragmento dedicado a Marx. 60-75 pp. El
fragmento bajo el título: Karl Marx ha muerto, aparece en el Tomo 9 de las Obras Completas, Carta de Martí, La
Nación, Buenos Aires, 13 y 16 de mayo de 1883. 388-390 pp.
2
Martí redactó crónicas, y abordó temas diversos sobre arte, historia, sucesos de relevancia ocurridos en diversos
lugares, sin embargo, no estuvo en ellos en el momento en que sucedieron. Sin embargo sobre la base de la información
que le llegaba, tenía el don del dominio de las letras para dibujar con la pluma un retrato fiel como si hubiera sido
testigo presencial.
11
Marx, a 150 años de El Capital
Martí no era ni marxista ni socialista, como Karl Marx no era martiano. Ni los contextos históricos
en que vivieron ambos, ni el entorno espacial, familiar, cultural y social en que se desarrollaron
fueron similares. Ni las prioridades a las que dedicaron sus esfuerzos tampoco, aun cuando es
innegable la visible proyección social de igualdad y libertad de ambos. Hacemos justicia cuando
lejos de buscar diferencias, críticas e incomprensiones abordamos con estricto sentido del honor lo
que los une desde sus sabidurías. Ambos revelaron con tino la necesidad social de transformación.
La aspiración martiana de una República con todos y para el bien de todos le permitió atender con
justicia los sueños de Marx acerca de una sociedad de hombres libres y agrupados. 3
Si bien no tenemos certeza hasta donde conoció Martí la obra de Marx, no pecó de ignorante cuando
determinó en más de una ocasión que era defensor de los necesitados.
Martí conocía de la Internacional Comunista, de las ideas socialistas, del por qué se le rendía
homenaje a Marx por los obreros. Por solo citar ejemplos, en las obras completas el nombre Marx
aparece citado en 6 ocasiones, 4 en el fragmento ya mencionado, una vez en escenas
norteamericanas4, y otra en el Cuaderno de apuntes número 8, en vida de Carlos Marx. 5
Tener en cuenta que Martí hacía tres años que se encontraba en los Estados Unidos de América y
que su prioridad era aunar voluntades para la independencia de Cuba, fomentar la de Puerto Rico,
y evitar la expansión de los Estados Unidos por América, ayuda a entender la visión, que para
entonces tuvo sobre Carlos Marx.6 También, conocer, que significó para Martí el ejercicio de la
crítica y del periodismo, por ser este el que más prefería al ser el vehículo de mayor comunicación
con las masas. Entonces, no es posible ignorar por qué en su crónica por el deceso de Marx, en la
que trata múltiples temáticas, le dedica su atención y lo conceptúa de manera mística como […]
aquel alemán de alma sedosa y mano férrea, […] famosísimo, cuya reciente muerte honran.7 De
manera similar hizo Nuestro Martí con Carlos Manuel de Céspedes e Ignacio Agramonte, a este
último, aquel del Camagüey lo calificó como un diamante con alma de beso y al padre de la Patria
como un hombre firme y suave.8
3
El tratamiento de la agrupación de los hombres en Sociedades, de diversas tipologías, aparece en 22 tomos de las
Obras Completas de José Martí.
4
Obras Completas Tomo 12. Escenas norteamericanas. Editorial Nacional de Cuba, 1963. Martí reconoce la obra y
pensamiento de Karl Marx, entre otros. No obstante, se refiere con determinación a que los pueblos deben resolver
sus problemas con sus propios medios y asimilar lo útil y juicioso no imitar innecesariamente. 378 p.
5
Las menciones a Marx aparecen en el Tomo 9 en las páginas, 385, 388,389, en el Tomo 12, página 378, en el Tomo
13, en la página 245 y en el Tomo 21, en la página 235. Ver en el Tomo 26 Índices de las Obras Completas. Editora
Nacional de Cuba, La Habana, 1963. 292 p.
6
Para entonces en New York las ideas anarquistas estaban muy confundidas con las concepciones marxistas que
predominaban en los Estados Unidos. El propio Federico Engels escribió al respecto: A mi juicio, muchos alemanes
que viven en norte américa han cometido un grave error cuando, al verse cara a cara con el poderoso y glorioso
movimiento fundado sin su participación, intentaros convertir su teoría importada y no siempre entendida
correctamente, en algo así como un dogma que lo salva todo….. Ver en. Federico Engels. Carta a Florence Kelley.
Weschnewetzky. Carlos Marx, Federico Engels. Obras Escogidas. Tomo III. 509 p.
7
José Martí, Obras Completas, Edición Crítica, Tomo 17. 1882-1884. Estados Unidos. Centro de Estudios
Martianos. La Habana, 2010. 61 p.
8
José Martí. Obras Completas Tomo 4. Céspedes y Agramonte. Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1963. 358-
361 pp.
12
Marx, a 150 años de El Capital
Carlos Rafael Rodríguez9, en el texto siete enfoques marxistas sobre José Martí, escribió que:
Cuando indica Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles merece honor, lo hace
con respeto hacia el socialismo. También refleja admiración por Marx cuando subrayó que era,
Veedor profundo en la razón de las miserias humanas y en los destinos de los hombres, y sentenció
además que era Hombre comido de ansias de hacer el bien 10.
Al respecto, Armando Hart Dávalos, estudioso de la vida y obra de José Martí, actualmente director
del programa martiano y de la Sociedad Cultural José Martí, precisó que:
“Las diferencias entre la forma de presentar la cuestión entre Marx y Martí están
determinadas por el espacio geográfico y la tradición cultural en que cada cual se movía.
Marx es la expresión del movimiento redentor del siglo XIX en Europa donde el capitalismo
había alcanzado su más alto desarrollo incluyendo las contradicciones clasistas que le son
inherentes y Martí asume y representa la tradición emancipadora de nuestra América. Desde
su estancia como emigrado en Estados Unidos analizó el drama que se incubaba en el seno
de esa sociedad durante las últimas décadas de ese siglo; es decir, cuando se gestaba el
imperio estadounidense.”11
El contenido del fragmento dedicado a la muerte de Marx en el que José Martí valora con
sensibilidad exquisita cuanto hubo de empeño social, humildad y grandeza en un hombre que, hizo
causa con las mayorías: los proletarios del mundo, revela el conocimiento general que este tenía
sobre su obra, de haber leído sus escritos, al menos algunos de ellos, sin descartar la posibilidad de
recibir información sobre apuntes de Marx o sobre Marx, aun cuando no se registra en toda su obra
mención alguna a títulos o textos de este.
Al decir Martí, ved esta sala: la preside, rodeado de hojas verdes, el retrato de aquel reformador
ardiente, reunidor de hombres de diversos pueblos, y organizador incansable y pujante, describe
como periodista, que conoce, desde la nube hasta el microbio, la impresión que le causó aquella
vista y otorga a Marx, por su decir y hacer, trascendencia universal, que queda expresa cuando
prescribe que, […] La internacional fue su obra: vienen a honrarlo hombres de todas las naciones 12.
Allí en el salón de toneleros de New York se dieron cita quienes reconocieron la obra de Marx
como un padre fundador, cuando hace mención a Sergius E. Shevitsch, Mijail A. Bakunin, John
9
Según Olivia Miranda, Tal vez es en la obra escrita de Carlos Rafael Rodríguez donde pueda verse más claramente el
proceso de articulación entre el pensamiento martiano y el marxismo y el leninismo, entre otras razones, porque sus
incursiones en esta temática han tenido lugar en tres momentos bien significativos de su vida: entre 1930 y 1935,
cuando sucesivamente se produce su ingreso en el Directorio Estudiantil de 1930 en su natal Cienfuegos y en el Partido
Comunista de Cuba a su arribo a la capital; en 1953, cuando la dictadura batistiana intenta utilizar la figura de Martí
para legitimar su régimen de facto, en momentos en que la Generación del Centenario encabezada por Fidel Castro se
daba a conocer como nueva fuerza política; y en la década del setenta, cuando la generación de Carlos Rafael Rodríguez
se daba a la tarea, bajo la dirección también de Fidel Castro, de la construcción de una nueva sociedad. Ver en Revista
Temas N. 3. El marxismo en el ideal emancipador cubano durante la República neocolonial. La Habana, Cuba. 1995
10
Carlos Rafael Rodríguez. José Martí, contemporáneo y compañero, Siete enfoques marxistas sobre José Martí.
Editora Policía, La Habana, 1978. 79-114 pp.
11
Armando Hart Dávalos. Martí y Marx, raíces de la Revolución Socialista de Cuba. Revista Cuba Socialista.
12
Ídem.
13
Marx, a 150 años de El Capital
Swinton, Johann Joseph Most, Peter J. Mc Guire, Joseph Bunana, Philip Van Pattan, Justus H.
Schwab, aun cuando las alusiones no tienen para todos el mismo juicio, por conocer Martí el porqué
del proceder individual de los presentes en el programa del acto conmemorativo. En su mayoría
estaban vinculados a sindicatos obreros, eran dirigentes obreros de los Estados Unidos de América,
fundadores, jefes o directivos de medios de prensa.13
Los proletarios del mundo a los que llamó a unirse, porque son ellos el recurso humano esencial,
los hacedores de riqueza, los llamados a la trasformación necesaria por una sociedad mejor.
Cuando Martí razona que, el trabajo embellece al obrero y que al ver el resultado de su obra
reconforta y anima porque de manejar las fuerzas de la naturaleza, les viene ser hermosos como
ella14, reafirma la concepción marxista de la importancia del trabajo en la transformación del
hombre y de este para la sociedad y confirma que Martí tuvo presente a los obreros de Tampa y
Cayo hueso, en la preparación de la guerra necesaria y breve y en la fundación del Partido
Revolucionario Cubano, cuerpo visible para dirigirla.
El análisis martiano penetró con justicia el pensamiento renovador de Marx, cuando sentenció, que
Marx estudió los modos de asentar al mundo sobre bases nuevas, y despertó a los dormidos, y les
enseñó el modo de echar a tierra los puntales rotos15. Lo que se traduce en despertar conciencia e
instó a transformar la realidad.
Desde la visión marxista, los proletarios como gestores de cambio de la sociedad, la verdadera
esencia del socialismo como un movimiento de la mayoría.
Martí plasma, en su crónica, como la junta magna del evento homenaje en New York por los obreros
del Sindicato de Toneleros, concluye, en que Karl Marx es llamado el héroe más noble y el pensador
más poderoso del mundo del trabajo y es justo que así se hiciera entones, quien dedicó gran parte
13
Por ejemplo: Sergius E. Shevitsch: Socialista Ruso estadounidense. Líder del Partido Obrero Socialista y director de
su órgano, el New Yorker Volkszeitung que se comenzó a publicar en 1878, John Swinton: Nacido en Escocia, fue
periodista y reformador social estadounidense. Entre 1860 hasta 1870 fue jefe de redacción del rotativo The New York
Times, en 1883 fue fundador de un periódico obrero que vio la luz hasta 1887. En 1894 publicó un libro sobre el
movimiento obrero, Phillip Van Patten: Socialista germano radicado en los Estados Unidos Fue el secretario del Primer
Partido Socialista estadounidense fundado en 1876. Fue secretario Nacional del Partido Obrero Socialista y miembro
de la Asamblea General de los Caballeros del trabajo por varios años, Justus H. Schwab: Socialista germano
estadounidense. En 1881 participo en la fundación del Partido Socialista Revolucionario como delegado por Nueva
York. Fungió como secretario para el idioma alemán en la presidencia del acto celebrado en el Instituto Cooper en
honor a Marx. Para más información ver, José Martí, Obras Completas, Edición Crítica. Tomo 17, 1882.1884. Estados
Unidos.
14
Ídem
15
Ídem.
16
Carta al amigo mío, Serafín Bello. Nueva York, noviembre 18 de 1889. Obras completas tomo I. 252 p.
14
Marx, a 150 años de El Capital
de su vida al Capital sin poseer este y haber sufrido tantas penurias, además de haber vivido fuera
de su tierra natal y descansar sus restos fuera de ella. También el Héroe Nacional cubano, maestro
de todos los tiempos y comunicador por su capacidad de expresar y conquistar a sus seguidores,
vivió gran parte de su vida fuera de su tierra y vestía de negro por estar de luto por la patria que
entonces sufría. A esta última dedicó todas sus energías. La independencia de Cuba era lo primero.
De ahí que él va a lo que va, por expresarlo así. Pero no desatiende lo fino, los medios de dar
eficacia humana a la libertad. Los preconiza sin adhesión a Marx.17 Sobre esta última idea, Medardo
Vitier, estudioso de la obra martiana y martiano raigal precisa. No oculta -Martí- su simpatía a
Marx como pensador que percibió el dolor de los humildes y describió males de la sociedad. Se
detiene prudente ante las formulas marxistas; es decir, ante el remedio que preconizan. Hasta ahí
llego y no paso a más.18
Al escribir Martí, suenan músicas, resuenan coros, pero se nota que no son los de la paz,19 interpreta
el sentir de los presentes por la necesidad de continuar la obra, porque no se puede hablar de paz
mientras no exista la libertad y el bienestar de todo el género humano en la tierra.
Es oportuno expresar la valoración que hiciera Lenin quien determinó que el genio de Marx estribó,
con certeza, en haber dado solución a los problemas planteados antes por el pensamiento avanzado
de la humanidad. Su doctrina apareció como continuación directa e inmediata de las doctrinas de
los más grandes representantes de la filosofía, la economía política y el socialismo20.
Entonces los que han tildado a Marx de totalitarista, sectario y lo han identificado, en el transcurrir
del tiempo, como teórico de una sociedad ideal creada a partir de una dictadura brutal 21, se
equivocan por no tener en cuenta el verdadero sentido democrático y de aprendizaje, que hay en su
obra.
En los obreros vio Carlos Marx a los sepultureros del sistema capitalista, así lo argumentó en el
Manifiesto del Partido Comunista. Si en este texto, que arriba el próximo año a los 170 aniversarios
de su primera edición, Marx lo concluye haciendo un llamado: Proletarios de todos los países uníos,
en el Capital se revelan las causales de por qué aun ese llamado tiene vigencia y por qué la unidad
es una necesidad, especialmente para las naciones de menos recursos y de aquellas que con muchos
recursos sus pueblos no son sus dueños.
El hecho de que José Martí aspirara entonces, a una sociedad equilibrada me permite traer a
colación este pensamiento de que: el derecho del obrero no puede ser nunca el odio al capital: es
la armonía, la conciliación, el acercamiento común de uno y de otro, confirma la certeza de la tesis
planteada por el Canciller de la dignidad de Cuba Raúl Roa cuando escribió:
17
Medardo Vitier. Martí: estudio integral. Premio del Centenario, La Habana, 1954. 100 p.
18
Ídem. 222 pp.
19
José Martí, Obras Escogidas en Tres Tomos. Tomo I. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 1992. Pág. 404.
20
Vladimir Ilich Lenin. Tres Fuentes y tres partes integrantes del marxismo. Obras Escogidas en Tres Tomos. Tomo
1 Ediciones de Lenguas Extranjeras. Moscú. 1960. 61- 67 pp.
21
J. Edgar Hoover identifica a Marx como el padre del totalitarismo, sitúa a Marx como enemigo de todas las
libertades civiles y no le interesan los sentimentalismos burgueses acerca de la verdad y la justicia. Ver en La esencia
democrática de Marx. De Jorge Hurtado Pérez. Revista Islas109. Universidad Central Marta Abreu de Las Villas,
septiembre-diciembre de 1994. 108 p.
15
Marx, a 150 años de El Capital
Ante la afirmación por algunos que Martí era recónditamente socialista. Es una opinión
sobremanera aventurada... De todas maneras, aunque Martí hubiera sido socialista -que no lo fue-
no habría podido operar como tal, en aquella coyuntura. Lo que corrobora el principio de analizar
la personalidad en el contexto histórico que a cada uno corresponde, de ahí la importancia de la
vida y de la obra de Martí y de Marx, más allá de socialista, marxista o no, porque han trascendido
a su tiempo y su obra es fuente de estudio necesaria para el presente y el futuro.
Cuando José Martí escribió, por dos ocasiones y de manera enfática, en el primer renglón de la
crónica: ved esta gran sala y en el octavo renglón, de la misma reiteró, ved esta sala, no solo nos
invita a mirar, sino también nos invita a revelar con el más cabal sentido de la honra, que a quien
honor se le rinde por haberse puesto al lado de los débiles, y rodeado de hojas verdes su retrato,
fue un reformador ardiente, aglutinador de hombres de diversos pueblos, organizador incansable y
pujante de causas nobles.
José Martí reconoce y es lo más importante, a quien trabajó sin descanso a favor de la construcción
de una filosofía de vida para las naciones y salvaguardia del mejoramiento humano. Esa es la gran
gloria, de ahí este homenaje al que asistimos y nos compromete con el destino de las naciones.
Incluso si analizamos la imagen podemos interpretar que por la significación psicológica del color
verde de las hojas el optimismo de que esa sociedad podía lograrse. Por tanto toca a los actuales
convertir esos sueños en realidad. Está en nuestras manos.
Literatura citada
Almodóvar, C. 1989. Antología crítica de la historiografía cubana (período colonial), Editorial
Pueblo y Educación. La Habana, Cuba.
Castro, R. F. 2008.Reflexiones de Fidel. Tomo 5. Oficina de publicaciones del consejo de estado.
La Habana, Cuba.
Centro de estudios Martianos.1959. siete enfoques Marxistas sobre José Martí. Editora Política.
Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central del partido Comunista de
Cuba. La Habana. Cuba. 1978.
Ferran, Alex: Martí Comunista? Habana, Cuba.
Hart, D. A. 2006. Martí y Marx, raíces de la revolución socialista de Cuba. In: camino a lo alto:
aproximaciones marxistas a José Martí, La Habana, Ciencias Sociales. 324-353 pp.
Hart, D. A. Martí y Marx, raíces de la Revolución Socialista de Cuba. Revista Cuba Socialista.
Hurtado, P. J. 1994. La esencia democrática de Marx. Revista Islas. No. 109, septiembre -
diciembre. Editorial Félix Varela, La Habana, Cuba.
Lenin, I. V. Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo. Obras Escogidas en Tres Tomos.
Tomo1. Moscú. Ediciones de Lenguas extranjeras. 61-67 pp.
Martí, P. J. 1992. Obras escogidas. Tomo I 1869-1885. Colección de Textos Martianos. Editorial
de Ciencias Sociales. La Habana. 403 p.
Martí, P. J. 2010. Obras completas. Tomo 17. Edición Crítica, 1882-1884.Estados Unidos. Centro
de Estudios Martianos.
Martí, P. J. 1963. Obras completas. Tomos: 1, 9, 12, 13, 21 y 26. Editorial Nacional de Cuba, La
Habana, Cuba.
Plasencia, A. 1979. Método y metódica histórica. Editora Política, La Habana. Cuba.
16
Marx, a 150 años de El Capital
17
Marx, a 150 años de El Capital
Las ideas del comandante en jefe Fidel Castro Ruz en el desarrollo estratégico
del Centro Nacional para la Producción de
Animales de Laboratorio (CENPALAB)
Miguel Ángel Esquivel Pérez1, Alfredo González Menció1, José Alfredo Castellanos Suárez2 y René
González Barrios3,
1
Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio (CENPALAB). Cuba
([email protected]). 2Universidad Autónoma de Chapingo (UACH). Estado de México.
3
Instituto de Historia de Cuba. IHC- Cuba.
Resumen
En la teoría marxista se destaca la relación ciencia, tecnología y sociedad, por la cual el capitalista
introduce la ciencia y la tecnología en el proceso productivo, como forma de incrementar la
plusvalía relativa. De esta manera, se reconoce a la ciencia y tecnología como fuerzas que
incrementan la explotación y la desigualdad. Uno de los más fieles seguidores de las obras de
Marx junto a otros autores de las teorías revolucionarias, fue el comandante en jefe Fidel Castro
Ruz. Desde su etapa de estudiante el joven Fidel Castro estudió las obras clásicas del marxismo,
las integró al pensamiento de los próceres cubanos y de Latinoamérica y al triunfo de la Revolución
cubana, se declaró marxista leninista. No obstante, de igual manera que consideró que no había un
movimiento social igual al otro, planteó que el marxismo debía desarrollarse, interpretar con
sentido objetivo y científico las realidades de cada momento, y comportarse como una fuerza
revolucionaria y no como una iglesia pseudorrevolucionaria. El comandante en jefe no solo se
apropió de las principales ideas plasmadas por Marx en su obra, sino que las hizo patrimonio de
todo el pueblo cubano, y las enriqueció en el proceso de construcción de la patria irrevocablemente
socialista que hoy disfrutamos. El desarrollo estratégico del CENPALAB, como una de las
entidades base de la industria biotecnológica y farmacéutica en Cuba, tuvo el privilegio de contar
desde su fundación hasta sus casi 35 años de existencia, con la certera guía de las ideas del
comandante en jefe. A través de todo este tiempo demostró que la ciencia y la tecnología son
fuerzas productivas que pueden actuar en pos del desarrollo de la sociedad.
Introducción
En la teoría marxista se destaca la relación ciencia, tecnología y sociedad, dentro de la cual el
capitalista introduce la ciencia y la tecnología en el proceso productivo, como forma de incrementar
la plusvalía relativa. De esta manera se reconoce a la ciencia y tecnología como fuerzas que
incrementan la explotación y la desigualdad. Uno de los más fieles seguidores de las obras de Marx
junto a otros autores de las teorías revolucionarias, fue el comandante en jefe Fidel Castro Ruz.
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Marx, a 150 años de El Capital
Desde su etapa de estudiante el joven Fidel Castro estudió las obras clásicas del marxismo, las
integró junto al pensamiento de los próceres cubanos y de Latinoamérica y al triunfo de la
Revolución cubana, se declaró marxista leninista. No obstante, de igual manera que consideró que
no había un movimiento social igual al otro, planteó que el marxismo debía desarrollarse,
interpretar con sentido objetivo y científico las realidades de cada momento, y comportarse como
una fuerza revolucionaria y no como una iglesia pseudorrevolucionaria.
El comandante en jefe no solo se apropió de las principales ideas plasmadas por Marx en su obra,
sino que las hizo patrimonio de todo el pueblo cubano, y las enriqueció en el proceso de
construcción de la patria irrevocablemente socialista que hoy disfrutamos.
En el año 2001 se realizó una compilación de las indicaciones que dio el Comandante en Jefe Fidel
Castro sobre el CENPALAB, lo cual sirvió de base para la elaboración del expediente de
perfeccionamiento empresarial (CENPALAB, 2001). Posteriormente estas indicaciones sirvieron
de elemento clave para diseñar la estrategia empresarial del CENPALAB 2012-2016 (Esquivel,
2012). Una valoración del desarrollo de la industria biotecnológica en Cuba, en función de la salud
del pueblo demostró que había sido fruto directo de la voluntad política liderada por el comandante
en jefe (Esquivel, 2016). En un análisis que se hiciera de los resultados de investigación, desarrollo
en innovación en los últimos 15 años de CENPALAB, se evidenció que la mayoría de los de mayor
impacto, habían provenido de indicaciones directas de la máxima dirección del país,
fundamentalmente el compañero Fidel (Esquivel et al., 2016).
El 04 de diciembre de 2016 los restos físicos del comandante en jefe Fidel Castro Ruz descansaban
para la eternidad, cual su carácter, en sólida roca en el cementerio de Santa Efigenia, Santiago de
Cuba. En ese mismo momento, trabajadores, vecinos, combatientes y pueblo en general aledaño al
CENPALAB, nos reunimos para ofrecer merecido homenaje, a quien, desde la concepción de
nuestro centro, hasta los últimos días de su vida, tuvimos el enorme privilegio de recibir sus certeras
indicaciones y colaborar en la materialización de muchos de sus sueños.
Para este homenaje se le pidió a René González Barrios, Presidente del Instituto de Historia de
Cuba, que realizara una reseña de la significación de la figura del comandante en jefe (González,
2016), y los dos primeros autores de este trabajo que tratáramos de resumir su presencia en casi 35
años de existencia de CENPALAB (Esquivel y González, 2016). Al cumplir esta tarea intentamos
periodizar y caracterizar las diferentes etapas de trabajo de Fidel en nuestro centro, así como las
principales ideas que contribuyeron a nuestro desarrollo estratégico. Entrevistas realizadas con los
principales colaboradores e interlocutores del comandante durante sus 35 años de trabajo en
CENPALAB, permitieron comprobar como en el desarrollo estratégico del CENPALAB, entidad
base de la industria biotecnológica y farmacéutica en Cuba, el comandante en jefe demostró que la
ciencia y la tecnología son fuerzas productivas que pueden actuar en pos de la justicia y el
desarrollo social.
El presente trabajo ofrece una compilación sobre el pensamiento estratégico del comandante en
jefe Fidel Castro sobre la ciencia y la innovación, con énfasis en el desarrollo de la industria
biotecnológica en Cuba, particularmente para nuestro Centro Nacional para la Producción de
Animales de Laboratorio, CENPALAB.
19
Marx, a 150 años de El Capital
La ciencia y la innovación han sido consideradas entre los motores fundamentales del desarrollo
económico y social de la humanidad. Sobre este tema Carlos Marx planteó en El Capital:
“… la industria moderna... hace de la ciencia una fuerza productiva distinta del trabajo y la usa al
servicio del capital” (Marx, 1965).
En el caso de Cuba, desde los mismos inicios de toma de conciencia de la nacionalidad cubana,
ilustres pensadores fomentaron la educación de las ciencias como base para el bienestar del país
(Hart Dávalos, sa). Entre ellos estuvo Félix Varela (1788-1853) quien se destacó de manera
peculiar en las ciencias puras, introduciendo en Cuba no solo la enseñanza de la Física como ciencia
y creando el primer laboratorio de esta materia en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio,
sino también como autor de patentes en la esfera del transporte y la medicina (Figaredo, sa). Don
José de la Luz y Caballero (1800-1862) enfatizó la importancia de las ciencias pedagógicas y
sociales quedando resumida su visión al respecto en uno de sus afamados Aforismos cuando
planteó:
"Las ciencias son los ríos que nos llevan al mar insondable de la divinidad"
José Martí (1853-1895), heredero intelectual de estos brillantes maestros, se destacó como
divulgador de los avances de la ciencia y la técnica en las dos últimas décadas del siglo XIX (García
et al., 2007).
Sin embargo, no es hasta alcanzar la libertad e independencia definitiva de Cuba después del triunfo
de la Revolución, que la ciencia en Cuba toma su verdadero papel en el destino de nuestro país. Ya
Martí había enunciado la necesidad de la libertad del hombre para poder hacer ciencia cuando
precisó:
“El siglo XVIII fundó la libertad; el siglo XIX fundará la ciencia, así no se ha roto el orden natural
y la ciencia vino después de la Libertad, que es madre de todo” (Suárez- Lezcano, 2013).
En 1960 Cuba tenía todavía casi 40% de analfabetismo, con un insuficiente desarrollo de su sector
educacional e investigativo. Sin embargo, en el discurso pronunciado en el acto celebrado por la
Sociedad Espeleológica de Cuba, Academia de Ciencias, el Comandante en Jefe Fidel Castro
profetizó:
“El futuro de Cuba tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, de hombres de
pensamiento, porque precisamente es lo que más estamos sembrando; lo que más estamos
sembrando son oportunidades a la inteligencia (…)” (Castro, 1960).
De esta manera, ya en los inicios de la primera década del triunfo revolucionario, dejaría sentado
el papel que deberían tener las ciencias y el pensamiento comprometido con el proceso
revolucionario con su futuro. Más adelante comenzó a avizorar uno de los grandes retos a los que
se enfrentaría la humanidad al necesitar resolver las demandas alimentarias de una creciente
20
Marx, a 150 años de El Capital
“Nadie sabe lo que la ciencia reserva en el futuro al hombre. La población crece y crece y seguirá
creciendo, pero la superficie de la tierra no crece… los avances en otras ramas de la ciencia, como
es la medicina, ha permitido al hombre enfrentarse con éxito a enfermedades que antes constituían
verdaderas plagas que diezmaban a la población humana. Y la humanidad tendrá que resolver el
problema -no olviden esto nunca- de alimentar una población que se duplica y se triplica y se
cuadruplica y se quintuplica en una superficie que no crece, que se mantiene igual en extensión”
(Castro, 1964).
“No es concebible el futuro del país sin la ciencia y la técnica, no es concebible el desarrollo del
país sin la ciencia y sin la técnica. ¡Y es absolutamente imposible concebir la sociedad comunista
sin la ciencia y sin la técnica!... Ustedes en su declaración final dicen, con razón, que a la revolución
social iniciada por otros, ustedes tenían que corresponder con las responsabilidades que tienen ante
la revolución de la técnica, en el desarrollo y el porvenir del país. Y si es cierto que en el pasado
ocuparon su lugar los héroes de la guerra, en el futuro ocuparán ese lugar los héroes de la técnica”
(Castro, 1974).
Los años 80 marcaron el inicio del desarrollo vertiginoso de la Biotecnología a nivel mundial, a lo
cual Cuba se sumó gracias a la visión del comandante en jefe. En el año 1982 se aprueba la idea de
crear el Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio, CENPALAB, como
soporte indispensable para el desarrollo de las industrias biotecnológica y farmacéutica nacional.
En 1987 al inaugurar el Centro de Inmunoensayo, previó el salto cualitativo que ocurriría en el
futuro por la integración entre las ciencias biológicas y técnicas, destacando la dedicación de los
recién creado los centros en este empeño. Sobre estos temas planteó:
“…este centro refleja un avance serio y que marchamos con pasos muy firmes por los senderos de
la ciencia…, la ciencia se ha caracterizado en los últimos decenios por grandes avances en todos
los campos. La ingeniería genética es una cosa muy nueva y constituye una gran promesa, pero
también esta técnica de inmunoensayo promete muchísimo… En el transcurso de los próximos 10
a 15 años, debe producirse una verdadera explosión metodológica que, en coordinación con los
procedimientos de ingeniería genética y dispositivos electrónicos, inundarán numerosas esferas de
la ciencia y la técnica…CENPALAB surge también con ese espíritu, el Centro de Animales de
Laboratorio, que va a tener una producción grande, indispensable para los hospitales y para las
investigaciones en general. De modo que son modelo también no solo en la ciencia y en la
investigación, sino en el comportamiento, en la consagración, en el espíritu de trabajo, y se están
convirtiendo en un ejemplo para todo el pueblo” (Castro, 1987).
La década de los años 90 llega marcada con la caída del campo socialista y el inicio del periodo
especial en Cuba. Ante esta situación, toma entonces una importancia mucho más estratégica la
diversificación de nuestra economía, basando más en la ciencia y no en los escasos recursos
naturales, la supervivencia y el futuro desarrollo socioeconómico del país. En el año 1992 coinciden
21
Marx, a 150 años de El Capital
Ese mismo año, al analizar la experiencia de los extintos países socialistas, destacó la importancia
de lograr la necesaria vinculación entre la investigación científica y la implementación de esos
resultados en las diferentes esferas de la economía, señalando nuestros logros como científicos,
nuestras deficiencias en la esfera de la comercialización, y el papel del Estado al organizar y regular
la actividad científico técnica. Un paso trascendental fue la creación del Sindicato Nacional de
Trabajadores de las Ciencias, que de hecho fue un reconocimiento a la importancia de esta nueva
pujante fuerza de la economía del país. En la clausura de su congreso constituyente el comandante
en jefe expresó:
“Lo sabíamos desde hace mucho tiempo, pero lo veíamos como algo lógico, elemental; desde
aquella vez que se dijo, hace como 30 años, que el futuro de Cuba tenía que ser, necesariamente,
un futuro de hombres de ciencia, muchas veces hubo referencias a esta idea… Veíamos con
claridad la importancia de la ciencia, como vimos con claridad la importancia de la educación,
como vimos con claridad la importancia de la salud y de otras muchas cosas, y observábamos,
incluso, con preocupación, los retrasos tecnológicos de los países socialistas. Observábamos con
preocupación el hecho, porque investigaban y lograban éxitos, pero vendían las patentes, no las
aplicaban. Y es que la ciencia y su aplicación, lo mismo en un país capitalista que en un país
socialista, en el mundo de hoy, debe ser tarea fundamental del gobierno, tarea fundamental del
Estado. Es una cosa elemental prestarle a la ciencia toda la atención que requiere. Algunos países
capitalistas se la prestaron más que otros; otros se dedicaron a copiar lo que distintos países
inventaban, les resultaron más baratos los avances tecnológicos y los que descuidaron la ciencia se
atrasaron” (Castro, 1992b).
“Se discutió ayer sobre la ciencia con la misma seriedad, con la misma profundidad. Se vieron
claramente dónde están nuestras deficiencias, dónde están nuestros puntos débiles, cómo hemos
creado una tremenda capacidad de investigar, de crear y de establecer fenomenales centros de
investigación… no solo para seguir garantizando la salud, sino para satisfacer necesidades
internacionales y crear importantes ingresos para el país, si logramos vencer los grandes obstáculos
22
Marx, a 150 años de El Capital
Si eso fuese así, al turismo le puede salir un tremendo rival en la ciencia, en la biotecnología, en la
industria farmacéutica…la ciencia, la biotecnología, la industria farmacéutica, requieren
cantidades relativamente modestas de dinero y de inversiones; la inversión es en la inteligencia, y
esa inversión en lo fundamental la hemos hecho, ya la hemos hecho, ya la tenemos, y es una
actividad que puede autosostenerse. Si tenemos toda la inteligencia necesaria, pues podemos
convertir esa rama en una importantísima rama de la economía.
Quizás por esa vía volvamos a reconstruir otra vez lo que perdimos cuando desapareció el campo
socialista y cuando se desintegró la URSS. Hay que ver, además, el aporte que la ciencia ha hecho
ya a la salud de la nación y el aporte que hizo en esa dificilísima batalla que fue la epidemia de
neuritis, quizás el más grande desafío que hemos tenido” (Castro, 1993a).
Al inaugurar la planta de vacunas del Instituto Finlay en 1993, Fidel planteó la necesidad de que
ciencia y producción debían estar unidas para el desarrollo, al referirse a la estrategia de trabajo de
los centros de la biotecnología, en la que investigaciones científicas y centro de producción se
encontraban unidos bajo un mismo mandato, aporte significativo a los modernos conceptos de
innovación. En este sentido apuntó:
“Tal vez no se mencionó el concepto de que en este desarrollo, ciencia y producción van unidos;
anexas a los centros de investigación, se van haciendo las fábricas. Hacemos primero el centro de
investigación y después la fábrica, con lo cual se mantiene una relación muy constante y sistemática
entre la investigación y la producción. Es una idea que hemos ensayado y que estamos aplicando
en el mayor número posible de centros de investigación con buenos resultados” (Castro, 1993b).
Al año siguiente en la clausura del IX Foro de Ciencia y Técnica, el comandante en jefe se refirió
a potencial científico técnico alcanzado por nuestro país, cuya fuerza podría incluso llegar a
desplazar renglones tradicionales de la economía como la caña de azúcar. Sobre este tema planteó:
“… necesitamos de la ciencia y necesitamos de todos los recursos económicos que nos pueda dar
la ciencia… Cuba se va convirtiendo en algo así como una potencia científica… llegará un día en
que no necesitemos tanto de la caña. El día que pueda el país tener miles de millones de ingresos
por el turismo, el día en que la biotecnología y la industria farmacéutica nos produzcan cientos o
tal vez miles de millones, nadie sabe, el día en que la ciencia y la técnica nos produzcan miles de
millones, entonces dependeremos menos de la caña. ¡Ah!, pero puede llegar un día en que el peso
de la caña en la economía sea mucho menor, ese día tiene que llegar, y eso tiene que salir de la
ciencia y de la técnica” (Castro, 1994).
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Marx, a 150 años de El Capital
“nos iremos modernizando y cada vez que surja alguna idea, alguna innovación, alguna invención
que ayude al recobrado de azúcar y al rendimiento, trataremos de buscarlo sea como sea” (Castro,
1996a).
“…alguno de ustedes, de los que hablaron esta tarde, mencionaba la cuestión de la importancia de
la investigación científica; pero yo creo que la investigación científica es más importante de lo que
nosotros mismos nos imaginamos. Esa era una idea clara siempre, que el porvenir del país estaba
en la ciencia” (Castro, 1996b).
“Preferimos muchas veces llegar a acuerdos con alguna empresa de experiencia, porque nosotros
tampoco tenemos mucha experiencia en materia de comercio, es un aprendizaje completo el que
nos falta, uno de nuestros puntos más débiles, pero en vez de ser nosotros los que comercialicemos
directamente, muchas veces preferimos hacer acuerdos con empresas con más experiencias que se
encarguen de la comercialización de nuestros productos de la ciencia. Estos ejemplos que he tratado
de exponer, que pueden ser muchos, es lo que viene a dar sustento a esa idea del Che que está ahí:
“La base de un desarrollo impetuoso en los años futuros debe fundamentarse en una ciencia cada
vez más desarrollada" ¡Y qué lejos estaría el Che de pensar en un período especial!” (Castro, 1997).
Ya en el nuevo milenio el comandante en jefe nos continúa alertando sobre la importancia de las
ciencias no solo para el desarrollo de la economía del país, sino para la supervivencia de toda la
Humanidad. En una de sus Reflexiones señaló la importancia de los resultados científicos en la
confirmación de las desastrosas consecuencias del cambio climático previstas desde 15 años atrás
en la Cumbre la Tierra en Río 1992 cuando apuntaba:
“Los peligros para el medio ambiente y la especie humana eran un tema en el que venía meditando
durante años. Lo que no imaginé nunca era la inminencia del riesgo. No se conocían todavía los
nuevos datos de la ciencia sobre la celeridad de los cambios climáticos y sus consecuencias
inmediatas” Castro (2007).
La vinculación del comandante en jefe Fidel Castro con el CENPALAB podría periodizarse en tres
etapas fundamentales: 1a. Aprobación y ejecución de la inversión de CENPALAB, 2a. Participación
de diversos programas de desarrollo en diversas esferas de la economía nacional y 3a. Programa de
las plantas proteicas como materia prima para la alimentación animal.
Desde la definición de la creación del CENPALAB, el comandante en jefe Fidel Castro Ruz, fue
asignado diferentes misiones a lo largo de estos casi 30 años, las cuales fueron ampliando las líneas
de trabajo del centro, a la vez que definieron el estilo de trabajo y dirección del mismo
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Marx, a 150 años de El Capital
(CENPALAB, 2012). Durante las mismas, fue indicando certeramente misiones relacionadas con
las esferas de la ciencia y la tecnología, la producción, y la comercialización, así como los recursos
humanos y la atención al hombre.
González (2011) ha compilado una serie de evidencias sientan como base la necesidad de la
creación del Frente Biológico en Cuba, a partir de una serie de agresiones perpetradas por el
Gobierno de los Estados Unidos de América contra Cuba. A inicios de los años 80 se introduce de
forma deliberada el dengue hemorrágico en Cuba, siendo detectado por vez primera precisamente
en nuestro municipio de Rancho Boyeros, La Habana. Esta epidemia afectó a más de 340 mil
personas, siendo letal particularmente para la población infantil, pues de 158 fallecidos, de ellos
100 fueron menores.
En ese contexto surge la iniciativa humanista de nuestro comandante en jefe, de que nuestro país
debía convertirse en una potencia médica mundial, para preservar la salud de nuestro pueblo y
protegerlo ante las nuevas agresiones imperialistas. Este hecho marca también el inicio del
desarrollo de la ciencia de los animales de laboratorio (González, 2015). El 31 de julio de 1982, en
la creación del Frente Biológico en el Palacio de la Revolución, el comandante en jefe esboza la
primera idea de un centro para los animales de laboratorio, cuando planteó:
“Un bioterio con todas las condiciones, además de la producción debe tener un centro de
investigaciones que se dedique a controlar y a mantener las características necesarias de los
animales”.
En este momento señala la necesidad de crear un Bioterio Nacional que asegurara los animales de
laboratorio para el futuro desarrollo de la industria biotecnológica y farmacéutica en Cuba. Para
ello confió en el potencial científico tecnológico con que contaba al país, al apostar por un proyecto
netamente cubano que no dependiera del exterior, en el cual se recogieran y aplicaran en nuestras
condiciones con creatividad las mejores experiencias a nivel mundial. Concibió al CENPALAB
como un centro estratégico y vanguardia de la Revolución, al indicarnos que debíamos seleccionar
al personal primero por su actitud revolucionaria, y después por las aptitudes de las tareas a realizar.
Definió valores que debían caracterizar a nuestros profesionales, técnicos, obreros y dirigentes,
entre ellos la consagración consciente al trabajo, la aptitud autodidacta, el multioficio, el multiperfil
y el espíritu proletario sin elitismos. Sobre ello indicó:
... “Este será un complejo científico - productivo de nuevo tipo. Lo que hoy es ciencia ficción para
nosotros, será realidad en el mañana (refiriéndose a los animales libres de patógenos) “... “el centro
debe ser, en lo posible, un monumento a la tecnología cubana y no un “elefante blanco” que
dependa del exterior... Recoger las mejores experiencias del mundo y hacerlas realidad en nuestras
condiciones, con creatividad y esfuerzo desde el proyecto”... “seleccionar al personal, primero, por
su actitud revolucionaria y después por las aptitudes para el trabajo a realizar. La selección es un
trabajo constante, diario”... “los que no vean el trabajo como algo despreciable, ni como un
sacrificio; sino incluso como un placer; el concepto de trabajo ni siquiera como un deber, sino
25
Marx, a 150 años de El Capital
como una necesidad moral, como una forma de invertir el tiempo dignamente, útilmente; estos
permanecerán”... “la aptitud más notable es la autodidacta, el que no necesita que lo obliguen a
estudiar para poseer conocimientos... En este centro deben primar el espíritu proletario sin elitismo
y autosuficiencia, la consagración al trabajo, el multioficio y multiperfil, la prolongación
consciente del horario laboral, la burocracia a la mínima expresión y sin plantillas infladas”
... “Cuando compren animales y piensos tiene que conocer al detalle cuánto gastan. En esto de los
precios y costos hay que ser muy rigurosos, y sobre todo porque en un futuro ustedes tienen que
exportar”...
Valoró el posible potencial que tendrían los elementos tecnológicos desarrollados para la
producción de animales de laboratorio, en otras esferas de la economía, particularmente en la salud
pública, cuando planteó en reunión con centros de investigaciones del MINSAP, Palacio de la
Revolución, 2 de abril de 1986:
... “Habría que ver qué contribución, en el futuro, a la Salud Pública pudiéramos hacer con los
aisladores que hoy utilizamos para los animales de laboratorio”.
En visita que realizara al CENPALAB, 10 de diciembre de 1986, con motivo del ejercicio militar
estratégico “Bastión 86”, ofreció importantes valoraciones sobre la racionalidad en la utilización
del personal científico, la reducción de la burocracia y la búsqueda de soluciones prácticas a los
problemas, cuando planteó:
... “Insisto que la cifra inicial aprobada de 519 trabajadores era según los viejos parámetros. Hay
que emular con ingeniería genética en el reducido número de trabajadores, en el multioficio, en el
horario irregular y la burocracia, y las oficinas llevarlas a la mínima expresión. En realidad no
hacen falta tantos papeles, hay que trabajar en la práctica, buscando con las manos los resultados y
las soluciones”…
... “CENPALAB surge también con ese espíritu, el centro de animales de laboratorio, que va a tener
una producción grande para los hospitales y para las investigaciones en general”... “se han
convertido en vanguardia, estos centros, de un nuevo estilo, de una forma de trabajo, y creo que es
admirable lo que están haciendo, y los nuevos centros de investigación están todos surgiendo con
el nuevo espíritu. CENPALAB surge también con ese espíritu”... “de modo que son modelos
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Marx, a 150 años de El Capital
Cuando visita a la obra del CENPALAB el 13 de septiembre de 1987, destaca el sentido práctico
de la vigilancia revolucionaria y de la selección del personal sobre valores revolucionarios. De
igual manera, a pesar de que los animales de laboratorio representan eslabones básicos en la cadena
de valor de los productos farmacéuticos y biotecnológicos, insiste en que se estudien los costos y
sobre su base se fijen precios a los animales, de forma tal que las instituciones clientes de los
mismos reconozcan su valor:
... “No hacen falta tantos custodios, siempre y cuando el personal de adentro está bien seleccionado
en el sentido que no hurte ni robe”... “hay que trabajar en los costos y precios de los animales.
Vamos a poner le precio a las producciones para que los directores conozcan el valor de los
mismos”...
La década de los años 90 se inicia con el derrumbe del campo socialista y una profunda crisis
económica que afecta sensiblemente el país. Esto ocurre en medio del esfuerzo que se realiza para
terminar de construir la infraestructura que soportará la industria biotecnológica cubana. Ante esta
difícil situación defendió a ultranza la necesidad de integración de todos los centros científico
tecnológicos, para lo cual impulsó su estilo de cooperación socialista manifiesto en el movimiento
del fórum de ciencia y técnica. Sobre este tema después de la clausura del v fórum de piezas de
repuesto, realizado en el palacio de las convenciones, el 15 de diciembre 1990 destacó:
... “Los centros científicos (refiriéndose al CENPALAB, CIGB e instituto FINLAY) deben
integrarse al movimiento del fórum con sus resultados, sus investigaciones y sus productos”...
Una vez avanzadas las obras, ratificó lo que constituye la principal misión que le asignara al
CENPALAB hasta nuestros días: asegurar los animales de laboratorio, productos y servicios
derivados, para el desarrollo de la industria biotecnológica y farmacéutica en Cuba, velando a la
vez por su uso adecuado y racional. Destacó de manera innovadora la importancia de la integración
de los centros en la concepción de una cadena de valor añadido, en la cual los animales de
laboratorio se convertían en productos de alto valor como los anticuerpos monoclonales. Sobre este
tema en la 1a reunión del polo científico del oeste, realizada en la casa F del instituto FINLAY, el
15 de febrero de 1991 indicó:
El comandante en jefe mantuvo el principio de la unión de todos los factores, como una de las
fortalezas mayores de la Revolución. En reunión sostenida con instituciones del sector realizada en
el Palacio de las Convenciones el 27 de abril de 1991 alertó sobre este tema:
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Marx, a 150 años de El Capital
... “El ‘talón de aquiles’ de los científicos es la desunión entre los centros y directores, esa batalla
injustificada por el protagonismo”... “ustedes deben integrarse y cooperar y sentirse como uno
solo”...
... “Sin que se afecten los animales de laboratorio, vamos a convertir a esta instalación (refiriéndose
a la unidad experimental de producción, UEP, hoy CETEX) en un centro de toxicología de alto
nivel, que prestigiará nacional e internacionalmente al CENPALAB. Hay que desarrollar nuevas
especialidades. Este centro estará preparado para cumplir los requerimientos necesarios para
nuevas moléculas de uso humano”...
Dictó los principios de atención al hombre que hemos tratado de mantener hasta nuestros días, al
aprobar la creación de nuestra comunidad científica, lujosa para aquellos tiempos de crisis, pero
necesaria según su criterio. Distinguió a nuestro centro con su sensibilidad hacia el respeto y belleza
de la naturaleza, al indicar que CENPALAB debía parecer un centro turístico en el cual se
deleitaran visitantes nacionales y extranjeros con su obra y el paisaje circundante.
Al dirigirse a la asamblea nacional del poder popular, en el palacio de las convenciones, en 1995
el comandante en jefe comentó el potencial que tenían los resultados alcanzados por el
CENPALAB en el cultivo superintesivo de peces:
… “Tenemos que ver qué utilidad práctica tienen estos resultados (refiriéndose a los primeros
resultados del cultivo superintensivo de peces en el CENPALAB)”…
Al inicio del nuevo milenio se realizó un estudio del pensamiento estratégico del comandante en
jefe sobre la ganadería, diseñándose un sistema intensivo para la producción de leche y carne sobre
la base de pastos. Este sistema conocido como pedestales (Esquivel y Sampedro, 2016) fue
generalizado por todo el país, alcanzándose producciones de leche superiores a 30 mil litros de
leche por hectárea.
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Marx, a 150 años de El Capital
Y a mediados de la primera década del nuevo siglo, ante el arreciamiento del bloqueo de Estados
Unidos de América contra Cuba y la crisis económica mundial, conllevó a incrementar la lucha por
la eficiencia económica, el uso eficiente de los recursos y el combate directo frente a tendencias
negativas como la corrupción e ilegalidades.
En esta ocasión tuvimos también el honor de acompañar al comandante en jefe, junto al General
de Ejército Raúl Castro, en su batalla por la eficiencia energética y contra las ilegalidades. Fue
nuevamente previsor de largo alcance al valorar las potencialidades de la aplicación de modernas
tecnologías informáticas y de los sistemas globales de navegación satelital, para el control de
vehículos de carga y supervisar el cumplimiento de la disciplina tecnológica en la agricultura. En
intervención que hiciera en el 6o periodo de sesiones de la asamblea nacional del poder popular el
22 de diciembre de 2005, anunció los resultados preliminares de la aplicación de los sistemas
globales de navegación satelital en el control de diferentes flotas de vehículos.
El programa de las plantas proteicas como materia prima para la alimentación animal
Ya entrada la primera década del presente milenio, y en forzosa liberación de sus funciones
públicas por razones de salud, cuando muchos creían que se estaban apagando sus energías, el
Comandante en Jefe volvió nuevamente al combate por la producción agropecuaria, la
alimentación y el empleo digno y bien remunerado a nuestro pueblo.
Desde el 20 de agosto de 2011, hasta el último de sus días, tuvimos nuevamente el enorme
privilegio de que visitara nuestro centro en dos oportunidades, invitara en numerosas ocasiones a
directivos y trabajadores de CENPALAB a visitarle en su nuevo puesto de combate de investigador
persistente, así como mantener un intercambio intenso a través de sus más íntimos colaboradores.
Luego de indagar sobre la planta de producción de alimentos concentrado que había aprobado
cuando la creación del CENPALAB, indicó acelerar el montaje de los nuevos equipos e iniciar la
peletización de la moringa. Nos visitó el 30 de septiembre de 2011 y antes de iniciar un recorrido
por la fábrica de piensos, nos ofreció argumentos irrebatibles acerca del potencial de esta especie
por su gran productividad de proteína de elevada calidad. Confiesa que descubrió la misma,
tratando de contribuir con una solución a la grave situación del hermano pueblo haitiano, recién
devastado por el terremoto de enero de 2010, mostrando una vez más su elevada vocación
humanista.
Dejó sentados conceptos estratégicos novedosos, al resaltar la creciente tendencia del incremento
de los precios de las materias primas para la alimentación animal, la concepción de que no se trata
de sustituir exportaciones, sino de nuevas alternativas para producir, alimentar más y mejor a
nuestro pueblo e incluso poder exportar. Concibió que debía desarrollarse un paquete tecnológico
mecanizado e industrializado, para alcanzar la meta de un millón de toneladas de pellets de moringa
para alimento animal, destinados a la producción pecuaria nacional y la exportación. Sobre este
tema indicó además que se trabajara de conjunto con el Instituto Politécnico Agropecuario “Villena
Revolución”, por la responsabilidad de formar a los profesionales y técnicos que debían continuar
con estas tareas.
Precisó que se debían evaluar la inclusión esta nueva fuente proteica en el desarrollo de diferentes
fórmulas balanceadas, que debían ser evaluadas en diferentes especies productivas, priorizando
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Marx, a 150 años de El Capital
aquellas que son fuentes fundamentales para la alimentación del pueblo. Aprobó personalmente los
protocolos para cada experimento, asegurando la participación de investigadores y productores
destacados, seleccionando indicadores de eficiencia y calidad que no dejaran dudas sobre los
resultados.
Puso singular empeño en la identificación y evaluación de otras nuevas fuentes de proteínas como
materia prima para la alimentación animal. Además de la moringa, incorporó la morera y la
tithonia, y alertó sobre otras especies de elevado potencial como la cratylia y el sacha inchi.
Consideró al tiempo como su enemigo fundamental en esta nueva batalla, por lo que insistió en
que había que trabajar con rapidez y hacer bien las cosas. Parodió esta situación con la batalla de
Girón, donde con rapidez y efectividad, le propiciamos la primera derrota al Imperialismo yanqui
en América Latina.
Ante el nuevo escenario de combate, reconoció el valor estratégico de la semilla, y rememoró los
tiempos de la Sierra Maestra cuando contaba una a una las balas para combatir al enemigo. Por tal
razón, indicó la nueva misión de apoyar el desarrollo de la granja estratégica de semillas “El
Pitirre”. Se convirtió así, a fuerza de inteligencia, sacrificio y tesón, una vasta extensión de marabú
en jardín productivo de semillas de moringa, morera, tithonia, y estevia, entre otras. Nos visitó
nuevamente el 23 de noviembre del 2014, interesado por la siembra mecanizada de estas especies.
Visitó la comunidad de CENPALAB, indagó sobre la sembradora, recorrió los campos de Villena
Revolución, y mantuvo un caluroso intercambio con su pueblo. Dejó indicaciones precisas sobre
generalización de esta experiencia.
Reconoció la importancia de la capacitación de las personas, para poder acometer estas tareas de
manera consciente y con disciplina tecnológica, por lo que nos indicó impartir cursos de
capacitación sobre la producción y utilización de estas plantas proteicas, a todas las empresas
ganaderas del sistema de la agricultura en el país, a otros productores de las provincias de Santiago
de Cuba, Camagüey y Sancti Spiritus, así como a jefes y oficiales del ejército juvenil del trabajo.
De cada curso se le informó sus participantes, responsabilidades, así como criterios sobre los temas
tratados.
Compartió sus experiencias con otros líderes de las hermanas naciones latinoamericanas como
Argentina, Bolivia y Venezuela. Con esta última, y con el incondicional apoyo al comandante
eterno Hugo Rafael Chávez Frías primero y Nicolás Maduro Moros después, aprobó la realización
de un curso de capacitación a hermanos venezolanos, efectuar el asesoramiento de sus programas
productivos en Venezuela y apoyar posteriormente con semillas de tithonia.
En la medida que se fueron consolidando resultados en las esferas agrícolas e industriales, así como
en las posibilidades de inclusión de estas especies como materia prima para alimentos
concentrados, paralelamente fue abriendo nuevas líneas de investigación, en la utilización de las
mismas como mezclas de forrajes o en pastoreo, intercaladas con gramíneas. Nos encargó la
realización de estudios de factibilidad para el escalado de la producción agrícola e industrialización
de estas especies. Indicó el estudio de diferentes variantes para plantas de producción de pellets,
que debían ser ubicadas en varias localidades del país, con el objetivo de la producción para
consumo nacional, así como la comercialización de parte de la producción para recuperar la
inversión.
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Marx, a 150 años de El Capital
Conclusiones
En los 35 años de intenso trabajo del Comandante en Jefe con nuestro centro, demostró que la
ciencia y la tecnología son fuerzas productivas que pueden actuar en pos del desarrollo de la
sociedad.
Quizás lo que más nos ha impresionado en estos 35 años de lucha por las ideas del Comandante en
Jefe, ha sido siempre reconocer su destino manifiesto y su confianza infinita en la victoria. En uno
de los intensos intercambios sostenidos con representantes de la dirección de CENPALAB, el 22
de mayo de 2015, volvió a homologar su nueva lucha por la alimentación de pueblo, con aquella
victoriosa librada en la Sierra Maestra contra la tiranía de Batista.
Rememoró entonces la histórica carta a Celia del 05 de junio del 1958, en la que luego de ver el
estrago causado por los cohetes de fabricación yanqui lanzados por la aviación batistiana sobre la
casa del campesino Mario Sariol en Minas del Frio, juró a Celia que al terminar esa guerra, iniciaría
otra mucho más larga contra los yanquis, la cual sería su verdadero destino. Sentenció entonces
que nunca antes había perdido una guerra y esta, por la alimentación del pueblo, la vamos a ganar
también.
Luego de este apretado resumen, podríamos quizás preguntarnos: ¿por qué CENPALAB
comandante? ¿qué nos hizo merecedores de contar con su constante y certera guía? Y la respuesta
quizás ha sido la esencia de estos 35 años de combate: porque creímos en usted, apostamos a su
fantasía, luchamos junto a usted incondicionalmente y ganamos.
Hasta la victoria siempre comandante en jefe! seguiremos fieles junto a usted en su marcha
victoriosa hacia nuevas batallas!
Literatura citada
Castro, F. 1960. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el Acto
Celebrado por la Sociedad Espeleológica de Cuba, en la Academia de Ciencias, el 15 de
enero de 1960.
Castro, F. 1964. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la clausura
del Curso para administradores cañeros de la Escuela de Nivelación Agropecuaria “Jesús
Menéndez”. Perteneciente a la Universidad de la Habana, en Santa María del Rosario, el 30
de octubre de 1964.
Castro, F. 1974. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto de
clausura de la III Conferencia Nacional de las Brigadas Técnicas Juveniles. Celebrado en
el teatro “Lázaro Peña” de la CTC, el 3 de septiembre de 1974.
Castro, F. 1987, Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto de
inauguración del Centro de Inmunoensayo, el 7 de septiembre de 1987.
Castro, F. 1992a. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la clausura
del evento científico por el motivo del XXX Aniversario de la Academia de Ciencias de
Cuba, efectuado en el Palacio de las Convenciones, el 20 de febrero de 1992.
31
Marx, a 150 años de El Capital
Castro, F. 1992b. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la clausura
del congreso constituyente del Sindicato Nacional de Trabajadores de las Ciencias,
efectuado en el Palacio de las Convenciones, el 28 de marzo de 1992.
Castro, F. 1993a. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la clausura
de la Asamblea de Balance de Trabajo, Renovación y Ratificación de mandatos del PCC en
Ciudad de la Habana, efectuada en el Palacio de las Convenciones, el 7 de noviembre de
1993.
Castro, F. 1993b. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto de
inauguración de la Planta de Vacunas del Instituto “Carlos J. Finlay”, efectuado en el
Palacio de las Convenciones, el 3 de diciembre de 1993.
Castro, F. 1994. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la clausura
del IX Foro de Ciencia y Técnica, efectuada en el Palacio de las Convenciones, el 16 de
diciembre de 1994.
Castro, F. 1996a. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto por
el cumplimiento del plan de azúcar del central “Fernando de Dios”, efectuado en la
provincia de Holguín, el 28 de mayo de 1996.
Castro, F. 1996b. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la clausura
del XI Foro de Ciencia y Técnica, efectuada en el Palacio de las Convenciones, el 21 de
diciembre de 1996.
Castro, F. 1997. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto
central por el Día de la Ciencia Cubana, efectuado en la Sala Universal de las FAR, el 15
de enero de 1997.
Castro, F. 2007. Nadie quiere agarrar el toro por los cuernos. Reflexiones. 27 de mayo 2007.
CENPALAB. 2001. Expediente de Perfeccionamiento Empresarial CENPALAB. Inédito. 720 p.
CENPALAB. 2012. Direcciones estratégicas de CENPALAB. Misiones y orientaciones precisas
del Comandante en Jefe para el CENPALAB. Inédito. 7 p.
Esquivel, M. 2012. Propuesta de Estrategia 2012-2016 para el Centro Nacional para la Producción
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Empresarial. Polo Científico del Oeste. Centro Nacional para la Producción de Animales
de Laboratorio, CENPALAB. Empresa de Servicios de Aseguramiento de la Calidad
ESAC. La Habana. 67 p.
Esquivel, M. 2016. La investigación biotecnológica y su aporte a la salud pública. Presentación en
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Guerrero, 3-4 de abril del 2016.
Esquivel, M. y González, A. 2016. Presencia del Comandante en Jefe en el CENPALAB. Inédito.
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Esquivel, M.; Moreno, E.; Sampedro, M. I. y Fírvida, R., 2016. La actividad de investigación,
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Laboratorio, CENPALAB, en diversos sectores de la economía: 15 años de experiencias. I
Congreso Internacional de Ciencia e Innovación Inclusiva, para el Desarrollo Sostenible.
31 de octubre al 4 de noviembre de 2016. Palacio de Convenciones de La Habana Cuba.
20 p.
Esquivel, M. y Sampedro, J. L. 2016. Evaluación de la tecnología de pedestales en la producción
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La Habana. 3 p.
32
Marx, a 150 años de El Capital
33
Marx, a 150 años de El Capital
Programa de Estudios del Desarrollo Rural del Colegio de Postgraduados, Km 36.5 carretera México-Texcoco,
Montecillos, Texcoco estado de México. ([email protected])
En 1968 se creó dentro del Colegio de Postgraduados el programa de maestría en Desarrollo Rural,
con el objetivo de preparar estudiantes egresados de la carrera de agronomía formados
profesionalmente con una orientación eminentemente técnica. Las materias relacionadas con las
ciencias sociales no eran consideradas en la currícula de agronomía, de ahí la dificultad para que
los agrónomos entendieran en su complejidad la relación suelo-planta-agua-hombre, para la
transformación de la agricultura.
Sin embargo, tomé cursos extras de economía política y empecé a comprender y entender la
trascendencia de El Capital. Comprendí entonces lo qué en su primera edición, Marx dijera en el
prólogo que “aquello de que los primeros pasos son siempre difíciles, vale para todas las ciencias.
En el prólogo a la edición francesa Marx escribe” en la ciencia no hay calzadas reales, y quien
aspire a remontar sus luminosas cumbres tiene que estar dispuesto a escalar la montaña por
senderos escabrosos”. Como montañista aficionado entendí lo esforzado que es escalar montañas,
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Marx, a 150 años de El Capital
La formación que recibí para presentar el examen preliminar de economía política se basó en el
manual elaborado por la academia de ciencias de la URSS. Este manual fue ordenado por José
Stalin para que todo mundo pudiera entender los conceptos básicos. La simplificación del manual
y la pérdida de rigor de la teoría marxista, además del carácter apologético y dogmático del
comunismo, provocó que hubiese críticas severas al manual, como las que hiciera el Che Guevara
en los Cuadernos de Praga, que ya en 1965 señalaba que el socialismo no se puede construir con
las categorías económicas del capitalismo. Este trabajo del Che se ocultó durante más de 40 años,
hasta que en 2005 aparece en Cuba la primera edición y posteriormente en 2012 se hace una
segunda edición por la Editorial de Ciencias Sociales del Instituto Cubano del Libro.
Esta experiencia se da a 20 años después de la caída del bloque socialista y el inicio del
restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos de América. En esta etapa
contacté en la Universidad de la Habana a los autores del libro “Socialismo Traicionado”, tras el
colapso de la Unión Soviética (1917-1991), de Roger Keeran y Thomas Kenny, historiador y
economista, respectivamente; norteamericanos. Los autores plantean que la caída del bloque
socialista se debió entre otras causas, al alejamiento de los principios marxistas en la conducción
del gobierno y partido comunista, especialmente en cuanto a que permitieron el crecimiento de la
economía informal que en Rusia, como en los demás países socialistas alcanzó proporciones de
60% o más, sabiendo que el mercado negro se basa en el robo y contrabando de mercancías
manejadas por comerciantes sin escrúpulos que solo buscan una ganancia fácil y rápida,
fortaleciendo un sistema de corrupción en el que entran vendedores, consumidores, policías,
funcionarios y servidores públicos y privados.
El subtítulo de El Capital “Crítica de la Economía Política”, es algo que para mucha gente pasa
desapercibido. Sin embargo, la economía política aplica como ciencia a cualquier etapa en el
desarrollo de la humanidad, sea cualquiera su denominación. ¿Qué pretendió Marx al escribir El
Capital? Penetrar en las entrañas del sistema capitalista y demostrar que en su esencia el
capitalismo busca la explotación del hombre por el hombre y obtener la máxima ganancia con el
mínimo de esfuerzo, basados en la ley de la oferta y la demanda.
35
Marx, a 150 años de El Capital
En el ámbito popular y aún entre la gente con más preparación, el concepto de capital se equipara,
a una bolsa de dinero y no al trabajo pretérito no consumido, representado en el valor de las
mercancías. La acumulación de capital o riqueza es generada solo por el trabajo del hombre; sin
embargo, la distribución de la riqueza, es injusta y la mayor parte va hacia los dueños de los medios
de producción. Esto conlleva a la concentración de la riqueza en unas cuantas manos y al
empobrecimiento de los trabajadores. Esta es la constante en todos los países capitalistas del
mundo, aun en los más desarrollados.
La economía política es la ciencia de las leyes que rigen las relaciones de producción, distribución,
intercambio y consumo de los bienes materiales para la sociedad. Tanto en Bulgaria como en cuba
el contenido temático del curso de Economía Política se dividía en dos grandes partes: una dedicada
a la economía política del capitalismo y otra a la economía política del socialismo. Esta separación
me llamó poderosamente la atención y reflexioné en sí la física o las matemáticas se dividieran
también en física del capitalismo y física del socialismo. De igual manera pensé en si la teoría de
la relatividad fuera distinta en el capitalismo y el socialismo sería una aberración. Como ciencias
son universales y no tienen más frontera que la del conocimiento. Por supuesto que en cada etapa
del desarrollo de la humanidad hay generalidades y particularmente, que le imponen su sello
característico, pero eso tiene una explicación o una razón de ser. Los economistas anteriores a
Marx trataron de explicar el mundo y algunos lo lograron con mucho éxito, pero ninguno se
comprometió como Marx en su transformación.
36
Marx, a 150 años de El Capital
Superada esta dicotomía de la economía política y tomando su unidad como ciencia abordamos el
contenido temático de la siguiente manera:
37
Marx, a 150 años de El Capital
En la parte inferior están las figuras de Juárez, Zapata y Cárdenas, como tres de los personajes más
importantes en las transformaciones del país. Benito Juárez (1806-1872) fue contemporáneo de
Carlos Marx (1818-1883) y de Federico Engels (1820-1895). Entre ellos hubo semejanzas
interesantes, particularmente por el hecho de haber dedicado sus vidas por la justicia, la libertad y
los derechos fundamentales del hombre y la sociedad por una vida mejor. Vladimir Ilich Lenin
(1870-1924) fue un revolucionario y teórico político, preso y deportado a Siberia y desterrado a
Suiza desde donde trabaja intensamente para volver a Rusia en 1917, para encabezar la triunfante
revolución de octubre y funda el primer estado socialista.
Emiliano Zapata (1989-1919), fue uno de los líderes campesinos más importantes de la revolución
mexicana que estuvo al mando del Ejercito Libertador del Sur. Bajo el lema de Tierra y Libertad,
luchó porque la tierra se la regresara a sus auténticos dueños y que esta fuera de quien la trabaja.
Lázaro Cárdenas del Río (1895-1970) es sin duda el presidente mexicano que con mayor claridad
dio una orientación socialista a su gobierno en el período 1934-1940. Realizó la expropiación
petrolera como uno de los actos más significativos en la historia de México. Aunque en el caso de
los 3 mexicanos su formación no tuvo una base marxista, si tuvieron una profunda convicción
nacionalista y vocación social.
En la portada hay también escenas tanto de la revolución rusa como de la revolución mexicana por
ser dos acontecimientos históricos que trataron de cambiar tanto la situación de Rusia como de
México, en un caso con una orientación abiertamente marxista-socialista y en el otro una
trasformación social que no cambió las estructuras de poder y el modo dominante de producción.
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Marx, a 150 años de El Capital
39
Marx, a 150 años de El Capital
Horas
Temas y subtemas
estimadas Objetivos de los temas
1. Conceptos fundamentales de economía
política *Que los estudiantes sean capaces de:
1. Fundamentar la producción material
1.1. La producción material y su papel como base del desarrollo de la sociedad
en el desarrollo de la sociedad humana.
1.2. Las fuerzas productivas y sus 2. Esclarecer que el contenido de las
7
elementos relaciones de producción son las
1.3. Las relaciones sociales de relaciones de propiedad.
producción 3. Conocer cuál es el objetivo de estudio
1.4. El modo de producción de la economía política y el papel de las
1.5. Las leyes económicas leyes de las económicas.
1.6.
*Que los estudiantes sean capaces de:
2. Los modos pre capitalistas de producción 1. conocer los rasgos económicos
2.1 Modo de producción de la fundamentales que permiten caracterizar
comunidad primitiva los diferentes modos precapitalistas de
7 2.2 Modo de producción asiático producción.
2.3 Modo de producción esclavista 2. Conocer sus leyes fundamentales.
2.4 Modo de producción feudal 3. Analizar las fuerzas que motivaron el
tránsito de un modo de producción a otro.
40
Marx, a 150 años de El Capital
7 9. El reparto económico del mundo *Que los estudiantes sean capaces de:
41
Marx, a 150 años de El Capital
7 14. Las relaciones agrarias en el socialismo *Que los estudiantes sean capaces de:
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Marx, a 150 años de El Capital
43
Marx, a 150 años de El Capital
44
Marx, a 150 años de El Capital
4. Capital y plusvalía
45
Marx, a 150 años de El Capital
Marx, Carlos. El Capital. Tomo III, Capítulos I, II, VIII, IX, X, XIII, XIV,
XVI, XVIII, XXI, XXIII
Universidad Lomonosov Curso de economía política. Tomo I, Capítulos XXIII, XXIV,
XXV, XXVI, XXVIII
Rumiantsev, A. M. 1985. Economía política. Capítulos X, XI Editorial Progreso
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Marx, a 150 años de El Capital
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Marx, a 150 años de El Capital
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Marx, a 150 años de El Capital
1. Asistencia a clase 20
2. Participación en clase 15
3. Presentación de trabajos escritos 15
4. Presentación de trabajos orales 15
5. Salida a campo 15
6. Examen final 20
Total 100
Videos
1. Capitalismo. Una historia de amor Michael Moore
2. El mundo según Monsanto Guerreros Verdes
3.- La última hora: el calentamiento global la verdad
incomoda Leonardo DiCaprio
4. Los dueños de la democracia Canal 06 de julio
5. El precio de la guerra: la carrera espacial Barsa Planet
6. El bien común: el asalto final Carole Poliquin
7.Tiempos modernos Charles Chaplin
8. El gato pardo Luchino Viscanti
9. Cambiar el mundo sin tomar el poder John Holloway
10. El reparto del territorio nacional Daniel Jiménez Cacho y Dolores Heredia
11. Rosa blanca Bruno Traven
12. La dolce vita Federico Fellini
13. Fraude 2006 Luis Mandoki
14. Los olvidados Luis Buñuel
Lista de prácticas
1. Salida a campo para cuantificar y determinar el valor de algunas mercancías agropecuarias utilizando
la teoría de la plusvalía, la ley de la oferta y la demanda, así como la teoría de los costos de producción.
49
Marx, a 150 años de El Capital
2. Visita a tianguis donde se puede observar el trueque de mercancías, como una de las formas más justa
de intercambio comercial.
3. Visita a la Central de Abasto del DF, para observar la forma salvaje del capitalismo comercial.
Recursos didácticos
- Exposición oral
- Videos
- Películas
- Síntesis temática en Power Point
- Debate temático
- Análisis y síntesis del contenido temático
- Preguntas y respuestas
- Presentación de estudiantes sobre temas seleccionados
- Discusión grupal
Experiencias
Durante 28 años de impartir el curso de economía política a estudiantes de maestría y doctorado en
el Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas, ha sido una tarea titánica agotar el contenido
temático en 64 horas presenciales de clase para estudiantes que en su mayoría no tienen ninguna
formación económica ni acercamiento alguno al método marxista, inmersos en un sistema
capitalista tercermundista y salvaje como el mexicano. El trabajo extra clase comprende un mínimo
de 131 horas en lecturas, preparación de presentaciones escritas y orales. Además, las salidas a
campo incluyen un tiempo de intenso intercambio entre estudiantes y profesor y el contacto con
campesinos y profesionistas que están en la operación de programas de desarrollo. También, ha
habido salidas al extranjero, principalmente a Cuba para visitar universidades, cooperativas de
productores, empresas estatales, funcionarios del gobierno, líderes del partido y organizaciones de
masas como la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, la Federación de Mujeres Cubanas
y otras.
Durante el periodo de 1989 a 2016, he impartido 27 veces el curso de economía política y se han
analizado alrededor de 1 000 textos entre clásicos y contemporáneos, relacionados con la temática
y bibliografía del curso.
50
Marx, a 150 años de El Capital
El cambio de actitud de los estudiantes se fue dando gradualmente a medida que avanzaba el curso
y con las prácticas de campo fue más determinante sobre todo al hacer el cálculo teórico del valor
de la mercancía con la participación de los campesinos y al observar el trueque en algunos tianguis
del país donde esta práctica aún se realiza y al observar como entre productores se hacía un
intercambio más justo de equivalentes. Importante también fue el ejercicio de poner en una matriz
comparativa las leyes de la economía política versus los criterios de política económica del
gobierno mexicano. De este análisis, resulta claro que hay una insuperable contradicción entre
ambos conceptos.
Otro análisis interesante fue el constatar que nunca se han logrado las metas propuestas en los
planes nacionales de desarrollo y al cuestionar por qué, nos remite a los objetivos del capitalismo
como sistema y a las necesidades de la sociedad en su conjunto, pues están en franca contradicción,
sin posibilidad alguna de que bajo esas circunstancias el gobierno pueda resolver los grandes
problemas sociales porque no está en su esencia ni en su razón de ser. Reiteramos que la máxima
en el sistema capitalista es la obtención de la máxima ganancia y los planteamientos de política
económica del gobierno son demagógicos, inalcanzables teóricas y prácticamente.
51
Marx, a 150 años de El Capital
Oscar Mañán1
1
Unidad Académica de Historia y Desarrollo, Departamento de Economía. Facultad de Ciencias
Económicas y Administración- Universidad de la República Uruguay.
Exactamente en septiembre (específicamente a los 14 días del mes) se cumplen 150 años de la
publicación del libro primero de Das Kapital, obra cumbre de Karl Marx (1867).
Estas reflexiones tienen un carácter conmemorativo que intenta poner algunos elementos, para nada
originales, pero que se antojan interesantes a la hora de valorar el trabajo de Marx. Se intenta alentar
al estudio de este autor, en el entendido que la esencia de las relaciones sociales que describiera en
El Capital sigue estando en el centro de las sociedades contemporáneas, pero es por demás
necesario comprender las formas modernas del desarrollo capitalista y la dominación que conlleva.
Asimismo, sigue siendo imperiosa la necesidad de transformar el orden vigente, ahora las urgencias
apremian aún más que en tiempos de Marx, la persistencia de la civilización humana está
amenazada por la dialéctica perversa de las actuales relaciones sociales de producción tanto en sus
límites sociales como físicos.
Un punto de partida central, emprendido por Marx, es el trabajo humano, en su doble carácter: a)
como productor de medios de vida; pero esencialmente; y b) como productor de vida misma. Este
último aspecto de la esencia del trabajo, casi no se referencia en las ciencias sociales modernas y
quizás es el gran elemento a resaltar para apuntar una organización social diferente. En particular
Marx hizo hincapié en el “trabajo vivo”, como punto de partida para mostrar su crítica de la
economía política del capitalismo, que si bien ya se había vinculado el trabajo con la riqueza, no
se lograba aún hacer el vínculo con la organización social en conjunto.
Crítica que en su sentido profundo implica, la negación de lo existente (como negatividad sostenía
adorno), pero a su vez, como punto de partida para la superación posible y necesaria de esta forma
de organización social llamada capitalismo. Esto exige, como lo hizo Marx ponerse en la piel de
los “jodidos” del sistema capitalista (“las víctimas” como propone Dussel), fundamentalmente los
trabajadores, aspirantes a trabajadores, campesinos empobrecidos y acosados por la colonización
del mundo de las mercancías, marginados en todos los sentidos del sistema económico pero que
forman parte del ejército industrial de reserva o simplemente, de una imagen de futuro poco
alentador.
52
Marx, a 150 años de El Capital
Marx fue uno de esos raros especímenes de la historia universal que se sacrificó a sí mismo, como
a su familia, en un sentido solidario con el sufrimiento ajeno. Vivió en la extrema miseria, alentado
por dar cuenta de las contradicciones sociales de su tiempo y por generar un método científico de
análisis social que permitiera entender el desarrollo de las fuerzas productivas sociales. También
se identificó con los desposeídos, con los que sólo contaban con sus brazos y que son los
responsables de generar la riqueza de un país, para que los menos, basados en un régimen de
propiedad despótico, dispongan de los frutos. Prueba de su pensamiento solidario es la carta a
Engels del 30 de abril de 1867 (MEW, citado por Dussel, 1988), donde rescata las penurias de su
vida familiar en la pobreza abrumadora:
Todo el tiempo que podía consagrar al trabajo debí reservarlo a mi obra, a la cual he sacrificado mi
salud, mi alegría de vivir y mi familia {...} Si fuéramos animales, podríamos naturalmente dar la
espalda a los sufrimientos de la humanidad para ocuparnos de nuestro propio pellejo. Pero me
hubiera considerado poco práctico de haber muerto sin al menos haber terminado el manuscrito de
mi libro. Su crítica de la economía política clásica, no sólo refundó la economía, sino que creó una
nueva filosofía que opuso al idealismo alemán y propició el nacimiento de una ciencia social crítica,
que desde sus bases mismas se identifica con los perdedores de este sistema económico. Mismos
que son a la vez explicación de la descomunal riqueza generada como ninguna otra forma de
organización del trabajo anterior, pero en contraposición esa riqueza se alimenta de la carne
humana, lo que lleva a este autor plantearse la necesidad imperiosa de su superación.
Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley
del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza idológica,
de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder
hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida
inmediatos, materiales y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un
pueblo o una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las
concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con
arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse y no al revés, como hasta entonces se había venido
haciendo. Pero no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo
de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él. El descubrimiento de la plusvalía
iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de
los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas.
Sin embargo, la cruda y terca realidad se impone para rescatar los conceptos fundamentales de este
libro. Las crisis de “nueva generación” comenzadas en México 94-95, seguidas por Brasil (98) y
el sudeste asiático (97-98) y luego el Río de la Plata 2001-2002 (nombradas en la región como
“efectos tequila, Samba y Tango”) que vinieron de la mano de un sistema financiero desregulado
políticamente y de las aperturas irrestrictas de las economías emergentes, trajeron nuevamente las
lecturas de Marx utilitariamente para entender las crisis capitalistas.
No es un libro difícil decía el autor de El Capital, salvo el capítulo referente a las formas del valor
(Marx, 1867). Sin embargo, constituye una ingeniería conceptual muy completa y particular para
entender la sociedad capitalista, la forma en que se organiza la producción y como el hombre se
produce a sí mismo a partir de la producción de sus medios de vida. Pero como el mismo autor se
plantea busca realizar una teoría de la historia que sea capaz de hacer una historia de la teoría.
Y así, se pensó El Capital, primero se desarrollaron los principales conceptos que pudieran
aprehender la sustancia de las relaciones sociales de producción, las categorías y dimensiones
analíticas que median para llenar de contenido a tales conceptos, esto de hecho ya significaba una
crítica a cómo éstas se presentan en las relaciones sociales. Todo esto, se realiza cuidando de forma
obsesiva el método de exposición (que no coincide estricto sensu con el método de investigación
y la historia del proceso social en que se presentan los hechos). Luego se aboca a las condiciones
de circulación y distribución, al análisis del capitalismo en movimiento, y su plan era algo así como
terminar con una historia de las teorías de la plusvalía (esfuerzo que hicieron sus sucesores
posteriormente con los apuntes de sus estudios para tener un panorama de su trabajo inconcluso).
La concepción de ciencia con que trabaja Marx no embona siempre con la correspondiente al
sentido poperiano dominante. Cuando se refiere estrictamente a la ciencia aplicada, aquella que es
subsumida a los intereses del capital, la que permite mejorar las condiciones de los medios de
producción y por ende la productividad del trabajo y del sistema económico en general, Marx
utiliza el sentido de la ciencia “normal”. Sin embargo, como lo prueba Dussel (1988) en su estudio
sobre los manuscritos del 61-63 la ciencia que practica Marx es una ciencia “crítica”, donde el
sentido de la misma es “crítica de la apariencia”. Conocida es la frase de El Capital, T. III cap. 48
donde sostiene que “toda ciencia sería superflua si la forma fenoménica (Erscheinungsform) y la
esencia de la cosa coincidieran inmediatamente” (MEW, citado por Dussel, 1988).
Entonces, la ciencia no es necesariamente la actividad que hacen “los científicos”, sino es, bajo tal
comprensión una actividad teórico-práctica que tiene la intención de llegar a una explicación de la
esencia de los fenómenos. Muchos conocimientos que “la ciencia normal” podría atribuirle a la
ciencia no lo serían, como otras formas de conocimiento que aportan hombres vulgares que no son
de ciencia sí podrían considerarse científicos. Si tales conocimientos contribuyen a la descripción
conceptual, categorial de un fenómeno y lo vuelve inteligible sería entonces ciencia. Sin embargo,
en ocasiones Marx tilda de “seudo-ciencia” a algunos conceptos de los hoy considerados clásicos
de la ciencia económica (como Smith y Ricardo) cuando los mismos carecen de las categorías y
mediaciones necesarias para vincular la apariencia fenoménica de la realidad con la esencia que
explica el movimiento real.
54
Marx, a 150 años de El Capital
De uno u otro modo, toda la ciencia oficial y liberal defiende la esclavitud asalariada, mientras que
el marxismo ha declarado una guerra implacable a esa esclavitud. Esperar que la ciencia sea
imparcial en una sociedad de esclavitud asalariada, sería la misma absurda ingenuidad que esperar
imparcialidad por parte de los fabricantes en lo que se refiere al problema de si deben aumentarse
los salarios de los obreros disminuyendo los beneficios del capital.
Marx tampoco es un genio salido de una lámpara de cristal, es como él mismo manifestara,
producto de las circunstancias, fue un hombre modificado dichas circunstancias, en un mundo que
le permitió ser un gran revolucionario. Logró una síntesis muy influyente de todos los hitos
históricos del siglo XIX, la lógica implacable de la especulación filosófica alemana, las luchas
burguesas por la construcción política institucional que perpetuara su dominio en Francia y la
“magia” de los avances científico- técnicos de la industria inglesa que le daría al capitalismo su
misión histórica: revolucionar las fuerzas productivas materiales.
El legado de esta obra es por demás importante, ya sea porque plantea un conjunto de conceptos y
categorías analíticas que son útiles para entender la esencia del sistema capitalista, pero
fundamentalmente porque implica un método de trabajo minucioso que no deja fuera de la
consideración ninguna perspectiva. Marx valoró, analizó, tomó o desechó cualquier idea
proveniente tanto de la entonces considerada ciencia del establischment o aquellas que venían de
fuentes menos sacralizadas. Todas las alternativas eran válidas si presentaban una explicación
racional, congruente para el desarrollo de categoría analíticas que permitieran “quitar el velo” en
que se presenta el movimiento de lo real. Asimismo, se opuso a la “seudo ciencia” que se quedaba
en la descripción pura y llana de “la apariencia” de los fenómenos económicos y sociales.
Por su parte, es apabullante también la responsabilidad que conlleva el compromiso de este autor,
con su trabajo y, en especial, con los sectores sociales explotados por la forma social dominante en
que se organiza el trabajo. Tomar este ejemplo, en los profesionales que forman las universidades
(en especial las públicas de la región) es el mayor tributo que podría quedar para futuras
generaciones.
No sólo es deseable, sino que se convierte en necesario el discernir cuáles de las herramientas
teóricas actuales se ajustan más a la dinámica social, y por ende, serán más beneficiosos para la
práctica cotidiana. La teoría económica neoclásica es la teoría del capitalismo, por lo tanto, la que
normalmente los políticos, académicos, profesionales del establischment reivindican como el
“saber sabio” y que se vuelve dominante en las universidades de la región.
55
Marx, a 150 años de El Capital
Sin embargo, la teoría marxista, o sus variantes, no aparecen representadas en los programas de
ciencias sociales con la importancia que deberían. Cuando se compara las teorías dominantes en la
actualidad y sus bases teóricas, tenemos que la vertiente walrasiana es la más referenciada por el
lado neoclásico, véase que en este caso la teoría de Marx sigue presentando aspectos por demás
valiosos y particularmente más potentes que la anterior.
En Jevons y también en Walras hay un intento de ahistorizar las categorías de la ciencia económica.
En lo que a Jevons respecta, lo explicita diciendo que si bien a la ciencia histórica le otorga gran
importancia, su interés está en compartimentar las disciplinas para lograr eficiencia, para lo que
propone sacar “lo social” hacia una nueva rama científica.
Esta ciencia será la que Spencer tildara Sociología, entendida como ciencia de la evolución de las
relaciones sociales (Jevons, 1970). El mismo autor afirma, que la búsqueda de una “mecánica
general” debe hacerse con el método que John Stuart Mill llamó “método deductivo físico
concreto” y con ello, investigar la “ley sicológica obvia” de que el mayor beneficio es preferido al
menor, y luego, analizar el impacto de esta ley en la sociedad (Jevons, 1970). 1
Obviamente, la vertiente walrasiana deja afuera muchas de las cosas que hoy son problemas en la
explicación económica de las relaciones sociales. El tratamiento que Blaug en su teoría económica
en retrospectiva hace de la economía marxista es también una castración literal, de lo que a su
juicio, pertenece a la filosofía, sociología u otros ámbitos de las ciencias sociales. Además, el punto
de partida está en dar cuenta del comportamiento individual, la comprensión del todo vendrá por
añadidura; léase, una simple agregación de las conductas individuales.
En cambio, el pensamiento de Marx tiene como eje central explicar la totalidad de la dinámica
social, por lo que, las explicaciones de los fenómenos individuales se entienden determinadas por
la articulación de grupos sociales que permitirán la comprensión de la totalidad.
2
Los términos “gran teoría” y “empirismo abstracto”, son de Charles Wright Mills (1982). El primero hace referencia
a la teoría inútil que se queda en la elucubración y el segundo, a los múltiples conocimientos parciales que jamás
se generalizan de manera de contribuir a una explicación más completa.
56
Marx, a 150 años de El Capital
...pensar el mundo empírico [...], esencialmente, transformar su forma empírica y cambiarla en algo
universal [...] la materia percibida, cuando es determinada mediante la universalidad, no subsiste
en su primera forma empírica [...]. Decir que este salto no debe darse, es decir que no se debe
pensar.
Por lo tanto, el nivel de abstracción de la teoría económica que se analiza estará determinando el
tipo de validez que debe exigírsele. Según el criterio friedmaniano, el resultado científico de una
teoría es independiente de cuán reales sean sus supuestos. Es decir, no importa que tan creíbles son
los supuestos, si estos llevan a resultados o predicciones coherentes con la experiencia. En
resonancia con este criterio la formalización de la ciencia económica, en el entendido obvio de que,
si se extiende al infinitum los ceteris paribus, la verdad tendrá un carácter menos discutible. A esto
se podría contestar con una máxima de la misma estadística, a medida que se disminuye la
posibilidad de error, se termina en juicios menos relevantes.
Entonces, es posible que recortar las abstracciones de la realidad, o modelar a ésta de la forma más
simplificada posible, hasta caer en un juicio del tipo, si A se da, y todas las demás condiciones se
mantienen invariantes, es posible que ocurra B. Este ejemplo muestra, a modo de caricatura, los
cambios dominantes en la teoría económica y el supuesto “grado de eficiencia”. Cabría
preguntarse, ¿es posible tildar a un enunciado de este tipo como teoría económica? Según Steindl
(1985), ya Kalecki había prevenido que la matemática y la computación "estaban equipadas como
para cubrir con un manto científico la falta de sustancia económica". Si los juicios anteriores
obtienen el "status" de teoría económica, entonces se debería usar elementos evaluativos del campo
de la lógica formal, no podría pedirse que predigan el movimiento económico. 3
La teoría marxista, por su parte, deberá ser exigida en el campo de su coherencia lógica, pero
además, podrá ser evaluada en su capacidad de interpretar los fenómenos sociales más comunes.
Entre ellos, su teoría de la tasa de ganancia podrá ser interrogada acerca de las condiciones que
enmarcan la competencia capitalista, como así las limitantes y estrategias de que los organizadores
de la producción disponen para conseguir el fin de su actividad productiva: la ganancia. Aquí no
se habla de un mero hecho de optimización matemática, sino de relaciones sociales entre grupos
económicos obligados por niveles diferenciales de intereses y necesidades.
Por su parte, la teoría de los ciclos económicos, indica en qué niveles de la tasa de retorno se
producirán innovaciones tecnológicas, buscando con ello apuntalar una restauración de la misma.
Si se aborda la teoría del crecimiento económico, el marxismo podrá dar cuenta de los impactos
del datum tecnológico en las variables distributivas y de su necesariedad para el incremento de la
tasa de retorno del capital. La teoría de la distribución, puede explicarse en dicho esquema teórico
como una variable subordinada a las necesidades de la acumulación de capital y se la puede
relacionar -a través de la teoría de la plusvalía- con la dinámica de la tasa de ganancia.
3
Varios autores postulan una relación inversa “entre el rigor de las formas y la riqueza de los contenidos”, entre ellos
el profesor Valenzuela (1991).
57
Marx, a 150 años de El Capital
La relación acumulación- distribución da cuenta de una relación contradictoria entre los dueños de
los medios de producción y los vendedores de fuerza de trabajo; asimismo, no sólo permite
determinar el nivel sino también la densidad de la absorción de fuerza de trabajo que requiere la
reproducción económica. Como contrapartida se podrán detectar los límites de la reproducción, ya
sean provenientes de la oferta de capital o de mano de obra. Y, fundamentalmente, los efectos que
estas relaciones sociales tienen en cuestiones como las tensiones y la estabilidad política, cosas que
normalmente se arriman a la sociología, ciencias políticas y otras ramas de las ciencias sociales.
¿Marx refutado?
“… no consigo parar de creer que estos tiempos
de resignación, desprestigio de la pasión humana
y arrepentimiento del humano compromiso,
son nuestro desafío pero no son nuestro destino”.
E. Galeano. Mea Culpa.
Es muy común que al análisis marxista se le atribuya la idea de “cosmovisión”, ya que éste intenta
explicar todos los ámbitos del devenir social. Se le achaca no ser una teoría científica, debido
justamente a que toma partido por una de las clases sociales en pugna, el proletariado. Sin embargo,
la teoría walrasiana del equilibrio, no es una mera descripción -exenta de valoraciones-. Una
economía se precia de estar en equilibrio, donde se reconoce éste como el estado ideal, cuando no
existen fuerzas internas que pujen por cambiar dicho estado. Si a esta definición se le agrega la
idea de óptimo paretiano, se tendrá una idea de bienestar muy sui generis y que engloba a su vez,
una particular noción de justicia.
Cuando se llega a una transacción económica bajo los supuestos anteriores, es porque hubo por lo
menos un ganador y ningún perdedor en el acto de transacción. Si hubo por lo menos un ganador,
entonces se pasaría a un estado de equilibrio de mayor bienestar, por lo que la teoría toma parte por
“los ganadores” del proceso; es decir, es “solidaria” con los triunfadores.
Tan cierto es lo anterior, que para algún leal seguidor de esta teoría, la concepción de desempleo
no existe como producto de las relaciones económicas, sino debido a la decisión libre, “de elección
racional” del trabajador. Lucas, economista distinguido con la buenaventura de un “premio nobel”,
llegó a decir en una oportunidad que “el desempleo involuntario no es un hecho o un fenómeno
que haya de ser explicado por los economistas”, éste no es más que una “construcción teórica”
mientras, -como rescata Valenzuela- el desempleo abierto en el mismo EE.UU. en ese año
58
Marx, a 150 años de El Capital
alcanzaba a 6.4 millones de personas (Lucas, 1978; citado por Valenzuela, 1991).
Es notorio que la teoría neoclásica esgrime un grado de parcialidad asombroso, y por su parte, su
evaluación lógica -después de los trabajos de Sraffa, Garagnani, etc. -dejan mucho que desear. Por
ejemplo, el desempleo, la distribución, el origen de las ganancias, la estabilidad del equilibrio, los
cambios de estados, son todos enunciados que bien se descartan del análisis, o se suponen dados,
o simplemente no se abordan seriamente.
La teoría marxista no está exenta de dificultades. Son ya muchos los intentos de refutación que ella
carga sobre sus espaldas; pero, parafraseando a Galileo: eppur si muove. Más allá de los ataques
de las teorías competidoras, la teoría de Marx resiste los intentos de negación o refundación
surgidos de sus propias entrañas (Moseley, 1993, 2016; Mañán, 2012). De aquí que no se pueda
decir, en el sentido Kuhniano, que no genera nuevas ramas de interés, como así también,
soluciones.4 En este sentido, el marxismo puede tildarse de paradigma, cuestión que a la teoría
económica neoclásica como tal no se ajustaría.
Es práctica común de este siglo que la teoría burguesa aparezca “metamorfoseada” en autores que
han tenido algún pasaje por el marxismo. El resurgir del neo-ricardianismo a partir de los trabajos
de Piero Sraffa, partiendo de un cuestionamiento a la solución lógica del problema de la
transformación de valores a precios -basado en Ladislao Von Bortkiewicz- llevaría a los autores a
plantear un sistema de precios de producción que haría obsoletos los fundamentos de la teoría del
valor marxista. No es intención de este trabajo hacer una crítica a la crítica, empero esta postura
parte de un problema totalmente heterogéneo al que planteaba Marx, las confusiones pueden
rastrearse en un mal entendimiento de El Capital -en especial las formas del valor- desde su mismo
comienzo (Mañán, 2012; Moseley, 2016).
La teoría de la regulación, es otra vertiente de peso en el análisis social que intentaron resignificar
el marxismo. Sus representantes clásicos son A. Lipietz, R. Boyer, M. Aglietta y G. de Bernis, los
que plantean la necesidad de sustituir las concepciones “fosilizadas”, “dogmáticas” y
“mecanicistas” inscribiéndose en la tradición poskeynesiana y/o neoricardiana. Además, adoptan
una postura ecléctica -“antiteórica” según Boyer- para no desperdiciar los aportes de la teoría
subjetivista ni aquéllos emanados de la escuela objetiva. Para ello, introduce “categorías
intermedias”, “conceptos concretos” que superarían las “generalidades” marxistas. En realidad,
confunden lo “concreto” con lo superficial, y sus “categorías intermedias” no hacen más que
reproducir las apariencias con que el sistema capitalista seduce a sus admiradores. Ejemplo de lo
anterior, son las elucubraciones de Gerard De Bernis (1993) cuando se pone a reflexionar en un
modelo de desarrollo alternativo.5
Luego, se sucedieron una serie de enfoques que buscan refuncionalizar al marxismo. La vertiente
conocida como “Marxismo analítico”6 se empeñó en “darle sentido a Marx” (Elster, 1985), en un
4
Una de las críticas centrales de Mark Blaug (1990) es que el marxismo no representó un avance sustancial para la
teoría económica posterior a los clásicos debido a que no agrega nuevas preocupaciones o preguntas para la ciencia
en cuestión. Sin embargo, en el mejor de los casos, esta crítica carece de seriedad.
5
Puede revisarse la excelente crítica de Claudio Katz (1992; pp. 301-331) y el trabajo de Gerard de Bernis (1993).
6
Son algunos de sus principales exponentes J. Elster, J. Roemer, E. O. Wright, A. Pzeworsky, P. Van Parijs, G. A.
Cohen, entre otros.
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Marx, a 150 años de El Capital
contexto más contemporáneo. Sin embargo, ¿en qué sentido se busca darle sentido a Marx? Por
supuesto, en el sentido de la teoría dominante, hegemónica. Al decir de Moseley, el mismo Roemer
no reprime, sino que enfatiza su propio deseo de reinterpretar la teoría de Marx en los términos de
la “teoría del equilibrio general”.
Esta corriente, retoma algunas de las críticas del neo-ricardianismo, retomando el individualismo
metodológico al mejor estilo neoclásico, tratará de dotar al análisis marxista de los
microfundamentos “tan necesarios” para dar coherencia a su enfoque metodológico. El caso típico
es Roemer, quién parte de individuos atomísticos ontológicamente anteriores a la sociedad, algunos
Robinson Crusoe, pero ideales, recuérdese que el de la famosa novela tenía una historia, un pasado
como cualquier hombre-, y en determinado momento, hacen su erupción en el proceso de
intercambio con dotaciones diferenciales. Roemer (1986 p.138) sostiene que: “el proceso histórico
que origina las dotaciones iniciales donde comienza mi modelo no es un tema de mi análisis. Es un
tema para el historiador”. Como ejercicio intelectual se podrían buscar “las siete semejanzas” con
Jevons. Si el modelo logra los objetivos “el modelo ha hecho las abstracciones adecuadas: ha
omitido cosas que no son básicas para su tema y ha concentrado nuestra atención correctamente”
(Roemer, 1986). Cualquier semejanza con Friedman es pura casualidad.
No será muy difícil concordar que los intentos de refutación del marxismo, han sido una maraña
de confusiones y que en realidad -en la mayoría de los casos- fueron incluso anticipadas por el
mismo Marx en las discusiones con los apologistas del status quo de su época. Por lo tanto, se
concluye que el avance en el planteamiento de los temas económicos en los desarrollos neoclásicos
contemporáneos es muy sospechoso y que si se es riguroso, quizás pueda encontrarse ciertas
reminiscencias anteriores a los clásicos.
La ciencia en tanto práctica social no está exenta de los designios de la clase dominante y en
particular, las Universidades Públicas en tanto aparatos ideológicos del Estado, tampoco se apartan
demasiado de la práctica político-ideológica necesaria para sostener la dominación. Por supuesto,
los “corsets” que la “práctica política” dominante pone al desarrollo de la ciencia son bien
conocidos, y no constituyen un monopolio de los países capitalistas, menos aún, de la teoría
economía.7
En varios países de América Latina las universidades y también los centros privados de
investigación- mantienen líneas de trabajo muy estrictas, tanto así, que los docentes o
investigadores que no se ajustan a las "modas" dominantes no tienen cabida en ellas. En México,
quizás la realidad sea diferente, pero en otros casos los intelectuales “críticos” se encuentran
reducidos a determinados lugares del ámbito académico, aislados de otros y el debate nunca ocurre.
Ninguna de estas prácticas contradicen, la organización político-ideológica de la clase hegemónica,
7
En este punto no puedo más que referenciar dos libros paradigmáticos. Desde el punto de vista de las "ciencias
naturales", el fisiólogo argentino Marcelino Cereijido (1994) plantea las preguntas que le haría a un alumno que
quiere dedicarse a la investigación en el tercer mundo. Por el lado del análisis económico en los países ex- socialista,
Gabriel Labat (1989).
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Marx, a 150 años de El Capital
si bien la primera crea un impacto -o reacción- negativa en lo académico, la segunda genera una
práctica teórica pero “acomodada a las instituciones” que representa y lo que es peor, desconectada
de cualquier otra práctica. En muchos casos “los marxistas” aparecen como meros propagadores
de algo distinto, curioso y muerto, tan lejano del mundo de los vivos que “se pudre en una
escolástica pseudo dialéctica de corte profundamente burocrático y conservador” (Valenzuela,
1989). Es esta, la historia de una teoría revolucionaria que, enmarcada en una práctica
conservadora, termina muchas veces, de simple testigo del pensamiento económico.
Las tareas para los marxistas que proponía Guillén (1988) para avanzar en el desarrollo de un
método de análisis y transformación que goza de importantes ventajas serían:
Si se avanza en el sentido señalado, seguramente se podría definir las formas de comparación que
merecen los diferentes esquemas teóricos de la economía. Probablemente resulte inútil -por lo
menos para el marxismo- recortarlo y refuncionalizarlo de tal manera que sólo se digne a responder
las preguntas apologéticas que los economistas burgueses le obligan a realizar.
Literatura citada
Blaug, M. 1990. A methodological appraisal of Marx’s Theory II. In: Blaug, M. Economic
Theories: true or false? Essays in the history and methodology of economics. Aldershot:
Edward Elgar.
Blaug, M. 1993. A reply to moseley. In: Fred Moseley (Ed.). Heterodox economic theories: True
or false? Aldershot: Edward Elgar. 127-136 pp.
Cereijido, M. 1994. La ciencia sin seso. Locura doble. México: Siglo XXI Editores.
Dabat, A. 1995. El mundo y las naciones. México. CRIM-UNAM.
Engels, F. 1883. Discurso ante la tumba de Marx. https://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/83-
tumba.htm
Gurley, J. 1979. Desafíos al capitalismo. Barcelona: Ariel.
Hausman, D. 1989. Explanatory progress in economics? Social Res. Summer. 361-81 pp.
Iñiguez- Echeverría, J. 1981. Marxismo y teoría económica contemporánea. Confrontación de
puntos de partida. Críticas de la Economía Política Nº 18/19. México. Ed.
Latinoamericanas.
Jevons, W. 1888. The theory of political economy (London: Macmillan) 3th (Ed.). Retrieved
25/8/2017 from the World Wide Web: http://oll.libertyfund.org/titles/625
Labat, G. 1989. El socialismo real. Montevideo. Tae.
Lenin, V. I. 1913- 1998. Tres fuentes y tres partes integrantes del Marxismo. In: V. I.
Lenin, Marx Engels Marxismo. Pekin: Ediciones Lenguas Extrajeras.
Mills, C. W. 1982. La imaginación sociológica. Buenos Aires: Amorrortu.
Mañán, O. 2012.
Moseley, F. 1993. Marx’s theory: true or false? a marxian response to blaug’s appraisal. In:
Moseley. (Ed.). Heterodox economic theories: true or false? 88-118 pp.
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Introducción
Las distintas sociedades producen valores de uso (siguiendo un supuesto patrón ético, al usar la
palabra bien, que entraña un beneficio humano, que propicia un bien o satisface necesidades
humanas) bajo dos sentidos. El primero, al gestar un valor para necesidad humana implica que es
generado o producido con trabajo humano (reproducción objetiva inorgánica); el segundo, al
satisfacer necesidades y la propia reproducción orgánica humana. De modo que están implicadas
las dos cuestiones, pero es preciso diferenciarlas. La primera es referida a una situación económica
que lleva a considerar que cualquier producción es producto del trabajo humano, de modo que cae
en el ámbito de la economía política, aunque no de manera exclusiva. La segunda consiste en que
este esfuerzo humano se materializa en productos que sirven para la satisfacción de distintas
necesidades humanas.
Pero hay algo en la historicidad del concepto mismo que no significa de manera igual para todo
momento y no es válido para toda sociedad, tanto en la producción como en los productos. Esto
implica que la satisfacción de necesidades y la producción, por tanto, la realización del trabajo
mismo, no opera de la misma manera en todas las sociedades ni en los mismos tiempos históricos
que pueden ser diferenciales, según el nivel de desarrollo que tenga el trabajo junto con las fuerzas
productivas sociales.
Hoy mismo la noción de trabajo parece difuminarse ante el avance de la tecnología virtual.
Entonces este satisfactor de necesidades parecería no ser fruto del trabajo, aunque siga
considerándosele como valor de uso a una computadora, una tablet, un celular, etc., que contienen
trabajo humano, sea físico e intelectual. Entonces hay que efectuar un análisis más acucioso.
Parece sencillo hablar del valor, pero no resulta así, es el caso de que en los borradores de la crítica
de la economía política (Grundrisse der Kritik der politischen Ökonomie, título con que se publica
la obra en Moscú, de 1939 a 1941, de los manuscritos de 1857-1858), en los que Carlos Marx
intenta descifrar el papel de la historicidad del concepto de valor (Hobsbawn, 2009). Por ello es
que formula una sección conocida o denominada como Formen die der kapitalischen Produktion
vorhergehen (formaciones que preceden a la producción capitalista, coloquialmente conocidas
como formaciones precapitalistas), que no ensaya conocer la historia del proceso, sino explicar
cómo, cuándo y de qué manera se forma el valor. De modo que no es una obra histórica per se, por
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Marx, a 150 años de El Capital
lo tanto, no le cabe el título, pues se trata del análisis de la historicidad de una categoría económica
en retrospectiva. Pero eso no es lo importante, el punto nodal radica en analizar cómo se forma el
valor en el capitalismo y cómo se verificó en otras sociedades, para poder establecer qué es el valor
en la sociedad capitalista y de ahí diferenciarlo de manera sincrónica con otras formas de aparición
conceptual. Lo dice al comienzo, en la primera línea:
Si un supuesto del trabajo asalariado y una de las condiciones históricas del capital es el trabajo
libre y el cambio de este trabajo libre por dinero a fin de reproducir y valorizar el dinero, a fin de
ser consumido por el dinero como valor de uso, no para el disfrute sino como valor de uso para el
dinero, del mismo modo, otro supuesto es la separación del trabajo libre con respecto a las
condiciones objetivas de su realización, con respecto al medio de trabajo y al material de trabajo…
(Marx, 2009).
Esto implica que el autor está cavilando y trata de reflexionar y sacar conclusiones. De modo que
de manera inmediata pasa a escudriñar y explicar cómo se dio el proceso de separación del
trabajador de la tierra como ámbito y como medio de producción, entonces comienza una travesía
histórica para establecer la historicidad del valor (incluso del valor de uso) y su efecto en ciertos
momentos históricos, aun cuando se haya presentado en ciertas sociedades y en ciertos periodos
históricos como concepto y categoría. El autor precisa:
Lo que nos interesa aquí en primer lugar es esto: el proceso de disolución que transforma a una
masa de individuos de una nación, etc., en trabajadores asalariados [potencialmente] (en individuos
obligados al trabajo y a la venta del trabajo sólo a través de la carencia de propiedad), supone, por
el otro lado, no que las fuentes de ingreso y en parte las condiciones de propiedad de estos
individuos existentes hasta ese momento han desaparecido, sino, a la inversa, que sólo su
utilización ha cambiado, que la índole de su existencia se ha transformado, que han pasado a otras
manos como fondo libre o también que han quedado en parte en las mismas manos… (Marx, 2009).
Marx descubre y propone que los procesos de disolución también modifican las relaciones de
producción en que predomina el valor de uso, de modo que se transforme la producción en las que
predominan las contribuciones en especie y los servicios en especie, para que en el valor de cambio
y su producción predominen los pagos en dinero y las prestaciones en dinero. Resulta posible
disolver todas estas formas en un “grado determinado de desarrollo de las fuerzas productivas
materiales (y en consecuencia, también de las espirituales)” (Marx, 2009).
Comunidad primitiva
Se distinguen dos formas en las que el “trabajador” se comporta como propietario de la tierra, pues
implica las condiciones objetivas de su trabajo como con su propiedad, entonces se propicia una
creencia en la que se establece una unidad del trabajo con sus supuestos materiales (al punto de no
diferenciar y significar el propio trabajo). Esta cuestión es la que ha llevado a los ecólogos a
confundir e idealizar los procesos antiguos, como la naturalización del trabajo. Una forma es la
comunidad primitiva y la otras es la propiedad colectiva de la tierra que descubre en la comunidad
oriental, que es la forma de actividad agrícola aldeana.
64
Marx, a 150 años de El Capital
Esto significa que en la comunidad primitiva bajo la condición nómada, el trabajador no concibe
su condición objetiva de su trabajo como trabajo, sino como propietario común de las condiciones
de su realidad creada por él mismo, como copropietario, que es el antecedente más remoto y
precedente del ager publicus romano (tierra pública, tierra estatal), el individuo y la familia se
conciben como partes de la misma realidad creada, como parte natural del proceso, que impide
distinguir el factor trabajo, por lo tanto ni siquiera el valor de uso es concebido como tal.
…Como primera gran fuerza productiva se presenta la comunidad misma; según el tipo particular
de condiciones de producción (p. ej. ganadería, agricultura) se desarrollan modos de producción
particulares y fuerzas productivas particulares, tanto subjetivas, que aparecen en cuanto a
propiedades de los individuos, como objetivas.
Un estadio determinado del desarrollo de las fuerzas productivas de los sujetos que trabajan, al cual
corresponden relaciones determinadas de los mismos entre si y con la naturaleza; a eso se reduce
en última instancia su entidad comunitaria, así como la propiedad basada sobre ella. Hasta cierto
punto, reproducción. Luego se trastrueca en disolución (Marx, 2009).
Marx se percata que las comunas tienen dos variantes, una en su forma nómada en forma de grupos
gentilicios que denomina tribus; la segunda, es la unidad gentilicia en forma de aldea campesina
(combinando agricultura y artesanía o “manufactura”) caracterizada, sobre todo, en la forma
oriental que descubre desde muy temprano en varias sociedades (medas, persas, egipcias, mexicas,
incas, etc.), las más conspicuas y que dedica atención especial son las chinas e hindúes (que llama
despotismo oriental), por eso les dedica espacio de estudio. La tierra en forma agrícola sigue siendo
el referente comunitario en apropiación y producción…
La tierra es el gran laboratorium, el arsenal, que proporciona tanto el medio de trabajo como el
material de trabajo, como también la sede, la base de la entidad comunitaria. [Los hombres] se
comportan con ella ingenuamente [tratándola] como propiedad de la entidad comunitaria, de la
entidad comunitaria que se produce y reproduce a través del trabajo viviente. Cada individuo se
comporta como propietario o poseedor sólo en tanto miembro, member de esta comunidad. La
apropiación real a través del proceso de trabajo ocurre bajo estos supuestos, los cuales no son ellos
mismos productos del trabajo, sino que aparecen como los supuestos naturales o divinos de éste…
(Marx, 2009).
Va aparejado el factor en el que una unidad comunitaria omnicomprensiva se coloque por encima
de todas las aldeas y aparezca como el único propietario superior y que las comunidades aldeanas
sólo sean beneficiarias en cuanto integrantes de la comuna, obtengan el usufructo de la producción
y entreguen los excedentes a la unidad superior, que va adquiriendo un perfil de Estado.
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Marx, a 150 años de El Capital
Las familias aldeanas y los individuos que gozan de la heredad se comportan con su trabajo como
una condición natural que le ha sido concedida a los individuos por la unidad superior. Ante
semejante gracia que hacen los soberanos, a través del Estado, adquiere sentido legal en la
apropiación del plusproducto (tributos en trabajo o en especie), pues el trabajo es parte de las
condiciones naturales, el usufructo es para el aldeano y los excedentes para el Estado.
De manera que este tipo de sociedades no establecen el concepto de valor de uso, ni mucho menos
el concepto de valor, tal cual fue fincado al principio del manuscrito denominado Formen. No
obstante, que se produce para la autosuficiencia y el excedente es tributado.
Los excedentes artesanales y agropecuarios de la familia aldeana, así como los sobrantes de
plusproductos de la tributación, en manos del Estado, pueden emplearse en trueques, traficarse y
comercializarse en mercados internos y externos, con procedimientos mercantiles y monetarios
bien establecidos y regulados.
Marx hace notar que cuanto más alejada se hallaban las comunidades con motivo de la guerra, que
significaba el interés por la apropiación del suelo y del territorio ajeno, entonces se trastocaría o se
rompería el carácter natural de la aldea gentilicia (aunque sigue hablando de tribu), de manera que
se generarían las “condiciones de trabajo esencialmente nuevas”, pues el carácter común aparece
como “unidad negativa” (en sentido dialéctico), entonces surgían las “condiciones para que el
individuo se convierta en propietario privado del suelo, de parcelas particulares, cuyo laboreo
particular le corresponde a él y a su familia” (Marx, 2009).
La aldea mantuvo la disposición de que para apropiarse del suelo se debía de ser miembro de la
comunidad, en tanto miembro de la antigua aldea (el demos o aldea (Marx, 2009), que eso es lo
que significa, en tanto se mantenga la filiación gentilicia y por tanto, parentela genética con la
aldea, en el régimen sociopolítico al que evoluciona adquiere el sentido de pueblo, como integrante
del demos, al cual se le adjudica el derecho político como pueblo), mantendría derechos políticos
de acuerdo a su estado, estos es: a sus bienes y heredades.
[La polis] Eran también comunidades cerradas al exterior, volcadas sobre su propio territorio y
aisladas de sus vecinos por fronteras guardadas y defendidas celosamente. Era un mundo cerrado
a los extranjeros, a todos lo que no pertenecían de pleno derecho a la comunidad, e incluso dentro
de sus propios límites, ya que la condición de ciudadano no era aplicada al conjunto total de la
población, sino que tenía un claro carácter restrictivo con grados que variaban desde el caso
extremo de Esparta, donde el derecho de ciudadanía estaba restringido a la casta de los guerreros,
con la exclusión de todos los agricultores, artesanos y hombres del mar, hasta el más abierto de
Atenas, donde tras las reformas de Solón se introdujeron dentro del cuerpo cívico toda esta clases
de elementos… (Gómez, 2001).
66
Marx, a 150 años de El Capital
La apropiación del suelo era básica para ser miembro de la comunidad, por ello el sentido del valor
se establecía a partir de su status, de su estado, de su condición de clase, de manera que era posible
que se concibiera y se meditara acerca del concepto de valor de uso, en tanto identidad individual
de sí, pero el valor de cambio sólo se entendía en la proporcionalidad (incluso los extranjeros o
metecos estaban sólo un escalón arriba de los esclavos, los ilota), no en la equidad ni mucho menos
en la igualdad, si bien el valor de uso no contraía la igualdad, ni conllevaba a la libertad, sino a la
total desigualdad de estado o clases sociales que eran reconocidas, avaladas y aceptadas, pues la
privación de la propiedad implicaba el estar al borde o en plena esclavitud, aunque después se
prohibiría la esclavitud por deudas -por Solón- para los miembros del demos y se toleraría la
esclavitud de otras entidades no culturales ni civilizadas (Marx, 2009), lo que pasaría a los
integrantes del demos es que se limitaban o se perdían derechos políticos -ya no la libertad-, por
no tener el garante de la libertad que era la propiedad del suelo (que otorgaba la condición de estado
o clase, que es el derecho político, por eso el demos evolucionó hacia el sentido de pueblo).
…esta clase de dominios [de los llamados terratenientes] apenas alcanzaban las 30 hectáreas, que
es precisamente la mayor propiedad agrícola de la que tenemos noticia. No debemos de olvidar que
se trataba de un mundo de pequeñas fincas, reducidas en ocasiones a un simple huerto que producía
apenas lo necesario para la subsistencia de la propia familia. Las condiciones precarias habituales
no permitían una mala cosecha o un periodo de sequía prolongado. La única solución que quedaba
cuando ocurrían estas desgraciadas circunstancias era el endeudamiento con los vecinos más
prósperos, que disponían de propiedades más extensas y podían haber salvado una parte importante
de la cosecha, ya que no existían instituciones financieras ni ayudas estatales de ninguna clase. La
única garantía era la propia fuerza de trabajo y el pedazo de tierra que se tenía en propiedad. Por
ello muchos pequeños propietarios se convirtieron en auténticos campesinos dependientes que
rozaban en muchos casos el nivel de la esclavitud.
Este progresivo endeudamiento de una buena parte de la población fue una de las causas que
generaron disturbios y confrontaciones internas en casi todos los estados griegos a lo largo del
período. La falta de tierras fue también, no lo olvidemos, uno de los motivos que impulsaron la
salida a ultramar de muchas gentes que iban en busca de medios de vida… (Gómez, 2001).
Casi de manera paralela, en el siglo IV ane, en la Roma republicana las tres legislaciones que
intentaron amortiguar el conflicto entre patricios y plebeyos, la Lex Licinia Sextia (del 367), el
plebiscito Genucio (del 342) y la Lex Poetelia-Papiria (del 326), se fueron regulando la
amortización de préstamos para hacerlos pagaderos en 3 anualidades, se fijó tasa de interés para
poner coto a los acreedores, y la que tuvo más impacto directo para poner tasa al abuso hacia los
plebeyos fue la prohibición de la esclavitud por deudas, que, al igual que en Grecia, evitaba la
dependencia esclavizante, más que la esclavitud en sí misma hacia los miembros de la plebe que
tan sólo le posibilitaba perder la propiedad pero no la condición de populo romano (Bravo, 1998).
El punto básico de inflexión era la tierra y el beneficio obtenido a través de ella, pues brindaba el
status.
No podía entenderse a plenitud de sentido el valor (de cambio), pues no había un valor social que
sirviera de referente de igualdad, cuando el referente básico era el esclavo (ilotas, en Grecia, o
servus, en Roma), que era la modalidad no sólo de la propiedad privada del suelo, pues era quien
producía como herramienta viviente y se le concebía como objeto, pero no añadía valor pues no
era un sujeto en pleno derecho sino una herramienta animada (por tanto, no se le concebía como
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Marx, a 150 años de El Capital
concepto trabajo). Decía Artistóteles: “la vida es acción, no producción y por ello el esclavo es un
subordinado para la acción” (Pena s/f); incluso agregaba que en la administración doméstica (al
respecto cabe recordar el concepto etimológico de economía, es administración del hogar) entre
los diversos constituyentes una casa perfecta es la que dispone de esclavos y hombres libres (Pena,
s/f).
Por ello es que el trabajo (físico o mecánico) no era digno del ciudadano sino de un esclavo (Pena,
s/f), por más que un guerrero provenía de la actividad campesina, pero guardaba un estado o status
menor, de ahí la diferencia entre nobles, aristócratas o patricios y el vulgo, la gente y la plebe. Poco
a poco el esclavo se desprendió del núcleo familiar y pasó a la consideración de mera cosa:
Será en los comienzos de la República [Romana] cuando, ante las grandes explotaciones agrícolas
e industriales, el esclavo pase a ser un mero instrumento de trabajo, a ser entendido únicamente en
la categoría de res [cosa]… Con el auge del Imperio, Roma pasó de ser una sociedad propietaria
de esclavos a una sociedad esclavista en toda forma (Pena).
En este punto Marx comienza a identificar el proceso de separación del hombre de su laboratorio
natural y de sus herramientas, para constatar si tienen par con el proceso de desposesión que ha
dado paso al capitalismo, pues no todo proceso de desposesión conduce a la aparición del capital.
Al respecto dice:
En la relación de esclavitud y servidumbre esta separación no tiene lugar, sino que una parte de la
sociedad es tratada por la otra precisamente como mera condición inorgánica y natural de la
reproducción de esta otra parte. El esclavo no está en ninguna relación con las condiciones objetivas
de su trabajo, sino que el trabajo mismo, tanto del esclavo como en la del siervo, es colocado como
condición inorgánica de la producción dentro de la serie de los otros seres naturales, junto al ganado
o como accesorio de la tierra. En otras palabras: las condiciones originarias de la producción
aparecen como presupuestos naturales, como condiciones de existencia del productor, exactamente
igual que su cuerpo viviente, el cual, por más que él lo reproduzca y desarrolle, originariamente no
es puesto por él mismo, su propia existencia (corporal) es un supuesto natural, que él no ha puesto
(Marx, 2009).
El cambio o los cambios son entre referentes a nivel de comercio o intercambios, en este sentido y
nivel se queda el valor (en la proporción, no en la equidad, ni mucho menos en la libertad). Por eso
Aristóteles, en La Política1, podía ejercitar ambos conceptos, por el sentido de libertad que tenía el
propietario, pero no podía profundizar en el valor (de cambio) pues la situación histórica obligaría
a considerar como sujeto filosófico, social, económico y político a un ilota, algo inadmisible en tal
circunstancia social. El mismo autor aceptaba y reforzaba la condición de la esclavitud al
considerar a los esclavos como herramientas animadas, propiedad de los hombres -libres- al igual
que otro tipo de bienes. Marx llegaba a la siguiente consideración:
…todas estas formas en las que la propiedad de la tierra y la agricultura constituyen la base del
orden económico y, por consiguiente, el objetivo económico es la producción de valores de uso…
El individuo se comporta con las condiciones objetivas del trabajo simplemente como algo suyo,
1
http://www.cch.unam.mx/bibliotecadigital/libros/aristoteles/politica.pdf.
http://fama2.us.es/fde/ocr/2006/politicaAristoteles.pdf. Capítulo VI.
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Marx, a 150 años de El Capital
A Marx le preocupaba entender el proceso de separación de las condiciones objetivas de vida por
parte del trabajador, para ello da un enorme brinco al artesanado y al campesino -muy avanzada la
sociedad feudal- que ministran productos al mercado, hallando que esto es lo que más se aproxima
a una supuesta acumulación originaria sin que en realidad lo sea, sólo por su mayor relación con el
dinero. Entonces se topa con que no puede atribuir el tránsito a estas capacidades pues, al contrario,
le permiten al productor restablecer sus condiciones, no lo separan de la tierra ni de sus
herramientas es por ello que no lo convierten en proletario. Entonces es preciso volver a la
metodología empleada en el mismo texto de los formen, para poder hallar el mecanismo de
desarrollo y de la deformación que se ocasiona en el mismo sistema, de modo que su evolución da
paso para formar un nuevo y diferente.
De modo que hay que volver al momento de la disolución del imperio romano que había madurado
sus síntomas de deformación en el siglo II dne, cuando las manumisiones de esclavos llegaron a
un punto culminante, cuando los propietarios de esclavos y “los responsables (conductores,
capataces) de la explotación de los dominios imperiales contraten a colonos en vez de procurarse
esclavos como mano de obra agrícola” (Bravo, 1998). El mismo procedimiento siguieron los
propietarios privados. Más evidente resultaron los talleres artesanales urbanos que sustituyeron a
los esclavos por hombres libres, al cuidar la productividad y el precio, si bien “la manumisión se
vinculaba con el compromiso mutuo de permanecer unidos [como cófrades] mediante una relación
de clientela/patronato [de orden familiar]: en adelante, el antiguo esclavo produciría como liberto
para su antiguo dominus, ahora convertido en su patronus” (Bravo, 1998).
…la gran incursión de los alamanes, de los francos y de otros pueblos germánicos que el año 276
devastan la Galia, España e Italia del norte, presagia la gran avalancha del siglo V. Deja las llagas
sin cicatrizar -campos devastados, ciudades en ruina-, acelera la evolución económica -decadencia
de la agricultura, repliegue urbano-, la regresión demográfica y las transformaciones sociales: los
labriegos se ven obligados a buscar el amparo cada vez más pesado de los grandes propietarios que
se convierten de este modo en jefes de bandas militares y la situación del colono se parece cada
vez más a la del esclavo. A veces la miseria campesina se transforma en levantamiento… (Le Goff,
1999).
De las irrupciones bárbaras y las promesas del imperio romano para adjudicar tierras a sus huestes
y a sus enemigos, no ocurre un restablecimiento del sistema esclavista, sino que se difuminan los
ofrecimientos de protección a cambio de servicio.
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Marx, a 150 años de El Capital
Este mismo proceso sería adoptado por los ejércitos “bárbaros” invasores que propiciaron un
cambio en el sistema legal que, al afianzarse y afinarse, fue cediendo paso al fundo. Éste no queda
en concesión graciosa al soldado, pues colabora en actividades militares del señor. Es una
adjudicación de usufructo de productos obtenidos en el found (en algunos lugares llamados
alodios), que implicaban reconocimientos mutuos de derechos y obligaciones entre señor y vasallo,
ya que en adelante éste no puede ser movido de su parcela y su fundó, pero adquiere obligaciones
de dependencia y servicio (de clientela) a su señor.
Al final del imperio, los romanos, marcando distancia con la teoría iusnaturalista de la esclavitud
emitida por Aristóteles, consideraron que ésta no estaba basada en derecho natural, sino en
derechos de gente: “la libertad está incluida en el derecho natural y la esclavitud fue introducida
por el derecho de gentes, esto es, de convención humana: “servidumbre es postura o
establecimiento que hicieron antiguamente las gentes, por la cual los hombres, que era
naturalmente libres, se hacen siervos y se sometían al señorío de otro, contra razón de la
naturaleza”. Es decir, qué siguiendo la tradición del final de la época clásica, en la Edad Media la
esclavitud era considerada en términos de lo que hoy podríamos llamar derecho internacional, y no
como de derecho natural, ya que éste era el que se consideraba infundido por la naturaleza como
común a todos los animales, el de las gentes era sólo común a los hombres (Muñoz, 2007).
Por lo tanto, se le adscribe a la gleba (tierra) y se connota como servus (en latín esclavo), pero en
el sentido de adscripción permanente a la tierra no de propiedad del señor, entonces cambia el
sentido del término, el siervo adquiere el sentido de dependiente con plenos derechos (a diferencia
del antiguo esclavo, que al ser propiedad carece de éstos).
La relación del retainer [(servidor, ligado a la casa del señor)] con su señor territorial, o la
prestación personal, es esencialmente diferente. Pues au fond [en el fondo], ella representa sólo un
modo de existencia del propietario mismo de la tierra, el cual ya no trabaja, pero cuya propiedad
incluye entre las condiciones de la producción a los trabajadores mismos como siervos, etc. Aquí,
la relación señorial como relación esencial de la apropiación (Marx, 2009).
Más precisa es la definición del concepto siervo que realiza Ángel Muñoz, en el sentido medieval:
En principio…había que pensar que se trataba de hombres libres. De no serlo, no hubieran tenido
la capacidad jurídica para pactar feudo, beneficio u homenaje, así fuera en su más baja expresión.
Libres, pues, con respecto a señor alguno. No era sino la continuación de los colonos romanos del
Bajo Imperio [en la época final del imperio], ni el colono romano, ni el siervo medieval eran
esclavos. El vasallaje no era una esclavitud, ser propiedad de alguien; eran siervos no de un señor,
70
Marx, a 150 años de El Capital
sino de la gleba, de la tierra…Vinculación del hombre con la tierra. Lo irónico del caso es que,
para pagar su tributo, debían de trabajar; pero no era sino en una tierra ajena, por cultivar habían
de pagar y a la que, a pesar de ser ajena (o precisamente por ello), quedaban vinculados de por
vida; sin poder nunca liberarse, por cuanto jurídicamente ya eran libres y no esclavos (Muñoz,
2007).
La periodización que considera el término alta edad media (476 al 1 000) no considera cambios
más delicados y sensibles en la estructura social, pues las relaciones señoriales se establecieron en
formas de renta en las tierras del señor (por el volumen de cosecha obtenida, según el tipo de
cultivo, en la productividad de la tierra en relación a la calidad del tipo de tierra), en sus
edificaciones, lagares, granjas, graneros y caminos, en las labores y servicios del hogar. De modo
que del siglo V al VIII los servicios personales se modificaron hacia la proporcionalidad de la renta
en trabajo. Si bien este tipo de renta por el fundo no significó “trabajo” que le era conferido a la
tierra, sino renta en tiempo de servicio destinado a las posesiones señoriales.
De este modo las labores del siervo se consideraban una extensión del proceso natural, resultando
vacuo el caracterizar el valor de uso que no sea el entregado a través de estos procesos de
tributación y del servicio personal (ni siquiera el propio “bien” producido para el siervo, para sí
mismo, se entendía como valor de uso). La época no permitía el desarrollo de referentes de
intercambios comerciales que eran muy limitados.
El siglo IX sería testigo de las modificaciones centrales en la etapa más clásica de la renta del suelo
y del régimen señorial, que ciertas corrientes históricas denominaron como baja edad media. Al ser
la producción y la tributación en especie, denominada como renta en especie, se aceleraron los
cambios tecnológicos en los procesos de cultivo y de trabajo, en el arado y en las ruedas añadidas
a éste, en el sistema de hojas de siembra y la rotación de cultivos, por mencionar algunas.
…el ingenio creador se agudiza, dando paso a técnicas o adelantos importantes para la época, que
hacen menos necesaria la presencia de esclavos…el yugo, que facilitaban una mejor sujeción de
los animales; a la aparición del arado con vertedera, que mejoraba altamente el rendimiento de la
tierra; al reloj de ruedas; a la utilización de la fuerza hidráulica, no sólo como simple noria para el
riego de los campos, sino en el molino que, de mano, pasó a ser de agua, con su aplicación para
accionar fraguas y telares. Todo esto llevó a un gran número de manumisiones. Resultaba
ampliamente más barato liberar los esclavos rústicos, entregándoles tierra para su cultivo mediante
un canon anual, al modo de los antiguos colonos romanos (Muñoz, 2007).
Esta “revolución técnica” -así llamada por los historiadores- daría paso a la primera ola expansiva
del sistema a través de las cruzadas, para adjudicar más tierra al sistema. Impulsando el crecimiento
de las formas de vida citadina y la aparición de las universidades. Vale citar, al respecto, a Jacques
Le Goff:
…he centrado el libro en el periodo de los siglos X-XIII, a la Edad Media central que, en una
perspectiva más amplia, también es un momento decisivo en la evolución de Occidente [al final
del mismo surgen, entre otros aspectos, los planteos tomistas y con ello la escolástica]: la elección
de un mundo abierto frente a un mundo cerrado, a pesar de los titubeos de la cristiandad del siglo
XIII entre los dos modelos, la opción, aún inconsciente y frenada por la mentalidad autárquica,
para el crecimiento y establecimiento de unas estructuras aún fundamentales para el mundo actual.
71
Marx, a 150 años de El Capital
Ese tiempo vio el nacimiento de la ciudad (la ciudad medieval es distinta de la ciudad antigua, y la
ciudad de la revolución será diferente) y de la aldea, el auténtico comienzo de una economía
monetaria, los inventos tecnológicos capaces de garantizarla conquista rural, el artesanado
preindustrial, la construcción a gran escala (arado asimétrico de ruedas y vertedera, herramientas
de hierro, molino de agua con sus aplicaciones y molino de viento, sistema de levas, telares, tornos
elevadores, sistemas de tracción animal “moderno”). Con la aparición de la máquina de uso
utilitario (y no sólo lúdico o militar) se crean a la vez nuevos modos de dominación del espacio y
del tiempo, sobre todo en el espacio marítimo, con la invención del timón de codaste, la adopción
de la brújula, de nuevos tipos de navíos, los avances en la precisión de las medidas, la noción de
las horas iguales y la fabricación de relojes para medirlas y anunciarlas… (Le Goff, 1999).
La etapa central del medioevo resultó ser la más conspicua en su estructuración y su centro de
gravitación resultó ser la Galia y con ella Carlomagno, quien para asegurar el vasallaje de los
señores se empeñó en asignar donaciones de tierra, lo cual incluía los beneficios a los que le juraban
fidelidad, a modo de garantizar la solidez del Estado, creando…
“una red lo más tupida posible de subordinaciones personales, alentó a los vasallos reales a que
hicieran entrar en su propio vasallaje a todos sus subordinados… [De modo que] a partir del siglo
IX el término miles -soldado o caballero- reemplaza al de vassus para designar al vasallo… Carlos
el Calvo [en 877], a punto de salir en expedición hacia Italia, dio garantías a sus vasallos para
salvaguarda el derecho de herencia del beneficio paterno de los hijos jóvenes o ausentes cuyo padre
muriese. Los vasallos, mediante el juego del carácter hereditario del beneficio, se establecía más
firmemente como clase social (Le Goff, 1999).
Los reyes, aparte de otros Privilegios fiscales y de comercio, declararon libres a los esclavos y
siervos de la gleba que se acogieran a las ciudades. Su única sujeción consistiría a partir de entonces
a formar parte de las huestes del rey, en caso de guerra; algo que no costaba mucho cumplir, pues
en ello iba la seguridad del rey, sino también la de los propios habitantes (Muñoz, 2007).
De esta manera el rey no sólo controlaba a los vasallos, sino también a los otros señores y a las
autoridades citadinas. De estos cambios no fueron ajenos los señores, para ello echaron mano de la
modificación de la estructura agraria y sometieron a los productores rurales, ya que del siglo XII
al XVI los rentistas se apropiaron de los suelos en calidad de propietarios y permitieron y
empujaron hacia las ciudades para aumentar la renta, de modo que los excedentes agrícolas se
72
Marx, a 150 años de El Capital
Poco a poco las relaciones mercantiles aperturaron nuevas vías y rutas de comercio y es bajo estas
circunstancias que en las ciudades ganaron preminencia las guildas de los comerciantes y los
gremios artesanales, que, si bien abastecieron los incipientes mercados, también -a la postre-
resultaron una obstrucción a la producción, al comercio y al abastecimiento de nuevos y distintos
mercados. En tales gremios no hay una disolución tal que permita la aparición del trabajo y su
libertad, al respecto opina Marx:
Disolución de las relaciones en las cuales él [(el artesano, en las modalidades de aprendiz y oficial,
incluso como maestro)] aparece como propietario del instrumento…esta propiedad del instrumento
por parte del trabajador supone una forma particular del desarrollo del trabajo manufacturero como
trabajo artesanal; con esto se conecta el sistema de las corporaciones de oficio… Aquí el trabajo
mismo es aún mitad artesanía, mitad fin en sí mismo, etc., maestría. El capitalista mismo, aún
maestro. La habilidad particular para un trabajo también asegura la posesión del instrumento…
como maestro artesano, lo ha heredado, ganado, ahorrado y como joven artesano, es primero
aprendiz, caso en el cual aún no aparece como trabajador propiamente dicho, autónomo, sino que
comparte patriarcalmente el costo con el maestro. Como oficial (efectivo) hay una cierta
comunidad del fondo de consumo que posee el maestro. Si bien ese fondo no es propiedad de los
oficiales (Marx, 2009).
El trabajo en los gremios fue de tipo patriarcal y aunque hubo una cierta pérdida con lo natural, el
trabajo artesanal era una propiedad del sentido del productor, porque las herramientas se
consideraban una extensión corporal. Por lo tanto, la artesanía no fue significada ni como valor de
uso (que lo es), ni mucho menos adquiere un sentido social, al contrario, es muy particular y
patrimonialista. De modo que, en su momento, no se le concibió como generador de valor, aunque
como valor de uso satisficiera necesidades, ni fue tomada con un sentido social de intercambio
como valor o valor de cambio, pues sus productos como mercancías fueron referidos en
proporcionalidad frente a otras mercancías, no fue producto de la venta de la fuerza de trabajo sino
como habilidades artesanales.
Para que surja la noción de capital se acelera el proceso de separación del productor, campesino o
artesano, de sus medios de producción. Y aunque queda el puro trabajo simple que es adquirido y
referenciado frente al dinero, el primero que se adjudica el proceso de trabajo es el patrón, quien
refiere a la parte del proceso de producción al equiparar la posesión del dinero como expresión de
su trabajo, el dinero es trabajo, es esfuerzo condensado en la habilidad para acopiarlo por parte del
patrón (Weber, 1969), invertirlo y con ello realizar un bien común al brindar la oportunidad de
trabajo a los mismos seres que resultan expropiados por su contratista y por el sistema mercantil.
De esta manera la fase mercantil de la baja edad media se transmuta en capitalismo.
73
Marx, a 150 años de El Capital
El mismo proceso que contrapone a la masa, como trabajadores libres, a las condiciones objetivas
de producción, ha contrapuesto estas condiciones como capital, a los trabajadores libres. El proceso
histórico consistió en la separación de elementos hasta entonces ligados: por consiguiente, su
resultado no consiste en que uno de los elementos desparezca, sino en que cada uno de ellos
aparezca en una relación negativa con el otro, el trabajador libre (en cuanto posibilidad), por un
lado, el capital (en cuanto posibilidad), por el otro. La separación con respecto a las condiciones
objetivas de las clases que se ven transformadas en trabajadores libres, debe igualmente aparecer
en el polo contrapuesto como una autonomización de estas mismas condiciones (…). El capital no
crea las condiciones objetivas del trabajo, Sino que su formación originaria ocurre simplemente en
tanto, a través del proceso histórico de disolución del antiguo modo de producción, el valor
existente como patrimonio-dinero adquiere, por un lado, la capacidad de compra las condiciones
objetivas del trabajo, por el otro, la de cambiarles a los trabajadores liberados el trabajo vivo por
dinero (Marx, 2009).
Conclusiones
Se hizo hincapié en que el propósito de Carlos Marx fue dilucidar el valor y explorar la historicidad
de la categoría, a fin de establecer si funcionaba en sociedades precedentes y si no era así -como
no lo fue, aunque se utilizase el término- había que explicar porque no podía significarse de la
misma manera que en la sociedad capitalista.
El autor estableció su hipótesis desde el primer párrafo de su escrito y llegó a la conclusión que,
aunque los productores se hallaran en condición de estar separados de sus medios de producción
en etapas precedentes, la articulación del sujeto ya con bienes naturales o con la tierra no permitían
connotar el concepto valor. Es por ello que en el último capítulo -el 24- del primer tomo de El
Capital, pudo establecer como proceso previo y transitorio hacia la sociedad capitalista lo que llamó
el proceso de acumulación originaria del capital. Como se ha visto no fue una proyección
automática, sino que concurrieron factores para que el dinero pudiera comprar el trabajo libre.
Hay que partir que se trata de un manuscrito de reflexión personal, ni siquiera pensado -por asomo-
para publicarse, pero es rico en su contenido. Hay que tomar en consideración que fue escrito entre
1857 y 1858, cuando las fuentes documentales no estaban muy exploradas y los historiadores
empezaban a tomar un sentido profesional (a través del positivismo), si bien una de sus fuentes
fundamentales fue Barthold Georg Niebhur, historiador alemán de los documentos y las cuestiones
romanas, Marx fue muy agudo en su análisis.
Lejos de las limitaciones hay que reconocer el alcance analítico de Marx, pese a disponer de muy
poca información, además de limitados o nulos recursos económicos para emprender sus estudios.
74
Marx, a 150 años de El Capital
Literatura citada
Aristóteles. La política. http://www.cch.unam.mx/bibliotecadigital/libros/aristoteles/politica.pdf
Aristóteles. La política. Cap. VI. http://fama2.us.es/fde/ocr/2006/politicaAristoteles.pdf.
Bravo, G. 1998. Historia de la Roma antigua. Madrid, Alianza Editorial.
De la Torre, V. V. y Gómez, V. L. 1996. Breves notas sobre la organización social durante el
feudalismo. Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). México, DF.
Gómez, E. F. J. 2001. Historia de la Grecia Antigua. Madrid, Ed. Akal.
Hobsbawn, E. J. 2009. Introducción, en Formaciones económicas precapitalistas. Editorial Siglo
XXI. México, DF.
Le Goff, J. 1999. La civilización del occidente medieval. Madrid. Ediciones Paidós Ibérica.
Marx, C. 2009. Formaciones económicas precapitalistas. México, Editorial Siglo XXI. México,
DF.
Muñoz, G. Á. 2007. La condición del hombre en la Edad Media: ¿siervo, esclavo o qué?
Universidad de Maracaibo, Venezuela. Vol. 25, núm. 57, diciembre.
Pena, G. M. A. Esclavitud en el mundo antiguo.
http://www.academia.edu/2223690/La_esclavitud_en_el_mundo_antiguo
Weber, M. 1969. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Barcelona, Ediciones Península.
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Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
El siguiente trabajo tiene como fin explicar cómo los fenómenos de creciente violencia que se
están viviendo en nuestro país, no son casos aislados o que correspondan solamente a fenómenos
sociales, sino más bien que son parte de una totalidad, son la respuesta de la profundización de un
tipo de relaciones capitalistas de producción y que vienen de una política directa del Estado en
apoyo a las elites de poder capitalistas.
En primer término, habrá que desentrañar cuales son los determinantes económicos detrás de este
incremento en la violencia. Se hará un análisis de los elementos centrales de la política
económica enmarcada en el patrón de acumulación neoliberal, así como de las elites de poder que
ascienden con ella, y como esta modalidad se caracteriza en nuestro país; traduciéndose en un
mayor grado de explotación, que deriva en una mayor pobreza y una mayor descomposición
social que exacerba las condiciones de violencia. Pero, a la vez, entendiendo que la violencia es
parte directa de la política de Estado y de la especificidad del modelo capitalista aplicado en
nuestro país, para ejercer el despojo y la sobreexplotación.
Introducción
El siguiente trabajo tiene como fin utilizar herramientas de análisis marxista para explicar cómo
los fenómenos de creciente violencia que se están viviendo en nuestro país, no son casos aislados
o que correspondan solamente a fenómenos sociales, sino más bien que son parte de una
totalidad, son la respuesta de la profundización de un tipo de relaciones capitalistas de producción
y que vienen de una política directa del Estado en apoyo a las elites de poder capitalistas.
76
Marx, a 150 años de El Capital
El sistema capitalista debemos entenderlo como un conjunto de relaciones que si bien tiene
características generales estas se desarrollan en el espacio y el tiempo, moldeando especificidades
concretas.
desde sus orígenes, la fuerza de trabajo es violentada al separarla de sus medios de vida, el
individuo esta entonces condicionado por el cambio, necesita de la producción social para
satisfacer sus necesidades. Sin embargo esto no significa que la producción está subordinada a las
necesidades de los individuos, ésta tiene más bien un carácter privado, que tiene como lógica de
funcionamiento la ganancia.1
Esta relación conflictiva y violenta entre capital y fuerza de trabajo, expresa entonces, que el
proceso productivo funciona como una relación de explotación. El salario parece ser solo el pago
por la jornada de trabajo, la adquisición de parte de la riqueza social; sin embargo, no es más que
el cambio por medios de subsistencia, es decir, representación del tiempo necesario para la
reproducción del obrero, en el cual no se representa la plusvalía que obtiene y valoriza el
capitalista. Al obrero le son arrebatadas horas de vida por parte del capitalista y he ahí el sustento
del sistema.
Esta lucha de clases que se genera en el sistema, este conflicto, adopta formas diferentes, es una
lucha de poder, de acuerdo a la correlación de fuerzas es como se establecerá la política del
propio Estado y las condicionantes económicas que sustentan una elite de poder. Es una lucha
entre ganancias y salarios, los capitalistas siempre buscaran aumentar sus ganancias, y esto se
hace en contra del nivel de los salarios. El sistema siempre tendrá de base la explotación, pero
esta puede variar en sus grados de intensidad dependiendo la elite el poder y por tanto las
políticas en que se base.
Delinear la política economía a través del llamado patrón de acumulación neoliberal, como
forma de sustentar la violencia del sistema capitalista
El avance del capitalismo, lleva a la producción más allá de sus límites en el afán de una mayor
acumulación y generación de ganancias, establece un modo de producción que tiende a ser
mundial, a innovar y desplegar las fuerzas productivas, así como acelerar los procesos de rotación
de capital, con lo cual se impulsa en gran medida el sistema crediticio y financiero. Estas
generalidades del sistema, aunadas a los cambios del modelo de desarrollo hacia dentro que se
estaba dando a nivel mundial desde los setentas y en nuestro país en los ochentas, llevó al
ascenso del poder a la elite financiera y al fortalecimiento de las grandes empresas
transnacionales.
1
El trabajo deja de ser un trabajo en lo particular y se constituye en lo social, en un trabajo abstracto, la fuerza de
trabajo participa en la producción ya sin importar la particularidad de la mercancía que genera, sino para participar
en parte de la producción colectiva, y en esta lógica se busca convertir ese producto inmediatamente en dinero, en un
valor de cambio, negando su particularidad y sus cualidades, colocando un velo en las relaciones de producción.
Marx, Karl. Elementos fundamentales de la crítica de la economía política, borrador 1857-1858, vol.1, Siglo XXI,
p.101
78
Marx, a 150 años de El Capital
Los cambios en la economía mundial marcados por la crisis, así como la cada vez más deplorable
situación de la fuerza de trabajo, generaron una correlación de fuerzas no solo a favor del capital,
sino dentro de éste a la primacía del capital financiero. Este poder social que le da el propio
dinero al capital (se prioriza el D-D’ dejando de lado los procesos productivos D-M-D’), le
permitió establecer políticas a través del Estado para apropiarse cada vez más de la riqueza
social.
El nuevo modelo se definió en todos los niveles (de la estructura y la superestructura) económica,
política, ideológica y socialmente. Estableciendo un patrón de acumulación basado en una mayor
concentración y centralización del capital a través de un mayor grado de explotación de la fuerza
de trabajo. “…la neoliberalización puede ser interpretada bien como un proyecto teórico utópico
con la finalidad de realizar un diseño teórico para la reorganización del capitalismo internacional
o bien como un proyecto político, para restablecer las condiciones para la acumulación de capital
y restaurar el poder de las elites económicas.” 2 Los oligopolios dominan la economía mundial y
estos no son sólo de carácter financiero también están las grandes transnacionales de la
producción industrial3; la producción de plusvalía dejó de ser el eje rector de la dinámica
económica, para regir la redistribución de las ganancias, es decir, paso a predominar el captal
financiero sobre el capital productivo.
La instauración del neoliberalismo podemos entenderla como una acumulación por desposesión,
ya que ha traído no sólo un cambio en el marco institucional, las relaciones sociales, laborales,
ideológicas, han sido redireccionadas. La lógica, la transferencia mayor de recursos de los países
pobres a los más ricos, de la fuerza de trabajo a la clase capitalista, darle vida al sistema
reposicionando a una elite de la clase burguesa4.
Los cambios de política que acompañaron a este nuevo patrón de acumulación se delinearon por
la prevalencia de la libertad de mercado (liberalización económica, financiera y comercial), así
como del achicamiento del Estado en la vida económica. Se implementaron políticas de carácter
restrictivo y contraccionista que incrementaron los niveles de explotación y generaron una mayor
regresión del ingreso, así como la caída del crecimiento económico.
2
Harvey, David. Breve historia del neoliberalismo. Ed. Akal, Madrid 2007, p.24-25
3
En el bloque de poder que tipifica al régimen neoliberal podemos distinguir: 1) la gran burguesía financiera,
nacional y extranjera; 2) la gran burguesía exportadora, nacional y extranjera; 3) la gran burguesía monopólica que
invierte en telecomunicaciones y comercio. O sea, en segmentos que no tienen competencia de bienes importados.
De estas tres fracciones, la burguesía financiera (banca, operadores bursátiles, intermediarios financieros, etc.), es la
que opera como fracción dirigente o dominante del bloque de poder. Valenzuela Feijóo, José. El régimen neoliberal
mexicano. Una visión sintética. http://www.iela.ufsc.br/noticia/el-regimen-neoliberal-mexicano-una-vision-sintetica,
26, abril 2016.
4
“El neoliberalismo, es ante todo, una teoría de prácticas política-económicas que afirma que la mejor manera de
promover el bienestar del ser humano consiste en no restringir el libre desarrollo de las capacidades y las libertades
empresariales del individuo dentro de un marco institucional caracterizado por derechos de propiedad privada
fuertes, mercados libres y libertad de comercio. El papel del Estado es crear y preservar el marco institucional
apropiado para el desarrollo de estas prácticas.” Harvey, David. Breve historia del neoliberalismo. Ed. Akal, Madrid
2007. 6 pp.
79
Marx, a 150 años de El Capital
“La clave, entonces, parece residir en el control salarial. Para lo cual, una clase obrera débil,
incapaz de evitar el descenso de sus salarios reales, es parte consustancial del modelo. Pero,
¿cómo lograr esta debilidad? Podemos aludir a tres factores: 1) la herencia de una clase obrera
mediatizada y controlada por dirigentes charros al servicio del poder. Por ejemplo, el caso de
Pemex; b) la coacción extra-económica que se aplica a los “rebeldes”: caso de los electricistas; c)
el manejo de una alta tasa de desocupación (abierta y disfrazada), para socavar el poder de
regateo de la clase trabajadora. Para lo cual, se necesita que la economía crezca a un ritmo
cansino, evitando así un recalentamiento en el mercado de la fuerza de trabajo. En suma, tenemos
que el estancamiento económico resulta funcional a los intereses de la fracción clasista
dominante: la burguesía financiera nacional y extranjera”. 6
En general se articuló una política económica, que a través de políticas monetarias y fiscales
restrictivas (altas tasas de interés, autonomía del banco central, estabilidad de precios y del tipo
de cambio, disciplina fiscal), así como de apertura comercial y financiera (eliminación de
aranceles y subsidios, tratados de libre comercio, liberalización financiera, eliminación del encaje
legal y cajones crediticios, desregulación de la inversión extranjera directa, IED), terminaron por
actuar contra el desarrollo y la articulación del sector productivo, de los niveles de acumulación e
inversión, así como del propio crecimiento económico. Esto ha llevado a una economía
descapitalizada y desindustrializada, que genera un alto nivel de desempleo y subempleo, y por
tanto altos niveles de pobreza.7
5
"La tasa de plusvalía era de 7.98 en 2003, es decir, por cada peso que se le pagaba al trabajador en el sector
productivo, éste generaba casi $8.00; en 2007 llegó a 9.85, subiendo a 10.28 en 2008…En 2009 se llega a 9.28, para
subir a 10.11 en 2011. Sin embargo, el hecho que la tasa de plusvalía crezca, no quiere decir que la economía se esté
recuperando." Mora Zebadua, Hector M. y Palacio Muñoz, Victor H. Las guerras por el ocaso. Las disputas por el
clima, la economía y el poder al final de una Era. 2011, p.168.
6
Valenzuela Feijóo, José. El régimen neoliberal mexicano. Una visión sintética. http://www.iela.ufsc.br/noticia/el-
regimen-neoliberal-mexicano-una-vision-sintetica, 26, abril 2016.
7
A partir del bajo nivel de la inversión y de su bajo rendimiento… el producto crece muy lentamente, en el orden del
2 - 2.4% anual. Si le restamos el crecimiento de la población, entre 1.6- 2%, se arriba a un crecimiento del producto
por habitante del orden del 0.5-0.3% promedio anual. Es decir, una situación de cuasi-estancamiento. En la
actualidad, el sector formal ocupa un poco más de 40% de la población que busca trabajo…O sea, nos encontramos
con un capitalismo que no da empleo. ¿Qué hace la gente al no encontrar un empleo productivo y formal? Se refugia
en: i) el ambulantaje y otras actividades informales y pauperizadas; ii) busca irse al otro lado, a EEUU; iii) se integra
a bandas criminales (narcos, etc.). En el país, el narco-tráfico parece haberse transformado en la actividad más
rentable y ha pasado a controlar buena parte de los gobiernos locales y de sus fuerzas policiales. También ha
penetrado en los aparatos armados y en las mismas cúpulas del poder político (vg. vía financiamiento de las
campañas electorales) ha llegado a ejercer un poder nada menor... Encontramos aquí, el trasfondo de la
descomposición social y moral que viene asolando al país. Valenzuela Feijóo, José. El régimen neoliberal mexicano.
Una visión sintética. http://www.iela.ufsc.br/noticia/el-regimen-neoliberal-mexicano-una-vision-sintetica, 26, abril
2016.
80
Marx, a 150 años de El Capital
Por un lado, la política económica, fundamentada en los últimos años en reformas estructurales
que vuelven leyes los procesos de explotación, extracción y desposesión de los mexicanos en
función de los intereses del capital, han venido generando un descontento social creciente y la
perdida de la credibilidad de un sistema político desgastado y aberrante.
Las contradicciones del sistema capitalista se hacen más grandes en este modelo neoliberal ya
que a pesar de que la tasa de explotación es mayor y por tanto ganancias, las tasas de crecimiento
de la economía son exiguas, los excedentes no son reinvertidos sino despilfarrados, llevados a la
esfera financiera a un proceso de especulación, e inclusive se inyectan en actividades ilícitas.
Todo esto porque el modelo basado en la contracción salarial, contrae los mercados, la demanda,
lo que desincentiva la producción productiva, a la par de la apertura comercial, las altas tasas de
interés, la apreciación de la moneda que golpean las bases internas de crecimiento, así como el
mercado interno.
En estas condiciones se pasa a depender del sector externo, se da una gran importancia a las
exportaciones; sin embargo, estas están dominadas por grandes empresas transnacionales, por lo
que funcionan como enclaves que no irradian a la economía generando cadenas productivas. A su
vez tienen un alto componente importado, por lo que la economía se la vive en un creciente
déficit comercial que lo obliga al endeudamiento, a la estabilidad macroeconómica, a la venta de
activos públicos, por carecer de condiciones internas y de políticas económicas contracíclicas.
“La población de los países opulentos -15% de la población del planeta- acapara para su propio
consumo y despilfarro 85% de los recursos del globo y no puede consentir que unos recién
llegados accedan a estos recursos, ya que provocarían graves penurias que pondrían en peligro los
niveles de vida de los ricos”.8
La polarización es tal que ha venido generando un proceso de descomposición social donde las
actividades ilícitas ganan terreno e imponen condiciones (narcotráfico). Este cuerpo de
actividades ilícitas tiene una mezcla con el propio Estado, al estar encubiertas por el mismo y al
haber a veces una participación directa (militarización). El sistema siempre buscará las formas de
seguirse sustentándose en lo económico, lo político y lo social, utilizando así diferentes medios.
Hoy día ante la debilidad de la economía, y la fragilidad del sistema político, la violencia directa
se vuelve un instrumento utilizado por el Estado para seguir sustentando el poder.
“Como la supremacía del capital financiero va asociada a un régimen económico que no crece ni
crea ocupaciones productivas, empieza a crecer como espiral el desempleo, la marginalidad y la
miseria. De hecho, el país empieza a convertirse en una sociedad de pequeña burguesía
8
Samir Amin. “¿Debacle financiera, crisis sistémica? Respuestas ilusorias y respuestas necesarias”. En
http://www.herramienta.com.ar/.
81
Marx, a 150 años de El Capital
La violencia como política directa del Estado, para sustentar el poder del Capital y permitir
su desarrollo en México
El Estado es una construcción social, un devenir histórico de la lucha de clases, se debe tener bien
claro lo que el Estado representa y sus fines, el Estado capitalista se ha desarrollado a la par de
los diferentes patrones de acumulación, se ha moldeado a través de las reestructuraciones del
capital, tomando así formas distintas, particularidades específicas, pero en su constituir sirve a la
lógica de dominación de la reproducción del capital. El Estado ha sido fundamental en el proceso
de reproducción capitalista, así como en el asentamiento de las elites del poder, hoy el Estado
neoliberal es cierto es más avasallador y más regresivo y contribuye en gran medida a la
descomposición social, a la violencia, a ilegalidad, al despojo.
Sin embargo, este papel ha sido matizado en otros patrones de acumulación, el antecesor al
modelo neoliberal, el llamado modelo de desarrollo "hacia adentro". Este modelo articuló un
Estado paternalista, que edifico alianzas con diferentes sectores que a través del sindicalismo y
ciertas concesiones mantuvo hasta cierto nivel un equilibrio con la clase obrera, aunque ello no
quita la represión y la llamada guerra sucia que en esta etapa se sustentó.
El Estado logró equilibrios también con los grupos de poder del narcotráfico, la unificación en un
partido logro una cierta “paz” y un avance de la economía. Este modelo entra en crisis cuando las
condiciones económicas comienzan a cambiar y con estas las elites de poder, cuando entra en
ascenso una clase parasitaria como lo es el capital financiero, el Estado se reestructura en una
tendencia más agresiva hacia la fuerza de trabajo, los actores políticos comienzan a cambiar, los
equilibrios se rompen y los grupos de poder en la ilegalidad fortalecidos por una política
económica que genera extrema pobreza y margina, empiezan a dominar escenarios donde ahora,
aparentemente, se hacen mezclas de dominio y poder entre políticos y criminales.
Una política económica, que tiende a debilitar la acumulación productiva, a generar desempleo, a
ser más regresiva en la distribución, donde ideológicamente pervierte aún más a la sociedad en
busca de las ganancias fáciles, termina por generar un contexto social y político pervertido y en
franca descomposición que da una mayor fuerza a grupos de poder que viven en la ilegalidad. El
Estado mexicano se ha reestructurado a través del patrón de acumulación, poniéndose a merced
9
Valenzuela, F. J. México y Estados Unidos: encrucijadas y conflictos. Versión electrónica.
10
Roux, R. México: territorio sin ley. Revista Herramienta N° 58, México. 2016.
82
Marx, a 150 años de El Capital
de las elites financieras y las grandes transnacionales, las que no solo usan los cambios en las
leyes, sino también se mezclan con grupos de choque, paramilitares y delincuencia organizada.
En este sentido, el Estado se permite actos tan atroces como la desaparición de 43 estudiantes, y
masacres como las de San Fernando (Tamaulipas), la de Tlatlaya (Estado de México) y
Nochixtlan (Oaxaca), también la muerte de profesores disidentes, el asesinato de periodistas y las
desapariciones forzadas. Sin duda la parte ideológica del sistema es muy fuerte, pero aun así hay
voces en contra de esta política, de esta economía y de este despojo, siendo así el Estado los
enfrenta directamente y usa grupos de choque que, junto a escenarios de pugnas entre grupos
delincuenciales, parece desvanecerse o esconderse.
Uno de los tipos más fuertes de violencia que se está dando con este sistema a nivel mundial y
principalmente en nuestro país es el despojo de territorios y comunidades; se trata de apoderarse
de todos los espacios posibles para la reproducción del capital y de esta forma los espacios y
territoritos se modulan en función de las necesidades de acumulación, lo que lleva al
enfrentamiento con las comunidades y los pueblos originarios. 11 Se trata de un proceso de:
11
El incentivo para crear el mercado mundial, para reducir las barreras espaciales y aniquilar el espacio a través del
tiempo es una condición omnipresente, como lo es el incentivo para racionalizar la organización espacial en
configuraciones de producción eficientes (organización serial de la división del trabajo particularizada, sistemas
fabriles y líneas de montaje, división territorial del trabajo y aglomeración en grandes ciudades), redes de circulación
(sistemas de transporte y comunicaciones) y consumo (instalación de los hogares y casas, organización de la
comunidad y diferenciación residencial, consumo colectivo en las ciudades). Las innovaciones dedicadas a la
eliminación de las barreras espaciales en todos estos aspectos han sido de inmensa significación en la historia del
capitalismo, convirtiendo a esa historia en un asunto en gran medida geográfico. Harvey, David. La condición de la
posmodernidad, Amorrortu (Ed.). 1990. 257 p.
83
Marx, a 150 años de El Capital
Así el Estado se vuelve un ente importante para mediar la apropiación de espacios y territorios 13,
y para reconfigurarlos en la dinámica de la acumulación de capital. Así, en México se han cedido
una gran cantidad de hectáreas a través de las concesiones que se hacen a las grandes empresas; a
su vez, las reformas legislativas que modificaron el artículo 27 constitucional; la energética y la
ley de biodiversidad, entre otras. Con ello se intensifica la modificación de las estructuras de
propiedad para ceder el territorio a los grandes capitales nacionales y extranjeros a costa del
despojo de territorios de poblaciones y comunidades.
Aunado a esto, el interés geopolítico de Estados Unidos sobre nuestro país ha llevado a una
mayor dependencia y sumisión de la economía mexicana, ya que a través de diferentes acuerdos
12
Harvey, D. El neoliberalismo como destrucción creativa. Revista Apuntes del CENES, vol. 27, núm. 45, enero-
junio, 2008. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia Boyacá, Colombia.
13
… la capacidad de influir en la producción del espacio constituye una media importante para acrecentar el poder
social. En términos materiales, esto significa que aquellos que pueden influir en la distribución espacial de las
inversiones en el transporte y las comunicaciones, en las infraestructuras físicas y sociales, o en la distribución
territorial de los poderes administrativo, político y económico, a menudo pueden obtener beneficios materiales.
“Aquellos que gobiernan el espacio siempre pueden controlar las políticas del lugar” Harvey, David. La condición de
la posmodernidad, Amorrortu editores, 1990.
14
… prácticamente la totalidad del territorio nacional se encuentra bajo el influjo de los cárteles del crimen
organizado, y es notable la coincidencia que existe entre el área de mayor interés para las petroleras, sobre todo
estadounidenses, con la zona de influencia del cártel de los zetas, uno de los más abiertamente auspiciados por el
gobierno de Estados Unidos durante los últimos años. Carral, D. A. Las raíces de la violencia territorial en México.
En El orden del mercado y el desorden de la nación. Hernández, V. T y Escobar, T. E. et al. (Coord.). Universidad
Autónoma de la Ciudad de México. Editorial Itaca. 2016
84
Marx, a 150 años de El Capital
como la reforma energética, el país ha cedido mayores recursos y espacios de explotación 15. En
esta parte podemos subscribir los acuerdos transfronterizos16, así como la iniciativa Mérida,
donde se cede la autonomía y margen de maniobra del Estado en cuestiones de seguridad y
manejo del territorio.
La política del Estado en los últimos años ha sido clara a través de imponer un ambiente de
violencia y miedo, cuando el sistema es más cuestionado por sus ineficiencias, y el aparato
ideológico no es suficiente, la política se sustenta en la militarización del país, así como el uso de
grupos de choque y paramilitares; el Estado recrudece los niveles de violencia, y hoy día las
muertes, desapariciones, fosas clandestinas, nos dan cifras más aterradoras que las de cualquier
otra economía en guerra. 17
El caso de Ayotzinapa es un crudo ejemplo para entender esta política de violencia por parte del
Estado, así como entender parte del entramado nacional y de la mezcla entre el gobierno y los
grupos de poder criminal.
Sin duda en los últimos años los grupos delincuenciales y de narcotráfico han crecido y formado
una estructura fuerte a lo largo de todo el país, de forma tal que políticos, policía y ejército han
entrado en una red de protección de dichos grupos, esto sin duda va de la mano de una política
económica, donde las elites de poder buscan cada vez más las ganancias en el corto plazo, lo que
encuentra eco en las actividades ilegales.
En este sentido el 27 de septiembre ha sido una muestra de lo que ocurre en nuestro país, un
alcalde conjunto a la policía municipal siendo parte de una organización del crimen organizado
como Guerreros Unidos, se dice, que uno de los camiones que ocuparon los estudiantes traía
droga de dicho grupo, lo que "justifico" su desaparición en un acto donde murieron otras seis
personas.
El Estado mexicano dio una señal clara de su política en estos atentados donde protegió en un
principio a la clase política, a un grupo organizado y donde el ejército fue un factor activo, una
15
Resulta difícil determinar las áreas que corresponden a las concesiones mineras y a las adjudicaciones petroleras
porque la información oficial se maneja con mucha reserva; sin embargo, se estima su despliegue e influencia en una
extensión cercana a los 100 millones de hectáreas, que equivaldrían a la mitad del territorio nacional. Carral Dávila,
Alberto. Ídem
16
El acuerdo para la explotación de pozos transfronterizos de hidrocarburos firmado entre México y Estados Unidos
pone en juego el 50 % de las reservas del país, según los propios cálculos de Pemex. San Juan Victoria, Carlos.
Reformar el estado nación en la época posnacional. En El orden del mercado y el desorden de la nación Hernández,
V. T y Escobar, T. E. et al. (Coord.). Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Editorial Itaca. 2016.
17
El representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos (ONU-DH), Jan Jarab, declaró que en los años recientes ‘‘la cifra de desaparecidos (en México) ascendió a
30 mil personas, más los que no son contados por las estadísticas; estamos hablando de muchos más’’. Ocampo
Arista, Sergio, corresponsal. ONU: son más de 30 mil los desaparecidos en México. 09 ago. 2017. La jornada… En
el primer cuatrimestre de 2017 se rompió el récord de homicidios registrados en el país, al alcanzar 7 mil 727 casos
entre enero y abril, 392 casos (5.3%) más que en 2011, que había sido el año más violento…David Saúl Vela.
Asesinatos rompen récord en primer cuatrimestre. 21 de mayo del 2017. El financiero.
85
Marx, a 150 años de El Capital
muestra de que aquellos que están en contra del sistema no pueden ni deben ir más allá, una
prueba de una simbiosis entre Estado y delincuencia, defendiendo los intereses de la droga y de
un modelo cada vez más endeble y en crisis.
La guerra se vuelve una forma en como el capital puede acelerarlos procesos de acumulación y
generación de ganancias, no por nada el negocio de las armas es el número uno a nivel mundial.
En este sentido ante las condiciones de precariedad de una economía productiva en México, de
alta vulnerabilidad y bajo crecimiento económico que llevan a un nivel de desempleo altísimo y a
un nivel de empobrecimiento increíble, el Estado de Guerra es una forma en que el estado actúa
por un lado para financiar la economía con los ingresos del narcotráfico y por otro genera un
estado de miedo y pánico en la sociedad, obligándola a aceptar las actuales condiciones de vida.
Hoy estar en contra del sistema es entrar a la lista creciente de desaparecidos o de asesinatos
como el caso de los periodistas, profesores y estudiantes, entre otros.
Conclusiones
Hoy día México vive uno de los peores momentos de su historia, una economía en crisis que
genera pobreza, desempleo, inseguridad y exacerba la violencia, en un escenario de mayor
polarización de la riqueza, con un sistema político que no representa a las mayorías y se vende al
capital externo; donde el miedo y la violencia privan.
Hoy la violencia es un reto, que se sostiene del capitalismo, no podemos entender la violencia
que hoy vivimos sino entendemos su origen, y ése está en El Capital, y fue Marx quien mejor ha
entendido estos procesos y a quien sin duda debemos retomar. Hoy más que nunca es necesaria la
reflexión crítica, acompañada de una acción transformadora.
Sin duda uno de los caminos y las alternativas esta en adoptar, impulsar y apoyar las luchas
comunitarias, autónomas y de autogestión; no son los grupos más fortalecidos, la lucha
ideológica, política, económica y social es fuerte, pero estos grupos resisten, y la reproducción
del capital orilla a cada vez más a la población en general, a defenderse y defender sus derechos.
“Hoy, más que nunca, la lucha de clases se inscribe en el espacio. Sin duda, sólo esa lucha puede
evitar que el espacio abstracto asuma el control de todo el planeta y cubra todas las diferencias.
86
Marx, a 150 años de El Capital
Sólo la lucha de clases tiene la capacidad para diferenciar, para generar diferencias que no son
intrínsecas al crecimiento económico (...) o sea, diferencias que no surgen de ese crecimiento ni
son aceptables para él» Son muchos los movimientos que se oponen a la destrucción del hogar, la
comunidad, movimientos de toda clase…las oposiciones a las materializaciones de dinero,
espacio y tiempo bajo la hegemonía del capitalismo.”
No podemos seguir permitiendo actos tan atroces, como la desaparición y muerte de luchadores
sociales, hoy más que nunca la solidaridad y la cooperación, desde la conciencia de clases son
necesarias para transformar nuestra realidad.
Literatura citada
Benítez, Ch. M. Ayotzinapa: después de un año del crimen de estado. Vigencia y retos de la
crítica de la economía política. Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Revista de la Facultad de Economía.
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México.
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Harvey, D. 1990. La condición de la posmodernidad, Amorrortu editores.
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abril.
87
Marx, a 150 años de El Capital
88
Marx, a 150 años de El Capital
J. Manuel Ortega H1
1
Facultad de Economía- Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM).
Introducción
Las problemáticas actuales relacionadas con el Despojo, que incluyen desalojo y apropiación de
tierras y recursos naturales, contratos y concesiones de patrimonios en el campo y en la ciudad,
guardan una constante que es menester estudiar desde la teoría marxista. No es sólo que la lógica
de la ganancia busque imponerse en todas las actividades, aunque es completamente cierto; lo
relevante, a mi parecer, es escudriñar en esos mecanismos particulares mediante los cuales el
capital va imponiendo su lógica.
Hay que destacar que Marx, en su tiempo, abarcó algunas de estas problemáticas en su afán de
entender el funcionamiento general del modo de producción capitalista en su concepción más
concreta, histórica, y es en el Tomo III, de El Capital, donde el autor alemán aborda temas
referentes a los fenómenos mencionados, que principalmente se relacionan con la forma en que
opera el capital en actividades extractivas1 (agricultura, minería, etc.), y en actividades urbanas
(construcción, promoción inmobiliaria, etc.). Cabe señalar, que estos elementos no fueron
plenamente desarrollados y por lo tanto es necesario profundizar en los mismos con el afán de
hacer evidente su utilidad actual.
Al respecto, el siguiente trabajo busca establecer nexos entre dos conceptos fundamentales de la
teoría marxista contemporánea: despojo y renta. Ambas categorías las abordaremos desde 3
dimensiones: histórica, política y económica. Lo anterior, con pleno conocimiento de que los
conceptos marxistas incorporan la unidad de dichas dimensiones, la intención es hacer explícita
la actualidad de dichas categorías desde los planos mencionados, con el fin de ofrecer una afable
exposición.
Despojo
Con respecto al despojo, podemos decir que, desde el plano político-social, ha sido ampliamente
aceptado por la actualidad hemerográfica documentada que ha mostrado, debido al incesante
avance y apropiación del territorio por parte del capital, los movimientos territoriales (políticos)
se han encargado de darle un sentido concreto, contra el que hay que hay que levantar la voz y
luchar, debido a las grandes consecuencias sociales y ambientales que provoca. El capitalismo
1Denominamos actividad extractiva en el sentido en que Marx lo refiere en El Capital: “y finalmente depende también de la
calidad de la materia prima misma. La cual depende, a su vez, por una parte, del desarrollo de la industria extractiva y de la
agricultura que la producen” (1973, Tomo III: 114).
89
Marx, a 150 años de El Capital
actual, cada vez más voraz, avanza in-cesantemente, transgrediendo formas antiguas de relación
con la tierra, formas de propiedad comunal, con el afán de explotar y extraer recursos naturales
imprescindibles para la reproducción del capital. Es así que el despojo, se evidencia de manera
contemporánea, en el día con día, mostrando que la actualización de conceptos marxistas es
completamente válida en términos académicos y como explicación de la realidad social y
política. Recordemos que el geógrafo y exégeta marxista David Harvey propuso este concepto, en
contraposición a lo que habitualmente se explicaba como acumulación originaria.
“Todas las características de la acumulación primitiva (originaria) mencionada por Marx han
seguido poderosamente presentes en la geografía histórica del capitalismo hasta el día de hoy.”
(Harvey, 2004) (Paréntesis del autor).
En sentido estricto, tanto la acumulación originaria como la acumulación por despojo sirven,
como su nombre lo refiere, a la reproducción ampliada del capital, a la acumulación; la
diferencia, a mi parecer, se ubica en términos históricos, y radica en que la acumulación
originaria, señala Harvey, siguiendo a Rosa Luxemburgo, sirve para marcar una etapa inicial del
capitalismo, un proceso que da origen al sistema actual y sin el cual, no se hubiera podido
desenvolver de la manera que lo ha hecho hasta nuestros días. Las principales características de la
acumulación originaria, la separación del productor de sus medios de producción de vida, la
consecuente la formación de fuerza de trabajo producto de la expulsión del campo, la
concentración en pocas manos de las tierras de cultivo, lo que dará pié a una agricultura intensiva
en capital.
“Los capitalistas burgueses favorecieron esta operación, entre otras cosas, para convertir el suelo
en un artículo puramente comercial” (Marx, 1973).
En palabras de Lefebvre refiere, que a lo largo del avance del capitalismo se va conformando lo
que él define como “doble monopolio” de la producción se hace evidente: por un lado, se
concentran los medios de producción, en la industria, ligado al crecimiento de las ciudades, y por
otro se concentra mayor cantidad de tierras, cuestión fundamental para controlar la producción de
la agricultura y otros recursos naturales. Esta acumulación originaria, debe entenderse como un
proceso económico, pero principalmente histórico, el cual nos marca un origen claro del modo de
producción capitalista.
En términos de Sánchez- Vázquez (1997) quien desarrolla una perspectiva de análisis social
desde con especial énfasis en lo histórico-estructural, apunta que es necesario establecer una
génesis de las estructuras (económica, política, social, etc.) para visualizar su desarrollo y futuro
fin; sin esta cualidad, no se puede pensar la conclusión de un ciclo social que derive en la
transformación o tránsito (re-evolución) a otra forma de organización social, política y
económica. Como concepto histórico, la acumulación originaria, nos indica un punto fundante o
90
Marx, a 150 años de El Capital
de partida o de arranque del capitalismo, como concepto económico nos indica un proceso
constante de avance y expansión de las relaciones capitalistas, necesario para la reproducción
ampliada.
“La llamada acumulación originaria no es, pues, más que el proceso histórico de disociación
entre el productor y los medios de producción. Se le llama “originaria” porque forma la
prehistoria del capital y del régimen capitalista de producción” (Marx, 1973).
Aportando más elementos a esta discusión, podemos decir que las consecuencias de la
Acumulación originaria (expulsión de fuerza de trabajo, separación de los productores de sus
medios de producción, concentración de la tierra, etc.) generan proletarización, también provocan
la denominada concentración de capital, es decir que la masa de medios de producción crece en
proporción a la masa de fuerza de trabajo necesaria para hacerlos funcionar (Marx, 1973).
A este mecanismo, constante y desde una perspectiva de proceso económico propio de el capital,
de apropiación de tierras, liberación de fuerza de trabajo, es a lo que Harvey le denominará
despojo y no acumulación originaria, entendiendo que es el mismo proceso (económico-político)
pero que la acumulación originaria o primitiva fue la base histórica fundante del capital.
Renta de la tierra
El autor francés, lo explica en dos niveles de: 1) dentro de la perspectiva histórica, la etapa
inmediata anterior nos remite a la propiedad y por ende monopolio de los medios de producción
(tierra-terratenientes), que se encamina hacia el origen del capitalismo, conformándose una nueva
clase dominante que se apropiará de las condiciones técnico-científicas básicas para la
comandancia de la re-producción por parte de una clase (industria-burguesía); y 2) en segundo
lugar, y con mayor nivel de profundidad, se da cuando el monopolio de la propiedad privada de la
tierra se encara con la producción capitalista antes mencionada; la complejidad histórica de una
estructura de posesión de la tierra anterior al capital, engendra contradicciones que son dignas de
señalar. En términos políticos, dicha relación apunta a una totalidad de relaciones sociales entre 3
clases (terratenientes, capitalistas y clase trabajadora) o al menos 2 de ellas, cuando el capitalista
tiende a ser también terrateniente, situación que señala Marx (1973) en el tomo III. Así, quedan
91
Marx, a 150 años de El Capital
definidas las 3 clases sociales a partir de una condición histórica, repito, que no es propia del
modo de producción actual (capitalistas y trabajadores), que extiende la lucha de clases a aquellos
que subsisten del régimen de propiedad del suelo (terratenientes); en este sentido dice Lefebvre,
el doble monopolio en el que funciona el capitalismo se hace evidente.
En palabras de Harvey (1990) la propiedad del suelo se expresa en escasez y por ende propiedad,
con una clara tendencia a adquirir un carácter monopolizable, cualquier poder de propiedad sobre
un valor de uso no producido (tierra, recursos naturales, etc.), se encadena al monopolio de los
medios de producción específicos e imprescindibles para la obtención de trabajo impago
(tecnología), y en específico, se sintetizan en actividades que se han consolidado como
estratégicas si las tomamos o consideramos como parte imprescindible de la reproducción social,
léase actividades con recursos estratégicos, por ejemplo el petróleo, la alimentación, minerales
preciosos, entre otros.
En términos económicos, la teoría de la renta la tierra, adquiere una relevancia mayúscula como
parte de las categorías de la economía política, pues pasa a ser un concepto que articula a los
medios de producción (tierra y capital) y su influencia directa en el proceso de elaboración de las
mercancías, para después marcar el efecto que tienen en la acumulación. En el caso de los
recursos escasos asociados al suelo, se da un comportamiento casi automático a la formación de
monopolios, por sus cualidades naturales y la necesidad de su explotación; cabe agregar que la
producción capitalista también tiende a anular la competencia económica. También, la propiedad
sobre cualquier territorio, incide no sólo en la producción, sino en la necesidad de reducir tiempos
de circulación en un ámbito circulatorio, lo que da ventajas también en ese espectro económico:
“Cuanto más desarrollado el capital, cuanto más extenso es por tanto el mercado en el que
circula, mercado que constituye la trayectoria espacial de su circulación, tanto más tiende al
mismo tiempo a extender más el mercado y a una mayor anulación del espacio a través del
tiempo” (Marx, 2009). La propiedad sobre ese espacio será imprescindible para obtener ventajas
permanentes en la competencia capitalista: rentas.
Tomando en consideración que los medios de producción no producidos como la tierra son parte
de las relaciones del capital, se busca dar respuesta al porqué de las constantes y crecientes
inversiones de capital en actividades rentístico-extractivas que derivan en procesos de despojo y
apropiación de tierras.
92
Marx, a 150 años de El Capital
En el sistema capitalista, según la teoría marxista, la ganancia social es generada o emana del
trabajo social que no es remunerado, a través del mecanismo de la tasa de ganancia, las
actividades no capitalistas (que no requieren de trabajo asalariado), como las mencionadas en este
artículo, tienen la posibilidad de obtener un plus de ganancia sin que el trabajo corresponda en
proporción a ese incremento.
Esto da pie a que los capitales invertidos en estas actividades obtengan beneficios mayores a otras
actividades económicas, de ahí la relevancia, urgencia y la operatividad de diversas estrategias
para obtener la posesión de dichos medios de producción. De esta forma se hace efectiva la
búsqueda de ganancias individuales por parte de capitalistas individuales, aunque no sea de
manera productiva, es decir que generen plusvalor y sólo así, se podrá hacer efectiva la obtención
de dichas ganancias extraordinarias a través de la venta con sobre-precios (de monopolio): renta
diferencial, renta absoluta y renta de monopolio.
Dicha apropiación es llevada a cabo por actividades, que como las rentístico-extractivas, se
agencian plusvalor que nos les corresponde; hay que recalcar que el régimen de propiedad,
auspiciado por el Estado, es el que les permite dicha apropiación, y así consecuentemente poner
en jaque a otros capitalistas de diversas actividades; en este punto se hace evidente la lucha entre
diversos capitalistas, si tomamos a los terratenientes como un agente que busca apropiarse de la
ganancia, entonces esto será un motivo de pleito entre los dueños de los medios de producción.
Una forma de acabar con el rentismo, es exterminando a los terratenientes; es decir, teniendo la
propiedad de la tierra, para nuestro caso, y por lo tanto apropiarse de ese pago que
parasitariamente recibía el dueño de la tierra.
Podríamos concluir que la categoría económica de la renta del suelo es una forma de articular
distintos modos históricos de producción. Mientras la renta no tenía articulación con la
especulación o con la relevancia en su uso y su ubicación en las necesidades del capital, la
propiedad no era objeto de venta, sino de categoría social (feudalismo) actualmente, el fetiche
universal, el dinero, ha transformado drásticamente la propiedad del suelo y se vuelve pieza
fundamental del funcionamiento de reproducción ampliada en la actualidad
(capitalismo).Finalmente, se recalca que dichos elementos naturales (recursos)- los valores de uso
no producidos- al ser utilizados en un proceso de producción de bienes y no ser no fruto de un
trabajo pasado como los medios de producción habituales, presentan comportamientos o
93
Marx, a 150 años de El Capital
distorsiones en la conformación de sus precios (de monopolio), lo que derivará en que sean
actividades altamente rentables para los capitales, de manera productiva o incluso especulativa, lo
cual determina en gran medida la forma de acumulación capitalista actual.
Conclusiones
La renta de la tierra es la justificación del despojo. Es el mecanismo económico que somete a
estructuras históricas anteriores al capital (propiedad) y las aprovecha en su proceso incesante de
acumulación, derivando en la victoria política de una clase, la burguesía.
La renta, sintetiza su carácter político, al ser el objeto de deseo de terratenientes (de manera
innata) y de la burguesía, por ser ese plus de ganancia que le brindará más beneficios por cada
unidad de capital invertida en actividades extractivas, las cuales requieren medios de producción
como la tierra.
El análisis de la teoría de la renta nos muestra que el capitalismo crea frenos a la “libre
competencia” y son éstos los que dan sentido al modo de producción capitalista, que tiende como
vimos a estrangular sus vías de libertad competitiva por concentración y centralización de
capitales por los mismos capitales; una prueba de ello es que las actividades rentístico-
extractivas, o algunas otras como las financieras y las comerciales, tienen la capacidad de
apropiarse de masa de ganancia (plusvalor) a través de la competencia capitalista individual.
La actualidad de la teoría de la renta se hace evidente a través del despojo que es un fenómeno
ampliamente conocido. Al ser éste último una parte fundamental de la Ley General de
Acumulación Capitalista, sale a la luz el fundamento económico que justifica la voracidad del
capital en la tierra, la renta y justifica el comportamiento de los agentes políticos y sociales
(clases), y que día a día construyen la historia en contra del capitalismo, resistencias que son
dignas de mencionarse, en todo el mundo, a través de las luchas en defensa del territorio.
Literatura citada
Bartra, A. 2006. El capital en su laberinto. Ed. Itaca, México, DF.
Dussel, E. 2014. 16 tesis de Economía Política, Siglo XXI. México, DF.
Harvey, D. 1990. Los límites del capital y la teoría marxista, Fondo de Cultura Económica
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Harvey, D. 2004. El nuevo imperialismo, Akal, España.
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Lefebvre, H. 2013. La producción del espacio, Capitan Swing, España.
Marx, K. 1973. El Capital (Tomos I y III). Fondo de Cultura Económica (FCE). México, DF.
94
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95
Marx, a 150 años de El Capital
1
Estadística Aplicada. Escuela Superior de Turismo en Zihuatanejo y Escuela Superior de Economía de la
Universidad Autónoma de Guerrero ([email protected]).
Resumen
El presente ensayo trata de acercar la discusión sobre la construcción teórica, histórica y actual de
los procesos de organización colectiva expresada en las sociedades cooperativas de trabajadores,
así como la crítica de si solo representan una simulación al tenor de los intereses del sistema
capitalista vigente.
Introducción
El sistema capitalista actual se perfila como algo que existirá permanentemente; es decir, ante la
caída del bloque socialista se ha establecido una idea impulsada por los grandes capitales. Sin
embargo, este sistema ha traído como consecuencia un incremento significativo en el deterioro de
las condiciones de vida de la clase trabajadora, mermando su capacidad de desarrollo por la
explotación de su fuerza de trabajo, limitándola a una dependencia absoluta a venderse ante los
poseedores de los medios de producción con base en un ingreso de infrasubsistencia por lo que el
nivel de vida se torna deplorable.
Es necesario poder enunciar que existieron diversos teóricos del llamado socialismo premarxista
que durante el siglo XVII tuvieron presencia, el holandés Plockboy, P. C. y el inglés Bellers, J.
concibieron un mecanismo para alcanzar la felicidad mediante la reunión de hombres
competentes, fundado en la ayuda mutua. En 1783, Lambert y Pestalozzi, J. H., menciona que la
ayuda mutua deriva en el bien colectivo. Tomas Moro con su obra Utopía con el cual se acuña el
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Marx, a 150 años de El Capital
término de socialismo utópico, no detalla los procedimientos para lograr el mundo perfecto, ya
que plantea que con el altruismo lo lograría, contrario a esta idea se establecería el socialismo
científico. (Merino, 2005).
Posteriormente surgen los teóricos principales de esta conceptualización del cooperativismo, tal
como se menciona a continuación:
Robert Owen, Charles Fourier y varios pensadores del siglo xix promovieron el valor de la utopía
como un mundo feliz donde el Estado fuera el regulador e impulsor de reformas, el comunismo
agrario y el socialismo mutualista y cooperativo…. Desde su perspectiva, los obreros debían
unirse en cooperativas que fueran más rentables que las industrias, esto es, crear cooperativas de
producción y de distribución y así transformar la realidad europea (La red de la gente, s/f).
Otros llamados socialistas utópicos que contribuyeron a esta línea de pensamiento, Claude Henri
Conde de Saint-Simón (1760-1825) exponía una visión cristiana y de fraternidad; planteando
que la propiedad debía ser socializada y la herencia suprimida, producción de acuerdo a la
capacidad de cada trabajador y remunerar de acuerdo a aptitud; mediando en que esto no derivara
en clases económicas, se planteó que debía existir un gobierno dirigido por científicos con
capacidad para resolver problemas sociales; sus discípulos plantearon la abolición de la
propiedad.
Charles Fourier (1772-1837) definió que el trabajo debe ser agradable, atractivo y beneficioso,
siendo elegido por cada trabajador en las comunidades denominadas falansterios. Víctor
Considerant (1808-1893), discípulo de Fourier tuvo poco éxito en estas comunidades. William
King (1786-1865) puntualizó como base las cooperativas de consumo para transformar la
sociedad y que la emancipación obrera se diera por sus propios medios. El francés Michel
Derrion (1802-1850) determino a las cooperativas de consumo como única opción para los
trabajadores. Buchez (1796-1865) precursor de las cooperativas de producción que por motivos
religiosos determino su orientación, indico que el financiamiento proviniera de bancos estatales,
detonando con ello un incremento en el capital social que sería inalienable e indisoluble y este
pertenecería solamente a la asociación, erigiéndose como un socialista cristiano.
Louis Blanc (1813-1882), manifestaba que la organización del trabajo, mediante la asociación
resolverían, los problemas económicos, consideraba al Estado un impulsor de la transformación
social, en relación a los beneficios los dividía en tres partes, siendo la primer parte repartir en
parte iguales los beneficios entre los miembros; la segunda parte, a labores sociales y la tercera
parte para instrumentos de trabajo de futuros miembros. Por último, Pierre-Joseph Proudhon
(1809-185), para él la clave era la familia, aceptaba la propiedad privada; sin embargo, solo
criticaba la manera en que se utilizaba en aquella época; esto es relevante por la frase ‘la
propiedad es un robo’ o ‘Dios es el mal’, partidario del igualitarismo de la sociedad, en este
sentido, para lograrlo consideraba la asociación mutualista, garantizando con ello una
correspondencia beneficiosa de todos los miembros. Su pensamiento de ‘todos asociados y todos
libres’ fue un referente para el movimiento anarquista futuro (Merino, 2005).
97
Marx, a 150 años de El Capital
En la sección anterior se realizó un breve resumen sobre la idea del cooperativismo que fue
iniciada por los llamados socialistas utópicos; en torno a la idea del trabajo cooperativo, Carlos
Marx realizó un acercamiento a este tema, tal como lo enuncia el título del presente trabajo y
como lo señala un fragmento del manifiesto inaugural de la asociación internacional de los
trabajadores:
El enfoque que prevalece en las cooperativas en un sentido amplio son dirigidas a la clara
participación del colectivo en la toma de decisiones mediante una planeación participativa
logrando designar a los mejores cuadros para la dirección.
Es notable que dentro de estas cooperativas tal como lo enuncia Gentile (2003), se logra
disminuir ampliamente los antagonismos entre explotados y explotadores, debido a que los
obreros asociados son los que mantienen el control sobre los medios de producción; es decir,
emplean los medios de producción para valorizar su propio trabajo.
He conocido que uno de los elementos muy importantes para iniciar el detonante de crecimiento
y desarrollo de las iniciativas comunales o cooperativas ha sido el contar con acceso a canales de
financiamiento y que muy claramente las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo, siendo
98
Marx, a 150 años de El Capital
esta una sociedad cooperativa de consumo1, transmitirá a los otros tipos de sociedad cooperativa
el recurso que necesita para iniciar su procesos productivos. En este sentido.
El sistema de crédito, base fundamental para la gradual transformación de las empresas privadas
capitalistas en sociedades anónimas, constituye también el medio para la extensión paulatina de
las empresas cooperativas en una escala más o menos nacional. Las empresas capitalistas por
acciones deben ser consideradas, al igual que las fábricas cooperativas como formas de transición
entre el régimen capitalista de producción y el de producción asociada (Gentile, 2003).
Se pueden mencionar diversos ejemplos de algunas cooperativas que han logrado subsistir a pesar
del embate de corporaciones capitalistas; sin embargo, se encuentra a mucha distancia de que
estos logren generalizarse a lo largo y ancho del territorio nacional, debido a que el capitalismo
siempre incurrirá en ataques sistemáticos desde las legislaciones, campañas en los medios e
infiltración en las cooperativas para insertar desestabilizadores que provoquen el fracaso de esta
iniciativa. Al respecto.
Uno de los elementos que contribuyeron a una pérdida de la lucha por el socialismo fue el
centralizar el poder económico en un ente que se revistió de hegemonía, sin otorgar el poder al
pueblo; es decir, que el poder económico se le dotará al pueblo con base en la masificación de
cooperativas, que como menciona Gentile (2003), el único país que no opto por estatizar fue la
1
Sociedad cooperativa de consumo: las personas se asocian con el objetivo de comprar bienes y servicios, para dedicarse a actividades de
abastecimiento y distribución, ahorro y préstamo, servicios educativos o para la obtención de vivienda.
http://mexico.smetoolkit.org/mexico/es/content/es/54224/sociedades-cooperativas. 02 de agosto de 2017.
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Marx, a 150 años de El Capital
República Federativa de Yugoslavia, los otros que aún después de que se cumplieron los
objetivos iníciales de la revolución, mantuvo el estado la propiedad de las empresas, contrario a
la alternativa cooperativa esbozada por Marx.
Sin embargo, estas organizaciones se enfrentan a una clara desventaja al no contar con el poder
de los medios de comunicación, por lo que tiene que sortear el cooperativismo las más cruentas
batallas mediáticas. Al respecto:
La gran burguesía conoce muy bien que el control de la democracia a su favor queda garantizada
por el control…. sobre los medios de información masiva, así como por el poder de engañar,
sobornar y chantajear que por esas vías le es inherente y en última instancia, por la fuerza
pública, que ella misma se encarga de asegurar que le sea incondicional (Gentile, 2003).
Finalmente, se logra entender como el estado capitalista no concibe dar todas las concesiones a
estos tipos de organizaciones de la clase trabajadora, debido a que podría rivalizar con las
funciones propias del sistema imperante.
Cooperativismo en México
La historia del cooperativismo en México se puede indicar que ha tenido presencia con ciertos
matices, incluso antes de la conquista española. Esto a lo que Marx identificó como la defensa de
comunidades campesinas del modo de producción asiático, ante invasores capitalistas; es decir, la
resistencia se encuentra sustentada en el mantenimiento de un modo de producción comunal,
cultura basada en la cooperación y solidaridad. Ante esto los europeos concibieron la propiedad
colectiva un enemigo fundamental (Gil, 2011).
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Marx, a 150 años de El Capital
Incluso este pensamiento y generalización en el país, podría haber sido un factor que hubiera
provocado la defensa de la población mexicana ante el invasor norteamericano, esto debido a que
la élite en el poder solo defendía su dominio al interior del país y no tenía un sentido nacionalista
de integridad territorial, de ahí que se dio la fácil entrada al país por parte del ejército
norteamericano. Al respecto cito este importante fragmento.
La teoría ya conocida por los imperios antiguos y llevada al grado de axioma por los romanos, de
que las castas y las clases enriquecidas, propietarias, son más propensas a ceder ante el invasor
cotas de su independencia y de su propiedad para mantener el resto, y que las clases explotadas
resistían más desesperadamente en la medida en que tenían propiedades comunales y recursos
productivos propios que defender, porque les resultaban vitales para sobrevivir (Gil, 2011).
Una vez realizada esta breve precisión de la importancia que se da al contar con una propiedad
colectiva ante el sentido de protección de la integridad territorial, que incluso en la Europa de
mitad del siglo XIV hubo diversos movimientos que protestaron por el empeoramiento del nivel
de vida, así como del avance privatizador (Gill, 2011).
Continuando con el estudio del cooperativismo en México, se puede subrayar una clasificación
que Gil (2011) lo enuncia en su tesis sobre el cooperativismo socialista y que tratare de
ejemplificarlo con algunas de las cooperativas en el país.
Cooperativas socialistas: demuestra que la clase trabajadora puede dirigir una empresa sin la
clase burguesa, produciendo bien y barato, democráticamente y en beneficio del pueblo. Se guía
por un objetivo político y ético, de solidaridad internacional opuesta a la internacionalización del
capital.
Cooperativismo normal: tienen límites insuperables que les condenan a ser meros maquilladores
del capitalismo como por ejemplo, capitalismo con rostro humano.
Cooperativismo neutral: basado en doctrina social católica como medio para sanar los males del
capitalismo antes de que la lucha socialista acabe con él.
El papel que representa el reformismo político sindical es de aminorar la ira obrera concibe un
cooperativismo adecuado al estado burgués. Por ejemplo, la Agencia de los Estados Unidos de
América para el Desarrollo Internacional (USAID)2, ha logrado insertarse en desarrollos
comunales como por ejemplo la organización de bienes comunales Ixtlan de Juárez, Oaxaca, el
cual con base en sus apoyos logra ir explorando el terreno de zonas altamente ricas en recursos
2
http://pdf.usaid.gov/pdf_docs/Pnadl126.pdf.
101
Marx, a 150 años de El Capital
naturales para que en lo futuro pueda en algún momento integrarse y promocionar la idea de
poder influir en el pensamiento de los comuneros para dar el salto a instrumentar las reformas
necesarias en su estructura organizativa para que se establezcan paulatinamente el pensamiento
privatizador en esos territorios; atomizando el territorio y de esta manera ser fácilmente
arrancados de la propiedad comunal y pasar a ser propiedad privada, con ello se impulsara la
liberalización de la tierra que degenerará en un mercado de tierras para así dar el siguiente paso a
las corporaciones capitalistas explotadoras de los recursos naturales que se encuentran presente
en esa región.
Es posible que algunas o pocas cooperativas contengan un elemento socialista; sin embargo, al no
alinearse a la ley del estado burgués, como lo señala Gil (2011), se enfrentará a la mano invisible
del mercado, es decir, al puño de acero del estado, fiel custodio del interés capitalista y si
acceden, dictan leyes poco favorables. Al respecto es muy clara la postura que ostenta la
asociación de banqueros de México (ABM), en relación al sector de cooperativas de ahorro y
préstamo (SOCAPs) en la que mediante la ley lo limitan en sus operaciones y aquellas que se
salten esta, colisionará con el Estado y una fracción de la burguesía; al respecto surge la
interrogante, ¿Qué evita que los ahorros de los trabajadores puedan ser administrados por las
SOCAPs? Simple, la ley promulgada por el estado burgués lo impide argumentándolo con la
opinión de expertos, manifestando que no es viable, rentable, se encuentra fuera de la lógica
económica, etc., a su vez existen cooperativas que se muestran reaccionarias ante una mínima
muestra de socialismo de alguna; estas, contarán con el apoyo estatal.
Por otra parte, un caso a mencionar en el proceso de transformación es el de caja libertad que de
iniciar como sociedad cooperativa paso a ser una sociedad anónima, bajo la figura de sociedad
financiera popular (SOFIPO), como se puede observar en la Figura 1.
Fuente: https://www.libertad.com.mx/web/banca/historia.
Otro ejemplo que puede reforzar lo indicado por Gil en la que algunas cooperativas traicionan los
principios por los que fueron creados, podemos mencionar a Grupo Empresarial Cruz Azul del
cual se encuentra dentro de este, Cooperativa La Cruz Azul SCL, que para 2015 el grupo contaba
con una planta laboral con un poco más de 7 000 trabajadores dentro de los cuáles había 855
socios activos, 654 socios jubilados y 238 viudas 3, derivando en una simulación que incluso
3
tps://www.unglobalcompact.org/system/attachments/cop_2016/326341/original/COP_2015_2016.pdf?1476809418,
pág.66.
102
Marx, a 150 años de El Capital
Cruz Azul, la tercera cementera de México y una de las mayores cooperativas de Latinoamérica
no es lo que aparenta: para poder expandirse transforma en empresas capitalistas las empresas
satélites que había creado en los años 60. Y sus nuevos negocios, incluida sus dos plantas más
recientes, nacen bajo la razón social de sociedad anónima.... ¿Las razones de esta transgresión
son poderosas? El alto costo de extender la protección laboral de los socios cooperativistas a sus
descendientes y de mantener vivo el sueño cooperativista que dio lugar a Ciudad Cooperativa
Cruz Azul, en el estado de Hidalgo (Ramírez, 2010).
Otra nota que nos permite aseverar la posición ya manejada a lo largo del documento es la
siguiente:
Proceso accedió a testimonios de algunos de los 650 socios de la cooperativa que reflejan las
pugnas en el Consejo de Administración y según los cuales existe la intención de transformar la
cooperativa en una sociedad anónima. El proyecto cuenta con el apoyo del presidente del Consejo
de Vigilancia, José Antonio Marín Gutiérrez, del director comercial, Víctor Manuel Velázquez;
del empresario Noé Paredes Meza (director general del Corporativo Unne, un consorcio de
servicios en logística y transporte terrestre, marítimo y aéreo), y de su socio Eduardo Osorio
Chong, hermano del Secretario de Gobernación.
Con este grupo también está aliado el titular del Consejo de Administración de Cruz Azul, Raúl
Antonio Enríquez, quien está acusado de ejercer su función de manera ilegal, pues desde el
pasado 06 de septiembre culminó su ciclo ordinario, pero sigue despachando como si mantuviera
el cargo.
El planteamiento del grupo opositor a Billy Álvarez, conformado en total por 150 socios,
contempla la venta del equipo de futbol, así como separar y negociar cada una de las filiales de la
cooperativa con la intención de quedarse con los bienes de la cementera, ya convertida en
sociedad anónima (Ochoa, 2016).
Empresas sociales
Cooperativas
Empresas de desarrollo horizontal
Centro Educativo Cruz Azul, AC
Club Deportivo, Social y Cultural Cruz Azul, AC
Fundación Cruz Azul pro- comunidades AC
Médica Azul, SA de CV
Centro de Administración de Servicios de Salud (CASS)
Cooperativas
Sociedad Cooperativa de Producción y Prestación de Servicios Comunitarios de La
Unión, SCL
Sociedad Cooperativa Comunal de Producción y Explotación de Recursos Naturales El
Barrio, SCL
Sociedad Cooperativa de Producción de Servicios Juárez, SCL
Cooperativa de Producción y Prestación de Servicios La Istmeña, SCL
Sociedad Cooperativa de Producción y Prestación de Servicios Cuauhtémoc, SCL
Cooperativa Bomintzhá, SCL
Cooperativa de Producción de Servicios Hidalgo, SC de RL de CV
Cooperativa de Producción de Servicios Minatitlán del Rey, SCL
Cooperativa de Producción de Servicios La Palma, SC de RL de CV
Cooperativa de Vivienda de los Trabajadores de La Cruz Azul, SCL
Cooperativa del Ahorro y préstamo FINAGAM, SC de RL
Empresas de desarrollo horizontal
Asesoría y Servicios Profesionales Grupo Azul, SC
Grupo Azul, S.C. Pacifico Centro, SC
Azul Concretos y Premezclados, SA de CV
Hoteles Azul Ixtapa
Centro Comercial Grupo Azul, SA de CV
Distribuidora Comercial Azul, SA de CV
Grupo Comercial Estrella Azul, SA de CV
Textiles Generación 2000, SA de CV
Azul, Cerámica, SA de CV
Fuente: elaboración propia con basa la selección de estructura operativa de comunicación sobre el progreso 2015.
http://.unglobalcompact.org/system/attachments/cop_2016/326341/original/COP_2015_2016.pdf?1476809418.
Finalmente, como el estado burgués sienta las bases en sus leyes para que se logre la transición
de empresas cooperativas a sociedades anónimas tal como se puede ver en la siguiente cita:
La Ley de Sociedades Cooperativas, en vigor desde 1994 y reformada en agosto del año pasado,
no limita las actividades de las cooperativas, así que con total libertad pueden crear empresas
privadas. O se alían con ellas, como hace Trabajadores Democráticos de Occidente (TRADOC)
en El Salto, Jalisco; creada por los trabajadores de la llantera Euskadi, tiene una alianza con
Cooper Tire and Rubber, gigante estadounidense que le provee de tecnología y materias primas
de altas especificaciones (Ramírez, 2010).
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Marx, a 150 años de El Capital
Estas han sido muestras claras de como el sistema actual buscará por todos los medios aniquilar
toda iniciativa colectiva, mediante la simulación o inanición de dichas organizaciones; claro está,
los capitalistas no tienen una vocación suicida, buscarán por todos los medios legales, ley que
ellos son quienes la hacen a modo de que siga la explotación de la clase trabajador y por
consiguiente la acumulación del capital.
Conclusión
El estudio da muestras claras de cómo el estado capitalista lleva a cabo diversos instrumentos
legales y que incluso se salen del propio ordenamiento legal que ellos han establecido para lograr
fragmentar y destruir los esfuerzos de la clase trabajadora para organizarse y construir el
cooperativismo ya que, de hacerlo los trabajadores serán los propios organizadores y planeadores
de la producción de bienes o servicios que satisfagan las necesidades propias y de la población.
Es una gran batalla porque se tiene todo en contra, debido a que quienes en un inicio forman estas
organizaciones han visualizado en algunos casos regirse como cooperativas socialistas; sin
embargo, las nuevas generaciones o nuevas administraciones se lanzan de inmediato a convertirse
en cooperativas burguesas y rompen por completo el espíritu de colectividad emprendido en
algunas cooperativas o algunas otras desde su origen son una simulación para poder gozar de
ciertos beneficios y de ahí en el momento que ellos consideran adecuado, quitarse la máscara y
mostrar lo que realmente son, en donde el egoísmo hace presencia para la construcción de
empresas capitalistas. ¿Qué se puede hacer ante esto? Tratar de detectar aquellas que practiquen
en realidad los principios de cooperativas socialistas e irlas fortaleciendo para que logren
desarrollarse y cumplan con el papel histórico que represente la liberación de la explotación
capitalista; continuar con la concientización de que existen otras formas de organización
productiva que logren dar a la clase trabajadora el instrumento para su emancipación y desarrollo
pleno como seres humanos.
Literatura citada
Aponte, N. 2013. Cooperativas o empresas socialista. Rebelión. 13 septiembre.
http://www.rebelion.org/noticias/2013/9/173386.pdf.
Cooperativa La Cruz Azul SCL. 2016. Comunicación sobre el progreso.
https://www.unglobalcompact.org/system/attachments/cop_2016/326341/original/COP_2
015_2016.pdf?1476809418.
Díaz, A. J. 2001. Capital social, organizaciones de base y el estado: recuperando los eslabones
perdidos de la sociabilidad. Conferencia regional sobre capital social y reducción de la
pobreza en América Latina y el Caribe. Organizada por la CEPAL, Santiago de Chile, 24-
26 septiembre 2001. Chile,
http://www.cepal.org/prensa/noticias/comunicados/3/7903/diazalbertini.pdf.
Gentile, F. 2003. La concepción cooperativista de Carlos Marx sobre el socialismo. Cuba, 3 abril
http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/cuba/if/marx/documentos/22/la%20concepci%f3n
%20cooperativista%20de%20carlos%20marx.pdf.
Iñaki, G. 2011. Cooperativismo socialista y emancipación humana. España. La haine.
http://www.lahaine.org/est_espanol.php/cooperativismo-socialista-y-emancipacion
105
Marx, a 150 años de El Capital
106
Marx, a 150 años de El Capital
1
Escuela Superior de Economía- Universidad Autónoma de Guerrero. Sede Acapulco, Gro.
[email protected].
Resumen
Se plantea que hay en México una crisis de dominación y una fragilidad en la acumulación de
capital en la perspectiva de análisis marxista. Más aún, la crisis y fragilidad del capital concebido
como un proceso para ampliar y profundizar los espacios y los mecanismos de la explotación del
trabajo y de la fuerza de trabajo, en los términos planteados por Holloway (2012). Se sustenta
también que esta crisis de acumulación se explica por la coyuntura de crisis del capitalismo
global que data desde los años setenta y que implica la aplicación de una gama de políticas de los
agentes económicos dominantes y sus gobiernos, como la de ampliar los espacios de la
explotación mediante el sometimiento de entidades nacionales a la ideología neoliberal bajo la
egida del capital financiero. En México este proceso se institucionalizo desde hace un tercio de
siglo y los resultados han sido devastadores. Cuando se habla de desintegración nacional en
México, se alude a un patrón de “desarrollo” o a un modelo de acumulación de capital que se
abandonó en la década de los ochenta para adoptar otro que indiscriminadamente integrara el
mercado nacional al mercado internacional bajo la modalidad de tratados de libre comercio,
como es el caso del TLCAN. Se plantea que la desintegración nacional es un proceso también
desarticulación de las actividades económicas y de formas de vida, muchas de ellas ancestrales;
pero también que es un proceso de reconstitución de las formas de explotación no solo de los
recursos y del trabajo de la población trabajadora, sino sobre todo de la integración de territorios
y poblaciones para profundizar la explotación del trabajo por un modelo de acumulación en
crisis.
Introducción
La discusión teórica, académica, y la que evocan los políticos tradicionales para agitar a las
masas y atraer votos, y ocupar cargos públicos o de elección, pone como centro de atención el
tema del desarrollo (social, económico, democrático, sustentable) como el medio para alcanzar
mejores niveles de bienestar social y acabar con la inseguridad, la impunidad, la violencia y las
injusticas. Sin embargo, en el contexto de una economía capitalista y de las actuales políticas
neoliberales, los objetivos de alcanzar un “desarrollo” resultan un despropósito. En una economía
de mercado los empresarios no cesan en su lucha por apropiarse de los frutos del trabajo de las
personas que obligan a trabajar para ellos.
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Marx, a 150 años de El Capital
El presente trabajo parte de la consideración de que en México hay una crisis de dominación y
una fragilidad en la acumulación de capital en la perspectiva de análisis marxista. En medio de
esta crisis del capital están las políticas de Estado para echar a andar todo un proceso de
ampliación y profundización de los espacios y los mecanismos de la explotación del trabajo y de
la fuerza de trabajo, en los términos planteados por Holloway (2012).
Ante la fragilidad y crisis del capital se impone “una oleada de despojo universal de bienes
comunes acompaña la gestación del actual cambio de época. Este proceso, sostenido en la
violencia estatal y en una creciente subsunción de la vida humana, la naturaleza y el
conocimiento al capital, reedita en escala ampliada el cercamiento de tierras comunales
(enclosure of commons) operado en los albores de la modernidad capitalista y continuado en los
siglos de expansión colonial. En el territorio mexicano, este proceso histórico está siendo
recreado actualmente con una extensión, profundidad y dinamismo que no tiene precedentes.
El mundo del capital, que se nutre de esta expropiación de los productos de la naturaleza y del
intelecto colectivo, parece no reconocer límites. Hoy se apropia de los cuatro elementos del
mundo antiguo: agua, aire, tierra y fuego. Rompe así el ancestral vínculo sagrado del ser humano
con la naturaleza e impone, en el paroxismo, la lógica de la razón instrumental que le es
constitutiva (Gilly y Roux, 2009).
108
Marx, a 150 años de El Capital
Es en este marco del análisis en el que se plantean las presentes reflexiones que bien explican la
dinámica de la acumulación del capital y la actual crisis por la que atraviesa y que conducen a
una disolución de los fundamentos de la nación de sus recursos naturales y del trabajo. La
consecuencia más visible es el desamparo, inseguridad, migraciones y desplazamientos masivos,
la fragmentación del país en feudos territoriales, impunidad, ausencia de ley, excepto para
garantizar los derechos de propiedad de las megaempresas nacionales y trasnacionales y una
violencia cotidiana que no se detiene.
La tragedia nacional
La trágica realidad por la que hoy atraviesa la nación mexicana obliga a la academia a una
reflexión y a un análisis crítico desde la ciencia para visibilizar las fuerzas sociales y políticas que
pueden contribuir a un cambio de rumbo del país y del estado de Guerrero. Ello es un imperativo
para encontrar las salidas a la violencia, los desplazamientos masivos, la corrupción, la
impunidad y el saqueo de todo bien natural y de los productos del trabajo. Pero también, el
análisis crítico de los problemas debe conducir a determinar las políticas públicas y los actores
que son responsables del actual estado de cosas. Esta realidad no es un resultado fortuito o una
predeterminación de la gracia divina. Algo pasa en el mundo que desangra a México y algo pasa
en México que desangra a todo país pobre del orbe. Es el fantasma del neoliberalismo y de sus
formas de explotación.
No es el propósito aquí de dar las cifras alarmantes sobre los homicidios en México (y en
Guerrero), pero es sabido que la nación mexicana ocupa los primeros lugares, y el estado de
Guerrero (y Acapulco), disputan también los primeros tres primeros lugares en la contabilidad de
fallecidos producto de la violencia. Pero la inseguridad, la violencia, el saqueo, y la impunidad
igual azotan a los pueblos y ciudades de Argentina, Brasil, Paraguay, Colombia, Venezuela, Perú,
Honduras, El Salvador, Guatemala… igual todos los países llamados pobres, subdesarrollados o
de economías “emergentes” de todos los continentes padecen los mismos males, los mismos que
resultan de aplicar las mismas recetas económicas, sociales y políticas dictadas por los
organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial
(BM) para sostener la frágil dominación del capital financiero, especulativo y parasitario que en
cada país controla las decisiones públicas de los gobiernos títeres. La tragedia nacional es la
tragedia que produce esa forma de dominación del capital que se encuentra en crisis y en
fragilidad.
Es impostergable discutir y analizar los problemas que aquejan a nuestra sociedad porque
pareciera que, ante la crisis actual (que aún no política), no hay alternativas válidas más que las
de continuar profundizando el actual modelo neoliberal aplicado por los gobiernos y la clase que
representan desde hace más de un tercio de siglo.
109
Marx, a 150 años de El Capital
No dicen que esas dos formas (dos, es un decir) de dominación del capital conducen
inevitablemente a las crisis económicas. La economía mexicana viene de ensayar históricamente
hablando esas dos formas de generar riqueza. Y ambas han degenerado en crisis y en lo que hoy
se tiene. Pero no sólo se han manifestado estas alternativas políticas y electorales. El Ejercito
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha planteado una candidatura indígena a la presidencia
de la república. Se trata de una propuesta fuera de las formas políticas dominantes, fuera de la
nomenclatura electoral actual. En consecuencia, se debe reivindicar el hecho de que hay una
opción de modelo de desarrollo que cuestiona al capitalismo desde sus raíces en la voz de los
pueblos indígenas y de los movimientos de resistencia, de nuevos sujetos emergentes.
Las políticas neoliberales y las clases dominantes y opresoras que engendraron han creado una
trama de intereses con sectores económicos, políticos y sociales para impedir que se construya
una correlación de fuerzas en el país que ponga en peligro su hegemonía, recurriendo, incluso, a
la perversidad, a lo más siniestro de la vida pública y privada, como los es el derramamiento de
sangre por la violencia, a las desapariciones forzadas, a las masacres, a la muerte.
Han cerrado el paso, han sometido, a todo germen que pueda convertirse en un agente de cambio
como son los sindicatos independientes, campesinos, magisterios, pequeños comerciantes,
estudiantes universitarios, las propias universidades, líderes sociales independientes no
electoreros, prensa libre, gobiernos locales no corruptos, grupos con arraigo popular. Un
auténtico modelo de desarrollo nacional no pasa por editar las experiencias históricas de recetas
del modelo de industrialización por sustituciones de importaciones ni por el actual modelo
neoliberal de transnacionalización de la economía mexicana.
Hace 17 años pareciera que se había visto todo, sobre las reformas neoliberales. Se tenía como
referente la derrota electoral del PRI frente al PAN en 2000. Se supuso que la democracia (léase:
la alternancia política) curaría todos los males nacionales, incluido el de la inequidad y la
injusticia. Nada más equivocado. El neoliberalismo recobró fuerza bajo el disfraz de la
“democracia”. Se vino una nueva marea de despojo para restablecer el dominio del capital sobre
la tierra, sobre todos los bienes naturales, los bienes y servicios de propiedad pública (carreteras,
puertos, aeropuertos, ferrocarriles, canales de transmisión satelital, espacio radioeléctrico, red de
fibra óptica), patrimonios culturales (monumentos históricos, zonas arqueológicas) y hasta en los
fondos de pensión y de retiro de los trabajadores Roux (2013). En esta marea, que denota una
crisis de dominación, subyacen los actores que socavan las bases de este sistema en crisis.
110
Marx, a 150 años de El Capital
Estas políticas neoliberales propias de un sistema capitalista en una coyuntura de crisis global, se
profundizan en cada sexenio de gobierno. Así por ejemplo, en este último sexenio (2012-201…)
se promovieron reformas para consumar la privatización del sector energético, como el petróleo,
con el fin de atraer más inversión extranjera y apuntalar la estabilidad paridad del peso- dólar1.
También en estos años se aprobaron reformas para continuar con el proceso de consumar
legalmente el despojo de productores rurales (pequeños propietarios, campesinos, ejidatarios,
comuneros e indígenas) de sus tierras, de sus bosques, de sus animales, de sus aguas, de sus
medios de vida y hasta de su cultura. Se trata de un claro proceso de “acumulación por
desposesión” que evidencia los mecanismos “depredadores, violentos y fraudulentos del
capitalismo que Marx y el marxismo adjudicaban a una etapa primitiva u originaria” del capital.
(Harvey, 2007, citado por Sabbatella y Tagliavini). El camino previamente recorrido fue el de la
pulverización de los salarios y el desmantelamiento de las conquistas laborales y los derechos
sociales. Todo ello, para incrementar los niveles de explotación de la clase trabajadora.
Las medidas neoliberales y los mecanismos de acumulación que utiliza parecen aun no encontrar
límites, incluidos los político-electorales que le son consustanciales. En el centro de este modelo
está la bonanza del capital financiero, parasitario y especulativo, y lo que da ganar al resto de los
actores políticos y empresariales que participan del botín.
Pobreza, desesperanza
Señala Valenzuela (2016), que ante el grave problema del desempleo, amplias capas de la
población “caen en la informalidad-marginalidad, en calidad de pequeños comerciantes,
vendedores ambulantes, trabajadores ocasionales [ ]”, al grado de que “se puede hablar de una
especie de pequeña burguesía en descomposición, pauperizada y lumpenizada”, hecho que cobra
notoriedad en ciudades de todo tamaño. Este fenómeno bien puede ser sinónimo del llamado
ambulantaje y del comercio callejero con todas sus implicaciones en la criminalidad.
El cambio de los patrones de vida no sólo se da en los centros urbanos. En el medio rural se han
reducido notoriamente las actividades agropecuarias. En este medio amplias capas de la
población se han acostumbrado a depender de las remesas del extranjero y de las limosnas del
gobierno vía programas asistencialistas. Las familias han dejado de ser autosuficientes en maíz,
frijol y frutas y verduras y han pasado a depender del mercado. En una inmensa mayoría de los
casos, compran y consumen productos de marcas trasnacionales, con lo que han cambiado sus
1
Algo no logrado, por cierto, pues la cotización sobrepasó los 20 pesos por dólar en febrero de 2017.
111
Marx, a 150 años de El Capital
En comunidades indígenas, más arraigadas a formas ancestrales de vida, este proceso ha llegado
incluso a la militarización. En Guerrero, por ejemplo, el Estado ha intervenido instalando
campamentos militares con el pretexto de ayudar a estas comunidades a mejorar su ingesta
alimentaria a través de comedores comunitarios. En estos territorios, los soldados ejercen un
colonialismo “filantrópico” y un control político-militar. Y no es para menos. En la montaña
indígena de Guerrero hay una cabeza de 04 cuencas hidrológicas que producen invaluables
servicios ambientales. En el proceso de acumulación de capital por desposesión, se ha puesto en
marcha toda una recolonización de la vida indígena, incluida la mercantilización de su fuerza de
trabajo.
En este patrón de economía neoliberal el crecimiento depende de los mercados externos, lo que
implica, dada la debilidad (y hasta destrucción) de los segmentos industriales, apoyarse
“fuertemente en la exportación de productos básicamente primarios, asentados en ventajas
comparativas naturales” (Valenzuela, 2016). Esta economía, y su variante para una economía
como la de México y la del estado de Guerrero, son de carácter neoextractivista y contribuye
decididamente a acrecentar la inseguridad y la violencia.
2
Centro de Estudios de Opinión Pública, 2011, citado por Roux (2012).
112
Marx, a 150 años de El Capital
finanzas públicas. De la noche a la mañana, políticos del más amplio espectro se volvieron
empresarios o potentados con un inconmensurable poder económico y poder político. En este
contexto, nace la democracia en México. O la alternancia democrática.
Diez años después, los nuevos oligarcas mexicanos3, de la mano con financistas extranjeros,
reafirmaron ese poder firmando e implementando el Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.
UU y Canadá (TLCAN). Vendieron ese tratado como la panacea que llevaría a México al primer
mundo. Pero ni se llegó a ese mundo, pero si se cancelaron libertades públicas, aumento la
represión y la miseria; la corrupción, las injusticias y la impunidad. El neoliberalismo y su
discurso de la globalización se constituyeron en una fábrica de pobres en el campo y la ciudad y
dada la corrupción y la impunidad, en una industria de la criminalidad. Estas han sido las formas
capitalistas de “reconstitución” social que han aplicado los gobernantes y los sectores de clase
que representan en México, aunque no les reconozcan paternidad.
Es pues, una política de recolonización del mundo por los complejos empresariales militares,
políticos y mediáticos, que usan dos elementos del poder: la propiedad y la fuerza, el dominio y
la soberanía, el poder de compra del propietario y el imperio del poderoso, la megaprivatización
como despojo legalizado de naciones y sociedades, y una conquista del mundo legalizada y
disimulada que se apoya en las fuerzas militares y financieras y en los políticos, aliados,
subordinados y coludidos o cooptados. Señala González- Casanova (2013) que se trata de un
proyecto complejo y tecnocrático de espectro amplio de corrupción y represión, de confusión y
terror.
3
El nuevo modo de dominación la oligarquía financiera mexicana asociada con capitales externos, señala Roux
(2012).
113
Marx, a 150 años de El Capital
En Guerrero, como en casi toda la república, la reconstitución de la sociedad que resulta del
neoliberalismo, se da a través de mecanismos que se asemejan a un patrón de la acumulación
primitiva del capital, dada la violencia y el despojo de sus comunidades. La reforma del 27 de la
Constitución no sólo sancionó la desaparición jurídica de las tierras ejidales sino también la de
antiguos vínculos comunitarios: con su entramado de costumbres, reglas morales y nociones
sagradas de la naturaleza, considerada prenda de la relación con los prójimos, los dioses, los
antepasados y los descendientes (Roux, 2012).
El estado de Guerrero es uno de los estados de México que cuenta con mayores riquezas
naturales al ocupar el cuarto lugar en biodiversidad; también es cuna de importantes ríos y posee
diversos climas en su territorio. Contrario a ello, es parte del triángulo de la pobreza extrema en
el país (Oaxaca, Chiapas y Guerrero) y sus recursos naturales han sido avasallados por poderes
caciquiles y empresas transnacionales. Las mayores riquezas -animales, forestales, minerales,
114
Marx, a 150 años de El Capital
reservas de agua- se encuentran en los territorios indígenas, pero también es donde se concentran
las mayores injusticias sociales.
Hasta enero de 2016 en Guerrero hay una superficie concesionada de 21% del territorio para
actividades de exploración de las empresas mineras (Secretaría de Economía, 2016). La región de
la Montaña es considerada una de las 12 regiones mineras estratégicas del estado de Guerrero. En
la Montaña y en la Costa Chica hay 42 yacimientos mineros que el gobierno federal ha otorgado
a 30 concesiones por 50 años para la realizar actividades de exploración y explotación minera.
En esta región sobrevive la mayoría de los pueblos originarios de México, además y como ya se
ha dicho, ocupa el cuarto lugar en biodiversidad; es una región rica en conocimientos ancestrales,
como los conocimientos de la herbolaria, la partería y la medicina tradicional y que asedian las
farmacéuticas.
Hay concesiones situadas en la cabeza de 4 cuencas hidrológicas (como la cuenca del río
Quetzala, la cuenca del rio San Luis, Papagayo y la del río Balsas) que amenazan el uso del agua.
También hay bosques meso-filos de montaña asociados a la captación de agua. Pero la minería a
cielo abierto no permite la convivencia con diferentes usos del territorio pues desplaza y destruye
gran parte de la riqueza cultural de los pueblos. Adicionalmente, la violencia económica que
acompaña el extractivismo implica la industrialización/castración de semillas y cultivos.
Como en las revoluciones industriales de los siglos XVIII, XIX y XX, las clases hegemónicas de
hoy se empeñan en meter al país en la disyuntiva de la modernidad o la tradición y los fracasos de
cualquier modelo de “desarrollo” es adjudicado a las resistencias al cambio a la “modernidad”.
Pero la modernidad capitalista proviene siempre de afuera, del resto del mundo. La salvación del
modo de producción capitalista desde el exterior se acompaña del disfraz de la modernidad, de
oleadas de cambios que se venden como los mejores. Sólo es cuestión de adoptarlos y ponerlos
en práctica. Nunca como ahora en México se aplica un patrón de crecimiento económico
sustentado en esos moldes para el desarrollo. Se trata de mecanismos modernizantes con
implicaciones muy serias para la vida de los pueblos Gilly y Roux (2009) señalan que:
Estos mismos autores señalan que este proceso es imposible gracias a los métodos de despojo,
protegidos por normas jurídicas renovadas, mismos que se presentan en las “múltiples formas
contemporáneas de apropiación privada del conocimiento y de los bienes naturales: patentes,
registros de marca y derechos de propiedad intelectual como los sancionados por la Organización
Mundial de Comercio (OMC). En la década de los noventa se registró un aumento espectacular
en patentes de biotecnología y telecomunicaciones, seguido por farmacéutica e ingeniería médica
y, más recientemente, en nanotecnología (Gilly y Roux, 2009). Y agregan que:
115
Marx, a 150 años de El Capital
En este proceso de ruptura, de destrucción y reconstrucción, en esta guerra del capital sobre el
trabajo y las fuentes de vida de las plantas, los animales y de la propia especie humana, el
discurso de que los cambios modernizantes (globalizantes) serán fuentes del paraíso soñado, no
resulta creíble. Más aún cuando se trata de procesos de un empalme sin síntesis, en el que la
modernidad se sucede en rupturas, lo que la vuelve superflua sustentada en la expoliación y
explotación extensiva, en ella prevalece una actitud pasiva, defensiva, donde el proyecto de
cambio hacia la modernidad provoca la renuncia de imaginar el futuro pues se apoya en modelos
vagos y prestados que asumen el futuro de México como en los países donde se origina. Ello se
deriva de la inexistencia de una política industrial científica y tecnológica y de innovación de
Estado con amplia concertación para alcanzar una relativa capacidad de innovación tecnológica,
vinculada a la productividad intensiva que una los espacios productivos de actividades
tradicionales con las nuevas tecnologías y las áreas de vanguardia para alcanzar sistemas
productivos interrelacionados de amplio impacto económico (Corona, 2004).
La lógica de la política se ciñe al imperativo de que los partidos que dan la cara por los
empresarios ganen las elecciones presidenciales y legislativas en 2018. Hay toda una fiesta por el
reparto de los espacios de poder político entre toda la pseudopartidocracia, incluyendo a Morena,
éste como el barco y su ola a la alza, en votos para el reparto de curules y de puestos públicos de
los “activistas” desplazados de las conojías de sus otrora partidos, de todos colores. Es más, los
partidos firmantes del Pacto por México en 2012 (PRI, PAN y PRD, PRIANRD) se aprestan a
abortar el auge electoral de MORENA en el 2018 incrustándole candidatos y dirigentes afines al
sistema de dominación que representan. Sin duda, la derrota electoral de MORENA en 2018 está
sentenciada. El PRD será el partido de la auténtica “izquierda a venderse el próximo año y tendrá
los suficientes votos para compartir los espacios de poder político: gubernaturas, diputaciones
116
Marx, a 150 años de El Capital
federales, locales, senadurías y puestos de gobierno. Los partidos del Prianrd cogobiernan en los
hechos, desde 2012, mientras que el Prian cogobierna desde 1994. La alternancia fue pactada
desde entonces entre el PAN (dos sexenios), el PRI (dos sexenios) y otra vez repetirá el PAN en
2024. Por lo tanto, de la actual nomenclatura política no puede esperarse un cambio de política
económica ni mucho menos plantear un modelo alterno al del capital. En el caso de que Morena o
los movimientos de resistencia, incluida la lucha zapatista, pudieran acrecentar la fragilidad del
sistema de dominación capitalista, queda la alternativa autoritaria de ultra-derecha, encabezada
por militares y apoyada por el gobierno de EE. UU en la que la penetración del narco, la
descomposición económica, social y moral pueden ser la justificación (Valenzuela, 2016).
Se apuntó líneas arriba que, sin embargo, hay una alternativa de nuevos sujetos sociales
emergentes que cuestionen desde sus raíces el modelo actual de dominación frágil del capital.
Esta alternativa se plantea ondear banderas anticapitalistas en 2018, como lo han hecho desde
1994. El 6 de agosto del 2017 el Concejo Indígena de Gobierno del EZLN proclamó “la hora del
florecimiento de los pueblos” para que el nombre de la vocera del Concejo Indígena de Gobierno,
la indígena nahua María de Jesús Patricio Martínez, aparezca en las boletas electorales”
(Landerreche, 2017). En consecuencia, hay en el horizonte político y social de la republica un
horizonte de luz frente al entramado de intereses y de poder que pretende apuntalar el sistema
capitalista y neoliberal en crisis (Hidra capitalista). Aunque relegado por el poder mediático, es
una alternativa que gana terreno junto a todos los movimientos de resistencia del país. Se trata de
una valiosa reserva moral de la sociedad frente a las izquierdas transformistas de todos los
matices que no ven otro camino para alcanzar el desarrollo que el de la acumulación de capital.
Para apuntalar la fragilidad del modelo neoliberal de dominación del capital sobre la explotación
del trabajo, no se escatiman recursos financieros para los trances electorales. Señala Emilio
Álvarez Icaza: hay ríos de dinero para las elecciones, pero no para promover la defensa los
derechos humanos (Álvarez, 2017). En México el estado “democrático” se ha ido construyendo
sobre la impunidad y la violencia. Como en los tiempos coloniales, la política y la economía del
Estado están basadas en la inmoralidad.
Conclusiones
La perspectiva del análisis marxista permite explicar y comprender las causas esenciales y más
determinantes de la situación de crisis estructural por la que atraviesan los pueblos de la tierra, en
el contexto del modo de producción capitalista, particularmente la de una acumulación de capital
en crisis. Se asiste a un cambio de época que tiene como epicentro un proceso interminable de
despojo universal de bienes comunes mediante una escala ampliada el cercamiento de tierras
comunales. En México, este proceso histórico está siendo recreado actualmente con una
extensión, profundidad y dinamismo sin precedentes en su historia.
Este proceso de despojo de los recursos naturales y del intelecto colectivo y del desplazamiento
masivo de poblaciones extienden los espacios de explotación del trabajo al reinsertarlo como obra
de obra en el propio patrimonio del que fue despojado.
117
Marx, a 150 años de El Capital
Un modelo de acumulación de capital en crisis por las resistencias que encuentra dentro y fuera
en su lógica se deviene en México en una “trágica disolución” de sus fundamentos: el usufructo
de su patrimonio público. Este proceso trágico conduce a una situación de inseguridad, a la
violencia y a la fragmentación de la república. En estas condiciones ¿en dónde se puede ver el
llamado desarrollo?
Aun cuando “el capitalismo neoliberal significa una guerra de destrucción de los pueblos
indígenas y de México como nación”, la lucha de resistencia y por su destrucción no cesa a
nuestros pueblos, porque: “Arrancaron nuestras ramas, se llevaron nuestros frutos, cortaron
nuestro tronco, pero no pudieron arrancar nuestras raíces”.
Literatura citada
Álvarez, I. E. 2017. Justicia y derechos humanos: asignaturas pendientes en el estado de
Guerrero. Conferencia Magistral. Chilpancingo, Guerrero.
Beluche, O. 2014. Capitalismo, globalización y desigualdad social.
http://2014.kaosenlared.net/component/k2/91702-capitalismo,-globalizaci%C3%B3n-y-
desigualdad-social.
Bonefeld, W. 2012. La permanencia de la acumulación primitiva: fetichismo de la mercancía y
constitución social, Theomai 26 segundo semestre de 2012. Universidad Nacional de
Quilmes, Argentina. Traducción de Oriana.
Castillo, A. J. y Mañán, O. 2015. México un estado en desintegración: violencia
institucionalizada como degradación extrema de la política. Rev. Mex. Cienc.
Agríc.12:81-86.
Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan. 2016. Júba Wajiín: una batalla a cielo
abierto en la montaña de Guerrero por la defensa del territorio y la vida, Tlapa de
Comonfort, Guerrero, México, Heinrich Böll Stiftun.
Composto, C. y Pérez, R. D. 2012. Trazos de sangre y fuego: ¿continuidad de la acumulación
originaria en nuestra época? Theomai 26. Segundo semestre de 2012. Universidad
Nacional de Quilmes, Argentina. http://revista-
theomai.unq.edu.ar/numero%2026/presentaci%c3%b3n.pdf.
Corona, L. 2004. La tecnología, siglos XVI al XX. In: Semo, E. Historia económica de México,
México, UNAM-Océano.
118
Marx, a 150 años de El Capital
119
Marx, a 150 años de El Capital
1
Facultad de Economía de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca.
([email protected]).
Resumen
En palabras de un gran economista marxista y amigo Dr. José Valenzuela Feijoó: “Toda materia
académica sobre todo en las ciencias sociales y desde luego en la disciplina económica, no está
exenta de posiciones ideológicas”.
Personalmente he constatado que la enseñanza de las materias dentro de las aulas en las
facultades de economía en todo el país y del mundo, aparte de contar con sus debidos
fundamentos científicos y metodológicos tienen necesariamente un sesgo ideológico, desde el
mismo hecho de ser el reflejo del pensamiento y momento histórico del economista que la
desarrolla, así como lo relacionado a su clase social y de las fuerzas productivas de su momento.
En ese tenor , éste trabajo tiene como propósito analizar la importancia del marxismo como
enseñanza necesaria e indispensable en las aulas, porque coadyuva en el desarrollo intelectual del
alumnado para entender el funcionamiento de la sociedad actual a partir de su realidad económica
con la finalidad de no generar falsas expectativas y confusiones por la falta de conciencia política
y de clase, los alumnos muchas veces ya no tienen claro por toda la desinformación propia del
modelo de acumulación actual, control de los medios de comunicación, planes de estudios
acríticos, redes sociales, etc. Que lleva a tener jóvenes estudiantes muy alejados de la
preocupante situación actual y una creciente apatía por mejorar el mundo en el que vivimos.
Precisamente este es el objetivo de este documento, concientizar a docentes y alumnos del hecho
de la importancia del análisis marxista como formación integral y crítica de los economistas,
porque hoy más que nunca el pensamiento de Marx sigue vigente, porque mientras exista la
pobreza y desigualdad económica en el mundo seguirá siendo más que necesaria la praxis
revolucionaria.
120
Marx, a 150 años de El Capital
Pluralidad y heterodoxia
K. Marx.
Siempre es una pregunta recurrente del estudiante de Economía, y algo difícil de responder, ¿Qué
hace un economista? ¿Cuál es su papel en la sociedad? ¿Tiene sentido estudiar economía? Estas
inquietudes soy muy recurrentes en los estudiantes, porque observan que en otras carreras es más
fácil entender cuál es su objeto de estudio y cuál serán sus opciones cuando lleguen al fin de sus
estudios.
Surge pues, la imperiosa necesidad de inculcar a los jóvenes estudiantes, sobre todo en las
instituciones de educación pública, cual es la importancia de lo anterior, por ejemplo, cabe
destacar, en años pasados hubo en España un incremento considerable en la demanda por estudiar
la carrera de economía, esto explicado por la crisis del año 2008, donde estudiantes de economía
buscaban respuestas y soluciones a esta crisis, al ver que llegaban a las escuelas y observaban que
el plan de estudios vigente, lejos de proponer y buscar soluciones a la situación de crisis actual,
solo se enseñaba en las aulas toda la teoría que había llevado al mundo a esta crisis y no se
encontraban soluciones y ni mucho menos alternativas para enfrentar esta realidad económica.
Lo anterior, resultó que los estudiantes pidieran pluralidad en los planes de estudios (eldiario.es,
2014), muchos jóvenes tuvieron la inquietud de estudiar la carrera para poder explicar y por
supuesto buscar las mejores soluciones a la difícil situación que se estaba presentando en la
economía mundial.
"No es sólo la economía mundial que está en crisis. La enseñanza de la economía también está en
crisis, y esta crisis tiene consecuencias más allá de los muros de la universidad. Lo que se enseña
da forma a las ideas de la próxima generación de legisladores, y por lo tanto da forma a la
sociedad en la que vivimos", aseguraban. (eldiario.es, 2014).
En este mismo artículo, Ferran Español estudiante de Economía en la Universidad Pompeu Fabra
(UPF) y de física en la Universidad de Barcelona, una de las personas que impulsa el espacio
Post-Crash Barcelona, el grupo local que se adhiere a este manifiesto. Confían en el potencial de
121
Marx, a 150 años de El Capital
la iniciativa, "porque hay mucha gente interesada en economía heterodoxa tanto dentro como
fuera del aula", aseveró.
Por otro lado, estudiantes ingleses también alzaron la voz en este mismo sentido, sosteniendo que
la típica enseñanza de economía en la universidad, decían, se concentra en un modelo económico
que ignora casi totalmente los altibajos que ellos han experimentado como estudiantes (BBC,
2016).
También se hizo hincapié en que las matemáticas eran frecuentemente parte central de la
enseñanza de economía. Y se ignoraba la forma extraña e impredecible como la gente se
comporta, así como las muchas otras escuelas de pensamiento económico (BBC, 2016). También
una fuerte omisión al estudio de la historia económica. Parece como si el pasado no hubiera
ocurrido o no hubiera tenido un impacto en la forma como la materia se enseña o debería
enseñarse.
En China, Estados Unidos de América, Brasil, India, Italia, Turquía, Francia, Alemania y otros
países, ahora existen grupos que se reúnen bajo el estandarte de algo llamado "Repensando la
Economía" (BBC, 2016).
Durante algún tiempo esto parecía estar implícitamente reconocido en la forma como el Premio
Nobel de Economía parecía ser otorgado: un año a un seguidor de Keynes, y el otro a un
simpatizante de las fuerzas de mercado inspirado por las opiniones monetaristas de Milton
Friedman.
“Como caricatura, el péndulo oscilaba de la izquierda a la derecha y de vuelta otra vez” (BBC,
2016).
Pero la idea del pluralismo va más allá de la caricatura. Muchos estudiantes quieren escuchar
sobre la aplicación de otros enfoques distintos en la economía: sobre la escuela marxista,
Schumpeter, la clásica, la escuela austriaca, la keynesiana, la conductual, la economía del
desarrollo.
Como se puede observar con todo lo expuesto hasta este momento, existe la inquietud en varios
países por parte de los jóvenes interesados por estudiar economía, que los planes de estudio sean
plurales e incluyentes donde se aprendan también alternativas a la problemática económica actual
y que no se siga enseñando en el mismo sentido al que ha llevado a los problemas de hoy en día,
porque “las ideas económicas afectan todas nuestras vidas. Y para lograr un mundo mejor, es
necesario entenderlas” (BBC, 2016).
122
Marx, a 150 años de El Capital
Lo anterior, se ha podido observar sobre todo hacia las materias relacionadas con la crítica a la
Economía Política dada su postura ideológica y su inclinación y preocupación como ente de
cambio en la sociedad, señalan las posiciones contrarias que tales sólo sirven de adoctrinamiento
y hasta sectarismo ideológico para los alumnos, alejándolos de las posiciones meramente
“académicas” que las demás materias representan a través de otros enfoques, principalmente del
pensamiento económico vigente, totalmente ajenas a la realidad social.
Como toda área del conocimiento, los economistas necesitan una formación integral y sobre todo
crítica. Partiendo del hecho de que estamos inmersos en el modelo de acumulación económica
capitalista actual, las actividades y relaciones humanas giran hoy en día alrededor de esta
dinámica, es decir, a la búsqueda inexorable del cómo este modo de producción no deje de
sostenerse y perpetuarse en el tiempo a través de la explotación de la fuerza de trabajo.
Esta “flexibilidad” entendida como las herramientas de política económica aplicadas a lo largo de
la historia y sobre todo en el siglo XX, donde se observó una constante combinación de políticas
Keynesianas y Neoclásicas según las necesidades del ciclo económico y el fuerte impacto que
conllevó la caída del bloque socialista y el término de la guerra fría.
Todo lo anterior permeando en las áreas académicas y docentes de la materia económica, que
como se comentó al inicio de este documento, ha ido desplazando los enfoques de estudio críticos
como el análisis marxista por modelos de estudio parciales, “cuantificables”, “meramente
científicos” y sobre todo “neutrales” dentro de las aulas durante la década de los noventa,
principio de los años dos mil y en la actualidad.
El análisis marxista permite proponer un conocimiento alternativo con fuertes bases científicas y
sobre todo filosóficas que se han hecho de lado en los últimos años haciendo de la economía una
disciplina “fría” y reduccionista dejando fuera los graves problemas sociales actuales.
Entonces, he allí la importancia del análisis marxista como eje en la formación integral y crítica
de los economistas, se necesitan economistas sensibles y no ajenos a la triste situación de la
economía mexicana, se necesitan economistas que no sean simples autómatas, se necesitan
economistas con pensamiento crítico que dominen todas las herramientas que se le presentan
durante toda su formación, pero con sentido social y humano.
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Marx, a 150 años de El Capital
Cambio de paradigma
Llama mucho la atención que toda esta inquietud y preocupación por la necesidad de una
enseñanza heterodoxa en la economía ya no es un tema exclusivamente de los estudiantes, se
expresa también el Foro Económico Mundial a través de Robert Skidelsky, Miembro del
Parlamento, House of Lords, del Reyno Unido.
Skidelsky, expresa que existe una fuerte incapacidad para explicar las últimas crisis, sobre todo la
de 2008, ya que pone en duda el agotamiento del modelo globalizador. Cuando las variables
económicas entran en cifras preocupantes se Accionan las Palancas habituales (y no tan
habituales) y no pasa nada (World Economic Forum, 2016).
Antes de 2008, los expertos pensaban que tenían las cosas bajo control. Sí, había una burbuja en
el mercado inmobiliario, pero no era peor, según dijo en 2005 la presidenta de la Reserva Federal,
Janet Yellen, que "un bache bastante grande en el camino" (World Economic Forum, 2016).
¿Por qué, entonces, no vieron la tormenta? Esta es exactamente la pregunta que la reina Isabel de
Gran Bretaña le formuló a un grupo de economistas en 2008. La mayoría de ellos se retorcieron
las manos. Fue "un fracaso de la imaginación colectiva de mucha gente brillante", explicaron
(World Economic Forum, 2016).
Skidelsky, refiere que a la mayoría de los estudiantes de economía no se les exige estudiar
psicología, filosofía, historia o política. Se les sirven en bandeja modelos de la economía, basados
en presunciones irreales, y se pone a prueba su competencia en la solución de ecuaciones
matemáticas. Nunca se les ofrecen las herramientas mentales para entender el panorama
completo.
Este mismo autor retoma a John Stuart Mill, el gran economista y filósofo del siglo XIX, que
creía que nadie puede ser un buen economista si es simplemente un economista. Sin duda, la
mayoría de las disciplinas académicas se han vuelto sumamente especializadas desde los tiempos
de Mill; y, desde el colapso de la teología, ningún campo de estudio se ha propuesto entender la
condición humana en su totalidad. Pero ninguna rama de la investigación humana se ha aislado
tanto del todo -y de las otras ciencias sociales- como la economía (World Economic Forum,
2016).
También se plantea el hecho de que en el perfil del economista actual se pretende hacer preciso lo
que es vago y están convencidos de que la economía es superior a todas las otras disciplinas,
porque la objetividad del dinero le permite medir las fuerzas históricas de manera exacta y no
aproximada.
Como era de esperar, la imagen favorita que tienen los economistas de la economía es la de una
máquina. El renombrado economista norteamericano Irving Fisher en verdad creó una máquina
hidráulica elaborada con bombas y palancas (World Economic Forum, 2016), que le permitió
demostrar visualmente de qué manera los precios de equilibrio en el mercado se ajustan en
respuesta a los cambios en la oferta o la demanda.
124
Marx, a 150 años de El Capital
Si uno cree que las economías son como máquinas, probablemente vea los problemas
económicos como problemas esencialmente matemáticos. El estado eficiente de la economía, el
equilibrio general, es una solución a un sistema de ecuaciones simultáneas. Las desviaciones del
equilibrio son "fricciones", simples "baches en el camino"; al impedirlas, los desenlaces son
predeterminados y óptimos (World Economic Forum, 2016).
Skidelsky, indica que es necesario retomar a los clásicos y a los economistas con una visión más
amplia como la escuela austriaca (Joseph Schumpeter y Friedrich Hayek), Keynes quien
recomendaba a sus alumnos intentar “precisar todo” (World Economic Forum, 2016) y por
supuesto retomar a Marx y su valiosa crítica a la Economía Política.
Continúa concluyendo: lo que une a los grandes economistas, y a muchos otros buenos
economistas, es una educación y una perspectiva amplias. Eso les da acceso a muchas maneras
diferentes de entender la economía. Los gigantes de generaciones anteriores sabían muchas cosas
además de economía. Keynes se graduó en matemáticas, pero estaba empapado de los clásicos (y
estudió economía menos de un año antes de empezar a enseñarla). Schumpeter obtuvo su
doctorado en leyes, el de Hayek fue en leyes y ciencias políticas, y también estudió filosofía,
psicología y anatomía cerebral. A lo que este autor añadiría la vida y obra de Marx y todas las
áreas a la que llego a influir: La Economía, la Sociología, la Política, el estudio de la Historia, etc.
Termina sentenciando: los economistas profesionales de hoy, por el contrario, no han estudiado
casi nada excepto economía. Ni siquiera leen los clásicos de su propia disciplina. La historia
económica llega -si es que llega- de conjuntos de datos. La filosofía, que podría instruirlos sobre
los límites del método económico, es un libro cerrado. Las matemáticas, demandantes y
seductoras, han monopolizado sus horizontes mentales. “Los economistas son los idiotas sabios
de nuestro tiempo” (World Economic Forum, 2016).
Otros avisos importantes de este cambio de paradigma es el triunfo de Trump, en las elecciones
estadounidenses y el BREXIT, la salida de la Gran Bretaña de la Unión Europea, que indican la
molestia y desacuerdo de los ciudadanos de los respectivos países por los resultados evidentes en
el modelo de acumulación actual que los ha llevado a tomar este tipo de decisiones buscando
medidas de protección y de cierre de sus economías.
La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE) tendrá efectos negativos para nuestro país
en el mediano y largo plazo, pues se prevé un posible incremento en el desempleo y fuga de
capitales por los indicadores de riesgo para invertir, establecidos por las variables de la prima de
riesgo, unidad que emite la diferencia en la tasa de interés y el grado de fiabilidad de los países
para las inversiones.
Es importante mencionar, que el Reino Unido no es un socio comercial tan importante como los
Estados Unidos. Empero si existen ciertos lazos que pueden impactar en la economía nacional
con la salida de este país de la Unión Europea.
En 2015 el comercio bilateral de México con el Reino Unido ascendió a 4.312 millones de
dólares, colocándolo como el vigesimoséptimo socio comercial a nivel mundial y el sexto de
entre los países de la UE.
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Marx, a 150 años de El Capital
Además, el Reino Unido es el octavo inversionista en México a nivel mundial y el quinto entre
los Estados miembros de la Unión Europea. La inversión extranjera directa (IED) acumulada del
Reino Unido en México ascendió a 10.108 millones de dólares entre 1999 y 2015.
Desde hace varios años el Reino Unido no ha estado del todo convencido de pertenecer a la
Unión Europea, fue el último país en integrarse y lo hizo bastantes restricciones. Los británicos
nunca se consideraron favorecidos por esa adhesión, por lo cual realizaron un plebiscito para
separarse de la Unión Europea.
Por el lado de Estados Unidos de América, es más preocupante el escenario ya que representa el
socio comercial más importante de México hasta 90% de las exportaciones, dependencia en las
divisas y una posible renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte más la
cancelación del Acuerdo Asia Pacífico.
Se puede concluir hasta aquí, que hay evidentes señales de un cambio de paradigma en el modelo
de acumulación actual, un replanteamiento necesario del sistema capitalista actual que vaya de
manera inevitable reflejada en una enseñanza de la materia económica desde puntos de vistas
heterodoxos, críticos y por supuesto acompañado de la crítica a la economía política, para generar
alternativas justas y necesarias.
En las facultades públicas se ha observado el alejamiento de la sensibilidad social por parte del
alumno al momento de llevar a cabo su formación, se le presentan materias totalmente distantes
de los problemas y realidad actual, olvidando, del mundo del que proceden, en otras palabras, a
que clase pertenecen, claramente a la clase trabajadora.
No se trata precisamente de individuos que se están formando para gestionar una empresa cuya
propiedad van a heredar, ni siquiera que lo están haciendo para formar su propia consultora o
estudio particular.
Por el contrario, se trata de individuos que, de manera general, están desarrollando su capacidad
laboral para trabajar como integrantes de colectivos de asalariados. “Se trata de individuos que lo
que está produciendo es su futura fuerza de trabajo para tenerla como única mercancía para
vender” (Iñigo, 2014).
126
Marx, a 150 años de El Capital
El estudiante perteneciente a la clase trabajadora lo que hace durante su proceso formativo es que
su fuerza de trabajo se “valorice” para cuando en el futuro esta mercancía sea comprada por un
capitalista. Esto con una diferencia fundamental, el economista va a tener como objeto de estudio
y de aplicación de su trabajo el capital mismo; es decir, el movimiento del capital en su conjunto,
no de manera individual como otras disciplinas como o son la administración, finanzas o
contaduría.
Por lo tanto, los economistas son, de manera general, según Íñigo (2014): “miembros de la clase
obrera cuyo trabajo social tiene por objeto inmediato la organización del movimiento de la propia
relación social objetivada del capital, a la que al mismo tiempo se enfrentan como una potencia
social que no pueden controlar”.
En la mayoría de los estudiantes existe una fuerte confusión sobre a la clase social a la que
pertenecen, al estar inmersos en un mundo totalmente consumista, aspiracional y en los actuales
medios de comunicación a través de las redes sociales, al ser cuestionados en su mayoría
expresan otra realidad, todos son clase media y no nada más eso incluso “acomodada”, sobre todo
si cuentan con el teléfono inteligente más avanzado y actual del mercado, ropa de “marca”, etc.
En otras palabras, no pueden reconocerse a sí mismos en sus propias determinaciones concretas
como miembros de la clase trabajadora.
Por eso la importancia de no perder la conciencia de clase, no caer en la ilusión concebida para
tratar de manipular la ideología del estudiantado, también en palabras de Íñigo (2014): no es
ningún accidente que los ideólogos del capital apunten a crear la ilusión de que los estudiantes de
economía son miembros de cualquier clase, incluyendo la aparentemente abstraída de toda
determinación por la misma relación social general de “los intelectuales” o de “los científicos”,
menos de la obrera. Esta misma ilusión -a la que se le agrega comúnmente la de que se trata de
futuros intelectuales y científicos libres- es la imagen que, como órgano ideológico del capital, la
propia estructura académica pretende hacerles “vender” a los estudiantes de economía (y por
supuesto, a los estudiantes en general) respecto de sí mismos y de su papel como sujetos sociales.
Y así queda plasmado en los programas universitarios de estudio.
Conclusiones
Es muy necesario e imprescindible que los estudiantes de economía cuenten con una formación
integral, donde lo planes de estudios cuenten con materias que aborden el conocimiento
económico desde varias perspectivas, desde un punto de vista histórico, filosófico y sobre todo
desde la Crítica a la Economía Política.
127
Marx, a 150 años de El Capital
En las aulas es necesario concientizar a los alumnos sobre la relevancia e importancia que tiene el
pensamiento y metodología marxista como herramienta de análisis que permite entender, estudiar
y proponer cambios cualitativos dentro de la dinámica actual de acumulación, pero sobre todo
alumnos conscientes de su entorno y comprometidos como agentes impulsores de cambio y
constante búsqueda de la justicia social.
Literatura citada
BBC. 2016. ¿Sirven para algo los títulos de economista? Londres, Inglaterra.
eldiario.es. 2014. Estudiantes de economía de todo el mundo piden pluralidad en los planes de
estudios. Cataluña, España. 06 de mayo de 2014.
Iñigo, J. 2014. Universidad de Buenos Aires.
https://marxismocritico.files.wordpress.com/2014/10/jic_ser-social-y-produccion-de-
conciencia-publicacion.pdf.
World Economic Forum (WEF). 2016. Economistas versus la economía.
https://www.weforum.org/es/agenda/2016/12/economistas-versus-la-economia/.
128
Marx, a 150 años de El Capital
Pensamiento y reflexión
José Pedro Vizuet López1, Karla Yuritzi Almazan Burgos2 y Jaqueline Mariano Delgadillo3.
1
Universidad Autónoma del Estado de México. 2Universidad de las Américas Puebla y Postsdam College
New York. 3Universidad Autónoma del Estado de México- Unidad Académica Profesional Chimalhuacán.
Resumen
El presente manuscrito busca interpretar dos posturas de amplia trascendencia dentro de los
aportes del filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel: el pensamiento y la reflexión.
Partiendo en primera instancia de la importancia de la filosofía como forma sustancial para la
existencia y fundamentación de la realidad del hombre, para después abordar la concepción del
pensamiento y darle paso a la profunda y compleja reflexión, ya que la filosofía de Hegel tiene
como propósito la consideración reflexiva de la razón en la vida práctica. Su filosofía es una
filosofía de la condición humana en la perspectiva de la emancipación de la vida cívica
(sittlichkeit). Por ello la relación que de esta manera busca ser esclarecida es la emancipación del
individuo en la práctica consciente de la vida social. En un mundo lleno de devastación social, en
el cual el interés individual por obtener más riquezas, tener mayor manipulación sobre las masas
y saciar placeres siniestros, se debe replantear la necesidad de orientar al pensamiento partiendo
de la filosofía. Es preciso entonces establecer que el concepto de filosofía permanece aún hoy
bastante oscuro para la generalidad de los hombres, para todos aquellos cuyos estudios no se
aproximan al campo mismo de la filosofía. La palabra filosofía sugiere, en primer lugar, la idea
de algo arcano y misterioso, un saber mítico, un tanto impregnado de poesía, que hunde sus
raíces en lo profundo de los tiempos, y es solo propio de iniciados. Evoca, en segundo lugar, la
idea de un arte de vivir reflexiva y pausadamente. Una serena valoración de las cosas y sucesos
exteriores a nosotros mismos, que producen una especie de imperturbabilidad interior.
129
Marx, a 150 años de El Capital
Se puede plantear desde la idea de los ignorantes imperiosos que la filosofía, en efecto, no sirve
para nada, pero que en esto precisamente radica su grandeza. Las diversas formas de pensamiento
sirven al hombre y el hombre sirve a la filosofía en cuanto que la esencia diferencial de su
naturaleza propiamente humana es la racionalidad y esta le exige la contemplación intelectual del
ser o bien el conocimiento desinteresado de la esencia de las cosas 1.
Esta ciencia2 es la unidad del arte y la religión. La manera intuitiva del arte, que es extrínseca en
el respeto de la forma, la producción subjetiva de ésta y cuyo fraccionar el contenido sustancial
en muchas figuras independientes, esta unificado en la totalidad de la religión y el proceder
desparramado de esta, que se desarrolla en la representación y su mediar en la representación lo
que ha desarrollado, no es solamente recogido en un todo, sino que es también reunido en la
intuición simple y espiritual y allí es llevado a pensamiento consiente de si este saber; es por
consiguiente el concepto del arte y de la religión, conocido por el pensamiento: en el cual
concepto, aquello que hay en el contenido de diverso, es conocido como necesario, y este
necesario es conocido como libre.3
Para esto la filosofía no puede ser el relato de lo que acaece, sino el conocimiento de lo que hay
de verdad en ello, y basándose en lo verdadero debe comprender lo que en el relato aparece como
un simple acaecer4. En términos claros, el ser humano sin la reflexión filosófica no alcanza el
nivel de hombre en toda su dimensión, por este motivo la enseñanza de la filosofía es una labor
fundamental. El descubrir el pensamiento no es tarea fácil, ya que esto implica el cambiar el
entorno de las personas para generar un entorno más humano5. Aunado a lo mencionado se puede
plantear que todo pensamiento humano surge como filtración del entorno histórico-social en el
cual se encuentra, las acciones conscientes o inconscientes como las obras de cada hombre. La
existencia de cada una de las sociedades humanas, responden y expresan los requerimientos de su
tiempo y de su historia.
También se debe hacer mención a que el presente histórico está dominado- aunque no de una
manera fatalística - por el pasado. Inmediato y mediato, directo o indirecto, expreso o tácito. La
historia en sus orígenes nunca es inocente: siempre deja huellas o produce efectos. En otras
palabras se puede decir que lo que hoy sucede es el fruto del pasado y lo que hoy nos acontece
será el fruto de lo que pasará6.
130
Marx, a 150 años de El Capital
Pues bien, contra los ‘perros ignorantes’ que no saben otra cosa que oler las suelas de lo real: es
necesario en este sentido que se haga del filosofar un asunto serio… tal parece como si fuese
precisamente la carencia de conocimientos y de estudio lo privativo de la filosofía y como si esta
terminase donde aquellos comienzan. Se considera con frecuencia como un saber formal, carente
contenido, y falta mucho para acabar de comprender que… las otras ciencias, por mucho que
intenten razonar sin el auxilio de la filosofía, jamás llegarán a poseer, sin ésta, vida, espíritu ni
verdad7.
Bloch menciona que quien se entregue solamente al curso de sus representaciones no llegará muy
lejos. Se verá apresado, al cabo de poco tiempo por un conjunto de frases y tópicos tan pálidos
como inmovibles por sí mismos. El gato cae siempre de pie, pero el hombre que no haya
aprendido a pensar, que no salga de los breves y usuales enlaces de las representaciones, cae
necesariamente en el eterno ayer. Repite lo que otros han repetido, marcha al paso de ganso de la
fraseología8.
El pensamiento y la reflexión deben ser aquellas herramientas que permitan al futuro generar
osadía en el actuar del ser humano pero esa osadía solo se podrá generar, si se instrumenta en la
filosofía. De esta forma se debe enfocar a cada uno de los conceptos advirtiendo que este trabajo
no pretende renovar el estudio del pensamiento de Hegel, sino ayudar a entender el camino que
traza, para acercarnos a una de sus múltiples interpretaciones.
Hegel es difícil, sin duda, pero su acceso no está bloqueado. Se aspira a intentar comprenderlo y
calibrar las enseñanzas para el presente, debemos desandar los malos pasos e intentar acercarnos
a su pensamiento. Es posible establecer que si se razona de cierta manera se empuja a la
configuración de la realidad, es decir, se conduce al mundo fenoménico a que adopte su realidad
a partir de lo razonado. Por eso, la realidad es conceptual o no es. Esto se debe sobre todo, a que
pensar lo real implica, en primer término, atraparlo con el lenguaje y en consecuencia,
configurarlo retroactivamente9.
131
Marx, a 150 años de El Capital
definitivo, ni los hechos amañados ni las generalidades ya inertes, y menos aún los tópicos llenos
de cadaverina. Lejos de ello, se ve siempre a sí mismo y ve todo lo suyo en constante fluir; se
encuentra siempre, como el centinela avanzado en los puestos fronterizos, de la vanguardia. Lo
que se aprende tiene que hallarse afectado activamente por su materia, pues todo saber debe
considerarse capaz de vivir sobre la marcha, de romper la corteza de las cosas11.
Hegel genera un pensamiento que permite dar cuenta de que la filosofía es, en último término,
representación del espíritu de su tiempo (de sus grandezas y de sus miserias) y la historia de la
filosofía, en cuanto desenvolvimiento en el tiempo del pensamiento humano, es la filosofía
misma ‘el estudio de la historia de la filosofía es el estudio de la filosofía misma’. Antes de
Hegel, pues, ningún filósofo- con la única excepción de importancia de Aristóteles en su libro
primero de la metafísica12 se ve preocupado por integrar las tesis de sus predecesores 13. Resulta
que, “el pensamiento no es nada vacío, abstracto, sino que es determinante de sí mismo; o el
pensamiento es esencialmente concreto. A este pensamiento concreto lo llamamos concepto. El
pensamiento tiene que ser un concepto; por abstracto que pueda parecer, tiene que ser concreto en
sí, o tan pronto como el pensamiento es filosófico es concreto en sí”. 14
única verdad. Cualquier suposición de un mundo natural e histórico separado de y externo a este acto es rechazado. El objeto es
“disuelto” en el sujeto y todo antagonismo entre pensar y hacer o entre espíritu y realidad carece de significado. Porque el
pensamiento (que es un “hacer”, una actividad real) es ipso facto verdadero. “lo verdadero es lo que se hace” daño otra
interpretación a una frase de Gianbatta Vico, Gentile, escribe: “verum et fieri convertuntur”. Y resume: “el concepto de la verdad
coincide con el del hecho”. Pocas afirmaciones pueden estar más alejadas del espíritu de Hegel. Véase en Piñón, Francisco,
Religión y política en Hegel a 200 años de la Fenomenología del espíritu, Gramsci. Editoriales, México, DF. 2009. 44 p.
16 Hegel, G. Introducción a la historia de la filosofía. 12 p.
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Marx, a 150 años de El Capital
Sin duda el pensamiento de Hegel plasma una concepción que permite entender a la filosofía
desde la filosofía misma, esta filosofía tiene como propósito la consideración reflexiva de la
razón en la vida práctica. Su filosofía es una filosofía de la condición humana en la perspectiva
de la emancipación de la vida cívica (Sittlichkeit). La relación que de esta manera busca ser
esclarecida es la emancipación del individuo en la práctica consiente de la vida social. La
autonomía de la subjetividad moderna como hecho decisivo de la vida cívico-política puede
explicarse, así como el resultado de la experiencia de la conciencia en la historia y en la vida
práctica. Toda experiencia humana es en este sentido, implícita o explícitamente, autoconciencia.
Y la filosofía de Hegel es, en suma, una historia de la razón práctica 17.
Sabemos de Dios que es lo más perfecto. Por tanto, Dios solo puede quererse a sí mismo y a lo
que es igual a sí. Dios y la naturaleza de su voluntad son una misma cosa y esta es la que
filosóficamente llamamos la idea. Lo que debemos contemplar es entonces, por tanto, la idea;
pero proyectada en este elemento del espíritu humano. Dicho de un modo más preciso: la idea de
la libertad humana. La más pura forma en que la idea se revela es el pensamiento mismo18. “Se
dice, a veces, que no se sabe lo que pensar a vista de un concepto ya acogido. El sentido que esta
frase envuelve es la nostalgia de una representación y usual: le ocurre a la conciencia como si al
quitarle la representación le faltase bajo los pies el suelo, sobre el cual, por los demás, tampoco
pisa firme ni se siente a gusto. Por eso suele encontrarse que los escritores, los predicadores,
oradores, etc., más fáciles de entender son aquellos que dicen a sus lectores o su auditorio cosas
que éstos saben ya de memoria, que les son familiares y se comprenden por sí mismas”. 19
En contraparte se puede asimilar que un pensamiento gris y poco importante rara vez puede
condensarse, en pocas palabras, necesita emplear muchas; le pasa, en esto, lo que a la mentira.
Tiene que dar vueltas y más vueltas alrededor de la cosa, porque no acierta a dar en el blanco de
la cosa que propone decir, y tal vez no quiere tampoco acertar. Cuanto más larga la charla, más se
diluye el sentido y más la pone al descubierto la abreviación. 20
Referirse a la mente humana tiene una doble potencialidad: es decir el bien y el mal, la locura y la
cordura, la compasión y la impiedad. La mente puede crear la más deslumbrante belleza o la más
devastadora destrucción, puede ser la causante de los actos más nobles y altruistas o la
responsable del egoísmo más infame. La mente puede dignificar o degradar, amar u odiar,
alegrarse o deprimirse, salvar o matar, soñar hasta el cansancio o desanimarse hasta el suicidio.
Ella es la responsable principal de nuestro sufrimiento. El conflicto es claro: no podemos
destruirla ni prescindir de ella radicalmente, pero tampoco podemos aceptar la locura y la
irracionalidad sin más. La complejidad de la mente no justifica resignarnos a una vida de
insatisfacciones, miedos e inseguridades.
Para ello Hegel plantea el concepto de razón, ya que es fundamental dentro de la filosofía, éste
sostenía que el pensamiento filosófico se agota en este concepto, que la historia tiene que ver con
17 Piñón, F. 2009. Religión y política en Hegel a 200 años de la Fenomenología del espíritu, Gramsci Editoriales, México, DF. 15
p.
18 Hegel, Ideas e Instituciones Políticas y Sociales II. 30 p.
19 Bloch, Ernst, Sujeto- Objeto: el pensamiento de Hegel. 24 p.
20 Ibíd. 34 p.
133
Marx, a 150 años de El Capital
la razón y solo con la razón y que el Estado 21 es la realización de la razón. Estas afirmaciones no
serán comprensibles, sin embargo, mientras la razón sea interpretada como un puro concepto
metafísico, ya que la idea hegeliana de la razón ha conservado, aunque bajo una forma idealista,
los esfuerzos materiales por un orden de vía libre y racional. El núcleo de la filosofía hegeliana es
una estructura cuyos conceptos -libertad, sujeto, espíritu, noción- están derivados de la idea de
razón.22
Es posible especular haciendo valer el enunciado que asimila, el que nunca desde que el sol ha
estado en el firmamento y los planetas han dado vueltas a su alrededor, había sido percibido que
la existencia del hombre se centra en su cabeza; es decir, en el pensamiento, por cuya inspiración
constituye el hombre el mundo de la realidad. Anaxágoras 25, fue el primero en decir que el
Noûs26 gobierna el universo; pero hasta ahora el hombre no había llegado al reconocimiento del
principio de que el pensamiento debe gobernar la realidad espiritual. Esto fue, por consiguiente,
una gloriosa aurora mental. Todos los seres pensantes comparten el júbilo de esta época 27.
21El Estado es la realidad de la idea ética; es el espíritu ético en cuanto a voluntad patente, clara para sí misma sustancial que se
piensa y se sabe, y que cumple lo que él sabe y cómo lo sabe. En lo ético, el Estado tiene su existencia inmediata, y en la
conciencia de sí del individuo, en su conocer y actividad, tiene su existencia mediata, y esta conciencia de sí, por medio de los
sentimientos, tiene su libertad sustancial en él, como su esencia, fin y producto de su actividad. Véase en Hegel. Ideas e
Instituciones políticas II. Departamento Académico de Estudios Generales, Instituto Tecnológico Autónomo de México. México.
DF. 1971. 87 p.
22Marcuse, Herbert, Razón y revolución. 11 p.
23Del Moral, J. M. 1988, Subjetividad y temporalidad. Universidad Autónoma de Chapingo, México, Estado de México. 82 p.
24Ávalos Tenorio, Gerardo, Breve introducción al pensamiento de Hegel. 13 p.
25Filósofo, geómetra y astrónomo griego. Probable discípulo de Anaxímenes, Anaxágoras perteneció a la denominada escuela
o Dios.
27Philosophie der Geschichte, Obras completas, Glokner. 557 p.
134
Marx, a 150 años de El Capital
pensamiento, por sí, el pensamiento de la inteligencia es el tener pensamiento, éstos son como su
contenido y objeto28.
Se puede trazar en esta primera parte, que el pensamiento es la sustancia universal del espíritu; de
él mismo se desenvuelve todo lo demás. “En todo lo humano es el pensar, el pensamiento, lo
activo. También el animal vive, comparte con el hombre necesidades, sensaciones, etc. Pero el
hombre debe distinguirse del animal, tiene que ser esta sensibilidad humana, no animal; es decir,
tiene que darse el pensamiento en ella. El animal tiene sentimientos sensibles, deseos etc., pero
no tiene religión, ni ciencia, ni arte, ni fantasía, en todo esto existe el pensamiento
activamente”.29 Pero justamente el hecho de que así sea pone de manifiesto un concepto que debe
representar la reflexión desde la postura de Hegel, dando características que permitan entender su
gran interpretación.
La reflexión no sólo resulta solidaria de la dualidad, sino que también constituye la misma
posibilidad de ésta: será, por un lado, la condición de posibilidad de la conciencia finita y por otro
idealismo absoluto como prueba Tesis Doctoral. Universidad de Santiago de Compostela. Facultad de Filosofía- Departamento de
Filosofía e Antropoloxía Social. Santiago de Compostela, 26 p.
32 Ibíd. 26 p.
135
Marx, a 150 años de El Capital
lado, la responsable de que lo Absoluto pueda realizarse como tal; es decir, de que alcance la
autoconciencia. La reflexión se revela, por consiguiente, como aquello que media entre la
infinitud y la finitud, si bien ella “cae” siempre del lado de la finitud, de las oposiciones 33.
Hegel plantea que la reflexión contiene una complejidad ya que en ella se encierra la parte más
difícil de la lógica, explicando que “la apariencia es lo mismo que la reflexión… la esencia es
reflexión, el movimiento del devenir y del traspasar” así pues, recurriendo a una fórmula de
difícil comprensión Hegel propone: “El devenir en la esencia, o sea su movimiento reflejado, por
consiguiente, consiste en el movimiento de la nada a la nada y es así un movimiento de retorno a
sí mismo”. Esta cuestión resulta más clara cuando se explica con más claridad: “la reflexión es el
parecer de la esencia en sí misma”.
Lécrivain explica que “la reflexión aparece como la condición del desarrollo y de la explicación
de la esencia en la medida, en que su proceso muestra como todas estas determinaciones están en
relación unas con otras, puesto que ellas se reflejan todas las unas en las otras y se vinculan todas
aún sólo y mismo polo de unificación”. Esto implica que cuando Hegel desarrolla el movimiento
de la reflexión no estamos hablando de una operación intelectual, sino de la múltiple relación o
reflexión de las determinaciones.
Plantear o asumir a la reflexión como “verdad de la conciencia” puede crear cierta polémica, sin
embargo, Hegel nos plantea que aquí se encuentra el motor de la dialéctica y por ello se debe
echar mano de esta alusión, generando dos percepciones que asuman al carácter reflexión un
aporte que permita su explicación.
La reflexión pensante es la prescinde de la diferencia y fija lo universal, que debe obrar de igual
modo en todas las circunstancias y revelarse en el mismo interés. El tipo universal puede también
revelarse en lo que parece más alejado de él, en el rostro más desfigurado cabe aún rastrear lo
humano. Puede haber una especie de consuelo y compensación en el hecho de que quede en él un
rasgo de humanidad. Con este interés, la consideración de la historia universal pone el acento en
el hecho de que los hombres han permanecido iguales de los vicios y las virtudes han sido los
mismos en todas las circunstancias. Y podríamos, por tanto, decir con Salomón: nada hay nuevo
bajo el sol34.
33 Ibíd. 29 p.
34 Hegel. Ideas e Instituciones Políticas y Sociales II. 30 p.
35 Palmier, Jean-Michel. Hegel, ensayos sobre la formación hegeliana. 43 p.
36 Piñón, F. 2009. Religión y política en Hegel a 200 años de la Fenomenología del espíritu. Gramsci Editoriales. México, DF. 55
p.
136
Marx, a 150 años de El Capital
Sin embargo, la segunda percepción permite la meditación de Hegel anunciando los puntos en los
que gira la reflexión, partiendo de la muerte: una que plantea el terminar en plegarias, sollozos,
sin ir más lejos y la otra que interioriza esta muerte para hacerla una consciencia más aguda de la
vida. Así se realiza la transformación de la muerte en vida, de lo negativo en ser. En ese sentido,
sólo el hombre puede llamarse auténticamente mortal y por ello tendrá que hacer valer su
capacidad para orientar al pensamiento. El animal ignora esta muerte, que no es para él más que
una necesidad interna, la de su aniquilamiento. Sólo el hombre al pensarla y aferrarse a ella,
puede pensar auténticamente la vida37.
Por ello la reflexión es la conciencia de sí, que es deseo no podrá descubrir la verdad más que en
otra conciencia, que sea tan viviente como ella. Solo cuando encuentre en otra consciencia un eco
de su propio deseo puede encontrar en ella su verdad38. La capacidad de reflexión estará ligada de
manera directa a nuestra historia, ya que la incorpora generando una percepción de las cosas. Es
decir, que subyace en el inconsciente creando o generando la capacidad de actuar. En sentido
estricto lo Absoluto no plantea problema alguno, sino que como tal se revela precisamente todo
aquello que no es absoluto, aquello que sólo tiene consistencia en la medida en que se relaciona.
Salir de lo absoluto conlleva entrar en relaciones y viceversa, la supuesta vuelta a lo Absoluto
exigiría cortarlas; pues bien, teniendo en cuenta todo el abanico de relaciones posibles, puede
decirse que la relación por antonomasia39 es la reflexividad, a saber, aquélla que uno sostiene
consigo mismo, resultando que al proceso o movimiento por el cual tiene lugar una vuelta sobre
sí le damos el nombre de reflexión40.
No hay duda alguna, que el hombre es el único animal que ríe y llora, porque él es el único que
sabe la diferencia entre las cosas que son y las que deberían ser. “Pero desde la reflexión se debe
distinguir entre lo verdadero y lo falso que figuran entre los pensamientos determinados que
pasan por ser, en la inmovilidad, entes con existencia propia, uno de los cuales se alza del lado de
allá y el otro del lado de acá, cada uno de ellos aislado y fijo, sin contacto con el otro. Frente a
eso, debe afirmarse que la verdad no es una moneda acuñada que pueda darse y recibirse sin
más”41.
Un ejemplo de la reflexión de Hegel plantea: “solo el ignorante es limitado, pues no conoce sus
límites; en cambio, quien los conoce no los conoce como limites puestos a su saber, sino como
algo sabido, como algo que forma parte del saber propio…; por tanto, el conocer los propios
límites vale como conocer la propia ilimitación” 42. De esta forma, es preciso establecer que
“Hegel, en la cumbre del idealismo, llevo a su extremo la más clara expresión de la tragedia: no
poder vivir sin dioses y a través del despliegue de la razón vino a divinizar historia” 43. Una vez
37
Palmier, J. M. Hegel, ensayo sobre la formación del sistema hegeliano. 43 p.
38
Ibíd. 43 p.
39
El término plantea que una persona o cosa que entre todas las de su especie, es la más distinguida, importante o conocida, ya que
materializa tan perfectamente y no genera discusión o dudas, las características del apelativo que la distingue que puede ser llamado por
él o servir de ejemplo para el mismo.
40
Varela, L. R. Ma. 2006La transformación del concepto de reflexión de Kant a Hegel. El transito del idealismo trascendental al idealismo
absoluto como prueba. Tesis doctoral. 273 p.
41
Bloch, E. Sujeto- objeto: el pensamiento de Hegel. 77 p.
42
Ibíd. 227 p.
43
Piñón, F. Religión y política en Hegel, A 200 años de la Fenología del espíritu. 185 p.
43
Ibíd., p. 45.
43
Bloch, E. Sujeto- objeto: el pensamiento de Hegel. 479 p.
43
Ibíd. 480 p.
137
Marx, a 150 años de El Capital
recorrido de manera breve las ideas que se tornan en el pensamiento de Hegel se puede decir que:
el contenido de una obra verdaderamente filosófica no queda intacto con el paso del tiempo. Si
sus conceptos se encuentran en relación esencial con los fines e intereses de las personas, en
cambio fundamental de la situación histórica los inducirá a verlos a una nueva luz. En nuestro
tiempo, la formación del fascismo exige imperiosamente una nueva interpretación de la filosofía
hegeliana.
Los hombres no son seres definitivamente terminados; por tanto, tampoco su pasado lo es. Este
sigue laborando, bajo otros signos, con nosotros, en el impulso de sus problemas, en el
experimento de sus soluciones; todos nosotros navegamos en el mismo barco. Los muertos
reaparecen, cambiamos: Aquellos cuyas hazañas eran demasiado audaces para ser llevadas a buen
término (como Thomas Munzer); aquellos cuya obra era demasiado basta para coincidir con el
local de su tiempo (como Esquilo, el Dante, Shakespeare, Bach y Goethe). El descubrimiento del
futuro en el pasado es filosofía de la historia y también, por tanto, de la historia de la filosofía.
Por consiguiente, cuando nos despedimos de Hegel no nos despedimos, en realidad; del mismo
modo que al encontrarnos por primera vez con él, cuando este encuentro está lleno de fuego, no
lo encontramos, realmente por primera vez. En términos generales los elementos de pensamiento
y reflexión no podrán ser entendidos sin la ayuda de Hegel, ya que él será siempre un reencuentro
continuo, fecundo y dichoso, acreedor al respeto y a la gratitud de los hombres. “Los tiempos de
transición, como el nuestro, aguzan nuestra sensibilidad ante el genio de la dialéctica, ante el gran
maestro”.
Literatura citada
Ávalos, T. G. 2011. Breve introducción al pensamiento de Hegel. Universidad Autónoma
Metropolitana (UAM). México, D.F.
Bloch, E. 1962. Sujeto-objeto: el pensamiento de Hegel. Fondo de Cultura Económica (FCE).
México, DF.
Del Moral, J. M. 1988. Subjetividad y temporalidad. Universidad Autónoma de Chapingo
(UACH) México, Estado de México.
Gambra, R. 1989. Historia sencilla de la filosofía. Editorial de Revistas SA. de CV.
Hegel, G. W. E. 2011. Enciclopedia de las ciencias filosóficas. Editorial Porrúa, México, DF.
Hegel, G. W. F. 1807. Fenomenología del espíritu. Editorial Fondo de Cultura Económica (FCE).
México, DF.
Hegel, G. 1983. Introducción a la historia de la filosofía, SARPE. Madrid, España.
Hegel. 1971. Ideas e instituciones políticas II. Departamento Académico de Estudios Generales,
Instituto Tecnológico Autónomo de México. México, DF.
Marcuse, H. 1971. Razón y evolución. Alianza Editorial. Madrid.
Palmier, J.-M. 1968. Hegel, ensayos sobre la formación hegeliana. Fondo de Cultura Económica
(FCE). México, DF.
Piñón, G. F. 2012. México Los rostros de un leviatán. Editorial Plaza y Valdés. México, DF.
Piñón, F. 2009. Religión y política en Hegel a 200 años de la fenomenología del espíritu.
Gramsci Editoriales, México, DF.
Varela, L. R. Ma. 2006. La transformación del concepto de reflexión de Kant a Hegel. El tránsito
del idealismo trascendental al idealismo absoluto como prueba Tesis Doctoral.
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Resumen
El artículo es un comentario al capítulo XXV del tomo I de El Capital. Es un ejercicio-guía de
lectura que demuestra la vigencia de la crítica de la economía política (CEP). Se entenderá que la
acumulación originaria es premisa fundamental del capitalismo, con ello se comprenderá que el
capital no es una cosa sino una relación social mediada por cosas, aquí Marx pone en juego
conceptos muy importantes de su teoría de la producción del espacio capitalista. La vigencia de la
CEP se ilustra en el contexto del ciclo hidro-social capitalista en México.
Introducción
El capítulo XXV, la teoría moderna de la colonización (tomo I), ha sido comúnmente
menospreciado por algunos comentaristas y lectores de El Capital debido a la mala interpretación
que se ha hecho de él.1 Sin embargo, en este capítulo Karl Marx pone en juego conceptos muy
importantes de su teoría de la producción del espacio capitalista. El capítulo parece ser
secundario porque su contenido no se revela de manera inmediata, esto puede deberse a que Marx
no discute aquí con David Ricardo, Adam Smith o algún otro economista clásico, sino con el
político británico Edward Gibbon Wakefield. Frente a ello Marx plantea cuáles son las
condiciones para que realmente ocurra la expansión capitalista como consecuencia del modo de
producción desarrollado.
Se podrá observar cómo en dicho capítulo se plantean las bases de una teoría marxista de la
colonización a través de la crítica a la teoría moderna de la colonización de Wakefield. Para dar
cuenta de la expansión del capitalismo Marx, se basa en lo que expuso en el capítulo XXIV,
recordemos que ahí estudió el origen y mecanismos violentos que posibilitan la separación de los
trabajadores de sus medios de producción o la así llamada acumulación originaria. El capítulo
1
Desde la crítica de la economía política, debemos entender por moderna colonización a la colonización capitalista
del espacio, del espacio geográfico donde no domina el modo de producción capitalista. En el capítulo XIII.
Maquinaria y gran industria (tomo I), Marx expone la lógica de este proceso desde el concepto de la división
internacional del trabajo. Nos dice que esta división internacional del trabajo se adecúa a las principales sedes de la
industria maquinizada… [a las metrópolis]. Karl Marx, El Capital. 24 (Ed.). Editorial S. XXI, México. 550 p.
140
Marx, a 150 años de El Capital
XXV explica que la expropiación de los trabajadores es la premisa fundamental para la existencia
del modo de producción capitalista tanto en la metrópoli como en las colonias, esto hace posible
la existencia de asalariados y sobre esta base, la existencia de los capitalistas. Con ello se
comprenderá que el capital no es una cosa sino una relación social mediada por cosas, tanto en la
metrópoli como en las colonias.
Así muestra cómo la acumulación originaria no es sólo un punto de partida, sino momento
fundamental de la acumulación de capital desarrollada, donde la separación del trabajador de la
riqueza por él producida, se convierte en un proceso que necesariamente debe repetirse de manera
permanente.
En este capítulo, Marx pone en juego conceptos muy importantes de su teoría de la producción
del espacio capitalista. Y el telón de fondo sobre el que Marx escribe es precisamente la
expansión espacial del capital de mediados del siglo XIX, donde éste pasa de una medida
continental a una mundial.
De ahí que, en segundo lugar, este artículo se enfoque en cómo el sistema capitalista, en su
necesidad de expandirse, sigue acosando los espacios que no ha logrado someter por completo a
su lógica de producción, tal es el caso de las comunidades campesinas e indígenas mexicanas.
Específicamente me interesa mostrar cómo el proyecto hidro-social capitalista en México ha
despojado a estas comunidades del agua, dando como resultado por un lado a la mercancía fuerza
de trabajo y por otro a la mercancía agua como medio de producción.
Estructura argumental
El otro, capitalista, presente en la metrópoli caracterizado por una propiedad privada capitalista
basada en la apropiación de trabajo ajeno. En este capítulo se está exponiendo la contradicción
entre la ley de apropiación mediada por el trabajo y la ley de apropiación de trabajo ajeno.
Marx desarrolla la contradicción del valor/valor de uso a nivel, no de la interacción práctica para
llevar a cabo el intercambio (tema trabajado en el capítulo I “la mercancía”) 2, sino espacial y
geográficamente; es decir, trata del modo en que el capitalismo produce su espacio. Así, la
exposición de Marx logra desmistificar conceptos que la economía política ha querido naturalizar
o eternizar.
2
Bolívar Echeverría elaboró una propuesta de lectura de El Capital guiada por la relación entre valor/valor de uso, al
respecto consúltese: Bolívar Echeverría. El discurso crítico de Marx, Editorial Era, México, 1986.
141
Marx, a 150 años de El Capital
Este capítulo contiene de manera implícita los diferentes conceptos que Marx construye a lo largo
del tomo I. Uno de ellos es retomado porque es central para el desarrollo del capital tanto en la
metrópoli como en las colonias: la separación de los trabajadores de sus medios de producción.
Sin esa premisa (sin el sometimiento formal del proceso de producción al capital) no puede
iniciarse el proceso de acumulación.
A tal grado es fundamental esta condición que, de no existir sería imposible el desarrollo de las
fuerzas productivas sociales capitalistas (el sometimiento real del proceso de trabajo al capital).
Siendo así, la acumulación originaria no es sólo un punto de partida, sino momento fundamental
de la acumulación de capital desarrollada, donde la separación del trabajador, respecto de la
riqueza por él producida, se convierte en un proceso que necesariamente debe repetirse una y otra
vez de manera permanente para no dejar abierta la posibilidad de que el trabajador decida
regresar o no al día siguiente a la fábrica.
Este proceso se vuelve más claro cuando observamos la expansión del capital hacia nuevos
espacios, en este caso, las colonias. Proceso que al mismo tiempo es resultado, nos dice Marx, del
avance de las fuerzas productivas capitalistas que devienen en acumulación de capital
excedentario, el cual necesita ser exportado hacia nuevos territorios donde pueda reiniciar su
proceso de reproducción. De ahí se deriva que el espacio sea una de las categorías fundamentales
para la comprensión del capital en tanto sistema, porque es precisamente en la expansión espacial
del capital donde se neutraliza su contradicción valor/valor de uso.3
Así, pues, la exposición histórica particular que realiza Marx en este capítulo tiene como fin la
comprensión de las premisas generales de existencia del capitalismo, por lo que no se limita a
comprender solamente la sociedad del s. XIX4 lo anterior, demuestra pues, la vigencia de la
crítica de la economía política.
3
Al respecto la geografía política crítica ha desarrollado importantes aportes. Tal es el caso de Neil Smith quien, al
analizar la contradicción valor/valor de uso en la sociedad capitalista, observa que es en el espacio donde esta
contradicción interna a la lógica del capitalismo encuentra una solución forzada (desde mi punto de vista, ésta no
sería una solución a la contradicción, sino una neutralización temporal de la misma). Él logra comprender que la
forma valor y la forma valor de uso, expuesta por Marx, se desdoblan en el tiempo y en el espacio. Así logra observar
que el capitalismo maduro tiende a la aniquilación del espacio mediante el tiempo, ya que la forma valor
universalizada en el proceso de expansión-desarrollo capitalista, mediante el tiempo, iguala toda la riqueza social.
Observa también que la forma valor aunada al desarrollo de las fuerzas productivas lleva a la caída tendencial de la
tasa de ganancia. Dicha contradicción viene a encontrar en el desarrollo geográfico desigual, en el espacio como
valor de uso, una salida temporal que le permite seguir acumulándose. Nos dice que, si bien ya no hay un exterior al
capitalismo, si hay diferencias internas que se expresan en diferencias histórico-geográficas. Esta solución forzada es
fija sólo momentáneamente, el desarrollo geográfico desigual se mueve en función de la caída de la tasa media de
ganancia. Reconoce también que cualquier remanente de sociedades pre-capitalistas que hayan sobrevivido, está
envuelto en el seno de un capitalismo mundial más amplio. Neil Smith, Geografía del desarrollo desigual,
https://esepuba.files.wordpress.com/2009/03/neil-smith-la-geografia-del-desarrollo-desigual.doc
4
Jorge Veraza propone que leamos este periodo, mediados del siglo XIX con las siguientes claves. En primer lugar, la
que otorga Charles Fourier sobre la crisis de 1825 como la primera crisis de sobreproducción del sistema capitalista;
en segundo lugar, Jorge Veraza agrega la crisis económica inglesa de 1847; ambas permiten comprender la tercera
clave derivada del análisis de Fernando Claudín, el paso de la medida continental a la medida mundial del capital. Es
decir, la crisis de sobreproducción de capital de 1825 y la crisis económica inglesa de 1847 condicionan o posibilitan
el proceso de expansión-dominación espacial capitalista o el cambio de medida geopolítica del capital. Al respecto
consúltese: Jorge Veraza, Revolución mundial y medida geopolítica de capital, A 150 años de la Revolución de 1848,
Editorial Itaca, México, 1999.
142
Marx, a 150 años de El Capital
El capítulo está compuesto por 15 párrafos y su línea argumental es la siguiente: a) premisas del
párrafo 1 al 5, presentan cuáles son las condiciones necesarias para la existencia y reproducción
del modo de producción capitalista tanto en la metrópoli como en las colonias, mostrando a este
proceso como un hecho social de completa alienación del trabajador; b) proceso del párrafo 6 al
14, explica brevemente cómo se desarrolló el proceso de expropiación de los trabajadores en
Europa y las formas artificiales y reales que asume en las colonias; por último; y c) resultado,
párrafo 15, cierra el argumento reafirmando la idea de que el modo de producción para existir
necesita separar a los trabajadores de sus medios de producción.
Premisas
Marx nos explica cómo Wakefield se percató de que a pesar de que los capitalistas exportaban su
riqueza (dinero, medios de producción, etc.) de la metrópoli a las colonias junto con trabajadores,
la producción no se consolidaba como una producción capitalista (basada en la explotación de
trabajo ajeno, en la extracción de plus valor). Ello debido a que la clase trabajadora en las
colonias se encontraba frente a un territorio vasto que le otorgaba la posibilidad de convertirse en
propietaria de medios de producción (fundamentalmente la tierra), como ocurrió en los EE. UU
donde los trabajadores tenían la capacidad de acumular riqueza para sí mismos y no para el
capitalista; de modo que el capitalista, aunque contara con máquinas carecía de su complemento
fundamental: el asalariado. Marx nos dice que Wakefield descubre en las colonias lo que tanto se
negaba en la metrópoli, que “el capital no es una cosa sino una relación social entre personas
mediada por cosas” (Marx, 2001).
La existencia de una relación social capitalista (relación entre dos clases sociales, una capitalista
y otra asalariada), nos dice Marx, es un hecho histórico y está condicionada a un proceso previo
básico: la expropiación de la fuerza de trabajo; es decir, la separación de los trabajadores de sus
medios de producción y subsistencia que arroja por un lado a una enorme cantidad de
trabajadores despojados de riqueza y por otro a la clase que se apropia de ésta. Sólo separando a
los trabajadores de los medios de producción y de subsistencia, estos últimos se convierten en
capital. Sin embargo, en las colonias, al no toparse con tal obstáculo, el trabajador libre “…en
cuanto poseedor de sus propias condiciones de trabajo, se enriquece a sí mismo en vez de
enriquecer al capitalista” (Marx, 2001).
La conclusión forzosa es que el capitalismo sólo puede existir en las colonias en la medida en que
recree en ellas la relación de explotación de los capitalistas hacia la clase trabajadora, vigilando
que los trabajadores no se conviertan a su vez en propietarios privados de los medios de
producción y subsistencia.
143
Marx, a 150 años de El Capital
Proceso
Entonces Wakefield, se pregunta cómo generar en las colonias esa separación de los trabajadores
de sus medios de producción y de subsistencia. En busca de respuestas elabora una mirada que
pretende ser histórica pero que en realidad naturaliza un hecho histórico-social. Según su
investigación la humanidad mediante un ‘acuerdo voluntario’ decide renunciar a sí misma en pro
de la acumulación del capital, y reduce tal hecho histórico a una simple “relación contractual
libre establecida entre comprador y vendedor” (Marx, 2001). Así, despojada de sus características
reales, la expropiación no es presentada como un hecho violento que condena al trabajador,
separado de toda riqueza, a la dependencia respecto del capital. A propósito de la colonización, o
de la expansión del capitalismo, recordemos el capítulo IV de El Capital, el cual señala cómo el
intercambio mercantil oculta la relación de explotación capitalista.
La cuestión en las colonias sigue siendo que, tanto en el ámbito de la producción como en el de la
circulación, “…no se da aún la escisión entre el trabajador y sus condiciones de trabajo…”.
(Marx, 2001). Lo que demuestra que ante la posibilidad de trabajar para sí mismos los
trabajadores no eligen someterse voluntariamente al capital. Ellos eligen el trabajo de auto-
subsistencia, el trabajo concreto. Los trabajadores aún cuentan con capacidades diversas y son
capaces de desarrollar más habilidades (trabajo concreto), produciendo una serie de valores de
uso con los que afirman su reproducción; es decir, consumen los medios de subsistencia que ellos
mismos producen, por lo que rara vez acuden al mercado para satisfacer sus necesidades. En un
contexto tal, el capitalismo no puede florecer pues requiere mercancía fuerza de trabajo
disponible en el mercado, requieren de esa mercancía sólo dueña de su fuerza de trabajo que
requiera venderla para poder sobrevivir.
Con ello se expone que en realidad la separación de los trabajadores de sus medios de producción
no ha sido un renunciamiento voluntario ni un fenómeno natural. Frente a ello, Wakefield,
propone la systematic colonization. Método que promete establecer una oferta de trabajo libre
constate y regular en las colonias. En síntesis, su teoría establece un precio artificial a la tierra,
tan alto que los inmigrantes tuvieran que trabajar durante periodos más prolongados como
asalariados para poder ganar el suficiente dinero para pagar por su tierra; el dinero recolectado de
esta forma sería invertido al mismo tiempo en la importación de pobres de Europa. Marx
menciona que el método de Wakefield fue aplicado por el gobierno británico durante varios años
con nulos resultados.
144
Marx, a 150 años de El Capital
Resultado
Marx ha expuesto a lo largo del capítulo XXV la contradicción valor/valor de uso desdoblándola
en el análisis de la expansión del modo de producción capitalista sobre el globo terráqueo,
demostrando que lo que subyace en la problemática relación metrópoli-colonia son dos modos de
producción antagónicos, uno de ellos le plantea a la humanidad la posibilidad de acceder la
libertad mientras que el otro la somete a la lógica del capital.
Por ello Marx concluye de la siguiente manera el capítulo “…el modo capitalista de producción y
acumulación, y por ende también la propiedad privada capitalista, presupone el aniquilamiento de
la propiedad privada que se funda en el trabajo propio, esto es, la expropiación del trabajador”.
(Marx, 2001). La expansión del capitalismo a nivel mundial involucra necesariamente este
evento.
El objetivo de esta parte del artículo es mostrar la vigencia de la CEP, para la comprensión de la
realidad económica-política en México. Específicamente, se mostrará en la existencia de un ciclo
hidro-social capitalista en México, el cual ha estado produciendo al espacio del agua que, por ser
capitalista, es al mismo tiempo un espacio hidro-político.5 Estudiaremos, pues, cómo el ciclo
hidro-social capitalista tiene como premisas la expropiación del agua a los trabajadores y con ello
la expansión espacial o geográfica del capital6.
5
Retomo ambos conceptos (ciclo hidro social y espacio hidro-político) de la investigación elaborada por la Dra.
Mónica Olvera Molina, quien a su vez los ha retomado del geógrafo Erick Swyngedouw. Ella los explica empleando
el instrumental teórico desarrollado por la geografía política crítica. Así, el espacio del agua, que aparece como un
espacio natural, desvinculado de cualquier forma de poder, es en realidad una producción sociopolítica definida a
través de los intereses de los actores involucrados en su uso y gestión; por ende, la producción del espacio del agua
asume formas autoritarias y violentas. Existen en este espacio diferentes proyectos hidro- sociales, entiéndase,
formas sociales transformadoras de la naturaleza (en este caso específicamente del agua). Es, pues, un espacio hidro-
político en tanto que geográficamente alude a un proceso social, en tanto que político porque remite a un análisis de
poder. El espacio del agua tomará forma y se transformará según los procesos sociopolíticos que se presenten. En
síntesis, nos dice, que el ciclo del agua es un ciclo hidro-social, donde el agua fluye hacia el poder. En este sentido,
todo proyecto social es un proyecto político, por tanto, toda política sobre el agua comprende un poder ideológico, un
marco interpretativo social para aprehender las problemáticas en relación con el uso, acceso, distribución y calidad
del agua. Al respecto consúltese Mónica Olvera, Desnaturalizando la cuenca en México: notas sobre el espacio
hidropolítico, en la Revista Agua y Territorio, Núm 7, enero-junio 2016, España. Retomo los aportes de esta
investigadora para ubicarlos específicamente en el contexto del capitalismo mexicano, de lo cual se deriva que el
proyecto hidro-social que ha dado forma al espacio del agua en México desde mediados del s.XIX hasta nuestros
días, ha sido el proyecto hidro-social capitalista; es decir, retomando palabras de M. Olvera, si las aguas fluyen hacia
el poder, entonces, en México las aguas han estado fluyendo hacia el capital.
6
El lector puede preguntarse si, al retomar estos conceptos, me alejo del propósito de mostrar la vigencia de la CEP,
la respuesta es no. No porque ambos forman parte del pensamiento geográfico crítico, fundado en el materialismo
dialéctico-histórico. Decido retomarlos para enriquecer la comprensión de nuestra realidad. Tomaré pues ambos
conceptos y los proyectaré a través de dos conceptos propios de la CEP: la acumulación originaria y el desarrollo o
expansión del modo de producción capitalista.
145
Marx, a 150 años de El Capital
El nacimiento y desarrollo del capitalismo periférico en México (finales del s. XIX, principios del
s. XX) ha implicado un aumento en el consumo del agua para satisfacer las necesidades
productivas capitalistas7. Es decir, en este largo periodo, el agua ha sido usada para valorizar
capital, ello puede observarse desde dos perspectivas diferentes que se corresponden o explican
entre sí8.
En primer lugar, si dividimos al periodo según el uso más importante que se le dio, distinguimos
tres etapas de desarrollo: el agua para la exportación de bienes primarios, el agua para la industria
y el agua para el capital transnacional9. En segundo lugar, el periodo puede ser estudiado según el
tipo de propiedad que dominó sobre el recurso: pública, privada o comunal. Es importante
destacar que, tanto en una perspectiva como en la otra, el Estado mexicano ha jugado un papel
central en función de las necesidades del capital.
Resulta bastante clara la relación entre los usos del agua y los movimientos en la división
internacional del trabajo. No así los cambios en materia de las formas de propiedad del agua; es
decir, cómo pensar el desarrollo del capitalismo mexicano con la ausencia de propiedad privada
del agua. Para entender este proceso considero necesario mencionar una periodización al respecto
de cómo se fueron modificando en el tiempo dichas formas de propiedad.
En este sentido, el nacimiento del capitalismo en México (finales del s. XIX y principios del s.
XX) se funda en la privatización del agua (y de la tierra), pero para su desarrollo (en el periodo
que va de la década de 1940 a 1960) se asienta en la propiedad pública-social; no obstante, en
1980 y hasta nuestros días (en pleno contexto de la crisis capitalista del agua), vuelve a retomar la
vía de la propiedad privada.
Se puede observar que la privatización del agua no es un fenómeno que date de finales del s. XX
a nuestros días, sino que, en la lógica de desarrollo del capitalismo, éste nace con la acumulación
originaria y somete al agua a sus necesidades, ya sea que la propiedad privada sea lo
determinante o sea reemplazada por la propiedad pública. Pero en este contexto, qué significa la
propiedad pública.
El control o la propiedad pública del agua (o de cualquier otro bien común) descansan en el
Estado. Y qué es el Estado, no es más que la forma del capital social. De modo que, qué
diferencia existe entre la propiedad privada y la pública, ninguna. El Estado no es una forma
social neutral en el desarrollo de la sociedad capitalista, es una manifestación más del capital. Así
es que decir que el agua es propiedad de la nación, propiedad pública, implica que será usada
para la valorización del capital.
7Sustento esta periodización, acerca del inicio del capitalismo en México, en el trabajo de Armando Bartra. Los Campesinos que
trajo el Capital en Armando Bartra. “El capital en su laberinto. De la renta de la tierra a la renta de la vida”, Edit. Itaca, México,
2006.
8
Para ilustrar al proyecto hidro-social capitalista, empleo mi trabajo de tesis para obtener el grado de licencia en
economía, el cual lleva por título: La gestión del agua dulce durante el desarrollo del Capitalismo Mexicano: el
camino de la privatización, Facultad de Economía, UNAM, 2008.
9
Detrás de estas diferentes etapas se encuentra la división internacional del trabajo que, vista desde la perspectiva de
N. Smith, pueden ser interpretadas como parte del desarrollo geográfico desigual que se mueve a lo largo del tiempo.
146
Marx, a 150 años de El Capital
No obstante, en el capitalismo periférico mexicano, la propiedad pública del agua atraviesa por
una transfiguración social que, para acumular capital, sólo puede ser controlada indirectamente.
Me refiero a que la propiedad pública del agua en manos de la forma social comunal campesina o
indígena deviene, en la práctica, en propiedad comunal o colectiva. Es decir, cuando las
comunidades campesinas e indígenas tienen en sus manos la tierra y el agua, organizan su
producción y consumo no en términos de valor sino en términos de valor de uso. Su límite: la
circulación capitalista.
El Estado dota a los campesinos de tierra-agua, no sin antes desarrollar los mecanismos políticos
y económicos que someten la circulación de la riqueza producida por ellos a la lógica capitalista.
Así, éstos, los campesinos, se ven sometidos a una doble explotación, trabajan para el capital
social estatal y para el empresario agrícola privado y además, compiten por mercado, créditos
agrícolas y recursos naturales con empresas privadas agrícolas. Y por esa vía, la acumulación de
capital se coloca sobre una forma de vida comunitaria. De ahí que, como indica Neil Smith, aun
en presencia del desarrollo geográfico desigual, ya no existe una exterioridad, un estar afuera del
sistema capitalista.
Estamos, pues, frente a un proceso de totalización espacial del capitalismo, en el que, nos dice
Jorge Veraza, el mundo se redondea de manera capitalista, en el que, al agotarse el espacio, el
capitalismo tiene que tupir los espacios que encuentra disponibles creando a su paso mayores
contradicciones.
Conclusiones
Se concluye que, la expansión del capitalismo, en ninguna circunstancia es idílica. Este capítulo
nos permite ver en el espacio geográfico una paradoja para el capitalismo, ya que al tiempo que
se presenta como posibilidad de expansión, también se muestra, en tanto reino del valor de uso y
del trabajo concreto, como el límite de esta expansión. El reto para el capitalismo, es someter al
espacio a su lógica de reproducción, de no hacerlo los trabajadores, al ser propietarios de los
medios de producción, pueden darse a sí mismos otra forma social, negándose a someterse al
capital.
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Marx, a 150 años de El Capital
Literatura citada
Echeverría, B. 1986. El discurso crítico de Marx. Editorial Era. México, DF.
Bartra, A. 2006. El capital en su laberinto. De la renta de la tierra a la renta de la vida. Editorial
Itaca, México, DF.
Veraza, J. 1999. Revolución mundial y medida geopolítica de capital. A 150 años de la
Revolución de 1848. Editorial Itaca, México, DF.
Marx, K. 2001. El Capital. Edit. S. XXI. 24 (Ed.). Tomo I. Vol. 1, 2 y 3. México, DF.
Lastiri, M. 2008. La gestión del agua dulce durante el desarrollo del Capitalismo Mexicano: el
camino de la privatización, tesis para obtener el grado de licencia en economía por la
Facultad de Economía- Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). México,
DF.
Olvera, M. 2016. Desnaturalizando la cuenca en México: notas sobre el espacio hidropolítico.
Revista Agua y Territorio. 7(1).
Smith, N. Geografía del desarrollo desigual. https://esepuba.files.wordpress.com/2009/03/neil-
smith-la-geografia-del-desarrollo-desigual.
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Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
La crítica de la economía política mantiene su valides teórica y metodológica para entender y
transformar el mundo contemporáneo a pesar de que la realidad parece contradecirla. Las graves
crisis que genera el capitalismo no ha implicado un fortalecimiento de los movimientos
alternativos, las mismas transformaciones de los procesos productivos parecen cuestionar la
misma teoría del valor. Es decir, el capitalismo ha sido mucho más sólido de lo que se llegó a
pensar. La capacidad de incorporar y convencer ha sido tan poderosa que hasta las universidades
han sucumbido a ello. De allí que los que nos dedicamos a la enseñanza de la economía, aunque
bien vale para cualquier ciencia, reflexionemos críticamente sobre nuestro papel y por ello, por
esa necesidad crítica, consideramos, se mantiene la pertinencia de la teoría marxista.
Introducción
Entender el mundo del capital que nos toca vivir no es tarea nada fácil. Son tantas y complejas
sus múltiples expresiones, sus relaciones sociales, que pocos se arriesgan a intentar abrazar esa
totalidad. Más aún, las ciencias sociales no tienen esa pretensión de totalidad. Se conforman con
ser lo más meticulosas en sus parcelas y buscando su “cientificidad” en algunos casos integran
métodos que más las acerquen las ciencias naturales, bueno por lo menos esa ha sido la intención
de la ciencia económica1. Esa parcelación ha llevado a cometer muchos errores de interpretación
1
En la década del 60 del siglo XX el estructuralismo francés, primeramente Levi Strauss, propuso la aplicación de los
métodos de las ciencias naturales a todas las ciencias humanas como una forma de alcanzar la cientificidad de las
primeras. Uno de sus más conspicuos representantes, Algirdas-Julien Greimas, mostró en su vertiente semiótica la
forma de hacerlo. Su apuesta fue tan convincente que varios lingüistas participaron en los cursos del Institut Poincaré
149
Marx, a 150 años de El Capital
Es decir, un hecho social no puede entenderse cabalmente sin ese contexto, esa totalidad. Tal vez
porque así conviene. Si, la ciencia social tiene destinarios precisos y en última instancia ha
servido para garantizar la reproducción del status quo. De allí que las respuestas a los problemas
que nos afectan sean también parciales. Los ambientalistas, los movimientos feministas, los
indígenas, homosexuales, precaristas, consideran que hay que resolver sus problemas y pierden
de vista esa totalidad necesaria para generar una verdadera alternativa. Al final “cada movimiento
se mantiene limitado a su sector y propone remedios fragmentarios, sin preocuparse por buscar
los móviles profundos de los fenómenos que combate” (Japee, 2016). Es decir, no podemos
perder de vista al sistema como totalidad y ver a cada individuo como parte de esa totalidad.
El joven Marx lo planteaba de la siguiente manera “el hombre así, por más que sea un individuo
particular (y justamente es su particularidad la que hace de él un individuo y un ser social
individual real), es, en la misma medida la totalidad, la totalidad ideal, la existencia subjetiva de
la sociedad pensada y sentida para sí, del mismo modo que también en la realidad existe como
intuición y goce ( ) de la existencia social y como una totalidad de exteriorización vital humana” (
Marx, 1980).
No hay necesidad, pues, de ‘completar las ideas económicas de Marx sobre las ‘clases con
consideraciones sobre temas-que él habría pasado por alto- de la ‘raza’, el gender, la democracia,
el lenguaje, lo simbólico, etc. Más bien hay que poner de relieve que su crítica de la economía
política, centrada en la crítica de la mercancía y su fetichismo, describe la forma básica de la
sociedad moderna, que existe antes de toda distinción entre la economía, la política, la sociedad y
la cultura” (Japee, 2016). Y ello no ha sido plenamente comprendido ni por muchos marxistas y
es necesario, por tanto, recuperar tal propuesta de Marx.
de la facultad de ciencias de Paris; es decir se trataba de dominar los métodos matemáticos para aplicarlos a sus
respectivas áreas. Como lo resume Dosse refiriéndose a tal visión estructuralista “El valor de estas técnicas para las
ciencias humanas es comparable a la formalización algebraica en las ciencias de la naturaleza. Este modelo debe
permitir a las ciencias del hombre alcanzar el mismo grado de cientificidad que las ciencias llamadas duras. Para
llegar a este nivel, la semántica estructural debe separarse de toda perspectiva humanista y deshacerse de las
intuiciones para sustituirlas por procedimientos de verificación” (Dosse, 2004). Estos intentos en pocos años fueron
abandonados por su incapacidad de exponer correctamente los fenómenos sociales.
150
Marx, a 150 años de El Capital
Se afirmar que es en El capital donde se encuentra la mayor riqueza de las aportaciones de Marx.
Es decir, la totalidad implícita en su obra sólo en su parte económica es parcialmente
desarrollada, pero siguiendo con su método, esa parte es la de mayor determinación del conjunto
de prácticas sociales. Como lo señala en El Capital “en sí y para sí, no se trata aquí del mayor o
menor grado alcanzado en su desarrollo, por los antagonismos sociales que resultan de las leyes
naturales de la producción capitalista.
Se trata de estas leyes mismas, de esas tendencias que operan y se imponen con férrea necesidad”
(Marx, 1981). Podrá objetarse que es una obra que ya no puede explicar nuestro tiempo toda vez
que es una obra de hace 150 años, que el capitalismo ha cambiado mucho, que han surgido
nuevos fenómenos no contemplados en los trabajos de Marx. Eso es cierto, pero la relación
básica de producción sigue siendo la misma, esto es la relación trabajo asalariado y capital, que el
objetivo de la producción, la obtención de la ganancia, se mantiene y que tal ganancia
necesariamente debe acumularse y tal proceso, en su conjunto, conduce a dinámicas
contradictorias, alienación y destrucción del ser humano, desigualdad social, desempleo, crisis
recurrentes, todos fenómenos estudiados por Marx. Coincido con una larga lista de economistas,
filósofos, antropólogos, sociólogos, historiadores, que mientras el capitalismo exista, El Capital
de Marx será necesario para entenderlo.
Partamos de que no vivimos el mundo que quisiéramos, que existe un malestar contra la realidad
que nos toca vivir, malestar que en general ha acompañado al sistema capitalista desde sus
inicios, producto de las graves contradicciones que genera y que con el paso del tiempo han
terminado por socavar su caudal de esperanzas y anhelos que en sus orígenes provocó. Dicho
malestar ha concebido diversas propuestas de solución, desde políticas públicas de ayuda a los
pobres, que son los excluidos del sistema, pasando por leyes que limitan el poder del capital hasta
sociedades utópicas. Lo cierto es que nada ha funcionado, o en el mejor de los casos, han tenido
efectos limitados.
El capitalismo se mantiene con todo y lo acervado de sus contradicciones que llegan a las
atrocidades, aunque tampoco eso es nuevo. Si, por un lado, ha seguido su paso dialéctico de
avances en la ciencia y la tecnología, combinado con crecimiento de la pobreza y destrucción de
todas las formas de vida.
Es decir, el capital a moldeado nuestra subjetividad a sus requerimientos, esto es a aceptarlo sin
cuestionarlo, en el mejor de los casos, a proponer limar sus puntos más punzantes, a una
recuperación del ingreso y de las prestaciones de los trabajadores, a acomodarnos dentro de él.
Cada espacio social lo ha subsumido y lo hemos aceptado, a veces hasta agradecidos, como en las
universidades públicas. Es decir, en general nuestra subjetividad quedó configurada a los
requerimientos del capital. Sin embargo, a pesar de sentirnos mal, de tener claro que no tenemos
futuro, de que nos destruye como individuos y como sociedad, ello no ha conducido, en
151
Marx, a 150 años de El Capital
contrapartida, al crecimiento de un gran movimiento alternativo, más aún, la clase obrera y los
partidos de izquierda han perdido su papel de vanguardia en las luchas contra el sistema, lo cual,
de manera simplista podría entenderse como una prueba contra la visión marxista de la lucha de
clases.
Los tres elementos cada vez crecen más y tienden a convertirse en serios problemas para las
economías centrales o desarrolladas. Si el capitalismo es de por si un sistema que genera
desigualdades crecientes, estás son más pronunciadas en las economías conquistadas y tal
desigualdad cada vez se transforma en odio, violencia, en destrucción de todo. Y ya no tan sólo
en sus lugares, han llegado a las grandes urbes del mundo desarrollado. La dinámica
contradictoria del sistema capitalista parece que está llegando a sus extremos. El tren del progreso
nos conduce al precipicio. La distopía que nos toca vivir parece decirnos que estamos cada vez
más cerca del abismo y que si no le ponemos freno a todo esto, el tiempo que nos queda cada vez
se reduce más.
La idea de que puede haber un mundo mejor al que se vive, al que se padece, es muy antigua y en
una gran cantidad de casos dicho mundo queda fuera de éste. Pero también se ha creído que en
éste mundo se puede crear otro donde la gente sea feliz, se sienta bien. Desde las más antiguas
civilizaciones hasta nuestros días esas ideas sobre un mundo mejor se mantienen y se sigue
abonando en ellas. Del mundo fuera de éste no sabemos con certeza nada, pero de los intentos
dentro de éste podemos afirmar que han devenido en sendos fracasos, hasta el socialismo que se
levantó siguiendo supuestos preceptos marxistas. Hoy cuando nos encontramos ante graves crisis
que ponen en peligro la existencia de los seres humanos la necesidad de buscar otro mundo se
vuelve una exigencia y ello hace necesario retomar a Marx.
¿Por qué a Marx? ¿Por acto de fe? Pareciera ser así porque, como señalamos anteriormente, los
países del bloque socialista se derrumbaron y por tanto, cabría afirmar que la teoría marxista
también se demostró errónea. De entrada, se considera, que los actos de fe son actos
antimarxistas y de las muchas cosas recuperables de Marx es su actitud crítica ante todo, su
insaciable búsqueda del conocer sin prejuicios, sin miedo a lo que resulte. Y esa actitud crítica
debe aplicarse a su teoría tal y como la pregonaron conspicuos marxista, sobre todo a su crítica de
la economía política que es en la que más trabajo y de la cual tenemos sus más importantes y
amplios logros. Las partes filosóficas, política, antropológica, histórica, sociológica son más
difíciles ya que sus aportes son fragmentarias.
Entonces cabría preguntarse qué relación guarda su crítica de la economía política con la
necesidad de otra sociedad y no con buscar remedios a las contradicciones que genera el sistema
capitalista. La teoría marxista es teoría para la acción y su teoría de la sociedad capitalista tiene
como objetivo cambiarla, para destruirla y construir una nueva sociedad. Pero también es una
teoría que asume un punto de vista de clase, esto es, que no acepta la neutralidad de la ciencia ni
sus conceptos. De allí que una de las tareas a las que se abocó Marx es el de crear un cuerpo
conceptual que permitiese entender la especificidad de la sociedad capitalista, su dinámica
contradictoria, así como sus límites.
Resultado de ello demostrará que dentro de esta sociedad el trabajador y el conjunto social no
podrán crear una sociedad propiamente humana, más grave aún, de no cambiar dicho sistema
destruirá todo. Pueden sonar apocalípticas tales afirmaciones, sin embargo, la diferencia de Marx
con aquellos críticos del sistema capitalista es que sus propuestas surgen a partir del
conocimiento científico del mismo y no por cuestiones morales o de buenas intenciones. Vale
recordar a Tomás Moro con su Utopía, término que servirá para definir a la futura sociedad ideal
y a Campanella con su Ciudad del sol, como los arquetipos de proyectos de nueva sociedad sin
justificación más allá de las buenas intenciones o en el caso de las propuestas de Rousseau de
concebir una naturalidad bondadosa del ser humano y por tanto se mirará hacia el pasado
comunitario como la base de la nueva sociedad que debe sustituir a la existente y que tal
propuesta es actualmente retomada por ciertos movimientos indigenistas.
Como observa Hobsbawn “en la medida en que estos textos y tradiciones más antiguos
expresaron concepciones comunitarias, fueron efectivamente el reflejo de uno de los
componentes básicos que habían constituido las sociedades europeas preindustriales (sobre todo
rurales), así como los elementos comunitarios todavía más explícitos en las remotas sociedades
con las que entraron en contacto los europeos a partir del siglo xvi. El estudio de esas sociedades
exóticas y ‘primitivas’ contribuyó de modo notable a la formación de la crítica social en
153
Marx, a 150 años de El Capital
Cuanto menos, como en el caso de Rousseau y de otros pensadores del siglo xviii, se afirmaba
que la civilización implicaba también corrupción de una condición humana originaria, en ciertos
aspectos más justa, igualitaria y amable. Se pudo incluso afirmar que tales, las cuales no habían
llegado todavía al estadio de la propiedad privada (sociedades de ‘comunismo primitivo’)
proporcionaban un modelo de aquello a lo que las sociedades futuras habrían debido aspirar de
nuevo, demostrando que no era irrealizable” (Hobsbawn, 1979).
Cabe señalar, que los primeros socialistas y comunistas no compartieron esa visión “Con la
excepción de Fourier, los primeros socialistas y comunistas no dan signos de querer mirar hacia
atrás, ni siquiera con el rabillo del ojo, hacia una ‘felicidad primitiva’ que de alguna manera
pudiera servir de modelo para la futura felicidad humana” (Hobsbawn, 1979). Será la idea de
progreso, de mirar hacia delante y con un optimismo desbordante en la ciencia y tecnología, en la
capacidad racional, lo que posibilitará construir esa nueva sociedad.
Y si bien Marx en parte acepta tal propuesta, ello implica también muchos asegunes. Es decir,
Marx concibe la formación de una nueva sociedad a partir del desarrollo del conjunto de
potencialidades que la vieja sociedad, la capitalista, ha creado. La socialización de la producción,
la liberación del tiempo por el avance de la tecnología, el desarrollo de la ciencia y la tecnología
que posibilitarán un conocimiento y dominio de todos los procesos sociales.
De allí que no concibiese que el socialismo se pudiese construir en una sociedad atrasada,
posición que modificaría sin dejar de considerar esas condiciones materiales necesarias para la
construcción de la nueva sociedad. Porque al final de cuentas el sentido de la nueva sociedad es
la de que el ser humano sea feliz, que desarrollo sus potencialidades creativas, que sea libre y
consciente, esto es, responsable con la comunidad. Esto es, que el trabajo que realiza el ser
humano plasme conscientemente su subjetividad.
A decir de Postone Marx fue un crítico del capitalismo desde el punto de vista del trabajo. Sin
embargo, “Marx no solo fue un crítico de las relaciones de producción capitalista, sino también
un teórico crítico de las relaciones sociales capitalistas y de sus modos de constitución social de
la objetividad y de la subjetividad” (Postone, 2006). Por ello debe revisarse el cuerpo conceptual
y en general la visión marxista que sólo ha visto al capitalismo como un sistema de explotación
(como propiedad de los medios de producción y extracción de excedente), ya que su capacidad de
control y sujeción es mucho más que eso. Ese error de visión devendrá en la crisis del socialismo
soviético, socialismo que no pudo rebasar la idea de que tal sociedad se construirá a partir de la
socialización de la propiedad y de un Estado obrero.
Lo primero garantizaba la eliminación de los capitalistas, lo segundo una justa distribución del
excedente y una toma de decisiones colectiva. Un desarrollo de las fuerzas productivas
garantizaría la producción suficiente para que el trabajador soviético, y toda la sociedad, tuvieran
un nivel de vida superior al que tenían las sociedades de los países capitalistas más desarrollados.
No quisieron ver que el ser humano es mucho más que un consumidor. No entendieron las
propuestas del joven Marx relativas a la alienación y el ser, al papel del trabajo en cuanto creador
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Marx, a 150 años de El Capital
de la subjetividad. Y por tanto no entendieron esa forma de dominio casi total que tiene el capital
sobre el ser humano y que no se queda en la fábrica, no se lleva a cada lugar, penetra en el ADN
del conjunto social.
Consideró que la propuesta de Postone, Kurz, Japee, tiene mucho que aportarnos sobre cómo
conceptualizar al capitalismo a partir de Marx ya que lo conceptualizo en términos de una
interdependencia social de carácter impersonal y aparentemente objetivo, históricamente
específica. Es decir, para estos autores “el resultado es un nuevo modo, crecientemente abstracto,
de dominación social, que sujeta a la gente a imperativos y fuerzas estructurales e impersonales
que no pueden adecuadamente comprendido en términos de dominación concreta (por ejemplo,
de dominación personal o grupal) y que genera una dinámica histórica permanente” (Postone,
2006).
El trabajo como fuente de riqueza es sólo válido para el sistema capitalista. En la reinterpretación
de la función del trabajo en la moderna sociedad Postone, Kurz y Japee basan su revisión crítica.
Para estos autores existe una visión transhistórica del trabajo “Se considera que el trabajo, así
entendido, se encuentra en el corazón de toda vida social: constituye el mundo social y es la
fuente de toda riqueza social” (Postone, 2006). Y ello ha llevado a graves equívocos entre las
distintas corrientes de los mismos marxistas, ya que implícitamente el problema del socialismo se
reduce al problema de la distribución basándose en la gran industria que ha dejado el capitalismo.
Postone señala que debe verse de manera mucho más amplia al sistema capitalista, como una
constitución histórica de determinadas formas, reificadas, de objetividad y subjetividad social. De
allí que la crítica debe hacerse al trabajo en el capitalismo y no desde el punto de vista del
trabajo. Señala. “La teoría crítica de Marx intenta mostrar que el trabajo en el capitalismo
desempeña un papel históricamente único como mediador de las relaciones sociales,
pretendiendo asimismo esclarecer las consecuencias de esta clase de mediación. El hecho de que
se centre en el trabajo en el capitalismo no implica que el proceso material de producción sea
necesariamente más importante que otros ámbitos de la vida social.
Más, bien su análisis de la especificidad del trabajo en el capitalismo indica que la producción en
el capitalismo no es un puro proceso técnico; sino que se encuentra inextricablemente relacionado
a y moldeado por, las relaciones sociales básicas de aquella sociedad. Dicha sociedad, por tanto,
no puede ser comprendida únicamente en referencia al mercado y a la propiedad privada. Esta
interpretación de la teoría de Marx ofrece la base para una crítica de la forma de la producción y
la forma riqueza (esto es, del valor) que caracterizan al capitalismos, antes que para un simple
cuestionamiento de su apropiación privada.
La propuesta es por demás sugestiva y abre una serie de posibilidades para realizar análisis de lo
moderna sociedad. Ubicar al trabajo como central es una importante coincidencia, pero
contextualizarlo en un proceso de dominación social abstracto, lo más importante. El trabajo
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Marx, a 150 años de El Capital
mientras se realice involuntariamente es la negación del sujeto. Por tanto, mientras una sociedad
no ofrezca a la actividad consciente del sujeto su forma de realización no será una alternativa
(Hegel señalará que debe ser la libertad el objetivo final de la sociedad ideal).
Ahora bien, por qué elevar la producción material justificaba todo, hasta en el socialismo
soviético. Partamos de que hasta el siglo xviii las crisis se producen en su gran mayoría por falta
de producción, que la pobreza, las carencias caracterizan a la mayoría de la población, son un
hecho y que la revolución industrial abrirá una nueva era la cual se garantizará la abundancia. Así
la tecnología adquiere un papel protagónico, desde que “libera” al trabajador de los trabajos más
pesados hasta la de “incrementar” la productividad y con ello prometer una nueva era
caracterizada por la abundancia. Se abría entonces una nueva historia de la humanidad.
Para Marx las dos aseveraciones son falsas. La máquina hace más productivo al trabajador y no
es en sí la máquina la productiva. La máquina no puede hacer nada sin el trabajador. Lo de
liberarlo también se traduce en desempleo, en liberarlo de su situación de asalariado para
mandarlo a la mendicidad, a la pobreza. Entonces ¿debemos oponernos a tal idea de progreso?
Para nada, debemos negarnos al sistema capitalista, el cual ha tenido la capacidad de hacernos
sentir los intereses del capital como propios del conjunto social. Y para ello contribuyen todas las
instituciones, particularmente la educación.
Y uno de los primeros descubrimientos de Marx fue el carácter alienante del trabajo en la
sociedad capitalista y las formas fetichizadas de las relaciones sociales. En esta sociedad es donde
las cosas tienen “vida” y los seres humanos quedan subyugados por ellas. La aportación de Marx
radica en explicar tal situación a partir de la forma específica en que el hombre produce en la
sociedad capitalista. “Dichas ilusiones, por el contrario, son producidas orgánicamente por
determinadas relaciones sociales en el proceso mismo de su génesis y de su desarrollo y, por
tanto, son inseparables de tal proceso.
Las formas alteradas que dichas relaciones cobran en la consciencia ideológica no son sino un
reflejo de la alteración que esas mismas relaciones experimentan en su estructura material”
(Gerratana, 1975).
Ello también implica a la ciencia, la cultura, el sistema jurídico, todo. “Ilusiones jurídicas,
ilusiones políticas y representaciones idealistas de todo tipo que perturban la comprensión de las
relaciones sociales se reproducen continuamente como formas espontáneas de la praxis social que
condiciona toda la actividad humana” (Gerratana, 1975).
Y es en este contexto se pregunta ¿Qué hacer los que se dedican a la enseñanza de la ciencia
económica? Es decir, la ubicación será el aparato de transmisión de las ideas, ideología y ciencia
dominante. Y al igual que el eurocentrismo nos inoculó su visión de racionalidad, de cultura,
ciencia, civilización, progreso y mucho más y que romper con ello, no ha costado mucho trabajo.
Y ese rompimiento no se da porque fue impuesto o todo estuviese mal, más bien porqué era
incompleto y no permitía la incorporación de otras formas de racionalidad, de vivir. Y la ciencia
económica dese sus orígenes ha sido un campo de batalla.
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Marx, a 150 años de El Capital
Primero de los representantes del naciente sistema capitalista contra los defensores de los
privilegios feudales, para después continuar entre los defensores del sistema capitalista contra el
marxismo. Ello no significa grupos homogéneos en cada bando, no, cada grupo tiene sus
subgrupos. Sin embargo, en esa lucha, el marxismo ha sido desacreditado, reducido a simple
ideología. En cambio, la economía ortodoxa ha buscado la máxima legitimación, desde el uso
intensivo de las matemáticas hasta el institucional, inventarse un Premio Nobel.
Pero ello no debe sorprender, desde sus orígenes la ciencia económica ha buscado la forma de
que el sistema de dominación funcione lo mejor posible, pero sobre todo el sistema capitalista
(recordemos que tanto fisiócratas como Malthus, por señalar a los egregios, defendieron los
privilegios feudales de la clase noble, de los terratenientes). El incipiente desarrollo del sistema
también determinó que los primeros escritos que podríamos ya definir como economía (ciencia
económica) de los mercantilistas, de Hume y Looke y de los fisiócratas, particularmente de
Quesnay, tuviesen que ver con la riqueza, entendida ésta de diversas maneras, desde acumulación
de oro, pasando por la justificación de la propiedad privada y llegando hasta la generación del
excedente como su base.
Las vicisitudes del propio sistema económico moldearán a la teoría y determinarán sus
paradigmas. Desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, la escuela clásica de
economía, fundamentalmente Smith, Stuart Mill y Ricardo, tuvo un predominio universal entre
las corrientes científicas institucionalizadas (el “pensamiento oficial”), con el importante auge en
paralelo del marxismo entre los socialistas de la época. Como señala Bowles, “el apoyo de Adam
Smith a una economía descentralizada de mercado -su “mano invisible”- fue estimulado por el
dinamismo de su ciudad natal Edimburgo y por el limitado rol del estado en el proceso de
crecimiento británico.
Para Marx y Engels, los trabajadores pobres que vivían en las atestadas bodegas de Manchester
eran sus puntos de referencia, tanto como lo habían sido para Smith las chimeneas industriales de
un Edimburgo pujante”. Agrega: “la razón de que Europa Occidental y especialmente el Reino
Unido, fuera el lugar de nacimiento de la ciencia económica es que el capitalismo también
floreció allí. Único entre los sistemas económicos, el capitalismo unificó la variedad de
actividades involucradas en generar los medios de vida en un espacio de vida social particular y
claramente autónomo, un espacio sujeto además a regularidades equivalentes a leyes” (Bowles,
2010).
157
Marx, a 150 años de El Capital
Sin embargo, la crisis reapareció y entonces fue necesario revisar los supuestos teóricos de ésta
ciencia, aunque como señala Steve Keen uno de sus más fuertes críticos contemporáneos, la
economía ortodoxa tiene una gran capacidad para eludir la crítica, de no hacerle caso, así Bernake
señala que la ciencia económica no falla, son las estrategias y los seres que la aplican. Keynes,
había observado que, si la realidad no se comporta como la teoría, pobre de la realidad. Sin
embargo, el neoliberalismo se fundamentó en un anti keynesianismo y en la recuperación
walrasiana de los mercados eficientes. No es gratuito que en la década de los 90, de 1990 a 1995
consecutivamente teóricos de esta corriente obtuvieran premios nobel. Todos ellos profesores de
la universidad de Chicago.
Robert Lucas, uno de los que será el más influyente teórico de la macroeconomía en los últimos
25 años, ello a decir de Mankiw, pone toda su inteligencia en modelar el comportamiento
racional de las personas y anticiparse de esa manera al futuro. Información completa asegura
mercados eficientes los cuales a su vez garantizan el mejor de los mundos. Y así se dejó al
mercado financiero y hoy tenemos los resultados. Sin embargo, a pesar de la crisis global, China
y la India lograron mantener significativos crecimientos, lo que implicó pensar en otra forma de
regular al capitalismo.
Hasta 2008 la economía China fue vista como el paradigma a seguir por parte del mundo
occidental. Y como indicadores de su éxito fueron los altos índices del crecimiento de su
Producto Interno Bruto (PIB), del crecimiento de sus exportaciones, de la competitividad de su
fuerza de trabajo, de la capacidad y audacia de su gobierno. Parecía que se había redescubierto la
combinación de Estado y capital privado como fundamentos para superar la crisis en la que se
encuentra la economía mundial. La economía mixta revisitada, aunque con menos redistribución
y menos democracia. Como siempre se pensó, si se produce mucho los beneficios se derramarán
al grueso de la población.
Institucionalistas como Rodrik afirmaron “los últimos siglos de la historia económica de los
países ricos de la actualidad pueden interpretarse como un proceso continuo de aprendizaje sobre
cómo hacer más productivo el capitalismo al aportar los ingredientes institucionales de una
economía de mercado autosustentable: burocracias públicas meritocráticas, poderes judiciales
independientes, un banco central, una política fiscal estabilizadora, medidas antimonopólicas y
regulación, supervisión financiera, seguridad social, democracia política” (Rodrik, 1983- 1984)
todo ello reunido por los chinos. Más aún, con el control total de la clase trabajadora. Sobre ese
éxito chino convivía otra historia y que pocos fueron los que alertaron sobre ello.
Desde la perspectiva económico capitalista tales contradicciones son naturales, porque así
también conciben a la sociedad en que vivimos, natural. Cabe señalar, que desde los primeros
estudiosos de éste sistema ya se sabía de sus contradicciones, aunque salvo los marxista
consideraban que se podían corregir y que en general todo era un problema de producir más
excedente, de mayor productividad o de mejorar su distribución, esto es de crear suficiente
demanda agregada, y en esa perspectiva muchos marxistas cayeron; es decir, en pensar que todo
se reducía a un problema de distribución.
actualmente estamos padeciendo, siempre terminan por pasarle la cuenta a la clase asalariada. Es
decir, la recuperación de su tasa de ganancia es a costa de los trabajadores (mayor explotación,
reducción de prestaciones, reducción del salario real, reducción del gasto social). Y ha sido el
marxismo quien ha prevenido que la modernidad capitalista, que se fundamenta en la
racionalidad, tendería a destruirnos como sociedad y como individuos. La violencia del capital
aniquilaría todo.
Por ello la crítica a la modernidad es también la crítica al capitalismo, sistema económico que se
desarrolla conjuntamente con ella. Esto es desde finales del siglo XV, con la expulsión de los
moros de Europa y la conquista de América.
Y la crisis en que hoy nos encontramos inmersos tiene diferencias importantes con las otras crisis
estructurales del capitalismo. Una de ellas es el grado de descomposición social, de la muerte
tanto de la esperanza, como del optimismo. También, en que parece que no tiene salida. Que el
capital ha llegado a su límite y que de no crearse alternativas la barbarie será nuestro inmediato
futuro, tal y como nos lo está mostrando Trump. Ello no implica coincidir con la posición
postmodernista, que se traduce en posturas nihilistas2.
No, existen propuestas que consideramos totalmente recuperables y que de tomarse en serio
permitirían no sólo resolver simultáneamente el conjunto de fenómenos en que se expresa la
actual situación de crisis, permitirían ir configurando prácticas y visiones de lo que sería una
sociedad que permita el desarrollo de las capacidades creativas de cada ser humano, lo que
implica conocer mejor a estos seres humanos que viven en circunstancias por demás
determinadas.
Desde luego que la respuesta a esta pregunta tiene que ver con la respuesta dada a otra anterior
¿qué hace un economista? (o ¿qué debe hacer un economista?). En momentos en que México se
encuentra en una confrontación social por el intento de imposición de una “reforma educativa”
vale preguntarse sobre el sentido, en general, de la educación.
159
Marx, a 150 años de El Capital
sustrato de la ciencia económica subyace esa idea de naturalidad del mundo, de que no hay otra
vía para el desarrollo y lo mejor que se puede hacer es mejorar el capitalismo, a la vez que se
busca la forma de asimilarse en él, de aprovechar sus “bondades”.
Si se parte de que sólo colectivamente, como sociedad, podemos evaluar el desarrollo o la calidad
de vida, entonces los avances en la ciencia económica son dudosos, ya que no permiten mejorar
el mundo en que vivimos, aunque si mejora muchísimo el de unos pocos, muy pocos. Pasados
más de quinientos años de implosión del capitalismo, después de varias revoluciones industriales,
de diversos ensayos de política económica, el mundo se mantiene desigual, polarizado, en crónica
crisis estructural, además en un contexto ambiental y social también descompuesto. Lo anterior
nos obliga a revisar lo que se ha dado en llamar ciencia económica.
Aquella idea seminal de Smith de que el interés individual llegaría a convertirse en una virtud
pública, hoy sólo sirve para justificar la excesiva e inmoral acumulación de riqueza en unos
cuantos ante la miseria o pobreza extrema en que se encuentra la inmensa mayoría de la
población del planeta. El Estado benefactor Keynesiano se convirtió en el gran rescatista del
capital, ello a costa de la población más vulnerable. La economía mixta devino en el Estado al
servicio del capital financiero. Entonces, ¿qué deben estudiar los economistas cuando el mundo
se está derrumbando? ¿Ser sus médicos?
Es considerable retomar lo que señaló ese gran crítico del capitalismo al proponer que, si bien, la
ciencia económica clásica había aportado elementos para comprender la dinámica del sistema, lo
que seguía después sería apología pura y, parece, que su sentencia sigue vigente. Si se quiere
hablar de ciencia económica se debe avanzar en la relación esencia-fenómeno, pero también en el
compromiso que se debe tener con la sociedad, esto es, se tiene la obligación de denunciar lo que
afecte a la mayoría, pero, sobre todo, poner el conocimiento al servicio de esa mayoría.
De allí que Keynes considerara que “… el gran economista debe poseer una rara combinación de
dotes. Tiene que llegar a mucho en diversas direcciones, y debe combinar facultades naturales
que no siempre se encuentran reunidas en un mismo individuo. Debe ser matemático, historiador,
estadista y filósofo (en cierto grado). Debe comprender los símbolos y hablar con palabras
corrientes. Debe contemplar lo particular en términos de lo general y tocar lo abstracto y lo
concreto con el mismo vuelo del pensamiento. Debe estudiar el presente a la luz del pasado y con
vista al futuro. Ninguna parte de la naturaleza del hombre y de sus instituciones debe quedar por
completo fuera de su consideración. Debe ser simultáneamente desinteresado y utilitario, tan
fuera de la realidad y tan incorruptible como un artista y, sin embargo, en algunas ocasiones, tan
cerca de la tierra como el político”, pero ello no fue recuperado por las instituciones encargadas
de formar economistas.
Otro economista, señala el triste papel que han jugado dichas instituciones educativas, toda vez
que “la economía convencional ha construido un poderosos sistema ideológico que refuerza el
papel del capital al dotarlo de la energía intelectual del neo-liberalismo, responsable de imponer
al mundo la destrucción que ha representado la austeridad” (Perelman, 2015). Para fundamentar
lo anterior, recurre a la historia: “aunque los economistas presentan el capitalismo como un
sistema de transacciones voluntarias, el poder desnudo ha sido extremadamente importante en su
formación histórica. Se dio un paso crucial en la evolución del capitalismo en Gran Bretaña con
una práctica despiadada que Marx llamó ‘acumulación originaria’.
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Marx, a 150 años de El Capital
Con el fin de que los terratenientes pudiesen beneficiarse del mercado lucrativo de la lana en la
Holanda de finales del siglo XV, desahuciaron a personas con derechos tradicionales sobre la
tierra -a menudo con violencia- para acomodar a las ovejas. Este proceso se intensificó con el
auge industrial y fue un factor muy importante en la creación de una sociedad comercial. Los que
padecieron los desahucios no tenían ya medio de sustento y de esta manera, dieron lugar a una
mano de obra extremadamente barata a disposición de cualquiera que los quisiera contratar. La
actitud displicente de los economistas políticos clásicos en torno a este temprano ejemplo de
ejercicio abusivo del poder desnudo sentó el precedente de una larga tradición de burla intelectual
al poder”.
Esta miopía histórica por parte de los economistas se puede ver también con claridad en las
diferentes interpretaciones de las Leyes de Caza frente a las Leyes del Grano en la Gran Bretaña
colonialista. A principios del siglo XVII, el Estado permitió que la aristocracia aplicara las Leyes
de Caza, que concedían derechos de propiedad exclusivos de la fauna al rey, restos del
feudalismo ya caduco. Esto significó que la gente ya no podía cazar para alimentar a sus familias.
El castigo que sufría el plebeyo por matar animales era severo, desde la ejecución al
encarcelamiento o la deportación a Australia, aun cuando la finalidad fuera prevenir que las
bestias destruyeran sus cultivos” (Perelman, 2015).
Pero también connotados economistas como el biógrafo de Keynes, Robert Skidelsky, quien
señala: “se está viviendo uno de los fracasos más violentos de la vida económica que se han visto
en los últimos cien años. Con todo, la economía, -el estudio científico de la vida económica- ha
sido excepcionalmente torpe a la hora de ofrecer explicaciones. De acuerdo con la teoría
económica dominante, no se tendría que haber producido un empeoramiento de esta magnitud. Y
no tenemos ni idea de cómo detener las crisis semejantes que nos afecten en el futuro”
(Skidelsky, 2009).
Conclusiones
Construir un mundo mejor es posible. Existen las suficientes condiciones materiales, así como
experiencias prácticas recuperables. Pero también existe una actitud crítica y propositiva que ha
mantenido y enriquecido lo mejor que ha producido el ser humano. En estos momentos, en que se
debate en una disyuntiva entre la barbarie, la destrucción de mucho de lo logrado, y la posibilidad
de cambiar el orden, retomar la actitud crítica de Marx ante la realidad y la ciencia social, hoy
más que nunca es necesario asumir una posición equivalente para nuestros días con el activo de
161
Marx, a 150 años de El Capital
Literatura citada
Bowles, S. 2010. Microeconomía: comportamiento, instituciones y evolución. Edición on line.
Dosse, F. 2004. Historia del estructuralismo T I El campo del signo, 1945-1966. Ed. Akal,
Madrid, España.
Gerratana, V. 1975. Investigaciones sobre historia del marxismo I. Ed. Grijalbo, España.
Hobsbawn, E. J. 1979. Historia del marxismo. El marxismo en los tiempos de Marx (1). Ed.
Bruguera, España.
Jappe, A. 2016. Las aventuras de la mercancía Ed Pepitas de calabaza, España.
Marx, K. 1980. Manuscritos económico filosóficos de 1844. Ed. Alianza Editorial. España.
Marx, K. 1981. El Capital T I. Ed. Siglo XXI. México, DF.
Postone, M. 2006. Trabajo y dominación social. Ed. Marcial Pons. Madrid, España.
Perelman, M. 2015. Cómo la economía ha reforzado el poder al ocultarlo.
www.tni.org/es/estadodelpoder.
Rodrik, D. 2011. Una economía, muchas recetas. La globalización, las instituciones y el
crecimiento económico. Ed. FCE. México, DF.
Skidelsky, R. 2009. El regreso de Keynes. Ed. Crítica. Madrid, España.
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Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
El objetivo del trabajo fue, mostrar un análisis del patrón de acumulación neoliberal mejor
conocido por su nombre genérico: neoliberalismo, a partir del uso de las categorías propuestas
por la “crítica de la economía política” de Karl Marx. Para dicha tarea apoyó en la noción de
patrón de acumulación, tomando con mayor especificación los gastos de realización del
excedente económico (plusvalía). Cuando se refiere a un “patrón de acumulación de capital”
estamos haciendo referencia a un periodo histórico determinando del desenvolvimiento del
capitalismo y a una modalidad específica de acumulación de capital. Éste se puede dividir
analíticamente (metodológicamente) en dos fases: la primera tiene que ver con la producción, es
aquí donde veremos el comportamiento que asume la creación de plusvalía y el grado de
explotación de la fuerza de trabajo, la segunda, es aquella que pertenece a la esfera de la
circulación en donde el excedente económico se realiza bajo cinco rubros:1) acumulación de
capital; 2) consumo improductivo asalariado; 3) consumo capitalista; 4) consumo del gobierno; y
5) saldo del sector externo. Aunque el análisis parte de la producción, la investigación se enfatiza
desde la esfera de la circulación, porque éste es un examen dirigido a partir la demanda agregada.
Esta delimitación no soslaya otros importantes elementos a considerar en el análisis del patrón de
acumulación, como son: la inversión, el desarrollo de las fuerzas productivas, la tasa de ganancia,
el grado de lucha entre las clases, etc. A pesar de ello, los elementos antes enunciados son
suficientes para poder entender la dinámica del modelo neoliberal y las especificaciones del
mismo, las cuales (como se verá durante el manuscrito) no son vistas, ni explicables bajo la teoría
económica convencional.
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Marx, a 150 años de El Capital
A partir de 1982 con el problema del sobreendeudamiento del Estado, el cual lo llevaría a la
declaratoria de moratoria, se desencadenaría un proceso de reestructuración de la economía
mexicana. El patrón de acumulación sustitutivo de importaciones surgido tras la finalización de la
segunda guerra mundial y que había logrado el llamado “milagro mexicano”, se daba por
finalizado, las reformas estructurales tenían como finalidad crear los cimientos de una nueva
economía, ésta se fundamentaría en la dinamización del sector externo y la capitalización del
sector financiero, todo ello bajo un contexto de libre mercado y restricción de las funciones
económicas del Estado.
Se considera a la disciplina fiscal como la mejor herramienta para cumplir dos condiciones:
primera, la reducción del gasto público, con la finalidad de evitar el déficit fiscal y por lo tanto un
mayor endeudamiento, a la par que se busca la generación de superávits fiscal para hacer frente a
los pagos de la deuda. Segunda, el menor gasto gubernamental sirve para evitar presiones
inflacionarias, debido a que, el exceso de gasto fiscal provoca una mayor liquidez en la economía
lo que resulta en incrementos de precios sin aumento del producto total, es decir; estancamiento
del Producto Interno Bruto (PIB) con inflación. Cabe señalar, que no solo se reducen los gastos
del gobierno, sino que se redistribuye el gasto. El menor gasto gubernamental se canaliza para
subsidiar a la empresa privada, a partir de las inversiones público-privadas y las privatizaciones
de empresas paraestatales.
Reforma fiscal
Liberalización financiera
Se insiste en la liberalización de la tasa de interés; es decir, se busca eliminar toda injerencia del
Banco Central para controlar la tasa de interés, por debajo de su tasa natural o de equilibrio.
También, se eliminan los controles selectivos de crédito y las regulaciones interbancarias. Todo
ello con la finalidad de incentivar el ahorro y con él la inversión. Al paralelo se reduce la
regulación financiera con fines de profundizar el sistema financiero, también se busca la libre
movilidad de capitales para fomentar la entrada de inversión extranjera. Esta visión tiene como
fin, la capitalización de la banca y que ésta se encargue de maximizar y seleccionar el
otorgamiento del crédito, reactivando con ello la inversión.
164
Marx, a 150 años de El Capital
Tipo de cambio
Se rechaza el uso de la devaluación como instrumento para volver competitivas las exportaciones
nacionales. Se establece que la libre flotación de la moneda y el actuar del mercado determinarán
su valor. También se apunta la posibilidad de atar a una canasta de monedas, e incluso adoptar
una de las monedas clave (dólar) como unidad monetaria, para aquellas monedas que necesitaran
una mayor fortaleza y generar una mayor certidumbre.
Se busca fomentar la atracción de inversión extranjera directa o de cartera, con la finalidad de que
estos funcionen como complemento al capital nacional; y con ello también se genere una
trasferencia de avances en conocimiento científico y tecnológico. Todo ello en un contexto de
libre movilidad de capitales.
La iniciativa privada es considerada como el medio más eficiente para canalizar los recursos
escasos, por lo que, el Estado no debe intervenir en la economía y debe dejar que privados
realicen tales actividades. Las privatizaciones de empresas paraestatales también van de la mano
con el ajuste fiscal, ya que se consideran culpables de ser un gasto excesivo, poco eficiente y de
disminuir los recursos utilizables por parte de privados para la inversión, vía más cobro de
impuestos para financiar dichas empresas.
Liberalización comercial
Estas siete directrices, si bien fueron presentados como el mejor recetario que podría imponerse
para el beneficio de una nación, en realidad se vendieron (y en otras ocasiones se impusieron con
violencia), falacias. Esas medidas encubrían una serie de medidas económicas encaminadas a
beneficiar a un pequeño sector de la población, en este caso las industrias con capacidad de
exportación, la inversión extranjera y el capital financiero, a costa de la desvalorización de la
fuerza de trabajo. Por desgracia, debido al delimitado número de páginas en la cual se subscribe
este ensayo, no podemos desmenuzar cada una de las siete directrices del Consenso de
Washington y desmitificar sus argumentos, para ello recomiendo el texto de Calcagno (2015).
Por el momento solo puntualizaré una medida de política económica que no fue recogida por
Jhon Williamson, pero que siempre estuvo priorizada por los gobiernos que implementaron el
consenso: la política salarial.
165
Marx, a 150 años de El Capital
Política salarial
Con el nuevo patrón de acumulación, los salarios ya no cumplen dicha función, debido a que la
economía mexicana trabaja para el sector externo y en segunda estancia para la estabilidad
macroeconómica, estas dos premisas terminan por subordinar el movimiento de los salarios para
al fomento de las exportaciones y la contención de la inflación. De esta forma los gobiernos
neoliberales desde Miguel de la Madrid a Enrique Peña Nieto han fijado una política de salarios
restrictiva, en donde los salarios son vistos exclusivamente como un costo y se descartan como
un componente dinamizador del mercado interno.
El control del salario se logra mediante la única herramienta con la que cuenta el gobierno, el
salario mínimo (SM). Éste sirve como un instrumento de política económica que interviene en la
distribución de la riqueza, por lo tanto, puede servir en un sentido positivo como negativo, todo
depende de las intenciones que tengan las autoridades. La cualidad que tiene el SM es que
funciona como un faro que guía a los empleadores y trabajadores en las negociaciones salariales,
haciendo que el mercado no sea la única variable para la determinación del pago al factor trabajo.
El sector exportador del país se encuentra compuesto por empresas nacionales y extranjeras, que
se dividen tanto en empresas manufactureras (industrias de transformación) como de maquila
(ensamblaje), las cuales encuentran amplios márgenes de ganancias a partir de cuatro factores: la
mano de obra barata, que ésta se encuentra parcialmente bien capacitada, los tratados comerciales
y la ubicación geográfica de México con Estados Unidos de América y la apreciación del tipo de
cambio.
Antes de seguir tengo que hacer mención sobre el tipo de cambio. No puedo explicar cómo es
que se da el fenómeno de la apreciación cambiara y los fines que se buscan con ello, para mayor
información al respecto revísense los textos de Huerta (2004 y 2016); Ros (2015), Romero
(2014). Se parte de la existencia de una sobrevaluación cambiaria la cual ayuda a la estabilidad de
precios, a partir de importaciones baratas y de crear una confianza en la moneda; condiciones
166
Marx, a 150 años de El Capital
necesarias para la atracción de capitales foráneos y dar seguridad al capital financiero. Este peso
“fuerte”, si bien incrementa el precio en dólares de las exportaciones mexicanas, éstas compensan
dicho incremento manteniendo bajos los salarios, de ahí que no se pierda competitividad, todo a
costa de los trabajadores.
Básicamente el control de precios se logra por medio de una contracción de la demanda agregada,
buscando que ello baje la actividad económica y por lo tanto los precios no se incrementen. El
gobierno tiene varios mecanismos por los cuales logra su cometido, que van desde la disciplina
fiscal, la reducción de la base monetaria por medio altas tasas de interés, el tipo de cambio
apreciado y finalmente el control salarial.
Esta política anti-inflacionaria repercute en el crecimiento del PIB, que asciende por debajo de su
potencialidad, debido a que se crea una mayor capacidad ociosa, aumenta el desempleo de mano
de obra y se reduce la inversión en capital fijo lo que afecta eventualmente el crecimiento de la
productividad, esto por el lado de la producción. Para la clase trabajadora representa que su
ingreso factorial se vea reducido y que los gastos sociales de parte del gobierno (educación,
saludos, pensiones, etc.) disminuyan, lo que nos estaría señalando una pauperización de la clase
trabajadora.
Con lo antes señalado, se llega a una primera e importante conclusión, la cara exitosa del modelo
neoliberal que son las amplias exportaciones, la entrada de capital extranjero y la estabilidad
macroeconómica, se sostienen con la miseria del pueblo mexicano. Si bien el capitalismo tiene
como fundamento la explotación de la fuerza de trabajo, bajo el neoliberalismo tendríamos un
patrón de acumulación que exacerba esta condición. A continuación, se analizará propiamente
desde la producción y realización del excedente económico bajo el patrón de acumulación
capitalista.
167
Marx, a 150 años de El Capital
Tasa de explotación
8.50
8.00
7.50
7.00
6.50
6.00
5.50
5.00
4.50
4.00
10
9
8
7
6
5
4
3
2
Mariña-Moseley Lima
168
Marx, a 150 años de El Capital
La caída de los salarios, se pueden observar tanto en el salario mínimo como en los salarios
medios. El primero registra una caída de cerca 80% entre 1982 a 2015, otros autores como los
investigadores del centro de análisis multidisciplinario (CAM) (reporte de investigación 117,
2014), señalan 78.66% para el periodo 1987 a 2014.
Con respecto a los salarios medios también presentan una tendencia negativa, es difícil poder
sacar un único gráfico que pueda dar claridad al respecto, por lo que a continuación se refiere
cómo los ingresos de los trabajadores mexicanos han venido cayendo y son la razón primordial
del incremento en la tasa de explotación como se observa en la Figura 3 y 4.
30000000
20000000
10000000
0
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
169
Marx, a 150 años de El Capital
Jornada de trabajo
Es difícil poder obtener mediciones empíricas al respecto, pero no es arriesgado suponer que,
debido al bajo crecimiento de la productividad (ésta se estima que de 1990 a 2012 creció 1.01%
anual) se haya compensado incrementado la intensidad del proceso de trabajo. Lo que hemos
podido ver hasta este punto es que el mayor grado de explotación se correlaciona con la tendencia
del salario, la cual ha sido negativa. Este fenómeno también se evidencia en el valor de la fuerza
de trabajo. El siguiente cuadro muestra el valor de la fuerza de trabajo por hora trabajada Cuadro
1.
170
Marx, a 150 años de El Capital
Como se puede observar en el Cuadro 2, la tendencia del valor hora de la fuerza de trabajo
(Vhrft) es totalmente negativa. El Vhft presenta una caída progresiva; lo que ha representado en
términos de tiempo necesario y excedentario, una reducción en el tiempo que se apropia el
trabajador y un incremento muy sustancial en el excedente (plusvalor) que se queda el capitalista.
Esto nos quiere decir que, de forma aproximativa, se está viviendo una desvalorización del valor
de la fuerza de trabajo (VFT). El Cuadro 2, apoya a comprobar la hipótesis de la desvalorización
de la fuerza de trabajo, a partir de la caída de los salarios reales.
171
Marx, a 150 años de El Capital
Cuadro 2. Tiempo de trabajo necesario que una persona tendrá que laborar para poder
adquirir la canasta alimenticia recomendable. México periodo 1987- 2016.
Pues bien, con los datos señalados anteriormente, se puede hacer una segunda conclusión: “el
patrón de acumulación de capital neoliberal, tiene como condición estructural el aumento de la
explotación del trabajo, a partir de la caída de los salarios reales, mayores jornadas de trabajo y la
intensificación de las mismas, lo que ha resultado en una desvalorización de la fuerza de trabajo”.
Como ya había adelantado, el plusvalor tiene básicamente cinco elementos en que se realiza, es
decir, son los canales por donde se consume. Estos son: 1) acumulación de capital; 2) consumo
improductivo asalariado; 3) consumo capitalista; 4) consumo del gobierno; y 5) saldo del sector
externo.
Acumulación de capital
Antes de ver los datos al respecto se realizará una importante nota, la “acumulación de capital” en
estricto sentido refiere a la parte que se destina como reinversión de un segmento de las
ganancias obtenidas en un ciclo anterior, como nueva maquinaria y equipo. Por ende, éste además
de contabilizarse como un gasto es al mismo tiempo inversión. Es decir, su impacto sobre la
economía opera tanto por el lado de la demanda como de la oferta. En tanto participa en la
realización del excedente generado, crea y recrea las condiciones del crecimiento mediante la
expansión del patrimonio productivo que será utilizado para generar nuevas y mayores masas de
excedente.
172
Marx, a 150 años de El Capital
Por lo tanto, es fácil entender que entre mayor sea el coeficiente de acumulación de capital,
mayor será el potencial de crecimiento de una economía en el largo plazo. También en el corto
plazo nos ayuda a entender la dinámica de crecimiento de la productividad y del PIB.
Para el caso mexicano, bajo el patrón de acumulación neoliberal tendríamos los siguientes datos
Cuadro 3.
173
Marx, a 150 años de El Capital
Como se puede observar durante el periodo de estudio se nota una tendencia decreciente en la
tasa de acumulación, en donde se reduce -28.48% la acumulación de capital entre 1994 a 2015.
Esto explicaría los menores ritmos de crecimiento del PIB con respecto al patrón de acumulación
anterior. Véase el siguiente cuadro, en él se puede apreciar que el crecimiento del PIB, así como
de la formación bruta de capital (FBC) media anual bajo el patrón de acumulación anterior son
más dinámicas con respecto al presente, pero también menos volátiles si tomamos en cuenta la
desviación estándar, la cual es mayor para el modelo neoliberal, esto expresaría que la estabilidad
macroeconómica es una falacia, ya que tanto el PIB como la FBC son variables mucho más
inestables bajo el patrón presente que durante aquel que lo antecedió según se muestra en el
Cuadro 4.
Una economía capitalista se puede dividir en dos sectores: los productivos e improductivos, los
trabajadores que laboran en las ramas improductivas son considerados bajo este rubro porque no
generan un excedente económico, pero ayudan a la realización del mismo. Otra característica que
se desdobla de esta condición, es que estos trabajadores viven de los recursos que son
transferidos a dichas ramas. Las ramas que se consideran productivas en términos de cuentas
nacionales son: las ramas que integran el sector primario (agro), el secundario (manufacturas) y
aquellas que se ubican en los transportes y almacenaje. El resto, que básicamente son servicios,
se les ubica como improductivo.
174
Marx, a 150 años de El Capital
A un incremento del consumo improductivo se tiene, por otra parte, una menor proporción de
éste como gasto de realización del plusvalor; mientras que la primer variable creció 7.39%, el
segundo decreció -24.71%; es decir, a pesar del aumento en la masa de consumo asalariado
improductivo, éste tiene un menor peso en la realización del plusvalor, lo que nos hace suponer
175
Marx, a 150 años de El Capital
que sus ingresos se han reducido; esto es razonable tomando en cuenta la tendencia en los sueldos
y salarios bajo el patrón de acumulación vigente.
Consumo capitalista
Hasta aquí hemos visto que los gastos de acumulación y consumo improductivo se han visto
reducidos en el tiempo, lo que nos lleva a la pregunta, sí el plusvalor no se reinvierte en gran
cuantía, ni se está yendo como incrementos en el consumo de los trabajadores, ¿quién absorbe la
mayor porción del excedente producido? ¿Son los capitalistas con su consumo, el gobierno o las
exportaciones? El Cuadro 6 da la respuesta.
176
Marx, a 150 años de El Capital
De esta forma llegamos a una importantísima conclusión, “el consumo de los capitalistas se
incrementan en un poco más de 10%, mientras que la tasa de acumulación de capital decrece -
28.48%, esto nos da razón de una economía que despilfarra sus recursos, lo cual para un país
semi-industrializado como el nuestro es inaceptable; por ello, no solo habla del abuso al que es
sometido el pueblo, sino que también es el camino del subdesarrollo, la miseria y más
explotación para las generaciones venideras”.
Lo único que podríamos presentar como rescatable de este proceso es, que el alto consumo de la
burguesía mexicana sirve para compensar el menor gasto de los trabajadores, logrando así evitar
que se profundicen los problemas de subconsumo, los cuales son fomentados por la propia
política económica neoliberal.
Éste era un gasto de realización muy importante bajo el patrón sustitutivo de importaciones, pero
como se puede apreciar en el siguiente cuadro poco es su aporte bajo el modelo presente en el
Cuadro 7.
177
Marx, a 150 años de El Capital
De 1994 a 2015 los gastos del gobierno se han mantenido prácticamente al mismo nivel, a pesar
de los vaivenes que se presentan en dicho lapso de tiempo. Esta trayectoria refleja la política de
austeridad fiscal que rige al patrón neoliberal, condición que ha anulado una de las herramientas
más potentes para fomentar el crecimiento económico y la redistribución positiva del ingreso.
Todo ello para favorecer la estabilidad macroeconómica, condición que como hemos podido
observar durante la investigación, no se han cumplido.
En el Cuadro 8 se puede observar que, el saldo deficitario del sector externo expresa que éste en
lugar de ser una vía para realizar el plusvalor creado internamente, estamos ayudando a la
realización del excedente de otras naciones. Lo que señala que, “el patrón neoliberal a pesar de su
explosiva capacidad exportadora, en realidad es una fuente de transferencias al exterior, debido a
su poco a porte para generar una demanda externa que estimule el consumo de la plusvalía
producida internamente”.
178
Marx, a 150 años de El Capital
Literatura citada
Huerta, G. A. 2016. El estancamiento económico y la desigualdad del ingreso: dos procesos que
se retroalimentan. Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)-FE. México,
DF.
Huerta, G. A. 2004. La economía política del estancamiento”. Ed. Diana, México, DF.
Ros- Bosch, J. 2015. Grandes problemas. ¿Cómo salir de la trampa del lento crecimiento y alta
desigualdad? Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)- Colegio de
México, México, DF.
Romero, T. J. A. 2014. Los límites al crecimiento económico de México. Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM)- Colegio de México, México, DF.
Calcagno, E. A. y Calcagno, F. A. 2015. El universo neoliberal. Akal. España.
Samaniego, N. 2014. La participación del trabajo en el ingreso nacional: el regreso de un tema
olvidado”, Economiaunam. 11:33.
Valenzuela, F. J. 1999. Explotación y despilfarro. Análisis crítico de la economía mexicana.
Plaza y Valdés. México, DF.
179
Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
El estudio de la producción del espacio turístico ha cobrado relevancia en los últimos años a
partir de las aportaciones de la geografía crítica, que la percibe como una práctica social. A efecto
de aportar al conocimiento de la construcción de ese espacio en regiones y ciudades periféricas de
México, se ofrece aquí una estimación de la tasa de plusvalor en Baja California Sur, entidad en
el noroeste mexicano, cuya economía está fuertemente asociada al turismo. Los resultados
muestran un lento crecimiento de la ocupación y una disminución en la productividad del trabajo,
pero también la continuación de una tendencia ascendente en la tasa de plusvalor que es evidente
desde al menos 1998. La explicación que se adelanta de esto es el aumento en los empleos de
menores retribuciones salariales, así como la creciente subrogación (outsourcing) que prevalece
en la economía cabeña, asociada a la consolidación de un modelo de crecimiento neoliberal cuyo
fundamento social es la explotación del trabajo.
Introducción
Con base en resultados de un proyecto de investigación sobre la producción social del espacio
turístico en regiones y ciudades periféricas de México,1 se presenta en este texto un análisis de los
procesos de turistización partiendo de un análisis de Baja California Sur (BCS) desde una
perspectiva marxista, en particular teniendo en mente un aspecto poco socorrido en la bibliografía
reciente: la estimación de la tasa de plusvalor. Para este fin se emplean cifras de los Censos
Económicos 2004, 2009 y 2014, así como la reciente estimación de las actividades económicas
relacionas con el turismo, publicada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI)
para BCS y el resto de las entidades federativas en octubre de 2016. Para el período de análisis
encontramos en BCS un ciclo de crecimiento en dos etapas, una expansiva (2003-2008) y otra de
incierto desempeño (2009 a 2015). La etapa de mayor crecimiento favorece la mayor creación de
1
Ciencia Básica CONACYT CB-2014-01 242545.
180
Marx, a 150 años de El Capital
El trabajo se estructura de la siguiente manera: en una primera sección se presenta una brevísima
alusión a los estudios sobre la economía política del turismo y es seguida por una amplia
explicación de la tasa de plusvalor con base en una cuidadosa lectura de Marx. La tercera sección
muestra las estimaciones de la tasa de plusvalor para la economía turística de BCS entre 2003 y
2013, precedida por un análisis de los procesos de crecimiento con base en el turismo en BCS,
enfatizando sus efectos diferenciados a través del tiempo.
En un sentido amplio, el término economía política hace referencia a las obras de diversos
autores que han centrado sus investigaciones en la problemática de la acumulación y distribución
del excedente económico (particularmente Adam Smith y David Ricardo), así como la
determinación de los precios, salarios, empleo y la funcionalidad (o no) de los arreglos políticos
construidos para fomentar la acumulación (Desai, 1991).
La crisis global y sus secuelas “la larga depresión”, Roberts (2016) hicieron meridianamente
clara la actualidad de Marx. No obstante, en un trabajo reciente Bianchi (2011) declaraba, en son
de lamento, que “la escasez de teorización marxista en el turismo sigue siendo un gran misterio, a
pesar de que se le haya proclamado una de las industrias más grandes del mundo”.
Una rápida búsqueda en Internet resulta en 912 mil registros para “Marxist analysis of tourism”,
comparado con 7.4 millones para “economic analysis of tourism.” En español, igual búsqueda en
Google da 992 mil registros para “análisis marxista del turismo”, contra 12.6 millones para su
similar en economía ortodoxa. Incluso si se considera la doble contabilidad, la diferencia es
impresionante: evidentemente los estudios basados en la teoría burguesa rebasan por mucho a
aquellos que se centran en el análisis marxista.
Sin embargo, abundan los estudios marxistas de calidad, especialmente luego del tsunami
económico más reciente. Entre muchos otros de cuño radical, podemos resaltar los trabajos de
Iván Murray y el grupo de las Islas Baleares (Murray, 2015) y en México, Palafox (2013); Osorio
(2005). Para BCS, un ejemplo reciente es Ángeles et al. (2017).
181
Marx, a 150 años de El Capital
La tasa de plusvalor
Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley
del desarrollo de la historia humana…Marx descubrió también la ley específica que mueve el
actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él. El descubrimiento de
la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores,
tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las
tinieblas.
La fuerza de trabajo es una mercancía que, al igual que el resto de las mercancías, determina su
valor por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción; es decir, el tiempo de
trabajo incorporado en aquellas mercancías que permiten su reproducción. De esta manera, al
ofertarse en el mercado, la fuerza de trabajo, suponemos, se vende a su valor y se intercambia por
un salario equivalente. Una vez que esto ha ocurrido, en el proceso de producción tanto los
medios de trabajo como la fuerza de trabajo adquirida se consumen productivamente. Marx
estableció que en este proceso de producción de mercancías el capital constante no tiene la
facultad de aportar más valor del que contiene, es una mercancía producto de trabajo pretérito y
su incorporación total o parcial al proceso de producción sólo transfiere valor, pero no lo crea.
Por el contario, el valor de uso de la fuerza de trabajo, como fuente de valor, permite al
capitalista, al consumirla junto a los medios de producción, obtener una mercancía que tiene un
valor superior a los valores que la constituyen (Ibíd).
El trabajador consume “productos para crear productos”, transformando valores de uso en otros
valores de uso. El trabajador se presenta en el mercado poseedor de esta capacidad
transformadora definida como fuerza de trabajo. Libre de ofertarla al mejor postor. El capitalista
en su calidad de comprador la adquiere e integra al proceso de producción como factor subjetivo
“el valor de uso de la fuerza de trabajo y por tanto su uso, el trabajo, pertenece al capitalista”
(Ibíd).
182
Marx, a 150 años de El Capital
Hasta aquí suponemos que el capitalista ha adquirido en el mercado los medios de producción y
la fuerza de trabajo, condiciones necesarias del proceso de producción, cosas que le pertenecen.
La compra tiene como objetivo la venta, “el capitalista quiere producir un valor de uso que tenga
valor de cambio…cuyo valor sea mayor que la suma de los valores de las mercancías requeridas
para su producción, de los medios de producción y de la fuerza de trabajo por los cuales él
adelantó su dinero contante y sonante en el mercado” (Ibíd).
Consideremos ahora la parte del valor que el trabajador agrega, con su trabajo, a A. Si el
trabajador convierte, en una 1 h de trabajo 1.67 unidades de materia prima, en 1.67 unidades de
A, en 6 h producirá 10 unidades de A. Durante el proceso de trabajo de producir A consumiendo
10 unidades de materia prima, se absorben 6 horas de trabajo. En 10 unidades de A se han
objetivado dos jornadas y media de trabajo, 2 contenidas en las materias primas con un valor de
12 dólares y media jornada en el proceso de producción de A, con un valor de 3 dólares. En total,
dos jornadas y media se representan en un valor de 15 dólares. “nuestro capitalista se queda
perplejo. El valor del producto es igual al valor del capital adelantado” (Ibid), 10 dólares de
materia prima, 2 dólares de la maquinaria consumida y 3 dólares por la fuerza de trabajo.
Recordemos que el objetivo del capitalista era “producir un valor de uso que tenga valor de
cambio…cuyo valor sea mayor que la suma de los valores de las mercancías requeridas para su
producción” y según sus cálculos no lo ha conseguido. No obstante, reflexiona un poco más y
tienen en cuenta que lo decisivo de la inversión más allá de sus aspectos concretos está en el
valor de uso de la fuerza de trabajo, fuente de valor. “El poseedor de dinero ha pagado el valor de
una jornada de fuerza de trabajo; le pertenece por consiguiente su uso durante la jornada, el
2
El ejemplo a continuación es una paráfrasis simple del ejemplo de la producción de 10 libras de hilado que se
encuentra en el capítulo V del Tomo I, Volumen I de El Capital. Marx utiliza un ejemplo de la industria textil para
mostrar el proceso de generación de plusvalor.
183
Marx, a 150 años de El Capital
Lo anterior nos muestra que el proceso de valorización no es otra cosa que el proceso de
formación de valor prolongado; es decir, superar “al punto en que con un nuevo equivalente se
reemplaza el valor de la fuerza de trabajo pagado por el capital.” (Ibid). El plusvalor se observa
en “el excedente del valor del producto sobre la suma de valor de sus elementos productivos.”
(Ibíd), en el ejemplo anterior, el plusvalor es 3 dólares. “La masa de plusvalor producido es, por
tanto, igual al plusvalor que suministra la jornada laboral del obrero individual, multiplicada por
el número de obreros utilizados” (Ibíd).
El valor de la mercancía se constituye en principio por la suma del valor de sus elementos
constitutivos, capital constante3 (c) y capital variable4 (v). Cuando la mercancía se ha realizado,
cuando el dinero se ha convertido en capital como en el ejemplo anterior, entonces el valor de la
mercancía se define como M = c + v + p, donde p es plusvalor, el valor añadido por el trabajador
más allá del valor de su reproducción.
(1) C=c+v
(2) C´= c + v + p
3
“La parte del capital, pues, que se transforma en medio de producción, esto es, en materia prima, materiales
auxiliares, y medios de trabajo, no modifica su magnitud de valor en el proceso de producción. Por eso la denomino
parte constante del capital o, con más concisión, capital constante”(Marx K. , 1975, pág. 252).
4
“…la parte del capital convertida en fuerza de trabajo cambia su valor en el proceso de producción. Reproduce su
propio equivalente y un excedente por encima del mismo, el plusvalor, que a su vez puede variar ser mayor o menor.
Esta parte del capital se convierte continuamente de magnitud constante en variable. Por eso la denomino parte
variable del capital o, con más brevedad, capital variable.” (Marx K. , 1975, pág. 252).
184
Marx, a 150 años de El Capital
Donde:
En realidad el plusvalor, es una simple consecuencia del cambio de valor que se efectúa con v, la
parte del capital convertida en fuerza de trabajo y por tanto que v + p = v + Δv (v más el
incremento de v). Pero el cambio efectivo de valor y la proporción en que ese valor varía, se
oscurecen por el hecho de que a consecuencia del crecimiento de su parte constitutiva variable,
también se acrecienta el capital global adelantado” (Ibíd). La condición necesaria de dicho
acrecentamiento5 es la existencia de medios de producción (Ibíd), “materia a la que debe fijarse la
fuerza líquida creadora de valor.”
p/v
Una vez reducido a cero el capital constante, por la razón antes mencionada, “la suma restante de
valor es el único producto de valor generad efectivamente en el proceso de formación de la
mercancía.” (ibíd).
Si p o v están dados,
(5) C - v = p,
o bien,
(6.1) C -p = v
Es necesario anotar, como comentario final y siguiendo al autor, que la expresión del grado de
explotación que proporciona la tasa de plusvalor no expresa al mismo tiempo la magnitud
absoluta de la explotación.
5
Además de la existencia del trabajador libre de vender su fuerza de trabajo.
185
Marx, a 150 años de El Capital
En la siguiente sección del trabajo se emplean los conceptos aquí expuestos para estimar la tasa
de plusvalor en BCS. Dado que las cifras que se utilizan están dadas en su expresión monetaria,
estimamos la tasa de explotación como P = (VA – V)/V, donde VA es el valor agregado y V es la
expresión dineraria del capital variable, es decir, las remuneraciones. De esta forma, la expresión
en paréntesis representa los ingresos de la propiedad que, divididos entre las remuneraciones,
resultan en la tasa de plusvalor Zafirovski (2003); Ángeles et al. (2017).
En 1980, de acuerdo con INEGI (2017a), la población de BCS -con 74 mil km2, la novena
entidad federativa en términos de extensión territorial- era de solo 215 mil habitantes. La
población se distribuía en tres municipios: Comondú (27%), Mulegé (13%) y La Paz (60%). La
actividad económica, medida por el producto interno bruto (PIB) era de 17 377 millones de pesos
(mdp), que la colocaba en el penúltimo lugar a nivel nacional, justo antes de Quintana Roo. Sin
embargo, el PIB por habitante, que alcanzaba 80 483 pesos le ubicaba en el quinto lugar, 26% por
encima de la media nacional.
Los principales rubros de actividad económica eran el sector agropecuario, silvicultura y pesca,
con 13% del PIB (21% en 1970), la minería (principalmente no metálica: la sal en el norte del
estado) que contribuía 9% (8% en 1970), y los servicios comunales, sociales y personales, con
23% (mayormente la administración, la educación y la salud públicas). Los sectores hoy
preponderantes del comercio y los restaurantes y hoteles constituían, en ese orden, 19% y 27%
del PIB (19% originado en el comercio y 8% en hoteles y restaurantes). El empleo se concentraba
así: 10% en el sector agropecuario y pesquero, 9% en la manufactura, 17% en el comercio, 45%
en servicios (profesionales, educativos y sanitarios, mayormente) y 6% en el gobierno (INEGI,
1987).
En 2015, la población del estado ascendía a 712 mil habitantes (Secretaría de Desarrollo, 2017:
6), que se distribuía en cinco municipios: Comondú (10%), Mulegé (8%), La Paz (39%), Los
Cabos (40%) y Loreto (3%). En la última década y media el crecimiento poblacional se ha
concentrado en Los Cabos, con un aumento de casi 200 mil habitantes (de 105 mil a 305 mil),
seguido por La Paz, cuya población se incrementó en 94 mil personas (de 196 mil a 290 mil).
Estos dos municipios absorben más de tres cuartas partes de la población del estado (Secretaría
de Desarrollo, 2015). La economía se desenvolvió a un ritmo superior al del crecimiento
demográfico y el PIB de 2015 fue de 133,359 millones de pesos. En palabras de la Secretaría de
Economía, el dato de 2015 señala:
Un mejoramiento visible respecto del año anterior. De mostrar tasas de crecimiento mayores de
8% hasta 2007, su desaceleración en los últimos años ha sido evidente. Esta fue de 5.3%, 3.3% y
2.5% de 2011 a 2013, para cerrar en 2015 con un crecimiento de la producción global (5.5%)
(Ibíd.: 11; énfasis en el original).
186
Marx, a 150 años de El Capital
El año anterior se había registrado una caída de 4%, en parte por el huracán Odile, en parte por
rezagos que persistían en el comportamiento del sector comercio, que registró un descenso
importante en 2013 y finalmente por la continua debilidad relativa del sector inmobiliario
Ángeles et al. (2017).
Medido a precios constantes de 2008, entre 2003 y 2015 el PIB sudcaliforniano creció 4.6% al
año, es decir, poco más de 70%. El estallido de la crisis Subprime en Estados Unidos de América,
país del que proviene la mayor parte del turismo extranjero que llega al estado, divide al período
en dos partes: una etapa de expansión, entre 2003 y 2008, seguida por otra de zigzagueante
comportamiento y franco estancamiento entre 2009 y 2014, con un repunte significativo en el año
siguiente, último para el que hay datos fehacientes. En la primera etapa, la economía se expandió
a un ritmo anual de 9.8%, en la segunda, a solo 2.1%. En ésta, el sector construcción cayó a una
tasa anual de -0.8%, producto de una fuerte reducción en 2009 causada por los efectos inmediatos
de la crisis capitalista global, seguida por otra en 2014 debido a los trastornos que ocasionó el
huracán Odile. Esos dos fenómenos afectaron también de forma negativa al sector hoteles y
restaurantes: -3% en 2009 y -7% en 2014, para resultar en una tasa media de crecimiento para el
período de solo 2%. El comercio, principal sector individual de la economía sudcaliforniana,
cayó 12% en 2009 y casi 7% en 2013, para un crecimiento promedio de 2%, igual que la
registrada en el sector inmobiliario Ángeles et al. (2017).
Los sectores de mayor peso en la economía siguen siendo el comercio (ahora con 18.2% del
total), hoteles y restaurantes (16.7%), construcción (12.2%), gobierno, educación y salud
(11.3%), y servicios inmobiliarios (9.4%). Así, entre 1980 y 2015 el mayor crecimiento se dio en
los sectores relacionados con el turismo: el valor de la producción en los sectores hoteles y
restaurantes se duplicó y el sector inmobiliario llegó a casi 10% del PIB, mientras que las
actividades primarias, aun de muy importante peso relativo en 1980, perdieron buena parte de su
significación en el agregado global.
En 2015, último año con cifras de INEGI, el PIB por persona de BCS fue de 145 mil pesos, 10
mil pesos (7%) por arriba de los registrado en 2003. Tal desempeño significó una tasa anual de
solo 0.5% al año, por el mediocre ritmo de avance promedio de 2009 en adelante y por la
magnitud de los flujos migratorios durante el período, de forma que el estado ocupaba en ese año
el puesto número 9 entre las entidades federativas. La débil evolución del ingreso por persona se
agrava por la creciente desigualdad, como demuestran los valores del coeficiente de Gini,
Ángeles et al. (2017).
De acuerdo con cifras recientemente publicadas por INEGI (2016), BCS depende de las
actividades relacionadas con el turismo 29%. Si se considera la turistización como la
preponderancia de ese tipo de actividades por encima del resto de la economía y usamos el
criterio de 20% (relación turismo/PIB) como medida del avance de ese proceso, se tiene que BCS
se ubica en el segundo lugar nacional, solo detrás de Quintana Roo, que ostenta un nivel de 44%.
En el nivel municipal, por supuesto, las proporciones varían. En el sur del estado, el municipio de
Los Cabos muestra un grado de turistización de más de 50%, La Paz, alrededor de 30% pero en
rápido crecimiento. Con excepción de Loreto (52%), los municipios del norte exhiben menores
grado de turistización, siendo Comondú principalmente agrícola-ganadero y Mulegé agrícola y
minero Ángeles et al. (2017).
187
Marx, a 150 años de El Capital
Los datos referidos para el sur de BCS (y Loreto) reflejan los procesos de neoliberalización que
han afectado al país, junto con buena parte del mundo, desde los años ochenta. Aquí, la
implementación de este modo de regulación capitalista se relacionó con las políticas del gobierno
mexicano a través del Fondo Nacional para el Fomento del Turismo (FONATUR), en particular
la declaración de Los Cabos y Loreto como centros turísticos integralmente planeados (CIP). Este
esquema de fomento del turismo fue la base formal en el proceso de conformación de la
actualmente llamada “vocación natural” del estado hacia el turismo. Esta vocación impulsaba la
producción del espacio turístico por el sector privado mediante la previa construcción de la
infraestructura básica para esa esa actividad (pavimentación, servicios de electricidad y agua
potable, lotificación, etc.), financiada con recursos públicos, a la vez que el gobierno federal daba
paso a la adquisición legal del territorio costero por entidades y personas físicas extranjeras por la
vía del fideicomiso bancario (Gámez y Montaño, 2003).
En Los Cabos, la estrategia fue sumamente exitosa. De ser una pequeña zona pesquera y agrícola,
la región se transformó en uno de los destinos turísticos más dinámicos de México.
Originalmente centrado en el turismo convencional (sol, arena y playa, pesca deportiva, y
diversión), en tiempos recientes Los Cabos ha descubierto una nueva vocación: el turismo de
exclusividad, manifestado por la creciente especialización en visitantes extranjeros y nacionales
de muy altos recursos. Esta nueva especialización queda subrayada por las características de las
inversiones en curso en el sector hotelero: de 15 ampliaciones, remodelaciones o nuevas
instalaciones programadas a inaugurarse en 2018, solo una se orienta al segmento del turismo
todo pagado (El Informante, 2015).
De acuerdo con las estadísticas de la Secretaría de Desarrollo, la entidad contaba en 2015 con 359
hoteles que ofrecían 21 381 habitaciones (Ibíd.), concentrados particularmente en aquel
municipio. Como se indicó, el dinamismo de este espacio turístico como fuente de empleo ha
estimulado -por la vía de la inmigración- un altísimo crecimiento demográfico, así como la
construcción de una importante infraestructura de comunicaciones con cargo al erario público, si
bien crecientemente operada por privados. El proceso de turistización de BCS seguramente se
acrecentará, en particular por la vía de dos proyectos recientemente anunciados (y aprobados): la
reubicación de la carretera que una a las ciudades de San José del Cabo y Cabo San Lucas, a
varios kilómetros tierra adentro de su posición actual, lo que ofrecerá mayores posibilidades para
la producción del espacio turístico al norte del corredor y la extensión y ampliación del Malecón
costero de La Paz, obra que incluye la construcción de una serie de playas artificiales en la
Ensenada. En ambos proyectos, el objetivo principal es facilitar la intensificación de la
urbanización turística a lo largo de esta parte del litoral del golfo de California.
188
Marx, a 150 años de El Capital
Los censos económicos (CE) que genera el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI), registran las actividades del sector privado y de las empresas paraestatales, dejando
fuera las actividades que realiza el sector público, Por así decir, refleja el quehacer de la
economía privada capitalista y la de aquellas partes del sector público que, de facto, funcionan
con las características empresariales de aquella. Con base en los CE es posible realizar análisis
más o menos minuciosos de la economía privada y paraestatal como un todo. Además, a partir de
2016 INEGI publica información similarmente detallada sobre las actividades económicas
relacionas con el turismo al nivel de entidad federativa; es decir, además de la economía privada
total, es posible analizar, cada quinquenio, la situación que guardan los principales indicadores
económicos del turismo en cada estado. En este trabajo, si bien se hace referencia a la situación
de la economía privada total de BCS, nos centramos la economía turística. 6 Las cifras estatales
relevantes para el estado se presentan en el Cuadro 1.
En su etapa expansiva más reciente de su ciclo de crecimiento, las actividades turísticas de BCS
registraron un incremento en el empleo de 72%, si bien las remuneraciones crecieron a un ritmo
de solo 45%, reflejando sin duda un aumento en los empleos de menores retribuciones salariales,
así como la creciente subrogación (outsourcing) que prevalece en la economía neoliberal. El
enorme flujo migratorio que se registró en esa etapa seguramente abonó a generar una sobreoferta
de mano de obra barata y una mayor competencia entre los trabajadores potenciales, mientras que
los cambios en las leyes que rigen las relaciones laborales en el sector privado (la reforma
laboral), aunados al incremento en el “ejército de reserva” de trabajadores, ha presionado los
salarios hacia abajo e incrementado las tasas de informalidad. El aumento en el empleo, aunado a
un impresionante ascenso (163%) en la productividad laboral se reflejó en un significativo avance
en el valor agregado censal, de 121% (hasta 7 797 mdp), de los que más de tres cuartas partes
fueron ingresos de la propiedad (ganancias, intereses y rentas), estimados como la diferencia
entre el valor agregado censal y el monto de las remuneraciones. En contraparte, las
remuneraciones representaban solo 23% del valor agregado censal.
Como aparece en el Cuadro 1, la tasa de plusvalor para este período se estima 331%. Esta cifra
puede compararse con las que presenta Zafirovski (2003) para la manufactura de diversos países
de altos ingresos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),
que fluctuaban en los años noventa entre 82% en el Reino Unido y 23% en Bélgica. De manera
parecida, con datos de la manufactura mexicana Gloria Martínez estima una tasa de plusvalor de
402% (Martínez, 2003), esto es, el doble de la de Estados Unidos de América, a pesar de la
mucho mayor productividad de la economía de aquel país. Sotelo- Valencia (2012), siguiendo a
Muro- Marini, explica esta situación en términos de la superexplotación de los trabajadores, esto
es, como la articulación del plusvalor absoluto, el plusvalor relativo y la expropiación del fondo
de consumo de la fuerza de trabajo, a lo que Blanco (2017) añade “la lucha por la forma del
excedente”.
En la etapa más reciente, de 2008 en adelante, el empleo turístico creció 13% (de 42 274 a 47 915
trabajadores, pero el total de remuneraciones bajó de 1 810 mdp, a solo 1 342 mdp (-26%). Si
bien este efecto puede deberse a la forma de convertir las cifras a precios corrientes en sus
equivalentes a precios constantes de 2008 (se empleó el deflactor del PIB de INEGI), nuestro
parecer es que la reducción es más bien efecto de la represión salarial que antes se mencionara,
6
Como se observó, esta representa casi una tercera parte de la economía privada y paraestatal total.
189
Marx, a 150 años de El Capital
combinada con un significativo deterioro en la productividad del trabajo, que se redujo 24%. La
participación del salario en el valor agregado bajó un punto porcentual, pero la tasa de plusvalor
siguió su tendencia alcista (observada de 2003 en la economía turística de en adelante y en la
economía privada total desde 1998), ubicándose en 346%.
Conclusiones
En este trabajo nos propusimos la estimación de la tasa de plusvalor de Baja California Sur, una
economía pequeña dependiente del turismo, con base en el empleo de una base de datos
recientemente publicada por el INEGI para dar cuenta las actividades relacionadas con la
“industria del goce” en las entidades federativas del país. Se identificó en BCS la existencia de un
ciclo de crecimiento para el período 2003 - 2013, que se pudo dividir en dos etapas: una
expansionaria, hasta la crisis de 2008, y otra de incompleta recuperación e incierto desempeño, de
ahí en adelante.
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191
Marx, a 150 años de El Capital
1
Facultad de Economía- Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). [email protected].
Resumen
El predominio de la teoría económica neoliberal en la enseñanza de la economía ha sido un
problema, que deriva en la incapacidad de análisis críticos de la realidad actual a nivel
internacional, dadas las limitaciones teóricas que ha incentivado. El protagonismo del Estado en
el modo de producción capitalista en su etapa neoliberal debe ser estudiado, señalado y criticado
con urgencia. La economía como rama del pensamiento científico social debe consolidarse como
herramienta que piense desde la totalidad las complejas relaciones sociales que constituyen la
formación social que denominamos capitalismo. El (la) economista debe ser capaz de proponer
soluciones ante las políticas de exterminio promovidas principalmente por los Estados y las altas
elites económicas a nivel mundial.
Introducción
Desafortunadamente la teoría económica neoliberal ha predominado en la educación que se
imparte en las universidades, esto acarrea serios problemas en la capacidad de análisis crítico de
la compleja realidad actual a escala internacional. Partir de la pseudo separación del Estado y la
economía provoca repercusiones importantes en el desarrollo intelectual de los estudiantes al
verse limitados en herramientas teóricas que les posibilite hacer análisis críticos de la realidad.
Los tiempos que vivimos apremian estudios que contengan una visión crítica y propongan
posibilidades de transformación, las facultades de economía deben ser un bastión de formación
analítica por la potencialidad de análisis que brinda esta rama del pensamiento científico social.
La actualidad de un estudio crítico del Estado desde la economía es una urgencia para poder dar
explicaciones y salida a las condiciones de miseria y exterminio poblacional que son
principalmente impuestas por las políticas económicas y sociales impulsadas por el Estado y la
alta burguesía internacional.
192
Marx, a 150 años de El Capital
El protagonismo actual del Estado en las dinámicas de acumulación de capital requiere ser
señalado, criticado y discutido con urgencia dadas las condiciones y característica de la etapa
actual en el que se encuentra el desarrollo del modo de producción capitalista a la que
denominamos: neoliberalismo.
El neoliberalismo en principio es una estructura ideológica, política y económica que tiene como
fundamento un patrón de acumulación al que David Harvey (2007) denomina acumulación por
desposesión (concepto que ha sido muy funcional para explicar las dinámicas económicas
acumulativas en el neoliberalismo). Para poder llevar a cabo este patrón de acumulación la teoría
económica neoliberal se basa en el rescate de las ideas promovidas por el liberalismo económico
cuya principal característica es enfatizar en la importancia de mantener al Estado lo más alejado
posible de las dinámicas del libre desenvolvimiento de las fuerzas del mercado.
Para que las fuerzas del mercado puedan tener un libre flujo y autorregularse el Estado debe
“limitarse” a facilitar las condiciones para la privatización de los sectores económicos, e
incentivar un individualismo empresarial que permita alcanzar el máximo de la libertad humana,
debe abogar por una desregulación comercial y financiera, así como incentivar la flexibilización
1
La estructura ideológica que sustenta la teoría neoliberal tiene sus raíces en las aulas de la universidad de Chicago
posteriormente difundida en América Latina (principalmente en Chile) a través de los llamados Chicago-boys.
2
Para mayor información sobre los métodos de terror por parte del Estado para la implantación del neoliberalismo,
Klein (2010). La doctrina del shock. El augu del capitalismo del desastre. Madrid, Bolsillo Paidós.
193
Marx, a 150 años de El Capital
“Para que esto se lleve a cabo correctamente debe disponer de las funciones y estructuras
militares, defensivas, policiales y legales que son necesarias para asegurar los derechos de
propiedad privada y garantizar, en casos necesarios mediante el uso de la fuerza, el correcto
funcionamiento de los mercados” (Harvey, 2007). Esta separación entre el Estado y la economía
tan defendida por la teoría neoliberal es simplemente imposible si consideramos que en primer
lugar el modo de producción capitalista es un entramado complejo de relaciones sociales: “todos
los conceptos básicos de la economía política expresan relaciones sociales de producción entre
personas” (Rubin, 1977) el dinero, la mercancía, la moneda, el mercado, el Estado, etc., son
expresiones de relaciones sociales que funcionan bajo una misma formación social.
Esta formación social3 y modo de producción que se consolida en el siglo XVIII a la que
denominamos capitalismo tiene como una de sus características principales la división y opresión
de la sociedad en clases sociales. Si bien el Estado no es exclusivo del modo de producción
capitalista, el fundamento de cualquier Estado es el ejercicio coercitivo de dominación política, es
“relaciones de poder y dominio, relaciones de mando que alcanzan obediencia, capacidad de
construir un imaginario de comunidad” (Osorio, 2012), ante esta amplitud del concepto, es
preciso reconocer que cuando hablamos de la forma Estado4 en la formación social capitalista
estamos hablando de un Estado específicamente capitalista, el cual tiene como función principal
perpetuar la relación social de opresión y dominio en la lógica de acumulación especifica del
capital.
Desde el origen del capitalismo a través de la llamada acumulación originaria el Estado ha tenido
un papel de suma importancia, sobre todo en el proceso legal constitutivo que facilitó y propició
que la propiedad privada sea posible. Así como fue indispensable asegurar el “monopolio de la
violencia”5 para el ejercicio de la misma con la finalidad de mantener el control y ejercer el
3Para profundizar en la teoría de las formas sociales ver: Arteta, A. 1993. Marx: valor, forma social y alienación. Madrid:
Ediciones Libertarias; Linera, Á. G., 2009. Forma valor y forma comunidad. La Paz, Bolivia: Muela del Diablo; Moncayo, V. M.
1992. Espacialidad y Estado: formas y re-formas. México: Fontamara 130.
4El Estado es una relación social (forma): “expresión abstracta de los medios, formales y substanciales, de unificación, regulación
y control de la sociedad humana desunida” (Krader, 1980) para que esta abstracción pueda ser materializada el Estado necesita
medios y mecanismos concretos que le permitan constituirse y formalizarse para hacer efectivo el ejercicio del poder político,
llámese leyes, militares, policías etc., en términos generales necesita un régimen político, a lo anterior se denomina: aparato de
Estado. Para mayor información respecto al tema: H. F. R. 1979. Forma Estado y regímenes políticos. Críticas de la economía
política. 16-17251- 288. pp. Hirsch, J. 2007. Rasgos fundamentales de la teoría materialista del Estado. In: la política del capital.
México: UAM-X. 131-231 pp.
5
Para Max Weber (El político y el científico , 1972) el Estado moderno es la “asociación de dominación con carácter institucional
que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que, a
este fin, ha reunido todos los medios materiales en manos de su dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios estamentales
que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas”. Sin embargo, esta
194
Marx, a 150 años de El Capital
dominio político, también fue necesario un entramando legal constitutivo que lo respaldase (un
aparato de estado). La concepción capitalista de acumulación está basada en la propiedad privada
legalmente posible a través de un entramado jurídico, lo mismo podemos decir de todo el aparato
constitucional posibilitado por el Estado para la extracción de plusvalor por medio del salario
mínimo, la jornada laboral, la constitución de los mercados etc.
Amplio ha sido el debate desde la crítica de la economía política (CEP) especialmente la marxista
en torno a la función y categorización del Estado en el capitalismo; sin embargo, nunca se ha
memorizado la importancia del mismo en las dinámicas de acumulación en todo el
desenvolvimiento de la formación social capitalista. Desde las interpretaciones entre estructura y
súper-estructura hasta las interpretaciones de la sociedad como una forma social6 -ampliamente
mencionada por Marx a lo largo de toda su obra- el Estado es parte de suma importancia para el
desarrollo del capitalismo independientemente del patrón de acumulación, dados los cimientos
con los que se construyó el capitalismo: la lucha de clases7.
Si bien con este breve repaso de la forma Estado y su intervención no solo en la dinámica de
acumulación sino en todo el desarrollo de la formación social capitalista, queremos aclarar que la
supuesta separación entre el Estado y la economía es simplemente imposible, el intento de
hacerlo por parte de la teoría economía neoliberal termina siendo un entramada ideológico, que
justifica un intervencionismo económico brutal hacia un sector específico de la población.
definición ha sido muy discutida actualmente dado el alto grado de privatización de la violencia que se ha presentado en las
últimas décadas tal como lo demuestra Dario Azzellini en su libro: El negocio de la guerra (2005).
6El resumen del debate lo podemos encontrar en: Holloway, J. 1980. Debates marxistas sobre el Estado en Alemania occidental y
195
Marx, a 150 años de El Capital
Basta voltear a ver la realidad mexicana para poder encontrarle sentido a los argumentos
anteriormente expuesto, ya que México representa uno de los países con mayor profundidad,
compromiso y “estricta continuidad neoliberal” (Ortega & Solís de Alba, 2013) desde la firma de
las cartas de intención con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) en
1982 lo que ha constado demasiado caro a la población mexicana, en términos de reformas
estructurales, privatizaciones, desmantelamiento de sindicatos, bajas salariales, flexibilización
laboral, etc.
Si actualizamos los datos económicos y sociales de la población mexicana sobre todo a partir del
inicio del siglo XXI, y mejor aún desde que el Estado mexicano decide crear un conflicto bélico
al interior del país al que denomino “guerra contra el narcotráfico” podemos observar la
impresionante rapidez en el avance de las reformas estructurales privatizadoras llamadas de
tercera generación (Trejo Ramírez & Andrade Robles, 2013) a costa de masacrar a una inmensa
parte de la población mexicana.
Las 136 100 personas asesinadas, las 26 mil 121 personas desaparecidas, los más de 4 mil
feminicidios8 cometidos tan solo en el sexenio presidencial de Felipe Calderón (FECAL); así
como los 383 secuestros y los 78 mil 109 asesinatos (según las cifras oficiales) 9 que se han
cometido en tan solo 4 años de la administración de Enrique Peña Nieto - Presidente de México
hasta la fecha de redacción del actual ensayo-, cobran mayor relevancia cuando son analizado de
una perspectiva económica que señale la rapidez con que fueron aprobadas las 15 reformas
estructurales en estas dos administraciones10.
Principalmente hay que señalar las referentes al sector energético que actualmente se encuentra
privatizado -gracias a la reforma de FECAL en el 2008 y la de Peña Nieto en 2012-, lo que ha
costado a la población mexicana no solo perder el inmenso ingreso económico que esto
representa para el país y sus consecuencias en el bienestar poblacional, también ha involucrado la
despoblación de regiones enteras de territorio mexicano, en cuyo suelo se encuentran las mayores
reservas de recursos naturales del país hablando principalmente de gas y petróleo.
Casos de estudio referente a lo anterior existen en grandes dimensiones, tan solo por mencionar
algunas podemos señalar la región conocida como “La Cuenca de Burgos”, que abarca los
estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y parte de Veracruz, dicha región
cuenta con la cuarta reserva más importante de gas Shale a nivel mundial (Mastrogiovanni,
2014), lo que ha propiciado masivos desplazamientos forzados de su población a causa de los
conflictos bélicos protagonizados por fuerzas federales y grupos delictivos por el control
territorial de dicha zona.
8
Datos obtenidos del informe: México la guerra invisible. Historias, cifras y negocios de los carteles criminales y la
impunidad de las mafias mexicanas (Cruz Santiago, y otros, 2012).
9
Los datos fueron recolectados por la revista Zeta a partir de la consulta realizada al Inegi, la Secretaría de
Gobernación y las procuradurías o fiscalías estatales. http://www.proceso.com.mx/454011/los-ejecutados-en-
sexenio-pena-suman-78-mil-109.
10
5 en el sexenio de FECAL y 11 con Peña Nieto hasta el cuarto año de su administración.
196
Marx, a 150 años de El Capital
Debemos tomar en cuenta que es justo en el sexenio de FECAL cuando se aprueba una reforma
energética que permite la exploración y explotación de bloques petroleros en el golfo de México,
región que abarca en su mayoría la Cuenca de Burgos, misma que en su sexenio fue de las
regiones con mayor desplazamiento poblacional, según los datos del mismo autor.
De igual manera podemos hablar de este intervencionismo estatal (legal e ilegal) por parte del
gobierno mexicano para la privatización del agua, los minerales y demás recursos naturales11 que
ha costado vidas humanas y un sinfín de atropellos a los derechos humanos y constitucionales de
la población mexicana, a partir de una militarización del país en favor de facilitar los proceso de
acumulación de capital mediante mecanismos de despojo/desposesión.
Si bien el concepto de acumulación por desposesión propuesto por Harvey no se limita al mero
despojo de tierras he instrumentos de trabajo 12, estos ejemplos son un mecanismo explicito que
demuestran el actuar y el protagonismo actual del Estado en términos de acumulación de capital y
en donde se encuentra justamente la pertinencia de su estudio crítico desde la economía.
Conclusiones
El estudio del Estado como una forma social desde la CEP se posiciona ahora más que nunca
como una necesidad vital para el análisis de la etapa actual en el desarrollo del modo de
producción capitalista, y el papel que está cumpliendo el Estado para facilitar los procesos de
acumulación por desposesión de forma devastadora.
Desde todas las aristas por las que se puede llevar a cabo una investigación crítica de la realidad,
el análisis del Estado desde la economía es un pilar fundamental dados los tiempos de exterminio
poblacional por los que estamos viviendo y en los cuales el Estado tiene un papel predominante
al servicio de la acumulación de capital. Ahora más que nunca la acumulación por desposesión es
el principal motivo de actuar del Estado y de todas las consecuencias promovidas por sus
políticas terroristas.
11
Para mayor información sobre la privatización del agua y demás recursos naturales por parte del gobierno
mexicano. Trejo, R. (2012). Despojo capitalista y privatización en México, 1982-2010. In: México: Itaca, 251-275
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199
Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
La propiedad privada es el núcleo fundamental del sistema capitalista; no obstante, en las
discusiones contemporáneas esta aparece como un supuesto natural de la forma de cooperación
humana. En El Capital se puede encontrar una teoría de la evolución humana que transita entre
formas de propiedad privadas y sociales. El modo de transición habilita esta discusión y parte de
una de las conclusiones más elementales, pero olvidadas, del trabajo de Marx: el capitalismo es
un proceso que tiende a la socialización hasta llegar como una necesidad natural a la propiedad
social. Este panorama abre nuevas perspectivas para trabajar cuál es la condición del trabajo y su
organización actual, es decir, su circunstancia como trabajadores asalariados y sus determinantes
bajo la pobreza absoluta, pero sobre todo cuáles son los caminos se tienen que recorrer para
plantear la posibilidad de la salida final del modo de producción capitalista hacia formas
cooperativas nuevas en la historia humana. La obra de Marx debe ser considerada como un
modelo de desarrollo completo del pensamiento bajo una unidad y continuidad crítica, su formato
categorial es una herramienta crucial para poder plantear la salida no sólo de las crisis capitalistas
sino la transición de la crisis humana que vivimos bajo el capital a un modo de producción
basado en la propiedad social.
Palabras clave: crisis, transición, fin del capitalismo, propiedad privada, propiedad social.
A 150 años de la publicación del primer tomo de El Capital presenciamos, en el desarrollo de los
acontecimientos históricos, una serie de fenómenos que le hubiera encantado vivir a Karl Marx,
para con ello, tener la oportunidad de analizarlos concienzudamente a través de su método
científico. Como es sabido, el primer tomo es la única parte de esta obra magna que fue editada y
cuidada por el propio autor, este detalle no es sólo una minucia editorial sino un tema esencial:
¿cuál es el modelo que Marx tiene de la historia humana? ¿Hubo cambios en interpretaciones
posteriores?
200
Marx, a 150 años de El Capital
Es preciso recordar que de este modelo depende la forma y contenido de las categorías planteadas
en esta crítica de la economía política: cómo es que el ser humano ha transitado -a lo largo de su
estadía en el planeta Tierra -desde los orígenes de los múltiples grupos con propiedad comunal
hasta la unificación mundial bajo la desgracia civilizatoria de la propiedad privada.
Las respuestas, como sucede siempre en el ámbito científico, pueden diferir profundamente al
considerar una perspectiva o su alternativa. Para el caso particular de la obra de Marx, la
problemática se sitúa en la forma en la cual la organización colectiva humana va operando las
transformaciones incesantes que ocurren en su seno, es decir, con el sólo hecho de la existencia
humana debe entenderse que esta se transforma de forma constante. No obstante, esta aparente
obviedad no es tan obvia y por ello aquí se esbozarán algunos elementos desde la crítica de la
economía política.
Desde sus primeras notas sobre economía en 1843 hasta su muerte en 1883, han quedado para la
posteridad importantes apuntes de lectura sobre antropología, en estos el tema de la propiedad
resalta como el eje central para distinguir esencialmente un modelo social de otro, en el caso de
Marx la idea es identificar en qué consiste específicamente el capitalismo, pero no bajo un interés
naturalista o taxonómico sino bajo un principio constructivo: cada modo de producción no sólo se
reproduce a sí mismo sino que necesariamente crea elementos nuevos que serán, eventualmente,
característicos del modo de producción sucesor. El capitalismo no es eterno, tampoco lo es su
piedra angular: la propiedad privada. Por ello, si Marx viviera les jalaría las orejas a todos los
marxistas sedicentes que discuten sobre el capitalismo, pero mantienen intacta la discusión sobre
la propiedad privada.
A este primer tomo de El Capital, publicado en 1867 y que hoy se homenajea se agrega como
segundo subtítulo: el capitalismo no es para siempre. De lo que se trata es de desmontar la
ideología capitalista que promueve una eterna permanencia, un astuto camuflaje donde la
particularidad histórica busca ocupar la constitución natural del colectivo humano. Frente a las
crisis, que siempre azotan un poco más con la furia del “despojo confiscatorio en los dominios
del tiempo de trabajo necesario” (Marx, 2016) no queda más que comprender que de una crisis no
surge el rompimiento final, sino que es sólo una forma de continuidad de un modo de producción.
La crisis tiene un contenido específico de reproducción del capital por lo que dicho fenómeno es
apenas la punta del iceberg de las transformaciones que ocurren en la evolución de la forma
social, o para decirlo de otra manera, las crisis indican elementos centrales de la transición que
implica cada régimen de propiedad. Lo único inmutable es la mutabilidad del tránsito histórico.
Mucha tinta se ha concentrado en señalar las profundas injusticias y el mar de explotación que se
vive bajo la forma capitalista.
201
Marx, a 150 años de El Capital
Para este caso particular la pregunta del modo de transición se centra en lo siguiente: ¿acaso la
forma de propiedad privada tiene la capacidad de anular el tránsito histórico? ¿Es esta forma
acaso un embudo histórico unidireccional de propiedades comunales que se disuelven
necesariamente en una privada? Las dimensiones para comenzar las investigaciones sobre estas
preguntas no pueden caer solamente sobre las determinaciones capitalistas, por ello, abrir el
espectro a las diferentes formas de propiedad que han acontecido en la historia y que muchas de
ellas persisten a pesar de la forma capitalista es fundamental para comenzar un discurso de
transición.
Todas las veces que por medio del análisis y de lo que se sabe sobre el cambio histórico, se llega
a la conclusión de la inviabilidad del capitalismo para la vida misma, surge -como si de un
antídoto ideológico se tratara- una imposibilidad de imaginar una forma distinta de organización.
La mayoría de los actores sociales se encogen de hombros frente a la idea de la disolución de la
propiedad privada: ¿acaso mis cosas ya no las podré usar cuando lo necesite? ¿Cómo es que todo
puede ser de todos? ¿Ya no habrá nada que me proteja contra los saqueadores? Estas
preocupaciones son válidas pero surgen de un equívoco:
“La economía política procura, por principio, mantener en pie la más agradable de las
confusiones entre la propiedad privada que se funda en el trabajo personal y la propiedad privada
capitalista-diametralmente opuesta-, que se funda en el aniquilamiento de la primera” (Marx,
2013).
Con esta idea comienza el capítulo XXV intitulado “La teoría moderna de la colonización” en
nuestro homenajeado Tomo I de El Capital. Marx utiliza como ejemplo de análisis a Edward
Gibbon Wakefield, un inglés entusiasta de la colonización en Nueva Zelanda y en el sur de
Australia. Lo interesante con este personaje es que, en su interés personal por convertirse en un
gran capitalista1, se dedica a analizar -desde una perspectiva burguesa ciento por ciento, por
supuesto- en detalle, la diferencia efectiva entre las dos formas de propiedad privadas existentes,
la pregunta que subyace a esta preocupación podría ser la siguiente:
1
Su interés llegaba a tal grado que Wakefield necesitaba -para concretar sus aspiraciones de ser parte del Parlamento-
una suma importante de dinero; para ello Wakefield secuestró a una joven de 15 años, heredera de una gran fortuna,
para unirse en matrimonio y acceder a sus riquezas. El ambicioso Wakefield pasó 3 años en la cárcel por este suceso.
(Wikipedia, 2017).
202
Marx, a 150 años de El Capital
¿Qué se necesita para instalar con éxito una empresa capitalista en los territorios a colonizar? La
honestidad de Wakefield es brutal, pero aleccionadora, deja entrever la relación existente entre la
forma privada capitalista frente a la forma privada personal, en palabras de Marx:
Bajo este principio, la colonización sistemática propuesta por Wakefield se distingue del sistema
proteccionista, éste último se concentraba en la “fabricación de capitalistas en la metrópoli”
[mientras que la primera se concentra en la] “fabricación de asalariados en las colonias” (Marx,
2013). ¿Cómo se producen entonces los asalariados?
Siendo el capital una relación social y no una cosa, este sistema toma su existencia
necesariamente gracias a la existencia de los asalariados, para que estos existieran se les tuvo que
despojar colectivamente de sus medios de producción y subsistencia, siendo esto una
característica esencial de este modo de producción, no sólo se garantiza el acceso a una gran
cantidad de trabajo disponible para la explotación sino su aumento exponencial. La propiedad
privada individual va desapareciendo para darle paso al derecho que tiene el capital a sojuzgar
cualquier trabajador:
“Como es sabido, los medios de producción y de subsistencia, en cuanto propiedad del productor
directo, no son capital. Sólo se convierten en capital cuando están sometidos a condiciones bajo
las cuales sirven, a la vez, como medios de explotación y de sojuzgamiento del obrero. Pero en la
cabeza del economista, el alma capitalista de esos medios está tan íntimamente compenetrada con
su sustancia material, que en todos los casos los bautiza con el nombre de capital, incluso cuando
son exactamente lo opuesto” (Marx, 2013).
Esta perspectiva economicista puede ver capital en la naturaleza, en el ser humano, en el espacio,
en una emoción, en un dato digital, en las artes, en todo. Esto es justificado por una división
social del trabajo idílica o como dice Marx (2013): “un contrato social de tipo absolutamente
inédito”. Si es verdad que el capital está en todos lados y en todo momento ¿por qué es necesario
colonizar y despojar? ¿Por qué es necesario convencer por la fuerza de la valía del mercado
capitalista? Vale la pena leer la forma en la cual Marx se burla de esta pretensión idealista,
intercala el texto de Wakefield con una sorna bíblica:
203
Marx, a 150 años de El Capital
“La humanidad… adoptó un sencillo método para promover la acumulación del capital”, misión
que, naturalmente, desde los tiempos de Adán espejeaba en la imaginación de los hombres como
fin último y único de su existencia: ‘se dividió en propietarios de capital y propietarios de
trabajo… Esta división fue el resultado de un concierto y combinación voluntarios’. En una
palabra: la masa de la humanidad se expropió a sí misma para mayor gloria de la ‘acumulación
del capital’ (Marx, 2013).
Si no fuera trágico, esta idea sería desechada como una de las ideas más cómicas de la historia.
Por el contrario, la propiedad privada capitalista necesita forzosamente la participación de
trabajadores sin medios de producción y subsistencia, asalariados pues. Necesita que cualquier
propiedad privada individual que los trabajadores tengan sea disuelta por el bien de la
acumulación. Por ello la insistencia de Marx al señalar cómo el tipo de forma de propiedad
capitalista tiene que ver con la existencia de este gran ejército de reserva en la industria
capitalista, el cual está construido sobre la extinción de toda forma privada individual. ¿de qué es
reserva este ejército? Como el buen Wakefield pudo visualizar, se necesitan grandes reservas de
asalariados para poder accionar los mecanismos de la acumulación capitalista, esta reserva de
población no aparece sola, debe ser producida, la forma capitalista ataca sistemáticamente
cualquier otra forma de vida reduciéndola a su existencia asalariada, es entonces cuando nace el
ejército industrial de reserva (EIR), tiene que existir población superflua para el proceso de
sujeción absoluto del productor real a la maquinaria capitalista.
Una vez saliendo adelante de esta confusión se puede plantear entonces la pregunta: ¿qué
elementos de transición entraña la preeminencia de la forma privada capitalista? ¿hacia dónde
transita este modo de producción? ¿Qué viene después del mundo asalariado?
Hasta el momento queda señalado cómo la defensa de la libertad de propiedad privada le falta sus
apellidos, no se refiere a la libertad de tener medios de producción y subsistencia sino a la
libertad para explotar seres humanos privándolos de estos medios. La propiedad privada
individual desaparece frente a la capitalista. La propiedad sobre los frutos de nuestro propio
trabajo es la que se encuentra en constante peligro y tensión bajo este modo de producción. El
EIR tiene por uniforme militar el color de la pérdida inmediata del control de su trabajo para
atender intereses ajenos y contrapuestos.
La diferencia que media entre las dos propiedades privadas analizadas, es la que existe entre la
manufactura y la gran maquinaria. Podemos decir, que el ejército industrial mantiene una forma
cooperativa productiva bajo el capital que implica que cada uno de los trabajadores aplicará su
labor solamente de forma parcial, es decir, no existen mercancías completas producidas, esto
genera, por supuesto, un aumento en la productividad que hace de este proceso de trabajo un
despliegue de súper especialización, sólo que con una connotación un tanto diferente: no es lo
204
Marx, a 150 años de El Capital
mismo usar las diferencias entre los miembros de un cuerpo para “cooperar” y producir al de un
cuerpo desmembrado que es vuelto a unir bajo la cooperación de un sistema externo de
máquinas.
“En la manufactura el enriquecimiento del obrero colectivo -y por ende del capital- en fuerza
productiva social, se halla condicionado por el empobrecimiento del obrero en fuerzas
productivas individuales. ‘La ignorancia es la madre de la industria, así como lo es de la
superstición’. La reflexión y la imaginación están sujetas a error, pero el hábito de mover la mano
o el pie no depende de la una ni de la otra. Se puede referir, que en el tema de las manufacturas su
perfección consiste en poder desembarazarse del espíritu, de tal manera que se puede […]
‘considerar al taller como una máquina cuyas partes son hombres’ (Marx, 2016).
Este tipo de lectura en El Capital dejan trazos definidos sobre las categorías que nos pueden
ayudar a comprender el tipo de devenir que el triunfo de la forma de propiedad capitalista logra
sobre la propiedad privada individual: la desaparece y entrega todo su potencial a la acumulación
capitalista, la forma cooperativa capitalista necesita forzosamente de la existencia de asalariados
para poder extraer el conocimiento y ponerlo bajo el mando de la gran maquinaria.
Este impulso genera una revolución radical en las condiciones de producción de la que somos
testigos, la preocupación reside en preguntarnos por las tensiones históricas que nos hereda esta
forma cooperativa.
Cabe preguntarse por el destino del EIR, pero también sobre el destino de la ciencia o el
conocimiento-producto de esta escisión-, en la actualidad aparece en su forma disfrazada: la
revolución de la sociedad de la información. ¿Cómo hacer compatible la existencia del EIR con
la robotización? ¿Qué acaso la productividad de la máquina no es medida “por el grado en que
sustituye trabajo humano” (Marx, 2016) ¿Es verdad que existe una compensación por los trabajos
perdidos mediante la incorporación de nuevos sectores? ¿Cómo se puede comprender la
dislocación entre el trabajo y su planificación científica?
Estas preguntas dan paso a la hipótesis central de esta ponencia: el modo de producción
capitalista es una forma cooperativa, pero no toda forma cooperativa es un modo de producción
capitalista. La existencia material del trabajo bajo las condiciones capitalistas -me refiero a las
condiciones y fuerzas que determinan la vida del ejército industrial de reserva- producen
transformaciones que chocan con sus elementos fundantes, así como la propiedad privada
capitalista tiene que eliminar la propiedad privada personal, y como resultado de este proceso,
205
Marx, a 150 años de El Capital
Marx descubre otra categoría que da cuenta de una forma de propiedad distinta que se encuentra
en el seno de la forma dominante, como resultado del proceso de socialización y concentración
del propio capital: la propiedad social.
Pero antes de comentar este tránsito propiedad privada de los autores ‘propiedad privada
capitalista’ propiedad social, es necesario enfatizar que las bondades tecnológicas de la
producción bajo el capitalismo no resultan gracias a la forma capitalista sino a la forma
esencialmente cooperativa que el ser humano presenta como su base natural. Tanto en la
economía política clásica como en la discusión actual existió la discusión de la compensación 2; es
decir, frente a los efectos del aumento de la productividad de las máquinas y el fortalecimiento
del gran autómata ¿qué sucede con el trabajo desplazado? La teoría de la compensación clásica
sostiene “que toda maquinaria que desplaza a obreros libera siempre, al mismo tiempo y de
manera necesaria, un capital adecuado para la ocupación de los mismos e idénticos obreros”
(Marx, 2016).
No se tendría que visitar una y otra vez la teoría del siglo XIX, si esta perspectiva no siguiera
viva actualmente. A pesar de los avances tecnológicos de los que todos somos espectadores, el
problema de la pobreza y de la explotación sigue su curso, existe una confusión de términos y de
dimensiones de la realidad, toda vez que se naturaliza la existencia del capitalismo; es decir, la
confusión de su determinación histórica y las formas cooperativas naturales del ser humano, se es
prisionero de los galimatías más lamentables. Para decirlo en términos de la crítica de la
economía política, existe una confusión entre el proceso de trabajo y el proceso de valorización.
Las bondades que surgen de la cooperación humana se convierten en la defensa de la relación
social capitalista, es como un cáncer que busca confundirse con el órgano afectado para evitar ser
disuelto, dice Marx al respecto:
2
Marx señala entre ellos a James Mill, MacCulloch, Torrens, Senior, John Sutart Mill, pero menciona también
especialmente a David Ricardo como un economista que partió de este principio hasta que cambió de parecer, en la
segunda edición de su obra obra Principios de economía política y tributación, agregó el famoso capítulo XXXI
intitulado “de la maquinaria” -que por cierto, le traería muchas críticas de sus contemporáneos-, donde pone en duda
la idea de la compensación armoniosa y señala: “la opinión sustentada por la clase trabajadora de que el empleo de
maquinaria redunda frecuentemente en detrimento de sus intereses, no se funda en el prejuicio y el error, sino que
está conforme con los principios correctos de la economía política” (Ricardo, 2004).
206
Marx, a 150 años de El Capital
nos lleve hacia el paraíso terrenal? Durante mi experiencia en la investigación sobre el modo de
producción capitalista me he encontrado reiteradamente con ideas extrañas acerca de la
tecnología, una de ellas es precisamente plantear que las nuevas condiciones tecnológicas,
primero del chip y ahora del internet y la robotización, romperán por sí mismas con las
contradicciones existentes.
En la historia del capitalismo han existido diversos movimientos que confundieron la relación
social con las máquinas, este es el caso del movimiento ludista en los albores de la revolución
industrial, caso similar al contemporáneo que se cuestiona la robotización de la economía como
la amenaza, mientras que la forma social permanece intacta. Por ello, para sortear estas
discusiones, que no superan el límite científico ya alcanzado incluso desde la economía política
clásica con Ricardo, es que considero que la perspectiva de la transición aclara cómo el tema
central es la forma social o de cooperación existente, de este análisis es de donde surge la
necesidad de preguntarnos por el tránsito mencionado rumbo a la propiedad social. No se trata
del cambio tecnológico solamente, sino del cambio de la forma social general.
¿Cuál es la tendencia histórica del sistema capitalista? Como se sabe, la respuesta favorita de la
apología siempre será la de la permanencia eterna, o al menos la de la reforma dentro de los
límites de la propiedad privada capitalista. Por el contrario, la crítica científica no tendría sentido
si no pusiera en duda la permanencia en el poder de los dominadores actuales, con todas sus
formas de ejecución de ese poder. Para plantear la salida es necesario hacer un esfuerzo por
reconocer cuáles son las potencias que las condiciones reales encarnan para formar una
organización colectiva nueva.
En consecuencia, se debe tener muy claro que, si bien se reconocen los avances tecnológicos bajo
la especialización tecnológica del capital, no debe olvidarse que esto no significa de ninguna
manera avalar o aceptar como “mal necesario” la explotación sobre del trabajo ajeno. Queda de
manifiesto que una consecuencia de la división del trabajo capitalista no sólo construye una
ignorancia monumental sobre la concepción material e histórica de la realidad, sino que también
produce pobreza, enfermedad y violencia generalizadas. La desigualdad profunda y estructural
generada es, incluso, reconocida por el pensamiento burgués. Para nadie es un secreto que en
pleno siglo XXI, existan niveles extremos de concentración de la riqueza para 1% de la población
mundial (Hardoon, 2017).
¿De qué trata la propiedad social? Al final del capítulo XXIV sobre la acumulación originaria,
Marx habla de la tendencia histórica de la acumulación capitalista, en esta perspectiva -después
de analizar el tortuoso proceso de acumulación primaria- se señala que el asalariado no proviene
de un simple cambio de forma de los antiguos esclavos y siervos, sino que se trata de un proceso
de expropiación, una revolución central en la nueva formación llamada capitalismo: “la
disolución de la propiedad privada fundada en el trabajo propio” (Marx, 2013). Recuerde el lector
que estas discusiones se sostienen en la estructura categorial del análisis científico, no se trata de
simples denuncias morales sobre la vileza con la que los seres humanos que personifican al
capital se comportan con respecto a los asalariados. Pero más aún, lo que podemos encontrar en
esta sección última del capítulo en cuestión, es la teoría de Marx con respecto a la evolución de la
organización humana. La interpretación de esta teoría es la siguiente:
207
Marx, a 150 años de El Capital
El Capital es una denuncia no solamente sobre la infamia del capital, sino que es una explicación
de cómo este modo de producción es parte de un proceso evolutivo mayor; cuando se habla de
forma de propiedad, se habla de la estructura colectiva esencial del ser humano, en términos
antropológicos se debe comprender que en la historia de la humanidad han existido una cantidad
innumerable de formas de propiedad constituyendo una gama de variaciones, esta especie de
ciclicidad recorre un péndulo evolutivo que transita entre formas de propiedad privadas y
sociales:
“La propiedad privada, en cuanto antítesis de la propiedad social, colectiva, sólo existe allí donde
los medios de trabajo y las condiciones exteriores del trabajo pertenecen a particulares. Pero
según que estos particulares sean los trabajadores o los no trabajadores, la propiedad privada
posee también otro carácter. Los infinitos matices que dicha propiedad presenta a primera vista,
no hacen más que reflejar los estados intermedios existentes entre estos dos extremos” (Marx,
2013).
La trayectoria comienza desde la pequeña industria como “condición necesaria para el desarrollo
de la producción social y de la libre individualidad del trabajador mismo” (Marx, 2013) -Marx
pone como centrales al agricultor y al artesano virtuoso-; no obstante, esta forma privada no es
ampliamente cooperativa sino más bien aislada dentro de ciertos límites, no obstante se producen
los medios materiales para su transformación, se ejecuta la primera expropiación que destruye la
forma inicial:
“La propiedad privada erigida a fuerza de trabajo propio; fundada, por así decirlo, en la
consustanciación entre el individuo laborante independiente, aislado, y sus condiciones de
trabajo, es desplazada por la propiedad privada capitalista, que reposa en la explotación de
trabajo ajeno, aunque formalmente libre” (Marx, 2013).
El proceso de concentración sigue su curso hasta que los expropiados ya no son los trabajadores
sino que ahora la segunda oleada de expropiaciones surte efecto sobre los propios capitalistas. La
centralización de capitales en unos cuántos y el desarrollo de formas cooperativas a gran escala,
gracias a la aplicación de la ciencia en la producción, generan un nuevo momento en el ciclo.
Este es el caso del gran autómata capitalista.
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Marx, a 150 años de El Capital
“Suena la hora postrera de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados.”
(Marx, 2013). La propiedad privada capitalista niega la propiedad privada individual pero el
nuevo proceso de expropiación no retorna a la propiedad privada individual (la rueda de la
historia no gira hacia atrás) sino que restaura “la propiedad individual, pero sobre la base de la
conquista alcanzada por la era capitalista: la cooperación y la propiedad común de la tierra y de
los medios de producción producidos por el trabajo mismo” (Marx, 2013). Es decir, mientras que
el proceso de expropiación de muchos capitalistas por unos cuantos costó un largo camino de
violencia e infamia, el proceso de expropiación de los expropiadores, siendo pocos, es
relativamente más sencillo en tanto ya existe un manejo social y colectivo de la producción. Pero
para ello es necesaria la transformación del modo de apropiación, la propiedad privada da paso a
la propiedad colectiva o propiedad social. Los asalariados se disuelven y el ejército industrial de
reserva sale de sus cuarteles para incorporarse a un nuevo proceso de desarrollo humano.
Conclusiones
¿Cómo sabremos cuál es el límite del modo de producción y apropiación capitalistas? El objetivo
de revisar la teoría de Marx es la de encontrar instrumentos metodológicos que nos permitan
plantear la situación contemporánea de nuestra forma organizativa mundial.
Las crisis económicas y la concentración económica nos han desarrollado un mundo donde la
mayoría de sus habitantes vivimos bajo la vulnerabilidad total de nuestro trabajo. A 150 años de
la publicación de El Capital tenemos una gran cantidad de problemas que no han sido abordados
desde esta perspectiva de transición. La visión tradicional ha ido encaminada a intentar reformar
el capital como el mejor mundo posible.
Por ello, la teoría es de gran importancia en tanto permite explicar que muchos mundos son
posibles y que además, esos mundos van produciendo nuevos mundos que antes no existían. No
se trata de un evolucionismo unilineal sino del reconocimiento de la actividad humana colectiva
en su tránsito multilineal. El capitalismo no era esperado bajo la tierra, es el resultado de una
larga historia que proviene de los pueblos europeos; muchos otros pueblos partieron de formas
comunales, pero fueron desterrados por la fuerza de la propiedad privada capitalista, decir que
cualquier cultura evoluciona naturalmente hacia el capitalismo, es tanto como señalar que un
bebé evoluciona naturalmente hacia convertirse en un asesino serial.
Una de las posibilidades de pensar el mundo actual desde el tránsito de modos de apropiación
permitirá también repensar el modo de producción, el gran autómata ha tomado distintos
materiales para formar su cuerpo, fue metal, después silicio y ahora tiene partes virtuales, el
análisis exhaustivo de la teoría del plusvalor puede ayudar a encontrar las bases para discutir este
problema e incorporar la maquinaria como potencia para la producción comunal.
Es tiempo de recuperar cada especificidad cultural de cada región del mundo e impulsar su
desarrollo bajo estas nuevas bases de la libertad individual y la propiedad social, nos alejamos del
supuesto colectivismo militante y productivista al estilo del siglo XX -y siguiendo la tradición de
Walter Benjamin- nos acercamos a la visión del materialista histórico que comprende el tiempo
histórico como una posibilidad para escribir la historia, no para repetirla o aislarse en uno de sus
momentos. A la luz de esta idea termino con la tesis IV de las tesis de la historia, y con ella
209
Marx, a 150 años de El Capital
felicitando a todos los que a 150 años siguen intentando liberar a nuestros pueblos de la violencia
del capitalismo, para ustedes y para la memoria de Marx, estas palabras de Walter Benjamin
(2008):
“La lucha de clases que tiene siempre ante los ojos el materialista histórico educado en Marx es la
lucha por las cosas toscas y materiales, sin las cuales no hay cosas finas y espirituales. Estas
últimas, sin embargo, están presentes en la lucha de clases de una manera diferente de la que
tienen en la representación que hay de ellas como un botín que cae en manos del vencedor. Están
vivas en esta lucha en forma de confianza en sí mismo, de valentía, de humor, de astucia, de
incondicionalidad, y su eficacia se remonta en la lejanía del tiempo. Van a poner en cuestión
siempre de nuevo, todos los triunfos que alguna vez favorecieron a los dominadores. Como las
flores vuelven su corola hacia el sol, así también todo lo que ha sido, en virtud de un
heliotropismo de estirpe secreta, tiende a dirigirse hacia ese sol que está por salir en el cielo de la
historia. Con ésta, la más inaparentes de todas las transformaciones, debe saber entenderse el
materialista histórico”.
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Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
A 150 años de la publicación del El Capital, existe la necesidad de replantear nuestro modelo de
desarrollo y eliminar definitivamente la explotación del hombre y del entorno natural. En este
sentido, el agotamiento de la naturaleza se percibe como un límite natural del capital y se
contempla como una tendencia histórica de este sistema que genera sus propias contradicciones,
su negación, pero también, crea los elementos para el nuevo orden económico al regenerarse
hacia la producción colectiva. Este límite del capital hace regresar la vista a una de sus rupturas
más claras, la que se presenta entre el campo y la ciudad que evidencia la separación entre el
hombre con la naturaleza, una división más cruenta en países cuyo crecimiento económico se ha
basado en su explotación intensiva y extensiva.
Las últimas reflexiones de Marx nos conducen a entender esa otra realidad que se mantiene
oculta rescatada sólo por la importancia del campo en la acumulación del capital. Sus
conclusiones dan la pauta para un entendimiento profundo del sistema capitalista y su devenir en
contextos distintos a Europa occidental enmarcado en la comuna rural rusa. Para ello, el
campesinado se erige como revolucionario por su capacidad de autogestión y auto
transformación. La urgencia de la revolución antes de extinguirse por completo la comuna rural,
daba una oportunidad incomparable de transformación. En esa vía, la ciencia, el Estado y los
trabajadores tienen la tarea de generar la transformación hacia ese nuevo orden económico
orientado a la vida.
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Marx, a 150 años de El Capital
Introducción
Transitar o morir. La urgencia de la revolución
Marx hace varias correcciones al prefacio de El Capital y en la edición francesa elimina y corrige
párrafos después de un entendimiento más claro sobre la comuna rural rusa. Marx estaba
corroborando las diferencias históricas entre países y, sobre todo, en los no occidentales y su
quiebre con el tipo de propiedad de la tierra, en donde la composición de la población era
mayormente rural. Tcachev1, urgía sobre la necesidad de una revolución rusa antes de que la
clase burguesa se consolidara y permeara en la comuna rusa, generando conflicto de intereses
entre sus miembros y provocando que la revolución se obstaculizara (Wada, 1983).
En este camino, Marx nos proporciona claridad y la ruta por la cual entender la realidad desde
nuestra propia historia en toda su vasta Obra. En un sentido más estricto desde sus primeros
escritos en donde se posiciona política y filosóficamente para señalar el proceso de trasformación
de las relaciones de producción y sus implicaciones sobre la sociedad.
En El Capital, como su entendimiento más profundo de las leyes internas del capital en un
contexto occidental, pero también, en sus escritos posteriores en donde sus reflexiones a la luz de
un conocimiento más sólido de las relaciones de producción capitalistas y del reconocimiento de
su funcionamiento en contextos distintos enmarcados en Rusia y su devenir a partir de la comuna
rural rusa, nos dan la pauta para repensar el futuro de nuestros pueblos como sostenedores del
capital pero nunca participantes de sus beneficios prometidos a manera de un proceso casi
ineludible de sacrificio, desigualdad y extinción de la vida natural y sometimiento del trabajo
humano.
1
A quien Engels y en cierta medida Marx consideraban un estudiante novato seguidor de Bakunin, que le ganó su
antipatía anticipada Wada (1983).
2
Nacido en Rusia muy allegado a los textos de Marx a quien consideró su mentor intelectual, y adherido sentimental
y políticamente al campesinado, mantuvo una estrecha relación epistolar con Marx y Engels desde los años 70 y
tradujo los tres tomos del El Capital en 1872 que fue la primera publicación en otro idioma de su obra más acabada
(Marx, Engels, & Engels, Correspondencia 1868-1895. Aricó compilador, 1981).
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este muy breve trabajo expongo el agotamiento de la naturaleza como un límite natural del
capital; como un síntoma de las contradicciones más férreas de este sistema, como el báculo que
lo sostiene desde pueblos oprimidos a partir de su conquista como inserción forzada, pero
también, como el posibilitador de la transición del capital por exceder el último límite de
cualquier sistema, la vida misma.
Este camino coadyuvó a transitar por Marx en sus últimas reflexiones que hacen alusión a una
ruta diferente desde los países que han vivido procesos distintos al occidental en vías de la
inserción y consolidación del sistema capitalista. Su entendimiento sobre la historia de Rusia y
sus reflexiones sobre el mismo futuro del capitalismo en ese país, nos acercan un poco más a una
deconstrucción y reconstrucción de la realidad desde nuestros pueblos, aprehendiendo una forma
propia de transformación mediante lo que Marx señala como las formas arcaicas de sociedad
hacia las que el capital podría transitar como formas distintas de relacionarnos económica, social
y políticamente a través de la concepción la organización colectiva, de las cuales, podríamos
tomar como base numerosos ejemplos que hoy mismo se están ejerciendo a manera de escape de
los embates del capital sobre la base de la propiedad comunal.
Para entender el proceso de transformación de las relaciones de producción en países que han
experimentado su inserción y constitución al sistema de maneras distintas a la occidental, basta
con revisar la forma cómo se ha modificado su espacio natural. Desde la conquista de los nuevos
territorios como América Latina, África, Australia etc., se generó lo que algunos llaman el
imperialismo ecológico por la forma como los europeos llegaron a someter el espacio natural
nativo explotándolo y modificándolo para su uso y subordinación de los pueblos.
Esto se puede explicar desde la acumulación originaria demostrada en El Capital, señalando que
este proceso al divorciar a los productores de sus medios de producción, los convierte en
asalariados (proletariados) al tiempo que convierte en capitalistas a quién posee los medios de
producción. Pero la base de todo este desarrollo es la expropiación de los cultivadores. Y relata,
después de reflexionar sobre esto mismo 10 años después en la carta al director de
Otiechéstvennie Zapski, que al final de este capítulo XXIV, señala que “la tendencia histórica de
la producción [es] que ella misma engendra su propia negación con la inexorabilidad que preside
las metamorfosis de la naturaleza: que ella misma ha creado los elementos de un nuevo orden
económico al darle de inmediato el mayor impulso a las fuerzas de producción del trabajo social
y al desenvolvimiento integral de cada uno de los productores; que la propiedad capitalista, al
fundarse como ya lo hace en realidad, sobre una forma de producción colectiva, no puede hacer
otra cosa que transformarse en propiedad social” y llegaba a la conclusión que si “Rusia sigue el
camino que ha seguido desde 1861 -aludiendo a que ha seguido el rumbo del capitalismo como
un futuro ineludible para alcanzar el desarrollo, extinguiendo la comuna rural rusa como parte del
proceso- perderá la mejor oportunidad que le ha ofrecido jamás la historia a una nación y sufrirá
todas las vicisitudes del régimen capitalista” 3 (Marx, 1877).
Sus reflexiones posteriores a la publicación de El Capital, nos permiten imaginar y construir una
forma de transitar menos dolorosa que el supuesto advenimiento de un desarrollo prometido
3
Corchetes y guiones propios.
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desde el sistema capitalista por el que hemos estado atravesando por muchos años en nuestros
distintos pueblos sin la posibilidad más o menos clara de poder alcanzarlo. La consolidación de
las organizaciones colectivas a partir de un entendimiento del propio límite natural del capital; es
decir, del agotamiento de la naturaleza y su rescate; el regreso a las formas arcaicas, no como
retorno histórico sino como formas que existen no aisladas del capital pero que son anteriores y
han sobrevivido a pesar de él como superación de la relaciones capitalistas de producción, tal
como señala en la respuesta a la carta de Vera Zasulich y la construcción de estas formas de
organización con el soporte material creado por el capital, constituyen la clave para avanzar en la
vía de la transformación.
Sin embargo, se vela que la naturaleza se encuentra en cada parte del proceso productivo. En
tanto objeto de trabajo dentro del sistema capitalista, pero también, en tanto ser humano (fuerza
de trabajo) y sus medios de subsistencia; en tanto trabajo pretérito en forma de medios de
producción y en otro nivel de abstracción, porque significa diversas rupturas con la vida como
enajenación del humano consigo mismo y en su relación con otros humanos, con su actividad
transformadora (su trabajo) y con el entorno del que es parte (la naturaleza), tal como lo describe
Marx a lo largo de sus reflexiones. Esto lo contempla Marx desde sus primeros textos y lo
constata en sus últimas reflexiones posteriores a la publicación de El Capital en 1867.
En los manuscritos de 1844, identifica las tres enajenaciones básicas que se generan en el capital.
La primera es la enajenación del hombre con su trabajo, con su proceso creador, con su actividad
transformadora para convertirla en mercancía, la segunda ruptura es la enajenación del hombre
con su obra, con el objeto que crea a través de esa fuerza transformadora que ya ha sido separada
de él y, por último; la separación del hombre con la naturaleza, con su propia naturaleza como
unidad con la vida, para convertirla en un simple objeto de trabajo o en materia prima cuando ha
tenido un proceso de trabajo previo.
De esa forma, el ser humano pierde su existencia como ser colectivo y se convierte sólo en
sociedad capitalista, sociedad para el trabajo. El humano en un primer momento, se transforma en
el apoderado y propietario de la naturaleza al ejercer su fuerza de trabajo ya enajenada sobre ella
y, más adelante, como parte de su contradicción, se convierte en objeto de su propio proceso de
producción, el Dios que él crea, se convierte en su dominador. Marx, introduce los primeros
acercamientos hacia la categorización del metabolismo social4, al señalar que el trabajo dentro
del capital, es el nexo con la naturaleza pero que ya ha sido trastocado al convertirse únicamente
en un simple medio para su subsistencia, una forma meramente utilitarista de percibir el trabajo y
la naturaleza, que se contrapone con la unidad humano-natural inmanente a la vida.
4
Sin conceptualizarlo aún, abundaría en él más adelante en El Capital. Tomo I.
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Este análisis se conecta necesariamente con lo que más adelante desarrolló en el propio Capital.
En este camino, es evidente que en ésta su obra publicada en 1867, está destejiendo las leyes
internas de las relaciones de producción capitalistas; es decir, el funcionamiento “natural” del
capital; digamos lo que es “bueno” para su continuidad como relación imperante y sus
contradicciones o rupturas intrínsecas. Marx parte entonces, de un humano ya separado de su
trabajo, de su creación y de la naturaleza, momento en el que existe dentro de un determinado
metabolismo social propio del capitalismo y que existe una fractura metabólica de ese sistema
por sus propias contradicciones.
En esta parte de su reflexión, Marx señala que el valor de uso se vuelve más obviamente, un
elemento separado de la esencia del trabajo y de la naturaleza pues se presenta como parte del
proceso de producción capitalista. De modo que este valor de uso, jamás es concebido como tal
dentro del capital, sino que, al entrar al proceso de producción está ya formado (deformado) para
convertirse en parte del proceso de valorización. El valor de uso se pierde como fin para
convertirse en medio. Así, nada que sale del proceso de producción capitalista entra de manera
distinta a él. Dentro de las relaciones de producción capitalistas, la naturaleza pierde su esencia
como valor de uso y se presenta únicamente como una parte del proceso productivo en forma de
objeto de trabajo o materia prima, velando su intervención en cada parte del proceso de
producción.
La tasa de ganancia, entonces, es generada por el aumento en la composición orgánica del capital
formada por la relación entre el capital constante sobre el variable; es decir, el capital invertido en
medios de producción respecto al capital invertido en trabajo (como denominador) y la tasa de
explotación (como numerador) a través de la plusvalía absoluta, (aumento de la jornada laboral o
la disminución de los salarios) o por la plusvalía relativa (aumento en la tecnología) 5. Esto quiere
decir, que para concretarse el objetivo de acumulación del capital dentro del proceso de
5
El hecho es que la tasa de ganancia en su nivel general, tiende a caer porque el nivel de explotación cae en menor
medida que el incremento en la composición orgánica de capital, es decir, que el uso de trabajo será relativamente
menor que el uso en medios de producción, entre ellos, del objeto de trabajo, la naturaleza. Así, la conservación de la
naturaleza dentro del sistema capitalista, está en función de los medios de subsistencia para el trabajador y de su uso
como objeto de trabajo que genera una tasa de entropía, es decir, de desgaste de la naturaleza que no se repone, que
se pierde, que muere en el proceso capitalista pero que, por no ser un ente inerte, responde de forma que puede
autorecuperarse en alguna medida, lo que llaman resiliencia (poder de recuperación de sistema ante las
perturbaciones). N = f(ms, ot: entropía; resiliencia). Así, el agotamiento de la naturaleza se presenta como un
límite natural del capital tanto por su enajenación como por lo que dentro del capital implica la naturaleza y su uso.
Implica entonces, la aniquilación de la vida.
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Marx, a 150 años de El Capital
El capital no sólo no reconoce los límites naturales del humano y de la naturaleza, sino que
permanece ciego, vacío de contenido y crea a la sociedad burguesa y a una ciencia que soporte
esta creencia, ante la apropiación universal tanto de la naturaleza como de las relaciones entre los
humanos. En el capitalismo, señala Marx en los Grundrisse, por primera vez la naturaleza se
presenta como mero objeto para el hombre, en cosa puramente útil y se somete a sus necesidades
como objeto de consumo o como medio de producción. Esto, que se crea dentro del llamado
metabolismo social del capital6, se fractura como su contradicción inherente.
6
Se tiende a confundir el metabolismo social que está vinculado al capital, con un metabolismo humano natural y se
termina denunciando la necesidad de la reparación del metabolismo social, el metabolismo del capitalismo,
ubicándose a pesar de grandes avances teóricos, al mismo nivel que las denuncias hechas desde el desarrollo
sustentable como lo “bueno” para la continuidad del capital.
7
De hecho, esta idea del despilfarro, es utilizada en el Informe Brundtland como una forma de generar austeridad con
el fin de conservar los llamados recursos naturales, es decir, de no romper con el metabolismo social del capital. Por
ello, la idea de reparar el metabolismo social, entendido únicamente como metabolismo del capital, es moverse sobre
la idea de la mitigación del daño ambiental, tal como proclaman los discursos oficiales de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU).
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Marx a partir de la década de 1870, se acercó de manera más clara a la dinámica de la comuna
rural rusa como una forma de enfrentamiento al propio capital. En las comunas, nos señala
Shanin, cada familia poseía una pequeña parcela de tierra, la casa, un huerto, su ganado y equipo.
La diversidad en la comuna se debía a la existencia de diferentes cantidades de ganado, de
diferentes propiedades no agrícolas y a la posesión de tierras privadas adquirida a fuentes no
comunales. Existía trabajo asalariado limitado; los servicios vitales eran organizados
colectivamente: un pastor para el poblado, guardias locales, el cuidado de huérfanos, escuela,
iglesia, molino etc.
Una asamblea de familias era la que organizaba la comuna. Un grupo de comunas campesinas
formaba un volost controlados por el Estado. Y a pesar de este control estatal la comuna era una
organización campesina política que lo protegía del mundo externo hostil: el terrateniente, la
policía, el recaudador, ladrón, intruso etc. (Shanin, 1983).
Marx, después de haberse interesado en la comuna rural rusa como posibilitadora de un tránsito
del capital distinto al que él había concebido desde la Europa Occidental, la veía no como una
forma de atraso sino por el contrario, como una ventaja y que su amenaza principal no era la
inevitabilidad histórica, ni teorías, sino la opresión del Estado y la explotación por parte de los
intrusos capitalistas a quienes el Estado hace poderosos por encima de los campesinos (Shanin,
1983).
Pero la amenaza no sólo provenía del Estado y de los intrusos capitalistas sino de ciertas
dinámicas que ya empezaban a gestarse dentro de ella. Una dualidad que pronto podría
convertirse en su contra. La comuna agrícola se asienta en la localización y no en el parentesco
8
Si bien Marx había hecho alusión a lo largo de su obra en que el camino hacia la transformación del capitalismo al
socialismo tenía que ser sufrido con sus terribles efectos, pero al final positivos por su resultado, estaba entendiendo
la realidad que él estaba viviendo dentro del contexto de la Europa Occidental, que no era aplicable linealmente a
cualquier otro espacio con procesos históricos distintos como lo era Rusia o América Latina. Así, no existía un
espacio geográfico determinado para iniciar la revolución, ni un sector específico pues dependía del proceso
histórico de que cada sociedad había vivido.
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por lo que eran capaces de extenderse y de mantener contacto con los extranjeros. Mantenían
cierta forma de propiedad privada, su casa, un patio, la tierra aunque aún parte de la propiedad
comunal se redistribuye periódicamente entre sus miembros de modo que cada agricultor cultiva
los campos asignados y se apropia cada quien dé sus frutos, mientras que en las comunidades
más arcaicas la producción se practica en común y se parte sólo el producto. De modo que existía
un dualismo que podía ser peligroso pues le da fortaleza y debilidad al mismo tiempo.
Por una parte, la propiedad común y todas las relaciones sociales que se desprenden de ella, le
dan mayor firmeza mientras que la casa privada, el cultivo parcelario de la tierra de labor y la
apropiación privada de los frutos admiten un desarrollo de la individualidad incompatible con las
condiciones de las comunidades más primitivas (Marx, 1881). Por ello Tcachev, personaje al que
aludí en un principio de este trabajo, urgía en 1874: “hoy la situación está de nuestro lado, pero
dentro de diez o veinte años se convertirá definitivamente en un obstáculo para nosotros” (Wada,
1983)9.
Marx establecía, en los Manuscritos de 1844, su posición respecto a la ciencia. Esta se creaba en
favor del sistema como forma de justificar y perpetuar las desigualdades que crean las relaciones
sociales de producción capitalistas. Estaba fetichizada. Sin embargo, en sus últimas reflexiones,
si bien no ha cambiado su cuestionamiento hacia ella, sí concibe un papel relevante de los
intelectuales como catalizadores y líderes de la acción política. Incluso desde el Manifiesto del
Partido Comunista y reiterado en la crítica del programa Gotha, ya había acentuado como una
posibilidad, pensando en cierta parte de una clase media10, su transformación revolucionaria
cuando se tiene ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado defendiendo así, no
sus intereses presentes, sino sus intereses futuros para adoptar los del proletariado (Marx &
Engels, 1848) (Marx, 1875). Lo plantea como prácticamente una responsabilidad para quienes
han vivido a expensas de esos grupos que se mantienen subordinados a un sistema que los
requiere ahí, se piensa entonces en los intelectuales como una fuerza que unía a todas las demás
fuerzas vivas (Shanin, 1983) (Wada, 1983).
Así, desde la academia se debe concebir la desmitificación de la ciencia que nos posibilite una
visión amplia sobre estas formas colectivas que, tal como encuentra el propio Marx en su análisis
sobre la comuna rural rusa, son formas superiores latentes en la sociedad moderna y que se dará
este renacimiento en una forma superior de tipo arcaico. La necesidad de una Revolución Rusa
antes de que sea demasiado tarde, como lo aseveraba ansiosamente Tcachev (Wada, 1983) y
como más adelante lo menciona Marx, estaba basada en el desarrollo de su comuna rural como
un vehículo de regeneración social. En ello, la función de los intelectuales la contemplaba,
aunque escéptico de la propia ciencia que soportaba al capital, como una fuerza revolucionaria, él
mismo lo fue, ¿cómo no pensarlo?
9
Para 1917 que se consolidó la Revolución Rusa ya habían pasado 43 años desde que se veía esta inminente
revolución pero que acabó por consolidar una clase burguesa urbana y una subordinación de la rural que terminó por
socavar la dinámica de la comuna rusa.
10
Aquí hablando de los estamentos medios- pequeño industrial, pequeño comerciante, el artesano, el campesino-
todos luchan contra la burguesía para salvar su ruina. En ese sentido son conservadores y más aún, reaccionarios, por
pretender volver la rueda de la historia atrás (Marx & Engels, 1848).
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De esa forma, los estudios críticos que se gestan a partir de su obra, no deben centrarse en la
reparación de las contradicciones que el capital genera, recordando que la labor como
investigadores, el compromiso con aquellos que financian estos estudios, es la transformación de
ese sistema que genera las diversas rupturas con la vida. A la ciencia en general y a la economía
en particular, le corresponde desmitificarse. El propio Marx denunciaba en los manuscritos dl
1844 que “en un momento en el que la propia ciencia se ha escindido de la vida misma como
fundamento, la ciencia se ha fetichizado” y en sus últimos textos entendía que “el sector
intelectual que ha existido a expensas y costes de la comuna (refiriéndose a la comuna rural rusa)
le debe los primeros avances de la mecanización” (Wada, 1983), a manera de provocación (¿o
invocación?) sobre los actores obligados en dicha transformación.
Para Marx y Engels, en 1848, el proletariado sería esa clase que generaría la revolución,
entendiéndola como “la clase de obreros modernos, que no viven sino a condición de encontrar
trabajo y lo encuentran únicamente mientras su trabajo acrecienta el capital…son una mercancía
como cualquier otro artículo de comercio sujeta a las vicisitudes de la competencia y a las
fluctuaciones del mercado” (Marx & Engels, 1848). El proletariado, entonces, es la única clase
verdaderamente revolucionaria porque las demás clases van degenerando y desaparecen con el
desarrollo de la gran industria; el proletariado es su producto más peculiar (Marx & Engels,
1848). Sin embargo, al iniciar sus reflexiones respecto a la comuna rusa, concibiendo en ella un
proceso histórico distinto al occidental, verifica una realidad contrastante. Según Chernychevski,
a quien Marx leyó con mucho interés en torno a la posibilidad de una Revolución Rusa, señalaba
que para hacer frente a las fuerzas del orden, la presión y la explotación, los rusos confiaban en
una guerra de los trabajadores formados por “campesinos, trabajadores de jornada incompleta y
obreros asalariados (trinidad que se convirtió en campesinos, obreros e intelectuales en los
últimos escritos populistas). Lo que aportaría un núcleo teórico de análisis político (Shanin,
1983).
Por ello, la revolución meramente a partir de un movimiento obrero, quedaba incluso relegada
ante contextos en donde el territorio, la naturaleza y su vínculo con ella en tanto unidad
indisoluble, hacían de las comunidades rurales esas formaciones que detonarían dicha transición
o en cuyas bases se encontraba la clave de la transición porque no sólo eran contemporáneas al
Capital sino que además, habían sobrevivido a sus embates permaneciendo no aislados a la
modernidad pero sí con una dinámica distinta que escapaba de sus largos tentáculos 11.
Marx, analiza una teoría del capitalismo ubicado, en espacios distintos y cómo se desarrolla el
sistema en ellos “se implanta una nueva división internacional del trabajo ajustada a los centros
principales de la industria maquinista, división del trabajo que convierte a una parte del planeta
11
Respecto a esto, Sayer y Corrigan señalan que en un principio Marx se mofa de la posición de Bakunin en torno a
que éste esperaba que la revolución social europea, establecida sobre la base de la producción capitalista, tuviera
lugar a nivel de los pueblos agrícolas y de los pastores rusos o eslavos pero que sus reflexiones, incluso anteriores
sobre la comuna rural rusa concluían que el desarrollo capitalista podía apoyar, fortalecer e incluso crear formas
sociales arcaicas opresivas e improductivas en sus periferias (Sayer & Corrigan, 1983).
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en campo preferente de producción agrícola para las necesidades de otra parte organizada
primordialmente como campo de producción industrial. Esta revolución va unida a las
transformaciones operadas en la agricultura…” “la expropiación de los productores agrícolas, del
campesinado, de la tierra, es la base de todo proceso. Las historias de esta expropiación en los
diferentes países asumen diferentes aspectos y recorren sus diversas fases en diferente orden de
sucesión y en diferentes periodos. Sólo en Inglaterra, a la que tomamos como ejemplo, tiene la
forma clásica” (Marx, El capital Tomo I, 1867).
Marx profundiza su comprensión de las estructuras capitalistas para países no desarrollados, para
la periferia del capital, como parte de la misma acumulación originaria, pero además, analiza la
separación entre estos espacios que se convierte justo en una manifestación del rompimiento con
la naturaleza y lo que más adelante implica en la propia anatomía de la clase potencialmente
revolucionaria.
Las comunas campesinas rurales, a diferencia de la clase obrera en la ciudad, resultaban ser
capaces de autogestionarse sin intrusión del Estado moderno, desarrollaba formas de
organización económica y política colectivas con propiedad pública, con una minoría de
empresas privadas no dominantes (Shanin, 1983). Lejos de resultar una desventaja, se tornaba en
la posibilidad de superación del capital.
Dentro de la comuna rural rusa era posible generar estas formas autogestivas colectivas, en donde
era posible establecerla en un contexto de no enajenación. Para 1877, Marx ya estaba
reconsiderando el lugar del campesinado y su organización en futuros procesos revolucionarios
(Shanin, 1983). Que si bien, estaba ya transformándose hacia formas capitalistas, aún conservaba
su esencia colectiva. Por ello, la urgencia de la revolución antes de su extinción completa, lo cual
sería posible utilizando las fuerzas productivas desarrolladas por el capital.
En palabras de Tcachev “los campesinos rusos aunque propietarios de la tierra estaban más cerca
del socialismo que los obreros sin propiedad” (Wada, 1983).
De esa manera “si en el momento de la emancipación las comunidades rurales se viesen en unas
condiciones de prosperidad normal, si, luego, la inmensa deuda pública, pagada en su mayor
parte a cuenta de los campesinos, al par que otras sumas enormes, concedidas por mediación del
Estado (siempre a costa de los campesinos) a los «nuevos pilares de la sociedad» convertidos en
capitalistas, si todos estos gastos se empleasen en el fomento ulterior de la comunidad rural, a
nadie le ocurriría ahora la idea de la «fatalidad histórica» de la aniquilación de la comunidad:
todos reconocerían en ella el elemento de la regeneración de la sociedad rusa y un elemento de
superioridad sobre los países que se hallan aún sojuzgados por el régimen capitalista” (Marx,
1881).
su realidad. Sin embargo, la noción occidentalista de las aspiraciones de la revolución rusa hizo
parecer que toda forma de organización anterior al capital se concibiera como una desventaja,
como una forma de atraso pensando en la idea moderna del progreso 12.
En este sentido, Corrigan y Sayer, ponen énfasis en el entendimiento del Estado y la forma como
Marx lo denostaba13. Por ello, “la clase trabajadora no puede simplemente apoderarse de la
maquinaria del Estado tal cual es y utilizarla para sus propios objetivos. El instrumento político
de su esclavitud no puede servir como instrumento político de su emancipación” “El Estado es la
creación de la clase media, primero como medio para quebrar el feudalismo, luego como medio
para aplastar las aspiraciones emancipatorias de los productores, de la clase trabajadora” (Marx,
en Sayer y Carrigan, 1983). El Estado, entonces, debe ser transformado, no puede ser instrumento
de liberación cuando lo ha sido de las más evidentes enajenaciones en el capital. De modo que el
ser ciudadano de un Estado democrático podría acallar las formas de emanciparse dejando al
Estado la potestad de su representación, sublimando la capacidad de resistencia de la población,
de los trabajadores.
Por eso las formas de Estado moderno que conocemos no ayudan a la generación de humanidad,
la truncan, evitan la participación directa en su transformación, el involucramiento en su
desarrollo y generan una subjetividad que provoca la inanimación, la pasividad; una sociedad
civil que no es política, que está separada de su poder y transformación, diferente de la sociedad
humana de la que habla en las tesis sobre Feuerbach. Tal como el propio Marx concibe a la
Revolución francesa14 en donde, sin duda, el Estado funcionó como un factor de supresión de
clase.
La acción política dentro de los límites del propio Estado moderno representaría una
emancipación parcial15. “Sólo cuando el hombre haya reconocido y organizado sus fuerzas
12
La revolución rusa se tejió sobre bases modernas occidentales, manteniendo los objetivos del desarrollo económico
como objetivo, nunca trascendiendo su lógica y funcionamiento, manteniendo un Estado Nación que fue concebido
como soporte del proceso de reproducción y acumulación del capital.
13
La Comuna de París “Fue una revolución contra el Estado mismo, contra ese fracaso sobrenatural de sociedad…
una revolución para destruir la propia maquinaria horrenda de la dominación de clases. la comuna fue su negación
definitiva y por tanto, el inicio de la revolución social del siglo XIX” rescatado de Writtings of the Paris Commune
en 1872, como sus propias reflexiones a la Comuna de París y su importancia como la mayor revolución de ese siglo.
14
“En la Revolución de 1789 extendió el alcance y los atributos del Estado y con ello su independencia y su
predominio sobrenatural sobre la sociedad real, su tarea era fundar la unidad nacional (crear una nación) y para ello
debía destruir todo independencia local, territorial, ciudadana y provincial…Se convirtió en un poderoso factor de
producción social”. Por otra parte, “el Estado desarrolló su carácter como instrumento de despotismo de clase y
como máquina política que perpetúa por la fuerza la esclavitud social de los productores de riqueza a manos de los
que se apropiaban de ella, del dominio económico del capital sobre el trabajo”. Las revoluciones de 1830 y 1848 sólo
sirvieron para transferir el poder de una fracción de una clase a otra “el carácter represor del poder estatal quedó más
plenamente desarrollado y fue usado más despiadadamente” (Marx, en Sayer & Corrigan, 1983, pág.112). Esto
generaría un tipo de resistencia en la cual se pretende pasar de ser dominado a ser dominador, no eliminando las
relaciones de subordinación.
15
Es claro que Marx no consideraba factible una emancipación parcial como tal. No existe algo tal como la
emancipación parcial sino un acercamiento a la emancipación. Sin embargo, si esa emancipación no tiene la
perspectiva de la totalidad que quiere erradicar, esa emancipación no es más que una forma de resistencia en donde
se busca resolver un problema específico (tal es el caso del racismo, el feminismo, la homofobia, o la lucha por un
salario o jornada justos) que sólo impiden ver el problema de fondo y que por supuesto, se requiere resolver, pero
siempre que exista la perspectiva de un problema más profundo a resolver. Debemos liberar al dominado y también
al dominador, como exhortaba Marx.
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propias como fuerzas sociales y consiguientemente ya no separe el poder social de sí mismo bajo
la forma de poder político, sólo entonces se habrá logrado la emancipación humana” (Marx, en
Sayer y Carrigan, 1983). En ese sentido, ese poder político estaría efectivamente ejercido, sin
separación del ser humano, sino como liberación humana. De modo que uno de los propósitos
más tácitos hacia el comunismo era la eliminación de la escisión entre la sociedad civil y el
Estado y un medio racional, era justamente la comuna rusa (Sayer & Corrigan, 1983). “Su mayor
mérito (refiriéndose a la comuna rusa) fue su propia organización… que demostró ser algo
viviente y confirmó sus tesis por medio de sus acciones… dando cuerpo a las aspiraciones de la
clase obrera de todos los países” (Marx, en Sayer & Carrigan, 1983). La comuna rusa, tal como
las formas de organizaciones comunales en nuestros pueblos, fue un enfrentamiento a las formas
capitalistas de organización, incluyendo por supuesto, el Estado.
Reflexiones finales
Marx señalaba, después de leer a Kovalevski, que la disolución de la comuna rural rusa se veía
por los funcionarios británicos de la India como un efecto del progreso económico, a pesar de una
actitud cariñosa de los ingleses hacia la forma arcaica. La verdad es más bien que los propios
ingleses son los principales (y activos) ofensivos responsables de esta disolución. (Wada, 1983).
El exterminio se ve como un proceso lógico del progreso en las actuales condiciones de
producción. Nada lejano a lo que podríamos aseverar hoy mismo respecto a las comunidades de
los pueblos originarios y campesinos, que se preservan como parte de un “folklor” nacionalista,
una herencia que vende y que mientras no estorbe se puede conservar por causar simpatía y
buena imagen internacional. Pero nunca se ha visto como esa posibilidad real de transformación,
de generación de transición de un sistema que apuesta por el sacrificio de la vida; formas que han
sobrevivido a pesar de este exterminio, porque es parte de un orgullo nacional que se ha
construido incluso por esa idea moderna del Estado Nación, un patrioterismo que divide y que
embona perfectamente con la modernidad, pero que también, se revierte en la medida en que el
humano regresa a la necesidad de la comunidad por ser intrínseca a él mismo, porque el propio
capitalismo es y necesita de la colectividad para funcionar.
Juan José Bautista rescata de una indígena activista en Bolivia, “creen en el indio, pero no creen
en lo que cree el indio”, por eso el desdeño disfrazado de simpatía lejana, de diminutivos, de
explotación turística de la cultura, de protección de la población y de su entorno natural sin
comprometer demasiado. Pero en cuanto estas fuerzas se enfrentan a las del capital la máscara se
cae. Marx llega a conclusiones relevantes respecto a la posibilidad revolucionaria de la comuna
rural y su funcionamiento. Se presenta entonces, la capacidad de una población de
transformándose a sí misma.
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Marx, a 150 años de El Capital
Literatura citada
Marx, K. 1867. El capital Tomo I. de Fondo de Cultura Económica (FCE). México, DF.
Marx, K. 1875. Crítica al programa de Gotha. Aleph.
Marx, K. 1877. Carta al director de Otiechéstvennie Zapiski.
https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/m1877.htm: marxist.org.
Marx, K. 1881. Proyecto de respuesta a la carta de Zasulich, V. I. www.marxism.org.:
https://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/81-a-zasu.htm.
Marx, K. y Engels, F. 1848. Manifiesto del partido comunista.
Marx, K.; Engels, D. N. y Engels, F. 1981. Correspondencia 1868-1895. Aricó compilador. Ed. S
XXI. México, DF.
Sayer, D. y Corrigan, P. 1983. El último Marx: continuidad, contradicción y aprendizaje. In:
Shanin, T. El Marx tardío. La vía rusa y periferia del capitalismo. NY. Revolucionaria.
102-122 pp.
Shanin, T. 1983. El Marx tardío y la vía rusa. Marx y la periferia del capitalismo. NY.
Revolución.
Wada, H. 1983. Marx y la Rusia revolucionaria. In: Shanin, T. El Marx tardío. La vía rusa y la
periferia del capitalismo. NY. Revolucionaria. 59-100 p.
223
Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
En la obra de Ernesto Guevara se encuentran referencias al pensamiento de Carlos Marx y una
valoración personal de la importancia histórica de su doctrina filosófica, económica y política. En
diversas obras biográficas se señala el año 1942, durante los estudios de bachillerato en el Liceo
Dean Funes, como el inicio de la lectura de las obras de Marx por el joven Ernesto. En su
diccionario filosófico (1945-19469) le dedicó dos de los cuadernos al estudio de la vida de Marx
y al marxismo. En diversas cartas a su familia, durante toda su juventud, mencionó este
pensamiento, en particular, son relevantes su carta a Celia de la Serna del 17 de junio de 1955 y
la correspondencia a Beatriz enviada a principios de 1956. Entre los trabajos más importantes del
Che, en los que valora y enjuicia el ideario de Marx, se encuentran: notas para el estudio de la
ideología de la Revolución Cubana, el prólogo al libro el partido marxista leninista; sus artículos
sobre la concepción del valor; la banca, el crédito y el socialismo y El socialismo y el hombre el
Cuba. También se encuentran reflexiones en su discurso en la inauguración en el primer congreso
latinoamericano de juventudes, en las versiones de sus intervenciones en las reuniones
bimestrales y los consejos de dirección del Ministerio de Industrias. El objetivo de este
manuscrito, fue reflexionar sobre el pensamiento marxista de Ernesto Guevara y el papel que
desempeñó en la praxis revolucionaria en Cuba.
Uno de los nombres fundamentales en la historia del pensamiento revolucionario cubano, fue
Ernesto Guevara de la Serna. Uno de los más prominentes marxistas que participaron, desde los
países no desarrollados, en el proceso de universalización de esa concepción teórica
revolucionaria.
224
Marx, a 150 años de El Capital
En el transcurso de aquellos años, Fidel asumió sobre todo las funciones de dirigente máximo y
de educador popular, mientras que el Che, desempeñó un cúmulo de responsabilidades prácticas
en numerosos terrenos y elaboró al mismo tiempo una obra teórica.
Realizó en lo que le tocó personalmente y en la medida en que le fue posible, el ideal del
pensamiento revolucionario de nuestra época: combinar la interpretación científica social de los
procesos con el ética revolucionaria, la investigación con la conducta, los juicios con los valores
y el criterio teórico con la conducción y la educación de las masas.
Demostró con su obra, la grandeza y el alcance de la posición teórica de Marx acerca del papel
que tendría la teoría al expresar:
La Revolución Cubana toma a Marx donde este dejara la ciencia para empuñar su fusil
revolucionario; y lo toma allí, no por espíritu de revisión, de luchar contra lo que sigue a Marx,
de revivir a Marx “puro”, sino, simplemente, porque hasta allí Marx, el científico, colocado fuera
de la historia, estudiaba y vaticinaba. Después Marx revolucionario, dentro de la historia,
lucharía. Nosotros, revolucionarios prácticos, iniciando nuestra lucha simplemente cumplíamos
leyes previstas por Marx el científico, y por ese camino de rebeldía, al luchar contra la vieja
estructura del poder, al apoyarnos en el pueblo para destruir esa estructura y, al tener como base
nuestra lucha la felicidad de ese pueblo, estamos simplemente ajustándonos a las predicciones del
científico Marx. Es decir, y es bueno puntualizarlo una vez más, las leyes del marxismo están
presentes en los acontecimientos de la Revolución Cubana, independientemente de que sus
líderes profesen o conozcan cabalmente, desde un punto de vista teórico, esas leyes1.
Había tenido que aprender en muy poco tiempo cómo era Cuba y cómo participar eficazmente en
el proceso transformador. De inmediato puso su empeño personal en ayudarnos a ganar una
batalla de ideas en el seno del proceso creador. Mucho, aunque no agotado, se ha escrito de sus
aportes a la teoría y prácticas en la construcción del socialismo, en las condiciones de un país sin
recursos económicos como Cuba. Sin embargo, entre los intelectuales, incluso de la izquierda, no
existe consenso en asumirlo entre los exponentes de la variante marxista latinoamericana. Es el
ícono, para algunos de las luchas de emancipación en cualquier rincón del mundo, el dirigente
político, hombre de acción y de ideas revolucionarias.
1
Guevara de la Serna, Ernesto. “Notas para el estudio de la ideología de la Revolución cubana” en Ernesto Che
Guevara. Escritos y discursos. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1977, t. 4, 204 p.
225
Marx, a 150 años de El Capital
Como parte de sus tareas al frente de un Gobierno en proceso de innovaciones profundas, sintió
la necesidad, obligado por las circunstancias, de estudiar la ideología marxista, la cual
consideraba era la más profunda, como parte de un proceso de concientización y construcción
doctrinal que le diera las herramientas para entender y hacer comprender la Revolución Cubana.
Su aproximación al marxismo
El joven Ernesto, adquirió una vasta cultura que comienza a formarse desde la niñez,
convirtiéndose en un ávido estudioso de cuanta buena literatura encontró en la biblioteca de su
casa. Entre los 13 y 15 años, son frecuentes sus lecturas de poetas, ensayistas latinoamericanos,
filósofos y científicos2.
Fruto de esos conocimientos comenzó a escribir, con sólo 17 años, unos apuntes que fueron
conformando su propio diccionario filosófico (1945-1946). Estructurado en siete cuadernos,3
contienen una selección de conceptos generales e interpretaciones acerca de la filosofía, el ideario
ético, político, entre otros. Dedicó dos de estos -el tercero y el cuarto- al estudio de los clásicos y
definiciones acerca del socialismo. En ellos va realizando acotaciones al margen, que continuó
puliendo a lo largo de su vida y que ordena posteriormente en México.
2
Lee sobre Historia Contemporánea de Europa, obras de escritores hispanoamericanos: (Neruda, Quiroga, Machado,
Lorca, Martí, Rodó, poetas franceses: Anatole France, Charles Baudelaire, Pablo Verlaine, Stefan Mallarmé,
sicoanalistas: S. Freud, C.G. Jung, A. Adler y filósofos: Platón, Sócrates, Aristóteles, Heródoto, Protágoras,
Maquiavelo, Hobbes, Locke, Hume, Tomás Moro, Rousseau, Kant, Hegel, Feuerbach, Schopenhauer, Darwin,
Nietchze, Hackel, Ingenieros, Ortega y Gasset, entre otros. Delgado Díaz, Carlos Jesús. Diccionario Temático.
Ernesto Che Guevara. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 2000. 380 p.
3
Según afirma la investigadora María del Carmen Ariet, especialista del Centro de Estudios Che Guevara, quién
consultó estos manuscritos.
226
Marx, a 150 años de El Capital
Estas marchas por Argentina y el resto de América Latina, tenían como objetivo conocer las
dolencias, valores y particularidades de estos pueblos. Pero también fueron importantes en la
formación de su concepción humanista, al permitirle familiarizarse con la situación social
latinoamericana, visitar las regiones mineras de Bolivia y percibir el sistema de explotación a que
eran sometidos los obreros.
Un momento importante para el Che, que encaja muy bien en el contexto de su formación, fue su
estancia en Guatemala, en la década de los años 50, durante el proceso revolucionario que ocurrió
en ese país. Estaba preparado para una experiencia revolucionaria de este tipo, por conocer las
teorías políticas, en particular el marxismo y llevar consigo lo vivido en Argentina, Bolivia y
Sudamérica, constatada en sus recorridos anteriores. Antes de esta vivencia, había tomado
conciencia de la necesidad de un cambio en la situación de las masas desposeídas, pero no
comprendía cual era el camino para efectuarlo; tomando como opción, ayudar con su esfuerzo
personal, a mejorar las condiciones sanitarias y mitigar los dolores de estas capas sociales con
menos recursos económicos.
En esos tiempos difíciles fue cuando por primera vez intentó ensayar su multinacional condición
de revolucionario, como le expresara en carta a su tía Beatriz: “en Guatemala me perfeccionaré y
lograré lo que me falta para ser un revolucionario auténtico” 4.
En 1956 escribe una carta a su padre, Ernesto Guevara Lynch, desde el país azteca: “[…] Dentro
de poco tiempo pasaré a ser una notabilidad en la ciencia médica, si no como científico o profesor
por lo menos como divulgador de las doctrinas de San Carlos (Karl Marx) desde los altos escaños
4
Guevara Lynch, Ernesto. “Carta a su tía Beatriz del 10 de diciembre de 1953” en aquí va un soldado de América.
Editorial Planeta. Buenos Aires. 1987. 29 p.
5
Ariet, María del Carmen. Che, pensamiento político. Editora Política. La Habana. 1988. 52 p.
227
Marx, a 150 años de El Capital
universitarios. Porque me he dado cuenta que la fisiología no es mi fuerte, pero lo otro sí”6. Es un
hecho incontrovertible que hay en él no sólo preocupación, reflexión, búsqueda política; la
interpretación del marxismo y el deseo personal de servir a los pobres se funden con la acción
revolucionaria.
Se relacionó en ciudad México con otros exiliados latinoamericanos, realizó diferentes trabajos
para ganarse el sustento, hasta que por último logró una plaza de médico en el Hospital General.
En estas circunstancias se produjo su reencuentro con los revolucionarios cubanos, conoció a
Fidel Castro Ruz y tras unas horas de conversación, se enrola definitivamente al grupo de futuros
expedicionarios del Granma para convertirse en el Che, su suerte estaba echada con Cuba y su
Revolución. Sobre esta circunstancia expresó:
[...] En tierra azteca me volví a encontrar con algunos elementos del 26 de julio que yo había
conocido en Guatemala y trabé amistad con Raúl Castro, el hermano menor de Fidel. El me
presentó al jefe del Movimiento cuando ya estaban planeando la invasión a Cuba [...] Charlé con
Fidel toda una noche. Y al amanecer ya era el médico de su futura expedición. En realidad,
después de la experiencia vivida a través de mis caminatas por toda Latinoamérica y del remate
de Guatemala, no hacía falta mucho para incitarme a entrar en cualquier revolución contra un
tirano, pero Fidel me impresionó como un hombre extraordinario. Las cosas más imposibles eran
las que encaraban y resolvía. Tenía una fe excepcional en que una vez que saliese hacia Cuba, iba
a llegar. Que una vez llegado iba a pelear. Y que, peleando, iba a ganar. Compartí su optimismo
[...]7.
6
Guevara de la Serna, Ernesto. “Carta a su padre”, abril 15 de 1956 en Ariet, María del Carmen. El pensamiento
político de Ernesto Che Guevara. México. Ocean Press, Centro de Estudios Che Guevara, 2003. 191 p.
7
Ibídem, 192 p.
8
Betto, Frei. Fidel y la religión. Conversaciones con Frei Betto. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La
Habana, 1985, p. 372 p.
228
Marx, a 150 años de El Capital
guerrillero y en una persona capaz de pensar de otra forma el marxismo, porque tuvo que ser
hombre de acción, pero siguió siéndolo de pensamiento. Se trata de una personalidad, que nunca
abandonó la instrucción.
Estudiaba durante la guerra en las más difíciles condiciones y también, cuando le fueron
asignados diferentes cargos después del triunfo revolucionario. A partir de entonces su vida es
doctrina, es la pericia de la revolución llevada a cabo, que se piensa y se resume para la teoría.
El triunfo en 1959 de una guerra revolucionaria que constituyó una escuela política, dirigida por
Fidel Castro Ruz, le permitió al país escoger la opción de hacer una revolución socialista de
liberación nacional9 que transformara a fondo las relaciones sociales. Es además un profundo y
radical cambio de las personas, de su conciencia, costumbres, hábitos y valores humanos. Pronto
la nueva época exigió un aumento de las capacidades intelectuales del pueblo y un cambio del
pensamiento social. La praxis era el motor, pero ella debía ser organizada y consciente.
Imprescindible era, aumentar la formación política, porque por primera vez en la historia, los
objetivos a alcanzar requerían: una rigurosa intencionalidad; conducción política y social cada
vez más compleja, distribución creciente del poder, planeamiento eficaz y crítica radical del
modelo económico predominante.
Era necesario pensar la revolución que se hacía y elaborar intelectualmente las características de
la nueva sociedad que se pretendía. Carlos Marx había señalado que, hasta su tiempo, los
filósofos habían tratado de explicar el mundo, pero de lo que se trataba era de transformarlo. Con
ello quedaba claro el papel de la práctica revolucionaria, que es la aplicación de la tendencia
renovadora en la sociedad.
En la aplicación de esta acciones, los aportes más significativos en el ideario de Ernesto Guevara,
como puntos de partida para la construcción del socialismo en Cuba se expresan en: la fidelidad
ante las ideas marxistas; percatarse de la necesidad imperiosa del apoyo campesino, lo que se
lograría con la promesa de entregarles las tierras, la demostración del peligro que representaba
para la ideología cubana, la mercancía producida por el capitalismo; la importancia de
implementar la cultura general para fortalecernos en la construcción del socialismo, así como el
papel esencial de la estimulación al ciudadano y de la participación activa del grupo de
vanguardia: la juventud.
9
Revolución democrática popular, agraria y antiimperialista, que triunfó el 1º de enero de 1959 en Cuba, iniciada con
el asalto al Cuartel Moncada en 1953 y como resultado de una insurrección armada, desarrollada en la lucha
guerrillera y clandestina desde 1956. Las medidas nacionalizadoras adoptadas en octubre de 1960, encaminaron la
revolución por la vía socialista, que fue oficialmente promulgada en abril de 1961.Ob. Cit. Diccionario Temático.
Ernesto Che Guevara. 474 p.
229
Marx, a 150 años de El Capital
Todos estos valores fueron consagrados desde su juventud cuando eligió la profesión de médico10
y de revolucionario para curar de males a la sociedad.
Este proyecto del Che sobre la necesidad de crear un individuo diferente al que engendró el
capitalismo, estaba vinculada a su concepto humanista, que fue reforzada con autenticidad por el
pensamiento marxista de forma tácita, superando el carácter económico, para trascender al plano
social, al considerar al hombre como eje central o factor esencial de la revolución. Por ello, es
ante todo, un humanismo revolucionario, porque no se conforma con el sólo hecho de interpretar
la naturaleza sino en transformarla.
[...] el error del mecanicismo realista no se ha dado, pero sí otro signo de contrario. Y ha sido por
no comprender la necesidad de la creación del hombre nuevo, que no sea el que represente las
ideas del siglo XIX, pero tampoco las de nuestro siglo decadente y morboso. El hombre del siglo
XXI es el que debemos crear, aunque todavía es una aspiración subjetiva y no sistematizada.
Precisamente éste es uno de los puntos fundamentales de nuestro estudio y de nuestro trabajo y
en la medida en que logremos éxitos concretos sobre una base teórica o viceversa, extraigamos
conclusiones teóricas de carácter amplio sobre la base de nuestra investigación concreta,
habremos hecho un aporte valioso al marxismo-leninismo, a la causa de la humanidad11.
Significaba, que en todo este proceso, los jóvenes tienen un particular destello, por ser una
especie de arcilla maleable con la que se puede construir al hombre nuevo sin ninguno de sus
problemas anteriores; es decir, se pueden reparar o eliminar las fallas que sus generaciones
anteriores les heredaron. Insiste en caracterizar como debe ser un joven comunista, describiendo
cualidades como la honradez, sensibilidad ante los problemas, las injusticias; tener un espíritu
inconforme, plantearse todo lo que no se entienda, estar abierto a recibir nuevas enseñanzas.
Se ratifica entonces que es por la juventud, por esa que se forma en todos los centros de
enseñanza, desde la educación primaria, media y media superior, pero sobre todo por la ola
universitaria que puede terminar de solidificar, la aspiración realizable de un socialismo, por el
que se lucha desde el propio triunfo revolucionario.
Especial atención otorga a demostrar, que la base fundamental del hombre nuevo es la educación,
que permite lograr el cambio de conciencia, ideológicamente hablando. De esta manera, va
actuando en jóvenes de todas las edades y se irá formando esa nueva generación, que crecerá con
ese amor característico de un buen revolucionario y encontrará la fórmula para perpetuar en la
10
“El humanismo marxista de Che tiene como antecedentes su amor juvenil a la humanidad plasmado en la esfera
individual. Colectivo de autores. “Ernesto Che Guevara: aspectos de su pensamiento ético” en, La actualidad del
Che. Editorial José Martí-Ediciones Libertarias, Madrid. 1999. 350 p.
11
Guevara de la Serna, Ernesto. El socialismo y el hombre en Cuba. Editora Política. La Habana. 1988. 22 p.
230
Marx, a 150 años de El Capital
vida cotidiana esa actitud heroica. Como expresara en el Auditórium de la Universidad Central de
Las Villas:
[...] Que se prepare la juventud estudiosa del país, para que cada uno en el futuro inmediato,
tome el puesto que le sea asignado, y lo tome sin vacilaciones y sin necesidad de aprender por el
camino, pero también quiere este profesor que está aquí, hijo del pueblo, creado por el pueblo,
que sea este mismo pueblo el que tenga derecho también a los beneficios de la enseñanza, que se
rompan los muros de la enseñanza, que no sea la enseñanza simplemente el privilegio de los que
tienen algún dinero, para poder hacer que sus hijos estudien, que la enseñanza sea el pan de todos
los días del pueblo de Cuba12.
Tomó del marxismo su más honda esencia: el carácter activo, dinámico e innovador, del hombre.
Comprendió que el proceso creativo y desarrollador de la teoría, no podía dejarse arrastrar por el
empirismo, sino tomando en consideración de manera adecuada las elaboraciones teóricas
precedentes que podía ser incluso cuestionadas o superadas, pero en modo alguno ignoradas.
Aunque en algunos aspectos se coincide, en que el arsenal teórico del marxismo debe reforzarse
en la actualidad.
Un largo camino había recorrido Ernesto Guevara en una década. Su acervo teórico fue
enriquecido en su experiencia como dirigente y para ello elabora una concepción integral de
desarrollo de una sociedad nueva, en la cual simultáneamente con la base material, se forjará al
ciudadano cualitativamente superior. Tal tesis, elaborada en los años de la naciente Revolución
Cubana es prueba de su interpretación del marxismo en el papel del sujeto como actor social, en
sus acciones, que se va transformando a la par que construye la nueva sociedad.
Hay una cosa que tenemos que entender, nosotros no podemos ser hijos de la práctica absoluta,
hay una teoría; que nosotros tengamos algunas fallas, algunos motivos de discusión de algunos de
los aspectos de la teoría, bueno, pues, perfecto, para poder hacer eso hay que conocer, aunque sea
un poquito de la teoría. Ahora, inventar la teoría totalmente a base de la acción, eso es un
disparate, con eso no se llega a nada” 13.
12
“Discurso en el Auditórium de la Universidad Central. 28 de diciembre de 1959”. Ob. Cit. t. 4. 49 p.
13
Guevara de la Serna, Ernesto. “Reuniones bimestrales. 22 de febrero de1964” en, El Che en la Revolución Cubana.
Edición del Ministerio de la Industria Azucarera. La Habana. 1966. Tomo VI. 462 p.
231
Marx, a 150 años de El Capital
Valoró que el mérito de Marx estaba en el viraje revolucionario que le imprimió a la historia del
pensamiento social, provocando un cambio cualitativo al interpretar científicamente la historia,
comprender su dinámica y prever su futuro. La pertenencia o adhesión al marxismo del Che y la
vanguardia cubana en el poder, junto a las exigencias de la revolución, crearon la necesidad de
asumir una doctrina capaz de servir para vivir y analizar, los problemas y el futuro de Cuba.
Los aportes de Ernesto Guevara a la ideología revolucionaria, como él mismo diría, se deben
estudiar y analizar en dos etapas fundamentales:” […] la de la acción armada hasta el primero de
enero de 1959 y la transformación política, económica y social de ahí en adelante” 14. Se puede
aseverar que la madurez del pensamiento y la acción del Che, es resultado de la Revolución
cubana. Esta afirmación no excluye que reconozcamos que al hacer contacto con la Generación
del Centenario, ya había en él un marxista convencido. Su experiencia anterior, la formación en
el seno familiar, sus estudios, el peregrinar por América fueron hitos en la maduración de su
concepción política y filosófica del mundo.
Este proceso ha sido debidamente demostrado en uno de sus escritos: ‘nuestra posición cuando se
nos pregunta: somos marxistas o no, es la que tendría un físico si le preguntaran si es
“newtoniano”, o un biólogo si le preguntaran si es “pasteuriano”, hay verdades tan incorporadas
al conocimientos de los pueblos que ya es inútil discutirlas” 15. Como protagonista del proceso
revolucionario cubano, comprueba el Che la validez científica de la teoría marxista sobre la
sociedad que ya desde antes comparte.
Mantuvo una constante actividad de interpretación de la realidad, así como un intenso proceso de
investigación de las realidades y del propio desarrollo de los conceptos al afirmar: “quiere decir,
simplemente utilizar el método, el razonamiento del materialismo dialéctico, las armas del
marxismo-leninismo, para interpretar cabalmente la situación” 16. Fue un estudioso apasionado del
marxismo, de sus esencias más humanas. Para él la teoría de Marx significaba la brújula para
desentrañar los cambios de la construcción de la nueva sociedad. Nos dejó una concepción de la
revolución socialista y de liberación, con una visión futurista orientada a dar paso a la vida de un
hombre que sería el resultado de todos los cambios que en el seno de los procesos se gestaran.
14
Guevara de la Serna, Ernesto. Notas para el estudio de la ideología de la Revolución cubana. In: Ernesto Che
Guevara. Escritos y discursos. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1977, t. 4. 5 p.
15
Ob. Cit. Notas para el estudio de la ideología de la Revolución cubana. Tomo 4. 5 p.
16
Guevara de la Serna, Ernesto. Palabras en la entrega de premios de la emulación de círculos de estudio del
Ministerio de Industrias”, 31 de enero de 1962, en Ernesto Che Guevara. Escritos y discursos. Ob. Cit. Tomo 6.
82 p.
232
Marx, a 150 años de El Capital
Todas estas transformaciones, culminan con la unión de dos conceptos que serán aquellos por los
cuales Guevara dará la vida: revolución y humanismo. Después de su desaparición física, en
cierto modo el mundo ha cambiado mucho.
Fue portador de una teoría filosófica que se incluía dentro de los aportes de su propia concepción,
por su contenido y método, relacionada con los problemas de la práctica social que conservan
gran actualidad. En su trayectoria vital se le considera un modelo de revolucionario, que firmó
con su sangre sus ideas y tiene un extraordinario prestigio como una de las personalidades
descollantes del siglo XX. El máximo líder cubano, Fidel Castro en el discurso pronunciado en la
velada solemne, el 18 de octubre de 1967, expresó sobre el legado que dejó al pueblo de Cuba:
Nos dejó su pensamiento revolucionario, nos dejó sus virtudes revolucionarias, nos dejó su
carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de trabajo. En una palabra, nos dejó su ejemplo ¡Y
el ejemplo del Che debe ser un modelo para nuestro pueblo, el ejemplo del Che debe ser modelo
ideal para nuestro pueblo¡
Si queremos expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras generaciones, debemos
decir: ¡que sean como el Che¡ […] Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros
niños, debemos decir sin vacilación: ¡queremos que se eduquen en el espíritu del Che¡ Si
queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un
modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de corazón digo que ese modelo sin una mancha en
su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, ese modelo
es el Che¡ Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo
el corazón de vehementes revolucionarios: ¡queremos que sean como el Che¡ 17.
Conclusiones
Un referente ético y político, fortalecido por su ejemplo y su caída heroica. Confianza en lo que
es posible hacer para volverse superior a las circunstancias. Extraordinario instrumento teórico y
el método dialéctico marxista, que ejerció sobre las realidades, los conflictos y los proyectos de
17
Castro Ruz, Fidel. Discurso en la velada solemne en memoria del Comandante Ernesto Che Guevara, en la Plaza
de la Revolución, el 8 de octubre de 1967. In: Ediciones OR, Núm. 26. Comisión de Orientación Revolucionaria
del Comité Central del Partido, La Habana, 1967. 39 p.
233
Marx, a 150 años de El Capital
Cuba y de América Latina. Crítica marxista de las sociedades y las teorías del capitalismo y el
socialismo. Un cuerpo de pensamiento para realizar análisis a las realidades concretas. Líneas
principales para el trabajo de formación política, ideológica y cultural.
Valoramos al Che, en este estudio, como pensador crítico y consideramos su obra teórica como
parte de los autores de la variante crítica del marxismo latinoamericano.
Literatura citada
Ariet, M del C. Che. 1988. Pensamiento político. Editora Política. La Habana.
Frei, B. 1985. Fidel y la religión. Conversaciones con Frei Betto. Oficina de Publicaciones del
Consejo de Estado. La Habana.
Castro, R. F. 1967. Discurso en la velada solemne en memoria del Comandante Ernesto Che
Guevara, el 08 de octubre de 1967. Ediciones OR, Núm. 26. Comisión de Orientación
Revolucionaria del Comité Central del Partido. La Habana.
Colectivo de Autores. 1991. Ideario político y filosófico del Che. Editora Política, La Habana.
Colectivo de autores. 1999. Ernesto Che Guevara: aspectos de su pensamiento ético. La
actualidad del Che. Editorial José Martí-Ediciones Libertarias, Madrid.
Delgado, D. C. J. 2000. Diccionario Temático. Ernesto Che Guevara. Editorial de Ciencias
Sociales. La Habana.
Guevara, L. E. 1987. Carta a su tía Beatriz del 10 de diciembre de 1953. Aquí va un soldado de
América. Editorial Planeta. Buenos Aires.
Guevara, de la S. E. 1966. Reuniones bimestrales. 22 de febrero de1964. El Che en la Revolución
Cubana. Edición del Ministerio de la Industria Azucarera. La Habana.
Guevara de la S. E. 1970. Obras 1957 -1967. 2 tomos. La Habana. Editorial Casa de las
Américas.
Guevara, de la S. E. 1977. Discurso en el Auditórium de la Universidad Central. Ernesto Che
Guevara. Escritos y discursos. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 28 de diciembre
de 1959.
Guevara, de la S. E. 1977. Notas para el estudio de la ideología de la Revolución cubana. Ernesto
Che Guevara. Escritos y discursos. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.
Guevara, de la S. E. 1977. Palabras en la entrega de premios de la emulación de círculos de
estudio del Ministerio de Industrias. Ernesto Che Guevara. Escritos y discursos. Editorial
de Ciencias Sociales, La Habana. 31-de enero de 1962.
Guevara, de la S. E. 1988. El Socialismo y el hombre en Cuba. Editora Política. La Habana.
Guevara, de la S. E. 2003. Carta a su padre. Ariet, Ma. C. El Pensamiento Político de Ernesto
Che Guevara. Ocean Press. Centro de Estudios Che Guevara, abril 15 de 1956. México,
DF.
Martínez, H. F. 2010. Las ideas y la batalla del Che. Editorial Ciencias Sociales. Ruth Casa
Editorial. La Habana.
234
Marx, a 150 años de El Capital
Ramonet, I. 2006. Cien horas con Fidel. Oficina de publicaciones del Consejo de Estado. La
Habana.
Anexos
Rapsodia a Fidel
Vámonos,
ardiente profeta de la aurora,
por recónditos senderos inalámbricos
a liberar el verde caimán que tanto amas.
Vámonos,
derrotando afrentas con la frente
plena de martianas estrellas insurrecta,
juremos lograr el triunfo o encontrar la muerte.
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Marx, a 150 años de El Capital
Che
México, 1956
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Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
El estudio de las clases sociales fue un tema de gran interés desde la segunda mitad del siglo
XIX. Numerosos teóricos destinaron sus esfuerzos a tratarlo desde distintas disciplinas como la
sociología, la historia y la economía. Y distintos paradigmas, entre los cuales, en términos muy
generales, se pueden distinguir el tradicional y marxista (entendido por algunos como radical).
Sin embargo, a partir de la década de los 80 del siglo XX, este tipo de estudios más allá de verse
reducidos en términos de cantidad, comenzaron a presentar una disminución en términos de
aporte teórico-empírico. En este trabajo se tiene como objetivo aportar elementos que permitan
realizar una definición actualizada de las clases sociales. Se comienza con una breve crítica a los
principales postulados tradicionales y se destacan los principales elementos del análisis de la
teoría marxista. Pues aun cuando Marx no haya escrito un tratado específico sobre clases
sociales, a lo largo de su obra se pueden encontrar elementos relevantes para el análisis.
Los principales elementos que estructuran la perspectiva tradicional, son los siguientes: i) se
encuentran muy alejadas de las concepciones marxistas desde el momento mismo en el que no
toman como elemento central de su análisis, la posición de los individuos dentro del proceso
productivo. Lo mismo que reniega en todo momento de la utilización del materialismo histórico
como base de su teoría; y ii) colocan de manifiesto una amplia variedad de criterios para definir
el concepto. Unos que propician la discusión como son: el nivel de riqueza, el nivel de ingresos,
el tipo de profesión que los individuos presentan, el nivel de capacitación, e incluso, los patrones
de consumo que registran.
Y otros que de plano no tienen sustento teórico como: la autoestima de las personas, el género o
las razas, y hasta hay quienes utilizan la “capacidad intermatrimonio”. Esto los lleva a la
utilización de criterios sin sustento teórico mayor, que resultan ser bastante ambiguos a la hora de
hacer una clasificación de las clases sociales. La más frecuente es diferenciar entre clase alta,
clase(s) media(s) y clase baja. Aunque en sus investigaciones se haga uso de métodos de
clasificación que podrían parecer muy refinados, por la incorporación de sofisticados paquetes
estadísticos.
237
Marx, a 150 años de El Capital
Los teóricos tradicionales que basan su definición de clases sociales en la riqueza que poseen los
individuos tienden a minimizar lo subjetivo de este indicador. Dejan de lado el hecho de que
dicho nivel varía en función de una u otra clase, lo mismo que en función de tal o cual periodo de
análisis o incluso, de país en país. Algo similar sucede con los que basan su análisis en función
del nivel de ingresos, ya que por más que un individuo registre un aumento bastante significativo
en sus ingresos, (su salario, por ejemplo), se debe tener siempre presente que no por ello deja de
presentar relaciones de subordinación (no deja de ser asalariado). Por su parte, los que utilizan
como criterio determinante el tipo de ocupación (o profesión), deben tener cuidado de la relación
social que se presenta.
No se debe caer en el error de creer que las profesiones de los trabajadores son las que conducen
a la constitución de las clases sociales, sino todo lo contrario, la división de trabajo social y con
ello, las distintas profesiones que de esta división derivan, no deben entenderse como la causa,
sino como el efecto. En términos más sencillos, los miembros de tal o cual clase social van a
decidor tal o cual profesión y no a la inversa. Y para muestra basta con ver como los hijos de los
burgueses, cuando elijen ejercer una profesión, por lo general, elijen las vinculadas con los
puestos de mando y dirección. Lo que también explica el tipo de carreras que se imparten en las
universidades privadas.
El caso extremo de la incongruencia teórica que presentan los teóricos tradicionales, pero dado su
alto contenido político e ideológico, vale la pena mencionar, lo encontramos en los
planteamientos de Wilfrido Pareto en su texto publicado en 1916, que lleva por nombre tratado
de sociología general. En donde se propone explicar el fenómeno de las clases sociales a partir de
postulados de tipo psicológico que lo llevan a concebir dos principales clases sociales dentro de
una estructura social: la clase de los dirigentes y la clase de los dirigidos. Para este autor, las
clases sociales se entienden como agregados nominales o colecciones de personas, cuya principal
diferencia radica en que un grupo social posee las mayores habilidades de dirección (el grupo de
élite) y el otro, como consecuencia, está condenado a desempeñar la función de grupo dirigido.
Bajo esta concepción no es de extrañar que, el italiano, en un intento por trasladar su famosa
teoría del equilibrio al estudio de las clases sociales, niegue (demerite) la existencia de la lucha de
clases, tal y como se muestra en estas dos citas. La primera cuando afirma que, “en general, en
las revoluciones, los individuos de las capas inferiores son derrotados por los individuos de las
capas superiores, porque estos poseen cualidades intelectuales útiles para librar batalla y están,
además desprovistos de los residuos que poseen precisamente los individuos de las capas
inferiores”. La segunda cuando sostiene que “las élites que forman las clases dirigentes
permanecerán siempre en el poder, son ellas las que han hecho y las que harán siempre la
historia”.
Por eso no es de sorprender que a este autor se le acredite como un teórico del fascismo, o en
términos más suaves, se le adjudique un pensamiento elitista, tal y como señala Sweezy (1974),
en la siguiente declaración: “el pensamiento “elitista” distrae inevitablemente la atención de los
problemas de la estructura y el proceso sociales y lleva a una búsqueda de causas externas para
los fenómenos sociales. Los elitistas puros como Pareto y sus seguidores adoptan francamente
este método y encuentran lo que buscaban en pretendidas cualidades naturales de sus élites”.
238
Marx, a 150 años de El Capital
Ahora bien, desde la perspectiva marxista, una de las definiciones más utilizadas del concepto de
clases sociales, es la de Lenin (1974). Las clases sociales son grandes grupos de hombres que se
diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente
determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción
(relaciones que las leyes refrendan y formulan en su mayor parte) y por el papel que desempeñan
en la organización social del trabajo y consiguientemente, por el modo y la proporción en que
perciben la parte de la riqueza social, de que disponen. Las clases son grupos humanos uno de los
cuales puede apropiarse del trabajo de otro por ocupar puestos diferentes en un régimen
determinado de economía social.”
Como se puede observar, en esta definición se plantea de manera muy clara que la existencia de
las clases sociales tiene sus bases en las condiciones económicas de cada uno de los individuos en
la sociedad, independientemente de la voluntad o los deseos que cada uno de ellos pudiera tener.
Y por condiciones económicas, no se está haciendo referencia al nivel de ingresos o posesión de
riquezas, sino más bien, al lugar que ocupan en el sistema económico. La pregunta que surge es
¿cómo se determina este lugar? Y para responderla, la mejor manera que encontramos es a partir
del análisis de la formación económico-social (FES) que Lange (1966) plantea.
Con la lectura del texto titulado economía política, se nos muestra el mapa ordenador nos
permitiremos analizar la forma en la que el ser humano despliega múltiples y variadas
actividades, que contribuyen a entender el fenómeno de las clases sociales. Y se propone
comenzar la jerarquización de las distintas actividades que realiza el hombre.
Bajo este esquema, abrimos la explicación con las actividades relacionadas con la producción, al
ser éstas las que transforman el entorno natural con la intención de darle una forma que sea capaz
de satisfacer las necesidades humanas. Dentro de las actividades de producción se encuentran las
de distribución, cambio y consumo, las cuales configuran el sistema económico, también
entendido como el conjunto de instituciones que regulan la actividad humana que gira entorno a
la producción y sus derivados. Un segundo grupo de actividades son las que buscan preservar o
transformar el sistema social, a las que denominamos sistema político o sistema de instituciones
políticas. Que a su vez contienen las formas u organismos sociales como el aparato estatal, los
partidos políticos, la policía y los sindicatos.
Un tercer grupo de actividades son las que giran en torno a la modificación o preservación del
sistema de formas de la conciencia social. Entendiendo por esta expresión, al conjunto de formas
de representación (correctas o no) de las realidades que enmarcan la vida humana, por ejemplo,
nociones sobre la naturaleza, sobre el ser humano y la sociedad. Asimismo, son actividades que
giran sobre las nociones de lo justo y lo injusto, de lo bueno y lo malo (moralmente hablando) y
sobre los bello y lo feo (por dar algunos ejemplos que refieren a los valores estéticos). De manera
sencilla, todas estas actividades que giran en torno del sistema de formas de conciencia social, las
denominamos instituciones culturales o sistema cultural.
Y los ejemplos más representativos los encontramos en las universidades (y los aparatos
escolares en general), en las iglesias, y demás grupos culturales. Estos tres sistemas mencionados,
son los que de manera conjunta conforman el sistema social, que se presenta en la Figura 1. Que
en términos elementales se puede ver como la suma del sistema económico, del sistema político y
del sistema ideológico-cultural. Es decir, como = + + .
239
Marx, a 150 años de El Capital
En esta figura también, se puede observar que el sistema económico forma parte del sistema
social y del modo de producción, por lo cual vale la pena detenerse a explicarlo. Se comenzará
por la actividad económica más relevante que integra al sistema económico: la producción. La
cual se presenta como una doble interacción de la sociedad: i) interacción de la sociedad (o
ciertos grupos sociales que son productores) con la naturaleza; y ii) la interacción de la sociedad
al interior del sistema económico. Esta doble interacción se denota con la categoría modo de
producción (F). Y tal como se puede ver en el diagrama, se integra por el sistema económico y el
sistema de fuerzas productivas (G).
Es decir:
= +
La idea gruesa que queremos dejar en claro a la hora de desglosar la formación económico-social
a partir de los elementos que constituyen el modo de producción y la súper estructura, para
explicar el fenómeno de las clases sociales desde sus bases es que, de acuerdo con los distintos
tipos de actividades que se despliegan en la vida social, las ideas, nociones y valores que se
presentan, asumen los modos más funcionales al tipo de actividad. Por ejemplo, se puede tener
una conciencia social que gira en torno a los procesos de producción (vg. nociones sobre el
trabajo agrícola, sobre el trabajo industrial, etc.), otra que refiere a las ideas y valores que regulan
u orientan las actividades políticas (vg. nociones sobre justicia, sobre el Estado, las formas de
gobierno, los partidos políticos, el uso de la violencia, etc.). Lo importante es que las diversas
partes o bloques que se distinguen al interior de la FES, no funcionan como compartimientos
estancos.
240
Marx, a 150 años de El Capital
En un sentido muy genérico, lo hasta aquí descrito puede ser clasificado como una relación o
interacción de tipo dialéctico, y lo que se ha señalado como rasgos constitutivos de la FES (o
“todo mayor”), también se aplica a totalidades de alcance algo menor, como es el caso del modo
de producción y también del sistema económico. Del mismo modo que también aplica para
analizar las relaciones sociales, vistas como un nexo entre dos posicione sociales en el que se
pueden distinguir los siguientes elementos: a) las posiciones sociales que entran en juego; y b) las
pautas de conducta que exige la posición social del caso. Es decir, lo que el sujeto (o persona)
que ocupa tal o cual posición debe ejecutar en términos de conducta y lo que debe esperar (en
términos de conducta) del sujeto que ocupa la otra posición polar. En la Figura 2, se presenta esta
explicación de manera más sencilla.
A B
Posición Posición
social A social B
B A
Dicho esto, si toda institución social opera como una multiplicidad de relaciones sociales que se
agrupan en torno al cumplimiento de determinadas funciones sociales básicas, podemos entender
que, en el caso del sistema económico, las relaciones a analizar son las funciones de producción y
sus derivados. Derivados entendidos como la distribución, el cambio y el consumo. Y que, en las
relaciones de producción directa se encuentra toda la red de relaciones que se pueden observar en
las unidades productivas. Por supuesto, sin dejar de lado que, en el espacio de la distribución las
relaciones que se presentan son las que refieren a los modos y las partes del producto total que se
les asignan a diversos grupos sociales (a los asalariados y a los capitalistas, a los campesinos y
terratenientes, por poner algunos ejemplos), en la esfera del cambio (que en el sistema capitalista
asume la forma de circulación) se encuentran las relaciones de intercambio (entre compradores y
241
Marx, a 150 años de El Capital
La idea a resaltar es que, si se sigue una lógica de articulación dialéctica, en los subsistemas que
se han distinguido, se presentan: i) relaciones de influencia mutua; y ii) relaciones de carácter
asimétrico (unos subsistemas tienen mayor poder de determinación que otros). Es por eso, que
aun cuando en el espacio de las relaciones de producción directa se puedan encontrar miles de
relaciones sociales, que, desde el punto de vista de la aprehensión teórica del fenómeno, pudiera
implicar un problema insalvable, en los hechos, esto no necesariamente ocurre. Ya que existen
relaciones que poseen una importancia marginal, prácticamente nula y por ende, si no se les toma
en cuenta, poco o nada se pierde. De la misma manera, existen relaciones que tienen una gran
importancia y que resultan no ser tantas. Estas relaciones al tener un alto poder de determinación
(i.e. gran poder causal), son los factores con cargo a los cuales se puede explicar perfectamente
bien el movimiento del fenómeno. Para el caso de las relaciones sociales que se ubican en el
espacio de las relaciones de producción directa, podemos identificar las siguientes relaciones de
mayor importancia: a) relaciones de propiedad; b) relaciones que giran en torno a la división
social del trabajo; y c) relaciones de clase.
El supuesto a manejar es claro: las relaciones de propiedad son las relaciones más decisivas en el
espacio de la producción directa; por ende, en el sistema económico. Luego, dadas las relaciones
que se han venido manejando, se supone que también son las relaciones más importantes de toda
la formación económico-social. Explicado esto, podemos entender a lo que se refería Marx
cuando decía que en las relaciones de propiedad reside el “secreto más recóndito” de cualquier
modo de producción. La siguiente cita extraída del tomo III de El Capital da cuenta de ello: “la
relación directa existente entre los propietarios de las condiciones de producción y los
productores directos -relación cuya forma corresponde siempre de un modo natural a una
determinada fase de desarrollo del tipo de trabajo y, por tanto, a su capacidad productiva social-
es la que nos revele el secreto más recóndito, la base oculta de toda la constitución social” (Marx,
1980) Figura 3.
242
Marx, a 150 años de El Capital
Para analizar una sociedad, Valenzuela (2012) sugiere, en primera instancia, distinguir dos
elementos: por un lado, el conjunto o “agregado” de individuos que la componen, y por el otro, el
agregado o conjunto de fuerzas productivas de que se dispone. Y que estas fuerzas productivas
(subjetivas y objetivas) constituyen el patrimonio de tal sociedad. A partir de esta distinción, la
pregunta que surge y que nos sirve de base para explicar el fenómeno de las clases sociales es:
¿cómo se distribuye tal patrimonio entre los diversos miembros del agregado social? En primer
lugar, tenemos que el patrimonio puede estar repartido o atribuido de modos muy diversos. Puede
ser un atributo privado, de grupos o individuos, y en este caso, es susceptible de una distribución
(atribución) diferencial. Y también puede ser un atributo colectivo o social, en donde la mayor
parte del patrimonio se atribuye de manera colectiva. Al observar los atributos patrimoniales (o
“propiedad” en su sentido más estrecho), se hace referencia a la relación de las personas con los
medios de producción. Pero dado que una parte de los individuos que componen una sociedad (la
mayoría), reaparecen como elementos de las fuerzas productivas; es decir, que asumen una doble
figura: la de miembros del agregado social y la de componente de las fuerzas productivas, deben
ser analizados como componentes de las fuerzas productivas y como objeto del poder
patrimonial1.
Sabiendo que el proceso de trabajo sólo puede tener lugar en y por medio de la sociedad, es que
el nexo entre los que detentan el poder patrimonial y los que ejecutan las tareas de producción,
resulta inevitablemente estructural, al operar en calidad de fundamento de todo el edificio social.
Y siguiendo con el planteamiento expuesto en la Figura 4, no se deja de lado los factores
ideológicos presentes en el funcionamiento del poder patrimonial. Para ello, vale la pena entender
que si bien, las relaciones de propiedad son relaciones económicas, para que éstas puedan existir
y reproducirse, requieren de determinadas relaciones ideológicas y políticas.
2005
2015
Población
Ocupada Población
42,079,136 Ocupada
50,611,332
Trabajadores Trabajadores
Independientes Subordinados Trabajadores Trabajadores
11,959,707 30,119,430 Independientes Subordinados
13,549,891 37,061,441
Trabajadores por No Subordinados y
Empleadores No
cuenta propia remunerados Remunerados
Empleadores
Trabajadores por Subordinados y
1,990,293 9,969,414 3,015,892 27,103,537 cuenta propia remunerados Remunerados
2,198,416 11,351,476 2,687,374 34,374,067
Con
percepciones no Asalariados Con
salariales percepciones no Asalariados
2,286,276 24,817,262 salariales
2,087,597 32,286,470
1
Para ejemplificar, la figura del esclavo, que es tanto parte del agregado de individuos que integran la sociedad
esclavista, como parte de las fuerzas productivas, al igual que cualquier buey o arado1. Y como tal, en cuanto a
miembro del agregado, se caracteriza por no disponer de ningún patrimonio, ni siquiera es dueño de su propia
persona. Es esclavo y no es libre. En cuanto elemento de las fuerzas productivas, es patrimonio no de él, sino que,
de la clase dominante esclavista, o sea, de otros miembros del agregado.
243
Marx, a 150 años de El Capital
Las cuales deben ser “adecuadas” con la sociedad que se plantea. Si no los son, se establece una
inadecuación o conflicto que a la larga debe ser superado. Y este “acomodo” o “adecuación” no
opera ajustando mecánicamente las esferas política e ideológica a la economía, sino que, implica
la necesidad de reacomodos mayores, los cuales operan siempre y cuando se respete la ley del
progreso histórico; es decir, sólo en el caso de que se trate de una estructura económica superior e
históricamente madura. Y adviértase que aquí nos manejamos con dos criterios: el primero, que
el sistema económico debe ser “superior”; es decir, que debe ser capaz de funcionar con un nivel
de productividad superior a los sistemas previos o vigentes.
Pasando ahora al análisis de los mecanismos de distribución del producto, para los teóricos
marxistas, analizar la apropiación del producto excedente significa analizar el aspecto más
relevante de los grandes conflictos sociales: la explotación. Si se analiza la explotación al modo
de producción capitalista, encontramos una de las grandes aportaciones teóricas de Marx, el
análisis de la plusvalía. La cual se describe a continuación.
Primero, Marx comienza analizando el precio de la mercancía que el obrero produce dentro del
modo de producción capitalista, y lo divide en: a) la parte que sirve para reponer los gastos de
compra de las materias primas y el desgaste de la máquina y herramientas de trabajo utilizados en
la producción de dicha mercancía, adelantados por el capitalista; b) la reposición de los salarios
adelantados; c) la plusvalía, entendida como el remanente que queda después de saldar los incisos
a) y b) lo que significa que tanto los salarios, como el excedente, son productos del trabajo
realizado por el obrero. Las premisas que hay detrás de este planteamiento son las siguientes: i) el
valor de una mercancía, más que ser una propiedad natural, es una función social.
La explicación corre por el lado de que el trabajo social incorporado a la mercancía va a ser la
sustancia social a todas las mercancías. Aquí se debe hacer hincapié en el concepto de trabajo
social, ya que: “el que produce un objeto para su uso personal y directo, para consumirlo, crea un
producto, pero no una mercancía. Como productor que se mantiene a sí mismo no tiene nada que
ver con la sociedad. Pero para producir una mercancía, no sólo tiene que crear un artículo que
satisfaga una necesidad social cualquiera, sino que su mismo trabajo ha de representar una parte
integrante de la suma global de trabajo invertido por la sociedad” (Marx, 1973).
En este sentido, la mercancía tiene valor por el trabajo social contenido el ella, por eso; a mayor
cantidad de trabajo social (cantidad de trabajo necesario), mayor valor y viceversa. ii) el capital y
el trabajo asalariado se deben entender como dos aspectos de una misma relación, esto significa
que la clase capitalista no puede existir sin la clase obrera y viceversa. En trabajo asalariado y
capital, Marx y Engels (1973) lo exponen de la siguiente manera: “el capital sólo puede aumentar
cambiándose por fuerza de trabajo, engendrado en el trabajo asalariado. Y la fuerza de trabajo del
obrero asalariado sólo puede cambiarse por capital acrecentándolo, fortaleciendo la potencia de
que es esclava”.
244
Marx, a 150 años de El Capital
Segundo, el desarrollo de estas premisas nos lleva a concluir lo siguiente: 1) que si bien, el valor
de una mercancía está determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario incorporado
en ella, lo que la mercancía cuesta al capitalista y lo que en realidad cuesta, son dos cosas
distintas. Ya que una parte de la cantidad de trabajo incorporado a la mercancía, se materializa en
un valor (por el que se abonó un equivalente en la forma de salarios), pero existe otra parte que,
aunque también se materializa en valor, no se paga (plusvalía). En palabras de Marx tenemos
que: “una parte del trabajo encerrado en la mercancía es trabajo retribuido otra parte, trabajo no
retribuido.
Por tanto, cuando el capitalista vende la mercancía por su valor, es decir, como cristalización de
la cantidad total del trabajo invertido en ella, tiene necesariamente que venderla como ganancia”
(Marx y Engels, 1973); y 2) En la producción de mercancías, los valores de uso pasan a segundo
lugar, pues lo que realmente le interesa al capitalista es el valor de cambio soportado por estos
valores de uso. En razón de esto, lo que le interesa al capitalista es producir una mercancía cuyo
valor de cambio le permita no sólo reponer sus gastos iniciales (su inversión), sino que además lo
rebase.
Marx lo explica de la siguiente manera: “no le basta con producir un valor de uso; no, él quiere
producir una mercancía no sólo un valor de uso, sino un valor; y tampoco se contenta con un
valor puro y simple, sino que aspira a una plusvalía, a un valor mayor” (Marx y Engels, 1973); y
3) existen dos formas principales de aumentar la plusvalía que produce el obrero para el
capitalista: la plusvalía absoluta y la plusvalía relativa. La primera va a estar en función de la
jornada de trabajo: “cuanto más consiga el capital alargar la jornada de trabajo, mayor será la
cantidad de trabajo ajeno que se apropiará” (Marx y Engels, 1973).
Redondeando: el análisis del modo de producción de una sociedad supone la existencia de dos
grupos sociales antagónicos: los explotados y los explotadores. El origen de este antagonismo
responde al lugar que cada uno de ellos ocupa en la estructura económica, determinado a su vez,
por la relación de propiedad (o no propiedad) con respecto a los medios de producción, ya que
esta condición explica la forma en la que se distribuye el producto que se genere en la sociedad.
Dicho esto, resulta más sencillo entender por qué en el sistema capitalista las dos principales
clases en conflicto son la clase burguesa y la clase obrera. Y las causas de este conflicto radican
en: a) la relación que cada una de las clases guarda con los medios de producción; b) la
generación del excedente por parte de la clase obrera y la apropiación que la clase capitalista
realiza de dicho excedente; y c) la oposición de intereses entre ambas clases a raíz de las
condiciones de explotación.
Esto nos lleva a reafirmar que: las clases sociales no deben ser identificadas ni con la posición
funcional en la división del trabajo, ni con los niveles de ingreso que presente, sino con la
245
Marx, a 150 años de El Capital
relación con los medios de producción y con la generación y apropiación de plusvalía. Para poner
un ejemplo, puede darse el caso de que dos personas que tengan el mismo nivel de ingreso y la
misma ocupación (que ambos sean cafeticultores), pero que cada una pertenezca a una clase
social distinta. La pregunta que surge ¿cómo es esto posible? Y la respuesta la encontramos en su
relación con los medios de producción: uno puede ser empleado de una empresa cafetalera y por
ende, el excedente que genera sea apropiado por su empleador; y el otro puede ser propietario de
sus cafetales y tenga una pequeña empacadora, y no ceda su excedente a nadie.
La explicación a esta situación radica en las relaciones salariales. Recordemos que uno de los
rasgos característicos del sistema capitalista es el hecho de que la fuerza de trabajo adquiere la
condición de mercancía, y que el trabajo que se realiza por parte de esta mercancía, tiene por
objeto la producción de valores de cambio (expresados en dinero), no en sí los valores de uso que
permiten satisfacer las necesidades humanas. Como resultado de esto, se genera una afectación
(negativa) en la relación hombre-naturaleza, que a su vez se expresa también en una relación
antagónica entre trabajo asalariado y capital.
En El Capital, Marx hace hincapié en este punto, cuando a señala que: “para convertir el dinero
en capital, el poseedor de dinero tiene, pues, que encontrarse en el mercado, entre las mercancías,
con el obrero libre, libre en un doble sentido, pues de una parte ha de poder disponer libremente
de su fuerza de trabajo como de su propia mercancías y de otra parte, no ha de tener otras
mercancías que ofrecer en venta: ha de hallarse, pues, suelto, escolero y libre de todos los objetos
necesarios para poder realizar por cuenta propia su fuerza de trabajo (Marx, 1980).
Ahora bien, del hecho de que exista una clase que compra fuerza de trabajo con el fin de obtener
una ganancia (la clase capitalista) y otra que se vea en la necesidad de vender su fuerza de trabajo
para obtener el sustento que le permita vivir (la clase obrera), se desprenden las siguientes
consideraciones: i) cuando la clase capitalista compra la mercancía fuerza de trabajo, adquiere
como cualquier otro comprador, el derecho a consumir o usar la mercancía adquirida y por lo
tanto, adquiere el derecho a servirse de ella o hacerla trabajar durante el tiempo que se estipuló a
la hora de hacer la compra; ii) como el obrero vende su fuerza de trabajo al capitalista, todo el
valor, es decir, todo el producto que genera en el proceso productivo, pasa a pertenecer al
capitalista; y iii) este intercambio entre el capital y el trabajo, que es la base del sistema de trabajo
asalariado, tiende incesantemente que conducir a la reproducción del obrero como obrero y al
capitalista como capitalista.
Bajo esta lógica, el trabajo asalariado se presenta como un elemento central en el análisis de la
sociedad burguesa; como “la organización burguesa del trabajo, sin la cual no hay capital, ni
burguesía, ni sociedad burguesa” (Marx, 1973). Es por eso que el análisis del capital y el análisis
del trabajo asalariado, deben ser entendidos como dos aspectos de una misma relación dentro del
sistema capitalista. A razón de que el obrero, al estar desposeído de los medios de producción,
tiene como única fuente de ingresos la venta de su fuerza de trabajo; condición que lo obliga a
relacionarse con los capitalistas (clase compradora de la mercancía fuerza de trabajo).
Y por su parte, los capitalistas sin la compra de la fuerza de trabajo no pueden reproducirse como
clase, porque el capital perece si no explota la fuerza de trabajo, y para explotarla, tiene que
comprarla. Es por eso que, para Marx, “la existencia de una clase que no posee nada más que su
capacidad de trabajo es una premisa necesaria para que exista capital” (Marx, 1973). Ahora bien,
246
Marx, a 150 años de El Capital
para que la relación entre el capitalista y el obrero se mantenga, es necesario: a) Que el obrero
sólo venda su fuerza de trabajo por cierto tiempo “pues si la vende en bloque y para siempre, lo
que hace es venderse a sí mismo, convertirse de libre en esclavo” (Marx, 1980); y b) Para que el
capitalista encuentre en el mercado la mercancía fuerza de trabajo, es necesario que el trabajador,
poseedor de la fuerza de trabajo, se encuentre obligado a vender esta fuerza “para poder vender
mercancías distintas de su fuerza de trabajo, el hombre necesita poseer, evidentemente, medios de
producción, materias primas, instrumentos de trabajo, etc.” (Marx, 1980).
Tener muy clara la importancia de la relación trabajo asalariado dentro del sistema capitalista,
nos ayuda a evitar caer en imprecisiones a la hora de definir las clases sociales, y más aún, las
fracciones al interior de las clases sociales. Por ejemplo, ahora es más sencillo ver por qué no se
debe utilizar la cantidad de ingresos como variable para identificar a las distintas clases sociales,
sino más bien al tipo de ingresos, ya sea, salarios, ganancias o rentas. Pues, el salario es un tipo
de ingreso muy distinto a la ganancia, y entender esta diferencia, resulta elemental para evitar
caer en el error de no encontrar diferencia entre altos salarios y las ganancias. Es decir, la
diferencia entre las personas que trabajan para otros, y derivados de esta labor, reciben su salario,
y las personas que se hacen de su ingreso a través de la apropiación de lo trabajado por otros.
Para el rasgo iii) que refiere a la ejecución de las tareas de producción, la aproximación se hará
por el lado de la variable trabajadores asalariados por grupo de ocupación y se contabilizarán a
los que desempeñan sus labores en el sector agrícola, conformado por los trabajadores en
actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas y de caza y pesca, los que las desempeñan en el sector
de la industria, conformado por los trabajadores industriales, artesanos y ayudantes; y los que las
desempeñan el sector del transporte, conformado por los conductores y ayudantes de conductores
de maquinaria móvil y medios de transporte2. Del rasgo iii) se desprenden los rasgos iv) y v), ya
que estos trabajadores no sólo son los que generan del excedente, sino que, además no se
apropian del mismo.
Los resultados obtenidos son los siguientes: en el año 2005 el total de Trabajadores asalariados
en el país sumaron un total de 24 817 262 personas, representando 58.98% del total de la
población ocupada y 24% de la población mexicana. Para el año 2015, el dato aumentó a 32 286
470 personas, lo que equivale a 64.04% del total de la población ocupada y 27% de la población
2
Se excluyen los trabajadores que en los siguientes grupos de ocupación: profesionistas, técnicos y trabajadores del
arte, trabajadores de la educación, funcionarios y directivos de los sectores públicos, privados y sociales, oficinistas,
comerciantes, trabajadores en servicios personales, trabajadores en servicios de protección y vigilancia y fuerzas
armadas y otros trabajadores con ocupaciones insuficientemente especificadas.
247
Marx, a 150 años de El Capital
en el país. Como se puede observar en estos diez años de estudio, el crecimiento promedio anual
del número de trabajadores asalariados fue 2.7%. Pero no todos estos trabajadores asalariados
realizan tareas de producción, por ejemplo, hay quienes desempeñan labores de vigilancia, de
servicios personales o de dirección de financiera, y por ello, no entran dentro de la categoría clase
obrera.
Para aproximarnos al número de trabajadores asalariados productivos, y con ello cubrir el rasgo
iii) que refiere a la ejecución de tareas de producción, que define nuestro objeto de estudio, se
hizo una clasificación de los trabajadores asalariados por grupo de ocupación. Los datos son los
siguientes: en el año 2005 el número de los que podríamos llamar obreros en el país fue de 11
218 743. De los cuales, 68.3% se ubicó en la categoría trabajadores industriales, artesanos y
ayudantes, con cerca de 7 661 167 personas, 18% correspondió a trabajadores en actividades
agrícolas, ganaderas, silvícolas y de caza y pesca, con poco más de 2 21l 000 y 13.7% lo
representaron conductores y ayudantes de conductores de maquinaria móvil y medios de
transporte.
Para 2015 el número de trabajadores pertenecientes a la clase obrera aumenta a 14 030 263. Y
aunque la estructura se mantiene, los porcentajes cambian: los trabajadores industriales, artesanos
y ayudantes pasan a representar 65.5% con poco más de 9 201 000 miembros, los trabajadores en
actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas y de caza y pesca pasan a representar 19.3%, con
poco más de 2 708 850 miembros y los conductores y ayudantes de conductores de maquinaria
móvil y medios de transporte aumentan a 15.1% con cerca de 2 120 299.
Consideraciones finales
El desarrollo de este trabajo tuvo como propósito exponer grosso modo la estructura teórica
marxistas que nos permite hacer un primer acercamiento a la comprensión de un tema tan
complejo como son las clases sociales. El camino que elegimos para esta exposición fue
comenzar con la localización del fenómeno de las clases sociales dentro de la formación
económico- social (FES). Se analizó la conexión de las clases sociales con las manifestaciones
que se expresan en todos los ámbitos de la vida social, lo que nos permitió comprender que: 1)
aun cuando exista una notable interdependencia entre las relaciones sociales que se desarrollan
dentro de la FES, no todas ellas van a tener el mismo impacto en el funcionamiento de las
sociedades; habrá relaciones más importantes que otras; 2) dentro del sistema económico, las
relaciones de producción son las que van a dominar por encima de las relaciones de distribución,
cambio y consumo, aun cuando en las últimas tres relaciones la manifestación del fenómeno de
las clases sociales pueda resultar más visible. Recordemos que es importante no confundir la
esencia del fenómeno de las clases sociales con sus manifestaciones; 3) la base de las relaciones
de producción se encuentra en las relaciones de propiedad, específicamente de la propiedad de los
medios de producción. Y es aquí en donde se va a ubicar la esencia del fenómeno de las clases
sociales. Porque es aquí en donde se engendra el fenómeno de la explotación; y 4) en el modo de
producción capitalista, las dos principales clases sociales son la clase capitalista y la clase obrera.
Y en un ejercicio de aproximación, esta última contabilizó en el año 2015 cerca de 14 millones
30 263 trabajadores miembros, más de 2 800 000 que diez años antes.
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Marx, a 150 años de El Capital
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Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
El 150 aniversario de la aparición del primer tomo de El Capital, uno de los escritos de Marx más
importantes, es un acontecimiento sumamente provocador. Nos invita a reflexionar en torno a la
vigencia de sus categorías, de su vitalidad, para comprender de manera crítica la realidad de la
economía capitalista mundial, de valorar su potencialidad y resignificarlas en relación a la
realidad histórica de ayer y hoy. El objetivo de esta ponencia, es mostrar esa vigencia, ubicando
algunas de las categorías desarrolladas por Marx en El Capital, tanto en la manera en que se ha
ido desentrañando su propia exposición- publicación- interpretación, como en la forma en que
hoy se observa su potencialidad y limitaciones, a la luz de la evolución de la realidad histórica del
capitalismo. Se esbozan líneas generales de trabajo que, con sustento en la crítica de la economía
política y en particular en El Capital, son elementos centrales no sólo para interpretar el mundo y
la realidad contemporánea sino también son sustanciales para contribuir en su trasformación. Se
aborda en primer lugar el contexto reciente en el que se da este aniversario, en el que se ha
planteado ya el “retorno de Marx”, a continuación se exponen tres cuestiones que nos obligan a
recuperar y desarrollar críticamente las categorías de Marx: una visión de la economía mundial y
su actual reconfiguración, una revisión a las causas del estancamiento de la economía actual y lo
que sucede hoy con trabajo como fuente de extracción de plusvalor y un llamado a considerar la
importancia de la reproducción de la fuerza de trabajo y el trabajo de reproducción en la
acumulación de capital.
Introducción
Los escritos de Marx han sido una de las aportaciones más importantes de los últimos dos cientos
años para comprender la sociedad burguesa, si bien su obra es vasta, la invitación que se nos hace
a partir de la aparición del primer tomo de El Capital, uno de sus textos más importantes, es
sumamente provocadora. A nuestro entender, de lo que se trata es de reflexionar en torno a la
vigencia de sus categorías, de su vitalidad, para comprender de manera crítica la realidad de la
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Marx, a 150 años de El Capital
En este sentido el objetivo de esta ponencia, fue proponer una forma de mostrar esa vigencia,
ubicando algunas de las categorías desarrolladas por Marx en El Capital tanto en la manera en
que se ha ido desentrañando su propia exposición- publicación- interpretación, como en la forma
en que hoy se observa su potencialidad y limitaciones, a la luz de la evolución de la realidad
histórica del capitalismo como de su estudio.
Es así que se esbozan algunas líneas generales de trabajo que, con sustento en la crítica de la
economía política y en particular en El Capital, son en nuestra opinión elementos centrales no
sólo para interpretar el mundo y la realidad contemporánea sino sustanciales para contribuir en su
trasformación. Abordamos primeramente el contexto en el que se da este Aniversario, en el que
se ha planteado ya el “retorno de Marx”, a continuación se exponen tres cuestiones que nos
obligan a recuperar y desarrollar críticamente las categorías de Marx: una visión de la economía
mundial y su actual reconfiguración, una revisión a las causas del estancamiento de la economía
actual y lo que sucede hoy con el trabajo como fuente de extracción de plusvalor, y un llamado a
considerar la importancia de la reproducción de la fuerza de trabajo y el trabajo de reproducción
en la acumulación de capital.
A pesar de que Karl Marx ha sido el hombre que más ha impactado en la vida social de la
humanidad y en diversas ciencias sociales, y de que su pensamiento estimuló importantes
transformaciones en los ámbitos, económicos, sociológicos, políticos, filosóficos e ideológicos en
gran parte del mundo, también ha sido uno de los pensadores más atacados por sus oponentes.
Sin duda, el esfuerzo del pensamiento dominante al servicio de los intereses del capital por
relegar la obra de Karl Marx -y de muchos de sus más significativos partidarios- encontró entre
1989 y 1991, con la “caída del Muro de Berlín” y la desintegración de la URSS, el momento
culminante de su ominoso propósito. En efecto, a partir de ese momento y de manera apresurada
se le ubicó en una suerte de tacho para lo que el pensamiento único considera los residuos de la
historia.
Sin embargo, ante las propias contradicciones que genera el accionar de la sociedad burguesa,
desde las mismas postrimerías del siglo XX y los albores del presente, el vigor y la consistencia
de su pensamiento, que fue capaz de superar las alienaciones que caracterizan a las
interpretaciones del mundo y la vida social tanto previas como posteriores a su obra, hizo que
Marx volviera a ser tomado en cuenta en determinados ámbitos académicos e intelectuales en los
más diversos espacios del planeta. En ese sentido, desde entonces podemos gritar ¡Marx ha
vuelto! (Bensaïd, 2009) sin sonar necesariamente anacrónicos.
Ese nuevo interés en el análisis marxiano con fundamentación crítica de la sociedad articulada
por la relación de subordinación capital/trabajo y por la explotación del trabajo vivo, que de
manera inicial se viera favorecido por encontrase finalmente liberado de la suerte de “papel de
instrumentum regni que le fue asignado en la Unión Soviética y de las ataduras del ‘marxismo-
leninismo’” ortodoxo (Musto, 2005) propio de las burocracias de los países del mal llamado
“socialismo realmente existente”, se potenció no sólo con el gran acontecimiento editorial, que
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Marx, a 150 años de El Capital
conlleva el nuevo esfuerzo iniciado en 1998, para lograr una publicación crítica de las obras
completas de Marx y Engels (MEGA), sino que también, ese renovado interés se vio fuertemente
acicateado con la irrupción de la más reciente crisis financiera, que teniendo como epicentro a la
economía estadounidense y que, de manera automática y con implicaciones inimaginables, se
propagará al conjunto de la economía mundial, tanto en términos espaciales como en el ámbito
productivo.
Por lo que toca al reciente proyecto MEGA, habría que señalar que éste por fin hace justicia a la
vasta y variada producción teórica de quienes ofrecieron una visión radicalmente distinta del
mundo y de la vida social, y en particular al propio Marx. La nueva edición crítica del proyecto
MEGA, ayudará a superar las perspectivas limitadas, y hasta erróneas, que reivindicando el
pensamiento marxiano se proponen una lectura de la actual sociedad burguesa, pero que se
fundamentan en nociones parciales que se elaboran descontextualizando el conjunto de la
producción teórica de Marx y Engels.
Un balance, preliminar del reciente proyecto MEGA se hizo en 2004 en un coloquio internacional
realizado en Nápoles, Italia titulado tras las huellas de un fantasma. La obra de Karl Marx, entre
la filología y la filosofía. A pesar del tiempo trascurrido desde entonces hasta ahora y de que el
propio proyecto MEGA ha seguido avanzando, en la introducción a la publicación que recoge
parte de los trabajos discutidos en ese coloquio, y después de presentar un panorama del derrotero
de la difusión y reconstrucción de un pensamiento en base a la selección de originales de textos
inéditos e inacabados y de las consecuencias teóricas que de ello devinieron.
Musto (2005), plantea que en realidad nos encontramos ante un importante hecho “el originario
carácter inacabado del gran trabajo crítico de Marx fue sometido a las presiones de la
sistematización de los epígonos, que produjeron, inexorablemente, la deformación de su
pensamiento hasta borrarlo y anularlo y convertirlo en su negación manifiesta” (Musto, 2005).
Ese panorama lejos de constituir una clausura para el pensamiento marxista y sobre la base de su
consideración de que la sociedad burguesa, la explotación del trabajo vivo y su régimen de
propiedad privada no son para nada intrínsecos a la naturaleza humana, nos obliga, a quienes
estamos comprometidos con la construcción de opciones de futuro, a emplear siempre con un
sentido renovado su pensamiento, pues de lo contrario estaremos condenados a carecer de un
sentido crítico.
Por lo que corresponde a la profunda crisis económica de la sociedad burguesa, que como ya
dijimos tuvo en la última crisis financiera su manifestación más reciente, habría que señalar que
precisamente estamos cumpliendo diez años de que la burbuja inmobiliaria estadounidense se
colapsara generando con ello una crisis económica mundial de gran trascendencia. Así, a los
dieciocho meses de ese acontecimiento, la caída y trastrocamiento de la actividad productiva, y
en particular la industrial, nos hizo recordar la gran depresión de 1929; sin embargo, la crisis
reciente se acompaña de una suerte de fenomenología novedosa y compleja que demanda
esfuerzos de caracterización y análisis que nos conduzcan a una correcta comprensión de sus
causas, de su naturaleza y de la profundidad de misma; es decir, estamos ante un fenómeno que
requiere esfuerzos teóricos que vayan más allá de las explicaciones simples y mono causales
debido a su multicausalidad Guillén (2015), pero que ponga énfasis en la tendencia histórica de la
252
Marx, a 150 años de El Capital
Es necesario pues, entender cómo es que si bien ahora es posible decir que desde el punto de vista
del nivel de la producción la recuperación ya se ha dado, alcanzando los niveles que se tenían en
2006 prácticamente en el conjunto de la economía mundial, aunque todavía muy por debajo del
crecimiento potencial. Pero en el empleo, los impactos de la crisis siguen presentes, en los
lugares en donde ha habido una recuperación de este es solo a través de empleos precarios. En
términos de la productividad del trabajo los estudios de los organismos internacionales
hegemónicos (OCDE y FMI) evidencian en que en este terreno aún hay problemas serios. En
síntesis, la crisis ha hecho evidentes problemas serios para la acumulación capitalista, que no de
riqueza o de capital pues la desigual crece como nunca antes, sino como la reproducción de la
relación capital/trabajo sustento de la valorización del capital y reproductor de la vida social en la
sociedad capitalista.
En este contexto, en el que ¡Marx ha vuelto! también asistimos a la conmemoración de los ciento
cincuenta años de que el primer tomo de El Capital vio la luz. Fue precisamente en septiembre de
1867 cuando finalmente -y después de varias modificaciones en su plan original, unas en función
de nuevos conocimientos y en la búsqueda de lo que, en opinión de su autor, era la mejor forma
de exponer sus conclusiones y otras, determinadas por las difíciles condiciones de vida y de
militancia política- Marx publica su obra en la que describe magistralmente como se desenvuelve
«el proceso de producción del capital» y revelar un primer grupo de las contradicciones que
genera la economía capitalista, contradicciones que conducen a crisis recurrentes.
La economía mundial
253
Marx, a 150 años de El Capital
La categoría economía mundial capitalista, y con base en el propio concepto modo de producción
capitalista, parte de la consideración de que éste tiene un funcionamiento sistémico y de alcance
mundial. Esta categoría debe reflejar el funcionamiento del modo de producción capitalista a
escala planetaria, lo cual incluye la propia manifestación de las crisis recurrentes a través de los
distintos ciclos que sigue la acumulación de capital, como el Juglar, los ciclos largos y los ciclos
sistémicos.
Cuando Marx se planteó estudiar la sociedad capitalista la realidad concreta con la que se topó de
manera directa fue el mercado mundial capitalista. A este, lo concebía como algo distinto al
comercio exterior, de ahí que en el plan original de su obra cada uno sería abordado en diferentes
libros (Rosdolky, 1968). Para Marx, el mercado mundial capitalista se manifestó como una visión
caótica de diversos fenómenos (países, monedas, comercio, exportaciones, importaciones, etc.)
que conforman la realidad concreta con una configuración históricamente particular.
Al aplicar su método, llegó a la mercancía, pero ésta existe sólo gracias al trabajo y éste es acción
transformadora dentro del proceso de producción. Así, analizó el papel del trabajo en distintas
formas particulares de producción de tal forma que pudo elaborar una generalización sobre ella,
misma que le permitió poner al descubierto la especificidad de la producción en cada momento
histórico.
echando raíces, el resultado que esto tuvo sobre esas sociedades fue la creación de condiciones
totalmente nuevas.
Si bien es cierto, que la producción de mercancías se efectúa en espacios físicos y sociales bien
determinados; es decir, en esferas nacionales de producción y valorización específicas -
comúnmente llamadas economías nacionales- la propia competencia hace que la producción de
mercancías rebase las fronteras nacionales con lo que, la producción de mercancías se hace
universalmente dando lugar a una economía mundial capitalista.
En Marx ya se encuentra un tratamiento, a veces amplio a veces limitado -aunque suficiente para
poder inferir- de varias cuestiones que indudablemente apuntan en el sentido de apoyar la
construcción de la categoría economía mundial capitalista. A partir de esos tratamientos es
posible establecer que: la contradicción fundamental de las relaciones sociales de producción e
intercambio es la referida a la relación de subordinación capital-trabajo, la producción del
excedente económico adquiere la forma de plusvalor, el cual además de ser producido
socialmente y apropiado de manera privada, genera entre los capitalistas una incesante lucha por
la apropiación de una tajada cada vez mayor del valor producido por el trabajo; al desarrollarse la
producción capitalista mundial en el marco de los estados nacionales, la exacerbación de las
contradicciones capital- trabajo expresadas en la lucha de clases, está mediada por cada uno de
los estados nacionales y que la estructura de lo social de cada una de las esferas nacionales forma
parte de la estructura de la economía mundial capitalista, no como una simple suma sino
atravesadas por características comunes, tales como la lucha por el beneficio, la acumulación, la
mercantilización y la lucha de clases, con expresión diferenciada en cada uno de los ámbitos de la
vida social.
Ahora bien, e independientemente de lo que caracteriza, de lo que da cuenta y refleja, no hay que
perder de vista que la economía mundial capitalista es sólo una categoría sumamente abstracta,
pues lo que se hace visible es un conjunto de países, de ramas industriales y de monedas que se
vinculan entre sí con exportaciones e importaciones. Si bien es cierto, que la categoría propuesta
reproduce lo concreto real en el pensamiento, es necesario que en torno a ella se construyan las
mediaciones necesarias para poder transitar hacia lo concreto, lo fenoménico, lo complejo y lo
particular.
La expresión concreta es el mercado mundial capitalista. Este, es una categoría con un nivel de
abstracción de realidad distinto, es el espacio físico, social y temporal en el que encuentran
manifestación la dinámica, las contradicciones, las determinaciones, las mediaciones y las leyes
que determinan el funcionamiento de la economía mundial capitalista; es pues, el mercado
mundial capitalista la totalidad concreta. El mercado mundial capitalista constituye la realidad
fenoménica en la que se expresa la esencia, aunque a la vez es también la que la oculta. No habría
que olvidar que la esencia se puede manifestar en su contrario. Así, mientras el rasgo
255
Marx, a 150 años de El Capital
A raíz de esa contradicción, se genera otra relacionada a la forma particular en la que se presenta
el mercado mundial capitalista. La universalidad de la producción hace que la fuerza de trabajo y
el dinero, dos categorías fundamentales para el funcionamiento del capitalismo, se relacionen
independientemente de la existencia de las esferas nacionales de valorización; sin embargo,
actúan en el marco de ellas y sus respectivos acotamientos limítrofes y legales se constituyen,
sobre todo en el caso de la fuerza de trabajo, en un freno para su movilidad universal. Así, las
fronteras nacionales y los marcos jurídicos, en tanto contenedores y mediadores de la relación de
subordinación entre estas dos mercancías, son la condición necesaria para la existencia y
reproducción del capital.
Los espacios nacionales de valorización son el lugar particular de expresión de las leyes y
categorías que rigen el funcionamiento de la economía mundial capitalista; son los distintos
países del mundo conformando el mercado mundial capitalista en un sistema que no es la simple
suma de las partes. Es un sistema, en donde la concatenación de las leyes generales y las
categorías permiten ver a las partes explicando el todo y el todo incidiendo sobre las partes;
dialéctica en movimiento y forma compleja de expresión debido a la “síntesis de múltiples
expresiones”. Así, el análisis de los distintos procesos de la economía mundial capitalista no
puede realizarse a partir sólo de los espacios nacionales de valorización y sí a través de la
dialéctica entre el todo y las partes.
A partir de la crisis mundial de 2008, se han ido desarrollando diversas discusiones sobre las
causas que le dieron origen y que posteriormente, con preocupación, definieron una lenta
recuperación, misma que fue caracterizada en algunos casos como un periodo de
“estancamiento”, en este contexto, se identificó que un problema central era el funcionamiento
productivo, en específico se ha hablado del deterioro del producto potencial, de la dificultad para
elevar la productividad (FMI, 2016).
Los estudios emanados de los organismos internacionales, basados en las teorías económicas
dominantes, han sido útiles para elaborar e impulsar un conjunto de políticas que buscan resolver
tales dificultades, desde la perspectiva de la reproducción del capital; es decir, buscando
garantizar los procesos de acumulación y de explotación de la fuerza de trabajo. En este contexto,
destacamos dos de las estrategias que se han impulsado: la flexibilidad del trabajo y el cambio
técnico.
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Marx, a 150 años de El Capital
Por otro lado, en los diagnósticos mencionados se señala como una causa del lento crecimiento
del producto potencial el agotamiento del impacto de las TICs, añadiendo que estas tuvieron una
difusión parcial a nivel de los procesos productivos, además de que se ha reorientado la inversión
hacia sectores de baja productividad (servicios, construcción). En este contexto, las
recomendaciones son las de elevar la inversión en tecnologías emergentes, expandir las cadenas
de valor mundiales, reorientación hacia los sectores de mayor productividad.
Finalmente, a partir de enero de 2016, se presentó como una solución viable, de largo plazo y de
amplio impacto la denominada “Cuarta Revolución Industrial”, que estaría sustentada en los
acelerados desarrollos tecnocientíficos y en la fusión de diversas tecnologías de punta (bio, nano,
inteligencia artificial, computación cuántica, etc.), teniendo como eje articulador el concepto
“Industria 4.0”, que implican la automatización, computarización y robotización de los procesos
productivos y de gestión organizacional (WEF, 2016).
Uno de los aspectos más difundidos de la “Cuarta Revolución Industrial” ha sido el impacto
sobre el empleo, en el que se han señalado cuando menos los siguientes elementos: primero,
afectará a una gran cantidad empleos, en el caso de los EE. UU se habló de que 47% de ellos
estarían amenazados por la automatización y de 5.1 millones de puestos de trabajo para un total
de quince economías; segundo, la modificación de los conocimientos y calificaciones requeridos
para desempeñar los puestos de trabajo, tercero, la reubicación de puestos laborales a nivel
mundial; ampliación del empleo independiente y subcontratado Frey y Osborne (2013); OECD,
(2016).
La situación presentada solo puede ser comprendida a partir de los fundamentos mismos del
capitalismo: el cuestionamiento del comportamiento de la productividad y sus determinantes en
la economía mundial contemporánea coloca en el centro del debate las estrategias de la
extracción del excedente y su apropiación y distribución, se trata de que el capital es una relación
social y no una cosa (Marx, 1867 y 1849), es una relación social de explotación, misma que
busca incrementarse de manera permanente, es decir acumularse.
Habrá que recordar que las categorías y su lógica de funcionamiento son descubiertas por Marx
desde fines de la década de los cuarenta del siglo XIX, siendo plenamente desarrolladas en El
Capital. De manera puntual, lo que plantea la actual situación del capitalismo mundial la
podemos expresar así: cuando se habla de elevar la productividad, las visiones dominantes se
refieren a que el crecimiento del valor generado por los “factores de producción” es cada vez
menor, por lo que se recomienda que se modifiquen sus elementos centrales: trabajo y capital. En
primer lugar, aparece aquí una cuestión que es fundamental, ¿Quién genera valor? ¿Quién puede
generar la riqueza social?
257
Marx, a 150 años de El Capital
La cuestión central es que el trabajo en Marx es una cualidad humana, se trata del resultado de un
largo proceso en la que se conforma una especie (la denominada hominización), es la unidad de
la acción-imaginación, de la transformación y apropiación de la naturaleza, pero condicionada
por una representación y planeación, de una acción concebida previamente y ejecutada. Pero esta
acción, se convierte a su vez en condición del ser humano, pues en este acto también se
constituye, se constituye su propio ser, esto no solo en la cuestión material, biológica, sino
también en su arista subjetiva, simbólica. El trabajo es para Marx praxis, es unidad de imaginar-
ejecutar.
De esta manera, Marx demuestra como en esa diferencia entre trabajo y fuerza de trabajo se
encuentra develada la creación de plusvalía, como es que el proceso de producción se convierte
en una dualidad: generación de satisfactores de las necesidades sociales y generación de valor
para la acumulación de capital, proceso de trabajo y proceso de valorización. Pero, al igual que en
la categoría mercancía, estos dos procesos no son ni equivalentes ni equitativos socialmente, si
bien toda sociedad requiere la producción de satisfactores de sus necesidades, es decir llevar a
cabo los procesos de trabajo que produzcan valores de uso, estos se ven subordinados, a la
producción de valor, se trata de que el proceso de valorización condiciona al mismo proceso de
trabajo. La generación de plusvalía es la esencia del capitalismo.
El largo proceso histórico en el cual se logra esta enajenación, es sintetizado por Marx en las
secciones tercera y cuarta, en las cuales muestra cómo se han transformado las condiciones de
producción, como a partir de la existencia de una fuerza de trabajo despojada de sus medios de
vida, de producción, se le somete como asalariado en los procesos de trabajo, y como estos son
modificados para elevar la explotación, la plusvalía.
El propio desarrollo del capitalismo va generando formas y relaciones que transforman sus
formas de existencia, y sus vínculos de dominio con otras relaciones, las subsume, es decir logra
integrarlas sin necesariamente destruirlas. La categoría subsunción (Marx, 1863-1866) parece que
es de suma relevancia para avanzar en la comprensión del movimiento histórico concreto de la
economía capitalista.
Como señalamos, la economía mundial ha estado marcada en los últimos diez años por la crisis y
desaceleración económica, mostrando hasta este 2017 signos de recuperación; a diferencia de
otros momentos, esta es una crisis que irrumpió en el ámbito inmobiliario, para trasladarse al
sector financiero así como a las actividades productivas, exacerbando a su vez la depredación del
medio ambiente y coincidiendo con una crisis alimentaria, por lo que se ha hablado de la
multidimensionalidad de la crisis. Pero, además las contradicciones del capitalismo patriarcal han
deteriorado cada vez más las condiciones de vida de amplios sectores de la población y han
multiplicado y profundizado las desigualdades sociales afectando seriamente la reproducción de
la fuerza de trabajo y más aún, la reproducción de la vida.
La crisis, iniciada en Estados Unidos de América y difundida rápidamente hacia los países
europeos y posteriormente al resto del mundo, impactó de manera inmediata a los trabajadores,
miles de ellos cayeron en el desempleo, solo en un año (2009-2009) cayeron en esta condición 35
millones más.
Ni las políticas económicas de los gobiernos, ni las medidas tomadas por los organismos
internacionales lograron revertir los efectos nocivos de la crisis como tampoco fueron suficientes
para reactivar la economía.
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Marx, a 150 años de El Capital
Entre los numerosos estudios que han discutido e incluso polemizado sobre el carácter de esta
crisis, destacan los realizados por los movimientos sociales de izquierda y por las feministas que
han puesto en la mesa de discusión las consecuencias sobre la reproducción de la fuerza de
trabajo, sobre las mujeres, así como la sostenibilidad de la vida. A nivel macroeconómico, la
crisis y el modelo neoliberal implicó para los trabajadores disminución de sus ingresos y
disminución -e incluso en muchos casos, la pérdida- de prestaciones (guarderías, servicios de
salud, días de descanso, etc.) también significó en muchos casos el deterioro de las condiciones
de trabajo, y una mayor exigencia (aumento de la jornada laboral, intensificación del trabajo) y
mayor desgaste de los trabajadores.
Paralelamente la reducción del gasto social (que afectó los servicios de salud, educación y
cuidado) así como la privatización de la reproducción social contribuyeron a un fuerte deterioro
de las condiciones de vida así como la profundización y ampliación de las desigualdades sociales.
No sólo se profundizó la división sexual del trabajo en los hogares, no sólo se amplió la
flexibilización y precarización del trabajo sino que a nivel internacional se conformaron cadenas
globales de cuidados, miles de mujeres de países Asiáticos y de América Latina han salido de sus
hogares e incluso de sus países para ir a trabajar en el sector de cuidados de países desarrollados.
De esta forma, este embate se ha presentado como parte de las reformas estructurales, que se han
impulsado en los distintos países, siendo justificadas como necesarias para corregir las fallas del
mercado, disminuir los costos laborales y elevar la productividad. ¿Pero cómo han enfrentado
estas tendencias los trabajadores en particular y la población en general? A nivel micro; es decir,
en los hogares, la crisis y la desaceleración económica han significado un aumento del trabajo de
reproducción (trabajo doméstico, crianza y de cuidados) que es desempeñado fundamentalmente
por mujeres sin recibir alguna remuneración a cambio.
Aunque la participación de las mujeres en los mercados de trabajo es menor a la de los hombres,
si se incluye el trabajo que realizan las mujeres en las actividades domésticas, en la crianza, en el
cuidado de niños, ancianos, enfermos y discapacitados, las horas que trabajan las mujeres es
mayor que la de los hombres. Son las mujeres las que se encargan de cuidar, preparar y
reproducir la mercancía más valiosa de las sociedades capitalistas, nos estamos refiriendo a los
trabajadores.
En las sociedades donde las empresas, las instituciones de la sociedad civil y el estado se han
desatendido de los cuidados de la población, son las mujeres en los hogares las que han asumido
esa responsabilidad, lo anterior lejos de ponerlas en situación de ventaja, en la medida en que este
trabajo no es reconocido ni valorado, la aportación de ellas queda invisibilizado. El no contar con
ingresos y la dificultad para incorporarse al mercado de trabajo en condiciones de igualdad
respecto a los hombres genera desigualdades sociales. Si a esto se suman las relaciones de género
y las relaciones derivadas de la pertenencia a una etnia, el panorama se complica aún más para las
mujeres.
Las feministas han señalado que la crisis y el modelo económico neoliberal ha afectado la
producción y reproducción de las condiciones materiales, las relaciones sociales y de género, la
reproducción de la fuerza de trabajo, en una palabra han afectado a la vida misma de amplios
sectores de la sociedad así como la vida en la tierra.
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Marx, a 150 años de El Capital
Son ellas las que han cuestionado la idea de desarrollo y de bienestar en la medida en que se ha
dado un deterioro del nivel de vida de la población y en la medida en que la naturaleza ha sido
explotada y destruida a niveles que ponen en riesgo la misma existencia del planeta.
Si bien es cierto, la obra de Marx permite una lectura de la realidad que da cuenta de los
fenómenos así como de sus causas, las feministas marxistas como Silvia Federici han cuestionado
-sin que esto signifique un abandono de la teoría marxista- la ausencia de las mujeres en el
análisis económico. En particular se cuestiona el concepto de hombre económico y de trabajador
que hay en la obra, pues este es un ser que si bien tiene necesidades como es el comer, dormir y
descansar, en ninguna parte se menciona quien prepara la comida, quien hace la cama en la que
duerme o quien asea la casa en la que recupera sus fuerzas, tampoco se menciona que son las
mujeres las que dan vida, las que cuidan, las que forman y preparan a los trabajadores.
Se trata entonces de un cuestionamiento de diversas categorías propuestas por Marx, una de ellas
el salario, de los determinantes del valor de la fuerza de trabajo y los alcances que tiene la manera
en que se argumenta su reproducción. Planteamientos que son desarrollados a lo largo de El
Capital, en particular en la sección sexta.
En el capitalismo, el trabajo de reproducción que se hace fuera del circuito mercantil queda
invisibilizado y con esto se borra también la relación que hay entre las mujeres y el capital.
Tampoco se menciona que el salario que reciben los trabajadores genera al interior de los hogares
relaciones de dependencia, dominio y opresión hacia las mujeres.
Es por la anterior falencia que Roswitha Scholz critica al marxismo tradicional, por la forma
como aborda el tema de la plusvalía, así como las limitaciones de las categorías del valor y
trabajo abstracto. Lo que cuestiona al marxismo tradicional es que pone énfasis en la apropiación
de la plusvalía por parte del capitalista ya que esto deviene en una posición en la que la demanda
política sería un “reparto justo” de esta y no la eliminación de la plusvalía.
Así, desde nuestro punto de vista, marxismo y feminismo son necesarios para dar cuenta de la
crisis así como del sistema depredador como es el capitalismo, desarrollan categorías que
permiten demostrar que el capitalismo, para que pudiese cimentarse, no sólo tuvo que conquistar
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Marx, a 150 años de El Capital
y colonizar nuevos territorios, despojar a los productores directos de sus medios de producción,
sino también tuvo que cercar las tierras y para eso requirió enfrentar y derrotar a las mujeres pues
fueron ellas las que defendieron en gran medida los bienes comunes durante la acumulación
originaria del capital. Es una argumentación que adquiere especial relevancia en el contexto
actual, por la explotación y destrucción de los recursos naturales por parte de las grandes
empresas, así como la defensa que han desarrollado las mujeres ante los proyectos llamados “de
muerte”.
Así pues, hoy como en el pasado, la obra de Marx, así como la de las feministas marxistas son
necesarias ahora para analizar los procesos de despojo que viven cotidianamente un gran número
de países, de igual manera, es necesario visibilizar el papel de las mujeres en los movimientos
antisistémicos y en las luchas contra el extractivismo.
Reflexiones finales
El 150 Aniversario de El Capital nos invita a valorar la potencialidad de las categorías y
propuesta teórica de Karl Marx, entendiendo que no se trata de reivindicar su vigencia como
leyes y categorías rígidas, cayendo en una lectura positivista. Por el contario, los retos que nos
plantea la economía mundial capitalista contemporánea -el creciente empobrecimiento de miles
de millones de seres humanos, la exclusión y violencia sobre la mujer, la agresión del capital
sobre las condiciones de trabajo y de vida de trabajadores, la depredación de la naturaleza y el
despojo a grandes capas de población, por mencionar algunas de las más importantes- nos obliga
a hacer una relectura de Marx, una resignificación crítica y creativa de sus planteamientos.
Las categorías de economía mundial, trabajo, plusvalía, valor y precio de la fuerza de trabajo son
fundamentales en la propuesta teórica de Marx, pero no basta con recuperar su contenido
ahistóricamente, es pertinente valorarlas a partir del estudio de la realidad de la sociedad
burguesa, de efectuar lo que el mismo Marx hizo: crítica de la economía política, confrontar con
los postulados de la ciencia económica burguesa y reivindicar el derecho a la liberación de la
sociedad del yugo capitalista y del patriarcado.
Literatura citada
Bensaïd, D. 2009. Marx ha vuelto, Barcelona. Editorial Edhasa.
Federici, S. 2004. Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria. traficante de
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Metropolitana (UAM)- Unidad Iztapalapa y Biblioteca Nueva, SL.
262
Marx, a 150 años de El Capital
263
Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
El presente trabajo tiene como propósito validar la vigencia del análisis de Marx especialmente
en la Ley General de la Acumulación Capitalista, acerca del funcionamiento del modo de
producción capitalista, con la finalidad de entender la manera en que esta ley se cumple en el
estudio del capitalismo contemporáneo, que ubicamos a partir de la década de 1970, analizando a
su vez su especificidad. Partimos del hecho de que es importante utilizar un marco teórico
apropiado que nos permita aproximarnos de manera crítica al entendimiento del capitalismo de
nuestros días, conocer y analizar todos los elementos que le son propios, entre ellos cuáles son
sus bases de su acumulación, cómo se da el proceso de concentración y centralización, y cuál es
el efecto que esta nueva etapa de acumulación del capitalista, tiene sobre la conformación de un
ejército industrial de reserva que se ha vuelto mundial. Hemos caracterizado a esta nueva etapa
de acumulación capitalista como capitalismo cognitivo tomando prestado el término de
Fumagalli, quien considera que la cualidad de esta nueva etapa y sus bases de acumulación
especialmente para los países centrales y sus grandes empresas se basan en la valorización del
conocimiento, cuya materia prima la proporcionan las nuevas tecnologías de la información y las
comunicaciones, lo cual ha trastocado toda la estructura económica en nuevas formas diferentes a
las precedentes etapas de acumulación, en cuanto a la propiedad, la competencia intercapitalista,
la división internacional del trabajo, de las fuentes de beneficio, así como sus consecuencias para
el mercado de trabajo, los cuales serán el motivo de esta investigación.
Introducción
El ensayo presente tiene por objetivo general, validar la contemporaneidad del análisis de Marx
concretamente del libro primero de El Capital, capítulo XXIII, La Ley general de la Acumulación
capitalista, para analizar los cambios profundos que ha tenido el capitalismo desde la década de
1970. Al que denominamos capitalismo cognitivo, término que tomamos prestado de Fumagalli
(2010), para denominar al capitalismo global cuya fuente de valorización del capital se
fundamenta ahora en las capacidades cognitivas (científico- técnicas) de los individuos y que
representa la evolución de las formas capitalistas de producción (Fumagalli 2010).
264
Marx, a 150 años de El Capital
Se utilizará como marco teórico general los elementos característicos que Marx expone en su
análisis de la Ley General de Acumulación Capitalista, para verificar en los hechos, como los
elementos estructurales que se encuentran subsumidos en esta ley, continúan expresándose en el
capitalismo contemporáneo, aunque con características cualitativamente diferentes a las del
capitalismo del S. XIX que estudio Marx.
El ensayo está dividido en tres secciones: en la primera, exponemos los elementos característicos
del marco teórico marxista en cuanto a La Ley General de la Acumulación Capitalista, con la
finalidad de analizar cómo se expresa ésta dentro de la etapa del capitalismo cognitivo, lo cual se
verá en la tercera parte, mientras que en la segunda, expondremos brevemente la teoría de los
ciclos largos y el papel que juega cada revolución tecnológica dentro de estos, exponiendo de
manera general la especificidad productiva de la primera y segunda revolución industrial.
De acuerdo a Marx (1982), la acumulación, no significa más que la reproducción del capital en
escala ampliada, producto de un largo proceso histórico, que tiende a ampliar la “masa
acrecentada de la riqueza que funciona como capital (...)” (Marx 1982). El proceso de
acumulación capitalista, corre parejo con la tendencia a acrecentar progresivamente la inversión
en capital fijo sobre el capital variable, así como la concentración, y la centralización de capital
en un polo, mientras que en el otro crece también una sobrepoblación relativa de fuerza de
trabajo, que crece conforme lo hace la acumulación de capital.
En el proceso, muchos capitales pequeños se arruinan, mientras que los grandes capitales debido
a su poder de concentración actúan como “centros de gravitación tan preponderantes para otros
que rompen la cohesión individual de los mismos y luego atraen e incorporan los fragmentos
dispersos, de estos pequeños capitales o bien a través de la fusión de una multitud de capitales ya
formados o en vías de formación, mediante el sencillo procedimiento de constituir sociedades por
acciones” (Marx, 1982), lo que le permite extender la escala de sus operaciones. El crédito,
señala Marx, se convierte en un arma poderosa en la lucha competitiva, ya que acelera el proceso
de acumulación (Marx 1982).
A medida que se acrecienta el capital social global, se opera una tendencia progresiva en la
composición técnica del capital, a favor del capital constante en relación a la variable, lo cual
tiene como propósito principal mayor competitividad al invertir en nuevas técnicas y maquinaria
moderna que permitan mayor productividad y abatir los costos de la producción. Sin embargo,
“Al aumentar el volumen, concentración y eficacia técnica de los medios de producción, se
reduce de manera relativa el grado de ocupación para los obreros” (Marx 1982).
La tendencia hacia la disminución relativa de la parte constitutiva variable, que se produce con la
acumulación, la concentración y la centralización de capital, produce de manera constante, una
población obrera relativamente excedentaria, esto es, excesiva para las necesidades medias de
valorización del capital y por tanto superflua. No obstante “(…) esta sobrepoblación se convierte,
a su vez, en palanca de la acumulación capitalista, e incluso en condición de existencia del modo
capitalista de producción”. Constituye un ejército industrial de reserva a disposición del capital,
que le pertenece a éste tan absolutamente como si lo hubiera criado a sus expensas. Esa
sobrepoblación crea, para las variables necesidades de valorización del capital, el material
humano explotable y siempre disponible, independientemente de los límites del aumento real
experimentado por la población” (Marx 1982).
Para Marx, los movimientos generales del salario están regulados exclusivamente por la
expansión y contracción del ejército industrial de reserva, las cuales se rigen, a su vez, por la
alternación de períodos que se opera en el ciclo industrial, que él consideraba de un período de
tiempo de 10 a 11 años aproximadamente. Por lo regular en tiempos de prosperidad el salario
aumenta, mientras que en las fases de crisis y de estancamiento, decrece, y con ello el desempleo
y la subocupación, a la par le sobreviene una explotación redoblada del obrero activo. “La
sobrepoblación relativa, pues, es el trasfondo sobre el que se mueve la ley de la oferta y la
demanda de trabajo. Comprime el campo de acción de esta ley dentro de los límites que
convienen de manera absoluta al ansia de explotación y el afán de poder del capital” (Marx
1982).
266
Marx, a 150 años de El Capital
De esta manera, señala Marx la producción del plusvalor relativo, no solamente coadyuva al
capitalista a posicionarse competitivamente en el mercado, sino que también “(…) todos los
métodos para desarrollar la producción se trastruecan en medios de dominación y explotación del
productor, mutilan al obrero convirtiéndolo en un hombre fraccionado, en la misma medida en
que a dicho proceso se incorpora la ciencia como potencia autónoma, vuelven constantemente
anormales las condiciones bajo las cuales trabaja, lo someten durante el proceso de trabajo al más
mezquino y odioso de los despotismos, transforman el tiempo de su vida en tiempo de trabajo,
arrojan su mujer y su prole bajo la rueda de Zhaganat1 del capital” (Marx 1982).
De acuerdo a Marx, la sobrepoblación relativa existe en todos los matices posibles. Todo obrero
la integra durante el período en que está semiocupado o desocupado por completo. La
clasificación que hace Marx de ella es la siguiente: fluctuante, latente y estancada, y en el
sedimento más bajo el pauperismo. En la misma medida que aumenta el volumen de la
producción, aumenta también la sobrepoblación fluctuante, que es aquella que fluctúa entre estar
ocupada y desocupada, de tal modo que en líneas generales el número de los obreros ocupados
aumenta, aunque siempre en proporción decreciente con respecto a la escala de la producción,
sobre todo en aquellas industrias modernas donde la maquinaria constituye un factor principal,
por lo que regularmente se lanza a la calle a una gran cantidad de trabajadores (Marx 1982), que
emigra al mismo tiempo que el capital emigra.
Otra clase de reserva de fuerza de trabajo se encuentra entre las poblaciones rurales, que
presupone una sobrepoblación latente, ya que una vez que la producción capitalista se apodera de
la agricultura, la demanda de éste tipo de trabajo decrece en términos absolutos a medida que
aumenta la acumulación del capital en esta esfera, por consiguiente, se encuentra siempre en vías
de metamorfosearse en población urbana o manufacturera, que emigra a las ciudades de manera
continua. En cuanto a la sobrepoblación estancada constituye una parte del ejército obrero activo,
pero su ocupación es absolutamente irregular, por lo que sus condiciones de vida descienden por
debajo del nivel medio normal de la clase obrera, constituyen una base amplia para que el capital
tenga a su disposición una masa extraordinaria de fuerza de trabajo latente, que se puede explotar
con el máximo de tiempo de trabajo y el mínimo de salario.
Por su parte, el pauperismo es el sedimento más bajo donde la sobrepoblación relativa se aloja, se
compone del lumpemproletariado propiamente dicho donde prevalece la indigencia, “personas
degradadas, e incapacitadas de trabajar” (Marx 1982). Se trata, en especial, de obreros que
sucumben por la falta de movilidad a que los condena la división del trabajo, y de los
requerimientos del capital. “El pauperismo constituye el hospicio de inválidos del ejército obrero
activo y el peso muerto del ejército industrial de reserva” (Marx 1982). Por lo tanto, a medida que
se acumula el capital, se produce una acumulación de miseria proporcional a la acumulación de
1
Como bien aclara Marx en la nota a pie de página núm. 31 de este texto, el Zhaganat es uno de los títulos de
Krishna, octavo avatar del dios índico Visnú, que en las festividades en la ciudad de Puri o Zhaganat se pasea en
procesión su imagen de la deidad, instalada sobre un carro de ruedas gigantescas; a la que eventualmente algunos
fieles se arrojaban bajo las ruedas pereciendo aplastados (Marx, 1982).
267
Marx, a 150 años de El Capital
El estudio del funcionamiento histórico del capitalismo ha llevado a diversos autores a considerar
que existe una regularidad en la dinámica estructural del capitalismo, que se expresa en ciclos
largos de reproducción del capital social, que fluctúa entre fases de prosperidad y expansión, y de
contracción. Este enfoque desarrollado sobre todo por Kondratiev2 y Schumpeter3, presupone que
un ciclo largo de entre 48 y 60 años, está compuesto por fases de prosperidad seguidas de
depresión. La apertura de un nuevo ciclo de larga duración, es dada por la aplicación de nuevos
sistemas. Para Schumpeter (1952), el capitalismo que por naturaleza es cambiante, y en continua
transformación recorre ondas de larga duración mediante la introducción de nuevos métodos de
producción, nuevas mercancías, nuevas formas de organización, nuevas fuentes de suministro;
nuevas rutas comerciales y nuevos mercados para vender, hasta llegar a un punto de agotamiento
y depresión, donde el mercado se satura, disminuyen las ganancias, crece el desempleo y se
incrementan las guerras (Schumpeter, 1952).
Por lo tanto, el proceso de cambio industrial, revoluciona desde dentro la economía, destruyendo
ininterrumpidamente lo antiguo para crear continuamente elementos nuevos. Este proceso de
“destrucción creadora” -señala Schumpeter-constituye de hecho el dato más importante del
capitalismo (Schumpeter, 1952). Por su parte, el planteamiento de Carlota Pérez dentro de este
contexto, representa un esfuerzo de síntesis, de la teoría de los ciclos largos de Kondratiev, y la
noción de "destrucción creadora" de Schumpeter, y de teorías más modernas como las de los
institucionalistas; sin embargo, haciendo una aportación adicional para la comprensión de las
“grandes oleadas de desarrollo” (Pérez, 2004), que no se circunscriben a lo puramente
económico, pues sostiene son procesos sistémicos los que abarcan a toda la sociedad, debido a la
intensa interacción entre los cambios tecnológicos, económicos y políticos; en segundo lugar -
señala-, los ciclos no son fenómenos simultáneos en el mundo entero, sino secuenciales y
rezagados, primero toman forma en los países desarrollados a partir de una revolución
tecnológica, su propagación a otros países son secuenciales y rezagados, tomando la forma de
ondas de propagación cada vez más amplias, aunque de manera escalonada. Así, cada “oleada”
alentada por una revolución tecnológica, representa un nuevo estadio en la profundización del
capitalismo y en su expansión por todo el planeta (Pérez, 2002), aunque por supuesto detrás de
esta secuencia se ocultan múltiples factores singulares propios de cada época, región o país.
2
Economista soviético que, en la década de 1920, después del estudio sistemático de la medición del período de cada
onda larga con sus fases de crecimiento y decrecimiento, en Francia. Inglaterra y Estados Unidos a través del análisis
de 36 series estadísticas (Kondratiev, s/a: 64).
3
Shumpeter economista austro-húngaro, volvió a dar vida a la teoría de los ciclos largos de Kondratiev, después de
haber caído esté en el olvido en el mundo académico por varias décadas, fue Schumpeter quien empezó a llamar
ciclos Kondratiev a la teoría de las ondas largas, en la década de 1940.
268
Marx, a 150 años de El Capital
Sería importante antes de proseguir delimitar nuestro punto de vista respecto de lo que
entendemos por revoluciones industriales y revoluciones tecnológicas o si significan lo mismo, y
qué papel juegan como punto de partida de un ciclo u onda larga de acumulación capitalista que
define a una época.
En primer lugar, se observan diferencias entre uno y otro termino, de manera particular, creemos
que una Revolución Industrial es un conjunto de innovaciones tecnológicas que tienden a
suplantar la fuerza de trabajo por maquinaria o equipo industrial, y que conlleva un proceso de
larga duración, donde se va consolidando paulatinamente un sistema, modelo o patrón industrial
y por lo tanto, de acumulación propios de una época, donde se van operando cambios
tecnológicos incrementales a lo largo de todo su ciclo de vida, hasta que se hace evidente su
agotamiento.
Mientras que una revolución tecnológica implicaría un cambio radical en la forma en que el
desarrollo de la ciencia y la técnica es aplicado a la producción para el mercado, es decir un
conjunto de nuevas tecnologías que se incorporan paulatinamente hasta constituir un patrón
industrial que se convierte en la vía a través de la cual, se renueva toda la estructura productiva,
con sus subsecuentes impactos en el mercado del trabajo, el comercio, las finanzas y el consumo.
Por lo tanto, una revolución tecnológica sería parte implícita e integrante de una Revolución
Industrial, que no es más que una nueva escala de la acumulación capitalista, que se expresa en el
largo plazo, “cuyas fases sucesivas abarcan años enteros y que desembocan siempre en una crisis
general, término de un ciclo y punto de partida de otro” 4 (Marx, 1982). Por lo tanto, a diferencia
de los autores citados anteriormente, que ubican fechas precisas para el principio y final de cada
una de las revoluciones industriales, preferimos comprender cada revolución industrial como un
proceso de largo plazo, de cambios tecnológicos incrementales que se van adicionando a las
necesidades de la acumulación, más que representar un cambio radical.
4
Para Marx, esos ciclos tendrían una duración periódica de 10 a 11 años.
269
Marx, a 150 años de El Capital
La segunda revolución industrial, en realidad fue una revolución de la organización del trabajo a
principios del S. XX, con los métodos tayloristas aplicados a “la administración científica del
trabajo”, que permitirían reducir al máximo el tiempo de producción mediante la segmentación
de operaciones simples ejecutadas por los obreros, que rompen con los obstáculos de la
acumulación capitalista que fue el “obrero de oficio” (Coriat, 1979), la rígida división del trabajo
permitió trabajadores no calificados, más baratos y menos problemáticos. La planificación del
tiempo del trabajo del obrero se constituyó en un componente básico del taylorismo, en tanto que
hizo posible la reducción al máximo de “los tiempos muertos” de la producción, intensificando
con ello el tiempo de trabajo y la productividad, así como controlar la precisión en la ejecución y
rentabilidad de los gestos (Lozares, 2004).
Una nueva etapa de acumulación capitalista inició en la década de 1970, con la revolución
científico- técnica de la información y de las telecomunicaciones, dando lugar a era de la
computadora, la electrónica y las telecomunicaciones digitales, a las que se les ha llamado:
"herramientas intelectuales", ya que son adecuadas para realizar entre otras muchas funciones,
270
Marx, a 150 años de El Capital
cálculos, clasificar listas y buscar entre inmensas masas de información, y que al estar basadas en
bits de información pueden representar virtualmente cualquier modalidad de información: texto,
sonidos, fotos, imágenes móviles, etc. (Freeman, 2001).
Esta nueva etapa del capitalismo tiene como cualidad que su carácter es global, lo cual es
resultado justamente de la ubicuidad de las nuevas tecnologías, capaz de funcionar en tiempo real
permitiendo establecer redes globales de interacción e integración en el ámbito de la producción,
el comercio, las finanzas, el consumo y la cultura. De tal manera que, aunque la vocación del
capitalismo ha sido desde el momento mismo de su existencia expandir sus fronteras, solamente
con la infraestructura de las telecomunicaciones y la información ha sido posible que la economía
se convierta en global, revelándose la oportunidad de abrir mercados históricamente cerrados,
como China desde 1979, los países de Europa Oriental y el exbloque de repúblicas soviéticas.
Sin embargo, la unificación del mercado mundial se encuentra constituido por rasgos asimétricos,
donde la capacidad tecnológica y de conocimiento, junto con la capacitación de los recursos
humanos, así como de la consolidación de instituciones nacionales y supranacionales que
encauzan las estrategias de crecimiento, determinan la dinámica y las ventajas competitivas, de
271
Marx, a 150 años de El Capital
las firmas, países y regiones en la nueva economía global. Donde tan solo un grupo reducido de
estos, concentran una proporción aplastante de capacidad tecnológica, capital, mercados y
producción industrial. Las ventajas comparativas de estos centros hegemónicos se basan en la alta
tecnología, para la cual se han dividido la producción y el comercio mundial en áreas de
especialización tales como la de los semiconductores, supercomputadoras, aeronáutica y
producción de equipo electrónico.
En el proceso actual de globalización, buena parte del comercio mundial y de los movimientos de
capital está en manos de la actividad dinámica de las empresas red, con una tendencia creciente al
aumento del comercio mundial de productos de alto valor agregado y de servicios (sociedades
financieras, aseguradoras, inmobiliarias, gran distribución, etc.) su enorme capacidad de
acumulación y flujos de capital le permiten moverse en un entorno cerrado, controlado y dirigido
por unos pocos grandes actores económicos, donde procesos de centralización de capital adoptan
proyectos de riesgo compartido (joint ventures), alianzas y fusiones, para integrar capitales,
tecnología, mano de obra, contratos de administración y control tecnológico así como otras
formas de comercialización de sus mercancías, tales como franquicias, contratos de entrega de
fábricas llave en mano y ventas de licencias.
En las que las formas de inversiones directas e indirectas tradicionales se flexibilizan para
acomodarse más fácilmente a las exigencias tanto de los mercados regionales como mundiales y
fortalecer sus estrategias de globalización, con lo que se asiste a una concentración geográfica de
la producción donde Estados Unidos de América tiene las compañías más grandes del mundo.
Mercado laboral
Por otra parte, la decadencia de la industria en relación con los servicios, cambio la estructura de
las ocupaciones con crecimiento relativo de los trabajadores calificados, técnicos e ingenieros,
cuello blanco, y mujeres, la extensión de empleos atípicos y trabajo precario, por horas, tiempo
parcial, eventuales y migrante, así como la extensión de la informalidad y el desempleo (De la
Garza, 1999). Así el mercado laboral también se flexibilizó tendiendo a reducir los trabajos
permanentes, modalizando el medio tiempo, el trabajo temporal, y la subcontratación (Lozares,
2004), de tal forma que la flexibilidad empresarial, permitió diluir el trabajo diario de 8 horas y la
organización del tiempo productivo de sumas homogéneas, a contrataciones temporales, ya sea
por horas, trabajo a distancia, trabajo en casa, etc., todo ello modifica los estándares de una
concepción del tiempo productivo (Lozares, 2004).
Por lo tanto, la flexibilidad salarial también se hizo presente, desvalorizándose el trabajo manual
no calificado, y premiando al trabajo calificado. Sin embargo, el trabajo asalariado como propone
De la Garza (1999), como parte de la población economicamente activa (PEA), sigue siendo
elevado sobre todo en el Sudeste Asiático, China y América Latina, bajo la denominación de
“trabajo de maquila”, trabajo encargado de la producción o el ensamble del material de los
componentes o diseños de los productos de nueva generación que se posicionan de manera
competitiva en el mercado mundial, así como de la industria del vestido, electrodomésticos y
automóviles, laborando en microempresas o centros de producción doméstico, que producen
para las grandes compañías transnacionales de la economía formal, mediante largas jornadas de
trabajo.
Conclusiones
En el transcurso de la historia del capitalismo desde el S. XVIII, los modos de acumulación se
han transformado de forma estructural a partir de nuevas formas de producir y mediante nuevos
métodos o innovaciones tecnológicas, que modifican la estructura económica en su conjunto. Sin
embargo, como bien señala Fumagalli (…) esto no ha reducido en absoluto el carácter de
jerarquía / subalternidad que distingue a la relación capital-trabajo (Fumagalli, 2010).
Las metamorfosis del proceso de acumulación en el curso del tiempo, vuelve obsoletas las formas
de organización de la producción, las modalidades de suministro de la fuerza de trabajo o la
estructura el capital, así como las formas de propiedad, de dirección y control, que prevalecían
con anterioridad a la transformación de una forma de acumulación a otra.
5
Toyota Motors de Japón es el ejemplo característico de este sistema de producción.
273
Marx, a 150 años de El Capital
Por lo tanto, la teoría de Marx sobre la ley de la acumulación capitalista, nos proporciona los
elementos esenciales para comprender cuáles son las regularidades implícitas en la acumulación
capitalista, así como las leyes que rigen el funcionamiento del sistema capitalista, y de esta
manera analizar las discontinuidades entre una etapa de acumulación y otra, estudiando sus
especificidades y entender su lógica de movimiento.
Hemos visto, como se dan estas regularidades dentro del capitalismo cognitivo, y la especificidad
propia de esta etapa. Se observa que las oportunidades de la fuerza de trabajo sin formación
académica se reducen, pues otras características basadas en el conocimiento se están volviendo
cada vez más relevantes, de tal forma que todos los recursos humanos que se consideren
obsoletos y sin valor para las necesidades de valorización del capital “serán condenados a la
devaluación y por último a la destrucción” (Altvater, 2002).
Con el capitalismo cognitivo, pues, la exclusión de amplias capas de la población del trabajo
asalariado, formalmente regulado también crece, expulsando a esta fuerza de trabajo latente hacia
la “informalización del trabajo”, con el subsiguiente incremento de la desigualdad social, creando
una polarización social y espacial: “entre las zonas de dominio y el lujo” basadas en el
conocimiento, mientras que crecen las islas de pobreza de regiones mundiales donde aumenta la
migración, la precariedad y la violencia social. Al igual que en el pasado, esta sobrepoblación
relativa constituye una fuente de riqueza para el capital, en tanto que permite abaratar la fuerza de
trabajo y cada vez más del trabajo calificado.
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Marx, a 150 años de El Capital
275
Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
El objetivo del presente trabajo consiste en mostrar desde la tradición de pensamiento clásica,
pero particularmente la marxista, el proceso y dinámicas que tienen la tecnología y la
acumulación. Por tal razón, de lo que se trata es de ofrecer una modelística matemática sobre lo
mencionado a partir de una metodología inductiva, de forma que dicho proceso se vaya
complejizando en la medida que se incorporen variables adicionales y se levanten supuestos
básicos para su desarrollo. La estructura de trabajo consiste en tres apartados donde se explican:
i) la dinámica de la tecnología a partir de la composición del capital; ii) el proceso de
acumulación capitalista en un marco de ausencia de cambio tecnológico y por ende sus
resultados; y iii) las consecuencias que provoca la acumulación de capital con el proceso de
cambio tecnológico. Ahora bien, con el esquema propuesto, el resultado al que se ha llegado es
conformar la base de un modelo de mayor envergadura a partir del de capital circulante en un
ambiente de competencia capitalista; es decir, se identifican el alcance de nuestra propuesta
mediante la ubicación general de la ley general de acumulación capitalista.
Introducción
A partir del enfoque de la economía política marxista, el correspondiente análisis del proceso de
acumulación capitalista ocupa un lugar preponderante en el estudio de la dinámica económica de
las sociedades modernas, de donde sobresales aspectos centrales de su funcionamiento a partir
del papel desempeñado por la tecnología y de las decisiones de los capitalistas por acumular. En
este sentido hemos tomado como referencia a la ley general de acumulación capitalista, para
llevar a cabo el desarrollo y planteamiento del progreso de las fuerzas productivas a partir de la
denominación tecnología y con ello vincularla con la categoría composición técnica del capital y
así la incorporemos en el proceso de acumulación capitalista.
276
Marx, a 150 años de El Capital
La forma metodológica que hemos seguido es mediante inducción de las variables de forma que
el modelo se vaya complejizando, pero al mismo tiempo siguiendo el orden desarrollado por
Marx bajo su concepción dialéctica al destacar problemas que presenta el desenvolvimiento
económico. Los resultados son paulatinos pues estamos ante una investigación de orden
sucesivo- aproximado; es decir, se reafirma a que no se planteó todas las variables ni
procedimientos para obtener resultados particulares, sino por el contrario vamos identificando
elementos de la investigación total y tenemos de ellos conclusiones concretas
metodológicamente. Por tal razón, la estructura de esta investigación toma como punto de partida
la discusión sobre algunos supuestos que llevaremos a lo largo del trabajo, los cuales se
descomponen en generales y particulares.
Supuestos metodológicos
Al iniciar el planteamiento general, así como los elementos particulares del proceso de
acumulación capitalista, es preciso establecer dos tipos de supuestos que tendremos presentes a lo
largo de este trabajo. Por una parte, se establecen los supuestos generales que permiten ubicar la
metodología propuesta y por la otra planteamos los supuestos particulares que harán de la misma
su precisión, así como brindar los elementos de su alcance. Con estos dos grupos de supuestos
vamos planteando la ubicación general de nuestra propuesta modelística.
Generales
Se considerá una economía capitalista donde sólo se producen mercancías, esto representa,
además, la inexistencia de otras formas de producción como la producción mercantil para el
intercambio sin moneda, así como la producción de autoconsumo. Por tanto, la producción de
cosas para la satisfacción de necesidades humanas se realiza bajo condiciones capitalistas donde
se valoriza el capital adelantado a través de la generación de una masa de plusvalor.
Para reforzar el supuesto anterior, se tienen solamente dos clases sociales las cuales estás
asociadas a la propiedad de los medios de producción. De tal forma, los capitalistas son los
dueños de los medios de producción mientras los trabajadores asalariados sólo tienen su fuerza de
trabajo que emplean como medio de reproducción. Los trabajadores obtienen un salario con el
cual compran mercancías, los capitalistas lo hacen con una proporción de la plusvalía producida.
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Marx, a 150 años de El Capital
Particulares
El proceso de acumulación capitalista es llevado a cabo por el propio capitalista pues es el único
que ahorra, lo cual deviene de una pare proporcional del plusvalor producido. En su caso, los
trabajadores no ahorran ya que sus salarios corresponden al valor de su fuerza de trabajo y sólo
cubre los requerimientos de su reproducción.
Categoría de la tecnología
dejaremos claro que Marx no era un determinista tecnológico, ya que no consideró el cambio
tecnológico como el único motor del desarrollo histórico. Efectivamente, sin duda alguna, en la
obra del Marx se encuentra elementos determinantes del desarrollo de la civilización humana.
Uno es el desarrollo de las fuerzas productivas donde encontramos el cambio tecnológico y el
otro es la lucha de clases.1
No se atribuye mayor peso a uno u otro, ya que según el momento histórico que se analice alguno
de los dos temas mayor preponderancia que el otro. El desarrollo histórico de la civilización
humana involucra ambos motores como unidad, como partes de un todo. De tal manera, la
identificación de la “tecnología” con las “fuerzas productivas” es errónea y es la causa de las
malas interpretaciones que se hacen de Marx, las cuales lo convierten en un determinista
tecnológico. Por lo tanto, la tecnología es la forma material del proceso de trabajo, a través de la
cual se expresan las fuerzas y relaciones que sirven de base a la producción. 2
1
La identificación de la “tecnología” con las “fuerzas productivas” es errónea y es la causa de las malas
interpretaciones que se hacen de Marx, las cuales lo convierten en un determinista tecnológico. La tecnología es la
forma material del proceso de trabajo, a través de la cual se expresan las fuerzas y relaciones que sirven de base a
la producción. Dice Harvey (1982) que equiparar la tecnología con las fuerzas productivas es como tratar de
identificar el trabajo abstracto con el concreto.
2
Harvey (1982), refiere que equiparar la tecnología con las fuerzas productivas es como tratar de identificar el trabajo
abstracto con el concreto.
3
No dejar de lado, que también las condiciones generales de producción, de las cuales nada desembolsa y adelanta en
capital el capitalista, sino que se responsabiliza al aparato gubernamental.
4
Engels (1876) plantea que el trabajo es la causa de la transformación del mono en hombre y por ende del desarrollo
de la organización social humana. Y lo es a tal grado en que el mismo trabajo ha creado al propio hombre.
279
Marx, a 150 años de El Capital
Con el objetivo de identificar el papel que desempañan cada uno de los elementos del proceso de
producción, en el capítulo cinco el tomo primero de El Capital, Marx describe el proceso de
trabajo en términos de las fuerzas productivas y de relaciones sociales de producción que le dan
forma. Las primeras se refieren al poder de transformar la naturaleza, mientras que las segundas
hacen alusión a la organización social y las implicaciones sociales de la misma producción.
De esta forma, tanto las fuerzas productivas como las relaciones sociales de producción tienen
que considerarse como dos partes de una unidad, como dos aspectos del mismo proceso de
trabajo en que se materializan. Y es el proceso de trabajo lo que Marx considera como punto de
partida primordial de su método materialista para investigar la tecnología, ya que es ahí donde se
revelan las relaciones reales de la vida, las relaciones sociales de producción. Pero regresando al
punto que nos interesa, el de la tecnología y su consiguiente cambio intertemporal, tenemos que
remitirnos al concepto de fuerza productiva y diferenciarla con aquella.
En primer lugar, siguiendo a Harvey (1982), la idea de ‘fuerza productiva’, en el plano más
sencillo representa el dominio que se tiene de transformar y apropiarse de la naturaleza por medio
del trabajo humano. Esta capacidad de dominio del hombre sobre la naturaleza aumenta mediante
el uso de instrumentos de trabajo (incluyendo a la tierra misma) que conforman los medios de
producción, y se levantan como la base necesaria del trabajo productivo en cualquier
organización social. “Sin embargo, la forma específica que toma la relación con la naturaleza es
un producto social, «un regalo, no de la naturaleza, sino de una historia que abarca miles de
siglos». La tecnología real del proceso de trabajo está formada por procesos históricos y sociales,
y refleja necesariamente las relaciones sociales entre los seres humanos a medida que combinan y
cooperan en las tareas fundamentales de la producción. Las fuerzas productivas del trabajo no se
pueden medir separándolas de estas relaciones sociales” (Harvey, 1982). Así, el punto de inicio
del análisis del desarrollo histórico de la humanidad se ubica en el proceso de producción, con
base en el materialismo histórico, y prescindiendo de cualquier forma de organización social, se
tiene que la sociedad es resultado del trabajo.
280
Marx, a 150 años de El Capital
Por tanto, al saber el capitalista las cantidades de medios de producción y de fuerza de trabajo a
comprar, lleva implícita la relación técnica que hará, por una parte, producir la mercancía sin
faltante (y en ocasiones sin sobrante) y por la otra, valorizar su capital. Esa relación técnica
expresa la cantidad de medios de producción que son transformados por unidad de fuerza de
trabajo, composición técnica del capital. En tanto, esa misma relación tiene su expresión de valor
en la cantidad de capital constante que valoriza una unidad del capital variable, composición en
valor del capital. Entre ellas dos, dice Marx, existe una relación estrecha, de tal manera que las
variaciones que expresa la segunda son producto de los movimientos que presenta la primera,
denominándola con el nombre de composición orgánica del capital.
Cambio tecnológico
En el capítulo XXIII del tomo primero de El Capital, La ley general de acumulación capitalista,
Karl Marx nos plantea que la composición técnica del capital () es la relación material existente
entre las cantidades físicas de los medios de producción (MP) y de la fuerza de trabajo (FT), que
está estrictamente determinada por las características del proceso de producción. En una
economía específicamente capitalista, el conjunto de mercancías es resultado de formas concretas
dadas en la esfera de la producción. Pero para poder dilucidar esta complejidad se requiere de
abstraer las particularidades de la forma en que fueron producidas las mercancías. Entonces, en
términos generales, es posible expresar dicha composición como una relación funcional mediante
la siguiente ecuación.
Ahora bien, uno de los objetivos es identificar no sólo la relación funcional de la composición
técnica, sino su forma funcional. Es decir, para efectos de análisis concreto -ya sea a nivel
teórico, metodológico o empírico- es necesario contar con una ecuación que dé cuenta de dicha
composición, y por tanto identificar su comportamiento dinámico. La base material del proceso
productivo consiste en la relación entre medio de trabajo, objeto de trabajo y fuerza de trabajo; no
obstante, la producción de mercancías requiere más de un tipo de estos. En otras palabras, para
producir mercancías se requiere de una inversión para la compra diferentes tipos de capital fijo,
capital circulante y hasta distintos tipos de fuerza de trabajo.
Supongamos que nuestra explicación tiene un punto de partida tal que para producir una
mercancía (M) se requiere exclusivamente de un medio de producción (Q1) -sea medio de trabajo
u objeto de trabajo- y de fuerza de trabajo no heterogénea (L): = ( , ). Además, en todo
lo referente a la identificación de la composición técnica se dejan de lado los valores (precios) de
las mercancías, de los medios de producción y de la fuerza de trabajo. La producción de trigo es
el ejemplo clásico más sencillo donde solamente se requiere trigo y fuerza de trabajo.5 Entonces,
bajo esta suposición la composición técnica se expresa (ecuación 2) como la relación de la
cantidad de trigo Q1 como medio y la cantidad de trabajo L.
5
Por supuesto que también podemos hacer la explicación de la producción de máquinas a partir de máquinas y fuerza
de trabajo, pero requiere de un nivel superior de análisis pues se considera el capital fijo. El modelo del trigo
representa la producción exclusivamente con capital circulante y es más sencillo antes de incluir el concepto de
desgaste y depreciación del capital fijo.
281
Marx, a 150 años de El Capital
(2) = =
¿Qué expresa esta composición técnica del capital? Representa la cantidad media de trigo que
emplea un trabajador para producir una unidad de trigo mismo. Por ejemplo, al suponer que el
requerimiento para producir 100 toneladas de trigo es de 80 toneladas de trigo y 20 trabajadores,
el proceso de producción del trigo determina que la composición técnica se representa como el
consumo productivo de 4 toneladas de trigo por trabajador. Además, la ecuación anterior nos
ofrece un esquema donde el proceso productivo va mostrando cambios en sus características
específicas. Es decir, al comparar dos diferentes momentos en el tiempo del proceso de
producción, este se va transformando en la medida en que el obrero usa mayor cantidad de trigo.
El resultado es un proceso de producción más eficiente, que tomará forma en el mayor número de
mercancías elaboradas.
De esta forma, así como se ha planteado en el primer apartado, el proceso productivo muestra
cambios en sus condiciones tecnológicas, por lo que podemos denominar el cambio tecnológico
al proceso de cambio en el tiempo que sufre la composición técnica del capital. Por supuesto que
este cambio puede tener un resultado positivo o negativo, pero lo que evita su retroceso es el
ánimo del capitalista en la búsqueda de mayores niveles de ganancia. Siguiendo el ejemplo
anterior, la variación en la composición técnica del capital se ilustra a través de la siguiente
inecuación, donde varían la cantidad de trigo utilizado y la cantidad de trabajo. Esto representa
que, en promedio, el trabajador es más productivo que antes pues es capaz de sembrar mayor
cantidad de trigo que ante6.
Una vez vista la forma más sencilla de la composición técnica, demos paso al análisis de la
composición en el caso donde el proceso productivo requiere de por lo menos dos tipos de
medios de producción. Sigamos con el ejemplo del trigo, pero ahora supongamos que se requiere
de un medio de trabajo (máquinas, Q1) y de objeto de trabajo (trigo, Q2), así como de fuerza de
trabajo (L): = ( , , ). Con esto, la ecuación 1, arriba expresada, se vuelve no funcional,
ya que ahora el numerador está compuesto por elementos de diferente naturaleza, lo cual los hace
imposibles de sumar. Una posible solución es reducir algunos de los dos medios en términos del
otro, lo cual significa que tomemos como numerario a uno de ellos, no obstante, esta posibilidad
es incorrecta7.
Entonces, ¿cómo se expresa matemáticamente la composición técnica del capital con diferentes
tipos de medios de producción? La respuesta nos indica que la composición técnica no es un
escalar, sino un vector.
6
La tasa de crecimiento de la composición técnica está determinada por la tasa de crecimiento de la masa de trigo
empleado para el proceso productivo; es decir, /=Q1/ Q1, ya que por suposición la cantidad de trabajadores no
varía. En términos generales del presente caso, la tasa de crecimiento de la composición técnica del capital es igual
a la diferencia de las tasas de crecimiento de la cantidad de trigo utilizado y el número de trabajadores:
ln()=ln(Q1)-ln(L). Por lo tanto, si ln()>0 ln(Q1)>ln(L).
7
Una forma alternativa para medir la composición técnica está desarrollada en el apéndice 1.
282
Marx, a 150 años de El Capital
Es decir, el valor que toma no está dentro del conjunto de los números reales R, sino que ahora
dicha composición está compuesta por un conjunto de números que forman una k-ada dentro del
espacio euclidiano Rk, cuando el proceso productivo emplea k distintos tipos de medios de
producción. En el caso concreto cuando se emplean únicamente máquinas y materias primas
como medios de producción para el proceso de elaboración de mercancías, está definida en
, y la denotamos mediante la siguiente forma.
∗
(4) = = ∗
Lo que se tiene con la ecuación 4 es una forma de expresar la composición técnica () mediante
sus componentes integrantes. El primer elemento (1*) expresa la relación existente entre el
número de máquinas (Q1) y trabajadores (L), mientras que el segundo (2*) muestra la relación
entre la cantidad de trigo requerido (Q2) y la cantidad de fuerza de trabajo (L) en el proceso
productivo. En términos gráficos, el panel A de la figura 1 ilustra la composición técnica del
capital: : → . Por otra parte, el panel B exhibe la composición técnica en dos diferentes
momentos del tiempo, durante el momento t y en el siguiente t+1. Ahora bien, para tener una
composición técnica diferente basta con que al menos alguno de sus elementos se modifique y de
esta forma también lo hace el vector.
8Otros dos casos de variación de la composición técnica son resultado de la multiplicación por un escalar; en este tipo de variación
todos y cada uno de sus componentes se ven afectados. Si asumimos que >0, entonces tenemos dos resultados: el primero que el
vector se prolonga sí y sólo si >1; el segundo, el vector se contrae cuando 0<<1.
283
Marx, a 150 años de El Capital
Entonces, el cambio tecnológico () implica una variación en la composición técnica. Una
forma de saberlo es mediante la comparación de todas las componentes que la integran en dos
momentos del tiempo. La ecuación 5 representa el cambio en la composición técnica, que no es
sino la transformación en la relación de los medios de producción y la fuerza de trabajo.
(5) Δ =( − )= ,
− ,
= ,
, , ,
Saber que existe o no un cambio tecnológico lo identificamos con el movimiento del vector de la
composición técnica. Pero ahora lo importante consiste en determinar la magnitud de ese cambio,
lo cual lo hacemos midiendo la distancia entre dos vectores. La variación en la composición
técnica del capital se expresa como la distancia (d) entre los dos puntos que representan. En
términos algebraicos esto se representa con la siguiente ecuación. Las ecuaciones 5 y 6 se leen
conjuntamente para expresar el cambio tecnológico, ya que en el caso de un retroceso el valor de
la ecuación 6 siempre es positivo, mientras que el de la 5 indica cuál de sus componentes
disminuyó.
(6) = , − , − , − ,
No obstante, el resultado de la distancia entre dos puntos no es un valor dentro del conjunto de
los números reales, ya que como se ha expresado con anterioridad (véase apéndice 1) no es
posible sumar diferentes tipos de medios de producción. Sin embargo, podemos considerarla
como variable proxy del cambio tecnológico. De esta forma, el cambio tecnológico, visto
mediante la composición técnica del capital, no se expresa mediante un único valor, sino como
una conjunción de variaciones en diversos aspectos del proceso productivo. En este caso
particular de dos medios de producción es la variación de la relación máquinas empleadas por
trabajador y la variación de materias primas consumidas productivamente por unidad de fuerza de
trabajo9.
Una vez desarrollados los casos más sencillos, ahora es necesario generalizar el análisis. Es decir,
consideremos el caso cuando el proceso de producción capitalista se compone de k diferentes
medios de producción, y por supuesto de fuerza trabajo. Aquí la composición técnica del capital
se expresa como un vector en el espacio euclidiano k-dimensional. La ecuación 7 representa
dicha composición como el conjunto de elementos individuales de la cantidad física de un
determinado tipo de medio de producción consumido por obrero. Es decir, 1 es la cantidad
consumida productivamente del medio de producción del tipo 1 -por ejemplo máquinas- por
unidad de fuerza de trabajo durante un período de tiempo determinado.
(7) = ⋮ = ⋮
∗
9
La distancia entre dos puntos, en este caso, es una función que tiene su dominio e imagen en el espacio euclidiano
dos dimensional.
284
Marx, a 150 años de El Capital
De igual forma como lo describimos para el caso de R2, un cambio absoluto en la composición
técnica del capital implica por lo menos una variación, positiva o negativa, de alguna de sus
componentes. La variación absoluta en la composición técnica del capital es igual a la diferencia
de ésta en dos momentos del tiempo. La ecuación 8 muestra el cambio en su conjunto de las
componentes de la composición técnica. Y la ecuación 9 representa el cambio de magnitud que
permite observar aproximadamente el cambio tecnológico.
, , Δ ,
(8) Δ =( − )= ⋮ − ⋮ = ⋮
, , Δ ,
(9) = , − , + ⋯+ , − ,
De igual forma que para el cado de R2, esta distancia entre los dos puntos no es factible dada la
distinta naturaleza de los medios de producción10. Por lo tanto, el cambio tecnológico que
experimenta el proceso de producción está definido no como la suma de las variaciones de las
diferentes componentes de la composición técnica, sino como el conjunto de variaciones de
dichas componentes. Para obtener la tasa de crecimiento del cambio tecnológico se requiere
obtener la relación entre la variación absoluta de la composición técnica del capital y su valor en
el período anterior al de referencia. Sin embargo, esto no es posible, ya que para ello requerimos
la inversa de un vector, el cual no existe. Y una posible solución es la siguiente.
Tomemos el vector de los recíprocos de los valores de la composición técnica del capital, pero
con un período de rezago, es decir de las componentes descritas por la ecuación 7. A este vector
lo multiplicamos por el indicado en la ecuación 8. Por lo tanto, tendremos una suma de las tasas
de crecimiento de las diferentes componentes de la composición técnica del capital. Y con este
cálculo eliminamos todo tipo de cualidad física de los medios de producción representado en la
ecuación 10.
τ t,1
k
(10)
τt
τ t -1
τ t -1,1
1 1
1 τ t,2
τ t -1,2 τ t -1,k τ t,1
j 1 τ t -1, j
τ t,k
10
Esta distancia es una f:RkR.
285
Marx, a 150 años de El Capital
Iniciamos con la ecuación que denota el capital adelantado (K) para ser valorizado, el cual se
compone, comúnmente, de capital constante (C) y capital variable (V), empero aclarando que el
primero sólo se compone de objetos de trabajo.
(a1) K=C+V
La siguiente ecuación es la correspondiente al valor mercantil (M), el cual está compuesto por la
suma del capital constante, el capital variable y la masa de plusvalor producida (P), que a su vez
se obtiene como el producto de la tasa de plusvalor (p) -determinada exógenamente- y el capital
variable11.
(a2) M=C+V+P
(a3) P = pV
(a4) P = R + ΔK
El ahorro del plusvalor se destina en la compra tanto de medios de producción como de fuerza de
trabajo adicionales (C, V), los cuales se sumarán a los que se reponen periodo tras periodo.
Tengamos presente, como suposición, que la cantidad que se destina al capital adicional es una
tasa () constante del plusvalor.
(a5) ΔK = ΔC + ΔV
(a6) ΔK = αP
Para el proceso de acumulación es necesario saber las cantidades del nuevo capital además de sus
respectivas proporciones, por tal razón consideramos la composición en valor del capital como
constante: Δ = 0.
(a7) = =
11
El valor del capital constante reaparece en su totalidad en el valor mercantil dado que se compone exclusivamente
de capital constante circulante, por lo tanto, su rotación es igual uno. Por su parte, la tasa de plusvalor es constante en
el proceso de acumulación capitalista; modificarla haría necesariamente se dinamice dicha tasa y sólo hacer más
complejo el modelo sin alterar los resultados.
286
Marx, a 150 años de El Capital
El primer modelo que vamos a presentar es el proceso de acumulación capitalista sin cambio
tecnológico donde la composición en valor del capital no presenta cambio alguno Δ = 0. Esto
significa que las condiciones materiales del proceso de producción se mantienen inalteradas a
través del tiempo por lo que la composición técnica representará que las cantidades de trabajo
vivo identificados en la fuerza de trabajo mueven las mismas cantidades de trabajo muerto
materializado en los medios de producción (objetos de trabajo).
ΔC + ΔV = αP (i)
ΔC = ΔV (ii)
Resolviendo el sistema de ecuaciones obtenemos el resultado de las dos variables incógnitas que
determinan la magnitud del capital adicional en su parte constante y variable.
ΔV = ; ΔC =
Una vez obtenidos estos valores se los sumamos a los correspondientes de las condiciones
iniciales. Esto representa que el capital constante y el variable están determinados por la tasa de
ahorro del plusvalor y de la composición en valor del capital. Además, la dinámica de las
variables de estudio ofrece un resultado interesante pues todas ellas crecen de manera constante y
a la misma tasa.
287
Marx, a 150 años de El Capital
Ante una situación en la que las condiciones del proceso de producción se mantienen en la misma
situación respecto a las iniciales, la composición del capital se mantiene constante, lo cual
manteniendo todo lo demás idéntico, la tasa de ganancia no se ve afectada, como se observa en la
Figura 1.
Por otro lado, tanto el capital en funcionamiento como sus partes constitutivas en constante y
variable presentan una dinámica constante al mantenerse las mismas condiciones tecnológicas
Figura 212. El resultado en general consiste en que el sistema económico crece en magnitud
manteniendo las proporciones.
El segundo modelo con base en capital circulante consiste en determinar sus resultados ante una
situación de cambio tecnológico Δ = β, donde β ∈ ℝ . Particularmente, si las condiciones
tecnológicas se modifican es porque así lo ha hecho la composición técnica del capital, no
obstante, es necesario tener precaución pues durante el proceso de reproducción capitalista las
proporciones de trabajo muerto a trabajo vivo se modifican. En otras palabras, es necesario
distinguir entre dos fracciones de capital (Kt) en funcionamiento en el proceso productivo durante
el momento t, el cual está compuesto por una parte que repone y renueva las condiciones
materiales del proceso de producción (K ∗ ) y por otra que deriva de la transformación de
plusvalor en capital (Kt).
(a8) K = K∗ + ΔK
12
Para desarrollar y ubicar un ejemplo numérico sobre este modelo véase el correspondiente anexo al final del
documento. La tasa de plusvalor tomada es 100%, mientras que la tasa de ahorro es 50% y el incremento de la
composición del capital es nulo.
288
Marx, a 150 años de El Capital
Ambas partes constitutivas del capital en funcionamiento (el de reposición y el adicional), ante un
escenario de cambio tecnológico, estás en función de las condiciones tecnológicas; es decir, de la
composición en valor del capital: K ∗ = f(ν ), ΔK = g(ν ). Para simplificar nuestra exposición
plantearemos el caso donde únicamente el capital adicional es afectado por la composición del
capital; es decir, la acumulación de capital se realiza en mejores condiciones tecnológicas
respecto a las del período anterior inmediato. De tal forma, tomaremos las ecuaciones siguientes
y resolveremos ante la mejora tecnológica.
ΔC + ΔV = αP (iii)
ΔC = ( + )ΔV (iv)
Resolviendo este sistema de ecuaciones, que determinará los incrementos del capital constante
más que proporcional que el capital variable, tenemos lo siguiente.
( )
ΔV = ( )
; ΔC = ( )
En este modelo mantenemos constante a la tasa de plusvalor, la cual al dinamizarla a través del
tiempo no modifica los resultados. La tasa de ahorro la mantenemos igualmente constante, que de
igual forma no afecta los resultados, sino por el contrario impulsa el proceso de producción, hasta
cierto nivel, sin ir en detrimento del rédito capitalista.13 Este modelo muestra dos resultados que
se ilustran en las siguientes dos gráficas; por un lado la relación entre la composición del capital
(cambio tecnológico) y la tasa de rentabilidad del capital Figura 3, por el otro lado la ley de
acumulación capitalista en cuanto desplazamiento de trabajo vivo por trabajo muerto en el
proceso de producción.
Este segundo resultado, es esencial en la dinámica de largo plazo del capitalismo porque genera
contradicción, ya que es el trabajo vivo el que genera valor y éste va disminuyendo a medida que
desarrolla la acumulación Figura 2.
13
De igual forma que el modelo anterior, al final del documento se presenta una tabla en forma de anexo donde se
identifican los datos correspondientes a las Figuras 3 y 4. La diferencia con el modelo anterior consiste en que el
incremento de la composición en valor del capital es del 0.2, el cual es considerado exógenamente.
289
Marx, a 150 años de El Capital
Conclusiones
Hasta este punto, lo que hemos realizado es un recorrido sobre la dinámica de la tecnología y su
incidencia sobre el proceso de acumulación. Pero dicho proceso lo empezamos con el modelo de
capital circulante -sin y con cambio tecnológico-; no obstante, el considerar el capital sólo bajo
esta forma impide concretar el comportamiento del sistema económico. Es por esto que
considerar el capital adelantado en su parte constante, conformado este sólo por circulante, tiene
que incorporarse la parte correspondiente a los medios de producción. Con lo anterior, se
identifica la rotación del capital total rotado (Kr) respecto al capital adelantado (K), lo que se
identifica en el número -o en su caso proporción- de rotaciones de este en un periodo de tiempo,
comúnmente un año: n = . Esta ecuación ofrecerá además la posibilidad de acumular una
mayor cantidad de capital sin que se haya consumido en su totalidad, para lo cual requiere
diferenciar el capital fijo del circulante.
El presente trabajo abona no sólo a la discusión sobre del proceso de acumulación teóricamente
visto, sino desde su dimensión histórica pues no se trata de abstracciones elocuentes sin
aplicación. Los resultados a los que hemos llegado se convierten es base metodológica de
aplicación para fenómenos concretos de la economía mexicana, independientemente, ya sea a
nivel sectorial o agregado. Pero lo más importante es estructurar un modelo didáctico- docente
que aporte al proceso de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes a nivel licenciatura,
particularmente economía, que identifiquen la dinámica económica.
Literatura citada
Gill, L. 1996. Fundamentos y límites del capitalismo. Madrid, Editorial Trotta.
Harvey, D. 1982. Los límites del capitalismo y la teoría marxista. (Ed.). Fondo de Cultura
Económico (FCE). México, DF.
290
Marx, a 150 años de El Capital
Marx, K. 1859. Contribución a la crítica de la economía política. (Ed.). Siglo XXI, 5ª edición en
español. México, DF.
Marx, K. 1867. El Capital. Crítica de la economía política. Tomo I. Volumen 1-3. (Ed.). Siglo
XXI, 22ª edición en español. México, DF.
Marx, K. y Friedrich, E. 1885. El Capital. Crítica de la economía política. Tomo 2. Volumen 4-5,
Siglo XXI, 18ª edición en español. México, DF.
Marx, K. y Friedrich, E. 1894. El capital. Crítica de la economía política. Tomo 3. Volumen 6-8,
Siglo XXI, 16ª edición en español. México, DF.
291
Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
En El capital Marx tiene por objetivo investigar el modo de producción capitalista y las
relaciones de producción e intercambio que se desarrollan en él, en palabras del autor, pretende
“sacar a la luz la ley económica que rige el movimiento de la sociedad moderna” (Marx, 1867
[2011]). Para llevar a cabo el desarrollo de este proyecto, investiga y presenta cómo se reproduce
la sociedad capitalista como una totalidad a través de un sistema de categorías económicas. Al
analizar el método de la economía política, Marx destaca la pertinencia de emplear uno que
permita examinar la sociedad moderna como una “totalidad con múltiples determinaciones y
relaciones” (Marx, 1857/1858 [2011]); es decir, un método que investigue la sociedad capitalista
y, a partir de una lógica, presente los resultados de la investigación. El estudio de la crisis del
modo de producción capitalista requiere de dotarse de categorías económicas que exterioricen los
elementos que constituyen su génesis, naturaleza y desarrollo. Por este motivo, en este
documento se analizan y desarrollan metodológicamente los fundamentos teóricos para el análisis
de la crisis desde el concepto de capital desarrollado por Marx. En suma, el objetivo es estudiar la
crisis del modo de producción capitalista desde el concepto marxista de capital mediante la
identificación y explicación de los niveles de abstracción de la crisis que se presentan en los
diferentes momentos del desarrollo categorial para reproducir el sistema como una totalidad.
292
Marx, a 150 años de El Capital
vida de ese objeto, es posible que al observador le parezca estar ante una construcción
apriorística” (Marx, 1867 [2011]).
Así, el método científico de Marx está conformado por dos momentos, a saber, el método de
investigación y el método de presentación 1. El método de investigación requiere identificar
empíricamente las categorías económicas que describan el funcionamiento del modo de
producción capitalista; es decir, formas categoriales que reflejen la articulación real y concreta de
las relaciones de producción y de intercambio a partir de un proceso de abstracción. Llegado a
este punto, el método de presentación desarrolla un proceso de elevación de los abstracto a lo
concreto utilizando estas categorías para dar un ordenamiento que las presente en función de la
lógica dialéctica. Éste es el método científico de la economía política. A continuación, se
profundiza sobre estos dos momentos.
El método de investigación
1
Existen diferentes interpretaciones sobre el método científico de Marx y su relación con la filosofía dialéctica de Hegel. Aunque
se reconoce la influencia de Hegel en el pensamiento de Marx, la interpretación de estudiosos marxistas sobre esta influencia es
diversa. Althusser (1965), en su obra Para leer El capital, considera que la influencia de Hegel en Marx sólo existe en el momento
del “joven Marx” (Manuscritos económicos y filosóficos, 1844); sin embargo, una vez que el autor se dedica a la crítica de la
economía política clásica, el “Marx maduro” (Contribución a la crítica de la economía política, 1859), rompe con el lenguaje y
método de Hegel; es decir, abandona la filosofía de Hegel. Otra vertiente está representada por los trabajos de Colletti (1969;
1977), que argumenta que una lectura hegeliana de El capital entorpece la interpretación teórica desarrollada por Marx dado el
carácter idealista de la dialéctica hegeliana que “mistifica” la dimensión materialista de la teoría de Marx.
En otro orden de ideas, en los años 70 surge en Alemania una corriente encabezada por Backhaus y Reichelt que tiene por
objetivo realizar una “nueva lectura de Marx” (Heinrich, 2004) a partir de un análisis global de los trabajos de Marx que incluyen
El capital, los Grundrisse, crítica de la economía política y los manuscritos económicos y filosóficos, entre otros. Se argumenta la
necesidad de una “reconstrucción” de la crítica de la economía política desde una estructura metodológica que enfatiza la
influencia de Hegel en Marx para la exposición dialéctica de categorías. A este respecto, en el prólogo de crítica de la economía
política. Una introducción a El capital de Marx de Heinrich (2004), Ruiz subraya que la “exposición dialéctica de las categorías
no es el resultado de una trasferencia o aplicación de las categorías de la lógica hegeliana a la materia de la economía política, se
trata más bien de que sólo a partir del sistema de Hegel se puede alcanzar la estructura lógica de la exposición que desarrolla
Marx en El capital” (Ruíz, 2008).
Sobre la base de este enfoque, surge una lectura de autores que pertenecen a la “nueva dialéctica” o “dialéctica sistemática”
(véanse Reuten y Williams (1989), Robles (1990); Smith (1993); Arthur (1993), entre otros) en la que proponen la necesidad de
una estructura dialéctica y sistemática de presentación de las categorías económicas que acompañe el desarrollo sistemático de
Hegel. Estos autores tienen en común el reconocimiento de que el método científico de Marx se divide en dos fases, la
investigación y la exposición; no obstante, divergen teóricamente en la relevancia de la fase de la investigación para la
presentación y viceversa. Por tanto, no confluyen en si las categorías emergen sólo de la investigación o sólo de la presentación.
En este trabajo, se reconoce que las categorías económicas que utiliza Marx tienen un punto de partida en la realidad concreta y
dialéctica y éstas se desdoblan en la presentación utilizando la lógica dialéctica, pero que este desdoblamiento también da lugar a
nuevas categorías. El principio organizador de este proceso es el concepto de capital.
293
Marx, a 150 años de El Capital
“Las categorías expresan por lo tanto formas de ser, determinaciones de existencia, a menudo
simples aspectos, de esta sociedad determinada” (Marx, 1857/1858 [2011]).
“Las categorías económicas no son más que expresiones teóricas, las abstracciones de las
relaciones sociales de producción” (Marx, 1847 [1987]).
De esta manera, el método científico seleccionado tiene que responder a la forma histórica en que
se nos presenta nuestro objeto de estudio. En este sentido, la sociedad capitalista, que es el objeto
de estudio en El capital de Marx, está compuesta por relaciones de producción material y social,
y por relaciones de intercambio tanto al interior como entre clases sociales, relaciones que son
resultado de una formación histórica determinada. Es un proceso social mediado por el
intercambio generalizado y producción de mercancías, elemento central de la actividad material y
su relación continua con el hombre. De este modo, las relaciones sociales se manifiestan como
relaciones entre cosas.
“Dado que la realidad material que constituye el ámbito científico es cambiante, las categorías
teóricas o del pensamiento que nos sirven para explicar esta realidad están sometidas a esta
dinámica. Por tanto, el primer aspecto del método de Marx que queremos señalar es su
concepción de la realidad material en continua evolución. Este aspecto lo denominamos
concepción dialéctica de la realidad social” (Cámara, 2002).
El que la realidad se manifieste como dialéctica conlleva que ésta se compone tanto de esencias
como de apariencias. Es decir, el considerar al modo de producción capitalista como una
totalidad con múltiples determinaciones implica que en ésta están contenidas las esencias y las
apariencias2. Así, el inicio del método científico de Marx está en la realidad concreta que se
presenta como dialéctica, en este sentido, la relación dialéctica entre la esencia y la apariencia son
elementos de la realidad. Enseguida, se investigan las relaciones y determinaciones que articulan
2
Hegel explica que las apariencias son las existencias inmediatas, que se encuentran en el fenómeno; y las esencias
son el contenido de éstas. Así, al considerar la realidad como dialéctica implica que el fenómeno es la manifestación
de la esencia, por este motivo, la totalidad con sus múltiples determinaciones es resultado de la relación dialéctica
entre las apariencias y esencias. En el prólogo de la Ciencia de la lógica, Mondolfo enfatiza lo anterior:
“La esencia es negación del ser inmediato, el cual, sin embargo, a pesar de ser apariencia ilusoria, está en relación
con el ser esencial. (…) La filosofía, por ende, no puede aceptar las separaciones establecidas por el intelecto; ella
descubre que todos los seres son opuestos (Entgegengesetzt) y en esa oposición, que es distinción y vinculación al
mismo tiempo, se funda la dialéctica. (…).
El desarrollo del sistema dialéctico parte del ser inmediato, que por su misma existencia se relaciona y opone a su
fundamento; es decir, tiene relación, sea con otras existencias inmediatas (apariencias), sea con la esencia que las
sostiene a todas, de manera que cada una es apariencia de la esencia, o sea fenómeno (Erscheinung). Pero la esencia
no contiene nada más que lo que aparece en el fenómeno; no hay oposición entre un interior (esencia) y un exterior
(fenómeno); el fenómeno es la manifestación completa de la esencia, vale decir, es realidad (Wirklichkeit)”
Mondolfo, (1982) 14-15 pp. Énfasis añadido).
294
Marx, a 150 años de El Capital
El método de presentación
“A partir de la idea de que la ciencia debe adoptar la lógica apropiada al carácter particular del
objeto bajo investigación (Marx, 1975) y que, en consecuencia, para investigar el modo de
producción capitalista se requiere necesariamente de un método que lo pueda captar bajo su
propia lógica como una realidad invertida, producida y dominada por el capital, Marx considera
que la lógica que corresponde a esta realidad y, por lo tanto, el método por medio del cual se
deben presentar los resultados de la investigación sobre el capital, en virtud de que es la base de
la producción capitalista, es aquel que corresponde a la lógica dialéctica” (Robles, 2011).
“Efectuar claramente la división [[de nuestros estudios]] de manera tal que [[se traten]]: 1) las
determinaciones abstractas generales que corresponden en mayor o menor medida a todas las
formas de sociedad, pero en el sentido antes expuesto; 2) las categorías que constituyen la
articulación interna de la sociedad burguesa y sobre las cuales reposan las clases fundamentales.
Capital, trabajo asalariado, propiedad territorial. Sus relaciones recíprocas. Ciudad y campo. Las
tres grandes clases sociales. Cambio entre ellas. Circulación. Crédito (privado); 3) síntesis de la
sociedad burguesa bajo la forma del Estado. Considerada en relación consigo misma. Las clases
‘improductivas’. Impuestos. Deuda pública. Crédito público. La población. Las colonias.
emigración; 4) relaciones internacionales de la producción. División internacional del trabajo.
Cambio internacional. Exportación e importación. Curso del cambio; y 5) el mercado mundial y
las crisis” (Ibíd.).
295
Marx, a 150 años de El Capital
“[L]a presentación se mueve hacia delante por la trascendencia de la contradicción y por el hecho
de proporcionar los fundamentos cada vez más concretos -las condiciones de existencia- de la
determinación abstracta puesta previamente. (…).
“El término ‘momento’ se refiere a los componentes de cada progresión de la presentación. Cada
nuevo momento marca una progresión conceptual. En general, un momento es una composición
de conceptos que pertenecen juntos, estos conceptos se postulan así como inmediatamente
conectados, o conectados por un concepto mediador. Este concepto mediador es el capital”
(Reuten, 2014).
Así, el método de presentación requiere partir de categorías abstractas, que expresen relaciones
simples, e ir identificando y construyendo categorías concretas que expresen relaciones cada vez
más complejas. Las categorías económicas abstractas y simples deben dar lugar a categorías
3
En los trabajos de Reuten y Williams (1989) y Reuten (2014), del que se recuperan elementos relacionados con el
método de presentación, se formula una interpretación de El capital como una obra organizada a partir de un
desarrollo sistemático conceptual basado en la lógica de Hegel. Esta explicación es conocida como la dialéctica
sistemática. La dialéctica sistemática pone énfasis en el método de presentación como una fase orientada a presentar
y ordenar sistemáticamente las categorías en momentos de presentación que son resultado de un ordenamiento
dialéctico conceptual.
296
Marx, a 150 años de El Capital
económicas concretas y complejas. Este desarrollo lógico conceptual está determinado por la
conexión interna de cada categoría, de manera que cada una de ellas se desarrolla a partir de la
anterior. Es el camino teórico que describe un método científico de presentación adecuado de la
economía política.
En suma, Marx divide el estudio en dos fases: el momento de la investigación, que permite
identificar las categorías que corresponden a una realidad dialéctica y avanzar hacia el momento
de la presentación, el segundo momento, que permite articular estas categorías desde su conexión
interna a partir de una lógica dialéctica.
El capital es el concepto central del método científico de Marx para investigar el modo de
producción capitalista y sacar a la luz la ley económica que rige el movimiento de la sociedad
moderna. En este sentido, el capital como principio ordena simultáneamente el método de
investigación y el método de presentación. Es una categoría mediadora 4. La relevancia del capital
como concepto fundamental para estudiar el capitalismo es enfatizado por Marx cuando describe
que “El capital es la potencia económica, que lo domina todo, de la sociedad burguesa. Debe
constituir el punto de partida y el punto de llegada” (Marx, 1857/1858 [2011])5.
Las implicaciones de considerar al capital como elemento central del método científico de Marx
son las siguientes: en primer lugar, conlleva a tener en cuenta que el método de Marx es
simultáneamente investigación y presentación; es decir, que el ordenamiento sistemático de las
categorías económicas es constantemente cotejado por la investigación empírica y el capital
representa la categoría mediadora en este proceso. En segundo lugar, significa que aunque en la
fase de investigación se identifican la mayoría de las categorías, en la fase de la presentación
pueden surgir nuevas categorías; es decir, se reconoce la dinámica histórica y lógica de las
formas que toma el capitalismo, las formas contingentes que adquiere el capital 6.
4
Sobre el concepto de mediación, Pontes precisa que una categoría es mediadora cuando funciona como articulación
entre las relaciones de una estructura, en palabras del autor: “La mediación aparece en el complejo categorial con un
poder fuerte de dinamismo y articulación. Es responsable por las relaciones móviles que se operan en el interior de
cada complejo relativamente total y de las articulaciones dinámicas y contradictorias entre las estructuras socio-
históricas. (…).
La categoría mediación posee tanto la dimensión ontológica como la reflexiva. Es ontología, porque está presente en
cualquier realidad independientemente del conocimiento del sujeto; es reflexiva, porque la razón supera el plano de
la inmediaticidad (apariencia) en busca de la esencia, necesita construir intelectualmente mediaciones para
reconstruir el propio movimiento del objeto” Pontes (1995).
5
El punto de partida como resultado de investigar empíricamente la sociedad moderna; punto de llegada como
resultado del conocimiento logrado por la investigación teórica de la forma en que se desarrolla el modo de
producción capitalista. Ambos puntos es el capital.
6
Lo contingente posee determinaciones históricas y lógicas. En el análisis del modo de producción capitalista se
reconoce que surgen categorías que en un momento histórico son contingentes y posteriormente se manifiestan. Es
decir, se consideran que en el desarrollo histórico del capitalismo el capital siempre tiene existencias contingentes.
Desde la dimensión lógica, Hegel describe que en el desarrollo categorial para representar una realidad lo
contingente es un elemento de la determinación aparencial y esencial de la realidad:
“Lo contingente es un real, que al mismo tiempo se halla determinado sólo como posible, y cuyo otro lo contrario
existe igualmente. Por consiguiente esta realidad es puro ser o pura existencia, pero puestos en su verdad, que es la
de valer como un ser-puesto o sea como posibilidad” (Hegel, 1811 [1982], pág. 208).
297
Marx, a 150 años de El Capital
El capital es un análisis teórico del funcionamiento del modo de producción capitalista. En esta
obra, Marx estudia las relaciones capitalistas desde una estructura lógica. Es una crítica de la
economía política organizada como un proyecto teórico de investigación y exposición del modo
de producción capitalista7. Es a partir de la investigación y elaboración de categorías económicas
que se construye un desarrollo lógico para examinar el capitalismo como una totalidad. En este
sentido, la exposición teórica se realiza a partir de un desarrollo conceptual determinado por la
conexión interna de cada categoría desde la lógica dialéctica 8. En este apartado, establecemos la
relación entre el sistema de Hegel y el trabajo de Marx, es decir, postulamos los elementos que
permiten hacer una lectura desde la lógica dialéctica de El capital 9.
7
El énfasis que hace Marx en el subtítulo de El capital como una crítica de la economía política conlleva una lectura
reflexiva sobre el objetivo de la obra. En general, se entiende como una indicación de que el objetivo del proyecto es
analizar el capitalismo a partir de una crítica al sistema teórico de la economía política de autores precedentes y
contemporáneos. No obstante, esto no quiere decir que el objetivo central sea analizar críticamente las distintas
teorías existentes y con esto sólo presentar una nueva teoría que subsane las confusiones teóricas de la economía
política. Esto representaría una comprensión limitada de la obra. El uso de la expresión de crítica incorpora que el
objetivo es comprender el movimiento del modo de producción capitalista como una totalidad, como un proceso
social con múltiples determinaciones que puede ser examinado desde la elaboración de categorías económicas.
Asimismo, implica un juicio sobre las relaciones sociales burguesas, del papel de la clase dominante en el proceso de
explotación y la base para generar una conciencia de clase para invertir el proceso de dominación. A este respecto,
Heinrich formula algunas ideas sobre el entendimiento del significado de crítica en Marx:
“Pero como lo pone de manifiesto el mismo subtítulo de El capital, Marx no quería hacer una ‘economía política’
alternativa, sino una ‘crítica de la economía política’, lo que supone que todo nuevo planteamiento científico
contiene también la crítica de las teorías anteriores (…) Pero para Marx se trata de algo más que de una crítica en
este sentido, ya que no se limita a criticar ciertas teorías, sino que se dirige más bien a la economía política en su
totalidad: es una crítica de los presupuestos categoriales de toda una ciencia. Este carácter general de la crítica lo
pone de manifiesto Marx ya a finales de la década de 1850 en una carta a Ferdinand Lassalle:
El trabajo del que se trata, en primer lugar, es la crítica de las categorías económicas o, if you like, el sistema de la
economía burguesa expuesto críticamente. Es al mismo tiempo la exposición del sistema y a través de la exposición
la crítica del mismo (MEW 29), subrayado de Marx).
(…) la crítica pretende disolver el campo teórico (es decir, las ideas que se consideran evidentes de por sí y las
representaciones que se producen espontáneamente) al que las categorías de la economía política deben su aparente
plausibilidad; el ‘absurdo’ de la economía política tiene que ponerse de manifiesto. Aquí confluyen la crítica del
conocimiento (por tanto, la pregunta por cómo es posible el conocimiento) y el análisis de las relaciones de
producción capitalistas: ninguna de las dos es posible sin la otra”
8
Con esto, no se argumenta que la exposición dialéctica de Marx en El capital sea el resultado de una aplicación
literal de las categorías de la lógica dialéctica de Hegel a la crítica de la economía política. Sino que se trata de la
construcción de un sistema categorial que desarrolla Marx para investigar y exponer el modo de producción
capitalista. Este sistema utiliza la lógica hegeliana para exponer la conexión interna de las categorías económicas que
explique el funcionamiento del capitalismo como una totalidad con sus múltiples determinaciones.
9
En virtud ello, rechazamos las interpretaciones de El capital como una obra de carácter esencialmente histórico
Kautsky (1887); Lenin (1917). También la interpretación de la obra como un análisis del “capitalismo de la
competencia”, y como una fase anterior al imperialismo (Hilferding 1910 y Luxemburgo 1913) (Heinrich, 2008, pág.
48). Finalmente, se niega rotundamente que la relevancia teórica de El capital sólo sea válida en el contexto del
capitalismo del siglo XIX, y resultado de las transformaciones de las relaciones del capitalismo en el siglo XX e
inicios del XXI, el análisis y las propuestas teóricas de Marx estén caducos.
298
Marx, a 150 años de El Capital
Marx define al capital como la categoría que representa el punto de partida y el punto de llegada,
la potencia económica, la articulación interna de la sociedad burguesa, en palabras del autor:
“El capital es la potencia económica, que lo domina todo, de la sociedad burguesa. Debe
constituir el punto de partida y el punto de llegada. (…). En consecuencia, sería impracticable y
erróneo alinear las categorías económicas en el orden en que fueron históricamente determinadas.
Su orden de sucesión está, en cambio, determinado por las relaciones que existen entre ellas en la
moderna sociedad burguesa, y que es exactamente el inverso del que parece ser su orden natural o
del que correspondería a su orden de sucesión en el curso del desarrollo histórico. No se trata de
la posición que las relaciones económicas asumen históricamente en la sucesión de las distintas
formas de sociedad. Mucho menos de su orden de sucesión ‘en la idea’ (una representación
nebulosa del movimiento histórico). Se trata de su articulación en el interior de la sociedad
burguesa. Articulación contenida en el capital” (Ibíd.).
El capital como concepto es presentado como una totalidad de momentos inseparables, unidad
orgánica con movimiento propio. Este movimiento tiene el atributo de ser una suma de valor
adelantado que tiene la capacidad de valorizarse; en palabras de Marx: “[e]l valor adelantado
originariamente no sólo, pues, se conserva en la circulación, sino que en ella modifica su
magnitud de valor, adiciona un plusvalor o se valoriza. Y este movimiento lo transforma en
capital” (Marx, 1867 [2011]). Asimismo, “el valor se convierte en el sujeto de un proceso en el
cual, cambiando continuamente las formas de dinero y mercancía, modifica su propia magnitud,
en cuanto plusvalor se desprende de sí mismo como valor originario, se autovaloriza” (Ibíd.).
Estas características constituyen la estructura lógica interna de valorización del capital.
En este sentido, el concepto de capital como valor que se valoriza a sí mismo subordina las
condiciones de existencia a sus propios fines; es decir, es un proceso, un movimiento, un valor
que se vuelve valor en proceso, y, por lo tanto, en capital. Por consiguiente, “la autovalorización
implica tanto la conservación del valor presupuesto, como la reproducción del mismo” (Marx,
1857/1858 [2011]). La manifestación del capital como una totalidad conlleva que las formas en
que se reproduce el sistema económico, a saber, mercantiles, dinerarias, productivas, financieras,
entre otras, estén articuladas, conectadas y condicionadas recíprocamente para conservar su
lógica interna, en palabras de Dussel (1985), la “totalidad concreta de las múltiples
determinaciones (dinero, trabajo asalariado subsumido, medio de producción, producto,
mercancía) es el ciclo a través de los cuales su ser, el valor, circula (ontológicamente)” (Dussel,
1985)10. De este modo, la lógica de su presentación debe mostrar cómo se reproduce el sistema a
sí mismo como un todo, una lógica del desarrollo dialéctico conceptual.
10
Desde la lectura metodológica que se hace de las categorías que utiliza Marx, Dussel explica que el valor se
presenta como el ser, en semejanza con la lógica de Hegel (en La doctrina del ser), como lo “inmediato
indeterminado, sin contenido, lo universal; sólo en sí, no desplegado, no exteriorizado” (Dussel, 1985, pág. 188). Así,
se relaciona este concepto con el de “valor” utilizado por Marx, como se puede apreciar en la evidencia textual que
se encuentra en el prólogo a la primera edición de El capital, Marx presenta la forma inicial de valor como una
categoría simple: “la forma de valor, cuya figura acabada es la forma de dinero, es sumamente simple y desprovista
de contenido” (Marx, 1867 [2011], pág. 6).
299
Marx, a 150 años de El Capital
En virtud de ello, la lógica de presentación del capital está constituida de momentos ordenados y
relacionados entre sí de forma sistemática y sincronizada; es un despliegue categorial que
obedece a los momentos necesarios para la reproducción de lo concreto a través de sus múltiples
determinaciones. Esto ofrece a la reconstrucción del concepto momentos progresivamente más
concretos y determinados. “formando una cadena secuencial de relaciones negativas internas a
través de las cuales las categorías precedentes constituyen la presuposición de las categorías que
son progresivamente puestas (…) dialécticamente negadas, en otras palabras, como las categorías
son determinadas progresivamente, las precedentes no sólo se conservan, sino además se
fundamentan regresivamente, probando ser así necesarias para las consecuentes” (Robles &
Escorcia, 2013).
En el tomo I de El capital Marx inicia su exposición del modo de producción capitalista a partir
del análisis de la mercancía como una categoría bifacética, a saber, unidad de valor de uso y valor
de cambio: “la riqueza de las sociedades en las que domina el modo de producción capitalista se
presenta como un enorme cúmulo de mercancías” (Marx, 1867 [2011]). La mercancía en su
carácter de valor de uso está determinada como la forma natural material del producto del trabajo,
es decir, para producir una mercancía se requiere un determinado tipo de actividad productiva,
definida por un trabajo creador de valores de uso, a saber, trabajo útil. El producto del trabajo
llega a revestir una forma social particular a partir del desarrollo de la producción capitalista, la
forma social de valor. Así, la categoría de valor como relación social de producción y la de
mercancía, constituyen una primera base para la comprensión de la naturaleza de la crisis.
La mercancía en su dimensión de valor de uso se presenta como propiedad natural- material del
producto de trabajo humano y en su carácter de valor de cambio adquiere una forma social. De
este modo, en el modo de producción capitalista la primera condición es que el producto debe ser
una mercancía y por tanto, expresarse como dinero, es decir, pasar por un proceso de
metamorfosis, donde “en la medida en que el proceso de intercambio transfiere mercancías de
manos en las cuales son no- valores de uso, a manos en las que son valores de uso, estamos ante
300
Marx, a 150 años de El Capital
un metabolismo social” (Ibíd.). En este sentido, un primer elemento en relación con el análisis
abstracto de la crisis apunta a cómo un cúmulo de valores de uso producidos sólo pueden
enfrentarse como mercancías en la medida en que expresen trabajos útiles cualitativamente
diferentes.
Este cúmulo de valores de uso, que en el capitalismo reviste una forma social, entra en
contradicción como valor-capital. El proceso de la producción y el intercambio de mercancías
implican relaciones contradictorias recíprocamente excluyentes donde la crisis aparece como una
manifestación de la contradicción elemental del modo de producción capitalista, a saber, la
contradicción del capital frente al trabajo, misma que tiene origen desde el desdoblamiento de la
mercancía en mercancía y dinero y que personifica el carácter antagónico del modo de
producción capitalista. Marx explica cómo, en proceso de producción capitalista, el valor de uso
y valor se contraponen en la forma mercancía y dinero:
Esta identidad de venta y compra, configurada por la interacción entre un poseedor de mercancía
y uno del dinero, revela la función del dinero como medio de circulación, donde el dinero
“adopta la forma de equivalente general” (Ibíd.). Así, en el acto de intercambio donde la compra
y la venta se presentan como dos procesos autónomos y opuestos, y en el papel del dinero como
medio de circulación, emana la posibilidad de un acto violento que radica en la posibilidad de la
separación del acto de compra y venta, es decir, entraña la posibilidad de la crisis.
En este sentido, el papel del dinero como medio de circulación es fundamental para comprender
cómo la mercancía tiene que convertirse en su contrario, en su forma complementaria, es decir,
en forma dinero, tal como Marx lo enfatiza:
“Por tanto, la posibilidad de la crisis, en la medida en que se manifiesta bajo la forma simple de la
metamorfosis surge solamente del [hecho de] que las diferencias de forma -las fases- que recorre
en su movimiento son, en primer lugar, formas y fases que necesariamente se complementan y
que, en segundo lugar, a pesar de esta necesaria concatenación interna, pueden disociarse la una
301
Marx, a 150 años de El Capital
En suma, Marx muestra que la posibilidad general de la crisis es la forma más abstracta, pero a su
vez es la condición necesaria para una crisis general (crisis en potencia). En la cualidad
contradictoria del dinero como medio de circulación y medio de cambio se encuentra entrañadas
esta posibilidad. En la primer forma, el dinero como medio de circulación (forma simple), la
posibilidad abstracta de la crisis sólo está en que no se complete la operación de la trasformación
de mercancía en dinero (que no se desglose la compra y la venta); no obstante, en la segunda
forma, cuando el dinero ya es medio de pago, existe todo un desarrollo más completo del
funcionamiento del sistema, porque si, por ejemplo, el dinero en su forma de pago está
representado por una letra de cambio y esta circula (gira entre varios productores intermediarios)
como elemento de promesa de pago entre varios productores intermediarios (de insumos) de
cierta cadena productiva, la posibilidad de que no se realice el valor en la mercancía, es decir, que
no se pueda reponer el capital constante, es un componente de la crisis general (o como lo
denomina Marx, una crisis general de superproducción de mercancías).
En esta circulación aparece el capital como un valor que recorre toda la secuencia de
transformaciones conectadas y condicionadas recíprocamente, “una serie de metamorfosis que
constituyen otras tantas fases o estadios de un proceso global. Dos de estas fases pertenecen a la
esfera de la circulación, una a la esfera de la producción. En cada una de estas fases el valor de
capital se encuentra en una figura distinta, a la que corresponde una función diferente, especial.
Dentro de este movimiento el valor adelantado no sólo se conserva, sino que crece, aumenta su
magnitud. Finalmente, en la última fase, retorna a la misma forma bajo la cual apareció al
iniciarse el proceso global. Por eso este proceso global es un proceso cíclico” (Ibíd.). En general,
las formas que adopta el valor como capital son las de capital dinero y capital mercantil, y en el
proceso productivo, capital productivo.
302
Marx, a 150 años de El Capital
En este proceso cíclico, la función del dinero como medio de pago se convierte en función del
capital dinerario; éste aparece en el inicio y final del ciclo completo, D... D; es decir, el valor
como capital existe aquí como forma dineraria. Esta característica constituye la conexión del
ciclo del capital industrial con cada una de sus fases, donde la función del dinero es función del
capital, conectando así todas fases del ciclo. De esta manera, en este desarrollo del capital
industrial y su relación con el capital dinero se sitúa otra dimensión abstracta del análisis de la
crisis: la función de D’ como capital depende fundamentalmente de la relación con la función del
capital como mercancía, es decir, con el capital mercantil M’. D’ y M’ expresan el resultado de la
autovalorización del capital que ocurre en el proceso de producción. De esta manera, “si la
continuación del proceso de circulación tropieza con obstáculos, de manera que D, por
circunstancias exteriores (situación del mercado, etc.), debe suspender su función D - M y por eso
permanece, durante más o menos tiempo, en su estado de dinero, nos hallamos nuevamente ante
un estado tesáurico del dinero, estado que también aparece en la circulación mercantil simple tan
pronto como el tránsito de M- D a D- M se ve interrumpido por circunstancias exteriores. Es un
atesoramiento involuntario” (Ibíd.).
Además, en el ciclo del capital productivo, donde una de las funciones del capital industrial se
encuentra en su forma productiva, podemos vincular las crisis como resultado de la
sobreproducción de mercancías, inherente de que el modo de producción capitalista se presenta
como un gran cúmulo de mercancías y de éste depende el proceso de acumulación de capital:
“todo el proceso de la acumulación se traduce, ante todo, en superproducción, que responde, de
una parte, al crecimiento natural de la población y que, de otra parte, constituye una base
inmanente para los fenómenos que se manifiestan en la crisis. La medida de esta superproducción
es el capital mismo” (Marx, 1861-1863 [1980]). Así, estamos hablando aquí de las crisis como
resultado de las variaciones de valor en los elementos que conforman el capital productivo y que
se manifiesta en el trastorno de la retroconversión de mercancía en dinero. Este momento provoca
la disminución en volumen de ganancias y el volumen del salario. Por tanto, hablamos aquí de la
crisis de desproporción. En la que la proporción en que el dinero tiene que retroconvertirse en las
distintas partes integrantes del capital para continuar la producción en la escala anterior no son las
mismas.
“En primer lugar cuando nos limitamos a considerar la naturaleza de la mercancía nada se opone
a que haya en el mercado plétora de todas las mercancías y de que por tanto, todas bajen de
precio. Aquí sólo se trata en efecto del momento de la crisis. Todas las mercancías, en efecto,
303
Marx, a 150 años de El Capital
exceptuando el dinero pueden existir en exceso. Que la mercancía necesita representarse como
dinero quiere decir, sencillamente, que esa necesidad existe para todas las mercancías. Y del
mismo modo que para una determinada mercancía existe la dificultad de llevar a cabo esta
metamorfosis, puede existir para todos. La naturaleza general de la metamorfosis de las
mercancías –que implica el desdoblamiento de la compra y la venta ni más ni menos que su
unidad, lejos de excluir la posibilidad de un general glut, entraña la posibilidad de él” (Ibíd.).
Además, en este nivel nos encontramos también las crisis como resultado de la desproporción.
Las esferas de la producción industrial dependen de las proporciones en las que se amplía el
proceso de producción; no obstante, en éstas se generan desproporciones entre las diferentes
formas del capital que el mismo proceso tiene que compensar; es decir, un desequilibrio entre las
ramas de la producción, y esto lo hace fundamentalmente a través de un proceso violento que es
la crisis. Este proceso tiene por medida al propio capital porque “el verdadero límite de la
producción capitalista lo es el propio capital; es éste: que el capital y su autovalorización
aparecen como punto de partida y punto terminal, como motivo y objetivo de la producción; que
la producción sólo es producción para el capital, y no a la inversa” (Marx, 1894 [2011]).
Finalmente, en la presentación de los elementos para una teoría integral de la crisis, el tomo III de
El capital y los manuscritos de 1863/65 abordan un momento más concreto para el análisis de la
crisis.11 En éstos Marx estudia las formas que adquiere el capital como formas ya autonomizadas,
a saber, el capital productivo y comercial, y el capital que devenga interés y su tendencia a ser
ficticio; asimismo, analiza la formación del crédito capitalista (crédito comercial y crédito
bancario) a partir de las determinación del dinero, ya como capital-dinerario; la formación lógica
del capital para el comercio del dinero; el sistema crediticio y finalmente, la tasa de interés y la
tasa media de ganancia (Fineschi, 2005).
11
Fineschi (2001) señala que es necesario retomar el plan expresado por el propio Marx sobre la presentación del
concepto de capital. En la opinión de este autor, dado que Marx no concluyó en vida la edición del tomo III de El
capital y que ésta estuvo a cargo de Engels, la edición póstuma rompe con la unidad de exposición de Marx sobre el
concepto. Por tanto, es necesaria una interpretación coherente a partir de los propios manuscritos para la presentación
de una estructura completa del concepto como una totalidad del capital.
304
Marx, a 150 años de El Capital
Así, el desarrollo del sistema crediticio se relaciona la crisis inherente de la expansión del modo
de producción capitalista; además, en el capital que devenga interés y su tendencia a ser ficticio
se ubica una dimensión de la crisis vinculada con el mecanismo de valorización a partir del
proceso de financiamiento y donde la existencia del dinero como mera propiedad presupone la
crisis. En efecto, para el análisis de la crisis, el capital que devenga interés y el capital ficticio son
dos niveles de abstracción de envergadura, en estas formas del capital está el contenido del
proceso de financiarización y la propiedad del dinero como fuente de ganancia.
Literatura citada
305
Marx, a 150 años de El Capital
Nakatani, P. y Marques, R. 2013. El capital ficticio y sus crisis. In: Silvia, C. y Lara, C. La crisis
global y el capital ficticio. Santiago de Chile. CLACSO. 13-70 pp.
Reuten, G. 2005. El trabajo difícil de una teoría del valor social: metáforas y dialéctica
sistemática al principio de El capital en Marx. In: M. R. (Ed.). Dialéctica y capital.
Elementos para una reconstrucción de la crítica de la economía política. Universidad
Autónoma Metropolitana (UAM). México, DF. 31-58 p.
Robles, M. 2005. La dialéctica de la forma del valor o la génesis lógica del dinero. In: Robles, M.
Dialéctica y capital. Elementos para una reconstrucción de la crítica de la economía
política. Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). México, DF. 171-218 pp.
Robles, M. 2011. Marx: lógica y capital. La dialéctica de la tasa de ganancia y la forma-precio.
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). México, DF.
Robles, M. y Escorcia, R. 2013. La dialéctica del trabajo, valor y precio en la conceptualización
del capital de Marx: una reconstrucción. Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)-
Xochimilco. Documento inédito. México, DF.
Smith, T. 1990. The Logic of Marx’s capital. Replies to hegelian criticisms. New York:
University of New York Press.
Sweezy, P. 1976. Teoría del desarrollo capitalista. Monthly Review. 28(27).
306
Marx, a 150 años de El Capital
Natalia Helena Jarquín Sánchez1, Eréndira Almanza Valdés2 y José Alfredo Castellanos Suárez1
1
Universidad Autónoma Chapingo. 2Universidad Autónoma del Estado de México-Centro Universitario
Texcoco. Estado de México. [email protected].
Resumen
El estudio crítico del fenómeno turístico difícilmente obvia al mismo como un hecho histórico; es
decir, la complejidad del turismo necesariamente contempla su devenir en la historia a través de
rupturas que abrieron camino al fenómeno tal y como lo observamos en la globalizada actualidad,
y que al mismo tiempo explica su vigencia e importancia en el sistema capitalista. El presente
trabajo es una aproximación del carácter fetichista del turismo, como mercancía en sí; es decir, la
experiencia turística, pero también de otros elementos fundamentales en el sistema turístico que
importan su valor de uso, como la infra, la superestructura, el equipamiento y el giro del arte, la
cultura, y la naturaleza en objetos cuyo valor radica principalmente en su uso. Este documento
esboza una reflexión sobre algunas prácticas turísticas tales como el turismo comunitario y el
turismo Pro Pobre como estrategias para mitigar los estragos de la pauperización en el actual
sistema capitalista.
Introducción
La evocación de la palabra turismo implica nociones tan diversas como su naturaleza misma; así
podemos pensar en viaje, vacaciones, hospedaje, comida, entretenimiento, playa, pero podemos
también relacionar al turismo con cuestiones más complejas como el tiempo libre y el ocio como
prácticas de orden social, al descanso como motivación de desplazamiento y a éste también como
una necesidad fisiológica de primer orden según Maslow (1987).
Cambiar el enfoque y pensemos ahora en los servicios como generadores de gasto y derrama
económica, podemos pensar en desarrollo y crecimiento, pero también en los fantasmas que estos
conceptos esconden y que acompañan al turismo. Podemos pensar en esa dulce promesa de la
industria sin chimeneas frente a recesiones y crisis económicas de orden mundial, promesa
vigente, pero con nueva faz.
Pensemos en los estragos que el sistema capitalista ha logrado a través del turismo sobre la
cultura y la naturaleza. Pero pensemos también en las posibilidades del turismo, evoquémoslo
como medio educativo cultural y ambiental, como actividad apropiada y gestionada por
comunidades y sectores de la población que parecían estar destinados a la marginación.
Busquemos en la historia aquellos momentos que han devenido al turismo como lo observamos
307
Marx, a 150 años de El Capital
hoy en día, de una actividad aparentemente elitista a principios del siglo XVIII a la masificación
de ésta desde el siglo XIX.
Si el turismo implica tantas ideas, fenómenos, impactos y demás, lo más pertinente sería esbozar
al menos de manera general algunos puntos que permitan entender la importancia de este
fenómeno en la historia del mundo capitalista desde un pensamiento marxista.
En el siglo XVIII, con la revolución industrial, se generaron las condiciones con las que se dio
inicio al turismo, concebido como un fenómeno complejo y por lo tanto, condicionado por
aspectos externos, tanto de tipo económico como social.
Los principales acontecimientos que facilitaron el surgimiento del turismo tradicional o de masas
fueron: el paso de una economía agraria a una industrial y la reorganización de los ritmos del
trabajo que introdujeron una separación entre el tiempo de trabajo y el tiempo de descanso. Más
tarde, el turismo evolucionó en materia de derechos para los trabajadores de las fábricas, con
jornadas de 8 horas, fines de semana de descanso y vacaciones pagadas.
La Revolución Industrial marcó la formación general del concepto de viaje, gracias a las
innovaciones tecnológicas, como la máquina de vapor aplicada a trenes y barcos, que mejoraron
las comunicaciones; así mismo, aparecen las primeras agencias de viajes con el primer tour,
realizado por Tomás Cook (García, 2006).
La industrialización fue el facilitador del surgimiento del tiempo libre para la clase obrera, una
clase que antes de que se diera la generación de los sindicatos que defendieran el derecho de los
trabajadores a gozar de tiempo libre, era sometida a largas jornadas de trabajo sin descanso, más
que el necesario para continuar con la jornada laboral.
A diferencia de la primera época del turismo, donde sólo la gran élite podía gozar del tiempo
libre, para recrearse y satisfacer sus necesidades espirituales y de esparcimiento, es después de la
Revolución Industrial, con la obtención de los derechos de los trabajadores y la implementación
de los sindicatos, cuando el tiempo libre se tornó accesible para las clases oprimidas del sistema;
aunado a esto, la facilidad de transporte, la cual mejoró considerablemente las conexiones, ayudó
a que se gestara ese nuevo tiempo libre, ahora al alcance de la mayoría.
Cabe mencionar, que si bien era la burguesía la clase que constituía la demanda turística, la clase
obrera siempre ha sustentado la fuerza de trabajo de la industria turística. En este sentido, Diaz
(2012) explica que el fenómeno turístico no puede abordarse sólo desde la demanda, pues si bien
el sujeto principal del turismo es el turista, no es el único, en tanto la oferta de bienes y servicios
asociada al turismo está integrada por las clases obreras (y su explotación) desde su inicio.
Ante este nuevo derecho laboral, el del tiempo libre, aparece el turismo como una actividad
económica que se perfila hacia la generación del llamado turismo convencional o de masas
caracterizado por:
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Marx, a 150 años de El Capital
La creación de instrumentos impersonales, que sugieren itinerarios para indicar lugares y paradas,
reduce la incertidumbre y garantizan servicios, pero limitan la posibilidad de interpretar y
conocer los lugares. La clasificación de los sitios y monumentos, según referencias estéticas e
intelectuales de la cultura burguesa.
La conformación del viaje como una necesidad organizada y promovida por un sistema
autónomo: la industria turística. El desarrollo de estructuras organizativas que soportan el turismo
como las primeras agencias de viajes (García, 2006).
De acuerdo con García (2006), es en esta época cuando el turismo se caracterizó como industria,
que más tarde se le conocería incluso por ser la industria sin chimeneas: se empiezan a
mercantilizar los viajes y a crear infraestructura y marketing alrededor de los posibles destinos a
visitar; se abren las agencias de viajes, cuyo principal objetivo es vender el patrimonio natural y
cultural, a una serie de individuos que pueden y quieren obtener la mercancía; y empieza
entonces la mercantilización de la cultura y el medio amiente a través de la experiencia turística.
Es decir, la experiencia turística es considerada en el presente trabajo como “la mercancía” pues
contiene en sí, los dos factores de la mercancía descritos por Marx (2010), valor de uso y valor
(sustancia del valor, magnitud del valor). En este sentido, la mercancía es, en primer lugar, un
objeto exterior, una cosa que merced a sus propiedades satisface necesidades humanas del tipo
que fueran (Marx, 2010), en el caso de la experiencia turística, yace en el descanso en primera
instancia, pero apela a la autorrealización de acuerdo a la pirámide de necesidades de Maslow
(1987) pero también en el deseo.
El deseo implica necesidad; es el apetito del espíritu… la mayor parte (de las cosas) derivan su
valor del hecho de satisfacer las necesidades del espíritu. Barbon, 1696 en Marx (2010).
Marx (2010), permite entender las formas más básicas del turismo como producto intrínseco al
sistema capitalista a través del análisis de la mercancía. En este sentido, Cada experiencia
(turística), se explica como un conjunto de muchas propiedades y puede, por ende, ser útil en
diversos aspectos; el descubrimiento de dichos aspectos y en consecuencia, de los múltiples
modos de usar las cosas, constituye un hecho histórico (Marx, 2010).
La contribución de (valor) uso, más evidente y por así decirlo, tangible en la experiencia turística,
es decir, de la mercancía en el turismo, la constituyen principalmente el equipamiento
(establecimientos especializados en la prestación de servicios turísticos e instalaciones de apoyo),
y los atractivos (turísticos) que hacen parte del llamado sistema turístico (Leiper, 1979).
De forma que la aptitud de satisfacer las necesidades más básicas (fisiológicas) o de comodidad
del “turista” que constituye el valor (de uso) de la experiencia en sí, es dada a través del
equipamiento y los servicios en los atractivos que a su vez condicionan las propiedades del
cuerpo de la mercancía y no existe al margen de ellas (Marx, 2010). Dicho valor se efectiviza
únicamente en el uso o en el consumo y constituye el contenido material de la riqueza (Marx,
2010).
309
Marx, a 150 años de El Capital
Hiernaux (2000) afirma que la denominación del turismo como industria, es un reconocimiento
implícito de que la producción turística denota numerosas similitudes características similares a
las de la producción manufacturera clásica.
Esta industria del turismo no toma en cuenta deseos ni necesidades personales, sólo trata de
adaptar un producto a todo aquel interesado en los viajes, homogenizando las experiencias del
viajero y vendiendo este tipo de paquetes estandarizados, como lo más novedoso y de moda en el
mundo. Estos elementos provocaron que el fenómeno turístico, más allá de promover el
intercambio cultural entre diferentes naciones, pusiera una barrera ilusoria entre la realidad
inminente de las comunidades locales, sus usos, costumbres, formas de vida, con el deber ser de
toda la industria turística plastificada y adaptada a un solo modelo, donde lo único que importa es
la satisfacción servicial de las necesidades del viajero; por tal motivo, no era raro encontrar un
hotel en España que fuera exactamente igual a un hotel en México, pues se trataba de estandarizar
el producto, no de hacerlo diferente por encontrarse en un país distinto, pues los estándares de
calidad tenían que ajustarse a la homogenización del servicio turístico.
Es importante apuntar que el turismo ha tenido una evolución y transformación constante, donde
existen dos fuerzas que luchan para obtener el poder sobre los recursos tanto naturales como
culturales que son los elementos más importantes para generar el producto turístico. Por un lado,
se encuentra el Estado y las empresas trasnacionales, las cuales desde la década de los 50’s han
hecho alianzas para buscar un beneficio y crecimiento económico particular sin tomar en cuenta a
las poblaciones locales que vivían y que fueron desplazadas de las zonas que hoy en día son
turísticas y que se encuentran en manos tanto del Estado como de dichas empresas.
310
Marx, a 150 años de El Capital
Actualmente existen importantes aportaciones de corte marxista en el análisis del turismo (Cohen
1974, 1988; Ouriques, 2005; Bianchi, 2009; Mowforth y Munt 2016), sea con base en el análisis
de los enfoques desde donde se abordan temas como la desigualdad, la dependencia y el poder, o
críticas a los modelos de desarrollo basadas en el turismo desde el dominio y la reafirmación de
control de países “primermundistas” sobre países “en desarrollo”.
Para Bianchi (2009), es imperante reflexionar en torno al sentido crítico del denominado “giro
crítico” y “giro cultural” en relación al turismo con las políticas de poder en el (des) orden global
contemporáneo. Para este autor, la investigación turística debe comprometerse con los principales
temas y debates teóricos relacionados con los procesos de globalización, capitalismo y poder
estructural, si se quiere abordar cuestiones de importancia sustantiva relacionadas con la
evolución crítica y la justicia social (Bianchi, 2009).
Cabe mencionar, que en México la mayoría de los planes curriculares especializados en turismo
se basan en documentos e investigaciones predominantemente post positivistas, cuantitativas y
cargadas de prerrogativas empresariales, por lo que la generación de investigación turística crítica
ha quedado casi al margen de especialistas en antropología, sociología e historia.
Sin lugar a dudas, el impulso a la investigación turística crítica abrirá paso al planteamiento de
estrategias endógenas para la implementación de la actividad turística para y desde las clases
trabajadoras, que dote al turismo de un sentido de justicia social (a pesar de su naturaleza
consumista), que posibilite la autogestión y la emancipación estatal en lo posible, así como la
independencia del yugo de la privatización empresarial transnacional que actualmente domina y
explota no sólo la fuerza de trabajo, sino el medio ambiente.
Sin embargo, la metodología Pro- Pobre de turismo puede no ser el camino para lograr el alivio
de la pobreza en América Latina debido a la evidencia de ambigüedad con respecto al concepto
de "pobreza" que no encaja con las condiciones de empobrecimiento de México u otras naciones
311
Marx, a 150 años de El Capital
Al respecto, Gascón (2011) señala que la metodología PPT revela contradicciones en relación
con paradigmas como la Soberanía Alimentaria, al recurrir al capital turístico transnacional como
socio inversor, situación que se adapta a la reproducción del modelo económico neoliberal, que
en gran medida representa el origen de la exclusión, la marginación y el empobrecimiento de las
familias campesinas y las comunidades indígenas en países como México.
Es justamente la noción marxista de fetichismo -explica Salazar (2006), una forma útil de
analizar las relaciones de poder que subyacen en la promoción del deseo de consumir ‘otros’
mundos extraños, en tanto que es posible hacer de la pobreza misma un atractivo turístico
cargado de “autenticidad”. Si bien existen algunas propuestas de planeación turística que
procuran (al menos teóricamente) la autogestión, la participación y la autonomía de comunidades
en situación de pauperización, son especialmente frágiles ante el intrínseco fetichismo del
turismo y la capacidad regeneradora del sistema de producción capitalista, sobre todo a través de
la inversión, sea estatal o corporativa transnacional.
Por lo que es imperante la urgencia de propuestas de planeación turística, que consientes del velo
fantasmagórico del fetichismo de la actividad turística, enfoquen su acción en la preservación
medio ambiental y cultural a través de la educación que puede ejercerse a través de una
experiencia turística con sentido de justicia y respeto hacia lo que se vive. Fuera del enfoque del
‘desarrollo’ con base en la modernización e industrialización (Long, 2007), cuyo auge se
consumó a través del turismo fordista, cuyas graves y lamentables consecuencias han sido
ampliamente documentadas (Smeral, 1998; Silverman, 2000; Tinoco, 2003; Archer et al., 2005;
Aguiló et al., 2005; Brida et al., 2012; Mowforth y Munt, 2016).
En este sentido, el “giro crítico” en la investigación turística cuyo objetivo apunta al ‘desarrollo’
de países ‘tercermundistas’, podría ocultar un proyecto explícitamente político que encarna una
apología a los efectos predadores del turismo neoliberal a través de la retórica de la justicia
social.
Conclusiones
El velo fetichista del turismo, parece engrosarse no sólo de las formas convencionales de
cosificación del consumismo, o la explotación laboral y medioambiental de la actividad turística,
acaso desde la intervención del Estado para la inversión de capital extranjero, o la fuerte
dependencia que genera a través de planes crediticios para el emprendimiento de proyectos
turísticos. Tal parece que el grosor de dicho velo también se atribuye a la academia y al papel
discursivo que algunos estudiosos del fenómeno turístico han apropiado, para justificar la
evidente crisis a causa del depredador instinto del modelo de producción turística que impera
hasta nuestros tiempos.
312
Marx, a 150 años de El Capital
Si bien numerosas investigaciones turísticas de corte crítico han resaltado la ineficiencia, además
de los negativos efectos de dicho modelo, es preciso, retomar herramientas metodológicas tales
como el materialismo histórico para redireccionar las formas a partir las cuales se puede conducir
a través de la experiencia turística a la educación ambiental y sobre la diversidad cultural sin
profanar la historicidad de los mismos.
Literatura citada
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Buenos Aires, Argentina.
314
Marx, a 150 años de El Capital
Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Universidad Autónoma Chapingo (UACH).
[email protected]; [email protected].
Resumen
Realizar reformas al sistema educativo de un país es una necesidad ineludible. En México se han
llevado a cabo reformas en cada proyecto gubernamental, en donde se definen, entre otros
aspectos: los fines y valores que orientarán los cambios, la unidad básica de organización del
sistema educativo, la propuesta curricular, las necesidades y la administración. En este trabajo se
ilustran las características principales de dos reformas educativas: la considerada como primera
gran reforma encauzada por José Vasconcelos (1921-1924) y la Reforma Educativa puesta en
marcha en el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018). En un momento en que el
principal desafío fue impulsar el desarrollo de un país básicamente analfabeta y en condiciones
socioeconómicas de gran desigualdad, el modelo vasconcelista, a través de la educación activa,
buscaba la creación de la “raza cósmica”; es decir, un “hombre nuevo” para el mundo
contemporáneo, como tendencia para la formación de las nuevas generaciones, resaltando la
identidad mexicana e hispanoamericana frente al panorama mundial. Con relación al modelo
educativo 2016, se propone una educación de calidad y equidad, incorporando: el enfoque
humanista que incluye la supervisión y evaluación con fines de retroalimentación, la selección de
aprendizajes clave, el énfasis en el desarrollo de habilidades socioemocionales, la descarga
administrativa y el planeamiento de una nueva gobernanza. Se concluye que el origen de las
reformas responde entre otras causas, a las condiciones contextuales nacionales e internacionales
en que surgen, aunque a través del tiempo, ha tenido consecuencias en la pérdida de la
mexicanidad.
Introducción
Los fines de la educación, establecidos en el artículo 3º constitucional, refieren al desarrollo
armónico de todas las facultades del ser humano y en el devenir histórico de nuestro país se han
llevado a cabo acciones tendientes a dar cumplimiento a los postulados de dicho artículo, el cual
ha incorporado, reformas que sustentan la visión filosófica, política, social y económica del
proyecto educativo en turno.
315
Marx, a 150 años de El Capital
Desde la primera Reforma Educativa, realizada en 1921 por el entonces Secretario de Educación,
José Vasconcelos, se buscaba educar a una población básicamente analfabeta, como una
estrategia que redundara en la conformación de “nuevos ciudadanos”. A casi 100 años de este
acontecimiento, el mundo ha experimentado cambios muy grandes, especialmente después de la
revolución tecnológica y la globalización. México no es ajeno a ellos y esto ha implicado un
impacto importante en las adecuaciones educativas.
Sin embargo, la última reforma educativa, que inició en 2012 cuando el actual presidente asumió
su cargo, ubica a la escuela como el centro del sistema educativo cuyo propósito es lograr que la
educación obligatoria forme a los jóvenes que respondan a las necesidades del siglo XXI en un
marco de inclusión y equidad.
En el presente trabajo se hace un acercamiento a estas dos grandes reformas, en primer lugar, se
exponen de manera general las principales características de los dos modelos educativos (1921 y
2016) para que, a partir de ello, se identifiquen los contrastes de dichos proyectos los cuales se
presentan a manera de conclusión.
José Vasconcelos es el intelectual mexicano que proyectó dotar al país de un sistema educativo y
de un marco cultural abierto a todos. Siempre consideró que la cultura es un mecanismo
reivindicador de la raza, y creyó en el mexicano que puede conquistar el espíritu, el intelecto y la
grandeza. Asumió la rectoría universidad nacional de México en 1920, en una época en que las
esperanzas de la Revolución aún estaban vivas. Se encargó a la universidad nacional coordinar la
educación del país ante el deterioro que las escuelas sufrieron mientras estuvieron manejadas por
los ayuntamientos. Vasconcelos, desde que asumió la rectoría tenía ya como meta construir un
sistema de educación nacional que beneficiara a toda la población; para ello era necesario crear
una Secretaría de Educación Pública, con jurisdicción en todo el país.
Cuando en 1921 el presidente Álvaro Obregón creó la Secretaría de Educación Pública (SEP) y
asignó como secretario de la misma a José Vasconcelos, se puso en marcha la primera reforma
educativa (1921-1924) de grandes dimensiones después de la Revolución mexicana; a través, de
la implementación un innovador modelo educativo que atendiera las necesidades de una
población principalmente rural cuyo analfabetismo cubría casi al ochenta por ciento de la
población, que ese entonces era de aproximadamente quince millones de habitantes.
Vasconcelos tenía un plan definido por sus propias convicciones y experiencias en educación,
además retomó las inquietudes del momento expresadas por muchos educadores, pero estaba
también inspirado en la labor educativa y cultural llevada a cabo en Rusia inmediatamente
después de la revolución bolchevique. Las primeras acciones de Vasconcelos retomaron las ideas
de Gorki y otros cuyos postulados fueron: enseñar a leer y escribir a toda la población y
simultáneamente darle que leer.
Propuso que, por medio de la educación y la cultura, los mexicanos tomarían conciencia de sus
problemas internos, y los trascenderían en soluciones inmediatas, hasta la conformación de un
hombre nuevo: el hombre Iberoamericano. De ahí la necesidad de promover una cultura nacional
y popular con acceso a todos los mexicanos. Concibió a la educación como el motor que genera
316
Marx, a 150 años de El Capital
conciencias y además la que despierta el espíritu. Creyó en el poder de la educación, como factor
de igualdad social, en donde más que “instruir”, la escuela debía enseñar a “vivir”.
En su filosofía educativa, Vasconcelos propone cinco valores: 1) sentir la cultura mestiza como
base del concepto de mexicanidad; 2) mexicanizar el saber... hacer objeto de estudio la
antropología y el medio natural del país; 3) hacer de Latinoamérica el centro de una gran síntesis
humana; 4) emplear el sentido de servicio y amor fraterno del ser humano, como medio de ayuda
a los más desprotegidos; y 5) valerse del industrialismo para promover el progreso de la nación.
Por medio de una serie de circulares que envió desde la universidad, hizo un llamado al
ciudadano instruido para que colaborara con el gobierno, exhortándolo a salvar al país del peligro
que representaba la ignorancia. La movilización fue inmediata y duró todo el tiempo en que
estuvo a cargo de la SEP.
Con el respaldo económico del Presidente Obregón, Vasconcelos dio apertura a cinco mil
escuelas; incorporó nueve mil maestros al sistema de enseñanza, matriculó más de un millón de
alumnos en un sistema que antes no recibía ni quinientos mil. Creó numerosas escuelas
industriales, técnicas y agrícolas. Popularizó un programa nacional de desayunos escolares.
Fundó centros pro artistas que funcionaban al aire libre. Inauguró bibliotecas en todo México,
aún en las comunidades más recónditas.
Estimuló las artes plásticas y desarrolló el muralismo con tendencia hacia un “nacionalismo
cultural artístico” cuyo propósito fue acercar al pueblo a los valores por los que se había luchado
en la Revolución Mexicana y enfocado a fomentar una identidad nacionalista, plasmando
acontecimientos actuales de esa fecha pero también retomando el pasado para llegar a los
orígenes de la raza. Aunque no sólo trataban problemáticas nacionales partiendo de una ideología
socialista, la cual se observa en los murales bajo la insignia del partido comunista (hoz y
martillo), sino que también expresaban opiniones en contra del nazismo y el totalitarismo que
aquejaban a nivel internacional. La pintura mural mexicana adquirió trascendencia y calidad
universal al ofrecer a pintores mexicanos y extranjeros como Diego Rivera, José Clemente
Orozco, David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro y Jean Charlot, los muros de los edificios
de la Nación.
317
Marx, a 150 años de El Capital
prácticos como “la salud del cuerpo”, “la organización familiar”, transmitía valores universales
como la generosidad y la justicia. El libro fue uno de sus tres apóstoles, los otros dos fueron el
artista y el maestro.
Sin embargo, la campaña educativa no se llevó a cabo en la forma en que inicialmente se planteó.
Una gran parte de la población rural, de manera particular aquella que no poseían tierras, no se
interesó en educarse pues no veían ninguna utilidad en aprender a leer y escribir cuando tenían
que trabajar todos los miembros de la familia para poder subsistir. Pero también hubo pobladores
rurales, aquellos que poseían tierras, que no sólo respondieron con entusiasmo, sino que no se
conformaron solamente con leer y escribir. Algunos campesinos recorrían varios kilómetros
diarios para recibir educación y congregarse alrededor del maestro, un verdadero misionero, a
quien pedían todo tipo de enseñanzas útiles. Ellos mismos cooperaban en la edificación de la
escuela e incluso hasta cedían el terreno.
Convencido de que sólo en una ocasión se había logrado reeducar al pueblo, en el siglo XVI,
cuando los misioneros habían llevado a cabo la enseñanza de la cultura y la religión cristiana y
tratando de adoptar la labor educativa a una experiencia semejante, Vasconcelos organizó el
programa de los “maestros misioneros”, que se nombraron en todo el país, con el fin de localizar
los poblados indígenas, estudiar el estado cultural de los habitantes y las necesidades de las
comunidades. Los “misioneros” hacían pláticas o conferencias pronunciándose arduamente en
favor de la educación y creando una escuela en el lugar estudiado. Los “maestros misioneros” no
sólo llevaban la letra y el número a las comunidades, sino también la promesa de un
mejoramiento y una ayuda y el llamado a colaborar en una tarea común.
Derivado de estas experiencias, se formaron las misiones culturales, la normal regional y la casa
del pueblo.
El objetivo de las normales rurales fue la formación de los maestros rurales, cuyo propósito era la
enseñanza a los niños y los adultos en aspectos relacionados a la alfabetización, la salud y una
vida mejor a través del mejoramiento económico y social. Hacer de la escuela una “casa del
pueblo” y del maestro, un líder en la comunidad. Las “misiones culturales” eran escuelas
normales ambulantes, encargadas del mejoramiento profesional de los maestros en servicio, y del
mejoramiento económico y social de las comunidades.
318
Marx, a 150 años de El Capital
La misión cultural estaba formada por un grupo de maestros, un jefe, un trabajador social, un
experto de higiene, cuidados infantiles y primeros auxilios, un instructor de educación física, un
maestro de música, un especialista de artes manuales instruido para aprovechar los recursos de
cada región y un especialista en organización de escuelas y métodos de enseñanza, cuya tarea
principal era la coordinación de los cursos académicos con la agricultura y las industrias
manuales. La primera misión cultural que se formó fue en el estado de Hidalgo, en 1923,
posteriormente se formaron más en diferentes estados del país y fueron ejemplo del sistema
educativo en Latinoamérica en el siglo XX.
La corriente educativa adoptada en el proyecto de Vasconcelos fue la escuela nueva con los
métodos de la Educación Activa, movimiento pedagógico importante en Europa y América, con
la cual versaba la idea de formar un “hombre nuevo” para el mundo contemporáneo, como
tendencia para la formación de las nuevas generaciones, resaltando la identidad mexicana e
hispanoamericana frente al panorama mundial. La educación nueva surgió de un grupo de
pedagogos de diversos países, quienes se interesaron en la conformación ideológica y
organizativa de un tipo de escuela más acorde con necesidades de la vida moderna. Entre algunos
de ellos se destacan las aportaciones de John Dewey y María Montessori, siguiendo un tipo de
educación ligada a la experiencia; es decir, aprender haciendo, enfrentando a la educación
tradicional.
Propuesta política
Su propuesta política tenía como fin una sociedad mexicana con un orden social y económico
más justo, en que el respeto de la libertad fuera elemento prioritario. Su quehacer político estuvo
dirigido a lograr una sociedad democrática que permitiera el desarrollo integral de todos los
individuos. También planteó la unidad de las naciones iberoamericanas (desde México hasta
Argentina) con un mismo idioma y una raza común, sociedades que compartirían una
319
Marx, a 150 años de El Capital
L Reforma educativa fue presentada formalmente por el presidente Enrique Peña Nieto el 10
diciembre de 2012, aprobada por la Cámara de Diputados diez días después, y por el senado de la
república el 21 de diciembre del mismo año. En febrero de 2013 la reforma fue declarada
Constitucional por el Poder Legislativo Federal, promulgada por el ejecutivo el 10 de febrero de
2013 y publicada al día siguiente en el Diario Oficial de la Federación (DOF). Además, se
establecieron diversas reformas a los artículos 3º y 73 (fracción XXV). Se creó el sistema
nacional de evaluación educativa, coordinado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la
Educación (INEE), encargado de evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del sistema
educativo nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior. Además,
mediante la ley general del servicio profesional docente, se modificaron las reglas de ingreso y
promoción a funciones directivas o de supervisión en la educación básica y media superior,
estableciendo que estas serán mediante concursos de oposición.
El modelo educativo 2016, publicado en julio de 2016, articula en cinco grandes ejes el
planteamiento pedagógico de la Reforma Educativa: 1) La escuela al centro; 2) el planteamiento
curricular; 3) formación y desarrollo profesional docente; 4) inclusión y equidad; y 5) la
gobernanza del sistema educativo. A continuación, se resumen los aspectos principales de dicho
modelo:
La escuela al centro
El objetivo es sentar las bases para construir centros escolares que fomenten el trabajo
colaborativo y colegiado, el aprendizaje entre pares y la innovación. Busca impulsar la
planeación estratégica y la evaluación para la mejora continua, así como el uso efectivo del
tiempo en las aulas y la creación de ambientes adecuados para el aprendizaje. Busca fortalecer
prácticas docentes flexibles, la participación social responsable y la rendición de cuentas.
Plantea habilitar y facultar gradualmente a las escuelas para que, a partir del liderazgo del
director, se logre la participación de toda la comunidad educativa en la toma de decisiones de
organización interna y de contextualización curricular, así como en el uso de los recursos
financieros conforme a las necesidades específicas de cada plantel con resultados verificables en
la mejora del servicio educativo.
320
Marx, a 150 años de El Capital
Materiales educativos
Infraestructura y equipamiento
El planteamiento curricular
En el paso por la educación obligatoria (educación básica y educación media superior), ¿qué es lo
que se debe enseñar?, ¿qué es lo prioritario y para qué?, ¿qué deben aprender los niños y jóvenes
321
Marx, a 150 años de El Capital
mexicanos para enfrentar con éxito los retos del siglo XXI? La integración curricular bajo el
nuevo modelo educativo retoma los siguientes elementos:
Actualmente existe una brecha entre los resultados de la investigación educativa y la práctica. En
el campo de la investigación sobre el aprendizaje se considera que éste se logra cuando se
adquiere la capacidad de aplicar el conocimiento de manera significativa, y cuando las
habilidades se aplican con flexibilidad y creatividad en diferentes situaciones. Los docentes
deben aprender estrategias para reforzar la autoestima de los alumnos, la confianza en su
potencial y el desarrollo de expectativas realistas. Las interacciones educativas significativas
deben impulsar el enriquecimiento intelectual, social y cultural, tanto de los estudiantes como de
los maestros, al tiempo que permitan identificar y fomentar los intereses personales y las
motivaciones intrínsecas de los alumnos y reconocer su diversidad de estilos y necesidades de
aprendizaje.
La selección de los contenidos básicos que integran el currículo nacional debe ser resultado de
una visión multidisciplinaria en la que participen docentes, investigadores y especialistas en
didáctica, teniendo como base lo deseable y lo posible. La selección debe tomar en cuenta las
propuestas derivadas de la investigación educativa basada en el conocimiento de la escuela, en
cómo aprenden los niños y los jóvenes y los materiales que resultan útiles para aprender. El
322
Marx, a 150 años de El Capital
Los ambientes de aprendizaje se establecen en las dinámicas que conforman los procesos
educativos y que implican acciones, experiencias y vivencias de los participantes; actitudes,
condiciones materiales y socio-afectivas, así como múltiples relaciones con el entorno y la
infraestructura necesaria para la concreción de los propósitos culturales específicos en toda la
propuesta educativa. Debe procurar que en la escuela se diseñen situaciones didácticas que
reflejen una interpretación del mundo a la par de demandar que los estudiantes aprendan en
circunstancias que los acerquen a su realidad. Emplear distintas formas de aprendizaje cuyo
origen se halle en la vida cotidiana y en la cultura en la que los estudiantes se encuentren
inmersos. En un ambiente de aprendizaje la evaluación debe concebirse como un proceso de
mejora, que contribuya a la autorregulación cognitiva a través de la regulación y el aprendizaje
significativo.
De acuerdo con la reforma educativa, los concursos para el ingreso al servicio profesional
docente deben asegurar la idoneidad de los nuevos maestros perfeccionando el diseño y los
procesos de evaluación para asegurar la transparencia. Los maestros que se incorporan al servicio
profesional docente deben presentar una evaluación diagnóstica al término de su primer año, la
cual deberá proporcionarles retroalimentación para su desarrollo profesional. La evaluación no
tendrá ningún fin punitivo. Debe tomar en cuenta el contexto en el que docente aplica las
capacidades básicas que todo maestro debe tener. A lo largo de su trayectoria laboral los maestros
que acrediten un buen desempeño serán beneficiarios de promociones y reconocimientos que
estimulen su desarrollo profesional.
La formación continua de los docentes deriva directamente de las escuelas, pero también se
puede aprovechar la oferta con la que cuentan actores e instancias nacionales, estatales y locales
para generar propuestas formativas relevantes y pertinentes que atiendan los problemas
específicos de las escuelas y los maestros.
Otra herramienta que se puede ofertar es a través de modalidades presenciales, virtuales y mixtas
aprovechando las TIC, para cerrar brechas en el acceso a materiales y contenidos de calidad. La
información derivada de los resultados de la evaluación docente será de utilidad para la mejora
permanente y atender los requerimientos de los maestros, pero también para ofrecer la posibilidad
de contar con planes de formación profesional que les permita acreditar nuevos grados
académicos y acceder a promociones en su carrera docente.
La formación inicial
Inclusión y equidad
La escuela debe ser un espacio incluyente donde se valore la diversidad en el marco de una
sociedad más justa y democrática en donde se practique la tolerancia y no se discrimine por
origen étnico, género, discapacidad, religión, orientación sexual o cualquier otro motivo. Debe
proveer una educación de calidad con equidad, lo cual exige que el acceso y permanencia en el
sistema educativo de los individuos que se encuentran en una situación de rezago o desventaja
sean prioridad para las autoridades educativas.
Las escuelas indígenas, las escuelas multigrado y aquellas que atienden estudiantes con más
carencias socioeconómicas requieren ser consideradas como prioritarias. Avanzar en el
fortalecimiento del sistema de becas asegurando que su distribución beneficie a los alumnos con
mayores carencias y necesidades especiales. También es necesario consolidar el uso de las TIC
como un medio para ampliar el acceso a oportunidades educativas de calidad y disminuir la
desigualdad educativa.
324
Marx, a 150 años de El Capital
El rol de los padres de familia, la sociedad civil y el consejo nacional para la participación
social en la educación (CONAPASE)
Al poner la escuela al centro del sistema educativo, el artículo 10º de la Ley General de
Educación fue reformado para reconocer a los padres de familia como agentes del sistema
educativo, con el fin de promover su participación de manera más activa, organizada y
responsable. Los padres de familia tienen un importante papel en la gestión escolar: participan en
la toma de decisiones y cumplen una función de contraloría social. Tienen incidencia en cómo se
utilizan los recursos que reciben los planteles y contribuyen a la transparencia y rendición de
cuentas.
El INEE tiene la responsabilidad de evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del sistema
educativo nacional en la educación básica y media superior, tanto pública como privada, en todas
sus modalidades y servicios. Implica diseñar y llevar a cabo mediciones y evaluaciones relativas
a los estudiantes, docentes y otros componentes del sistema educativo. La labor que realiza el
instituto es indispensable para lograr la mejora continua que plantea el modelo educativo 2016,
por lo cual es necesaria una estrecha colaboración con las autoridades educativas para que las
evaluaciones realizadas se traduzcan en medidas de políticas públicas eficaces y tendientes al
mejoramiento.
El poder legislativo
El modelo educativo 2016 propone la creación del sistema de información y gestión educativa
(SIGED), a partir de los requerimientos de las escuelas. Este sistema deberá permitir capturar
325
Marx, a 150 años de El Capital
Las supervisiones, áreas intermedias y autoridades de los ámbitos estatal y nacional deberán
contar con el SIGED como herramienta para conocer mejor lo que sucede en las escuelas y
apoyar oportunamente. La construcción de este sistema deberá ser progresiva para asegurar que
en el proceso de implementación no se produzcan afectaciones a las escuelas y otras partes del
sistema educativo.
La primera fase del modelo entrará en vigor en el ciclo 2018-2019. En esta fase se iniciarán los
cambios en preescolar, primero y segundo de primaria, porque se ve como un continuo de
preescolar a primero y segundo de primaria. Y en el ciclo 2019-2020 entrará el resto; es decir,
tercero, cuarto, quinto y sexto año de primaria. Lo anterior es debido a que los materiales
educativos, incluidos los planes y programas, no estarán listos en su totalidad para ser
incorporados todos en el 2018, por tanto, se irán se realizando en fases. Además, dentro de la
estrategia nacional de inglés, la cual fue presentada por el secretario de educación en julio del
presente año (2017), se iniciará con su implementación en la Escuela Normal formando a los
futuros maestros para que les permita interactuar con sus alumnos en ese idioma, de tal manera
que en 2020 la educación pública de México sea bilingüe.
Conclusiones
Los contrastes que evidencian los dos modelos educativos presentados, se explican
fundamentalmente desde el contexto en que emergen. El modelo educativo de Vasconcelos
estuvo enfocado a reconstruir un país desgastado por años de sometimiento y desigualdad,
además resurgiendo de una revolución que buscaba alcanzar mejores condiciones de vida para
una población principalmente analfabeta, conformada por aproximadamente quince millones de
habitantes. Es decir, conllevó implícito un proyecto de nación cuyo propósito fue el
mejoramiento de la población mexicana.
Para lograr lo anterior se inspiró en modelos socialistas en donde la escuela debía funcionar no
sólo como educadora, sino que también a partir de ella se enseñaran nuevas formas de vida que
surgirían desde las familias, desde los “maestros misioneros”, desde las “misiones culturales”,
desde los libros clásicos y desde el impulso al arte a través de los mensajes proyectados por los
muralistas.
Se considera que la aplicación del modelo educativo de Vasconcelos fue el parteaguas del
sistema educativo mexicano, del cual se fueron perdiendo paulatinamente diversos elementos; a
través, de las posteriores reformas educativas (en particular a partir de la reforma educativa del
expresidente Carlos Salinas de Gortari 1988-1994), entre ellos el más importante, la mexicanidad
con toda su fortaleza histórica, cultural, económica y social.
326
Marx, a 150 años de El Capital
El modelo educativo 2016, tiene como propósito que los estudiantes puedan adquirir las
competencias necesarias para hacer frente a los nuevos desafíos del mundo actual; es decir, que
las nuevas generaciones puedan formarse en las competencias y habilidades requeridas en el siglo
XXI, como una estrategia para que México se inserte mejor en la globalización.
Y este planteamiento retoma en gran medida las propuestas de modernización educativa hechas
por el expresidente Carlos Salinas (1989) en su acuerdo nacional para la modernización
educativa, cuyas líneas fueron básicamente tres: reorganización del sistema educativo nacional;
reformulación de contenidos y materiales educativos y revaloración de la función magisterial.
Sólo que el expresidente Salinas se enfocó a la educación básica (preescolar, primaria y
secundaria), y en el modelo educativo 2016 se proyectan los cambios a la educación obligatoria
(educación básica y educación media superior).
En general, el modelo educativo 2016 recupera elementos de las reformas anteriores adecuando
el currículo escolar a las necesidades actuales, como lo muestra el hecho de modificar los
contenidos en los planes y programas de estudio, desplazando asignaturas e incorporando otras,
como por ejemplo disminuir asignaturas del área de sociales y humanidades para introducir
asignaturas del área personal, como las competencias socioemocionales, además de incorporar la
asignatura de inglés desde preescolar hasta el nivel medio superior, con carácter obligatorio, con
la finalidad de que los estudiantes que egresan de la educación obligatoria, sepan leer, escribir y
hablar perfectamente en inglés, para no quedarse fuera y rezagados en un mundo globalizado,
aunque algunos piensan que valdría la pena enfocarnos a que los alumnos sepan leer, escribir,
hablar, crear y criticar en español pues habría que recordar que el español es hoy el tercer idioma
más importante en el mundo, con 350 millones de hablantes nativos.
Para finalizar sólo comentaremos que “la moneda está en el aire”, pues al ser un modelo que se
pretende incorporar por fases al sistema educativo y al aproximarse el cambio de gobierno federal
en el país, las propuestas vertidas por el actual Secretario de Educación pueden verse aplicadas o
no, darles continuidad o no… en fin, el nuevo modelo educativo continuará en su devenir
histórico.
Literatura citada
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http://www.proceso.com.mx/498601/mundo-global-nuno
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Nuño, A. 2017. Modelo educativo para la educación obligatoria. Educar para la libertad y la
creatividad. Secretaría de Educación Pública (SEP). Primera edición. México, DF.
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327
Marx, a 150 años de El Capital
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UAEM. Redalyc.org. www.redalyc.org/articulo.oa?id=99819167001.
328
Marx, a 150 años de El Capital
1
Lorenzo Espinosa Gómez y 1Ma. de Lourdes Aguilera Peña
1
Universidad Autónoma Chapingo. [email protected]; [email protected].
Resumen
El mito en nuestros días se encuentra marcado por una fuerte tendencia de justificación
comprensiva de los elementos primigenios de la cultura y que se encuentran soterrados en la vida
cotidiana. El argumento que aquí se presenta tiene como premisa el relato judeo-cristiano de la
salida de Adán del Edén, que en el ámbito de la cultura occidental tiene un carácter fundante de los
ordenamientos políticos, jurídicos y de conciencia religiosa. En tal sentido, se hace intervenir a la
filosofía fenomenológica para dar cuenta de la weltanschauung, la cosmovisión y el mundo de la
vida en el cual nos encontramos inmersos (lebenswelt), en donde el ser-ahí es uno y se encuentra
marcado por el Kairos de la historia, en sentido hermenéutico, en el sentido de historia efectual y
que sustenta la concepción marxista de superestructura, pero desde un horizonte de comprensión
contemporáneo.
Que es un mito
El mito se concibe de manera generalizada como un relato que no se apega del todo a la realidad e
incluso lleva a desarrollar el enaltecimiento de algo insignificante o a eliminar totalmente del relato
aquello que resulte inconveniente para el autor del relato, tal como lo muestra la poética
(Aristóteles, 1999)1451b24. Para los racionalistas decimonónicos el mito era aquello fantasioso
que se alejaba de la realidad, ya sea por producto de la imaginación o de la actitud persuasiva pero
inverosímil, en todo caso el mito es lo irracional.
Si bien el mito se puede concebir bajo distintas formas, en la antigüedad clásica griega se le
consideró como un producto deformado de la actividad intelectual, en el sentido de que ésta se
encuentra atenuada o disminuida, ya que en el desarrollo del mito no alcanza el carácter de
episteme, de verdad como producto genuino del entendimiento; el mito sólo puede considerarse
como un relato que alcanza cierta verosimilitud que es propio de aquellos espacios que el
entendimiento no puede alcanzar y tal discurso mítico puede tener alguna validez.
Tal era el caso de los rapsodas que recitaban poemas y algunos eran capaces de la autoría del relato
mismo (conocidos como aedos) en ese sentido -además- entran en el ámbito de la acción, entendida
como esa capacidad del ser humano en la que desarrolla aquello que le es más propio: la capacidad
329
Marx, a 150 años de El Capital
de ser libre, en el sentido de Hanna Arendt esto quiere decir la capacidad de trascender lo dado y
generar algo que antes no existía, algo nuevo que se encuentra mediado por el lenguaje (Arendt,
1993). En este sentido, es válido el considerar una cuasi-intelectualidad en los aedos, pues no es su
finalidad el encuentro con la verdad última, sino una verdad aproximada e imperfecta que emerge
en forma de mito y que éste se considerada dentro del ámbito de la “verosimilitud”, algo parecido
a la verdad pero que no sigue ninguna regla epistémica.
En este sentido de “verosimilitud” o verdad imperfecta se encuentra a menudo la relación del mito
con la religiosidad y los valores morales que de ella emanan, si bien los mitos de carácter teológico
no son demostrables ni manifiestamente concebibles, si encontramos una interpretación moral o
enseñanza respecto del actuar humano con respecto a sus congéneres, a su entorno natural o a la
divinidad misma. Así los mitos teológicos cuando se enfocan al origen de las cosas son llamados
“cosmogónicos”; si es relacionado al fin del mundo, de las cosas o de los tiempos se les conoce
como “escatológicos”; mitos “antropogénicos” son aquellos que explican la aparición del ser
humano, quien puede ser creado a partir de cualquier materia, los dioses le enseñan a vivir sobre la
tierra y estos que comúnmente están ligados a los mitos “cosmogónicos” que relatan el origen del
universo y de la humanidad misma.
Para el filósofo e historiador Mircea Eliade los mitos son reveladores del proceso creador que
muestra la sacralidad (aquello que está más allá de lo natural) de aquello que se crea; de esta manera
Eliade considera que los mitos son la descripción de lo sagrado que irrumpe en el mundo y ello es
su fundamento y hace al mundo aparecer tal y como es hoy en nuestros días. Bajo esta perspectiva
Eliade se inclina a considerar el mito como una historia sagrada y por lo tanto es una “historia
verdadera” pues está referida a realidades. “El mito cosmogónico es “verdadero” porque la
existencia del mundo está ahí para probarlo; el mito de origen de la muerte es igualmente
“verdadero”, puesto que la mortalidad del hombre lo prueba” (Eliade, 1973). El mito, así visto por
Eliade, es el relato de las proezas de entes sobrenaturales que al mostrar sus poderes se convierten
en sagrados y por lo mismo en el ejemplo a seguir en la totalidad de las tareas humanas y en su
conducta. De igual manera las actividades que se inclinan a lo profano de la humanidad es por qué
el modelo y la regla moral se encuentran ya en las gestas de estos seres sobrenaturales.
Si bien existen diferentes denominaciones para los mitos, según sus características, lo relevante es
que el mito teológico, primero y después otros más, tiene un trasfondo moral, mismo que se
convierte en un instrumento de control social. Bajo esta última arista mencionada se puede
encontrar la justificación retrospectiva de cada uno de los elementos constituyentes de una sociedad
o de una cultura (Malinowski, 1994).
“El mito, como constatación de la realidad primordial que aún vive en nuestros días y como
justificación merced a un precedente, proporciona un modelo retrospectivo de valores morales,
orden sociológico y creencias mágicas. No es, por consiguiente, ni una mera narración, ni una
forma de ciencia, ni una rama del arte o de la historia, ni un cuento explicativo. El mito cumple una
función sui generis íntimamente relacionada con la naturaleza de la tradición y con la continuidad
de la cultura, con la relación entre edad y juventud y con la actitud del hombre hacia el pasado. La
función del mito, por decirlo brevemente, consiste en fortalecer la tradición y dotarlo de un valor
y prestigio aún mayores al retrotraerla a una realidad, más elevada, mejor y más sobrenatural, de
eventos iniciales”. (p. 55).
330
Marx, a 150 años de El Capital
Según lo anterior, queda claro que el mito no es exclusivo de sociedades primitivas y que se
encuentra en toda cultura de manera constitutiva, por lo mismo encontramos que en los cambios
históricos de cada cultura se encuentra anejo algún mito y sin embargo éste solo es indirectamente
relativo al suceso histórico mismo pero adquiere un estado particular al ser el elemento social que
fundamenta, orienta y ofrece sentido a la norma moral vigente en las sociedades particulares, por
ello el mito como elemento histórico deja su impronta en las expresiones culturales, en donde el
mito se coloca por encima del anhelo de conocimiento científico, se encuentra en el horizonte de
lo cotidiano (Malinowski, 1994).
Desde este punto de vista el mito se define de manera funcional respecto del papel que cumple al
interior de las sociedades humanas, es una “realidad viviente”, más allá que exista la creencia de
que sucedió en algún momento de la historia, a partir de ese punto en el tiempo inicia su influencia
en el destino de una sociedad particular a la cual está dirigida ese mito.
A partir de esta postura Lévi-Strauss encuentra que el mito tiene una estructura permanente que
hace referencia, de manera simultánea, tanto al pasado como al presente y al futuro; es una
estructura histórica y ahistórica, pues el mito es inmanente al ámbito del habla (que permite su
análisis) y al mismo tiempo al ámbito de la lengua (desde la cual se desarrolla) y de manera
simultánea tiene carácter de objeto absoluto, que también es del ámbito lingüístico, aunque
diferente de los dos anteriores (Levi-Strauss, 1974). Esta postura estructuralista tiene un trasfondo
analítico, ya que parte del supuesto de que los fenómenos en cuestión, más allá de sus
especificidades, poseen un principio subyacente generalizado que mantiene una relación o
estructura; es decir, que más allá del suceso observable, se encuentra en lo profundo una serie de
relaciones que al ser comprendidas pueden explicar el aspecto fenoménico, es el lograr un
entendimiento general del proceder de la mente humana por vía del análisis de distintas culturas,
en donde las expresiones superficiales de la estructura mental, por vía del lenguaje, es lo que difiere
entre las diferentes culturas.
Sin embargo, dice Levi-Strauss, que detrás de esas aparentes diferencias subyace cierta
uniformidad psicológica que opera desde el pensamiento inconsciente. Son ciertas propiedades que
se encuentran en un nivel distinto al de las expresiones lingüísticas y con un grado mayor de
complejidad que una expresión lingüística común, son los llamados mitema o parte irreductible de
un mito, elemento constante que, al contrastarlo con otro mitema, parece que comparten una fuente
común por la semejanza que presentan.
Otro teórico que menciona esta fuente común en los mitos, aunque con inclinación psicológica, es
Carl Gustav Jung quien menciona que existen símbolos que se transforman en figuras míticas por
vía de un proceso histórico concreto de elaboración colectiva de leyendas que posteriormente
concluyen en relatos míticos. Es decir, que el mito es creación colectiva del proceso simbólico
331
Marx, a 150 años de El Capital
arquetípico, que se presenta adaptado al sentir de cada pueblo y de su percepción del mundo. Cabe
mencionar, que el término “arquetipo” lo extrae del corpus hermeticum (texto que se dice fue
escrito entre el siglo II y III de nuestra era por hermes trismegisto -que se cree que es una
transformación del Dios egipcio Thot- aunque el texto mismo menciona que son traducciones al
griego del original egipcio) en donde se menciona que Dios es la luz arquetípica, esto es, Dios
como la “imagen primigenia” y arquetipo de toda luz, tiene existencia anterior y superior al
fenómeno de “luz” (Jung, 2002).
En sus primeros escritos llamó a los arquetipos Urbilder, que se puede traducir por “imágenes
primordiales”, pero la concepción definitiva de arquetipo como “dominante del inconsciente
colectivo” se debe a San Agustín que lo llevó a adoptar el término a partir de de diversis
questionibus ad simplicianum (cuestiones diversas a simpliciano) pues en ese texto, según Jacobi,
se muestra de manera clara el significado y contenido de lo que es el arquetipo (Jacobi, 1982).
“efectivamente las ideae principales (ideas originarias) son formas […] estables e inmutables […]
que no han sido creadas y por tanto son eternas y se presentan siempre del mismo modo, y están
contenidas en la inteligencia divina. Y mientras ellas no perecen, se dice, en cambio, que todo lo
que puede nacer y perecer y todo lo que nace y perece se forma de acuerdo o según ellas…” (58
p.).
En la concepción del arquetipo, Jung admite la influencia de la tradición platónica en el sentido del
mundo de las ideas, pues considera que en la psique individual se presentan formas o disposiciones
(ideas) que son inconscientes y sin embargo activas, pues se hacen presentes en el pensar y en el
actuar, son los elementos estructurales fundamentales que dan forma al contenido del inconsciente
colectivo, que no se pueden representar en sí mismos pero que se manifiestan; a través, de sus
efectos. Para Jung el contenido anímico es una clara muestra del arquetipo, pues nunca estuvo
vinculado a un proceso construcción consciente, además como hecho anímico es inmediato, lo cual
lo hace diferir de la concepción histórica en la cual aparece comúnmente el mito; en este último se
percibe ya el juicio y valores propios de la conciencia.
Si bien no son perceptibles los arquetipos, sino lo que proyectan como manifestación de imágenes
en sueños o fantasías a nivel individual, es un contenido inconsciente del arquetipo, que al
manifestarse y a la vez hacerse consciente, se transforma en un proceso de adecuación a la
consciencia individual en la que aparece.
De igual forma ocurre cuando este proceso sucede de manera colectiva en un pueblo, en los mitos
en los cuales se adecua a la concepción particular del mundo de tal pueblo específico; el mito es la
manifestación de los arquetipos en la expresión del “inconsciente colectivo”, simbolizando aquello
que son los procesos interiores (Jung, 2002).
332
Marx, a 150 años de El Capital
con personajes humanos que representan las aspiraciones más elevadas de una sociedad particular,
como puede ser el héroe, el caudillo y hasta el jefe.
Mito adánico
Desde Platón la inmortalidad del alma y otra serie de relatos de corte mitico son, en muchos casos,
el punto de partida de su reflexión, éste es un tema que su discípulo Aristóteles heredará, no tanto
por ser su discípulo, sino por compartir estructuras ontológicas elementales, por compartir un
mundo idéntico. La pregunta es en todo caso ¿Por qué la filosofía retoma los mitos? Gadamer
señala que la humanidad en su existencia toma un posicionamiento que se encuentra supeditado
por la tradición de un mundo histórico, por lo mismo señala que los juicios del individuo son
menores que los prejuicios, dada la realidad histórica de su ser.
Es en este mismo sentido que los prejuicios son comprensibles al interior de un marco de
referencias intencionales de validez intersubjetiva, es el plexo de sentido y significado de
reconocimiento cultural, designado hermenéuticamente como tradición y que generalmente
llamamos “mundo” (Gadamer, 1993).
Continuando con esta misma línea Heidegger menciona que el “mundo” es un supeditarse a la
preocupación por la subsistencia, por los placeres, por la tranquilidad y familiaridad de las cosas,
por el saber acerca de, por la vida en sus fines últimos; considerando tres niveles de mundanidad:
mundo circundante, mundo compartido y mundo de sí mismo (Heidegger, 2002). En esta misma
dirección encontramos a Ricoeur, quien señala que la comprensión de una civilización determinada
necesita ir a lo profundo, en aquello que se encuentra oculto por otras expresiones manifiestas como
lo son la tradición y los prejuicios.
En este punto es que el lenguaje mítico se muestra como una serie de manifestaciones simbólicas
que necesitan ser interpretadas, pues es ahí en donde se puede encontrar el conocimiento que el
ente social ha desarrollado sobre sí mismo, en donde los prejuicios son racionalizados y no
cuestionados (Ricoeur, 1982). Dadas las características de éste lenguaje mítico, es que Ricoeur se
da a la tarea de encontrar el origen del mal y para ello desarrolla toda una etiología sustentada el
Génesis de la Torá o Pentateuco (génesis, éxodo, levítico, números y deuteronomio). De esta
manera encuentra que en el capítulo 2 del génesis constituye en cierto la descripción más antigua
registrada de la comprensión del hombre y en concordancia con el capítulo 3, es un primer
testimonio de la conciencia humana.
La reflexión profunda sobre este texto a través de toda la estructura arcaica del proceso de
narración, que hace manifiesto su primitivo carácter mítico, pues encontramos allí una gran
cantidad de elementos de análisis del hombre, en los que la moderna antropología filosófica y
contemporánea ha dedicado una buena cantidad de escritos. Se puede decir que el génesis 2 nos
333
Marx, a 150 años de El Capital
muestra la creación del hombre a cargo de Jehová, así como el aspecto de la subjetividad, llegando
a la convicción de que esta subjetividad corresponde a la realidad objetiva del hombre creado "a
imagen de Dios" (pues en 2:23 Adán nombra Varona a la mujer por haberla sacado de sus huesos
y de su carne y en 2:24 dice ¿Adán? Dejará el hombre a su padre y madre y se unirá a su mujer y
serán una sola carne); sin embargo, este proceso de creación también nos lleva, por decirlo así, al
límite de la inocencia primigenia del hombre y del posterior pecado original.
A continuación, en el capítulo 3 la narración nos lleva a lo que se ha llamado la primera caída del
hombre y la mujer, vinculada al árbol del centro del Edén, que había sido llamado "árbol de la
ciencia del bien y del mal" (Gen 2, 17). Éste árbol que es del conocimiento marca una línea
divisoria entre dos situaciones originarias, de las que habla el libro del génesis. La primera situación
es la llamada inocencia original, en la que el hombre (varón y varona) se encuentran fuera del
conocimiento del bien y del mal, hasta el momento en que se quebrantan la prohibición de Jehová
y comen del fruto del árbol de la ciencia.
La tercera característica está en que el mito adánico existe una supremacía de Adán, el varón en
torno al cual gira todo el relato. De manera paralela también se pude entender la posición teológica
que señala la inocencia de Dios a la vez que denuncia la culpabilidad del hombre (Ricoeur, 1982,
pág. 384). En la cultura judaica el sujeto se arrepiente de la naturaleza misma de sus acciones; sin
embargo, esta naturaleza se encuentra compartida en forma comunitaria, lo que lleva a un sentido
del pecado compartido al mismo tiempo que el nivel personal.
La maldad de cada uno se identifica la maldad de todos dando como resultado el nosotros pecadores
que proporciona unidad a la humanidad en una solidaridad culposa. Todo lo anterior hizo posible
el mito adánico, pues Adán surge gracias a la idea del mal humano universal, así como su
arrepentimiento.
El mito adánico nos lleva a la paradoja: el pecado del hombre marca un abismo ante la santidad de
Dios, por una parte; sin embargo, si el mal está en la esencia misma del hombre que es creación de
Dios, ésta misma afirmación se vuelve contra el ser supremo creador del hombre y su característica
maldad. Luego entonces, arrepentirse del ser es acusar a Dios Jehová en el mismo momento en que
él lo acusa, es en este punto donde la condena estalla bajo la presión de esta paradoja. En este mito
se manifiesta la doble confusión del creyente Judío: la plena perfección de Dios y por otra parte la
condición de maldad en el hombre, misma que provoca la llamada caída de Adán o su alejamiento
de Dios (Ricoeur, 1982) tras haber perdido su estado de inocencia previa en donde Adán es
presentado como un individuo cuasi infantil, por ello se dice que el hombre es bueno por creación
y malo por elección.
334
Marx, a 150 años de El Capital
Súper estructura
Veamos pues de qué manera se genera este concepto en Marx, para lo cual será menester
retrotraernos a el materialismo dialéctico, cuya presentación como tal se debe más a la actividad
de Engels que a la del propio Marx, se ha presentado por la mayoría de los estudios del marxismo
como su marco de referencia, así mismo se ha considerado tradicionalmente como la toma de
posición filosófica de Marx y Engels como respuesta al idealismo de Hegel. La exposición del
materialismo dialéctico se encuentra fundamentalmente en las obras de Engels: "anti-dühring",
(con contribuciones de Marx, publicado en 1878) y "sobre la dialéctica de la naturaleza", (escrito
entre 1873 y 1886), esta última obra, también fue conocida por Marx, cuyos contenidos nunca
rechazó y dada la estrecha colaboración de ambos hasta su muerte, es común considerar también
como expresión del pensamiento propio de Marx.
El materialismo dialéctico se opone al idealismo, en el sentido en que considera que no existe más
realidad fundamental que la materia; pero la materia no es una realidad inerte, sino dinámica, que
contiene en sí la capacidad de su propio movimiento, como resultado de la lucha de los elementos
contrarios (siendo la contradicción lo propio de la realidad, al igual que para Hegel), expresando
así el movimiento dialéctico. De esta manera, el movimiento hegeliano que va de la idea a la cosa
y a su reconciliación será invertido, según Marx, pasando a convertirse en el movimiento que va
de la cosa a la idea y a su futura reconciliación. Es decir que toda la gama conceptual expuesta en
la dialéctica hegeliana será conservada por el materialismo dialéctico, pero con orientación en la
dirección opuesta.
Así las propiedades que el materialismo dialéctico atribuye a la materia derivan de su concepción,
de ella misma como única realidad objetiva, ésta es captada por vía de los sentidos, permitiendo
así su conocimiento. De este análisis que se hace de la materia, se desprende que es infinita en
duración, extensión, profundidad y movimiento. Ahora el que la materia es infinita en duración
quiere decir que es eterna, increada e indestructible, por lo que el tiempo será concebido entonces,
como una forma de existencia de la materia, constituyendo la eternidad y la temporalidad dos
contrarios dialécticos de la materia.
Que es infinita en extensión supone afirmar la infinitud del espacio. La afirmación de que es infinita
en profundidad se refiere a la inagotable variedad de formas materiales, que se encuentran
sometidas a un cambio perpetuo, es decir, a un movimiento infinito: movimiento y materia son
inseparables.
335
Marx, a 150 años de El Capital
Para Marx el ser humano es un ente social, socialmente determinado (espacio) ya que se encuentra
históricamente condicionado (tiempo) por las relaciones sociales que adquiere con otros humanos,
así como determinado por la naturaleza y por las exigencias del trabajo productivo. Por ello la
postura idealista de Hegel es considerada como instrumento ideológico burgués para justificar el
sistema de explotación vigente; por otra parte, y después de la crítica, Marx acepta el precepto de
la realidad en sentido dialéctico y por lo mismo la concepción del proceso evolutivo de la realidad
como historia, que va más allá de la mera sucesión de hechos, sino como proceso dialéctico de
superación de contrarios que se encaminan a elevar la perfección y el desarrollo.
Así tenemos que la historia es la consecuencia del modo de producción social en que las diferentes
culturas determinan su existencia, es decir, la sociedad y su historia se conciben como resultado de
su actividad productiva-práctica (en sentido moral de las relaciones prácticas) y en este sentido
encuentra Marx que esa mencionada actividad es un elemento objetivo, es decir, material; con esta
concepción se da inicio a la concepción materialista de la historia (mejor conocida como
materialismo histórico) de la cual dice Marx.
No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino al contrario, su ser social es el que
determina su conciencia. En un determinado estadio de su desarrollo las fuerzas productivas
materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existente o, por
usar la equivalente expresión jurídica, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se habían
movido hasta entonces. De formas de desarrollo que eran las fuerzas productivas, esas relaciones
se convierten en trabas de las mismas. Empieza entonces una época de revolución social” (Marx,
2013).
336
Marx, a 150 años de El Capital
Para que esta superestructura sea posible necesita tener resuelto los medios de subsistencia, que
Marx llama relaciones de producción, mismas que involucran la fuerza de trabajo, entendida como
actividad humana y los medios de trabajo, que vienen a ser todas las herramientas, máquinas y
utensilios utilizados en la relación de producción o estructura económica de la sociedad. Ahora
bien, la superestructura se asienta en la estructura económica y para dar solidez a este argumento,
Marx introduce el modo de producción en donde intervienen las relaciones de producción
mencionadas y las fuerzas productivas que vienen a ser todas las herramientas y los elementos
motrices que intervienen en la producción -energías de toda índole, incluyendo la energía humana-
En este sentido de materialismo histórico encuentra Marx que a cada formación social le
corresponde una manera determinada de producir sus bienes necesarios para la existencia y
desarrollo social, encontrando varias tipologías que van desde el comunismo primitivo, hasta el
capitalista y socialista, pasando por el feudal, antiguo y asiático. Ahora lo relevante es señalar que
entre las fuerzas productivas y los modos de producción interviene un aspecto primordial: se
mantiene una relación de mutuo condicionamiento en donde los elementos jurídicos de control
social y los elementos políticos que orientan las relaciones sociales de producción, junto con el
elemento ideológico, se encargan de generar una falsa conciencia que oculta la realidad social.
Estos elementos están condicionados por la estructura económica.
Literatura citada
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337
Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
En nuestro tiempo, cuando la formación capitalista ha alcanzado su más elevado desarrollo, los
planteamientos de El Capital de Carlos Marx cobran mayor vigencia, pues las leyes del
comportamiento de esta formación estudiadas por él cuando el capitalismo tenía aún en cierta
medida un carácter incipiente, ahora se manifiestan con todo su significado. Las crisis recurrentes
no han podido ser controladas por las políticas de los gobiernos burgueses inspiradas en teorías
antiguas y otras que se ostentan como críticas pero que creen posible humanizar al capitalismo. La
crisis de esta formación amenaza con llevar a la humanidad a una catástrofe de tal magnitud que
podría está en riesgo la supervivencia de la misma especie humana. Únicamente una revolución
que reorganice la vida social sobre las bases del socialismo puede salvar a la humanidad de esa
catástrofe y conducirla a una forma superior de organización social.
El primer tomo de El Capital de Carlos Marx fue publicado en el año de 1867. En este año
conmemoramos el 150 aniversario de la aparición del primer tomo de esta obra monumental. 150
años después de su publicación El Capital sigue siendo objeto de estudio y de discusiones entre
intelectuales, militantes políticos y jóvenes de todo el mundo, los cuales buscan recuperar los
planteamientos del genio de Tréveris para asumir sus tareas en el esfuerzo por construir un mundo
mejor que este que nos han dado los sistemas sociales basados en la explotación del hombre por el
hombre.
Hace aproximadamente cinco décadas, cuando se conmemoraban los primeros 100 años de la
publicación del primer tomo de El Capital, Mandel (1985) afirmaba que la vigencia de esta obra es
ahora mayor que en los tiempos en que se escribió. Decía Mandel: “cuando se publicó por primera
vez el libro primero de El Capital, la industria capitalista, aunque predominante en algunos países
de Europa occidental, todavía daba la impresión de una isla perdida en medio de un mar de
campesinos y artesanos independientes que cubría el mundo entero, incluyendo la mayor parte de
la propia Europa”. En los años que siguieron el capitalismo se fue convirtiendo en un régimen
cada vez más desarrollado en el cual las leyes descubiertas por Marx en el siglo XIX cobraron
mayor vigencia por el predominio de este sistema que Marx había analizado. En ese sentido, agrega
Mandel “contrariamente a una creencia generalmente aceptada, Marx es mucho más un economista
del siglo XX que uno del XIX. El mundo occidental de hoy se aproxima mucho más al modelo
‘puro’ de El Capital que aquel en que fue inscrito.” (Op. Cit. 10).
338
Marx, a 150 años de El Capital
Naturalmente para los intelectuales y políticos al servicio de las clases dominantes del capitalismo
la teoría de Marx nunca fue vigente. Para la generalidad de políticos e intelectuales la influencia
del pensamiento de Marx ha alcanzado niveles muy elevados en algunas épocas, como fue la que
siguió al grandioso ensayo de la Comuna de París y después de la revolución bolchevique de
octubre de 1917. Esta aceptación muy generalizada de los planteamientos de Marx entre los jóvenes
revolucionarios del siglo XX sufrió un descalabro primero con el entronizamiento de una casta
burocrática en la Unión Soviética que desvirtuó los propósitos iniciales de la revolución de octubre
tal y como los plantearon los bolcheviques en la época romántica de la revolución. A pesar de ello
el pensamiento de Marx volvió a cobrar fuerza porque, a pesar del estalinismo, la revolución siguió
avanzando y continuaron las crisis periódicas del sistema capitalista. Durante los primeros tres
cuartos del siglo XX el mundo fue sacudido por revoluciones y convulsiones sociales en todos los
continentes.
Triunfaron revoluciones en Asia y en América Latina y tuvieron lugar importantes luchas de clases
en África. A mediados de los años 1960 la juventud de varios países del mundo (principalmente de
Francia y México) se lanzaron a cuestionar a la sociedad burguesa en todas sus manifestaciones,
económicas, políticas, morales etcétera y en sus movilizaciones levantaron consignas inspiradas en
la tradición marxista internacional. Con ser los más conocidos por el nivel que alcanzaron las
movilizaciones, los movimientos juveniles y populares de Francia y México en 1968 no fueron los
únicos. En España, Italia, Alemania, Argentina, Chile, Estados Unidos de América, Japón, China,
etc., los jóvenes, muchos de ellos estudiantes universitarios, se apoderaron de las calles
enarbolando sus propias demandas y solidarizándose con los pueblos que resistían los embates del
imperialismo, como Cuba y Vietnam.
Volviendo al tema central de esta ponencia debemos destacar el carácter inacabado de El Capital.
Carlos Marx sólo pudo ver la impresión del primer tomo, el cual consideró que estaba terminado
en ese año de 1867, pero aún este tomo sufrió modificaciones por parte de Federico Engels en
ediciones posteriores. Los tomos II y III fueron redactados por Engels a partir de innumerables
anotaciones de Marx que resultaban de la investigación relacionada con la investigación pero que
de ninguna manera eran textos acabados.
El primer tomo de El Capital, igual que en su conjunto lo que fue publicado después como
continuación por Engels, no se puede considerar únicamente un texto de economía política. En él
se aborda globalmente el estudio de la sociedad capitalista, en donde uno de los aspectos centrales
es el de su funcionamiento económico, pero a partir de ahí, se analizan otros temas relacionados
con la historia de la evolución de las sociedades, con las grandes revoluciones sociales, los avances
científicos y tecnológicos, los problemas generados por el capitalismo como la desigualdad, la
devastación de los recursos naturales, la reducción de la mayoría de la población a la condición de
parias, la explotación de los niños y de la mujer y se anotan también algunos rasgos de lo que
podría ser la sociedad futura.
Los efectos nocivos del capitalismo se manifiestan tanto en el ámbito que podríamos denominar
predominantemente social y también sobre la naturaleza.
339
Marx, a 150 años de El Capital
Acumulación y despojo
Uno de estos efectos lo constituye la enorme desigualdad social asociada a la sociedad burguesa.
El análisis de este fenómeno ha sido estudiado por investigadores de diversas ciencias sociales
(sociólogos, economistas, políticos, etcétera). Hace unos cuantos años el problema fue abordado
por Thomas Piketty en su obra El capital en el siglo XXI (2013 en francés, 2014 en español).
En efecto, dice al respecto: “El crecimiento moderno y la difusión de los conocimientos permitieron
evitar el apocalipsis marxista, mas no modificaron las estructuras profundas del capital y de las
desigualdades, o por lo menos no tanto como se imaginó en las décadas optimistas posteriores a la
segunda Guerra Mundial. Cuando la tasa de rendimiento del capital supera de modo constante la
tasa de crecimiento de la producción y del ingreso -lo que sucedía hasta el siglo XIX y amenaza
con volverse la norma en el siglo XXI-, el capitalismo produce mecánicamente desigualdades
insostenibles, arbitrarias, que cuestionan de modo radical los valores meritocráticos en los que se
fundamentan nuestras sociedades democráticas. Sin embargo, existen medios para que la
democracia y el interés general logren retomar el control del capitalismo y de los intereses privados,
al tiempo que rechaza los repliegues proteccionistas y nacionalistas” (2014).
Mucho antes que Piketty otros investigadores señalaron como uno de los puntos débiles más
importantes del capitalismo el crecimiento de la desigualdad y el mantenimiento de tasas altas de
la población en condiciones de pobreza.1
A pesar de que ha habido períodos en que el grado de desigualdad ha disminuido, como señala
Piketty, no hay argumentos suficientes como para echar abajo el planteamiento de Marx de que
esta es una tendencia inevitable asociada a la naturaleza misma del sistema capitalista y, aunque en
momentos determinados la correlación de fuerzas entre las clases y la coyuntura misma por la que
atraviesa el régimen, permitan una mayor participación de la población en el reparto de la riqueza
y una mejora del ingreso, esto se debe más a una tendencia del funcionamiento propio del mismo
régimen que a factores relacionados con la correlación que existe entre las clases sociales.
1
Véase al respecto como un ejemplo la obra de Edward Luttwak Turbo capitalism: winners and lossers in the Global
Economy, cuya primera edición salió a la luz en Gran Bretaña en el año de 1998.
340
Marx, a 150 años de El Capital
“Los neoclásicos nunca lograron refutar estos planteos, con su presentación de la ganancia como
un premio a la abstención del consumo o al ahorro individual. Más insatisfactorias fueron sus
caracterizaciones de retribuciones a un inanimado ‘factor capital’ o a pagos de funciones
gerenciales divorciadas de la propiedad de la empresa.
Otro de los grandes flagelos asociados al capitalismo lo constituye el despojo de las comunidades
rurales de sus posesiones con el propósito de acceder a esos recursos naturales y liberar la mano de
obra para ponerla a disposición en el mercado laboral. Este procedimiento al que Marx denominó
la “acumulación originaria” se asocia por muchos estudiosos del fenómeno a los tiempos iniciales
del capitalismo. Pero es un problema que ha cobrado vigencia en la época de la llamada
globalización adquiriendo dimensiones mucho más amplias en el curso del siglo XX y en lo que
va del XXI. En América Latina son frecuentes las movilizaciones de comunidades rurales en
defensa de sus territorios frente al avance de las grandes compañías imperialistas de la industria
extractiva (minería, petróleo) y de la agricultura moderna.
Aquí en México tenemos el ejemplo de movimientos rurales, muchos de ellos indígenas, como los
de la tribu Yaqui en los últimos años, la de los ejidatarios de la Parota, la de los habitantes de la
zona del río Sonora, cuyas aguas fueron contaminadas por desechos de la mina de Cananea. Sería
interminable mencionar las movilizaciones que han tenido lugar en nuestro país y en otros países
de América latina y del mundo con motivo de estos problemas. En la mayoría de los casos
empresarios, apoyados por gobiernos imperialistas y nativos enfrentan con gran brutalidad la
resistencia de los pueblos en defensa de sus recursos. El marxista norteamericano David Harvey
(2004) ha denominado a esta forma de acumulación en la época del imperialismo “acumulación
por desposesión”.
Desde el Manifiesto Comunista Marx y Engels observaron cómo el capitalismo minaba las bases
materiales, sociales y morales que sustentaban el modelo burgués de familia. En El Capital, Marx
considera que esta destrucción de la familia antigua sentará las bases de un tipo superior de familia:
“[…] Y por muy espantosa y repugnante que nos parezca la disolución de la antigua familia dentro
del sistema capitalista, no es menos cierto que la gran industria, al asignar a la mujer, al joven y al
niño de ambos sexos un papel decisivo en los procesos socialmente organizados de la producción,
arrancándolos con ello a la órbita doméstica, crea las nuevas bases económicas para una forma
superior de familia y de relaciones entre ambos sexos.
341
Marx, a 150 años de El Capital
¿Hay algo más palpable que el daño que produce el régimen capitalista contra la naturaleza? Una
de las preocupaciones más importantes de las sociedades de nuestro tiempo es el deterioro del
ambiente natural provocado por los modelos de producción y consumo de las sociedades
capitalistas. Marx hace observaciones sobre la agresión de la producción capitalista contra los seres
humanos y contra la naturaleza que en nuestros días no sólo conservan su vigencia, sino que la
hacen mayor.
En efecto, afirma que en la agricultura “la gran industria tiene una eficacia más revolucionaria,
puesto que destruye el reducto de la sociedad antigua, el ´campesino’, sustituyéndolo por el obrero
asalariado. De este modo, las necesidades de transformación y los antagonismos del campo se
nivelan con los de la ciudad (Op. Cit. 422).
“Por tanto, la producción capitalista sólo sabe desarrollar la técnica y la combinación del proceso
social de producción socavando al mismo tiempo las dos fuentes originales de toda riqueza: la
tierra y el hombre.” (Op. cit. 424).
nivel del desarrollo de una formación social las relaciones de producción que funcionaban como
“formas de desarrollo de las fuerzas productivas” se convierten en “trabas suyas. Y se abre así una
época de revolución social” (Marx, 1989).
“Una formación social no desaparece nunca antes de que se desarrollen todas las fuerzas
productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen relaciones de producción nuevas y
superiores antes de que hayan madurado, en el seno de la propia sociedad antigua, las condiciones
materiales para su existencia” (Marx, 1989).
Sin embargo, en el conjunto de la obra de Marx está presente la idea de que el capitalismo no se
autodestruirá, sino que debe ser destruido. Esta idea fue precisada posteriormente por los marxistas
revolucionarios de fines del siglo XIX y principios del XX, principalmente por los dirigentes de la
revolución rusa de octubre de 1917, cuyo centenario se conmemora este mismo año.
“[…] La barbarie, como un resultado posible del derrumbe del sistema, es una perspectiva más
concreta y precisa hoy que en los años veinte y treinta. Hasta los horrores de Auschwits e Hiroshima
parecerán tibios en comparación con los horrores que impondrá a la humanidad una
descomposición continua del sistema. En tales circunstancias, la lucha por un desenlace socialista
adquiere la significación de una lucha por la supervivencia misma de la civilización y de la raza
humana. El proletariado, como lo mostró Marx, reúne todos los requisitos objetivos para conducir
con éxito esa lucha; hoy, eso es más cierto que nunca.
Y tiene por lo menos el potencial igualmente para adquirir los requisitos subjetivos de una victoria
del socialismo mundial. Si ese potencial se realizará, depende, en último análisis, de los esfuerzos
conscientes de los marxistas revolucionarios, organizados, integrándose con las periódicas luchas
espontáneas del proletariado para reorganizar la sociedad según lineamientos socialistas, y llevarla
hacia objetivos precisos: la conquista del poder estatal y la revolución social radical. No veo más
razón para ser pesimista en cuanto al desenlace de tal empresa, hoy, que lo fue Marx cuando
escribía El capital”.
Literatura citada
Casas, A. A. 2017. A 150 años de El Capital. Su vigencia para conocer y transformar el mundo”
El Capital de Marx y su crítica de la economía política. Revista La Herramienta
http://www.herramienta.com.ar/content/150-anos-de-el-capital-su-vigencia-para-conocer-
y-transformar-el-mundo-el-capital-de-marx-y-.
Harvey, D. 2004. El nuevo imperialismo. Madrid. Ediciones Akal.
343
Marx, a 150 años de El Capital
344
Marx, a 150 años de El Capital
Resumen
Para llevar a cabo el estudio del materialismo histórico es necesario comenzar por presentar la
concepción epistemológica y ontológica de Hegel. Dicho estudio nos remite a sus categorías
dialécticas como es la categoría de espíritu. La misma definición que nos da Hegel nos revela su
contenido: “la razón es espíritu cuando su certeza de ser toda realidad es elevada a verdad y ella se
sabe consciente de sí misma como de su mundo y del mundo como de sí misma”. 1 De acuerdo a
esta definición el espíritu es la razón teórico-práctica, que como la base misma de su propia
experiencia, se expresa a través de la razón. Es decir, la razón, en tanto que autoconciencia de lo
absoluto, realiza su propia experiencia objetiva y subjetiva. Es sugerente al respecto el subtítulo de
la fenomenología del espíritu: la ciencia de la experiencia de la conciencia. En este sentido el
método dialéctico de Hegel postula la ascensión de la conciencia ingenua (sentido común) a la
verdad científica (filosófica). Es así como el espíritu se realiza a través del proceso histórico del
hombre, toda vez que este proceso da cuenta del devenir de la razón. Por lo anteriormente dicho
podemos inferir que la experiencia del espíritu se da en la unidad del sujeto y el objeto. El mismo
proceso que tiene como motor fundamental el principio de la negación de la negación y su
negación, o como nos lo refiere Hyppolite: “la identidad de la identidad y no identidad” 2. Es el
proceso de sujeto teórico-práctico que Hegel encuentra inmerso en su propia autogénesis
epistemológica y ontológica en tanto que genera y desarrolla su propio conocimiento y sus propias
acciones prácticas. Este mismo carácter del método dialéctico hace que Hegel lo confronte con la
formalización lógica-matemática del método científico, puesto que dicha formalización no permite
profundizar en la razón. El error de tal formalización, tal y como lo expresa el mismo Hegel, radica
en que la explicación es externa al ser como nos lo presenta de forma parcial y abstracta las
matemáticas:
En el conocimiento matemático la intelección es exterior a la cosa, de donde se sigue que con ello
se altera la cosa verdadera. De ahí que, aun conteniendo sin duda proposiciones verdaderas el
medio, la construcción y la demostración, haya que decir también que el contenido es falso… su
fin o concepto es la magnitud. Es precisamente la relación inesencial, aconceptual. Aquí, el
movimiento del saber opera en la superficie, no afecta a la cosa misma, no afecta a la esencia o al
concepto y no es, por ello mismo, un concebir3.
1
Cfr. Hegel, G. W. F. Fenomenología del espíritu 259 p.
2
Cfr. Hippolite, Génesis y estructura de la Fenomenología del Espíritu 12 p.
3
Cfr. Hegel, Op. Cit., 29. 30 pp.
345
Marx, a 150 años de El Capital
Por tanto, el conocimiento que va más allá de las matemáticas es la dialéctica que no tan sólo tiene
ver con el conocimiento teórico sino también con nuestras acciones prácticas, que a lo largo de
nuestra historia humana se han desarrollado. Es así como el método dialéctico de Hegel no es tan
sólo un instrumento o un medio del conocimiento como lo concibe Kant, sino que es justamente el
espíritu que tiene su significado en el proceso de la historia universal humana. Por ello, la
interpretación de la historia de Hegel está planteada de acuerdo a tres figuras del espíritu: el espíritu
subjetivo, el espíritu objetivo y el espíritu absoluto.
Así, pues, el método dialéctico de Hegel se nos presenta a través de una serie de categorías y
principios que constituyen el proceso subjetivo y objetivo del conocimiento y de nuestro mundo
como una totalidad. La filosofía de Hegel es entonces una filosofía que pretende ser la ciencia de
la totalidad. Es precisamente esta concepción dialéctica la que identifica lo subjetivo y objetivo
(del ser en sí y del ser para sí) de nuestra historia. Así, la dialéctica de Hegel tiene el propósito
fundamental de hacer de la reflexión filosófica una labor racional y objetiva a la manera de la
ciencia: “la necesidad interna -nos dice Hegel- de que el saber sea ciencia radica en su naturaleza,
y la explicación satisfactoria acerca de esto sólo puede ser la exposición de la filosofía misma”.5
De este modo, Hegel pretende hacer de la reflexión filosófica el sistema científico de la totalidad.
Mi método dialéctico -nos dice Marx- no sólo es fundamentalmente distinto del método de Hegel,
sino que es, en todo y por todo, la antítesis de él. Para Hegel, el proceso del pensamiento, al que el
convierte incluso, bajo el nombre de Idea, en sujeto con vida propia, es el demiurgo de lo real, y
esta la simple forma externa en que toma cuerpo. Para mí lo ideal no es, por el contrario, más que
lo material traducido y traspuesto a la cabeza del hombre6.
4
Cfr. Hegel. filosofía del derecho. 14. p.
5
Cfr. Hegel. La fenomenología del espíritu 9 p.
6
Cfr. Marx C. El capital. XXIII.
346
Marx, a 150 años de El Capital
La concepción de la historia será planteada por Marx desde sus primeros escritos -manuscritos
filosófico- económicos de 1844- Marx plantea su crítica a Hegel en lo que concierne a su crítica
metodológica teniendo como fuente el materialismo mecanicista de Feuerbach que da cuenta de la
dialéctica idealista de Hegel sustentada en las categorías de espíritu, idea, absoluto, conciencia,
etc., como nos lo hace ver el mismo Marx en La ideología alemana: “no es la conciencia la que
determina al ser social, sino el ser social es el que determina a la conciencia”. 8 Sin embargo, dicha
ruptura metodológica de Marx a Hegel no está relacionada con las categorías dialécticas, pues
dichas categorías siguen siendo suscritas por Marx tanto en lo que concierne a la génesis y devenir
de la historia humana.
Por otro lado, en la introducción a la crítica de la economía política de 1857 Marx nos plantea el
significado de su método dialéctico en lo que él da en llamar del concepto concreto. Aquí Marx
aplica el concepto concreto como una totalidad concreta que lleva a cabo el análisis crítico de la
población; el que fielmente refleja la esencia de la población.
Desde este punto de vista Marx concibe todos los factores histórico-sociales que explican nuestra
realidad social. Es así como la concepción de la historia de Marx retoma la dialéctica de Hegel no
sólo en lo que respecta a su carácter epistemológico, sino que también en su carácter ontológico,
pues esta dialéctica se aplica al proceso de conocimiento como también al proceso de nuestra
historia humana.
Análisis crítico
El análisis crítico, como una categoría fundamental del materialismo histórico en su significado básico
y elemental es la descomposición de un todo en sus partes o elementos. Tiene, en principio, el carácter
de un procedimiento descriptivo que muestra la composición de un objeto o situación a partir de sus
elementos simples. Sin embargo, esta categoría, tomada en su generalidad, muestra un carácter
paradójico, pues se refiere a un procedimiento cuyo fin es proporcionarnos un conocimiento de las
7
Cfr. Marx C. Manuscritos de economía y filosofía. 187 p.
8
Cfr. Marx C. La ideología alemana. 32 p.
9
C. Marx. Contribución a la crítica de la economía política. 258 p.
347
Marx, a 150 años de El Capital
Por otra parte, el concepto de crítica, que fue introducido al lenguaje filosófico por Kant para designar
el proceso por el cual la razón emprende el conocimiento de sí misma, implica desde su planteamiento
original dos aspectos: aquello a lo que le es posible aspirar a la razón conforme a sus condiciones de
posibilidad de la experiencia y el examen de los principios y funciones del conocimiento dentro de
esos límites.
De acuerdo con lo anterior, podríamos decir que crítica es en esencia autocrítica, siempre en relación
con el sentido de análisis que hemos determinado, así podría entenderse como investigación o
conocimiento adquirido sobre un dominio de la experiencia para determinar sus posibilidades
concretas. El análisis crítico puede definirse, en consecuencia, como el proceso de investigación de
un determinado dominio de la experiencia que se caracteriza por la búsqueda de nuevos principios,
significados o valores a partir de la reflexión sobre la validez de los vigentes.
Ahora bien, la continuidad y la ruptura del pensamiento de Hegel por parte de Marx está dado
justamente desde este análisis crítico. De ahí que el método dialéctico de Marx, que va de lo abstracto
a lo concreto, sea precisamente crítico del pensamiento dialéctico de Hegel, en el entendido de que lo
concreto en Marx significa las múltiples determinaciones del concepto en la totalidad concreta de la
historia humana. La crítica de Marx aHegel se circunscribe también al proceso histórico del estado
moderno, toda vez que Hegel justifica Estado Burgués, mientras que Marx propone su abolición
mediante la Idea comunista y el papel revolucionario del proletariado.
Totalidad concreta
Una primera aproximación al concepto de totalidad, nos lleva a revisar el problema epistemológico
de la unidad del sujeto-objeto en la filosofía crítica de Kant. Es Kant quien resuelve el problema del
conocimiento con la unidad originaria de las intuiciones y los conceptos, ya que como él mismo nos
lo dice: las intuiciones son ciegas y los conceptos vacíos si cada uno se concibe por separado por el
entendimiento. Es Kant quien resuelve el problema epistemológico de las concepciones
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Marx, a 150 años de El Capital
epistemológicas del empirismo y racionalismo en tanto que para Kant el sujeto y el objeto se conciben
en la unidad originaria de las intuiciones y los conceptos.
Por otra parte, es Hegel quien postula a la categoría del espíritu absoluto suscribiendo la unidad sujeto-
objeto en su proceso cognoscitivo y desarrollo histórico. En este sentido podemos considerar que el
espíritu absoluto de Hegel se suscribe como la totalidad concreta que corresponde al pensamiento y a
la historia real del hombre. El pensamiento dialéctico de Hegel concibe de esta manera la historia del
hombre como una totalidad que en su devenir unifica al pensamiento y la realidad, como el mismo
Hegel nos lo dice:
Al contrario, el método dialéctico no se comporta como reflexión extrínseca, sino que toma de su
objeto mismo lo determinado, pues ello mismo es el principio y el alma inminentes a él … Sin
embargo, el método absoluto, lo universal no tiene el valor de un puro abstracto, sino de un universal
objetivo, es decir, que es en sí la totalidad concreta10.
Será, por otra parte, el marxismo ortodoxo de Luckacs quien de nueva cuenta replanteará la categoría
de la totalidad concreta. En su primera acepción, retomando el método dialéctico de Marx, el proceso
cognoscitivo del sujeto en tanto que representación de la sociedad se da en dos planos: el primero
consiste en develarla y el otro consiste en su transformación En el primer caso se aplica la crítica a la
ideología, sobre todo a través de la falsa conciencia, mientras que, en el segundo, se despliega el
aspecto de transformación en lo que respecta a la categoría de la praxis.
En resumen, la totalidad concreta del marxismo ortodoxo está fundada en el materialismo histórico de
Marx, ya que sólo a través, de este es posible la investigación y exposición de la sociedad concebida
como totalidad en la que se identifican el todo y las partes en su proceso dialéctico, tal y como nos lo
dice el propio Luckacs:
Literatura citada
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Marx, a 150 años de El Capital
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Hippolite. 1970. Introducción a la filosofía de la historia de Hegel. (Ed.). Calden. Buenos Aires,
Argentina.
Lukacs, G. 1969. Historia y conciencia de clase. (Ed.). Grijalbo. México, DF.
Marx, C. 1971. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política. (Ed.). Siglo XXI.
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Marx C. La ideología alemana. (Ed.). FCP. México, DF. 1972.
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Marx, a 150 años de El Capital
La Revolución Cubana triunfante el 01 de enero de 1959, tuvo que enfrentar como uno de sus
principales y más complejos desafíos, el nauseabundo y tenebroso ambiente anticomunista
imperante en la sociedad. Pareciera que a lo largo de la historia el comunismo, como ideología y
como sistema socio político y económico, nacería condenado a la satanización. Cuando en febrero
de 1848, Carlos Marx y Federico Engels publicaban el manifiesto comunista, advertían sobre el
particular:
“Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las potencias de la vieja Europa
se han unido en una Santa Alianza para acorralar a ese fantasma: el Papa y el Zar, Metternich y
Guizot, los radicales de Francia y los polizontes de Alemania.
Parafraseando a Marx y Engels y con toda mala intención, se esparciría después la frase “…un
fantasma recorre el mundo: el fantasma del comunismo…”2. Lo cierto es que los enemigos de la
ideología marxista, no han descansado un instante en vilipendiar al comunismo y a quienes se
identifican o militan en él.
El asunto ha llegado a tal extremo que se ha acuñado la supuesta identidad entre comunismo -
totalitarismo, comunismo -dictadura, o comunismo- fascismo. La vulgarización del tema ha alejado
a muchos de sus críticos, del análisis objetivo de los aciertos y desaciertos de la construcción teórica
y práctica del marxismo.
Cuba, tan cercana geográfica y políticamente durante muchos años a la filosofía de gobierno y a la
política estadounidense, sufrió los avatares de la confrontación ideológica y clasista que significó
la aparición de las ideas marxistas en Cuba y la fundación del primer Partido Comunista en agosto
de 1925. Como organización política, nació ilegal, perseguido y reprimido por los gobiernos de
turnos, subordinados a los designios de los procónsules yanquis.
1
Marx, Carlos y Engels, Federico. El Manifiesto Comunista. Ediciones elaleph.com. 23 p.
2
Expresión generalizada, con el auge de la Guerra Fría. en los medios de comunicación y la politología al referirse a
lo que en su momento se dio a llamar la expansión soviética.
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Marx, a 150 años de El Capital
El verdadero Batista, raigalmente anticomunista, inmediatamente después del golpe de estado del
10 de marzo de 1952, ilegalizó nuevamente el partido y para ser más consecuente en sus verdaderas
convicciones políticas, creó el buró para la represión de las actividades comunistas (BRAC) por el
decreto 1307 de 04 de mayo de 1955. Era esta una institución represiva del estado, militar, diseñada
para promover la más rancia ideología conservadora, el odio profundo e irracional al comunismo
y su combate radical. Los aliados de ayer serían los enemigos del momento.
“Una sombra se cierne sobre los escenarios que hasta hoy alumbraba la luz de la victoria de los
aliados. Nadie sabe que pretende hacer la Rusia Soviética y su organización comunista
internacional en el futuro inmediato, ni cuáles son los límites si existe alguno, a su tendencia
expansiva y proselitista.”
Y agregaba:
y sus poblaciones y los países en torno a ellas se encuentran en lo que debo llamar la esfera soviética
y todos están sometidos, de una manera u otra, no sólo a la influencia soviética, sino a una altísima
y, en muchos casos, creciente medida de control por parte de Moscú, muy fuertes y en algunos
casos, cada vez más estrictas” 3.
El discurso político de los gobiernos auténticos entre 1944 y 1952 llevaba implícito el
anticomunismo. La prensa burguesa, desde el inicio de la Guerra Fría y bajo la influencia del
macartismo, incentivaba la animadversión al comunismo, a quien ridiculizaba, satirizaba y
satanizaba, con calificativos soeces e hirientes. Los errores de la construcción del socialismo en
Europa y Asia eran magnificados y los líderes elogiados ayer por el combate al fascismo,
incriminados hoy como dictadores feroces y sin escrúpulos.
La creación del BRAC por Fulgencio Batista, dio un carácter oficial al anticomunismo en Cuba.
Estrechamente vinculada al Buró Federal de Investigaciones (FBI) de los de los Estados Unidos de
América, la institución adoctrinaba a sus miembros y los preparaba para la divulgación y
preparación ideológica de los militares y líderes obreros, en especial, los seguidores de la oficialista
y semi gansteril central de trabajadores de Cuba, usurpada y liderada por Eusebio Mujal. El BRAC
lo controlaba todo, en Cuba y en el exterior. El solo hecho de ser intelectual, artista o creador en
cualquier esfera del arte, era motivo suficiente para estar fichado como comunista o simpatizante
del comunismo.
Batista hizo del anticomunismo, su principal doctrina ideológica en aras de justificar su accionar
represivo en la lucha contra las guerrillas comunistas lideradas por marxistas confesos como los
comandantes Raúl Castro Ruz y Ernesto Guevara de la Serna. Durante la invasión a la provincia
de Las Villas por las columnas de Camilo y Che, llegó el gobierno a acusar de comunista a ambos
jefes rebeldes, y convocar al pueblo a que se sumara a combatirlos.
Ese sentimiento de una manera u otra, caló en el pueblo, e incluso, entre muchos revolucionarios,
que veían con reservas la historia del PSP en sus vínculos con Batista en los años de 1940 al 44, a
lo que se sumaba el hecho de que el partido, como institución, no se sumó a la revolución sino
hasta los meses finales de 1958. Incluso, algunos miembros que lo hicieron individualmente,
recibieron críticas y sanciones de la organización. El pueblo, mayoritariamente no sabía lo que era
el socialismo, y lo poco que conocían, era la bilis que las campañas mediáticas le hacían saber.
3
www.historiasiglo20.org/TEXT/fulton-churchill.htm.
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Marx, a 150 años de El Capital
Los líderes de la Revolución, de sólida formación marxista, sabían que la sociedad cubana,
impregnada de un anticomunista furibundo no estaba preparada para asimilar de golpe una
declaración política de ese tipo. Fidel, Raúl, Camilo y el Che, hubieron de negar, desde los primeros
días del triunfo, sus convicciones ideológicas y hacer ver que la revolución era cespedista,
martiana, guiterista, nacionalista e incluyente: no era comunista, ni tampoco anticomunista. Lo que
si dejaban claro era que ser anticomunista, era sinónimo de ser batistiano.
Era importante preparar entonces a las masas en el respeto y aceptación de la amplia masa de
militantes comunistas, obreros y hombres de pueblo, que durante tantos años habían combatido la
corrupción, la explotación de los capitalistas, y la dictadura. El martirologio comunista avalaba su
vocación revolucionaria y popular.
Consciente del impacto psicológico del anticomunismo en Cuba, ya Fidel había alertado a los
futuros expedicionarios del Granma en México de la necesidad de no exteriorizar sus ideas políticas
hasta llegado el momento oportuno. Al respecto, explicaba al Comandante Tomás Borges, la
situación creada en el momento en que fue detenido en aquel país por la policía federal de
seguridad:
“No faltaron de inmediato las consabidas acusaciones de comunismo, todas aquellas cosas que
estaban tan en boga, con más razón cuanto que el Che, al caer preso, se considera en el deber de
decir todo lo que pensaba: "¿usted es comunista?" "sí, yo soy comunista." Y con el Che, la
seguridad y los jueces discutieron sobre el comunismo, hasta sobre la denuncia de Jruschov contra
Stalin. El habernos descubierto nos trajo una gran cantidad de inconvenientes, entre otro, el de estar
presos un grupo de nosotros.
Al final, los fueron soltando y nos fuimos quedando el Che, yo... Ya te digo que el Che, con espíritu
de mártir en la época romana, se confiesa comunista; cree que es su deber de revolucionario
expresar sus ideas y eso realmente complicó la situación, porque armaron un gran escándalo en
torno a eso. Y el Che, como te dije, tuvo polémicas allí con jueces, con policías y con todo el mundo
cuando lo estaban interrogando. El Che no sigue la táctica que hay que seguir en ese momento y
complica las cosas. Como consecuencia, nos dejaron al Che y a mí presos, fuimos los dos últimos
que quedamos allí.”
“Yo veía en los comunistas una especie, digamos, de mártires, de víctimas, de cristianos primitivos,
siendo perseguidos y asesinados. Tal circunstancia despertó en mí un sentimiento de solidaridad
hacia ellos como militantes, por su postura de lucha tenaz y constante contra los abusos, contra los
crímenes; además, existía ya una cercanía ideológica. La coincidencia ideológica era total cuando
concluí mis estudios en la Universidad. Nadie me inculcó tales ideas, había llegado a una
concepción revolucionaria radical por mi propia cuenta. Percibí con toda claridad aquella necesidad
histórica”4.
4Blanco, Katiuska. Fidel Castro Ruz. Guerrillero del tiempo. Ediciones Cartago. Argentina, 2012. 4 p.
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Marx, a 150 años de El Capital
A la propaganda anticomunista intensificada a partir del 1ro de enero de 1959, se sumaron las
posiciones vacilantes y traidoras de algunos funcionarios del gobierno provisional y jefes
guerrilleros. Los casos más connotados fueron los del presidente Manuel Urrutia Lleó y los
comandantes Pedro Luis Díaz Lanz y Hubert Matos Benítez, todos, anticomunistas convencidos.
Urrutia dejaría para la historia su interpretación de aquel momento histórico en su libro Fidel Castro
y compañía, SA en el que, en su anticomunismo visceral, escondió sus ineptitudes y ambivalencias
como Presidente. Luis M. Buch, quien fuese entonces ministro de la presidencia explicaría:
“El presidente Urrutia, carente de sentido político de su responsabilidad, hizo coro a las acusaciones
extranjeras contra la revolución. En vez de ripostar, Urrutia comenzó una agresiva escalada pública
de carácter anticomunista. Las motivaciones del presidente eran ideológicas. Con su conducta,
avivaba los ataques contra la revolución y ponía en peligro la unidad de los revolucionarios5.
Díaz Lanz, quien como jefe de la fuerza aérea rebelde demostró su incompetencia, cayendo en la
práctica de nepotismo, utilizando el pretexto de sus sentimientos anticomunistas, huyó a los
Estados Unidos de América. El 21 de octubre de ese año, piloteando un B-25, basificado en el
aeropuerto de Miami, bombardeó La Habana.
Hubert Matos, quien curiosamente estuvo vigilado por el BRAC como sospechoso de actividades
comunistas, lleno de ambiciones e ínfulas, asumió el anticomunismo como bandera y trató de
fomentar una sublevación militar en Camagüey. El 21 de octubre, el comandante Camilo
Cienfuegos, refiriéndose a la traición de este, expresaría a los periodistas:
“No hay que ver fantasmas en el comunismo. Se nos ataca por el hecho de que Carlos Rafael
Rodríguez estuviera en la sierra maestra y porque habláramos con él. Carlos Rafel fue un hombre
que subió a la Sierra, y a nadie le preguntamos si es comunista. Sólo nos interesa que sean cubanos
y combatientes bien intencionados. ¿Cómo no dicen que el padre Sardiñas estaba también en la
Sierra y que ahora es comandante del ejército?
Hubert matos pretendía tener un ejército que respondiera, no a la revolución, sino a Hubert Matos.
De ahí que convenciera al coordinador de Camagüey, Agramonte, el que pretendía emplazar a Fidel
para que definiera y explicara hasta donde iría la Revolución. Pero aquí habrá Revolución hasta
que quede una injusticia por reparar.” 6
El año 1959 fue crucial para los destinos de la Revolución. La visión estratégica, concepción
unitaria y paciencia política de Fidel Castro, guiaron el proceso revolucionario a la conformación
de un movimiento de masas en el que, sin distinción de credos, con la Patria y la soberanía como
bandera, se consolidara un nuevo proyecto de nación. El tiempo y las medidas de la Revolución,
fueron consolidando su proyección ideológica, como la sumatoria de todas las ideas enarboladas
por las diferentes generaciones de revolucionarios cubanos, en especial, por José Martí. El
marxismo aportaría sus herramientas y experiencias. Fidel esperaría el momento oportuno para
anunciar al mundo el camino de la revolución.
5
Buch, Luis y Suárez Reinaldo. Gobierno Revolucionario Cubano. Primeros pasos. Editorial de Ciencias Sociales. La
Habana, 204. 204-205 pp.
6
Ibidem. 293 p.
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Marx, a 150 años de El Capital
“Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que estemos aquí, lo que no pueden
perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu
de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba”.
“Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una
Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!”
“¡Y que esa revolución socialista la defendemos con esos fusiles!; ¡y que esa revolución socialista
la defendemos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaron a balazos a los
aviones agresores”.
Y concluía:
7
www.cuba.cu/gobierno/discursos/1961/esp/f160461e.html.
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