DE LAURETIS. Teoria Queer - Sexualidades Lesbiana y Gay (2010)

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'fEORfA QUEER: SEXUALIDADES LESBIANA Y GAY*

Teresa de Lauretis ••

Los ensayos que comprenden este volumen de Differences


fueron generados en el contexto de una mesa de trabajo en la
que se teoriz6 acerca de las sexualidades lesbica y gay, llevada
a cabo en la Universidad de California, en Santa Cruz, en 1 990. 1
El proyecto de la conferencia se bas6 en la premisa especulativa
de que la homosexualidad no puede mas ser vista como marginal
en relaci6n con una forma de sexualidad dominante y estable

• Este articulo se public6 originalmente con el titulo de "Queer Theory: Lesbian


and Gay Sexualities. An Introduction" en Differences. A Journal ofFeminist Cultural
Studies, vol. 5, num. 2, verano, 1991. (Traducci6n: Mauricio SAenz Ramirez, con Ia
supervisi6n y correcci6n de Teresa de Lauretis).
" Profesora emerita de Ia Universidad de California en Santa Cruz, feminista,
autora de numerosas obras entre las que se pueden seftalar Alice Doesn t: Feminism,
Semiotics, Cinema (1984), Technologies of Gender (1987), The Practice of Love
(1994), Figures ofResistance (2007) y Freuds Drive (2008).
1 Deseo dar las gracias a todos los participantes de Ia conferencia, asl como a los
autores de los ensayos incluidos en este volumen, por sus presentaciones y contri­
buciones a! trabajo de Ia conferencia. Los participantes fueron Francisco Alarc6n,
TomAs Almaguer, Lourdes Arglleyes, Scott Bravmann, Sue-Ellen Case, Carolyn Clark,
Michael Cowan, Julia Creet, Karen Davis, Samuel R. Delany, Julia Erhart, Elizabeth
A. Grosz, Ramon Garcia, Mmjorie Garber, David Halperin, Donna Haraway, Sue

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T E RESA D E LAU RETIS

(heterosexualidad) y contra Ia cual seria definida por oposici6n


o por homologia. En otras palabras, no puede seguir siendo vista
solamente como transgresora o desviada vis a vis una sexua­
lidad natural y apropiada (es decir, Ia sexualidad reproductiva
institucionalizada), de acuerdo con el viejo modelo patol6gico;
o como otro estilo de vida opcional en referencia con el modelo
del pluralismo contemporaneo norteamericano. En su Iugar
las homosexualidades masculina y femenina -en sus actuales
articulaciones sexopoliticas como sexualidades gay y lesbiana,
en Norteamerica- pueden ser reconceptualizadas como formas
culturales y sociales por su propio derecho, aunque emergen­
tes y por tanto todavia vagamente definidas, no codificadas o
dependientes discursivamente de formas mas establecidas. Sin
embargo, mas que marcar los limites de un espacio social por
Ia designaci6n de un Iugar al borde de Ia cultura, Ia sexualidad
gay en sus formas culturales (o subculturales) femenina y
masculina, acrua como un agente de un proceso social con un
funcionamiento de interacci6n tanto como de resistencia, par­
ticipe aunque distinto, reclamando al mismo tiempo igualdad
y diferencia, y demandando representaci6n politica mientras se
insiste en su especificidad material e hist6rica.
En esta perspectiva, el trabajo de Ia conferencia tuvo como
intenci6n articular los terminos en los cuales las sexualidades

Houchins, Earl Jackson, Jr., D.A. Miller, Madeline Moore, Ekua Omosupe, Vito Russo,
Nancy Stoller Shaw, Jennifer Terry, David Thomas, Patricia White y Carter Wilson.
Quiero tambien reconocer el generoso apoyo de muchas de las unidades academicas
y administrativas del campus de Ia ucsc, de Ia Divisi6n de Humanidades, el Centro
de Estudios Culturales, el director de las Artes, los consejos de Estudios en Literatura
y en Historia de Ia Conciencia, y de Ia oficina del decano en Berkeley. Otro sentido
reconocimiento para el equipo de Ia conferencia: Maggie Collins, Julia Creet y Scott
Bravmann, cuya infatigable atenci6n contribuy6 profundamente para el exito de Ia
misma. Finalmente, un especial agradecimiento para Julia Creet, quien me asisti6 en
Ia versi6n preliminar de este manuscrito, y para Jenny Anger, asistente editorial de
Differences, quien lo sigui6 basta su edici6n final y su publicaci6n.

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T E O RlA QUEER: S E X U A L I D A D E S ...

lesbiana y gay puedan ser entendidas y representadas como


formas de resistencia ante la homogeneizacion cultural, con­
trarrestando los discursos dominantes con otras construcciones
del sujeto en la cultura. Yo contaba con que la conferencia
tambien problematizaria en torno a algunas de las construccio­
nes discursivas y de los vacios o silencios que se produjeron
en el campo emergente de "los estudios lesbico y gay", y que
posteriormente exploraria cuestiones aUn vagamente esboza­
das, tales como los fundamentos comunes de los discursos
y pnicticas actuales de homo-sexualidades en relacion con
el genero y la raza, con sus respectivas diferencias de clase
0 cultura etnica, y de ubicacion generacional, geografica y

sociopolitica. Nosotros, yo esperaba que tendriamos buena


gana de examinar, hacer explicito, comparar o confrontar las
respectivas historias, supuestos y marcos conceptuales que
han caracterizado a las autorrepresentaciones de lesbianas y
hombres gay de Norteamerica, de color o blancas/blancos,
hasta ahora. De ahi, podriamos entonces replantear o reinven­
tar los terminos de nuestras sexualidades, para construir otro
horizonte discursivo, otra forma de pensar lo sexual. Como
lo comentare, eso es lo que los ensa}tllls hacen, cada uno en su
propio camino. Por consiguiente, el titulo de Ia conferencia
y de este volumen de Differences, "queer theory", conlleva
un doble enfasis: en el trabajo conceptual y especulativo
involucrado en la produccion del discurso, y en el necesario
trabajo de critica y de deconstruccion de nuestros discursos y
los silencios construidos en ellos mismos.

El bar gay/lesbico: ;,una articulacion teorica?

El termino queer yuxtapuesto a "lesbiana y gay" del subtitulo,


intenta establecer cierta distancia critica de estos, por ahora

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T E RESA D E LAU RETIS

establecidos como una f6rmula a menudo conveniente.2 Porque


la frase "lesbiana y gay" o "gay y lesbiana" ha llegado a ser la
forma comfut de referirse a lo que hace tan s6lo algunos aftos
solia ser simplemente gay (por ejemplo la comunidad gay o
el movimiento de liberaci6n gay) o, s6lo algunos aftos antes
todavia,"homosexual". Por ejemplo, una nipida revisi6n de
algunos titulos de trabajos chisicos de sociologia e historia gay
en los pasados veinte aftos, enlista: de Jeffrey Weeks, Coming
Out: Homosexual Politics in Britainfrom the Nineteenth Cen­
tury to the Present ( 1 977); de John D'Emilio, Sexual Politics,
Sexual Communities: The Making of a Homosexual Minority
in the United States, 1940-1970 ( 1 983); editado por Kenneth
Plummer, The Making of the Modern Homosexual ( 1 9 8 1 );
de Dennis Altman, Homosexual: Oppression and Liberation
( 1 97 1 ) y The Homosexualization ofAmerica ( 1 982); y de Ste­
phen Murray, Social Theory, Homosexual Realities ( 1 984). En
contraste, el articulo de 1 987 de Steven Epstein en Socialist
Review, donde todos estos libros son discutidos, es titulado
"Gay Politics, Ethnic Identity", y en 1 989 la antologia editada
por Martin Duberman, Martha Vicinos y George Chauncey, Jr.,
lleva como titulo Hidden from History: Reclaiming the Gay
and Lesbian Past.
El discurso de la sociologia e historiografia gay blanca,
el cual aftadi6 a las mujeres de forma tardia con poco o nulo
entendimiento de la especificidad socio-sexual femenina, se
desarroll6 aparte del discurso impreso por el lesbianismo blanco
que inici6 con Jeannette Foster, Sex Variant Women in Literature

2 El termino queer me fue referido en una conferencia en Ia cual participe y cuyas

memorias seran publicadas en el proximo volumen editado por Douglas Crimp and
the Bad Object Choices, How Do I Look? Queer Film and Video. Mi concepto queer,
sin embargo, no tiene relaci6n con el grupo de Queer Nation, cuya existencia ignoraba
en ese momento. Como los ensayos mostraran, de hecho, hay muy poco en com(m
entre Queer Nation y esta teorla queer.

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T EO RlA QUEER: S E X U A L I D A D E S ...

(1 956); y que sigui6 adelante con Sydney Abbott y Barbara


Love, Sappho Was a Right-On Woman ( 1 972); Del Martin and
Phyllis Lyon, Lesbian/Woman ( 1 972); Jill Johnston, Lesbian Na­
tion: The Feminist Solution ( 1 973); Ti-Grace Atkinson, Amazon
Odyssey ( 1 974); Dolores K.laich, Woman Plus Woman ( 1 974);
Barbara Ponse, Identities in the Lesbian World: The Social
Construction ofSe/f ( 1 978), hasta Adrienne Rich, "Compulsory
Heterosexuality and Lesbian Existence", publicado por primera
vez en Signs en 1 980. Estos titulos tempranos hacen enfasis en
el genero y en una especificidad sociocultural -mujer, lesbiana,
feminista, amazona- que esta ausente del grupo previo, pero que
ha caracterizado el pensamiento lesbico y Ia autorrepresentaci6n
desde sus inicios. Por lo visto, Ia sexualidad lesbiana no aban­
dona facilmente sus lazos imaginarios y simb6licos al genero,
sin embargo esto ultimo puede ocasionar muchos problemas.
Hay por supuesto algunos trabajos de lesbianas que tratan sobre
homosexualidad, como lo hace notablemente Mary Macintosh
en "The Homosexual Role" ( 1 986), pero mas frecuentemente
las lesbianas norteamericanas han rechazado el termino para si
mismas, precisamente por su cercana asociaci6n con Ia homose­
xualidad masculina, y por su postura ante Ia especificidad sexual
y cuestiones relevantes del genero, asi como por el estigma que
todavia acarrea Ia palabra homosexual, Ia cual muchos identifi­
can como un termino "medico". En Europa y Latinoamerica el

uso del termino homosexual (en relaci6n con mujeres), en Iugar


de lesbiana tiene otras historias y otros problemas.
Actualmente tenemos, por un lado, los terminos "lesbia­
na" y "gay" para designar distintos tipos de estilos de vida,
sexualidades, pnicticas sexuales, comunidades, asuntos, pu­
blicaciones y discursos; y por otro, Ia frase "gay y lesbiana"
o, mas frecuentemente, "lesbiana y gay" (las damas primero),
que ha llegado a ser de uso estandar: por ejemplo, Coming

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TERESA D E LAU RETIS

Up fue llamado Gay/Lesbian Newspaper and Calendar of


Events of the Bay Area, mientras que el mas reciente Out
Look se define a si mismo como National Lesbian and Gay
Quarterly Magazine. Similarmente, Black/Out es Ia revista de
Ia National Coalition for Black Lesbians and Gays, Epicene
es subtitulado Canada s Lesbian and Gay News Magazine, y
asi en adelante. En un sentido, el termino queer theory lleg6
en un esfuerzo por evitar todas estas distinciones tan finas en
nuestros protocolos discursivos, para no adherir algunos de
los terminos dados y no asumir sus deudas ideol6gicas, sino
para transgredirlas y al mismo tiempo trascenderlas -o por lo
menos problematizarlas.
Un frente comful o una alianza politica de hombres gay y
lesbianas (hablando de manera general por supuesto, no de
amistades personates) es posible y de hecho necesario en los
Estados Unidos de hoy, por Ia emergencia nacional del SIDA
y Ia persistente reacci6n institucional en contra de queers de
todos los sexos. Yo pienso que Ia alianza por si misma es algo
muy bueno, sin embargo me hubiera gustado que esto ocurriera
bajo circunstancias menos devastadoras. Pero mi punto es otro:
que nuestras "diferencias", tal como pueden ser, son menos
representadas por el acoplamiento discursivo de estos dos
terminos en Ia frase politicamente correcta "lesbiana y gay",
porque son anuladas por Ia mayoria de los contextos en los
cuales esta frase es usada; por asi decirlo, las diferencias son
asumidas en esta frase, pero entonces son simplemente dadas
por hecho e incluso cubiertas por Ia palabra "y".
Una ilustraci6n del doble uso de este discurso es ofrecida
en Ia reciente publicaci6n Uranian Worlds, una bibliografia
de Ia "sexualidad altemativa" en ciencia ficci6n y fantasia,
escrita por Eric Garber y Lyn Paleo ( 1 990), que presenta una
doble introducci6n de Samuel Delany y Joanna Russ. Cada
entrada es marcada con una o mas letras de un c6digo de seis

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T E O RiA QUEER: S E X U A L I D A D E S ...

caracteres: F [o j] cuando la "bisexualidad femenina o les­


biandad es una mayor [o menor] parte o componente dentro
del trabajo"; M [o m] para la homosexualidad masculina o la
bisexualidad; X para transexualidad, ajenos con tres sexos,
vampirismo, etcetera; y ? cuando la sexualidad en el trabajo
esta "abierta a interpretaci6n" (x1v-xv). Mientras que el c6di­
go replica la tendencia actual (por lo menos en mi campus)
hacia una solidaridad "lesbica, gay, bisexual o cuestionante",
lo que tambien incluye sexualidades mas literalmente queer
en la categoria X De todos modos, la mayoria de las citas son
codificadas con M [m] y/o F [I]. Como los autores indican en
su prefacio, sin embargo, el titulo "mundos uranistas"

... es derivado de la palabra del siglo XIX para homosexual: Ura­


nista. El termino fue acufl.ado por el temprano emancipacionista
homosexual aleman Karl Ulrichs y fue popularmente usado basta
y durante la Primera Guerra Mundial: se refiere aAfrodita Urania
a quien Platon identific6 como la diosa de la homosexualidad
en su Simposium. Una ligera variaci6n, Uraniad, fue usada para
describir a las lesbianas (vu-vm).

Aun cuando viene de una diosa femenina, el termino "Uranista"


se refiere a homosexuales masculinos (obviamente el ooico tipo
de homosexualidad que le interesaba a Plat6n), y esto no es s6lo
en los tiempos de Ulrichs, sugiero que actualmente tambien
lo es: si el libro no es titulado "Uranian and Uraniad Worlds",
es probablemente porque el ultimo termino nunca ha ganado
aceptaci6n, por tanto la forma masculina sirve para designar la
categoria entera de homosexuales, tal como el termino hombre
lo hizo con la categoria humano antes del feminismo de los
sesenta. No es dificil de ver, por analogia, c6mo el termino
masculino "Uranista", al extender la forma masculina de homo­
sexualidad a las mujeres, incluye a las ultimas en los primeros

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T E RESA D E LAURETIS

como "ligera variacion", una variacion demasiado ligera para


consideracion, tal como lo que los lingiiistas Haman un alo­
fono. l,Por que un termino especifico para la homosexualidad
femenina no ha sido desarrollado? -l,por que Uraniad, por
ejemplo, lleg6 a ser una victima discursiva del periodo de la
Primera Guerra Mundial?-, es ciertamente una pregunta que
Garber y Paleo no pudieron haber desarrollado en su importante
y muy util libro. Pero es una pregunta para la teoria queer, pues
es el signo de una continua falla en la representacion, de un
silencio duradero tocante a la especificidad del lesbianismo en
el discurso "gay y lesbico" contemporaneo.
Resaltado en este punto, Delany abre su introduccion con
las palabras: "La situacion de las lesbianas en America es muy
diferente de Ia situacion de los hombres gay. Un reconocimien­
to claro de este hecho, especialmente por los homosexuales
masculinos, es casi el primer requerimiento para cualquier
discusion sofisticada de las politicas homosexuales en el pais"
(xiX). Y como si el estuviera leyendo mi mente o telepatica­
mente compartiera los pensamientos que yo pongo en palabras
en esta introduccion, aiiade:

Los hombres gay y las mujeres gay muy bien pueden expresar
solidaridad unos a otros: pero en el trabajo diario para efectuar
Ia realidad de Ia liberaci6n, Ia mayor ayuda que nosotros pode­
mos dar unos a otros es un reconocimiento claro y activo de Ia
extension y Ia naturaleza de los diferentes contextos, y una rica
y productiva simpatia por las diferentes prioridades que estos
contextos producen (XIX).

Por su parte, en su introduccion, Russ recuerda el desarrollo


del tema con una bibliografia de literalmente tres titulos sobre
el sujeto del lesbianismo, mientras que (ella comenta, con su
inimitable agudeza)

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T E O Ri A QUEER: S E X U A L I D A D E S ...

Samuel Delany -no fue su culpa; el tenia 1 1 al momento y estaba


escribiendo su primera novela, pero era de otro modo intacha­
ble- habria tenido mas suerte, literariamente hablando, pues
Wilde, Gide y Verlaine estuvieronjusto ahi, en los estantes de una
libreria, por no mencionar Otras voces, otros ambitos de Truman
Capote y trabajos de Christopher Isherwood, y Hart Crane era de
hecho conocido por haber sido -bueno, ustedes saben (xxm).

Incluso en la ciencia ficci6n, el mas "apasionadamente espe­


culativo y atrevidamente original" de los generos, ella conti­
nua, "la sexualidad -incluyendo la homosexualidad- era una
prerrogativa masculina. Nosotras podiamos usar los trajes de
bafio cromados y ser rescatadas"; por eso, ahora, un libro "al
evidenciar la repentina visibilidad de los personajes lesbianas
y gays en ciencia ficci6n, crea un relato hist6rico de detectives"
(xxv). Sin embargo, tambien sefiala que las mujeres escritoras
blancas y todos los escritores de color todavia no son repre­
sentados en estos mundos ''uranistas". Resumiendo, incluso
las mejores intenciones no pueden deshacer las diferencias
"generadas" por la historia y "subitamente visibles" en nuestro
discurso "lesbico-gay" de hoy.
Desde finales de los sesenta, practicamente desde Stonewell,
las lesbianas norteamericanas han estado mas o menos triste­
mente divididas entre una lealtad al movimiento de mujeres,
con su mas o menos patente homofobia (Bearchell, Clark) y
su apropiaci6n del lesbianismo (Case), y una lealtad al movi­
miento de liberaci6n gay con su mas o menos patentel$eMismo
(Frye). Por ultimo, esta divisi6n ha sido reelaborada como una
oposici6n hostil y crudamente polarizada entre las le�\>ianas
radicales y s/m y las lesbianas culturales feministas; una opo­
sici6n en la que los hombres gay, de este lado, estan bajo la
categoria indiferenciada de "hombres" y/o no considerados
pertinentes para Ia vida lesbiana. No obstante, por otro lado,

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T E RESA D E LAU RETIS

ellos representarian el modelo cultural y la posibilidad de sexo


lesbico radical, como el ensayo de Julia Creet en este volumen
sugiere a proposito de la ficci6n de Pat Califia. 3 Y de nuevo, el
binarismo mecanico de esta polarizaci6n es popularizado en dos
titulos de revistas:Offour backs yOn our backs. Por su parte,
los hombres gay parecen estar divididos en su autodefinici6n
y autorrepresentaci6n entre "esencialismo" y "construccionis­
mo", un debate que ha ido paralelo pero aparentemente ajeno
del "esencialismo" vs "antiesencialismo", debatido en la teoria
feminista, en el cual muchas lesbianas han estado activamente
involucradas. A menudo los criticos gay hacen mas que un gesto
superficial en referencia de los estudios lesbicos o feministas
(los ensayos de Tomas Almaguer y Earl Jackson, Jr. en este
volumen se erigen como casi excepcionales en este aspecto),
mientras que esas criticas lesbicas que hacen referencia a los
estudios gay usualmente no integran la vision de estos ultimos
dentro de un marco te6rico comu.n o un discurso compartido.
Un paso promisorio en esta direcci6n es el trabajo del "nuevo
archivista de Ia desviaci6n", teorizado y actuado en el ensayo
de Jennifer Terry en este volumen.
El hecho aqui es que Ia mayoria de nosotros, lesbianas
y hombres gay, no sabemos mucho de nuestras respectivas
historias sexuales, experiencias, fantasias, deseos o modos
de teorizar. Y no sabemos suficiente sobre nosotras/nosotros
mismas/os cuando se habla de las diferencias entre y dentro de
las lesbianas, y entre y dentro de los hombres gay, en relaci6n
con· .la tiaz.a y las diferencias de clase 0 cultura etnica, gene­
racionales, geograficas, sociopoliticas. Nosotros no sabemos
suficiJ �te para teorizar estas o tales diferencias. Entonces una
pregmta igualmente problematica en el ftoreciente campo de

3 Acerca de Ia relaci6n entre lesbianas y las representaciones del sexo gay masculino,

ver tambien "Lesbian Sex/Gay Sex" de Julia Creet.

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T E O RtA QUEER: S E X U A L I D A D E S ...

los "estudios gay y lesbianos" se relaciona con las construc­


ciones discursivas y los silencios resultantes alrededor de las
relaciones entre raza, identidad y subjetividad en las practicas
de homosexualidades y las representaciones del deseo por el
mismo sexo.
Revisando los escritos de lesbianas y hombres gay de color,
uno no encuentra una cantidad comparable de titulos o autores.
En parte esto es debido a su restringido acceso institucional a
Ia educaci6n y a la publicaci6n, lo cual se ha mejorado ligera­
mente en los aftos recientes con pequeilas editoriales y grandes
esfuerzos. Si Russ, quien creci6 en los aftos cincuenta, conocia
solo tres trabajos de ficci6n acerca de lesbianas, en 1977, es­
cribi6 Barbara Smith:

no habia incluso un solo libro basado en el feminismo negro y Ia


experiencia lesbica negra, ficcion o no ficcion [ ... ] Yo quiero, sobre
todo para las mujeres negras y las lesbianas negras, que de alguna
forma no esten solas. Solo un trabajo para reftejar Ia realidad que
yo y las mujeres negras a quienes amo estamos tratando de crear.
Cuando tal libro exista, entonces cada una de nosotras no solo
sabra como vivir mejor sino como sofiar ( 1 982: 1 73).4

Desde entonces, varios libros de ficci6n lesbica han sido pu­


blicados por escritoras negras. Primero y sobre todo Ia "Bio­
mitografia" de Audre Lorde, Zami ( 1982), asi como The Color
Purple de Alice Walker ( 1982), y Say Jesus and Come to Me
de Ann Allen Schockley ( 1982). Y justo mientras este volumen

4 Actualmente, por lo menos un libro de ficci6n lesbica ha sido publicado por Ann

Allen Schockley, Loving Her ( 1974, reimpreso por Naiad en 19 87), y Smith 1o incluye
en un pie de pagina junto con trabajos de Lorde y Pat Parker (175), pero sin ninguna
menci6n posterior. A estas tres autoras Smith se refiere como "un pufiado de mujeres
negras que han arriesgado todo por Ia verdad. Audre Lorde, Pat Parker y Ann Allen
Schockley por 1o menos han surgido de un sitio donde no habfa trabajos" (172).

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T E RESA D E LAURETIS

va a impresi6n, sale la largamente esperada colecci6n de The


Gilda Stories de Jewelle Gomez ( 1 99 1 ). Atin mas, un extracto
en Lesbianas Chicanas de Carla Trujillo ( 1 99 1 ), promete el
arribo de la primera novela lesbiana chicana, GulfDreams de
Emma Perez. Y para la ficci6n gay negra, la particular mezcla
de ciencia ficci6n con teoria y critica cultural autobiognlfica que
caracteriza la tetralogia de Samuel Delany, Neveryon, puede
ser captada en su ensayo en este volumen.
Algunos libros mas que no son de ficci6n, de escritores les­
bianas y gay de color, que combinan ensayos, discursos, poesia,
hojas de diario, cartas, autobiografias, etcetera -los limites de
los generos literarios ya no restringen mas-, son los siguientes:
de Cherrie Moraga, Loving in the War Years: Lo que nunca paso
por sus Iabios ( 1 983 ); de Audre Lorde, Sister Outsider ( 1 984);
de Gloria AnzaldUa, Border/ands/Lafrontera ( 1 987); y algunas
antologias muy importantes como la de Moraga y Anzaldua,
This Bridge Called my Back: Writings by Radical Women of
Color ( 1 98 1 ); de Barbara Smith, Home Girls: A Black Feminist
Anthology ( 1 983); de C. Chung et. a/., Between the Lines: An
Anthology by Pacific/Asian Lesbians ( 1 987); de Juanita Ramos,
Compaiieras: Latina Lesbians ( 1 987); y de Joseph Beam, In
the Life: A Black Gay Anthology ( 1 986).5
Pero, ademas del severo problema del acceso institucional,
la relativamente mayor escasez de trabajos de teoria escritos por
lesbianas y gays de color puede haber sido tambien un asunto
de diferentes elecciones, diferentes prioridades de trabajo,
diferentes publicos o formas de emprender proyectos. Quizas
para un critico y escritor gay de color, definirse a si mismo gay

5 Esto no es por mucho una lista completa sino s6lo una indicaci6n del reciente y

creciente n\unero de trabajos publicados por escritores lesbianas y gays de color. Una
mayor y mas comprensiva revisi6n incluirfa autores de ensayos, cuentos, poemas y
libros de poesfa , tales como Francisco Alarc6n, Cheryl Clark, Michelle Cliff, Jewelle
Gomez, Janice Gould y muchos otros, demasiado numerosos para citarlos aquf.

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T E O R1A QUEER: S E X U A L I D A D E S ...

no es lo mas importante; puede tener otras prioridades que le


presionen mas en su trabajo y su vida. Quizas un escritor gay
chicano puede no identificarse con la comunidad blanca y de
clase media del barrio Castro (en San Francisco), por varias
razones que son tanto social como sexualmente sobredetermi­
nadas -como Tomas Almaguer argumenta en su articulo-, y
puede ser ofendido por la noci6n de Epstein de una "identidad
etnica" de la gente gay de San Francisco sin importar su color,
en una sociedad ampliamente permeada por el racismo.
Una lesbiana chicana puede tambien elegir establecer
su comunidad con mujeres nativas americanas mas que con
lesbianas; o puede canalizar sus energias en la teorizaci6n de
un continuo de la experiencia chicana, lesbiana o no, como el
teatro de Moraga indica. Las palabras de Barbara Smith cita­
das arriba yuxtaponen "mujeres negras y lesbianas negras",
"experiencia feminista negra y experiencia lesbiana negra",
las cuales une en una lucha comun y en una continuidad de
experiencia como personas femeninas negras. Y el ensayo de
Ekua Omosupe en este volumen habla a partir de esa experien­
cia de empoderamiento.
Las diferencias hechas por raza en la autorrepresentaci6n e
identidad seiialan la necesidad de examinar, cuestionar o con­
frontar la utilidad y/o las limitaciones de los actuales discursos
de las sexualidades lesbiana y gay, sean estos discursos domi­
nantes (como el psicoanalisis, estrategicamente planteado por
Elizabeth Grosz en su articulo en este volumen) o separatistas,
emergentes o de oposici6n. Esas diferencias resaltan la urgencia
de replantear las preguntas y los cuestionamientos de la teoria
queer desde distintas perspectivas, historias, experiencias y en
diferentes terminos.
Por ejemplo, el ensayo de Sue-Ellen Case en este volumen
traza la asociaci6n de la heterosexualidad con lo natural, lo
saludable, lo vital, y su consecuente vinculaci6n de la ho-

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T E RESA D E LAURETIS

mosexualidad con lo antinatural, lo enfenno, lo muerto y lo


mortal. Todo ello en una cadena discursiva, Ia cual desde Ia
epoca dorada del drama espafiol hasta el discurso cientificista
modemo de Ia sangre pura, y los campos de muerte de Hitler
hasta el discurso dominante posmodemo sobre el SIDA, une lo
sexual con lo racial en las culturas occidentales, oponiendose
Ia pureza de lo legal, y Ia sexualidad patriarcalmente marcada
por el genero -y su derecho de sangre al dinero-, a Ia conta­
minada impura sangre de homosexuales, judios y moros. A
traves de los siglos, ella argumenta, los queers han resistido
estas proscripciones con varios contradiscursos que van desde
el misticismo y el deleitarse en Ia impureza hasta una resistencia
politica organizada. Pero el teorico queer podria preguntar:
wodria esta herencia quizas sobredetenninar nuestro propio
contradiscurso contemporaneo, nuestro propio pensamiento
queer, que sin deseo ni intencion podria ser heredero de esas
tropas discursivas?
Uno de los silencios construidos en el discurso de Ia ho­
mosexualidad como deseo por el mismo sexo, es alrededor de
las relaciones interraciales, cargadas de elementos er6ticos,
economicos, sociales y emocionales. Como Lorde agudamente
escribe en Zami:

Muriel parecia creer que como lesbianas todas nosotras eramos


extranjeras y todas iguales en nuestra extranjeridad. ''Nosotras
somos todas negras", ella solia decir, y yo odiaba oirla decir
eso. Era un deseo con poco fundamento de hecho; las formas
en las cuales esto era verdadero languidecian en la sombra de
esas muchas formas en las cuales esto siempre seria falso (203 ;
enfasis ai'iadido) .

l,El "siempre" se estrecha lejos en el futuro tal como lo hace


en el pasado? t.Estan las mujeres negras queer y las mujeres

34
T EO RlA QU E E R: S E X U A L I D A D E S ...

blancas, los hombres gay de color y blancos, condenadas/


condenados a repetir nuestras respectivas historias, incluso
mientras estudiamos, reinterpretamos e intervenimos en elias
para afectar el curso de los eventos humanos? 0 wuede nuestra
condicion queer actuar como un agente de cambio social, y
nuestra teoria construir otro horizonte discursivo, otra forma
de vivir lo racial y lo sexual?
De hecho Ia ambivalencia bacia las relaciones interraciales
puede explicar por que Smith deja de lado Loving Her de
Schockley, una noveIa acerca de una relacion lesbica interracial,
en Ia cual las suposiciones racistas del personaje blanco, si
bien son benevolentes, son puestas en claro para el lector
pero no sefialadas o anuladas por Ia protagonista negra o por
el narrador. En el contexto de Ia teoria y Ia politica feminista
negra, de Ia cual Smith era en ese momento una de las mas
apremiantes y una de las extremadamente pocas y valientes
voces lesbianas, no es sorprendente que su postura critica
deba enfocarse en una lectura lesbiana del bestseller Sula de
Tony Morrison. Dicho texto contenia un encantador retrato de
una intensa y duradera, si bien profundamente ambivalente,
amistad entre dos mujeres negras -en Iugar de un romance
lesbico con final feliz-, de una mujer negra con su joven hija
rescatada de un matrimonio abusivo, con el que llevaba una
vida sin recompensas sociales o espirituales por una mujer
blanca de clase alta. Tan entusiasmantes como debian ser las
descripciones de su mutuo regocijo sexual para una lectora
lesbiana negra o blanca, en 1977 -cuando casi ninguna otra
descripcion de ese estilo existia impresa- no es dificil de verse,
p orque Loving Her no "reflejaria", tal como Smith escribio, "Ia
realidad que yo y las mujeres negras a quienes amo estamos
tratando de crear" (173).
Todavia, por todas sus contradicciones sin solucion, o posi­
blemente incluso por elias, esta forma, Ia menos representada del

35
T E RESA D E LAU RETIS

deseo por el mismo sexo, puede ser potencialmente productiva


de nuevas formas del self, comunidad y relaciones sociales. Fue
por estar viviendo en un barrio negro con su amante judia, que
Minnie Bruce Pratt entendi6 su identidad cristiana blanca como
el mas grave limite estructural de su lesbianismo. Su analisis
politico fue elaborado y sostenido por una experiencialmente
urgente motivaci6n personal para pelear las estructuras profun­
das del racismo en si misma y en otras. Fueron las exclusiones y
autonegaciones impuestas por sus parientes cristianos blancos,
y posteriormente por su comunidad feminista blanca, las que
la llevaron a una transformaci6n de si misma y a un nuevo
significado de comunidad como un proyecto antirracista en su
"Identity: Skin Blood Heart", como teorizan Biddy Martin y
Chandra Mohanty. En fin, si lo racial y las diferencias de g6-
nero son un area crucial de preocupaci6n para la teoria queer,
esto es porque la sexualidad es tan inevitablemente personal y
porque tan confusamente enlaza el yo con otros: fantasia con
representaci6n, lo subjetivo con lo social. En esta area solo un
dialogo critico puede proveemos de un mejor entendimiento de
la especificidad y parcialidad de nuestras respectivas historias,
asi como de las apuestas de unas luchas compartidas.

Los ensayos

"Tracking the Vampire" de Sue-Ellen Case es el performance


te6rico de una teoria queer del deseo del mismo sexo, construido
en tomo al vampiro, Ia "criatura queer colmilluda" cuyo beso,
de hecho, hace a una mujer inmortal: esto Ia Iibera a ella de Ia
mortalidad, de Ia sexualidad reproductiva y de Ia captura por el
imaginario espejo edipico, transubstanciandola a ella en un ser
que no esta mas sujeto a las jerarquias de genero y raza; un ser
cuyo deseo queer "retando los parametros plat6nicos del ser

36
TEO RlA QUEER: S E X U A L I D A D E S ...

-los hordes de la vida y la muerte . . . - es constituido como una


transgresi6n de esos limites y de lo que define lo viviente como lo
bueno". Una figura de exceso, el tropo de "el doble ella" se mofa
tanto del viejo discurso de la biologia como de su apropiaci6n por
Ia teoria feminista, tambaleando los fundamentos heterosexuales
del discurso feminista en tomo a la mujer. "Leer ese deseo como
lesbiano, no es reescribirlo con categorias de genero dominantes y
heterosexistas, porque lesbiana, en teoria queer, es una particular
dinamica en el sistema de representaci6n: el doble tropo de 'ella's'
construido en el discurso dominante como lo doblemente inferior,
lo doblemente impuro . . . " Al trazar una genealogia de la figura
a traves de las apariciones vampiricas en el imaginario mistico
de San Juan de la Cruz, la poesia de Rimbaud, el camp teatral de
Oscar Wilde y los coreopoemas de Alexis DeVeaux, el ensayo
delimita un nuevo espacio discursivo y un discurso performativo
de la subjetividad queer.
En la provocaci6n te6rica de Samuel Delany, "Street Talk/
Straight Talk", son los modos ret6ricos gemelos del discurso
doblemente impuro del cuerpo sexual, los que tuercen la in­
formaci6n, o mejor, la desinformaci6n publica concemiente al
SIDA. Su argumento se apoya en una alegoria:

Imagina un discurso, estacionado en nuestro sistema de coor­


denadas, atravesando los cuatro cuadrantes ret6ricos sefialados
arriba: para un lado de este se erige el axial de Ia muerte. Cualquier
expresi6n dentro de este discurso es una curva continua y sin
inflexion que cruza a traves de un locus mortal; esta es detenida
y absorbida por Ia muerte en ese aterrorizante y totalizante punto
de unidad. De ahi, Ia curva fluye hacia el axial de Ia vida -pero
una vida que es total e idealmente segura, rica en placeres, casi
inm6vil . . . El discurso se aproxima a ese eje vigoroso, imaginario
asint6tico, anhelante, constante e infinitamente . . .

37
T E RE S A D E LAU RE T I S

En un collage de varios tipos de discursos influenciados por di­


ferentes ret6ricas -un ensayo de un estudiante, una suscripci6n
para un peri6dico, un reporte en una revista medica, su propia
ficci6n publicada y sus recuerdos personales no publicados
de encuentros sexuales, las demostraciones de sexo seguro,
etcetera-. Delany muestra c6mo la ret6rica del habla callej era
forj a un discurso de la experiencia, o de la sabiduria callejera,
donde todo es evidencia: el discurso se inclina bacia la vida,
la seguridad y el placer. En la ret6rica del habla heterosexual,
por otro lado, en donde cada figura es manipulada para llevar
consigo la presunci6n del conocimiento, el discurso se inclina
bacia la muerte, el temor, y las advertencias en contra del sexo.
Pero ni uno ni otro sabe. Cada uno se intersecta con el otro,
en mutua contradicci6n y desconocimiento, y la suma total de
esos encuentros es una desarticulaci6n discursiva.
Con la pregunta ";,fetichismo lesbico?", Elizabeth Grosz
intenta estrechar los limites de la teoria del psicoanalisis para
explorar la potencial utilidad de algunos de sus conceptos como
herramientas estrategicas para forjar una "teoria lesbiana". Per­
versamente, ella elige el fetichismo, el cual en Freud y Lacan
es fulicamente una perversi6n masculina y, por tanto, no abierto
a las muj eres. Todavia, en la revisi6n lacaniana, tanto la muj er
histerica como la narcisista falotizan una parte o la totalidad de su
cuerpo -argumenta Grosz-, mientras que la mujer con un com­
plejo masculino, la lesbiana masculina, toma un objeto de amor
femenino porque ella ama el falo en el cuerpo de la otra mujer: "la
mujer masculina toma un objeto de amor extemo -otra muj er- y
por medio de este objeto de amor es capaz de funcionar como si
ella tuviera, en lugar de ser el falo. Y como con el fetichista esto
implica una escisi6n del yo". ;,Que se puede ganar al describir
esta forma de homosexual femenina como fetichista? No esta
totalmente claro. Grosz concluye que, por tanto, su propuesta
debe permanecer estrategica: "como la fetichista, yo quiero decir

38
T EO RlA QUEER: S E X U A L I D A D E S ...

que ella es o puede ser vista en terminos de fetichismo, y tambien,


al mismo tiempo, que ella no lo es". Si las elecciones disponibles
para las te6ricas feministas son aceptar el psicoamilisis totalmente
o rechazarlo del todo, o un poco de los dos, entonces ella prefiere
lo ultimo: "Ia soluci6n fetichista".
En "Theorizing Deviant Historiography", Jennifer Terry
propone un modelo te6rico para escribir Ia historia de Ia homo­
sexualidad y una nueva figura de historiador contemporaneo,
"el nuevo archivista de Ia desviaci6n" :

Yo escribo como historiador de Ia subjetividad homosexual -to


que es decir, como historiador de nuestra presencia bajo las pre­
sentes circunstancias de una homofobia ampliamente esparcida.
Yo no intento corregir el registro hist6rico al localizar a grandes
homosexuales en el pasado con el objetivo de reconstruir sus
borrosas historias. En su Iugar, busco las condiciones que hacen
posible, y aquellas que constrifien, Ia. . . emergencia hist6rica de
sujetos que vienen a ser llamados lesbianas y hombres gay.

El ensayo elabora Ia noci6n de historia efectiva de Foucault,


como una que no recupera los eventos y actores eludidos por
Ia historia oficial, sino que pone al desnudo los procesos y
operaciones que produjeron esas elisiones, esos silencios cons­
truidos. Tomando de las estrategias deconstructivas de Spivak,
para desenmarafi.ar el nudo de historia, narrativa y deseo en un
estudio medico-cientifico de los/las ''variantes sexuales" (ho­
mosexuales masculinos y femeninos) en los treinta, Terry trae
a Ia luz las trazas de un contradiscurso que permanece excesivo
para Ia cuenta hist6rica dominante, y que resiste su agenda moral
y politica de normalizaci6n. Su analisis de las historias de caso
revela las operaciones de poder dentro de los discursos patologi­
zantes, los cuales producen Ia formaci6n del sujeto desviado, y
las intervenciones en ese discurso de los/las ''variantes sexuales"

39
T E RESA D E LAURETIS

mismos/mismas, cuyo contradiscurso de Ia desviaci6n produce


el concepto de una subjetividad desviada como una "genealogia
de supervivencia".
(,Por que s6lo algunos chicanos homosexualmente activos
se definen a si mismos como "gay"?, es Ia pregunta en Ia obra
de Tomas Almaguer "Chicano Men: A Cartography of Ho­
mosexual Identity and Behavior", un ensayo sociol6gico que
dibuj a las investigaciones antropol6gicas recientes retomando
Ia teoria lesbica chicana de Cherrie Moraga. La disonancia
cultural que los chicanos homosexuales experimentan al re­
conciliar su socializaci6n primaria en Ia vida familiar con Ia
emergencia de Ia subcultura gay modema -argumenta-, deriva
de su estar atrapados en el cruce de corrientes de "dos sistemas
sexuales distintos" :

El europeo-americano y el mexicano/americano, sistemas que tie­


nen su propia y llnica manera de ensamblar significados sexuales,
categorias para los actores sexuales y guiones que circunscriben
el comportamiento sexual. Cada sistema tambien mapea el cuerpo
humano en diferentes formas al emplazar diferentes valores a las
zonas er6ticas homosexuales.

En el primer sistema, el significado estructurado de Ia homose­


xualidad recae en Ia elecci6n del objeto sexual, es decir, en el sexo
biol6gico del compail.ero; en el segundo, este recae en el objetivo
sexual, por ejemplo, en el acto sexual desarrollado con el com­
pail.ero y articulado a lo largo del eje activo/pasivo. Sin embargo,
en el sistema mexicano/latinoamericano no hay una posici6n de
sujeto equivalente al "hombre gay" norteamericano. Excluidos de
los espacios socioecon6micamente privilegiados de Ia comunidad
gay primariamente blanca por "su posici6n estructural en los ca­
bos subordinados de las jerarquias de clase y raza", los chicanos
son dependientes de la etnicidad, y especialmente de Ia familia

40
T E OR fA QUEER: S E X U A L I D A D E S ...

como base primaria de identidad y supervivencia. Es, por tanto,


esta la relevancia de los escritos de lesbianas Chicanas, quienes
han analizado la identidad sociosexual en relaci6n con los valores
estrictarnente patriarcales de la familia chicana, y con la mitologfa
cultural de la conquista espatlola, cuyos efectos pemiciosos en la
historia mexicana persisten en la cultura chicana.
"l,Lesbiana?", pregunta de forma esceptica el poema que
abre el ensayo de Ek:ua Omosupe. Porque, de hecho, ella es
tanto poeta como ensayista y, siendo negra, no usaria la palabra
"lesbiana" por si misma, sin la especificaci6n crucial de su
titulo, "negrallesbianalbulldagger'',6 el cual enmarca la pala­
bra racialmente indefinida con significantes de invisibilidad
y odio, dotandola de una doble impureza. Al reclamar asi esa
identidad personal-politica en su multiplicidad de formas de lo
femenino, el poema anuncia y prefigura el proyecto critico de
"destilar teoria de los ' textos' de nuestras vidas" -un proyecto
que empodera los escritos criticos/creativos de otras lesbianas
negras y de otras lesbianas de color. En el texto de la vida de
este sujeto, una nace lesbiana pero pudiera no llegar a serlo si
los silencios construidos del discurso lesbico blanco, asi como
aquellos de una sociedad racista y homof6bica, no hubieran sido
rotos por el trabajo de otras mujeres negras, guerreras, poetas,
madres, como Audre Lorde y su insistente cuestionamiento
"l,estas haciendo lo tuyo?" Sister Outsider, el titulo de los textos
compilados por Lorde en los que este ensayo se inspira, "es una
metafora apropiada para la posici6n de las lesbianas negras en
relaci6n con las culturas politicas dominantes blancas y con
su comunidad negra tambien". Titulos, metaforas, imagenes y
palabras -los componentes de la representaci6n literaria- son
armas en una guerra librada con las fuerzas de la muerte, pero
tambien pueden matar a quienes las usan, previene Omosupe.

6 Se refiere a las lesbianas con actitud o aspecto masculino (nota del traductor).

41
T E RESA D E LAU RETIS

"Pues que nosotras hemos absorbido los silencios de otros


y los hemos hecho propios, no es un reto sencillo ni trivial
comprometerse a mover del silencio a la visibilidad y a la
voz. Este es un reto que no puede ser tornado a la ligera, pero
que debe de ser enfrentado con atrevimiento, responsabilidad
y escrutinio".
"Scandalous Subjects" es una exploraci6n te6rica de la na­
rrativa gay masculina como una pnictica de escritura y lectura a
traves de Ia cual el sujeto gay masculino activamente "separa su
sexualidad de Ia economia libidinal falocnitica". La lectura de
Earl Jackson de la ficcion y escritos criticos de Robert Gluck, es
guiada por Ia estrategia feminista de subrayar la posicion enun­
ciativa de uno (su "lectura como hombre gay"), con objeto de
desalentar Ia asociacion de una autoria masculina con un punto
de vista objetivo o universal. "El narrador gay masculino puede
escribir desde Ia posicion de un sujeto encamado . . . cuya relacion
de deseo por otros cuerpos masculinos no provee un camino a
traves del cual el pene llega a ser teologizado como falo". A dife­
rencia del imaginario heterosexual, en donde el cuerpo masculino
es estructurado por un rigido antagonismo de roles activo y pasivo
definidos por Ia penetraci6n, y en donde jouissance, extasis y
exceso amenazan los Hmites psicofisicos del yo, el imaginario
masculino gay del cuerpo y Ia subjetividad en si misma estan
constituidos por ''un narcisismo intersubjetivo . . . en el cual el yo
y el otro se ensamblan de forma tal que Ia eyaculacion 'perdida'
es 'recuperada' en el compafiero". Reformulando el estado del
espejo lacaniano desde la perspectiva de las reflexiones metana­
rrativas de GlUck y su "escandaloso realismo", el ensayo propone
que Ia sexualidad gay es tanto una fuerza disruptiva como una de
cohesion comunal e identidad personal; la nueva narrativa gay
post Stonewall, sustentada en Ia logica social del escandalo, forja
nuevas posibilidades de identidades y comunidades sociosexua­
les, asi como nuevas formas de escribir el cuerpo masculino.

42
T E O RlA QUEER: S E X U A L I D A D E S ...

Las "guerras de sexo" feministas de los ochenta con su interes


en la pomografia como una representacion de la sexualidad que
puede ser opresiva o liberadora para las mujeres, son el lugar y
fecha de nacimiento de la "hija del movimiento" ("Daughter of
the Movement") de Julia Creet. Ahara mas viej o y mas sabio, el
ensayo reelabora la cuestion de si el sadomasoquismo lesbico es
politicamente feminista dentro de una meditacion te6rica-personal
de como el feminismo trabaja en el escenario de la fantasia s/m
lesbiana, sugiriendo que la popularidad del debate tiene mucho
que hacer con la definicion (re )definicion de poder dentro del
feminismo y con el poder del feminismo por si mismo. Al leer la
ficcion erotica de Pat Califia Macho Sluts, contra el background
del discurso feminista acerca de la sexualidad y en conjuncion
con la teoria psicoanalitica, Creet argumenta que "el feminismo
ha creado, en tension con la ley del padre, un nuevo grupo de
estenosis las cuales funcionan simb6licamente; sin embargo,
a diferencia de la ley del padre, no pueden ser adecuadamente
localizadas en un sistema discursivo, legal, institucional o de
otro tipo". Esta "ley de la madre", ya presente en el "feminismo
maternal" del siglo pasado, vive en la asociacion de la maternidad
con la moralidad que el feminismo contemporaneo prescribe
para las muj eres. La figura simb6lica de la madre feminista,
representada en la autoridad de una "comunidad lesbiana"
reificada o abstracta, actUa como legislador (intemalizado) de un
comportamiento politica y sexualmente correcto. Es esta "madre
simb6lica creada en el feminismo", mas que la ley del padre,
la que funciona como la fuerza represiva en la fantasia lesbica
s/m produciendo una identidad erotica lesbica basada en la
transgresion y un estatus ilegal dentro del feminismo. Finalmente,
lo que la fantasia lesbiana s/m provee es menos una ventana a
la perversion que "una entrada a la conversacion social" acerca
de los valores feministas, sexualidad y deseo, culpa y castigo, y
violencia y autopreservacion.

43
T E RESA D E LAU RETIS

Al sefialar un amplio espectro de asuntos desde las pn1cticas


sexuales, el SIDA, el sadomasoquismo lesbico, basta las condi­
ciones de representabilidad de nuevos sujetos sociosexuales
en la poesia y ficcion contemporaneas, la teoria cultural y la
escritura de la historia, los ensayos involucran una multiplici­
dad de discursos, posiciomindose a si mismos dentro y entre
ellos. Se mueven, asimismo, a traves de campos disciplinarios
y metodologias criticas, desde el performance, el cine y la
teoria feminista, basta el psicoanalisis, la historia, sociologia y
literatura. Cada uno en su propio camino replantea los terminos
de los discursos que involucran para expandir o desplazar sus
horizontes semanticos, y para repensar lo sexual en nuevas
formas, de otro modo y en otro sitio. Este otro sitio no es una
utopia fuera de nuestro mundo o de tiempos y lugares futuros.
Ya esta aqui, en el trabajo de los ensayos para deconstruir los
silencios de la historia y de nuestras propias construcciones
discursivas, en los diferentes mapeos eroticos del cuerpo y en el
imaginar y actuar nuevas formas de comunidad por los suj etos
de otro desear, los suj etos de esta teoria queer.

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