DOCUMENTO DE TRABAJO No. 174
DOCUMENTO DE TRABAJO No. 174
DOCUMENTO DE TRABAJO No. 174
Beneficencia de Cundinamarca,
durante el periodo 1950-1970. Una
lectura desde las historias clínicas.
No. 174
1
CIDSE
Abril de 2018
ISSN 0122-5944
Universidad de valle
Facultad de Ciencias
Sociales y Económicas
Email: [email protected]
Cali, Colombia
2
La atención de la locura en la Beneficencia de Cundinamarca, durante el periodo 1950-1970.
Una lectura desde las historias clínicas.
1 La escritura de este documento contó con el apoyo financiero del Centro de Investigaciones y
Documentación Socioeconómica – CIDSE, de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, de la
Universidad del Valle. En el procesamiento de información participaron el sociólogo Mateo Montes y
la estudiante de Sociología Diana Morales.
3
“cronificación y custodialismo”. Estos últimos datos puestos en perspectiva,
constituirían un contrasentido, justamente cuando el periodo que aquí se abarca,
estuvo atravesado por los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), que dio lineamientos para reconceptualizar la enfermedad mental y con ello,
introducir una fuerte línea preventiva de la atención psiquiátrica que redujera las
prácticas manicomiales y fortaleciera otros mecanismos terapéuticos ambulatorios,
de la mano de otros saberes interdisciplinarios (como la psicología y el trabajo
social, por ejemplo)2.
En el ámbito estatal nacional, estas agendas estaban discursivamente conectadas,
pues ya desde los años 30 del Siglo XX, bajo el régimen del Partido Liberal, se
avizora un proceso de institucionalización de las políticas sanitarias en el país, que
buscaba introducir la idea de la salud como deber de Estado y como principio de
progreso. Estos procesos de reorganización e implementación de nuevos sectores
de salud, que se extienden hasta finales de los años 50, tienen como eje central la
separación entre higiene y asistencia pública, además de la sectorización de los
servicios públicos-asistenciales y privados. Procesos que estuvieron marcados por
los apoyos técnicos y económicos internacionales, tales como los de la Oficina
Sanitaria Internacional, la Fundación Rockefeller, la Fundación Kellogg, el Instituto
Cooperativo Interamericano de Salud Pública (SCISP), la Oficina Sanitaria
Panamericana, que a partir de los años 40 construyen nuevos escenarios de
cooperación con los Estados Unidos, en el marco de la “Política del Buen Vecino”
(F. Roosevelt) y del Plan Marshall. Quevedo et. al. (2000: 396) destacan que la
Fundación Rockefeller, con fuerte impacto en las políticas sanitarias en América
Latina, influyó determinantemente en la institucionalización del modelo médico y
salubrista norteamericano, apoyando la creación del Instituto Nacional de
Epidemiología y la Escuela Nacional de Enfermeras (1942), del Ministerio de
Higiene (1946) y el Ministerio de Salud (1953). En tal orientación, se dieron cambios
determinantes en el campo de la educación médica y en la atención hospitalaria,
con la intervención de la Misión Humphreys (1948) y la Misión Lapham (1953),
creándose varias facultades de medicina, bajo el modelo flexneriano 3.
2 Por ejemplo, en los informes del Comité de Expertos en Higiene Mental de la OMS de 1950 y 1953,
se van configurando estos lineamientos de prevención. En el informe técnico de 1957, titulado “El
hospital psiquiátrico, centro de acción preventiva de la salud mental”, se cristaliza un modelo
institucional de establecimiento que realice su labor terapéutica bajo una estructura “abierta” –no
asilar-, articulada a las dinámicas socioculturales de la población atendida y con un equipo
interdisciplinario e integrado, con una estandarización administrativa de los registros clínicos.
3 Este modelo (impulsado por el pedagogo estadounidense Abraham Flexner) sentó sus bases
cognitivas en la medicina experimental y positivista, dando prioridad a una formación especializada
por ciclos de aprendizaje y en espacios estrictamente universitarios. Asimismo, se propugnó por la
práctica clínica en hospitales y el desarrollo de la investigación y la enseñanza dentro de las
facultades de medicina, con un énfasis preventivo (Pagliosa; Da Ros, 2008: 496). Dentro de las
facultades creadas están la de Popayán (1950); Cali (1950) y Manizales (1952).
4
Estos procesos de intervención extranjera apuntaron hacia la modernización del
campo de la salud pública en el país, claro está dentro de reglas e intereses
geopolíticos alrededor de las relaciones de mercado con países como Colombia,
con escasa industrialización, pero al mismo tiempo productor importante para los
Estados Unidos. Se trató de un proceso que apuntó a cambios en las concepciones
y prácticas salubristas, pero que no trajo resultados inmediatos, pues el arraigo de
nuevos enfoques se vio mediado por las dinámicas nacionales de un Estado apenas
configurándose y con un ámbito sanitario en construcción (Eslava, 2004: 26).
En el campo de la psiquiatría colombiana esta influencia fue central tanto en la
recomposición administrativa como en la reconceptualización de los enfoques
teóricos y terapéuticos, que venían de la mano de sistemas de clasificación de las
enfermedades mentales. Investigaciones como las de Arboleda (2013), Montes
(2016) y Escobar (2009), muestran, por ejemplo, el trabajo de revisión y promoción
del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales-DSM I y II por parte
de la OMS en la década del 50. Ambos, con sus variantes, estuvieron orientados
por la psiquiatría psicodinámica y psicoanalítica, además de enfatizar servicios
alternativos en los hospitales psiquiátricos, como camino para el desarrollo de una
medicina preventiva. Asimismo, la Fundación Rockefeller otorgó becas a algunos
psiquiatras para su formación especializada, también auspiciados por el Plan
Tulane-Colombia, que consistía en la formación de profesores nacionales en Nueva
Orleans (Universidad de Tulane), aunque también de visitas de profesores de dicha
universidad al país.
El tratamiento de las historias clínicas tiene un carácter exploratorio, toda vez que
los expedientes de los establecimientos psiquiátricos disponibles en el Archivo
Central de la Beneficencia de Cundinamarca no tenían hasta el periodo de revisión,
un repositorio organizado ni tampoco una localización precisa, tal como se puede
evidenciar en otros establecimientos psiquiátricos, estudiados durante periodo
similares o próximos 4. Para estos casos, se valida los planteamientos
metodológicos de Huertas (2001: 28), quien afirma que, cuando el número de
historias sea mayor, es posible identificar una amplia variedad de clasificaciones
diagnósticas y terapéuticas. En este estudio, no se conoce el número global de
historias clínicas para indicar cierta representatividad, aunque tampoco se pretendía
este alcance estadístico. Estudios de caracterización como los de Sánchez Salcedo
(2016) y Gutiérrez Avendaño (2015) sobre el Hospital Psiquiátrico San Isidro de
Cali, también se construyen sobre un horizonte exploratorio para el periodo 1950-
4 Por ejemplo, el estudio de Escobar (2009), sobre el Instituto Psiquiátrico San Camilo de
Bucaramanga, durante el periodo 1953-1967, arroja datos precisos sobre un total de 1891 historias
clínicas. También se puede mencionar para México, el estudio de Ríos et. al. (2016) sobre el
Manicomio La Castañeda durante 1910-1968, que albergó a 61.480 pacientes, de los cuales tomaron
una muestra del 20% para construir datos estadísticos de tipo sociodemográfico y clínico, en clave
historiográfica.
5
1970, ya que tampoco hay registros precisos de la cantidad de historias clínicas, al
confirmarse –con los responsables del Archivo de Estadística- la desaparición de
las fichas que reposaba esta información. Por otro lado, el estudio Gutiérrez
Avendaño y Marín Monsalve (2012) sobre el Manicomio Departamental de Antioquia
para el periodo 1920-1959, establece una selección de 77 historias clínicas de un
estimado de 3500 historias, para establecer una caracterización de los pacientes,
de sus tratamientos, los cambios en las representaciones predominantes de los
“locos”. Igualmente, se encuentra el trabajo comparativo de Gutiérrez Avendaño
(2015) para Medellín, Bogotá y Cali, en el que muestra datos agregados sobre
ingresos, tiempo de permanencia en el asilo, motivos de salida, responsable o
acudiente, diagnósticos, y tratamientos, durante el periodo 1900-1968. Para el caso
de Bogotá, el autor se enfoca en el periodo 1907-1922, describiendo datos de 800
casos registrados en los libros de entradas y salidas de los Asilos de Indigentes y
Locos de San Diego (1907-1922) y 400 casos del Asilo de Locas de Bogotá (1918-
1922), disponibles en el Archivo Central de la Beneficencia de Cundinamarca 5.
5 Dice el autor (p. 123), que en estos libros de entrada no se registraban los responsables de llevar
a cada enfermo a los asilos, pues en el Archivo Central de la Beneficencia solo se encuentran
historias clínicas desde 1960. Aunque en este estudio pudo hallarse algunas historias clínicas de
1950.
6 El registro de la estructura básica de las historias trató de mantenerse ingresando la información
Como todas las instituciones del Estado que se conformaron en el periodo, los
establecimientos destinados a la locura (conocidos como asilos o manicomios)
desarrollaron una forma específica de trabajo sobre los otros. Desde sus inicios que
inicialmente, tuvo una función de ayuda a los “más necesitados” antes que una
función estrictamente clínica, racionalizada y centralizada por el Estado. Desde las
propias historiografías nacionales, sobre la psiquiatría y sus instituciones, lo que se
demuestra es que hubo una combinación de discursos filantrópicos, caritativos y
religiosos, con el influjo y negociación de diversos actores sociales e institucionales.
Vale la pena citar a Porter (2003: 101-102), quien resume de manera clara y en
contraste con perspectivas que esencializan el enfoque del control social, este
contexto de surgimiento de la psiquiatría y de los asilos:
7 Los estudios de Escobar (2009: 48-49) y de Montes (2016: 70-74), ofrecen elementos históricos
interesantes acerca de los cambios en los formatos de las historias clínicas en Bucaramanga y Cali
respectivamente.
8 Recientemente, se tuvo noticia del proceso de traslado al Archivo General de la Nación de 36000
9El Informe del Presidente de la Junta de 1919 indica que la Beneficencia de Cundinamarca tenía a
su cargo el Hospital de San Juan de Dios, el Hospicio, el Asilo de Locos, el Asilo de Locas, el Asilo
de San José de Niños Desamparados, el Asilo de Preservación para Niñas, el Asilo de Indigentes
de Mujeres y la Colonia de Mendigos de Sibaté.
8
Frenocomio de Mujeres, Hospital Neuropsiquiátrico Sección Bogotá (Rosselli, 1968,
I: 155-166; II: 433-501).
10 Se puede citar la opinión del vicepresidente de la Junta, en 1911, Lino de Pombo para mostrar el
malestar sobre las condiciones edilicias de los establecimientos, rezagados de los cánones
científicos esperados en la época: “Ninguno de los Establecimientos de Beneficencia do Bogotá, que
administra la Junta, está instalado de acuerdo con las prescripciones de la ciencia moderna, ni
corresponde las necesidades de la ya populosa capital de Colombia” (p. 7). Por ello, de los asilos de
locos informa que “no son edificios construidos, como debieran serlo, para el objeto á que se les
destina. Se han adaptado lo mejor que se ha podido y hasta donde han alcanzado los fondos” (sic)
(p. 8).
11 Los informes de 1937 a 1939 se refieren a la fecha de los datos reportados, no al año de la
publicación; los informes anteriores a esos años corresponden al año de publicación y, por ende, sus
datos son de un año anterior. Los informes posteriores a 1939 presentarán datos de mitad del año
anterior y mitad del año en el que se presenta el informe.
9
Aserrío", propiedades del gobierno nacional. Allí llegan pacientes de diferentes partes del
país.
1921 Ajuste del negocio en Sibaté para comprar “282 fanegadas” en la que se emprenderá la
construcción del manicomio y aliviar la situación de mujeres internadas. El lote elegido
para la compra es El Tablón, cerca de la Estación de ferrocarril de Sibaté. En el nuevo
manicomio se prevé que estarán enfermos de ambos sexos.
1923 Alude a la construcción como el "manicomio moderno", tomando como base el concepto
de la Academia Nacional de Medicina para definir idoneidad del terreno adquirido para
construir un manicomio.
1924 Disputa discursiva entorno a cómo nombrar a la institución, ¿manicomio, asilo u hospital?
El síndico del asilo de locos, Julio Escobar Sáenz dice: “la obra del manicomio merecerá
el mismo entusiasmo que otra cualquiera, y en que se rechazará toda pretensión que
tienda a aplazar el pago de las edificaciones de la Hortúa, sin olvidar que este que se
llama asilo es también un hospital”. Hasta los informes de 1943, continúan usando
paralelamente la noción de asilo y de manicomio. Serán los médicos-directores, quienes
harán mayor uso del término manicomio.
1931 Recuerda que, en octubre de 1929, se inició la construcción del “gran manicomio” en
Sibaté. Se menciona la creación de un laboratorio de bacteriología en el Asilo de Locos;
situación de hacinamiento del Asilo de Locas, lo cual impela a la Beneficencia para que
resuelva la necesidad de crear un nuevo manicomio para mujeres
1937 Traslado del manicomio de la calle 5 al Asilo de Locos en Sibaté 12. Se considera
distribuir pacientes del asilo de locas (El Aserrío) entre este edificio y el de la calle 5ta
(donde estaba el Asilo de Locos).
1938 Acuerdo número 17 del 18 de mayo de 1939 acuerda la construcción del manicomio de
mujeres. Después del traslado, en informes posteriores (1938 a 1942) se usará
primordialmente el término manicomio, pero en muchas ocasiones se usará
paralelamente con el término asilo.
1942 El síndico general, Gustavo Santos hace referencia a la creación del consultorio externo
para el Asilo de Locas, “en busca de tratamientos, y no, como antes, en busca de un
aislamiento costoso para la beneficencia y perjudicial para los servicios asistenciales y
científicos” (pág. 29)
1943 Se establecen algunos acuerdos: Número 16 del 07 de abril de 1943 de la Junta General
refiere la creación de una Casa Hogar para ex -asiladas de la Beneficencia en las
instalaciones del Asilo de Locas, las enfermas allí ubicadas serán trasladadas al
“Frenocomio o Clínica psiquiátrica”. También ordena la construcción de un pabellón para
mujeres en el Manicomio de Varones en Sibaté. Acuerdo número 18 del 13 de abril de
1943 ordena la construcción de una clínica psiquiátrica o frenocomio dentro de Bogotá
con dos bloques: uno para la clínica psiquiátrica dirigida a hombres y mujeres y otro para
niños y niñas retrasados mental o físicamente.
1949 Aparece en el organigrama, el sector “Neuropsiquiátricos”, junto al sector “protección
infantil”, dependiente del Departamento de Asistencia Social.
1958 Dice el informe “Desde 1950 el cuerpo médico (…) se dio cuenta de la necesidad de
separar los servicios de agudos de los casos crónicos, por lo tanto de acuerdo con la
Sección de Ingeniería de la Beneficencia y el personal médico del Hospital Neuro-
Psiquiátrico se establecieron especificaciones detalladas para la construcción de una
Clínica Neuro- Psiquiátrica” (p. 6), dedicado a enfermas agudas. Se sugiere su
12 Puede revisarse el estudio de Simpson Beltrán (2015) para una aproximación histórica a la
construcción del Asilo de Sibaté.
10
construcción en inmediaciones del Hospital San Juan de Dios, para establecer vínculos
médicos, según los criterios de integración del tratamiento de las enfermedades mentales
con otras ramas de la medicina; el Hospital de Crónicas ha sido planeado para
construirse en el municipio Arbeláez para descongestionar el Hospital de Bogotá y la
creación del servicio de neuro-psiquiatría infantil.
1962 Se menciona que en 1960, se inició la construcción del nuevo hospital neuropsiquiátrico
de mujeres (Bogotá) para reemplazar al Asilo de Locas (que también llaman hospital
mental).
1966 Se establece Acuerdo número 21 de 1966 para crear la División de Salud Mental. Los
pacientes agudos de ambos sexos estarán en el hospital de mujeres, mientras que
pacientes crónicos de ambos sexos estarán en Sibaté; habrá un centro de salud mental
en el Hospital San Juan de Dios para pacientes agudos de ambos sexos. Siguen siendo
llamados hospitales mentales.
1971 En este informe se referencian el Hospital neuropsiquiátrico para mujeres (Bogotá), el
Hospital neuropsiquiátrico Julio Manrique (Sibaté) de varones y el Hospital
neuropsiquiátrico José Joaquín Vargas (Sibaté), el cual corresponde al nuevo hospital
construido para mujeres, y puesto en funcionamiento 14 meses atrás, es decir
aproximadamente en septiembre de 1970.
Fuente: Informes de la Junta de la Beneficencia de Cundinamarca entre 1911 y 1970-
Archivo Central de la Beneficencia de Cundinamarca.
Características sociodemográficas
Los estudios de Escobar (2009: 35-60) sobre el Instituto Psiquiátrico San Camilo de
Bucaramanga entre 1953-1965 y de Gutiérrez (2015: 116; 2016:14) sobre el
Manicomio Departamental de Antioquia entre 1921-1960, ofrecen datos que
confirman este aumento en cobertura de pacientes ingresados, en la década del 50,
que luego va decreciendo a partir de la década del 60. El estudio de Escobar
muestra datos interesantes, asociados a procesos de tecnificación y
profesionalización psiquiátrica (entrenamiento del cuerpo médico para dar mayor
cobertura, la ampliación de instalaciones para servicios especializados como la
insulinoterapia, rayos x, consulta externa o ambulatoria, que al mismo tiempo
reducía los tiempos prolongados de internamiento). La cobertura de pacientes
atendidos en este establecimiento también dio cuenta de la circulación de población
de otras localidades aledañas a Bucaramanga, pero también pacientes
provenientes de Sibaté. Situación que también se dio en otros establecimientos de
la época (Cundinamarca, Valle del Cauca y Nariño), que, a al tiempo que recibían
población circunvecina, remitían pacientes. Por ejemplo, El Hospital Psiquiátrico
San Isidro de Cali, remitía pacientes al Hospital Mental San Rafael (hombres) y a
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (mujeres) de pasto hasta la década de los 80,
pero también atendía pacientes del Valle del Cauca y de otros departamentos
aledaños, tal como lo registra Sánchez (2016: 346) para el periodo 1956-1970, en
los datos sobre procedencia de los pacientes (de las 308 historias sistematizadas,
80 pacientes son de otros municipios dentro del Valle del Cauca, 97 de municipios
de otros departamentos, mientras que para Cali fueron 58; 72 historias no registran
información).
Sobre las diferencias de los pacientes por sexo, lo que se puede afirmar del registro
disponible de las historias, es que hay cierta proporcionalidad entre mujeres (135) y
hombres (147). Situación similar se presenta en Cali, de acuerdo a los datos de
Sánchez (2016: 345) y Gutiérrez Avendaño (2016: 16). Por ejemplo, Sánchez
registra 169 mujeres, 134 hombres y 5 historias sin información 14 Desagregando los
14 En el caso de estudios con sistematización más exacta de historia clínicas, como el de Escobar
(2009: 44), arroja datos similares. De los 1981 pacientes que atendió el Hospital Psiquiátrico San
Camilo de Bucaramanga, en el periodo de 1953-1967, el 53.85% eran mujeres y un 46.14% hombres.
Al contrario, estudios con periodos más extensos, evidencian cambios en el peso de la población por
13
datos por grupos etarios, se observa en la gráfica 1 que las edades predominantes
de los pacientes en su primer ingreso, se concentraban en los rangos de 10-19 años
(89 pacientes) y 20-29 años (76), seguido del rango de 30-39 años (43 pacientes),
es decir, se trata de pacientes jóvenes los que circulan por los establecimientos
psiquiátricos de la Beneficencia. Peso que puede relacionarse con los datos de
estado civil: 130 solteros (46%), 74 casados (26%), 44 “menores” (15%), 3
separados, 1 en unión libre, 26 pacientes sin dato.
50 47
42 43
40
33
30 24
19
20 16 15
9 11
8 6 4
10 5
0
0a9 10 a 19 20 a 29 30 a 39 40 a 49 50 a 59 60 en
Hombre Mujer adelante
género. Por ejemplo, Ríos et. al. (2016: 6), constata que para el periodo el Manicomio La Castañeda
de México, tuvo más hombres que mujeres durante el tiempo en que funcionó (1910-1968).
Diferencia que puede obedecer, según el autor a dos aspectos: Las prácticas de encierro por parte
de las instituciones de control y seguridad social, que recayeron principalmente en los hombres, al
relacionar transgresión del orden público y enfermedad mental. Con las mujeres, jugaría un papel
fundamental las redes de parentesco en el control sobre ellas. Así, era “muy probable que las familias
se encargaran del cuidado de una enferma mental al mantenerla en el espacio propio para la mujer
según los criterios culturales de la época: el doméstico”.
14
como el Hospicio, el Asilo de San José y la Casa de Preservación para Niñas
Desamparadas (Sánchez; Castrillón, 2014). En la década del 60, las acciones de
protección de la Beneficencia, se habían ampliado a 13 establecimientos15. No
obstante, en lo que atañe a los establecimientos para la atención de niños y niñas
con supuestos trastornos psiquiátricos, las condiciones no estaban claramente
resueltas, aunque el panorama era diferente de las primeras décadas del Siglo XX,
cuando se confinaba a los menores “delincuentes”, “díscolos” en establecimientos
carcelarios destinados a población adulta (Sánchez; Castrillón, 2014: 89-90) o en
Manicomios (Gutiérrez Avendaño; Marín Monsalve, 2012: 218-219), sin una
atención claramente especializada.
En los informes posteriores a las primeras décadas del 30, emergen estas
preocupaciones sobre las inconveniencias de tener en un mismo establecimientos
niños y adultos 16. En el informe de la Junta de Beneficencia de 1943 (ver tabla 1),
se establecen disposiciones normativas para una atención diferenciada de los niños
y niñas internados en los establecimientos psiquiátricos (pg. 154-156). Por ejemplo,
el acuerdo 18 de 1943, establece construir dentro del frenocomio, un bloque
independiente para un instituto de niños y niñas “retrasados mental o físicamente”.
Para finales de la década del 50, el Síndico Gerente en su informe general (1958:
9), hace un balance de los casi 10 años del trabajo de la Beneficencia, destacando
entre otras cosas, las implicaciones negativas de tener niñas internadas en el
Servicio del Sagrado Corazón, de Hospital Neuropsiquiátrico de Bogotá, dedicado
a la atención de “enfermas epilépticas y oligofrénicas”:
“Graves problema presentan las niñas asiladas en este servicio. A este respecto
podemos decir que fuera de las niñas atendidas en la Consulta Externa, no existe un
local adecuado para recibir niñas con trastornos mentales. En la actualidad hay
aproximadamente 30 niñas hospitalizadas y la creación de un Servicio
Neuropsiquiátrico para niñas se hace de urgente necesidad.”
15 El Informe de la Junta de 1962 (pg. 104), señala que estos establecimientos atendieron 2.391
niños. Algunos de ellos son los Hogares Sustitutos, el Hospicio Campestre de Bogotá, la Escuela de
Orientación Femenina, el Internado Infantil Femenino, las Granjas Infantiles del Padre Luna.
16 Pero, tampoco era un tema indiferente para la Beneficencia en estas décadas. Vale la pena
destacar del informe de la Junta General de la Beneficencia de 1923 (pg. 103), la preocupación por
crear dentro del Asilo de Locos, “una sección especial para los enajenados menores de edad”. Un
proyecto difícil de realizar en su momento, tanto por el tamaño del terreno y las edificaciones, también
insuficientes para el creciente número de enfermos adultos, como por la “crisis del Tesoro Público,
que impide realizar cualquier reforma del establecimiento. La opción que se plantea entonces, es
ubicarlos en la Colonia de Sibaté (para los mendigos), que, si bien no tiene condiciones adecuadas,
por lo menos no representa para estos menores los peligros de vivir con otros enajenados del
manicomio.
15
instalados de Rayos X, Banco de Sangre, Sección de Aisladas y Excitadas, Sección
de Electro-terapia generales, etc.
80
68
70 62
60
50
39 37
40 32 33
30 Hombre
20 10 Mujer
10 1
0
Otro municipio Otro municipio Bogotá Sin dato
fuera de dentro de
Cundinamarca Cundinamarca
16
Gráfica 3. Ocupaciones por sexo
90 80
80
70
60 55
50 40
40
30 25
16 19
20 9 11 7
2 6 4 0
10 1 0 1 1 1 0 2
0
Hombre Mujer
Respecto de los niveles educativos, y también haciendo la salvedad del alto número
de historias sin esta información, es posible ver en la gráfica 3, bajos niveles de
escolaridad de los pacientes, sin diferencias sustantivas entre hombres y mujeres,
especialmente en educación secundaria. Los pacientes se ubican principalmente en
la educación primaria incompleta (93 pacientes).
17
80 75
70
60 54
50
39
40 Hombre
30 25 26 Mujer
20 13 14
10 10
10 6 6
3 1
0
0
Analfabeta Primaria Primaria Secundaria Secundaria Sin dato Otros
completa incompleta completa incompleta
Tal vez esta situación se deba a que para finales de la década del 60 las escuelas
rurales de Colombia, sólo ofrecían dos o tres grados educativos de primaria sin que
la población pudiese concluir el ciclo (Ramírez y Téllez, 2006: 60, citando a Albán,
1982). También debe considerarse la relación entre escolaridad y ocupaciones no
calificadas, que ubica la expectativa del nivel de formación en escalas bajas o
meramente funcionales. Otro aspecto a tener en cuenta son las propias condiciones
de salud mental de los pacientes, las cuales obstaculizan o impiden asumir
actividades de socialización de forma regular, sobre todo cuando los síntomas
aparecen tempranamente en la vida de los pacientes.
17 Sánchez (2016: 346) y Gutiérrez Avendaño (2016: 17) muestran el alto número de pacientes del
Hospital Psiquiátrico San Isidro de Cali que son remitidos fundamentalmente, por familiares y amigos,
lo cual difiere con periodos anteriores, en que las autoridades públicas fueron decisivas en el envío
de enfermos mentales a los asilos. El estudio de Ríos et. al. (2016: 7, 8), que toma una muestra
representativa de historias del periodo en que funcionó el Manicomio La Castañeda (1910-1968),
señala aspectos importantes sobre los enlaces de la familia en la remisión de sus enfermos mentales.
18
Gráfica 4. Tipo de admisión
140 128
120
100
80 69
60
34
40 25
20 11 11 5
0
Voluntaria
Sin dato
Policìa-Extraños
Orden judicial
Familiares-Amigos
Otras formas de
clìnica o mèdico
admisiòn
Fuente: Elaboración propia.
Si se contrasta la remisión por parte de familia y amigos con las que hacen otras
instancias como las médicas y judiciales durante los ingresos de los pacientes,
puede verse de qué manera la admisión y continuidad de un enfermo mental en los
establecimientos psiquiátricos, están forjadas por un entramado de personas e
instancias, que contribuyen en gran medida a lo que Goffman (1972: 123-172),
define como “carrera moral del paciente mental”. Los eventos y comportamientos
disruptivos de los pacientes, informados por las diversas personas e instancias y
consignados en las historias clínicas por los psiquiatras y demás profesionales
médicos, permitirán la clasificación y la contención, es decir, el diagnóstico y la
atención, pero de forma permanente. El anexo 3 revela un poco este circuito de
personas e instancias decisivas en el curso de vida institucional de los pacientes,
ofreciendo pistas para una indagación más fina sobre los entramados entre
pacientes, familias e instancias públicas.
Los datos revelan que fueron las instituciones de asistencia –como la Beneficencia Pública y la
Secretaría de Salubridad y Asistencia-, las que más pacientes condujeron al hospital (37%); luego
vienen las instancias de seguridad –juzgados para menores infractores, cárceles, policía, etc.-. Sin
embargo, los autores advierten que el peso de las instituciones de asistencia radica en que estaba
reglamentado que toda persona que llegara a las puertas del Manicomio debía portar certificados
médicos que dieran cuenta de la necesidad del ingreso. Así, cuando las familias no tenían recursos
económicos para pagar un médico particular, acudían a estas instituciones para conseguir el
certificado gratuitamente, probablemente aumentando el porcentaje de participación de las familias.
19
hospitalización, la cual tiene una relación histórica muy fuerte con las prácticas
asilares. La institucionalización de la consulta externa, así como de otros
mecanismos terapéuticos ambulatorios (como el hospital día), viene de la mano de
la línea preventiva posicionada por la OMS en la década del 50, que buscaba
garantizar una modernización de los enfoques y prácticas de salud mental, así como
una racionalización del presupuesto, siempre inestable y escaso (tal como consta
en los diversos informes de la Junta de la Beneficencia), pues estas modalidades
resultaban menos costosas que la hospitalización. Sin embargo, al observar los
datos de reingresos en la gráfica 5, es persistente la hospitalización con respecto
de la consulta externa, destacándose en especial, aquellos pacientes con 6 o más
hospitalizaciones.
25
20
15
10
0
1 2 3 4 5 6 o más
Consulta externa 5 1 0 0 0 1
Hospitalización 28 21 22 10 2 24
0
Esquizofrenia Epilepsia Reacción depresiva o
Hombre Mujer angustiosa
80 73
65
70
60
50 37
40
25 25
30 20 17 16
20 14 13 13 13
10
0
Gardenal
Largactil
Sinogan
Fenobarbital
Fenergan
Librium
Mayeptil
Epamin
Stelazine
Surmontil
Difenil
Trilafon
20 Para una lectura historiográfica más extensa sobre la esquizofrenia y sus implicaciones
ideológicas, puede consultarse, por ejemplo, Álvarez y Colina (2011) y Novella y Huertas (2010)
22
consolidación terapéutica entre 1955 y 1964, cuando se aplaude su capacidad de
síntesis de otros fármacos, en diversos actos científicos. El “I Colloque International
sur la Chlorpromazine et les Médicaments Neuroleptiques en Thérapeutique
Psychiatrique”, realizado en parís (20-22 de octubre de 1955), parece ser el más
importante de esta consolidación, pues asistieron más de 400 psiquiatras de 22
países de casi todos los continentes, con la presentación de 150 ponencias. Dentro
de las conclusiones, se confirmaba la eficacia de este fármaco, pero, asimismo, se
insistía en que debía complementarse con otras terapias psicológicas y sociales (pg.
97).
50 44
40
30 22
20 14 12
10 2
0
Insulinoterapia
TEC
Psicoterapia
hiperproteica
Laborterapia
Dieta
A manera de cierre
Este documento, de carácter exploratorio, delineó algunos elementos constitutivos
de la atención psiquiátrica de los pacientes que circularon por los establecimientos
de la Beneficencia de Cundinamarca, durante el periodo 1950-1970, época que,
como constatan los estudios aquí referenciados, muestra una serie de transiciones
sociales e institucionales, posicionando las prácticas médicas en otros discursos
21 No se evidencia en este estudio una orientación mercantil o productiva de la laborterapia, tal como
Finalmente, esta exploración realizada, invita a descubrir más indicios con marcos
conceptuales que posibiliten entender las lógicas institucionales subyacentes en los
24
enfoques del saber psiquiátrico y en las prácticas diagnósticas y terapéuticas. Una
posibilidad puede estar en el enfoque de Powell y Di Maggio (1999), quienes
proponen el concepto de “cambio institucional”, para abarcar dimensiones
materiales e inmateriales (simbólicas) de dicho cambio. Dentro de este escenario,
se pueden perfilar “campos organizacionales” –la Beneficencia de Cundinamarca,
la psiquiatría, etc.-, que dan cuenta de: 1) las interacciones inter e
intraorganizacionales, 2) la circulación de información y 3) el reconocimiento mutuo
por parte de los agentes del campo, que pertenecen a este entramado institucional.
Referencias
Fuentes primarias
Documentos institucionales
Fuentes secundarias
25
Castro, Beatriz (2007) “Los inicios de la asistencia social en Colombia”. Revista CS,
No. 1, mayo, Universidad ICESI, p. 157-188.
Castro, Beatriz (2012) Los médicos y las políticas de asistencia social en Colombia
1900-1930, ponencia presentada en el seminario: la gestión de lo social: política,
Estado y formas de intervención en las sociedades latinoamericanas, realizado el
26 de octubre del 2010, Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, Universidad
del Valle.
Huertas, Rafael (2001) “Las historias clínicas como fuente para la historia de la
psiquiatría: posibles acercamientos metodológicos”. Revista Frenia, Vol. 1,
Fascículo 2, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (España), pg. 7-33.
26
López, Francisco, Álamo, Cecilio y Cuenca, Eduardo. (2002). Aspectos históricos
del descubrimiento y de la introducción clínica de la clorpromazina: medio siglo de
psicofarmacología. Frenia 2(1), 77-107.
Orejuela, Diana (2014). La locura en Cali: de una mirada asistencial a una mirada
clínica, el caso del Asilo San Isidro 1940-1970 (Tesis de pregrado). Departamento
de Historia, Facultad de Humanidades, Universidad del Valle, Cali.
Pagliosa, Fernando Luiz; Da Ros, Marco Aurélio (2008). O Relatório Flexner: para
o bem e para o mal. En: Revista Brasileira de Educação Médica. Vol. 32, No. 4
(2008); p. 495.
-Ríos Molina, Andrés et. al. (2016). “Los pacientes del Manicomio La Castañeda y
sus diagnósticos. Una propuesta desde la historia cuantitativa (México, 1910-
1968)”, Revista Asclepio, 68- 1 (2016): p136.
Scull, Andrew (2013.) La locura: Una breve introducción. Madrid: Alianza Editorial.
28
Anexo 1. Registros de una historia clínica (primer ingreso en 1951)
29
30
31
32
Anexo 2. Descripción general- de 18 pacientes- 1950-1970
Nombre Fecha Sexo Edad Raza Estado Ocupación/ Procedencia
establecimiento 1er. de 1er. civil oficio
Ingreso ingreso
Manicomio de 1951 M 20 No Soltero Electricista Nace en
Varones de especifica Guacamayas
Sibaté (Boyacá)
Reside en Bogotá
Frenocomio de 1955 F 28 No Soltera Oficios Nace en Carmen
mujeres de especifica domésticos de Carupa
Bogotá Reside en
Lenguazaque
(Cundinamarca)
Manicomio de 1957 M 32 “Moreno” Casado Agricultura / Fusagasugá
Varones de ayudante de (Cundinamarca.)
Sibaté cocina en
Hospital
Hospital 1959 F 24 No Casada Oficios Nace en Sativasur
Neuropsiquiátrico especifica domésticos (Boyacá)
de Bogotá Reside en Bogotá
Manicomio de 1960 M 23 No se Soltero Obrero Reside en Bogotá
Varones de especifica
Sibaté
Hospital 1961 F 45 No Casada Oficios Nace en La Peña
Neuropsiquiátrico especifica domésticos Reside en Utica
de Bogotá (Cundinamarca)
Frenocomio de 1961 F 82 No Casada Oficios Nace en Bogotá
Mujeres especifica domésticos Reside en Bogotá
Hospital 1962 M 16 No Soltero Vendedor de Nace en Junín
Neuropsiquiátrico especifica frutas (Tolima)
Sección Sibaté Reside en Bogotá
Frenocomio de 1963 F 14 No Soltera Hogar Nace en Ibagué
Mujeres de especifica Reside en Bogotá
Bogotá
Hospital 1965 F 26 No Soltera Oficios Nace en Madrid
Neuropsiquiátrico especifica domésticos (Cundinamarca)
de Bogotá Reside en Soacha
Hospital 1966 F 19 No Casada Oficios Nace en Capilla de
Neuropsiquiátrico especifica domésticos Tenza (Boyacá)
de Bogotá Reside en Sopó
(Cundinamarca.)
Hospital 1966 F 17 No se Soltera Oficios Nace en Nariño
Neuropsiquiátrico especifica domésticos (Cundinamarca)
de Bogotá Reside en Nariño
(Cundinamarca)
Hospital 1966 M 3 No -------- ------ Nace en
Neuropsiquiátrico especifica Chiquinquirá
de Bogotá Reside en Salen
Hospital 1966 F 24 No se Soltera Bailarina – Nace en Salán
Neuropsiquiátrico especifica Oficios (Bolívar.)
de Bogotá domésticos Reside en Bogotá
Hospital 1966 F 26 Negra Soltera Oficios Nace en Yuto
Neuropsiquiátrico domésticos (Chocó)
de Bogotá Reside en Bogotá
33
Hospital 1968 M 18 No Soltero Agricultor y Nace en Chía
Neuropsiquiátrico especifica cotero Reside en Chía
de Bogotá
Hospital 1968 M 28 No Soltero Albañil Nace en Bogotá
Neuropsiquiátrico especifica Reside en Bogotá
de Bogotá
Hospital 1968 M 15 No se “Menor” Jornalero Nace en
Neuropsiquiátrico especifica Subachoque
de Sibaté Reside en
Subachoque
Fuente: Elaboración propia con base en las historias clínicas transcritas.
35
CIDSE
Lizeth Fernanda Terán López. La escuela ampliada: Una experiencia de formación de padres,
madres y acudientes en La Unión, Valle del Cauca, 2016 –Documento de Trabajo No. 170-
diciembre de 2017.
Carlos Felipe Muñoz Barreneche. ¡Regios mijo! Una aproximación sociológica a los
vínculos sociales de mujeres transexuales de un Centro de Escucha en Cali, Documento de
Trabajo No. 166. Octubre de 2015
Pedro Quintín Quilez. Amarrar juntos el futuro: las cadenas en Cali, Documento de Trabajo
No. 165.
Octubre de 2015
Gabriel Francisco Guzmán Castro, Cristian Camilo Frasser Lozano. ¿Puede Robinson
Crusoe crear instituciones? Una crítica al Enfoque de la realidad institucional como acción
por incentivos.
Documento de trabajo No.164. Octubre de 2015
Boris Salazar Trujillo. Cali: Narcotráfico, poder y violencia. Documento de Trabajo No.
163 Junio de 2015
Leonardo Raffo López. Law enforcement and drug trafficking networks: a simple model.
Documento de Trabajo No.162. Mayo de 2015
36
Alejandra Rico Mavisoy ¿Cómo se garantizan las capacidades para la empleabilidad? Una
mirada a los beneficios del Fondo de Fomento al Empleo y Protección al Desempleado
FONEDE (2009-2012). Documento de Trabajo No. 161. Marzo de 2015
María Eugenia Ibarra Melo. Las mujeres en la minería. Estado del arte y posibles líneas de
investigación. Documento de Trabajo No. 157. Agosto de 2014
Carlos Humberto Ortíz, Juan David Salazar. Brasil como horizonte: mayor ingreso y mayor
crecimiento económico para Colombia. Documento de Trabajo No. 155. Febrero de 2014
Carlos Mejía, Karl Marx y Max Weber: ¿ruptura o continuidad? Documento de Trabajo
No. 153. Octubre de 2013.
37