Cartas de Caldas
Cartas de Caldas
Cartas de Caldas
CARTAS DE CALDAS
BOGO T A - COLOMBIA
1978
ACADEMIA COLOMBIA N A
DE CIENCIAS EXACTAS, FISICAS Y NATURALES
/
/ CARTAS DE CALDAS/
BOGOT A - COLOMBIA
1978
PREFACION
Prefael6n
1 . Al Colegio Mayor del Rosario. Agosto 11 de 1788 . . . . . . . . . . . . 13
· 2 . Al Gobernador y Comandante. General. Popayán, febrero f de 1793 13
3 . Al Teniente de Gobernación. i>opayán, septiembre 17 de .1793 . 20
-4 . A Camilo Torres. La Plata, julio 2-4 de 179f . . . . . . 21
· f . A Santiago Arroyo. Sin lugar ni fecha . . . . . . . . . . 22
6 . A Santiago Arroyo. Pital, octubre 31 de 179f . . . . 23
7 . A Santiago Arroyo. La Jagua, diciembre 9 de 179f 2-4
8 . A Santiago Arroyo. El Gigante, noviembre de 1796 27
9 . A Santiago Arroyo. Sin lugar ni fecha . . . . . . . . . 28
10 . A Santiago Arroyo. Pital, diciembre 16 de 1796 . . . 29
11. A Camilo Torres. Pital, diciembre 16 de 1796 ..... . ... 1 • • 30
12 . A Sa~tiago Arroyo. Popayán, marzo. f de 1797 . . . 31
13 . A Santiago Arro)'o. Popayán, marzo 20 de 1797 . . . 33
14 . A Santiago Arroyo. Sin lugar. Abril f de 1797 3-4
1 S . A Santiago Arroyo. Somos, 27 de abril de 1797 H
16 . A Santiago Arroyo. Popayán, mayo f de 1797 . 3f
17 . A Santiago Arroyo. ~opayán, mayo 20 de 1797 . . . . 37
18 . A Santiago Arroyo. ·Popay.án, junio f de 1797 ... . 38
19 . A Santiago Arroyo. Gigante, octubre 1f de 1797 . . . 39
20 . A Santiago Arroyo. Gigante, diciembre 2 de 1797 39
21 . A Santiago Arroyo. Sin lugar ni fecha . . . . . . . .. -40
22 . A Santiago Arroyo. Gigante, febrero 1 f de 1798 . . . . . . ~1
10
11
39551- 71
12
1
José de Caldas Rodríguez de Camba y María Vicenta Tenorio Arboleda. Este memorial
fue elevado por Caldas para acreditar su hidalguía y tener así derecho a la beca de Colegial Mayor
en el Colegio del Rosario en Sanrafé. Fue radicado con fecha 11 de agosto de 1788.
2
Señor Gobernador y Comandante General 1 •
No pudiendo el Padre General de Menores,2 sin gran dolor y sentimiento
de su corazón, ver tantos jóvenes de ambos sexos entregados a una vergon-
zosa ociosidad, madre verdadera y origen fecundo de todos los vicios, ya·
sea por la indolencia y descuido de sus padres, o ya en fin por no
tener una mano robusta que los dirija en sus primeros años, ha juzgado por
muy útil a la Religión, al Estado y al cumplimiento de su oficio, hacer pre-
1
El Gobernador de Popayán Diego Antonio Nieto.
• Cargo que desempeñ6 Caldas a partir de ese año ( 1793) .
13
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17
CARTAS DE CALDAS- 2
18
3
Señor Teniente de Gobernación.
Desde que este Ilustre Cabildo confió en mis manos la defensa y cuidado
de los menores, he deseado con ansia apartar de ellos la ociosidad y pereza.
Para conseguir esto no hallé otro medio más conveniente y adaptable a la
constitución del país que habitamos, que el aplicar a la juventud ociosa a los
oficios, entregándola a los maestros de sus respectivas clases. Destituido el
20
1
No se conoce ese documento, contestación a la exposición de Caldas del 5 de febrero
anterior.
4
Mi amado y estimado don Camilo: 1
Así que pensé aliviar a mi casa de algún modo y yo restablecerme en mi
enfermedad, dejando a Popayán, me han seguido los trabajos.2 El 14 de éste
salí con ropas para Neiva y Timaná, y el 20, pasando por las laderas del río
Páez, estaba por los montes, se me rodó la carga de baúles llena de intereses,
ropas y alhajas, que aprecio el todo en cuasi tres mil pesos. Temiendo esto,
mi hermano Camilo3 advirtió al arriero trajese la mula de diestro para evitar
este fracaso. Este haragán no lo obedeció, y en una estrechura peligrosa se
desbarrancó la mula con carga y todo, de la que no hay ni noticia, a pesar de
los cuidados que hemos puesto para su busca.
Y o no atribuyo la culpa tanto al arriero cuanto al maldito camino y al
descuido del comisionado del Cabildo de Popayán para componerle, y tam-
bién al mismo Cabildo y propios por la confianza suma que han puesto en el
1
Camilo Torres Tenorio.
• Con esta carta se inicia la correspondencia de Caldas; corresponde a la etapa en que,
luego de haber renunciado al cargo de Padre de Menores que ejercía en Popayán y a la cátedra
de Derecho Civil, se dedicó al comercio con lo cual ayudaba también a su familia, cuya situa-
ción económica era estrecha. Véase también la carta N~' 7.
°Camilo Caldas Tenorio.
21
5
Señor don Santiago Arroyo y Valencia 1 - Bogotá.
Mi estimado don Santiago:
Muchos días ha que hemos interrumpido nu~stra correspondencia.2 Yo he
tenido la culpa, y yo soy el que he perdido más en nuestro silencio. Mis viajes,
enfermedades, cuidados, y mil otras cosas han sido la causa de todo esto; pero
hoy reparo esta falta del mejor modo que me es posible.
Ya estoy otra vez en Timaná, y ya he vuelto a mi soledad. De trabajos
matemáticos y demás que ofrecen estos países, daré a usted cuenta cuando lo
permita mi cabeza.3
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia. Esta carta no está fechada ni tiene indicación de
dónde fue escrita. El texto sugiere que fue escrita en Timaná y anterior a la carta NQ 3.
2
La correspondencia previa con Santiago Arroyo no se conoce.
3
Inicia en esta carta Caldas una serie de noticias sobre mediciones que está llevando a
cabo en la provincia de Timaná.
22
P. D.-No miro con indiferencia los progresos de usted, para que guarde
un silencio profundo de ellos en sus cartas. Dígame usted cómo va de grados,
y la altura en que se hallan los estudios de nuestro colegio.6 Salude usted con
las mayores expresiones a mi amadísimo don Camilo7 y a don Fernando Cai-
cedo.8
6
Mi querido y estimado amigo don Santiago 1 :
En el correo antepasado escribí a usted suplicándole me avisase si acaso
había en aquella ciudad los libros de arquitectura que le insinué entonces.2
Hasta ahora no he tenido respuesta sobre este asunto, ni sobre otra que man-
dé rotulada a don Camilo Torres,3 y en su ausencia a usted, en la que incluía
una para mi cuñado don Antonio Sánchez, y otra para el Padre Frutos de la
Candelaria. El asunto de éstas era importante, y he deseado saber del destino
de ellas. Y o pienso que don Camilo no me responde por no haber negocio;
hágalo usted diciéndome el estado de mi cuñado, y de lo demás que guste, y
mande a su afectísimo amigo y servidor, que besa la mano,
FRANCISco JosEPH DE CALDAS.
Pital y octubre 31 - 95.
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• La carta a que alude, haciéndole el encargo de libros de arquitectura, no se conoce.
3
Camilo Torres Tenorio.
23
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia. Esta carta es respuesta a la de Santiago Arroyo,
que a su vez respondía a la de Caldas del 31 de octubre (NQ 6) .
• Mariano Pérez de Arroyo y Valencia.
• Diego Antonio Nieto.
• Juan Mariano Grijalba.
24
25
26
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia. Por el texto se infiere que esta carta fue escrita en
El Gigante, en los primeros días de noviembre de 1796, pues el relato continúa en la siguiente y
concluye en la NQ 7, que sí está fechada.
• Es la primera indicación a medidas barométricas de la presión atmosférica a lo largo de
las rutas de viaje.
• Se refiere a la Sabana de Bogotá y al cerro de Guadalupe, en el cual ya había hecho una
medida barométrica. Sobre este tema escribió su primer artículo científico que fue publicado en
los números 23, 24 y 25 del "Correo Curioso" de Santafé de Bogotá, correspondientes al 21 y
28 de julio y 4 de agosto de 1801.
27
9
1
Mi Santiago:
Sigamos nuestro viaje. Salí de Agua de Dios, en que comienza una cordi-
llera paralela siempre al río Magdalena y al camino; aquí siguen varios puntos
a la serie de rumbos que componen la base, para colocar los que se van hacia
uno y otro lado de mi ruta; 2 entre éstos está el páramo del Quindío, uno de los
más hermosos; yo lo computo a 1 grado 20 minutos al occidente de esa ca-
pital;3 salí, como digo, de Agua de Dios, y pasé al Arrayán; en este sitio ya
no podían las mulas con la carga, y me fue preciso el siguiente apresurar los
pasos, y pasar a Santa Rosa a solicitar por mulas, pues ya era imposible que
las que traía las condujesen al destino. No las hallé en este pueblo, y en este
día seguí a Prado en la misma solicitud, en donde paré nueve días mientras
cogían las mulas y las mandaba a encontrar mis cargas al Arrayán. No per-
dí el tiempo: ligué este pueblo a mi base, coloqué la villa, levanté la carta del
río desde esta parroquia hasta la embocadura de él en el Magdalena; 4 adquirí
algunas noticias de su industria y comercio con Honda; pueda ser que después
me extienda en estas relaciones. Salí de aquí y pasé a Las Damas, siempre
usando de la aguja para levantar la carta del tránsito; al siguiente vine al Re-
molino: aquí hay un paso bien peligroso, y es que se estrechan dos cordilleras
a las orillas del Magdalena, forman un estrecho que es necesario pasar por
la misma orilla del río, con peligro evidente de perecer; llaman Barandillas.
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia. Esta carta es una continuación de la anterior.
• Primera indicación explícita de que ha venido tomando rumbos para ubicar lugares a uno
y otro lado del camino.
• Se refiere al hoy llamado nevado del Tolima, al que, por lo demás, ubica correctamente
con respecto a Santafé.
'Indica que ha levantado un mapa de la región del río Prado hasta su boca.
28
10
Pital y diciembre 16 de 1796
Señor don Santiago Arroyo y Valencia- Bogotá.
Mi amado Santiago:
Y a habrá usted seguido mi ruta hasta el Remolino de Cabrera o hasta
Barandillas, según hago memoria que le escribí en mi antecedente; 1 pues oiga
usted lo que resta: salí de aquí y pasé por una vega cubierta de tacamaco,2
árbol medicinal, y después de algunas horas de camino encontramos con el río
Cabrera, que pasé a barqueta. Al siguiente fui a San Nicolás.3 Aquí me acor-
dé de Buffon/ de Bourguet5 y de usted el ver capillas, torres, cúpulas, ciu-
dades, ruinas, murallas, en todas partes. ¡Qué objeto tan nuevo y tan raro-
para mí, para mí que había pasado tres veces por estos lugares, que tanto me
divertían y me admiraban, y no lo había notado! Aquí conocí más lo que vale
la ilustración y ver con ojos filosóficos. Antes no tenía noticia de las capas,
de los ángulos de . . . en una palabra, de la teoría de la tierra, del Conde de
Buffon, pero ahora todo me llama, todo me ocupa. En una relación por ex-
tenso, fruto de mi diario, y lentitud de mi tránsito, le diré a la larga; esto es
un abrégé de ella, por dar gusto a usted anticipadamente. Sigamos. La abun-
dancia de coyas 6 me puso en estado de hacer una tentativa, o repetir las de
1
Esta carta es continuación de la anterior, y en ella prosigue el relato iniciado en la carta N9 8.
"Tacamaco (también Tatamaco) Bursera gra'l'eolens. Con las ramas jóvenes de este árbol
hacen en el Cauca una maceración alcohólica usada como untura contra los dolores reumáticos.
3
Puede referirse a la actual vereda San Nicolás del Municipio de Villavieja.
• Jorge Luis Leclerc, conde de Buffon.
• Pedro Bouguer.
• Coya: Latrodectus Cora (fide A . Posada Arango, 1909). "Araña de vientre rojo con algunas
manchitas negras . . . dicen que no pica pero si se la destripa sobre la piel del hombre, se absorbe
el líquido del vientre, y obra como veneno activísimo". No se conocen trabajos científicos que
confirmen o nieguen la noticia aludida, aunque Caldas pone en duda lo del veneno y habla de
experiencias negativas.
29
7
Baché es un río en el hoy departamento del Huila, afluente del Magdalena, que pasa por
los Municipios de Palerrno y Aipe y donde Bouguer hizo las experiencias, también negativas, con
el veneno de las coyas.
8
Antonio Alcedo.
• Piedras con jeroglíficos abajo de Aipe.
10
Manuel Benito Revollo Marte.
u Toma el nivel de la Sabana de Bogotá, y de la cima de Guadalupe, como referencias para
la elevación de Las Juntas (Apulo o Rafael Reyes) .
"' Emigdio Benítez Plata.
11
Piral y diciembre 16 de 1796
Señor don Camilo Torres.
Mi estimado don Camilo:
He visto la de usted y conozco no le molestan mis cartas; en esta inteli-
gencia le repito ésta, diciendo que quedo encargado de remitir a Hurtado1 el
30
12
Popayán, 5 de marzo de 179/
Mi estimado don Santiago: 1
Un ataque o especie de perlesía2 me obligó a pasar a ésta a principios
del pasado, lo que me impidió le contestase a usted su última, y le diese mu-
chas, mil gracias por los calendarios. Mis enfermedades no me han permitido
el continuar escribiéndole sobre los asuntos que usted sabe me ocupan, des-
pués habrá lugar para ello, que ahora voy a hacerle a usted una recomen-
dación.3
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Perlesía: debilidad muscular producida por la mucha edad, o por otra causa, y acompañada
de temblor.
• El relato de viaje de la carta anterior a Arroyo, la NQ 10, no continúa en ésta; al parecer
fue interrumpida la correspondencia por el mal estado de salud que cuenta.
31
32
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
1
Corrige la información errada sobre el volcán, que da en la carta anterior.
• Carlos María de La Condamine.
• José Solís Folch de Cardona.
• La expedición demarcadora de límites trabajó entre 1754 y 1761 en nuestras actuales fron·
teras del Orinoco y Río Negro a raíz de las negociaciones de 1750 entre los reinos de España
y Portugal. Además de los comisionados citados por Caldas, la comisión incluía al capitán José
Solano, futuro Marqués del Socorro.
• Juan Bautista Bourgignon D'Anville.
• Padre José Gumilla.
33
CARTAS DE CALDAS - 3
1
Camilo Torres Tenorio.
' Manuela Santamaría de Manrique.
" Manuel Benito Revollo Marte.
14
Mi querido Santiago1 :
En este correo aguardaba la respuesta de mis encargos y principalmente
del recibo de los doscientos patacones que dirigí a usted. Y o sé que llegaron y
que al otro día iba usted a hacer la entrega, por carta de Benjumea,2 a quien
entregará usted la adjunta.
De Quito no nos han dicho cosa nueva en este correo, y juzgo hayan ce-
sado las calamidades, aunque algunos temen las haya. habido mayores, por
tres fuertes remezones que hemos sentido en la madrugada de hoy.
Pombo -don Juan Antonio-8 murió en Patía de un fuerte tabardillo,'
y don José Joaquín Tenorio,11 de fríos, 8 en Barbacoas. De Honda nos avisan
que tuvo la misma el Proveedor Robles Cepeda.
Usted avíseme del estado de sus cosas, estudios y grados, y de la última·
resolución que haya tomado en estos últimos. , ·
Salúdeme usted de corazón a Rebollo, 7 a quien escribiré en el siguiente, a
don Camilo8 y a todos los amigos. Usted mándeme, que deseo servirlo en lo
que sea de su agrado, y esté seguro del fino afecto que le profesa su mayor
amigo,
CALDAS.
Abril y 5 de 1797.
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
1
Fe~do Benjumea Mora.
1
Juan Antonio Pombo Gómez.
'Malaria.
5
José Joaquín Tenorio Carvajal.
1
Paludismo.
• Manuel Benito Revollo Marte.
• Camilo Torres Tenorio.
34
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
2
Fernando Benjumea y Mora.
• Tomás Tenorio Carvajal.
• La carta a que alude Caldas no se conoce.
• Camilo Torres Tenorio.
• Manuel Benito Revollo Marte.
• María Teresa Tenorio Carvajal de Torres.
16
Popayán, mayo ~ de 1797
1
Mi querido don Santiago:
No puedo negar había extrañado mucho el silencio de usted a tres o
cuatro cartas mías, algunas con negocio; pero actualmente acabo de ver que
no ha sido defecto de U$ted, sino qué sé yo qué casualidad que extravió la que
acabo de recibir de usted, fecha veinte de marzo de este año.
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
1
Se refiere al camino de Cali a Buenaventura, cuya apertura estudió el cabildo de Cali,
en 1796 y 1797, por la ruta de Anchicayá acogiendo favorablemente la propuesta presentada para
su construcción por el caleño Manuel Joaquín de Caicedo y Cuero, quien i.'lició los trabajos hacia
1802, y los continuó hasta su muerte. Había hecho venir para esta obra al ingeniero francés
G~briel Ambrosio de l~ Roche, quien estudió la ruta y levantó el mapa de la región de Raposo.
Su padre, don Manuel de Caicedo y Tenorio, continuó los trabajos y recomendó a su otro hijo,
Joaquín de Caicedo y Cuero, que pr05iguiera la obra hacia el Valle del Salado, y pasando la
montafÍa Calabazas, al río Ancliicayá. Los trabajos continuaron liasta 1808 y .1809, cuando, en
~ísperas de la Independencia, los patricios caleños derivaron sus actividades hacia otros caminos.
1
Manuel Jóaquín de Caicedo y Cuero, Manuel de Caicedo y Tenorio, Joaquín de Caicedo
y Cuero.
• José Cuero y Caicedo.
• Angel Velarde y Bustamante.
• Tomás Tenorio Carvajal.
36
1
Juan José Hurtado Arboleda.
2
Nicolás Tanco.
"Ver las cartas N~' 12 y N~' 13.
' Manuel de Zerella y lcoaga.
• Se refiere al Mapa de la América Meridional, en ocho hojas, de Juan Francisco de la
Cruz Cano y Olmedilla, realizado por orden de Fernando VI, publicado en 1771.
• Pedro Pablo Abarca y Bolea, Coride de Aranda.
7
Carlos Perrero Frieschi, príncipe de Masserano, embajador de España en .Londres, nieto
de Jacinto Perrero conde de Bena Masscrano.
37
1
Santiago Péru de Arroyo y Valencia.
1
Manuel Joaquín de Caicedo y Cuero, Manuel de Caicedo y Tenorio, Joaquín de Caicedo
1 Cuero. Véue la carta NQ 13 ~ la que hace referencia a este camino, del que parece haberse
hecho UDa propaganda incorrecta, a juzgar por esta carta.
1
No ae conocen la memoria y el mapa citados.
• Manuel Benito Revollo Marte.
1
La observación de latitud hecha en Popayán, el 23 de mayo de 1797, solo se conoce
por esta referencia.
~ Pedro Bouguer.
38
19
Gigante y octubre 15 de 1797
Mi estimado don Santiago: 1
Espero rompa usted el silencio tan largo que ha guardado, en el correo
inmediato, contestando a mi antecedente.
Es preciso se arme usted de paciencia para sobrellevar las molestias de un
amigo importuno que le proporciona las ocasiones más propias para ejercerla.
La presente le hará hacer algunos viajes a Las Nieves en solicitud de Batioja,
a fin de que me consiga treinta libros de oro,2 cuyo importe, a razón de diez
reales, remito por mano de nuestro amigo don Joaquín Camacho.3 No estoy
seguro del valor de cada libro, pero con su aviso remitiré lo más que cuesten.
Si por fot:tuna los hay prontos, se ha de tomar usted la molestia de remitír-
melos por el correo.
No olvide usted hacer presente a nuestro amado don Camilo" las expre-
siones más vivas de mi afecto y reconocimiento. Salude usted a todos los ami-
gos, y ocupe el mayor de ellos, que besa su mano,
CALoAS.
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Es una indicación de que al comercio de telas había agregado el de oro.
1
Joaquín Camacho.
• Camilo Torres Tenorio.
20
Gigante y diciembre 2 de 1797
Amadísimo don Santiago: 1
Recibí en este correo dos de usted y quince libros de oro, lo que agradezco
como los merece, y doy las debidas gracias a su actividad y exactitud.
En ésta he de ser corto, porque estamos en la víspera de un eclipse de
luna total/ preparándonos para observarlo, con el fin de tener un punto bien
conocido en longitud y poder corregir la posición de muchos lugares de mi
carta; o digamos mejor, de los trozos de carta que he levantado; de ésa a Nei-
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia. .
• Anuncia el eclipse de Luna del 3 de diciembre de 1797. Es la primera indicación de una
observación de longirud, así como de los trabajos que está realizando para dirimir un litigio entre
los Cabildos que cita .
39
21
Señor don Santiago Arroyo y Valencia- Bogotá.
Mi querido don Santiago: 1
No atribuya usted a inacción mía lo que es defecto de los correos y sus
Administradores; tengo escrito a usted acusándole recibo de los quince prime-
ros libros de oro, y ahora lo hago de los quince segundos. Y o supongo no
querrá usted recibir la gratificación por los trabajos que le habrá costado esa
recomendación, atendiendo a que no quiere que le haga yo encargos con la sal-
va de favor. El que sigue es sin este requisito: es de la misma especie del ante-
cedente, y se reduce a siete libros más. Para este efecto remito a usted 5 Y2 pe-
sos, que unidos a los 20 reales, hay bastante para comprarlos y acondicionarlos.
El porte de correo no lo mando, porque espero me haga usted su remisión por
mano de don Martín Montalvo, como lo ejecutó con los últimos.
Si usted desea una visita mía, más suspiro yo por tener unos buenos ratos
con mi querido Santiago. No pierdo la esperanza de revolver el mundo con
usted, de reformarlo, echar cortes y reveses, proyectos y más proyectos, y que
todo se quede como se estaba. A lo menos habremos pasado nuestros ratos di-
vertidos con agricultura, botánica, observaciones astronómicas, mapas, arqui-
tectura, y cien otras cositas que no ofenden ni a Dios ni al Estado.
La observación del eclipse del 3 del pasado se hizo a toda satisfacción,
porque se define el principio y el fin en atmósfera limpia, y tiene usted ya
determinado astronómicamente un punto en longitud, por medio de la inmer-
sión y emersión, de un gran número de lugares, y manchas de la luna. No
nos falta otra cosa que verificar los cálculos, lo que aún no ha permitido la
debilidad de mi cabeza; puede ser que en el siguiente o subsiguiente remita a
usted una relación circunstanciada de los trabajos de ese día y de los resulta-
dos de los cálculos, en junta de un gran número de determinaciones astronó-
1 Sin ·lugar ni fecha. Fue esaita en enero de 1798, posiblemente en Gigante, a juzgar por
40
22
Mi estimado amigo don Santiago: 1
Recibí la del 8 y los libros de oro, aunque debiera haber cortado su cuen-
tecita, porque yo estaré siempre a su dicho, no en frioleras, sino en cantidades
de consideración. He estimado a usted mucho el alfabeto griego, que me ser-
virá para los fines que ya he significado.
Aún no he tenido tiempo de verificar los cálculos del eclipse; luego que
se hagan se los remitiré en junta de los demás resultados. Ahora no pienso en
otra cosa que en delinear la carta topográfica de esta jurisdicción de Timaná,
la que usted seguramente verá, porque tengo entendido la remiten a manos de
nuestro don Camilo,2 a quien saludará usted de corazón.
Avíseme usted si Rebollo3 recibió las semillas. Nada me dice usted de sus
grados, y esto me hace pensar que usted me considere como interesado en sus
cosas. Cuente usted conmigo, y mande a su afectísimo estimador, que besa su
mano,
CALDAS.
Gigante y febrero 15 de 1798.
P. D.-Me fue preciso romper esta carta después de cerrada, para hacerle
la siguiente molestia: vea usted si Jiménez tiene un ejemplar del Compendio
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Camilo Torres Tenorio.
8
Manuel Benito Revollo Marte.
41
23
Popayán y diciembre 5 de 1798
Mi querido don Santiago: 1
¡Qué buzo tan excelente soy yo! Al cabo seis meses saco la cabeza, y ¿se
persuadirá usted que me he olvidado de un amigo que tánto ~e estimado y
querido? Nada menos. La falta de salud y la de asunto tienen la culpa: qué-
jese usted de ellas y no de mí.
Y a considero a usted inscrito en el canon de los doctores, con la ida de
Blaya2 a Caracas, y con haberse resuelto a no contar con los estudios de este
seminario3 ya esqueleto y próximo a expirar: bien puede usted componer el
epitafio.
Y o, prescindiendo de todo, no tratando sino con los amigos y con mis
libros, observando el cielo y calculando, he conseguido un poco de reposo, qui-
zá envidiado de los poderosos, si lo conocieran. Con motivo de haberme man-
dado Tanquito4 el Almanaque Náutico 5 de este año, he podido hacer mis ob-
servaciones, que pueden ser útiles para reformar la geografía de estos países
abandonados de los sabios y desconocidos de la Europa. Puede ser que con el
tiempo recoja bastantes materiales y un número suficiente de observaciones
para levantar una carta correcta del Virreinato, objeto de mis deseos y que
sólo la muerte acabará.6 Yo me aflijo cuando veo tan poca astronomía en toda
la extensión de la Nueva Granada, y que no hay uno a quien se le pueda en-
cargar observe una latitud. Todo ha de salir de los libros, y ¿los libros no los
han formado el descuido y la ignorancia de estas materias? Por un ejemplo
podrá usted juzgar. Piedrahita,7 en su historia de este Reino, coloca a la villa
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
2
Manuel Mariano de Blaya.
• Parece ser el propio Seminario de Popayán.
• Diego Martín Tanco.
• El "Almanaque Náutico", publicado anualmente desde 1792 por el Observatorio de Marina
de San Fernando, Isla de León, Cádiz, que fundara Don Jorge Juan.
• Es la primera indicación que da Caldas del ambicioso proyecto de elaborar la carta del
Virreinato.
7
Lucas Femández de Piedrahita.
42
24
Popayán y enero 5 de 1799
Mi querido don Santiago: 1
No privaré a usted del gusto que tiene de mis cartas, ya que le divierten
más que todas las conversaciones y placeres que ofrece Santafé. Y o tengo esta
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
43
45
46
Diferencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 00°0'26"
Solo difiere en 26", que es cuanto podía deseai:. 22 Vamos ahora a hablar
de telescopio.
Aquí le incluyo a usted el tamaño aparente bajo el cual veo por mi teles-
copio a Júpiter y a Saturno; si acaso usted le ve mayor por ése, o con mayor
claridad, trataremos de que venga, y si no, no. Observe usted en él y vea si
percibe las dos zonas oscuras que ahora tiene Júpiter; si el limbo del planeta
está bien determinado y libre de aquella radiación que le hace perder la figura
y línea circular, que es una especie de orla, que tánto perjudica a las observa-
ciones; si tiene iris considerable, si es acromático, si tiene micrómetro objetivo
u ocular, si tiene lentes propias para armarlo astronómico, y dígame si usted
observó con todas las oculares ordinarias; y en fin, observe usted cuánto tiem-
po se mantiene un planeta o estrella en el campo del telescopio, es decir, qué
11
Pedro Bouguer.
10
Juan Carlos Borda.
11
Alejandro Guido Pingré.
11
Compara Caldas su resultado de la longirud de Popayán con datos que ha encontrado en
sus libros, entre ellos el de Bouguer, obtenido en el viaje de regreso con instrumentos de muy poca
euctirud, de modo que la concordancia que enrusiasmó a Caldas poco significa. A Humboldt, que
conoció el cálculo de Caldas, le fue útil este trabajo, como lo consignó en su diario, para ganar
confianza en sus propias observaciones de latirud obtenidas con el cronómetro.
47
48
Quizá usted extrañará este furor botánico; pero si supiera usted que hace
muchos días le hago mi único estudio, convencido de la falta que me ha hecho
en mis correrías, no se admirará. ¡Cuánto me he arrepentido de no haber cul-
tivado este estudio un poco antes! ¡Cuántas riquezas y bellezas han pasado
por mis manos sin conocerlas! Este dolor no lo puedo mitigar, sino aprovechan-
do el tiempo para lo sucesivo. Este tiempo precioso es el que me obliga a em-
1
Padre Miguel de Isla.
1
Manuel María Arboleda Arraechea.
1
Camilo Torres Tenorio.
• "La Flora Española" de José Quer y Martínez.
• Luis Ayala y Vergara.
• Jorge Tadeo Lozano.
7
Carlos de Línneo.
• Diego Martín Tanco.
• Antonio Palau y Verdera.
10
Casimiro G6mez Ortega.
u A partir de esta carta se nota que el int~rrés de Caldas se centra en los estudios de la
Botánica.
49
CARTAS DE CALDAS - 4
,. T oribio Rodríguez.
27
Popayán y agosto 28 d~ 1800
Mi amado Antonio: 1
He visto la de usted con placer, así por saber de un ami:go que con since-
ridad, como por su contenido. El bálsamo me ha encantado, y he quedado
satisfecho del celo de usted por el adelantamiento de una ciencia que puede
hacernos conocer algún día del resto de los hombres, con tal que le cultivemos
con esmero. Y o no puedo dar a usted mejor instrucción sobre el particular que
copiarle a Linneo. 2 El género Toluifera es muy semejante al Miroxylon, y
esto nos debe empeñar más en su determinación: lo cierto es que por su carta
estoy seguro de que es uno de los dos géneros. Voy a poner a usted -por ex-
tenso lo que dice Mutis3 en Linneo sobre el Miroxylon. Cáliz. Periantio de
una pieza, a manera de camparia, persistente, con cinco dientes muy pequeños
y poco manifiestos. Corola. Pétalos cinco, insertos en el receptáculo, desigua-
les, irregulares, con uñas angostas, lineares, del largo 'del cáliz; la lámina del
pétalo superior ancha, redoblada, aovada, o de figura del corazón al revés; la
lámina de los demás pétalos angosta, lanceolada, recta y algo extendida. Es-
tambe. Filamentos diez, apretados al germen, del largo del cáliz, filiformes,
lampiños; con las ante·ras fuera del cáliz, derechas, lanceoladas, señaladas con
un surco, y terminadas en una .puntita corta. Pistilo. Germen encima del cáliz,
más largo que la flor, y que cuelga fuera de ella, a manera de cuchilla, y com-
primido, con el estigma obtuso y sencillo. Pericarpio. Legumbre en forma de
espada angosta por su base, ensanchada hacia su ápice, .redondeada, compri-
mida y puesta en remate de la legumbre~ .
Es árbol muy hermoso, con la corteza lisa, crasa y muy resinosa como todas
sus demás partes. Produce las hojas alternas, pinadas y que rematan . en par,
con dos pares de hojuelas, casi opuestas, pecioladas, entre aovadas y lanceola-
1
Antonio Arboleda Arraechea. Se inicia con esta carta la ~orrespondencia conocida con
Arboleda, su compañero de muchos trabajos, a quien había iniciado en la ciencia botánica. ·
· • Carlos de . Linneo.
1
José Celestino Mutis.
50
28
Popayán y noviembre 20 de 1800
Mi amado don Santiago: 1
¡Qué placer he sentido al ver letra de usted después de casi un año de
silencio! Ojalá usted, siempre que mi pereza me retraiga de escribirle, me ani-
mase y probase a ello. Si algunas veces no lo he hecho, no ha sido tanto por
eso, cuanto por no quitar a usted un tiempo precioso para ocupaciones serias
e importantes. Y o no trato sino de estudios amenos y compatibles con el temple
de mi genio, que mira con horror a los Vinios, Digestos y Murillos, a pesar del
aprecio que hago de un buen jurisconsulto; pero no nací para abogado, y las
matemáticas, la física, la historia natural, las bellas artes, no permiten en mí
otra ocupación. Si usted quiere que conversemos sobre esto, lo haré con el ma-
yor gusto, y en esto satisfaré su buen afecto, y yo mi genio.
Es verdad que ha mucho tiempo que hago mi principal ocupación de la bo-
tánica en un país virgen y que ofrece un campo inmenso en qué cebarse, ser
útil y divertirse. Pero ¡cuántos obstáculos hay que vencer para llegar a una
medianía! Sin libros, sin maestros, todo se ha de sacar de los pocos que a fuer-
za de fatigas he podido conseguir. No tengo a mi disposición, ni hay más en
Popayán, que el Curso escaso de Ortega,2 la Parte Práctica de Linneo,3 las
Instituciones de Toumeford" y el Quer. 5 Estos forman mi biblioteca: y ya ve
usted lo poco que hay en esto, y cuánto falta para tener lo más necesario. Vi-
vimos, mi Santiago, en un país casi bárbaro, a 3,000 leguas de las naciones
cultas y de la ilustración. Si en Roma, París, Londres, Madrid, se dijera que
en el último año del siglo xvm, de este siglo de las luces, no se ha hallado en
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Casimiro Gómez Ortega.
1
Carlos de Linneo.
• José Pitton de Toumefort.
• José Quer y Martínez.
52
6
Manuel María Arboleda Arraechea.
• Enrique Luis du Hamel de Monceau.
1
Toribio Rodríguez.
0
Antonio Arboleda Arraechea.
10
Jerónimo Torres Tenorio.
11
Camilo Torres Tenorio.
12
Juan José Hurtado Arbol~da.
u Andris Marcelino Pérez de Arroyo y Valencia.
"Diego Martín Tanco.
53
Salúdeme usted con todo afecto a nuestro don Camilo,11 mis S. S. sus her-
manos, don Miguel Pombo/6 don Pacho Ulloa,17 don Manuel Joseph Hurta-
do18 y demas
, amtgos.
.
11
Helecho del género polypodium, principalmente p. glaurophyllum.
18
Miguel Pombo Pombo.
11
Francisco Antonio Ulloa.
10
Manuel José Hurtado Arboleda.
29
Popayán y enero 20 de 1801
Mi amado don Santiago: 1
Usted quiere que yo le escriba mucho, y se pasan meses sin ver letra suya
y sin saber nada. Yo he estado en el campo y no he contestado a Tanquito2 una
suya de ahora dos correos, en la que me dice que se iba p~ra La Habana, y
dudo si en este intervalo haya marchado, motivo por que no aventuro mi carta
y encargos. Si aún está allí, signifíquele usted mi duda y motivo de no escri-
birle en éste y haberle faltado en los anteriores; si no, avíseme de su partida y
miras. ¡Cuánto siento, mi Santiago, la ausencia, o más bien, la retirada de este
1
Sántiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Diego Martín Tanco.
54
1
Antonio Nariño Alvarez.
'Juan de la Quintinie.
• Manuel María Arboleda Arraechea.
• Manuel José Hurtado Arboleda.
7
Carlos de Linneo.
8
José Celestino Mutis.
• Es la primera indicación de haber enviado a Mutis ejemplares de herbario.
1
11
° Camilo Torres Tenorio.
El pleito de límites entre Timaná y La Plata, motivo de los trabajos cartográficos de Caldas
en 1797 y 1798, continúa y allora le piden nuevos mapas.
"' Miguel Pombo Pombo.
13
Francisco Antonio Ulloa.
,. Juan José Hurtado Arboleda.
"' Mariano Pérez de Arroyo y Valencia.
55
Mi don Santiago:
En el correo pasado escribí a usted sobre la Quintinie,1 y ahora lo hago
por el Mengs.2 Cuando estuve en ésa lo vi en casa de Jiménez, en un tomo
folio, o más bien 49 mayor. Usted conoce demasiado el mérito de este pintor
filósofo, y las luces de Azara3 su publicador; quiero tenerlo, y usted ha de bus-
carlo: así que me avise que lo hay, y su valor se lo remitiré; ojalá viniera con
el primero.
Considero todavía en ésa a don Joaquín Caycedo," a quien me saludará
y le dirá que me avise cuál es el nom~re de las señoras a quienes pertenece el
valor de la saya de brocato verde que me trajo, para remitirles el producto,
que son 80 pesos, porque no se ha podido vender en más; que si gusta recibir-
los allá, en el siguiente los remitiré a manos de usted con el valor del Mengs.
Entregue usted la adjunta a doña Manuela/1 y deme noticia del estado de
esta señora. Es muy tarde, y en el siguiente hablaremos largo de observaciones
y botánica. Repito mis encargos, y que usted, persuadido del amor y verdadera
amistad que le profeso, mande a su afectísimo estimador,
CALDAS.
bo,9 etc.
Me acuerdo que en la tienda en que vendían los libros de Ricaurte 10 había
una colección de viajes de Mr. Harpe11 en muchos tomos, en pasta y con su
atlas; si aún existe, estimaré me lo diga, porque tengo ánimo de que venga.
No olvide mi encargo de un ejemplar del Bu/fon. 11
¿Es creíble que no haya podido leer de este naturalista más que once to-
mos de los traducidos?
1
Juan de la Quintinie.
'Antonio Rafael Mengs.
1
Félix de Azara.
• Joaquín de Caicedo y Cuero.
1
Manuela Santamaría de Manrique.
1
Can.Uo Torres Tenorio.
' Francisco Antonio Ulloa.
1
Juan José Hurtado Arboleda.
• Miguel Pombo Pombo.
10
José Antonio Ricaurte.
u Juan Francisco de La Harpe.
12
Se refiere a la "Histoire Naturelle" escrita por Jorge Luis de Buffon.
56
57
58
11
Mariano Pérez: de Arroyo y Valencia.
u Juan José Hurtado Arboleda.
u Francisco Antonio Ulloa.
" Miguel Pombo Pombo.
32
Popayán y marzo 20 de 1801
Mi amado don Santiago: 1
En el pasado escribí a usted con pretensiones de encargos de libros, y
sobre todo, sobre aquellos tomos del Conde de Buffon,' que sospecho sea la
Historia de las A'Yes, de este genio original y profundo. ¡Que no pueda con-
seguir un ejemplar completo de su Historia Natural! Vivimos, amigo, en un
país en que se nos ha cerrado el camino a la sabiduría. Si contáramos en la
Europa que había un pueblo con cerca de 300 años de fundación, bajo la do-
minación de una nación culta, que todos los días pasa a los primeros puestos
la parte más ilustrada de ella, que hay colegios, Universidad, doctores que
inundan los pueblos, y se dijera que no se halla en él un ejemplar de la Filo-
sofía Botánica de Linneo,:' que es raro el Conde de Buffon, que apenas se ven
las obras maestras en todo género, ¿no creyeran que les hablábamos de los
calmucos y de los tártaros y a buen escapar de los lapones? La imposibilidad
de instruimos parace invencible. A cuatro mil leguas de distancia de la metró-
poli, añada fuerzas marítimas de la Gran Bretaña que cierran la comunica-
ción de España con sus colonias,4 y casi desesperaremos de poder algún día
saber lo que un niño europeo. Dejemos estas ideas tristes y hablemos de otra
cosa.
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
2
Jorge Luis Leclerc, Conde de Buffon.
• Carlos de Linnco.
• Alude a la guerra entre España e Inglaterra.
59
60
61
11
Propone a su corresponsal haga una serie de observaciones de temperatura, similares a las
que dice ha venido haciendo en Popayán.
17
El plan de estudios a que se refiere fue preparado por el Fiscal Francisco Antonio Moreno
y Escand6n, luego de la expulsi6n de los jesuiras.
18
Fray Antonio Goudin.
11
Manuel Santiago V allecilla y Caicedo y Santiago Gregorio de Burgos.
• Fernando Vergara y Caicedo.
62
33
Popayán y abril 5 de 1801
Señor doctor don Santiago Arroyo - Santafé.
Mi querido y amadísimo Santiago:
¡Qué placer, qué satisfacción para nuestros paisanos, para Rieux,1 para
2
Zea! La inocencia tarde o temprano triunfa de la calumnia. ¿No hemos me-·
jorado con las desgracias de éstos? ¿No han mejorado ellos mismos? Figúrese
usted que Rieux promueva el cultivo, la extracción de la quina y canela; que
Zea forme un número considerable de jóvenes en la botánica, que estas luces
se difundan a todo el Reino, que en toda su extensión se trabaje, se herborice,
se descubra y se aumente el número de más producciones vegetales. ¡Qué cú-
m~lo de conocimientos! ¡Qué riquezas! Y a no serán raros los libros de botá-
nica, ni las buenas producciones; ya no se buscará la Filosofía Botánica · de
Linneo sin hallarla; se acercan, mi amigo, los días de ilustración y de gloria
para la Nueva Granada. ¿Veremos nosotros esta feliz revolución ?3 Si el nue-
1
Lúis Rieuz.
• FranciSco Antonio Zea.
1
Las noticias de la libertad de Rieux y de su nombramiento como inspector de la Quina,
por una parte, y de la de Zea· con 'el inmediato encargo por el Rey de dirigirse a París a conseguir
elementos científicos y los planes de regreso al Virreinato, debieron motivar este comentario de
Caldas.
63
64
66
34
Popayán, mayo 5 de 1801
Señor don Santiago Arroyo- Santafé.
Amado don Santiago:
¿Qué piensa usted, que allá no más se dan censuras y críticas a El Correo
Curioso? No, amigo mío, no; también Popayán ha producido las suyas, de
que se remite una en este correo, y que seguramente deshonrará a su autor y
a su patria; véase con Lozano; 1 supriman esta locura literaria. Para que vea
cómo es, oiga usted unos trozos de esta pieza original y única: el texto es Proh
seculis miserere'J dignes scorie 'l'ocari! sin citar el lugar ni autor de donde lo
tomó. Después sigue: «Señores periodistas, muy señores míos: no bien tocó en
mis manos un papel que denominaré cerrilogo, que ustedes, por una especie
de philotimia, se movieron a comunicar a esta ciudad, cuando acordó mi me-
moria un pasaje de Mr. Clauberg2 en los preliminares de su lógica. Conocí,
asegura este autor, dos sujetos que habiendo leído en su niñez las fábulas de
Esopo, creían después haber sido los brutos capaces de razón e inteligencia.
Esta idea, en vista de un apólogo o ficción llena de ingenio, cuya verosimilitud
de los raciocinios con las respectivas especies de animales se manifiesta al pri-
mer golpe de vista, no es tan extraña que la debamos llamar hija de un ep.ten-
dimiento delirante, mayormente si por una parte se pone a la sombra de un
siglo lleno de oscuridad, y por otra se esfuerza con la opinión de los anticar-
tesianos ... ". Sigue con mil sandeces, y continúa hablando de sí. «Yo, aunque
sin otra preeminencia que la de racional, y desnudo de la cualidad ruidosa de
1
Jorge Tadeo Lozano.
• Johann Oauberg.
67
1
Benito Jerónimo Feijoo.
'Anronio Carvajal Tenorio.
• Esta es una muy interesante anotación, pues ea la primera indicación de que Caldas tiene
dudas sobre la fijación del término superior de la escala termométrica, la de ebullición del agua;
y es ro antes de que le ocurra el tan conocido accidente en su excursión al Puracé. Véase nota NQ
15 de la carta NQ 35.
• Se trata del trabajo de Caldas a que se hace referencia en la nota NQ 1 de la carta NQ 31.
• Y a se ha visto cómo esta "Relación de Viaje" la comenzó a formar Caldas con las observa·
dones hechas en viajes realizados con varios años de anterioridad, y precisamente movido por el
entusiasmo que en él despertó la publicación del "Correo Curioso".
68
8
Emplea el término brochure, que se ha puesto de moda recientemente.
• Camllo Torres Tenorio.
10
Manuel Joaquín Caicedo y Cuero.
35
Popayán, mayo 20 de 1801
Señor doctor don Santiago Arroyo - Santafé.
Amado, y permita usted que le diga exactísimo don Santiago: he visto la
bella carta de usted, llena de preciosas noticias y de buenas reflexiones. Mi
alegría con lo que usted me dice de Humboldt1 y de Bonpland2 puede haber
igualado a la suya; yo suscribo gustoso a todo lo que usted dice de estos via-
jeros. Nosotros, que conocemos el carácter de la nación, que jamás ha dejado
dé acompañar sabios españoles en todas las expediciones que se han hecho en
sus dominios, ¿no debemos extrañar que no acompañen a los pJ;USianos un
botánico, un mineralogista y un astrónomo de casa? Si no es así, lo siento
en mi corazón, porque ¿qué gloria no resultó a la nación de la asociación de
los dos Oficiales españoles en el viaje al Ecuador? Ya sabe usted que Ulloa3
1
Federico Alejandro Barón de Humboldt.
" Aimé Bonpland.
1
Antonio de Ulloa.
69
70
15
Las dudas anotadas en la carta anterior, nota NQ 5, referentes a la graduación de la
escala termométrica, aparecen aquí ya como el anuncio de un descubrimiento; teme que en caso
de ser una idea nueva se apropien de ella.
18
No se conocen las observaciones que, a pedido de Cald~ por esta carta, debió hacer
en Santafé don Santiago Arroyo; Caldas no las menciona en su memoria definitiva.
17
Manuela Santamaría de Manrique.
18
Fernando Vergara y Caicedo.
10
Pedro Bouguer. En su obra "Figure de la Terre" relacionó las experiencias hechas en
territorios del virreinato, a su regreso a Europa.
"Baltasar Jaime Martínez de Compañón, Arzobispo de Santafé.
71
36
Popayán y junio 5 de 1801
Señor doctor don Santiago Arroyo- Santafé.
Mi amado don Santiago: he visto su censura al diálogo de Monserrate y
Guadalupe del número 4 de El Correo Curioso, y sin saber todavía que era de
usted, porque recibí después su carta/ he podido juzgarle con imparcialidad y
sin preocupación, ya por el estilo, por la materia, y también por alguna cosa
que usted ya me había dicho, quería creer que era la censura de usted, pero lo
dudaba y no me resolvía. Voy a decir a usted con ingenuidad mi juicio sobre
esta producción, y a darle ejemplo para que haga lo mismo con la que remití
sobre la elevación de Guadalupe.
El estilo lo reputo por puro, claro, sencillo y elegante; no me choca en
toda la pieza sino esta expresión: Poetas de la naturaleza, que no sé su signi-
ficado ni valor. También me ha parecido poco digna la alegoría de las censu-
ras literarias con la aduana y pasaportes. Ultimamente, me huele a galicismo
el período que comienza: Este es el arte del Apólogo manejar. En cuanto al
plan, no me desagrada; las críticas que hace usted del diálogo de los cerros son
1
No es bien conocido el escrito de Santiago Pérez de Arroyo, tras el seudónimo Polifilo,
que comenta Caldas, haciendo, caso quizá único en él, crítica literaria.
72
74
9
Pedro Bouguer.
10
Antonio Lorenzo Lavoisier.
11
Oaudio Luis, Conde de Berthollet.
12
Luis Bernardo Guyton de Morveau.
13
Pedro José Macquer.
" Manuel María Arboleda Arraechea.
u Carlos de Linneo.
18
Enrique Luis Du Hamel de Monceau.
75
37
Popayán y junio 20 de 1801
Señor doctor don Santiago Arroyo - Santafé.
Mi estimado don Santiago: mucho siento la indisposición de usted, y
deseo saber su restablecimiento. Ojalá haya sido ese dolor de cabeza y calen-
tura efecto de un catarro de los comunes de Santafé, y no de otra indispo-
sición de consecuencia. Y a usted, en compañía de mis otros amigos, me quiere
echar al público: 1 yo aprecio su afecto y la estimación que hacen de mis cosas;
pero no era tiempo de quitarme la máscara y aparecer en el mundo literario.
Mejor habría sido mantenerme algunos años más a la sombra de un nombre
griego o de unas iniciales, hasta haberme formado y representar en el país de
las letras mi papel con alguna dignidad. Usted debió oponerse a esta presen-
tación temeraria con todas sus fuerzas; usted, que acaba de pasar por el mismo
camino, que se ha puesto a cubierto bajo la voz Polifilo: debía haber apete-
cido y procurádome la misma satisfacción; ya no podré, como usted, oír la
censura de mis producciones en mi presencia, censuras tanto más apreciables
cuanto las dictan la razón y la verdad, lejos de toda preocupación, respeto
y amor hacia su autor. Si acaso no se ha impreso todavía, es necesario me
evite usted mil cuidados y me dé la satisfacción de probar por esta y por otras
piezas que tengo en bosquejo, el juicio que forma el público de un nuevo ciu-
dadano que de repente aparece en el mundo literario. No estoy contento con
que se dé mi nombre, y mucho menos con que se me elogie. Todos los
hombres somos orgullosos y vemos con repugnancia, y quizá con pena, los
elogios que se prodigan a otro. Es verdad que este vicio es propio de las almas
bajas y pequeñas; ¿pero el común de los hombres no la tiene de este temple?
Las almas grandes, las almas generosas son pocas, porque lo bueno siempre
es raro; en fin, temblando aguardo los correos siguientes y las lluvias de crí-
ticas, murmuraciones y censuras; yo estoy bien seguro que no me tomaré el
trabajo de responder; pero vamos a otra cosa.
1
Podría pensarse que se trata del trabajo sobre la altura de Guadalupe, que Caldas hubiera
preferido apareciera bajo un seudónimo.
• Se refiere al seudónimo con que apareció el trabajo que Caldas comenta en la Carta
anterior.
76
1
Federico Alejandro Barón de Humboldt.
' Toribio Rodríguez.
• Juan José Hurtado Arboleda.
• José Tenorio Torijano.
'Camilo Torres Tenorio.
• Juan Tenorio Torijano.
• Jerónimo Torres Tenorio.
10
Las aludidas tías de Camilo Torres eran Bárbara, casada con José Montenegro; Josefa,
casada con el Alférez Real de Cali Nicolás Caicedo; María, casada con Miguel Hemández de
Madrid, español; Beatriz Rosa, casada con Lorenzo Lazo y Antonia casada con Matías Rivera.
u A pesar de que Caldas viajó a Quito, finalmente hubo de recurrir a un abogado como
apoderado.
77
10
No se conoce el trabajo sobre la Coca.
11
No se conoce este Mapa, pero se sabe de la existencia de una descripción geográfica de la
provincia de Popayán, que es posiblemente el trabajo que cita.
79
18
Parece que redactó la memoria con el fin de impresionar a las autoridades Virreinales
para que lo designaran como acompañante del Barón.
10
Mariano Pérez de Arroyo y Valencia.
00
Miguel Pombo Pombo, quien ha intercedido ante José Celestino Mutis para el éxito del
Proyecto de Caldas.
38
Popayán y jullo 5 de 1801
Señor don Santiago Arroyo - Santafé.
Mi amadísimo don Santiago: dejo a su penetración el júbilo que exitarían
en mi alma la carta de usted y la de nuestro don Miguel Pombo. 1 No dejó de
mezclarse una buena dosis de amargura al verme juzgado del único hombre
que quizá haya en Santafé capaz de entrar en el pormenor de un cálculo de
esta especie y formar juicio. Soy tan cobarde, que confieso a usted que si
hubiera previsto de mi papel sobre la elevación de Guadalupe había de haber
ido a este supremo tribunal, quizá no lo remito. El amor que usted me tiene
lo ciega, mi Santiago; confía demasiado en las luces que supone en un amigo,
y me hace pasar per ignem et aquam. Pero, en fin, lo hace usted por servirme,
por hacer valer mis cosas, por sacarme de la oscuridad en que vivo, y hacerme
conocer. Estos sentimientos son propios de las almas grandes, de esas almas
privilegiadas y exentas del egoísmo y del amor propio. ¡Que no pueda yo
hacer lo mismo con usted! ¡Que viva en un rincón del mundo, en donde cono-
1
Miguel Pombo Pombo.
80
81
CARTAS DE CALDAS - 6
82
83
7
Es la primera alusión al interés de Caldas por recolectar Quinas.
• Camilo Tattes Tenorio.
• Manuel Ignacio Torres Tenorio.
10
Manuel José Jironza.
11
Podría ser la misma aparecida en 1808 en los números 1 a 7 del Semanario (3 de enero
al 7 de febrero de ese año) .
84
39
Popayán y julio 20 de 1801
Señor don Santiago Arroyo - Santafé.
Mi amadísimo Santiago: usted me ha tenido ayer inquieto y con mucho
cuidado; desde que no vi letra suya en el correo, comencé a pensar que usted
85
86
11
La frase con la que Caldas pone de presente sus dudas sobre el fugaz paso de Federico
Alejandro Barón de Humboldt, abre una polémica que aún no ha conduido.
12
Humboldt entró en Santafé el 8 y no el 5 de julio corno anota Caldas.
13
Toribio Rodríguez. Parece que Caldas piensa en aplazar el viaje a Quito para viajar en
compañía de Humboldt.
u Jerónimo Torres Tenorio.
87
10
Zea había presentado en Madrid un proyecto para regresar con equipos de laboratorio
al virreinato.
16
Francisco María Arouet de Voltaire.
17
Dionisia Diderot.
lB Juan Jacobo Rousseau.
•• Nicolás Bergier.
"" M. Sigaud de la Fond.
"'Juan Antonio Nollet.
22
Pedro van Muschenbrock.
"" Manuel María Arboleda Arraechea.
"' Mariano Pérez de Arroyo y Valencia.
20
Camilo Torres Tenorio.
16
Miguel Pombo Pombo.
88
"'No se tienen mayores noticias, ni se conocen los escritos y réplicas que cita esta carta,
referentes a una equívoca polémica en contra de los cultivadores de las Ciencias Naturales.
28
Manuela Santamaría de Manrique.
""Enrique Paulian.
40
Popayán y agosto 5 de 1801
Mi amadísimo Santiago:
En el correo pasado1 anuncié a usted un pequeño viaje que iba a hacer a
mi hacienda de Paispamba, y ahora le digo que se verificó con el más feliz
suceso. Usted es el depositario de mis ideas y de mis trabajos científicos, y es
necesario participarle sin reserva todas mis operaciones. El 22 de julio por la
mañana partí; pero el 21 me había ocupado en una observación decisiva so-
bre el calor del agua en el nivel de Popayán para que me sirviese de término
de comparación con las que proyectaba hacer en las montañas vecinas a Pais-
pamba. En efecto, cuando el barómetro señalaba 22P11 \2, el termómetro su-
mergido en el agua destilada hirviendo a borbotón, el mayor que se puede
conseguir avivando el fuego cuanto es posible, me señaló 75°,65; se repitió la
operación, y siempre se fijó en los mismos 75°,65. Con esta observación preli-
minar partí con mi barómetro, termómetro y agua destilada, de tal pureza,
que resistió la prueba de la solución de plata en ácido nitroso; el viaje duró
desde el 22 hasta el 30; no hubo en estos días un momento de ociosidad, se
consagraron todos a las ciencias, y he aquí los ramos sobre que he trabajado:
Botánica-Describí con la mayor extensión posible el árbol llamado vul-
garmente tiguo, cuya madera es tan abundante, y de la que se hace tanto uso en
nuestras carpinterías; lo mismo hice con el carne·fiambre, del que se forma el
1
Carta NQ 39, también dirigida a Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
89
• Antonio de Ulloa.
• Carlos de LinQeo.
• Ver cartas Nos. 37, 38 y 39.
• En estas latitudes bajas puede conocerse la declinación magnética si se mide con la brújula
el acimut del Sol al ocultarse y si se conoce, por las efemérides astronómicas, o por "tablas", la
declinación del Sol.
6
Realizó igual operación con las estrellas a del Boyero (Arturus) y a y fJ de la Osa Mayor.
90
• La primera carta de Caldas a José Celestino Mutis fue escrita el mismo día que ésta y
es la siguiente (N9 41) de esta colección. Caldas debió haber solicitado el dato a través de
Miguel Pombo Pombo o de Santiago Arroyo.
93
94
10
Jacobo Benigno Bossuet y Tomás de Aquino.
17
Arroyo le anunció los obsequios que habría de mandarle José Celestino Mutis. Humboldt
y Aimé Bonpland se encontraban a la sazón en Santafé.
18
Miguel Pombo Pombo.
95
96
41
Popayán y agosto 5 de 1801
Señor doctor don José Celestino Mutis 1 •
Muy señor mío de toda mi estimación: recibí la primera carta de usted
¿pero qué carta? Dos buenos tubos de barómetro y las obras maestras de Lin-
neo. 2 Este modo de escribir es singular y nuevo; es en un idioma que lo entien-
den las naciones más bárbaras y de que no usan sino las almas generosas.
Confieso que estoy tan asombrado como reconocido. No puedo admirar bas-
tante que un hombre del mérito de usted haya acogido tan favorablemente un
rasgo que remití a mis amigos, que desee escribirme, que sienta no haberme
conocido, que comience a protegerme sin saberlo yo mismo y me dé libros e
instrumentos, esto me hace sospechar que mis amigos, deslumbrados por el
amor que me tienen, han ponderado demasiado los cortos conocimientos que
tengo. Ellos tal vez piensan que van a hacer conocer a un hombre ilustrado y
capaz de tomar parte en las sabias y profundas investigaciones de la natu-
raleza que ha tantos años hacen su única ocupación. Pero yo pienso de un
modo muy diferente. ¡Qué contraste no hay entre los dos! Usted sabio, cono-
cido de la Europa entera, elogiado en el Norte por el digno hijo de Linneo,
apreciado de la Nación, que ha merecido la confianza de nuestro augusto
Soberano, jefe de una brillante expedición cuyos frutos preciosos espera con
impaciencia el mundo sabio; yo, ignorante, desconocido de mis paisanos mis-
mos, pasando en un rincón de la América una vida oscura y a veces miserable,
sin libros, sin instrumentos, sin medios de saber y sin poder servir en alguna
cosa a mi Patria. Esta espantosa diferencia de fortuna y de luces me acobarda,
y solo el conocimiento que tengo de la bondad de usted, unido a la sinceridad
y buena fe con que voy a hablar de mis estudios, pueden animarme. No pre-
tendo parecer sabio, porque no lo soy: no quiero que usted se forme una idea
falsa de mí, juzgándome por los informes apasionados de mis amigos. Esto
perjudicaría demasiado a mi instrucción, porque no podría usted aconsejarme
con acierto. Es preciso que deponiendo todas las ideas que tenga usted de mis
conocimientos, sustituya la descripción siguiente que voy a hacer de ellos.
1
Con esta carta se inicia la importante correspondencia de Caldas con José Celestino Mutis.
• Los libros de Carlos de Linneo, que tanto anhelaba poseer.
98
1
José Félix de Restrepo.
• Flavio Antonio Justiniano.
a Caldas estudió en el Colegio del Rosario en Bogotá, desde 1788 hasta 1792.
• Logró apenas el grado de Bachiller en derecho; aqul reconoce el bajo nivel del grado
obtenido.
1
Entre ellos las "Observaciones Astronómicas" de Jorge Juan.
8
José Jerónimo Le Fran~rais de Lalande. "Astronomla", en 3 tomos, obra que mú tarde
adquirió.
1
Étienne Bézout.
99
100
16
Interesante indicación del porqué de su primer interés por la botánica.
17
Casimiro Gómez Ortega.
18
José Pitton de Toumefort.
10
Antonio Palau y Verdera.
101
42
Popayán y agosto 11 de 1801
1
Amadísimo Santiago: Con el pie en el estribo pongo a usted cuatro letras
para que en el correo inmediato le dirijan a usted ocho pesos en doblones, a
fin de que se pague lo que haya gastado por servirme con tanta fineza; me
llenó tanto en el pasado la Filcsofía Botánica de Linneo,2 y los tubos, que me
olvidé de todo; ahora que estoy más tranquilo, voy a cumplir con esta obli-
gación.
Salude usted de veras a mi Pombito3 y a todos mis amadísimos amigos;
hasta Pasto, de donde espero escribirles. Sepa de paso que va a servir el tubo
de nuestra donación. En fin, manden con la mayor franqueza a su agradecido
y verdadero amigo,
CALDAS
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
1 La obra de Carlos de Linneo y los tubos fueron el envío de Mutis. Ver carta NQ 41.
1
Miguel Pombo Pombo.
43
Quito y septiembre 21 de 1801
Señor don Santiago Arroyo y Valencia - Santafé.
Mi amadísimo Santiago:
Y a estamos separados por doscientas leguas, y la preciosa contestación de
usted retardada; hace mes y medio que no sé del amigo más querido. Si usted
penetrara lo que le amo, si usted supiera hasta qué punto ha llegado mi entu-
siasmo en esta parte, comprendería la incomodidad en que vivo. Pero, ¿qué nos
impide ver nuestras letras con la misma frecuencia que antes? No necesito
sino de que usted corresponda a mi afecto, de que tome el mismo interés por
102
1
Antonio Arboleda Arraechea.
2
Toribio Rodríguez.
103
1
Véase la carta NO 40.
• Se refiere al eclipse total de Luna del 22 de septiembre de 1801, ocurrido en Quito
pasada la media noche del 21.
• José Luis Leclerc, conde de Buffon,
104
8
Juan José Hurtado Arboleda.
"Ciertamente Caldas salió al e.;cuentro de Federico A lejandro Barón de Humboldt en !barra,
pero no habría de acompañarlo hasta Guayaquil.
10
M iguel Pombo Pombo.
44
Quito y octubre 6 de 1801
Amadísimo Santiago: 1
N o puede usted concebir el gusto que tuve al cabo de dos y medio meses
al ver letra de usted. Este tiempo me ha parecido dilatado sobremanera, y ya
tocaba mi disgusto en el despecho. Si el mayor placer que tengo sobre la tierra
es hablar con mis amigos presentes, y escribir y leer cartas de los ausentes, se
compensa muy bien con el dolor de no saber nada de ellos. No me atormente
usted, escríbame mucho y con frecuencia, yo corresponderé a usted con prodi-
galidad: no habrá idea, pensamiento, observación de que no sea usted mi depo-
sitario. Hablemos de su carta de 6 de agosto, y luego seguiremos con mi viaje.
La noticia que usted me comunica de que el Barón de Humboldt sumerge
en el agua hirviendo el termómetro, y rectifica con él la altura del barómetro,
me hace pensar con fundamento que le es conocida la ley de las elevaciones del
licor del termómetro en el agua, y que sabe aplicarla al cálculo de las eleva-
ciones de los lugares. 2 ¡Qué cierto es que nosotros vamos dos siglos atrás de la
Europa! Cuando se nos presenta una idea feliz, que no la hemos visto en los
pocos y viejos libros que llegan a nuestras manos, nos parece que hacemos algo
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• En el diario inédito de observaciones de Federico Alejandro Barón de Humboldt, no apa·
rece anotada la temperatura del agua hirviendo al lado de los registros barométricos.
106
107
108
8
Toribio Rodríguez.
• Camilo Torres Tenorio.
10
Antonio Arboleda Arraechea.
u Juan Mariano Grijalba.
109
45
Quito y octubre 6 de 1801
1
Querido Antonio mío:
¿Con qué recompensaré a usted los cuidados e interés que toma usted por
mis cosas? Yo no tengo oro, ni plata, pero poseo un corazón reconocido, y éste
es el premio que ofrezco a usted por sus servicios; usted conoce demasiado mi
carácter, y son inútiles todas las protestas que pudiera hacerle.
1
Se inicia aquí la correspondencia desde Quito con Antonio Arboleda Arraechea, quien
será su correaponsal en Popayán.
110
112
46
Quito y octubre 21 de. 1801
Santiago1 mío: usted ha puesto toda su atención en complacer a un amigo
que no puede corresponder con otra cosa que con largas y enfadosas descrip-
ciones de lo que ha visto, de lo que piensa, .y aun de lo que lee. La bondad de
usted recibe con placer estas cosas y me recompensa así el tal cual trabajo que
tengo en formarlas y escribirlas. ¡Ah! Santiago, si estuviera yo bien situado,
si tuviera los instrumentos necesarios, si tuviera luces, tendría usted los correos.
más completos y divertidos. ¿Creerá usted que mi reconocimiento, qtle mi en-
tusiasmo por usted ha llegado al punto de no considerar otro espectador en
mis operaciones científicas y en todos mis trabajos? Usted es mi depositario
universal; no hay bajo del sol a quién le hable con más franqueza, ni a quién
le abra con tanta amplitud mi corazón y mis designios. ¿No sería yo un
monstruo si no obrara de este modo con mi mejor amigo? ¿Con un amigo que
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
113
CARTAS DE CAlDAS - 8
• Desafortunadamente se han perdido· las cartas de Santiago Arroyo a Calda., pueo las
noticias referentes a la visita a Santafé del Barón Federico Alejandro de Humboldt serían de
gran valor.
• La carta a Arroyo, que Caldas cree aquí perdida es la N9 40, penúltima de las enviadas
desde Popayán. La que menciona, enviada a José Celestino Mutis, eo la N9 41.
• Las obras de Carlos de Linneo que Caldas recibiera como obsequio de Mutis.
114
115
116
11
Toribio Rodríguez.
47
Quito y octubre 28: 1801.
1
Mi Antonio: ¿cómo quiere usted que sea insensible con un amigo gene-
roso? ¿Podré yo, podrá mi alma sensible ver con frialdad que usted me fran-
quea sus intereses, que me va a hacer un suplemento de consideración y a qui-
tarme uno de los mayores cuidados? No, Antonio mío, no me imponga usted
este terrible precepto, déjeme este dulce desahogo a mi corazón agradecido.
Y o concederé a usted cuanto quiera de mí, menos el mostrarme indiferente
cuando nos separe algún espacio: si usted quiere un silencio eterno, si quiere
que aun parezca estúpido, no tiene usted más que hacer que ponerse cerca de
mí: entonces toda mi gratitud se concentra, mi corazón arde, y mi situación
es terrible; pero cuando estamos separados mi carácter es otro, y necesito des-
ahogarme. Usted es mi amigo y mi grande amigo: ¿Qué pruebas tan grandes
no puedo yo alegar de esta verdad? Usted sabe, mi Antonio, cuánto debo a
usted, y a su casa, y apelo al testimonio de nuestras conciencias. Dejemos este
punto que no acabaría, y tenemos que hablar mucho.
1
Antonio Arboleda Arraechea.
117
118
8
Fernando Berthoud.
0
Rafaela Valencia y Valencia de Arboleda.
10
Vicente Javier, Manuel Esteban y Domingo León Arboleda Valencia.
u Juan José Hurtado Arboleda.
"" Francisco José Arboleda Arraechea.
13
Juana Francisca Arraechta de Arboleda.
119
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
120
121
CALDAS
Toribio9 lo saluda, igualmente a Camilo10 y a Pombo. 8
• Benjamín Franldin.
• José Priestley.
• Antonio Arboleda Arraechea.
• El Barón Federico Alejandro de Humboldt permaneció en lbagué del 21 al 29 de
septiembre de 180 l.
• Pedro Mendinueta y Muzquiz.
8
Miguel Pombo Pombo.
• Toribio Rodríguez.
1
° Camilo Torres Tenorio.
49
Don Francisco Josef de Caldas y Tenorio, vecino de Popayán, ante V. A. 1
con el debido respeto parezco y digo: que después de haber concluido mis estu-
dios de latinidad y filosofía en el Seminario de Popayán pasé a Santafé de
1
Este memorial de Caldas, dirigido al Fiscal, Francisco José de Iriarte, forma parte del
expediente en que solicita licencia para tramitar sus causas sin necesidad de recurrir a un Abogado.
Los tí.tulos que con este memorial remitió fueron radicados el 21 de noviembre de 1801.
122
123
• Con fecha diciembre 28 de 1801 el Fiscal aceptó que se le permitiera defender su propia
causa por su grado de Bachiller en Derecho, pero no actptó que tuviera asiento en loa estrados.
50
Don Francisco Joseph de Caldas Tenorio y Arboleda, vecino de Popayán,
con el debido respeto parezco y digo: 1 Que por una inadvertencia natural no
presenté ante V. A. con los Títulos de grados que he recibido en la Universidad
de Santafé, los documentos por donde consta la limpieza e hidalguía de mi
nacimiento,2 que me hacen acreedor a que V. A. me declare los estrados. Ahora
lo hago para que se tengan presentes en la resolución que se digne V. A. tomar
en el asunto presente.
La Ley Municipal que deniega los estrados al simple Bachiller que no ha
sido examinado por V. A., no habla del que alega y defiende causas del público
y ajenas, no del que representa sus propios derechos; no estoy, pues, en el caso
de esta Ley. Por otra parte, las mismas Leyes así municipales como de Castilla,
en virtud del grado de Bachiller me conceden el honor de defender personal-
mente ante V. A. por escrito y de viva voz las causas que me sean propias: ¿qué
cosa más repugnante e irregular que en la ocasión en que tenga que alegar en
este Superior Tribunal lo haga fuera del lugar honroso en que se vea el Abo-
gado de mi parte contraria? Parece claro que desde que la Ley me da como
Bachiller la facultad de hablar por mí y por mis padres en calidad de Abogado,
me declara los estrados en estas ocasiones.
1
Memorial complementario del anterior, dirigido al Fiscal lriarte, radicado el 2 de di'
ciembre de 1801.
• Documentos que ya había presentado en 1888 para que se le otorgara el privilegio de
recibir la beca del Colegio del Rosario.
124
1
Con fecha 7 de diciembre el Fiscal lriarte responde que por ser bachiller no recibido de
Abogado se le puede permitir defender su propia causa de pie, sin asiento en los estrados.
51
Quito y diciembre 6: 1801
1
Mi Antonio, mi querido Antonio: he visto su preciosa y dolorosa carta:
no es paradoja. Es preciosa toda letra de usted para mí, y es dolorosa al ver
frustradas todas nuestras esperanzas con el Barón. ¿Es posible que no haya
conocido usted a este hombre grande? ¿que no le haya acompañado a todas
partes? ¡Ah! ¡qué dolor para mí y para usted! ¿qué espíritu, qué genio enemigo
de nuestra instrucción habrá dispuesto las cosas de un modo tan contrario a
nuestras ideas? El colmo de nuestras desgracias ha sido que usted no haya estado
en Popayán;2 pero paciencia que yo acá me vengaré, yo le copiaré todo, yo lo
acompañaré a todos los alrededores de Quito y remitiré cuanto pille.
Los encargos de usted avanzan: Samaniego, pintor de genio, ha formado
los diseños de los santos, bien contrastados, equilibrados con sus niños, aptitudes
naturales y expresiones propias; en fin, no perdonó cuidado para que tenga dos
santos buenos o a lo menos que salgamos de la rutina antigua.
¡Que no se me presente una ocasión brillante para hacer sentir a usted el
amor que le profeso! ¡Ah! ¡si mis facultades correspondieran a la llama que
inflama mi alma! Entonces vería usted qué valor tiene una amistad antigua,
sincera, fundada no en el interés, sino en la conformidad de caracteres. Antonio,
yo soy feliz por mis amigos. El cielo me ha dado media docena de ellos; mi
corazón siente las más dulces conmociones cuando hablo, cuando escribo y cuan-
1
Antonio Arboleda Arraechea.
1
Arboleda debió esperar en Popayán el puo de Alejandro de Humboldt, pero hubo de
ausentarse durante los días de la permanencia del Barón en esa ciudad (del 4 al 29 de noviembre).
125
126
52
Quito y diciembre 21 de 1801
Amadísimo Santiago1 mío:
Usted me dice que estaré rabiando porque no me ha escrito en el pasado,
y aseguro a usted que hace mes y medio que nada sé de usted, hasta llegar a
creer que quizá habría enfermado. Y o pienso que nuestras cartas se extravían,
pues hasta El Correo Curioso ha desaparecido: apenas hay correo que me trae
uno u otro número y lo tengo todo trunco. Y o atribuyo esto a que la sus-
cripción está tal vez hecha para Popayán, y allí quedan rezagados: cuide usted
de hacerla para Quito.
En el pasado escribí una muy larga a la ligera, porque se les ocurrió a cua-
tro majaderos meterse en casa casi todo el día del despacho. El objeto de ella
es terrible:. co.ntiene la pérdida de un hermano. Tod:wía echaba sangre la heiida
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
127
128
1
Caldas entregó a Humboldt este mapa y con él completó el Barón su carta del Río Mag-
dalena. En esta forma apareció publicada en el Adas, en litografía de Michaelis. (Plancha N9 24).
'Miguel Pombo Pombo.
10
Informe de Humboldt al Virrey, resultado de la visita practicada el 18 de julio.
11
Marcelino Pérez: de Arroyo y Valencia.
11
Juan Mariano Grijalba.
u Puede referirse a Marcelino Hurtado.
u Jacobo Benigno Bossuet.
11
Isaac Newton.
129
CARTAS DE CALDAS - 9
1
°Caldas salió al encuentro de Humboldt en lbarra.
17
Joaquín Francisco Fidalgo.
53
·Quito y enero 21 de 1802
1
Mi amadísimo amigo: ¡qué ingrato sería yo si no le comunicase cuanto me
ha pasado, y cuanto me ha enseñado el Barón de Humboldt, este joven prusiano,
superior a cuantos elogios se pueden hacer! Me transporté a Ibarra, como anun-
cié a usted, por antelar el momento de conocerlo; salí algún trecho de aquí, y
le hallé el 31 de diciembre de 1801, a las once del día.2 ¡Qué momento tan fe-
liz para un amante entusiasta de las ciencias! Y o fui el primero que me le
presenté, y sin detenerse un instante me preguntó: ¿usted es el señor Caldas? A
lo que contesté lo que correspondía. Desde este instante me comenzó a tratar
con una franqueza y liberalidad sin igual. ¡Qué noticias tan exactas trae de mí
y de mis cosas! ¡qué opinión tan ventajosa formada por los informes de mis
amigos! Y o confieso a usted que mi amor propio nunca me habría sugerido ex-
presiones más honrosas a mis conocimientos. Así que llegamos a Ibarra comí con
él, y públicamente se volvió a mí y me dijo: He -visto Los preciosos trabajos de
usted en astronomía 'Y geografía. Me los han enseñado en Popayán. He -visto
alturas correspondientes tomadas con tal precisión, que la mayor diferencia no
pasa de cuatro segundos. Después que abrió sus cofres, me mostró el manus-
crito de observaciones astronómicas: me hizo notar la que había hallado de Po-
payán con su famoso cronómetro, y luego me dijo: el padre de usted, sin su
consentimiento, me ha enseñado un libro manuscrito, en que hallé una obser-va-
ción de la inmersión del primer satélite de ]úpiter,S calculada; 'Y da La misma
1
Dirigida a Santiago Pérez de Arroyo y Valencia, a Santafé. Se infiere del texto y de las
recomendaciones para José Celestino Mutis, Camilo Torres Tenorio y Miguel Pombo Pombo.
Es la primera carta en que da cuenta de sus relaciones personales con Humboldt.
• Federico Alejandro de Humboldt había salido desde el 22 de diciembre de Pasto, pues
decidió no pasar navidades allí.
• A esta observación de la longitud de Popayán, facilitada por José de Caldas Rodríguez
de Camba, padre de Caldas, ya se ha hecho mención en la carta N9 52, nota N9 6. Humboldt
la comparó con la longitud medida con respecto a su cronómetro y la concordancia a que alude
le dio confianza en las longitudes que venía tomando en la ruta. Ver diario inédito, Libro VII
a et VII b, página 216. Ver "Revista de la Academia Colombiana de Ciencias", N9 51, pá-
ginas 393 a 398.
130
131
10
Pedro Mendinueta y Muzquiz.
u Creado en el mes de junio de 1795, por la Real Cédula de Carlos IV de España.
132
1!! El proyecto de que Caldas acompañe a Humboldt, idea de Santiago Arroyo (ver cartas
N~' 35 y 52) ha crecido notoriamente en la acalorada imaginación del entusiasmado Caldas.
13
José Ignacio Pombo, Prior del Consulado en Cartagena.
10
Ver carta NI' 55 a José Celestino Mutis. En ella Caldas justifica su proyecto en forma
dtferentc.
'"Rosa Tenor[o Torijano de Lazo Mogrovejo.
10
Joaquín Mosquera y Figueroa.
17
Juan Andrés de Luc.
18
Juan Carlos Borda; Caldas lo e~cribe como lo oyó de Humboldt.
133
134
54
Quito y enero 21 de 1802
Mi Antonio/ mi querido Antonio, ¡qué satisfacción por mí saber que este
amigo amado con entusiasmo está ya en Popayán y en el seno de su familia! 2
Y o no podré expresar bastante el gusto que tengo de poseer su confianza y su
amistad, esta amistad fundada en la uniformidad de caracteres, solidada por
una serie de años pasados en medio de la paz y de la buena correspondencia,
y llevada al más alto punto de estrechez por tanta bondad y beneficios que he
recibido de su mano y de su casa. ¡Ah, si mi voz tuviera la fuerza de Jacob en
los últimos momentos para llenar a usted de bendiciones en su posteridad, como
lo hizo ese Patriarca hebreo con la tribu de Judá y con Judá mismo! Ya podría
contar con todas las prosperidades y con todas las coronas del universo. Pero yo
no soy sino un rien entre los hombres; todos mis tesoros se limitan a un corazón,
sensible y agradecido, y esto que poseo, esto pongo en manos del más querido
y del más bello de todos mis amigos. Mi alma está agitada en este momento,
yo siento en mi pecho un volcán de gratitud que me arranca lágrimas de con-
tento sobre este papel. He aquí mi felicidad; pero ésta se disipa cuando me
hallo sin poder derramar sobre esa casa querida cuanto hay de grande sobre la
tierra: esta es mi cruz. Me consuelo al considerar que mi Antonio posee un alma
generosa y grande, que imitador de la Garaye aprecia más el sublime placer de
hacer bien y un sentimiento de una gratitud pura que todas las riquezas del
Oriente. Si yo diera curso a mi imaginación, si dejara desahogar a mi corazón
conforme al temple en que se halla, llenaría volúmenes, y esto sería en perjuicio
de lo mucho, de lo inmenso que tengo que decir a usted del Barón de Humboldt,
de este genio original y raro que ha venido a ilustrar nuestros hogares. Confieso
a usted que cuanto se ha dicho de este hombre grande es muy inferior a lo que
es en realidad. Y o ensancho los límites de mi pobre imaginación, y a pesar de
mis últimos esfuerzos no cabe en mi cabeza el mártir voluntario del galbanismo.
¡Qué astrónomo tan delicado y tan sagaz! He visto gran parte de sus bellos ins-.
trumentos, se ha dignado enseñarme su uso y he tenido el honor de ser su coob-
servador. ¡Cuánto he crecido en esta ciencia predilecta en los pocos días que ha
trato a este Newton, a este Casini3 de nuestra edad! Apenas me conozco. En
1
Antonio Arboleda Arraechea.
• Arboleda estuvo ausente de Popayán en los días de la estadía de Humboldt en esa ciudad.
3
Los trabajos astronómicos del Barón Federico Alejandro de Humboldt, en su calidad
de viajero explorador, se limitaron a la determinación astronómica de la posición geográfica de
los lugares que visitó y al estudio de las refracciones atmosféricas. La comparación con Isaac
Newton o con alguno de los Cassini, parece hoy exagerada.
135
• Caldas no perdi6 el tiempo durante su relación con Humboldt y Aimé Bonpland. Los
apuntes, las tablas, las listas de estrellas que copió, y qu~ aquí menciona, se conservan en el
manuscrito original que posee la Universidad de Antioquia y que publicó en edición facs!mll su
bibliotecario Marceliano Posada.
1
Juan Flamsted.
1
Juan José Hurtado Arboleda. La carta enviada desde !barra no se conoce. En cuanto al
elogio, ver carta NQ 53, nota NQ 4.
• Sobre la observación que José de Caldas Rodríguez de Camba mostró a Humboldt en
Popayán, véase la carta NQ 53, nota NQ 3.
1
Ver nota NQ 5 a la carta NQ 53.
136
137
138
18
Fernando Caicedo y Flórez.
10
Rafaela Valencia y Valencia de Arboleda.
'"'Vicente Javier Arboleda Valencia.
21
Manuel Esteban Arboleda Valencia.
""Domingo León Arboleda Val<ncia.
55
Quito y febrero 6 de 1802
Señor doctor don José Celestino Mutis.
Amadísimo señor y benefactor mío: la llegada del señor Barón de Hum-
boldt a esta ciudad1 ha hecho que mi alma se inflame de nuevo en el más vivo
reconocimiento de usted. Este sabio viajero me ha dado expresivas memorias, me
ha dicho el aprecio que ha hecho usted de mis pequeñas producciones. Y o no
soy capaz de dar a usted una idea justa de lo que ha pasado y de lo que ac-
tualmente siente mi corazón. Mi amor y mi gratitud para con usted han lle-
gado a un grado tan eminente, que ya no son capaces de ningún aumento.
Sería yo un ingrato si no lo hiciera presente así al sabio, al generoso Mutis.
Y o no tengo otras riquezas que un corazón sensible y agradecido, y esto que
poseo, esto pongo en las manos de mi benefactor. Sí, este epíteto glorioso le
conviene a usted por todos títulos. No quiero ahora descender al pormenor
de las acciones que lo comprueban; usted, mis amigos y yo las sabemos dema-
siado. Otro objeto más grande en el mismo género me ocupa enteramente:
él exige todo el celo y toda la protección del primer botánico del Rey católico
1
Federico Alejandro Barón de Humboldt llegó a Quito el 2 de enero de 1802.
139
• Juan Tafalla.
• Hipólito Ruiz.
• José Pavón.
• Juan Byron.
• Jaime Cook.
• Es interesante notar la forma impersonal en la que Caldas presenta a Mutis el plan de
designar un joven para que acompañe a Humboldt. pero una vez que deja ver sus aspiraciones
no pone límite a su ambición, pues de fracasar el plan, propone sea enviado a Santafé a trabajar
con Mutis. Esta parece ser la primera idea de algo que se realizó más tarde.
8
José Pitton de Toumefort.
• Tycho Brahe.
140
10
Aimé Bonpland.
u Pedro Loefling.
12
Carlos Plunier.
12
Nicolás José, Barón de }acquin.
"Nótese el punto hasta donde llega Caldas en esta parte de ese proyecto: la publicación
en el virreinato de los diarios y observaciones, la tarea que incompleta, realizó Humboldt en Paría,
luego de más de veinte años de estudio y documentación adicional.
141
142
19
Miguel Pombo Pombo.
56
Quito y febrero 6 de 1802
Amadísimo Santiago: 1
Con el más vivo dolor de mi corazón no puedo escribir cuanto hay en mi
cabeza ni contestar a mi querido Miguel.2 He recibido las de ustedes y la Me-
moria:3 esto es llenarme de beneficios sin recompensa; esto aumenta mi pena
al ver que no puedo ahora contestar del modo que ellas merecen.
Todo el tiempo me lo ha absorbido en este correo don Manuel María4
·con un ·proyecto que lo va a inmortalizar a él, a su casa y a Popayán. Ha pedido
por mi mano al Barón una lista de libros y una colección de instrumentos; la
ha formado de lo más soberbio que puede imaginarse, y me ha hecho planes
de trabajos futuros que me pueden inmortalizar. Yo estoy fuera de mí, no soy
capaz de pintar mis ideas y mis proyectos. 5
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
2
Miguel Pombo Pombo.
• Puede referirse a la memoria sobre la salina de Zipaquirá, escrita por Humboldt.
• Manuel María Arboleda Arraechea.
• Ver las cartas siguientes, números 57 y 59; información adicional sobre este proyecto se
encuentra en cartas de Arboleda a Arroyo. Ver "Boletín de la Sociedad Geográfica de Colombia"
N9 101, páginas 3 a 15. ·
143
57
Quito y febrero 6 de 1802
1
Amadísimo Antonio mío: He visto la carta de usted, y quedo lleno de
satisfacción sabiendo de la paz y de sus bellas posiciones para armamos de
libros y de instrumentos. ¿Pero son acaso nuevos en usted estos sentimientos?
¡Ah, mi amado Antonio, que son muy cortos los que poseen el entusiasmo por
la sabiduría! No son dignos de ella los que no tienen alma para desearla como
la hemos suspirado nosotros. Sí, mi Antonio, es preciso trabajar, es necesario
sudar, es necesario suspirar por la posesión de este Bien. Dejemos estas refle-
xiones, pues me llaman con imperio las cosas del Barón.
He observado con este astrónomo profundo,2 he visto a Júpiter, a sus sa-
télites, a Saturno, ¿y puede usted persuadirse que nuestros telescopios com-
puestos con nuestras lentes microscópicas son mejores? No hay que dudarlo;
yo vi con los míos duplicado el diámetro de Júpiter y el anillo de Saturno.
¡Ah, que no me hubiera yo traído a pesar del cielo, de la tierra y de Cali entero
esa pieza digna de mejor dueño! ¡Qué genio enemigo de las ciencias presidirá
en la venta de estos instrumentos! Haga usted todos los esfuerzos de que es
capaz un hombre que se precia de amante de la sabiduría para conseguir este
telescopio. 3 Ni García, ni Michaeli, ni Caicedo~ saben lo que tienen. Y o mis-
mo no había formado todo el concepto que él se merece hasta que he visto el
del Barón: a éste le costó el suyo en Londres cien pesos, y no tiene sino dos
1
Antonio Arboleda Arraechea.
1
Hay noticias de la determinaci6n barométrica de la elevaci6n de Quito, hecha conjunta·
mente por Caldas y el Bar6n Federico Alejandro de Humboldt, realizada el 26 de marzo de
1802. "Diario Inédito" Libro VII a et b, página 131.
1
Y a se ha visto el empeño de Caldas en conseguir el anteojo de tres pies de distancia
focal que se encontraba en Cali en poder del Alférez Real. Ver carta NI' 27.
• Manuel José Caicedo y Cuero.
144
145
CARTAS DE CALDAS - 10
17
Sobre el envío de estos instrumentos véase la carta N9 59.
18
En el "Diario Inédito" de Humboldt se encuentra incorporado un cuadro de altura
barométricas de Caldas, Libro V, folio 113, recto y verso.
1
• José de Caldas Rodríguez de Camba.
147
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Miguel Pombo Pombo.
8
En referencia a este elogio del Barón Federico Alejandro de Humboldt, que por lo demás
Caldas ya había comunicado a Arroyo, véase la nota NI' 4 de la carta NI' 53. En el tiempo
en que Pedro Bouguer v Carlos M. de La Condamine, trabajaron en Quito, la Audiencia estaba
adscrita al Virreinato del Perú. ·
• El proyecto en mención había sido expuesto en la carta N~' 53 dirigida a Arroyo y en
la NI' 55 enviada al propio José Celestino Mutis.
148
• Aimé Bonpland.
• Francisco Antonio Zea, enviado por el rey en misión científica poco después de salir de
la prisión de Cádiz.
• Sinforoso Mutis.
8
Localidad situada al sur de Quito.
• Juan Pío Montúfar.
1
°Camilo Torres Tenorio.
59
Chillo y marzo 6 de 1802
Mi amadísimo Antonio:¡.
Usted estará rabiando contra mí porque no le escribí en el anterior: así
piensa su mejor amigo, porque así le sucede a él cuando le faltan las letras de
sus amigos. El progreso de las ciencias entre nosotros, el deseo de que queden
en nuestros hogares algunas luces de las inmensas del .Barón, me ha hecho de-
jar a Quito y seguirlo a esta bellísima casa de campo en que escribo. He aquí
el origen de mi silencio forzado y el motivo de no haber contestado a usted en
el anterior; ahora lo hago aun antes de haber visto en éste carta· de mi Antonio.
V amos a hablar algo de botánica.
La dificultad fundada que usted me propone sobre la clara alias caraqueld;
de ser ésta dioica y su género de 1a monoesia, dejará de serlo cuando sepa usted
que se han suprimidó ya las clases ginandria, monoesia, dioesia y poligámia;
porque es necesario ser Dios para determinarlas por sus caracteres clásicos.
Nuestra planta, que en Popayán es dioica, si usted multiplica las observacio-
1
Antonio Arboleda Arraechea.
149
150
8
Domingo Esquiaqui, Antonio Nariño y José Celestino Mutis.
• Sobre este elogio, ver nota N9 4 a la carta N9 53.
10
La carta de Caldas del alto Magdalena fue incorporada por Humboldt a su Atlas y aparece
en la plancha N9 24.
n Jorge Juan y Santacilia.
J:J Ver neta N 9 7. La memoria sobre los mosquitos está en los folios 24 a 29 del Libro
151
"' La memoria sobre la Platina, motivo de este párrafo sobre el que falta más información,
y que Caldas ha conseguido por obra de Juan de Larrea, se encuentra incluida en el "Diario
Inédito" de Humboldt.
"M. Sigaud de la Fond autor de la "Física Experimental".
"'El manuscrito sobre electricidad está en la página 132, Libro Vll a et b del "Diario
Inédito" de Humboldt.
152
18
V cr la carta N° 56.
17
Conde de Gijón.
18
Copias manuscritas de la lista definitiva se encuentran en el Archivo Central del Cauca
(Colección Mosquera) y en la Universidad Javeriana . La primera de ellas fue publicada en el
Boletín de la Sociedad Geográfica de Colombia, NI> 101.
10
Los instrumentos y libros deberían ser adquiridos en Europa por recomendación de
Humboldt y mediante los buenos oficios de Neville Maskeline en Londres, José Jerónimo Le
Franc;ois de Lalande en París, y Brodhagen en Hamburgo.
153
60
Quito y marzo 21 de 1802
1
Amadísimo Santiago: ¿querrá usted, después de todo lo que hace en ho-
nor y en favor mío, que sea insensible, que no dé este pequeño desahogo a mi
alma conmovida? ¿Pretenderá usted que no use de tiernas expresiones? Quí-
teme usted el corazón que tengo, fúndame en otro molde, y entonces conseguirá
que no diga que Santiago, que el generoso Santiago es mi mejor amigo, que no
soy digno de él, que nada hago capaz de manifestar mi reconocimiento. Cada
correo es un golpe de generosidad, un ejemplo. ¡Ah! Santiago mío, qué bueno
es usted conmigo, qué bueno es mi Miguel! 2 ¡qué bueno es mi Camilo! 3 ¿Para
qué envidio yo la suerte de ningún mortal? Poseo el amor y la amistad de este
triunvirato de la virtud, y esto vale más que el dominio del universo. ¡Qué
feliz soy yo teniendo a ustedes por amigos! Mi garganta se anuda, y comien-
zan mis lágrimas a empapar la carta de usted y la de mi Miguel. Mis amigos
de Quito vieron mi turbación, y me retiré a un aposento solo con las cartas de
ustedes; allí di curso libre a mis lágrimas, y permití este desahogo a este cora-
zón, teatro del amor y del reconocimiento. Doscientas leguas nos separan, y
doscientos puñales atraviesan mi corazón. Jamás he pensado en ser Blanchart,
y hoy miro al arte de este físico como al más necesario para mí, para dejar a
Quito, volar a Santafé, unirme a mi Santiago, a mi Camilo, a mi Miguel. Esta
imaginación me saca de mí mismo, caigo en delirio y comienzo a olvidarme de
mí mismo. Es preciso reprimir a este corazón, es preciso hacer callar a esta
alma abrasada, para poder hablar de otra cosa.
Un verdadero amigo no tiene precio; él es ingenioso para servir a su ami-
go aun en los casos imposibles. Y o intereso a usted en una cosa, es imposible
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Miguel Pombo Pombo.
8
Camilo Torres T enorio.
154
155
15 6
10
Interesante indicación de la depredación "industrial" de la riqueza.
"' Sin embargo, la visita de Federico Alejandro Humboldt a la isla de Cuba ya se había
realizado.
157
158
159
61
Quito y marzo 21 de 1802
Antonio1 querido: me avergüenzo al creer que usted me sospeche de reserva.
¿Puedo reservar algo al más grande, al más generoso y al más antiguo de mis
fieles amigos? No, mi Antonio, no es capaz mi corazón agradecido de estaba-
1
Antonio Arboleda Arraechea.
160
•ver carta NQ 55 en la que recomienda a Santiago Pérez Arroyo y Valencia para que
él y sus amigos intercedan en Santafé ante .losé Celestino Mutis, ante el Virrey Pedro Men-
dinueta y Muzquiz y ante el Consulado de Cartagena para la realización de su proyecto de viaje
en compañía de Federico Alejandro de Humboldt.
• Ver la carta N 9 60 sobre la colecta abierta para costear el viaje de Caldas.
161
CARTAS DE CALDAS - 11
162
1
Camilo Torres Tenorio.
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
3
Miguel Pombo Pombo.
• Ver carta NQ 60 y 61 en lo referente a la suscripción de fondos para el viaje de Caldas.
• Lucio Junio Bruto.
• Marro Porcio Catón.
163
63
Quito y abril 6 de 1802
Mi protector, mi padre: 1 no hallo un epíteto que corresponda a la bondad,
a la virtud del alma grande y generosa del ilustre Mutis. ¡Oh Dios! ¡qué pre-
sente tan grande hicisteis a la América cuando arrojasteis a nuestro continente
al generoso Mutis! Somos unos estúpidos, merecemos el anatema de todo el
universo si el nombre augusto de Mutis se separa en adelante de nuetros labios,
si no le fijamos en todos los lugares. Si su imagen respetable no se ve sobre el
mármol y el bronce en todas las ciudades~ en todos los colegios, en todas las
plazas de nuestra América. ¡Ah! ¡qué grande es Mutis! ¡Que no tenga en mis
manos todas las coronas del universo para acumularlas sobre· su cabeza! Mi
corazón está agitado: yo no como, no duermo; en todos los momentos se pre-
senta a mi imaginación Mutis, el sabio, el virtuoso Mutis. Y a es pequeño mi
corazón para amar a hombre tan grande. ¿Quién pudiera ir de nación en na-
ción a publicar una generosidad de que no tenemos ejemplos en la historia?
Ilustre sabio: recibe estas cláusulas concebidas en los transportes de mi alma
conmovida, como la efusión de un corazón tiernamente agradecido. Padre mío:
sí, lo repito; padre mío, acabo de recibir de vuestra mano bneficios dignos
del padre más amante y tierno. Y a no puedo decir que no tengo protectores.
Si no soy sabio, si no sostengo con honor la gloria del hombre único que tiene
la nación, no tengo de qué quejarme; toda la culpa se imputará a mi pereza.
Muti~.
1
José Celestino
164
• Caldas recibió de Mutis como auxilio una libranza y en comunicación llegada a sus
manos el 3 de abril aceptó el proyecto de viaje condicionado a la aceptación por parte del
Barón Federico Alejandro de Humboldt.
165
• Carlos Montúfar.
166
167
168
64
Quito y abril 21 de 1802
Señor doctor don José Celestino Mutis.
Mi padre: permítame usted este dulce tratamiento. Son tantos los bene-
ficios que he recibido de sus manos, que exceden a los que pudiera haber recibido
del más tierno padre. Mi alma está abrasada con el más vivo reconocimiento;
no puedo separar un instante al generoso Mutis de mi memoria. ¡Qué fiel es
mi corazón! Cuando estuve en: esa ciudad en 796, que vi a usted en muchas
concurrencias sagradas, olvidando la santidad de los lugares fijaba mis ojos,
meditaba sobre el exterior del sabio Mutis: un secreto placer me arrebataba y
no me cansaba de mirar al padre de nuestros conocimientos. Si fuera estatuario
o pintor, creo formaría en Quito el retrato del ilustre Mutis. Tan fijos tengo
en mi memoria los rasgos de ese rostro tranquilo y venerable. Cuando comienzo
a hablar de usted me vuelvo inagotable, y es necesario hacer callar a esta alma
agitada, a este corazón reconocido para poder hablar de otros asuntos.
Ya sabrá usted la suerte desgraciada de nuestros proyectos. ¡Pero qué le-
jos están del sabio Mutis las causas que han arruinado esta empresa! En mi
anterior, por efecto de moderación y de mi crianza, manifesté a usted la dife-
rencia del carácter del señor Barón1 y del mío: es verdadera, no quise adelan-
tar el paralelo, y me contenté con esto. Pero pensando con más reflexión sobre
el asunto, he creído debo hablar al autor de mi fortuna con una franqueza
digna de un hijo agradecido. Confieso que mi pluma se resiste, y solo el amor .
de mi honor y el de la verdad me hacen revelar a usted un secreto abominable.
¡Qué diferente es la conducta que el señor Barón ha llevado en Santafé
y Popayán de la que lleva en Quito! En las dos primeras ciudades fue digna
de un sabio; en la última es indigna de un hombre ordinario. El aire de Quito
está envenenado: no se respiran sino placeres; los precipicios, los escollos de
la virtud se multiplican, y se puede creer que el templo de Venus se ha tras-
1
Federico Alejandro Barón de Humboldt.
169
170
172
18
Juan Andrés de Luc.
10
Nicolás Luis Lacaille.
20
Jorge Luis Leclerc, conde de Buffon.
173
65
Quito y mayo 6 de 1802
Mi protector: 1 cuando usted vea ésta sabrá las verdaderas causas de mi
desgracia, sabrá el plan de mis nuevas ideas, de estas ideas que me arrebatan
y que me inflaman. Ahora añadiría otras muchas bien importantes a las que
contiene mi Memoria sobre el plan de 'lliaje, pero usted es demasiado sabio
para penetrarlas, y no necesita de que yo las apunte.
El señor Barón de Humboldt me propuso compra de su excelente cuarto
de círculo que mantiene en Guayaquil. El corazón me palpitó al oír esta oferta
ventajosa. Un montón de pensamientos se apiñan en mi cabeza en ese mo-
mento. ¿Llegaré a poseer esta obra maestra de Brid?! He aquí un instrumen-
to necesario a mi plan, ya no se necesita que el sabio Mutis se deshaga del que
posee,3 se ha ahorrado un transporte difícil y costoso, yo puedo comenzar mis
trabajos sobre el cielo austral, sobre las refracciones astronómicas, puedo lle-
gar antes del 20 de junio, puedo hacer una observación solsticial, puedo ...
¡Ah! ¡qué grande pensamiento! Puedo observar por mucho tiempo la distancia
de E de Orión al zenit de la torre de la Merced de Quito con un instrumento
que da las alturas dentro de dos segundos; puedo hacer igual observación en
la torre de la Catedral de Cuenca. La importancia de estas dos observaciones
debe conmover a Mutis. Los Observatorios de Mira y de Cotchesqui, igualmen-
te que el de T arqui, se perdieron para siempre. Situados en unos pueblos mi-
serables, que mudan de forma todos los años, se ignora el lugar en que ad-
quirieron tanta gloria Godin, Bouguer, de La Condamine, Juan, Ulloa. ·En
toda la extensión de la meridiana no hay más que dos puntos conocidos, la
torre de la Merced de Quito y la torre de la Catedral de Cuenca. Por fortuna
174
• En otras palabras, Caldas desea repetir las observaciones astronómicas que los académicos
franceses Luis Godin, Pedro Bouguer y Carlos M. de La Condamine, y sus compañeros españoles
Jorge Juan y Santacilia y Antonio d~ Ulloa, realizaron durante la medida del arco del Me-
ridiano en la vecindad del Ecuador. Se refiere a la estrella • Orionis, y a "la mano de Antinoo",
(J de Antinoo. La denominación Antinoo ha desaparecido del uso astronómico; las estrellas de
esta constelación están hoy incluidas en la constelación del Aguila; 6 de Antinoo es hoy (J Aquilae.
• Francisco Javier de la Fita y Carrión. La "Catedral antigua" como se le llama hoy, no
fue derribada; se conserva como \·aliosa joya histórica, si bien sólo en calidad de iglesia
parroquial.
• En los días de Caldas la Presidencia de Quito pertenecía al Virreinato de la Nueva
Granada; en los tiempos de la medida del arco de Meridiano (1736 a 1754), ese territorio
estaba adscrito al virreinato del Perú.
175
7
El Cuarto de Círculo de John Bird fue principalmente pagado con fondos de Josr
Ignacio de Pombo.
• Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Migueí Pombo Pombo.
10
Sinforoso Mutis.
176
u Faustino D'Eihuyart.
12
Francisco Antonio Zea no regresó de España a reintegrarse a la Expedición Botánica; fue
poco después nombrado Director del Jardín Botánico de Madrid 'en reemplazo de Cavanilles.
Véase la nota NI' 1 a la carta NI' 69 para la fecha de agregación de Caldas a la Expedición
Botánica; Caldas llegó finalmente a Santafé en enero de 1805.
'" Carlos de Linneo honró el nombre de Mutis al designar así la Mutisia.
177
CARTAS DE CALDAS - 12
1
Juan José Hurtado Arboleda.
• Antonio Arboleda Arraechea.
• En el códice que conserva la Universidad de Antioquia, formado con manuscritos de
Caldas, se encuentran los apuntes mencionados aquí, que en Quito copió de los libros de
Federico "Alejandro Barón de Humboldt y de Aimé Bonpland. Los autores citados son Antonio
Palau y Verdera, Jorge Leopoldo Cristino Federico Dagoberto Cuvier y Carlos de Linneo.
• Renato Antonio Ferchault de .. Réaumur.
178
1
Carlos Montúfar.
• Ver las cartas Nos. 63, 64 y 65, dirigidas a José Celestino Mutis en lo referente
a los planes de viaje propuestos a raíz de la negativa de Humboldt de llevarle como acom·
pañante científico.
1
Flora .del Perú, por Hipólito Ruiz y José Pavón.
8
Carlos Luis Willdenow.
179
67
Quito, junio 3 de 1802
Mis amados páter 1 y Antonio: 2 ¡Qué correo el que acabo de recibir! Está
mi alma oprimida de dolor. Mi Antonio sin su padre político,3 mi amada doña
Rafaela4 huérfana, el abate . . . mis ojos se anegan. ¡Oh amistad! si eres el su-
premo bien sobre la tierra, arrastras consigo los dolores más acerbos. ¿Perde-
remos a este virtuoso, a este querido amigo? ¡Mi abate, mi abate! Ahora siento
el peso de mi amor. ¿Cuándo saldré de este estado de incertidumbre y desespe-
ración? Las horas se me vuelven siglos. ¡Ah día 19 de junio! Yo tiemblo,
deseo que llegue con precipitación; le temo. ¡Qué suerte, mis amigos! Estaba
para poner fin al número de los que tengo, por no padecer con sus desgracias.
No han corrido nueve meses que dejé mi patria, y ya me veo con TomásCi
menos, y el abate en las puertas de la muerte. Cien leguas me separan, cien
leguas me privan del consuelo doloroso de verlo padecer. No me es permitido
regar con mis lágrimas las ceni:ias . . . ¡Oh Dios! ¿seré tan desgraciado que le
pierda? Detén, Dios de bondad, este golpe terrible~ No castiguéis nuestras
miserias sacrificándoos esta víctima inocente. Permitan ustedes esta efusión de
mi corazón, debida a la amistad.
Estoy tan abatido, que no quisiera hablar sino llorar sobre mi abate. Esta
sensibilidad de mi alma hace mi suplicio. Pero dejemos un momento este objeto
de ternura y de dolor, para decir a ustedes cuatro palabras de Humboldt.
Este ingrato pueril parte el 8 de éste para Lima.6 Yo me alegro de perder
de vista a este despreciador de su amigo. Algún día sabrán ustedes las causas
y se asombrarán al ver que los hombres más grandes tienen debilidades. Por
ahora no es posible decir nada; dos días me restan, y en ellos he de copiar
1
Juan José Hurtado Arboleda.
1
Antonio Arboleda Arraechea.
·a Joaquín Francisco Valencia Sáenz del Pontón.
• Rafaela Petrona Valencia Valencia de Arboleda.
• Tomás Antonio Quijano García de Lemos.
• Federico Alejandro de Humboldt continuó por tierra el viaje al Perú.
180
68
Quito y junio 21 de 1802
1
Mi padre: sí, a usted conviene en todos sentidos este dulce tratamiento.
Sería yo un ingrato si lo rehusara al generoso Mutis. ¡Ah! no puedo traer a
mi memoria lo que debo a usted sin conmoverme. ¡Qué grata me es la me-
moria de Mutis! El fuego que me anima lo he comunicado a cuantos me ro-
dean. Y a tiene usted a todos mis amigos y a todos mis conocidos por sus ado-
radores. No puedo dejar de hablar y de pensar sobre el objeto de mi amor. Este
acaba de inflamarse con la última de usted de 21 de mayo. ¡Cuánta es la bon-
dad, cuánta es la sabiduría de esta preciosa carta! La leo, la releo, no me canso
de leerla y quiero grabar sus expresiones sobre mi corazón. Ilustre sabio, ¿cómo
1
José Celestino Mutis.· ·Esta carta es la contestación a la fechada . en 21 de mayo en la
que recomienda el estudio de las fluctuaciones barométricas. La carta de Mutis se conoce frag-
mentariamente.
181
• Alejandro de Humboldt, Aimé Bonpland y Carlos Montúfar se dirigieron hacia Lima por
la vía de Cuenca, Cajamarca y Trujillo.
• Carlos M . de La Condamine.
• Esta excursión al Pichincha mvo lugar el 28 di' mayo, la anterior, en la que Caldas no
acompañó al Barón había tenido lugar dos días antes.
182
184
69
Quito y julio 6 de 1802
Señor doctor don José Celestino Mutis.
Mi padre tierno: este será el tratamiento con que me honre toda mi vida,
y éste el que daré a usted mientras viva. ¡Ah! sería un monstruo de ingratitud
si no obrase de esta manera. Cada correo está señalado con un beneficio de
185
186
' José Celestino Mutis había realizado previamente en Santafé observaciones de estas fluc·
tuaciones horarias de la presión atmosférica. Véase el estuclio de Juan de Dios Carrasquilla.
187
188
• Se destaca aquí la concepción global que Caldas tenía de los fenómenos de la naturaleza,
bien distinta de la simple recolección local de datos.
• La escala de temperatura, aún usada en algunos países, que lleva el nombre de Gabriel
Daniel Fahrenheit.
7
· Renato Antonio Ferchault de Réaumur.
8
No ha sido posible localizar este manuscrito; sin embargo, algunas de las observaciones,
calculadas posteriormente en · el Observatorio de Santafé, fueron publicadas por Caldas en el
Semanario.
• La observación de la medida angular, reducida al centro de la Tierra, entre la Luna y el
Sol, e'dis_tancia" de la Luna al Sol), comparada con unas efemérides, permite conocer el instante
de la observación y de éste la · longitud del lugar. Era uno de los métodos usados en la nave·
gación de alta mar.
189
10
Quito y julio 21 de 1802
Señor doctor don José Celestino Mutis.
Padre amadísimo: he leído con el mayor respeto la de usted de 21 de junio,
que miro como un código de preceptos que cumpliré con la mayor fidelidad.
Ya habrá visto usted a la fecha mis modos de pensar sobre el viaje pro-
yectado, y que no se hará de otro modo, sino como agrade y prescriba usted.
No veré a Méjico; pero tendré un inmenso material que poner en manos de
usted, recogidos en esta Provincia, en Guayaquil, Barbacoas, San Buenaventu-
ra, Panamá, Portobelo, Cartagena y Santafé, y esto me par.ece un gran círculo
para ensayo de mis observaciones. 1 La botánica tiene en él la mejor parte, pues
son países fecundísimos, y que muy pocos han visitado. Y o me detendré, como
usted quiere, todo el tiempo necesario para re.cbger las producciones vegetales
de esta Provincia, lo que ya he comenzado a verificar, y sobre lo que voy a ha-
blar a usted largamente.
1
Tampoco habría de realizarse en au rotalidad este plan reducido de viaje que fiDalmente
Mutis aprobó.
190
192
1
Caldas, que ha.bía pedido ya a Mutis un acompañante para el viaje, omite en ésta contarle
que partió de Quito "acompañado de D. Manuel Aguilar, cadete abanderado, de las compañías
de esta ciudad, joven de bellísima índole, educación y amante a instruirse en mis ramos. Este
bello joven ha tenido la bondad de acompañarme en mis más penosas observaciones, y en todas
las que exigen un (observador ... ) ", como lo consigna reconocidamente en su diario de viaje.
• Una empresa en que estaba empeñada la progresista administración del Presidente de la
Audiencia, Barón de Carondelet, y a la que Caldas prestaría colabora-ción.
193
CARTAS DE CALDAS- 13
72
!barra y septiembre 23 de 1802
1
Mi amadísimo y generoso benefactor: considero a usted deseoso de saber
de mí y de los progresos de mi expedición, y yo no lo estoy menos de dar cuen-
ta exacta de mis operaciones. No es posible mantener una contestación sin in-
1
José Celestino Mutis.
194
• Caldas no recibió los instrumentos de la antigua comisión de límites que había solicitado
pero Mutis le envió algunos de los que tenía en Santafé.
1
}Olé de Jussieu.
' Juan Bautista Pedro Antonio de Monee de Lamardc.
1
El dibujo de la montaña de lmbabura está m el original de esta carta que se conserva
en el Jardín Botánico de Madrid; no fue publicada en las recopilaciones epistolares de Mendoza
Posada o Hemández de Alba.
195
196
197
198
73
Otavalo y noviembre 7 de 1802
1
Mi amadísimo protector: concluidas mis operaciones en diversos géneros,
y al parecer agotados los vegetales de Ibarra, dejé a esta villa, y me transporté
a Otavalo, para reconocer la montaña de Mojanda, abundante de plantas, y que
creo es la base de un volcán apagado, y tal vez primitivo; por ver el lago de
Cuicocha; y al mismo Cotacache por el Sur. Ha como tres semanas que existo
en este bello asiento trabajando en los objetos de nuestra expedición. No he
avanzado como pensé, porque llueve casi sin interrupción; los caminos son de
lo más malo de América, en un terreno gredoso y desigual, las nubes me roban
las montañas y los astros, y apenas puedo dar un paso en la astronomía y la
geografía. Pero por fortuna los rigores del invierno no dañan al objeto favo-
1
José Celestino Mutis.
199
2
Se refiere al eclipse parcial de Luna del 11 de septiembre.
3
Guillermo José Jacinto Juan Bautista Gentil de la Galaisiere.
200
201
202
8
Juan Domingo Cassini.
0
Jorge Jerónimo Le Frans;o!s de Lab.nde.
10
Sinforoso Mutis.
11
Miguel Pombo Pombo.
u Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
13
Se designaba como "primer meridiano" aquel al que se habrían de referir las longitudes
astronómicas en la carta de un país. El meridiano del Observatorio de Santafé cumplió ese
cometido en los días de la Comisión Corográfica y en los mapas elaborados por la Oficina de
Longitudes. Hoy día lo cumple como origen de las coordenadas rectangulares para las cartas
del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, en las que, naturalmente, las longitudes están refe-
ridas al "meridiano de Greenwich".
203
" Con la llegada del telescopio y demás instrumentos enviados por Mutis desde Santafé
está Caldas en posesión de un instrumental de primera categoría. Ver nota N Q 1O a la carta
NQ 68 . .
'" José Ignacio de Pombo.
0
' El microscopio que acaba de recibir Caldas fue el primero introducido al Ecuador.
204
74
Otavalo y noviembre 7 de 1802
Señor don Santiago Pérez de Arroyo y Valencia - Santafé.
Santiago amado: después de tres meses de un absoluto olvido de usted, he
visto letra de un amigo tan amado. Parece que Santiago no se ha formado la
idea verdadera del amor . que le tiene Caldas. ¿Sabe usted cuánto le amo? Si
lo supiéra correspondería usted, me escribiría despacio y con frecuencia. ¿Por
qué es usted tan cruel conmigo negándome o escaseándome unas letras que
hacen mi felicidad? Si Caldas no escribe alguna vez, debe usted suponerlo ane-
gado en ocupaciones que no puede posponer. Usted mismo me reprendería
si obrase de otro modo. Enmiéndese usted, y espero cartas bien largas todos
los correos.
Usted tiene sobrada razón para indignarse contra los peruanos que han
dado a Godoy, Porlier 1 y a tantos majaderos el honor que solo merecen Mutis,
Jussieu,2 Wildenow.3 ¡Qué abuso poner los nombres de unos hombres ignoran-
tes y oscuros en la república de las letras en general, aliado de Buffón,4 Tour-
nefort," Linneo! 6 Pero consolémonos, el mundo sabio hace justicia, y todos los
1
Hipólito Ruiz y José Pavón, de la Expedición Botánica del Perú, siempre más acuciosos que
José Celestino Mutis, lograron la publicación de la "Flora del Perú y Chile" y mantuvieron más
estrecha relación con España, no dejando de honrar a los políticos Manuel Godoy y Antonio
Porlier.
~ José de Jussieu.
3
Carlos Luis Willdenow.
'Jorge Luis Lederc, conde de Buffon.
• José Pinon de Toumefort.
• Carlos de Linneo.
205
7
María Luisa.
8
Federico Alejandro Barón de Humboldt.
0
Juan Bautista Pedro Antonio de Mcnet de Lamarck.
1
°Federico Gmellin, anotador de Linneo. Alude a un género botánico bautizado por Linneo,
por sugerencia de Mutis, para recordar a Antonio Escallón y Flórez, discípulo de Mutis. Ver
correspondencia de Mutis a Linneo.
u Antonio José Cavanilles.
1!1 José Félix de Restrepo.
18
Tomás Antonio Quijano García de Lemos.
"Todo lo contrario de lo que juzgó Caldas; la intervención en favor de Mutis le abrió a
Francisco Antonio Zea el nombramiento de segundo botánico en el Jardín Botánico de Madrid y,
a la muerte de Cavanilles, el nombramiento como director de aquel establecimiento. La memoria
de Zea fue publicada en Madrid en 1800 y la "Flora de Bogotá" no se publicó nunca.
206
75
Otavalo y noviembre 17 de 1802
Mi amadísimo y respetable amigo: 1 yo jamás puedo atribuir la falta de
contestación de parte de V.S. a otra causa que a los sabios, complicados e im-
portantes trabajos que le ocupan todos los momentos. La preciosa carta que
acabo de recibir es la mejor prueba de lo que digo. V.S. se sacrifica por el
1
Federico Alejandro, barón de Humboldt. Caldas debió escribir a Humboldt otra carta que
este contestó, al parecer con retardo, desde Trujillo, con fecha 30 de septiembre, cuya existencia
se conoce por referencias solamente. Se transcribe esta carra en la forma fragmentaria, le falta el
final, tal como se conserva entre los papeles del "Diario Inédito" de Humboldt.
207
----
• Humboldt, durante la permanencia de Bayreuth había hecho experimentos sobre el gal·
vanismo, llegando hasta aplicarse electrodos en su propio cuerpo, para explicar la naturaleza de la
llamada "electricidad animal" pero sin alcanzar los resultados a que llegó Volea en 1795. El trabajo
de Humboldt "Experimentos en el Músculo excitado y fibras nerviosas con Conjeturas sobre el
Proceso Químico de la vida en el Mundo Animal y Vegetal", apareció en 1797.
0
Ver nota N9 8 a la carta N9 67.
' Aimé Bonpland.
r. Ver nota· NQ 10 a la carta NQ 68.
•su acompañante científico (Ver nota N<:> 1 a la carta NQ 71), había enfermado y muy
seguramente dejó a Caldas.
7
Antonio de Ulloa, Pedro Bouguer y Carlos M . de La Condamíne.
208
209
CARTAS DE CALDAS - 14
210
76
Ota valo y noviembre 22 de 1802
Señor doctor don José -Celestino Mutis.
Mi amadísimo y generoso benefactor: precipitadamente voy a decir a usted
mis ocupaciones en estos quince días últimos, porque el correo en estos pueblos
miserables apenas se detiene una o dos horas.
Verifiqué ya mi subida a Mojanda, montaña al sur de Otavalo que toca
ya con el término de la vegetación; todo él erizado y despedazado. Desde que
le vi sospeché que fuesen las reliquias de un antiguo volcán, y acabo de confir.
marme en mi pensamiento. El cráter es manifiesto a todos los que sepan ver a
la naturaleza, y no sus apariencias. Toda la cima está cercada de una cresta
de piedra que hoy sirve de bordas a una espaciosa laguna, y que en los siglos
anteriores fue el foco del volcán. M. M. Bouguer, de La Condamine1 ni le
nombran, ni le pintan en sus cartas. Y o la he medido geométricamente; aún
no he calculado, pero a mi estima no baja de diez varas de diámetro. Y o
estoy hallando arroyos, montañas, lagos, volcanes mismos que han olvidado
estos sabios.
He bajado una abundante cosecha de plantas que actualmente describo
y esqueleto. Creo que el género Loasa merece reformarse en más partes. El es
formado sobre una sola especie; yo acabo de hallar una en Mojanda, con los
nectarios tan diferentes de la descripción, que apenas se parecen; tiene tres
estigmas, y las hojas aovadas y opuestas en arpa; no pincha. ¿Quién sabe si los
peruanos le han hallado? Ella habita en una grande elevación; yo le vi entre
18 y 19 pulgadas de mi barómetro. Abunda una especie de Molina sin hojas,
el tallo alado, con tres de éstas semiovales y semicirculares altemadamente, los
ramos alternos, erectos; las flores sentadas, la más veces solitarias, rara vez
de dos en dos. He bajado dos Andrómedas, un V acciniez.• un Plantago suma-
mente pequeño con otras muchas que aún no he examinado.
La astronomía ha dado un paso. El telescopio que usted ha confiado a mis
manos se ha estrenado con el paso de Mercurio por el disco del Sol.2 Usted
1
En la carta N9 75 se alude a que Pedro Bouguer, Carlos M. de La Condamine y otros
viajeros no pusieron atención al territorio que Caldu uplora ahora.
"Ver nota N9 10 a la carta N9 75.
211
• En el original hay un dibujo del disco del Sol con las posiciones de Mercurio numeradas
en concordancia con el tezto.
' La aquí consignada, y una referencia en el estudio sobre la importancia de la cochinilla,
página 267 de la edición de la Universidad Nacional, son las únicas alusiones de Caldas a esta
carta del Barón Federico Alejandro de Humboldt. Ver nota N~' 1 a la carta 75.
77
Quito y enero 6 de 1803
Señor doctor don José Celestino Mutis.
Mi amadísimo y generoso benefactor: cuatro meses ha que vivo en una
duda continua y absoluta de usted, y de cuanto pasa en Santafé. ¿Se ha olvi-
dado de mí el ilustre Mutis? ¿No sabe que Caldas está consagrado y ya no
existe sino para aumentar, si es posible, su gloria? ¿Por qué un silencio tan gran-
de y tan dilatado? No sé si han llegado a sus manos muchas larguísimas que
son un extracto de mis operaciones y de mis trabajos/ y no sé si vive mi ilustre
benefactor. ¡Qué duda tan cruel para un corazón que ama a usted con entu-
1
A juzgar por la fecha de la carta anterior a Mutis es probable que se hayan perdido dos
cartas de Caldas. ·
212
• Santiago Pérez de Arroyo y Valencia y Miguel Pombo Pombo, los fieles corresponsales
de Santafé.
• Sinforoso Mutis y Salvador Rizo.
• La salida de Otavalo hacia Quito fue el día 18 de diciembre.
• La observación de la distancia cenital del Sol fue hecha el 21 de diciembre.
• Aimé Bonpland.
7
Esta excursión al Pichincha se realizó el día 2 de enero. Caldas la hizo en compañía de
José Mejía del Valle y Anastasia Guzmán.
213
78
Quito y enero 6 de 1803
Amadísimo Santiago: 1
¿Es posible que usted, Pombo,2 toda la casa de Mutis8 y todo Santafé se
hayan olvidado absolutamente de Caldas? ¿Se puede creer que unos amigos
tiernamente amados no me hayan puesto una letra en el espacio de cuatro me-
ses? ¿Que a pesar de haber escrito yo tantas, no se me haya contestado una
sola? ¿Para qué apoyar con tanto calor mi expedición en su origen? ¿Para qué
apoyar todos los esfuerzos de una amistad verdadera, y caer en una apatía, en
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
1
Miguel Pombo Pombo.
1
José Celestino Mutis.
214
79
Quito y febrero 20 de 1803
Mi generoso benefactor: muchas he escrito a usted, y ha más de siete
meses que ignoro el estado de su salud y miras científicas. Este largo silencio,
que tanto me aflige, lo atribuyo a las graves e importantes ocupaciones de
usted; la Divina Providencia permita sea esto solo, y no tengan en esto ninguna
parte las enfermedades.
Yo trabajo sin intermisión en todos los ramos que hacen el objeto de mi
viaje. Desde el mes de diciembre del año pasado me restituí a Quito, en donde
me he mantenido hasta el día, haciendo salidas a los lugares más abundantes
de plantas, y aprovechando los instantes que dejan libres las nubes, en mis ob-
servaciones astronómicas. En esta parte he sido más feliz que el señor Barón
de Humboldt. Este sabio apenas consiguió en su larga residencia aquí dos in-
mersiones de los satélites de Júpiter, y yo ya puedo gloriarme de muchas.
Actualmente trabajo en los preparativos para la observación del eclipe de sol
q:ue se verificará mañana. Si el cielo me es favorable, tendré un hecho de qué
concluir la longitud de esta ciudad de un modo satisfactorio, si usted en San-
tafé, si Tíscar en Cartagena y Humboldt en Guayaquil consiguen el mismo
fenómeno. 1
Las noticias que frecuentemente hemos recibido del señor Barón de Hum-
belde nos enseñan que la fama del Perú y de su capital ha sido exagerada por
todos los viajeros que le han precedido, y qué no merece la visita de un filósofo;
él se halla al presente en Guayaquil próximo a embarcarse para Acapulco; dice
que el suelo es fecundo en producciones naturales, que casi han agotado Tafalla
· y Manzanilla,3 continuadores de la Flora del Perú. Estas noticias y mis nuevas
reflexiones sobre los países por donde debo transitar, me han hecho variar con-
siderablemente de plan de viaje, que voy a proponer a usted y que espero se
aprobará.
1
El eclipse del Sol del 21 de febrero de 1803 fue visible como parcial en estas regiones de
la América. Ciertamente Juan de Tiscar y Valle, oficial de la Expedición de Fidalgo lo observó
en Cartagena, y como Fcrrer lo observó en La Habana. pudo calcular la longitud de Cartagena.
En lo que respecta a las observaciones de satélites de Júpiter hechas en Quito en 1803, estas fueron
publicadas en el Semanario. (Preliminares para el Almanaque de 1811).
2
Por esre comentario puede pensarse que el Barón Federico Alejandro de Humboldt escribió
a Caldas con posterioridad al 30 de septiembre.
1
Juan Tafalla y Juan Agustín Manzanilla.
216
• Luis Francisco Hécror, barón de Carondelet. En oficio del 21 de julio de 1802 comunicó
al corregidor de lbarra José Posse Pardo que ha comisionado a Antonio Melo para la e:rploración
del Camino de Malbucho.
• José Pérez Calama. También el Corregidor de !barra, José Posse Pardo, tuvo que ver en
la promoción de esta empresa.
• Carlos IV de España.
7
Antonio Melo.
1
La Presidencia de Quito estaba bajo la jurisdicción del Virrey en Santafé, en ese entonces
Pedro Mendinueta y Muzquiz. ·
217
• Conde de Gijón.
10
Ya en 1788 el Cura de Nóvita, Gabriel Arrachatagui, había abierto una zanja entre las
quebradas Perico y Raspadera uniendo así las cuencas del Atrato y del San Juan. Caldas se interesó
en varias ocasiones (Humboldt también) en la posibllidad de esta vía fluvial interior que comu-
nicaría dos océanos.
80
Quito y abril 21 de 1803
Mi sabio protector: ha ocho meses que no veo letra de usted. ¡Qué aflicción
para un joven que ama con ternura a usted! Muchos puntos de la mayor im-
portancia están todavía indecisos. El último plan de viaje que propuse a usted
aún no tiene la aprobación. El verano se acerca, y me expongo a perder la más
bella estación del año, y he resuelto salir de Quito en los primeros días de junio
para Barbacoas, Iscuandé, etc., etc. Pienso pasar a Pasto, y detenerme aquí al-
gunos días por ser país muy abundante de plantas. En él recogeré las últimas
que formarán mi primera colección que remitiré por mano del doctor Arbole-
da, provisor de Popayán. 1
1
Manuel María Arboleda Arraechea; se refiere al nuevo "plan de viaje" que formuló a
Mutis en la carta N9 79.
218
• La Memoria sobre la Geografía de las Plantas que Federico Alejandro de Humboldt envió
a Mutis a través de Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre, y de Caldas, fue publicada
en el Semanario de Santafé con una "Prefación" de Caldas, escrita en noviembre de 1810. El
trabajo de Caldas "en el mismo género" es la "Memoria sobre la Nivelación de las Plantas
que se cultivan en la Vecindad del Ecuador", fechada en Quito el 6 de abril.
1
Camilo Caldas Tenorio.
'No se conocen estas cartas de Federico Alejandro de Humboldt, quien hizo los despachos
a Mutis que se mencionan, desde Guayaquil, antes de embarcar hacia Acapulco el 15 de febrero
de 1803 .
219
1
Pedro Mendinueta y Muzquiz.
• Aimé Bonpland.
220
82
Quito y mayo 21 de 1803
Señor doctor don José Celestino Mutis.
Mi generoso protector: acaba de entregarme el señor Marqués de Selva
Alegre la adjunta del señor Barón de Humboldt/ que ha traído el barco que
lo lleva a Acapulco. Este sabio ha llegado con felicidad, y a la fecha le consi-
dero en Méjico.
1
La carta de Federico Alejandro Barón de Humboldt a Mutis, que Caldas recibió de
manos de Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre, no se conoce.
221
83
Quito y julio 6 de 1803
Mi generoso protector: aunque no me hallo todavía bien restablecido de
la enfermedad de que he hablado a usted en mis antecedentes,1 parto dentro
de cinco o seis días para Malbucho2 en solicitud de las quinas que se crían en
estos bosques. Y o me veo obligado por mi honor, y mucho más por la gloria de
usted, a dar este paso violento en las circunstancias presentes, porque los botá-
nicos3 continuadores de la Flora del Perú caminan de Guayaquil para ésta en
solicitud de las mismas quinas, y sería vergonzoso que estando un depen-
diente de la expedición de Bogotá en Quito, viniesen los peruanos a desflorar
estas selvas. ¡Qué insultos, qué injurias no vomitarían Ruiz y Pavón contra
nosotros si se verificasen mis temores! Con menos motivo han querido deprimir
el mérito y la gloria que con tanta justicia tributan a usted los sabios, en la
infame producción que acaba de ver la luz con el título de Continuación a la
Quinología. Los resultados de este pequeño viaje los verá usted con la mayor
prontitud.
El catedrático de filosofía del Colegio Seminario de San Luis,• adorador
del mérito y de las producciones de usted, joven de luces, de un talento vasto,
y propio para las ciencias naturales me consultó acerca de una dedica~ón que
quería hacer a usted de un acto de conclusiones de física y de botánica. Me
alegaba que no había tiempo para consultar a usted y pedir su consentimien~
1
Se infiere de aquí que se ha perdido la correspondencia a Mutis de los dos correoa de
junio en la que comunicó la novedad de salud.
• En las dos cartas anteriores (82 y 89) Caldas manifiesta su interés en definir la salida
hacia Pasto y Barbacoas, viaje en que utilizará los fondos enviados por José Ignacio de Pombo.
Aquí indica que ha tomado por su cuenta una determinación diferente, la justifica ante Mutis,
pero omite contarle que ha solicitado a Carondelet permiso para unirse a una expedición oficial
que va a reconocer el camino de Malbucho y que, con el permiso, ha recibido el encargo de
levantar la carta del camino.
• Juan Tafalla y Juan Agustín Manzanilla, desde 1788, continuadores de la tarea enco-
mendada a Hipólito Ruiz y José Pavón, a raiz del regreso a España de estos últimos.
• José Mejía del Valle.
222
1
Sebastián José López Ruiz, hermano del canónigo López.
• Ver la nora N9 18 a la carta N9 73 referente a la memoria de Francisco Antonio Zea.
7
Es el "Discurso pronunciado en elogio del doctor don José Celestino Mutis, Director de
la Expedición Botánica de Santafé", publicado en Obras de Caldas, por el Dr. Eduardo Posada,
páginas 97 a 105. Bogotá, 1912.
223
224
• Antonio José Cavanilles, a quien piensa dedicar una "memoria". Caldas la escribió con el
título de "Viaje de Quito a las costas del Océano Pacífico, por Malbucho, hecho en julio y
agosto de 1803", publicada por primera vez en el libro de Diego Mendoza. Esta carta es un
resumen del relato de dicho viaje.
• Caldas trabaja desde mediados de 1802 como agregado en calidad de Meritorio a la
Ezpedición; lo que aquí gestiona, con confirmación de Carlos IV, es la plaza que ocupará en
Santafé al regrao.
• Camilo Caldas Tenorio.
• Juan Tafalla y Juan Agustín Manzanilla.
225
CARTAS DE CALDAS - 15
7
Sinforoso Mutis.
226
8
Federico Alejandro Barón de Humboldt.
• Juan Cristian Daniel von Schreber.
85
Quito y noviembre 21 de 1803
Amadísimo protector mío: de !barra escribí a usted sobre mi salida de
Malbucho y sobre mis observaciones sobre diferentes géneros. Después de esa
época y antes de convalecer partí para lntac, pueblo situado fuera de la cordi·
227
1
Juan Tafalla y Juan Agustín Manzanilla.
1
Hipólito Ruiz y José Pav6n, de la Expedid6n Botánica del Perú.
228
• Carloa M. de la Condamine.
• Juan Ag114tín Manzanilla.
• Luis Francisco Héctor, Barón de Carondelet, quien por su parte encargaría a Caldas el
estudio de las Quinas de Loja.
• No se conserva esta lista de instrumentos.
• Salvador Rizo, Mayordomo de la Ezpedición Botánica en Santafé.
229
1
Miguel Pombo Pombo.
230
231
P. D.-Se me olvidaba advertir a usted que Mejía es casado con una vieja"
de quien no tiene hijos.
Lo que encierra el cajón de mi primera remisión.
Láminas.
23 láminas de plantas mías.
5 láminas de Mejía.
14 láminas de aves mías.
Mss.
Descripciones de plantas, en 30 fojas mías.
Descripciones de Mejía.
Razón de los instrumentos de Mainas.
Raíces, cortezas, etc.
Raíz del Crotón número 43.
Jugo del mismo en frasco.
Corteza de Crotón.
Corteza de la Cinchona número l.
Semillas de la Polimnia número 42.
'Hermana de Francisco Javier Espejo, uno de los revolucionarios del año 1809.
232
233
1
En varias ocasiones envió José Ignacio de Pombo, desde Cartagena, dineros a Caldas, la
comunicación a que aquí se alude no se conoce.
234
• La descripción del viaje por Malbucho y una nota al mapa, fechada el mismo 6 de
febrero de 1804 está publicada en la recopilación de Posada, páginas 107 a 127.
235
88
,.
Amadtsuno Santtago:
. 1
¿Es posible que usted me haya olvidado? Pero usted dirá que yo no le he
escrito. Es cierto; mis enfermedades, el montón de objetos que me rodean, que
apenas puedo respirar, me impiden, a pesar mío, escribir a mis amigos, y a un
amigo tan distinguido, tan virtuoso, tan digno de este nombre sagrado. Y o me
consuelo con saber que al fin de este año nos reuniremos, y verá usted por
experiencia que Caldas sabe amar y agradecer los beneficios.
He estado en los umbrales de la mina de usted, me he hallado a dos le-
guas del digno hermano de usted, don Manuel Jósé,2 y no nos hemos visto.
Las circunstancias no nos permitieron esta dulce satisfacción. ¡Un hermano de
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia. Esta carta no tiene fecha; por el texto se ve que
es posterior al viaje a Malbucho y por el anuncio del envío a Mutis de la nivelación del camino
se consideró le corresponde esta colocación.
• Manuel José Pérez de Arroyo y Valencia, establecido en la costa norte de la Presidencia
de Quito.
236
1
Manuela Santamaría de Manrique.
• Diego Martín T anco.
• Miguel Pombo Pombo.
• Francisco Antonio Zea, nombrado segundo botánico del Jardín Botánico de Madrid el
13 de enero de 1803, había dejado vacante su plaza de primer oficial de la Expedición, en Santafé.
• Ver carta N Q 87.
89
Quito y marzo 5 de 1804
Señor doctor don José Celestino Mutis.
Generoso protector mío: seis correos ha que espero los sabios consejos que
usted me ofrece en la última que recibí en noviembre de 803. Desespero por
saberlos y aún más por obedecerlos con el respeto profundo con que he obser-
vado los que la bondad de usted me ha comunicado.
Y o creí que mi antecedente era la última que escribía de Quito; pero la
terciana, esta terrible enfermedad, triste fruto de mi viaje a Malbucho, me ha
detenido hasta hoy. Ha tres semanas que no me ataca, y siento que la apeten-
cia y las fuerzas se van restableciendo poco a poco, y voy a cumplir con mi
promesa dentro de quince días, para lo que me hallo preparado.
237
1
Vicente Arroyo.
• Manuel María Arboleda Arraechea.
90
Quito y abril 20 de 1804
1
Mi Antonio querido: yo creí cuando perdimos al abate, 2 que había ago-
tado hasta las heces del cáliz. Pero este no fue sino un ensayo de los golpes
1
Antonio Arboleda Arraechea.
• No se ha logrado identificar la persona que Caldas designa como el abate.
238
3
Juan J05é Hurtado Arboleda.
• Juan de Larrea.
• Jacobo Brisson.
• Alejandro Volta.
7
Fray Francisco Pugnet.
239
8
Andrés Ordóñez.
• Rafaela Valencia y Valencia de Arboleda.
91
Quito y mayo 6 de 1804
Santiago1 querido:
Cansado de escribir y de remitir a Santafé cartas y otras cosas por mano
de nuestro común amigo Miguel; 2 cansado de esperar contestación de él, de
usted y del señor Mutis,8 por el espacio de siete meses, pongo ahora ésta a
usted por saber si existe alguno de mis amigos, y si se acuerdan de un hombre
a quien han colocado en una carrera brillante, y que han desamparado en las
circunstancias más tristes de su vida. Si yo no palpara lo que veo, no lo creería,
Santiago mío. ¿Cómo me había de persuadir que Mutis, que Pombo, que usted,
se habrían de olvidar tan pronto de mí? ¿Que habían de llegar hasta el punto
de negarme la contestación a docenas de cartas, escritas siempre con objetos
interesantes? Confieso a usted que me hallo despechado, supuesto que no se
hace el menor caso de mí y de mis cosas.
Y o no sano de la terciana y de mil funestas resultas de esta enfermedad
cruel, motivo porque me hallo aún en ésta, sin poder decir el día de mi salida,
a pesar de mis anteriores, en que lo había fijado, y ya pasó.
Yo conjuro a usted, yo le ruego y le pido por nuestra amistad, por lo que
tiene usted más amable sobre la tierra, que me conteste positivamente a los
puntos de mi anterior, y a los siguientes:
¿Se han recibido mis cartas? ¿Ha llegado un cajón con diseños y descrip-
ciones de plantas? ¿El señor Mutis desprecia estos trabajos? ¿Suscribe a mi
última propuesta de dispensarme del viaje al Chocó, atendiendo a las actuales
enfermedades que me oprimen? ¿He cometido algún crimen que me haya hecho
indigno de la amistad de usted, de Pombo y del señor Mutis?
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Miguel Pombo Pombo.
• José Celestino Mutis.
240
Un español andaluz, botánico, que está aquí, ha formado una obra cuyo
prospecto incluyo. Y o no salgo de fiador de si satisfará lo que propone: no
obstante, si usted quiere riegue la especie, y vea si puede conseguir alguna
suscripción.
92
Quito y junio 6 de 1804
Mi querido amigo don Camilo: 1
Aunque nuestra correspondencia ha tanto tiempo que cesó, no creo que
se haya disminuido el afecto que siempre me profesó. Contando con él le hago
a usted la siguiente recomendación:
El señor doctor don José Salvador, Regidor de este Cabildo y el presente
año Procurador Genera~ mi amigo, y de quien he recibido servicios señalados,
necesita en esa capital de un abogado de las luces, del honor, y de la actividad
de usted a quien dirigirle su poder para cierto asunto que tiene que ventilar
ante ese señor Virrey.2 Yo suplico a usted lo acepte, y lo desempeñe como usted
acostumbra en todos los negocios que se le encargan.
Y o me hallo muy enfermo medicinándome las resultas de la terciana que
contraje en Malbucho y que después de ocho meses de padecimientos no puedo
contar todavía con mi restablecimiento. Esto me ha detenido a pesar mío hasta
hoy en esta ciudad de donde aún no sé qué día partiré para Cuenca, Loja y
Guayaquil. Mis fuerzas están abatidas, y sin una larga y sólida reposición no
podré entrar sin temeridad en el Chocó. Esto, y o~ros mil objetos tengo comu-
nicados al señor Mutis, a mis queridos Pombito y Santiago8 en casi todos los
correos que han habido desde octubre del año pasado, y de nadie he tenido
la más ligera contestación. Por mallo de don Antonio Arboleda a Popayán, y
con don Mariano Lemos de ésta a Santafé remití ha muchos meses un cajón
de diseños y descripciones de plantas con los esqueletos de una especie de quina,
y de un género nuevo, y hasta hoy ignoro su paradero. Sírvase usted, mi amigo
averiguar con Pombito, con Rizo,• y con Santiago si han recibido mis cartas,
y los motivos de su silencio. Ruegue usted al señor Mutis me conteste princi-
1
Camilo Torres Tenorio.
1
En esoa díu Pedro Mendinueta y Muzquiz.
1
Joaé Celestino Mutis, Miguel Pombo Pombo y Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Salvador Rizo.
241
CA.RTA.S DE CA.LDA.S - 16
93
Quito y junio 6 de 1804
Mi querido Santiago: 1
Recibí la apreciabilísima de usted, la que me ha sacado de tantas incer-
tidumbres y dudas. Jamás podrá usted hacerme servicio más señalado; sí, mi
Santiago, yo he vivido nueve meses lleno de sospechas y de temores, y usted
ha serenado es~a borrasca.
Quedo impuesto de los deseos ardientes que tiene el señor Mutis2 de mi
llegada a Santafé, la que verificaré en diciembre de este año. Y o parto el lunes
inmediato 9 para Cuenca y Loja, a colectar las muchas quinas que producen
estos lugares, de donde regresaré como un rayo a tener la satisfacción de es-
trechar a usted entre mis brazos y de reconvenir seriamente a Pombo3 por su
inconstancia y por el olvido que ha hecho de mí.
Remito en este correo al señor Mutis el mapa que levanté de Malbucho,
con otras frioleras, y le encargo lo franquee todo a usted, a fin de que tome una
copia y se la remita a don José Ignacio Pombo a Cartagena.
No me escasee usted sus letras, pues las estimo como ellas lo merecen.
Usted tendrá, en recompensa, noticia de mi paradero y correrías. Los afanes
de viaje no me dejan ser más largo. Salude usted a todos, ·y mande cuanto
guste a su más reconocido y verdadero amigo,
CALDAS
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
1
1
José Celestino Mutis.
Miguel Pombo Pombo.
94
Quito y julio 6 de 1804
Mi generoso benefactor: al cabo de nueve meses de un silencio absoluto de
todos los de Santafé, he recibido ayer una de don Santiago Arroyo,1 acom-
1
La contestación a la carta que ha reabido de Santiago . Pérez de Arroyo y ValenCia es 11
carta N9 93.
242
243
1
Vicente Arroyo. Los Arroyo poseían una hacienda en la región noroeste de la Presidencia
de Quito. Este es un pariente no identificado de Santiago Arroyo.
95
Cuenca y agosto 28 de 1804
Señor doctor don José Celestino Mutis.
Mi generoso benefactor: desde que salí de Quito espero con ansia los
correos por letras del sabio Mutis, letras tan suspiradas y tan escasas. Mi ama-
do don Salvador Rizo me ofreció por mano de don Santiago Arroyo1 una larga
de usted para el inmediato que correspondió al del15 de junio, y hasta ahora
no aparece. ¡Qué angustias las que padece mi corazón con este eterno silencio
de la casa de la expedición! Todos los padecimientos de la terciana rebelde que
me oprime, todos los trabajos inevitables de los caminos me serían gustosos si
supiera del hombre más querido, del virtuoso y generoso Mutis. Pero mi suerte
me tiene condenado a pasar largos .espacios de tiempo en una perfecta igno-
rancia del estado de usted y de sus cosas. Me he resignado y espero con pa-
ciencia.
Salí de Quito a principios de julio, me desvié a Occidente, a Tagualó y
Macuchi, en solicitud de las quinas que se decía producían esos bosques. En
efecto, las hallé. Creen estos moradores poseer tres especies diferentes. Pero yo
no pude hallar caracteres que las separen, y las he creído como una y sola es-
pecie. No obstante, temiendo que mis luces no alcancen a distinguirlas, he to-
mado cantidad de esqueletos de cada una, corteza y he diseñado y descrito con
cuanta precisión me ha sido posible.
En Alausí, por 2°10 de latitud austral he visto otra bien diferente de la
de Tagualó. Las hojas lanceoladas con pecíolos de 1-1 Yz pulgadas de largo,
lampiñas y lustrosas p~r encima y vellosas blanquecinas por debajo. Tengo co-
pia de esqueletos, corteza, diseño y descripción.
Llegué a este Cuenca asaltado de la terciana, en donde he pasado diez días
entre lavativas, vomitivo y quina. Me hallo casi restablecido y en vísperas de
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
244
96
Cuenca y septiembre 28 de 1804
Señor doctor José Celestino Mutis.
Mi amadísimo y generoso benefactor: con fecha 28 de agosto escribí a
usted de ésta casi acabado de llegar, y recién salido de mi terciana. Le anuncié
a usted mi pequeña expedición a los alrededores de esta ciudad, la que tengo
felizmente concluida. Mr. de La Condamine1 ha sido mi guía en esta excursión
de quinas. En su Introducción histórica al 'lliaje al Ecuador, página 83, dice que
bajando de la señal del Yasuay fue a visitar un terreno en quien se había des-
cubierto hacía poco tiempo (en 1739) árboles de quina. Añade que la hoja y
la flor le parecieron mayores que la de Loja, y que la corola era de un rojo más
subido que la de esta ciudad. Hacía reflexión que desde aquella época hasta
aquí no había visitado estos lugares ningún botánico; que Ruiz y Pavón2 no
llegaron con sus indicaciones a esta latitud; que Bonpland3 no salió de Cuenca
ni vio a T aday, Paute, Gaulaceo, ni el Pan, en cuyos bosques he colectado tres
especies de Cinchona distintísimas, que a pesar de mis libros miserables y cor-
tísimos conocimientos las creo desconocidas. La Corolano roja, si no de un mo-
rado púrpura oscuro, el tubo ensanchado hacia su mitad y muy grande. La 'hoja
de la primera, oblonga; de la segunda, subrotonda, y lanceolada la de la ter-
cera. Las he diseñado con cuanto cuidado me ha sido posible, y las he descrito
del mismo modo. He visto una especie de canelo bien diferente del de Anda-
quíes, que usted conoce demasiado, con otras cosas que he podido colectar pre-
cipitadamente.
1
Carlos M. de La Condamine.
• Hipólito Ruiz y José Pavón.
• Aimé Bonpland
245
'La memoria sobre la Geografía de las Plantas, del Barón Federico Alejandro de Humboldt,
enviada a Mutis por su autor, fue publicada por Caldas en el Semanario con una introducción o
prefación suya.
6
Ver la carta N9 69, nota N9 4, en lo pertinente a las observaciones de las variaciones
diurnas y nocturnas de la presión atmosférica.
246
• Sinforoso Mutis.
97
Quito y enero 3 de 1805
señor doctor don José Celestino Mutis.
Mi generoso benefactor: el 25 del pasado diciembre llegué a esta capital
de regreso de Loja. A pesar de la grave enfermedad que me atacó en esa
ciudad, y cuyas reliquias me han oprimido en todo el camino, he venido rico
de vegetales, principalmente de quinas. Diez y seis especies diferentes de éstas
tengo concitadas y descritas; diez hallé en Loja; tres en Cuenca; dos en Alausí,
y una en Tagualó. Creo que tengo agotada la materia de quinas en esta Pro-
vincia,1 cumpliendo con las instrucciones de usted, y procurando que por mi
parte se disminuya la melancolía en que usted se halla sumergido según se ex-
presa usted.
Mañana 4 parto para el Nanegal, bosque situado al norte de Quito, a sa-
car la única y última especie de quina que me falta. Este viaje se concluirá
dentro de seis u ocho días, y yo no pienso en otra cosa que en partir para. esa
capital. Del 25 al 30 dejaré a Quito, y no dudo a fines de marzo o principios
de abril me reuniré a la persona que más amo y respeto sobre la tierra. D~ehoso
yo si consigo esta felicidad.
Nada digo de los otros objetos que me han ocupado en esta expedición,
porque los afanes del presente viaje no me lo permiten. Deseo a usted una salud
robusta, y que cuente con el amor y con el reconocimiento del más pequeño de
sus discípulos que besa su mano.
FRANCISco JosÉ DE CALDAS
1
Este trabajo de Caldas quedó consignado en la memoria que preparó, a pedido del Barón
de Carondeler, con el título "Memoria sobre el Estado de las Quinas en General y en Particular
aobre las de Loja", que fue publicado por primera vez por el Obispo González Suárez en un
folleto titulado "Un Opúsculo de Caldas".
247
1
La aalida ee demor6; ver carta N9 99.
1
En ese momento Carlos IV de España.
• Joeé Mejla del Valle.
99
Quito y marzo 21 de 1805
Señor doctor don José Celestino Mutis.
Mi generoso benefactor: creí salir el 11 de éste de aquí, pero las fuertes
lluvias casi sin intermisión me han detenido hasta el25, en el que salgo sin duda
alguna.
248
1
Luis Francisco Hécror, Barón de Carondelet, Presidente de la Audiencia de Quito, por
Oficio del 9 de enero de ese afio había solicitado a Caldas un informe sobre las Quinas. Ver nota
NO 1 a la carta NO 97.
• Miguel Pombo Pombo.
• José Ignacio de Pombo, quien por su parte también escribió sobre las Quinas.
•ver carta NO 88, nota NO 6, en lo referente al nombramiento de Caldas para una plaza
en la Ezpedición Botánica en Santafé.
lOO
·Pasto y abril 28 de 1805
Señor doctor don José Celestino Mutis.
Mi generoso benefactor: ha unos días que estoy detenido en ésta por las
continuas e interminables lluvias. Los caminos se hallan intransitables, y los
ríos demasiado crecidos. Solo espero unos pocos días buenos para pasar a Po-
payán, de donde escribiré también. Mi felicidad crece en razón de la menor
distancia que hay entre el Celestino Mutis y Caldas. ¡Cuánto deseo ver y tocar
a una persona tan generosa, tan sabia, tan virtuosa! Dichoso yo si merezco
tanta felicidad.
249
101
Popayán y mayo 20 de 1805
Señor doctor don José Celestino Mutis.
Mi generoso benefactor: ya estoy en Popayán, ya no me separan de usted
sino cien leguas. ¡Qué satisfacción para mí! ¡Cuándo se aniquilará esta distan-
cia! Creo que será dentro de pocas semanas.
Daría a usted ahora cuenta de mis trabajos dentro de Quito y Popayán.
Pero una lluvia de visitas importunas me oprimen y ha sido necesario robar
estos pequeños momentos para avisar a usted de mi llegada a ésta ayer 19. Es-
pere usted en el siguiente una larga, y cuente usted con el amor y con el más
profundo reconocimiento de su admirador y panegirista que besa su mano,
FRANCISco JosÉ DE CALDAS
250
103
Santa María y julio 28 de 1805
1
Mi amado Antonio: ¡cuánto pienso en usted! ¡con cuánto cuidado me
tiene su enfermedad! Creo que es tiempo de tomar la Pareira, aquí abunda en
extremo, y debe tener virtud más decidida que la de allá. Voy a interesar a don
Francisco2 a fin de que haga sacar mucha y remitirla. Dichoso yo. Dichosa la
botánica si restablece la salud del mejor de mis amigos.
El Medina, ese don, ese insensato, me ha ocasionado un número incalcula-
ble de males y de perjuicios. No he visto mis cargas desde que salí de ésa
1
Antonio Arboleda Arraechea.
• Francisco José Arboleda.
251
104
Popayán y septiembre 5 de 1805
Señor don Santiago Pérez de Arroyo y Valencia- Santafé.
Mi querido don Santiago: ¡Qué distante estará usted de recibir esta carta,
después de casi un año de un silencio indigno de nuestra antigua y sólida amis-
tad! Mis tareas, mis viajes, y sobre todo mis graves enfermedades, me han impe-
dido hasta hoy continuar con una correspondencia que tanto me honra. Y o
creo que en nada se habrá d.ebilitado en el corazón de usted el amor que me
profesaba; por lo que mira a mí, puede usted vivir seguro de que un año de
silencio no ha alterado en la menor parte el amor y el aprecio que he hecho
de usted.
Acabo de regresar del valle de Cali con una terciana rebelde que aún no
me deja, pero espero que dentro de dos semanas podré ponerme en camino.
252
105
Real Observatorio de San Carlos y febrero 28 de 1806
1
Mi Antonio: la de usted serenó mi corazón sobre el estado de su salud.
Búrlese usted de esos nublados tempestuosos que presenta la hipocondría a la
imaginación débil y conmovible del paciente. Tantos ejemplares, en que ha
espantado sin consecuencias deben serenar a usted y no partir para ir a morir
en el seno de su familia. Acuérdese usted que temía ser de vidrio. ¡Qué locu-
ras no hace ver esta cruel y terrible enfermedad! Conjuro a usted para que
desprecie altamente los delirios de su imaginación; loquor expertus, y usted fue
mil veces mi recurso y mi consuelo, escarmiente en mi cabeza.
Espero con ansia los esqueletos de las guaduas cuyas descripciones he vis-
to. El señor Mutis/ amigo de usted, y el padre,8 agradecen estos servicios, y yo
creo que se inmortalizarán mis dos mayores amigos en la Flora de Bogotá. La
Arboledea . . . Y o deliro cuando trato de usted con el Canónigo Mutis. Este
grande y perspicaz ingenio se ha inflamado con mis discursos en honor de las
prendas y virtudes de mi Antonio y de mi páter.8 El primer golpe es agregar
a ustedes a la expedición. Es verdad que García se precipitó y no aguardó el
estado que se trabajaba para 1806; pero se remedió añadiendo por apéndice
los nuevamente agregados como usted lo verá en la Guía que aún no sale a luz.4
Y o me hallo con mediana salud sepultado en el observatorio y entregado
a la contemplación de los cielos, de esta bóveda que publica a todos los momen-
tos la gloria de su Autor. Y o soy feliz en esta soledad, nada turba un reposo
fundado en unos conocimientos sublimes y vjrtuosos. Trabajo sin testigos, y
esta ventaja me proporciona la inestimable de la humildad. El orgullo, hijo de
los elogios y de la admiración, arrastra consigo mil inquietudes, mil espinas
1
Antonio Arboleda Arraechea.
• José Celestino Mutis.
· • Juan José Hurtado Arboleda.
• No hay noticias de que haya sido publicada la guía a que se hace referencia.
253
254
• Por esta época ya habían desaparecido, suprimidas por Carlos IV, las dos secretarías del
despacho de Indias: la Universal de Gracia y Justicia, y la de Guerra, Hacienda, Comercio y
Navegación. Los asuntos se tramitaban por las cuatro restantes.
ll> Ya desde 1802, desde el momento de la agregación de Caldas a la Expedición Botánica
de Santafé, vio Mutis cuál sería su sucesor, tal como lo comunicó en carta de julio de ese año
a Cavanilles.
n Estefanía Felicidad Du Crest de Saint-Aubin, Condesa de Genlis.
10
Jacobo Benigno Bossuet.
18
Se refiere al hijo del Duque de Orleans quien más tarde llegó a ser Luis Felipe 1, rey de
Francia. El Duque de Orleans fue el llamado Felipe Igualdad.
16
Crisóstomo Abadía, Bias Pascal, Nicolás Bergier.
255
106
Real Observatorio de San Carlos y marzo 28 de 1806
Al señor don Gerónimo Antonio de Torres- Popayán.
Mi amado Chomo: ya Camilo1 ha dado parte a usted de su agregación
y yo no he podido comunicársela. Ahora que tengo un momento libre, ahora
que está el cielo nublado y las estrellas nulas para mí, quiero acordarme de
mis amigos. Sepa usted que ha más de un mes es usted mi socio y mi compa-
1
Camilo Torr~ Tenorio, hermano de Jerónimo Antonio (Chomo).
256
1
Una vez instalado Caldas en Santafé cons1gu1o que sus colaboradores y amigos, cuyos
primeros pasos en la ciencia había él guiado, fueran vinculados a la Expedición Botánica en calidad
de Ar,egados (Ver la carta N9 105) .
Carlos de Linneo.
107
Santafé y abril 6 de 1806
Señor don Santiago Pérez de Arroyo y Valencia- La Mesa.
Mi estimadísimo Santiago: usted tiene mucha razón en quejarse de mi
lentitud en contestar sus cartas; pero sepa usted que no ·lo hice en el correo
pasado, porque me dijeron que se había ido de La Mesa no sé dónde. Mi
afecto, el tierno amor que de veras profeso a usted, los cuidados en que me ha
puesto su salud, las continuas preguntas con cuantos vienen, y cien otras co-
sas, deben asegurar a usted de que Caldas es su verdadero amigo. No correrá
un año sin que usted vea por sus ojos el monumento más victorioso de mi amor.
No puedo revelar ahora este misterio, con harto sentimiento de mi corazón, y
me contento con anunciarlo. Si yo no amase a usted de este modo, sería el
hombre más ingrato que pisa la tierra; usted bien sabe cuánto le debo yo para
lograr la presente situación.
Trabajamos en tirar la meridiana que usted hallará ya en su lugar/ aun-
que el sol se ha ausentado hace muchas semanas; salúdelo de mi parte, pues
por acá no parece -este planeta. El cielo de Santafé es muy parecido al de Lon-
dres, y Maskelyne, 2 Férgusson3 y yo nos hallamos iguales en esta parte. A
1
La meridiana del Observatorio Astronómico, materializada en una cinta de plomo, fundida
para fabricar balas durante el sitio de San Agustín, fue años más tarde reemplazada por otra
de bronce, siendo director del Observatorio Indalecio Liévano.
• Neva Maskeline.
1
Jacobo Fergusson.
257
CARTAS DE CALDAS - 17
108
Santafé y abril 6 de 1806
Mi Antonio: 1 usted no comprenderá jamás el fondo insondable de virtud
que posee su amigo y admirador Mutis.2 ¿Se admira usted de estos epítetos?
¿Sabe usted lo que le ama Caldas? No; usted está muy distante de saberlo. Si
yo fuera soberano, si poseyera grandes bienes y grandes fortunas, si pudiera
disponer de su suerte, comenzaría a sentir mi amor y la sinceridad de mi amis-
tad. No puedo en mi condición privada dar a usted pruebas del lugar que
usted y el Padre8 tienen en mi corazón, pruebas que desahogarán mi pecho, prue-
bas que correspondiesen a sus virtudes. Conténtese usted ahora con las efusio-
1
Antonio Arboleda Arraechea.
1
José Celatino Mutis.
1
Juan Joaé Hurtado Arboleda.
258
109
Mi amadísimo Chomo: 1 la de usted me llenaría de orgullo si yo no me
conociera, y si los elogios de un amigo entusiasta no recayeran sobre el testi-
1
Jerónimo Torres Tenorio. Esta carta, ain lugar ni fecha, ae coloca aquí, pues por su
tezto ae ve que el destinatario ya ha aido notificado de su agregación a la E:r:pedición Botánica
y ha contestado a la carta en que se le comunicó dicha noticia (ver carta N9 105) .. •
2S9
2
Juan Mariano Gríjalba.
1
José Celestino Mutis.
• Jorge 'radeo Lozano.
260
111
Por el oficio de Vuestra Señoría de 20 del proxtmo pasado noviembre
quedo enterado haber tomado esa Real Junta la resolución de suspender el
proyecto del reconocimiento de los caminos y ríos que puedan dar salida al de
la Magdalena, 1 conforme a la contestación que ha dado el Excelentísimo señor
Virrey del Reino 2 al aviso que se le comunicó sobre este particular, y que Vues-
tra Señoría se ha servido acompañarme en copia.3
En su virtud espero que Vuestra Señoría disponga de los documentos y
papeles que me tenían remitidos acerca de este objeto para que obren donde
se tenga por conveniente.
Dios guarde a Vuestra Señoría muchos años.
Santafé, diciembre 9 de 1806.
FRANCisco JosÉ DE CALDAS
Señores de la Junta del Real Consulado de Cartagena.
1
Caldas había sido comisionado en agosto de ese año por el Consulado de Cartagena para
estudiar vías que comunicaran con el río Magdalena; la comisión, aprobada por Mutis, fue can-
celada más tarde.
2
Antonio Amar y Barbón.
3
La comunicación de fecha 20 de noviembre de 1806 no se conoce; en otra, del 20 de
octubre anterior, la Junta del Consulado da respuesta a la comunicación de Mutis del 19 de sep-
tiembre en la que comunicaba su aprobación al proyecto.
261
1
Manuel María Arboleda Arraechea.
• Andrés Marcelino Pérez de Arroyo y Valencia.
113
Santafé y agosto 6 de 1807
1
Mi Santiago: ya vio usted a su patria, ya está en el seno de su familia y
de sus amigos; disfrute usted de los dulces e inocentes placeres que le ofrecen
por todas partes; coseche a manos llenas satisfacciones y gustos. El amor casto
y legítimo de su nueva esposa2 tendrá a su corazón contento. Yo lo estoy al
contemplar a mi constante y fiel Santiago anegado en felicidades. ¡Quién pu-
diera por un momento olvidar a los cielos y a mi torre para ser testigo de sus
triunfos! Me complazco, me alegro, y a todos cuento su estado presente. La
esposa, con quien me liga la sangre, ha estado bien distante del corazón del
astrónomo, y la unión con usted me la hace ahora amable. ¡Qué imperio el de
una amistad sincera!
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• María Teresa Mosquera de Arroyo.
262
CALDAS
1
Arboledas Arraechu.
' José Celestino Mutis.
• Manuel María Arboleda Arraechea.
• Andrés Marcelino Pérez de Arroyo y Valencia.
114
Santafé y septiembre 21 de 1807
A don Santiago Arroyo - Popayán.
Mi amadísimo Santiago: 1 usted me da pruebas seguras de lo que me ama,
y yo quisiera corresponder; pero ¿qué ha de hacer un astrónomo con la cabeza
llena de ángulos, de estrellas y de alturas? Ahora no puedo distraerme; el
equinoccio de hoy, esta situación importante del sol, ocupa todos mis momen-
tos, y apenas tengo tiempo para mostrar a usted que aun en el centro de este
planeta me acuerdo de Santiago y-de su T eresita,2 a quien dará las expresiones
más finas. ·
En el que sigue tendrá usted una larga y científica sobre todas las cosas
que ahora me ocupan.
Salude usted a nuestro don Marcelino,8 a Manuel María,4 y dígale que
celebro su galería. Adiós, mi amadísimo Santiago. Su
CALDAS
1
. Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
1
María Teresa Mosquera de Arroyo.
0
Andrés Marcelino Pérez de Arroyo y Valencia.
• Manuel María Arboleda Arraechea.
263
264
1
Santiago Pérez ele Arroyo y Valencia.
1
Antonio Amar y Borb6n.
1
]Olé Salvani, comiaionado para la vacuna.
'Vicente Talleclo y Rivera, quien hizo trabajos uttonómicos, el primero, en el Obeervatorio
de Santafé antes de la llegada ele Caldas, recibió el encargo de rectificar el mapa del Río Mag·
dalena que Humboldt entregó al Virrey Mendinueta y potteriormente, en 1808, elaboró un mapa
del Virreinato, en cuatro hojas, resultado de la tarea que, Caldas comunica, M le encomendó.
• Franciaco Javier Caro.
• Joaé Celestino Mutis.
266
7
María Tereaa Moequera de Arroyo.
1
Andrés Marcelino Pérez de Arroyo y Valencia.
'Mariano Pérez de Arroyo y Valencia.
117
Santafé, 6 de enero de 1808
Al doctor don Santiago Pérez de Arroyo - Popayán.
Mi Santiago amado: mi corazón está profundamente herido con la desgra-
ciada muerte de Julián. 1 Usted perdió un buen hermano y yo un amigo y un
primo generoso. Bendigamos al Señor que así quiere afligirnos para nuestro
bien. Estos tristes sentimientos manifiéstelos usted a su hermana y señora inía
doña Gabriela, 2 y a todos sus hermanos.
En este correo va el primer número de El Semanario,8 y extraño mucho
que usted no se haya suscrito.
Estoy acabando de leer la Geografía que ha cedido a usted Ulloa;' es be-
lla y no hay duda que agradará a usted mucho. Y o me hallo sumamente fatal
de la cabeza, por lo que no soy más largo. Adiós mi querido amigo.
P. D.-Don Jorge Lozano, 6 que está aquí curándome la cabeza con pro-
yectos alegres, saluda a usted. Su
1
Franciaco Julián María Arboleda Arraechea.
1
María Gabriela Pérez de Arroyo y Valencia, esposa de Julián Arboleda Arraechea.
1
El "Semanario del Nuevo Reino de Granada" apareci6 por primera vez el 3 de enero
de ese año.
• Francisco Antonio Ulloa.
~Jorge Tadeo Lozano.
267
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Angel Velarde y Bustamante.
8
José Ignacio de Pombo.
• José Celestino Mutis.
• Camilo Torres Tenorio.
"Ver la carta N9 115 nota N9 3.
• Antonio Arboleda Arraechea. La carta de la región del Río Baché.
1
Mariano Pérez de Arroyo y Valencia.
268
119
Santafé y febrero 19 de 1808
1
Mi amadísimo Restrepo: he visto con un placer mezclado de admiración
la carta de la Provincia de Antioquia2 • Es bella y conozco los progresos rápidos
que ha hecho usted en la ·geografía. La presenté al señor Mutis, 3 quien está tan
complacido como yo de sus progresos, y no dudo que escriba a usted dándole
las gracias por la dedicación.
Y o deseo que usted forme otra con el mismo material astronómico y geo-
désicó con las advertencias siguientes. Los ríos caudalosos como el Cauca de-
ben expresarse con cuatro líneas paralelas; los menores, con tres; los que siguen
a éstos, con dos, y en fin, los arroyos con una. Los límites de las provincias,
así: .-.-.- Los caminos. . . . . Los lugares fijados por observaciones astro-
nómicas de latitud deben indicarse con una estrellita. Los en longitud que usted
no tiene. Las montañas no me gustan sino de plano o a 'Yista de pájaro. Usted
descuida mucho lo físico del país; es necesario que señale con signos los mine-
rales de sal, de hierro, mármoles, canteras, los países cubiertos de selvas, de los
de pastos cultivados. Los pasos difíciles del Cauca que usted me ha comunica-
do en su bella carta, es preciso que me los señale sobre el plano con el mayor
cuidado. Los minerales, las plantas útiles, etc., debe usted incluirlas; aumente
la escala y todo se remedia.
Deseo ya ver a usted con ansia; deseo estrecharlo en mis brazos, pero
mientras llega el momento deseado, cuente usted con el corazón de su
CALDAS
4
Salazar y los amigos saludan a usted.
1
José Manuel Restrepo.
• El original se conserva en el Archivo Nacional, Una Memocia sobre la Geografía de la
Provincia de Antioquia fue publicada por Caldas en el "Semanario".
• José Celestino Mutis.
'José María Salazar.
269
121
Santafé y mayo 21 de 1808
1
Mi querido Santiago: ¿con que usted ha tenido ánimo de vertirme ex-
presiones que ofendan nuestra amistad? ¿Por qué? ¿Cuáles son esas expresio·
nes agrias '1 durísimas con que usted se cree ofendido? Hablar a usted con fran-
queza, abrirle mi corazón, ser ingenuo, no creo que debe ofender a un hombre
filósofo y de las luces de ust~. Jamás esperé este golpe, y apenas puedo creer
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
270
2
Se refiere a la encuesta geográfica que el Virrey solicitó. Ver la carta N? 116.
• María Teresa Mosquera de Arroyo.
• Andrés Marcelino Pérez de Arroyo y Valencia.
• Mariano Pérez de Arroyo y Valenci.1.
122
Junio 6 de 1808
1
Mi querido Chomo: Me complazco de que usted posea ya un buen sex-
tante, un octante, una aguja azimutal, y tenga esperanza de un telescopio acro-
mático. Y a renacen en mi corazón las dulces esperanzas de tener un correspon-
diente en Popayán. ¡Cuánta falta ya hacen en mi patria! Si usted llega a poseer
el telescopio para el año que viene, tengo miras vastas con usted, miras que le
harán honor y que ilustrarán ese suelo. Las ocultaciones de las estrellas por la
Luna, los eclipses de Sol, los de los satélites de Júpiter son objetos demasiado
importantes para fijar longitudes. Permita usted que le dé mis consejos. 16
años de astronomía y de una antigua amistad deben autorizarme para esto.
Nada existe en la astronomía sin el tiempo: esta es la llave, este el funda-
mento de esa ciencia inmensa. El péndulo que usted posee ea malo, y, necesita
otro mejor. Doña Bárbara Asprilla tiene uno nuevo, Ulloa2 y otros tienen de
esas péndolas inglesas comunes que quitada la campana, y toda comunicación
con su rodaje, sirven como un péndulo astronómico. El arreglo del péndulo
por alturas correspondientes o por alturas absolutas del sol, es en lo que usted
debe ejercitarse demasiado. Para esto, ya posee usted un sextante. El uso de este
1
Jerónimo Torres Tenorio.
• Francisco AntODio UUoa.
271
123
Santafé y junio 21 de 1808
1
Mi Santiago: ¿No conoce usted mi genio chocarrero? ¿No ha fondeado
el corazón de su amigo? No, usted no tiene razón de sentirse sobre mis expresio-
nes. Ellas nacieron en un corazón limpio y sincero, y no me habría jamás per-
suadido que usted se resintiera. Al penetrarlo, las habría suprimido. ¿No está
usted tocando mis fanfarronadas en esas palabras? Olvide usted para siempre
esas cláusulas, que no dicté sino para jugar y moler a usted, y nada más. No
) sea usted delicado con sus verdaderos amigos.
Don Jorge2 me dio la adjunta y un libro de química para usted. Es el tomo
42 de los Anales de Química, que lo remitiré en primera ocasión con el baró-
metro. Dudo que éste llegue con felicidad, a pesar de mis cuidados; le estoy
haciendo uil cajón y rectificándolo en todas sus partes para que le sirva a usted.
Aún no he visto nada de lo que usted ha remitido al Gobierno. A mí no
me gusta que en asuntos de esta naturaleza me hagan depender de otro, y yo
tengo derecho a exigir de usted una copia para mi uso. ¿Si éstos serán fruto
del arrugamiento de las cejas? Bote usted esta idea, que no hace honor a sus
luces, ni a mi corazón.
El Lacroix3 lo tendrá usted al fin de este año; lo estoy leyendo con mucho
aprovechamiento mío. Creo este libro demasiado largo y profundo para un
aficionado; más parece para formar profesores. Sea como fuese, usted lo reci-
birá cuando digo.
Es tarde, y el solsticio me ocupa. Adiós mi Santiago. Su
CALDAS
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
1
Jorge Tadeo Lozano.
3
Silvestre Francisco Lacroix, autor de una "Geografía", que poseía Caldas.
272
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
2
Diego Martín Tanco.
3
Francisco Gregorio Angulo Lemus. .
' "Estado de la Geografía del Virreinato de Santafé de Bogotá, con relación a la Economía
y al Comercio". (Ver nota N9 5 a la carta N9 115).
• Antonio Arboleda Arraechea.
• Manuel María Arboleda Arraechea.
CARTAS DE CALDAS - 18
.273
' Caldas dice estar al frente del "Semanario", y también que este tal vez caerá en sus manos.
125
Señor Secretario del Virreinato y Juez Comisionado para los Asuntos
de la Expedición Botánica de Santafé. 1 ·
Los informes oficiosos del Barón de Humboldt y algunos trabajos que yo
había mandado al señor Mutis, comenzaron a hacerme conocer de este botánico.
En 1802 me agregó a su Expedición con las esperanzas y con las expresiones
más lisonjeras, como lo puedo justificar con su correspondencia.2 A mí se me
dijo que yo era un individuo de la Expedición Botánica y no un astrónomo de
ella; se me hizo entender que la botánica era mi primera obligación, y que la
geografía, las observaciones astronómicas, barométricas, etc., ocupaban el se-
gundo lugar: así consta de una de sus cartas y así lo puse en ejecución.8
Bajo este concepto empecé mis excursiones en julio de 1802. Salí de Quito
y me trasladé a !barra y a Otavalo; recorrí estos dos Corregimientos; levanté
la carta apoyada sobre observaciones astronómicas y geodésicas; medí las mon-
tañas de Cotacache, Mojanda e Imbabura; entré en el cráter de este último
volcán, y sobre todo colecté cuantas plantas se me presentaban, las describí y
1
José Ramón Leyva.
• Ver nora NI> 1 a la carta NI> 69 para lo referente a la agregación de Caldas por José
Celestino Mutis a la Expedición Botánica.
• Es cierto que la botánica debía ser la principal actividad de Caldas en la Presidencia de
Quito, pero Mutis, desde el comienzo, pensó en Caldas para las tareas astronómicas del obser-
vatorio de Santafé.
274
1 9Yz de latitud boreal; verá a qué altura nace cada planta, qué clima necesita
para vivir, y cuál es el en que prospera mejor. Mutis ni todos sus dependientes
podrán negar que este modo general y filosófico de mirar la vegetación no lo
he aprendido en su casa, en donde jamás se ha pensado en salir del camino
común y trillado.
Seis meses gasté en esta correría y volví a Quito en diciembre de aquel año.
Y o había observado el solsticio de junio antes de mi partida para !barra, y
necesitaba observar el de diciembre, para fijar irrevocablemente la latitud de
Quito, que miraba como el centro de mis operaciones científicas, para deducir
la oblicuidad de la eclíptica· y compararla con la que habían hecho Jorge Juan,
Ulloa, La Condamine y demás sabios del viaje al ecuador. Este elemento y su
variación anual es un punto capital en la astronomía, y que merecía bien mis
cuidados. Mantengo en mi poder las observaciones originales verificadas con
un cuarto de círculo que don José Ignacio Pombo, mi generoso protector, com-
pró a Humboldt para mí. 11 ·
Después de estas operaciones comencé a organizar mis trabajos botánicos,
a corregir mis diseños y a continuar mis observaciones. Mi salud, bastante que-
brantada con las fatigas pasadas, necesitaba de algún sosiego. Pero el honor
y la necesidad que tenía el Gobierno de mis luces me arrancaron mi reposo. En
'Véase obras de Caldas, páginas 335 a 344. Universidad Nadonal de Colombia. 1966.
• El instrumento fabricado por John Bird, fue instalado por Caldas en el recinto más alto
de la torre en la escalera del Observatorio en Santafé, recinto que tenía en su cubierta un_a
ranura meridiana. El instrumento, según Acosra, hacia 1840 se conservaba en el Museo Nacional
de Bogotá.
275
• Caldas quería reconocer las Quinas de la Presidencia de Quito antes que lo hicieran los
botánicos Juan Tafalla y Juan Manzanilla, de la Expedición Botánica del Perú.
• Caldas realizó este encargo del Presidente de Quito, Luis Francisco Héctor, Barón de
Carondelet, sin informar de ello a Mutis.
8
Este manuscrito, dedicado a Mutis, ahora en la Biblioteca de la Universidad de Antioquia.
276
277
El paso del Azuay, paso temido por todos los viajeros, me detuvo algunos
días en Alausí, esperando el momento favorable. Arrostré esta montañ~ te-
rrible, la escalé, y descendí lleno de conocimientos sobre mis objetos favoritos,
es decir, las plantas, la geografía y el barómetro. En Cuenca me consagré a
rectificar el plano y la topografía, a recorrer los bosques de los alrededores y a
colectar la vegetación de esta bella porción del Virreinato. Y o recorrí a Cañar,
Bueste, Delec, Azogues, Taday, Paute, Gualaceo, Baños, Tarqui, etc. Cinco
especies de quinas, centenares de plantas, determinaciones barométricas y as-
tronómicas, la carta del país y una lápida de los astrónomos de ecuador fueron
los frutos de estas correrías. En Cuenca observé más de cincuenta veces la lati-
tud y el paso de 8 de Antinoo.11 Esta observación era capital, era la consig-
nada en la lápida y la que decidió sobre la figura de la tierra. En Loja me
consagré a su geografía y a determinar la posición, altura sobre el mar, tem-
peratura, etc., de esta ciudad célebre por la producción de las más bellas quinas
que conocemos. Uritosinga, Caxamisna, Malacatos, Vilcabamba y otros depar-
tamentos fueron el teatro de mis operaciones astronómicas y botánicas. En estos
lugares formé los diseños en colores de todas las quinas que produce Loja. Aquí
describí menuda y escrupulosamente; aquí formé el bello herbario de ellas y
la colección completa de las cortezas, cuyos sacos, como también los diseños y
esqueletos, existen en la biblioteca de Mutis, y que por olvido no se inventa-
riaron. ¡Ojalá se reconociesen y agregasen a las diligencias practicadas por el
Gobierno!
Mil veces se le ha echado en cara a Mutis el no haber reconocido las qui-
nas de Loja, y mil veces ha callado. Las disputas entre los botánicos de la Ex-
pedición del Perú y don Francisco Antonio Zea habían derramado grandes
tinieblas sobre si la anaranjada de este Reino era la misma que las de Loja.
Humboldt aumentó la incertidumbre con sus pareceres contrarios. Se pueden
manifestar tres cartas de este viajero en que asienta tres dictámenes diferentes
sobre la quina anaranjada de Santafé. Al Excelentísimo señor Mendinueta/2
en la carta fecha en Lima a 7 de noviembre de 1802, le dice:
««Las quinas de Uritosinga y otras especies de Loja son lo mismo que la
anaranjada, roja y amarilla que el célebre Mutis descubrió y determinó en
Santafé; crecen en las mismas alturas, en el mismo clima y rodeadas de los
mismos vegetales; de modo que dudo mucho que las cortezas de Loja tengan otra
ventaja sobre las del Virreinato de Vuestra Excelencia, que las que ha querido
dar la charlatanería médica".
Al señor Mutis, en otra carta que no he visto, y cuyo sentido me lo refirió
varias veces él mismo, dice: que la anaranjada es una variedad de la de Loja;
11
Estrella hoy conocida como e Aquilae.
12
Pedro Mendinueta y Muzquiz, Virrey del Nuevo Reino de Granada.
278
u A esta carta de Federico Alejandro Barón de Humboldt, contestó Caldas con la catta
NQ 71 de esta colección.
" Sinforoso Mutis.
'" Pedro Maldonado.
279
280
10
El Virrey Antonio Amar y Borbón.
281
282
126
Santafé y octubre 6 de 1808 1
Don Jernimo de Torres.
Muy señor mío: por el adjunto prospecto2 verá usted que estoy encargado
de la publicación del Semanario del Nuevo Reino de Granada para el año pró-
ximo de 1809. También verá usted los grandes objetos a que está reducido este
papel, y la dificultad de desempeñarlos dignamente sin los auxilios de los hom-
bres de más que tiene el Reino. Contando a usted en este número, me tomo la
satisfacción de dirigirle ésta, y suplicarle en nombre de la Patria, se digne co-
municarme sus observaciones, memorias, noticias, etc., del país que usted habita;
sus miras políticas, económicas, etc. La agricultura, la industria, el comercio, la
población, las producciones en los tres reinos, los ríos, la naturaleza de las aguas,
las plantas medicinales, el clima, la geografía de los diversos territorios que usted
conoce forman la mies abundante en que usted puede cosechar a manos llenas
gloria y servicios a su país y al Reino. Un borroncito de carta o mapa, según
las mejores noticias, haría la base a todos los discursos de usted y completaría
los vastos trabajos que he hecho para levantar la costa del Reino.
En nada defraudaremos la gloria que debe resultar a usted de su aplica-
ción y de sus trabajos; por el contrario, le haremos todo el honor que usted
merece, y el público quedará siempre enterado de la mano que le proporciona
luces y conocimientos.
Dios Nuestro Señor guarde a usted muchos años.
FRANCisco JosEPH DE CALDAS
283
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
2
La comunicación citada a Antonio Arboleda Arraechea no se conoce; se refiere Caldas a
su situación futura por causa de la muerte de José Celestino Mutis, ocurrida el 11 de septiembre
anterior.
• María Teresa .Mosquera de Arroyo.
' Andrés Marcelino Pérez de Arroyo y Valencia.
• José María Carbonell.
128
Santafé, 21 de enero de 1809
1
Mi Santiago: recibí la de usted acompañada del estado de nacidos y ·casa-
dos para un quinquenio, que lo publicaré cuanto antes.2 Temo mucho que El
Semanario pare por falta de suscripciones, pues no llegan todavía a cincuenta.
Si dentro de un mes no se aumentan, se concluirá como todas las cosas de San-
tafé.
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Publicada en el "Semanario" en el N I'
284
129
Santafé, 6 de febrero de 1809
1
Mi querido Santiago: recibí su esquelita con la cantidad de lluvia y noti-
cias de langosta, que estimo infinito y que publicaré cuanto antes.
Conozco que usted me ama, pues desea saber mi colocación. Hasta hoy nada
sabemos; el Virrey2 cerró la casa, y ha cinco meses que esperamos el nuevo
plan y nuestro destino. Se dice que yo quedaré encargado del Observatorio y
asociado en la parte botánica para la edición de la Flora. El señor Mutis3 pidió
se me asignaran mil pesos; quién sabe lo que hará el Virrey. Mi estado presente
es lamentable; se me privó de los auxilios de casa, mesa, criados, luz, lavandera,
y se puso en problema mi sueldo de cuatrocientos pesos, hasta el punto de ne-
cesitar de una declaración del Juez. Sin los socorros que me han prestado los
amigos, no habría podido subsistir. Por no llorar lástimas, no he querido hablar
a usted de mi suerte; sépalas, y calle.
Felicítolo, y siento a un mismo tiempo su Alcaldía! Dios quiera no vayan
a resucitar los nervios con el demasiado trabajo. Los míos se han abatido, y ha
resultado la hipocondría con tantas calumnias y con tantas adversidades que he
sufrido en los últimos cinco meses.
Usted salude a mi señora Teresita,5 y mande cuanto quiera a su afectísimo
amigo, que besa su mano,
CALDAS
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
2
José Celestino Mutis murió el 11 de septiembre de 1808. Caldas esperó respuesta a la
comunicación que el 30 de septiembre envió al secretario del Virrey, carta N Q 125, y conocer la
determinación final del Virrey Antonio Amar y Borbón.
3
Se refiere Caldas a las disposiciones testamentarias de José Celestino Mutis, las que dic-
tadas por Salvador Rizo siguiendo instrucciones verbales de Mutis, tienen fecha de 17 de no·
viembre de 1808. ·
' Arroyo fue designado alcalde de Popayán.
• María Teresa Mosquera de Arroyo.
285
131
Santafé, 6 de junio de 1809
1
Mi querido Santiago: se trata ya de ocurrir a la Corte por la confirmación
de mis empleos, y necesito de buenos informes de esos Cabildos y demás cuer-
pos. Y o espero que usted, que está hoy en el Consulado, se interese, a fin de
que los obtenga favorables. Espero también que con acuerdo de don Antonio
Arboleda2 contribuya a sacármelos buenos de los demás cuerpos. De aquí de-
pende mi acomodo y mi felicidad, y yo no dudo que usted ahora me acreditará
la sincera amistad que me profesa.
Con don Ignacio Torres3 irá su barómetro.
4
No hay tiempo para más. Salúdeme usted a mi señora Teresita, y cuente
usted con el afecto de su verdadero amigo, que besa su mano,
CALDAS
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
• Antonio Arboleda Arraechea.
"Ignacio Torres Tenorio.
• María Teresa Mosqueta de Arroyo.
286
1
Antonio Amar y Borbón.
'Desde mayo de 1!102 . (Ver carta N 9 69, nota N9 1) .
287
288
PRIMERA
Colección de obser'Yaciones astronómicas hechas en el Virreinato de Santafé
de Bogotá desde 1797 hasta 1805, con todas las que se han 'Verificado en el real
obser'Yatorio de esta capital, desde 180 . .. hasta . .. 1
No son teorías inútiles o curiosas, Excelentísimo señor, las que llenan este
grueso volumen. La posición geográfica de un gran número de puntos del
Virreinato de Vuestra Excelencia, la de las ciudades principales, la longitud de
Quito sobre que tanto se ha dudado, las distancias recíprocas, etc., son los
objetos importantes de esta obra. Vuestra Excelencia sabe mejor que yo cuánto
valen esas cosas. ¡Qué gloria para mí hablar con un Jefe que posee y conoce
estas materias! Con otro menos ilustrado que Vuestra Excelencia, tendría que
entrar en pormenores fastidiosos para hacerle entender el objeto y el fin de
todos estos trabajos; pero hablando con Vuestra Excelencia, hablando con un
Jefe geógrafo que protege, que ama, que cultiva las ciencias, que obra por sí
mismo, no tengo sino enunciar los hechos para ser comprendido.
La carta geográfica del Virreinato de Vuestra Excelencia aún está muy
imperfecta a pesar de los grandes trabajos de don Pedro Maldonado, de La
Condamine, del señor Fidalgo, de Humboldt y de otros pocos que han puesto
mano sobre este grande proyecto. Y o puedo lisonjearme de haber quitado al-
gunos lunares, de haber aclarado muchos trozos y de haber contribuido con
todas mis fuerzas a la perfección de la carta geográfica del Nuevo Reino de
Granada.
Bien sé, Excelentísimo señor, que mis émulos han querido desacreditar es-
tos trabajos sin conocerlos, y sé que los han juzgado malos porque los he re-
servado. En medio de una suerte tan desgraciada solo me ha sostenido el dulce
289
CARTAS DE CALDAS - 19
290
SEGUNDA
Cinchografía o la geografía de los árboles de quina, formada sobre
las observaciones y medidas hechas desde 1800 hasta . . .
No es la nomenclatura, no son áridas descripciones las que hacen el objeto
de esta obra, interesante al comercio, a la agricultura y a la medicina. Las qui-
nas, consideradas en sí mismas, y con relación al globo en que vegetan, los espa-
cios que ocupan sobre la tierra, los límites en latitud, o para decirlo así, los
trópicos de cada especie, su temperatura, la zona vertical, los términos de ésta,
la presión atmosférica, etc., hacen el fondo de esta obra dilatada y difícil. En
ella se resuelven los problemas botánicos-económicos siguientes:
19 Dado el lugar de los Andes ecuatoriales, señalar las especies de quinas
que se producen.
29 Dado el lugar de los Andes, decir si hay o no quinas en sus bosques.
39 Dado el lugar de los Andes, decir qtté quina prospera mejor por el cul-
tivo.
49 Dada la latitud del lugar, decir si puede vivir en ella la quina.
5 9 Dada la quina, señalar el lugar en que prospera mejor.
69 Calcular la extensión que ocupa cada especie.
7 9 Señalar los lugares del Reino más propios para el cultivo de cada es-
pecie.
A éstos se pueden añadir otros muchos tan importantes como éstos para
la economía y para la curación de nuestra salud. Por ejemplo, se hallará una
discusión profunda y metódica sobre la identidad o diferencia de nuestra quina
naranjada con la quina fina de Loja que va a manos de Su Majestad, duda
que ha excitado las más vivas disputas en grave perjuicio de los habitantes del
Reino y de su comercio. De aquí ¡cuánta luz, cuántas utilidades futuras! ¡Cuán-
tas excursiones difíciles y costosas evitadas! Esta obra, puramente geográfica,
establecida sobre elevaciones astronómicas, geodésicas, medidas geométricas,
barométricas, hechas bajo de la línea o en sus inmediaciones, me pertenece
enteramente en propiedad. Y o comuniqué al sabio Mutis mis ideas, mis planes
y los fundamentos de este vasto edificio y tuve la satisfacción de verlos apro-
bados enteramente y de que mandase ejecutar los perfiles y los planes de la
geografía de las lunas. Por una desgracia que jamás lloraré dignamente, la
muerte me arrebató este apoyo de mis empresas científicas. Cuando meditaba
darme los últimos auxilios, cuando disponía hacer una excursión a los Andes
de Quindío, excursión necesaria, y excursión importante para el complemento
291
TERCERA
Phytografía o geografía de las plantas del Ecuador comparadas con las pro-
ducciones -vegetales de todas las zonas y del globo entero, formada sobre medi-
das y obserYaciones hechas en la Yecindad del ecuador, desde 1800 hasta . . .
Tres partes principales contiene esa obra levantada sobre un vasto plan:
1' las plantas medicinales o la Geografía médica de los vegetales; 2~ las plaptas
útiles a las Artes, las que sirven a nuestra subsistencia, o la Geografía econó-
mica de los Yegetales; 3~ plantas cuyos usos no caneemos, o la Geografía de
la Yegetación en general. A estas tres partes procede una introducción o discur-
so sobre los grandes fenómenos del globo acerca de la congelación, del término
constante de las nieves eternas, los límites de la vegetación, la temperatura,
electricidad, meteoros, etc., con relación a la Geografía universal de la vegeta-
ción de nuestro planeta. Esta obra, inmensa, complicada, difícil, que exige pro-
fundos conocimientos en la Astronomía, en la Geografía, en la Botánica, en
la Física y en el Cálculo, ha dado algunos pasos importantes en estos últimos
meses. A pesar de esto, confieso que aún está atrasada, y que necesito muchos
meses de meditaciones y de cálculos para poderla presentar a Vuestra Excelen-
cia. Ella aguarda el viaje a los Andes de Quindío para adquirir todo su esplen-
dor y correr a la perfección deseada.
El fondo de esta obra lo hace una Carta Botánica del Reino. El lugar que
ocupan los pueblos, las villas, las ciudades, las colinas, los arroyos, lo llenan las
producciones vegetales del Virreinato. Poco contento con manifestar la locali-
dad de las plantas que hacen el objeto de mis indagaciones he formado perfiles
292
293
294
295
133 .
Santafé, 21 de agosto de 1809
Al señor doctor don Santiago Pérez de Arroyo y Valencia- Popayán.
Mi Santiago: doy a usted las más expresivas gracias por el interés q1,1e ha
tomado en mis papeles y en mi fortuna. Ahora más que nunca necesito del favor
de mis amigos para asegurar mi subsistencia y mi destino. Mosquera1 ya partió
de Caracas para Sevilla, a representar esta Provincia, y pienso remitirle copia
de mis papeles. Agite usted ahora en su Consulado2 la suerte de su amigo
Caldas.
Agradezco también a usted el recuento que ha hecho de mis trabajos geo-
gráficos y de mí, para la división de los Obispados de Popayán y Antioquia.3
Esto lisonjea mis ideas, y me presenta un campo abundante en que puedo re·
coger conocimientos y gloria.
Es bien juiciosa y aun necesaria la agregación de Pasto a la mitra de Po-
payán; pero la división no debe pasar de Guáitara. Creo también difícil de
conseguir, y aun perjudicial, el otro límite que se pretende en el río Baché. El
valle de Neiva está arrancado por las manos de la naturaleza del Obispado
de Popayán, por medio de la enorme cordillera de Guanacas. A pesar de esto,
yo contribuiré, por mi parte, a esta pretensión.
Me alegro que usted piense con tanta solidez y juicio sobre las instruccio-
nes que se le deben dar al comisionado. En efecto, la base de toda buena polí-
tica es una buena geografía, y me lisonjeo de que usted se haya acordado de
mis trabajos para recomendarlos al Gobierno.
Es tarde, mi amigo: a Arboleda4 le comunico algunas noticias de Hum-
boldt5 y de Cabal;6 puede usted hablar con él.
1
Joaquín Mosquera y Figueroa. •
1
La provincia de Popayán, así como la Presidencia de Quito, estaba fuera de la jurisdicci6n
del Consulado de Carragena creado en julio de 1795.
• Ver las cartas Nos. 118 y 120 en lo referente a la propuesta de delimitación hecha por
Caldas.
• Antonio Arboleda Arraechea.
• Federico Alejandro Barón de Humboldt.
• José María Cabal.
296
1
María Teresa Mosquera de Arrayo.
134
Al Excelentísimo señor Virrey del Reino.
Excelentísimo señor: 1
Comienzo dando a Vuestra Excelencia las gracias más respetuosas por la
protección que dispensa a este establecimiento científico. Y o he recibido el
papel, el azogue y el almanaque náutico para 1810, aquellos efectos de mano
de don Salvador Rizo, y éste, de la de don Miguel Antonio Irigoyen.2
Los últimos cuatro meses los he empleado en adelantar los cálculos de la
colección de observaciones astronómicas hechas en el Virreinato de Santafé de
Bogotá desde 1797 hasta8 .. . de que hablé a Vuestra Excelencia en mi anterior.
Los objetos y las utilidades de esta copiosa colección los sabe ya Vuestra Ex-
celencia, y me dispenso de entrar en pormenores.
También avanzo en las otras dos obras de que hablé a Vuestra Excelencia
sobre la geografía de las plantas en general, y en particular sobre las quinas;
pero como este objeto es vasto, complicado y difícil, es necesario marchar a
paso lento, y siempre con la sonda en la mano. Nada perdono para dar a estas
producciones toda la extensión, firmeza y utilidad de que son capaces. Pero
ellas no adquirirán el grado de esplendor y de belleza de que son susceptibles,
hasta que yo no visite los Andes de Quindío, observe sobre esta inmensa mon-
taña. Entonces tal vez formaría una producción que hiciese honor a la Patria y
al glorioso Virreinato de Vuestra Excelencia. Pero conozco las urgencias y las
aflicciones del Estado en esta época desgraciada, y espero que serenada la bo-
rrasca que ha excitado la tiranía de Napoleón, pueda nuestro ilustrado Gobier-
no proteger los conocimientos útiles, como lo ha verificado siempre.
Hablé ya a Vuestra Excelencia de los perfiles de los Andes desde 4°30'
latitud austral hasta 40°30' latitud boreal. Estos perfiles, verdaderamente im-
portantes, y que hacen el fondo de la fotografía, se suspendieron por la muerte
de nuestro amado Director, y sería digno de Vuestra Excelencia el que mandase
se concluyan. Diez y ocho son las láminas que constituyen esta obra, de las
1
Antonio Amar y Borbón.
1
Miguel Antonio lrigayen, en estos días comandante de marina en el Apostadero de Guar-
dacostas de Cartagena de Indias. El Almanaque Náutico enviado, publicado por el Observatorio
de San Fernando, Cádiz, a partir del año de 1792.
1
Este manuscrito de los cálculos de las observaciones no se ha encontrado.
297
298
'Esto indicaría que Caldas estaba ampliando su conocida memoria de 1802, escrita en Quito.
• Esta Memoria sobre refracciones no se conserva.
• Con fecha 4 de ese mes se consignó el parecer del Virrey sobre el informe de Caldas.
299
1
Titulada "Memoria sobre la importancia del cultivo de la Cochinilla que produce el Reino,
etc.", la primera publicada en el tercer año del Semanario.
• Diego Martín Tanco designó a Manuel del Socorro Rodríguez cuyo veredícto favoreció
la memoria presentada por Caldas. (Ver las comunicaciones publicadas en "Obras de Caldas" al
encabezamiento de la memoria citada).
136
A don José Casamayor.
Esta Memoria1 se debe al generoso patrtonsmo de usted, y es justo se
consagre a un compatriota celoso por el progreso de nuestros conocimientos,
y por la felicidad común. Permita, pues, usted, que yo ponga su nombre al fren-
te de este pequeño trabajo, y que así manifieste los sentimientos de respeto que
tengo para con usted.
FRANCISco JosÉ DE CALDAs
Santafé y enero 12 de 1810.
1
Se refiere al trabajo titulado "Memoria sobre la importancia del cultivo de la Cochinilla
que produce el Reino . .. ", la cual ganó el concurso propuesto en el "Semanario" por el señor
Joaé Casamayor. Publicada en el rercer año del "Semanario".
300
138
Febrero 20 de 1810
Señora: 1 la Divina Providencia por caminos inesperados ha rodeado de tal
modo las cosas, que parece se declara por nuestra unión. Y o, confieso a usted
con toda sinceridad de mi corazón, que ahora cinco meses ignoraba que existía
1
María Manuela Barahona.
301
139
Señor Juez Subdelegado de la Silla Apostólica.
Don Francisco José de Caldas, oriundo de Popayán y domiciliado en este
Arzobispado ante usted, con todo mi respeto, parezco y digo: que deseando con-
traer matrimonio con doña María Manuela Barahona, vecina de Popayán, nos
hallamos con el impedimento de consanguinidad en los grados de tercero con
cuarto. El señor Provisor sede-vacante de ese Obispado está pronto a dispensar
por su parte, y yo espero igual gracia del que posee las facultades aquí, funda-
do en las razones que expondré:
302
1
Francisco José Arboleda Salazar y Hurtado del Aguila.
• Mariana Arboleda Vergara.
• Josefa Barahona de Barahona, esposa de Félix Barahona.
140
Señor Provisor Gobernador del Arzobispado.
D. Francisco José de Caldas, oriundo de Popayán y domiciliado en este Ar-
zobispado con mi mayor respeto, parezco y digo: Que para servir a Dios he re-
suelto contraer matrimonio con doña María Manuela Barahona, vecina de Po-
payán, y necesitando acreditar mi soltería se ha de servir usted mandar se me
reciba información de tres testigos que presente; y que hecha se me devuelva
original, o se me dé una certificación para acreditarlo ante el señor Provisor
303
1
Rafnel Araos, Notario Mayor de la Curia Metropolitana, autorizó en Santafé, con fecha
27 de febrero de 1810, se recibiese la información ofrecida.
• La declaración juramentada de Caldas fue recibida el 28 de febrero por el Notario Mayor.
1
El apoderado fue Antonio Arboleda Arraechea.
141
Excelentísimo señor: 1
1
Antonio Narváez Latorre.
• No sólo a su iniciativa se debe el Observatorio, pues también las cuentas pendientes de
la obra fueron cubiertas por la mortuoria de José Celestino Mutis.
304
1
El Virrey Antooio Amar y Borbón.
• Se refiere a la disposición del Virrey que reorganizó la Expedición Bocánica, ver carta
N9 130.
142
1
Mi hermano: aunque usted haya mantenido una indiferencia inglesa con
quien le ha amado de veras, yo soy ese botánico, astrónomo, que usted curó en
2
Loja. Y o sé sentir, pero no olvidar los beneficios, ni la amistad. El día que
usted casó con la hermana que más he querido, ese día se borraron para siem-
pre mis quejas. Sea usted feliz, ame usted a quien tanto amó mi corazón; sí,
ámela, hágala feliz, que yo lo seré si usted la aprecia, la estima y si ella le
sabe corresponder.
Déla usted mil abrazos a mi nombre, y usted crea que tiene un hermano
que sabe apreciar su mérito y sus talentos.
Su hermano,
FRANCISCo JosÉ DE CALDAS
A Cortés, mis respetos y mi reconocimiento.
Santafé, marzo 20 de 1810.
1
1
Jora• Wallis. uposo de Baltasara Caldas Tenorio, hermana menor de Caldea.
Caldea lo conoció durante el viaje a Cuenca y Loja en 1804. El médico siguió a Caldas
hasta Popayán donde se radicó hasta su muerte el 15 de enero de 1828.
305
CARTAS Di CALDAS- 20
1
Vicenta Tenorio de Caldas. Manuela Barahona debió atender la solicitud ya que la madre
de Caldas fue la madrina de matrimonio.
1
María lgnacia Barahona Fajardo.
1
María Josefa Barahona de Barahona.
306
P. D.-Solo poseo de usted una carta y una firma que beso con frecuen-
cia. Arranque usted de su cabeza cuatro pelos, y en una carta remítamelos.
Presente será este más precioso que los diamantes. Perdone usted estas pretensio-
nes de mi amor; disculpe usted a un corazón encendido y que ama con vehe.
mencia.
144
Santafé y abril 20 de 1810
1
Mi Santiago: los vínculos sagrados de nuestra amistad, y los que usted
ha contraído con mi familia por su matrimonio, me imponen la obligación de
comunicarle mi próximo enlace con doña Máría Manuela Barahona. Creo que
no avergonzará esta unión a ninguno de mis amigos, y que usted, que la cono-
ce, aprobará mi elección. No he querido elegirla en Santafé, ni cometer la in-
justicia de olvidar a las jóvenes de nuestro país por las extrañas. Ellas tienen
un derecho fundado sobre nosotros, y son acreedoras a nuestro amor por su
modestia y por sus virtudes. No he buscado bellezas ni riquezas: virtud, naci-
miento, esto basta a todo corazón bien formado.
Dé usted parte a mi nombre a mis señoras doña María Josefa2 y Teresi-
ta,8 y usted cuente con su
CALDAS
1
Santiago Pérez de Arroyo y Valencia.
1
María Josefa Hurtado de Mosquera.
1
María Teresa Mosquera de Arroyo.
307
308
146
Santafé y mayo 6 de 1810
Mi dulce Manuelita: ¿podré ya decir a usted sin temores y a boca lletia
mi erpora? 1 ¿Se habrá ya celeb~ado nuestro contrato? ¿Estará ya echado este
lazo, esta cadena tan deseada? ¿Para qué dilatar un día lo que hace nuestra fe-
licidad? ¿No sería más justo que yo ya fuese esposo y usted esposa? MiMa-
nuelita, no dilatemos más lo que hemos de hacer mañana. Ojalá sea esta la
última carta que escribo a usted como amante y que comience las de esposo.
No extrañe usted, mi bella Manuelita, que no le haya hablado de mi viaje
a conducirla. Una cadena inmensa de obligaciones me liga a este suelo. Ardo
1
María Manuela Barahona. La ceremonia hubo de demorarse por las diligencias para lu
dispensas por el parentesco con Caldas y el permiso por ser ella menor de edad.
309
• Agustín Barahona.
• María lgnacia Barahona Fajardo.
147
A los señores Prior y Cónsules del Real Consulado de Comercio de Car-
tagena.1 _
Un objeto importante y que puede hacer la felicidad del Reino es el que
ofrezco hoy a Vuestra Señoría. Y o estoy seguro que ese cuerpo de ciudadanos
ilustrados y patriotas no podrá ver con indiferencia el proyecto de hacer trans-
migrar la vicuña del Perú a nuestros Andes. Vuestra Señoría conoce mejor que
ninguno el valor de esta lana, los ramos de industria a que provoca, la ocupa-
ción que puede dar a tantos infelices, el comercio que se puede establecer y los
inmensos productos de su extracción. ¿Qué motivos más poderosos se pueden
1
El Consulado de Cartagena fue creado por Cédula Real de junio de 1795 y su primer
Prior fue el señor Tomás de A . de Torres.
310
148
Santafé y mayo 21 de 1810
Mi esposa, mi adorada Manuelita: yo creo que usted es mía y yo de usted.
Mi corazón nada en placeres y en júbilo. ¿Yo dueño de la bella y virtuosa Ma-
nuelita? El día 13 de mayo hará época en el discurso de mi vida. 1 Este día he
jurado fe, amor, estimación a mi dulce Manuelita a la faz de la Iglesia, y en
este día me la ha jurado usted a mí. Ya tenemos, ya nos une un lazo que
ninguno puede cortar. Feliz cadena la que me liga a mi adorada Manuelita.
Solo suspiro ya por abrazar y unirme a mi esposa, a mi amada. Rompa .de
todos la cadena y marche a donde la espera su amoroso José. No vivo, miMa-
nuelita, hasta que no descanse en sus brazos.
Haré todo lo que usted me manda, y no perdonaré diligencia para el asun-
to de Valdés.2
Y~ doy mis órdenes a don Antonio Arboleda8 para que le dé a usted
cuanto necesita para su viaje. Usted no tenga la menor cortedad para proveer-
se de todo. Y o quiero que usted venga con comodidad y con decencia. Usted'
és dueña de mi corazón y lo será de cuanto tengo. ·
Dulce, deseada Manuelita, adiós, que no hay tiempo para más. Salude
usted con todas las veras de mi alma a mi señora doña Ignacia, 4 que respeto
~a~~ .
Su fiel y amoroso esposo,
JosÉ
1
El día 13 de mayo de 1810 se celebró el matrimonio por poder de Francisco José de
Caldas y María Manuela Barahona.
• Mariano V aldés y Bonilla.
8
Antonio Arboleda Arraechea.
'María lgnacia Barahona Fajardo.
311
150
Santafé y junio 6 de 1810
1
Mi esposa, mi Manuelita: ya puedo decir esposa sin temores. Lo eres,
perdona, perdona a tu esposo que trate ya sin señorías, ni ustedes. Eres mía,
¡Gran Dios! ¡Qué conquista! Y o quiero desde hoy tratarte con la igualdad de
esposo, y quiero gustoso renunciar a estos tratamientos que no inspira el amor
puro, casto, noble, espiritual, santo que te profeso. Manuelita, dulce Manueli-
ta, trátame del mismo modo. Permite que te corrija un error que lo has recibido
de mis P. P. y de todo Popayán. Mi nombre es Francisco, y por devoción José.
Yo quiero que desde hoy me llames mi Franco, que me trates de tú, que tengas
conmigo la misma confianza que yo tengo con mi Manuelita. Y a somos igua-
~es, ya somos dos almas en un cuerpo, dos corazones unidos por el amor sagra-
do de la virtud: pensamientos, deseos, miras, bienes, nombres, glorias, espinas,
aflicciones, lágrimas, todo es común, todo uniforme. Y a te llaman mis conoci-
das y mis amigas la Cttlda.r, ya te desean, ya se preparan a abrazarte, a estimarte
y a serVirte. Aquí tienes también una madre que te estima con ternura y que te
espera con ansia, doña Josefa Santacruz,2 mi tía política y mujer de Tenorio8
es la que trabaja sin cesar, y la que tú mirarás como a tu madre. Esta señora
llena de virtud tiene cuatro hijas, de las cuales la mayor es ya nuestra madrina
en nuestro velorio; se llama Teresita! Quisiera que tú le escribieses una car-
tica afectuosa. Hazlo así con la doña María Josefa Santacruz, y saluda en ella
a tus primas Teresita, M~elita, Pepita y Mariquita.» En su casa te apearás y
allí te voy a festejar a tu llegada.
1
María Manuela Barahona.
• Ana Josefa Santacruz de Tenorio.
• Tomás Tenorio Carvajal.
•Teresa Tenorio Santacruz.
6
Teresa, Josefa, Manuela y Mariquita Tenorio Santacruz.
312
0
Angela Gama de Mutis, Marcelina Lagos de Camacho (esposa de Joaquin Camacho) y
María lgnacia Alvarez Lozano.
1
No ae conoce la carta a Antonio Arboleda Arraechea en la que Caldas da su opinión
sobre el viaje de una hermana de la esposa.
151
Santafé y junio 20 de 1810
1
Manuelita amada: mucho gusto me has dado con escribirme de tu nota
misma. Con esto he conocido tu docilidad y te amo más.
Y o te considero en camino y remito ésta a manos del señor Cura de La
Plata,2 para que te la entregue: a él te recomiendo, y te encarezco que me espe-
res allí. Mucho puedes, hija mía, sobre mi corazón; voy por fin a La Plata a
recibirte, y a que nos reunamos hasta la muerte. La virtud debe ser el fin de
nuestro matrimonio; los dos nos vamos a santificar mutuamente. Que en nues-
tros corazones reine Jesucristo, la pureza y la santidad. Tú vienes a ser mi espo-
sa, y ya lo eres; tú debes ser una esposa cristiana, y fundar una familia santa
y religiosa. La virtud es dulce, pues es el amor y la castidad. ¡Ah, mi Manue-
lita! ¡Cuándo alabaremos al Señor los dos! ¡Cuándo, enlazando nuestras ma-
nos, las levantaremos al cielo para bendecir sus bondades! Nuestros corazones
1
María Manuela Barahona.
• Andrés Ordóñez.
313
FRANCISCO JosÉ
• Marcelino Hurtado Arboleda.
152
Santafé, 20 de julio de 1810
Señor don Manuel Varela.
Muy señor mío y respetado señor:
Mi señora madre1 me dice en este correo que ha invitado a usted para el
ajuste de nuestra cuenta: me añade que nada se le debe por mi parte y que
todo está satisfecho, yo ruego a vuestra majestad encarecidamente para la
quietud de mi conciencia que tenga una entrevista con mi señora madre; 2 que
se ajuste la cuenta que pues no temo pagar lo que justamente debo. Le ruego
a vuestra majestad también que no me mortifique con libranzas que jamás
he de pagar sin ajustarle la cuenta. Yo espero de su honradez y buena fe este
paso; y que cuente con la satisfacción en caso de alcance como se lo tengo
ofrecido.
Pásela vuestra majestad bien y mande a su verdadero amigo, que besa
su mano.
J. CALDA~
1
N6tese la fecha de esta carta, una indicación de que Caldas estaba en Santafé contrario
a lo dicho por don Lino de Pombo.
• María Vicenta Tenorio Arboleda.
153
Santafé y agosto 6 de 1810
1
Mi amada Manuelita: ya te considero en La Plata, y yo sin poder salir
a recibirte como te lo habría ofrecido. Y a sabrás la revolución terrible que ha
habido en el Gobierno. Yo he salido ileso, gracias al Señor,2 y solo te deseo para
resolver sobre mi suerte. V en breve, pues estoy muy arriesgado a que la Junta
1
María Manuela Barahona.
• Este comentario no indica propiamente que Caldas estuviese muy comprometido con la
revolución.
314
154
Santafé y septiembre 5 de 1810
1
Mi Manuelita.: ya se acerca el momento deseado de conocerte y de estre-
charte en mis brazos. El mozo correo me ha avisado que el lunes estaría en La
Mesa. Así lo creo, y en esta inteligencia te dirijo ésta dándote cuenta de mi
situación y lo que haré.
Las noticias sangrientas de Quito2 han llenado de espanto al Gobierno y
a esta capital. Y o estoy encargado del Diario3 que remito para que lean. El
viernes ha de salir otro con las cosas de Quito, y tengo que imprimirlo y publi-
carlo. No puedo ir a La Mesa, no puedo ir a besar tu mano a ese lugar; pero oye
lo que puede mi amor. Este peón estará hoy miércoles allá o el jueves de ma-
ñana. Tú sales el viernes sin falta; yo saldré a encontrarte este mismo día, y
te hallaré en el monte. Allí pasaremos la noche y el sábado entraremos a esta
tu casita que te espera con alegría.
Tú tienes talento, hija de mi corazón, no te enojes; mi alma está violenta
por verte; mi oficio y mi suerte me encadenan en ésta; ni el dulce amor me
puede sacar; perdona esta imposibilidad a tu amante.
FRANCISco JosÉ
1
María Manuela Barahona.
2
Los jefes de la revolución del año anterior, el 10 de agosto de 1809, entre los cuales
figuraba Juan de Dios Morales, de Rionegro (Antioquia) , y el capitán Juan Salinas de Rojas,
fueron asesinados en la prisión el día 2 de agosto de 1810.
• Se refiere Caldas al "Diario Político", redactado en compañía de Joaquín Camacho. El
primer número apareció el 27 de agosto.
315
156
1
Benedicto:
Atónito me ha dejado M. Perri2 contándome las calumnias que me han
hecho para con usted, pero estoy más asombrado de ver que un hombre de luces,
que conoce mi corazón, que me ha tratado largamente, que tiene amargas ex-
periencias del carácter chismoso de este pueblo, haya dado crédito a tantas
infamias contra mí, de cuyos labios no han salido sirio elogios de sus talentos
y más de la pureza de sus costumbres. Hablo delante de Dios, que sondea el
fondo de mi corazón, y aseguro que en todo el discurso de mi confesión no he
nombrado a usted ni se ha traído a colación. Y aun cuando esto hubiera suce-
dido, ¿habría contádolo a mujeres? Era preciso que hubiera perdido la cabeza,
y solo en una embriaguez total podía haber dicho lo que se me imputa. Si usted
hubiera correspondido a la sincera y fiel amistad que le he protesado y que
le profeso, debía haberse visto conmigo y reconvenídome, señalando con el dedo
al pícaro calumniador. Así he obrado con otro malvado que vino a decirme los
horrores que usted había vomitado contra mi honor literario y moral. Mi con-
testación fue: ..¿Puede usted sostener todo esto a la faz de don Benedicto?"
Se denegó...Pues yo me deniego, añadí, a creer estos errores contra un hombre
cuyas costumbres conozco". Desprecie todo y no varíe en un punto el concepto
que siempre he formado de usted. Así obran los hombres cuando conocen a
sus amigos. Es preciso confesarlo, usted me ha agraviado cruelmente dando
crédito a chismosos infames que tanto abundan aquí. A creerse usted de los
chismes con Bazo, con la señora doña Teresa,8 con . . . y acabe usted de cono-
1
Benedicto Domínguez.
• ¿El miamo oficial de caballería que llevaba el estandarte en el desfile del 12 de marzo
de 1813 en Santafé, al celebrar los triunfos de Bolívar en Cúcuta?
3
Teresa Domínguez del Castillo.
316
157
Santafé, 5 de agosto de 1811
Al señor doctor Santiago Arroyo- Popayán.
Mi querido Santiago: es verdad que ya no soy novio; pero ya soy padre,
dignidad que exige cuidados más serios que los de la galantería. Mi Manuelita1
me dio a luz el 23 de julio un niño a quien impuse el nombre de Liborio María.
Tiene usted ya un renuevo astronómico y un heredero del cuadrante y del
telescopio, y ahora también del cañón y del mortero. No extrañe usted que
reúna estas máquinas destructoras a aquellos instrumentos pacíficos. Soy in-
geniero, y para la defensa de la patria me he visto precisado a consagrarme
seriamente al estudio de la fortificación y artillería.2 Es verdad que tienen en-
canto estas ciencias horribles; pero nada de la majestad y de la grandeza de
los cielos. Por fortuna, son ciencias circunscritas, que para conquistarlas bastan
dos o tres meses de un estudio metódico. En la semana entrante vamos a veri-
ficar nuestros primeros ensayos con las bombas.
Usted me habla de proyectos científicos muy halagüeños para mí, y que
creo que jamás se realizarán. Popayán no puede entrar dentro de muchos años
en miras científicas capaces de hacerla feliz. Y o tengo puesta mi pretensión
en Caracas, y espero también que nuestro Congreso que va a formarse, que
solo espera a los diputados de ésta para instalarse, tenga miras menos rateras
y menos insensatas que las que ha mostrado este Presidente bárbaro,3 para casi
arruinar el Observatorio y la Expedición Botánica. Y o espero que se piense en
formar la carta geográfica del Reino, en subdividirlo juiciosamente, en hacer
navegable el Cauca, en fortificar muchos puntos, etc., etc., y en todo esto espero
tener una colocación. No por esto me denegaré a servir a mi patria, siempre
1
María Manuela Barahona de Caldas.
1
Ea ata la primera aluai6n a la actividad de Caldas como ingeniero militar.
1
Jorge Tadeo Lozano.
317
• La última memoria del "Semanario" fue la NI' 11 "Elogio Histórico de don Miguel Cabal".
• María Teresa Mosquera de Arroyo.
158
Tunja y marzo 16 de 1812
Mi generoso Benedicto: 1 ayer llegué a la afamada Tunja y merece segu-
ramente renombre por sus edificios y bella situación. Nada puedo decir de
localidad geográfica. Ayer llegué, y hoy he tomado alturas para arreglar el
cronómetro y deducir su longitud; en el que sigue tendrá usted mi primera
carta científica. Deseo que usted active el negocio de imprenta,2 y que me
ayude a soportar el peso de mi familia. Se me olvidó pedir a usted un nuevo
favor a más de los que ya le debo, y es: a Dávila8 le debo ciento y un pico de
pesos y de di palabra de dejar a usted encargado de su pago. Se me olvidó,
y para volver por mi honor me hallo obligado a suplicar a usted se tome la mo-
lestia de pagar este débito, que yo pignoro la imprenta hasta satisfacerle.
Perdone usted, mi buen amigo, estas molestias del astrónomo, que sabrá reco-
nocerlas mientras viva. Al serio Lacedemonio4 mis afectos, y lo mismo al clé-
rigo ]arana. Adiós, el astrónomo,
FRANCISCO JosÉ DE CALDAS
Al señor don Benedicto Domínguez - Santafé.
1
Benedicto Domínguez y Casrillo.
• Ver en las cartas Nos. 161, 163 y 165, otras referencias a la imprenta de Caldas.
1
José María Dávila.
• Francisco Urquinaona.
159
Mi amigo: 1 Se ha obstinado usted en que le he de remitir por el correo la
relación de mis observaciones sobre los países que visito actualmente; a mí no
me gusta desagradar a mis amigos cuando está en mis manos complacerlos.
1
Benedicto Domínguez.
318
• Antonio Alcedo.
319
1
El Barón Federico Alejandro de Humboldt no visitó el páramo de Cl!ingaza.
320
'Carlos Cabrer.
• Vicente Talledo.
160
Mi amado Benedicto: 1 doy las gracias más expresivas por los servicios
señalados que usted me hace, y que sabré reconocer. Siento que Núñez haya
dilatado el modelo y mármol y que nos atrase por esta bobada. Con las diligen-
cias que usted iba a practicar no dudo que se conseguirá su llegada pronto.
1
Benedicto Domínguez.
321
CARTAS DE CALDAS- 21
1
Se refiere a la carta N Q 159.
1
Antonio Baraya.
' Joaquín Ricaurte Torrijos.
322
6
Antonio Nariño.
1
Francisco Urquinaona.
161
Tunja y abril 15 de 1812
Ilwtrísimo doctor don Benedicto Domínguez y Castillo,
y señor Fiel Ejecutor doctor don Francisco: 1
Señores de todos mis respetos: así se comienza una carta digna del siglo
pacífico y urbano de Bavasorda y Mena. Este siglo de sencillez y de los im-
prescriptibles, es un siglo de turbación y de amargura. No hay paz aunque
abundan los escritos y los libros. Dichosos esos días en que se hacía penitencia
porque se eclipsaba el sol; dichosas las equipotencias, el bárbara, el ente de
razón. Entonces se pateaba en conclusiones, se atronaban los templos, se ergo-
lizaba muchas horas por probar que sí; adamo non peccante, etc. Pero todos
tomaban tintos buenos, bizéochos, mistelas, aguas, chocolate y dulce cuando se
serenaban esos fuegos fatuos que no pasaban al corazón. Hoy han sucedido
a esas inocentes ocupaciones, a esas guerras de pico, los odios, las persecuciones,
las conmociones públicas, la subyugación: hoy se calumnia con la misma fres-
cura que en el siglo de nuestros padres se ponían cuatro silogismos. ¡Qué di-
ferencia! ¡Oh tempora! ¡Oh mores!
Celebro haya usted recibido el modelo y mármol, y que se haya valido de
las del Gobierno para la muestra. Es verdad que ajusté el Tórculo y prensa
de encuadernar, con Molano, en treinta y dos pesos, y usted puede dá!."selos
recibiendo en la imprenta dichas máquinas.2 Nada me dijo usted de la carta
primera que le remití;3 estoy por concluir la segunda que irá pronto. Celebro
la llegada del padre del serio Lacedemonio/ y que tenga el dulce placer de
besarle la mano y de recibir la bendición como se hacía en el siglo de Bava-
5
sorda. Y a sabrán ustedes las desgracias dolorosas de Mérida, y la muerte de ese
1
Francisco Urquinaona.
• El tórculo es una prensa usada para estampar los grabados.
"Ver la carta N9 159.
• Andrés Urquinaona.
• El terremoto de Mérida (Venezuela) ocurrió el 26 de marzo de 1812, a las S p. m.
en un jueves santo. El terremoto también afectó a Caracu, La Guaira y Barquiaimeto. Los
realiscu lo vier011 como cutigo de Dioo por la independencia y Bolívar dijo: "Si se opone la
naturaleza lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca".
323
162
Tunja y abril 15 de 1812
1
Mi amado Antonio: Ha más de un mes que nos tienen acantonados en
esta ciudad, por intrigas ambiciosas de Nariño/ que no quiere sino diYidir
para reinar. Este a quien engañados hemos llamado mártir de la libertad, no es
otra cosa que un tirano disfrazado. Teme la opinión pública, teme no la alar·
ma, sino la rabia de las Provincias y el furor de todos los hombres de bien. El
ha pretextado ocupar a Salazar de Palmas para oponerse a los progresos de
Santa Marta; pero ignorante de nuestra geografía ha dado la carta con esta
grosera estratagema. ¿Quiere usted saber los planes depravados de este hombre
digno de los calabozos en que ha vivido? Oigalos usted y que tiemblen las
Provincias, si con oportunidad no sufocan a . esta hidra en la cuna.
Pretexta concentrar la fuerza en Salazar, sin saber que es un rincón ais-
lado, solitario y arruinado del Reino, y sin comunicaciones con Santa Marta;
pero el fin es pedir paso para Tunja, sentar con pretextos frívolos la fuerza
para proteger a los chisperos malcontentos y criminales a fin de que pidan su
agregación a Santafé a la sombra de nuestras armas. He aquí el destino que
ha dado este tirano a los hombres más libres y más justificados en la causa de
nuestra independencia. Cree usted que el autor del Diario Político y el héroe
de Palacé ejecutemos este plan pérfido que prepara nuestras cadenas.3 Ustedes
los popayanejos tienen la culpa de que yo haya prostituido la dignidad de hom-
bre libre. Si menos mezquinos y conociendo sus intenciones hubieran abierto los
brazos a todos sus hijos, ya los Pombos, Torres, Caldas estaríamos en el seno
324
325
163
Sogamoso y abril 28 de 1812
Serios Lacedemonios: 1
No quiero más ilustrísimas ni reverencias con unos Lacedemonios que
han olvidado su lengua por la de los imprescriptibles. ¿Quién creyera que los
adoradores del siglo de Mena y Bavasorda habían de hablar en francés? Esta
lengua no la entendían dos en esos días de paz y de tranquilidad. Contentos con
su mal castellano y peor latín, no leían sino a Larvagá, al Quijote y aPalanco y
1
Benedicto Domínguez y Francisco Urquinaona.
326
• Juan Rodríguez Molina. Ver las cartas Nos. 158 y 161 en lo referente a la imprenta.
• Miguel Pombo Pombo.
• José María del Castillo y Rada.
• Antonio Nariño.
• El oidor Juan Hemández de Alba y los Virreyes Antonio Amar y Borbón y Pedro
Mendinueta y Muzquiz.
164
Sogamoso y mayo 12 de 1812
Mi Manuelita: 1 ni Sánchez2 ni tú entienden mis cartas. Hurtado3 se de-
negó a prestarte las asistencias, porque es tan puerco como Groot,~ y siendo que
1
María Manuela Barahona.
2
Antonio Sánchez.
3
Marcelino Hurtado Arboleda.
• Pedro Groot.
327
• Antonio Villavicencio.
1
Liborio María Caldas Barahona.
165
Sogamoso y mayo 21 de 1812
Serios Lacedemonios: 1
Creo que al epíteto de serios deben añadir el de lacónicos cuando no se
necesita. Sus cartas son efímeras, y perecen como los insectos del Nilo. ¡Pobres
diablos! ¿Por qué no me hablan con detención en un asunto tan grave como la
pintura del sol, son soleil? Epaminondas, aunque era espartano, hablaba dete·
nidamente cuando se trataba de asados, pollas y cocina. Qué, ¿pintar un sol al
frente de las clava$ es acaso un juguete? ¿Imprimir una esquela de convite para
las honras de Mena y Bavasorda, es negocio de dos palabras? Más juicio, se·
ríos, más atención con un astrónomo que fija la posición de Sogamoso, de esta
antigua soberanía, tan efímera como los amigos de las artes, y que no tiene
sino barro en las calles, pobreza y miseria.
Celebro que la imprenta esté concluida,2 y que en el siguiente me remitan
3
una señal o muestra. Los patianos me han asustado, y Tenorio me ha hecho
llorar de risa con la majestuosa intimación que hizo a los popayanejos.
Salud, y trabajar para que se imprima algo bueno como Los mil 'Y un
cuentos, El Lazarillo, Los dos pares de Francia, y otras cosas dignas del siglo
de Mena y Bavasorda. Amén. Adiós.
El Astrónomo.
1
Benedicto Domínguez y Francisco Urquínaona.
• Ver las cartas Nos. 158, 161 y 163.
• Antonio Tenorio Carvajal.
328
167
Sogamoso y mayo 23 de 1812
1
Don Camilo: usted sabría que fui destinado en calidad de ingeniero en
la expedición de nuestro Baraya;2 pero no sabría mi disgusto al verme en el
número de los opresores de Tunja y de Pamplona. Yo no sabía a dónde ca-
minaba, y Dios me conducía a que contribuyese a la formación del Congreso
con mis débiles fuerzas. Así que llegué a Tunja me hospedó el Gobernador,
1
Camilo Torres Tenorio .
• Antonio Baraya.
329
330
• Atanasio Girardot.
• Ignacio Salcedo.
8
José María Cancino.
• José Miguel Pey.
10
Frutos Joaquín Gutiérrez.
11
José María del Castillo y Rada.
12
Pedro Groot.
'" José María Carbonell.
,. Luis Otero.
331
Incluyo una proclama que Baraya ha hecho para que se fije ~n las esquinas
de Santafé, y disipe las calumnias de los pícaros que nos tiran a volver odiosos.
168
Tunja, junio 3 de 1812
1 2
Mi adorada Manuelita: no dudo que el tirano te oprima porque eres
esposa de un hombre que ama la libertad; pero no temas, que pronto será libre.
Cuídame a mi Liborito,3 no te asustes por nada, que allá iré pronto a resti-
tuirte a tu sér. Te remito cien pesos en oro con el amigo Rubio, porque creo
que no te darán nada en cajas. A Pombito4 que te asista, que estás expuesta
por salvar la patria. Rubio es mi amigo, y puedes confiarte a él. Si es preciso
esconderte, escóndete, lo mismo que mis papeles y libros. No des las llaves del
Observatorio, y di que yo las tengo.
Adiós, valor, adiós. Tu
CALDAS T.
1
María Manuela Barahona.
• El Presidente Antonio Nariño.
• Liborio María Caldas Barahona.
' Miguel Pombo Pombo.
169
(Fragmento)
1
Tomás Tenorio Carvajal.
• Antonio Baraya.
• Antonio Narifio Alvarez.
332
1
María Manuela Barahona.
• José María Carbonell.
3
Antonio Nariño.
' Tomás Tenorio Carvajal.
" María lgnacia Alvarez Lozano.
• Miguel Pombo Pombo.
7
José María Estévez.
8
Marcelino Hurtado Arboleda.
• José Agustín Barahona.
10
Liborio María Caldas Barahona.
171
Mi amada Manuelita: 1 recibí el telescopio, zamarros y el incroyable. Y o
estoy con salud y con mis granos que no se empeoran y que no se quitan.
Ha quince días que estamos aquí sin saber cuándo parriremos, ni cuánto
durará la expedición. Puede ser que las cosas muden y que Dios me restituya
a mi casa, que lo deseo con ansia.
Cuidado con Liborito2 y con el que tienes en el vientre; cuídate mucho y
has ejercicio desde que te sientas en los siete meses, para tener un parto fácil
y no como el pasado. Cuida mucho de la familia, que todo esté arreglado y
cristiano, pues tenemos que dar cuenta a Dios de la conducta.
1
María Manuela Barahona.
• Liborio María Caldas Barahona.
333
172
Tunja .. .
Mi amada y perseguida Manuelita: 1
Por mano de don Camilo Torres2 te he librado setenta pesos para tus gas-
tos. Aquí he sabido que Nariño3 te ha retenido en calidad de rehenes, lo mismo
que a la hija de este Gobemador.4 Es necesario que te armes de paciencia, hasta
que Dios te libre de ese hombre y de la cuadrilla de chisperos que te abominan
porque eres esposa querida de un hombre que aborrece a los tiranos. Ahora sé
que el Congreso, a reclamaciones mías, te ha pedido al usurpador3 de la Presi-
dencia de Santafé, y ordena que te unas a tu marido. Si este hombre cruel no
desatiende las órdenes del Congreso y te permite salir, deja inmediatamente ese
suelo desgraciado, esa ciudad preciosa pero plagada de chisperos corrompidos
y criminales. Y o te mando que vendas los muebles de casa, como mesas, sillas,
canapés, etc., etc.; que me traigas la Virgen, mis libros y mis instrumentos, con
todo lo que se pueda conducir. Te encargo especialmente mis papeles, y que
Sánchez5 pida mis bienes y mis instrumentos que están en el Observatorio.
Tú no temas nada, aquí no se ha pensado en declarar guerra a Santafé;
esto no cabe sino en la cabeza del miserable Nariño; él es el que, por fines que
no alcanzo, ha alborotado a ese pueblo crédulo, voluble y viciado con la pre-
1
María Manuela Barahona.
• Camilo Torres Tenorio.
• Antonio Nariño.
• Juan Nepomuceno Niño.
• Antonio Sánchez.
334
173
Mi amada Manuelita: 1 yo estoy bueno, gracias a Dios, aunque muy aborre-
cido del tirano2 de Santafé. Esta carta será larga y común para ti y para Sán-
chez.3
Los bienes que me pertenecen y son míos en el Observatorio, son: una
grande aguja que está en una caja grande que parece frasquera con agarraderas
de cobre, como papelera; un teodolito pequeño en caja de pino y no de caoba;
un sextante, caja de caoba; un cuadrante en dos cajas de pino, de que hablé en
mi anterior, y Barona4 me dice que el pícaro de Carbonell11 le dejó sacar; una
mesa de camino, el barómetro que balancea en tres pies y un grueso peso de
cobre; el otro que está en la pared clavado y que balancea también; el retrato
del señor Mutis; 6 y una Uranita en un cuadrito de pintura quiteña. Es nece-
sario pedirlos al tirano por una representación fuerte.
Nariño2 y Carbonell11 tiran a vengarse de mí con bajeza y con crueldad;
ellos quieren tragarse mi imprenta y mis bienes; y es necesario defenderlos, y si
no se puede otra cosa, recompensarse del modo que sea posible. Para esto yo
tengo acá algunos instrumentos que valen más que la imprenta, y quiero que los
globos, telescopio chico, libros que dejé en mi cuarto se escondan con todo esme-
ro, lo mismo que todos mis papeles y manuscritos. Barona4 me dijo que habían
embargado mis libros que se hallaban en mi cuarto, y lo siento en mi alma, por-
que veo que cayó mi Lalande.7 Pero veo que en la última de Sánchez me
dice que todo lo de casa lo tenía .asegurado. ¿Cómo, pues, han embargado el
1
María Manuela Barahona.
• Antonio Nariño.
3
Antonio Sánchez.
• José Agustín Barahona.
• José María Carbonell.
• José Celestino Mutis.
7
La Astronomía de José Jerónimo Le Frano;ois de Lalande, en tres tomos .
335
174
(Fragmento)
1
Bien puede usted afligir, intimidar y degollar a esa niña inocente y virtuo-
sa;2 bien puede usted hacer lo mismo con mi hijito,8 y con todo lo que puede
tener conmigo relación en esa ciudad desgraciada; nada me intimida. Si muere
a manos de la facción, morirá con honor, y con virtudes, y yo no habré mancha-
do mi reputación por debilidad. La sangre que va usted a derramar por capricho,
por obstinación y por ceguedad, subirá al cielo a pedir venganza contra los au-
tores de nuestros males; esta sangre cerrará nuestros corazones a la piedad, y
nada perdonaremos; la vida de una de nuestras mujeres costará mil vidas. No
crea usted que amenazamos en vago, amenazamos con justicia, con fuerzas, con
superioridad.
1
Antonio Nariño Alvarez.
• María Manuela Barahona de Caldas.
• Liborio María Caldas Barahona.
175
Tunja y agosto 6 de 1812·
1
Mi amado Benedicto: la carta de usted me ha sorprendido y amargado
hasta un punto que no puede imaginar usted. París no ha entendido mi carta y
ha ejecutado una cosa que jamás aprobaré. Y o no he mandado que se le arran-
que la imprenta de manos de usted; no, yo amo a usted mucho, yo debo a usted
servicios señalados. Y o me debo a mí mismo otra conducta y otra corresponden-
cia a los beneficios. Me hallo tan incómodo, que no he podido sufrir, y hago un
expreso sólo a reparar este agravio hecho a usted y a mi amistad. La cosa ha
sido así:
1
Benedicto Domínguez.
336
176
Mi querida Manuelita: 1 repito que dejes a Santafé en el instante que Na-
riño2 te lo permita. Sé que el tío Manuel Santos viene y que estará ya en ésa;
ojalá que te traslades con él y que te vengas a Tunja, en donde nos guardare-
mos de las venganzas de ese gran pícaro. Que se pierda todo como te salves con
Liborito,3 Sánchez4 y mi familia.
1
María Manuela Barahona.
• Antonio Nariño.
1
Liborio María Caldas Barahona.
• Antonio Sánchez.
337
CARTAS DE CALDAS - 22
1
Juan Salvador Narváez.
• Joaé Agustín Barahona.
177
1
Mi Manuelita amada: he visto a tu tío2 y me consuela saber que no te
afliges por las picardías del Presidente8 y de Carbonell! Bien pronto me verás
y bien pronto me restituirán lo que me han usurpado esos grandes malvados.
Como yo sepa que no te abates, todo lo demás está corriente. No vuelvas a la
casa de Tenorio,5 que será sentimiento que no te olvidaré.
No te digo nada porque tu tío te contará todo y te serenará. Y o estoy sano
y nada temo, sino tus aprensiones. Descansa hija, que Dios es justo, y Dios nos
volverá a unir pronto.
Mil besitos a mi Liborito/1 y saludes a mi querida Nacha, 7 Vicenta, Luisa
y a mi querido Sánchez.8 Julio lleva las instrucciones para el desembargo de mis
bienes. Advierto a Sánchez que el retrato de Mutis9 y otra pintura que se hallan
en el Observatorio son mías.
Adiós; que me escriba largo Sánchez, de quien estoy contento por los pasos
que ha dado. Tu
CALDAS
1
María Manuela Barahoaa.
1
Manuel Santos.
• Antonio Nariño.
• José María Carbonell.
1
Tomás Tenorio Carvajal.
• Liborio María Caldas Barahona.
• María lgnacia Alvarez Lozano.
• Antonio Sándtez.
• José Celestino Mutit.
178'
Tunja .•• 1812
E~ el campamento de Baraya, a quien se enfrentó Pey, leí con dolor los
2 8
338
179
Tunja, 22 de agosto de 1813 1
2
Amado Miguel:
Qué tormenta la que se ha excitado por un puñado de malvados contra
los hombres de bien y de luces. ¿Quién habría creído en 1810 que Carbonell,
el ratero Carbonell,8 Mutis, el estúpido Mutis,4 Otero,5 Groot, 6 Tobar, Nari-
1
Aunque en el original aparece esta fecha, se ve por el texto que es del año 1812.
1
Miguel Pombo Pombo.
• José María Carbonell.
• Sinforoso Mutis.
• Luis Otero.
• Pedro Groot.
33·9
7
Antonio Nariño.
8
Alude a Camilo Torres .Tenorio, Joaquín Camacho, José María Domínguez, Antonio
Baraya, Manuel Rodríguez Torices, José María del Castillo y Rada, Joaquín Ricaurte, Frutos
Joaquín Gutiérrez, etc.
• El Congreso de las Provincias Unidas se reunió en !bagué.
10
José Miguel Pey.
u El Congreso se instaló en la Villa de Leiva el .4 de ocrubre de 1812.
340
341
1
María Manuela Barahona.
1
lgnacia Caldas Barahona.
1
Jos~ María Carbonell.
• Miguel Tobar.
1
Antonio Sánchez.
• Liborio María Caldas Barahona.
7
María lgnacia Alvarez Lozano, madrina de bautizo de lgnacia Caldas.
1
José María Estévez, padrino de lgnacia Caldas.
181
Mi Manuelita: 1 si yo no escribo no eres para mandarme ni unas saludes,
y ninguno se acuerda de mí. No obstante yo sí pienso mucho en mi familia y
en Liborito,2 que tú debes cuidar como una joya preciosa para que no vea ni
oiga cosas que debe ignorar. Yo pienso ir a abrazarlos a todos el lunes, y ahora
va este peón a traerme la brújula de caja de cobre que quedó allí en mi mesa,
y a saber de tu vida. No vayas a mandar una brújula que quedó envuelta en
papeles sobre la mesa. Hasta el lunes. Adiós. Que Sánchez3 entregue las ad-
juntas.
CALDAS
1
María Manuela Barahona de Caldas. Posiblemente escrita a principios de septiembre,
ver carta N9 182.
• Liborio María Caldas Barahona.
1
Antonio Sánchez.
342
1
María Manuela Barahona.
• Antonio Sánchez.
1
Pedro de la Lastra.
' Benedicto Domínguez del Castillo.
1
Tomás Tenorio Carvajal.
0
lgnacia Caldas Barahona.
7
Manuel Bernardo Alvarez.
• Familia de Tomás Tenorio.
• Pedro Casís.
10
María Ignacia Alvarez Lozano, madrina de bautizo de Ignacia Caldas.
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344
• Antonio Baraya.
• Hay aquí un error de traducción que deforma totalmente el sentido del original (ver nota 3) .
• Fecha del ataque de Baraya a Bogotá.
7
Antonio Nariño.
8
Benedicto Domínguez.
185
Dirijo a Vuestra Excelencia1 el plano del fuerte de Bufú,2 bajo el número
19 ;el de la batería alta del mismo, bajo el número 2. Van también los planos
de la Cana3 número 3, del fuerte del Telégrafo4 número 4, y el del 29 de Reti-
rada número 5. He omitido el 19 de Retirada por ser lo mismo que el 29 Todos
están trazados por una misma escala, y por ella puede Vuestra Excelencia co-
menzar a juzgar de los trabajos militares que he emprendido por orden y bajo
la protección de Vuestra Excelencia.
No van estos planos con solo el carácter de parte que da un ingeniero al
Jefe de la República; van también en consulta como a un inteligente y profesor.
Yo exhorto a Vuestra Excelencia a que los medite y le ruego por la patria
1
Juan del Corral, Jefe del Gobierno de Antioquia.
• Bufú, en la margen derecha del Cauca, entre las bocas de las quebradas Campania y Pácora.
• También en la margen derecha del Cauca, abajo de la boca del Río Poso.
'Telégrafo: alguna instalación de señales visuales para pasar mensajes de un lado al otro
del Cauca.
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186
El día 8 de éste terminé todos los trabajos de Bufú y Arquía, y licencié
a los peones que los ejecutaban. Ahora remitiría a Vuestra Excelencia1 los
planos de los últimos fuertes~ pero el correo no me da el tiempo necesario para
este género de trabajos. Lo haré sí, en el inmediato, lo mismo que del borrón
de la carta militar de la frontera del Sur, de que necesita Vuestra Excelencia
para juzgar debidamente del grado de seguridad en que está hoy la República
1
El presidente de Antioquia, don Juan del Corral.
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187
(Fragmento).
Espero que a mi salida, ya venga a verlos a Rionegro, y que así mi Ma-
nuelita1 amada, como toda mi pequeña familia, vengan a gozar de paz y de
contento. Actividad, viveza, secreto, celo y obrar con velocidad.
Ahora más que nunca pido a usted el cuidado de esos objetos queridos
para evitar fríos y otras enfermedades. Si Vicenta quisiese seguimos, que ven-
ga, y si no, dígale que a mi regreso de Urrao le ajustaré la cuenta y pagaré su
servicio. Adiós.
(Está rota la firma).
1
María Manuela Barahona de Caldas.
188
El Secretario de Guerra y Hacienda1 con fecha 3 del presente me comu-
nica lo que sigue:
"Vista por el Supremo Gobierno de la República la propuesta de los ca-
1
Francisco Antonio Ulloa.
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Sírvase usted1 remitirme once arrobas de cobre, a la mayor brevedad, por-
que se necesitan con urgencia, lo mismo que doce hojas de lata, que no las hay
en Medellín.
Tengo fuertes sospechas que el conductor del cobre anterior ha perdido
un oficio para usted y otro para el Excelentísimo señor Presidente.2 Lo aviso
a usted para que no se crea que he faltado a la contestación y para que se so-
liciten.
Dios guarde a usted muchos ·años.
Medellín, agosto 9 de 1814.
FRANCISCO CALDAS
Señor Comisario Interino de Guerra, ciudadano Francisco Montoya.
1
Francisco Montoya Zapata, Comisario Interino de Guerra de Antioquia, quien contestó el
13 de ese mes y envió lo pedido.
• Dionisio Tejada, quien sucedió a Juan del Corral.
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Mesa de Juan Díaz y marzo 31 de 1816
(Muy reservada).
Mi querida y amada Manuelita: 1 el adiós que te di puede ser el último
si los españoles nos subyugan, porque estoy en la firme resolución de aban-
donar esta patria que me dio el sér, antes que sufrir los escarnios, calabozos y
suplicios que nos preparan nuestros enemigos. En este caso yo debo abrirte mi
corazón, y como esposo y como padre debo darte mis últimos consejos. Oyeme
bién, óyeme con la mayor atención: lee muchas veces esta carta y si puedes
léela todos los días de tu vida y muéstrasela a Juliana2 y al fruto que tienes
todavía en las entrañas.8 Mi corazón se despedaza, y mis ojos, anegados en
lágrimas, forman estos renglones, y esta última prenda de mi amor y de mi
fidelidad.
Teme a Dios: guarda sus santos mandamientos; seme fiel a los juramentos
que nos prestamos delante de los altares el día de nuestro matrimonio; la fide-
lidad conyugal es la primera virtud de los esposos, y es la base de todos los
bienes que se. pueden esperar de dos casados. Por lo que mira a mí, te he sido
escrupulosamente fiel, y desde el momento que te recibí por esposa, todas las
mujeres me han sido indiferentes. No solo he procurado ser fiel a mi mujer,
sino también quitarle todo motivo de la más ligera inquietud, o de la sospecha
más ligera.
En esto tú no has sido muy prudente, y tu conducta en mi ausencia no
deja de darme motivos de inquietud, que han amargado mi corazón delicado
y sensible. Es verdad que no te condeno, y si ahora te hablo con esta claridad
es para hacerte más prudente y más celosa de tu buena reputación. Te hablo
1
María Manuela Barahona de Caldas.
1
Juliana Caldas Barahona.
1
Ana María Caldas Barahona.
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193
Excelentísimo señor:
Mi virtuosa madre,1 fue víctima de su dolor, y expiró de congoja al verme
en esta prisión, y en medio de los peligros que amenazan a mi vida. Ella no
alcanzó a gustar el dulce consuelo de leer la generosa y magnánima contesta-
ción de Vuestra Excelencia que yo abrí,2 y no pude leer sin emoción y sin
<lerramar lágrimas de júbilo hacia un Jefe clemente, y generoso, para con un
desgraciado que pecó, y que arrepentido ofrece emplear todos los días de su
vida en reparar sus locuras revolucionarias, en satisfacer al Rey, y en amar y
admirar al clemente Montes. Dichoso yo si se realiza el contenido de esa carta
preciosa y si un día puedo besar la mano que la firmó y emplear todo cuanto
yo pueda en contribuir a la gloria de Montes, del misericordioso Montes.
Señor Excelentísimo, no olvide Vuestra Excelencia a este desgraciado, sál-
veme de esta borrasca horrorosa y continúe Vuestra Excelencia sus órdenes
benéficas para conservar los días de un hombre que puede ser de alguna uti-
lidad.
Y o aún quedo preso y no sé qué determinaciones tomará acerca de mí el
bondadoso y humano General el señor Don Juan Sámano. Ojalá sea la de
remitirme a esa ciudad que tiene la dicha de obedecer a Vuestra Excelencia.
Dios Nuestro Señor guarde a Vuestra Excelencia muchos años. Popayán
y agosto 21 de 1816.
Excelentísimo señor.
FRANCISco JosEF DE CALDAS
Excelentísimo señor don
Toribio Montes, Teniente General
y Presidente de Quito.
1
La única referencia al fallecimiento de Vicenta Tenorio Arboleda, madre de Caldas, es
esta carta. La fecha debe estar comprendida entre el 21 de julio, en que ella escribió a Montes
pidiendo clemencia para su hijo, y el 21 de agosto de 1816.
1
Montes contestó a la madre de Caldas el día 6 de agosto: en esa carta accede a la ele·
mencia para Caldas y dice que ha ordenado a Sámano el envío de. Caldas a Quito, en donde
vivirá tranquilo al lado de su hermano Camilo.
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CARTAS DE CALDAS - 23
1
Sámano no atendió las órdenes de Montes; habiendo preferido acatar a Morülo en Santafé,
-Morülo tenía facultad especial para conceder ascensos a los oficiales, Montes debía tramitarlos
rutinariamente ante la. corte-. Cumplió los deseos de Morülo de enviarle los reos para que los
juzgase en Santafé.
• Caldas no está mintiendo aquí. Las luchas en que participó eran las de la guerra civll entre
lcis criollos de las provincias. realistas y los criollos de las provincias republicanas, o entre los
criollos centralistas y los criollos federalistas.
3~4
1
Pascual Enrile y Alcedo.
1
Caldas conocía los méritos científicos de este marino que había realizado importantes tareas
astronómicas en la península.
'Fernando Vll de España. Ver las cartas 192, 193 . y 194.
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Crisóstomo ABADIA.-105.
Predicador español, nacido en el Burgo. En 1774 profesó en la religión de
Clérigos Regulares de San Cayetano. Viajó por Italia y Francia. Murió en Madrid
en 1800.
]osé Fernando ABASCAL.- 162.
(1743-1821).-Nacido en Oviedo. En 1804 fue designado virrey del Perú donde
desplegó dotes de buen administrador y gobernante, por lo cual las Cortes le die-
ron el título de "Marqués de la Concordia". Como sus tropas _sufrieron algunos
reveses, fue destituido por Fernando VII.
ABATE.-47, 51, 54, 59, 61, 67, 80.
Ha sido imposible identificar este personaje. Parece era de la familia Valencia,
pariente de la esposa de Santiago Arroyo, doña Rafaela Valencia de Arroyo.
Manuel AGUILAR.- 71, 75.
Antonio ALCEDO.- 10, 159.
Geógrafo español nacido en América. Coronel de la Guardia Real. Autor de un
"Diccionario histórico geográfico" y de una importante obra sobre cuestiones ame-
ricanas, expresamente destruida por orden del gobierno español para que los
extranjeros no se aprovecharan de sus datos y revelaciones.
Eugenio de ALVARADO.- 13.
Segundo comisario de la comisión nombrada por España para delimitar las fron·
teras de sus colonias con las de Portugal en la región del Orinoco y el Rionegro.
1
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Domingo León ARBOLEDA Valencia.- 27, 45, 47, 54, 103, 105, 108.
Hijo de Antonio. Nacido en Popayán, hizo estudios bajo la dirección de don José
Félix de Resrrepo. Prestó servicios en las filas republicanas. Fue asesinado en 1818
en el valle del Patía por guerrilleros realistas.
Francisco ]osé ARBOLEDA Arraechea.- 47, 54, 66, 103.
Nacido en Popayán en 1752. Estudió en el Seminario y luego de recibir las órde-
nes sagradas abandonó los hábitos y pasó a Bogotá donde obtuvo el título de doctor
en jurisprudencia. Abrazó la causa republicana. Casó con su prima Francisca
Vergara, sin descendencia. Murió en 1814, luego de tres años de parálisis.
Francisco ]osé ARBOLEDA Salax.ar y Hurtado del Aguila.- 139.
Casado con doña Francisca Vergara y Gómez de Sandoval. Su hija Mariana, ca-
sada con Juan Tenorio Torijano fue la abuela de Caldas. Su hija María Josefa,
casada con Manuel Hurtado de Olarte, fue la bisabuela de Mariana Manuela
Barahona, esposa de Caldas.
Frdncisco ]ulián María ARBOLEDA Arraechea.- 54, 117.
Profesor de derecho canónico en el Seminario de Popayán en 1786. Casó con doña
Gabriela Pérez de Arroyo y Valencia. Murió repentinamente en la hacienda de
Japio a fines de 1807.
Manuel Estebdn ARBOLEDA Valencia.- 27, 45, 47, 54, 103, 105, 108. 162.
(1800-1871) .-Hijo menor de Antonio. Natural de Popayán. Presidente de la
cámara provincial de Popayán; miembro de la Asamblea de 1857. Casado en 1820
con su prima Paula Arboleda Arroyo, tuvo varios hijos, de los cuales la menor,
María Ignacia Florencia, fue la segunda esposa del general Tomás Cipriano de
Mosqucra.
Manuel María ARBOLEDA. Arraechea.- 23, 26, 28, 29, 31, 36, 39, 40, 56, 60, 80,
88, 112, 113, 114, 115, 124.
(1767-1818) .-Recibió el sacerdocio en 1787. Ocupó diversos cargos eclesiásticos,
entre ellos vicario general de la Diócesis de Popayán. Profesor de derecho en el
Colegio Real y Seminario de San Francisco de Asís, del cual fue rector. Muy
versado en matemáticas y ciencias naturales.
María Josefa ARBOLEDA Vergara de Hurtado. -139.
Hija de Francisco José Arboleda Salazar y Hurtado del Aguila y de Francisca
Vergara y Gómez de Sandoval. Casó con Manuel Hurtado de Olarte, marrimo-
nio del cual hubo varios hijos entre ellos Ana Joaquina, esposa de Manuel Sánchez
Barahona, y abuela de María Manuela Barahona, esposa de Caldas.
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LARVAGA.- 163.
Juan de LARREA.- 59, 9{l, 105.
Sacerdote quiteño que se destacó por su incansable acción en favor de la beneficen-
cia y asistencia de enfermos, servicios que se encontraban en gran decadencia.
LASGUETIS. -149.
Pedro de la LASTRA.- 18i.
Bogotano. Uno de los principales promotores del entusiasmo del pueblo el 20 de
julio. Como Juez del Tribunal de Cuentas tuvo al Virrey Amar y Borbón preso
bajo su custodia. Fue comisionado para ir a los Estados Unidos a comprar fusiles,
en compañía del doctor Nicolás Maudcio de Omaña, Cura de la Catedral, y trajo
también dos imprentas, una de las cuales fue la Imprenta del Estado, que reem-
plazó la muy deteriorada Imprenta Real y que continuó dirigiendo García de Mi-
randa y la otra fue la imprenta El Sol, de Caldas, dirigida por Juan Rodríguez Mo-
lano. Fue fusilado por orden de Morillo en Bogotá el 20 de julio de 1816.
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N. PERRY.- 136.
Ibáñez dice que con motivo de las no~icias de 'los triunfos de Bolívar en Venezuela,
Nariño "salió en paseo a caballo por toda la ciudád, llevando el inglés Perry, que
era oficial de artillería, el estandarte de la libertad, y con el gorro puesto y la
música regando plata, echando muchos voladores y vivas a la libertad".
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Francisco Antonio Zea.- 7, 33, 39, 58, 65, 73, 74, 83, 88, 125.
(1770-1822) .--Natural de Medelín. Estudió en Santafé y en 1786 fue nombrado
catedrático de historia natural en San Bartolomé. Formó parte de la Expedición
Botánica, de la cual se separó al ser enviado preso a España por considerarlo com-
plicado en el proceso de Nariño. Dos años después fue puesto en libertad y enviado
a Francia en misión científica. A su regreso a España pidió permiso para viajar
a América, el que no le fue concedido al ser nombrado Segundo Profesor de Bo-
tánica y luego Director del Jardín Botánico de Madrid (1804). Participó en el
gobierno de José Bonaparte y a ·la salida de los franceses viajó a Inglaterra y de
allí a las Guayanas. En 1819 fue Presidente del Congreso de Angostura y como a
tal le correspondió declarar fundada la República de Colombia. Ministro en Eu-
ropa donde su actuación fue muy criticada por la negociación de los empréstitos.
Murió en Bath (Inglaterra).
Manuel de ZERELLA e lcoaga.-17.
Relojero de la época de Carlos III, compuso un libro sobre su profesión, probable-
mente la primera de importancia escrita en España sobre la materia, titulada
"Tratado general y matemático de relojería, etc." (Madrid, 1789). Relojero de
Cámara de Fernando VI e individuo de las Reales Sociedades Matricense y Vas-
congada. Con el concurso de Felipe y Pedro Charost y de Manuel Gutiérrez or-
ganizó la Real Escuela de Relojería de Madrid, en acatamiento a la Real Cédula
de 28 de noviembre de 1771 de Carlos III.
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