Monografía Infidelidad

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FACULTAD DECIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN,

TURISMO Y DE PSICOLOGÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

PERFIL PSICOLOGICO DE LA PERSONA INFIEL

CURSO:

PSICOLOGIA CLINICA Y DE LA SALUD

INTEGRANTES:

ALARCON CHILQUE, LIZ

ALVAREZ SANCHEZ, CARLOS

HUARCAYA SOTO, FLOR

SINCHE MACIAS, ANA

SEMESTRE II -2017
LIMA – PERU

I
Agradecimientos:

Agradecemos esta oportunidad para

trabajar en equipo que se nos ha otorgado

y asumimos el compromiso de seguir esforzándonos

II
Índice

Resumen /Abstract
Introducción
Capítulo I: La infidelidad
1.1 Conceptos de infidelidad
1.2 Historia de la infidelidad
1.2.1 La cultura egipcia
1.2.2 La cultura hindú
1.2.3 La tradición judía
1.2.4 La tradición cristiana
1.2.5 Los griegos y los romanos
1.2.6 Otras cultural en el tiempo
1.3 Estadísticas actuales de infidelidad
Capítulo II: Formas de infidelidad
2.1 Infidelidad como episodio y como estructura
2.2 Relaciones de pareja
2.2.1 Tipos de relaciones de pareja
2.2.2 Nuevas formas de vinculación
Capítulo III: Explicaciones acerca de la infidelidad
3.1 Teorías explicativas sobre infidelidad
3.2 Investigaciones sobre causas de infidelidad
Capítulo IV: Trastornos asociados a infidelidad
Conclusiones
Referencias

Resumen

Este trabajo explora algunos temas relacionados al perfil del infiel, sintetizando
temas como conceptos sobre infidelidad, la infidelidad en la historia y algunas

III
estadísticas para dibujar un panorama sobre el tema en primera instancia. Lo
segundo es explorar las formas en que se presenta la infidelidad y conocer
sobre las variaciones en las relaciones de pareja. En tercera instancia se buscó
explicar este fenómeno desde puntos de vista biológico-evolutivo, psicológico y
social, así mismo hacer revisión de algunas investigaciones sobre el tema. En
cuarto lugar se exploró trastornos de personalidad

Palabras clave: Infidelidad, pareja, Infiel

Abstact

This work explores some issues related to the profile of the infidel, synthesizing
topics such as concepts about infidelity, infidelity in history and some statistics
to draw a panorama on the subject in the first instance. The second is to
explore the ways in which infidelity occurs and to know about variations in
couple relationships. In the third instance, it was sought to explain this
phenomenon from biological-evolutionary, psychological and social points of
view, as well as reviewing some research on the subject. Fourth, personality
disorders were explored.

Keywords: Infidelity, couple, Unfaithful

Introducción

El presente trabajo junta el esfuerzo de un equipo de alumnos que exploró los


temas que podrían facilitar el armar un perfil del infiel. Se ha seleccionado
temas cuidadosamente para ampliar el enfoque sobre este tema.

IV
En nuestro primer capítulo tomamos en cuenta definiciones sobre la infidelidad
qué es y qué no es, tomando como referencia una infidelidad sexual y otra
emocional, gran parte de este capítulo recopila información sobre los puntos de
vista alrededor de la infidelidad en distintas épocas y lugares. En nuestro
segundo capítulo se ha sintetizado cómo es que se presenta la infidelidad,
como un episodio aislado o como parte de una estructura organizada y
sistemática, y comprendiendo que ambos pueden darse en cualquier momento
del ciclo vital de la pareja, y se revisa bibliografía sobre a pareja y sus
manifestaciones actuales. Así mismo, se estudian posibles explicaciones y
causas en tercer capítulo, donde también se hace una revisión de
investigaciones que intentan descubrir predictores y algunas relaciones.
En el quinto capítulo se ha descrito algunos trastornos de personalidad que
pueden estar predispuesta a cometer infidelidad, en base a la información
obtenida de los capítulos anteriores.
En base a la información que se ha obtenido se ha podido inferir un perfil
psicológico del infiel, que no necesariamente puede ser alguien con un
trastorno de personalidad.

Capítulo I :

V
La infidelidad

1.1. Conceptos de la Infidelidad

El tema de infidelidad resulta un asunto completo, debido a los

diferentes puntos de vista de los autores y de todos los ciudadanos,

cado uno percibe la infidelidad de manera distinta de acuerdo a

creencias, costumbres, ideologías, etc.

Camacho (2004) indica que podemos definir la infidelidad como

la ruptura de un contrato, un pacto que se da entre ambas partes de la

relación de manera implícita o explícita, en donde uno de los miembros

de la relación mantiene o tuvo algún tipo de relación con una tercera

persona, sin embargo, los límites de lo que se considera como una

infidelidad discrepa de persona a persona.

Además, existen personas que consideran que si no hubo sexo

sus parejas entonces no fueron infieles, algunas personas más

extremistas piensan que basta tan solo con pensar en serlo o tener

fantasías con otras personas para ya considerar que sus parejas son

infieles; por otro lado, existen personas que por ejemplo se permiten

coquetear y seducir gente con frecuencia, pudiendo tener

conversaciones prolongadas y amoríos, para estas personas todo esto

no es infidelidad (Camacho,2004).

Lo concreto, es que el tema fundamental para hablar o definir la

infidelidad es que existe la ruptura del contrato que se parte de toda

VI
relación de pareja, en donde no es necesario decirlo, ya que supone ser

algo implícito.

Este contrato, que muy pocas veces esta explicitado, suele ser

tácito en muchas de las relaciones de pareja, en donde ambos miembros

establecen que mantendrán un vínculo de exclusividad sexual y

afectiva. Cuando este contrato establecido explícito o no, se rompe o no

se cumple entre los miembros, se pone en tela de juicio la confianza y

lealtad que se mantenía, dañando la relación (Camacho,2004).

La confianza de las personas es la que más sale perjudicada

después de que una infidelidad es descubierta, la persona

engañada tendrá dificultades en volver a creer, en confiar

nuevamente cuando no se cumplió con lo que tenían pactado o

convenido. Recordemos que este tipo de contratos son arreglos

implícitos que no suelen estar explicitados, son reglas que se

aceptan por parte de ambos miembros, en donde la exclusividad

suele ser un factor común en la mayoría de las relaciones.

(Camacho,2004,p.10)

Por otro extremo se encuentran las parejas que establecen un tipo

diferente de contrato en su relación, por ejemplo los swingers, que

realizan intercambios de parejas, también entre ellos existe cierto tipo de

contrato, simplemente que las condiciones o reglas permiten que puedan

tener relaciones sexuales con personas ajenas a la relación de pareja,

ademas que tienen la libertad y permiso de tener las relaciones que

VII
quieran y con quien deseen; sin embargo, deben contarse lo que hagan

fuera de la relación de pareja (Camacho,2004).

En cualquier relación existen cosas permitidas y cosas que por el

contrario están prohibidas. Es usual que los problemas de parejas se

den, debido a la complejidad de cada persona, hay asuntos que

inevitablemente originan discrepancias y puntos de vista diferentes.

Pese a que como se menciona algunos problemas de pareja son en

cierta medida inevitables, algunos problemas suelen surgir debido a que

las reglas o contratos de la relación no fueron claras y luego generan

malentendidos, o alguno de los miembros de la pareja rompe las reglas

o las infringe.

Antes de empezar a conceptualizar el término de infidelidad,

empezaremos a mencionar la etimología de algunos términos que

usaran con frecuencia a lo largo del trabajo. Estas son fidelidad,

infidelidad y adulterio.

Ambas palabras derivan de la palabra Fe, ésta a su vez deriva del

vocablo latino Fĭdes, que significa entre sus acepciones: fe,

confianza, crédito, buena fe, palabra dada. Se registra su

utilización hacia el año 1140, también surge la palabra fiel como

derivada de aquella. (Camacho,2004,p.11)

Camacho(2004) indica que la palabra fidelidad aparece por

primera vez registrada en 1490. Sin embargo, la palabra apareció un

tiempo antes de 1438. El prefijo “in” es un negativo que deriva del latín.

El campo semántico de esa palabra incluye el tema de confianza, la fe y

VIII
la palabra empeñada, por lo cual a la palabra infidelidad se le otorga

significado de ruptura, ausencia o falta de confianza o fe.

En la lengua castellana la palabra infiel se utilizó en principio para

dar referencia a las personas que profesaban una fe diferente a la

católica apostólica romana, con esta palabra se les acusaba y perseguía

a quienes eran judíos, protestantes y musulmanes en

España(Camacho,2004).

Siguiendo con Camacho (2004), menciona que la palabra

adulterio deriva de la palabra latina adulterare cuyo significado es alterar,

falsificar y deshonrar, el primer uso de la palabra se consigna en el siglo

XIII y de esta deriva con posteridad la palabra adultero/a, utilizada para

quienes cometen adulterio. La palabra latina adulterium proviene de dos

términos: uno es “ad”, preposición que significa “a” y la segunda es

“alter” que significa “otro”, estas raíces lingüísticas se refieren por lo

tanto a una relación con otro, alguien distinto de la unión conyugal.

Con frecuencia se utilizando los términos mencionados como

sinónimos, pero para empezar más a fondo en el tema de infidelidad hay

que conocer que existe una diferencia entre ambos términos.

Por un lado, el termino adulterar tiene significado de viciar o

falsificar una cosa, corromper o mezclar. La palabra adulterio es un

término que se utiliza para aquellos que tienen un vínculo legal con otra

persona, estando ya casados, mantienen relaciones sexuales con

IX
personas ajenas a su relación que no es el marido ni la esposa

(Camacho,2004).

La infidelidad por otra parte, representa una ruptura de un pacto

tácito de exclusividad tanto afectiva como sexual, entre dos personas

que libremente toman la decisión de compartir sus vidas en una relación

de pareja, independientemente de si existe o no un compromiso legal o

en otro caso un compromiso religioso. Por lo tanto se denomina adulterio

a la infidelidad dentro del matrimonio, cuando existe por parte de alguna

de las dos personas relaciones sexuales constantes u ocasionales con

un tercero, sin hacer referencia al vínculo afectivo sino exclusivamente al

aspecto sexual de la relación. Es un término usado principalmente a

nivel legal y su utilidad es más restrictivo que el de infidelidad

(Camacho,2004).

Como se mencionó paginas atrás, definir la infidelidad resultaría

complejo y debido a que existen diferentes puntos de vista tanto de

autores como de las personas que están inmersas en una relación de

pareja, o por culturas también, no tendríamos una definición universal,

pero si, definiciones que se acerquen a una idea mas acertada de lo que

sería infidelidad.

Por ejemplo, Pittman (1994, citado en Bordon, 2013) define a la

infidelidad como deshonestidad sexual extraconyugal, siendo un acto

que defrauda y traiciona una relación de la pareja, violando a un

convenio pre existente.

X
Gonzales Galarza, Martinez, & Martinez (2009, citado en Castro,

2012) :

La infidelidad, es definida como el hecho de entablar una relación

con otra persona diferente a la pareja primaria, quebrantando la

unión y exclusividad que se obtiene al tener una pareja estable;

esta infidelidad se evidencia tanto en la parte emocional y/o

sexual. (p.2)

En síntesis, infidelidad resulta ser todo aquello mencionado, un

acto en donde se rompe el contrato natural dentro de una relación de

pareja, en donde una de las partes mantiene o entablo en algún

momento un relación con un tercero.

1.2. Historia de la Infidelidad

La fidelidad y la infidelidad, al igual que la mayoría de los

fenómenos humanos, tienen tantas diferencias y matices que lo que para

algunos es algo prohibido y juzgado como malo, para otros es algo

positivo y buscado.

La fidelidad y la infidelidad son categorías o constructos sociales,

no resulta simple por lo tanto establecer comparaciones entre las

diferentes culturas y menos aun cuando entre ellas existe una diferencia

temporal importante. Igualmente podríamos decir que la fidelidad y la

infidelidad fue un tema que desde distintas épocas y en distintas culturas

cuestionó al hombre y esto quedó plasmado de distintas maneras, en

XI
reflexiones filosóficas, obras de teatro, novelas, películas, pinturas y en

otras manifestaciones humanas.

En muchas culturas antiguas y en algunas contemporáneas, los

hombres tienen varias esposas y si bien tienen obligaciones para

con ellas, la infidelidad en ese tipo de estructura social es muy

distinta de cómo la consideramos hoy en día los occidentales. Lo

mismo ocurre en los casos en donde los matrimonios son

arreglados, tal como ocurría y aún sigue ocurriendo, por ejemplo

en India, en donde la mayoría de los matrimonios son pactados

por los padres de los novios, en arreglos familiares que incluso se

hacen antes de que sus hijos nazcan o siendo estos aún niños. Si

bien esto está cambiando aún sigue siendo la práctica más

común. Los matrimonios aún siguen arreglándose, en parte o por

completo, para un 60% de las parejas en todo el mundo y muchas

de estas personas no conocen a la persona con la que se casarán

hasta el día de la boda, según datos de un estudio mundial (Bus,

1989; citado en Camacho, 2004; p.102).

También en las sociedades occidentales fue muy común este tipo de

prácticas mencionadas, lo mismo sucedió en las clases altas y entre los

miembros de la nobleza y elite, en donde los arreglos eran de tipo

político y estratégico.

1.2.1. Los egipcios.

XII
Una de las civilizaciones más antiguas que nos puede permitir

tener una visión de lo que se empezó a considerar infidelidad o como se

mantenían las relaciones de pareja, se trata de la cultura Egipcia.

Es importante aclarar que cuando se hacen análisis o

comparaciones de culturas y períodos muy pretéritos, es equívoco

aplicar las mismas categorías actuales.

Como el intento con este apartado no es hacer una investigación

rigurosa sobre las relaciones de pareja entre los egipcios, sino

simplemente ilustrativo y anecdótico, podemos manejarnos sin tantas

consideraciones. Asimismo es importante aclarar que si bien se

presupone la existencia de matrimonios en el Antiguo Egipto, no hay

testimonios de ceremonias, ni civiles ni religiosas para legalizar la unión

o formalizar el vínculo (Camacho, 2004).

Habitualmente se daba una cohabitación, en donde era la mujer la

que generalmente pasaba a formar parte de la vida familiar del

varón. Si bien la mayoría de los egipcios eran monógamos, la

poligamia parece que fue una práctica habitual entre muchos

faraones egipcios, aunque solían tener su esposa principal.

(Camacho, 2004, p.102)

La poligamia era aceptada y no existían prohibiciones, pero

parece ser que tener muchas esposas constituía un gasto económico

importante que pocos podían costear. Por eso los casos de poligamia

pertenecían principalmente a clases altas.

XIII
La poligamia en la cultura egipcia sólo era permitida al hombre ,

no se han encontrado registros de que una mujer tuviera varios maridos,

aunque si se podían volver a casar.

En la civilización egipcia, el hombre que estaba casado podía

tener relaciones con otras mujeres, aunque esto no le estaba permitido a

la mujer. El varón habitualmente quería asegurarse que sus hijos fueran

realmente su descendencia sobre todo cuando había temas de herencia

o poseía una fortuna realmente considerable, por eso el adulterio era

castigado en las mujeres con mucha severidad, pero también en el

hombre si estaba con una mujer casada podría aplicarse un castigo. Los

adulterios masculinos no eran reprobados ni castigados si no causaban

estos romances un perjuicio a otro hombre (Camacho, 2004).

Camacho (2004) menciona que los contactos con prostitutas en la

cultura egipcia no estaban castigados, ni tampoco era mal visto

socialmente. Si bien hay muchos aspectos que no están muy claros con

respecto a los matrimonios entre los egipcios, sorpresivamente se sabe

bastante sobre los divorcios. Estos solían ser comunes, entre las

razones principales para divorciarse se encontraban la esterilidad y la

infidelidad, este último continua siendo, al igual que en aquellas épocas,

uno de los principales motivos de las personas hoy en día para las

separaciones.

1.2.2. Los Hindús.

XIV
Otra civilización avanzada para la época antigua, en donde se ha

podido estudiar el tema de la infidelidad es la hindú, la cual es una de las

más antiguas del mundo e influyó fuertemente en todo oriente. El tema

de la infidelidad en esta cultura marcó los rostros de las mujeres de tal

forma que las excluía o estigmatizaba frente a toda la comunidad de la

época. Hacia el año 2000 antes de Cristo a las mujeres infieles se las

castigaba con la amputación de la nariz. Este castigo doloroso hizo que

surgieran los primeros médicos cirujanos que intentaron reconstruir

aquellos rostros de las mujeres afectadas por la sanción, tomando los

colgajos de la nariz y ubicándolos sobre la deformación nasal. El método

fue tan exitoso que aún hoy se emplea una variación de aquella técnica,

en honor a aquellos médicos y pacientes se la llama “colgajo indiano”

(Camacho, 2004).

Ente los varones y las mujeres de la cultura Nayar de la India,

está bien visto tener relaciones sexuales eventuales con otras

parejas, independientemente de si éstas están casadas o

solteras. Los Paharii de la India practican una forma de

matrimonio grupal y todos tienen relaciones con todos. Las Leyes

de Manu, en la India disponían penas muy duras para las

adúlteras, el castigo era que fueran devoradas por los perros.

(Camacho, 2004, p.103)

1.2.3. La tradición judía.

XV
En los textos sagrados de la religión judía, lo mismo que en los

católicos, existe una clara condena a la infidelidad. Los orígenes de las

dos religiones comparten las mismas raíces y también ciertos textos

sagrados, tal es el caso de La Biblia. Existen ciertas personas que

justifican la poligamia a través de ciertos pasajes del Tanaj, en los cuales

se observan a personajes con varias parejas, lo mismo podría decirse

para la religión cristiana. Lo mismo podemos decir del muy conocido Rey

David, quien tenía muchísimas mujeres. La misma colección de mujeres

se le pueden contar a Salomón, otra de las figuras centrales tanto para

la religión católica como para la judía. La poligamia para el judaísmo, en

ciertos lugares y en ciertas épocas, fue y aún hoy es legal. En tanto el

adulterio o la infidelidad fueron considerados uno de los peores delitos

que la persona pueda cometer. Y no se encuentran pasajes en la Torá,

que permitan o apoyen la práctica del adulterio, sino todo lo contrario

(Camacho, 2004).

Camacho (2004) afirma:

En el judaísmo surgió la normativa prohibiendo la poligamia recién

alrededor del año1000 d. C. y fue promulgada sólo en países bajo

gobierno cristiano. Esto quiere decir que aún hoy, en algunos

países bajo influencia musulmana o secular, la legislación judía no

la prohíbe. Las razones que llevaron a que se propusiera y

aceptara esta norma que prohíbe la poligamia fueron

principalmente dos:

XVI
1) Para mantener relaciones de armonía con los gobiernos y la

sociedad cristiana, los judíos en los países cristianos,

especialmente en la Edad Media europea (pero no solamente),

estuvieron en riesgo de vida, por lo que no había que dar motivos

ni siquiera secundarios para que fueran perseguidos, expulsados

y ejecutados.

2) Se reconocía que de hecho la familia judía europea estaba

constituida por el marido, la esposa y sus hijos. Con lo cual la

legislación sólo vino a reforzar y convertir en obligatorio lo que ya

era una práctica corriente desde hacía varios siglos. (p.106)

Para los hebreos, únicamente cometía adulterio la mujer infiel a

su marido, por eso el marido que rompía la fe conyugal no era

considerado delincuente. El mayor polígamo de La Biblia, el Rey

Salomón, o Shelomó (para los judíos), reconoció que estar adherido a la

mujer de la juventud es el mayor de los bienes. Pero acá claramente

podemos darnos cuenta que esa doble moral: “Haz lo que yo digo, no lo

que yo hago”, porque si nos tenemos que atener a los hechos, Salomón

fue un polígamo absoluto y hasta promiscuo para los cánones típicos de

la religión judía (Camacho, 2004).

1.2.4. La tradición cristiana.

En La Biblia el tema de la infidelidad aparece constantemente, las

sociedades que tienen muchos dioses son mucho más permisivas con

respecto a las “debilidades humanas” que las monoteístas, esto se ve

claramente con la infidelidad, tal es el caso de las severas y restrictivas

puniciones que los musulmanes, los judíos y los católicos le infringen a

XVII
quienes cometen adulterio, desde la condena social pasando por la

excomunión, la exclusión y marginación de la comunidad, hasta la

muerte por lapidación.

En el Libro del Deuteronomio aparece contada la historia en

donde Dios le entrega las tablas de la Ley a Moisés, en las que le

manda entre otras cosas: No cometerás adulterio y No desearás

la mujer de tu prójimo. Se imaginan dos mandamientos para lo

mismo, el tema estaba en la cabeza de estos tipos con una fuerza

quizás mucho mayor que con la que aparece hoy en nosotros.

¿Era necesario utilizar dos mandamientos para decir eso? Y sí,

parece que sí, la posesión sobre la pareja se comenzó a forjar

acá, el amor y la unión “en una sola carne” es una creación

judeocristiana que hoy padecemos nosotros y se manifiestan con

sensaciones de ahogo, pertenencia, celos enfermizos, asfixia,

vacío, perdida de la libertad y otros síntomas neuróticos diversos.

(Camacho,2004,p.106)

1.2.5. Los griegos y los romanos.

Los griegos y los romanos favorecieron el matrimonio monógamo,

aunque siempre existieron formas de burlar esta monogamia

socialmente forzada. Las infidelidades tanto entre los griegos como entre

los romanos están ampliamente documentadas. Tanto la mitología

griega como la romana cuenta en sus relatos innumerables historias de

engaños e infidelidades, algunos estudiosos señalan que estos mitos

eran un reflejo de la realidad cotidiana de esas mismas sociedades.

XVIII
Zeus por ejemplo, que fue el dios griego más poderoso,

considerado padre de los dioses y de los hombres en aquella cultura , se

encargó de engañar a su mujer, la famosa diosa Hera con cuanta

persona tuviera cerca, entre sus incontables aventuras e infidelidades se

encuentran doncellas, mujeres humanas, diosas y también varones

(Camacho,2004).

En la Grecia homérica la mujer adúltera era expulsada de la casa

y no podía asistir a los sacrificios públicos, en cambio al varón adúltero

sólo se le imponía una multa. Algunas versiones señalan que en los

tiempos de Herodoto a las mujeres adúlteras se les arrancaba la nariz,

práctica también común en la India antigua (Camacho,2004).

Camacho (2004) señala:

Respecto de los aspectos legales, en algunas constituciones

como en la de Atenas por ejemplo, fue incluido el tema del

adulterio y dio facultad de matar al adúltero en caso de

sorprenderlo cometiendo el ilícito. También el primitivo derecho

romano le daba al marido el derecho de matar a su esposa si la

sorprendía en adulterio, si la mujer estaba aún bajo la potestad

del padre, esta venganza correspondía al padre.Posteriormente el

adulterio se convirtió en un delito público, con la posibilidad de

que pudiera ser acusador cualquier persona, no tan sólo el padre

o el esposo de la adúltera. En la antigua Roma, el adulterio era

practicado por algunos como un deporte, casi en forma pública y

se enorgullecían de cultivarlo con éxito, en otros casos estaban

XIX
aquellos que lo practicaban en secreto. En las ruinas de Pompeya

por ejemplo se conservan varias casas que funcionaron como

prostíbulos, en donde las prostitutas daban servicios a los

hombres de la ciudad. En la parte superior de la puerta de entrada

de cada cuarto, pueden verse aún los dibujos con la especialidad

que cada mujer ofrecía. (p.108)

1.2.6. Otras culturas en el tiempo.

Otras culturas en la historia de la humanidad han privilegiado la

monogamia como organización social establecida aunque a veces se ha

permitido, especialmente a los varones, mantener concubina legales. En

otras culturas es sólo la mujer la castigada en caso de adulterio

Las tribus caldeas reconocían y hacían valer el derecho de la

esposa a imponer restricciones, haciendo que el esposo prometiese,

antes de la boda, que no tomaría a una segunda esposa ni a una

concubina. Lado contrario en algunas tribus de aborígenes de la

Polinesia, se estimula a los jóvenes a que tengan muchas parejas

sexuales, con la única condición de que esas relaciones sexuales se

mantengan en secreto y nadie se entere de las mismas. Entre los árabes

a pesar de que la poligamia era legal, la pena para las adúlteras era la

prisión perpetua. Algunas tribus aborígenes de Australia valoraban a sus

mujeres por la experiencia sexual que estas tengan, de acuerdo a ello

son más buscadas y queridas las que experimentaron con varios

compañeros sexuales, ya que se las supone más atractivas, cotizadas y

expertas sexualmente. Los aborígenes conocidos como Mohave en

XX
América del Norte permitían a sus mujeres que tuvieran relaciones

sexuales con otras mujeres. En una tribu de Mangaia, una isla ubicada

en el Océano Pacífico, los muchachos se inician en el sexo con una

mujer casada. Entre los mangayos de Polinesia se comprobó que los

varones jóvenes tenían más de veinte contactos sexuales por semana

siempre con mujeres diferentes. En Tanzania, las mujeres de la tribu de

los Turus tienen varios amantes y los vecinos se encargan de cubrirlas

para que sus encuentros se mantengan en secreto. En la tribu de los

Mehinaku en la Amazonia los varones para conquistar a una mujer

comprometida, esperan pacientemente hasta que el marido se aleje de

la casa y luego practican lo que denominan “hacer como el caimán”, ya

que este animal parece ser muy sexual. Cuando se encuentran los

amantes suelen hacer el amor rápidamente, en zonas alejadas, a veces

cerca de donde habitan caimanes y luego regresan al poblado sin que

nadie se entere. Entre los aztecas, si una mujer era infiel la pena era la

lapidación. Para los araucanos, también en América, el adulterio era

equiparado al robo, que era uno de los delitos más graves

(Camacho,2004).

Ahora, en la actualidad aún se ve en ciertas sociedades que

cuando un hombre comete un acto infiel, es aceptable, porque es

hombre y para su género es alto “esperado” y hasta alagado; sin

embargo, cuando una mujer comete infidelidad recibe insultos, desprecio

y se la cataloga como “cualquiera”. De la misma manera, aún existen

casos de mujeres y hombres que sabiendo sus parejas son infieles,

continúan en una relación donde su pareja no les respeta y los engañan.

XXI
Vivimos aun en una sociedad que se muestra hipócrita, que señala y

sabe la infidelidad solo perjudica, daña y lastima la relación y los

implicados dentro del núcleo familiar; sin embargo, también festeja al

“Don Juan” y al que tiene muchas relaciones fuera del matrimonio.

1.3. Estadísticas actuales de Infidelidad

Existen datos estadísticos respecto de las infidelidades, pero la

fiabilidad de esos resultados en muchos casos es dudosa. Las distintas

encuestas e investigaciones dan resultados muy desigual, esto tiene que

ver con la manera en que se recogen los datos, como se lleva a cabo la

investigación, donde se realiza, cuando se lleva a cabo, de donde se

obtiene la muestra, si los participantes son realmente sinceros a las

encuestas o entrevistas, etc.

Los numero son números y las cifras no nos dicen nada por si

solas, sino lo que realmente es importante resaltar es la interpretación o

conclusiones que podamos sacar de ellos. Por otro lado, este tipo de

investigaciones pueden ir en contra de prejuicios y temores, lo que

puede que como señalamos más arriba, genere los entrevistados

oculten o distorsiones sus respuestas, pese a las prevenciones sobre la

confidencialidad que se suelen tomar

Para empezar, de acuerdo a la frecuencia y cantidad de parejas

sexuales, en las investigaciones se ha podido evidenciar que:

El individuo promedio en el Reino Unido tiene sexo 2.580 veces con

cinco personas diferentes durante toda su vida (AFP, 1998). En una

encuesta nacional en EE.UU. los datos son similares: el hombre

XXII
heterosexual suele tener un promedio de seis compañeras sexuales

durante el transcurso de su vida, en cambio la mujer heterosexual

sólo dos. Estos datos parecen bastante distantes de la idea que la

mayoría de nosotros tenemos de lo que pasa en la vida real.

(Camacho, 2004,p.128)

Por otro lado, investigaciones hechas en el Reino Unido,

encontraron que el 33% de las personas que tienen amantes mantienen

estas relaciones con un compañero/a de su centro laboral, un 15% con

un amigo/a, un 12% con un amigo/a de su pareja y en un 40% de los

casos con otras personas (Laisee, 1995, citado en Camacho, 2004).

Los porcentajes y tasas sobre divorcios, varían de manera

significativa de acuerdo de país en país, en las culturas, creencias

religiosas y prejuicios. Las estadísticas muestra que la tasa más alta y

baja se dan en:

La tasa más alta se encuentra en Hungría, la más baja en

Afganistán en donde casi es inexistente, en EE.UU. las tasas de

divorcio duplican a las de Gran Bretaña. Las tasas en Asia son

muy bajas comparadas con las de los países occidentales (U.S.

Bureau of the Census, 1999). Un reporte publicado en 1998 por la

escuela de Ecología Humana de la Universidad de Minnesota,

indica que en el 90% de los casos de divorcio ha estado envuelta

la infidelidad. Los registros señalan, en la mayoría de los países,

que la infidelidad es la primera causa de divorcio y en los

XXIII
matrimonios la mayor cantidad de ellos se da alrededor del cuarto

año de casados. (Camacho,2004,p.129)

Respecto a las mujeres que mantienen relaciones

extramatrimoniales, se muestra en un informe presentado por el Primer

Centro Argentino de Inmunogenetica, se dio como resultado que uno de

cada cuatro análisis de paternidad comprueba que el que se creía ser el

padre legítimo no era el padre biológico. Dicha investigación fue

realizada en el transcurso de siete años, durante los años 1996 y el

2002, se llevó a cabo sobre 2.233 casos, de los cuales el 60% fue hecho

por consultas privadas y el otro 40% por pedidos judiciales en donde se

intentaba establecer la filiación (Camacho, 2004).

En Argentina, en el Banco Nacional de Datos Genéticos, en

donde este tipo de exámenes es algo que se ve todos los días,

mantienen estadísticas muy semejantes, de 584 estudios realizados

entre los años 2001 y 2002, un 22% los casos analizados dio como

resultado que el padre que se asumía serlo no era el padre biológico.

Mientras que en el otro lado del mundo, En España, específicamente en

hospitales de Barcelona y Madrid, se hicieron estudios en hospitales de

dichas ciudades, los resultados sorprendieron al saber que el 10% de los

padres aludidos resultaron no ser los padres biológicos. Lo que

impresiono de estas cifras es que la muestra no fue seleccionada como

en los estudios anteriores descritos, en donde ya se conocía cierta

sospecha al solicitar este tipo de exámenes (Camacho, 2004).

XXIV
Camacho (2004) refiere que en una encuesta que fue realizada

por Internet, en donde hubo un total de 343 participantes, estos

respondían a la pregunta: ¿Quiénes soportan más una infidelidad, los

hombres o las mujeres? La gran mayoría de los votantes en un 86,88%

contestaron que las mujeres soportan más la infidelidad, mientras que un

grupo pequeño cuyo valor representa un 13,12 se inclinaron por los

hombres.

Durex (1998, citado en Camacho, 2004) indica que el porcentaje

de personas sexualmente activas cuyas edades comprenden entre 16 y

45 años, admiten haber sido infieles, los norteamericanos representan el

50%, un 42% los ingleses, un 40% los alemanes y mexicanos, un 36%

de los franceses y un 22% de los españoles fueron infieles también.

En chile, en el Estudio Nacional de comportamiento Sexual, las

estadísticas dadas a conocer en el año 2000 por la Comisión Nacional

del SIDA, revelaron que el 25 % de los varones que fueron encuestados,

casados o simplemente convivientes con una pareja estable, declararon

haber mantenido más de una pareja sexual en los últimos cinco años. Y

por otro lado, el 6,7 % de las mujeres indicaron haber tenido otras

parejas sexuales en ese mismo periodo.

Por mencionar cifras de un país más para tener un conocimiento

más amplio de lo que sucede en la realidad en relación al tema de la

infidelidad, se ha encontrado en España, por ejemplo que algunas

estimaciones señalan que alrededor del 27% de las mujeres y un 37%

de los varones heterosexuales mantuvieron una aventura o amorío

XXV
extramatrimonial en los que fueron sus primeros diez años de

matrimonio. A pesar las frecuentes infidelidades en las parejas que son

casadas, la mayoría de estas personas consideran a la monogamia

como el estado ideal (Camacho, 2004).

Algunos investigadores, sostienen que el 60% de las parejas

existe o ha existido infidelidad y el 45% de las mujeres y el 70%

de los hombres son infieles o lo han sido en algún momento de su

vida. La mayoría de los varones que han tenido relaciones

extramatrimoniales, en un 56% de los casos dicen estar

completamente felices con sus matrimonios, pero no dejarían

pasar la oportunidad de tener sexo si se les presentara.

(Camacho, 2004, p.128)

Hites (1994; citado en Cordella,Pacheco y Ringeling; 1998) indica

en su informe sobre la sexualidad femenina, que el 70% de las mujeres

casadas por más de cinco años está teniendo actualmente relaciones

sexuales fuera del matrimonio, aunque todas ellas creen rotundamente

en la monogamia.

La creencia popular acerca de la frecuencia de infidelidad, al

menos en una ocasión, durante el matrimonio varió entre el 65%

al 100% de los matrimonios. Si creemos en estas cifras, la

infidelidad es una conducta frecuente tanto por hombres como por

mujeres. Esta distribución dentro del reino animal sólo es similar

en los chimpancés (Poiani, 1997; citado en Cordella, Pacheco y

Ringeling; 1998; p. 298)

XXVI
Capítulo II

Formas de infidelidad

2.1 La infidelidad como episodio y como estructura.

Según Haley (1980, citado en Bordon, 2013) hay cuatro formas de

presentar un problema de pareja, a través de un síntoma personal, en segundo

lugar través de un niño, en tercer lugar por una crisis familiar y por ultimo por

un pedido de asesoramiento matrimonial, explica que en el primer caso, los

síntomas son presentados por una persona casada o en pareja; en el segundo

caso, cuando el niño es presentado como problema, la mayoría de las veces

encierra detrás un problema marital en donde el niño es solo un síntoma; en el

caso de las crisis, puede ser un episodio agudo o en forma de ciclos; en caso

de que pidan asesoramiento se da un deseo encubierto de permanecer juntos

a pesar de que aparentemente uno quiera separarse.

Se define 4 tipos de crisis: aquella que se desata por un golpe

inesperado, donde aparecen amenazas externas al sistema familiar que son

imprevisibles; la crisis del desarrollo que son aquellas que aparecen como

resultado de la evolución de los ciclos vitales de los integrantes de la pareja o

familia y que pueden anticiparse aunque algunas familias se resisten al cambio

XXVII
y necesitan intervención; la crisis estructural, donde el estrés que se vive es

responsabilidad puramente de la estructura familiar, es decir es generada en el

propio sistema; y por último, la crisis del cuidador, las familias suelen generar

una red de cuidadores que de alguna manera los protegen de los cambios,

esos cuidadores no son miembros de la familia en sí, sino amigos, parientes,

terapeutas u otras personas (Pittman, 1961, citado en Bordon, 2013).

En palabras de Bordon (2013) el caso de la infidelidad puede verse

como una crisis inesperada, del desarrollo, estructural o como crisis del

cuidador. Entonces, puede aparecer como un evento fortuito, o producto de

cómo se relaciona la pareja, modifica la estructura de la familia causando

problemas y algunas veces se pide la ayuda de terceras personas para mitigar

los síntomas sin resolver el problema por no saber solucionarlo o afrontarlo.

En la infidelidad se puede distinguir 3 elementos, dos miembros que

corresponden a la pareja y un tercer miembro con quien se consuma la

infidelidad (Vargas y Ibáñez, 2005), y si consideramos la infidelidad como un

encuentro sexual con alguien que no es la pareja formalmente establecida en

donde se defrauda el convenio pre existente (Pittman, 1994, citado en Bordon,

2013) encontramos distintas clasificaciones en relación a la forma de la

infidelidad según este mismo autor.

Según la definición anterior la infidelidad puede ser accidental, en donde

muchas veces no es un acto sexual consentido, como en el caso de una

violación, en donde la victima puede ser culpabilizada por su pareja y sufrir

síntomas de estrés postraumático. Cabe recalcar que el hecho de culpar es el

factor más nocivo (Bordon, 2013). Así mismo, una infidelidad accidental puede

XXVIII
ser involuntaria, ya sea bajo efecto de sustancias psicoactivas o presión social,

en donde posteriormente se desatan sentimientos de culpa, vergüenza y se

busca ocultar el hecho por miedo y estando dispuesta a no reincidir, en algunos

casos culpa a la persona involucrada en el acto infiel, a las circunstancias o a

su pareja.

Por otro lado, tenemos a la infidelidad coyuntural, la cual se da como

parte de una crisis de desarrollo y no suele darse un episodio aislado sino que

tiende a repetirse constantemente. En cualquier momento aparecen crisis de

desarrollo que pueden influir en la perdida de compromiso de la pareja o

momentos críticos que aumentan la probabilidad de cometer una infidelidad,

algunas variables personales suelen influir, eventos donde se debilita el vinculo

de la pareja como el nacimiento de un hijo, la muerte de un padre o fracasos

profesionales también.

En tercer lugar Pittman (1991, citado por Bordon, 2013) menciona a la

infidelidad estructural, donde toma en cuenta acuerdos de la pareja para

controlar su conducta e interacción, la pareja tiene defectos en su estructura y

se caracteriza por no resolver problemas, aún así busca evitar el divorcio y se

protege del cambio. Estas parejas suelen dejar de tener relaciones sexuales, o

mantienen un distanciamiento que sirve de excusa para la infidelidad, el

adultero tiene la posición de víctima, mientras ve a la nueva pareja como

salvadora.

Vargas y Ibáñez (2005) mencionan que la persona adultera busca

esconder su relación informal, aunque su pareja encuentre indicios niega los

hechos, pero cuando las pruebas son muy fuertes o se conoce la identidad de

XXIX
su segunda pareja puede terminar su segunda relación o mantenerla a

escondidas; así mismo, alejarse de su primera pareja o someterse a ella en

forma de castigo. Así mismo esta primera pareja escoge si mantiene la relación

a pesar del antecedente y todo lo que implica o se aleja de su pareja quien

cometió infidelidad. Menciona que la forma más práctica de terminar con

cualquier estructura infiel es romper el triángulo amoroso que se forma entre la

pareja y el amante. En caso el adultero decida separarse de su primera pareja

para mantener la relación con la segunda, es muy probable que se vuelva a

repetir el escenario de infidelidad.

Camacho (2004) hace 2 clasificaciones de la infidelidad. La primera que

es una clasificación breve que incluye la infidelidad accidental, que no es

esperada ni buscada, la infidelidad pura, que es un engaño constante y

planificado, la aventura romántica, que refiere episodios ocasionales para salir

de la rutina y monotonía, y los arreglos especiales, que suelen ser acuerdos

donde se dan separaciones temporales, y se dan infidelidades en ese tiempo.

También propone una clasificación ampliada:

En cuanto a las relaciones sexuales:

 Infidelidades sin relación sexual: Se refiere a aquellas relaciones en

donde existen juegos de seducción, besos, abrazos, declaraciones, etc.,

pero no existe intimidad sexual.

 Infidelidades con relación sexual: Se refiere a aquellas en donde existió

o existen relaciones sexuales.

En cuanto al grado, tiempo e involucración afectiva de la infidelidad:

XXX
 Infidelidad de pensamiento, fantasías de infidelidad o pseudoinfidelidad:

Con esta categoría me refiero a las fantasías, ideas o pensamientos que

se tienen con un tercero. Según mi criterio estas no constituyen una

verdadera infidelidad.

 Devaneos amorosos o juegos de seducción: Son aquellas relaciones

que se mantienen entre dos personas en donde simplemente existe una

seducción constante, sin llegar a concretar nada, más allá del juego de

las insinuaciones y las miradas cómplices.

 Infidelidades platónicas: Se aplica a las relaciones fantaseadas en las

cuales ciertas personas piensan constantemente en alguien en

particular, ocupando gran parte de su día fantaseando con su amante

imaginario, sin que exista una relación de amantes en la realidad.

 Infidelidades de una vez: Son aquellas relaciones que se limitan a un

único encuentro, acá incluimos al sexo pago, los encuentros de una

noche, etc.

 Infidelidades esporádicas: Son aquellas relaciones que se dan en forma

ocasional, con frecuencia baja y sin una involucración afectiva

importante.

 Infidelidades fijas: Son los relaciones que se mantienen con una misma

persona en forma sostenida, pero espaciadas en el tiempo, en general

se dan encuentros en donde el principal motivo es sexual.

 Infidelidades plenas o puras: Son aquellas relaciones que se mantienen

en forma sostenida en el tiempo y en la que se comparten salidas,

afecto, sexo y existe entre los amantes un vínculo relativamente estable.

XXXI
 Infidelidades compulsivas: Son aquellas en donde la persona

constantemente engaña a su pareja, habitualmente no deja pasar una

oportunidad de ser infiel. En casos graves pueden tener dificultades en

controlar el impulso sexual y pueden caer en situaciones de

promiscuidad sexual.

 Doble vida: Son aquellas relaciones en donde la persona involucrada

forma dos familias paralelas, existen vínculos afectivos, sólidos y

estables con ambas. En algunos casos tienen hijos, en general alguna

de las partes está enterada y en casos más excepcionales puede que

solo esté al tanto de la situación el infiel.

En cuanto al riesgo:

 Infidelidades de grado 1: Son las infidelidades que se llevan a cabo con

personas ajenas al círculo de la pareja, en general con ex novios o

antiguas relaciones, compañeros del trabajo, del club o personas que se

conocen mediante una salida casual, internet, etc.

 Infidelidades de grado 2: Son aquellas infidelidad es que las personas

tienen con profesionales que se dedican al sexo, acá incluimos quienes

tienen sexo pago o utilizan este tipo de servicios.

 Infidelidades de grado 3: Son los engaños que se realizan con personas

cercanas a la pareja, pueden ser familiares o amigos íntimos

Una infidelidad puede darse en cualquier momento del ciclo vital de la

pareja, al inicio, cuando la pareja ya está establecida o aún con hijos, y suele

tomarse de diferente manera según cuando aparezca (Camacho, 2004). Si en

una relación que recién está comenzando o se encuentra en la etapa de

XXXII
galanteo o de consolidación del vínculo se produce o se descubre una

infidelidad, es probable que la misma afecte seriamente a la relación y esta no

prosiga. Si la infidelidad se da en momentos en donde la relación ya está

establecida, las personas suelen evaluar lo que ya tienen construido y lo

ponderan con relación a lo que pueden perder o ganar con la separación.

Como se tienen más cosas en común, ya sea proyectos, bienes materiales,

más aún si se tienen hijos, la decisión de la separación suele ser más difícil de

tomar en caso de que haya habido una infidelidad. (Camacho, 2004, p.41)

Las infidelidades pueden darse en cualquier momento de la relación, aunque

no es común en la etapa de enamoramiento, en la etapa de afianzamiento de

vinculo, cuando se descubre que la pareja no era como se esperaba suele

compararse con pareja anteriores, y aumenta la posibilidad de cometer alguna

infidelidad (Camacho, 2004, p.42). Así mismo puede darse en momentos

difíciles como el embarazo o el nacimiento de los hijos, por los cambios

hormonales en las mujeres que dan mayor importancia a actitudes maternales,

o la crisis de los 40 en donde hombres y mujeres busca probar su virilidad y

mostrar que aún pueden seducir. Cuando los hijos crecen y ganan autonomía

la pareja tiene la necesidad de reencontrarse, si esto no ocurre, se buscará

alguien fuera de la relación (Camacho, 2004).

2.2. Relación de pareja.

Las relaciones cercanas, se caracterizan por un alto apego e

interdependencia, que se ve reflejado en las interacciones estrechas y en

XXXIII
ocasiones en la mutua influencia en el comportamiento. Las relación se define

como la

Asociación característica entre dos o más personas que involucra

una interacción y que puede tener varios fines, como lo sería un

encuentro causal, una amistad o una relación amorosa, o bien como una

serie de pasos que se dan a través del tiempo, así se determina y define

el nivel de intimidad como también el acercamiento que perciben las

personas involucradas. Diaz, L. (2010) citado por Morales, D. (2016)

Además, una definición de la relación de pareja, es la que brinda Buss

(2005) citado por XX (), quien nos dice que las relaciones de pareja

Constituyen un fenómeno universal asociado a la salud física y

psicológica, por lo que las personas felices son aquellas que se

encuentran satisfechas con su vida amorosa y disfrutan de las relaciones

cercanas, teniendo como resultado la capacidad de enfrentar diversas

fuentes de estrés

Además, según el Centre de Sexología de Sabadell (2014), la pareja

puede definirse como ‘’dos personas que proceden de familias distintas,

generalmente de distinto sexo, que deciden unirse afectivamente para

compartir un proyecto en común; en un espacio propio, el cual excluye a otros

pero que interactúan con el entorno social’’.

Por último, Munich (sf) citado por XX () afirma que la pareja, desde el

punto de vista de la teoría sistémica es denominada como

XXXIV
Subsistema familiar, en el subsistema se encuentra la pareja que

está unida por un vínculo afectivo. Para que la misma se desempeñe

correctamente, deberá existir un equilibrio entre los elementos simétricos

(cosas en común) y los elementos diferenciadores (los que hacen a una

pareja complementaria). Si la pareja se encuentra estructurada de forma

adecuada se impulsará el crecimiento de ambos y la correcta

identificación de los roles en el subsistema familiar.

En esta dinámica es importante señalar las etapas de una relación de pareja,

las cuales según Galdeano (1995) citado por XXX son:

a. Fase de enamoramiento.

La relación de pareja se inicia con esta fase, en la que se origina la

ilusión de unidad. La fantasía de la unión eterna. Se evita y rechaza

cualquier sentimiento de separación y se omiten las diferencias individuales.

Se proyectan fines comunes. Dicha etapa empieza su conflicto cuando los

deseos y expectativas comunes no son tan sencillas, como se creía. La

realidad auténtica se impone. En este momento surge una de las crisis más

importantes, que según su dirección puede afrontarse y dar un nuevo paso

en la relación, o puede provocar el fracaso de la pareja. El resultado de la

fase de enamoramiento promueve la autonomía interdependiente y la

conciencia del peligro que implican los conflictos no resueltos

apropiadamente dentro de la relación.

b. Fase de desencanto.

Comienza con el reconocimiento personal de que la otra persona no

responde a las expectativas creadas. La ilusión primaria de unidad se

XXXV
reemplaza por la desilusión de la distancia. Sobre esta situación se

establece el duelo por conseguir la armonía falsamente deseada. La pareja

crea de manera inconsciente o consciente límites físicos, psíquicos y

existenciales. En determinadas circunstancias se intenta moldear al otro

como prometía ser. En ocasiones hay discusiones con reproches del

pasado. El mayor obstáculo es la creencia que si se fuerza la relación, se

conseguirá lo que ambos quieren de ella. El peligro que afronta la pareja se

encuentra en adoptar roles de dominancia-sumisión que puedan establecer

simbiosis y se ofusque la comunicación adulta. Para superar dicha fase, es

necesario aprender a reconocer y validar las necesidades del otro, existe la

posibilidad de que la persona se aferre a la idea de cambiar a su pareja

para que siga cumpliendo las expectativas creadas. Si la relación de pareja

supera lo anterior, se adentra en otra fase

c. Fase de estabilidad.

Comienza con la aceptación mutua. Se deja de lado la ilusión inicial, y se

tiene en cuenta a sí mismo y a la otra persona, el ser como es, con la

aceptación de sus aptitudes y debilidades. La pareja dispone resolver y

afrontar los problemas y conflictos en común y sobre todo en un ambiente

de positividad. Dentro de esta fase se marcan vías de negociación, con

reglas, pactos y compromisos, dentro de ellos se contemplan las posibles

opciones y se establece el criterio de satisfacción.

d. Fase de compromiso.

“La pareja presenta claramente lo que son y la aceptación real de sus

relaciones” (p.88). En esta etapa, ambos se perciben como un conjunto

XXXVI
interdependiente. Han logrado una convivencia con los problemas

irresolubles y paradojas de la vida diaria, y a su vez, promueven soluciones

creativas a los problemas y conflictos.

Fase de trascendencia. La pareja madura en sus cursos evolutivos.

Además, supera las limitaciones de sí misma, y se expande hacia el mundo

circundante al difundir lo vivenciado en las etapas anteriores mencionadas

en el dinamismo de su relación.

Relación saludable

Existen características básicas que manifiestan que una relación es

saludable. Paz, J., (2010), señala las siguientes:

- No se permite la imposición de ideas y deseos, es decir, deben

existir acuerdos mutuos.

- Se realizan actividades de manera independiente. Permitiendo así

un espacio, con las aficiones, amistades y familia.

- No necesitamos comportarnos de manera diferente a como

somos para agradar a la otra persona.

- Se respetan las opiniones, aun cuando exista diferencias entre las

ideologías.

- En caso de discusiones, se intenta buscar soluciones que brinden

satisfacción y tranquilidad para ambos, se utiliza el diálogo y la

negociación, y se evita el uso del chantaje y las amenazas.

- Existen confianza y honestidad entre la pareja.

- Se respetan los límites de la otra persona, aunque no se esté de

acuerdo.

XXXVII
- Con respecto a las relaciones sexuales, son de mutuo acuerdo y

se aceptan negativas sin problemas.

- Cada uno asume la responsabilidad de su vida.

- Se reconoce la igualdad de género y se evita dominar a la pareja.

Además, hay factores que está presentes en una relación saludable, las

cuales son:

1. Apertura a la confianza en la otra persona.

Es necesaria para que ambos integrantes de la relación,

compartan sus emociones, ideas, tanto negativas como positivas.

Tener apertura y aperturarse, es ofrecer a la pareja de forma

incondicional todo lo que se tiene, así como las limitaciones, esto

permitirá lograr un desarrollo tanto individual como colectivo.

2. Comprensión a comunicación de la pareja.

Requiere el esfuerzo de compartir abiertamente los sentimientos,

deseos y opiniones respetando a la vez los derechos y la intimidad

de cada uno.

3. Compromiso.

Cuando una persona decide unir su vida a la de otra persona se

compromete a luchar por la relación, a tratar de ser mejor y buscar el

bien de la persona amada.

4. Un proyecto de vida en común.

XXXVIII
Cuando los objetivos y las metas son muy diferentes, cada quien

transitará por caminos separados tratando de lograr sus propias

metas.

2.2.1. Tipos de relaciones de pareja

a. Tranza.

Este es un término coloquial, que hace referencia a la relación en

donde no existe un compromiso significativo, sino que 2 personas que

estuvieron juntas y compartieron algún encuentro amoroso, en el cual

pudo haber o no relaciones sexuales. No tienen un compromiso social

(en general las familias no están al tanto, ni son presentados a amigos).

Puede haber o no sentimientos importantes entre ambos, en general una

relación que se mantiene en esta categoría, no suele implicar

sentimientos profundos. No existe un compromiso de fidelidad ni

implícito ni explícito.

b. Novios.

Son relaciones en donde ya hay continuidad en el tiempo, suelen

existir sentimientos fuertes entre ambos, en general existen proyectos,

actividades y/o salidas en común. Existe un compromiso social, la gente

sabe que están en pareja, las familias conocen a los novios o están al

tanto de la relación, lo mismo que los amigos y allegados. Existe un

acuerdo de exclusividad y un compromiso de fidelidad.

c. Amantes.

XXXIX
Es una relación en la que existe un compromiso afectivo y cierta

continuidad en el tiempo. La relación de fidelidad tiene formas

particulares, en general uno de los dos miembros o ambos están

comprometidos en otras relaciones afectivas. El compromiso social es

limitado, en general, no se hace pública la relación.

d. Matrimonio.

Es una relación en donde existe continuidad en el tiempo y un vínculo

afectivo importante. Actividades, proyectos y salidas en común, en

general ambos conviven y existe un compromiso social, lo mismo que un

acuerdo de exclusividad y fidelidad. Suele haber algún contrato legal y/o

religioso que los une. Acá incluiremos a las parejas que tienen un

compromiso importante y viven juntas independientemente que tengan o

no algún certificado legal o religioso.

2.2.2. Roles en las relaciones de pareja

Existen diferentes roles que las personas asumen en uan relación

de pareja, Marinez, A. (2000) explica que en las teorías de las relaciones

humanas, existen 5 tipos, los cuales son:

a. Abnegación.

La persona abnegada, busca como pareja a un padre o una

madre, a alguien que le brinde atención, afecto y apoyo. Esta

persona, está dispuesto a someterse y renunciar a sí mismo,

asumiendo un rol abnegado y complaciente.

XL
En la mayoría de casos, la persona abnegada proviene de un

hogar en el que había un padre o una madre muy autoritaria, con

prejuicios religiosos o con poca apertura social y la información

sexual. La persona abnegada no piensa en sí misma y se

preocupa demasiado por atender a los demás sin esperar ser

correspondido.

En el caso de la mujer abnegada, se vincula con hombres

groseros, prepotentes, posesivos.

b. Ensoñación

Las personas ensoñadoras, esperan una pareja ideal. Tienden

a ser ingenuas e idealistas y se enamoran no de las personas,

sino de las expectativas.

Usualmente niegan su realidad, justifican los defectos y

errores de la otra persona. En sus antecedentes, indican que

fueron hijos sobreprotegidos, no tienen capacidad de resolver

problemas y a enfrentarse a las dificultades. Si en caso hay una

separación, están en riesgo de tener cuadros depresivos, es por

ello que toleran.

c. Manipulación.

Las personas manipuladores, tienden a ser vanidosas y

caprichosas, les agrada sentirse atractivos. Tienden a ser

analíticos y calculadores.

d. Igualación.

XLI
Es el tipo de pareja en el que las personas buscan igualdad.

Hombres que participan en las labores del hogar y crianza de los

hijos, en caso de la mujer, se busca el desarrollo profesional y

laboral, es decir, se deja de lado estereotipos de la sociedad.

d. Autosuficiencia.

Las personas que juegan un papel de autosuficiencia, no buscan

pareja, debido a que puede que se encuentren decepcioados con

las personas del sexo opuesto.

Suele establecer relaciones solo por lapsos cortos y para no

sentirse solos.

2.2.3. Nuevas formas de vinculación

Con el transcurrir del tiempo, surgieron nuevas alternativas o

formas de vinculación. Estas nuevas formas, también requieren nuevas

maneras de conceptualizar y pensar la fidelidad, la mayoría de estas

modalidades rompen con la idea tradicional de la misma. Según

Camacho, J. (2004), las nuevas formas de vinculación son:

a) Parejas abiertas

Este término, hace referencia a las relaciones en donde los 2

miembros de la relación, pueden tener libremente vínculos con las

personas que quieran. Las parejas abiertas se llaman así por

oposición a las llamadas parejas cerradas, en las cuales se da un

vínculo monogámico con exclusividad sexual y afectiva entre sus

miembros.

XLII
En su mayoría, las parejas abiertas tienen una exclusividad

afectiva, es decir, que existe un vínculo emocional entre ambos

miembros de la relación y este se debe mantener solo con la

pareja, sin embargo, en el aspecto sexual, no existe una

exclusividad.

A la base de esta forma de relación está la idea de la separación

entre sexo y afecto. Las personas que sostienen este tipo de

relaciones pueden disociar o en realidad nunca asociaron la

sexualidad y las relaciones sexuales con los vínculos afectivos,

por esa razón se vinculan sexualmente sin problemas de

exclusividad, pero generalmente no aceptan que su pareja se

enamore de otra persona.

Esta modalidad tiene una afinidad significativa con la forma

de entender el sexo y los afectos en los varones. Frecuentemente

los varones pueden tener relaciones sexuales sin vincularse

afectivamente, esto no es tan común en las mujeres quienes

rápidamente sienten afecto por sus compañeros sexuales e

incluso no suelen tener sexo si no sienten afecto por ellos. Por

esta razón, se explica en esta investigación, que las parejas

abiertas suelen darse con más frecuencia en relaciones de

homosexuales varones, es una práctica común, si bien no es

mayoritaria, cada vez más relaciones están basadas en esta

modalidad. La misma a veces suele ser una fase antes de la

XLIII
separación, muchas parejas que comenzaron siendo cerradas,

luego de un tiempo comienzan a tener necesidades sexuales y al

reconocerlas plantean la opción de la pareja abierta. Se toman

ese tiempo como una especie de preparación para la separación.

Otras parejas en cambio logran un equilibrio, manteniendo

la nueva modalidad de pareja abierta y muchas otras vuelven a

funcionar en forma tradicional como parejas cerradas.

En las parejas abiertas, como en cualquier otra relación, también

existen acuerdos particulares, ya que algunos prefieren contar y

hablar de las experiencias que tiene con otros dejando esta

posibilidad a su criterio personal, mientras que algunos mantienen

esto en reserva. Algunos plantean la obligación de contar las

aventuras con terceros, viviendo el ocultamiento de las mismas

como si fuera una infidelidad o un engaño. En las parejas abiertas

la inclusión de un tercero/a suele ser frecuente y algunas pueden

tener prácticas de sexo grupal.

b) Inclusión de terceras personas

La misma se puede dar tanto en parejas abiertas, como en

parejas cerradas o tradicionales. Algunas parejas incorporan

terceros a las relaciones sexuales que mantienen entre ellos en

forma libre y sin restricciones, pero lo más frecuente es que

existan ciertas normas particulares y en este sentido hay muchas

formas intermedias.

XLIV
Hay quienes permiten relaciones de tres o grupales con la

condición de que ambos participen de las mismas sin permitir

encuentros por fuera. Otras parejas tienen experiencias con

terceros pero con la condición de que sean de un sexo

determinado. Es frecuente que en parejas heterosexuales se

permitan incorporar otra persona y en general suele ser una

mujer, raramente un varón.

También suelen existir ciertas restricciones respecto de algún

tipo de prácticas sexuales, algunas personas no permiten que a

sus parejas las penetre un tercero, si bien pueden tener todo tipo

de relaciones, la penetración queda como una exclusividad de la

pareja oficial, o el invitado/a sólo puede mirar sin participar

directamente, etc.

Las parejas cerradas que incluyen a un tercero suelen llegar a

esto por una demanda particular de alguno de los miembros de la

misma que plantea el tema, se trata habitualmente de una forma

de ampliar y buscar nuevas alternativas para el placer. No

significa que la relación no está funcionando o que la pareja se

está por disolver y no lleva necesariamente a la separación.

c) Swingers, matrimonios colectivos y polyamory

Entre las variantes a las parejas tradicionales, ya sean estas

abiertas o cerradas, han surgido algunas otras formas particulares

de vinculación, una de ellas es las swingers.

XLV
- Los swingers

Son aquellas personas que estando en una relación de

pareja, generalmente heterosexual, suelen practicar

intercambios de pareja, esta modalidad surgió alrededor de

los años 70.

Las relaciones que mantienen los swingers consisten en

permitir tener relaciones sexuales con el miembro del sexo

opuesto de otra pareja, por ejemplo un matrimonio se vincula

con otro y por una noche intercambian a sus parejas,

habitualmente las relaciones se dan por separado, aunque en

algunos casos los cuatro comparten una relación grupal.

Existen ciertos acuerdos particulares en este tipo de

relación, por ejemplo es frecuente que no haya sexo entre los

varones de las distintas parejas o que el intercambio esté

limitado a encuentros arreglados de común acuerdo por

ambos y que no se permitan relaciones sexuales por fuera de

ellos.

- Los matrimonios colectivos

Son aquellas parejas o grupos que conviven en

comunidades o simplemente juntos compartiendo una

vivienda, en las cuales suele existir la libertad para tener

relaciones sexuales con cualquier miembro del matrimonio.

XLVI
Estos grupos habitualmente tienen otras premisas o valores

comunes, algunos tienen un carácter religioso o filosófico

común y otros tan sólo son un pequeño grupo de personas

que los une simplemente el afecto y las ganas de compartir

este tipo de experiencias. Entre ellos se pueden establecer

también fuertes lazos afectivos y existen obligaciones,

deberes y reglas como en cualquier otro grupo humano.

También podríamos incluir en este tipo de relacionamiento

a los tríos, los participantes del mismo frecuentemente

conviven, en algunos casos logran alcanzar equilibrios

bastante estables por períodos prolongados, se dan

generalmente entre tres varones, o entre dos mujeres y un

varón.

- El polyamor

Es una versión que surgió a partir de las relaciones

swingers, en donde los practicantes plantean la opción de

tener varios amantes simultáneos.

Sostienen que la monogamia es una imposición de la

sociedad, ya que no nacemos monógamos y que esta

coacción genera frustración y tensión en las personas. Estas

personas conviven y se relacionan con varios sujetos de

forma abierta y honesta, dicen que al no haber secretos,

mentiras o engaños, no hay traición ni infidelidad, ya que la

XLVII
confianza es algo que suelen preservar como un valor

fundamental.

Esta modalidad, surge en la época del filósofo Diógenes de

Sínope, quien creía que el matrimonio era perjudicial porque

alteraba la serenidad del sabio y proponía sustituir a las

relaciones matrimoniales por una forma de amor libre, sentía

desprecio por la sociedad y sus instituciones e intentaba un

retorno a la naturaleza.

Los que practican esta forma de relación también plantean

un retorno a formas más simples de vida y rechazan algunas

pautas de la sociedad tradicional. El polyamory en algunos

casos toma la forma de matrimonios colectivos ya que suelen

convivir varias personas juntas, en otros sólo se trata de

personas que prefieren tener varias relaciones paralelas, pero

con la honestidad de mantener vínculos en donde no exista

ningún tipo de exclusividad ni sexual ni afectiva.

Habitualmente se dice que muchas de estas personas son

principalmente bisexuales y algunos otros pocos

homosexuales o heterosexuales. La diferencia entre

polyamory y swingers, los primeros sostienen la idea de poder

vincularse con varias parejas pero logrando una intimidad

afectiva y no tan solo sexual. Para ellos se trata

fundamentalmente de buscar formas nuevas de

relacionamiento basadas en la libertad, la honestidad y la

XLVIII
confianza, en la que no haya que sacrificar o reprimir

tendencias o deseos, cultivando las relaciones afectivas en su

sentido más amplio.

Estas modalidades de relación aún no están muy extendidas y no

son aceptadas socialmente, por lo que la gente que las practica suele

mantenerlas ocultas.

Son un ataque a los valores más básicos sobre los que la

sociedad asentó sus bases durante años, por lo tanto son condenadas

moralmente por gran parte de la misma.

XLIX
Capítulo III:

Explicaciones acerca de la infidelidad

3.1 Teorías explicativas sobre la infidelidad

Vargas e Ibáñez (2005) comienza describiendo una teoría biológica

evolutiva, en donde explica que los machos de cada especie presentan mayor

probabilidad de ser infiel ya que las hembras se dedican a la crianza, a lo que

se agrega un impulso por procrear y perpetuar sus genes, diferenciando una

fidelidad social y otra reproductiva entre especies. Fisher (1994), por otro lado,

afirma que son las hembras de cada especie las que inician los vínculos

sexuales en época de celo y de forma muy similar se da en las mujeres, siendo

error creer que las mujeres son receptora pasivas de un hombre que corteja;

así mismo, se considera que para la hembra el hecho de mantener machos que

satisfagan necesidades aseguran su supervivencia suyos como de sus hijos.

Muchos investigadores como Kinsey, Clelland Ford y Frank Beach mantienen

que a nivel de interés por la variación sexual, tanto hombres como mujeres

L
tienen la misma intensidad y pueden buscar una oportunidad con la misma

ansiedad.

Vargas e Ibáñez (2005) añade una teoría psicológica. Asegura que lo primero

que se busca es una relación satisfactoria con el otro, por lo que siempre se

escoge a una persona que satisfaga las necesidades emocionales de uno, lo

que da pie a una posible infidelidad si la pareja no es capaz de satisfacer las

necesidades emocionales. Toda persona formula un mapa del amor, producto

de las interacciones tempranas, en donde está definido aquello que resulta

atractivo o no, formando un prototipo de una posible pareja ideal, cuando una

pareja se forma se proyecta este mapa a la pareja aunque no lo llene

completamente, y cuando se dan cuenta la diferencia hay crisis en la relación

(Fisher, 1994), en la etapa de afianzamiento de vinculo, cuando se descubre

que la pareja no era como se esperaba suele compararse con pareja

anteriores, y aumenta la posibilidad de cometer alguna infidelidad (Camacho,

2004, p.42).

Fisher (1994) menciona algunos motivos consientes e inconscientes

como ser descubiertos para hacer las paces, mejorar el vínculo familiar

satisfaciendo necesidades fuera de casa, o como excusa para abandonar al

cónyuge, el querer sentirse más deseado, sentir excitación por el riesgo y hasta

algunas fijaciones. Fairbain (1952, citado en Vargas e Ibáñez, 2005)

proporciona una explicación psicoanalítica, menciona que el sujeto internaliza

un conjunto de objetos libidinales que le provocan placer cuando es niño, y

luego objetos antilibidinales, superyoicos que exigen respeto y obediencia; al

contraer matrimonio se asume este como una figura paternal digna de respeto

y requiere un escape a un objeto libidinal, que sería la amante.

LI
Por otro lado, Camacho (2004) menciona que algunas variables propias

de la relación y de la persona pueden ser causas comunes de infidelidad. Entre

ellas menciona:

 El aburrimiento y el riesgo de la rutina: Al sentirse poco estimulados o

aburridos de su pareja o de su relación, pueden buscar alguna relación

por fuera de la misma para disminuir un poco la inercia o el aburrimiento

de sus vidas. Suele darse fundamentalmente en personas que necesitan

estímulos constantes y no logran encontrar o generar en su relación

suficientes incentivos o nuevas motivaciones, lo que los lleva a

buscarlos en otra relación. Ciertas cosas que tenían un interés especial

para nosotros comienzan a verse cada vez menos atractivas y en el

mejor de los casos empiezan a atraernos otras. Ya que el

acostumbramiento en algunos casos puede afectar el deseo, haciéndole

sentir a estas personas una sensación de vacío, que en algunos casos

intentan llenar poniéndole un poco de vértigo a sus vidas con alguna

aventura sentimental.

 Problemas de comunicación, comprensión y entendimiento: Estos

problemas a veces se dejan pasar y no se habla de ellos, se los

subestima o directamente se los niega, esto genera resentimientoso

rencores que al principio de la relación pueden continuar sin mayores

inconvenientes, pero el efecto acumulativo de estas diferencias puede

distanciar a los miembros de la pareja. Si esto perdura y no hay una

comunicación fluida, en donde se pueda hablar sobre lo que incomoda,

comienza a haber un desencanto generalizado que se va reflejando en

la pérdida de interés por el otro.

LII
 La soledad: La soledad que se experimenta en una relación de pareja

suele ser peor que la que se siente estando sólo, es paradójico pensar

que se pueda sentir soledad estando en pareja, pero hay algunas

personas que sienten que no pueden contar para nada con su

compañero/a, que están solos/as y que no cuentan con nadie. Cuando

una persona se siente sola dentro de una relación de pareja, la

posibilidad de la ruptura o la infidelidad aumenta. En algunas ocasiones

la gente encuentra en los brazos de una tercera persona lo que no

encuentra con su pareja. Se busca en los amantes principalmente a

alguien con quien poder compartir momentos, charlas, actividades y el

aspecto sexual no suele ser tan prioritario. Este sentimiento de soledad

es comúnmente sentido más por las mujeres que por los varones. Se

puede dar en esposas de hombres que trabajan demasiado o de

varones desplazados por un hijo recién nacido que quieren atención de

su pareja.

 Situaciones estresantes y traumáticas: Es frecuente que parejas que

están sometidas a grandes presiones o situaciones estresantes, puedan

encontrar alivio en un tercero, si no lograron construir entre ellos un

núcleo de contención, afecto y comunicación. Las dificultades laborales,

económicas, problemas de salud, etc., pueden generar aislamiento y

distancia ente ambos. También graves situaciones traumáticas que

hacen vivir tristezas y dolores muy fuertes, como por ejemplo la muerte

de un hijo, pueden hacer que alguno de los miembros de la pareja se

aleje para buscar en otra persona no relacionada con el dolor vivido, un

poco de sosiego y tranquilidad que le permita superar la tristeza.

LIII
 Las presiones sociales: En algunas personas los modelos sociales

pueden influir a la hora de las infidelidades y los varones pueden sentir

esta presión, es común que se espere que el varón sea un seductor que

conquiste a todo lo posible. Esta presión social en la mujer no aparece,

ya que lo que se espera de ella, es una actitud más pasiva y expectante.

Una mujer que salga a conquistar abiertamente a alguien no está tan

bien visto, aunque puede ser aceptado no será tan festejado como en el

caso del hombre.

 La falta de gratificación sexual: Este motivo no debe subestimarse en

cuanto a los posibles motivos para una infidelidad. Más común en

varones que en mujeres, en ellas la insatisfacción sexual no suele ser

motivo de infidelidad si las necesidades afectivas están cubiertas. En

cambio en los varones, a pesar de que afectivamente estén bien en una

relación, si no obtienen gratificación sexual pueden verse movidos a

buscar fuera lo que no obtienen con su pareja. El consumo de servicios

sexuales por parte de varones en pareja es común y tienden a buscar en

muchos casos la gratificación sexual que no encuentran en sus

relaciones estables. Se suele exigir a la mujer un papel mas casto,

mientras al hombre se le preciosa para ser sexualizado, lo que en

ocasiones lleva a este a buscar a una “dama” como esposa y a otra

pareja para satisfacer sus fantasías sexuales. Para superar este

problema se puede intentar vencer los prejuicios y animarse a hablar

con la pareja sobre las relaciones sexuales, sobre cómo nos gusta

obtener y dar placer, sobre nuestras fantasías y deseos.

LIV
 La vanidad: La vanidad y el orgullo de verse atractivos/as al poder

conquistar a otras personas los/las puede llevar a constantes

infidelidades que sólo apuntan a levantar y mantener su ego, sin

intenciones en la mayoría de los casos de separarse de su pareja. Estas

personas suelen estar muy pendientes de la imagen y la estética; y

pueden simplemente obtener el placer en la seducción y en el levante,

sin llegar en muchos casos a tener relaciones sexuales, ni infidelidades

duraderas. Intentan elevar su autoestima con conquistas o la admiración

que creen puede ser producto de estas para sentir mayor su valía.

 Los valores: Se suele dar una lucha entre valores antagónicos. Las

personas conocen el valor de la palabra y el respeto al compromiso, por

eso cuando una persona se decide a romper ese acuerdo, se produce

en algunos casos culpa o alguna sensación de error cometido, en otros

casos las personas logran disociar ciertos aspectos internos y evitan

tales sensaciones. Según algunos autores, ciertas personas que no

aprendieron valores morales pueden ser más infieles que las que

recibieron otro tipo de educación en valores.

 La falta de amor a la pareja: estamos frente a situaciones en donde hay

falta de amor, o en casos donde el sentimiento fuerte que existía entre

ambos ya no está más. Las personas siguen sintiendo afecto y quieren a

su pareja, pero no tanto como antes o no se sienten enamoradas. Se

suelen decir a sí mismos/as que si verdaderamente ya no sienten lo que

sentían, es válido tener una infidelidad porque están siendo fieles a lo

que ellos sienten. Esto suele ser un autoengaño para no asumir la

responsabilidad de la infidelidad lo más adecuado sería volver a

LV
establecer las reglas de la relación o terminar con la misma. El principal

argumento que se esgrime para posponer una separación suele ser el

tema de los hijos, por temor a perjudicar su salud psicológica o por

temor a privarse de ellos, de la posibilidad de convivir y verlos crecer día

a día.

 Carencias afectivas: Cuando existe un distanciamiento afectivo, no hay

reconocimiento por parte del otro o no se percibe a la pareja como

alguien atractivo/a, lindo/a o interesante. Si uno/a se siente poco

deseado/a por su pareja y aparece alguien que lo/a haga sentir deseado

o deseada, a puerta de la infidelidad se abre. La pareja también cumple

la función de validar al otro, aumentar su autoestima y permitir cubrir las

necesidades afectivas, si esto no se da la persona puede sentirse

frustrada, insatisfecha y desvalorizada, lo que puede llevarla a buscar

dicha validación y contención en otra persona.

 Expectativas muy altas sobre la relación de pareja: Muchas personas

que tienen ideales muy altos respecto de las relaciones de pareja, del

matrimonio o del noviazgo, pueden sufrir fuertes decepciones ya que

suelen existir diferencias importantes entre sus expectativas y la

realidad. Si esta distancia entre lo que esperaban y lo que realmente

tienen perdura y no hay un ajuste maduro entre lo esperado y la

realidad, existe la posibilidad de que se salgan a buscar a ese hombre o

mujer ideal que pueda cumplir con sus expectativas.

 La curiosidad: La búsqueda de lo novedoso y la curiosidad por probar

todo en la vida pueden llevar a que algunas personas decidan ser

infieles, en estos casos el interés suele disminuir después de haber

LVI
experimentado la infidelidad. Si el motivo principal por el cual se tuvo un

relación por fuera de la pareja fue la curiosidad, en general no se

constituye en una opción que se continué ni que se repita, ya que la

curiosidad suele agotarse en uno o dos encuentros. A veces descubren

que la relación que están manteniendo con su pareja es insatisfactoria y

que obtienen muchas más y mejores con la nueva relación, en cambio

en otros casos, y esto suele ser lo más frecuente si sólo se trataba de

curiosidad, es darse cuenta de lo importante de su relación y vuelven a

escoger a su pareja.

 La búsqueda de aventuras: La búsqueda de aventuras y la necesidad de

nuevas emociones. Para las personas que están acostumbradas a vivir

vidas muy intensas con muchas emociones y cambios, la tranquilidad y

la rutina que pueden significar algunas relaciones estables puede

volverse algo muy monótono y aburrido. Estas personas en esas

situaciones a veces buscan relaciones que les aporten un poco de

emoción y vértigo a sus vidas, una posibilidad para ello son las

infidelidades; a pesar de existir otras opciones. La búsqueda de nuevas

aventuras comienza a canalizarse a través de las infidelidades es

posible que estas comiencen a ser cada vez más frecuentes y osadas.

Los estímulos tienen que ser cada vez mayores, más peligrosos y

atractivos.

Así mismo, según Camacho (2004), las creencias sostienen, posibilitan o

justifican conductas de infidelidad.

 “Por una sola vez”: Frase que se suele decir con frecuencia para

minimizar el hecho, y paradójicamente esta creencia sigue apareciendo

LVII
aunque ya no sea una vez, incluso cuando ya van por la octava o más

todavía resuena ese “por una vez”

 “No tiene por qué enterarse”: la gran parte de las personas que cometen

una infidelidad cree que el otro no va a enterarse, lo cierto es que en

muchos casos esto así ocurre y como también es muy evidente en

muchas otras oportunidades las personas que son engañadas se

enteran. Suele causar comportamientos para evitar que su pareja se

entere de la infidelidad, como evitar lugares públicos o dar datos

personales a la otra.

 “Yo no voy a quedar como un boludo”: Opera fundamentalmente en los

varones cuando existe por ejemplo alguna presión grupal o interna por

parte de la persona. Si se le insinúa una persona que lo atrae, puede

que acepte tener algo pensando en que si no lo hace la otra parte o sus

amigos o compañeros lo van a juzgar o etiquetar de alguna manera.

 “No me voy a perder esta oportunidad”: La persona se autoriza el acto

infiel ante una persona que le parece muy atractiva, en general esta

creencia surge en situaciones fortuitas o casuales, en donde no existe

premeditación. Un estímulo de coquetería desencadena una convicción

sobre la posibilidad de aceptación de la otra parte, anulando una posible

“voz de la conciencia” y procediendo al acto.

 “Todo el mundo lo hace”: Opera como justificación la lógica del

pensamiento es: si todos lo hacen, porque no lo puedo hacer yo

también. Otra posibilidad es llevar la cuenta de las relaciones de los

amigos, de los conocidos o de cuanta persona ande dando vuelta y

LVIII
comprobar de alguna manera que ellos también lo hacen, esto

autorizaría o justificaría a las personas que tendrían conductas infieles.

 “La palabra fidelidad no existe en mi vocabulario”: Hace referencia a la

imposibilidad de acordar con una pareja cierta exclusividad. Suelen ser

personas que si bien pueden establecer vínculos afectivos, no

comparten la idea de la posesión o exclusividad en las relaciones. Son

conscientes. Pueden compartir esta creencia con su pareja, pero la

mayoría de las veces la reconocen sólo con amigos o en ámbitos muy

privados.

 “Los hombres somos así”: Este alegato a la naturaleza humana suele

apoyar la idea de “que uno es así” y la naturaleza no se puede cambiar,

se intenta justificar la infidelidad.

 “Mientras no me involucre afectivamente todo bien”: Muchas personas

pueden tener relaciones por fuera de su pareja, logran disociar sus

sentimientos y pensamientos de una manera que estos no interfieren en

forma significativa sobre sus relaciones de pareja. Entonces mientras

logren mantener bajo control las emociones, se autorizan internamente a

tener infidelidades, consideran inmanejable la situación si hay indicios de

un compromiso mayor.

 “Es sólo sexo”: Un justificativo que permite tener infidelidades es limitar

la relación a algo de carácter exclusivamente sexual, para las personas

que creen esto, el sexo está relacionado con algo natural que no tiene

que ver necesariamente con los sentimientos.

 “El sexo es sexo y la pareja es otra cosa”: Hay gente que mantiene una

disociación mental entre la relación de pareja y las relaciones sexuales.

LIX
Las personas que tienen creencias de este tipo puede considerar que no

están siendo infieles, porque mantener sexo no tiene necesariamente

que ver con la infidelidad. Estas personas tienen sexo ocasional para

disfrutar de sus inclinaciones sexuales y les cuesta encontrar esta

gratificación con sus parejas.

 “Él/ella también lo haría”: Este tipo de creencias permite justificarse en la

posibilidad de que el otro haga o esté con intenciones de hacer lo

mismo. Parece ser que se pensara: “Quien golpea primero golpea dos

veces”. Estas personas prefieren adelantarse a una situación hipotética

o en algunos casos sirve simplemente como excusa para liberarse de la

culpa que pudieran llegar a sentir, alegando que existe una relación de

equidad de todas maneras, porque también la otra parte en esas

mismas condiciones hubiera obrado de la misma forma.

 “Si ella/él no me satisface...”: Cuando las personas tiene esta creencia y

no logran satisfacción con sus parejas pueden que tengan infidelidades,

obviamente existen otras posibilidades en estas situaciones tales como

hablarlo con la pareja y plantear el tema. Pedir lo que se necesita es

algo absolutamente básico en todos las relaciones, esto no garantiza

que siempre tengamos lo que pedimos, pero tenemos más chances de

conseguirlo. Los prejuicios, la vergüenza y el temor a veces limitan o

imposibilitan el diálogo y las charlas abiertas sobre las referencias,

gustos y fantasías sexuales en algunos casos nunca se dan.

 “Con mi pareja ni loco/a podría hacer esto”: Hay algunas personas que

se animan a hacer cosas fuera de las relaciones que con sus parejas no

harían. Suelen encontrar gratificaciones en pedir o compartir fantasías

LX
que según ellos creen serían consideradas por sus parejas como algo

perverso o enfermo, tal como mencionaba anteriormente. Los humanos

tenemos muchas más fantasías que las que logramos comunicar, e

incluso de las que nos permitimos aceptar ante nosotros mismos. Pero

lo más probable es que los dos tengan fantasías comunes o que ambos

estén dispuestos a realizar la fantasía de su compañero y que al

compartirlas pueden generar un espacio de confianza, creatividad y

experimentación que permita dar nuevos aires a la relación.

3.2 Investigaciones sobre las causas de infidelidad.

Se han realizado investigaciones donde se busca encontrar algunas

tendencias a nivel de infidelidad a través de los años, en donde se ha obtenido

información muy interesante.

Se considera que la edad, el género y el nivel socioeconómico en

combinación influyen, los varones obreros suelen permitirse más infidelidades

entre los 20 y 25 años siendo más fieles pasando los 30, mientras los

trabajadores de oficina y profesionales son más fieles entre los 20 y 30, pero

suelen tener amoríos alrededor de los 50 años; por otro lado, las mujeres

alcanza el auge de infidelidad entre los 35 y 40 años (Fisher, 1994).

Valdez, González, Maya, Aguilar, González-Arratia y Torres (2013)

estudiaron las causas más frecuentes para cometer infidelidad en 75 parejas

de casados y 75 parejas de solteros en una relación de noviazgo, residentes de

la Ciudad de Toluca (México), que han cometido al menos una vez infidelidad.

Los hallazgos permiten observar que las mujeres tienden a ser infieles porque

se sienten solas e incomprendidas en la relación; mientras que los hombres lo


LXI
hacen por sentirse aburridos, incómodos y confundidos en la relación de

pareja, los hombres afirmaban que el área más deteriorada en su relación era

la sexual y personal, mientras las mujeres decían que era el área sentimental y

emocional. Respecto a lo que sentían que les faltaba, necesitaban o carecían,

se puede observar que las mujeres fueron infieles porque en su relación

sentían que les hacía falta amor, cariño y atención; mientras que los hombres

buscaban algo nuevo. Los hombres volvieron con su primera pareja porque

tenían mayor estabilidad, cariño y amor; mientras las mujeres afirmaban

sentirse más protegidas.

Romero-Palencia, Cruz y Díaz-Loving (2008) buscaron predecir la

infidelidad sexual y emocional a través de un conjunto de características

biológicas, psicológicas y socioculturales que involucran los patrones sexuales

de una persona, con una muestra no probabilística de 151 hombres y 183

mujeres de relaciones heterosexuales y edad promedio 30 años, a través del

Inventario de conducta sexual y la Escala de personalidad sexual. Los

resultados fueron más predictivos para los hombres que para las mujeres. Los

individuos que sean menos comprometidos y menos dependientes a su pareja

primaria serán infieles sexualmente si tienen alternativas; así mismo, un

hombre se involucrará en una segunda relación si esta representa un

beneficio, complementa su vida y no pone en riesgo su relación primaria. Para

que un hombre caiga en infidelidad emocional debe haber muchos beneficios

de índole sexual y emocional; insatisfacción en la relación primaria y

orientación sexual abierta y liberal a la búsqueda de placer y variedad facilitará

el involucramiento. En mujeres, el empleo de variantes de prácticas sexuales

(masturbación, pornografía), menor nivel de involucramiento y afecto a la

LXII
pareja, concepto positivo de infidelidad y motivaciones personales para la

infidelidad (Impulsividad, inestabilidad emocional, venganza y búsqueda de

placer) resultan ser predictores para infidelidad sexual. Para infidelidad

emocional en mujeres se predice por percepción de beneficios de la relación

extra-pareja por concepto positivo de infidelidad, y por la búsqueda de práctica

de variantes sexuales y un mayor número de parejas.

Rivera, Diaz, Villanueva y Montero (2011) buscaron conocer la relación

entre el conflicto y la infidelidad, evaluando si es capaz de predecir la

infidelidad. En una muestra de 903 participantes voluntarios, 412 hombres y

491 mujeres se aplicó Escala de Conflicto (Rivera, Cruz, Arnaldo & Díaz-

Loving, 2004), Evalúa las áreas de la relación de pareja en las que se presenta

mayor conflicto, la Escala de Conducta Infiel (Romero, Rivera & Díaz Loving,

2007), Se refiere a todas aquellas conductas que denotan un acto o deseo de

infidelidad, y la Escala de Consecuencias de la Infidelidad (Romero, Rivera &

Díaz Loving, 2007), que refiere las consecuencias positivas y negativas que la

infidelidad puede acarrear hacia la relación primaria. En el caso de los

hombres, se ve que la infidelidad sexual en hombres se relaciona con conflictos

de personalidad, actividades de la pareja, actividades propias, celos, familia y

relaciones sexuales; y en el caso de las mujeres con conflictos de

personalidad, actividades de la pareja, actividades propias, celos, dinero, orden

y cooperación, familia y relaciones sexuales. En el caso de la infidelidad

emocional en hombres se relaciona con conflictos de personalidad, actividades

propias y de la pareja, celos y relaciones sexuales; mientras, en las mujeres y

de la pareja, celos, dinero, orden y cooperación, familia y relaciones sexuales.

Hombres y mujeres que ven consecuencias positivas en la infidelidad

LXIII
aumentan su número de conflictos en todas las áreas, si hay consecuencias

negativas disminuyen. Las áreas de conflicto de celos, relaciones sexuales,

actividades de la pareja, religión, los hijos, e intereses y gustos diferentes

resultaron ser predictores de infidelidad emocional. Las áreas de conflicto

celos, relaciones sexuales, actividades propias, los hijos y la religión resultaron

ser predictoras de Infidelidad sexual. Así mismo, las áreas de conflicto celos,

actividades propias, los hijos, la personalidad y las relaciones sexuales son

predictoras del deseo de infidelidad emocional; mientras las áreas celos,

actividades propias y relaciones sexuales fueron predictoras se deseo de

infidelidad sexual.

Resulta interesante como se confirman algunos postulados evolutivos,

en donde las mujeres son infieles por faltas afectivas y el hombre por una

búsqueda de emociones nuevas, y como elementos como el compromiso

asumido y el afecto hacia la pareja pueden resultar predictores en tanto para

hombres como mujeres y ciertas actitudes conflictivas como celos, o en las

actividades propias y de pareja o sobre las mismas relaciones sexuales pueden

predecir el deseo de infidelidad o el mismo acto.

LXIV
Conclusiones

 La persona infiel suele asociarse a Manía, y trastorno de personalidad

tipo borderline, antisocial y narcisista.

 El varón infiel se mueve por la búsqueda de emociones intensas y

diversidad sexual y puede ser motivado por la vanidad, buscando

compensar su sentimiento de valía; mientras las mujeres tienden a

buscar satisfacer necesidades afectivas y puede dejarse llevar por la

impulsividad o ser más vulnerables cuando se encuentre inestable

emocionalmente. Así mismo en ambos grupos se toman en cuenta

valores y creencias.

 Elementos de la relación también influyen en la aparición de un episodio

de infidelidad de una de las partes.

 Insatisfacción en las relaciones sexuales, actitudes distantes o

conflictivas de la pareja y la rutinización de la relación pueden aumentar

la probabilidad de infidelidad de parte del varón.

 Sentimientos de soledad, falta de comunicación y comprensión o el

hecho de no sentirse deseada puede aumentar la probabilidad de

infidelidad en la mujer.

 Así mismo, el tipo de conflicto puede predecir el deseo de cometer

infidelidad, como lo son los celos, personalidades incompatibles, o por

actividades propias o de la pareja.

LXV
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