Medicina Ancestral

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1.1 Introducción.

Como seres humanos no estamos completamente conscientes de todo lo que


debemos al mundo vegetal, y le debemos todo, ya que nuestra vida así como la de los
animales depende de las plantas.

Las plantas en su contexto general constituyen la verde capa de hierbas que cubre el
planeta tierra, absorbe los rayos del sol y los almacena en forma de energía química
mediante la llamada fotosíntesis. Las plantas nos proveen de sustancias que
actúan como remedios curativos, otros como venenos, incluso existen algunas con
sustancias químicas poderosas que pueden influir en el ánimo y en la esfera psíquica
de las personas. Así también existen algunas que actúan sobre el ámbito sexual como
sustancias afrodisíacas y muchas otras pueden actuar como anticonceptivos.

En todas las partes del mundo las plantas acompañan al hombre desde su origen.
Pueblos distantes, que habitan en continentes diversos y lejanos, pueden tener el
mismo tipo de plantas y las utilizan con fines similares, pero en otros casos los usos y la
forma de aplicarlas difiere notablemente.

En la historia de la humanidad, existen cuatro etapas que han permitido el acceso al


conocimiento de las plantas y sus usos: (i) la intuición, (ii) el empirismo, (iii) la
interpretación mágica de la realidad, así como la explicación religiosa y por último (iv)
el conocimiento racional. El paso de los saberes mágico-religiosos a los racionales,
precisa de una gran inteligencia y educación. 

El instinto de supervivencia (muy desarrollado en nuestros antepasados-mono


erguidos) y que es innato en cada uno de nosotros, les permitía curarse de la
enfermedad con elementos de su propio hábitat natural, principalmente basados en el
uso de vegetales. Ese accionar instintivo, sería observado por sus semejantes y
aprenderían de forma empírica el uso de medicamentos naturales sencillos y obvios.
Nuestros antecesores observaban como determinadas drogas vegetales provocaban el
sueño, la muerte o producían la expulsión de sustancias del organismo. Es así que los
primeros fármacos (primitivos) fueron eméticos (vomitivos), purgantes, narcóticos o
venenos.

En la mentalidad sanadora de tipo mágico, el hombre (sanador o chamán) llama a sus


dioses en su ayuda para evitar el daño que pueda presentarse en su cuerpo y en el de
un enfermo, luego emplea preparados elaborados con plantas para tratar la
enfermedad. Si el malestar se debe a la posesión de "una presencia maligna", ha de ser
expulsada para sanar el cuerpo del afectado, por ello el sanador o chamán usaría
eméticos, los purgantes, las sangrías, sustancias estornutatorias etc. Los
medicamentos naturales de acuerdo a esta concepción no se emplean, como ahora,
por su composición, propiedades o por su naturaleza, sino de acuerdo al criterio de la
persona que los utiliza -el chamán, curandero o sanador-, capaz de controlar toda
fuerza maligna y es la persona que conoce la forma de colectar las drogas vegetales, su
preparación, las dosis y sobre todo  como administrarlas al enfermo. 

En la mentalidad religiosa, las fuerzas del bien, del mal y de la naturaleza son
regentadas por sus dioses y la idea de la enfermedad esta producida debido al pecado,
a la culpa; prevenida mediante el uso de amuletos o talismanes y curada por la
expulsión de espíritus del cuerpo por medio de preparados con plantas de acción
emética o purgante, hoy en día estas ideas las encontramos en civilizaciones y lugares
geográficamente muy alejados y son parte de las creencias internas de las personas, se
manifiestan en los actos de curanderismo, sanación o durante rituales de tipo mágico-
religiosos.

En la investigación formal o académica de las plantas medicinales, existen dos


fuertes corrientes, una enraizada en el conocimiento ancestral y popular (fitoterapia
clásica), y otra apoyada por la metodología de la investigación científica (fitomedicina).
No se puede hablar de corrientes enfrentadas, sino más bien de lineamientos
enlazados. En una gran cantidad de casos la ciencia moderna, a través de la
farmacognosia, la fitoquímica y la biología molecular han certificado (validado) y
corroborado lo que el saber ancestral y popular sostuvo y avaló durante siglos. 
Algunas de las firmas farmacéuticas del mundo estudian, investigan y desarrollan
nuevos medicamentos provenientes del reino vegetal, ya sea a través del empleo de la
planta entera, el aislamiento de sus moléculas químicas y la utilización en fármacos de
sus principales compuestos químicos que presenten una determinada actividad
farmacológica o incluso a través de la hemisíntesis química tomando como punto de
partida una molécula del vegetal para producir otra más activa y menos tóxica. Algunas
de las drogas vegetales o hierbas top que se comercializan en el mercado de
fitomedicamentos en Europa y Estados Unidos son: Ginko biloba, Hypericum
perforatum (Hyperico), Aloe vera (sábila), Allium sativum (ajo), Panax
ginseng (ginseng), entre otros.

Existen en el mundo unas 250 mil especies vegetales de las cuales sólo se conocen
científicamente el 10% de ellas, considerándose como medicinales alrededor de 12 mil
especies en total. Lo cual no significa que el resto no sea medicinal, sino que aún
carecen de evidencia científica que las avale como tales. Según datos de la OMS, casi el
80% de la población mundial depende para su atención primaria de la salud, de las
plantas medicinales. Al existir un gran número de plantas y una alta demanda de las
mismas a nivel global, comprenderemos que es muy largo el camino que aún queda
por recorrer y que son muchos los medicamentos que restan por descubrir para lograr
sustancias químicas de interés farmacológico que permitan al hombre tener la calidad
de vida que merece. 

En la actualidad, la ciencia esta interesada en modo siempre creciente por las plantas
medicinales, la potencialidad de su uso aplicativo es alta, en especial en el campo de la
farmacéutica o terapia galénica preventiva, aún hoy en día en los países de América del
sur tenemos una gran biodiversidad que puede ser considerada como una fuente
importante de nuevas biomoléculas o sustancias químicas de interés farmacológico. De
la misma manera en Latinoamérica y América Central, aún hoy en día se mantiene un
importante patrimonio de conocimientos tradicionales sobre el uso medicinal de las
plantas que con fines de investigación y búsqueda de nuevas sustancias naturales
resulta enormemente significativo.
Del punto de vista estético, la planta medicinal no es solo un contenedor de principios
activos (sustancias químicas con acción terapéutica), tiene una forma, un determinado
color, en varios casos algún olor característico, cumple con un ciclo vital, ofreciendo a
más de una acción benéfica para la salud humana, un aporte al paisaje natural.

Unas veces los usos de las plantas medicinales son determinados por un efecto
farmacológico evidente que presentan en el organismo humano, otras veces por su
empleo en ceremonias o rituales mágico-religiosos (uso importante del proceso de
sanación en comunidades y pueblos indígenas).

En el presente curso, trataremos de poner a la luz algunos de los instrumentos que nos
permitan obtener conocimientos sobre el origen y el uso común de especies
medicinales desde tiempos milenarios, los mayores testimonios sobre el uso
tradicional y ancestral de especies medicinales se han obtenido de estudios de tipo
etnohistórico, etnobotánico y arqueobotánicos; por ello, en las varias ocasiones que se
traten temas relacionados al empleo de recursos terapéuticos vegetales se pondrán
ejemplos de este tipo.

En algunas partes del curso pondremos en consideración también conceptos del uso
terapéutico de fitocomplejos o fitopreparados (fito=planta), proponiendo una
integración entre el conocimiento farmacológico-fitoquímico y el etnobotánico-
tradicional de comunidades y pueblos ancestrales.

Para finalizar la parte de introducción al curso, debemos indicar que en diversas partes
del mundo, el conocimiento ancestral y tradicional del uso de plantas medicinales hoy
en día se integra con la ciencia médica para lograr potenciar efectos terapéuticos en la
salud, más adelante existirá un capítulo específico sobre el tema.

Tras milenios de uso festivo, terapéutico y sacramental, muchas especies consideradas


como sagradas y con efecto psicoactivo se convirtieron con el paso de los años de uso
medicinal y terapéutico, tal como lo veremos en ejemplos posteriores a lo largo del
curso.

Suerte en su estudio.

Chabaco A.

1.2.1 El opio, adormidera o amapola blanca (Papaver somniferum L.)

La primera droga primitiva que entra a un registro escrito es el opio conocido también
como adormidera (Papaver somniferum), planta que pertenece a la familia botánica de
la Papaveráceas, la especie produce de forma mayoritaria el alcaloide llamado morfina.
El nombre (morfina) fue puesto en honor a Morfeo, el Dios griego del sueño (de ahí el
dicho popular de caer en los brazos de Morfeo). A pesar de su fama como planta
adictiva, los usos primitivos que se le conocieron datan del siglo IV antes de Cristo
siendo utilizada como antidiarreica y antidisentérica. En el tercer milenio anterior a la
era cristiana, se descubrieron tablillas cuneiformes en Uruk, en las cuales se recomienda
como un medio para obtener salud y goce corporal.

De acuerdo a datos botánicos, los cultivos primitivos de la adormidera (opio) en


Mesopotamia son antiquísimos. Cuando menos cuatro milenios, parece que la especie
que crece en dicha región produce y acumula una elevada cantidad de alcaloides que las
especies que crecen en otras partes y por ello; en dicha zona la cultivaban con prioridad
a otras especies, el contenido anormalmente alto de morfina hace que el opio de la parte
de la antigua Mesopotamia hoy Irak, Irán y Turquía siga siendo cultivada por ser un
“emprendimiento” rentable.

La medicina babilónica no solo usaba habitualmente el opio o adormidera, sino también


la mandrágora, el cáñamo, la cerveza, el vino y se administraba otras sustancias de gran
actividad como el eléboro negro y otros venenos, por ello el médico de aquella época
debía ser bastante cauteloso en la administración de sus remedios ya que se podría
generar intoxicaciones, en aquella época el médico exigía la aceptación del paciente
previa al riesgo del tratamiento elegido, si la cura mataba al enfermo el médico perdía
ambas manos; si el enfermo no moría y seguía empeorando el galeno estaba obligado a
indemnizar.

Dioscórides, en el año 50 d.C escribía varios usos de la adormidera:


"excelente remedio para quitar totalmente el dolor , mitigar la tos,
reprimir los humores que pasan a los pulmones y evitar los flujos
estomacales". En la ciudad de Roma existió cerca de 800 tiendas
dedicadas al expendio de opio, siendo el impuesto que gravaba su
distribución equivalente al 15% de los tributos totales de esa
ciudad. En el siglo XI un médico árabe llamado Mesue, popularizó el
uso del jarabe de opio para calmar la tos, al cual se conoció como
Sirope de Mesue. Algunas mujeres marroquíes se lavan la cara con el
agua de las flores puestas en remojo durante varias horas para
embellecer el cutis facial. 

El principal alcaloide del opio, la morfina, es prescrita en casos de


algias muy marcadas (dolor oncológico, posoperatorio, cólicos renales
muy intensos, mutilaciones de miembros, etc.), dicho alcaloide actúa
fundamentalmente sobre el Sistema Nervioso Central (S.N.C) y el
sistema digestivo. En el primer caso produce analgesia marcada (sin
pérdida de conciencia), a nivel digestivo produce una menor motilidad
gastrointestinal.

1.2.2 El opio y el vino.

Para ciertos estudiosos de la Biblia el vino mezclado con hiel


ofrendado a Jesús antes de ser sacrificado, contendría una infusión de
ácido acético (vinagre) y adormidera (opio), usado para quitar el
dolor corporal y calmar la angustia de su sacrificio, para argumentar
su tesis se basan en que el color del opio se asemeja mucho al de la
hiel del buey (Mateo 27:33-34).

La adormidera (opio), llamada como (planta spen), es usada como


analgésico y tranquilizante. Se cuenta en el papiro de Erbs que la
sacerdotisa Tefnut curó una jaqueca del dios Ra usando un té de
dicha planta hecho con sus cabezas (botones florales o cápsulas
florales que son ricos en morfina- ver fotografía).

Imhopet, en egipcio significa “el que trae la paz”, nombre que se


daba a la adormidera por su efecto pacificador de los dolores. Lo
habitual era usar el jugo de las cápsulas (látex) del opio en pomadas,
por vía rectal o por vía oral. En el siglo XVI Parecelso usaba el opio en
forma de tintura para tratar dolores de la dentición infantil y para
silenciar a los niños que gritan fuerte cuando se encuentran en un
estado de euforia o malestar; conocimiento que luego se extendió a
la India y China.

Una de las recetas del papiro de Ebers que habla del uso de la
adormidera en los niños está a medio camino entre lo hilarante y lo
intrigante: “Mézclese el jugo de la planta spen con estiércol de
moscas que hay en las paredes, hágase una masa, pásese por tamiz
y adminístrese durante cuatro días. Los gritos de los niños cesarán
enseguida”.

Durante el imperio egipcio el opio era considerado como de gran


calidad y era por su mercado objeto de falsificaciones que fueron
denunciadas por Dioscórides, Plinio y otros. En el libro la Odisea, dice
Homero “Tuvo entonces Helena, la hija de Zeus, un propósito: un
filtro (nepenthés) que de pronto echó al vino que bebían, contra el
llanto y las iras, que hacía olvidar cualquier pena a todo aquel que
gustara de él. En su estado no podría verter una lágrima en todo
aquel día, pese a que hubiera visto morir a su padre y a su madre, o
que delante de él y ante sus propios ojos le hubiesen degollado con
armas de bronce a un hermano o un hijo”.

Quizá lo más significativo de las narraciones del texto de Homero es


que ese potente filtro se mezclase con vino sin consultar a los
reunidos, como cosa habitual en aquel tiempo, por lo cual puede
intuirse que con o sin consentimiento de la persona que bebía el vino
existió un uso común o “social” de drogas vegetales.

Obtención del opio. Como ya se ha indicado, la droga esta constituida


por el látex que se obtiene de la incisión longitudinal o transversal de
la cápsula inmadura. El látex excretado de color blanco rápidamente
se oscurece por contacto con el aire, en los países donde la
producción es artesanal se deja el látex colectado al sol o en un lugar
caliente hasta obtener una pasta gomosa de color café.

En los países con producción industrial, como la India se recolecta el


látex en vasos colectores expuestos al sol y se mezcla cada media
hora, al igual que la forma artesanal se obtiene una pasta de color
café oscuro. De esta manera el contenido de agua se baja del 70 al
30%.

En Egipto, para evitar el cultivo ilegal no se permite la incisión de la


cápsula y la colecta se realiza de todo el material vegetal, luego se
envía a factorías autorizadas en especial farmacéuticas para la
extracción química de sus alcaloides.
Los alcaloides más importantes del opio son la morfina, codeína,
tebaína, papaverina y narcotina, todos contenidos en el látex que es
exudado del corte que se realiza a la cápsula o fruto del opio. Sin
embargo, se debe acotar que las semillas son libres de alcaloides y se
usan en culinaria para elaborar dulces, el conocido pan de opio, se
pueden usar para obtener un aceite para cocina, también las semillas
de opio son alimento para aves.

Pequeñas cantidades de opio, como las que se consumen al fumarlo,


producen un debilitamiento cerebral del autocontrol, de la reflexión
crítica, se ocasiona una atenuación de la sensación de dolor o del
hambre, cansancio, etc., se produce un grado de euforia con gran
confianza en si mismo, que da origen a un flujo incontrolable de ideas
y de representaciones mentales. Dosis excesivas de tales preparados
pueden inhibir totalmente el centro respiratorio y otros centros
cerebrales hasta llegar a un estado de coma.

Si bien el cultivo del opio es ilegal en todo el planeta, existen


cultivaciones en varias zonas del vecino Oriente como Turquía,
Egipto, Turkistan, Irán e Irak, Afganistán, hasta regiones como la
India y en el extremo Oriente en Birmania, Laos y Tailandia.
 

Se piensa que existe en el mundo de 250.000 a 300.000 hectáreas de


cultivo.

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