Revista Orar 295
Revista Orar 295
Revista Orar 295
ORAR
EN TIEMPO
DE PANDEMIA
Dirección
Pedro Tomás Navajas
[email protected]
Diseño y composición
Germán Delgado
[email protected]
Edita Editorial MONTE CARMELO
Tel. +34 947 25 60 61 · Fax. +34 947 25 60 62 MONTE CARMELO
página 2
pág. 4 EL PASO DEL SEÑOR EN
ESTA HORA
EL ALIENTO DEL PAPA
pág. 36
LECTURA ORANTE MI ORACIÓN EN EL FRANCISCO LECTURA HUMANA Y
EN TIEMPO DE CORAZÓN DE LA PANDEMIA SOLIDARIA EN TIEMPO
PANDEMIA LA DESPEDIDA DE LOS SERES DE PANDEMIA
ACUÉRDATE DE JESUCRISTO pág. 20 QUERIDOS
LECTURA CREYENTE DE LA
GRACIAS, MANUELA
UN GRITO DE ALEGRÍA EN LECTURA CREYENTE TRIBULACIÓN TODOS CONFINADOS,
LA PRUEBA EN TIEMPO DE PERO MÁS DESIGUALES
PANDEMIA AYER TE VI LLORAR…
EL PRECIO DE LA PASCUA UNA NUEVA MENTALIDAD
A LOS QUE AMAN A DIOS, INTENTO DE DIÁLOGO CON YA NADA SERÁ IGUAL
MI MUNDO ROTO EL DICHOSO BICHITO
TODO LES SIRVE PARA EL BIEN SIEMPRE HAY POR QUIÉN
PERCEPCIÓN EXTRAÑA VIVIR ESPERANZADAMENTE SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
AL RITMO DE LA PALABRA
¿DÓNDE ESTÁ DIOS? QUE DA VIDA INQUIETOS EL SIGNO DEL APLAUSO
página 3
LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE
LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
ACUÉRDATE
DE JESUCRISTO
PEDRO TOMÁS NAVAJAS, OCD
página 4
PANDEMIA
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
UN GRITO DE
ALEGRÍA EN
LA PRUEBA SALMO 15
CIPE
En medio de la pandemia, nos puede hacer bien orar este salmo, que nos
permite descubrir el lenguaje de los enamorados de Dios. Con el salmista,
que ha descubierto la intervención de Dios en su vida, cantamos con gozo
nuestra nueva identidad en medio de la crisis “Que mi Amado es para mí y
yo soy para mi Amado”, “Juntos podemos”.
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: “Tú eres mi bien”.
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
yo no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena:
porque no me entregarás a la muerte
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
¿Nos atreveremos a decir con el salmista que nos ha ¿Quién puede orar este salmo? El salmo nos recuer-
tocado un lote hermoso y que nuestra suerte está en su da a Jesús, que vivió amando al mundo, para gloria
mano? ¿Podremos, en esta pandemia, cambiar la amar- de Dios y dignidad del ser humano. El Padre no dejó
gura en agradecimiento, el lamento en alabanza? ¿Nos a su fiel conocer la corrupción, sino que le enseñó el
dejarán las cifras de la crisis tratar con Dios, mirarle y sendero de la vida y lo sació de gozo en su presencia.
dejarnos mirar por él? La vida del salmista se fundamen- Jesús resucitado, vencedor de la muerte, es el único
ta en Dios, él es su heredad, su confianza más honda. que puede decir de verdad este salmo. Nosotros, al
orarlo, nos unimos a Jesús.
¿Puede ser la opción de creer en Dios una fuente de
dicha? Para el salmista sí lo es. Todo un vocabulario Pero también este salmo lo pueden orar todos los
de gozo aflora a sus labios: Dios es su consejero, su que, sacando fuerzas de flaqueza, arriesgan su vida
refugio, su bien, su heredad, su presencia constante y para animar y acompañar a los que más sufren las
protectora, su fiesta, su vida, su camino, su felicidad consecuencias del virus.
eterna. Así lo cantaba también san Agustín: “Todo lo
Lo podemos orar nosotros. Hagamos la prueba repi-
que tú puedes darme fuera de ti, carece de valor. Sé
tiendo muchas veces en medio de esta noche: “Tú eres
tú mismo mi heredad. A ti es a quien amo”.
mi bien, me encanta mi heredad; haznos encontrar la
La intimidad con Dios vivida en todo momento, tam- verdadera felicidad en ti, enséñanos a descansar en tu
bién en las horas tranquilas de la noche, es fuente de amor”. La serena alegría, reflejada en la vida de cada
alegría, descanso y serenidad en medio de la pande- día con mil detalles de gratuidad, es el mejor testimo-
mia; se hace presente en la interioridad más honda y nio del Dios con quien tratamos en la oración interior.
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
EL PRECIO DE
LA PASCUA
Hª LUCÍA CARMEN DE LA TRINIDAD, CD
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
De pronto, todo ha cambiado. Primero, se me fue al cie- Quiero estar aquí contigo, Jesús, acompañar tu soledad,
lo la hermana que ocupaba mucho de mi tiempo y mis sorprender tus lágrimas. No haré ruido, porque tu mira-
cuidados, de mis besos y mi cariño. Después, se cerró da baja me invita al silencio más profundo. Allá fuera sigue
prácticamente el torno que atiendo a diario. Y delante la vida, como si no pasara nada. Hemos encerrado a Dios
de mí, también como sorpresa y desafío a la vez, la dulce y continúa girando el universo. Proyectamos, calculamos,
tarea de confeccionar mascarillas para aquellos que ex- decidimos… ¿Y Dios? ¡Dios ya no nos hace falta! Todo
ponen su vida cada instante en hospitales cercanos. Ahí va bien en las manos del hombre. Razonamos, usamos
paso toda mi jornada. Feliz. Entusiasmada. Arrimando, nuestra inteligencia, nuestra libertad. Todo está sometido
junto a todas mis hermanas de comunidad, ese peque- a nuestro dominio. Pero, ¿y Dios? ¡No, ya Dios no tiene
ño grano de arena en estos tiempos recios que nos toca nada que hacer! ¿Y para qué rezar, si él ya no hace caso?
vivir. Y es esa mi oración. Mientras fluyen de mis manos
Jesús, ¿qué piensas en estos momentos? ¿Recuerdas el
mascarillas que protegerán a otros hermanos del ata-
lago, las risas de Pedro caminando sobre el agua, o ante
que de un ser invisible a nuestros ojos, mi corazón y mi
la red repleta de peces, las veladas de Betania, los niños
mente velan junto a aquel que nos regala la vida nueva
sobre tus rodillas, el pan crecido entre tus manos bendi-
en esta Pascua inolvidable.
cientes, las caricias de tu madre, el buen hacer de José?
Sigo el consejo de Teresa, mi santa madre, de imagi-
Dijo el poeta de Fontiveros que “Fuera de Dios, todo
nar un paso en la vida de Jesús, y hacerlo mío, revi-
es estrecho”. Sentada a tus pies, comprendo que es
virlo en mi propia carne. Buena pista para orar, que
así. La estrechez está ahí fuera, porque Dios está aquí
os ofrezco desde mi propia experiencia.
encerrado. Jesús: luce el sol que nos regalas, nos re-
Hace pocos días, antes del confinamiento, por ra- fresca tu lluvia bienhechora, cantan los pájaros y brillan
zones del trabajo, me encontré ante una imagen de los jazmines con sus primeras flores… Pero qué estre-
Cristo que me conmovió las entrañas. Pocas veces chura sin ti… El alma no encuentra la paz verdadera,
había pensado en ello. Pero ahora no se me va ni la alegría auténtica está lejos. El hombre siente una sed
del corazón ni del canto… oro, alabo, doy gracias… infinita que no puede saciar en ninguna fuente…
por tanto amor y tanta misericordia, por tanto do-
Permanezco aquí contigo. ¿Sientes consuelo al verme
lor y tantas ternuras. Descubrí a Jesús en el calabo-
a tu lado? Nunca te había pensado aquí, y hoy me ha
zo, aquella noche de su pasión. Y me quedé con él.
sorprendido tu soledad. Pensativo, con el alma entre
Así, sencillamente, me senté a su lado, sin palabras,
las manos y el sufrimiento rondando tus mejillas.
sin más asombros que el palpitar de esas cuatro pa-
redes ajustando eternidades para que Dios esté un Pronto te sacaremos de aquí: aún queda el Pretorio,
poco más a gusto en este mundo nuestro. el juicio, la cruz sobre los hombros, las caídas, el fijar-
te bien al madero para que no te puedas escapar… Y
Visualiza a Jesús. Está al límite de sus fuerzas en una
después, un lugar más lóbrego aún: el sepulcro.
noche que parecía no tener fin. Momentos antes,
cuando al cruzar el patio vio a Pedro sentado junto O quizá no pienses en nada… ¿Oras? ¿Hablas con
al fuego y aun danzando en el aire sus tres “no co- nuestro Abba? Aquí te falta la brisa del monte al
nozco a ese hombre”, lo miró con cariño, que era lo amanecer cuando pasabas la noche orando a Dios.
que Pedro realmente necesitaba… Al llegar al sitio, Y no puedes ver la luna, testigo de tus coloquios
lo empujaron desde lo alto hacia un abismo oscuro con el Padre. Esa luna que crece y crece, que se lle-
y frío, un hueco infinito, porque infinito tiene que ser na por momentos porque se acerca la Pascua. Sí, Je-
el lugar que acoge a Dios. Y Jesús se sentó sobre el sús, se acerca la Pascua, y este mundo roto y herido
suelo de nuestras infidelidades, de nuestros despre- necesita un cordero. Pero tiene que ser un cordero
cios, de nuestros sinsabores y olvidos. Quedó solo, inmaculado, retoño de una hermosa cordera. Un
dolorosamente solo en aquel calabozo infinito. corderillo blanco, manso y humilde de corazón.
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
Estamos confinados, en nuestras casas. Un simple
golpe de tos, unas décimas, una ligera opresión en
el pecho, y puede ser la muerte llamando a nuestra
puerta. Muchos hermanos ya la han sufrido, y no los
hemos podido despedir.
No podemos reunirnos para cantar, para celebrar,
para bendecir a Dios. Hoy se nos clava en el alma
aquella palabra tuya: “Cuanto tú vayas a orar, entra
en tu aposento, y después de cerrar la puerta, ora a
tu Padre”. Hasta el aire nos duele al respirar. Añora-
mos a nuestros seres más amados, lejos, muy lejos,
aunque vivan en nuestra misma calle. Jesús: el hom-
bre, tan poderoso, tan creído en que ya no te nece-
sita, no ha podido detener este pequeño virus que
va abriéndose paso hasta el corazón del mundo. El
hombre no puede contener el mar de sufrimiento
que anega a la humanidad.
¡Y los pobres! ¡Cómo me duelen los pobres, Jesús!
Tantos niños en la pobreza más extrema, ¿cómo de-
fenderán sus vidas en estos momentos?
¡Qué noche tan larga, Jesús! Ahora, más que nun-
ca, comprendo que la mañana de Pascua tuvo un
precio. Un precio demasiado alto, que solamente tú
pudiste pagar por nosotros al Padre: Dios encerra-
do, Dios al borde de las lágrimas. Dios añorando el
azul de su lago bajo el cielo.
De pronto, en medio del silencio, percibo allá arriba,
sobre este techo de tierra, como el palpitar de un
corazón inclinado sobre el agujero de este calabo-
zo infinito… ¿Quién ha podido pasar la noche ahí,
velando junto a nosotros? –Solo en este momen-
to Jesús levanta la mirada, y con la voz velada por
Quiero adorarte, bendecirte. la sangre y las certezas, musita para sus adentros y
para los míos: “¡Madre!”. La espera, así, se llena de
Jesús, mi Señor y mi amigo. calor y de esperanza.
Aunque sé que lo sabes
Así paso mis momentos, momentos orantes, mien-
todo, hoy quiero decirte que tras confecciono estas benditas mascarillas. No ol-
estamos sufriendo. En cada videmos que ORAR es estar con Jesús. Tratar con
él como con un amigo. Y, sobre todo, no olvidemos
esquina del mundo, bajo que si hoy vivimos la alegría de la Pascua, esa alegría
cada estrella, hay alguien tuvo un precio.
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
MI MUNDO
ROTO LUCÍA CARMEN DE LA TRINIDAD, OCD
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
PERCEPCIÓN
EXTRAÑA
ÁNGEL MORENO DE BUENAFUENTE
¡Todo sigue igual, y todo es diferente! Si el manantial crece, no es posible el final, ni cabe
No hay nadie en la calle, todo es vacío. que el hombre haya sido expulsado de este mundo.
El campo reverdece, se abotona el nogal. Pero ¿para quién florecen los espinos?
La flor del almendro y del cerezo cuajan en fruto. ¿Por quién corren las aguas del arroyo?
Las fuentes se acrecientan, el bosque se espesa, Y escucho en mi interior la voz que me responde:
el sendero se alfombra, el prado florece. Espera, sé valiente, que volverán los peregrinos.
Mas no veo a nadie, los caminos están solos. Y pruebo a recordar los nombres del terreno:
¿Dónde está el tú? ¿En quién poner los ojos? requejo, marojo, aligustre, jazmín, enebro…
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
TESTIMONIO
¿DÓNDE
ESTÁ DIOS?
JOSÉ CARLOS BERMEJO, Director del Centro de Humanización de la Salud San Camilo
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
Ante el sobresalto que nos ha producido el coronavirus, que se cronifica, uno
puede reaccionar con miedo. Son demasiados los muertos, y a veces muy
cercanos los que sufren, y no cabe pensar que uno está libre del peligro de
contagio. En este caso, además de ser responsable en los cuidados, ayuda
oír por dentro: “No tengas miedo, soy yo”, “Hombres de poca fe, ¿por qué
teméis?”, palabras de Jesús resucitado a los suyos.
El encerramiento es terapia física y solidaria para no capaces de comprender, de convivir, de orar por
contaminar ni contaminarse, ejercicio responsable, los demás… ¡Cómo sana el perdón!
aunque cueste haber perdido las relaciones inme-
El confinamiento se puede superar por lo que
diatas y no tener ante los ojos la presencia amiga. En
anida en el interior del ser, el techo se sobrepa-
este contexto, ayuda creer que el Resucitado tiene
sa por la trascendencia, el círculo de relaciones
poder para atravesar los muros de nuestro confina-
se amplía por la oración solidaria. Ayuda mucho
miento y de acompañarnos.
hacer ejercicios de memoria orante y recordar a
Sin duda que sentirse, en las actuales circunstancias, quienes están sumidos en el duelo por haber su-
frágil, vulnerable, candidato al contagio, no es por- frido la enfermedad, por haber perdido a un ser
que uno arrastre complejos, es la realidad humana, querido, por sentir el riesgo de perder el trabajo
la contingencia de la mortalidad, la estadística de en que se fundaba la economía familiar. Es mo-
los números. En este contexto, ayuda contemplar mento de solidaridad.
a Cristo glorioso, que muestra las manos con las
Cada día es posible atravesar la etapa de desierto
señales de su pasión.
si hay disciplina, pero sobre todo si se celebra la re-
Es momento de encontrarse uno a sí mismo, de lación teologal. Es diferente sentir al alba el tedio
conocer el fondo de su propio ser; de averiguar la de una nueva jornada ociosa que levantarse con la
capacidad de soledad, de percepción interior, de referencia del salmista: “Oh Dios, Tú eres mi Dios,
gozar de la creatividad espiritual, y sobre todo de por ti madrugo” (Sal 62). Es distinto permanecer
la relación trascendente. Ayudan las palabras de abúlico que cultivar el don propio, como puede ser
san Agustín: “Dios está más íntimo que nuestra la música, la lectura, las tareas domésticas, el en-
propia intimidad”. cuentro comunitario en torno a la Palabra, en ora-
ción, o personalmente. Se redescubre el potencial
No es momento de consejos pietistas, de reco-
de la Iglesia doméstica.
mendaciones mágicas, de augurios fatales ni de fan-
tasmas hipotéticos. El creyente tiene la referencia No es momento de aconsejar sino de dar testimo-
pascual de Cristo resucitado, quien se presenta en nio; no es tiempo de recetas, sino de ofrenda; no vale
medio de los suyos con las manos heridas y con el decir: “Hay que hacer”, “tienes que hacer”, sino vivir
pecho llagado, y nos manda sentir en los agujeros de de manera solidaria, brindando de forma anónima y
los clavos la experiencia sanadora. Poner las manos gratuita el regalo de la oración por otros, y la sonri-
en las heridas cura, como lo están haciendo tantos sa y el servicio con los de cerca. Tiempo privilegiado
samaritanos, llamados por Francisco “los santos de para tomar conciencia de lo esencial, de lo que sub-
la puerta de al lado”. Pero poner las manos en las siste, del don de la persona compañera, y del sentido
propias heridas, dejándose mirar y perdonar, nos de la vida. Ayuda contemplar al Crucificado, sabiendo
convierte a nosotros mismos en misericordiosos, y creyendo que está vivo, y que nos acompaña.
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
MI ORACIÓN
EN EL CORAZÓN
DE LA PANDEMIA
Miguel MÁrquez, ocd
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LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
Como un golpe seco y aplanador recibo la noticia de sacramental, sin mano apretada o silla la lado de la
las muertes de algunos hermanos: Malaquías, Daniel cama… se han ido en soledad, tejida de multitud
y el último, Juan Jesús, en la mañana, antes de la eu- de milagros invisibles, aquellos del amor callado del
caristía me avisan: ‘Se ha ido’. Un silencio sordo y los que hablaba Juan de la Cruz, que son los solos que
pulmones buscando espacio para respirar, un peso dan luz al mundo y el verdadero tesoro de la Igle-
de desolación interior, de tristeza e impotencia de sia… Una soledad que a los que quedamos se nos
niño perdido, y la necesidad de acurrucarme ante el hace amarga y difícil de tragar, y a ellos se les habrá
Señor, sin decir nada (como en los días de la infancia, tornado en fiesta de bodas, en beso que ya sabe
como en las noches del amor primero), sin reclamar a plenitud, en alegría y risas, en abrazos sin medi-
nada, sin protestar… herido pero aceptando… Se das… ‘Si ellos se alegran de ver a Dios, mucho más
nos va el que sostenía a todos, el que no escatimaba se alegra él de verlos a ellos’, decía un hermano de
tiempo, esfuerzo y sacrificio, el que hacía de padre y la casa de los mayores… ¡Cómo consuela!
de madre, al que un día pedí que acompañara a los
Estos días, más que nunca, vulnerables, frágiles y ate-
enfermos y ancianos y, con prontitud de fraile presto
nazados por la incertidumbre, sentimos una lluvia
para servir, se dejó arrancar para sembrarse y cuidar
fina, mansa, que cala cuerpo y alma llegando a la raíz,
otro jardín, el de los más vulnerables, enfermos y ma-
al hondón, y allí una necesidad imperiosa de estrenar
yores, y lo hizo como un hombre bueno y fiel.
la vida, de arrimarnos a donde brota lo verdadero,
Discurre el día y otra noticia, como espada que de reclinar el corazón en el pecho de Dios, único y
entra en la misma llaga, la muerte de María Teresa verdadero hogar patrio, única lumbre que reconforta
García Mariscal, una vieja amiga de muchos años, y abriga; allí, he ido sintiendo poco a poco después de
con 96 se ha apagado también; misionera en Ecua- un par de días que la quiebra interior, la desolación y
dor unos 20 años, luchadora y rebelde, tenaz y ale- la fracción del pan de mi vida, se ha tornado eucaris-
gre, que siempre me recordaba aquella canción, tía, GRACIAS, rostro y mirada que ante mí aparece,
hecha oración al Señor: “Cada vez que te beso me invitando a sentarme a la mesa y descansar, para ren-
sabe a poco… cada vez, cuando te miro, cada vez dir la vida y aceptar, para dejarme hacer y querer lo
encuentro una razón para seguir viviendo, cada vez que TÚ quieres, para seguir ofreciendo la vida.
cuando te miro es como descubrir el universo… te
quiero, te quiero y eres el centro de mi corazón, te ‘Mudaré mi canción de
quiero como la tierra al sol”. melodía, y saldré de mi rincón,
Durante el día, entre nosotros permanece un am- hacia lo inesperado,
biente de silencio hondo, bombardeado por mil
muestras de cercanía de todas partes, palabras de en pura fragilidad, desarmado,
cariño… reconfortantes, bálsamo, sensación pode- abrazando el rostro que
rosa de comunión, de complicidad teresiana…
aparece ante mí, disponible
En la noche, la opresión aplastante de la mañana, se
ha ido tornando respiración agradecida, homenaje
para ti… ese será mi
multiplicado en la voz y la palabra de hermanos y homenaje por ti’.
hermanas que, pese al dolor, agradecen tanta vida
Con Delia digo: “Gracias, Señor, por la enferme-
entregada. Y ante la pregunta de mucha gente, ten-
dad”. Gracias por ti, por cada hermano y hermana.
go que reconocer que el pecho se ha abierto alo-
jando un gracias por tanto recibido de hermanos Abro una carta de las muchas de María Teresa y sale
y hermanas que se van con las manos vacías y el un papelillo con un pétalo seco y una frase: “Dios
corazón lleno de nombres, se han ido sin despedi- viene… viene… viene siempre” y él también vulne-
da, sin bendición en la frente, sin unción con óleo rable y necesitado de abrigo y calor.
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LECTURA CREYENTE EN TIEMPO
LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
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DE PANDEMIA
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LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
AL RITMO DE LA
PALABRA QUE
DA VIDA JUAN JOSÉ HERRERO, OCD
Cada mañana, al amanecer, una comunidad religiosa, con las debidas distancias,
se reúne para celebrar la eucaristía en este tiempo de pascua y de pandemia.
La escucha atenta de la Palabra y los comentarios orantes de los hermanos son
una ayuda imprescindible para leer el momento presente de crisis con ojos de
fe. Estos encuentros son una bocanada de aire del Espíritu. El martes de Pascua
se leyeron las lecturas del día: Hechos de los apóstoles 2,36-41, Salmo 32,
Evangelio según san Juan 20,11-18. Este es fue el comentario sapiencial.
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LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
La liturgia de la Palabra nos invita, luego, a caminar
con María Magdalena, de madrugada, hacia el se-
pulcro de su “Señor”. Camina sola, en busca de un
sepulcro que contiene lo que más ha preciado en
este mundo, lo que ha cambiado su existencia y le
ha dado sentido… Me viene a la mente una con-
versación reciente (de esas de comedor) en la que
pensábamos: ¿Cómo será la reapertura de nuestros
templos después del “coronavirus”? ¿Se volverán a
llenar? ¿Habrá aprendido la gente y se habrá con-
vertido? Hasta dimos respuestas, contrarias ¡claro!,
y cada uno se imaginó el final de la historia a su ma-
nera. Al leer la Palabra de Dios para la eucaristía de
hoy, me vino todo esto a la cabeza y saltó la pre-
gunta de esos dos ángeles (el mensaje de Dios que
sacude dentro): ¿Por qué lloras? Y la del “jardinero”:
¿A quién buscas? Y Pedro seguía pidiendo “conver-
sión” y una mirada al crucificado.
María Magdalena busca a Jesús en la tumba para llorar
su desgracia, para recoger los restos de la razón de
su vida. Ella desea honrar a quien le cambió y llenó la
existencia, necesita escuchar su nombre, cambiar “su
mirar” en un “contemplar” y descubrir a Jesús “que
vive”, que ha puesto “su” final a la historia, que no es
Llegamos en la lectura de hoy al final del discurso la tumba. María Magdalena comprende que es algo
“tipo” de la Iglesia naciente, puesto en boca de Pe- nuevo, que no podemos verlo con los ojos de antes,
dro, cabeza visible, que recoge la puesta en marcha ni buscar los restos de nuestros “días de gloria”, que
del "kerigma". La Iglesia, con la fuerza del Espíritu, nadie nos ha robado a Jesús, ni nos lo ha guardado.
tiene el valor de anunciar al pueblo judío que al final No, el Señor vive cerca: basta con que afinemos el
de la historia de la salvación, de sus sueños y es- oído y le demos espacio para que pronuncie nuestro
peranzas, Dios ha colocado al “crucificado”. Aquel nombre. La conversión que nos sigue pidiendo Pedro
que ha escandalizado a unos, que ha sido conside- es esa apertura a la novedad, a lo distinto, a Dios.
rado loco por otros, ha sido constituido “Señor” y
Y los Hechos terminan el relato con un triunfo muy
“Mesías” por Dios. De nuevo, los planes del Señor
de la Iglesia: “Se les agregaron unos tres mil”. Pero
no se ajustan a nuestros planes, a nuestros deseos, a
yo prefiero el final de Juan: María Magdalena fue co-
nuestros intereses y por eso, Pedro, pide la conver-
rriendo –ahora sí– a donde los discípulos y les dijo:
sión, el cambio de mentalidad, la apertura a Dios,
“He visto al Señor”.
a su acción desconcertante. El apóstol nos invita a
dejar nuestros proyectos, nuestros finales de histo- No sé si tendremos que volver a contar los que re-
ria y abrir las puertas para que sea Dios quien los gresan a los templos, pero no me cabe duda de que
escriba. Pero, eso sí, al final estará “el crucificado”, el Señor nos invita a la conversión y que esta va por
aquel a quien rechazamos, de quien nos reímos, a los caminos que nos enseña Juan con el relato “sim-
quien juzgamos y a quien condenamos. bólico” de la Magdalena.
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LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
EL ALIENTO DEL
PAPA FRANCISCO
PAPA FRANCISCO
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LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
LA DESPEDIDA
DE LOS SERES
QUERIDOS
página 26 Ilustración realizada a partir de una foto de la agencia EFE publicada en LAS PROVINCIAS
LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
Cementerio de Burgos. Cada día unos cuantos fallecidos, muchos
a consecuencia del coronavirus. Diego, junto a otros sacerdotes,
acompaña a las familias, reducidas en cuanto a número, ora, sufre,
crece en su sacerdocio. Nos deja algunos de sus sentimientos.
“Descanse en paz. Amén”. Estas son las últimas DEJAR QUE PASE EL TIEMPO: es una ac-
palabras con las que encomendamos a Dios a titud de Jesús resucitado ante los discípulos de
nuestros seres queridos. Palabras que indican una Emaús: no tener prisa. En un mundo lleno de es-
confianza en Dios que da el descanso y la paz que trés es necesario perder el tiempo para ganarlo.
necesita el corazón del hombre. Ojalá nosotros Aprendes mucho de esas familias humildes a las
tuviésemos muchas ocasiones en la vida para des- que no conoces de nada, pero que para ellos
cansar en la paz que Dios regala. has sido parte fundamental en el duelo.
Durante estos días han sido también las palabras ACOMPAÑAMIENTO: acompañar es algo
que han pronunciado mis labios, una y otra vez, esencial. A veces pensamos que las masas nos
acompañando a los familiares en el último adiós a evangelizan, pero es el tú a tú, persona a per-
su ser querido en el cementerio de Burgos. Para sona, quien lo hace. El contacto, el mirar a los
mí han sido momentos de mucha intensidad, en ojos es especial. Jesús miró a Tomás incrédulo
los que he intentado mostrar el rostro siempre con mucha misericordia, sin echarle en cara su
vivo del Señor resucitado. No es fácil, pero he falta de fe. Simplemente acompaña su situación
descubierto cómo Dios ayuda en la necesidad. personal.
Mi experiencia en el cementerio de Burgos ha sido ACOGIDA: es lo que puedes brindar a to-
muy concreta: dos o tres familiares que se acer- dos. “Mi casa es la vuestra”, aquí me tenéis. La
can para despedir a su ser querido. Es un momen- ofrenda y la oferta de la propia vida es algo que
to de mucha intensidad; se abren las puertas del no se olvida nunca. Hasta el punto de que hay
cementerio, se recibe el cadáver y se cierran las familiares que quieren fotografiarse contigo,
puertas. Es el primer momento que tienen para como si fueras un famoso o un héroe… Y es
hacerse a la idea de la muerte y también el último. que en cierto modo, lo somos. Allí donde todos
Muchas impresiones y emociones juntas. Solo una cierran, la Iglesia abre; ¿dónde están los pode-
palabra: el silencio. En ese momento me pongo a rosos y los famosos de la tierra? El sacerdote
rezar y les acompaño hasta la tumba. Después del está donde se le necesita e incluso donde su
enterramiento, cuando ellos deciden terminar, les presencia es fundamental aunque no se le llame.
acompaño hacia la puerta y acojo con cercanía
Este tiempo de pandemia es un tiempo para sentir-
los sentimientos del corazón que surgen: dolor,
nos Iglesia de Jesús Resucitado. Para mí está siendo
impotencia y mucha soledad.
un tiempo único para redescubrir mi vocación sa-
Como sacerdote descubro tres aspectos de mi cerdotal, que nace del costado de Cristo muerto en
vida ministerial: la cruz y levantado para siempre en la resurrección.
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LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
LECTURA
CREYENTE DE LA
TRIBULACIÓN
Saverio Cannistrà, superior general de los carmelitas descalzos
página 28
LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
… El riesgo, efectivamente, es afrontar este mo- Por lo tanto, es justo preguntarnos: ¿Tenemos una
mento, tan serio e importante, ya sea prescindiendo palabra que provenga del silencio de la meditación y
por completo de la fe o, por el contrario, recurrien- que nos ayude para este tiempo? ¿Una palabra cre-
do a una religiosidad que tiene poco que ver con el yente y orante que nos pueda guiar, que sea “lám-
Dios revelado en Jesucristo. El papa Francisco nos para para nuestros pasos y luz en nuestro camino”?
ha advertido: “¡No desperdicien estos días difíciles!” Confieso que ante preguntas de este tipo la res-
puesta espontánea sería simplemente: no, al menos
Es normal que cada uno de nosotros, como cada
por ahora no la tenemos, y el reconocimiento de
ciudadano responsable, siga escrupulosamente las
esta pobreza ya sería más verdadero y valioso que
normas para evitar la propagación del contagio,
muchos discursos fáciles y a veces engañosos.
acepte generosamente los pequeños sacrificios que
esto conlleva y haga lo que esté a su alcance para Sin embargo, no podemos permanecer tranquilos y
ayudar a los demás y crear a su alrededor un clima ociosos cuando nos falta esta luz y es nuestro deber
de paz y humanidad. caminar y acompañar a otras personas en el camino.
Si nos preocupamos solo por la emergencia sanitaria
Es igualmente normal que, como creyentes, recu-
y la consecuente crisis económica, ¿qué estamos ha-
rramos a Dios orando por los enfermos, por quie-
ciendo de extraordinario?, ¿no hacen esto también
nes los ayudan, por los muchos fallecidos, por los
los paganos? (Mt 5,47). A nosotros se nos pide algo
científicos dedicados a la búsqueda de una vacuna,
más: “buscar gimiendo”, como dijo Pascal, implorar,
por todos aquellos que están en condiciones de po-
llamar a la puerta sin casarnos hasta que un rayo de
breza debido a la crisis económica.
luz, un destello de cielo se abra para nosotros y nos
Sin embargo, hay un nivel más profundo, que tiene permita andar en verdad.
que ver con una lectura creyente de la historia, con la
Para empezar, una tribulación no es algo bueno, no es
presencia de Dios en medio de las tribulaciones y las
una gracia. Sus sinónimos son: angustia, persecución,
pruebas de la humanidad. Es un nivel en el que quizás
hambre, desnudez, peligro (Rom 8,35). Hay una fuer-
preferimos no entrar y permanecer en silencio.
za de muerte que actúa en todas las formas de tribu-
lación y esta fuerza nos pone a prueba, nos empuja a
El silencio es oro cuando es el la tentación situándose entre nosotros y Cristo, entre
espacio para la reflexión, para nuestra humanidad débil y herida y la fuerza de su vida
resucitada. La sombra de muerte que el poder de la
una búsqueda interior, para tribulación proyecta sobre cada uno de nosotros es tal
escuchar en profundidad. Sin que oscurece la visión de aquel que está más allá.
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LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
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LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
AYER
TE VI
LLORAR…
FRAY EMMANUEL MARÍA, OCD
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LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
INTENTO
DE DIÁLOGO
CON EL
DICHOSO
BICHITO FRAY PALABRA, OCD
Bichito, la que has liao... Has puesto el mundo patas arriba, literalmente.
La economía mundial se ha paralizado (no digo nada de la nacional, claro, que la
has dejado temblando y ya veremos cuándo se recupera o se reanima del paro
cardíaco en que ha entrado). La cifra de infectados (que, para que no suene tan
mal, los llaman contagiados o, aún mejor, 'positivos') es astronómica; y la cifra de
los muertos (que eso suena más fuerte y se los llama fallecidos o aun 'finados')
es..., ¿cómo encontrar adjetivo para describirla? inmensa, desorbitada, excesiva...
(es que has matado diez veces más que la gripe común y en un tiempo récord,
que es lo que ha dejado a todos pasmados); cifra intolerable.
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LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
Ay, bichito, la que has liao... A base de agua y le- - el cuidado: cuidarse uno, cuidar de otros, cuidar
jía y de lavarse las manos continuamente, que no el planeta (¿quién nos dio la tierra?)
hay otra cosa en el día que se repita tanto. Y to-
- la creatividad: que, en los peores momentos, se
dos confinados o encerrados o sin poder salir de
llama 'resiliencia' (sobreponerse a la fatalidad)
casa; que para muchos eso es lo peor.
- el encuentro: crear ámbitos de encuentro los que
Pero, claro, hay cosas mucho peores, como ser
viven juntos (no es lo mismo juntos que unidos)
'positivo' o ingresar en una UCI o no salir de
ella..., bueno, salir sí, pero ya no volver a ningún - la aceptación: aceptarse (y quererse) uno mismo,
otro sitio más, nunca... para así poder aceptar (y querer) a los otros...
Y entre la muerte en soledad y la vida encerrada, - la espiritualidad: practicar la fe en espíritu, sin ac-
¿qué hacer? ¿qué decir? ¿qué orar? Sin entender... tos externos-públicos; experiencia de encuentro.
Resulta que te has colado en nuestro mundo, en En realidad, bichito, puedes servir (de lo poco que
nuestras vidas, en nuestras muertes, en todo... puedes servir, vaya) para purificar nuestra fe.
Ya no hay famosos, ya no hay deportistas endio- Si nuestra fe se quedó anclada en el pasado, la azu-
sados, todos igual de humanos e igual de débiles. zas para que se ponga rápidamente al presente.
Solo quedas tú dando la murga a todo el mundo, Si nuestra fe se quedó en solo actos, sin experien-
movilizando ejércitos, sanitarios, voluntarios... cia de encuentro, nos quitas los actos: fe desnuda.
Solo tú, que andas de acá para allá, en las mucosas, Si nuestra fe se ablandó en su experiencia, se en-
en los contactos, en el aire, en las gotitas... moheció, descubres el moho y el polvo acumulado.
Y seguimos restregando fuerte las manos con ja- Si nuestra fe se tambalea ante lo inexplicable, nos
bón, alcohol, desinfectante, con... ¿Con qué más? redescubres el valor del milagro (¡descreídos!).
Te has colado de manera insidiosa, sin permiso, sin Y a los que nos sobra la palabra, nos la quitas, nos
previo aviso, sin autorización... enmudeces (¡no hay derecho!)... Para recordarnos
que hay una sola Palabra y habló en eterno silencio
En el siglo de la globalización sin fronteras, has crea- y en silencio ha de ser oída...
do más fronteras, más temor entre unos y otros.
Mucho ruido teníamos. Tú nos has dejado en silen-
Desde ya los españoles ya no podremos viajar a cio. Tanto silencio agobia. Aunque sirva para los
150 países del mundo. O sea, más encerramiento. geodestas, científicos y los que miden la tierra, el
Y todo esto ¿de qué va?, ¿tiene algún sentido?, ¿tie- planeta, porque ahora apenas hay vibraciones en
todo el planeta, y sus medidas resultan mucho más
ne sentido que tenga algún sentido? O sinsentido.
exactas ahora más que nunca...
Creo que nos has puesto delante de nuestras
Tampoco hemos contaminado durante estos me-
narices (sin permiso, sin autorización, y eso mo-
ses. Ruido es polución. Silencio es sanidad, salud.
lesta) el sentido de las cosas esenciales, que son
pocas y muchas veces las olvidamos por ser tan No sabemos qué hacer con tanto silencio. Fe silen-
esenciales: ciosa. Oración silenciosa. Sentido de la vida.
- la soledad: nacemos, vivimos y morimos solos Queríamos seguir como siempre, cada uno en lo
(¿quién nos llama a la vida, quién a la muerte?) suyo, pero te colaste, bichito, y la que has liao...
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LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
VIVIR ESPERAN-
ZADAMENTE
INQUIETOS
Porque sí, para mí siempre es un “refugio de sentido” ralización total de la agenda, aparecía ante mí un tiem-
la palabra de Teresa. Lo que puedo compartir por ex- po y un espacio no previsto que tenía que aprovechar.
periencia es que ciertamente a mí me ha pasado esto. Y que pudiera aprovechar a otros. Pero como tantas
Y me propongo, al compartirlo, poder reconocer algu- otras veces, una descubre que la cabeza va por un lado
nos aprendizajes que me va dejando este tiempo. y a un ritmo al que no siempre se ajusta el corazón, el
espíritu. Y yo diría que tampoco el cuerpo. El miedo
decide aparecer, irrumpir de una forma desconocida,
EL MIEDO SE HACE un miedo radical, a la muerte. ¡Me puede pasar a mí!
COMPAÑERO DE CAMINO Y de repente, todas esas certezas, palabras, claves o
interpretaciones que quieres ofrecer a otros, a ti no
Desde el principio tuve cierta ansiedad, no tanto por la te serenan. Sí, las acoges, las quieres escuchar dentro
enfermedad en sí o por la nueva situación, sino porque y dejas que aparezcan y te acompañen silenciosamen-
la ‘cabeza’ me decía que esta era una situación inédita, te, sin el brillo o la emoción de otras ocasiones. Pero
importante, seria, experiencia que merecía de toda mi abriéndote a la confianza. Como deseo, como prome-
atención para poder ofrecer una palabra de sentido, sa. Ese es el único modo de orar posible. Ahí, llega la
de inspiración, de consuelo… Sentía que, junto a la pa- palabra de Teresa, contundente:
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LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PANDEMIA
“Porque vida es vivir de manera que no se tema la INQUIETUD SABROSA O
muerte ni todos los sucesos de la vida, […] ¿Pues a VIVIRME ESPERANZADAMENTE
qué se puede comparar la paz interior y exterior con INQUIETA
que siempre andáis? En vuestra mano está vivir y
Y finalmente empiezan a aparecer los primeros bal-
morir con ella, […]. Porque, si siempre pedís a Dios buceos. “Si me amas, ¿por qué no te dueles de mí?”
lo lleve adelante y no fiais nada de vosotras, no os (CC 64, nov-dic 1576), resuena como un eco que
negará su misericordia; si tenéis confianza en él y me invita a abrir la mirada y el corazón, acogiendo
ánimos animosos -que es muy amigo Su Majestad de la certeza de que nada escapa de la mirada de Dios
esto-, no hayáis miedo que os falte nada” (F 27,12). ni queda ajeno a él. Empiezan a llegar nuevas pala-
bras, ahora ya a través de conversaciones “de carne
Y la oración que brota es la de la súplica: “líbrame y hueso”, en las que la idea de cambio o transfor-
del miedo”, “creo, Señor, pero aumenta mi fe”. Y la mación, se hace protagonista. Ante la posibilidad de
paz interior llega en forma de aceptación de la propia cambio, aparecen voces resignadas y escépticas que
verdad: mi vida tiene mucho sabor a “tierra” aún. afirman que cuando todo pase, seguiremos igual.
Pero con una luz e inspiración diferente, a mí me
brota una “inquietud sabrosa” que me recuerda lo
NECESIDAD DE SILENCIO que Pablo expresa en la Carta a los Romanos:
Poco a poco fue emergiendo una furiosa sed de silencio. “Sabemos que hasta ahora la humanidad
Tantas voces, palabras, interpretaciones, celebraciones entera está gimiendo con dolores de parto. Y
virtuales, mensajes, noticias…, empiezan a ser para mí
no solo ella; también nosotros, que poseemos
como ruido que ensordece mi propia voz. Y escucho con
fuerza: “¡Deja de habitar casas ajenas!”. Para mí, en este las primicias del Espíritu, gemimos por dentro
tiempo, habitar la propia casa ha tenido sabor a silencio. aguardando la condición filial” (Rm 8,22-23).
Ponerme a la escucha de una primavera que se empeña
Y la oración que brota es la que busca conectar la
en seguir su curso con una vida que renace con una fuerza
intención de cada día, con la intención de Dios. La
extraordinaria. Y silencio dentro. Contemplar el misterio
que expresa con esperanza la confianza de que este
de la vida y la muerte juntas, al ritmo de una Semana Santa
“paso de la humanidad” puede ser un kairós. Ora-
muy especial este año. Y acoger el silencio como manera
ción que expresa, con la humildad de quien sabe que
de permanecer. Y escuchar dentro:
tal vez “no sepa”, que quiere colaborar para que la
“Que esté cierto que fuera de este castillo no hallará dirección de la transformación sea hacia esa revela-
seguridad ni paz; que se deje de andar por casas ción de los hijos de Dios, que quiere “empujar” la
vida nueva que lucha por nacer. Desde la intención
ajenas, pues la suya es tan llena de bienes, si la
de cada día, desde “lo poquito que es en mí”.
quiere gozar; que quién hay que halle todo lo que ha
menester como en su casa, en especial teniendo tal Y así es como el miedo abrió el camino de la humil-
dad, el “sabor a tierra” que pide una oración que
huésped que le hará señor de todos los bienes”
nos despierte la confianza. El silencio abrió el espa-
Y la oración que brota es el silencio que permite que cio de la propia casa en la que empieza a predomi-
se vayan posando los sedimentos del miedo, la incer- nar el “sonido de la vida nueva” que pide una ora-
tidumbre, el dolor o el exceso de palabras y afloren ción que nos despierte el oído. Y finalmente, brota
con nitidez sonidos de vida, en forma de canto de esa inquietud sabrosa que nos abre a la esperanza y
pájaros, olor a hierba mojada o las primeras flores de al compromiso, que pide una oración de disponibili-
campo. Sonido de Resurrección. dad, servicio y entrega.
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LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA
LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA
GRACIAS,
MANUELA
Familia, amigos y compañeros de Manuela
Manuela es una joven enfermera riojana (de Quel). Trabaja en la UCI del hospital uni-
versitario Sagrat Cor, del Grupo Quirónsalud, en Barcelona. Como tantos sanitarios,
también ella sufre la infección del coronavirus. Siente el malestar por todo su cuerpo,
pero su deseo de curarse para volver a curar es más fuerte. Esta vocación sanadora
la mantiene en lucha contra la enfermedad. Hace unos meses estuvo en Uganda,
acompañando y curando a los niños. África, los niños, se le metieron en el corazón, le
ayudaron a crecer en humanidad. Ahora espera curarse para volver al tajo. La enfer-
medad no ha podido con su entrega. Su familia, como una piña, le hace llegar el cariño
a la que, conmovida por el dolor de los demás, conmueve el corazón de todos. En ella
están todos los que arriesgan su vida para darla a los demás. JUNTOS ANDEMOS.
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EN TIEMPO DE PANDEMIA
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LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA
“Me acuerdo mucho de ti. Estoy “Cuando eres una enfermera sabes
pendiente de ti a todas horas. Le que cada día cambiarás una vida o
pido al Santo Cristo que te cuide”. una vida cambiará la tuya”.
TU ABUELA FELISA PURA Y JAVIER
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LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA
TODOS
CONFINADOS,
PERO MÁS
DESIGUALES
MAR GALCERAN
Colas de la vergüenza.
No para ir a comprar, porque hay a quienes no
les queda nada para ir a comprar.
Colas de la vergüenza a las puertas de un comedor
social, de una oficina de Cáritas, de un albergue
o de un centro de servicios sociales.
En ellos se concentran gestos
Vergüenza que desenmascara de solidaridad que perforan
a una sociedad que especula, extorsiona, nuestra conciencia.
discrimina y vulnera los derechos Manos amigas que comparten
de los más débiles y vulnerables. piso o habitación sin pedir nada a cambio.
Vergüenza para los que, por primera vez, Miradas cómplices que se ofrecen
se han visto obligados a pedir ayuda para sobrevivir. para salir a buscar ayudas de vida,
para compañeras enfermas
Todos confinados pero desiguales. o incapacitadas.
Miles de personas no tienen conexión a internet, Almas heridas capaces de
ni watsapp, ni tablet, ni Netflix, ni sofá, ni ventanas, conmoverse, a pesar de todo,
ni agua, ni luz, ni comida en la nevera… por el dolor ajeno y dispuestas a ser consuelo
Humanidades violentadas, para los que están igual o peor.
invisibilizadas, ignoradas, maltratadas. Lecciones de humanidad en tiempos de pandemia.
¿Aprenderemos?
Y a pesar de todo... ¿Vislumbraremos tu PRESENCIA en su vivir?
Tu luz se hace camino en sus
corazones sufrientes. ¡Dichosos los que nada tienen, de
De ellos, y no de otros, brotan clamores ellos es el Reino de los Cielos!
de esperanza que nos traspasan. Que así sea.
Detalle de una pintura del artista francés Gustave Doré. S. XIX página 39
LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA
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UNA NUEVA ME
LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA
ENTALIDAD
Ya nada será igual PABLO VIELBA
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LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA
SIEMPRE HAY
POR QUIÉN SUFRIR
Y A QUIÉN AMAR
JAVIER FUENTE MARTÍNEZ, OCD
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LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA
Todos hemos vivido momentos malos y hemos ACTUAR COMO SAMARITANOS
pasado dificultades. Y cada uno las hemos ido Esta actitud nos oxigena el corazón
gestionando con más o menos dolor y esperanza.
Pero ahora la cuestión es global. Nos afecta a to- El samaritano no se hace muchas preguntas. Ve la
dos, afecta a todo y durante mucho tiempo. Y en situación, ve a la persona necesitada, se para, la
el túnel, apenas se vislumbra la luz. Como cristia- mira con cariño y le ofrece lo que tiene y la lleva a
nos debemos ver todo con ojos de fe y hacer una la posada. No se cuestiona más. Hay alguien que
lectura creyente de la realidad. Solo así podemos necesita mi ayuda, y eso basta. Está habiendo mu-
sacar fuerzas para seguir viviendo este momento y chos buenos samaritanos. Con fe o sin ella, pero
los que nos quedan. Porque sabemos que hay ra- siempre Dios con ellos. Son en estos momentos
zones por las que vivir y personas a las que seguir las manos de Dios.
amando. Somos necesarios. Todos nos necesita-
Buenos samaritanos son los que hoy se juegan la
mos, hoy más que nunca.
vida: médicos, enfermeros, sanitarios, fuerzas de
¿Qué puede motivarnos a vivir este momento? ¿Qué seguridad, transportistas, cajeras… los santos de la
razones encontramos para gestionar estas circuns- puerta de al lado.
tancias? ¿Qué podemos aportar desde nuestra fe?
Su actitud motiva la nuestra. Ellos, desde el anoni-
mato, nos hacen mirar la realidad con otros ojos y
aportar lo poquito que podamos.
PONER LOS OJOS EN
LOS MÁS DÉBILES Quizá tengamos que quejarnos menos y agrade-
Esta actitud nos libera de nuestro “egocentrismo” cer más. Quizás tengamos que cambiar la mirada,
pararnos, compartir el “aceite y el vino” que cu-
Quizá nosotros estamos bien, pero no todos lo ran, y mirar a los otros, ahora y siempre, con ojos
están. Y si no todos están bien, yo tampoco estoy de samaritano.
bien, no puedo estar bien. Si alguien sufre, yo tam-
bién sufro. “Nadie puede ser feliz a solas”, decía
Raoul Follereau, el apóstol de los leprosos. PERMANECER, COMO MARÍA, AL
Débiles son los que han sufrido ya alguna muerte
PIE DE LA CRUZ, EN ORACIÓN
en su familia y no han podido ni siquiera acompañar. Actuar como María fortalece nuestra espera
Son los que más sufren estos momentos.
Cuando sentimos que no podemos “hacer nada”
Y débiles son aquellos a los que todo esto les trae siempre nos queda un arma secreta y poderosa: la
un sufrimiento añadido, no solo de la posible en- oración. Una oración, a ejemplo de María en la cruz.
fermedad sino del futuro incierto. El que no sabe No dice nada, pero permanece al lado. Mirando y
si va a tener o no tener trabajo, si le van a llamar sufriendo. Y sobre todo esperando. Porque María
o no, si su negocio va a seguir o no, si va a poder nos marca el camino de la esperanza, que pasa por
pagar la hipoteca o no… el dolor hasta llegar la resurrección.
Débiles son también tantas personas sin papeles, sin Quizá el Señor, después de haber vivido lo anterior,
residencia, sin hogar, sin familia… nos pida hoy confianza y espera, como un día se lo
pidió a su madre.
Poner los ojos en ellos. Tener actitudes de com-
partir. Vivir con austeridad. De alguna manera ellos Al final nos queda la confianza en Jesús resucitado
dependen de nosotros. Ellos son los pobres, los dé- y en su promesa, tantas veces repetida: “ESTOY
biles, quizá nosotros somos los fuertes. CON VOSOTROS”.
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LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA
EL SIGNO DEL
APLAUSO Macu hernÁndez
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EVANGELIO ORADO
Descubre tu presencia
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