PARADIGMAS MODERNOS DE LA ADMINISTRACIÓN

GEOCENTRISMO, HELIOCENTRISMO Y ARISTARCO DE SAMOS

PRESENTADO POR: GRUPO TRES EN UNO

INTEGRANTES:

WILSON RODRIGUEZ PINTO – 20182377008

ADRIANA MARCELA CARDENAS ESQUIVEL – 20182377036

MICHEL DAVID ORTIZ MONTENEGRO - 20182377046

PRESENTADO A

MARTHA EDITH PINZON RUEDA

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD TECNOLÓGICA

INGENIERÍA DE PRODUCCIÓN

BOGOTÁ

2020

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 GEOCENTRISMO, HELIOCENTRISMO Y ARISTARCO DE SAMOS

1. GEOCENTRISMO

El geocentrismo fue una teoría donde se planteó que el planeta Tierra era el centro del universo,
en el cual todos los astros existentes, como el sol, la luna y demás planetas, giraban alrededor de
él. Esta teoría se dio hace muchos años cuando no se tenía mucho conocimiento del universo y
había poca tecnología que permitiera observar o deducir su funcionamiento, por lo tanto, el
observador en la superficie era un punto fijo que observaba cómo todo el cosmos circulaba
alrededor del planeta. Los principios del geocentrismo fundamentalmente fueron la circularidad
y uniformidad junto con la distinción de la tierra y el cielo, donde había una observación directa
y muchos argumentos religiosos.

La teoría surgió en la antigua Grecia, en el siglo VI a.C. Aristóteles fue uno de los principales
científicos que estableció que la Tierra permanecía quieta en el centro del universo, y los demás
cuerpos celestes se movían en orbitas circulares alrededor de ella con una velocidad uniforme
por medio de esferas cristalinas, que daban soporte físico para permanecer en sus orbitas y no
caer a la Tierra. Años después Claudio Ptolomeo, en el sigo II d.C recogió las ideas más
relevantes de la astronomía griega y el modelo geocéntrico, y de esta forma planteó un modelo
que explicaba el movimiento de los planetas por medio de los epiciclos, nombrando a una
circunferencia deferente, que tenía como centro la Tierra, y otra circunferencia llamada epiciclo,
con un radio menor y cuyo centro se ubicaba sobre el deferente, de esta forma se concluyeron los
periodos de rotación y los movimientos retrógrados de los planetas.

Con el paso del tiempo, se realizaron más estudios y con ello más descubrimientos que
fortalecían la teoría geocéntrica, por ello se mantuvo durante siglos. Para la ciencia fue un gran
avance lograr descifrar el funcionamiento del universo y aportar significativamente a teorías
descritas por grandes científicos. Asimismo, la aceptación de esta teoría por la Iglesia la
convirtió en la teoría dominante, pues en la Biblia estaba escrito que la Tierra era un planeta
especial y único, por lo tanto, mencionarla como el centro del resto del universo era propio para
sus ideales y creencias.

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Aunque al día de hoy ya se cuentan con otras teorías, aún hay personas que se mantienen en la
teoría geocéntrica debido a lo que se estipulo en las escrituras bíblicas. Por más pruebas y
estudios que demostrasen la realidad del asunto hay creencias que no se pueden derribar, la
creación de nuevos modelos y teorías siempre ha afectado a la sociedad tanto positiva como
negativamente, para algunos es la oportunidad de ampliar sus conocimientos y descubrir mucho
más, pero para otros resulta desconcertante la imposición de nuevas reglas y pruebas que refutan
lo que por años observaron.

2. HELIOCENTRISMO

Es una teoría astronómica que explica los fenómenos y los movimientos de los cuerpos celestes
tomando al sol como el centro del sistema. Antes de ver el paso de una concepción geocéntrica
del mundo a una heliocéntrica, la escuela pitagórica, dentro del siglo v antes de la presente era,
fue la primera en considerar un universo no centrado en la tierra. Basándose en la idea de que
todas las cosas están gobernadas por los números, postulando como centro del mundo una gran
bola de fuego (Altar de Zeus), irradiando luz en todos los sentidos y en donde reside el principio
de actividad cósmica. Planteando a su vez la presencia de “la anti-tierra” en una posición opuesta
a la tierra con la finalidad de completar 10 cuerpos celestes divinos dado que para los pitagóricos
el 10 es el número perfecto.

La estructura del mundo sería limitada exteriormente por el Olimpo (el lugar de los dioses), los
10 cuerpos divinos se mueven entre el fuego central y la esfera del Olimpo. El fuego central es el
más externo corresponde a la esfera de las estrellas fijas, a la cual le siguen cinco planetas, luego
viene la luna, después la Tierra, por último, cerca al fuego central “la anti-tierra”. Durante este
mismo siglo surgieron otras concepciones por ejemplo la atomista de Leucipo y Demócrito,
defendiendo la idea de un universo compuesto de átomos en movimiento separados por regiones
vacías, lo cual implicaba que la Tierra era uno más entre los cuerpos celestes, sin estar en reposo
y no era el centro del universo.

Heráclides de Ponto en el siglo IV antes de la presente era plantea que el movimiento de los
cielos puede ser originado por un movimiento de rotación de la Tierra, además afirmó que Venus
y Mercurio no giran en torno a la tierra sino entorno al Sol.

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Dentro de la escuela alejandrina en línea con su ideal de hacer una descripción matemática de los
cielos, aparece Aristarco de Samos a mediados del siglo III antes de la presente era, propuso un
mundo centrado en el sol, basado por el cálculo de las distancias relativas entre Sol-Tierra y
Luna-Tierra junto con sus tamaños respectivamente, concluyendo que el Sol es mucho más
grande que la Tierra y por lo tanto hay más probabilidades que lo más pequeño gire en torno a lo
más grande.

El argumento de Aristarco era bastante atractivo y soportado por mediciones geométricas y

astronómicas, pero para su época se creía que la tierra era el centro del universo, pensamiento ya
definido por Aristóteles.

Más de un milenio más tarde, en el siglo XVI, dicha teoría volvería a ser planteada, por Nicolás
Copérnico, uno de los más influyentes astrónomos de la historia. Afirmando que la Tierra giraba
en torno al sol y no al revés como en su época se creía, además que esta rotaba sobre si misma
cada 24 horas y daba una vuelta completa al sol en ciclos de un año.

Ilustración 1 Heliocentrismo Antiguo

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La gran diferencia versus Aristarco en la antigüedad es que Copérnico emplea cálculos
matemáticos para sustentar su hipótesis. Precisamente a causa de esto sus ideas marcaron el
comienzo de lo que se conoce como la Revolución científica. Un cambio importantísimo en la
astronomía y las ciencias en general. A partir de la publicación en 1543 del libro Revolutionibus
Orbium Coelestium y la refutación del sistema geocéntrico defendido por la astronomía griega,
se rompe la idealización del saber incuestionable y se abre la puerta con más fuerza a la
búsqueda del conocimiento.

Retomando la teoría de Copérnico surge Galileo Galilei destacado por ser una de las primeras
personas en intentar romper con el mundo aristotélico, mediante la utilización del método
científico para apoyar sus afirmaciones, aunque fueran contrarias a todo lo dicho por Aristóteles
y todo lo escrito en la Biblia, el libro sagrado de los cristianos católicos.

En 1604, aprovechando la aparición de una nueva estrella “Nova” da conferencias bajo la

premisa de que la concepción aristotélica del universo era errónea, creando de esta forma sus
primeros enemigos. Galileo consideraba que las sagradas escrituras no se equivocaban, aunque
la interpretación en sentido literal de la Biblia era únicamente para asuntos de fe, cuando la
experiencia o las demostraciones hacían evidente lo contrario no había que recurrir a ella.

A lo largo de su vida tuvo roces, censura por parte de la iglesia, fue acusado por la inquisición de
Roma bajo el concepto de herejía, hasta tal punto que fue condenado a detención domiciliaria, el
fin de galileo era conseguir que la iglesia considerara el modelo heliocéntrico y lo adoptara.
Cambiar la forma de pensar de la época, la iglesia debía aprender a adaptarse a los cambios
basados en evidencias y no polemizar nuevas afirmaciones que pudiesen entrar en discordia con
la Biblia.

3. ARISTARCO DE SAMOS
Aristarco, Aristarjos o Aristarchus; fue un astrónomo y matemático que vivió en el siglo III a.C.
Nació en Samos, Grecia en el año 310 a. C. y se cree que murió en Alejandría, Egipto en el año
230 a. C a los 80 años. Durante su adolescencia fue discípulo de Estratón de Lampsaco, con
quien estudió probablemente en la biblioteca de Alejandría durante la mayor parte de su vida, sus

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obras se conservaron allí hasta el incendio de la biblioteca. Lo que se sabe de sus trabajos es
gracias a Plutarco y Arquímedes dos grandes filósofos griegos.

Aristarco estuvo durante su vida fascinado por el fenómeno de los eclipses, en especial el eclipse
lunar, sus observaciones lo llevaron a ser el primer individuo en estudiar las distancias entre el
sol y la tierra, y entre la tierra y la luna. En su obra llamada “De los tamaños y las distancias del
sol y la luna” dijo que la tierra giraba alrededor del sol, que esta estaba ubicada entre los planetas
marte y venus, y que además la tierra gira sobre su propio eje.

Aristarco argumentó que el Sol, la Luna, y la Tierra forman un ángulo recto en el momento del
cuarto creciente o menguante de la Luna. Estimó que el ángulo opuesto al cateto mayor era de
87°. Aunque utilizó una correcta geometría, los datos eran inexactos, por lo que concluyó
erróneamente que el Sol estaba 18 veces más lejos que la Luna, cuando en realidad está 400
veces más lejos. Precisó que, dado que la Luna y el Sol tienen tamaños angulares aparentes casi
iguales, sus diámetros deben estar en proporción con sus distancias a la Tierra. Concluyó así que
el diámetro del Sol era 18 veces más grande que la Luna, cuando en realidad es 400 veces mayor.

Fue quizá la idea de un Sol tan grande la que le indujo a pensar que debían ser el resto de los
cuerpos más pequeños los que orbitaran a su alrededor.

Puede decirse que las principales contribuciones de Aristarco De Samos fueron sus aportes a la
teoría heliocéntrica en la que el sol es el centro del universo y la tierra gira en torno a él.
Aristarco por tanto se convirtió en uno de los primeros individuos en contradecir la opinión
dominante en su época que hablaba de una concepción geocéntrica de la tierra.

En el tiempo de aristarco la creencia obvia era pensar en un sistema geocéntrico. Los astrónomos
de la época veían a los planetas y al Sol dar vueltas sobre nuestro cielo a diario. Por ello la
Tierra, para muchos, debía encontrarse en el centro de todo. En su época se creía entonces que la
Tierra era el centro del universo, y los planetas, el Sol, la Luna y las estrellas se encontraban en
esferas fijas que giraban en torno a la Tierra; Teoría que había sido ya definida por Aristóteles
unos años atrás y aceptada por el pensamiento de este período.

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Las ideas de aristarco no prosperaron por dos razones principales: primero, el paradigma que
dominaba era la Teoría geocéntrica de Aristóteles y segundo, la idea de Aristarco se contraponía
a las ideas filosóficas del momento para las cuales la Tierra debía tener un papel fundamental
sobre otros cuerpos celestes y que su lugar debía ser el centro del universo; el pensamiento
antiguo no estaba preparado para reconocer una idea de este tipo y no fue hasta los trabajos de
Copérnico, unos mil setecientos años más tarde, que empezó a plantearse el modelo heliocéntrico
como una alternativa consistente.

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BIBLIOGRAFIA

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https://biologia-geologia.com/BG1/12_geocentrismo_y_heliocentrismo.html

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Stahl, William (1970). Aristarco de Samos, «Aristarchus of Samos». Dictionary of Scientific

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