201 La Reeencarnacion
201 La Reeencarnacion
201 La Reeencarnacion
INDICE
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………………..1
JUSTIFICACIÓN………………………………………………………………………………………………….2
LA IDEA PREHISPANICA EN MEXICO………………………………………………………………….4
CITAS SOBRE LA REENCARACIÓN………………………………………………………………………5
REENCARNACIÓN EN ISIS SIN VELO (H. P. BLAVATSKY)……………………………………..5
CONDICIONES PRENATALES………………………………………………………………………………5
REENCARNACIÓN DE BUDA………………………………………………………………………………6
IDEAS DE LOS FILÓSOFOS GRIEGOS7…………………………………………………………………7
ACERCA DE LA VIDA Y LA MUERTE (DELIA STEINBERG GUZMÁN)……………………..7
REENCARNACIÓN: FIN DE SIGLO………………………………………………………………………7
LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE…………………………………………………………………….8
RECUERDOS Y REMINISCENCIAS……………………………………………………………………….8
INMORTALIDAD, RESURRECCIÓN Y REENCARNACIÓN………………………………………8
FUNDAMENTOS DE LA TEORÍA DE LA TRANSMIGRACIÓN (J. A. LIVRAGA)…………9
¿VOLVEMOS A VIVIR?...........................................................................................9
LA REENCARNACIÓN……………………………………………………………………………………….10
FUNDAMENTOS DE LA TEORÍA DE LA REENCARNACIÓN………………………………….10
PLATÓN…………………………………………………………………………………………………………..10
MAGIA EN EL SIGLO XX……………………………………………………………………………………11
NUEVAS COMPROBACIONES PSIQUIÁTRICAS SOBRE REENCARNACIÓN…………..11
SIMBOLOGÍA MÁGICA DE LAS CULTURAS PRECOLOMBINAS…………………………….11
SIMBOLISMO, ARTE Y TECNOLOGÍA EN EL ANTIGUO EGIPTO…………………………...12
EL VALOR DE LA VIDA Y CÓMO VENCER EL TEMOR A LA MUERTE……………………..13
LA RENCARNACIÓN COMO LEY DE LA NATURALEZA………………………………………….13
¿QUÉ ES UNA LEY DE LA NATURALEZA?................................................................13
LA REENCARNACIÓN………………………………………………………………………………………….14
ALUSIONES EN EL PENSAMIENTO GRIEGO…………………………………………………………15
EL ORFISMO Y LOS CULTOS MISTÉRICOS……………………………………………………………16
LOS PRESOCRÁTICOS………………………………………………………………………………………….17
HERÁCLITO DE ÉFESEO……………………………………………………………………………………….17
2
PARMÉNIDES Y EMPÉDOCLES………………………………………………………………………….18
PITÁGORAS……………………………………………………………………………………………………..18
PLATÓN……………………………………………………………………………………………………………19
MEDICINA Y REENCARNACIÓN…………………………………………………………………………20
LAS MEDICINAS TRADICIONALES Y LA REENCARNACIÓN…………………………………..21
CONCLUSIÓN……………………………………………………………………………………………………23
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………………………………..24
3
INTRODUCCIÓN
En la presente tesina se refieren varios puntos de vista de varios autores como; filósofos,
psicólogos y en algunas culturas y religiones acerca de la reencarnación.
Como una manera de comprender la vida después de la muerte, el atravesar una puerta
para lograr todos los anhelos fallidos de los seres humanos ya que como mencionan, los
autores la vida es cíclica y lo que no logramos hacer en una; lo haremos en otra o varias
vidas.
Me es muy apasionante este tema ya que en ocasiones las creencias tradicionales que
tenemos, desde la infancia de la muerte son aterradoras y por eso viéndolo desde el
punto de vista de la reencarnación sería solo un proceso donde nos esperará una nueva
vida.
Una comprobación de este tema es en base a las regresiones hipnóticas que han hecho
algunos psiquíatras y psicólogos para curar algunas fobias, o dificultades psicológicas,
logrando éxitos y justificaciones de algunos aspectos no comprendidos en una serie de
vidas anteriores, pero siendo el único medio de aceptar la reencarnación como sucesos
de vidas pasadas.
Lo más importante de este tema es lo que nos dan a conocer acerca de la inmortalidad
del alma, que espera castigo o premios después de la muerte; conforme a la conducta
adoptada en la vida, creencia que cada vez es más aceptada por mayor número de
personas, formulada por evidencias instintivas y opiniones que no siempre son muy
claras, pero logrando una transcendencia espiritual, para lograr una mejor vida,
favoreciendo la convivencia social, familiar y personal del ser humano.
Es bueno pensar en cada vida que vivimos, nos deja una lección de aprendizaje, para
transcender en espíritu y, así lograr entrar a la gloria eterna; o al significado que cada uno
de nosotros le podamos dar, sin volver a tener la reencarnación de otra vida, que nos da,
lecciones de sufrir y gozar, de salud y enfermedad, de vivir y morir.
4
JUSTIFICACIÓN
Los seres humanos tenemos muchos temores y uno de los más importantes es la muerte,
como un suceso de dolor y desconocimiento, ¿qué hay después de la muerte? Por esa
razón baso mi tesina a la reencarnación como un medio de comprender la muerte y
prepararme para el bien morir y así poderlo transmitir.
1
La tanatología podríamos decir que es una disciplina integral que estudia el fenómeno
de la muerte en los seres humanos, y en otros animales (tanatología forense veterinaria)
aplicando el método científico o técnicas forenses, tratando de resolver y enfrentar las
situaciones conflictivas que suceden en torno a ella, desde distintos ámbitos del saber,
como son la medicina, la psicología, la antropología física, la religión y el derecho.
2
Taranjit Singh con sus padres actuales Chauhan ha viajado hasta el pueblo donde el niño
dice haber vivido antes y ha encontrado a la familia del fallecido, quien le facilitó un
cuaderno de notas. Chauhan presentó exámenes grafológicos, y la letra de Taranjijt es
exactamente igual a la del muerto, como escrita por la misma persona. Otra afirmación
que hizo Chauhan sobre el niño, es que éste escribe correctamente el inglés y el Punjabi,
a pesar de no haber ido nunca a la escuela.
1
http://es.wikipedia.org/wiki/Tanatolog%C3%ADa
2
Paisajes de la muerte, paisajes de eternidad. Mario Humberto Ruz UNAM
5
Sus investigaciones no aportan más datos objetivos a las ya realizadas por Stevenson,
tengamos en cuenta que los indúes creen en la reencarnación y esta idea está inculcada
culturalmente a través de las religiones.
Seguimos actuando dentro del marco de lo mental, sin estudios confiables en las
disciplinas de la física, que nos permitan una explicación del fenómeno al nivel del cuerpo
y el 90% de los estudios con los que contamos en la actualidad son realizados por
psiquiatras, psicólogos o parapsicólogos. Sería bueno encontrar estudios realizados por
profesionales de otras áreas.
Tal vez, éste sea el marco adecuado para el estudio de estos fenómenos, ya que
sabemos que el cuerpo físico no existe sino como una ilusión sensorial.
Para muchas religiones sería un éxito, cuántos científicos judíos ortodoxos, indúes, etc, se
llevarían la medalla de sus países y de sus líderes religiosos por probar este fenómeno,
sin embargo hasta ahora no lo han hecho. Continúa siendo un tema del ámbito religioso,
espiritual y parapsicológico.
Tenemos al cardiólogo holandés Pim Van Lommel, acostumbrado por su profesión a las
experiencias cercanas a la muerte y a las experiencias de personas que regresan de la
muerte clínica.
3
Lommel ha realizado innumerables estudios desde 1988, que le llevaron a concluir en
que “el cuerpo es un receptáculo de la conciencia”, según sus propias palabras, y que
procesos como la memoria residirían fuera del cuerpo.
En este punto estoy de acuerdo, ya que la mente no es física (nada lo es) y trasciende a
nuestro cuerpo, ésto ya ha sido demostrado en varios experimentos científicos. Uno de
los estudios de Lommel fue publicado en “The Lancet” en el 2001, cuyos editores son
muy estrictos y no permiten pseudiciencias en su revista.
3
La cardiología otra dimención. Lommel Pim Holanda 1988
6
La Idea Prehispanica en México
No sólo se trata de recorrer hacia atrás el camino andado. Según ellos la persona vaga
por el mundo recuperando la memoria, las experiencias, la esencia de las posesiones
materiales e, incluso, las excrecencias que se han dejado atrás. Al parecer es una manera
de despedirse de lo que aquí se vivió al tiempo que se recupera todo lo que se ha
desprendido de uno.
Según su lógica no puede iniciarse el camino hacia el otro mundo sin haber pagado las
deudas, enmendado descuidos familiares, solucionando pendientes y llevar consigo
cuanta uña, lágrima o cabello se halla dejado en el camino. Algo así como borrarse del
mapa andando hacia atrás pero resumiendo años en unos cuantos días.
Entre los aztecas, existían varios sitios a donde ellos creían que los muertos irían,
dependiendo de las causas de la muerte.
Los hijos predilectos del Sol son los guerreros que mueren en la batalla o inmolados en la
piedra de sacrificios; por eso los recoge en su Casa, el Tonatiuhichan, en su "paraíso" del
oriente, donde gozan de su presencia y, en prados y bosques celestes, se divierten
haciendo simulacros de luchas; cada mañana, al aparecer el Sol por el oriente, lo saludan
con gritos de júbilo, golpean sus escudos y lo acompañan hasta el cenit. A las mujeres
muertas del primer parto, se les otorgaba el mismo rango que a los guerreros perecidos
en la batalla. Si éstos acompañaban a la divinidad solar hasta la mitad del cielo, ellas
"partiendo de medio día iban haciendo fiesta al sol, descendiendo hasta el occidente,
llevándole en unas andas hechas de quetzales o plumas ricas, que se Llaman quetzalli
apanecáyoil; iban delante de él dando voces de alegría y peleando, haciéndole fiesta;
dejándose donde se pone el sol".
El Tlalocan, era el lugar a donde iban los difuntos que habían perecido ahogados o
fulminados por el rayo, o víctimas de la lepra, o hidrópicos o sarnosos, o a causa de
cualquier enfermedad de las que se consideraban relacionadas con las divinidades del
agua, lugar del que se decía: "en el cual hay muchos regocijos y refrigerios, sin pena
ninguna". De este jardín de delicias en el que también creyeron los aztecas, tenemos un
valioso testimonio pictórico en un muro teotihuacano que se remonta al siglo IV.
Quienes no habían sido elegidos ni por el Sol ni por Tláloc, al morir descendían al
Mictlan, pasando por una serie de pruebas antes de alcanzar el descanso definitivo o la
desaparición. Esas pruebas eran nueve y, en cierto sentido, correspondían a otros tantos
estratos del inframundo, cada uno más profundo que el anterior. La creencia en esas
4
Mitos y leyendas de los Aztecas, Incas, Mayas y Muiscas; Krickberg, Walter.
7
pruebas estaba muy relacionada con ciertos detalles de los ritos funerarios; por ejemplo,
la costumbre de enterrar un perrito juntamente con el muerto, dependía de la convicción
de que éste tenía que superar el caudal de un río subterráneo y sólo el perrito podía
auxiliarle en ese trance.
El cielo y el infierno, son conceptos religiosos que llegaron con los européos y los
indígenas aridoamericanos desconocían, para ellos existían, sitios de eterno placer que
eran 13 y el inframundo dividido en 9 estratos.
CONDICIONES PRENATALES
¿Por qué no lo explican los embriólogos? La observación basta para convencerse de que
el embrión humano tiene, durante cierto período de la vida uterina, el mismo aspecto que
un renacuajo; pero la investigación de los embriólogos no acierta a descubrir en este
8
fenómeno la esotérica doctrina pitagórica de la (metempsicosis),que ésta basada en la
constitución de alma, espíritu y cuerpo tan erróneamente interpretada por los
comentadores.
«la piedra se convierte en planta, la planta en bruto y el bruto en hombre», con respecto a
las evoluciones física y espiritual de la humanidad terrestre. Añadiremos ahora algo más
para esclarecer el concepto.
Según algunos fisiólogos, la forma primitiva del embrión humano es la de una simiente, un
óvulo, una molécula, y si pudiéramos examinarlo con el microscopio, veríamos –al juzgar
por analogía– que está compuesto de un núcleo de materia inorgánica depositado por la
circulación en la materia organizada del germen ovárico.
En resumen, el núcleo del embrión está constituido por los mismos elementos que un
mineral, es decir, de la Tierra donde ha de habitar el hombre.
Los cabalistas se apoyan en la autoridad de Moisés para decir que la producción de todo
ser viviente necesita del agua y de la tierra, lo cual viene a corroborar la forma mineral
que originariamente asume el embrión humano. Al cabo de tres o cuatro semanas toma
configuración vegetal, después aparecen miembros y facciones. y en conjunto ofrece la
forma branquial del renacuajo que respira en el agua. Sucesivamente va tomando el feto
características humanas, hasta que se mueve impelido por el inmortal aliento que invade
todo su ser. Las energías vitales le abren el camino y por fin le lanzan al mundo al punto
que la esencia divina se infunde en la nueva forma humana donde ha de residir hasta que
la muerte le separe de ella.
REENCARNACIÓN DE BUDA
5
«Había en el recinto un altar dispuesto para recibir a un niño recién nacido que, según
juzgaban por ciertos signos secretos los sacerdotes iniciados, era una reencarnación de
Buda. En presencia de los fieles colocan los sacerdotes al niño sobre el altar y al punto
yergue el cuerpo, se sienta en el ara y con varonil y robusta voz exclama: Soy el espíritu
de Buda; soy vuestro Dalai Lama, que abandoné mi decrépito cuerpo en el templo de (...)
y escogí el cuerpo de este niño para morar de nuevo en la Tierra. Los sacerdotes
permitieron que, con el debido respeto, tomara al niño en mis brazos y me lo llevara hasta
suficiente distancia de ellos para convencerme de que no se habían valido de ningún
artificio de ventriloquía. El niño me miró gravemente con estremecedora mirada y repitió
las mismas palabras».
El científico florentino envió al Instituto un autorizado relato de este suceso; pero los
individuos de dicha corporación, lejos de reconocer la veracidad del testimonio, dijeron
5
Lo que el Buda dijo. Walpola Rahula
9
que en aquella circunstancia estaría el científico atacado de insolación o habría sido
víctima de alguna ilusión acústica.
Este hecho de la reencarnación de Buda es en extremo raro, pues sólo sucede muy de
tarde en tarde, a la muerte del Dalai Lama cuya dilatada vida es proverbial entre los
tibetanos. Por esta razón dice un texto chino: es tan difícil encontrar un Buda como
las flores del Udumbara y del Palâsa. El abate Huc, cuyos viajes por la China y el Tíbet
son tan conocidos, relata asimismo el hecho del renacimiento de Buda, con la curiosa
circunstancia de que el niño-oráculo demostró plenamente ser un alma vieja en cuerpo
joven, por cuanto a cuantos le conocieron en su anterior existencia les dio exactos
pormenores de ella.
Por otra parte, Pitágoras también siguió la doctrina de Gautama al afirmar la identidad
esencial del espíritu humano con Dios, y que para unirse al espíritu había de pasar el
alma por sucesivos estados, durante cuyo proceso el thumos volvía a la Tierra y Se
separaba el phren. Así es que la metempsicosis de Pitágoras, debidamente interpretada,
era una serie de estados de experiencia y prueba disciplinaria con descansos en los
refugios celestes para educir la mente concreta y desligar al nous del phren.
6
Teología de los primeros Filósofos griegos, Werner Jaeger
7
Fundamentos de la Teoría de la Reencarnación Recopilación de Conferencias. Delia Steinberg Guzman
10
en arena, es otro ejemplo que aceptamos sin más porque no contradice la razón, tal como
el agua que se hace nube y la nube que se vuelve a transformar en agua.
Pero lo que resulta lógico en la Naturaleza parece perder sentido cuando se aplica a los
hombres.
La vida humana es como un recorte de ciclo, un trozo de circunferencia que no se cierra
sobre sí misma. Si el mar vuelve al mar a través de la lluvia de las nubes, el hombre no
vuelve a la vida después de la muerte.
RECUERDOS Y REMINISCENCIAS
Hay algo que permanece y algo que reencarna: un espíritu que está siempre y unos
cuerpos que se desgastan, y que se van consumiendo como si fuesen vestidos, según las
distintas necesidades del espíritu. El espíritu es continuamente, no habiendo para él
tiempo, sino solamente eternidad. Y ese espíritu está a veces sobre la Tierra, con cuerpo,
y otras no está en la Tierra y no necesita cuerpo; gasta uno y toma otro. Lo importante no
es la vestidura, sino aquello que se viste. Algo semejante nos ocurre desde el punto de
vista físico: lo importante no es la ropa que usamos, sino lo que está dentro de la ropa. Lo
importante es lo interno, lo esencial.
Creemos que todo es cíclico, pero que el hombre escapa de esa periodicidad. Sin
embargo, el mundo antiguo decía que el hombre, como parte de la Naturaleza, es también
cíclico, y que ese retorno después del descanso que en la vida diaria reconocemos con
tanta naturalidad –como es el dormir y el despertar– es nada más una pequeña imagen,
una síntesis brevísima, de otro gran dormir y de otro gran despertar cuando se renueva la
vida.
En la existencia no solo de los hombres, sino de las piedras, plantas, estrellas, animales,
etc. no rige la casualidad; todo está guiado por la causalidad. Todas las cosas se unen, se
tejen, se traban firmemente a través de la ley de causa y efecto. Toda cosa que sucede es
producto de algo que ha ocurrido antes, y lo actual será causa de otra cosa que
acontecerá después. Así, todo está perfectamente unido y ligado, y mediante esta ley de
8
bis
11
causa y efecto el hombre siembra durante su vida toda una gama de causas que
necesitan manifestarse en efectos.
Más como una sola vida es muy breve y muchas causas no alcanzan a florecer en
efectos, hacen falta nuevos despertares, más ciclos de aprendizaje que evidencien esos
efectos, que a su vez serán causa de otros, futuros, cerrando una enorme cadena que se
llama evolución.
Otra cuestión que resuelve la teoría de la reencarnación es aquello que a los creyentes
les preocupa mucho: el castigo eterno. ¿Cómo castigar eternamente a quien no ha tenido
una oportunidad eterna de mejorarse? El castigo es desproporcionado en relación a la
causa. El error dura 10, 20, 30 ó 65 años; el error tiene una medida, pero el castigo es
interminable. Según la teoría de la reencarnación, el castigo es eterno hasta que deja de
serlo. No hay más castigo que volver a la Tierra, nacer de nuevo, ser niños, no saber
andar, aprender a caminar, empezar a mover otra vez las manos y que se nos caigan los
cubiertos de entre los dedos. Lo que puede parecer tan simpático deja de serlo, y se
convierte en aquello que decían los filósofos: el castigo está en volver a la Tierra.
En América, entre los aztecas, existía la creencia de que el alma volvía de nuevo a este
mundo. Decían que los hombres que morían, pero que estaban muy aferrados a la Tierra,
quedaban presos del encanto de la misma. Pero sostenían que las almas que se habían
liberado del mundo, las que ya no tenían apegos en él, las que creían que había «algo
más», y más lejano, iban a lo que hoy llamaríamos la fotosfera del Sol, es decir, que iban
a vivir en la luz, como colibríes bajo la forma de Huitzilopochtli.
Los antiguos egipcios creían también que los hombres podían reencarnar. Todo hombre,
cuando moría, tenía una prueba que transcurría en el «Aduat», suerte de purgatorio
donde se pesaba el corazón del difunto en una balanza, y se le hacía una serie de
preguntas a las que debía contestar. Aquellos que eran suficientemente sutiles podían
llegar al Amen-Ti, o sea, la Tierra de Amón, el lugar mágico donde cada uno encontraba
9
Inmortalidad y reencarnación. Alexandra David-Neel. Edit. Dedalo.
10
FUNDAMENTOS DE LA TEORÍA DE LA REENCARNACIÓN, J. A. Livraga.
12
lo que quería encontrar. El lugar maravilloso donde los lotos no se cierran jamás; donde
las barcas no se hunden; donde los besos no se traicionan; donde los alimentos no se
corrompen; donde las palabras no se pierden; donde todos los hombres tienen el don de
lenguas y se entienden... Pero aquellos que, careciendo de esta fuerza espiritual,
quedaban presos en las ansias de volver a la Tierra, no podían pasar el Aduat y tenían
que regresar otra vez a las experiencias terrestres.
Un hombre puede nacer de una manera u otra y siempre puede extraer una experiencia.
Pero esa experiencia es limitada, porque si nace en una familia de campesinos, ese
hombre tendrá la experiencia del campesino, pero le faltará la del artista, del militar, del
político, del poeta. De ahí que esa parte carente de experiencias vuelva a la Tierra a
ocupar los cuerpos de los niños que nacen; vuelva a por nuevas experiencias, nuevos
encuentros, nuevas vibraciones biológicas.
LA REENCARNACIÓN
Todos los pueblos de la Antigüedad, sin excepción, incluso los primitivos cristianos,
afirmaron esta teoría de la reencarnación, una sola vida, una sola encarnación humana,
ya sea como hombre, ya sea como mujer, no basta para satisfacer las necesidades del
alma, no basta para satisfacer incluso la curiosidad psicológica, y esta curiosidad
psicológica, estas necesidades del alma, crearían semillas o motores de nuevos retornos
al mundo hasta agotar totalmente la capacidad de experiencia, la curiosidad, las
posibilidades de desarrollo y, entonces, llegar a una liberación del mundo, lo que llaman
en Oriente el nirvana, lo que llaman los griegos la epopteia, o sea, el poder escapar del
mundo material.
Platón, quien también explicó la reencarnación, habla de las aguas del Leteo, del río que
hace que al beber de sus aguas nos invada el olvido. Eso hace que el hombre, cuando
vuelve a renacer, no pueda recordar prácticamente nada; a veces se renace con una
chispa de recuerdo, pero no algo con forma, algo inteligente y ordenado. Platón dice que
los más apasionados se tiran a las aguas del Leteo y beben con las dos manos quedando
luego completamente dormidos y, en cambio, que los prudentes son los que toman poco y
luego pueden recordar algo.
13
Otra de las afirmaciones que ha hecho la magia de todos los tiempos es que el hombre
puede retornar a la Tierra más allá de la muerte, que el hombre no comenzaría su vida
con su vida física. Es la teoría de la reencarnación que fue sustentada por todos los
pueblos antiguos y por los magos de todos los tiempos. Consideraban ellos que el hombre
no terminaba su misión en la Tierra en una sola vida, que existían fuerzas o deseos que le
traían otra vez al mundo. En India, en sánscrito, a estos deseos se les llaman los
skandhas, las causas de acción que harían que un hombre vuelva otra vez al mundo.
Supongamos que yo soy un filósofo o un escritor que me hubiese gustado ser pintor,
escultor, o músico, o político; pero como no lo puedo ser, esos deseos quedan en mí y no
los puedo realizar. Pasa el tiempo, envejezco y, sin embargo, esos deseos siguen
perdurando en mí, y –como la onda de agua que choca contra las paredes del estanque
formarían luego otros vehículos, otros mundos, otras vibraciones, que permitirían la vuelta
a la Tierra con nuevas oportunidades.
De ahí que también en los postulados de la magia está el número fijo de las almas. Un
número fijo de almas haría que en los momentos de gran crecimiento demográfico, en los
momentos de una enorme abundancia de seres humanos sobre la Tierra, éstos tendrían
periodos celestes más breves; en cambio, en los momentos de menos población en la
Tierra, al ser fijo el número de almas, éstas tendrían un periodo celeste más largo; lo que
explicaría el porqué de que cuando la Tierra está prácticamente despoblada o las
poblaciones son pequeñas, existe una espiritualidad mayor y, en cambio, cuando existen
grandes concentraciones demográficas, cuando hay gran número de habitantes en la
Tierra, existiría un mayor materialismo, devenido tal vez por esa carencia de vida en el
mundo celeste
MAGIA EN EL SIGLO XX
Todas estas viejas creencias, todas estas viejas religiones –como Súmer, el antiguo
Egipto, las religiones prehispánicas en América–, 12afirmaban y hablaban sobre la
reencarnación. En Asia eso es común, ya sea entre los chinos, entre los japoneses, los
hindúes, de los cuales podemos hoy heredar de manera directa no solamente el
conocimiento de la reencarnación, sino una serie de palabras que ya son de uso común y
que nos ayudan. Por ejemplo: la palabra karma es hindú y significa «acción»; la palabra
Dharma significa «ley»; la constitución septenaria que los filósofos hindúes propusieron a
los hombres desde hace miles de años; igualmente en el Tíbet, y así en todas las partes
del mundo. Aun los llamados hombres primitivos, que tal vez no son hombres primitivos,
sino restos de viejas civilizaciones, han guardado ese conocimiento y esa enseñanza de
que así como la parte física o biológica del hombre genera otras partes físicas y
biológicas, hay algo espiritual en el hombre que le genera a sí mismo y que él genera a
los otros.
Tenemos que tratar de no encontrarnos de frente con ningún tabú de tipo religioso.
Incluso, vuelvo a insistir, dentro del cristianismo, hasta pasado el siglo III, se creyó y se
afirmó la posibilidad de la reencarnación; Jesús mismo dijo haber sido la reencarnación de
un profeta hebreo. No existen incompatibilidades entre las religiones que conocemos –ni
el cristianismo, ni el budismo, ni el brahmanismo, ni ninguna de ellas– y esta teoría de la
12
Los terrores del más allá en el mundo griego: La respuesta Orfica; Alberto
14
reencarnación. De ninguna manera ésta niega el concepto de Dios ni el concepto de lo
sagrado, sino que más bien lo afirma y lo justifica.
13
Hablando del tema de la reencarnación, toqué el experimento que están haciendo
algunos psiquiatras y psicólogos sobre enfermos que tenían una serie de aprensiones, de
dificultades psicológicas que no se sabía de dónde venían, y que solamente se pudieron
entender haciendo retroceder a este enfermo a través de sus traumas –en estado
hipnótico– hasta una serie de vidas anteriores a la que en ese momento el enfermo tenía.
¿Es esto cierto? ¿Es esto mentira? ¿Es simplemente un psicodrama? No, se han hecho
constataciones en el sentido de fechas, lugares, palabras, pero lo que es más importante,
se han hecho constataciones de que todos llevamos un importante mundo dentro, que
llevamos un universo, y ese universo incluso está en relación con el universo exterior.
En esta área también existen otras culturas cuyos elementos mágicos han permanecido y
tienen un gran interés. Por ejemplo, en el área mochica –también en Perú– vemos una
gran riqueza simbólica y mágica; los pobladores antiguos, según referencias incaicas,
creían como todos ellos en la inmortalidad del alma; creían, por ejemplo –y esto lo
podemos ver a través de cerámicas–, que cuando los hombres morían, las almas eran
llevadas por Aia Paec, un dios con forma de perro –a la manera del Anubis egipcio–,
hasta las islas bienaventuradas situadas en alta mar, cabalgando sobre lobos marinos. La
Luna, Si, indicaba el viaje con su luz; el mar, Ni, y la tempestad, los llevaban a su destino,
y era allí donde las almas podían conectarse con un mundo celeste. Ese mundo celeste,
ese mundo del otro lado de las cosas, para los mochicas o los moches, era el mundo
positivo, pues luego existía otro lugar donde los hombres que llegaban serían castigados
13
La vida después de la muerte. Arnold Toynbee, Arthur Koestler
15
durante largo tiempo; creían en la reencarnación, creían que volvían a habitar nuevos
cuerpos en nuevos niños que nacían para seguir sus experiencias.
Lo natural en los seres vivos es morir y lo natural en los seres muertos es nacer. Ya lo dijo
también Platón y todos los pensadores esotéricos de la Antigüedad y todos los libros
sagrados en sus versiones más antiguas.
14
Nadie tema por su vida, pues si a la del alma se refiere no la va a perder ya que nadie
se pierde a sí mismo. Y si a la del cuerpo, también es absurdo el temor, pues la que
circula por él no es nuestra ni siempre la misma; y así morimos cada día, desde que
nacemos, y nacemos cada día hasta que morimos.
14
Orfeo y la Religión griega W. K.C Guthrie
16
todo el pueblo. Este pueblo lo sentía así, interiormente y en muchos individuos florecían
recuerdos de pasadas encarnaciones» (Jorge A. Livraga).
Como en todo, una cosa es la reencarnación y otra, a veces muy diferente, son las
opiniones que se han creado en torno a ella, de tal forma que no es posible encontrar una
doctrina única sobre el tema. Agrava esto el que en muchos pueblos se utiliza un lenguaje
simbólico que no siempre es muy claro.
Aunque la pregunta parece a primera vista muy sencilla, la respuesta no es tan fácil. Es
necesario, primero, distinguir entre una ley de la Naturaleza y el enunciado de esa ley. La
ley propiamente dicha existe independientemente de que sea conocida o no por el ser
humano, como dice Wartofsky: 15«Supondremos, por tanto, que la ley de Galileo referente
a la aceleración de los cuerpos en caída libre no comenzó a existir como ley de la
Naturaleza cuando Galileo la formuló, sino que es verdadera en cualquier instante, incluso
antes de que hubiera seres conscientes en este planeta, pues si las leyes de la
Naturaleza son susceptibles de ser descubiertas, las relaciones de invariabilidad
expresadas por ellas se cumplirán tanto si se conocen como si no». Es decir, la ley como
tal es una realidad objetiva, no una construcción conceptual. Así lo explica el filósofo de la
ciencia Mario Bunge: «Ley designa un esquema objetivo de una clase de hechos (cosas,
acontecimientos, procesos), o sea, cierta relación constante o red de relaciones
constantes que se cumplen realmente en la Naturaleza, las conozcamos o no». Por lo
tanto, las leyes propiamente tales se descubren.
Esta distinción es fundamental y, por eso, queremos reforzarla con un último párrafo de
Wartofsky: «Podemos, pues, decir que las «leyes de la ciencia» son hipótesis o
postulados que son objeto de creencia racional basándose en pruebas, y que si, de
hecho, las leyes de la ciencia son ciertas, entonces son expresión de leyes de la
Naturaleza»
15
Wartofsky
17
LA REENCARNACIÓN
Los días se suceden unos a otros, la mañana se transforma en tarde, la tarde en noche y
la noche en madrugada y ésta nuevamente en mañana. Se suceden las estaciones, la
Naturaleza brota en primavera; la primavera se transforma en verano, el momento de más
calor; la Naturaleza comienza a interiorizarse y surge el otoño; las noches se hacen más
largas, aumenta el frío y llega el invierno. La energía contraída y conservada en el
invierno explota en una nueva primavera.
En el mismo ritmo se suceden las estaciones de la vida humana, y si este ciclo es análogo
a los otros, ¿no es lógico suponer que también, después de la muerte vendrá otro
nacimiento? «La Tierra y la Humanidad, como el Sol, la Luna y los planetas, tienen todos
su crecimiento, cambios, desarrollos y evolución gradual, en sus períodos de vida; nacen,
se convierten en niños, luego en niños mayores, adolescentes, alcanzan la madurez,
llegan a la vejez, y finalmente mueren. ¿Por qué no habría de estar también la Humanidad
bajo esta ley universal?» (H.P. Blavatsky, Doctrina secreta).
Así como se suceden los ciclos del día, del mes, del año, en la vida humana la infancia se
transforma en juventud, la juventud en adultez y ésta en ancianidad. Cada una de estas
estaciones de la vida es muy diferente una de otra; cada una tiene sus características.
Las diferencias no son sólo de apariencia física; hay también diferencias en la vitalidad,
en las emociones y sentimientos, y en la forma de pensar y valorar el mundo y las cosas.
Podemos, por eso, decir que el niño muere y renace en joven, el joven muere y renace en
adulto, y el adulto muere para renacer en anciano. Sin embargo, más allá de esos
cambios hay un Yo, una conciencia que enlaza unas edades con otras. Los cambios se
18
producen en la personalidad, pero la individualidad, la identidad, es siempre la misma, es
ella la que da continuidad a las diferentes edades.
Cuando se trata de citar la relación que existe entre una idea acerca de la reencarnación
(palingenesia o metempsicosis) y el pensamiento griego, todos los autores se refieren en
primer lugar y de manera inequívoca a Pitágoras y Platón. Se les concede a ellos dos la
difusión y discusión sobre esta idea, en parte importada desde Oriente o Egipto, en parte,
a través del orfismo. No obstante, es posible identificar otros referentes entre los poetas y
los filósofos presocráticos. Vamos a abarcar estas menciones a fin de que nos hagamos
una idea cabal de la amplitud e influencia que tuvo esta doctrina entre los griegos.
En primer lugar, los poetas más tradicionales del mundo griego, Homero y Hesíodo,
reflejan el tenor que adquiría este tema entre los griegos, y la postura frente a la muerte,
pero usando imágenes envueltas en una niebla difusa que empaña la visión. El lenguaje
mítico es abordado por los poetas de la Antigüedad para expresar ideas que escapan a
un simple ordenamiento mental. Hesíodo adjudica las siguientes palabras a las musas del
Olimpo
El orfismo es un fenómeno que se dio en Grecia como una renovación religiosa y devolvió
el sentido original a los ritos mistéricos que se habían desarrollado en torno a las
divinidades «agrícolas» de Deméter y Dionisos.
Aunque es común aceptar que esta renovación es propia del siglo VI a.C. y que sus
antecedentes –que la remontan al propio Orfeo– carecen de valor histórico, no debemos
olvidar que el lenguaje mítico a menudo transporta información de interés histórico, y que
el fenómeno órfico se encuentra muy ligado a los cambios que experimenta el
pensamiento griego a partir de los siglos VIII y VII a.C., y que decaerá hacia el IV.
19
reservada para los «iniciados» en los Misterios. Tal vez este fenómeno de difusión marca
la decadencia definitiva de estos ritos, a pesar de su auge.
Aunque la antigüedad de los cultos dionisíacos es muy anterior a este fenómeno del siglo
VI, y se le vincula además con los cultos de Deméter-Perséfone (Coré- Proserpina),
asumió una línea de conducta particular a nivel popular, lo que trajo cierto resentimiento
por parte de Platón y otros filósofos, que critican la «oferta» de exorcismos y ritos
purificatorios a manos de sacerdotes mendigos, que se pueden obtener fácilmente.
Salvando esta generalización, nos encontramos con un orfismo clasificado como religión
mistérica, provista de un cuerpo doctrinal atribuido a un fundador (Orfeo), una teología y
unos ritos de iniciación que ofrecen una vida distinta en el más allá.
Lo que interesa puntualmente a este trabajo es el aporte que hace esta doctrina a dos
ideas que alcanzan una concreción muy particular y de gran influencia posterior, a saber:
- La inmortalidad del alma, a la que esperan castigos o premios después de la muerte,
conforme a la conducta adoptada en vida.
- La transmigración de las almas (conocida en el orfismo tardío como metempsicosis) a
través de diversos cuerpos, en un prolongado recorrido hasta volver a la perdida
condición de dios.
Veamos en Píndaro una alusión bastante clara a las ideas órficas sobre la muerte y la
inmortalidad: «El cuerpo de todos está sujeto a la muerte irresistible, pero siempre
permanece viva una imagen, la cual proviene de los dioses; ella duerme cuando los
miembros obran, pero, en muchos sueños proféticos, anuncia a los durmientes el juicio de
los males y de los bienes».
Para resolver estas cuestiones el orfismo adopta una metodología práctica y plantea no
sólo una doctrina, sino una forma de vida (Biós). Se asumen restricciones muy concretas
en relación con los hábitos alimenticios y de toda índole en general, que fueron los que se
difundieron, tal vez debido al impacto y contraste que provocan con el estilo de vida
común entre los griegos.
LOS PRESOCRÁTICOS
16
Cuando la Filosofía asume la orientación del pensamiento griego, no se produce un
reemplazo violento de las antiguas creencias sino, muy por el contrario, son las escuelas
presocráticas las que reinterpretan estas ideas, pero sin perder los vínculos con los
poetas clásicos como Homero y Hesíodo, o manteniendo una relación estrecha con el
orfismo. Así, destacamos algunos fragmentos en que estos filósofos del siglo VI y V a.C.
se refieren al problema de la inmortalidad y la transmigración.
HERÁCLITO DE ÉFESO
17
Sobre este filósofo presocrático se han escrito diversas interpretaciones de los
fragmentos que quedan de sus obras. Existe consenso en reconocer una muy probable
influencia del pitagorismo y del orfismo en su posición sobre la inmortalidad del alma y el
16
Textos Presocráticos, Diels-Kranz traducción de Matilde del Pino.
17
Herálicto, textos y problemas de interpretación. Rodolfo Mandulfo
20
proceso de paso hacia otra forma de vida. De hecho, analizaremos brevemente algunas
citas que tienen un innegable parentesco con Píndaro y Pitágoras. Dice que el alma es
indestructible, pues a su salida vuelve al alma universal, hacia su homogéneo.
Varios autores modernos (como Macchioro) interpretan esto como un referente a los
Misterios de Dionisos Zagreo, el único dios helénico que «muere» para renacer y hacerse
inmortal. La relación cuerpo-tumba (soma-some) está vinculada a lo órfico y así es
interpretada. Para ello se usa el testimonio de Hipólito (gnósticos) que hace provenir estas
frases de los Misterios órficos, en el rito de la «muerte mística» de los Iniciados.
También cabe mencionar la relación de Heráclito con Pitágoras, ya que es éste último el
primero de los presocráticos en definir al alma como inmortal y ligarla a la reencarnación,
ya que Heráclito menciona la transformación de hombres en dioses, y esto está referido a
la idea de que las almas humanas, cuando se calientan, se vuelven dioses y, a la vez, los
demonios, cuando caen en la Tierra, se vuelven más fríos y se transforman en almas
humanas. Aquí lo caliente es la cercanía al fuego, lo seco, lo divino. Lo frío es lo que se
acerca a lo húmedo y mortal.
18
PARMÉNIDES Y EMPÉDOCLES
Cuando avanzamos en el poema, el filósofo pone al Ser (Ón-Ontós) detrás de todas las
cosas y como provisto de eternidad: «Es lo mismo pensar y lo que causa el
pensamiento».
Es decir, que si el hombre está dotado de pensamiento, su ser causal irradia de ser el
pensar en sí. Esto no invalida que el común de los hombres esté sujeto al error, la «vía de
la opinión». No obstante, al reconocerse las dos vías, existe un tránsito del error a la
verdad, de la oscuridad a la luz.
Se dice que Parménides habría sido discípulo de Jenófanes, pero, además, mantiene
contactos con Empédocles y Pitágoras. Estos últimos tienen vínculos probados con el
orfismo. Aunque no queda de manifiesto en el pensamiento de Parménides su postura
18
Los años de Hugo. Colección Larousse
21
frente a la metempsicosis, sí parece deducirse con claridad que el alma es inmortal (dado
que es) y que el hombre va de la ignorancia a la sabiduría.
Por otro lado, el que sí mantiene contactos con las corrientes místicas del orfismo y los
cultos dionisíacos, según manifiestan numerosos testimonios, es Empédocles de
Agrigento. Es considerado taumaturgo, médico y profeta, y solía aparecer vestido de una
manera bastante llamativa, coronado, con flores y cintas délficas, proclamando su
naturaleza divina, sus recuerdos de vidas pasadas, y obrando fenómenos que hoy
clasificaríamos como «paranormales». Aun su muerte es notable, pues se dice que
«desapareció» o se arrojó al volcán Etna. Solo quedan fragmentos de dos de sus obras:
De la Naturaleza y Lustraciones. Su filosofía es amplia y enigmática, con rasgos
inequívocos de su familiaridad con el lenguaje mistérico. Sus textos médicos y su teoría
de la sensación, eran considerados muy valiosos aun entre los alejandrinos.
PITÁGORAS
Aristóteles testimonia que el pitagorismo difiere del orfismo en una sutileza, agregando
una condición nueva para terminar con el ciclo de renacimientos.
22
Posteriormente, se dio un pitagorismo que maduró algunas ideas sobre el alma, como
encontramos en Filolao, contemporáneo de Sócrates. Aparte de las cuatro nociones antes
mencionadas, Filolao agrega el sentido de alma-armonía, un principio que equilibra las
tendencias divergentes de la polaridad, propias de la naturaleza corporal. Es decir, el
cuerpo está constituido por oposiciones de elementos (frío-calor, húmedo-seco, etc.) y es
el alma la que establece una concordancia. Así como al destruir una lira, no se destruye la
armonía de su sonido sino tan sólo el instrumento, del mismo modo, cuando muere el
cuerpo, la armonía permanece en el alma para dotar al siguiente cuerpo de esa cualidad.
Esto reafirma la inmortalidad del alma y la transmigración de las causas a un nuevo
cuerpo.
No podemos cerrar esta referencia a las ideas de los griegos sobre el alma y su
transmigración, sin mencionar al divino Platón, a pesar de que se hace muy complejo citar
las múltiples ideas que él expresa sobre tan complejo tema.
PLATÓN
Sin duda, y gracias a que su obra se conserva más o menos completa, la autenticidad de
la versión platónica de la inmortalidad del alma y su purificación a través de múltiples
vidas es el documento más importante y completo del pensamiento griego, y tal vez de
todo el pensamiento antiguo.
En gran medida, y a diferencia de Aristóteles 19–porque el mismo Platón profesa como
propia la idea de la transmigración del alma–, la búsqueda y desarrollo de argumentos en
favor de esta idea es tratada en extenso, pero de manera fundamental en sus diálogos
Fedón y Fedro. No obstante, en República (mito de Er), Gorgias (mito de los infiernos), en
Crátilo, Timeo, Menón, Banquete, Teeteto, Apología, etc., aparecerán argumentos en
favor de las características del alma, ya sea para apoyar la naturaleza divina de ésta, ya
sea para recalcar la importancia del recuerdo (reminiscencia).
Sin embargo, más adelante adoptará una postura cada vez más distante y crítica,
hablando de «estas fábulas de los pitagóricos», y otorgando una noción más materialista,
siendo el alma humana la «forma» (hilemorfismo) del cuerpo, su doble e imagen, carente
de recuerdos, una tabla rasa sobre la que la experiencia escribe por primera vez sus
vivencias.
19
La Religione di roma antica, Dasrio Sabbatucci, Collana.
23
MEDICINA Y REENCARNACIÓN
Evidentemente, aquí no hay lugar para ninguna explicación religiosa o filosófica del ser
humano. Aunque estas investigaciones nos parezcan fantásticas, en estos momentos
varios equipos en Inglaterra y Estados Unidos cuentan con fondos públicos para
desarrollarlas. En palabras de uno de los máximos científicos responsables de este tipo
de proyectos en Inglaterra, «los computadores son nuestros hijos, y debemos
contemplarlos como la siguiente generación humana».
Si bien es cierto que existen movimientos públicos que abogan por una cierta eutanasia y
evitar así la prolongación artificial de la vida, no se basan sin embargo en una actitud ética
profunda, sino más bien en que hoy en día todavía no existen medios adecuados que
permitan «disfrutar» de esa situación. En realidad, no se protesta contra la extensión
artificial del periodo de vida, sino contra el tipo de supervivencia rudimentaria del que hoy
disponemos.
24
aparatos que permitirían, mediante cables colocados sobre el cuero cabelludo,
experimentar tantos orgasmos como se quieran.
Obviamente, las investigaciones dirigidas a encontrar medios para paliar el dolor en casos
terminales de cáncer u otras enfermedades incurables, son beneficiosas. Pero aquí no
nos referimos a esa utilidad indiscutible, sino a lo que se persigue en muchos casos: una
forma de hedonismo sin límites. En un mundo comercializado y consumista, podemos
imaginar las consecuencias que esto tendrá: las drogas tradicionales desa-parecerán en
aras del último modelo electrónico de placer.
La supresión inmediata del dolor ha llevado a crear una cultura dependiente de los
calmantes y los tratamientos antidolor, que en múltiples ocasiones conduce a reacciones
aún más dolorosas –inmediatas o futuras–, sin corregir en profundidad las causas del
mismo, a la par que debilitan cada vez más la respuesta natural ante el dolor por parte del
ser humano. No nos referimos ni siquiera al desinterés por reconocer las causas kármicas
o profundas del dolor, sino incluso las fisiológicas, debidas a hábitos incorrectos: es más
fácil tomar una pastilla que corregir una mala costumbre. «Pan para hoy y hambre para
mañana», parece ser el lema de la medicina moderna con respecto al dolor y su origen.
Por otra parte, están las actitudes pseudorreligiosas que contemplan la enfermedad y el
dolor como un castigo divino, como algo inevitable, ante lo que sólo cabe resignación ante
la voluntad suprema. Por ejemplo, en el ámbito árabe estamos asistiendo al resurgimiento
de técnicas médicas más o menos primitivas o tradicionales, basadas en la creencia de
que uno u otro profeta las utilizaba con éxito; o también a la moda de leer
mantrámicamente oraciones y libros sagrados en la esperanza de que Dios escuchará
esas plegarias y curará al enfermo, y en caso contrario, si muere o sufre, será porque tal
es el designio divino. En América aumentan las sectas cristianas y cultos afines en los
que se ofrece la curación como un acto de fe, y también se consideran la enfermedad y el
dolor como pruebas o castigos divinos.
20
Grandes y decadencia de los mayas. Trompsom, Eric. Fondo de la cultura económica. México 1988
25
consecuencias del karma acumulado, también considera la ley de acción y reacción como
un factor fundamental al analizar la enfermedad y el dolor.
CONCLUSIÓN
Que lo comparta, no quiere decir que esté de acuerdo con todo lo que se expone, mi
función como investigadora no es afirmar ni negar, sino simplemente dar a conocer el
punto de vista de algunos autores como filósofos y psicologos.
Yo creo que no volvemos a vivir. Yo creo que continuamos viviendo. Creo que decir,
«volvemos a vivir», sería como pensar que morimos en algún instante. Yo no creo en la
muerte. La muerte no existe; es un fantasma inventado para asustarnos. Nada muere.
Todo se transforma. Todo cambia.
Las experiencias que he tenido en esta vida, me han llevado a concluir que el vivir es ver
lo más agradable, visualizando, el amanecer, el atardecer y el anochecer; el día en
general, aceptando lo bueno y lo malo de los acontecimientos que se dan, pero
rescatando los momentos interesantes que nuestras actitudes se guían en lo más
adecuado llevando las normas morales y sentimientos religiosos, que nos ajustan para
llegar al buen camino.
Según las experiencias vividas en otras vidas negativas o positivas es lo que determina
cuales son los retos que enfrentaremos en la vida actual, puliendo los modos negativos en
base a los aprendizajes que las vidas anteriores que hemos tenido, transcendiendo vida
con vida, para lograr la divinidad.
26
Y para morir mejor: es ver la muerte como un viaje. Y así como para un viaje, preparar
maletas y nos trazamos un proyecto e itinerario probable, no de otra manera lo haremos
con este viaje a otra dimensión, pues su maravillosa aventura requiere que preparemos
maletas de imaginación, serenidad, agradecimiento por todos los bienes recibidos en este
mundo, sabiendo perdonar los males, aunque no se olviden.
BIBLIOGRAFÍA
http://es.wikipedia.org/wiki/Tanatolog%C3%ADa
27
MITOS Y LEYENDAS DE LOS AZTECAS, INCAS, MAYAS Y MUISCAS, Krickberg,
Walter.
28