El cardenal Joseph Ratzinger discute la estructura y el método de la nueva evangelización. Explica que la evangelización de la Iglesia siempre continúa, pero una nueva evangelización es necesaria para llegar a aquellos que no han escuchado el Evangelio. La nueva evangelización debe comenzar humildemente como un grano de mostaza y confiar en que Dios hará crecer el mensaje, no buscando números o éxito inmediato. El método adecuado es hablar no en nombre propio sino en nombre de Cristo y la Iglesia
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El cardenal Joseph Ratzinger discute la estructura y el método de la nueva evangelización. Explica que la evangelización de la Iglesia siempre continúa, pero una nueva evangelización es necesaria para llegar a aquellos que no han escuchado el Evangelio. La nueva evangelización debe comenzar humildemente como un grano de mostaza y confiar en que Dios hará crecer el mensaje, no buscando números o éxito inmediato. El método adecuado es hablar no en nombre propio sino en nombre de Cristo y la Iglesia
El cardenal Joseph Ratzinger discute la estructura y el método de la nueva evangelización. Explica que la evangelización de la Iglesia siempre continúa, pero una nueva evangelización es necesaria para llegar a aquellos que no han escuchado el Evangelio. La nueva evangelización debe comenzar humildemente como un grano de mostaza y confiar en que Dios hará crecer el mensaje, no buscando números o éxito inmediato. El método adecuado es hablar no en nombre propio sino en nombre de Cristo y la Iglesia
El cardenal Joseph Ratzinger discute la estructura y el método de la nueva evangelización. Explica que la evangelización de la Iglesia siempre continúa, pero una nueva evangelización es necesaria para llegar a aquellos que no han escuchado el Evangelio. La nueva evangelización debe comenzar humildemente como un grano de mostaza y confiar en que Dios hará crecer el mensaje, no buscando números o éxito inmediato. El método adecuado es hablar no en nombre propio sino en nombre de Cristo y la Iglesia
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La nueva evangelización, según Joseph Ratzinger Estructura y método de la nueva evangelización
Publicamos la conferencia del cardenal Joseph Ratzinger durante el Estructura
jubileo de los catequistas y profesores de Religión celebrado el 10 de Antes de hablar de los contenidos fundamentales de la nueva diciembre de 2000 en Roma. evangelización quisiera explicar su estructura y el método adecuado. La Iglesia evangeliza siempre y nunca ha interrumpido el camino de la evangelización. Cada día celebra el misterio eucarístico, administra los sacramentos, anuncia la palabra de vida, la palabra de Por: Cardenal Joseph Ratzinger | Fuente: Zenit.org Dios, y se compromete en favor de la justicia y la caridad. Y esta evangelización produce fruto: da luz y alegría; da el camino de la La vida humana no se realiza por sí misma. Nuestra vida es una vida a numeroso personas. Muchos otros viven, a menudo sin cuestión abierta, un proyecto incompleto, que es preciso seguir saberlo, de la luz y del calor resplandeciente de esta evangelización realizando. La pregunta fundamental de todo hombre es: ¿cómo se permanente. Sin embargo, existe un proceso progresivo de lleva a cabo este proyecto de realización del hombre? ¿Cómo se descristianización y de pérdida de los valores humanos esenciales, aprende el arte de vivir? ¿Cuál es el camino que lleva a la felicidad? que resulta preocupante. Gran parte de la humanidad de hoy no Evangelizar quiere decir mostrar ese camino, enseñar el arte de encuentra en la evangelización permanente de la Iglesia el vivir. Jesús dice al inicio de su vida pública: he venido para Evangelio, es decir, la respuesta convincente a la pregunta: ¿cómo evangelizar a los pobres (cf. Lc 4, 18). Esto significa: yo tengo la vivir? respuesta a vuestra pregunta fundamental; yo os muestro el camino de la vida, el camino que lleva a la felicidad; más aún, yo soy ese camino. La pobreza más profunda es la incapacidad de alegría, el Por eso buscamos, además de la evangelización permanente, nunca tedio de la vida considerada absurda y contradictoria. Esta pobreza interrumpida y que no se debe interrumpir nunca, una nueva se halla hoy muy extendida, con formas muy diversas, tanto en las evangelización, capaz de lograr que la escucho ese mundo que no sociedades materialmente ricas como en los países pobres. La tiene acceso a la evangelización "clásica". Todos necesitan el incapacidad de alegría supone y produce la incapacidad de amar, Evangelio. El Evangelio está destinado a todos y no sólo a un grupo produce la envidia, la avaricia.... todos los vicios que arruinan la vida determinado, y por eso debemos buscar nuevos caminos para llevar de las personas y el mundo. Por eso, hace falta una nueva el Evangelio a todos. evangelización. Si se desconoce el arte de vivir, todo lo demás ya no funciona. Pero ese arte no es objeto de la ciencia; sólo lo puede comunicar quien tiene la vida, el que es el Evangelio en persona. Sin embargo, aquí se oculta también una tentación: la tentación de la salvación: ciertamente, Dios no cuenta con grandes números; el la impaciencia, la tentación de buscar el gran éxito inmediato, los poder exterior no es el signo de su presencia. grandes números. Y este no es el método del reino de Dios. Para el reino de Dios, así como para la evangelización, instrumento y vehículo del reino de Dios, vale siempre la parábola del grano de Gran parte de los parábolas de Jesús Indican esta estructura de la mostaza (cf. Mc 4, 31-32). El reino de Dios vuelve a comenzar acción divina y responden así a las preocupaciones de los discípulos, siempre bajo este signo. Nueva evangelización no puede querer los cuales esperaban del Mesías éxitos y señales muy diferentes: decir atraer inmediatamente con nuevos métodos, más refinadas, a éxitos del tipo que ofrece Satanás al Señor "Te daré todo esto, todos las grandes mesas que se han alejado de la Iglesia. No; no es esta la los reinos del mundo..." (cf. Mt 4, 9). promesa de la nueva evangelización. Nueva evangelización significa no contentarse con el hecho de que del grano de mostaza haya crecido el gran árbol de la Iglesia universal, ni pensar que basta el Desde luego, san Pablo, al final de su vida, tuvo la impresión de que hecho de que en sus ramas pueden anidar aves de todo tipo, sino había llevado el Evangelio hasta los confines de la tierra, pero los actuar de nuevo valientemente, con la humildad del granito, cristianos eran pequeñas comunidades dispersas por el mundo, dejando que Dios decid cuándo y cómo crecerá (cf. Mc 4, 26-29). insignificantes según los criterios seculares. En realidad fueron la levadura que penetra en la masa y llevaron en su interior el futuro del mundo (cf. Mt 13, 33). Las grandes cosas comienzan siempre con un granito y los movimientos de masas son siempre efímeros. En su visión del proceso de la evolución, Teilhard de Chardin habla del "blanco de los Un antiguo proverbio reza: "Éxito no es un nombre de Dios". La orígenes": el inicio de las nuevas especies es invisible y está fuera nueva evangelización debe actuar como el grano de mostaza y no ha del alcance de la investigación científica. Las fuentes se hallan de pretender que surja inmediatamente el gran árbol. Nosotros ocultas; son demasiado pequeñas. En otras palabras, las grandes vivimos con una excesiva seguridad por el gran árbol que ya existe o realidades tienen inicios humildes. Prescindamos ahora de si sentimos el afán de tener un árbol aún más grande, más vital. En Teilhard tiene razón, y hasta qué punto, con sus teorías cambio, debemos aceptar el misterio de que la Iglesia es al mismo evolucionistas: la ley de los orígenes invisibles refleja una verdad tiempo un gran árbol y un granito. En la historia de la salvación presente precisamente en la acción de Dios en la historia. "No por siempre es simultáneamente Viernes Santo y Domingo de Pascua. ser grande te elegí; al contrario, eres el más pequeño de los pueblos; te elegí porque te amo...", dice Dios al pueblo de Israel en el Antiguo Testamento y así expresa la paradoja fundamental de la historia de El método De esta estructura de la nueva evangelización deriva también el Esta forma cristológica y pneumatológica de la evangelización es al método adecuado. Ciertamente, debemos usar de modo razonable mismo tiempo una forma eclesiológica: el Señor, y el Espíritu los métodos modernos para lograr que se nos escuche; o, mejor, construyen la Iglesia, se comunican en la Iglesia. El anuncio de para hacer accesible y comprensible la voz del Señor. No buscamos Cristo, el anuncio del reino de Dios, supone la escucha de su voz en que se nos escuche a nosotros; no queremos aumentar el poder y la la voz de la Iglesia. "No hablar en nombre propio" significa hablar en extensión de nuestras instituciones; lo que queremos es servir al la misión de la Iglesia. bien de las personas y de la humanidad, dando espacio a Aquel que es la Vida. De esta ley de renuncia al propio yo se siguen consecuencias muy prácticas. Todos los métodos racionales y moralmente aceptables se Esta renuncia al propio yo, ofreciéndolo a Cristo para la salvación de deben estudiar; es un deber usar estas posibilidades de los hombres, es la condición fundamental del verdadero comunicación. Pero las palabras y todo el arte de la comunicación compromiso en favor del Evangelio: "Yo he venido en nombre de mi no pueden ganar a la persona humana hasta la profundidad a la que Padre, y no me recibía; si otro viene en su propio nombre, a ese lo debe llegar el Evangelio. Hace pocos años leí la biografía de un recibiréis" (Jn 5, 43). óptimo sacerdote de nuestro siglo, don Dídimo, párroco de Bassano del Grappa. En sus apuntes se encuentran palabras de oro, fruto de una vida de oración y meditación. A propósito de lo que estamos Lo que distingue al anticristo es el hecho de que habla en su propio tratando, dice don Dídimo, por ejemplo: "Jesús predicaba de día y nombre. El signo del Hijo es su comunión con el Padre. El Hijo nos oraba de noche". Con esta breve noticia quería decir: Jesús debía introduce en la comunión trinitaria, en el círculo del amor suyo, ganar de Dios a sus discípulos. cuyas personas son "relaciones puras", el acto puro de entregarse y de acogerse. El designio trinitario, visible en el Hijo, que no habla en su nombre, muestra la forma de vida del verdadero evangelizador; Eso vale siempre. No podemos ganar nosotros a los hombres. más aún, evangelizar no es tanto una forma de hablar; es más bien Debemos obtenerlos de Dios para Dios. Todos los métodos son una forma de vivir: vivir escuchando y ser portavoz del Padre. "No ineficaces si no están fundados en la oración. La palabra del anuncio hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga" (Jn 16, 13), dice siempre ha de estar impregnada una intensa vida de oración. el Señor sobre el Espíritu Santo.
Debemos dar un paso más. Jesús predicaba de día y oraba de noche,
pero eso no es todo. Su vida entera, como demuestra de modo muy hermoso el evangelio de san Lucas, fue un camino hacia la cruz, una íntimamente relacionados (cf. Jn 21, 16). San Agustín lo comenta así: ascensión hacia Jerusalén. Jesús no redimió el mundo con palabras "Apacienta mis ovejas, es decir, sufre por mis ovejas" (Sermón 32: PL hermosas, sino con su sufrimiento y su muerte. Su pasión es fuente 2, 640). Una madre no puede dar a luz un niño sin sufrir. Todo parto inagotable de vida para el mundo; la pasión da fuerza a su palabra. implica sufrimiento, es sufrimiento, y llegar a ser cristiano es un parto. Digámoslo una vez más con palabras del Señor: "El reino do Dios exige violencia" (M 11, l2; Lc 10, 16), pero la violencia de Dios El Señor mismo, extendiendo y ampliando la parábola del grano de es el sufrimiento, la cruz. No podemos dar vida a otros sin dar mostaza, formuló esta ley de fecundidad en parábola del grano de nuestra vida. El proceso de renuncia al propio yo, al que me he trigo que cae tierra y muere (cf. Jn 12, 24). También esta ley es referido antes, es la forma concreta (expresada de muchas formas válida hasta el fin del mundo y, juntamente con el misterio del grano diversas) de dar la propia vida. Ya lo dijo el Salvador: "Quien pierda de mostaza, es fundamental para la nueva evangelización. Toda la su vida por mi y por el Evangelio, la salvará" (Mc 8, 35). historia lo demuestra. Sería fácil demostrarlo en la historia del cristianismo. Aquí quisiera recordar solamente el inicio de la evangelización en la vida de san Pablo.
Los contenidos esenciales de la nueva evangelización
El éxito de su misión no fue fruto de la retórica o de la prudencia
pastoral; su fecundidad dependió de su sufrimiento, de su unión a la Conversión pasión de Cristo (cf. 1 Cor 2, 1-5; 2 Cor, 5, 7; 11; 10 s; 11, 30; Gal 4, 12-14). "No se dará otro signo que el signo del profeta Jonás" (Lc 1 29), dijo el Señor. El signo de Jonás es Cristo crucificado, son los testigos que completan "lo que falta a la pasión de Cristo" (Col 1, Por lo que atañe a los contenidos de la nueva evangelización 24). En todas las épocas de la historia se han cumplido siempre las conviene ante todo tener presente que el Antiguo Testamento y el palabras de Tertuliano: la sangre de los mártires es semilla de Nuevo son inseparables. El contenido fundamental del Antiguo nuevos cristianos. Testamento está resumido en el mensaje de san Juan Bautista: "Convertíos". No se puede llegar a Jesús sin el Bautista; no es posible llegar a Jesús sin responder a la llamada del Precursor; más aún, Jesús asumió el mensaje de Juan en la síntesis de su propia San Agustín dice lo mismo de modo muy hermoso, interpretando el predicación: "Convertíos y creed en el Evangelio" (Mc 1, 15). La texto de san Juan donde la profecía del martirio de san Pedro y el palabra griega para decir "convertirse" significa: cambiar de mandato de apacentar, es decir, la institución de su primado, están mentalidad, poner en tela de juicio el propio modo de vivir y el modo común de vivir, dejar entrar a Dios en los criterios de la propia Aquí debemos tener presente también el aspecto social de la vida, no juzgar ya simplemente según las opiniones corrientes. conversión. Ciertamente, la conversión es ante todo un acto personalísimo, es personalización. Yo renuncio a "vivir como todos"; ya no me siento justificado por el hecho de que todos hacen lo Por consiguiente, convertirse significa dejar de vivir como viven mismo que yo, y encuentro ante Dios mi propio yo, mi todos, dejar de obrar como obran todos, dejar de sentirse responsabilidad personal. Pero la verdadera personalización es justificados en actos dudosos, ambiguos, malos, por el hecho de que siempre también una socialización nueva y más profunda. El yo se los demás hacen lo mismo; comenzar a ver la propia vida con los abre de nuevo al tú, en toda su profundidad, y así nace un nuevo ojos de Dios; por tanto, tratar de hacer el bien, aunque sea nosotros. Si el estilo de vida común en el mundo implica el peligro incómodo; no estar pendientes del juicio de la mayoría, de los de la despersonalización, de vivir no mi propia vida sino la de todos demás, sino del juicio de Dios. En otras palabras, buscar un nuevo los demás, en la conversión debe realizarse un nuevo nosotros del estilo de vida, una vida nueva. caminar común con Dios.
Todo esto no significa moralismo. Quien reduce el cristianismo a la
Anunciando la conversión debemos ofrecer también una comunidad moralidad pierde de vista la esencia del mensaje de Cristo: el don de de vida, un espacio común del nuevo estilo de vida. No se puede una nueva amistad, el don de la comunión con Jesús y, por tanto, evangelizar sólo con palabras. El Evangelio crea vida, crea con Dios. Quien se convierte a Cristo no quiero tener autonomía comunidad de camino. Una conversión puramente individual no moral, no pretende construir con sus fuerzas su propia bondad. tiene consistencia.
"Conversión" (metánoia) significa precisamente lo contrario: salir de
El reino de Dios la autosuficiencia, descubrir y aceptar la propia indigencia, la necesidad de los demás y la necesidad de Dios, de su perdón, de su En la llamada a la conversión está implícito, como su condición amistad. La vida sin conversión es autojustificación (yo no soy peor fundamental, el anuncio del Dios vivo. El teocentrismo es que los demás); la conversión es la humildad de entregarse al amor fundamental en el mensaje de Jesús y debe ser también el núcleo de del Otro, amor que se transforma en medida y criterio de mi propia la nueva evangelización. La palabra clave del anuncio de Jesús es: vida. reino de Dios. Pero reino de Dios no es una cosa, una estructura social o política, una utopía. El reino de Dios es Dios. según el eslogan: Dios no existe y, si existe, no influye. Por eso, la evangelización ante todo debe hablar de Dios, anunciar al único Dios Reino de Dios quiere decir: Dios existe, Dios vive, Dios está presente verdadero: el Creador, el Santificador, el Juez (cf. Catecismo de la y actúa en el mundo, en nuestra vida, en mi vida. Dios no es una Iglesia católica). "causa última" lejana. Dios no es el "gran arquitecto" del deísmo, que montó la máquina del mundo y así estaría fuera. Al contrario, Dios es la realidad más presente y decisiva en cada acto de mi vida, También aquí es preciso tener presente el aspecto práctico. No se en cada momento de la historia. puede dar a conocer a Dios únicamente con palabras. No se conoce a una persona cuando sólo se tienen do ella referencias de segunda mano. Anunciar a Dios es introducir en la relación con Dios: enseñar En su conferencia de despedida de su cátedra en la universidad de a orar. La oración es fe en acto. Y sólo en la experiencia de la vida Münster, el teólogo Juan Bautista Metz dijo cosas que nadie se también la evidencia de su existencia. Por eso son tan importantes imaginaba oír de sus labios. Antes había enseñado las escuelas de oración, las comunidades de oración. Son antropocentrismo: el verdadera acontecimiento del cristianismo complementarias la oración personal ("en tu propio aposento", solo sería el giro antropológico, la secularización, el descubrimiento de la en la presencia de Dios), la oración común "paralitúrgica" secularidad del mundo. Luego enseñó teología política, la índole ("religiosidad popular") y la oración litúrgica. Sí, la liturgia es ante política de la fe; la "memoria peligrosa"; y, finalmente, la teología todo oración: su elemento específico consiste en que su sujeto narrativa. primario no somos nosotros (como en la oración privada y en la religiosidad popular), sino Dios mismo. La liturgia es actio divina, Dios actúa y nosotros respondemos a la acción divina. Después de este camino largo y difícil, hoy nos dice: si verdadero problema de nuestro tiempo es "la crisis de Dios", la ausencia de Dios, disfrazada de religiosidad vacía. La teología debe volver a ser Hablar de Dios y hablar con Dios deben ir siempre juntos. El anuncio realmente teo-logía, hablar de Dios y con Dios. de Dios lleva a la comunión con Dios en la comunión fraterna, fundada y vivificada por Cristo. Por eso la liturgia (los sacramentos) no es un tema adjunto al de la predicación del Dios vivo, sino la Metz tiene razón. Lo "único necesario" (unum necessarium) para el concretización de nuestra relación con Dios. hombre es Dios. Todo cambia dependiendo de si Dios existe o no existe. Por desgracia, también nosotros, los cristianos, vivimos a menudo como si Dios no existiera (si Deus non daretur). Vivimos En este contexto desearía hacer una observación general sobre la Con esta reflexión el tema de Dios ya se ha extendido y concretado cuestión litúrgica. Con frecuencia nuestro modo de celebrar la en el tema de Jesucristo. Sólo en´ Cristo y por Cristo el tema de Dios liturgia es demasiado racionalista. La liturgia se convierte en se hace realmente concreto: Cristo es el Emmanuel, el Dios con enseñanza, cuyo criterio es que la entiendan. Eso a menudo tiene nosotros, la concretización del "Yo soy", la respuesta al deísmo. Hoy como consecuencia la banalización del misterio, el predominio de es muy fuerte la tentación de reducir a Jesucristo, el Hijo de Dios, nuestras palabras, la repetición de una serie de palabras que sólo a un Jesús histórico, sólo a un hombre. No se niega parecen más inteligibles y más gratas a la gente. Pero esto es un necesariamente su divinidad, pero con ciertos métodos se destila de error no sólo teológico, sino también psicológico y pastoral. La ola la Biblia un Jesús a nuestra medida, un Jesús posible y comprensible de esoterismo, la difusión de técnicas asiáticas de distensión y de en los parámetros de nuestra historiografía. Pero este "Jesús auto-vaciamiento muestran que en nuestras liturgias falta algo. histórico" es una elaboración, la imagen de sus autores y no la imagen del Dios vivo (cf. 2 Cor 4, 4 s; Col 1, 15). El Cristo de la fe no es un mito. El así llamado "Jesús histórico" es una figura mitológica, Precisamente en el mundo actual necesitamos el silencio, el misterio inventada por diversos intérpretes. Los doscientos años de historia, supraindividual, la belleza. La liturgia no es una invención del del "Jesús histórico" reflejan fielmente la historia de las filosofías y sacerdote celebrante o de un grupo de especialistas. La liturgia –el de las ideologías de este periodo. rito– se ha desarrollado en un proceso orgánico a lo largo de los siglos; encierra el fruto de la experiencia de fe de todas las generaciones.Aunque los participantes tal vez no comprendan todas En los límites de esta conferencia me es imposible tratar los sus fórmulas, perciben su significado profundo, la presencia del contenidos del anuncio del Salvador. Sólo quisiera aludir misterio, que trasciendo todas las palabras. El celebrante no es el brevemente a dos aspectos importantes. El primero es el centro de la acción litúrgica; no está delante del pueblo en su seguimiento de Cristo. Cristo se presenta como camino de mi vida. nombre propio, no habla de sí y por sí, sino in persona Christi. Lo que cuenta no son las cualidades personales del celebrante, sino sólo su fe, en la que se debe reflejar Cristo. "Conviene que él crezca Seguimiento de Cristo no significa imitar al hombre Jesús. Ese y yo disminuya" (Jn 3, 30). intento fracasaría necesariamente; sería un anacronismo. El seguimiento de Cristo tiene una meta mucho más elevada: identificarse con Cristo, es decir, llegar a la unión con Dios. Esa palabra tal vez choque a los oídos del hombre moderno. Pero, en realidad todos tenemos sed de infinito, de una libertad infinita, de Jesucristo una felicidad ilimitada. Toda la historia de las revoluciones de los últimos dos siglos sólo se explica así. La droga sólo se explica así. El La vida eterna hombre no se contenta con soluciones que no lleguen a la Un último elemento central de toda verdadera evangelización es la divinización. Pero todos los caminos ofrecidos por la "serpiente" (cf. vida eterna. Hoy, en la vida diaria, debemos anunciar con nueva Gn 3, 5), es decir, la sabiduría mundana, fracasan. El único camino es fuerza nuestra fe. Aquí quisiera sólo aludir a un aspecto a menudo la identificación con Cristo, realizable en la vida sacramental. Seguir descuidado actualmente de la predicación de Jesús: el anuncio del a Cristo no es un asunto de moralidad, sino un tema "mistérico", un reino de Dios es anuncio del Dios presente, del Dios que nos conoce, conjunto de acción divina y respuesta nuestra. que nos escucha; del Dios que entra en la historia para hacer justicia. Por eso, esta predicación es anuncio del juicio, anuncio de nuestra responsabilidad. El hombre no puede hacer o dejar de hacer Así, en el tema del seguimiento se encuentra presente el otro centro lo que le apetezca. Será juzgado. Debe rendir cuentas. Esta certeza de la cristología, al que quería aludir: el misterio pascual, la cruz y la vale tanto para los poderosos como para los sencillos. Si se respeta, resurrección. se trazan los límites de todo poder de este mundo. Dios hace justicia, y en definitiva sólo él puede hacerla. Nosotros lograremos hacer justicia en la medida que seamos capaces de vivir en presencia De ordinario en las reconstrucciones del "Jesús histórico" el tema de de Dios y de comunicar al mundo la verdad del juicio. la cruz carece de significado. En una interpretación "burguesa" se transforma en un accidente de por sí evitable, sin valor teológico; en una interpretación revolucionaria se convierte en la muerta heroica Así el artículo de fe del juicio, su fuerza de formación de las de un rebelde. conciencias, es un contenido central del Evangelio y es realmente una buena nueva. Lo es para todos los que sufren por la injusticia del mundo y piden justicia. Así se comprende también la conexión La verdad es muy diferente. La cruz pertenece al misterio divino; es entre el reino de Dios y los "pobres", los que sufren y todos los que expresión de su amor hasta el extremo (cf. Jn 13, l). El seguimiento viven las bienaventuranzas del sermón de la Montaña. Están de Cristo es participación en su cruz, unirse a su amor, a la protegidos por la certeza del juicio, por la certeza de que hay transformación de nuestra vida, que se convierte en nacimiento del justicia. hombre nuevo, creado según Dios (cf. Ef 4, 24). Quien omite la cruz, omite la esencia del cristianismo (cf. 1 Cor 2, 2). Este es el verdadero contenido del artículo del Credo sobre el juicio, sobre Dios juez: hay justicia. Las injusticias del mundo no son la última palabra de la historia. Hay justicia. Sólo quien no quiera que haya justicia puede oponerse a esta verdad. Si tomamos en serio el juicio y la grave responsabilidad que de él brota para nosotros, comprenderemos bien el otro aspecto de este anuncio, es decir, la redención, el hecho de que Jesús en la cruz asume nuestros pecados; que Dios mismo en la pasión de su Hijo se convierte en abogado de nosotros, pecadores, y así hace posible la penitencia, la esperanza al pecador arrepentido, esperanza expresada de modo admirable en las palabras de san Juan: "Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo" (Jn 3, 20). Ante Dios tranquilizaremos nuestra conciencia, independientemente de lo que nos reproche.
La bondad de Dios es infinita, pero no la debemos reducir a un
empalago sin verdad. Sólo creyendo en el justo juicio de Dios, sólo teniendo hambre y sed de justicia (cf. Mt 5, 6), abrimos nuestro corazón, nuestra vida, a la misericordia divina. No es verdad que la fe en la vida eterna quite importancia a la vida en la tierra. Al contrario, sólo si la medida de nuestra vida es la eternidad, también esta vida en la tierra es grande y su valor inmenso.
Dios no es el rival de nuestra vida, sino el garante de nuestra
grandeza. Así volvemos a nuestro punto de partida: Dios. Si consideramos bien el mensaje cristiano, no hablamos de un montón de cosas. El mensaje cristiano es en realidad muy sencillo: hablamos de Dios y del hombre, y así lo decimos todo.
[Publicado por «L´Osservatore Romano», 19 de enero de 2001]