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LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS

DE LA VIOLENCIA
LATINOAMERICANA RECIENTE
ENSAYOS SOBRE LAS NARRATIVAS ACERCA
DEL NARCOTRÁFICO Y OTROS MALES
LESIONES Y LECCIONES
LITERARIAS DE LA VIOLENCIA
LATINOAMERICANA RECIENTE
ENSAYOS SOBRE LAS NARRATIVAS
ACERCA DEL NARCOTRÁFICO Y
OTROS MALES

Compiladora
CECILIA LÓPEZ BADANO
ÍNDICE
Prólogo ..............................................................................
David Miralles Ovando

DE AYER A HOY
Dos cuentos de Sergio Pitol: la violencia
como edén del hombre .....................................................
Araceli Rodríguez López

La palabra oblicua. Representación literaria


de la violencia en México .................................................
Anadeli Bencomo

ESCRITOS ENTRE BALAS


La deformación de la formación: narcotráfico
y (anti) Bildungsroman en Fiesta en la madriguera,
de Juan Pablo Villalobos .................................................
Cecilia López Badano-Edita Solís

Revisitando la Hacienda Nápoles: Las ruinas


del narcotráfico en El ruido de las cosas al caer (2011)
de Juan Gabriel Vásquez.................................................
Alberto Fonseca

El narco mundo en las novelas transnacionales


de Elmer Mendoza y Don Winslow ................................
Minni Sawhney

LITERATURA, ESTADO, RELIGIÓN Y MERCADO


Los pre-textos (religiosos)
de la “sicaresca antioqueña” ...........................................
Felipe Oliver
10 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA
LATINOAMERICANA RECIENTE

De Narcotráfico, “reinas” y Estados...............................


María Fernanda Lander

Narcotráfico, mercado literario y denuncia social: PROLOGO


del neoliberalismo a la demanda global .........................
Stacey Alba D. Skar-Hawkins
DAVID MIRALLES OVANDO
LOS “OTROS” RELATOS
Fotografía y literatura: Dimensión visual de
la violencia del narcotráfico en Colombia...................... Escribir sobre textos que versan sobre la violencia marca una dis-
Orfa Kelita Vanegas Vásquez tancia, una mediatización, que parece buscar, en última instancia,
el conjuro de una realidad que se cae a pedazos. 1 Los artículos que
Estética de la violencia en las favelas: componen este volumen abordan desde distintos ángulos y desde
miradas desde el cine ....................................................... diversos enfoques teóricos el tema de la violencia. Un tema, preciso
Ester Bautista Botello es recordarlo, tan antiguo como la literatura y la humanidad misma.
Sin embargo, ¿qué distancia media entre las carnicerías homéricas
La seducción de las mafias. La figura del y las obras que en la actualidad re-escriben este tópico? Tal vez
narcotraficante en la narcotelenovela colombiana........ la clave se encuentre en su banalización y su inscripción en aque-
Diana Palaversich llo que John Keane ha llamado la “incivilidad”; el fracaso de la
creación de una sociedad civil, es decir de una asociación política
Apuntes interpretativos sobre la serie Breaking Bad.... pacífica y bien ordenada, fracaso que se expresa finalmente en el
Óscar Ramírez Serrano-Cecilia López Badano resquebrajamiento y la disolución final del vínculo entre sociedad y
estado. (Keane, 2000, p. 23) En muchas de las obras aquí analizadas
Curricula vitae de los participantes ............................... queda de manifiesto este aspecto. En contraste, el gore homérico
era muy distinto. La profusión de mutilaciones, degollamientos y
torturas en que se empeñaban los héroes aqueos y troyanos esta-
ba regida, propiciada y determinada por los dioses, obedeciendo
siempre a una fatalidad, no importa que ésta fuera el resultado del
capricho de las divinidades. Su inscripción en un ordo religioso,
por más atrabiliario que este pueda parecernos, le otorga un sentido

1 La noche de 26 de septiembre pasado seis personas murieron y 25 más resultaron


heridas por varios ataques de la Policía de Iguala, tras lo cual desaparecieron
los jóvenes, quienes fueron introducidos en patrullas, según varios testigos.
Luego, se encontró una fosa ilegal en la que podrían estar enterrados.
12 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA PRÓLOGO 13
LATINOAMERICANA RECIENTE DAVID MIRALES OVANDO

que trasciende a sus protagonistas. En el caso que nos ocupa, son un aspecto central que articula esta obra: la ambivalencia esencial
el reflejo de una sociedad en descomposición. En ella no es posible presente en todo ser humano. Este aspecto sobresaliente de la serie
aspirar al castigo de los dioses o a la caída desde hybris alguna, se expresa, de acuerdo con él, en la ruptura del maniqueísmo con el
al contrario, la violencia aquí es la supresión del pensamiento, la que siempre parecen construirse este tipo obras televisivas. No hay
imposición del sinsentido de la barbarie: el triunfo de la incivilidad. en ella personaje que no tenga un aspecto moralmente doble. Se
Uno de los artículos más interesantes, escrito por las doctoras trata de la puesta en escena de un ser humano “normal” con todas
Cecilia López y Edita Solís, aborda el análisis de la novela Fiesta sus contradicciones y limitaciones, el cual no sería esencialmente
en la Madriguera del novel autor Juan Carlos Villalobos. La lectura ni bueno ni malo. Así pues, las circunstancias apropiadas (en este
propuesta en este análisis discurre por una doble vía. Primero, la caso la inminencia de la muerte por un cáncer) pueden conducir a
idea de que esta obra sería una suerte de anti bildungroman y luego, un honesto y anodino profesor de química a transformarse en un
que habría una remisión –mediante la antroponimia– a un pasado nuevo zar de la droga. Otros aspectos en que este artículo ahonda
mítico indígena, cuyas claves ayudarían a comprender el inframun- son: la simpatía que el personaje Walter White concita en sus es-
do del narcotráfico y sus códigos de violencia. Se trata, por cierto, pectadores así como los límites de la crítica al sistema capitalista
de un análisis de la poética subyacente en la construcción de la obra que una obra como ésta puede efectuar. En el primer caso, se cita la
que da por sentado el vínculo referencial con la realidad del narco- figura arquetípica del bandolero cuyo propósito es, más que nada,
tráfico. Asimismo, los personajes de esta novela son vistos por las una suerte de protesta social ante una sociedad injusta. En este caso,
autoras en clave mimética seguramente considerando que la diége- sin embargo, se resaltan las diferencias con dicha figura debido a
sis se halla organizada por un narrador en primera persona, quien es que el personaje protagónico, más allá de su carácter profundamen-
además un niño que participa de algún modo en lo que relata. Este te humano, termina actuando, básicamente, por egoísmo y soberbia.
carácter mimético y el carácter cuasi referencial de la narración son En el segundo, se resalta el hecho de que más allá de la agudización
enfatizados a lo largo del análisis por las múltiples referencias a de la conciencia sobre la crisis del capitalismo, una obra como ésta
realidades extra textuales del mundo del narco mediatizadas por no puede llegar jamás a una ruptura definitiva con dicho sistema.
la prensa, libros testimoniales, documentales, etcétera. El intento El artículo de María Fernanda Lander, de Skidmore College, se
de comprensión de la obra literaria parece no estar muy distante articula bajo la premisa de que el poder –que emana del Estado– tra-
en este caso del intento por comprender la realidad. El grado de ta de manera diferente a la mujer que al hombre, criminales. Mien-
equivalencia entre lo textual y lo extratextual es alto, lo que lleva al tras que los bandos masculinos, Estado versus Narcos, se enfrentan
supuesto tácito de que, al menos en este caso, realidad y ficción no en un terreno de igualdad machista, ejerciendo ambos la violen-
poseen fronteras bien delimitadas. La comprensión de la obra tiene cia, las raras mujeres que han tenido algún protagonismo delictivo
pues, en este caso, un valor que excede toda estética y hunde sus en este campo, representarían una amenaza todavía mayor para el
conclusiones en plano moral. Estado en la medida que ellas encarnan un desafío a la masculini-
El artículo escrito por Oscar Ramírez Serrano2 sobre la afama- dad y a un cierto orden patriarcal. La verdadera violencia parece
da serie de televisión Breaking Bad es una aguda reflexión sobre ser entonces aquella que atenta contra algo más profundo que lo
que simplemente puede ser herido por las balas y los machetes; el
2 Estudiante de la licenciatura en Estudios Literarios asesorado por la Dra. atentado al carácter protector que debe desempeñar el Estado y el
Cecilia López Badano.
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LATINOAMERICANA RECIENTE DAVID MIRALES OVANDO

subsiguiente horror a la “emasculación” –política– a manos de estas tora, enlazándolo con el bastardismo producto de la violación de la
hembras desafiantes. población femenina por parte de los europeos conquistadores.
Por otra parte, el artículo de Anadeli Bencomo de la Universidad La violencia adquiere otro cariz en el trabajo de Araceli Rodrí-
de Houston nos presenta la lectura de una serie de relatos en las guez, se trata aquí más bien de la crueldad en el ámbito de lo coti-
cuales cobra mucha importancia una suerte de simbolismo del mal. diano, misma que se analiza en dos cuentos del narrador mexicano
Clave resulta en esta lectura la idea de que la violencia presentada Sergio Pitol. Los rasgos de una personalidad psicopática, incapaz
en dichas narrativas, y por cierto también en la realidad que se en- de comprender el remordimiento y la culpa debido a su propia im-
cuentran denotando, ya no sería una violencia utilitaria, sino más posibilidad de experimentarlos, configuran una de estas historias,
bien una violencia expresiva debido a que quienes la cometen bus- en la otra, el caso de un niño que denuncia a sus padres, delación
carían enviar un mensaje a la sociedad; el de una nueva legalidad que termina con ellos en la hoguera. Y también aquí encontramos,
que atropella el orden jurídico y que busca realzar el horror y lo de acuerdo con la autora, una religiosidad que actúa como pulsión
macabro como una manera de afianzar su poder. vengadora y que termina por darle una lógica a tales actos de vio-
Ester Bautista aborda el tema de la violencia a través de una inte- lencia.
resante indagación en el submundo de las favelas de Río de Janeiro. En “La seducción de las mafias: La figura del narcotraficante en
El rol del cine ha resultado clave a la hora de presentar la imagen de la narcotelenovela colombiana” se presenta el caso de la producti-
estos entornos, vibrantes de color local a la vez que atravesados por vidad mediática del drama televisado conocido como “telenovela”
la violencia debida al tráfico de drogas. Las cintas a las que se refie- en su vertiente temática de la vida de los narcotraficantes. Se trata,
re incorporan elementos del cine documental para producir el efecto no obstante, de una versión romantizada y, en cierto sentido, justi-
de realismo necesario en una narrativa de este tipo. El texto analiza ficadora de la actividad delictiva, puesto que suelen situar a estos
los elementos tanto estéticos como éticos de esta productividad en modernos bandidos en oposición al estado, configurando así la fi-
torno a los temas de la violencia, la miseria, la corrupción del estado gura del Robin Hood. El propósito de este trabajo es, precisamente,
e, incluso, la creación de agencias de turismo, estilo “reality” que tratar de elucidar esta visión contrapuesta a la demonización oficial
animan a los extranjeros a visitar tales espacios de manera segura. del narcotraficante que parece subyacer en la conciencia colectiva.
El texto de Felipe Oliver se enfoca en el tema de los sicarios En el texto de Stacey Alba D. Skar, “Narcotráfico, mercado lite-
en Colombia, concretamente en el Departamento de Antioquía. Sin rario y denuncia social: del neoliberalismo a la demanda global” se
embargo, lo que da pie a su indagación tiene más que ver con el busca establecer qué tipo de relación se produce entre el fenómeno
extraño vínculo entre lo religioso y el asesinato por encargo que del “narco” y el orden social impuesto por el sistema económico, en
con el modus vivendi de aquellos jóvenes delincuentes. Su artículo este caso concreto, el neoliberal. Por una parte, el aprovechamiento
ahonda en la ecuación de miseria, violencia y religiosidad mariana; económico del fenómeno que ha propiciado y producido toda suerte
figura femenina permisiva que se contrapone a un dios masculino de relatos, desde telenovelas hasta canciones, pasando, por cierto,
castigador y exigente. Este interesante estudio discurre por el intri- y con un lugar muy destacado, por textos narrativos “bestseller”.
cado origen de la preferencia y suplantación en América hispana de Por otra parte, la temática de algunas de estas obras, especialmente
la figura de un dios masculino por el de una virgen madre protec- de las más exitosas, parece llenar un vacío en los lectores (y esto
debe entenderse también como “nicho de mercado”) que tiene que
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LATINOAMERICANA RECIENTE

ver con la borradura de los límites sociales tradicionales por obra y


gracia de los nuevos estatus económicos logrados con el tráfico de
la droga.
Alberto Fonseca en su análisis de la novela de El ruido de las
cosas al caer de Juan Gabriel Vásquez busca establecer que la lite-
ratura puede jugar un rol importante en la reflexión de una sociedad,
o al menos de una generación, la generación post Escobar, sobre
De ayer a hoy
la violencia y especialmente sobre la posibilidad de superar dicha
historia signada por el miedo y por la entronización de antivalores
desde la memoria.
Así pues, en cada uno de los textos aquí presentados se escudri-
ña, desde la reflexión sobre los diversos fenómenos culturales que
la actividad del narcotráfico ha producido, por el sentido, más que
literario, más que meramente estético, del tópico de la violencia.
En no pocos casos estas reflexiones entroncan esta problemática
con un ethos anterior que puede llegar a encontrarse incluso a los
orígenes mismos de la sociedad latinoamericana, debido a su severa
división no tanto en clases, sino que en verdaderas castas sociales.
La ineficiencia de y el fracaso recurrente de las políticas de desa-
rrollo económico también parecen estar en la base, de acuerdo a
estos análisis, de las causas de este fenómeno social. La posibilidad
cierta del ascenso en la escala del consumo de los bienes ofrecidos
por las nuevas sociedades neoliberales también parece estar entre
las causas.
Invitamos pues al lector, sea éste un estudioso del tema o no, a
adentrarse en las reflexiones aquí presentadas. Estamos ciertos de
que. luego de la lectura a que nos invita este libro, habrá accedido a
una compresión más certera y más abarcadora de un tema tan com-
plejo como es la violencia del narco y sus diversas manifestaciones
en la cultura.
DOS CUENTOS DE SERGIO PITOL:
LA VIOLENCIA COMO EDÉN DEL HOMBRE

ARACELI RODRÍGUEZ LÓPEZ

Pero la verdadera música de fondo es la crueldad de la vida y


de las situaciones: el inevitable final de un amor, el desespe-
rado conocimiento del fracaso, la terrible fuerza del delirio, el
seductor frío del peligro y del mal.
La máscara y el rostro de Sergio Pitol, Antonio Tabucchi,

La literatura de Sergio Pitol es descrita por Christopher Domínguez


Michel como de “una rara profundidad” (Servidumbre y grandeza
de la vida literaria 140) y esta expresión no quiere ser ni un halago
ni una provocación, más bien trata de discernir qué ocurre en el
lector cuando se enfrenta a estos mundos poblados de seres que van
de lo excesivo a lo desorbitado, de lo demente a lo delirante, de lo
equívoco a lo perverso. Es innegable que al plantearse una situación
en su momento extremo se obtiene una visión profunda de ciertos
segmentos de la realidad humana que no son perceptibles de otro
modo, como sucede con las marcas que el poder brutal y el odio
pueden dejar en la inocencia.
De entre los cuentos de Pitol retomamos aquí dos de los pri-
meros para hacer una revisión de ciertos elementos que continúan
presentes en su obra a través del tiempo. Se trata de “Victorio Ferri
cuenta un cuento” y “Semejante a los dioses”, ambos de su segunda
publicación Infierno de todos (1964). En este libro se observa un
grupo de cuatro cuentos cuyo ámbito es la niñez: se agregan “La
casa del abuelo” y “Pequeña crónica de 1943”, sin embargo los dos
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LATINOAMERICANA RECIENTE ARACELI RODRÍGUEZ LÓPEZ

cuentos que se revisan aquí comparten algunas características for- En este cuento se presentan cuatro miembros de la familia Ferri: el
males que resultan interesantes para el análisis. padre, quien es visto por los trabajadores como el demonio; Caro-
Probablemente una misma obsesión llevó a Pitol al desarrollo de lina, hija del hacendado, quien vive plácidamente; José, un primo
estos dos cuentos, como él mismo señala en una charla con Publio que prefiere la vida de la ciudad; y Victorio, el primogénito, quien
O. Romero: “los primeros cuentos surgieron tal vez de un intento cuenta su historia: un niño a quien consideran loco y que se presenta
de resolver una neurosis, una especie de adolescencia tardía que enfermo y abandonado hasta que finalmente muere.
atravesé allá por los veinticuatro o veinticinco años” (Romero 59), “Semejante a los dioses” se desarrolla en un pueblo sumamente
o como dice en una entrevista que le realizó Rafael Antúnez: “Estos devoto, hasta llegar al fanatismo, que se ve violentado por una per-
relatos fueron escritos después de la sacudida que me provocaron secución religiosa. Otro espacio en este cuento es el edificio, pro-
las primeras lecturas de Faulkner” (Antúnez 285). En esta entrevista bablemente un hospital psiquiátrico, en el que se encuentra el niño
con Antúnez, Pitol habla de su niñez-adolescencia y la relación que protagonista, a quien no se caracteriza con un nombre.
tuvo con los seres y ambientes que lo rodearon: “Había una com- Ambos niños se encuentran recluidos y abandonados cuando
plejidad de sentimientos: entre amor y odio, entre aborrecimiento y dan inicio a su discurso: Victorio cuenta su historia desde su cuar-
la necesidad de aquellos valores, de aquellas imágenes que se iban to, postrado en una cama de “sábanas sucias que nadie, desde que
creando todos los días en estas casas” (Antúnez 287). caí enfermo, ha venido a cambiar” (Pitol, Victorio Ferri cuenta un
Se trata entonces de dos obras fundacionales que ya presentan cuento 166); “Semejante a los dioses” se inicia con el protagonista
varios de los rasgos que distinguen a la generación de Medio Siglo: acostado en una banca del hospital en donde ha estado los últimos
los ambientes oscuros, en los que subyacen la maldad y la violencia tres años (en ese momento tiene trece) después de haber vivido un
de la vida misma; los personajes aislados, que se sienten alejados tiempo bajo el cuidado de una “sucia y anciana mujeruca” (Pitol,
de la humanidad; la presencia de múltiples estrategias literarias que Semejante a los dioses 178).
permiten una literatura mucho más densa y profunda, una literatura Pitol es un escritor que no presenta la vida por el lado amable,
en pleno cuestionamiento de sí misma y de la realidad. Por ejemplo, no hay un placer en esta relación hombre-mundo, sino al contrario:
los títulos mismos de los dos cuentos son inmediatas referencias una dolorosa e incomprensible traición permanente. La interacción
intertextuales: “Victorio Ferri cuenta un cuento” se vincula con el humana que muestra en estos cuentos es siempre violenta y los pro-
cuento infantil, todo ese discurso relacionado con contar a los ni- tagonistas aceptan el dolor y el rencor como parte esencial de su
ños historias fantásticas con ciertos elementos pedagógicos y mora- relación con los otros.
les, que obviamente en el cuento de Pitol se subvierten. En el otro Mario Muñoz indica en su ensayo Infierno de todos: formaliza-
cuento, “Semejante a los dioses”, la intertextualidad es bíblica y se ción de un sistema (1981), que estos cuentos pueden considerarse
revisará más adelante. Ambas se ubican en ambientes de campo, una propuesta inicial de trabajo dentro de la obra de Pitol. A ésta la
de pueblo. “Victorio Ferri cuenta un cuento” se desarrolla en una plantea como todo un sistema literario que instaura relaciones cada
hacienda, El refugio, en donde la familia Ferri representaba el poder vez más intrincadas y menos evidentes. Esto no significa que apa-
total, la dominación física y psicológica del amo que podía mandar rezcan idénticos elementos sémicos en sus diferentes textos “sino
azotar o matar a sus peones a quienes consideraba una más de sus una ampliación de sentido del significado mismo del lenguaje en
pertenencias. Un lugar en el que la felicidad era un lejano recuerdo.
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LATINOAMERICANA RECIENTE ARACELI RODRÍGUEZ LÓPEZ

el que la palabra se vuelve significativa en sí misma no por lo que En “Victorio Ferri cuenta un cuento” no se ve al personaje deba-
necesariamente nombra” (Muñoz 19). tirse ante este dilema, sólo se intuye, pero sí se observa en “Seme-
Esta ampliación de lo que significa el lenguaje cuestiona direc- jante a los dioses”. Este cuento también presenta el acto cruel ma-
tamente la referencialidad como parte del significado: el referente yor: cuando el niño denuncia a sus padres y son quemados junto con
no es un niño de diez o trece o X años, es ese niño que aparece en otros correligionarios. Nuevamente se encuentra que son los actos,
el cuento; la maldad no es la acción en el mundo “real”, sino la que pensamientos y sentimientos acumulados los que van a conformar
Pitol está reelaborando –reconfigurando, para Prada Oropeza-: la el símbolo: si para su madre era motivo de asombro y orgullo la
maldad y la violencia no se oponen a bondad y a la serenidad en gran cantidad de versículos que podía memorizar y recitar, para él
los cuentos de Pitol, éstas parecen ser más bien una máscara que lo era el hecho de que supo ocultar el rencor y la violencia que lo
durante algún tiempo se logra llevar; la maldad está latente en todos habitaban “bajo la máscara de una mirada sumisa y de una sonrisa
los actos por insignificantes que parezcan, de ahí que los cuentos un tanto servil cuya bondad se hubiese juzgado aborrecible poner
si bien tienen un elemento coyuntural no es éste el que al final de en duda” (Pitol, Semejante a los dioses 177). También él, como
cuentas es el más importante. La gran carga sémica de los símbolos Victorio Ferri, estaba seguro de su proceder, de sus motivos: era un
que pueden construirse en estos cuentos depende de esos elementos instrumento vengador de Dios, de su Dios. Un Dios ante el que el
al parecer insignificantes. En “Victorio Ferri cuenta un cuento” hay hombre resultaba insignificante, en el nombre del cual podía hacer-
dos componentes de suma crueldad: uno, la actitud que el niño in- se cualquier acción por monstruosa que le resultara a la gente que
tuye en su padre, la del placer por su muerte, y con ella se derrumba no la entendía porque “no lo relacionaba con la idea absoluta de la
todo lo que Victorio Ferri ha figurado sobre su pasado y su futuro. gloria de Dios” (Pitol, Semejante a los dioses 180). Y sin embargo
El segundo es darnos cuenta de que es un niño el que narra y realiza apareció nuevamente la duda: Llegó un momento en que no estuvo
estas acciones. Ya por sí mismos estos dos hechos podrían darle un seguro de la bondad de su acto y se cuestionó su papel como ins-
significado a la maldad pero, como ya se dijo, son elementos menos trumento de Dios y, a partir de ahí, necesitó, suplicó una palabra de
impactantes los que lo hacen. A Victorio no le place ni le amedrenta confirmación, que alguien le asegurara la redención y el perdón. En
ser hijo de “el maligno”, la perversidad de su padre simplemente lo “Semejante a los dioses” si se ve lo que sucede después de la duda:
fatiga. Cada uno de sus proyectos implica su indiferencia hacia los una violenta necesidad de justificar lo que se ha hecho, de encontrar
demás, quienes son un accesorio en su mundo: “me quedaré con las un sostén a lo que antes parecía lo más natural. La violencia, como
tierras, las casas y los hombres, con el río donde mi padre ahogó a orden natural o divino, se vuelve contra ambos protagonistas.
su hermano Jacobo y, para mi desgracia, con el cielo que nos cubre” La reconfiguración del significado de maldad se da entonces por
(Pitol, Victorio Ferri cuenta un cuento 165). su compartimiento de semas con la bondad. La línea que las divide
El rasgo de la indiferencia es, quizá, el que más distingue a la no se dibuja ya claramente. Aunque ambos cuentos presentan en la
crueldad en este cuento: a Victorio le parece inexplicable que el superficie una elaboración sobre la maldad, a un nivel más profundo
demonio sienta remordimientos por haber matado a su hermano, cuestionan también el conjunto de significados que se atribuyen a
él no lo sentiría si matara a la suya. La certeza de su maldad, de su lo bueno.
posición en el mundo, de sus propios rasgos, es lo que lo mantiene En Pitol es sólo ante situaciones y personajes extremos que la
impasible ante sus actos y los ajenos. Hasta que llega la duda. conciencia se da en su máxima potencia. Actos límites requieren
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LATINOAMERICANA RECIENTE ARACELI RODRÍGUEZ LÓPEZ

una apreciación y valoración límite también. Es ahí donde, como seres humanos y por lo mismo son fácilmente confundibles con la
seres humanos, la literatura comienza a introducir la duda sobre la realidad. La idea de realidad que tiene el hombre es una creencia,
relación que se tienen con lo que se considera la realidad. ¿Real- dice Prada Oropeza.
mente qué son el bien y el mal?, ¿cuáles son sus límites?, ¿son tan En “Victorio Ferri cuenta un cuento” lo que se presenta es una
obvios como muchos quieren creer? No se trata de una acción re- interpretación de los hechos: el lector sabe que la relación entre
ferencial, la obra literaria no es un reflejo de lo que los hombres Carolina y el padre, que Victorio describe como complaciente y
hacen, piensan o creen; la literatura pretende una visión estética, un fingida puede ser de otra manera y con ello cuenta el texto para ser
acercamiento a lo que el hombre se plantea como necesidades en su leído. También este nivel es trascendente para la conformación final
relación con el mundo. de la duda: Victorio cree (esto significa que da por un hecho) que su
Por otro lado, la visión que presenta Pitol es la de dos seres que padre se ríe del doctor y de su ciencia cuando éste le dice que su hijo
la sociedad considera marginados de la realidad en varios sentidos: no tiene remedio y morirá, cree que comparten esas risotadas deli-
como enfermos no son conscientes, distorsionan las cosas y no son rantes, pero ante la soledad comienza a pensar y se cuestiona. Duda
capaces de actuar o pensar con lógica; la sociedad los mantiene de lo que él creía era su realidad. El aislamiento de la enfermedad
alejados, escondidos y los considera inútiles y una carga. Por otro lo fuerza a ver desde un ángulo diferente los hechos, la realidad que
lado, los protagonistas también son niños, lo que los pone a un lado lo rodea.
de la producción de la realidad: sus creencias y conocimientos son En “Semejante a los dioses” el narrador es una tercera persona.
infantiles en el sentido peyorativo del término, cándidos, ingenuos, Es un narrador heterodiegético que podría implicar cierta objeti-
inocentes, triviales, simples; esto es, faltos de astucia, de fundamen- vidad, pero esta expectativa es rápidamente desechada pues desde
tos. Por ello, los niños tampoco son útiles, ni pueden mostrar algo el principio el narrador se transparenta y deja ver la perspectiva de
más allá de lo que el hombre en su estado primitivo podría conocer. los personajes, primero la de la celadora y después la del niño. La
Victorio Ferri cuenta su propia historia, es un narrador autodie- focalización no es permanente pues también se ve a un narrador
gético y ello implica subjetividad. No se le ha de creer totalmente lo que siente repulsión hacia el personaje: lo llama “amorfa mole de
que dice al momento de conformar los hechos pues lo que presenta carne en cuyo interior uno se imaginaría que los huesos se mante-
es su versión, una de varias posibles. El lector realiza este proceso y nían flotando sin orden ni concierto en un líquido espeso” (Pitol,
se cuestiona la verosimilitud de lo que dice: ¿es su padre realmente Semejante a los dioses 178). Este narrador se encuentra involucrado
el demonio?, ¿a él realmente no le interesan o duelen ciertas cosas? moral y emocionalmente pues juzga al protagonista al referirse a él
La trascendencia de este narrador autodiegético se vuelve mayor con asco y en ocasiones con reprobación. La focalización se realiza
cuando se percibe un nivel diferente: es un hombre que toma con- no en el personaje del presente del narrador, pues sería imposible ya
ciencia de su ser, se da cuenta de lo que sucede a su alrededor, sabe que el mismo narrador ha hecho ver que dentro de ese ser casi iner-
cosas, cree cosas. Aquí sería interesante plantear la importancia que te, bovino, no hay posibilidades de que surja un impulso pensante.
las creencias tienen en la conformación del mundo: Prada Oropeza, Entonces, esa conciencia en la que se focaliza se encuentra en otra
retomando lo dicho por Ortega y Gasset, plantea en Literatura y dimensión, ya sea espacio-temporal o tal vez la literatura puede co-
Realidad (1999) que las creencias no son ideas que tenemos sino larse por esa fisura que de pronto parece abrirse en la nada en la que
ideas que somos, son latentes y profundas, ellas nos sostienen como se ha perdido el protagonista. Lo que cuenta el narrador se ubica
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LATINOAMERICANA RECIENTE ARACELI RODRÍGUEZ LÓPEZ

temporalmente en ese lapso, durante el cual aún conservaba cierta tol, Victorio Ferri cuenta un cuento 168), y sin embargo, ocurren.
lucidez, que hubo entre el día de la matanza y el momento en que Victorio enferma y desde la cama encuentra esa nueva manera de
se hundió definitivamente y perdió por completo la conexión con ver, descubre cosas que nunca había visto, escuchado o sentido y
el mundo. Durante ese tiempo la duda lo lacera, busca la respuesta ahí se inicia el cambio.
a una pregunta que no se atreve a formular en voz alta por orgullo: En “Semejante a los dioses” este cambio se da de un estado reli-
¿hizo bien? Él buscaba el perdón que no sabía si tenía que pedir, gioso dominante, coercitivo, al momento en que ellos, lo que siem-
por lo tanto era más una búsqueda de redención, un rescate de ese pre habían sido sujetos activos de toda relación en la que la palabra
estado de inquietud que lo llevaba a cuestionar sus fundamentos. persecución estuviera involucrada, se convierten en perseguidos.
El lector puede verse a sí mismo también ante un acto que lo sa- Esto le permite al protagonista un cambio de perspectiva.
cuda: un discurso en forma de cuento que lo lleve a pensar, que tam- Estos cuentos producen una sensación que va del desasosiego al
bién, de alguna manera, golpea su realidad no ficticia. La función paroxismo cuando finalmente se observa un mundo que no tiene ya
de la literatura en este sentido no parece estar del todo despejada: ningún sustento. Por otro lado, en ellos se pueden encontrar ciertos
filósofos y semióticos se encuentran interesados por plantear clara- elementos míticos que son compartidos: primero, el de la inocencia
mente algunos de los procesos por los cuales la literatura (al igual perdida y la expulsión del paraíso, según la mitología judeo-cristia-
que el sentido común o las ciencias) modeliza al mundo. Al acer- na. Dice La Biblia:
carse a lo que simbolizan los textos de Pitol, el lector observa cómo
las creencias se sustentan unas a otras y en el momento en que una La serpiente dijo a la mujer: “No es cierto que morirán. Es que Dios
de ellas cae, cual torre de naipes, toda la construcción cae también. sabe muy bien que el día en que coman de él (el árbol de la Ciencia
Por medio de los narradores se comprende la relación tan es- del bien y del mal), se les abrirán a ustedes los ojos; entonces uste-
trecha que hay entre el ojo que observa (con todo lo que implica des serán como dioses y conocerán lo que es bueno y lo que no lo
que sea un ojo humano) y lo observado y, por supuesto, también la es. (Gen. 3, 4-5)
fragilidad de esa relación pues se cree que lo que se sabe del mundo Entonces Yavé Dios dijo: “Ahora el hombre es como uno de noso-
es lo real. Esa fragilidad se manifiesta al adquirirse la conciencia de tros, pues se ha hecho juez de lo bueno y de lo malo. (Gen. 3, 22)
que el más mínimo cambio de punto de vista puede hacer desapare-
cer aquello que se creía inamovible. En los dos cuentos se puede observar claramente a ese hombre
En los cuentos la aparente estabilidad de las cosas se apuntala que trata de discernir entre el bien y el mal, un hombre que pasa,
en elementos que los adultos consideran importantes (como la tra- por medio del descubrimiento-conocimiento, de un estado (identifi-
dición o la religión) y los niños, por lo tanto, creen parte esencial cado con un lugar: el edén) inocente-estable en el que cree estar en
y natural del mundo. En “Victorio Ferri cuenta un cuento” esto se lo correcto y que se podría calificar como bueno, verdadero; a un
observa en la continuidad del dominio que los Ferri han mantenido estado de castigo, en el que se siente culpable y rechazado debido a
a través de generaciones en una sucesión padre-hijo y que Victorio lo que ahora sabe.
cree que es imposible que desaparezca: “sé que no voy a morir […] Esta expulsión del paraíso se encuentra íntimamente relacionada
cuando muere el padre el hijo ha de asumir el manto: así ha sido con el conocimiento, como la misma iglesia católica lo reconoce.
desde siempre y las cosas no pueden ya ocurrir de otra manera” (Pi- La toma de conciencia parece ser el elemento cultural que hace al
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LATINOAMERICANA RECIENTE ARACELI RODRÍGUEZ LÓPEZ

hombre culpable. En el momento en que piensa y se cuestiona se En “Victorio Ferri cuenta un cuento” el niño no se relaciona
inicia el remordimiento por lo que ha hecho. En el mito los efec- afectivamente con ninguno de los miembros de su familia: a su her-
tos de comer la sabiduría son inmediatos: ese hombre y esa mujer mana bien podría matarla ya que la encuentra desesperante y a ella
no pueden mirarse uno al otro de la misma manera que lo hacían sí la considera una loca que observa cosas extrañas como el cielo;
antes. En los cuentos el proceso es paulatino pero los efectos son a su primo lo obligará a irse lejos (a esa ciudad de México que no
similares. está seguro de que exista) apenas muera su padre. Con este último,
En La Biblia, Dios expulsa a Adán y a Eva del Jardín del Edén el lector puede presentir cierta necesidad de cariño por parte del
debido a la desobediencia pues con ella cambiaron absolutamente niño, Mario Muñoz (1981) de hecho desarrolla parte de su análisis
todo, ni siquiera Dios era el mismo. En esta acción están involu- con base en esta propuesta: Victorio trata de complacer a su padre,
crados varios de los conceptos que Pitol ha reconfigurado: el bien, busca serle útil; pero sus motivos no son totalmente transparentes.
el mal, el pecado, el conocimiento de la realidad. Todos ellos son Con él lo une más bien un destino: ser el amo y azote de El refugio.
nociones que han marcado al hombre de tradición judeo-cristiana Su padre es entonces el único que importa, su vida le enseña como
desde hace siglos. Al hombre se le aleja de la felicidad y se le arroja debe ser y su muerte le dará su papel en el mundo. Ambos son
a un lugar donde sólo encontrará fatiga y dolor, todo ello por haber cómplices. Esa es su certeza, su paraíso. Y es traicionado. Victorio
mirado el mundo de otra manera: no inocente, maligna como se era feliz, para él el conocimiento consistía en “ver a través de la
plantea en los cuentos de Pitol. noche más profunda” (Pitol, Victorio Ferri cuenta un cuento 167),
El estado primitivo del hombre que se plantea en “Semejante a en oír, caminar, tenderse en los tejados, cada vez más silenciosa y
los dioses” y “Victorio Ferri cuenta un cuento” no es el del ingenuo, sigilosamente; evita pensar pues le resulta doloroso, sin embargo
bondadoso e infantil y para ello se sirven perfectamente del choque la enfermedad lo obliga a hacerlo: “la enfermedad me ha llevado
que provoca ver a niños que tienen deseos, tanto sexuales como de a rasgar más de un velo hasta hoy intocado” (Pitol, Victorio Ferri
poder en Victorio, u homicidas como en “Semejante a los dioses”. cuenta un cuento 166) y así percibe la traición de su padre.
La infancia, metafórica o no, es resignificada también. En “Semejante a los dioses” la relación viene desde el título; el
Los personajes de Pitol son expulsados, aunque su paraíso no se hombre se ha vuelto similar a Dios, y eso lo condena: el personaje
parece en nada al de Adán. El paraíso de estos personajes, lejos de protagonista es a la vez traidor y traicionado, victima y victimario.
ser un lugar en el que reine la bondad y la belleza, es, apenas, su Traiciona a sus padres desde que tiene conciencia:
seguridad en algo (aunque ese algo sea el violento mundo, oscuro
y perverso). Un conjunto infinito y complejo de momentos casados entre sí, que
Otro mito con el que los cuentos comparten semas es el de la surgían desde el instante mismo en que nacía su conciencia, ya que
traición, también bíblico en el caso de Judas. El engaño, las apa- el germen habitaba en él desde un principio, desde que trataron de
riencias y el servilismo (como disimulo) son algunos de los meca- introducirlo a los elementos de la fe, e iluminado puso en duda, y
nismos usados para traicionar. ya para siempre, no sólo su grandeza sino también su veracidad
Aunque en los textos no existen lazos muy fuertes de lealtad (Pitol, Semejante a los dioses 180).
entre los personajes, sí los hay entre ellos y esas otras esencias en
las que se encuentran fundamentadas sus creencias.
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LATINOAMERICANA RECIENTE ARACELI RODRÍGUEZ LÓPEZ

Y termina acusando a sus padres ante los fanáticos que los ma- Romero, Publio O. «Conversación con Sergio Pitol.» Texto crítico. Revis-
tan. A partir de ahí comienza a cuestionarse si en realidad lo hizo ta del Centro de Investigaciones Lingüístico-literarias de la UV 21
por bondad. Grandes atrocidades se han realizado en el nombre de (1981): 18-30.
Dios, de la verdad o la libertad. Este niño que en su momento fue Tabucchi, Antonio. «La máscara y el rostro de Sergio Pitol.» Corre, Lee
considerado “portador del Milagro” (Pitol, Semejante a los dioses y Dile. Boletín de la Dirección General Editorial de la UV (2002).
177) no sabe más si actuó bien o no.
El hombre está sujeto a una intensa reconfiguración de su rea-
lidad y los absolutos no son admisibles. En los textos de Pitol se
presenta al hombre frente a la revelación de su propia conciencia, el
hombre que ve ante su conocimiento del bien y del mal la posibili-
dad de estar equivocado. La niñez es alterada, la vida se despliega
en una continua violencia: la inocencia se confunde con la maldad,
el engaño y el pecado. La locura del hombre es ese momento de
iluminación que lo hacer dudar de sus creencias y de su realidad.

Bibliografía
AA., VV. La Biblia, Latinoamericana. Madrid: Editorial Verbo Divino,
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1992. 164-169.
Prada Oropeza, Renato. Literatura y realidad. México: FCE/UV/BUAP,
1999.
LA PALABRA OBLICUA.
REPRESENTACIÓN LITERARIA
DE LA VIOLENCIA EN MÉXICO

ANADELI BENCOMO

…construir con este huracán que nos ha dejado ciegos un la-


berinto mínimo por el que aprender a avanzar, ser capaces de
entender los andamios de este mundo enloquecido en el que
hemos sido arrojados y tratar de no caer en él […] Como si
México fuera hoy un pozo.
Lolita Bosch

Decido abrir estas páginas reproduciendo este pasaje de uno de los


libros que se empeñan en traducir narrativamente el contexto actual
de un país sacudido por las fuerzas de la narcoviolencia y que aún
siente los resultados de la guerra contra las drogas declarada por el
sexenio del presidente Felipe Calderón (2006-2012). Lolita Bosch
en Campos de amapolas (2012) apuesta precisamente a la labor de
relatar mucho de lo acontecido alrededor de esta guerra en México
y el profundo impacto que ella ha tenido dentro de las comunidades
y los individuos intersectados más o menos directamente por este
descalabro de la realidad nacional. Me refiero a Bosch pues su libro
forma parte del corpus de obras que estoy actualmente analizan-
do en relación con la representación narrativa del México-narco.
Dentro de ese estudio mi atención se centra prioritariamente en el
género de la narcocrónica, textualidad que sólo abordaré tangen-
cialmente en esta oportunidad pues mi intención en este artículo
es referirme a una serie de libros que no pertenecen al género de la
crónica periodística, sino al de la escritura ficcional.
34 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA LA PALABRA OBLICUA 35
LATINOAMERICANA RECIENTE ANADELI BENCOMO

Las novelas y cuentos que abordaré, son textos que, a mi juicio, aquellos textos de reciente data, la literatura de su tiempo. Especial-
están representando de manera oblicua la realidad violenta y a otras mente en coyunturas difíciles, como la que atraviesa el México del
versiones de la zozobra social que se han vivido en México en las siglo XXI, esta labor de seguimiento de los lenguajes literarios y de
últimas décadas. Más aún, lo que inicialmente llamó mi atención lo que ellos tienen que decir dentro del debate nacional me parece
fue el hecho de que estos narradores convocaran en sus textos cier- más que pertinente.
tas imágenes recurrentes: pozos, fosas, abismos, honduras sintomá- Nuestros tiempos, a decir de la crítica italiana Adriana Cavare-
ticas de este clima de desasosiego que se ha venido instaurando ro, están signados por aquello que ella denomina como horrorismo
como lógica de vida en tantos espacios del México de los últimos para referirse a ciertos actos de terror que disparan sensaciones ex-
20 años. También es necesario advertir que no pretendo realizar un tremas en las personas, quienes –frente a ellos– se vuelven presas de
análisis del subgénero narrativo conocido como narconovela, pues un sentimiento de indefensión absoluta. Ella acuña el neologismo
mi atención se centra en relatos que no representan directamente los para identificar un tipo de violencia que caracteriza a esos actos o
escenarios de la violencia y los crímenes asociados a las redes del masacres cuyos resultados van más allá de la muerte de los sujetos.
narcotráfico.1 En su lugar, los libros que he escogido ilustran, por Una violencia, en otras palabras, que profana la integridad del cuer-
un lado, un momento anterior a la peor escalada de la violencia en po y la psique humana con una crueldad extrema. Apunta Cavarero
México y, por otro, son textos que se ocupan preponderantemente a ese exceso de violencia que reconocemos cuando asistimos –real
del mal, de sus lenguajes y escenarios simbólicos, y no de la vio- o virtualmente– a escenas de decapitaciones, desmembramientos
lencia en cuanto hecho vinculado directamente con la industria del de cuerpos, mutilaciones y violaciones que despiertan sensaciones
narcotráfico en México. En otras palabras y dentro de estos escena- que superan el terror que nos ocasionan las muertes violentas ori-
rios vinculados a la idea del mal, exploraré el sentido que se puede ginadas, por ejemplo, dentro del marco de las guerras. Los actos
adscribir al tópico de esas oquedades que he mencionado. de la violencia excesiva que se ensañan de manera grotesca contra
Es precisamente la reiteración de estas imágenes de lo subterrá- el cuerpo humano, desfigurándolo, despedazándolo, calcinándolo,
neo, lo que me lleva a pensarlas en tanto representaciones icónicas nos interpelan más allá del terror, de manera visceral, y causándo-
de cierto momento crítico de la vida nacional. Recurro además a nos un profundo estupor mezclado con un exacerbado horror. Para
cierto planteamiento de George Steiner en Lenguaje y silencio, en el ilustrar su teoría Cavarero recurre a la imagen de la Medusa de la
sentido de invocar aquello que él presenta como una de las respon- mitología griega para referirse al poder paralizador de las imágenes
sabilidades insoslayables del crítico literario y que consistiría en su del horrorismo.
compromiso por entender y juzgar la producción literaria de actua- Por su parte, los narradores a los que referiré más adelante se me
lidad, la que representa formal y temáticamente la sensibilidad y figuran como una suerte de herederos del cronista histórico en tér-
los retos del individuo y las sociedades contemporáneas. El crítico minos benjaminianos al acudir a imágenes que se convierten en re-
literario puede privilegiar el estudio y discusión de textos canóni- gistros icónicos de su momento. Walter Benjamin, en “El narrador”
cos, escritos en otras épocas, pero debería también tratar de evaluar (1936), distingue entre la escritura del historiador, ésa que registra
y relata hechos verificables, y la visión de los cronistas, quienes
1 Diana Palaversich ha publicado varios artículos importantes sobre el tema de la narran la historia interpretándola. También se refiere Benjamin a
narconovela en México. Gabriela Polit Dueñas ha publicado recientemente un cómo el heredero del cronista medieval es el narrador que teje sus
libro donde aborda ciertos autores de la narconovela en Culiacán y Medellín.
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LATINOAMERICANA RECIENTE ANADELI BENCOMO

historias a partir de la experiencia y que será posteriormente des- A mi juicio, y frente a estas coordenadas de la violencia y el
plazado por el novelista moderno. En este ensayo, el autor alude horror extremos, vale la pena prestar atención a las imágenes cons-
al mutismo de los soldados que retornaban de la Primera Guerra truidas por la narrativa que oblicuamente nos refiere estas historias
Mundial, a su incapacidad de articular oralmente el relato de sus silenciadas, desplazadas a las notas rojas de una prensa incapaz de
experiencias en el combate. Esta imposibilidad de relatar la propia hilar el verdadero relato detrás del titular alarmista; coberturas no-
experiencia, de traducirla a modo de historia personal y coherente, ticiosas que, en lugar de formular un probable sentido al suceso
significaba el declive final de un narrador artesanal ligado a la voz violento, se conforman con informar y cuantificar la dimensión de
de la experiencia y a la comunidad de sus oyentes. Ahora bien, si la masacre. En contraste con el lenguaje de la prensa informativa o
relacionáramos las hipótesis de Cavarero y de Benjamin que aca- sensacionalista, reconocemos otras representaciones donde ciertos
bamos de presentar, nos quedaría la impresión de que al testigo del tópicos como el de los pozos, el de los huecos en la tierra, se cargan
horror contemporáneo le correspondería un mutismo mayor que el semióticamente al punto de leerse como íconos del clima de violen-
ocasionado por el terror de las guerras. Un mutismo que indica un cia asociada al narcotráfico y de la degradación humana que corre
trauma psicológico mayor, un horror inefable, que se intuiría detrás pareja con las nuevas realidades.
del silencio de la lengua y el vacío de la mirada. La idea de agrupar a varios textos bajo un imaginario común
Tal circunstancia es ejemplificada narrativamente por un perso- surgió inicialmente al leer el libro de Sergio González Rodríguez,
naje femenino de la reciente novela de Jennifer Clement, Prayers El hombre sin cabeza (2009), donde la imagen del Pozo Meléndez
for the Stolen (2014). Paula, una chica de trece años que había sido o La Boca del Diablo –esa grieta abismal en Guerrero– se convertía
secuestrada por los narcotraficantes en el estado de Guerrero, retorna metafóricamente en símbolo de un mal de época, global y macabro
a casa un año después para mostrarse sumida en el más absoluto mu- y que dicta las pulsiones mórbidas dentro de las sociedades contem-
tismo. A su regreso al caserío en la montaña, Paula nada cuenta de lo poráneas. En ese momento, recordé otros textos que de manera me-
ocurrido durante su año con los narcos, ella no es capaz de articular nos directa empleaban imágenes similares, como la novela Amuleto
su historia, pero un tatuaje en su cuerpo ocupa el lugar del relato (1999) de Roberto Bolaño, o los relatos de Eduardo Antonio Parra
ausente. En la muñeca de su brazo se lee el serpenteante tatuaje con y Heriberto Yépez, o la novela El último lector (2004) de David
la inscripción: Cannibal’s baby (la bebé del Caníbal). Un tatuaje Toscana.
ominoso como el de los prisioneros de campos de concentración,
una historia de horror inscrita sobre la piel, sugiriendo la experien- ***
cia que las palabras no pronunciadas se niegan a compartir. Una
inscripción incluso tautológica de manera macabra, pues Paula re- …toda Juárez se me había revelado como una barranca
torna convertida en una adolescente-bebé a quien la madre tiene que en cuyos bordes florecían los buitres de carroña.
Nadia Villafuerte
alimentar y cuidar como si de un infante se tratara. Otro mensaje de
semejante fuerza gráfica son las incontables marcas de quemaduras
de cigarrillos que pueblan todo el cuerpo de la joven, transcribiendo Voy a comenzar comentando dos de estos cuentos donde resulta
en ese código serial lo imborrable de la vivencia inefable. central la imagen del hueco o la oquedad del pozo. Uno se titula
precisamente “El pozo” y es de Eduardo Antonio Parra y, el otro,
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LATINOAMERICANA RECIENTE ANADELI BENCOMO

es “La gran rata” de Heriberto Yépez.2 En ambos relatos, el espa-


cio del pozo se asocia con un fenómeno de tortura, putrefacción y
agonía, con un tormento extremo por parte de las víctimas que son
lanzadas en ellos. Igualmente estos dos relatos se ambientan en el
norte de México, una ciudad fronteriza en el caso de “La gran rata”
y un desierto (¿en Chihuahua?) en el caso del cuento de Eduardo
Antonio Parra. Llama también la atención que las víctimas de los
relatos sean incapaces de gritar, o de buscar auxilio, dado que a
ambos personajes se los silencia dentro del texto. De esta manera,
la niña arrojada en un hueco en “La gran rata” ha sido reducida a un
desecho animal que apenas lanza gruñidos ininteligibles, mientras
el joven a ser castigado en el cuento de Parra, no tiene la oportuni-
dad de proferir respuesta pues todo el relato es el soliloquio sosteni-
do por el personaje que lanzará a su víctima al pozo abandonado en
medio del desierto. Entonces se niega así, en ambos casos, una de
las cualidades de la imagen del pozo que tiene que ver con la idea
del eco que estas honduras producen y que podrían metafóricamen- Pozo en el estado San Luis Potosí, México.
te entenderse como la voz del pozo. Estas son, en otras palabras,
honduras del silencio, de la muerte simbólica de quien no es, ni violada repetidamente por una pandilla de niños de la calle, al pun-
será, escuchado. Al mismo tiempo, estos pozos en el suelo se figu- to de que sus genitales conforman una putrefacta mancha informe,
ran como escondites donde se hace desaparecer a los cuerpos vivos, representa una víctima más dentro de una cadena de desapariciones
que sufrirán un proceso extremo de degradación. Si estos cuerpos seriales, tal y como señalan los volantes descoloridos que se advier-
logran sobrevivir a la agonía del pozo, emergerán desfigurados cor- ten por las calles de esa ciudad fronteriza anunciando la búsqueda
poral y espiritualmente hablando. de otras niñas extraviadas en semejantes condiciones. En el cuento
Con respecto a la idea del eco sonoro asociado a los pozos, qui- de Parra, el hombre que empuja al joven al castigo del pozo aban-
siera acotar que si bien en los cuentos señalados tal eco no se ma- donado es una antigua víctima que propiciará la repetición de un su-
terializa como artificio de la voz o del grito, sí sobrevive la idea del plicio semejante al que él mismo sufriera años atrás. De este modo,
eco en tanto repetición múltiple de un hecho original. Pues aunque estos huecos que se tragarán a los personajes representan una suerte
no podamos hablar de ecos vocales, los pozos de ambos cuentos de territorio minado, un espacio donde cada paso puede llevar a una
sugieren la idea de la repetición de la función de esas hondonadas caída en un hoyo negro del cual no hay escape.
como espacios de tortura y muerte probable. La joven a quien se Esta imagen del hoyo cavado en la tierra se encuentra también
oculta en el hueco del cuento de Yépez, una menor que ha sido en la novela de Clement donde los huecos se multiplican como
2
madrigueras de conejos. En Prayers for the Stolen se narra cómo,
“La gran rata” aparece incluido en Cuentos para oír y huir al otro lado (2002) en el estado de Guerrero, se abren estos hoyos en medio de los
y “El pozo” en Los límites de la noche (1996).
40 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA LA PALABRA OBLICUA 41
LATINOAMERICANA RECIENTE ANADELI BENCOMO

sembradíos para esconder a las niñas y chicas jóvenes de los nar-


cotraficantes que las secuestran cuando hacen sus rondas por las
comunidades. Cuando el peligro se acerca en la forma de las lujosas
camionetas de vidrios polarizados, las niñas se arrojan a estos hue-
cos cubriéndose con hojas de palma para desaparecer de la vista de
los convoyes amenazantes. Han pasado más de diez años entre el
texto de Yépez y el de Clement, pero el asunto del robo y secuestro
de menores sigue ocasionando consternación en las comunidades
rurales y urbanas de México.3 No obstante, podemos reconocer un
renovado sentido para el signo del hueco subterráneo en el caso de
la novela de Clement donde se imagina este espacio oculto como
un paradójico subterfugio de salvación. En Prayers for the Stolen
quien se entierra a tiempo podrá escapar de esa muerte simbolizada
por aquella Paula que retorna silente y vaciada de vida (víctima de
un ‘caníbal’ narco).
Lamentablemente, dentro del imaginario mexicano el escenario
de un paisaje rural plagado de madrigueras no se relaciona, como en
la novela de Clement, con un territorio de posible escape de la vio-
lencia, sino todo lo contrario. Aunque los relatos de Parra, Yépez
y Clement, representen honduras destinadas a albergar a una vícti-
ma individual, la realidad en el México contemporáneo nos enseña
una versión más macabra de estas hondonadas al volver recurrente
la noticia del descubrimiento de fosas colectivas donde se apiñan Pieza de un estudiante del Centro para las Artes
cientos de los cadáveres asociados a la narcoviolencia. de San Luis Potosí, 2014.
A comienzos del 2014 se descubrieron en Coahuila once fosas
con restos de 300 personas. En noviembre del 2013 se hallaron 67 de hallarnos ante nuevas codificaciones sociales que Sergio Gonzá-
cadáveres en La Barca, Jalisco. En abril del 2011 se encontraron 40 lez Rodríguez reconoce como modos primitivos de sociabilidad. El
fosas con 183 cadáveres en el estado de Tamaulipas y otras siete brote de pulsiones mórbidas, premodernas, habla tanto de la pérdida
con más de 220 en el estado de Durango, víctimas que se atribuyen del sentido comunitario de los macrorelatos nacionales y la inope-
al crimen organizado. Estos asesinatos masivos, que quedan irre- rancia del Estado, como de la rearticulación de ciertas identidades o
sueltos en la gran mayoría de los casos, produciendo la sensación prácticas grupales que instauran modos propios de ajusticiamiento.
Se refiere el cronista mexicano a cómo el cobro por mano propia o
3 Una crónica de Alejandro Almazán (“Los Acapulco Kids”), recogida en el vo- el castigo a la transgresión de las leyes particulares de un colectivo
lumen Nuestra aparente rendición, muestra de manera descarnada la sórdida –como el de los narcotraficantes–, hace caso omiso a otra
realidad de la prostitución infantil en Acapulco, Guerrero.
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LATINOAMERICANA RECIENTE ANADELI BENCOMO

jurisdicción que no sea la que rige su propia operatividad co- aunque nos cueste entenderlo tiene sentido. Ya que it makes sense,
munitaria.4 Rossana Reguillo, por su parte, menciona en el blog sólo, estricta y únicamente, porque puede ser escrito, entendido,
“Nuestra Aparente Rendición” (http://nuestraaparenterendicion. heredado.” (169, el énfasis es mío). Esta parece asimismo ser la
com/index.php) que lo que estas brutales prácticas están dejando postura de Lucio, el protagonista de El último lector de Toscana,
en evidencia es que nos encontramos ante un desplazamiento des- quien se empeña en resolver el crimen de la chica encontrada en el
de paradigmas de la violencia utilitaria a otro relacionado con la pozo a partir de los libros en su biblioteca, de las historias leídas y
violencia “expresiva” que sería aquella que despliega públicamente recordadas por él. Sin embargo, la biblioteca del pueblo a cargo de
los resultados de sus acciones para hacer palpable que estamos ante Lucio está en claro descalabro, nadie la visita, no hay lectores para
un poder total cuya lógica trasciende los linderos tradicionales de los libros guardados en sus anaqueles. Lo que priva en esta historia
la biopolítica (el cuerpo/la muerte). Este tránsito de un modelo a es el aire nostálgico, la sensación de que los tiempos y las normas
otro de ejercer la violencia nos vuelve testigos de ese horrorismo de convivencia colectiva han cambiado irreversiblemente en estas
al que se refiere Cavarero, pues los cuerpos mutilados, destazados, tierras olvidadas por el gobierno. La biblioteca no logra convocar a
desviscerados, se implantan con mensajes macabros de la violencia los lectores, no opera como núcleo de reunión para los parroquianos
extrema asociada a los carteles de la droga y otros grupos del cri- asediados por una terrible sequía que agrava el peso de la pobreza
men organizado. que los asola. Y, sin embargo, la trama sugiere que esos libros ate-
Sergio González Rodríguez, al tratar de entender la razón cultu- soran historias que pueden iluminar las experiencias de los lectores
ral que yace detrás de estos actos brutales asociados a la narcovio- de ese pueblo seco, con ese poder del relato que Benjamin recono-
lencia, recurre al acervo occidental para rastrear el antecedente de ciera en el narrador oral.
esta violencia expresiva en ciertas prácticas atávicas. Los actos aso- Más aún si volvemos a los textos de Parra y Yépez, encontrare-
ciados a la violencia expresiva reactualizan un catálogo de la bar- mos un planteamiento similar acerca de la caducidad de unos modos
barie que resurge travestida en las recientes versiones de lo maca- y usos culturales puestos en entredicho en medio de las presentes
bro: decapitaciones, desmembramientos de cuerpos, desintegración coordenadas de la violencia. En el cuento de Yépez, por ejemplo,
de restos bajo agentes corrosivos extremos. Ante este panorama uno de los potenciales agresores de la niña desaparecida asiste se-
de horror el posible sentido de estas fuerzas que trastocan nuestro manalmente a los ciclos de cine cultural auspiciados por la bibliote-
mundo se busca en la cultura y el archivo heredado, en el canon de ca local. De las cintas que observa los miércoles en estos ciclos des-
la sabiduría letrada, tal y como se entiende en las siguientes obser- prende parte de la lógica que informa sus crímenes. El protagonista
vaciones de Lolita Bosh en Campos de amapola: “un mundo que de “El pozo” confiesa haberse desempeñado como maestro en la
escuela rural y, desde este oficio de enseñar las letras, ha rumiado su
4 A este retorno a una suerte de jurisdicción primaria se refiere el autor en los saña por años y ha aceitado el mecanismo de la paciencia requerido
siguientes términos: “vuelven, en diversas culturas y sociedades, los usos y para su ulterior venganza. Tenemos entonces que el lector (Tosca-
costumbres premodernos, que son acciones que no atraviesan por los sistemas na), el espectador (Yépez) y el maestro (Parra) se apropian cada uno
de valoración contemporáneos, y que pueden ser vistos como instrumentos de
una forma emergente de participar en las sociedades actuales”. La entrevista
a su manera de la cultura letrada para usarla como un dispositivo
con Ariel Ruiz Mondragón, de donde extraigo esta cita puede consultarse en el que les auxilie en su relación con la perpetración o resolución de
sitio: http://biblialogos.blogspot.com/2010/02/la-decapitacion-de-la-razon-en- un acto violento; pero además habría que aclarar que los crímenes
trevista.html.
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LATINOAMERICANA RECIENTE ANADELI BENCOMO

en “La gran rata”, “El pozo” y El último lector pertenecen al reino Los niños, los jóvenes, cantaban y se dirigían hacia el abismo […]
de la violencia utilitaria, es decir, a un momento anterior al que se los niños más lindos de Latinoamérica, los oí cantar y nada pude
avecinaría con el auge de las redes del narcotráfico en México. Son hacer para que se detuvieran, porque aunque a ellos se los tragó
instancias que, sin embargo, anticipan, a partir de las imágenes del el abismo el canto siguió en el aire del valle. […] Y aunque el
pozo, el desbarrancadero que se atisba como posibilidad para el país canto que escuché hablaba de la guerra, de las hazañas heroicas de
a fines del siglo XX. una generación entera de jóvenes latinoamericanos sacrificados, yo
La violencia vinculada al crimen organizado en el México del supe que por encima de todo hablaba del valor y de los espejos, del
siglo XXI nos habla del desgaste de ciertos modos sociales e ins- deseo y del placer. Y ese canto es nuestro amuleto. (138)6
titucionales de gobernabilidad que se han visto sustituidos por
emergentes lazos comunitarios o grupales como señalara Claudio Esta imagen del canto poético es sustituida en la novela El últi-
Lomnitz al referirse al tema de los grupos de autodefensa en Mi- mo lector de Toscana con la figura de una biblioteca desvencijada
choacán.5 Ahora bien, tendríamos que admitir que el pozo de agua en un perdido pueblo del norte de México, donde el último lector
es uno de los símbolos de la comunidad rural, de esa población que referido en el título, el bibliotecario Lucio, resuelve el enigma del
emplea estos depósitos subterráneos dentro de la economía domés- homicidio de la jovencita que ha aparecido muerta en el pozo de su
tica. Por eso llama la atención que, tanto en el cuento de Eduardo hijo (Remigio) a partir de su memoria lectora. La novela en cuestión
Antonio Parra como en la novela de David Toscana, por ejemplo, pareciera entonces apostar por la fuerza de los relatos literarios, en
estos pozos se representen como instancias agotadas, secas, o aban- tanto amuletos posibles frente a las historias sin sentido de nuestro
donadas. En otras palabras, estos pozos, al representarse como de- presente. Serían los relatos contenidos en los libros un acopio de có-
pósitos de cadáveres animales y humanos, nos hablan de un mal digos que nos orientan en la tarea de construir la historia de nuestros
soterrado, que tiene la potencia de atentar contra el fin utilitario del tiempos. Tanto la novela de Toscana como la de Bolaño nos hablan
depósito de agua para transformarlo en un espacio de lo oculto, de de una heroicidad que ha caducado dentro de las actuales coordena-
la podredumbre, de la muerte. das culturales y sociales de México, pero ambos textos sugieren que
Semióticamente hablando, el estilo narrativo de estos relatos es la letra, la literatura, la encargada de registrar la memoria de los
y su recurrencia a estas fosas, o pozos, como tropos de lo abyec- miles de muertos asociados con lo que Jean Franco denomina como
las “modernidades crueles” de América Latina. Cabría entonces
to se entiende desde la perspectiva de una estética de la oposición
preguntarse por el lenguaje que será capaz de capturar las historias
(Lotman), que interpela al lector de manera directa y punzante. Si
del horrorismo que caracterizan a la violencia expresiva. Sin duda,
los noticieros, con sus letanías de cifras e imágenes seriales, nos
la fotografía será uno de esos lenguajes claves para esta tarea, como
adormecen la capacidad de respuesta, estos relatos muestran el filo
del horror representado en estas imágenes premonitorias que nos 6 “…en gran medida todo lo que he escrito es una carta de amor o de despedida a
hablan de un precipicio que amenaza con tragarse a los individuos, mi propia generación […] ahora de esos jóvenes ya no queda nada, los que no
a sus cuerpos, a su historia. Es también con la imagen de un despe- murieron en Bolivia, murieron en Argentina o en Perú, y los que sobrevivieron
se fueron a morir a Chile o a México, y a los que no mataron allí los mataron
ñadero con la que cierra, de manera admonitoria, la novela Amuleto después en Nicaragua, en Colombia, en El Salvador. Toda Latinoamérica está
de Roberto Bolaño: sembrada con los huesos de estos jóvenes olvidados”. Roberto Bolaño, “Dis-
curso de Caracas” (http://www.scribd.com/doc/9828682/Roberto-Bolano-Dis-
5 http://www.jornada.unam.mx/2014/01/22/opinion/021a2pol curso-para-recibir-el-Premio-Romulo-Gallegos).
46 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA LA PALABRA OBLICUA 47
LATINOAMERICANA RECIENTE ANADELI BENCOMO

apunta Reguillo en su artículo mencionado, pero también se hará del que sujetarnos. Una única cuerda de funambulista que lo cruza
preciso imaginar y articular un registro escrito que pueda dirigirse a todo sin mirar hacia abajo.” (144-5). Yo coincido con Bosch en su
esta Gorgona de la violencia, aunque sea a partir de la mirada obli- postura de que frente al actual horrorismo han sido los textos perio-
cua que la palabra literaria puede lanzarle de vuelta. dísticos, las crónicas, los que han narrado de manera más profusa y
De manera semejante, aunque menos apegada al guión de la puntual los contornos de la narcoviolencia en México. No obstante,
palabra literaria, podemos mencionar a La transmigración de los opino que la palabra oblicua y premonitoria que encontramos en
cuerpos (2013), de Yuri Herrera, obra donde se presenta también la la novela de Toscana, o en los cuentos de Parra y Yépez, propone
necesidad de la palabra mediadora, ésa capaz de relatar los perfiles un cierto guión de escritura que, aún dentro del estricto registro
del horror contemporáneo. En la novela de Herrera, el personaje realista, provoca una lectura de carga simbólica que no debemos
principal cumple la función del Verbo o, en otras palabras, es el menospreciar.
intermediario e intérprete de las muertes violentas ante los bandos Para concluir con estas páginas, quisiera apuntar que los esce-
o familias que recobran estos cadáveres. Es el Alfaqueque, el po- narios de muerte, tortura y desapariciones encuentran en la repre-
seedor de la palabra, quien puede construir un relato que aquiete en sentación de los pozos, fosas, cavernas y otras oquedades un íco-
algo el dolor y la incertidumbre en los familiares que han perdido no idóneo por cuanto nos hablan de un clima de zozobra, de esa
a uno de los suyos. Ante estas pérdidas, sobreviene el silencio, un sensación del individuo y de la sociedad de encontrarse al borde
mutismo que debe de algún modo reconvertirse en un relato capaz de un precipicio, frente a un hueco vacío de sentido, una oquedad
de tejer un sentido a la violencia y a sus consecuencias inmediatas. muda. Ciertos relatos narrativos como los que he mencionado en
Sara Uribe, en su Antígona González, también recrea –a su manera líneas anteriores podrían figurarse entonces como esos ecos que in-
particularmente punzante– el acto de nombrar a los desaparecidos tentan responder ante el silencio que rodea a las fosas colectivas
y el de acuñar un lenguaje para el duelo de los sobrevivientes, esas llenas de cadáveres, sin historias, sin relatos. Ante los binomios de
antígonas errantes en una tierra de silencios.7 Juan Pablo Villalobos pozo y despojo, abismo y muerte, fosa y violencia, textos como
(Fiesta en la madriguera) y Fernanda Melchor (“El ovni, la playa los mencionados en estas páginas advierten acerca de la necesidad
y los muertos”), a su vez, se sirven de la perspectiva infantil para de reactivar los lenguajes simbólicos que narren los contornos de
relatar de otra manera oblicua ciertos paisajes del México narco. nuestro presente. Lenguajes y vías alternativas de narración y co-
Se suma también a estas recientes apuestas por la palabra la au- municación, columpios a los que sujetarnos para no caer presas del
tora Lolita Bosch, quien en Campos de amapola se refiere a cómo la vértigo que significa asomarse a ese inmenso boquete que amenaza
labor de los periodistas de las historias del narcoterror son capaces con tragarse el sentido de la realidad. En esta dirección, valdría la
de salvar a sus lectores de caer en ese pozo en el que se ha conver- pena mencionar también al menos tres proyectos de sitios electró-
tido México. Los textos periodísticos son: “Un columpio inmenso nicos que están apostando a construir el relato posible y necesario
para aproximarnos a la violencia en México y a sus consecuencias:
7 el blog creado originalmente por Lolita Bosch, “Nuestra Aparen-
“…contar inocentes y culpables, sicarios, niños, militares, civiles, presiden-
tes municipales, migrantes, vendedores, secuestradores, policías./ Contarlos te Rendición” (http://nuestraaparenterendicion.com/index.php), el
a todos./ Nombrarlos a todos para decir: este cuerpo podría ser el mío./ El titulado “Menos Días Aquí” (http://menosdiasaqui.blogspot.mx) y
cuerpo de uno de los míos./ Para no olvidar que todos los cuerpos sin nombre el altar virtual “72 migrantes” (http://72migrantes.com) Son inicia-
son nuestros cuerpos perdidos.” (http://www.revistalaboratorio.cl/wp-content/ tivas como éstas las que nos muestran modos posibles de escapar
uploads/2013/07/sarauribe.PDF)
48 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA
LATINOAMERICANA RECIENTE

de la hondura, el silencio y el aislamiento de los pozos en los que


pareciera que estamos atrapados hoy en día.

Bibliografía
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LA DEFORMACIÓN DE LA FORMACIÓN:
NARCOTRÁFICO, MITO
Y (ANTI) BILDUNGSROMAN
FIESTA EN LA MADRIGUERA,
DE JUAN PABLO VILLALOBOS (2010)

CECILIA LÓPEZ BADANO


Con colaboración de EDITA SOLÍS

Todo está bien al salir de manos del creador de la naturale-


za; todo degenera en manos del hombre. Obliga a una tierra
a que dé lo que debe producir otra, a que un árbol dé un fruto
distinto; mezcla y confunde los climas, los elementos y las es-
taciones, mutila su perro, su caballo y su esclavo; lo turba y
desfigura todo; ama la deformidad, lo monstruoso; no quiere
nada tal como ha salido de la naturaleza, ni al mismo hombre,
a quien doma a su capricho, como a los árboles de su huerto.
Emilio, Rousseau

Un junior original

Entre las novelas originales acerca del tema del narcotráfico escri-
tas recientemente, se encuentra Fiesta en la madriguera (2010), en
realidad, más próxima al formato de una nouvelle que a una novela
en sí, por su extensión y la concentración de personajes, con una
economía casi de cuento extenso; se trata de la ópera prima de Juan
Pablo Villalobos, quien según su editor –Jorge Herralde, director
de Anagrama y uno de los más exquisitos cazadores de talentos li-
terarios contemporáneos provenientes de América Latina– es “uno
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LATINOAMERICANA RECIENTE CECILIA LÓPEZ BADANO - EDITA SOLÍS

de los debuts más interesantes en lengua española de los últimos Así, si bien el cambio de status social de la pobreza a la opulen-
años” donde “el autor domina el relato con acierto y astucia desde cia no está en el centro del relato –que se instala temporalmente más
la primera página”. (cit. en Tribuna latina). allá de la adquisición ilegal de la mayoría de los bienes (período que
Su carácter excepcional queda determinado porque el relato de el niño no parece haber vivido), en su conflictivo disfrute clandesti-
la violencia se efectúa en primera persona a través de la perspectiva no posterior– el dinero como “domesticador” de la personalidad es
de un narrador niño, sin madre, hijo de un narcotraficante mexi- uno de los leit motives, con lo cual se refuerza, como en gran parte
cano cuya identidad es construida sólo por lo que nos dice el pe- de las narrativas del narcotráfico, su poder de perversión sobre la
queño, quien, obviamente, lo ve de modo positivo; justamente, que subjetividad, más claro aún acá en cuanto es ejercido sobre un niño,
la descripción sea hecha a través del niño, justifica que tanto los reemplazando educación en principios éticos con adiestramiento en
retratos de su padre como los de los demás personajes carezcan de el soborno y complicidad, hecho que sucede en el palacio-madri-
profundidad psicológica y sean, en general prosopografías, análisis guera donde se aíslan en una lujosa insularidad que no contempla
de aspectos externos correspondientes a estereotipos, mientras que más de veinte personas, lugar que prueba, además, en la simboliza-
las etopeyas que abordan los rasgos psicológicos o morales de los ción estética, lo que señala Villoro acerca de que “desde su propia
mismos son escasas y efectuadas sólo desde una dimensión obser- perspectiva, el narco depende de eliminar el afuera y asimilar todo
vadora primitiva, infantil donde el outfit (los atavíos y accesorios) a su vida privada: comprar el fraccionamiento entero, el country
tiene fuerte presencia; se refuerza así el trasfondo de humor negro club, el estadio de futbol, la delegación de policía, la burbuja […]”
subyacente al texto, caricaturizando rasgos distintivos que evocan (2008), pequeño mundo donde lo público se vuelve privada corrup-
y/o dibujan la representación simbólica persistente en el imaginario ción.
popular colectivo local acerca de lo que es un narcotraficante, un Aunque el pequeño es inteligente –más que su padre y a la al-
maestro sesentista, un gobernador asediado y corrupto,. tura de su maestro particular– mira los hechos a través del dejo de
Considerando lo dicho, el primer objetivo de la novela pareciera lúdica inocencia e incomprensión que la inexperiencia de la edad
ser el de dibujar el estereotipo del narcotraficante desde el punto le concede a su punto de vista, lo cual transforma lo que sucede
de vista –cercano e inocente– de un niño cuyo mundo es predo- cotidianamente en el palacio-madriguera –un panorama de sórdida
minantemente masculino, de machista y homofóbica complicidad violencia que el niño naturaliza como juego, acrecentando la ironía
pandillesca: el padre no quiere que lo reconozca como tal familiar, del relato– en abismalmente siniestro para el lector, quien tiene una
sino como compinche, y lo malcría a través del consumismo con visión más amplia que el menudo narrador, a pesar de que éste, en
que satisface sus excéntricas demandas –como ser, poseer una exó- medio de su aislamiento, se percibe claramente dentro de una colec-
tica colección de coronas y sombreros y, en el zoológico privado, tividad particular de cajas chinas: una “familia” extraña, sin madre
un hipopótamo enano de Liberia, aunque sea un animal en vías de ni hermanos –ausencias que fijan también la carencia absoluta de
extinción– exigencias propias de lo que Juan Villoro ha dado en lla- educación emocional–; la ambigua nación: “a veces México es un
mar la “descarada tendencia a la satisfacción exprés” o “el emporio país magnífico donde se pueden hacer negocios muy buenos. O sea,
del capricho” (2008), que es lo que el padre le ofrece al niño como a veces México es un país nefasto, pero también a veces es un país
sucedáneo del cariño. magnífico” (28); la humanidad cultural: “Yo creo que los franceses
son buenas personas porque inventaron la guillotina. Y los españo-
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LATINOAMERICANA RECIENTE CECILIA LÓPEZ BADANO - EDITA SOLÍS

les son buenos clientes de los negocios de Yolcaut. Pero mejores Con el diccionario, el niño traduce a palabras sus intuiciones,
clientes son los gringos” (30). poniendo en dimensión interpretativa y racional los hechos que ob-
El aspecto medular de la narración tiene que ver con el proce- serva, así, el paso del universo brutal, depredador, que lo rodea, al
so de formación (de-formación) intelecto-emocional del pequeño universo racional –aunque a veces incomprensible para el propio
mexicano, proceso educativo y de crecimiento interpersonal, au- narrador– que construye en el discurso al inicio del relato, tiene que
todidacta en gran medida, alcanzado a través de las conclusiones ver con su capacidad de leer e interpretar, es decir, con una cierta
propias –a veces equívocas– que deduce de la observación de las característica de “niño-intelectual”. El hecho de que su entorno no
personas y objetos de su mundo circunscripto, y dado también, aun- le sea siempre comprensible, evita que el pequeño evidencie lo que
que en escasa medida, a través del contacto con los pocos seres que podría denominarse “conciencia narrativa”, gesto que convertiría
lo rodean y de las enseñanzas de su maestro particular Mazatzin su narración en inverosímil, simplemente vive, casi sin actuar: su
(“Venadito”)1, sesentista, nacionalista, paródicamente anticapita- actividad se agota en la observación y el relato de la inmediatez de
lista, de quien Tochtli toma cierta pasión por la historia; éste, luego lo vivido, pero su lectura de libros con el maestro, y del diccionario
se puede sospechar, está infiltrado en la “madriguera” para estudiar solo, lo aproxima a un cierto “enciclopedismo doméstico” que pue-
y denunciar el proceder de Yolcaut en un artículo periodístico, pero de hacer pensar, al principio de la novela, en una culminación de
la tensión sobre las consecuencias de esta acción durará poco, pues su talento y formación en el dominio de la facultad crítico-creativa.
el “rey” le tenderá una trampa política y Mazatzin será emboscado
y arrestado en Honduras, por distintos crímenes.
Otro de los modos de aprendizaje del niño es a través de la afi- Del Bildugsroman humanista
ción a explorar el diccionario –que justifica su lenguaje y, en cierto a la deformación antihumanista
sentido, el alcance de sus reflexiones al aportarle un vocabulario
estereotipado, inusual para su edad, caracterizando, desde el inicio, La característica de centrarse en el proceso de crecimiento, ma-
esa excentricidad de su discurso precoz–: “Algunas personas dicen duración y educación (o des-educación) del protagonista, aproxima
que soy un adelantado. Lo dicen sobre todo porque piensan que el relato a un subgénero novelesco ya no tan visitado en la postmo-
soy pequeño para saber palabras difíciles. Algunas de las palabras dernidad: el Bildungsroman o novela de formación, cuya definición
difíciles que sé son: sórdido, nefasto, pulcro, patético y fulminante aproximada es “el relato que aborda la peripecia de un personaje en
[…] Todas las noches antes de dormir leo el diccionario. Lo demás su periplo hacia la edad adulta, subrayando todos aquellos episodios
lo hace mi memoria que es muy buena, casi fulminante” (11-12). y pasajes que jalonan la progresiva construcción de su conciencia y
Cabe mencionar que la lista de adjetivos mencionados en esta cita de su identidad” (Escudero Prieto 3), género que, como señala Julia
son los mismos con los que bien se podría definir al estereotipo del Kushigian, “in particular, have always been successful in the com-
narcotraficante, por lo tanto, como recurso estilístico, el autor los munication and interpretation of the nature of moral debate”(124)
retoma a lo largo de la novela, a modo de ritornello para conferirle En el relato del niño, en el dejo irónico que adquiere primero
cierto ritmo a la narración. su inocencia, luego su gradual conciencia, ante la comprensión del
lector, se conjuntan las dos tradiciones que, según la misma auto-
1 Se referirá más adelante, detalladamente, el sentido de los nombres en lengua
indígena de todos los personajes y también, el de su inscripción mítica.
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LATINOAMERICANA RECIENTE CECILIA LÓPEZ BADANO - EDITA SOLÍS

ra, distinguen y caracterizan el Bildungsroman latinoamericano, de provides norms for conduct both in the public and private spheres.
acuerdo con su historia metaliteraria: […] Characteristically, the dichotomy of public and private defines
the male sphere. It is impermeable and influences the role of the
The precursors of the Bildungsroman in Spanish America bring to male hero in the traditional Bildungsroman (Kushigian 61).
light two narrative forms in which the voice of the disenfranchised
position the Bildungsroman for its exploration of the self: the Este subgénero resulta transgredido al naturalizar una violencia
picaresque tradition […] and the testimonial discourse […] –que se vuelve síntoma corporal en el pequeño cuando no logra
The picaresque presents a quality of enfranchisement for the simbolizarla reflexivamente– en lugar de la reflexión, que queda
disenfranchised that becomes evident as its protagonists form a desplazada por el síntoma para luego volverse promesa de acción
part of the community through the writing or telling of their stories. en la asimilación cómplice con el “ideario” paterno-patriarcal, que
[…] The process of seeking one´s own in the alien and returning to aparta al niño de cualquier ideal romántico y rompe el mito funda-
oneself from what is other enhances a narrative that is also a vehicle cional del humanismo burgués ínsito en ese tipo de narrativa.
for social satire. Its journey toward truth or legitimacy opens a path Si aquel subgénero había sido la representación acabada del ad-
to similar goals in the Bildugsroman. venimiento del sujeto moderno y su adaptación racional a un mun-
Testimonial literature shares with the picaresque novel the device do en transformación, donde la libertad individual era producto de
of narrator as subject who demands the reader´s attention. […] un progreso social que se gestionaba históricamente, combinando
Told in the first person by a narrator who is also a witness to the de modo problemático integración y distinción en el acceso a un
events, the testimonial narrative projects a need to communicate humanismo normativo, acá la transgresión genérica resulta de la
by covering significant life events […] which lead to repression, propia destrucción del principio reflexivo, racionalista, liberador.
poverty, marginalization, war and explotation (Kushigian 20-21). Si, por otra parte, “the Beautiful Soul, a cultural icon that per-
sonifies an interconnection between moral and aesthetic qualities,
Otra característica en relación con este subgénero es la presencia symbolizes the ultimate achievement of human endeavor when
de un personaje masculino, como también señala: linked to potentially” (Kushigian, 13) y este logro era el culminante
del subgénero, el quebrantamiento del “alma bella” en el texto a
In essence, the education of males, whether it be in the public través del crecimiento de la potencialidad negativa, viola ese obje-
or private, has always been “a trifle better” than that of females, tivo al producir involución humana: complicidad en lugar de inte-
owing to the strength derived from the opposition of public/ gración y similitud en lugar de distinción, ello, en un mundo cuya
private. Significantly, the staging of publicity or stark division of normatividad es destructiva tanto del espectro natural como del so-
public and private, is more completely accomplished throughout cial; además, la índole infantil indagatoria e inocente gradualmente
history in the male world. Personal attributes circumscribe male arruinada tiene, en la temática de la novela, su paralelismo en las
status, dress, and address in the public sphere […] Significantly, alusiones a la naturaleza depredada.
the code of conduct in all its normative features of dress (badges, La única posibilidad del pequeño protagonista de armonizar con
arms, clothing, insignias) and speech (greetings, address, formal la comunidad masculina que lo rodea –con la alteridad (de)forma-
discourse) signals authority and status in the male sphere. The code tiva– es a través de un pacto de violencia que, si bien en la actuali-
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LATINOAMERICANA RECIENTE CECILIA LÓPEZ BADANO - EDITA SOLÍS

dad del relato se vive como juego, sin conflictividad –más allá del persista algo más allá de los mismos– las bases de la destrucción de
síntoma físico que se padece a veces como dolor– y se descubre principios morales quedan selladas.
en las elecciones del lenguaje con que el niño la va determinando Asimismo, otra de las características rupturistas con relación
–lenguaje en el cual el lector descubre lo que para el pequeño es aún al género tradicional es que, en general, éste presentaba también
insondable–, lo compromete éticamente a futuro. el proceso de construcción de un narrador que dominaba progre-
En el texto se esboza entonces un sistema de valores propios de sivamente su material compositivo, por lo tanto “en unos casos la
la cultura del “crimen organizado” diferentes de los de la cultura or- culminación de la formación del protagonista se alcanzará con su
dinaria, alejados de la ética humanista: ensalzamiento del machis- dominio de la facultad creativa, y en otros será la propia forma no-
mo y comentarios que fungen como guiños referentes a la cohesión velística la que crezca y evolucione con el andar del relato” (Es-
de grupo, a la lealtad, al honor –todos éstos en clave mafiosa– a la cudero Prieto 38), mientras que en el texto en cuestión, si el “en-
muerte y al asesinato como elementos comunes de la vida diaria, ciclopedismo doméstico” y la capacidad del agudo niño del inicio
“valores” con los que el narcotráfico regresa a una forma de organi- para leer e interpretar podía hacer pensar, al lector optimista, en
zación casi tribal en la que lo más importante es la familia y la pan- una culminación de ese talento y formación infantil en el dominio
dilla. En la narración del niño no basta eso, sino que hay que ser “la de la facultad creativa que lo quitara críticamente del mundo de-
mejor pandilla” concepto que se muestra en diferentes ocasiones, a lincuencial de su padre, sin embargo, a lo que se asistirá es a un
través de las representaciones que hace Tochtli de su idea de pan- paso diverso: en la complicidad inteligente a la que irá accediendo
dilla, con la que valora el correcto o incorrecto funcionamiento de gradualmente, intuimos la consagración de un “junior” que, de ser
su entorno: “Yo creo que de verdad somos una pandilla muy buena. un (pequeño) hombre intelectual, intérprete de letras –al menos, las
Tengo pruebas. Las pandillas son acerca de la solidaridad. Entonces del diccionario– pasará a ser un hombre grande de (mala) acción.
la solidaridad es que como a mi me gustan los sombreros Yolcaut El punto culminante que preanuncia en el relato quién será ese
me compra sombreros, muchos sombreros, tantos que tengo una hombre futuro es el asesinato del periquito del amor –una pequeña
colección con sombreros de todo el mundo y de todas las épocas del cotorra– con el revólver más pequeño, sustraído del cuarto donde
mundo” (Villalobos 13). Así, un valor tradicionalmente humanísti- escondían las armas supuestamente sin que él conociera el escon-
co como la solidaridad, queda ligado, en la mente del pequeño na- dite, “pajaricidio” cometido de manera experimental y sin ningún
rrador, a la complicidad y a la satisfacción del capricho consumista. remordimiento (87-90); siguen el abandono de la lectura impulsado
En consecuencia, con ese gesto narrativo deliberadamente rup- por las películas y por la playstation: “Yolcaut me dijo que me pu-
turista, donde hubo novela de construcción, de formación, a lo que siera a estudiar con los libros, como si estuviera Mazatzin. Pero me
se asiste en este texto contemporáneo es a un proceso de defor- puse a jugar con la playstation 3” (91), “ya me duelen un montón
mación de la personalidad que invierte los parámetros del subgé- los dedos, de tanto que juego a la playstation 3” (98) que marca el
nero en cuestión; aunque la convalidación de esa personalidad no paso de la cultura letrada a la tecnologización alienante.
se muestra como definitiva ya que no se pasa a la etapa adulta del Luego vendrá, como remate “educativo” por parte del padre,
protagonista –por lo tanto los límites de la narración juegan necesa- la revelación del contenido del cuarto cerrado –que pone al niño
riamente, como en todo Bildungsroman, con la posibilidad de que en conocimiento de la variedad asesina del arsenal, escena donde
el vago enciclopedismo adquirido en los libros queda reducido a
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LATINOAMERICANA RECIENTE CECILIA LÓPEZ BADANO - EDITA SOLÍS

la identificación exacta de la procedencia de cada una de las ar- personalidad infantil en una nación sometida a la naturalización del
mas (102)– y la solicitud, paterna también, a su junior, a modo de fenómeno depredador también de la conciencia ética.
conclusión narrativa, incomprensible todavía para el niño, del pa-
rricidio que entronice al hijo en la sucesión criminal cuando sea
necesario, como el samurái que en la película vista, había matado Del (anti) Bildungsroman al mito, del mito a la nación
un amigo para salvarle el honor: “Entonces me dijo la cosa más
enigmática y misteriosa que me ha dicho nunca […] –Tú un día El destino nacional se refuerza si consideramos con Kushigian
vas a tener que hacer lo mismo por mi” (103) solicitud que será –aunque su libro no trabaja específicamente con la novela en cues-
acorde, en los motivos estéticos del relato, a la coronación de los tión– que “the prospect of self-realization and identity should be
hipopótamos muertos y embalsamados, gesto de aleccionamiento a measured metonymically: as the person grows and form himself,
su hijo, que nos da a entender el extremo del código que se maneja so does the nation, feeling similar growing pains and struggles with
en el ambiente del crimen organizado, donde es mejor estar muerto rites of passage as the individual. What is provocative here is the
que ser atrapado. development of a national Bildungsroman” (17) o bien que “if lite-
Si partimos de ciertas consideraciones bajtinianas sobre la épica, rature is the site of our dreams, then the Bildungsroman, which en-
en las que se dice: courages self examination and realization, is the cathartic location
of our being-in-the-world, explored through the life processes of
Una gran forma épica (epopeya grande), incluyendo la novela, debe ofre- others” (220); para lograr la localización y la consecuente identifi-
cer una imagen totalizadora del mundo y de la vida, debe reflejar todo el cación, no sólo se describe en el relato una realidad local, sino que
mundo y toda la vida. En la novela, todo el mundo y toda la vida se repre- esta se inscribe en el mito prehispánico.
sentan bajo el ángulo de la totalidad de una época. Los acontecimientos Bajtin, hablando del descubrimiento que en la segunda mitad del
representados en la novela, de alguna manera han de sustituir toda la vida siglo XVIII hace cierta literatura europea del folklore local como
de una época. En esta capacidad de sustituir una totalidad real consiste medio poderoso de humanización e intensificación del espacio na-
su esencia artística. […] Ésta depende ante todo del grado de penetración tivo, dice que “con el folklore llegó a la literatura la nueva, fuerte y
realista en la totalidad real del mundo, del cual se abstrae la esencialidad a especialmente productiva ola del tiempo histórico-popular” y agre-
la que da forma la totalidad de la novela. (235) ga que “el folklore en general está saturado de tiempo; todas sus
imágenes son profundamente cronotópicas”; el uso de éstas sirve
lo que nos muestra el relato en cuestión –como imagen totaliza- “para intensificar la percepción del suelo patrio”, ya que “El folklo-
dora de mundo, donde como suele sugerir el Bildungsroman, en el re local llena de sentido y satura de tiempo el espacio, arrastrándolo
destino del protagonista fluye la analogía con el destino humano de hacia la historia” (245-246). Si bien él remite ese uso al proceso
su época– es una historia de deseducación que, a través de la vio- temporal de preparación de la novela histórica, podemos utilizar
lencia patriarcal cotidiana ejercida a todos los niveles –naturales y estas consideraciones acá, puesto que es precisamente el elemento
sociales– por el narcotráfico y el poder corruptor del dinero sumado folklórico náhuatl el que nos sitúa cronotópicamente desde el inicio.
a la anómica omnipotencia derivada de estos factores, padece la Una de las formas de introducir el “folklore local” en la novela
es a través de los nombres indígenas que reciben todos y cada uno
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de los personajes, signos que nos localizan en la geografía mexica- A través de estas relaciones de semejanza y contraste la diversidad
na prehispánica: cifrados en náhuatl, fungen como analogías simbó- de las informaciones se combina en una totalidad” (Habermas 74).
licas entre animales y el perfil de cada personaje, gesto con el cual, Si consideramos además la cita habermasiana de Godelier acer-
como señala Gabriel Giorgi: “lo animal condensa puntos o líneas ca de que el mito:
de intensidad política, funciona así como una zona privilegiada para
leer líneas de intersección, núcleos temáticos y recorridos entre cul- construye un gigantesco juego de espejos en el cual la recíproca
tura y biopolítica” (14): los nombres, entonces, van más allá del imagen del hombre y del mundo se refleja hasta el infinito y conti-
mito al contar otro relato que contiene la historia contemporánea en nuamente se compone y recompone en el prisma entre naturaleza y
la fábula pedagógica atemporal, pues esa fábula pedagógica atem- cultura… Por medio de la analogía el mundo entero adquiere sen-
poral, mítica, se “temporaliza”, se historiza volviéndose contem- tido. Todo se torna significante y todo puede ser significado dentro
poránea, desacralizada, en sus alusiones recurrentes, actuales, a la de un orden simbólico en que todos… los conocimientos positivos
delincuencia y a la corrupción como tópicos localistas nacionales, encajan unos con otros en la plétora de sus detalles (74)
salvajes, míticos y animales.
Lo nacional queda circunscripto y reafirmado entonces por la puede observarse en el texto la recurrencia del pasado prehispánico,
nominación particular en lengua indígena: cada mote posee así, cíclico en la destrucción, en el presente del relato ya no sagrado,
además del deslizamiento hacia lo animal que pone en duda los historizado a través de las prebendas del narcotráfico, de la canción
límites de lo humano –cuestión visible ya en la propia titulación del popular, de las coronas compradas, de la colección de sombreros,
texto– el valor de cronotopo en contacto con un lugar específico y operando todos de consuno como símbolos degradados de poder
con dos tiempos: el mítico prehispánico –cíclico, “natural”, sacrifi- a los que se accede a través de la actitud mercantilista. El aspecto
cial, donde se plasma la “fuerza totalizante de la mentalidad primi- mítico se sostiene sobre la nominación de los personajes; los nom-
tiva” (Habermas 73)– y el actual, que nos regresa a los elementos bres, traducidos, se ligan casi todos a animales, con lo cual, el título
históricos contemporáneos de depredación tanto social como eco- Fiesta en la madriguera adquiere una dimensión dual: no es sólo
sistémica, donde los “rituales” han perdido su peso simbólico an- el lugar oculto, guarida de animales, sino que también se relaciona
cestral de inscripción vital en el ciclo del cosmos, se han degradado con la animalización –discusión, además, en este sentido, acerca de
en mero asesinato de ribetes macabros y donde el rey, como figura los límites de la “civilización” (humanista)– y/o con la divinización
mítica, queda remitido al terrenal-popular de la conocida canción “pagana” de las personas en una mitología cruel, canibalizadora de
mexicana de Vicente Fernández. lo humano.
La novela, en consecuencia, se origina sobre el mito; en tal ca- El protagonista es Tochtli, que en lengua náhuatl significa “co-
rácter, contiene numerosas informaciones “transhistóricas” sobre nejo”, animal que se identifica con la inocencia y la abundancia,
el entorno natural y sobre el social, sobre aspectos cosmogónicos referente que se repite en su apodo lúdico de samurái japonés:
mexicanos vinculados al ritual sangriento, experiencias “organi- “Usagi”. Su padre es Yolcault que, en la misma lengua, significa
zadas de forma que cada fenómeno individual se asemeja en sus “serpiente de cascabel”. Azcatl, el jardinero que no puede mantener
aspectos típicos a todos los demás fenómenos o contrasta con ellos. bajo control el inmenso parque, es “hormiga”. El uso deliberado
de estos nombres como “artefactos”, además de introducirnos en
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el folklore local y en el mito, nos muestra ya la relación depreda- animal, estampa su imagen en la luna para que todos recuerden su
dora contemporánea respecto de la naturaleza y la violencia que la generoso gesto sacrificial. Las versiones locales indican que, cuan-
propia naturaleza impone entre sus miembros ¿cuál puede ser el do la historia se les cuenta a niños en Japón, se les dice que por eso
final de un niño-conejo cerca de un padre-serpiente venenosa? ¿qué los conejos saltan en la tierra, tratando de alcanzar la figura de su
sucede con los jardines si las hormigas se encargan de él? héroe lunar.
Otro de los elementos que entrelazan la historia con el mito es Las derivaciones que, para la historia relatada, se deducen de las
una leyenda típica mexicana, tan difundida que incluso un film lo- leyendas, patentizan un nuevo efecto desacralizador en la novela:
cal la lleva por título; se trata de la del “conejo en la luna” que, Yolcaut ya no es la serpiente emplumada, dios de la luz y la vida,
curiosamente, tiene también una antigua variante japonesa –lo cual, sino el reptil ponzoñoso, símbolo de la muerte, que reina en la oscu-
además, conecta los dos nombres del niño (“Tochtli” y “Usagi”, ridad de su madriguera; si, como señala Daniel Link “Quetzalcoatl,
uno en náhuatl; otro, en japonés). Ésta narra que Quetzalcoatl “la la serpiente emplumada de México, encarna el dualismo intolerable
serpiente emplumada”, dios de la vida, de la luz, de la sabiduría, de (memoria jurásica) entre el ave y el reptil” (23), en esta represen-
la fertilidad y del conocimiento, patrón del día y de los vientos, el tación simbólica sólo permanece el reptil, con lo cual se oponen
regidor del Oeste, caminaba un día sobre la tierra en forma humana; también los significados luminosos y “espirituales” del cielo a las
luego de mucho andar, por la noche, cuando apareció la luna, se fuerzas oscuras y “materiales” de lo terrenal rastrero; el alcaloide
sentó a la vera del camino, cansado y hambriento; vio entonces un ligero del zacate es reemplazado por la droga y su comercio, y es el
conejo, que se le acercó para comer zacate –arbusto local rico en padre-dios degradado quien lo ofrece simbólicamente, como nego-
alcaloides– y le ofreció un poco; el dios le contestó que él no comía cio al niño para que siga su ejemplo; el sacrificio del conejo no se
eso, y que probablemente su destino sería morir allí de hambre y rechaza, sino que se exige; el pequeño ya no salta en la tierra para
sed; el conejo, entonces, con miedo de que ello sucediera, a pesar de alcanzar la imagen de su modélico héroe lunar, sino para hundirse
reconocer su pequeñez, se ofreció generosamente como alimento. subterráneamente en la de su venenoso padre. Así quedan inverti-
Quetzalcoatl, conmovido por la humilde entrega del animal, lo aca- dos todos los sentidos pedagógicos de sacrificada abnegación pro-
rició y, alzándolo entre sus brazos, le dijo que, sin importar lo pe- puestos por ambas leyendas, pero es el autor quien intenta elevar,
queño que era, haría que su gesto de querer dar su vida para salvar a través de la didáctica que impone al relato conectándolo con el
otra fuera recordado por siempre; lo levantó tan alto que estampó mito, esa imagen negativa, a la “cara de la luna” que contemplamos
su imagen en la luna y luego lo bajó cuidadosamente para que la en el relato, cuando lo interpretamos como un admonitorio anti-Bil-
contemplara. dungsroman.
En la versión japonesa el protagonista no es un dios, sino un Por otra parte, y continuando con la lista de nombres en náhuatl,
viejo peregrino que, agotado y hambriento, solicita ayuda a tres ani- Miztli y Chichilkuali, los guardianes del palacio, son “puma” y
males para que le consigan alimento: un mono que, luego de subir “águila roja” respectivamente; Itzcuauhtli, quien cuida a los ani-
a un árbol, le entrega frutos; un zorro, que caza para él un ave, y males del zoológico privado, es “águila blanca”. Quecholli, la mu-
una liebre, que como no puede conseguir nada, arma una pequeña chacha silenciosa de largas piernas que es la amante de su padre, es
hoguera y se arroja a ella para que el hombre pueda comérsela; éste, “flamenco”; la otra amante, parlanchina, curiosa y preguntona, será
entonces, conmovido ante la inmolación voluntaria del pequeño Alotl, “guacamaya”.
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Una explicación más extensa merece Mazatzin, el maestro de el pozole –comida típica del centro de México– originalmente era
quien hemos hablado: es, como ya se señaló, “venadito”: en la le- preparado por los aztecas para el emperador con trozos de carne hu-
yenda náhuatl, éste era hijo de mujer y venado; ayudaba con su mana proveniente de jóvenes víctimas sacrificiales–. Yolcaut come
fuerza y astucia a su pueblo; entre los mayas antiguos fue consi- pozole, incluso con “el gober” –mientras discute “sus negocios de
derado «como un intermediario entre los hombres y los ancestros la cocaína”– con lo cual, la novela alude estéticamente a la mítica
o dioses. Hoy en día, en Guatemala, los mayas consideran que el índole caníbal del poder en México, poder ejercido por el narco-
venado sostiene pláticas con los dioses para exponer los pecados traficante –macabra deidad caníbal actual en la lectura historizada
y malas acciones de los “hombres de maíz”» (Chávez Gómez 11- apoyada en el mito– ya que “el gober”, a través de la nominación
12). Acorde con ello, se entiende su función de espía dentro de la genérica apocopada, confianzuda, queda fuera del mito cosmogó-
“madriguera”, también, los valores que representa por oposición a nico de poder, y sometido a su vez por el narcotraficante-serpiente
Yolcaut: es un nacionalista que no termina de perdonar a los espa- de cascabel.
ñoles, “usa camisas de manta y huaraches como si fuera indio” (Vi- Los datos del pozole con carne humana pueden revisarse en la
llalobos 17) –vestimenta (outfit una vez más) que resalta su aspecto Historia general de las cosas de la nueva España, de Fray Bernar-
de hippie local– detractor del sistema capitalista. Su “traición” en el dino de Sahagún y/o en El pueblo del quinto sol, de Miguel León
artículo periodístico donde se cuida de hablar de Tochtli, en cierto Portilla, cuyas hipótesis acerca del ritual (probablemente durante
modo, preservando al discípulo, detonará el hecho de que sea “ca- las fiestas en honor al dios Xipe Totec o “dios desollado”, de la
zado” por los esbirros de Yolcaut en Honduras de la forma en que primavera y la lluvia nocturna bienhechora, cuya ceremonia se rea-
lo hacen; asimismo, se debe tener en cuenta para una interpretación lizaba a los inicios de la primavera) resultan refrendadas en estudios
cabal del personaje que, en el habla coloquial mexicana, el verbo realizados por un equipo de antropólogos de la UNAM, el Instituto
transitivo “venadear” significa perseguir a una persona y cazarla Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad de
como a un venado, luego de acecharla. Granada.2
Respecto del aspecto divinizador que traza parte de los nombres, La carne humana en el pozole –el niño en la novela detesta el
Itzpapalotl, la criada, es “mariposa de obsidiana”, diosa arquetípica pozole porque lo impresionan las cabezas de cerdo con que lo pre-
de la anciana sabia y de la bruja poderosa, con dedos como garras para Cinteotl (26)– era un ingrediente ideal, complementario al rito
de jaguar y pies de águila; para los chichimecas representaba la del renacimiento del sol (Jiménez Martínez)3. Dicen, además al
madre tierra como sacrificio, la muerte y la guerra, diosa de la in- respecto Graulich y Guilhem: “La muerte ritual de personas que
mundicia y comedora de los pecados para los aztecas: ella es quien representaban a los dioses reactualizaba sus sacrificios míticos (en
debe limpiar la sangre de los crímenes que tienen lugar en el pala- Teotihuacan o en otros episodios míticos) y contribuía al renaci-
cio-madriguera. miento de las deidades […] sabemos de sacrificios humanos cuyo
Cinteotl, la cocinera que “hace un pozole verde suculento […]
y sabe preparar todos los tipos de pozole que existen en el mundo, 2 Por más datos sobre esa investigación, véase http://www.cronica.com.mx/nota.
que son tres: el verde, el blanco y el rojo” (26), lleva el nombre del php?id_nota=317065
dios principal del maíz, o “señor del maíz”. Es necesario tener en 3 http://74.125.113.132/search?q=cache:nURce_LjUmUJ:www.teoriaypraxis.
cuenta en la interpretación –en la mítica y en la contemporánea– que uqroo.mx/doctos/Numero2/Jimenez.pdf+pozole%2Bcarne+humana%2BSaha
g%C3%BAn%2Bfiesta&cd=3&hl=es&ct=clnk&gl=mx
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propósito era contribuir al rejuvenecimiento del rey mexica” (18)4. Animalidad, depredación y deshumanización
Se debe tener en cuenta, además, respecto de la desacralización del
tema ritual, que el apodo de uno de los narcotraficantes mexicanos Por otra parte, el zoológico “real” en el texto, remarca el pa-
famosos –Santiago Meza López– es “el pozolero”, ya que en la de- rentesco con la existencia de la “Hacienda Nápoles”, el excéntrico
claración rendida el 25 de enero de 2009 (AP/PGR/BC/TIJ/217/09- zoológico de Pablo Escobar que albergaba más de mil quinientas
M-III), afirma que se dedicaba a “pozolear”, es decir, a disolver en especies y contaba con un parque de atracciones ficcional “jurá-
soda cáustica y agua cadáveres que le entregaban los miembros de sico”, pensado, aparentemente, para la diversión de los niños –en
las diferentes células de su organización. este caso, del pequeño narrador, ya que no hay más visitantes– pero
A través de la nominación mítica, queda también instaurado un cuya realidad, en el caso de Escobar era otra: recolectar excremen-
zoológico dual: el de los seres humanos de metafórica fábula ejem- to de animales salvajes para contaminar con su olor los envíos de
plificadora, aislados en el palacio y sometidos al dominio de “el droga, ya bien de algunos animales en especial en ciertas ocasiones,
Rey Yolcaut” –ya no es el noble y salvaje león el rey de la selva, para que los perros rastreadores de droga olieran la superioridad de
sino la serpiente venenosa imperante en la madriguera– y parale- una especie salvaje más grande que ellos; ya bien, en otras, mez-
lamente, el físico, que el narcotraficante acrecienta con animales clando el de varios animales diversos para dificultar absolutamente
exóticos sometidos a cautiverio, en el que se retoma el motivo ci- el rastreo olfativo. No se alude a ello en este texto, pero sí al uso
tado del traslado del afuera al adentro y se reafirma lo que también macabro de los felinos: “A los tigres los usamos para que se coman
señala Giorgi: los cadáveres. Y también usamos para eso a nuestro león. Aunque
más que nada los usamos para verlos, porque son animales fuertes
[…] Ciertos recorridos de la cultura de las últimas décadas ins- y muy bien proporcionados que da gusto ver. Ha de ser por la buena
criben al animal y a los espacios de relación, tensión o continui- alimentación” (34).
dad entre lo humano y lo animal, para interrogar y frecuentemente Esta proximidad del mundo animal que “engulle” al mundo hu-
contestar desde ese terreno las biopolíticas que definen formas de mano anula los límites –tan claros en el humanismo del Bildungs-
vida y horizontes de lo vivible en nuestras sociedades: el animal es roman– entre naturaleza y cultura, es decir, entre mundo humano
allí un artefacto, un punto o zona de cruce de lenguajes, imágenes y mundo animal, borrando, asimismo, el cadáver como evidencia
y sentidos desde donde se movilizan los marcos de significación jurídica, para imposibilitar su inscripción en la memoria; con ello
que hacen inteligible la vida como “humana” […] la vida animal destruye el último lazo posible con la comunidad a través del rito
conjuga modos de hacer visibles cuerpos y relaciones entre cuer- fúnebre y el recuerdo: desvirtuando el cadáver –convertido enton-
pos; desafía presupuestos sobre la especificidad y la esencia de lo ces en mero organismo internalizado, natural– lo homologa al ani-
humano, y desbarata su forma misma a partir de una inestabilidad mal que, históricamente, ha carecido del ritual fúnebre comunitario.
figurativa que problematiza la definición de lo humano como evi- Así, la integración de vida/muerte y el asesinato como media-
dencia y como ontología. (14-15) ción para la transformación des-personalizadora, son elementos
reiterados a través de diferentes referencias, desde las que desper-
sonifican a los muertos hasta las que hacen de la posibilidad de
morir una estadística lúdica, como por ejemplo, en el juego que
4 http://www.articlearchives.com/1104003-1.html
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padre e hijo comparten, consistente en que uno diga una cantidad de Es fácil notar de donde proviene el motivo de los hipopótamos
balazos en una parte del cuerpo y el otro conteste: “vivo, cadáver o –además de que este animal es considerado “el Rey del río”, ele-
pronóstico reservado” (Villalobos 18), también, en el hecho de que mento muy a propósito para compararlo con “el Rey” Yolcaut–: la
Tochtli no cuente entre sus conocidos a los cadáveres y que vea el ficción da continuidad a la exótica historia de los hipopótamos pro-
asesinato aparentemente sin afectación. Afirma Giorgi: “quizás el piedad de Pablo Escobar que se reprodujeron generando una mana-
sueño más persistente de esos poderes sea el de producir cadáveres da de más de treinta animales que vagan por el territorio colombia-
sin comunidad, cuerpos con los que la comunidad no puede estable- no, donde no hay suficientes hembras disponibles para todos –como
cer ningún lazo” (199-200).5 sucede en África, su hábitat natural– mismo por lo que enloquecen
Por otra parte, el mundo del zoológico, exquisitez de aristócratas y depredan, dañando cultivos, matando ganado y asustando con su
coleccionistas en su origen, y alineado luego en el orden pedagó- furia a los campesinos. Este asunto también se halla en el inicio de
gico humanista –función clara en algunos de ellos, como ser en la novela El ruido de las cosas al caer, de Juan Gabriel Vásquez.
el de Buenos Aires, fundado por Domingo F. Sarmiento como un La temática fue mediada por un curioso documental presentado
correlato didáctico más de su plan educativo–, retoma nuevamente, en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias en el
en el universo “narco”, su carácter de coleccionismo exótico, pero 2011: Pablo´s Hippos, de Antonio von Hildebrand, quien saliera
ahora como ostentación fetichista del capital e inscripto metafórica- de Colombia con sus padres a los 14 años, cuando éstos decidieron
mente en el orden capitalista depredador que “devora” al oponente, abandonar el país luego de que fuera hallada, en la escuela donde
al competidor incómodo, diseñando además una metáfora del poder asistía, una bomba de 80 kgs que no llegó a estallar.
animal, “omnívoro” de sus nuevos dueños: los reyes de las madri- Allí, von Hildebrand, respaldado por Sundance Channel y la
gueras donde se tejen los pandillescos acuerdos de clan que redibu- BBC, cuenta en paralelo la historia de Escobar y la de los hipopó-
jan lo político desde lo imprevisto por la razón. Giorgi señala: “allí tamos –una más acerca de los límites mencionados entre naturaleza
donde el bios no responde a un mero programa biológico o natural y cultura–; en su declaración al diario El País, dice: “De todos los
y donde excede las construcciones culturales que le dan forma, lo problemas que [Escobar] trajo al país, es quizá el último que le
animal se vuelve un umbral de exploración crítica y de interroga- faltaba a Colombia: una peste de hipopótamos que andan flotando
ción estética” (22) en el agua por todas partes, que andan libremente y nadie puede
Reforzando esta afirmación, el niño narrador, acostumbrado a controlar”; compara luego a éstos con los narcotraficantes del si-
que le cumplan todos sus deseos, quiere como mascota al menos guiente modo: “descubrí que los narcotraficantes tienen similitu-
un hipopótamo enano de Liberia; su padre hará lo posible –viajar des con los hipopótamos, o al menos Pablo Escobar las tenía. Son
a la propia Liberia (viaje que puede ser visto como otro tópico del gorditos, lampiños, extremadamente agresivos, no particularmente
Bildungsroman, también violado)– por conseguirlo a pesar de saber
inteligentes pero muy fuertes, y todo lo que hacen es por territorio
que pertenece a una especie en extinción.
y por hembras”. Enumera luego las similitudes:
5 Este efecto –en parte de “animalización”, pero sobre todo, de “basurización”
(otro modo de confusión orgánica)– que borra lazos comunitarios y desinscri- Cuando el líder de la manada es viejo, llega otro y lo mata para to-
be de la memoria, es también evidente en la presencia de los cadáveres feme- mar el liderazgo, como los narcos. Matan de inmediato a cualquiera
ninos tirados en los basurales o en el desierto de la cuarta novela de 2666, de que se les cruce en el camino, como los narcos. Son paranoicos,
Roberto Bolaño.
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como los narcos. En Colombia no tenemos al elefante en el cuarto, del capital depredador. Giorgi señala: “El otro tema que se arti-
es el hipopótamo en el cuarto. Y si lo sacamos nadie los va a querer. cula en torno al animal pasa por la interrogación sobre la relación
Estamos rodeados de hipopótamos, se están reproduciendo y tene- entre vida y propiedad, y específicamente sobre los modos en que
mos que hacer algo al respecto (cit. en Calderón, El País). el cuerpo animal hace visibles las operaciones desde las cuales la
vida se vuelve apropiable y privatizable, factible de ser constituida
Lo que tanto estas citas como la novela ponen en escena a través como propiedad y mercancía” (297): ésta es, sin duda, otra de las
del motivo –metataforizado– de los hipopótamos es precisamente funciones metaforizadoras del zoológico referido en el texto y del
la constitución de una comunidad anti estatal en lucha por definir gesto depredador que se apropia de la vida natural de la pareja de
los límites de su poder, donde el régimen de filiación también entra hipopótamos enanos.
en discusión: se mata al padre y, asimismo, al propio estado, in- En el ecocidio irresponsable de las bestias imperiales que se en-
gresando de este modo a un orden diferente del establecido por la ferman y apestan, que chillan como el propio niño al verlos morir
“cultura” (humanista). entre sus heces (chillidos que, en la ausencia de logos –continua-
Como es obvio, en un (anti) Bildungsroman cuyo personaje da, a su vez, en la mudez voluntaria posterior del infante– vuelven
central es un niño, la versión de los animales tiene que ser la de contiguos con él a los hipopótamos agonizantes, indiferenciando
hipopótamos enanos –en plural ya que finalmente capturarán una ambas naturalezas, rompiendo nuevamente la oposición persona/
pareja– paralelismo a través del que se juega nuevamente con los lí- no persona en un plano de continuidad corporal a través del aullido)
mites entre persona/no persona –esa oposición casi ontológica entre y desea “que todo el mundo se fuera a la extinción” (Villalobos
lo humano y lo animal “que apunta […] a definir lo específicamente 75), el texto remite metafóricamente a la pérdida “de la relación
humano por oposición o segregación del animal o de lo animal” ética con la muerte” (Giorgi 139), que se había manifestado ya en
(Giorgi 28) “matriz de muchos sueños civilizatorios de humanis- el episodio del periquito del amor, con el gesto de curiosidad e in-
mo” (Ídem 30)– para resaltar, desde la exterioridad del animal, la diferencia, y en los juegos estadísticos con el padre, señalados más
lógica de la violencia de las vidas no interpretables dentro del or- arriba; también, en un sentido inverso –cuerpo animal que engulle
den jurídico comunitario, pero en un sentido ejemplar inverso del al humano– en los enemigos devorados por los animales del zoo-
expresado por las fábulas “constructivas” que soportan la misma lógico: es lo que la literatura, discutiendo el límite entre lo animal
novela (la mitología azteca, la japonesa), juego donde “la distinción y lo humano, puede hacer al respecto, operando sobre lo simbólico
normativa –moderna y civilizatoria– entre lo humano y lo animal es para mostrar, a su vez, cuál será el final del niño –cuerpo contiguo
desplazada por líneas de continuidad, contigüidad, pasaje y ambi- ya al de los hipopótamos enanos muertos y embalsamados– cuyo
valencia entre cuerpos humanos y animales” (Giorgi 29). sentimiento moral ha sido también depredado.
Si el leitmotiv es también la depredación, esos animales “perso-
nalizados” y “aristocratizados” con nombres imperiales marcando
su continuidad con “el rey” –plebeyo, el de la canción popular que
sigue siéndolo a pesar de todas las condiciones adversas–, deben
terminar muertos, embalsamados y coronados al pasar de su mundo
natural al que los convierte en mercancía y en objeto de ostentación
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Conclusión Calderón, Verónica. “Los hipopótamos de Pablo Escobar”. El País. Cul-


tura. Madrid: 1° de marzo, 2011. http://cultura.elpais.com/cultu-
Por consiguiente y acorde con los recorridos trazados por lo que ra/2011/03/01/actualidad/1298934011_850215.html
hemos ido señalando, lo que demuestra ejemplificadoramente el re- Chávez Gómez, José Manuel A. Los significados del venado sol en la
lato considerado, en su valor de narrativa pedagógica a través de la cosmovisión maya. Un atisbo a la mitología e historia oral mayance.
ironía establecida sobre paralelismos míticos y animales, es que el Editorial Académica Española: México, 2012.
Escudero Prieto, Víctor. Reflexiones sobre el sujeto en el primer Bildungs-
narcotráfico, con su idea de violencia asociada al codicioso y codi-
roman. Master “Construcción y representación de identidades cultura-
ciado capital y al corporativismo mafioso, funciona como un mo-
les”. Departamento de Filología Románica. Universitat de Barcelona.
delo antieducativo nacional cosificador que pervierte la naturaleza
Curso 2007/2008. Trabajo de investigación Directora: Nora Catelli.
humana, “animalizándola”, es decir “deshumanizándola” si consi- http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/12126/1/Reflexiones%20
deramos, como hemos puntualizado con Giorgi, que la oposición sobre%20el%20sujeto%20en%20el%20primer%20Bildungsro-
humano (racional)/animal (instintivo-irracional) ha funcionado man%20(V%C3%ADctor%20Escudero).pdf
como núcleo “ontológico” o matriz del humanismo que establecía Giorgi, Gabriel. Formas comunes. Animalidad, cultura, biopolítica. Bue-
al animal como el límite del que el hombre, en su gradual camino nos Aires: Eterna Cadencia, 2014.
hacia la conciencia responsable –mostrado por el Bildungsroman Jeffers, Thomas L. Apprenticeship. The bildungsroman from Goethe to
tradicional– se apartaba. Santayana. Gordonsville, VA, USA: Palgrave Macmillan, 2005.
Se inhibe así, además –en el (anti)Bilgdungsroman objeto de Kushigian, Julia. Reconstructing childhood. Strategies of reading for cul-
nuestro análisis– toda posibilidad de establecer una concepción ture and gender in the Spanish American Bildungsroman. London:
solidaria y democrática de nación, eclipsándola tras la interesada Associated University Presses, 2003.
relación consumista sustitutiva del afecto en la concepción pandi- Link, Daniel. Fantasmas. Imaginación y sociedad. Buenos Aires: Eterna
llesca, caprichosa y depredadora de la madriguera bestial que anula Cadencia, 2009.
las condiciones humanas tras las leyes de un capitalismo salvaje, Tribuna Latina http://www.tribunalatina.com/es/notices/juan_pablo_vi-
canibalizante, desenfrenado: el niño deshumanizado, solitario entre llalobos_debuta_con_la_novela_fiesta_en_la_madrigera_26859.php
sus objetos caros, la tecnología de la playstation y los hipopótamos Villoro, Juan. “La alfombra roja. El imperio del narcoterrorismo”. Revista
embalsamados, con los valores morales arrasados –rey enano co- Ñ. Buenos Aires: Clarín, 29 de noviembre, 2008. (Publicado también
ronado y a la vez, decapitado– será el nuevo “conejo (¿o hipopó- en El Periódico de Catalunyia, 1° de febrero, 2009) Premio Inter-
nacional de Periodismo del Rey de España, enero 2010. http://edant.
tamo?) en la luna”. Del lector depende ver o no su silueta impresa,
revistaenie.clarin.com/notas/2008/11/29/_-01811480.htm
instalada allí por el poder demiúrgico del autor.
Vásquez, Juan Gabriel. El ruido de las cosas al caer. México: Alfaguara,
2011.
Bibliografía
Bajtin, Mijail M. “La novela de educación y su importancia en la historia
del realismo” Estética de la creación verbal. Trad.: Tatiana Bubnova
[1982]. México: Siglo XXI eds., 1999. (200-247).
REVISITANDO LA HACIENDA NAPOLÉS:
LAS RUINAS DEL NARCOTRÁFICO
EN EL RUIDO DE LAS COSAS AL CAER (2011)
DE JUAN GABRIEL VÁSQUEZ

ALBERTO FONSECA

A partir de 1990, las narco-narrativas colombianas han crecido no-


tablemente con la publicación de títulos seminales como La Virgen
de los sicarios (1994) de Fernando Vallejo y el posicionamiento en
el campo cultural de escritores como Jorge Franco, Gustavo Bo-
lívar Moreno y José Libardo Porras, entre otros. Productos de un
fenómeno global como es el tráfico de drogas, las narco-narrativas
manifiestan las divergencias y fracturas del neo-liberalismo, la glo-
balización y las políticas de represión en la lucha contra las drogas.
Después de la muerte de Pablo Escobar en el año 1993 son cada
vez más numerosos los textos colombianos que trabajan con las se-
cuelas de una sociedad que cedió al espejismo del narcotráfico. Por
ejemplo, Hijos de la nieve de José Libardo Porras señala la culpabi-
lidad de una nación que vio en la lógica del dinero fácil la solución a
sus problemas sociales1. En la novela de Darío Jaramillo Agudelo,
Cartas cruzadas, el narcotráfico afecta la escala de valores de una
generación de jóvenes que ven sus vidas transformadas a medida

1 En la cárcel, Capeto reflexiona sobre su responsabilidad en el narcotráfico.


Para el personaje de Hijos de la nieve, la culpa del auge del narcotráfico la tiene
la sociedad colombiana en conjunto: “La culpa es toda mía. ¿Culpa? ¿Quién
será culpable? ¿Quién será inocente? Que en Medellín tire la primera piedra el
inocente. Todos ganamos, todos comimos” (104).
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que uno de sus amigos se convierte en mafioso2. Si Libardo Porras La novela cuenta la historia de Antonio Yammara y su relación
y Darío Jaramillo analizan la influencia que el narcotráfico generó con Ricardo Laverde, un hombre misterioso vinculado en el pasado
en los jóvenes durante el auge del cártel de Medellín en los años 80, con la mafia. Antonio es herido de un disparo el día del asesinato
Juan Gabriel Vásquez se interesa en la generación de colombianos de Laverde, cuando lo acompañaba a escuchar una grabación mis-
que viven con las cicatrices del narcotráfico en la primera década teriosa a la casa de poesía Silva en el centro de Bogotá. De ahí en
del siglo XXI. adelante, este personaje se le convierte en una obsesión y Antonio
Vásquez ha recibido una amplia atención de la crítica. Sus libros empieza a investigar el pasado de Laverde al mismo tiempo que lu-
representan el nuevo boom de las producciones culturales colom- cha por interpretar la realidad de un país que todavía sufre el trauma
bianas al lado de escritores como Evelio Rosero, Jorge Franco y del narcotráfico.
Laura Restrepo. En textos como Historia secreta de Costaguana y Al señalar el propósito de su narración, Antonio comenta los di-
Los informantes, Vásquez trabaja con elementos del pasado de la ferentes puntos de conexión que existen entre el pasado y el presen-
historia colombiana (La independencia de Panamá y los alemanes te de la sociedad colombiana. Debajo de la aparente tranquilidad de
que vivieron en Colombia durante la Segunda Guerra Mundial) y su vida como profesor de Derecho, existen réplicas de la conmoción
ahonda en los diferentes acomodamientos que han sufrido los dis- causada por Pablo Escobar décadas atrás. Su encuentro con Laver-
cursos nacionales de progreso y modernidad. En El ruido de las co- de, un personaje misterioso que ha pasado veinte años en la cárcel
sas al caer, Vásquez trabaja con la sociedad colombiana Post-Pablo por tráfico de drogas, afecta su propia vida y lo lleva a investigar
Escobar que enfrenta los miedos y consecuencias del narcotráfico. las causas de su asesinato. La búsqueda de la historia personal de
La novela de Vásquez medita acerca de las diferentes opcio- Laverde es también un viaje por los miedos y las emociones de la
nes de vida que tienen los ciudadanos de un país que recuerdan y sociedad colombiana.
revisitan la historia del narcotráfico. Por un lado, el personaje prin- En su aspecto formal, la novela está dividida en seis capítulos
cipal reflexiona sobre la manera como el narcotráfico organizó su que reconstruyen la vida de Laverde y su relación con Antonio. El
vida personal y emocional y sobre las distintas configuraciones del capítulo primero “Una sola sombra larga” comienza con la noticia
miedo. Por otro lado, la novela señala la importancia de la escritu- de la cacería de uno de los hipopótamos de Pablo Escobar en el año
ra como instrumento de reflexión y análisis de una época. De esta 2009, desde donde se desprende el relato de Antonio. El capítulo 2,
manera, el texto funciona como un aparato que ve en la memoria 3 y 4 es la narración del pasado de Laverde y el encuentro con su
personal y la escritura los elementos principales para superar la his- hija Maya Fritts en La Dorada. Los capítulos 4 y 5 cuentan también
toria violenta del país. el pasado de Laverde, su matrimonio con Elena Fritts y su participa-
ción en la estructura del narcotráfico como piloto de las aeronaves
2 Esteban, uno de los personajes principales comenta sobre la seducción que el cargadas de droga. El capítulo final “Arriba, arriba, arriba” está en
dinero del narcotráfico logró en la totalidad de la sociedad colombiana: “Aquí el presente de la narración y narra el accidente aéreo de la esposa de
descubro mi empeño, mi empeño ridículo en tratar de hacerle saber a doña Laverde y la visita que Antonio y Maya Fritts realizan a las ruinas
Gabriela que yo no trabajo en lo mismo que Luis. Al mismo tiempo que actúo
como vendedor, le declaro que no estoy metido en asuntos ‘inconvenientes’.
de la Hacienda Nápoles.
Hipócrita. Soy un hipócrita. Ya no soy víctima. Y puede que no fabrique o La manera en que El ruido de las cosas al caer articula el pasado
transporte o venda la cocaína. Pero termino lucrándome de los dólares que del narcotráfico y el presente de la sociedad colombiana después
produce” (522).
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de la lucha contra los cárteles es su valor principal. Una parte im- Carlos Galán, candidato a la presidencia del país, cuyo asesinato
portante de esta novela es poder leer entre líneas la necesidad que fue distinto o es distinto en nuestro imaginario porque se vio en
tiene una sociedad de discutir sus miedos y los eventos que marca- televisión. (19)
ron su historia reciente. La relación que establecen los dos persona-
jes principales (Antonio y la hija de Laverde, Maya) captura muy En el texto la lista de los diferentes acontecimientos del narco
bien la estructura de sentimiento de una época que marcó la vida de forma parte de la memoria de los personajes en el momento que
millones de colombianos. La gradual resolución de los diferentes empiezan a contar su propia historia personal y emotiva. El texto de
enigmas que componen el texto (¿Quién es Laverde? ¿Por qué lo Vásquez logra una ubicación histórico-emocional en las raíces del
mataron? ¿Qué hizo para que lo asesinaran?) ilustra ejemplarmente miedo y explora en los distintos cambios que el narcotráfico ejecutó
la tensión que existe en la sociedad colombiana entre el temor de en las vidas de los colombianos. El miedo de salir a la calle, las
enfrentar su pasado caótico y la necesidad de reflexionar sobre las amenazas de bombas, formaron parte de la rutina de una generación
circunstancias de su presente. que comienza a enfrentarse a las características del pasado. En el
Una manera en la que el texto resuelve las diferencias y silencios encuentro con Maya, Antonio cree ver la posibilidad de una unión:
que surgen entre los diversos personajes es a través de la experien- la capacidad que tienen los colombianos de repasar su historia emo-
cia que comparten en la historia del narcotráfico. Al principio de cional a partir de su propia relación con los eventos del narcotráfi-
su conversación con Maya, Antonio se da cuenta de que la vida de co. Podría decirse que como lectores también estamos invitados al
ambos ha estado dictaminada por una serie de hechos violentos y encuentro que tiene Antonio con su propia historia y que la novela
que las distintas etapas de su vida van de la mano con los diferentes nos impulsa a mirarnos en el espejo de nuestro pasado histórico:
asesinatos que formaron la configuración del narco en Colombia.
Ambos personajes también tienen muy claro el evento que transfor- La gente de mi generación hace estas cosas: nos preguntamos cómo
mó la percepción de Pablo Escobar hace 25 años en Colombia: el eran nuestras vidas al momento de aquellos sucesos, casi todos
asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán. ocurridos durante los años ochenta, que las definieron o las des-
viaron sin que pudiéramos siquiera darnos cuenta de lo que nos
No lo pensé en ese momento, pero esos crímenes (magnicidios, estaba sucediendo. Siempre he creído que así, comprobando que no
los llamaba la prensa: yo aprendí muy pronto el significado de la estamos solos, neutralizamos las consecuencias de haber crecido
palabrita) habían vertebrado mi vida o la puntuaban como las visi- durante esa década, o paliamos la sensación de vulnerabilidad que
tas impredecibles de un pariente lejano. Yo tenía catorce años esa siempre nos ha acompañado. (227)
tarde de 1984 en que Pablo Escobar mató o mandó matar a su per-
seguidor más ilustre, el ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla La novela tiene un componente generacional en el que se reco-
(dos sicarios en moto, una curva de la calle 127). Tenía dieciséis nocen y representan los dos personajes. Maya y Antonio son dos
cuando Escobar mató o mandó matar a Guillermo Cano, director de jóvenes que han visto sus vidas truncadas a causa del narcotráfico y
El Espectador (a pocos metros de las instalaciones del periódico, que intentan encontrar en los restos las claves para vivir el futuro.
el asesino le metió ocho tiros en el pecho). Tenía diecinueve y ya Una parte esencial de esa reconstrucción sucede cuando los perso-
era un adulto, aunque no había votado todavía, cuando murió Luis najes principales deciden re-visitar la Hacienda Nápoles que se eri-
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gió como símbolo del poder del narcotráfico en Colombia durante tóricos que causa la visita a las ruinas es también señalada por el
los años 80. Ambos descubren que de niños visitaron el zoológico narrador mediante la unión con la historia familiar de Laverde y
de Pablo Escobar en una época y una edad en la que no se conocían Elena una generación atrás. Antonio y Maya viajan a las ruinas en
los alcances del poder del narcotráfico. Al igual que ellos, la socie- el mismo carro casi 30 años después, por la misma carretera de an-
dad colombiana vivía con inocencia el poder adquisitivo del capo taño, señalando la posibilidad de conectar el pasado del narcotráfico
y disfrutaba de la ostentación y el lujo del dinero del narcotráfico. con el presente Post-Pablo Escobar y sus diferentes víctimas.
El viaje a las ruinas de La Hacienda Nápoles funciona en el texto Los despojos de la hacienda crean en los personajes una mezcla
como la culminación de un período de auto-reconocimiento y de activa entre curiosidad y fascinación. Antonio y Maya experimen-
reconstrucción de la memoria familiar y colectiva del país3. tan los distintos niveles subyacentes en las ruinas a la manera de
Walter Benjamin en su texto Excavation and Memory. Para Benja-
¿y ha vuelto desde esa época? Porque yo no, no he vuelto nunca. min las ruinas son sitios de excavación y memoria que transcienden
El sitio está que se cae a pedazos, por lo que sé. Pero podemos ir su lugar en el espacio.
de todas formas, ver qué hay, ver de qué nos acordamos. ¿Le suena Antonio y Maya visitan los restos y reconocen una diferencia
la idea? particular entre el exterior y el interior. Mientras que, por fuera, la
Pronto estábamos avanzando por la vía a Medellín a la hora de hacienda sufre los estragos del tiempo quedando como único recor-
más calor, moviéndonos por la cinta de asfalto igual que lo habían datorio la avioneta con la que Pablo Escobar “coronó” sus primeros
hecho Ricardo Laverde y Elena Fritts veintinueve años atrás, y ha- viajes, al entrar, el tiempo está detenido. En la visión que el perso-
ciéndolo, además, en el mismo Nissan color hueso en que lo habían naje tiene de la hacienda, los tiempos se confunden: el pasado, el
hecho ellos. (225) presente y el futuro se mezclan señalando las diferentes posibilida-
des temporales que coexisten en las ruinas.
Las ruinas de la hacienda Nápoles permiten a los personajes co-
nectar el pasado, el presente y el futuro de la sociedad colombiana Cuando llegamos a la Hacienda Nápoles el cielo había comenzado a
a la vez que demuestran la negociación que existe entre los ciuda- nublarse y un bochorno molesto apareció en el aire. Pronto llovería.
danos del país con su pasado histórico. La visita que realizan a un El nombre de la propiedad aparecía pintado en letras descascaradas
lugar que se erige como sitio de intersección de sus diferentes his- sobre el portal blanco de dimensiones innecesarias –una tractomula
torias, será un elemento esencial para entender a esta nueva genera- habría podido pasar por allí– y sobre el travesaño, en delicado equi-
ción de colombianos que viven en una sociedad Post-Pablo Escobar librio, estaba una avioneta pequeña, blanca y azul como el portal:
y que miran con nostalgia una infancia afectada por el narcotráfico. era la Piquer que Escobar usó durante sus primeros años y a la cual,
De manera interesante esta conexión entre diferentes tiempos his- solía decir, debía su riqueza. Pasar por debajo de esa avioneta, leer
la matrícula inscrita en la parte inferior de las alas, fue como entrar
3 Para el horror de muchos, Pablo Escobar fue un gran productor de ruinas en las en un mundo sin tiempo. Y sin embargo, el tiempo estaba presente.
últimas décadas del siglo XX en Colombia. La hacienda Nápoles y La Cate-
dral, (la cárcel donde pasó recluido) se levantan como paradigmas de la subida Para ser más preciso: había hecho estragos. (233)
y la caída de este capo. De la misma manera, durante los años 90, Escobar dejó
restos de su poder destructivo con las bombas que el cártel explotó en distintos
edificios y espacios públicos durante su guerra frontal al Estado colombiano.
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El colapso del exterior de la hacienda y el tiempo detenido que Svetalna Boym en su libro The Future of Nostalgia reconfigura
los personajes experimentan en el interior señalan procesos de re- el concepto de ruina de Walter Benjamin con un análisis crítico
construcción y memoria en la sociedad colombiana Post-Escobar. de los diferentes usos de la nostalgia. Las ruinas de la hacienda
Entrar a las ruinas de la hacienda Nápoles es estar frente a un es- de Escobar no invitan simplemente a la nostalgia de algo perdido,
pectáculo de degradación natural y también de destrucción humana, también impulsan una reflexión en el pasado revisando los acon-
pero también ante la manifestación de una zona de intersección que tecimientos que cambiaron la vida de los personajes y de una ge-
invita a una fuga hacia el futuro y una vuelta al pasado. neración de colombianos, víctimas del poder del narcotráfico. Por
Los restos de las estructuras evocan un tiempo que persiste y se un lado, esta nostalgia que sufren Antonio y Maya al descubrir lo
resiste a caer en el olvido y que, de esta manera, contribuye a la his- ausente entre las ruinas actuales de la hacienda es una nostalgia off
toria de las vidas de los personajes pero también a la historia colec- modern que critica la idea moderna del tiempo y el progreso. Para
tiva de la nación. Las ruinas permiten que los personajes evoquen la Boym: “The adverb off confuses our sense of direction; it makes us
pesadilla de la peor época del narcotráfico, los signos de su historia explore side shadows and back alleys rather than the straight road
y exploren de manera compleja su propia memoria fragmentada. of progress; it allows us to take a detour from the deterministic na-
rrative of twentieth-century history.” (xvii).
Vimos el garaje donde se pudría la colección de carros antiguos, La visita de los personajes a las ruinas les permite explorar las
vimos la pintura desastrada y las luces rotas y las carrocerías hun- partes ocultas de su historia y les permite entender su propio pre-
didas y los cojines desaparecidos y los asientos convertidos en un sente. Boym también de manera muy eficaz señala cómo esta nos-
desorden de muelles y resortes y recordamos que según la leyenda talgia off modern trasciende la memoria individual y tiene raíces en
uno de esos aparatos, un Pontiac, había pertenecido a Al Capone y la historia colectiva: “Unlike melancholy, which confines itself to
otro, siempre según la leyenda, a Bonnie y Clyde (235). the planes of individual consciousness, nostalgia is about the rela-
tionship between individual biography and the biograhy of groups
Después de la muerte de Escobar, los animales de la hacienda es- or nations, between personal and collective memory”.
caparon, otros murieron transformando uno de los zoológicos más Esta unión entre la memoria personal y colectiva no homogenei-
populares de la nación en un parque abandonado que sirve como za la exploración que los personajes realizan en las ruinas de la Ha-
recordatorio del auge y la caída del narcotraficante más famoso del cienda Nápoles. Para Maya visitar las ruinas es entrar en una historia
país. Es esta parte de la hacienda, la que forma el zoológico, la que familiar que ocultó la verdadera profesión del padre y enfrentarse
evoca un sentimiento de ausencia en los personajes de la novela. En con su propio exilio interior; para Antonio, es la indagación en el
el zoológico de Pablo Escobar los personajes conectan las ruinas de miedo, en un miedo particular por ser víctima del narcotráfico, pero
Pablo Escobar con la nostalgia de su pasado inocente: “Pero no vi- también en el miedo que tiene una generación a enfrentar su pasado.
mos al canguro que daba patadas a un balón de fútbol, ni al famoso
loro que era capaz de recitar la alineación de la selección Colombia, Pero tal vez lo más extraño de esa tarde es que todo lo que vimos
ni a los emús, ni a los leones y los elefantes que Escobar había com- lo vimos en silencio. Nos mirábamos con frecuencia, pero nunca
prado a un circo viajero…” (235) llegamos a hablar más allá de un interjección o un expletivo, quizás
porque todo lo que estábamos viendo evocaba para cada uno re-
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cuerdos distintos y distintos miedos, y nos parecía una imprudencia sonajes comprenden que no existen culpables en un negocio que
o quizás una temeridad ir a meternos en el pasado del otro. Porque mostró su verdadera cara sangrienta en el futuro. Maya, al pensar
era eso, nuestro pasado común, lo que estaba allí sin estar, como en la muerte de su madre en el accidente aéreo, llega a un acuerdo
el óxido que no se veía pero que carcomía frente a nosotros las por primera vez sobre la participación de su padre en la estructura
puertas de los carros y los rines y los guardabarros y los tableros y del narcotráfico:
los timones. (236)
¿En qué iría pensando? Tal vez en que valía la pena tratar. Otro
En su propia excavación del pasado los personajes no se con- día volvió a llamar, trató de justificar lo que había hecho el papá,
vierten en jueces del tiempo histórico. Más bien, aceptan la com- me dijo que en esa época todo era distinto, el mundo del tráfico de
plejidad de un fenómeno que infectó las distintas capas sociales. Al drogas, todo eso. Que todos eran unos inocentes, eso me dijo. No
visitar las ruinas, Antonio y Maya no tienen una visión maniquea que eran inocentes, no, sino unos inocentes, no sé si se da cuenta de
de los protagonistas de la guerra contra las drogas ni se interesan en la distancia que hay entre una cosa y la otra. (247)
indagar sobre los distintos acontecimientos que sucedieron allí. Su
excavación no necesita encontrar culpables sino más bien, permi- Al final de la novela, los personajes exploran juntos las cicatrices
tir la recolección de nuevas memorias que estaban reprimidas: “En causadas por las diferentes estructuras de sentimiento que recorren
cuanto al pasado de la propiedad, no nos interesó demasiado: las co- la sociedad colombiana en la primera década del siglo XXI. Me-
sas que allí habían ocurrido, los negocios que se hicieron y las vidas diante una escena muy alegórica, Maya no tiene ningún problema
que se extinguieron y las fiestas que se montaron y las violencias en acariciar la cicatriz que Antonio tiene a causa del atentado a La-
que desde allí se planearon, todo eso formaba un segundo plano, un verde. Lo único que queda es la historia de los dos y la posibilidad
decorado.” (236) de un nuevo futuro. Esta resolución de la novela ofrece una visión
A pesar de que la novela explora la influencia de los Cuerpos de que ve en el nuevo nacimiento del personaje una apuesta a la reso-
Paz en el tráfico de drogas o la corrupción política y administrativa lución de la crisis. Antonio ha contado su historia, encontrando en
del país, el texto se interesa más en indagar en las heridas emocio- Maya, su nuevo compañero de viaje: “Y entonces Maya hizo algo
nales de sus personajes y en proponer un nuevo acercamiento hacia que sólo había hecho una persona en el mundo hasta entonces: su
el futuro. Al prepararse para salir de la hacienda, Maya encuentra mano se posó sobre mi vientre y encontró mi cicatriz y la acarició
a la cría de uno de los hipopótamos de Pablo Escobar; uno de los como si pintara con un dedo, como si su dedo estuviera embadur-
pocos ejemplares que ha sobrevivido a la persecución de las autori- nado en témpera y tratara de hacer sobre mi piel un dibujo raro y
dades. El animal que activó la memoria de Antonio al principio de simétrico”. (pp)
la narración está presente a la salida de la hacienda como recordato- La experiencia misma de leer El ruido de las cosas al caer con-
rio de lo que todavía queda del pasado y de la discusión que todavía vierte el texto en un aparato ideológico que busca influir en los lec-
hoy existe en Colombia sobre lo que debemos hacer con la historia tores y su manera de ver los resultados de la crisis emocional y
del narcotráfico. social del narcotráfico en una sociedad Post-Pablo Escobar. Las rui-
De la misma forma, la visita a este lugar impulsa en Antonio nas de la Hacienda son la representación de la tensión entre olvido y
y Maya una reflexión ética. Después de visitar las ruinas los per- recuerdo que experimentan los personajes. Como lectores del texto
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acompañamos a Antonio en su búsqueda personal y nos sentimos sociedad mafiosa. El surgimiento del narcotráfico transformó las
atraídos por una serie de encuentros con distintos personajes que relaciones sociales en Colombia estableciendo nuevos campos de
reflexionan sobre su pasado y quienes, al encontrar en sus restos los lucha con los valores tradicionales de la sociedad. La novela de
signos del presente, también llegan a una mejor comprensión del Vásquez logra, por medio de la unión de dos seres herederos de la
futuro colectivo de una nación. historia del narcotráfico, examinar las tensiones y expectativas que
La transformación de la hacienda de Pablo Escobar a través de existen hoy en la sociedad colombiana Post-Pablo Escobar.
los distintos gobiernos liberales y conservadores del país es tam-
bién una plataforma de interpretación con características sociales,
culturales y políticas. Después de la muerte de Escobar y bajo la Bibliografía
protección de la Oficina de Estupefacientes, la hacienda cayó en Álvarez, Sergio. La Lectora. Barcelona: RBA Editores, 2001.
un completo abandono y sólo era visitada clandestinamente por los Benjamin, Walter. “Excavation and Memory.” In Selected Writings, volu-
buscadores de tesoros que devastaron sus construcciones y empeza- me 2, edited by Michael W. Jennings, Howard Eiland, And Gary Smi-
ron su transformación en ruinas. th, translated by Rodney Livingstone et al., 576. Cambridge: Harvard
En el año 2007, el gobierno colombiano decidió entregar la ha- University Press, 1999.
cienda a una firma particular para construir un parque temático. En Boym, Svletana: The Future of Nostalgia. New York: Basic Books, 2001.
este nuevo parque se han reconstruido las estructuras de los dino- Bolívar Moreno, Gustavo. Sin tetas no hay paraíso. Bogotá: Quintero Ed,
2005.
saurios y las antiguas caballerizas han dado paso a un restaurante
Franco Ramos, Jorge. Rosario Tijeras. Barcelona: Mondadori, 2000.
donde existe un muñeco tamaño real de Pablo Escobar para que los
García Márquez, Gabriel. Noticia de un secuestro. México: Editorial Dia-
turistas se tomen fotos. Lo único que sigue abandonado es la casa na, 1996.
principal, como la describe Antonio en el texto. La pregunta que Gaviria, Víctor, y Alexander Gallego. El pelaíto que no duró nada. Bogo-
surge es si el muñeco “tamaño real” de Escobar y la reconstrucción tá: Planeta, 1991.
de símbolos como la avioneta y los carros de lujo son el intento, por Jaramillo Agudelo, Darío. Cartas cruzadas. Bogotá: Alfaguara, 1995.
parte de las autoridades, de crear simulacros con la realidad del nar- Porras, José Libardo. Hijos de la nieve. Bogotá: Planeta, 2000.
cotráfico, o de ubicar el pasado de Escobar en una narrativa oficial ----------. Happy Birthday, Capo. Bogotá: Editorial Planeta, 2008.
determinada. Vásquez señala, con su texto, que visitar las ruinas de Restrepo, Laura. El leopardo al sol. Bogotá: Planeta, 1993.
la hacienda es acceder a un espacio que posibilita el proceso de una ----------. Delirio. Bogotá: Alfaguara, 2004. Impreso.
revisión histórica y la oportunidad de un nuevo futuro. Salazar J, Alonso. No nacimos pa’ semilla: la cultura de las bandas juve-
Las narco-narrativas del siglo XXI añaden de esta manera nue- niles de Medellín. Bogotá: CINEP, 1991.
vas aproximaciones a las consecuencias del narcotráfico a la vez Vallejo, Fernando. La Virgen de los sicarios. Bogotá: Alfaguara, 1994.
que demuestran el gran éxito comercial que tienen los textos de esta Vásquez, Juan Gabriel. El ruido de las cosas al caer. México: Santillana
modalidad temática. Durante los años noventa, la narco-narrativa Ediciones Generales, 2011.
se caracterizaba por el afán desacralizador de prácticas asociadas al ----------. Los informantes. Bogotá: Alfaguara, 2004.
narcotráfico como el consumo, la violencia y las diferentes luchas ----------. Historia secreta de Costaguana. Bogotá: Alfaguara, 2007.
ideológicas que se establecen entre la sociedad tradicional con la
EL NARCO MUNDO EN LAS NOVELAS
TRANSNACIONALES DE ELMER MENDOZA
Y DON WINSLOW

MINNI SAWHNEY

La eclosión de la literatura sobre el narcotráfico cuya escritura se


centra en los estados de la frontera norte de México ha sido acom-
pañada por una crítica estridente alegando deficiencias literarias
en esta producción cultural que, en opinión de ésta, se ha vuelto
parasitaria de la violencia. Rafael Lemus señala, en Letras Libres,
que en estas obras “se procede como si realidad y literatura fueran
una misma cosa. Pocos se cuestionan lo obvio: ¿puede la narrativa
retratar la realidad? La realidad es un problema, no un asidero.”
(Lemus 2005); asimismo, escribiendo en Nexos, Valeria Luiselli
observa: “El espectro de lo que hoy se denomina “narcoliteratura”
–aun cuando lo que se escribe no siempre trata directamente sobre
el narcotráfico– es amplio […]. La peor cara de esta literatura, a mi
parecer, es la que se escribe desde la cómoda posición del turismo
de la marginalidad”. (Luiselli 2012). Otros críticos han refutado
estos alegatos. En un artículo titulado “De qué más podríamos ha-
blar”, Diana Palaversich ha hablado de una tradición literaria sobre
el narco que se remonta, al menos, a 1967 y la novela Diario de un
narcotraficante de Pablo Serrano (Palaversich 2011).
Inherente a este tipo de crítica está el reconocimiento de que una
literatura que evidencia el horror de la violencia en la región emer-
ge del norte. Como lectora, tomo el repudio de estos fenómenos
culturales como una señal de la mayoría de edad de la literatura de
la frontera norte, puesto que ha merecido tanto el reconocimiento
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como la ira de críticos que admiten, al menos, su singularidad. En Las representaciones, predisposiciones e inclinaciones literarias
este artículo pretendo evaluar la riqueza de características comu- de los autores están determinadas por un contexto social donde la
nes que justifica su inclusión como categoría e intento comprobar violencia ha impregnado un estilo de vida o se manifiesta en lo que
cómo estas obras, de hecho, atestiguan la historia contemporánea, Luis Astorga y Nery Córdova denominan la “extraordinaria y di-
ya que, mediante técnicas literarias que refiguran la temporalidad, versificada empresa de la desviación [social] –por sus contenidos
los lectores acompañan al narrador en su búsqueda de significados actuales de ilegalidad–”. Han comprobado también que la cultura
entre un caos de eventos e interpretaciones, y a través de ellas se les persiste aún en situaciones de violencia extrema. En una entrevista
proporcionan nuevas perspectivas de la realidad. hecha por Miguel Cabañas, Elmer Mendoza, el escritor de Sinaloa
Para sustentar este último punto, debo mencionar que hay auto- en cuyas obras los lectores reconocen como protagonista a la ciu-
res de bestseller en los Estados Unidos que basan sus obras en la dad Culiacán, ha advertido que hay un círculo de escritores de la
historia de frontera. El género de narconovela o criminal al respec- frontera norte; en éste figura también, por temática, Arturo Pérez
to, llena la brecha que completa un campo donde historiadores y Reverte y Paco Ignacio Taibo, visitantes frecuentes, pero ni nativos
sociólogos tienen inhibiciones o no se atreven a entrar porque po- ni residentes en la región.
drían ser implicados a través de sus descripciones y explicaciones Bien arraigadas en los estados colindantes a la frontera Esta-
acerca de la violencia, o que se pensara que están tomando partido dos Unidos y México, estas novelas, como los “narcocorridos”, han
por un cartel o contra otro. Según Luis Astorga, «El sociólogo no sido criticados por ser una apología del consumo y comercio de
puede abordar el tema de manera heterodoxa sin despertar sospe- drogas, porque no son pedagogizantes y porque en ellas se borran
chas de todos los bandos y bandas en pugna, de ahí la dificultad las distinciones entre víctimas y victimarios, pero el fluir de con-
para explorar la vida de los verdaderos traficantes; en el mejor de ciencia prevalente en los escritos de Elmer Mendoza, con registros
los casos corre el riesgo de que se le considere “soplón” en potencia entremezclados de narcotraficantes, políticos, hombres de la calle
o “cómplice”». (Astorga 1995 83). y detectives policiacos, tiene tanto implicaciones ideológicas como
La literatura, sin embargo, en su búsqueda siempre inconclusa y estilísticas. La profesora Gabriela Polit Dueñas, de Austin, señala:
abierta de significados, funciona con otra ética. Los novelistas com-
plementan la historia con reconstrucciones intuitivas y no lineales The plots of his stories and the literary conventions that give life
de contextos. En Time and Narrative, Paul Ricoeur ha explicado to his characters evoke an archive of classic literary traditions. […]
que si los historiadores hacen un aporte a su deuda con otras ge- He is an artisan of vernacular language, of local speech patterns
neraciones mediante pruebas, los novelistas rinden lo que deben and slang. Incomprehensible at first –for the linguistic twists and
mediante otras formas, pero ellos también tienen que ser fieles a los turns and for the use of specific colloquialisms– the words of his
hechos, aunque no sea en el modo lineal en que lo hace la historia. characters soon flow with rhythm and a great sense of humor.
El norte, la violencia y el narco es, en términos de Pierre Bour- Mendoza´s work with language, however, always makes it clear
dieu, el habitus de ciertos autores norteños, un habitus que, obvia- that the world of narcos he describes is first and foremost a fine
mente, desafía la tradicional hegemonía histórica de la Ciudad de literary construction. (2011 66).
México en el campo de literatura y las artes.
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En su obra, se retrata a los jefes de cárteles como caciques que historias que se entrecruzan) y sin exquisitos guiños literarios al
distribuyen beneficencia, por lo tanto, éstos compiten contra el Es- lector, la anécdota carece de divisiones maniqueas entre los buenos
tado federal en su uso legítimo del poder. Las economías paralelas y los malos y esto la posiciona como una alternativa a los discursos
prosperan y el estado federal es sólo uno de los bandos contendien- oficiales del narcotráfico.
tes que usa la fuerza, mientras los crímenes siguen irresueltos en De hecho, las novelas sobre el narcotráfico ya no forman parte
una atmósfera de impunidad total. de una tradición nacional: el tema es universal y se contextualiza
Los lectores comparten la tarea de construir una trama coheren- en espacios intercambiables. Nery Córdova ha explicado cómo esa
te en la vorágine de matanzas y crímenes donde los diálogos son industria engloba la economía, la sociedad y la cultura. En sus pa-
claroscuros que tampoco contribuyen a resarcir en mucho las ex- labras «la violencia se transforma y “forma cultura”, precisamente
pectativas del lector cómodo. Los textos responden a una situación cuando ha crecido y rebasado su condición pasajera e incidental, se
generalizada de perplejidad y se presentan como historias reprimi- ha arraigado en el pensamiento y en la vida social y se ha converti-
das, entremezcladas y caóticas, que urge contar. Los protagonis- do, ya, en “una predisposición”» (Córdova 2011 43). Esa “predis-
tas de Elmer Mendoza nos dan información fragmentaria, pero nos posición” es la condición bajo la cual se vive en Sinaloa, por ende,
ayudan a descubrir el haz de cuestiones al que la obra sugiere una los productos culturales llevan directamente o de manera sublimi-
respuesta. El lector se apropia paulatinamente del texto después de nal, la marca inconfundible de los conflictos sociales.
muchos tanteos por encontrar su norte. Mendoza nos explica por Según Elmer Mendoza, la violencia endémica en su Culiacán, el
qué él usa el lenguaje coloquial de Culiacán para explicar la violen- trasfondo de todos sus escritos, lejos de ser un fetiche, es su único
cia endémica: “Como escritor, lo que estoy intentando es dilucidar tema y contexto. Sus novelas Balas de Plata (2008) y La prueba
algunos registros que pudiera tener [la violencia] sobre la realidad del ácido (2010) versan sobre los crímenes esporádicos pero inter-
y sobre la mitología; más sobre la mitología que ha surgido sobre conectados que su personaje Edgar Mendieta (“El Zurdo” para sus
el caso. Y buscar convertirlo en literatura, sin que haya un sentido compañeros), reconstruye en el ejercicio de su actividad relevante
moral o un sentido de juzgar a los que no me corresponde” (2005). como detective profesional en Culiacán. “This character has trave-
En la novela El poder del perro (2005) del norteamericano Don led as much as the author and shows perhaps Mendoza´s alter ego
Winslow, el narcotráfico es retratado como el lado oscuro de la (the initials of the names are the same)” (Polit Dueñas 2011 78).
globalización, espacio donde varias nacionalidades –como chinos El narcotráfico se introduce sin pretensiones, como parte del
y colombianos por citar algunas– juegan sus osadas apuestas en la tejido de la vida diaria en la ciudad, y los protagonistas son los
frontera mexico- estadunidense. En una entrevista, el escritor dice mismos en las dos novelas, sus compañeros en la policía o jefes de
que se le ocurrió la idea de investigar los cárteles cuando leyó la cárteles, como Marcelo Valdés y su hija Samantha. En un momento
noticia de la matanza de diecinueve hombres y mujeres no lejos determinado, ella se lanza contra Edgar Mendieta por sospechar de
del lugar fronterizo donde él solía pasar los fines de semana. Su su padre en el asesinato de Bruno Cañizales, una figura social tra-
investigación le hizo concluir que la guerra contra las drogas es vesti; por las palabras de esta mujer, el lector se forma una idea de
combate perdido aún antes de que pudiera comenzar, porque los las conexiones entre el tráfico de droga y el de influencias: “Te bus-
estupefacientes se adquirían con más facilidad en las cárceles nor- qué por dos asuntos, Mendieta, primero: respeta a mi padre, cabrón;
teamericanas. Escrita de manera relativamente lineal (ya que hay es uno de los hombres más importantes de este país; el presidente,
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sus secretarios y cuanto lambiscón anda con ellos se le cuadran, si En Culiacán la vida es complicada. Bruno Cañizales, el hom-
no fuera por él millones de gentes estarían desempleadas” (83). bre asesinado, tiene amigos en sitios insospechados y el asesino es
La policía indaga en las razones de Marcelo Valdés para ha- un conocido. El asesinato aparentemente tiene poco que ver con
ber entrado en el narcotráfico, y si sus orígenes en Badiraguato, un el narcotráfico, la acumulación ilegal de la riqueza o con los altos
lugar históricamente asociado con el cultivo de opio, tienen algo poderes, pero las señales de una sociedad que no funciona apropia-
que ver. La movilidad social, por la cual los capos de cárteles se damente están por doquier. El detective Mendieta nos revela cómo
convierten en caciques promoviendo un cierto desarrollo económi- él mismo había transportado droga en una ocasión, cuando era jo-
co para ganar la buena voluntad y la sumisión de la gente es una ven, para entregar luego la mitad del dinero a su madre y poder
razón de peso. Por las palabras de Marcelo Valdés nos damos una irse luego a estudiar literatura en la Universidad. Sus amores y su
idea de los nexos entre el tráfico entre la droga, del poder y de las carrera en la policía, su ahínco en querer luchar contra los asesinos
influencias: “Necios, se la pasan criticándonos pero bien que viven sin tener en cuenta sus propios antecedentes como narcotraficante,
de nosotros; hice crecer este lupanar, levanté barrios enteros y creé nos dejan entrever no sólo la vida de un policía en Sinaloa, sino
más fuentes de trabajo que cualquier gobierno; no permitiré que lo también una sociedad que se ha desubicada y desbordado a causa
olviden; era un rancho polvoriento cuando empecé y miren hasta de una guerra artificial y fratricida contra el gobierno federal y los
dónde llega” (178). Estados Unidos.
Los asesinatos se suceden y quedan irresueltos. La mujer que La siguiente novela de Mendoza, La prueba del ácido, se basa
es la primera en ver el cuerpo de Bruno Cañizales se suicida y el en el período de la presidencia de Felipe Calderón. En las prime-
amante de su hermana (el hijo joven, ilegítimo, del jefe de policía ras páginas la policía y detectives comentan consternados sobre la
–proveniente de su “casa chica” o “capillita”– también es asesina- guerra del presidente contra la droga: “¿Vieron la declaración del
do en circunstancias misteriosas). Una pasajera, viendo el cuerpo, presidente? […] ¿Está loco o qué? Le está declarando la Guerra al
comenta con desesperación: “¿Oiga no piensan acabar con la vio- narco, ¿sabes cuántos policías pueden morir? Todos”. (19)
lencia?; yo escucho a los políticos, a los policías, a los soldados El caso bajo investigación esta vez es el de una bailarina brasile-
prometiendo cosas, pero los encobijados1 no acaban […] en este ña de cabaret: Myra Cabral de Mello, con poderosos narco clientes,
país la justicia está en manos de los delincuentes y mientras ustedes, quien ha sido asesinada y su pecho grotescamente mutilado. Así el
los del Gobierno, se hagan de la vista gorda, vamos a seguir igual”. asesino adquiere un cariz individual en una sociedad violenta. La
(160). La mujer acongojada y cínica que rehúye de la policía porque entera sociedad de Culiacán se estremece puesto que todos la co-
los cree ineptos, pone a todos en el mismo saco: para ella la policía nocían. La narco industria reacciona contra la guerra librada en su
es un mero agente de otra institución corrupta, donde se enseñorea contra en un espacio donde, por una parte, llega el padre de George
la impunidad y la militarización. Acerca de este contexto, la espe- W. Bush a cazar y, por la otra, los agentes de FBI trabajan en mi-
cialista Rossana Reguillo ha escrito sobre esa violencia volátil y siones secretas. Los detectives de la policía de Sinaloa son corte-
fantasmagórica de la narcomaquinaria y su presencia, que se intuye jados por los narcos que tienen legitimidad entre ciertas secciones
en cada incidente. de la sociedad. Cuando Samantha Valdés, la hija del narcotrafican-
te, invita a Mendieta para trabajar con ellos, lo hace sin cinismo:
1 “Encobijados” se refiere a los asesinados anónimos, que suelen ser arrojados a “Precisamente por eso me interesas, Zurdo Mendieta, ¿crees que no
terrenos baldíos envueltos en cobijas.
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necesitamos gente honrada en nuestras filas? Aunque no lo creas o student unions and the destruction of all grassmots organizations.
no lo hayas pensado, este negocio no funcionaría sin grandes dosis (2011 73).
de fidelidad y honradez; el grupo que se resquebraja, si no aplica
correctivos con urgencia, desaparece”. (239) Se hicieron dos mil arrestos en Culiacán. Ellos huyeron a los
Y la compañera de Mendieta en la policía observa con desilu- estados vecinos o a Tucson, Arizona y las “flores de la ira”, como
sión: “¿Quién puede hacerle la Guerra a esos cabrones? Lo tienen las llama Nery Córdova, se sembraron en Sinaloa. Son parte del
todo: armas, relaciones, estrategas, espías, dinero aliados: realmen- desafío que esta región estableció contra el centro (Córdova 2008
te muy complicado.” (78) 11-12).
Edgar Mendieta pudo haber sido un narcotraficante; Marcelo La novela del norteamericano Don Winslow El poder del pe-
Valdés, un político. La novela es tan polivalente como la sociedad rro se concentra también en Sinaloa, pero más bien en su memoria
retratada y la virtud no es algo fijo en la trayectoria de ningún indi- histórica; se describen las atrocidades del ejército federal sobre los
viduo. El estilo indirecto libre mezcla las voces de los protagonistas campesinos, los clanes sinaloenses con sus conexiones y rivalida-
y la misma desfachatez de los narcotraficantes se nota también en des, y la política mexicana en esta época. El jefe del cartel de Baja
los agentes de FBI. Estas son las zonas de claroscuro de la frontera California, “Tío Barrera” quien había empezado su carrera como un
donde el lenguaje, las jergas populares y las identidades se fusionan asistente al gobernador del estado, describe la guerra desencadena-
y se bastardean. da contra los cultivadores:
Según los sociólogos, el opio y la marihuana han sustentado la
economía de Sinaloa por casi un siglo. Durante la Segunda Guerra The Americans wanted to scatter us Sinaloans. Burn us off our land
Mundial cuando Adolf Hitler cortó el acceso a los campos de ama- and scatter us to the winds. But the fire that consumes also makes
polas en Turquía, se buscaban nuevas bases para la manufactura way for new growth. The wind that destroys also spreads the seeds
de morfina. Los presidentes Roosevelt y Avila Camacho hicieron to new ground. I say if they want us to scatter, so be it. Good. We
un pacto en 1942 y Badiraguato se volvió la capital del opio con la will scatter like the seeds of the manzanita, which grow in any soil.
bendición oficial y Culiacán una ciudad de lujos y violencia. El opio Grow and spread. I say we spread out like the fingers of a single
era un comercio normal con el cual se asociaban los políticos, pero hand. I say if they will not let us have our Sinaloa, we take the
la Operación Cóndor cambió todo en los setenta: a los traficantes se whole country. (50)
los acusó de crímenes contra la salud. Gabriela Polit Dueñas señala,
sobre las entrevistas que realizó en Sinaloa: Sus sobrinos Raúl y Adán al principio no quieren entrar en el
negocio, pero cambian de parecer después de haber experimenta-
Sociologist, literature professors, art critics, writers, and artists do la brutalidad del poder sobre su propia persona. Comparten las
with whom I spoke in Sinaloa all told me that the violent incursion ambigüedades de sus paisanos en las novelas de Elmer Mendoza.
of the army during the years of Operación Cóndor was a traumatic Art Keller, un funcionario mestizo (hijo de madre mexicana y padre
experience that the population –especially dwellers of the Sierra norteamericano abandónico) del Drug Enforcement Agency, lucha
Madre– still remember. Its repressive policies, human rights contra ellos; su parte mexicana entra a veces en conflicto con su
abuses, kidnappings, and disappearences meant the disbanding of propio gobierno, que piensa que México ya se limpió de la droga
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después de Operación Cóndor. Las coincidencias en las anécdotas cantes de un producto prohibido. Los dos autores han subrayado
de Mendoza y Winslow son recurrentes, así como las vidas y tra- que la frontera no es un tema gratuitamente escogido, sino que se
yectorias entremezcladas. Una de las tempranas amistades de Art trata de una fuente de identificación y de la habilidad de ver desde
Keller ha sido con Adán Barrera, el sobrino de Tío Barrera de Ba- un lado al otro.
diraguato, el pueblo del opio cerca de Culiacán. Si los primeros La apropiación de la identidad fronteriza ha sido criticada por
capítulos describen esta amistad, los últimos tratan el duelo hasta ser oportunista, pero como han aseverado los propios autores, se
la muerte de Art Keller y Adán Barrera. El narrador así describe su trata de un fenómeno empático con un espacio y con el dilema exis-
encuentro: tencial que éste conlleva. Sus enfoques diversos son las diferentes
perspectivas que arrojan luz sobre una región afectada por un co-
Maybe what Adán saw in Art was what he didn’t find in his own mercio vicioso, ilegítimo. El problema no es local sino transnacio-
brother – an intelligence, a seriousness, a maturity he didn’t have nal y se adapta a las diferentes culturas cuyo espacio abarca.
himself but wanted. Maybe what Art saw in Adán….Christ, later
he’d try for years to explain it, even to himself. It was just that,
back in those days, Adán Barrera was a good guy. (…) Whatever it Bibliografía
was that was lying dormant inside him…Maybe it lies in all of us, Astorga, Luis A., Mitología del “narcotraficante” en México. México
Art would later think. (27) D.F.: Plaza y Valdés, 1995.
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La novela contiene viñetas de la historia mexicana, el retrato de Press, 1993.
Jesús Posadas Ocampo, el cardenal que fue asesinado por grupos Restrepo, Luis Carlos. La fruta prohibida. La droga como espejo de la
rivales en Guadalajara, y el asesinato de Luis Donaldo Colosio. Es- cultura. Colombia: Editorial Panamericana, 2001.
tas escenas son ejemplos de la fragilidad de sociedades que alguna Córdova, Nery. “Las drogas: Las ganancias ideológicas de la prohibición”
en ARENAS Revista Sinaloense de Ciencias Sociales, No. 17 Sinaloa:
vez fueron estables y donde ahora los tentáculos del negocio llegan
Universidad Autónoma de Sinaloa, Otoño 2008 (11-12)
a todas partes.
----------. La narcocultura: Simbología de la transgresión, el poder y la
En entrevistas Don Winslow ha opinado sobre la futilidad de la
muerte, Sinaloa: Universidad Autonoma de Sinaloa, 2011.
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intenta explicar biografías entremezcladas, la inercia por la cual los cana” en Letras Libres, 9, 2005. www.letraslibres.com/revista/convi-
individuos de todos los estratos, como pequeños rancheros, jóvenes vio/balas (Consultado el 12 de febrero 2014)
irlandeses o italianos mafiosos y ambiciosos ciudadanos sinaloen- Luiselli, Valeria. “Novedad de la narrativa mexicana II: Contra las tenta-
ses son atraídos al negocio. No se puede legitimar sólo un lado en ciones de la nueva crítica”, Nexos en línea, enero 2012. http://www.
esta guerra. Otros investigadores han calificado esta guerra como nexos.com.mx/?P=leerartículov2printo&Article=2102557 (Consulta-
“el capitalismo contra sí mismo” porque los dos lados tienen las do el 21 de junio 2012)
mismas creencias acerca de ganancias y del consumismo (Restrepo Mendoza, Elmer. Balas de Plata. Barcelona: Tusquets, 2008
2001 24) pero, a pesar de esto, se siguen librando batallas falsas y ----------. “Un discurso que suena: Elmer Mendoza y la literatura mexicana
se construyen dicotomías entre los agentes del gobierno y los mer- norteña” Entrevista con Miguel A. Cabañas, Michigan State Universi-
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LATINOAMERICANA RECIENTE

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LOS PRE-TEXTOS (RELIGIOSOS)
DE LA “SICARESCA ANTIOQUEÑA”

FELIPE OLIVER

Es bien sabido que la proliferación del narcotráfico aunado a la ines-


tabilidad política y económica en Colombia, favoreció la emergen-
cia de los sicarios. Sociólogos, teólogos, novelistas y hasta críticos
literarios se han acercado (y continúan acercándose) a los arrabales
de las principales metrópolis colombianas, Medellín a la cabeza,
para describir el particular modus vivendi de los jóvenes homicidas
al servicio del narcotráfico.
Quizá el trabajo más conocido corresponda a Fernando Vallejo,
quien en su novela de 1994 La virgen de los sicarios consiguió la
rara cualidad de vender varios ejemplares sin dejar de agradar a los
críticos literarios más exigentes. Al éxito de Vallejo podemos aña-
dir la no menos famosa de Rosario Tijeras (1999) de Jorge Franco y
Sangre ajena (2000) de Arturo Álape, por mencionar sólo algunos
ejemplos de lo que, a la postre, terminaría por denominarse como
“sicaresca antioqueña”; término que surge de la actualización del
tradicional pícaro en la novedosa figura del sicario y de la espaciali-
zación de la diégesis en Antioquía; pero volviendo a la obra de Va-
llejo, me interesa detenerme en un primer momento en el paradójico
maridaje entre el marianismo y el asesinato, como se patentiza ya
desde el título.
En efecto, en la década del noventa, la religiosidad exacerbada
de los homicidas juveniles acaparó la atención tanto de sociólogos
como de teólogos. ¿Cómo explicar la profunda religiosidad de los
sicarios? ¿Cómo entender que los jóvenes solicitaran intervención
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divina para ejecutar con éxito un asesinato? Pues si los sociólo- metralletas listas. Todos con camisetas de propaganda comercial,
gos y novelistas no mienten, los sicarios cuentan con un nutrido zapatos de tenis y pantalones cortos que a veces eran recortados por
repertorio de oraciones: sea para solicitar protección ante la balas ellos mismos con tijeras de podar. […]
enemigas, o bien para implorar “puntería” a la hora de completar un La condición común era el fatalismo absoluto. Sabían que iban a
trabajo, el sicariato cuenta con un breviario. ¿Y por qué su devoción morir jóvenes, lo aceptaban, y sólo les importaba vivir el momento.
e iconografía religiosas son esencialmente femeninas? A lo largo de Las disculpas que se daban a sí mismos por su oficio abominable
estas páginas propondré una respuesta a estas preguntas. era ayudar a su familia, comprar buena ropa, tener motocicletas, y
De acuerdo con la RAE, por sicario se entiende “asesino asala- velar por la felicidad de la madre, que adoraban por encima de todo
riado”. No obstante, en el caso de Sudamérica, especialmente en y por la cual estaban dispuestos a morir. Vivían aferrados al mismo
la ciudad de Medellín, la idiosincrasia de estos homicidas requiere Divino Niño y la misma María Auxiliadora de sus secuestrados.
de una definición bastante más larga y elaborada. Una descripción Les rezaban a diario para implorar su protección y su misericordia,
muy completa e interesante es la del periodista Francisco Santos con una devoción pervertida, pues les ofrecían mandas y sacrificios
Calderón, quien durante nueve meses vivió como rehén de una ban- para que los ayudaran en el éxito de sus crímenes. Después de su
da de delincuentes provenientes de los arrabales de Medellín. De devoción por los santos, tenían la del Rohypnol, un tranquilizante
acuerdo con Santos, que les permitía cometer en la vida real las proezas del cine (76-
77).
Esos muchachos hablan de su jefe como un mito. Son muchachos
de la provincia antioqueña, llenos de violencia heredada, que inmi- Lo que salta a la vista en la primera descripción es la mitificación
gran a Medellín con una ética religiosa totalmente trastocada: rezan de su jefe, Pablo Escobar. Si queremos explicar el origen y prolife-
para que no les falle la bala pero la vida para ellos no vale nada. Son ración de los sicarios en la década del ochenta, debemos considerar
capaces de matar y hacerse matar sin contemplaciones y sin ningún factores como la pobreza, la inestabilidad política de una Colombia
problema. Hablan de la muerte como si estuviéramos hablando de económicamente dependiente de Pablo Escobar, geográficamente
un chocolate. El amor por su cucha (madre) sí es muy grande. La dividida por la guerrilla, automutilada por la permanente guerra ci-
mayoría de ellos lo primero que piensan es darle una casa a la cu- vil entre paramilitares y el ejercito federal, y con un gobierno que
cha (cit. en Salazar 123). había perdido toda autoridad. En medio del caos y el Estado fallido,
Escobar erigió al narcotráfico como la alternativa para el ascenso
Los pormenores de la experiencia de Santos fueron narrados con social. No debe sorprender, por tanto, la apología de Escobar, pues
detalle por el premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez en de algún modo fue el mayor benefactor social durante la década
su reportaje novelado Noticias de un secuestro. Así, antes de anali- del ochenta. Es más, en su libro Las subculturas del narcotráfico,
zar la representación de los sicarios, conviene ampliar el panorama Alonso Salazar y Ana María Jaramillo recogen la siguiente la ob-
revisando la descripción que sobre ellos otorga García Márquez: servación:

Jóvenes sin ninguna formación, brutales e inestables, que se tur- En la encuesta realizada en colegios de la comuna nororiental, al
naban de dos en dos cada doce horas, sentados en el piso y con las preguntársele a los estudiantes sobre a quién consideraban la per-
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sona más importante del país, respondió el 21% que Pablo Escobar, hacer el amor con la novia, motos Honda 1.000 y Mazdas 626 GLX
el 19.6% se inclinó por César Gaviria y el 12.6% por René Higuita. (Semana 28).
Al preguntárseles sobre Pablo Escobar, el 56.5% de los encuesta-
dos dio una opinión positiva (134). Con la excepción de las zapatillas deportivas, Reebock por Niké,
Vallejo incluso repite las marcas. En ese sentido, el exitoso nove-
Sin embargo, y he aquí el máximo patetismo, cuando el padri- lista no hace sino disponer artísticamente de información publicada
no de la droga murió, los sicarios siguieron ejerciendo la violencia con anterioridad en diversas fuentes. Palabras más palabras menos,
y comenzaron a exterminarse entre ellos por los motivos más ab- al describir a su famosa heroína Rosario Tijeras, Jorge Franco en-
surdos: para robarle las zapatillas deportivas al muñeco (cadáver), trega una descripción similar: «Varias veces la escuchamos decir
porque la motocicleta de la víctima era más veloz que la del victi- “no importa cuánto se vive, sino cómo se vive”, y sabíamos que ese
mario, porque respondió de mala manera. En todo caso el motivo “cómo” era jugándose la vida a diario a cambio de unos pesos para
más recurrente detrás del ejercicio de la violencia apunta al goce el televisor, para la nevera de la cucha, para echarle el segundo piso
momentáneo de un consumismo desenfrenado, y a la posibilidad a la casa» (169).
de suavizar las penurias económicas de la familia. De La virgen La representación prototípica del sicario, aquella de la que abre-
de los sicarios de Fernando Vallejo, quisiera rescatar por ahora el van García Márquez, Vallejo y Jorge Franco, es la de un consu-
siguiente pasaje: midor enajenado: su principal ambición consiste en poseer las za-
patillas más modernas, la chamarra más cara, la ropa interior con
Le pedí que anotara, en una servilleta de papel, lo que es- mayor demanda, etcétera. El sicario no sólo ha perdido el temor a
peraba de esta vida. Con su letra arrevesada y mi bolígrafo la muerte y el respeto a la vida humana sino que, en el proceso, ha
escribió: Que quería unos tenis marca Reebock, y unos jeans transformado el cuerpo humano en un perchero: viven para colgarse
Paco Ravanne. Camisas Ocean Pacific y ropa interior Kelvin marcas y matan para despojar de sus prendas al “muñeco”, vocablo
Klein. Una moto Honda, un jeep Mazda, un equipo de sonido que el que se refieren al cadáver.
lázer y una nevera para la mamá (Vallejo 91). El sicario, vivo o muerto, es un maniquí, un bien al que se le
puede sustraer un teléfono celular, unas zapatillas, un reloj costoso.
Las aspiraciones del joven son básicamente las mismas que en- Sin embargo, el objetivo último es siempre la madre. Si bien es
contramos en un artículo anónimo publicado cuatro años antes en cierto que los jóvenes desean “vivir bien” el poco tiempo del que
la revista Semana: disponen –aquí conviene insistir que lo bueno se asocia al consu-
mismo y el despilfarro– anhelan sacar definitivamente de la pobreza
[para los sicarios] la vida ajena es para ellos una mercancía que a la madre. La razón es simple: son conscientes de que ellos se irán
pueden cambiar por los objetos deseados: ropa de marca, tenis más temprano que tarde, pero la madre parece condenada a padecer
Nikes, “bambas” de oro, equipos de sonido láser, discos compac- la miseria, a no ser que el devoto hijo alcance a generar lo suficiente
tos de rock “no comercial”, perica para compartir con los amigos, para comprarle una casa debidamente acondicionada con todo tipo
electrodomésticos para la cocina de la mamá, cuartos de hotel para de electrodomésticos. Ahondemos en esta dirección: en “Ensayo
interdisciplinario sobre el sicariato”, investigación realizada por la
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arquidiócesis de Medellín, Julio Jaramillo y Diego Alejandro Be- Más allá de la escasez económica, que como ya ha sido señala-
doya afirman lo siguiente: “El vigor del amor por la madre, puede do, posibilitó la mitificación de un caudillo benefactor, el escenario
llevar al sicario a efectuar actos heroicos. El bienestar de ella apare- familiar oscila desde un padre del todo ausente a un padre violento,
ce como una de las motivaciones para asumir situaciones extrema- alcohólico y/o improductivo. Con este antecedente, no puede extra-
damente difíciles: el sicario es capaz de dar la vida por su madre”.1 ñar el apego materno del sicario, finalmente, es la única figura de
Aprovechando que la figura de la madre ha irrumpido en esta afecto que conoce y quizá también de autoridad, eso sí, muy preca-
exploración general, conviene salir del escenario público para pe- ria. De este modo, las respuestas por la “feminidad” de la religión
netrar en el ámbito privado. Finalmente una disquisición que aspire sicaria comienzan a perfilarse: si en la esfera de lo real estos jóve-
a ser más o menos completa debe considerar también la escena fa- nes (re)conocen sólo la presencia de la mujer ¿no es acaso inevita-
miliar. De acuerdo con la investigación de campo realizada por los ble que en el terreno de lo simbólico-religioso igualmente domine
eclesiásticos cafetaleros, las familias de las cuales provienen los el marianismo? Antes de profundizar en esta dirección considero
sicarios tienen las siguientes generalidades: oportuno revisar de forma más bien general la idiosincrasia religio-
sa de la población de Antioquia.
—Tienen un ancestro campesino antioqueño en el que prevalece el La religión entre los antioquenos históricamente ha sido una
matriarcado. práctica casuística. Es decir, un discurso laxo, maleable, que pue-
—Vivieron la violencia de los años 50 en Colombia. de ser adaptado a las circunstancias y condiciones individuales. Es
—Son familias de condición económica baja o muy baja. más, incluso entre los antioqueños circula el refrán “el que peca y
—El centro del hogar lo constituye la madre. Con frecuencia son reza empata”. Esta característica permite a la arquidiócesis de Co-
madres solteras o abandonadas. lombia explicar la religiosidad del sicario a partir de una manipula-
—El hombre (padre) pasa la mayor parte del tiempo fuera del ho- ción que oscila entre la renuncia y la invocación:
gar. Vale preferentemente por lo económico, por la plata que lleva El Dios que se revela en el sicariato […] es un Dios que sufre
a la casa. Cuando está desempleado o cuando su margen de ganan- esta metamorfosis:
cias es tan bajo que solo le alcanza para sostener la única diversión
que su entorno le permite y que culturalmente le ha sido trasmitida, —Se creía en él por formación de la infancia.
como es la de consumir alcohol, se convierte en un estorbo dentro —Se lo rechazó en el momento de ingreso al sicariato
de la casa. —Se lo volvió a acoger en el momento de las prácticas sicariales.
Es importante destacar aquí cómo la violencia intrafamiliar, que Pero: se le acogió para acomodarlo según los intereses. Ejemplo:
por lo general es ejercida por el padre contra la madre o contra los Para que dé buena puntería3.
propios hijos, acentúa aún más ese sentimiento hostil hacia la figura
paterna2. Jean Franco complementa esta visión proponiendo una sustitu-
ción de la figura del Dios-Padre por la de una Virgen-Madre. Es de-
cir, el sicario rechazó la severidad, el castigo y la condena inheren-
1 Cita extraída electrónicamente. 3 Esta cita fue extraída electrónicamente. Véase “Interpretación teológica del
2 Idem. sicariato” en la bibliografía.
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LATINOAMERICANA RECIENTE FELIPE OLIVER

tes al dios masculino no para posteriormente convocar cierta parte condenada a permanecer en la tierra y soportar el dolor inenarrable
de él, digamos, su omnipresencia para asegurar el disparo, sino para de haber sido despojada violentamente de aquello que más amaba.
“entronizar” en su lugar a una madre permisiva e indulgente. En ¿No es acaso más efectiva la iconografía de La Piedad que la de
palabras de Franco: “en vez de un Dios punitivo que instala sen- Cristo para representar el nuevo orden?
timiento de culpa, los sicarios son devotos de la Virgen que todo Siguiendo a Sonia Montecino, ya sea porque la Virgen, en tanto
lo perdona” (2003 292). Siguiendo esta línea, la autora recupera el que madre, representa el heroísmo de una piedad que carga con el
testimonio de un sacerdote para proponer una solución al problema sufrimiento de su pueblo para hacer llevadera la existencia, o ya sea
del sicariato, no muy grata eso sí: “Ellos necesitan volver a encon- porque, en su condición de mujer, representa la sumisión, sacrifi-
trar al dios masculino, el Dios que castiga e infunde temor”. En co y abnegación de los pueblos americanos, los dioses masculinos
otras palabras, el antídoto perfecto sería el estado fascista” (292). fueron desplazados de su lugar dominante y sobre ellos se posó la
La explicación, como veremos a continuación, es más bien débil. figura de una diosa poderosa, representada por la Virgen-Madre y
En su ya célebre texto Madres y Huachos, Sonia Montecino ex- vinculada a las divinidades femeninas precolombinas, así como a
plica a fondo cómo la religión de los pueblos hispanoamericanos es diversos aspectos de su mitología. Es el caso de Guadalupe en Mé-
esencialmente mariana. Si bien es cierto que de la Santísima Tri- xico; Copacabana, en Bolivia; La Tirana y la virgen de Andacollo,
nidad católica la figura del hijo es la que seduce a los indígenas en Chile (1996 65, 66).
haciendo posible la evangelización, muy pronto la Virgen Madre La razón por la que la Virgen-Madre seduce a Hispanoamérica
sustituyó, o si se prefiere, mermó o simplemente subordinó, al Cris- va más allá de una simple identificación simbólica. En efecto, la
to derrotado y abandonado en la cruz. De acuerdo con Octavio Paz: sociedad colonial favoreció la familia configurada a partir de una
“por la fe católica los indios, en situación de orfandad, rotos los madre presente y un padre ausente: para nadie es un secreto que el
lazos con sus antiguas culturas, muertos sus dioses tanto como sus hombre europeo conquistaba a las nativas americanas para después
ciudades, encuentran un lugar en el mundo” (2002 112). abandonarlas. Si bien es cierto que en muchos casos el padre sostu-
En efecto, el patetismo de un Jesús agónico profiriendo “Padre, vo económicamente a sus hijos bastardos, correspondió a la madre
¿por qué me has abandonado?” permitió a los indígenas reconocer- el arduo proceso de la crianza. Asimismo, no es posible olvidar que
se e identificarse con la religión católica y, por tanto, con el nuevo el modelo económico basado en la minería, lejos de permitir la au-
orden político, social, económico, militar y cultural. Después de tosuficiencia de las colonias, hizo que el Estado español explotara
todo, los dioses prehispánicos igualmente abandonaron a sus hijos. en y para su beneficio los recursos minerales del Nuevo Mundo,
Más aún, tal como el Dios Padre de los católicos arrojó a su hijo intensificando la proliferación de familias fundamentadas en la ma-
humano al martirio de la cruz, los dioses prehispánicos arrojaron al dre como única figura presencial, modelo que hasta la fecha perdura
indio a las espadas y lanzas españolas. entre los arrabales colombianos.
Ahora bien, si el Cristo en la cruz permitió un acercamiento Tanto en la esfera simbólico-religiosa como en la realidad em-
efectivo entre conquistadores y conquistados, poco a poco, la Vir- pírica, Hispanoamérica siempre ha carecido del Dios padre al que
gen Madre fue ganando terreno, aseguró y permitió la continuidad Franco y los vicarios colombianos aluden. Existe, eso sí, una madre
del vínculo. Mientras Jesús resucitó al tercer día, y subió al cielo, y sublimada. Baste recordar que, durante los movimientos de eman-
está sentado a la derecha del padre, como versa el Credo, María está cipación, los caudillos hispanoamericanos se encomendaban a la
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LATINOAMERICANA RECIENTE FELIPE OLIVER

virgen y no a una deidad masculina. Quizá el ejemplo más con- por todos lados, con los buenos y con los malos, que para todos
tundente es el del cura Miguel Hidalgo, padre de la independencia había cupo. –Pero Johnefe dice que el diablo es el más generoso–
mexicana, quien elevó al estatuto de bandera nacional el estandarte aclaró (85).
de la Virgen de Guadalupe. Sin embargo, el vínculo entre el cau- Las medallitas, los tatuajes con leyendas religiosas, la marca en
dillo y la Virgen-Madre se remonta a los tiempos de la conquista. la frente, etcétera, se han degradado a simples objetos, marcas, que
En su multicitado estudio Madres y Huachos, Montecino enu- el sicario acumula, como las zapatillas deportivas y los calzones de
mera testimonios en donde emerge una madre sublimada que pro- diseñador. Sin embargo, no deja de ser interesante que, dentro de
tege a los conquistadores: la virgen del Boldo en Chile, Nuestra este consumismo religioso, el sicario pase de la madre (María Au-
Señora en Cuzco, La Virgen de las Mercedes en Guatemala, por xiliadora) al hijo (El divino niño), y del apóstol (San Judas Tadeo)
mencionar algunos ejemplos. Por último, el vínculo entre la deidad al diablo. ¿Por qué no se invoca al Dios Padre? La respuesta ya ha
femenina y el prócer está tan arraigado en el ideario hispanoame- sido postulada: en el ideario colectivo hispanoamericano el Padre
ricano que incluso Augusto Pinochet aseguró haber sobrevivido al “partió” hace mucho, desde antes de la conquista.
atentado terrorista que sufrió en 1986 por intermediación directa Este vacío simbólico cuenta con un fuerte respaldo en la dimen-
de la virgen. En síntesis, ¿no es acaso “natural” que el sicario se sión empírica: la familia prototípica hispanoamericana se compone
encomiende a María Auxiliadora? El culto mariano que distingue al por una madre soltera y cualquier cantidad de vástagos ilegítimos.
sicariato no es producto de la sustitución parcial o total, como afir- Desde este punto de vista, la mitificación de Pablo Escobar en la
man Jaramillo y Franco, sino de la continuidad de una práctica que que incurren los sicarios cobra sentido. La casi infinita lista de cau-
se remonta a la conquista. De este modo, el estado fascista quizá no dillos que han ingresado en la historia de las repúblicas hispanoa-
solucione nada. mericanas, ¿qué es sino el resultado de una vacuidad paternal que
Por otra parte, Alonso Salazar y Ana María Jaramillo opinan ha sido rellenada por un carismático líder político, militar, empresa-
que, entre los sicarios, “lo religioso ocupa la función del talismán, rial etcétera, cuya imagen termina por penetrar en todos los ámbitos
de algo que protege, pero que está totalmente distanciado de un públicos y privados?
compromiso de vida, de la adherencia a unas normas de regulación Tiranos y caciques han surgido en todos los países del mundo
individual y social” (116). La utilización de la palabra talismán no en diferentes momentos de la historia, pero sólo en Hispanoamérica
puede ser más acertada. En efecto, estos jóvenes homicidas se cuel- el inventario es tan vasto que la novela del dictador se ha impuesto
gan escapularios en todo el cuerpo, prenden veladoras a la Virgen como un subgénero literario. Dentro de esta categoría incluyo las
Auxiliadora, cada miércoles acuden a la iglesia a recibir la cruz de novelas del cacique como Pedro Páramo o El lugar sin límites,
ceniza en la frente, y hasta bendicen las balas para que estas ati- pues básicamente desarrollan el mismo tropo que Yo el supremo
nen al blanco. La religión opera como un conjunto de bienes trans- o La fiesta del Chivo, por ejemplo: la omnipresencia quasi míti-
ca de un líder que asfixia a toda una población, llámese Comala o
feribles y complementarios. En su novela Rosario Tijeras, Jorge
República Dominicana. Hoy la figura del narcotraficante sustituye
Franco ilustra como, dentro de esta transferencia de talismanes, los
naturalmente a las antiguas figuras del dictador, del cacique o el
sicarios han llegado a invocar al diablo: “Yo le pregunté qué había
bandolero. En el caso colombiano, durante la década del ochenta,
pasado con María Auxiliadora, el Divino Niño, San Judas Tadeo.
Pablo Escobar se apropió del sitial que los dioses prehispánicos de-
Me dijo que Johnefe le había dicho que la ayuda había que buscarla
jaron desierto hace ya varios siglos.
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LATINOAMERICANA RECIENTE FELIPE OLIVER

Recapitulando, la proliferación de bandas de sicarios adoles- Paz, Octavio. “Conquista y Colonia”. El laberinto de la soledad. México:
centes, provenientes en su mayoría de las comunas de Medellín, Fondo de Cultura Económica. 2002, (98-128).
llamó la atención a periodistas, sociólogos, novelistas y clérigos en Salazar J., Antonio y María Jaramillo. Medellín: las subculturas del nar-
la década del noventa. El interés por aprehender a estos jóvenes, cotráfico. Santafé de Bogotá: CINEP, 1992.
por retratar su moda, reproducir sus lenguajes y tratar de entender y Salazar J., Antonio. No nacimos pa´semilla. Santafé de Bogotá: CINEP,
explicar su comportamiento, creó una vasta red de discursos que un 1990.
poco más adelante habría de alimentar a los narradores de ficción. Vallejo, Fernando. La virgen de los sicarios. Madrid: Alfaguara, 2005.
Las bien conocidas novelas de Fernando Vallejo y Jorge Franco, o
el reportaje novelado de García Márquez, no hubiesen sido posibles
sin la previa publicación de trabajos como No nacimos pa’ Semi-
lla (1990) de Alonso Salazar, o el “Ensayo interdisciplinario sobre
el sicariato” de Julio Jaramillo y Alejandro Bedoya. El sicario, tal
como es representado en las obras literarias más representativas de
la así llamada “sicaresca antioqueña”, es el resultado de un arqueti-
po creado a partir de una amplia red de reportajes periodísticos, en-
sayos teológicos y hasta las notas sensacionalistas de la prensa roja.

Bibliografía
Anónimo. “La cultura de la muerte”. Semana. 408 (1990), 27-30.
Franco, Jean. “Cuerpos dolientes: narrativas de globalización”. Decaden-
cia y caída de la ciudad letrada. Madrid: Debate, 2003. (287-304).
Franco Ramos, Jorge. Rosario Tijeras. Buenos Aires: Planeta, 1999.
García Márquez. Gabriel. Noticias de un secuestro. México DF: Diana,
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Jaramillo, Julio y Diego Alejandro Bedoya. “Ensayo Interdisciplinario
Sobre el Sicariato”. Memorias del seminario sobre la comuna noro-
riental de Medellín. Junio-Julio 2007. http://www.region.org.co/ele-
mentos/pdf/LIBRO-Violencia-Juvenil.pdf
Jaramillo, Julio. “Interpretación Teológica Sobre el Sicariato”. Memorias
del seminario sobre la comuna nororiental de Medellín. Junio-Julio
2007. http://www.region.org.co/elementos/pdf/LIBRO-Violencia-Ju-
venil.pdf
Montecino, Sonia. Madres y Huachos. Santiago de Chile: Sudamericana,
1996.
DE NARCOTRÁFICO, “REINAS” Y ESTADOS

MARÍA FERNANDA LANDER

El mundo del tráfico de drogas siempre se ha representado como


un ámbito exclusivamente masculino. La abrumadora mayoría de
actores hombres en el negocio explica la creencia popular de que
las mujeres solo pueden formar parte de éste en el nivel más bajo:
el de las “mulas.”1 Para muchas mujeres esa es la puerta de entrada
en un oficio increíblemente lucrativo. Esa realidad la popularizó el
director Joshua Marston en su producción colombo-estadounidense
María Full of Grace (2004). La película tiene como protagonista a
una joven con deseos de escapar de la pobreza en que vive y quien,
descubriéndose embarazada, acepta servir de mula para los amigos
narcotraficantes de su novio. A pesar de la fortaleza de carácter del
personaje principal no hay duda de que el film presenta a estas mu-
jeres como víctimas de una industria que deshumaniza sus cuerpos
convirtiéndolos en simples instrumentos de transporte. Ellas son,
después de todo, “mulas”, bestias de carga. El film obliga al espec-
tador a preguntarse si existe la posibilidad de que las mujeres logren
obtener posiciones de alto rango en la jerarquía del narcotráfico.
Este trabajo surge de esa curiosidad.
A un primer nivel, lo primero que se descubre es que hasta la
fecha son tan pocas las mujeres que han ascendido en los escalones

1 El artículo de Howard Campbell “Female Drug Lords on the U.S-Mexico Bor-


der: Gender, Crime, and Empowerment” ofrece un importante análisis de los
diferentes papeles que las mujeres juegan en el negocio del tráfico ilegal de
drogas. Polly F.Radosh ofrece una perspectiva más global de la mujer mula en
“War on Drugs: Gender and Race Inequities in Crime Control Strategies”.
120 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA DE NARCOTRÁFICO, "REINAS" Y ESTADOS 121
LATINOAMERICANA RECIENTE MARÍA FERNANDA LANDER

del negocio que ni el español ni el inglés ha tenido tiempo de acu- que mujeres. A pesar de que en las últimas décadas ha aumentado
ñar términos distintivos para referirse a ellas. El término capo, que la participación de las mujeres en las agencias de orden público y
hoy en día se usa en español para referirnos a los narcotraficantes en el ámbito castrense, dichas esferas están reguladas por lo que
importantes, es una palabra importada del italiano y solo se aplica a Robert Connell llama una “masculinidad hegemónica” que exige
los hombres. En inglés, a las mujeres que han logrado ascender pro- para su sostenimiento la reproducción de patrones de masculinidad
fesionalmente en el negocio se les estampa el oxímoron de “Female dominantes (183-188). Estos patrones crean una jerarquía genérica
Drug Lords” o “Queenpins,” un derivado de “Kingpins”. El español que promueve una ideología sostenida en el poder y la fuerza mas-
ha bautizado a las mujeres que se han destacado en el mundo de las culinos. En sus papeles como defensores de la seguridad nacional,
drogas como “reinas”. la policía y los militares han promovido una ideología de defensa
Ahora bien, en el caso particular de la guerra que llevan a cabo basada en la diferencia: nosotros contra ellos, “los buenos contra los
México y los Estados Unidos contra el mercado ilegal de drogas, malos”. Oposiciones binarias que incluyen la noción de hombres
las historias de estas reinas no son frecuentes pero las pocas que contra mujeres.
hay ponen al descubierto un interesante viso genérico que define al El lenguaje que en términos de género se usa para presentar la
combate. Desde las primeras décadas del siglo XX, los esfuerzos imagen femenina en el mundo masculino del crimen está enraizado
de ambos países por controlar la venta y el consumo de narcóticos en la firme creencia de que solo los hombres pueden declarar la
fomentaron una narrativa específica alrededor de estas mujeres que guerra y combatir el crimen (Hooper 2001). No sorprende enton-
pone al relieve las fundaciones de la retórica masculina que desplie- ces que en el epicentro de la “Guerra contra las drogas” se asiente
gan sus fuerzas de seguridad para presentar a sus naciones como el paradigma monolítico patriarcal en el cual el éxito en la batalla
un fuerte unificado en contra del tráfico de drogas. Las fuerzas de se mide en términos de las características masculinas tradiciona-
seguridad a ambos lados de la frontera asumen el papel de guerreros les: poder físico y bravura. Estos atributos masculinos cumplen un
protectores de una comunidad que necesita protección contra sus papel integral en el discurso utilizado por la policía y los militares
atacantes ya sean éstos internos o externos. Como consecuencia, para combatir la amenaza de las drogas. La idea de la nación debe
las historias de mujeres que ocupan posiciones de liderazgo en el separarse de cualquier signo de debilidad y esto se logra a través
narcotráfico se construyen sobre simplificaciones y distorsiones se- de la rigurosa promoción de su capacidad para ofrecer seguridad y
mánticas que promueven la percepción de que aquellos involucra- defender la ciudadanía. La identidad de la nación la sostiene así una
dos en la batalla son hombres de un arrojo y valentía indiscutibles. imagen hiper-masculina del Estado que no muestra ningún miedo
Esas narrativas intentan silenciar una dimensión importante de la de cara a la batalla. Los participantes directos e indirectos en esta
contienda: el miedo a que el Estado se perciba como débil, vul- batalla, desde las mulas, los agentes de las aduanas, los “minute-
nerable, necesitado de protección. O peor aún, emasculado por la men” de la frontera, hasta los Ministros de Relaciones Exteriores y
actividad desafiante de las indomables reinas. los Jefes de Estado se convienen a esa imagen.
En ambos frentes, el de los traficantes y el de sus combatientes, Dana Nelson, a partir de la adaptación del concepto de Bene-
se considera esta guerra como un asunto exclusivamente masculino. dict Anderson de la nación como una comunidad imaginada, ve
Tanto en México como en los Estados Unidos, las fuerzas mili- en los defensores de la hegemonía del Estado (especialmente en
tares y los cuerpos policiales están compuestos por más hombres el gobierno y las fuerzas armadas) cierta adhesión a una forma de
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LATINOAMERICANA RECIENTE MARÍA FERNANDA LANDER

hermandad nacional (“National manhood”). En su libro, National culinas del Estado. Los casos de Dolores Estévez Romero, conocida
Manhood, Nelson habla de “an imagined fraternity [que funciona] como Lola “La Chata”, y Sandra Ávila Beltrán, la “Reina del Pa-
in a state of melancholy, a false and unhealthy nostalgia for a uni- cífico”, demuestran cómo el peso de su participación en la proyec-
form, brotherly state of unity and wholeness that never in fact did ción de una imagen débil del gobierno mexicano se leyó como una
or could exist” (204). Siguiendo a Nelson se puede leer la rela- afrenta quizás más grave que la de los crímenes que cometieron.
ción entre los cuerpos seguridad y las reinas como una definida por
prejuicios sexuales y genéricos. En este escenario, es evidente que
cuando el sujeto narcotraficante es una mujer su condición genéri- México, 1938: Dolores (Lola) Estévez Romero,
ca pone al descubierto que la retórica empleada para representarla alias “La Chata”
apunta hacia los miedos de un Estado que siente la amenaza de que
éste y sus fuerzas de control puedan ser percibidos como débiles y En los Estados Unidos, el establecimiento del Federal Bureau of
emasculados. Y es que cuando el mundo de las relaciones interna- Narcotics (FBN) en 1930 (organismo precursor de la actual Drug
cionales confronta el problema de las drogas la concepción patriar- Enforcement Administration -DEA) y la selección de Harry J. As-
cal de la nación se coloca en un primer plano. El Estado remarca linger como su primer y longevo director (1930-1962) significó la
su condición de protector, lo que de acuerdo con Ann Tickner “is demonización, prohibición y criminalización de narcóticos. Las
central to the mobilization of national identity. But a protector is a penas que propuso Aslinger por posesión y distribución de drogas
relational concept, often gendered, that depends on the presence of ilegales definió la política internacional del FBN y dejó una marca
those in need of protection; it requires the existence of those who indeleble en las leyes anti-narcóticos que todavía se aplican hoy
are believed to be incapable of protecting themselves, a category to en día en los EE.UU.2 La contraparte mexicana de Harry Aslin-
which all women, children and even some men have been assigned” ger fue el médico de profesión Leopoldo Salazar Viniegra. Éste fue
(154-55). Si el Estado no logra proporcionar dicha protección, su nombrado el primer Comisionado de la Oficina Federal de Narcó-
imagen de efectivo guardián se desvanece y pasa a asumirse como ticos en 1938. Salazar consideraba las políticas anti-narcóticos de
débil e impotente. los Estados Unidos excesivas y, en su lugar, propuso para México
Cualquier mujer que ascienda a los altos rangos del narcotráfico una serie de iniciativas progresistas (incluso para los estándares de
constituye un elemento desestabilizador ya que representa la ame- hoy en día), para combatir el problema de las drogas. Algunas de
naza de tener que reescribir las reglas de un juego que hasta ahora estas iniciativas incluían la creación de centros controlados por el
se ha entendido como masculino desde ambos lados del conflicto ya gobierno para la distribución de drogas a adictos, la creación de
sea éste visto desde el ámbito internacional (México-USA) o desde extensivas campañas educativas y la construcción de hospitales de-
el ámbito interno (gobierno-narcos). La presencia femenina en el
mundo del tráfico de drogas exacerba aún más la aprehensión de 2 Durante la primera parte del siglo XX en Latinoamérica las drogas no se vie-
que los Estados envueltos en la lucha son, o pueden ser percibidos, ron como un problema amenazante a nivel doméstico o internacional. Como
demuestran Kinder y Walker, bajo la jefatura de Aslinger, del FBN, la situación
como desprotegidos. Las historias de dos famosas narcotraficantes cambió drásticamente: “The commissioner was willing to blur the distinction
mexicanas proveen un buen ejemplo de cómo este conflicto ha sido between fact and fiction when discussing the international sources of the na-
históricamente concebido como un medidor de las cualidades mas- tion’s drug problems. He did so especially in the cases of China and Japan in
the ’30s and Mexico prior to 1950” (Kinder and Walker 912).
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LATINOAMERICANA RECIENTE MARÍA FERNANDA LANDER

dicados exclusivamente al tratamiento del abuso de drogas (Walker sostienen fuentes fiables y probablemente está sostenida más en el
93; Astorga 2003). La visión de Salazar era radicalmente opuesta a mito popular que en hechos reales. De hecho, Carlos Monsiváis se
las ideas que mantenía Aslinger para quien aquellos que consumían refirió a Lola La Chata como “una de las leyendas neocoloniales del
drogas eran “criminals first and addicts after” (Walker, 100). siglo XX” (287). Lo que si es ampliamente aceptado es que Lola
La continua presión del FBN con respecto a la política antinar- La Chata solidificó su poder penetrando los círculos del gobierno y
córticos de México llegó al punto de tomar acciones de visos inter- sobornando altos funcionarios de la policía y de la Oficina Federal
vencionistas. Dolores Estévez Romero, mejor conocida como “Lola de Narcóticos.
La Chata”, sirvió de excusa a los Estados Unidos para imponerle a Salazar Viniegra nunca consideró a Lola una digna oponente. En
México específicas políticas anti-drogas que no se alineaban a las marzo de 1938, James B. Stewart, el cónsul de los Estados Unidos
ideas de Salazar. Como consecuencia, ante los ojos del gobierno en México entre 1938 y 1940, envió al Secretario de Estado una
mexicano, Lola personificaba la idea de que los oficiales mexicanos traducción de una carta abierta dirigida a Lola que supuestamente
no eran capaces de defender su soberanía nacional. Además, Elaine apareció en la prensa mexicana cuyo autor era Alfonso Salazar Vi-
Carey, quien ha estudiado a Lola La Chara extensamente, señala niegra.3 En esa carta, escrita con un tono en el cual se mezclan la
que ésta “endangered Mexican and U.S. societies by rupturing the ironía, la amenaza y el sermón, Salazar Viniegra se dirige a Lola de
normative expectations of what it meant to be a woman and to be manera condescendiente y burlona. Repetidamente hace referencia
civilized, using limited and constrained forms of feminine power a la fama de Lola en el mundo de las drogas y falsamente reconoce
to become a transnational threat” (Carey, 63). Lola debía estar bajo que la personalidad de Lola “is one of the most outstanding in the
control. business.” Salazar Viniegra por un lado reconoce, entre la burla y
Los comienzos de Lola en la industria del tráfico ilegal de dro- la convicción, que Lola logró dicha fama a través del esfuerzo pro-
gas fueron similares a los de cualquier otro narcotraficante. Nacida pio: “Whether I was talking to drug addicts—the police, my own
en condiciones de pobreza extrema en 1906, Lola logró amasar una agents—… all of them agreed that you were tireless in your efforts
considerable cantidad de dinero vendiendo marihuana, morfina y to serve your clients”. Pero seriamente quiere enfatizar que Lola es
heroína detrás del kiosko de comida que le servía como fachada apenas un pequeño obstáculo en la lucha del gobierno mexicano por
legal en el marcado ubicado en el área de La Merced en la Ciudad erradicar el problema de las drogas: “You are, in spite of your po-
de México (Carey, 65). En su “negocio,” Lola trascendió restriccio- pularity a factor of little importance in the vast network of drug tra-
nes sociales impuestas por su género y su origen socioeconómico y ffic.” Salazar Viniegra entendía que el gasto de recursos humanos y
llegó a obtener reconocimiento dentro del submundo en el cual se monetarios para apresarla no afectaría el tráfico de drogas en Méxi-
movía. Jorge García Robles en su libro, La bala perdida. William S. co. No obstante, es en la creciente popularidad de Lola que Salazar
Burroughs en México (1949-1952), ofrece una increíble descripción Viniegra ve la necesidad de afirmar su propia autoridad y posición
de Lola “La Chata”. Según él, el poeta y novelista estadounidense como representante del Estado Mexicano. Es así como la carta del
estaba fascinado, precisamente, por el rango que había alcanzado comisionado ofrece una clara visión de su papel en la batalla contra
Lola en el negocio. Según García Robles, Lola era “la dueña del
monopolio underground de drogas más grande de América Lati- 3 En la carta no se menciona que periódico la publicó. Elaine Carey y Luis As-
na” entre 1920 y 1950 (45). No obstante, esa caracterización no la torga también se refieren a esta carta en sus artículos y libros respectivos pero
ninguno de los dos menciona en cuál periódico mexicano apareció.
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LATINOAMERICANA RECIENTE MARÍA FERNANDA LANDER

el tráfico de drogas: “Our country is in the midst of a struggle for a Viniegra parece que en realidad se está burlando de la idea que los
social transformation and no one can elude the struggle. This strug- Estados Unidos tienen de Lola y el miedo que ésta les causa.
gle requires an open eye, an agile foot, and an industrious hand…. No hay duda de que el error de Lola fue involucrarse en un ne-
And the fact is that by this road of social revolution our people are gocio que pertenece a los hombres. Salazar Viniegra tiene que en-
to be freed of drug traffickers and addicts.” frentarse a una mujer y no a un hombre razón por la cual reacciona
La carta de Salazar Viniegra adquiere un tono curioso cuando, con desprecio. El hecho de que Lola no haya sido capaz de cumplir
consciente de su masculinidad y de su posición de líder de la ofi- con su papel tradicional de mujer pasiva sino que por lo contrario
cina anti-narcóticos, éste escoge atacar a su enemiga burlándose ganara fama y respeto entre las clases bajas fue un gran golpe para
de su apariencia física. Lola, como el comisionado explícitamente el gobierno. En un intento por contrarrestar tanto la popularidad de
declara, está muy lejos del estereotipo de la fantasía masculina de Lola como la encarnación de un modelo de éxito alternativo para
la mujer peligrosa por sus poderes sexuales. Para Salazar Viniegra los sectores más pobres y particularmente para las mujeres, Salazar
este es el único paradigma en el que cabe la mujer criminal, un ideal Viniegra debía dejar en claro su poder y superioridad. Las referen-
preservado en la imagen de la Eva seductora y de la femme fatal: cias satíricas a su apariencia física trataron de minar –sin éxito-la
fascinación que despertaba Lola como reina en el mundo masculino
I was certain that you, Chata, I mean, Lola, were a young, beautiful, del crimen así como despreciarla como digna adversaria. Pero lo
and seductive woman; and really I was worried [about] the time que sí prueba la carta abierta de Salazar Viniegra es que Lola llegó
you would finally be brought to me and would try your wiles upon a representar un molestia para un gobierno que deseaba presentarse
me in an effort to obtain my complicity because, and I tell you this como en completo control de la situación.
very confidentially, I am susceptible to feminine charms. El grado de poder que Lola tuvo o no tuvo es ciertamente mate-
Later, I discovered—and you need not worry about me now— ria de debate, no obstante, su fama fue indiscutible. Esta mujer, que
that you were not born under the sign of Venus and, further, de acuerdo con García Robles, pesaba 140 kilogramos, medía 1.40
that the years, the sale of quick lunches, the drug traffic, police metros y tenía una sonrisa cuyos dientes estaban incrustados con
persecution—of which it must in all honor be stated has always diamantes, preservó su lugar como la reina de las drogas en el ima-
been cordial and affectionate—had inexorably rounded your figure ginario mexicano hasta que murió en la cárcel en 1959 (45-48). El
(Salazar, Open Letter…). comisionado de la Oficina de Narcóticos, sin embargo, se convirtió
en el símbolo de una nación impotente, especialmente porque fue la
Salazar Viniegra ve en la apariencia de Lola, en su supuesta feal- presión de los Estados Unidos la que forzó su destitución en 1939
dad y su gordura, rasgos que reflejan la corrupción de su negocio. después de apenas un año de servicio.
Como criminal Lola se ha alejado del papel que la sociedad espe-
ra que ella cumpla; es decir, instrumento de reproducción social
y por ende madre de buenos ciudadanos (Carey 70). Pero lo más
interesante quizás sea que a través del manifiesto menosprecio a
la amenaza que aparentemente representa su contendiente, Salazar
128 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA DE NARCOTRÁFICO, "REINAS" Y ESTADOS 129
LATINOAMERICANA RECIENTE MARÍA FERNANDA LANDER

México, 2007: Sandra Ávila Beltrán, les de Tijuana y Sinaloa. Tanto las autoridades mexicanas como las
alias “La Reina del Pacífico” norteamericanas la consideraron una de las figuras más importantes
del narcotráfico y del lavado de dinero del cartel de Sinaloa.
Richard Nixon (1969-1974) declaró la primera “Guerra contra Pero la diferencia económica no es la única que separa a San-
las drogas” respondiendo, en parte, a la actitud más abierta que la dra Ávila Beltrán y Lola La Chata. Hay otra y es que Sandra calzó
juventud norteamericana tomó durante los años 60 y 70 con res- perfectamente con el estereotipo de la famme fatale. Los periódicos
pecto del consumo de drogas. Las intensas campañas en contra de no se cansaron de hacer referencias a su coquetería y a publicar con
los efectos nocivos del consumo de ciertas drogas, incluyendo la qué altos nombres del narcotráfico había tenido relaciones senti-
marihuana, no se volverán a ver hasta finales de los años 80 durante mentales. La propia Ávila Beltrán comentó al respecto: “¿Por qué
la presidencia de Ronald Reagan (1981-1989). Reagan declaró la a los narcos que detienen no les hacen un recuento de sus mujeres,
segunda guerra contra las drogas y la usó como excusa para algu- sino de lo que supuestamente hicieron?” (Mejía).
nas de las acciones intervencionistas más atrevidas de los Estados Aunque para muchos Sandra Ávila Beltrán no fue una pieza im-
Unidos en Latinoamérica desde que se declarara el final de la gue- portante dentro del cartel de Sinaloa, su condición de mujer en el
rra fría. Las administraciones de los presidentes posteriores no han mundo del narcotráfico le consignó un aura de misterio. 4 Según el
abandonado la batalla. gobierno mexicano, Sandra Ávila Beltrán fue “la operadora logísti-
La muerte de Pablo Escobar, jefe del Cartel de Medellín, y la ca para la introducción de cocaína al país desde Colombia (Castillo
subsiguiente atomización de los principales carteles colombianos García). El día de su captura en septiembre del año 2007, la Oficina
fueron una de las causas que favorecieron el ascenso de los carte- de Seguridad Pública anunció que “desde la década del los 90 esta
les mexicanos en el mercado internacional del tráfico de drogas. mujer se encargaba de internar a México la cocaína proveniente de
Los carteles colombianos no ha logrado alcanzar la influencia de la Colombia y es parte de una familia que por tres generaciones se ha
que gozaron durante los años 80 y 90. Como resultado, los carteles dedicado al narcotráfico” (Castillo García 2007).
mexicanos pasaron de ser simples transportistas trabajando para los La historia de Sandra Ávila Beltrán, como la de Lola, también
colombianos a obtener casi el control absoluto de la distribución de ocupó un papel predominante en los ámbitos políticos y culturales
cocaína sudamericana. nacional e internacionalmente. De hecho, su fascinante historia ha
Con ese contexto como telón de fondo, nos encontramos que inspirado novelas, canciones, películas y telenovelas lo que puede
más de medio siglo después de la muerte de Lola la Chata, otra interpretarse, una vez más, como gestos que apuntan hacia la de-
mujer mexicana relacionada con el mundo del narcotráfico cae en bilidad del Estado como defensor de la ciudadanía ante el poder
manos de la justicia y seduce la imaginación de los mexicanos. Pero del narcotráfico. Sin lugar a dudas, es la transformación de Sandra
esta vez se trata de alguien con orígenes muy distintos a aquellos Ávila Beltrán en un icono cultural lo que perturba a un gobierno que
de pobreza que definieron el ascenso y fama de Lola. Se trata de desesperadamente trata de presentarse como ganador de tan difícil
Sandra Ávila Beltrán quien nació y creció en el mundo del exceso guerra.
monetario del narcotráfico. Es sobrina de Miguel Ángel Félix Ga-
llardo, ex-jefe del cartel de Guadalajara el cual, después de que éste
4
fuera encarcelado, se dividió en los imperios que hoy son los carte- Para el reconocido periodista Jesús Blancornelas la historia de La Reina del
Pacífico es pura ficción alimentada por los medios de comunicación.
130 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA DE NARCOTRÁFICO, "REINAS" Y ESTADOS 131
LATINOAMERICANA RECIENTE MARÍA FERNANDA LANDER

A Sandra Ávila Beltrán se la identifica con la novela best seller, María Full of Grace, por amor, se enreda con el grupo equivocado.
La reina del Sur (2002) del escritor español Arturo Pérez-Reverte Luego de que su novio es asesinado en un ajuste de cuentas, ella
quien ha refutado que se basó en ella para crear el personaje de su logra escapar de México y establecer residencia en España. Allí
novela.5 Las repetidas negaciones del autor responden a la inme- se convertirá en líder de una red de narcotráfico. Ella ha caído por
diata asociación que hizo el público lector con la reina real.6 Se accidente en ese mundo y está consciente de que nunca podrá salir
puede decir que la identificación la consagró el propio Presiden- de él: “Porque yo nunca elegí, y la letra me la escribieron todo el
te de la República, Felipe Calderón (2006-2012), cuando en rueda tiempo otros” (Pérez Reverte 463). Y es esa realización la fuerza
de prensa anunció la captura “de la Reina del Pacífico, o del Sur” que la ayuda a ascender en el negocio.
(Herrera Beltrán)7. Calderón con su declaración y sin querer selló Con respecto a esta novela de Pérez Reverte se ha dicho que los
una unión entre realidad y ficción envolviendo a Ávila Beltrán en problemas de México no son más que una excusa para que el autor
un aura mítica y haciéndola aún más popular. El gobierno no tardó (y el narrador) reafirme la idea de una más moderna y civilizada Es-
en hacer uso estratégico de la fama de Sandra para capitalizar en paña frente un atrasado y salvaje México (Gómez López-Quiñones
sus supuestos éxitos en la guerra contra el narcotráfico y atrapar la 44). De esta forma, la construcción de la identidad del personaje de
atención del público. “La Mejicana”, nombre con el cual Teresa es conocida en el nego-
La novela de Pérez Reverte se sostiene sobre el fracaso de las cio, se basa en la noción de provenir de un país caótico y a quien,
autoridades mexicanas en su papel de defensores de la ciudadanía por tal razón, le es fácil entenderse con rusos, marroquíes y gallegos.
ante el flagelo del tráfico ilegal de drogas. Pérez Reverte represen- Nacionales igualmente descritos como criminales brutales. Así, en
ta a México como un país sin ley controlado por la violencia del medio de identidades nacionales contrapuestas, la descripción que
narcotráfico. Teresa Mendoza, la protagonista, es una joven pro- hace el narrador de Teresa Mendoza es reveladora de la percepción
veniente del estado de Sinaloa que, como en el caso de la película superior que frente a la condición latinoamericana asume éste. Te-
resa está enraizada al mundo indígena mexicano (141) y, aunque su
5 La novela ha sido traducida a 19 lenguas y distribuida en 30 países. padre es español, lo que la caracteriza es que mantiene “las antiguas
6 Del juego continuo con fuentes reales se ha dicho que responden a una “mala y rebajadas gotas de sangre indígena manifestándose en la naríz, el
conciencia narrativa” que quiere justificar su “déficit de legitimidad respec-
to a su referente narrativo, México” (Gómez López-Quiñones 50). Entre esas
tono mate de la piel, la arrogancia del mentón erguido” (17). Esta
fuentes poco se ha dicho de una foto, a la cual se hace constante referencia a lo descripción es importante porque subraya las características étnicas
largo de la novela, en la que se describe a Teresa Mendoza como si se hiciera que distinguen a Teresa en Europa y la asocian a la retórica nacio-
a partir de una de las fotos más conocidas de Sandra Ávila Beltrán. Una de nalista mexicana orgullosa de su pasado indígena.
las fotos más comunes de “La reina del Pacífico” la muestra abrazada de un
hombre, el famoso capo Isamel Zambada, a quien por lo general los periodistas
Desde un punto de vista metonímico el lector de la Reina del Sur
eliminan para destacarla a ella. En esa foto solo se puede ver el brazo masculi- no puede sino sentir que la vida de Teresa Mendoza en Europa no
no apoyado sobre los hombros de la mujer y los ojos de ésta fijos en la cámara. es más que la percepción que de México tiene una España que se
En la novela, el narrador dice de una foto similar y del objeto de la fotografía: presenta como impoluta. Una España donde, según el narrador de
“…sólo era media foto porque faltaba el lado izquierdo: de él podía verse el
brazo de un hombre, enfundado en la manga de una cazadora de piloto, sobre
la novela, increíblemente ni los policías, ni los agentes aduaneros,
los hombros de una joven morena, delgada, de abundante cabello negro y ojos ni la Guardia Civil son corruptos, un lugar donde los criminales
grandes” (16).
7 El énfasis es mío
132 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA DE NARCOTRÁFICO, "REINAS" Y ESTADOS 133
LATINOAMERICANA RECIENTE MARÍA FERNANDA LANDER

tienen derechos.8 Como ha indicado Antonio Gómez López-Qui- Tucanes de Tijuana no estuvieron allí, pero alguien tuvo que con-
ñones, la novela es menos sobre la realidad mexicana y más sobre tarles, narrarles exactamente cómo fue la fiesta, porque en verdad la
los estereotipos que perpetúa una España más refinada para sostener letra estuvo muy apegada a lo que ocurrió. Más tarde, para halagar-
la imagen de un México violento e incontrolable. La imagen que me, algunos amigos me regalaron ese corrido en bonita letra escri-
domina la novela es la de un país que no solo ha perdido la guerra ta” (Scherer García 47). La referencia a Ávila Beltrán en este narco-
contra las drogas sino que la ha perdido ante una mujer. El hecho corrido sólo sirvió para aumentar su leyenda. Aún más, y siguiendo
de que la mayoría de los críticos literarios de periódicos y revistas lo que Miguel Cabañas ha señalado sobre este género musical, la
alrededor del mundo hayan favorecido la lectura de la novela como canción inscribe al personaje en una mitología específica, la de la
una representación de los problemas que enfrenta México con las celebración del poder, el orgullo y la resistencia de un grupo que
drogas explica el desliz del presidente al asociar a la Reina del Pací- lucha contra el Estado (o los Estados) (520). Pero sobre todo, este
fico con la del Sur. Es así como su captura se promovió como la rea- narcocorrido canta la percepción generalizada de que el negocio del
firmación del poder del Estado. Para el momento de su aprehensión, narcotráfico le ha ganado la guerra al gobierno. El corrido habla de
la Reina del Pacífico ya se había ganado un puesto en el imaginario que se trató de una “fiesta de alto rango / no podía llegar cualquiera”
cultural no solamente mexicano sino también internacional.9 y entre el grupo de selectos invitados pueden contarse varios oficia-
Pero si la Reina del Sur representa la mirada del extranjero a les del gobierno a quienes el dinero del tráfico de drogas ha logrado
las batallas que México va perdiendo, el narcorrido “La fiesta en la corromper. En pos de la manutención de una imagen de fortaleza
sierra” (2004) de los Tucanes de Tijuana ofrece la mirada interna y y control no sorprende entonces que el gobierno se esfuerce por
en ese sentido refleja el grado en que la “reina” ha penetrado en la eliminar los narcorridos de las estaciones de radio.
cultura popular. Como lo hizo Pérez Reverte, este corrido resalta la Unos días antes de la captura de Sandra Ávila Beltrán, el pre-
idea general de que el Estado está en el lado de los perdedores en sidente del momento, Felipe Calderón habló de ser el dueño de un
la guerra contra las drogas. El corrido narra la fiesta de cumpleaños “monopolio del poder” (Herrera Beltrán). Con tal aserción deja-
de un importante capo en un rancho en las montañas. La gente que ba clara su posición de líder y su deber de proteger a la nación al
llega a la fiesta en helicópteros y aviones privados son todos “gente mismo tiempo que justificaba la militarización de ciertos “estados
poderosa del gobierno y fugitivos.” De uno de los helicópteros “se problema.” Las consecuencias fueron devastadoras ya que decenas
baja una bella dama / con cuerno y camuflageada / de inmediato el de miles de mexicanos perdieron la vida durante su presidencia.
festejado / supo de quién se trataba / era la famosa Reina del Pací- La captura de Sandra Ávila Beltrán y su compañero sentimental,
fico y sus playas / esa grande del negocio / una dama muy pesada.” a quien Calderón consideró “entre los delincuentes más poderosos
Con respecto a esta canción la propia Ávila Beltrán ha dicho: “Los e importantes de América Latina” representó un triunfo para un
hombre que sostuvo su campaña presidencial y su imagen interna-
8 En las páginas 75. 115, 130, 133 y 188 de la novela se muestran diferentes cional como paladín de la guerra contra las drogas. En su momen-
instancias de la superioridad de las instituciones españolas en relación con las to, el encarcelamiento de la Reina del Pacífico también hizo obvia
mexicanas.
9 Hollywood también recogió la historia y la actriz Eva Mendes iba a ser la
la extensa influencia estadounidense en dicha guerra. Después de
protagonista de la película, sin embargo, el proyecto nunca se concluyó, su- confiscar un cargamento de cocaína pura con un valor de 800 mi-
puestamente, por las amenazas que su director, Jonathan Jakubowick, recibió llones de dólares, la DEA fue la que avisó al gobierno mexicano
de los narcos (El Portal de Sinaloa).
134 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA DE NARCOTRÁFICO, "REINAS" Y ESTADOS 135
LATINOAMERICANA RECIENTE MARÍA FERNANDA LANDER

de que Sandra Ávila Beltrán y su pareja estaban involucrados en los principios primitivos de la superioridad masculina en la guerra y
dicho contrabando (Méndez). De hecho, se aceptó que sin la inva- la perpetuación de una ideología que considera a las mujeres como
lorable información que brindaran los Estados Unidos, hubiera sido sujetos pasivos y dependientes.
imposible para el gobierno mexicano atrapar a los fugitivos. Ávila La retórica de la criminalidad que gira alrededor de las figuras
Beltrán fue extraditada a los Estados Unidos donde se la sentenció de Estévez Romero y Ávila Beltrán, como todo discurso relaciona-
a una condena de 70 meses sin embargo le valieron el tiempo que do con lo ilegal, mezcla una cantidad peligrosa de miedo e indefen-
ya había cumplido detenida en México por lo cual permaneció en sión. Al constituir una ruptura con la norma, la representación de
los Estados Unidos muy poco tiempo.10 Así, la reputación de La la mujer criminal revela la ansiedad que ésta inspira para la ideo-
Reina del Pacífico, como la de Lola La Chata en su tiempo, subrayó logía patriarcal. Las narrativas responsables en la construcción de
la percepción generalizada del fracaso del gobierno mexicano como la noción de la mujer criminal explican menos sobre el carácter de
protector de la ciudadanía. ésta y más sobre los que la tratan de controlar. En este sentido, las
historias de Lola la chata y de la Reina del Pacífico parecen haber
sido diseñadas para reafirmar la ideología machista que tipifica “La
Ayer y hoy guerra contra las drogas.”

Las historias de Lola la Chata y de la Reina del Pacífico, como


han sido contadas en “cartas abiertas”, periódicos, novelas, corri- Bibliografía
dos, películas y telenovelas, desvelan el miedo del Estado a ser per- Astorga, Luis. Drogas sin fronteras. México, D.F.: Grijalbo, 2003.
cibido como débil y sin control. En el caso específico de mujeres Blancornelas, J. Jesús. “La Reina del Pacífico: Puro cuento.” Semanario
narcotraficantes, el discurso de la defensa nacional que el Estado Zeta online. 12-18 de Octubre de 2007. <http://www.zetatijuana.com/
ha utilizado para contrarrestar la violencia y la alteración del orden html/EdcionesAnteriores/Edicion1750/Dobleplana.html>.
social que trae consigo el tráfico de drogas se ha sostenido en una Cabañas, Miguel. “El narcocorrido global y las identidades transnaciona-
retórica de marcados tonos sexistas. El uso de un lenguaje que re- les.” Revista de Estudios Hispánicos 42, 2008 (519-42).
fuerza estereotipos genéricos con la intención de proteger una iden- Campbell, Howard. “Female Drug Smugglers on the U.S.-Mexico Border:
Gender, Crime, and Empowerment.” Anthropological Quarterly 81,
tidad nacional percibida como atacada o en necesidad de salvación
2008 (233-67).
refuerza la percepción de que el Estado es una entidad masculina.
Carey, Elaine. “‘Selling Is More of a Habit Than Using.’” Narcotraficante
Para el Estado, el narcotráfico amenaza la percepción del honor na- Lola La Chata and Her Threat to Civilization, 1930-1960.” Journal of
cional lo que se expresa en el lenguaje que en términos de cons- Women’s History 21, 2009 (62-89).
trucción de género emplea el discurso de la defensa nacional. Sin Castillo García, Eduardo. “Caen La reina del Pacífico y El tigre, impor-
embargo, el hecho es que tanto en el caso de Lola la Chata como tantes capos del narcotráfico.” La Jornada 29 de Septiembre de 2007.
en el de Sandra Ávila Beltrán, el crimen lo perpetran mujeres cu- <http://www.jornada.unam.mx/2007/09/29/index.php?section=politi-
yas ofensas son doblemente emasculantes ya que innegablemente ca&article=013n1pol>.
el mundo del tráfico de drogas y la lucha contra él se sostienen bajo Connell, Robert W. Gender and Power. Society, the Person and Sexual
Politics. Stanford: Stanford UP, 1987.
10 Actualmente sirve condena por crímenes de lavado de dinero en México.
136 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA DE NARCOTRÁFICO, "REINAS" Y ESTADOS 137
LATINOAMERICANA RECIENTE MARÍA FERNANDA LANDER

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NARCOTRÁFICO, MERCADO LITERARIO
Y DENUNCIA SOCIAL:
DEL NEOLIBERALISMO
A LA DEMANDA GLOBAL

Stacey Alba D. Skar-Hawkins

La bien o mal denominada narcoliteratura, igual que el narcocine,


las narconovelas para televisión, y los narcocorridos, inscribe ima-
ginarios del convivir cotidiano de comunidades y estados arrasados
por la violencia y el terror de cárteles cada vez más interconectados
en redes internacionales. La mayoría de la investigación de esta te-
mática en la narrativa se centra en Colombia, haciendo hincapié en
la crítica social que ofrecen las letras colombianas de la presencia
histórica de los capos de la droga y el sicariato, entre otros fenóme-
nos relacionados con el narcotráfico.
Algunas de las obras más analizadas son La virgen de los si-
carios, la conocida novela de Fernando Vallejo que fue una de las
primeras representaciones del sicariato, y Delirio, una de las narra-
tivas más comentadas de Laura Restrepo, dos best-sellers colom-
bianos. Al matizar el desarrollo de esta producción cultural, Omar
Rincón esboza una “narcoestética” de la “Cocalombia” que abarca
desde la narcotv a la narcoarquitectura. En vez de una evaluación
ética de este fenómeno cultural, Rincón busca recuperar un posible
valor social de dicha producción cultural y su recepción en lo que
denomina una “narcotización del gusto” (151). No obstante, aunque
es posible cuestionar el intento de valoración de una narcoestética
neoliberal, es indudable la creciente presencia transnacional de esta
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LATINOAMERICANA RECIENTE STACEY ALBA D. SKAR-HAWKINS

producción cultural. Por otro lado, ha habido un desarrollo paralelo tección de las mafias del poder”.1 Gabriela Polit Dueñas responde
de narrativas de crítica social que aportan voces de denuncia contra a Monsiváis en su estudio de la literatura del sicariato de Colombia
los valores que esta estética parece promover. El presente estudio al señalar que la ficción, “…dada su versatilidad para entrar y salir
explora la pugna entre la producción local de obras sobre el narco- de los mitos y rumores, su heteroglosia y posibilidad de hablar de lo
tráfico y la creciente demanda global para narrativas de América real desde el umbral de lo inventado, puede mostrar de una manera
Latina sobre los cárteles, el sicariato y otras temáticas relacionadas más comprehensiva, cómo afecta el fenómeno del narcotráfico al
con estos fenómenos imaginario colectivo” (120). Asimismo, se podría afirmar que, ade-
El auge reciente de los narcorrelatos, como otras manifestaciones más de examinar la relación entre el narcotráfico y la ficción que lo
del narcotráfico en la cultura más allá de las fronteras de Colombia representa, es necesario considerar las paradojas de los múltiples
(particularmente México y Centroamérica), merece consideración mercados innegablemente interconectados en esta relación entre fe-
tanto en relación con sus propósitos éticos, cuando los hay, como nómeno real e imaginario colectivo. Tal propuesta puede elucidar
respeto de las realidades de los mercados literarios transnacionales. un propósito mercantilista y, por ende, neoliberal en la literatura del
La narcoliteratura entra, como producto, en el mismo mercado glo- narcotráfico que paradójicamente confluye con una denuncia de “la
bal del neoliberalismo por el que circulan las drogas de América pérdida de valores” que el narcotráfico representa.
Latina en su destino mayormente a los Estados Unidos. Esto exige Una de las novelas más paradigmáticas del contexto colombia-
una matización de los efectos sociales, económicos y estéticos de no, Rosario Tijeras, escrita por Jorge Franco en 1999, traza la histo-
estos mercados paralelos vinculados con las estructuras del poder ria de una adolescente convertida en sicaria en un triángulo de amor
tanto nacionales y regionales como del mercado global. Recorrer con dos jóvenes de la élite de Medellín. Es una relación desarrolla-
esta complejidad económico-social que se observa en algunas obras da entre Rosario, la muchacha marginada, violada, sicaria, quien al
representativas de la narcoliteratura puede ayudar a clarificar la re- final muere asesinada, y los dos miembros de la burguesía antioque-
lación resbaladiza entre creación estética y mercantilización de re- ña, Emilio y Antonio, quienes experimentan su amor y desamor de
latos basados en la criminalidad que aqueja sociedades que experi- ella sin perder sus vidas ni los beneficios socio-económicos como
mentan la brutalidad cotidiana del tráfico de drogas. Son innegables herederos del poder. Para ellos, el mundo de Rosario es un espacio
los vínculos entre la producción literaria y los respectivos contextos de juego con drogas, sexo y violencia, y con la muerte de Rosario,
en los cuales se produce (escritura, publicación, marketing y recep- los dos vuelven a la tranquilidad de sus vidas acomodadas. Así esta
ción), un proceso de producción-recepción/consumo que subraya la obra reafirma el androcentrismo tradicional como otras jerarquías
pugna entre el neoliberalismo hegemónico de las prácticas editoria- hegemónicas.
les y la propuesta para una denuncia social. Llevada al cine por el director mexicano Emilio Maillé, la pelí-
En su conocido ensayo “El narcotráfico y sus legiones” (2004) cula “Rosario Tijeras” se estrenó en el 2005 y rápidamente se con-
Carlos Monsiváis declaró que “La emergencia del narco no es ni virtió en la película colombiana de mayor recaudación en taquilla.2
la causa ni la consecuencia de la pérdida de valores; es, hasta hoy,
el episodio más grave de la criminalidad neoliberal. Si allí está el 1 Citado en Polit Dueñas (119).
gran negocio, las víctimas vienen por añadidura. Y con ellas la pro- 2 Para más detalles, véase el siguiente artículo: http://www.elcolombiano.com/
BancoConocimiento/R/rosario_tijeras_beso_la_taquilla/rosario_tijeras_beso_
la_taquilla.asp
142 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA NARCOTRÁFICO, MERCADO LITERARIO Y DENUNCIA SOCIAL 143
LATINOAMERICANA RECIENTE STACEY ALBA D. SKAR-HAWKINS

Esta sicaria se popularizó más en la canción de Juanes con el mis- En su análisis de la sicaresca literaria, Jean Franco propone la
mo título “Rosario Tijeras”. Nacido en Medellín, Juanes escribió lectura de estas obras como postapocalípticas, “reflecting the horror
su canción para la película de Maillé incluyéndola en “Mi sangre”, of the middle classes as their whole cultural world implodes” (222).
álbum certificado de Platino por la RIAA (Recording Industry As- Asimismo, la trama de delincuentes de “Rosario Tijeras”, igual que
sociation of America) 8 veces, lo cual quiere decir que ha vendido la trayectoria de sus múltiples adaptaciones con transmisión inter-
más de 1.000.000 copias con su distribución en EE.UU.3 Comen- nacional apoyan la afirmación de Jean Franco de la sicaresca como
tando el éxito global de “Mi sangre”, http://www.juanes.net ofreció “costumbrismo de la globalización” (222). Por otro lado, Josefina
la siguiente noticia en octubre del 2004: “[…] se mantiene desde Ludmer, sugiere otra manera de concebir esta relación entre reali-
su lanzamiento y por tercera semana consecutiva en la posición nú- dad y ficción en obras contemporáneas:
mero UNO como el disco más vendido en Estados Unidos, España,
Colombia, Chile Argentina y otros 12 países de habla hispana”. Las literaturas posautónomas [esas prácticas literarias territoriales
Posteriormente “Rosario Tijeras” se adaptó para una teleserie de lo cotidiano] se fundarían en dos [repetidos, evidentes] postula-
con la participación de su autor, Jorge Franco. La telenovela produ- dos sobre el mundo de hoy. El primero es que todo lo cultural [y
cida por RCN (Radio Cadena Nacional de Televisión de Colombia) literario] es económico y todo lo económico es cultural [y literario].
se estrenó en el 2010 con transmisiones en los siguientes países: Y el segundo postulado de esas escrituras sería que la realidad [si se
Colombia, Ecuador, la República Dominicana, Panamá, Paraguay, la piensa desde los medios, que la constituirían constantemente] es
México, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Venezuela ficción y que la ficción es la realidad http://www.lehman.cuny.edu/
y en mercados selectos en Argentina y Chile por el canal Golden. En ciberletras/v17/ludmer.htm
Estados Unidos, la misma serie experimentó un gran éxito en Uni-
visión, el canal popular para la comunidad hispanohablante esta- Planteada como narrativa postautónoma bajo esta definición, la
dounidense.4 La sicaria entra así de maneras variadas en el mercado narcoliteratura puede matizarse como paradigma del neoliberalis-
de la imagen. Se vende internacionalmente como representación del mo hegemónico en términos de su relación con el mercado y con las
peligro femenino, el sexo y la violencia del narcotráfico en la mujer realidades explayadas en sus obras.
castrante. Cada representación, sea ésta literaria, cinematográfica, En el Medellín real, nadie se escapa de los efectos de la presen-
musical o televisiva, afirma la hegemonía con su transgresión domi- cia de los cárteles, aunque indirectamente, y el poder económico
nada por el poder tradicional, la mirada masculina y burguesa que la compartido entre narcos y burgueses borra las líneas históricas en-
ve como objeto de deseo peligrosa y posible de dominar mediante tre centro y periferia. Esto produce un contacto desestabilizador del
su compra o a la fuerza con su muerte. orden socioeconómico efectuando una alteración de las jerarquías
del poder tradicionales y a su vez produciendo una amenaza a las
estructuras hegemónicas vigentes (Skar 115). Un anuncio del es-
3 Estos datos y confirmación de la popularidad del disco se pueden consultar en treno de la teleserie Rosario Tijeras en Colombia hace hincapié en
siete idiomas en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Mi_sangre.
4 La propaganda para la teleserie y algunos episodios todavía se encuentran
este punto de contacto desequilibrador representado por los perso-
disponibles en la página de Univisión: http://tv.univision.com/unimas/rosa- najes Emilio, Antonio y Rosario: “Sus vidas tan distantes se unirán
rio-tijeras/videos/video/2013-01-18/entra-al-peligroso-mundo-de-rosario-tije- al encontrarse frente a la belleza mágica de Rosario, quien los lleva
ras?refPath=/videos/
144 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA NARCOTRÁFICO, MERCADO LITERARIO Y DENUNCIA SOCIAL 145
LATINOAMERICANA RECIENTE STACEY ALBA D. SKAR-HAWKINS

a un mundo lleno de peligro y ferocidad, donde ella es una víctima cidos y galardonados con largas trayectorias literarias también han
y un instrumento de muerte” (D. Restrepo 1). Emilio y Antonio incursado en el tema narco, tales como Sergio Ramírez de Nicara-
sobreviven la amenaza que representa Rosario y ella es la que debe gua con El cielo llora por mí (2008) y Carlos Fuentes con Adán en
pagar las transgresiones (sexuales y económicas) con su sacrificio. Edén (2009) del contexto mexicano, dos obras que comentaremos
El orden restaurado, la historia termina reafirmando la hegemonía más detalladamente en este estudio. Ambas novelas reflejan la cre-
tradicional. ciente presencia del fenómeno narco fuera de Colombia, siguiendo
Por un lado sería posible afirmar que la muerte de la protagonis- su ruta por Centroamérica y México hasta llegar al destino final de
ta (transgresora por su sexualidad, por ser sicaria y lo que eso im- su consumo: Estados Unidos. Asimismo, ambos autores elaboran la
plica: la desestabilización social) le ofrece un desenlace anhelado temática del narcotráfico para ofrecer críticas sociales más allá de
a un público asediado por la narcoviolencia ya que representa una los efectos de la droga en sus países respectivos.
restitución de los poderes tradicionales. Sin embargo, vale subrayar Por ejemplo, en El cielo llora por mí, novela policíaca/negra,
que esa confirmación de la hegemonía tradicional a la vez reafirma Ramírez plantea la ética revolucionaria del sandinismo como con-
las mismas estructuras del poder neoliberales que fomentan el trá- traste con la corrupción actual de Nicaragua cada vez más asediada
fico de drogas. por el narcotráfico, igual que todos los países centroamericanos.5 El
Sobra decir que la historia de Rosario Tijeras, en sus numero-
sas manifestaciones culturales, nace como efecto del fenómeno del 5 El cielo llora por mí se vende como una novela policíaca, definida así tanto
narcotráfico y, por ende, hace falta una consideración de cómo esos por la editorial Alfaguara como por su autor en entrevistas, como la de Erik
imaginarios culturales se relacionan con las estructuras del poder. Y Aguirre. Por otro lado, algunos críticos de la obra notan su relación con la
este poder, o “las mafias del poder” a las que Monsiváis se refería, novela negra. Antonio Trejo Villafuerte, por ejemplo, la define como “novela
se define según el mercado neoliberal global representado tanto por simbiótica de policial y negro” observando lo siguiente:
el tráfico de drogas como las prácticas editoriales de difusión y de […] en el contenido central de la novela y el hecho criminal en sí, lo vemos
recepción, fenómeno relacionado con el potencial hegemónico/an- como un reflejo y un producto de la sociedad nicaragüense capitalista, don-
ti-hegemónico de la producción cultural. El ejemplo paradigmático de se desarrolla toda la acción: la acumulación de capital, el éxito material
y la competencia feroz, las cuales forman una trilogía causal del crimen y
de “Rosario Tijeras” con sus múltiples adaptaciones revela las pa- éste, a su vez, se expresa en los propios asesinatos y el tráfico de drogas,
radojas de un propósito mercantilista para la narcoliteratura cuando por quienes ubican la dinámica de la lucha entre los diferentes y desigua-
se plantea disfrazada de una denuncia social basada en la violencia les sectores sociales. http://www.sergioramirez.org.ni/site_sergio/criticas/
imaginada por una juventud sometida a la narcocriminalidad. Y el%20cielo%20llora%20por%20mi/El%20cielo%20llora%20por%20
mi%20-%20Arturo%20Trejo.htm
esto merece matizarse más dado el verdadero boom de la literatura
postautónoma (Ludmer) sobre esta temática que comenzó en la pri- Esta descripción de la obra la ubica más dentro de la tradición de novela negra
mera década del siglo XX. dada su preocupación por lo social ya que no resuelve el problema de la corrup-
En años más recientes, numerosas narrativas han surgido de los ción que plantea. Erick Aguirre comenta que “la novela negra tradicional tenía,
a finales del siglo diecinueve y la primera mitad del veinte, ciertas característi-
espacios locales o nacionales afectados por la corrupción violenta cas muy puntuales. Hoy día trata de comprender la sociedad globalizada, la red
que el narcotráfico implica. Estos incluyen no sólo regiones de Co- mundial del narcotráfico y los sobresaltos políticos de una era supuestamente
lombia sino, por extensión, todo el hemisferio. Escritores recono- carente de ideologías (1). Otra clarificación puede destacarse en la distinción
ofrecida por María del Carmen García en su estudio de la narcoliteratura: “El
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protagonista de la novela es Dolores Morales (nombre significativo llora por mí como “una parábola de la revolución” (Aguirre 1). El
por el dolor de la pérdida de la moral social, la crítica plasmada en sandinismo perdió su lucha contra la hegemonía neoliberal, pero el
la obra), que trabaja como inspector de la Policía Nacional de la Di- imaginario literario plantea su ética todavía no olvidada como un
rección de Investigación de Drogas. Ex-guerrillero, igual que Bert arma actual contra las mafias del poder neoliberal del Siglo XXI,
Dixon, inspector de la región de Bluefields, Morales es un hombre los cárteles y la corrupción.
aferrado al pasado. En una entrevista con el autor hecha por Erick Carlos Fuentes presenta una tajante crítica semejante de la co-
Aguirre para El Nuevo Diario de Nicaragua, Ramírez lo describe rrupción en México en Adán en Edén al denunciar la criminalidad
como: “[…] un sobreviviente. Perdió una pierna en la guerra contra que caracteriza las élites político-económicas. Como en la novela
Somoza, vive en pobreza, no tiene ambiciones, está apegado a la de Ramírez, el protagonista de Fuentes no es un delincuente común,
vieja moral, se defiende con su sentido ácido del humor, […] Es como se observa, por ejemplo, en Rosario Tijeras y otras obras del
un outsider que se resiste a amoldarse a los nuevos tiempos, y Lord sicariato. Por otro lado, Adán en Edén se destaca por su falta de es-
Dixon, su compañero de aventuras, que también viene de la guerri- peranza, alejándose de la nostalgia de Dolores Morales en El cielo
lla, es su cómplice en eso” (1). A estos dos inspectores se suman llora por mí. Si bien los dos autores utilizan el humor y la ironía
dos mujeres: Doña Sofía, también sandinista, evangélica, sencilla como recurso estético, la novela de Fuentes traza personajes más
aunque astuta para contribuir a la investigación, y la Monja, una oscuros. El primero es Adán Gorozpe, quien llega a la élite casán-
ex-guerrillera también representativa del viejo sandinismo en la po- dose con la hija de un empresario, el Rey del Bizcocho. Su vida
licía nica. cómoda de abogado y empresario, casado con una ex-Reina del
Estos personajes surgidos de la nostalgia, ejemplos de la ética Carnaval de Veracruz, comienza a desmoronarse cuando entra en
del sandinismo histórico en la novela, se contrastan con los narcos escena su tocayo, Adán Góngora, ministro corrupto de la seguridad
de Cali y de Sinaloa, además de los nicas corruptos, figuras como nacional. Mediante el juego entre los dos por el amor de la hija del
el presidente gordo y su narcojet—referencia indudable al ex-pre- Rey del Bizcocho, Fuentes desencadena una serie de críticas a la
sidente Arnoldo Alemán y un episodio real durante su administra- (in)justicia mexicana con numerosas referencias a las estrategias de
ción (1997-2002) –y Caupolicán, un guerrillero de la revolución Góngora para acercarse al poder criminal. Esto incluye encarcelar
que abandonó los valores sandinistas.6 Ramírez se refiere a El cielo a personas inocentes y dar órdenes para matar a delincuentes insig-
nificantes para así lucir como ministro. Este teatro de la (in)justicia
final de la novela clásica detectivesca ofrece la ilusión de haber desentrañado no se dista mucho de la realidad actual mexicana definida por la
la corrupción y restablecido el orden en la sociedad; la novela negra, por su corrupción que llega a los más altos niveles sociopolíticos. Para
parte, se limita simplemente a mostrar lo corrupto y violento que es el mundo”
(105). Asimismo, en su análisis de la novela de Ramírez, Javier de Navascués
un suceso ejemplar, basta considerar un caso del 2008 en México,
también subraya la relación entre la novela negra y la preocupación social en paralelo con la narración de Fuentes, en el que el ex zar anti-drogas
obras de escritores que son “legítimos herederos de la ‘auténtica izquierda”. Noé Ramírez fue acusado de proveerles detalles de investigaciones
Plantea que: “La acción criminal es un pretexto magnífico para bucear en los a los cárteles recibiendo como remuneración casi medio millón de
tugurios de la sociedad, pero también para desvelar, siempre dentro de esta óp-
tica, desequilibrios sociales, corruptelas administrativas o el poder de la banca
dólares (Schmeizer 1). Sólo cinco años después, en abril del 2013,
o de instituciones como la Iglesia” (Navascués 1). un juez federal absolvió de cargos al acusado, dejándolo en libertad,
6 Para leer sobre el caso del “narcojet”, véase una síntesis del escándalo en “Se
fue narcojet” de Mario Mairena Martínez del periódico El Nuevo Diario.
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cerrando así el círculo de (in)justicia de los más altos niveles de la (Roa 1). No obstante, sus imaginarios resisten el costumbrismo de
burguesía plasmado en la novela de Fuentes.7 la violencia global para el consumo masivo y, sin lugar a dudas, sus
A diferencia de la novela de Ramírez que plantea la vieja éti- protagonistas jamás alcanzarían el éxito en el mercado global como
ca sandinista en los personajes más significativos para oponerse al la sicaria Rosario Tijeras o incluso otras obras de la narcoliteratu-
neoliberalismo desenfrenado, en Adán en Edén se explaya una so- ra llevadas al cine o la televisión, como Sin tetas no hay paraíso
ciedad sin esperanza, señalando la futilidad de combatir la corrup- de Gustavo Bolívar (Colombia, 2005), El cartel de los Sapos de
ción ya que las instituciones a cargo de esa lucha están plegadas de Andrés López López (Colombia-Miami, 2008) o Las fantásticas:
violencia, materialismo y falta de escrúpulos. Al final de la nove- Las muñecas de la mafia, también de Andrés López López (Colom-
la el lector descubre que el protagonista, Adán Gorozpe, no tiene bia-Miami, 2009).
ombligo. Más allá de cualquier recurso fantástico o maravilloso, En las novelas de Ramírez y Fuentes, lo real y lo imaginado
equiparar este hombre corrupto con Adán, el primer hombre, a su convergen en un espacio en que lo inventado puede resultar más
vez parecería apuntar hacia la maldad de la raza humana desde sus creíble que la realidad. Esta línea editorial tiene potencial para desa-
orígenes. rrollarse, algo que se ha observado en publicaciones recientes como
A pesar de ser obras con mensajes sumamente distintos, una con Tras las líneas del narcotráfico: Panamá entre sicarios de Adelita
la esperanza nostálgica por los viejos morales perdidos y otra que Coriat (2012). Esta periodista panameña elige la literatura en vez
propone una corrupción milenaria, contagiosa e imposible de frenar, del periodismo para contar sucesos que ha observado en su país.
ambas novelas se contrastan con Rosario Tijeras y otra literatura del Como señala en el prefacio de su obra:
narcotráfico al no caer en la mercantilización del “costumbrismo de
la globalización” (Franco 222). Tampoco representan la “narcotiza- Esta no es una novela: los hechos sucedieron y los personajes son
ción del gusto” o la narco.estética definida por Rincón: “hecha de reales, aunque sus nombres fueron trastocados. Podría ser una cró-
la exageración, formada por lo grande, lo ruidoso, lo estridente; una nica periodística. Sin embargo, la sorprendente capacidad de las
estética de objetos y arquitectura; escapulario y virgen; música a autoridades nacionales y extranjeras para desempeñar roles dia-
toda hora y a todo volumen, narco.toyota plateada, exhibicionismo metralmente opuestos a los que les encomiendan las leyes de sus
del dinero” (151). Sus imaginarios colectivos se nutren de la cróni- respectivos gobiernos en materia de narcotráfico, así como su per-
ca roja y de los escándalos reales en sus países respectivos. Adán en niciosa voluntad de mostrar la realidad de manera verosímil, con-
Edén, por ejemplo, “se lee como un periódico, en la que las reglas vierten esta narración en una novela (7).
estrictas de la literatura no tienen ninguna frontera conteniendo re-
tazos de titulares, cotilleos, crítica social, reflexión, psicología, au- Dentro de la propuesta de analizar la literatura del narcotráfi-
toayuda y pastín amarillo mezcladas con diferentes voces, registros co como escritura postautónoma, quisiera reconocer el peligro de
y formatos” (Rodríguez 1). Y Sergio Ramírez, “lector empederni- emplear el término narcoliteratura para abarcar obras tan diversas
do de la crónica roja” ha confirmado que “los hechos de violencia, como las exploradas en este estudio. Concuerdo con Gabriela Polit
los crímenes, los asaltos sexuales y ahora, sobre todo, los casos de Dueñas que hay que considerar:
narcotráfico, de alguna manera son protagonistas de cuentos míos”
7 Hay más detalles en el artículo de Santaeulalia en El país.
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el lugar del escritor en momentos de gran expansión de mercados correlatos. No debe de sorprendernos este hecho ya que las obras
y los giros que toma el campo literario respecto a las exigencias de de Andrés López López son publicaciones del Grupo Planeta que
este mercado… quizá la más importante sea la preocupación por la “aglutina a más de 100 empresas de siete áreas de negocio diferen-
ética de la representación en el arte, ya que el sujeto que ocupa a la tes, de las que destacan las 50 editoriales que convierten a Planeta
literatura en la narrativa del narcotráfico es traficante, drogadicto, en el primer grupo editorial en lengua española y el sexto del mun-
criminal, y en el peor de los casos, asesino. (121) do”.8 Como institución cultural, el grupo planeta representa más de
$1.000.000.000 anuales. Las obras de Andrés López López, ambas
Este es indudablemente el caso de obras paradigmáticas como convertidas en teleseries populares, se dirigen plenamente a comer-
Rosario Tijeras o las publicaciones más recientes de Andrés López ciar una narcoestética desenfrenada y globalizada. Su éxito en el
López mencionadas arriba, las cuales glorifican la delincuencia mercado representa el narcorrelato manufacturado en el país con
para un mercado global. el nivel más alto de consumo de drogas: Estados Unidos. Asimis-
En cuanto a la mercantilización de la narcoestética en la narra- mo, en vez de desenmascarar la hegemonía neoliberal, echan mano
tiva, es de interés notar el espacio otorgado a estas obras para el de sus “mafias del poder” para reproducir las jerarquías del poder
consumo masivo en las librerías internacionales. Con el objetivo de y confirmarlas para un consumo global. Otras obras que tratan la
preparar el presente estudio, visité una serie de librerías de diver- misma temática desde una perspectiva crítica o ética, como las de
sas naciones americanas investigando esta temática: Nueva York, Ramírez y Fuentes, las cuales intentan rechazar la narcoestética o
Miami, San Salvador, Managua, Lima, San José y Ciudad de Pa- socavarla con recursos antihegemónicos, frecuentemente permane-
namá. Hubo una presencia dominante del tema narco, particular- cen en los estantes si es que se encuentran a la venta en espacios del
mente en los aeropuertos, espacios de consumo rápido, los cuales comercio popular.
contienen generalmente selecciones muy limitadas de literatura. A Refiriéndose a la telenovela basada en El cartel de los sapos,
su vez, no es de sorprender que las obras más vendidas en sean las Omar Rincón concluye que “La moral de esta serie es: siendo narco
que promueven la narcoestética neoliberal definida por Rincón en se vive breve pero a lo bien con mujeres, carros, armas y alcohol”
vez de una producción que favoreciera una reflexión crítica o ética, (161).9 Esta narcoestética se extiende por toda la región americana
como podrían leerse las novelas de Ramírez o Fuentes. Y aunque
a primera vista estas selecciones podrían considerarse una simple 8 Es útil considerar la presencia del Grupo Planeta en internet:
preferencia estética para lectores burgueses, es imprescindible sub- http://www.planeta.es/es/ES/Default.htm
rayar que el factor común en las obras elaboradas para el consumo Los datos citadas y otros detalles pueden consultarse en: http://es.wikipedia.
masivo es su equiparación con los discursos hegemónicos y una org/wiki/Grupo_Planeta
9 Ha habido numerosas telenovelas colombianas basadas en este tema: Pasión
ausencia de plantear dudas al orden neoliberal, aceptado éste como de gavilanes, Sin tetas no hay paraíso, Los protegidos, El cartel, La guaca,
el reino del poder al cual logran acercarse los capos y sus mujeres Inversiones ABC, El capo, Las fantásticas: Las muñecas de la mafia. Habría
con tetas de silicona. Sin lugar a dudas, esta mercantilización glo- que considerar hasta qué punto algunas obras son “aceptables”, y cómo esto se
podría definir y por quiénes, y otras no: “Gamboa piensa que existe una litera-
balizada es significativa ya que la narconarrativa de la hegemonía tura del narco de alta calidad y otra más popular, y que es importante diferen-
neoliberal, producida sobre el consumo de drogas, sigue la misma ciarlas. ...como Sin tetas no hay paraíso. ‘Es un libro exitosísimo, pero a nadie
trayectoria del narcotráfico, para exportarse en el consumo de nar- se le ocurriría compararlo con una novela de Vallejo o Héctor Abad’…” (Viar
1). Todas las obras analizadas en este trabajo, desde las más mercantilistas que
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afectada por la violencia de la guerra de la droga. Por ejemplo, en el cuelga, en buena medida, del mismo gancho” (42).10 Siguiendo esa
estado de Sinaloa, México, la “narcotización del gusto” se destaca denuncia, podremos considerar el hecho de que la etimología de
en los narcocorridos, además de la literatura: “narco” es el griego nárke: topor, adormecimiento (López de Abia-
da, 145). Si se comprende de esta manera, se podría plantear que la
Estética hecha de nostalgia rural y mundos amarillentos colmex narcoliteratura, como el narcorrelato, el narcocorrido, etc. tiene el
(Colombia-México), de modernidad de autos (BMW, toyotas 4 x potencial de adormecer o crear topor al público receptor si éste no
4), Miami (descaderados y joyas) y otros cuerpos, unos más redon- sabe distinguir entre escritura ética de conciencia social y la mer-
dos y apretados (¡las flacas modelos para los ricos!). Por fin, nos cantilización de una narcoestética neoliberal. Ojalá que sigamos
encontramos con nuestro nativo sueño gringo-mex-Marlboro, ese nosotros, estudiosos de la producción cultural, ofreciendo reflexio-
imaginario latino donde se mezcla lo popular con lo narco con lo nes sobre estos fenómenos paralelos de la hegemonía neoliberal,
gringo con lo mexicano con lo colombiano con el exceso Caribe… debatiendo a la vez el mismo uso del término narcoliteratura para
Las historias son las mismas que cuentan los periódicos, pero en referirse a esta producción tan diversa.
su otra versión como héroes, valientes y leales. (Rincón 156-157)

Aunque algunos estudiosos del tema proponen una lectura de Bibliografía


esta narcoestética sin medir su impacto ético, otros rechazan y bus- Aguirre, Erick. “El cielo llora por mí: Entrevista con Sergio Ramírez”. El
can su censura. El narcocorrido, por ejemplo, retoma una forma Nuevo Diario. 13 de diciembre de 2008. http://impreso.elnuevodiario.
históricamente popular en México de contar hazañas heroicas y re- com.ni/2008/12/13/suplemento/nuevoamanecer/9785
volucionarias pero, a diferencia del corrido tradicional mexicano, Franco, Jean. The Decline and Fall of the Lettered City. Cambridge: Har-
“el narcocorrido sinaloense elimina toda connotación social, polí- vard University Press, 2002.
tica y diluye su vinculación con el pueblo y con la tradición épica, Franco, Jorge. Rosario Tijeras. Nueva York: Siete Cuentos Editorial,
para enfrascarse en la nueva empresa, ahora, hedonista, utilitarista 1999.
Fuentes, Carlos. Adán en Edén. México: Alfaguara, 2009.
e individualista” (Sánchez Godoy 97). Rafael Lumus, en su ensayo
García, María del Carmen. “La transformación del valle en la literatura
publicado en la revista mexicana Letras Libres, señala divisiones
del narcotráfico de Rolando Hinojosa”. Perífrasis. 2.4, Julio-Dic. 2011
regionales en México al criticar a los del norte, como por ejemplo (97-114).
Sinaloa, por basar su producción cultural en el tráfico de drogas: Goldberg, Paul L. “Narcos, Globalistas, and the Aesthetics of Deterrito-
“Seamos sinceros: ninguno de estos autores denuncia porque nin- rialization in Luis Felipe G. Lomelí’s Todos santos de California”.
guno desea el fin de la narcocultura. De ella se nutren sus nove- Chasqui. 37.1, May 2008 (49-65).
las. De ella depende su imaginario. Más aun, el norte, su identidad, López de Abiada, José Manuel y Augusta López Bernasocchi. “Para un
análisis de Rosario Tijeras, paradigma de la conjunción de la violen-
cia y del narcotráfico en la literatura colombiana”. Iberoamericana,
glorifican la vida y muerte de los capos y sus mujeres hasta las más anti-hege- IX, 35 2009 (145-162).
mónicas que critican la corrupción neoliberal participan en un mercado para el
consumo global. ¿Hay un elitismo cultural inscrita en una lectura que rechaza
el consumo de una clase y no otra? 10 Citado en Goldberg (49)
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103).
Los “otros” relatos
FOTOGRAFÍA Y LITERATURA:
DIMENSIÓN VISUAL DE LA VIOLENCIA
DEL NARCOTRÁFICO EN COLOMBIA

ORFA KELITA VANEGAS VÁSQUEZ

1. En la foto, el personaje es “lo de menos”

La mayor parte de los estudios, reseñas y reflexiones publicadas


hasta el momento sobre “El ruido de las cosas al caer” indagan el
tema del miedo como efecto psicosocial de la violencia del narco-
tráfico que marcó funestamente el devenir de una generación co-
lombiana, la nacida en los años setenta; o la noción de “conciencia
histórica” del autor al configurar con sentido crítico ciertos episo-
dios de la historia reciente del país (Acosta 1; Arenas 1; Castañeda
1; Gaitán 177-183; Fernández 29-39; Gracia 1; Marín 1; Ponsford
1-5). Reconociendo que tanto el fenómeno del miedo como las pre-
ocupaciones del imaginario del escritor por el pasado reciente del
país son elementos cruciales de la diégesis, este estudio, sin dejar
de lado esos temas indudables, busca explorar más bien cómo se
produce la escritura, entendida ésta como el conjunto de maniobras
necesarias para que se articule un texto como artefacto simbólico.
Ciertamente, la memoria es la matriz de “El ruido de las cosas
al caer”. El recuerdo de Ricardo Laverde por parte del narrador es
la fuerza propulsora del relato que lleva a escena la problemática
relación del presente con el pasado. Al inicio de la narración de
manera intempestiva brota en Antonio Yammara el pasado como un
espectro, lo acosan las bruscas invasiones de un episodio de su vida
que creía cerrado, pero que resurge a causa de una imagen publica-
160 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA FOTOGRAFÍA Y LITERATURA: DIMENSIÓN VISUAL Y VIOLENCIA 161
LATINOAMERICANA RECIENTE ORFA KELITA VANEGAS VÁSQUEZ

da en una revista. La evocación involuntaria y discontinua se filtra lo tanto, esa vista al pasado se sostiene con registros precisos que
en el presente del narrador obligándolo a desandar lo vivido, a pasar generan cierto grado de credibilidad y confianza frente a lo que se
de un “orden afectivo” a un “orden intelectual” de la memoria, en cuenta; producen un efecto de realidad o de “autenticidad históri-
el sentido que cada retazo de recuerdo, conservado u olvidado a ca”. Nótese que este afán de veracidad, donde se enmascara la ilu-
capricho de la emoción íntima, toma forma y densidad cuando el sión de que lo dicho sucedió, aunque se subsume al nivel de la no-
personaje decide reconstruirlo en palabras. Evidentemente, aunque vela, subrepticiamente busca también un reconocimiento más allá
se rehace una memoria individual, se está develando asimismo una de los límites de lo ficcional cuando Yammara involucra al lector
memoria colectiva: una historia punzante que compromete a toda y lo convierte en su ineludible interlocutor. El narrador instaura al
una generación. lector como presencia necesaria a lo largo de sus más de doscientas
La novela es un registro estético de la memoria histórica plural, páginas, y lo incita a comprender la esencia de lo contado: “todo es
donde “el testimonio” de lo contado toma fuerza legitimadora en recuerdo, esta frase que acabo de escribir ya es un recuerdo, es re-
las “evidencias” que utiliza el narrador: fotos, cartas, grabaciones, cuerdo esta palabra que usted, lector, acaba de leer” (Vásquez 23).
entrevistas, publicaciones de circulación masiva, etc. Es sugerente Una intención lúdica recurrente en el estilo narrativo de Vásquez,
el juego de la instancia narrativa que realiza el escritor al poner a que muestra la complicada relación entre autor y lector1; recuérdese
un personaje a contar la vida de otro ya muerto, a dar testimonio por ejemplo, que en “Historia secreta de Costaguana” (2007) el na-
de unos hechos que ocurrieron varias décadas atrás. Yammara es rrador, José Altamirano, establece las reglas de lectura y conmina al
enfático en decir que él no contará su vida, “sólo unos días que ocu- lector a seguirlas fielmente si quiere conocer lo que pasará.
rrieron hace mucho” (Vásquez 15), mas su relato no se limita a los De los diversos “registros de memoria” que la novela utiliza,
días en que conoció a Laverde, eso es solo “la puerta de entrada”, llama la atención la figuración de la imagen fotográfica como tácti-
porque la novela abarca todo el pasado del aviador, inclusive mo- ca narrativa en la que se ancla el desencadenamiento de los hechos,
mentos de la vida de sus ancestros. Así las cosas, Yammara narra además de su capacidad para abrir una ventana oculta de la historia
porque Laverde ha muerto y no hay quién de fe de su pasado. Él se del país. Hay dos fotos situadas en el texto en momentos decisivos;
pone en su lugar, fue quien quedó vivo después del atentado de los la primera es la que desata el recuerdo en Yammara y da origen a
sicarios y es “el elegido” por los ausentes y las condiciones histó- su narración: la foto del cadáver del hipopótamo con sus cazadores
ricas y contextuales para hacer memoria de una época traumática a
través de la verdad del piloto.
No obstante, la memoria es un “‘objeto’ susceptible de mani- 1 En entrevista con Cristina Pacheco (2012) al preguntársele quién cuenta en
pulación, rechazo y debate” (Amar 122), además recela de una re- “El ruido de las cosas al caer”, el escritor responde que tanto él como Anto-
construcción que evada los recuerdos subjetivos; entonces, el juego nio Yammara. Dejando en claro de nuevo, la permeabilidad y transgresión de
artístico de Vásquez consiste en sostener la veracidad de lo referi- la instancia narrativa que distingue sus textos. En relación, Pablo Montoya
do por su personaje con las pruebas concretas que éste utiliza. A (2009) presenta un estudio detallado de la intromisión del narrador en “His-
toria secreta de Costaguana”, donde califica a José Altamirano de “exhibicio-
modo de archivo cada “dispositivo mnemotécnico” traído al texto nista”, por mostrar lo que tradicionalmente en los juegos narrativos debe per-
resguarda una “mirada confiable” a los acontecimientos. No es su- manecer oculto, esto es no revelar al lector los procedimientos utilizados para
ficiente el relato personal de Yammara por su talante subjetivo; por que la trama avance o retroceda, circunstancia que precisamente Altamirano
“despedaza” (82-95).
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posando junto él2. Un suceso que ilumina en la memoria el rincón “Sí, ayer mismo”, dijo él, y sin más me explicó: “Es que viene mi
oscuro donde permanecía silenciosa la experiencia lacerante de tre- esposa”.
ce años atrás: “me descubrí recordando a un hombre que llevaba No me dijo la foto es un regalo. No aclaró por qué ese regalo tan
mucho tiempo sin ser parte de mis pensamientos” (Vásquez 14). El curioso interesaría a su esposa. […] “¿Cómo así que viene?”, pre-
efecto de la imagen va a motivar la escritura. Surge en el narrador gunté. “¿Viene de dónde?”.
la necesidad de relatar por escrito lo vivido; escribir se convierte “Ella es de Estados Unidos, la familia vive allá. Mi esposa está,
“en un asunto de urgencia” (Vásquez 15) para dar “por termina- bueno, digamos que está de visita. (Vásquez 25-26)
do” un episodio de su vida. Una fotografía que asimismo, fielmente
muestra uno de los legados más absurdos de Pablo Escobar, o que Inicialmente, hay que notar que la imagen es un “truco formal”
como metáfora recoge el sentido de las secuelas del narcotráfico en para entrar en el pasado del piloto. Es el detonante que propicia
Colombia3. un vínculo más próximo entre los dos personajes, pues aunque el
La segunda foto, la que más interesa en esta reflexión, es la que narrador ya conocía a Laverde, nada sabía de su vida personal. A
Ricardo Laverde se toma en la Plaza de Bolívar de Bogotá: partir de esa conversación empieza a tomar forma la “enigmática”
historia del aviador; la perspectiva narrativa oscila ahora entre lo
La mesa todavía estaba cubierta por el forro de plástico negro, y sucedido en la década de los noventa, los últimos años de los sesen-
sobre el forro Laverde puso la imagen, su propia imagen, y la miró ta e inicios de los setenta. La foto impulsa las acciones que van a dar
fascinado: aparecía bien peinado, sin una arruga en el vestido, con forma a un segundo momento del relato.
la mano derecha extendida y dos palomas picoteando en su palma; Ahora bien, antes de continuar con la lectura de la fotografía, es
más atrás se adivinaba la mirada de una pareja de curiosos, ambos necesario precisar que más que un análisis semiológico o ideológi-
con morral y sandalias, y al fondo, muy al fondo, al lado de un co, buscamos una “interpretación abierta”, una dimensión esencial-
carrito de maíz agrandado por la perspectiva, el Palacio de Justicia. mente pragmática4, en el sentido que nos interesa interpretar todo el
“Está muy bien”, le dije. “¿Se la sacó ayer?”.
4 Retomando la tricotomía peirciana icono/índex/símbolo, Dubois (1986) afirma
que “como índex, la imagen fotográfica no tendría otra semántica que su propia
pragmática”. La lógica del índex plantea radicalmente la imagen fotográfica
2 Esta foto es real; puede verse todavía en el artículo de Antonio Albiñana (2009) como impensable fuera del acto mismo que la hace ser, ya sea que éste pase
para el diario “Público.es”. por el receptor, el productor o el referente de la imagen. El principio básico de
3 Antonio Von Hildebrand retoma el suceso de la cacería del hipopótamo para la conexión física entre la imagen foto y el referente que ella denota, es todo
realizar el documental Pablo’s hippos (Los hipopótamos de Pablo), respaldado lo que la convierte en una huella. La consecuencia de este estado de hecho es
por Sundance Channel y la BBC. Presentado en el Festival Internacional de que la imagen indicial únicamente remite a un solo referente determinando; el
Cine de Cartagena de Indias en el 2011. Cuenta la vida de Pablo Escobar. Por mismo que la ha causado y del cual es resultado físico y químico. De ahí la sin-
otro lado, en entrevista con Calderón (2011), Von Hildebrand establece ciertas gularidad extrema de esta relación. Al mismo tiempo, por el hecho de que una
similitudes de la naturaleza del hipopótamo con el narcotraficante colombiano: foto está ligada dinámicamente a un objeto único, y sólo a él, esta foto adquiere
“Son gorditos, lampiños, extremadamente agresivos, no particularmente inte- un poder de designación muy característico. Así las cosas, la foto entonces,
ligentes pero muy fuertes, y todo lo que hacen es por territorio y por hembras también llega a funcionar como testimonio; ella atestigua la existencia de una
(…) cuando el líder de la manada es viejo, llega otro y lo mata para tomar el realidad. Y es entonces, a través de esas cualidades de la imagen indicial que se
liderazgo, como los narcos. Matan de inmediato a cualquiera que se les cruce desprende finalmente la dimensión esencialmente pragmática de la fotografía
en el camino, como los narcos. Son paranoicos, como los narcos. (1) (por oposición a semántica); pertenece a la lógica de estas concepciones con-
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acto fotográfico que enuncia la novela: desde el “momento técnico” significativas sobre la aplastante realidad colombiana. Es substan-
cuando Laverde posa frente a la cámara, el instante de producción cial que precisamente Laverde se fotografíe en la Plaza de Bolívar
en el cual el fotógrafo con un movimiento de la mano “reproduce al de Bogotá6, que sea a mediados de los noventa, y que el narrador
infinito” ese momento de la toma, hasta el de la recepción cuando enfatice que “al fondo, muy al fondo” (Vásquez 25) del retrato se
Laverde muestra su foto a Yammara y luego éste la describe desde ve el Palacio de Justicia, institución simbólica de la Ley y el Orden,
sus juicios subjetivos, y nosotros la “re-leemos” desde nuestros in- pero cuestionada en su legitimidad. Un panorama nada gratuito que
tereses exegéticos. asoma en el último plano de la imagen; al fin y al cabo, muchas
Explica Dubois (1986) que el enfoque pragmático del acto fo- veces, el paisaje que rodea a las personas retratadas es clave para
tográfico requiere entender la foto como “index”, en oposición a comprender la circunstancia registrada.
“ícono” y a “símbolo”5; su principio constitutivo demanda, por lo Es necesario para una comprensión más precisa de la foto, ubi-
menos en su momento inicial, una copresencia inmediata entre el carse en el momento histórico colombiano de la década de los no-
sujeto que se fotografía y el resultado de ese acto. La foto es signo venta cuando Laverde vuelve a Bogotá después de pagar su conde-
o “huella luminosa” (Dubois 56) de la existencia concreta de algo na. Pero antes, recuérdese que el piloto fue apresado en Miami en
o de alguien en el instante de la toma. Y en ese sentido, entonces, 1976 en un viaje que hacía desde Colombia transportando una carga
para lograr una interpretación coherente de una imagen, es necesa- de cocaína (Vásquez 210). Es el periodo de inicio del negocio de la
rio abarcar la situación enunciativa que envuelve el acto fotográfi- droga en el país, y la época en que el Departamento de Justicia de
co, su “semántica depende de su pragmática” (Dubois 71). Siendo Estados Unidos fundó la D.E.A., 1973, con la intención de frenar
así, en la situación enunciativa cuando Ricardo Laverde se toma el contrabando y el consumo. A la sazón, cuando el piloto regresa
la foto, se interpreta que el hecho no se limita exclusivamente a la después de diecinueve años, las dinámicas perversas y poderosas
intención particular del personaje de fotografiarse para regalar el del narcotráfico habían logrado corromper todos los estamentos
retrato a su esposa como prueba fehaciente de su libertad: ha regre- políticos, económicos y sociales de la nación. Se vivían, y se vi-
sado a la capital después de cumplir una condena de casi 20 años ven aún, las terribles secuelas de su violencia en el tejido social: la
por narcotráfico en una prisión estadounidense; sino que también, corrupción generalizada, la crisis de valores y la banalización del
por el lugar y el momento en que es fotografiado, la imagen, aunque concepto de vida humana, entre otros. Al respecto, Sánchez (2008)
sin ser de carácter documental, provoca un cúmulo de resonancias afirma que desde finales de los setenta, la violencia colombiana se
circunscribe al cruce de múltiples guerras7, la de la guerrilla con su
siderar que las fotografías, propiamente hablando, no tienen significación en sí
mismas: su sentido es exterior a ellas, está esencialmente determinado por su
relación afectiva con su objeto y con su situación de enunciación (50, 74). 6 La Plaza de Bolívar de Bogotá es el espacio urbano “más importante” de la ca-
5 Dubois (1986) explica que los índex (o índices) son signos que mantienen, o pital y del país. Es punto de referencia clave para el encuentro socio-político. A
han mantenido en un momento dado del tiempo, con su referente (su causa) su alrededor se ubican parte de los edificios representativos de la vida política
una relación de conexión real, por ejemplo: el humo con el fuego. Mientras que colombiana: el Capitolio Nacional, el Palacio de Justicia, la Catedral Primada
los íconos se definen más bien por una simple relación de semejanza atemporal de Colombia, la Alcaldía Mayor de Bogotá, la casa del Cabildo Eclesiástico,
y los símbolos por una relación de convención general. Para mayor profundi- entre otros. Es Monumento Nacional y “lugar de la memoria”.
zación leer el texto de Dubois (1986), capítulo dos: “El acto fotográfico. Prag- 7 Es interesante la reflexión que hace Sánchez (2008) sobre el término “guerra”
mática del índex y efectos de ausencia”. Y el texto de Joly (2009), del apartado para señalar la degradación permanente de la confrontación social y política
2.4. “Hacia una teoría de los signos” hasta el 2.6. “La imagen como signo”. y particularmente de sus expresiones armadas. Dice el historiador y sociólogo
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ambiguo rostro, contra el Estado y contra los intereses paramilita- eterna” con los dividendos del narcotráfico, reproduciendo una vez
res, y la del narcotráfico y su empoderamiento económico a través más la violencia que la ha caracterizado desde su nacimiento. Sin
del terrorismo (13). duda, la construcción del país se sostiene sobre un pasado nefasto,
La guerra en Colombia no ha dado tregua; inclusive la caracte- cada período político vuelve una y otra vez al desacierto del conflic-
rización de los periodos históricos del país guarda estrecha relación to armado, remachando sobre los mismos errores generación tras
con los fenómenos de violencia más agudos: 1. Las guerras civiles generación. Una repetibilidad absurda de una realidad aciaga que
del siglo XIX; 2. La Violencia8 bipartidista; 3. La violencia genera- metafóricamente Vásquez devela en el pasaje donde Elena Fritts
lizada de las últimas décadas, centrada especialmente en el suceso recibe de regalo “Cien años de soledad”; un libro que después de
del narcotráfico. Una “tradición violenta” afincada en “el retorno de varias publicaciones sigue reproduciendo la misma errata, la “E” al
lo mismo”, en el sentido que, si bien en cada periodo han cambia- revés en la última palabra del título en la portada: “Parece mentira,
do los objetivos socio-políticos, las prácticas de atrocidad siguen llevan catorce ediciones y no la han corregido” (Vásquez 161). Fra-
invariables, y con ello el recrudecimiento de los efectos materiales se alegórica de la historia colombiana, de su herencia maldita atibo-
y psicosociales (Camacho 23-34; Herrera 237-265; Palacios & Sa- rrada de brutalidad y ausentes; donde, como sabiamente lo expresó
fford 629-677; Pécaut 87-257). No es extraño en el colombiano, tal García Márquez (1995), “las estirpes condenadas a cien años de
como lo hace Yammara, asociar los recuerdos de vida a los sucesos soledad no tienen una segunda oportunidad” (549). Es lo que suce-
violentos del país: atentados terroristas, magnicidios, secuestros, de con cada uno de los personajes de Vásquez, pero especialmente
etc. (Vásquez 18). Son éstos los que muchas veces se convierten en con Ricardo Laverde: regresa al país para recomenzar su vida, mas
unidad de medida del tiempo íntimo, en referente para ubicarnos en vuelve a caer vencido por la historia.
nuestro pasado y discernir el recuerdo. Son incluso la conexión de Hay que advertir que Laverde, como individuo autónomo, en
época más sólida que identifica cada generación. libertad de tomar decisiones, pudo haberse negado desde el inicio
De modo que cuando Ricardo Laverde vuelve al país a mediados al negocio de las drogas: empezó a traficar con marihuana alegando
de los noventa, se encuentra un panorama de criminalidad y terror, que “la cosa [iba] a ser legal tarde o temprano” (Vásquez 193); sin
con el flagelo del negocio que “ingenuamente” él había ayudado a embargo, termina transportando cocaína, lo que contradice su “jus-
implantar dos décadas atrás. Colombia alimentaba ahora su “guerra tificación ingenua” sobre la legalización. Una actitud que resulta
explicable dentro de las transformaciones culturales que la econo-
colombiano que actualmente “Ya no se habla siquiera de violencia, sino de mía del narcotráfico impuso en el país. La novela presenta dos pers-
guerra. De la guerra de los narcos, de la guerra sucia, de la guerras de las gue- pectivas del fenómeno, la primera, que obedece a los años setenta,
rrillas, de la guerra del presidente, de las guerras de las bandas. El término no
es, por supuesto, unívoco, pero es indicativo” (13).
registra la tolerancia que varios sectores sociales encontraban en el
8 La Violencia, con mayúscula, señala el periodo de entre mediados de la década negocio de las drogas; era la posibilidad para la movilidad social, la
de 1940 y comienzos de la de 1960, cuando desemboca la brutal confrontación estabilidad económica y el acceso a bienes que en otras circunstan-
entre miembros de los partidos políticos liberal y conservador. Según Sánchez cias serían inasequibles; inclusive, para cierta élite social, se dimen-
(2008), fue una guerra entre las clases dominantes y en cuanto tal una versión
tardía de las guerras civiles decimonónicas; pero también fue una guerra entre
sionaba la exportación de marihuana y cocaína, como dispositivo
las clases dominantes y el movimiento popular (29). Cabe también destacar, ideológico para resistir a las políticas económicas estadounidenses
que esta Violencia se desató a causa del asesinato del líder político popular (Arango 37-39). Es entonces, en este marco nacional donde Laver-
Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948.
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de se mueve; justifica sus negocios desde la nueva “ética del prag- de la historia. Factor crucial del principio constitutivo de la ima-
matismo económico” que empezaba a consolidarse en el imaginario gen como índex: “atestiguar” la existencia de la historia. Sin duda,
colectivo de muchos colombianos; sabe que su labor es ilegal, pero la imagen no se limita a la opinión que hacen nuestros sentidos,
consentida socialmente. siempre va a predominar el marco enunciativo, la copresencia de la
La segunda perspectiva del narcotráfico en la obra, se sitúa en la realidad donde se produce; va más allá del ideal sensible construido
década de los noventa; lo muestra como parte del funcionamiento por nuestro espíritu. Las imágenes son cosas, afirma Antelo (2004).
de la sociedad, incrustado en el aparataje estatal, y causante del te- Ellas mismas son la Cosa. Son un método, un pasaje, a la mane-
rrorismo y de múltiples formas de violencia: sicariato, magnicidios, ra benjaminiana o aún, como diría Deleuze, un camino por donde
desplazamientos, pauperización, etc. Empero, aunque para ese mo- pasan de cierto modo, todas las mudanzas que se preservan en la
mento se ha modificado la percepción que la sociedad colombiana inmensidad del universo. Las imágenes son por tanto la historia
tenía sobre el fenómeno, y es señalado como agente de desarticula- (Antelo, Potências da imagen 9; Um Atlas 12). Eso es, entonces, la
ción social, no hay una respuesta ética clara y contundente; reina en fotografía en “El ruido de las cosas al caer”. El devenir conflictivo
el colectivo una suerte de insensibilidad ante la violencia de todos de un país, pero también el movimiento de sobrevivencia que recala
los días, donde el ciudadano parece habituado al nuevo orden de en la verdad de una época. Y aunque en la novela es producto de un
las cosas impuesto por el narcoterrorismo. Es el escenario donde el doble juego ficcional, el de la invención de la imagen y a su vez el
aviador se ubica después de su cautiverio, y en el que irónicamente relato sobre la misma, en su “sentido ficticio” está la posible vía de
constata, con su asesinato, las secuelas criminales del negocio9. Un acceso a lo real. Por consiguiente, la foto como artefacto narrativo
crimen que, como muchos otros, pasa inadvertido para el devenir instalado en el texto, contiene en el artificio de su contenido un
histórico de un país que le había soltado las riendas a los jeques de juzgamiento de la realidad, “una densidad constelacional propia”
la droga. (Antelo, Potências da imagen 10) que se traduce como verdad his-
Ahora bien, volviendo a la foto de Laverde, es necesario sub- tórica de una nación.
rayar que su representación e interpretación está mediada por las En concordancia con lo anterior, la novela sugiere en el “retrato
impresiones subjetivas del narrador. Hay una intencionalidad crí- consciente”11 del piloto una metáfora paradójica de la ausencia del
tica de llevar al lector-vidente10 a enfocar la mirada en lo que está sujeto en el nivel espacio-temporal de la historia colombiana; es
más allá del primer plano, aun más, en lo que se deja por fuera del decir, que aunque en el primer plano aparece Laverde: es el foco de
encuadre: que es la frontera real donde se estructura el sentido de atención, y se supone que el ciudadano es parte fundamental de la
lo fotografiado. Así, la foto, aunque producto de una “descripción construcción de una nación, el narrador problematiza tal idea cuan-
caprichosa”, conquista su auténtico espacio en el relato, de manera do insta al lector-vidente a desplazar la mirada hacia el último plano
tal, que lo visto no es exactamente la presencia de Laverde, sino la de la foto donde asoma el Palacio de Justicia; una vez puesta la mi-
9 Es necesario precisar que la novela no dice explícitamente si Ricardo Laverde 11 Hay que tener en cuenta que a pesar de que la foto es tomada en la Plaza
tuvo o no nuevamente nexos con los narcos; aunque uno de los diálogos entre de Bolívar de Bogotá, no es una “foto tomada de improviso o a espaldas del
Yammara y Maya, por falta de explicación sobre su asesinato a manos de modelo” (Dubois 40), la imagen es convocada, es decir, la pose que adopta, su
sicarios, lo da por hecho. (Vásquez 252). peinado, su sonrisa, el gesto que deja ver mientras da maíz a las palomas, dice
10 Designamos de esta manera la figura del lector que no sólo lee el relato de la de una foto construida conscientemente, no es la típica “imagen cazada” que el
foto, sino que también ve la foto a través del artificio literario. fotógrafo de plaza realiza a los transeúntes.
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rada en el fondo de la imagen Laverde desaparece, y con él el sen- 15-44). “La vinculación de la fotografía con el tiempo es trágica
tido trascendental del sujeto como razón histórica de un país. Y es y significa siempre una proyección en el futuro y en la ineludible
que desde el inicio de éste acto fotográfico se juega con un “falsea- extinción que ese tiempo trae consigo” (Ansón 276). Empero, la
miento” de la perspectiva visual, primero, porque en la necesidad perspectiva de la relación trágica entre el tiempo y la fotografía
de revelar un ser “menos triste y taciturno” (Vásquez 25), diferente toma consistencia en la novela de Vásquez, no tanto con el futuro
de lo que en ese momento era, el piloto incurre en la artificialidad de sino con el pasado; de cierta manera a los personajes les está vedado
su propia representación y la foto no logra retener su singularidad. un porvenir, no se atreven a soñar o a imaginarse en otra realidad
Segundo, porque una vez que el retrato pasa a manos de Yammara, que no sea la presente, entonces las fotos no son motivo de angustia
la presencia del aviador es “lo de menos”; a pesar de que lo describe por lo que ya no serán. Más bien, el tormento brota de lo que se ha
detenidamente, lo que le interesa de ese “retrato deliberadamente sido, del pasado y la incapacidad de cambiarlo y detenerlo.
anacrónico” (Vásquez 25) es su elocuencia sobre un país malogra- Aunque la trama de “El ruido de las cosas al caer” pareciera sos-
do y por efecto, lo intrascendente del habitante en el continuo de la tenerse en la tensión de dos tiempos: el pasado y el presente, no es
historia; tanto es así, que asevera “la hubiera reconocido [la foto] así, ambiguamente el presente sólo existe en función de un pasado,
aun si alguien hubiera recortado o eliminado la figura de Ricardo es decir, que no hay presente sino pasado, “el presente no existe”
Laverde. Ahí estaban las palomas de la plaza de Bolívar, ahí estaba en la novela, sólo se es en cuanto pasado. El pasado es el Tiempo
el carrito de maíz, ahí el Capitolio, ahí el fondo gris del cielo de mi del relato; la hondura dramática de los personajes se afinca en lo
gris ciudad” (Vásquez 107). Una perspectiva visual que significa al sucedido, siempre vuelven a sus raíces buscando explicaciones para
ausente como “presencia activa” en la historia colombiana. un presente, e invariablemente allí se quedan, atrapados en el dolor
Es de ausentes que está poblado el escenario histórico del país. y el caos, demolidos por la herencia de sus ancestros. Numerosas
El carácter expulsivo de las dinámicas sociales moldeadas al calor son las alegorías del retorno del tiempo: la grabación de la caja
de la guerra y el narcoterrorismo, han hecho de Colombia un territo- negra del avión, las cartas de hace más de veinte años, las fotos en
rio que produce ausentes; aproximadamente el diez por ciento de su blanco y negro de lejanos familiares, las cicatrices corporales, las
población vive en el exterior; más de treinta y nueve mil personas antiquísimas publicaciones de farándula, etc.; muestras de que todo
han sido secuestradas; y en situación de desplazamiento hay cerca ha ocurrido, sin embargo tales experiencias solo toman coherencia
de cinco millones, además de las cifras alarmantes de muertes y y densidad tiempo después. Vale citar aquí la feliz imagen de Sartre
desaparecidos a causa del enfrentamiento de los grupos armados (1997) cuando dice que la visión del mundo anclada en el pasado,
(Centro nacional de memoria histórica); sin embargo, esa realidad puede compararse con la de un hombre sentado en un automóvil
es escamoteada por las fuerzas gubernamentales, y peor aún, poco descubierto que mira hacia atrás:
trascendental para la población en general, tal vez porque lamen-
tablemente es una sociedad que se acostumbró a convivir con el A cada instante surgen a su derecha y a su izquierda, sombras infor-
conflicto y los ausentes. mes, espejeos, temblores tamizados, confetis de luz, que no se con-
Por otro lado, mas en relación con el lenguaje fotográfico, la vierten en árboles, hombres y coches sino un poco después con la
dimensión temporal es un aspecto intrínseco de la imagen (Ansón retrocesión. El pasado gana con ello una especie de súperrealidad:
265-279; Butler 95-144; Barthes 103-178; Dubois 19-51; Sontag sus contornos son duros y claros, inmutables; el presente innom-
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brable y fugitivo se defiende mal contra él; está lleno de agujeros promete en mayor medida la capacidad de respuesta ética del re-
y por esos agujeros lo invaden las cosas pasadas, fijas, inmóviles, ceptor, o por lo menos es más profunda y por ende capaz de suscitar
silenciosas como jueces o como miradas. (139) un razonamiento sólido. “Solo aquello que narra puede permitirnos
comprender” (Sontag, Sobre la fotografía 43). El registro narrati-
En suma, los personajes de Vásquez son presencias sin presente vo compromete, desde la perspectiva de Sontag, un entendimiento
ni porvenir, porque aunque se aferran a la memoria y encuentran claro de los hechos, “garantizando” una respuesta ética justa de la
razones para lo que son hoy, se perdió la confianza en el futuro, en realidad representada. Se supera la relación “netamente afectiva”
la idea de un cambio del sobrevenir socio-histórico. No existe la que produce una foto.
utopía en estos héroes. El proyecto que primó en las juventudes de Judith Butler (2010) cuestiona la idea de Sontag sobre la imagen
los años sesenta y setenta en Latinoamérica, de cambiar el rumbo bélica como fuente incapaz de ofrecer por sí misma una interpre-
del país para beneficio social, es hoy, para las generaciones recien- tación; explica que desde el momento mismo en que se enmarca la
tes, anacrónico y absurdo; lo que ahora importa es mantenerse en el realidad en una fotografía, ya hay una intención interpretativa de la
pequeño espacio que se habita. Irónicamente como advierte Yam- representación de la realidad que se desea mostrar:
mara, estamos inmersos en el ciclo fatal de la historia, donde como
en los cuentos infantiles, todo “ya ha sucedido antes y volverá a su- No tenemos necesidad de que se nos ofrezca un pie de foto o una
ceder” (Vásquez 15). Las vidas se petrifican ante el “ojo meduseo” narrativa cualquiera para entender que un trasfondo político está
del pasado, el horror de la tradición suspende el presente y hunde el siendo explícitamente formulado y renovado mediante y por el
destino en el abismo negro de la desesperanza. marco, que el marco no sólo funciona como frontera de la imagen
sino también como estructurador de la imagen. Si la imagen estruc-
tura a su vez la manera como registramos la realidad, entonces está
2. La dimensión visual de la guerra estrechamente relacionada con el escenario interpretativo en el que
operamos (106).
Una limitante que Susan Sontag encuentra en la fotografía de
guerra es la “momentaneidad”, su fugacidad de sentido por carecer Teniendo en cuenta aquello a lo que apela Butler, consideramos
de continuidad narrativa (Ante la tortura 75; Sobre la fotografía que cuando Sontag plantea la negación de la fotografía como “lugar
43). La ensayista norteamericana explica que la foto, al no tener la en sí misma” de conocimiento, la está dimensionando desde la cate-
estructura de un texto, un mecanismo propio que le dé profundidad goría de índex, en el sentido de que es totalmente necesario conocer
explicativa a su contenido, puede llevar a una falta del “pathos éti- la situación enunciativa del acto fotográfico para acertar en la inter-
co”, y con ello una repuesta moral “ligera” frente a lo que se mira, pretación cabal del mensaje y el simbolismo de la foto. Tal como se
una impresión efímera. “El límite del conocimiento fotográfico del explicó en la primera parte de este texto, la imagen como índex, sin
mundo reside en que, si bien puede acicatear la conciencia, en de- la contigüidad del referente no dice nada, es “impensable fuera del
finitiva nunca puede ser un conocimiento ético o político” (Sontag, acto mismo que la hace ser” (Dubois 74). Entonces, una interpreta-
Sobre la fotografía 43). Mientras que si el hecho de violencia está ción apropiada exige conocer de dónde surge la representación de
relatado formalmente: novela, noticia, crónica, ensayo, etc. com- la realidad que la imagen refleja, lo que incluye por su supuesto la
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intencionalidad del fotógrafo al elegir dicha localización y tiempo uno de los textos de ese apartado está centrado en una foto real de
para enmarcarla. una situación concreta de la violencia sociopolítica en un momento
y lugar determinado del territorio colombiano14; todos inician con
Cuando Sontag reclama la presencia de un texto o relato sobre la fecha y el sitio de la masacre. La técnica narrativa consiste en ha-
la foto, advierte su necesidad para lograr una mayor claridad de cer una descripción estética de la imagen y a su vez comentarla. Las
sentido de los hechos figurados. Una imagen por sí misma, desloca- fotos pasan a la novela a través de la “palabra-imagen”. Se equipa-
lizada, no pasa de generar una “relación amorosa” (Sontag, Sobre ra la foto como foto pero también como narración: la descripción
la fotografía 42) con el espectador, sujeta al impacto emocional habilidosa a través de los recursos literarios traza, en la percepción
pasajero y sin posibilidad de respuesta ética. El relato en cambio, del lector-vidente, cada forma gráfica, a la vez que compromete un
permite que las imágenes se tornen singulares y más significativas, conocimiento explícito sobre el sentido ético y político de lo mani-
sobre todo las imágenes de guerra, cuando refieren la historia de festado en ella.
donde surgen; se genera un sentimiento más duradero y por ende, Es necesario citar gran parte de uno de los relatos para entender
un posicionamiento político frente al hecho. En rigor, toda narra- concretamente lo que se pretende argumentar:
ción de una fotografía de guerra es una forma de entrar en la rea-
lidad que “superficialmente” la cámara registra, de manifestar un Segovia, Antioquia, octubre de 1998
sentido ético-político al ubicar el hecho representado en un espacio La multitud marcha en silencio. Los ataúdes que se cargan son die-
y momento concreto; se restituye la identidad de las víctimas y se cinueve. Aunque contarlos es inútil. Hay un efecto de continuidad
descifra lo que sucede más allá del marco. en la fotografía de Ramírez que hace pensar en las líneas sucesivas
En ese orden de ideas, la inquietud de Sontag por la fragmen- que van hasta el infinito, propias de ciertas imágenes expresionis-
tación narrativa de la fotografía, probablemente se resuelva en la tas. Los primeros cajones se ven con claridad. Los que siguen un
forma como algunas ficciones la han incorporado; no a modo ilus- poco menos. Los del fondo se desdibujan. Los que se pierden en el
trativo –la imagen impresa en la página- sino como formulación horizonte son aquellos que el observador cree interminables. Igual
literaria. En el caso de “Los derrotados”, por ejemplo, el capítu- pasa con la gente. Se podrían contar los hombres y mujeres que
lo diecisiete12 funda su relato en la figuración y el comentario de acompañan a los masacrados, pero también es inútil. La fotografía
varias fotografías de Jesús Abad Colorado13 (Montoya 315). Cada impone, además, dos miradas. La primera, golpea los ojos como
un puño, está anclada en los cajones. Ellos oscilan entre los hom-
12 La particularidad formal de “Los derrotados” es la riqueza de sus perspectivas bros y mueven a pensar que esos mismos muertos están flotando
genéricas: biografía novelada, nota ensayística, diario poético, crónica, etc.
Una parte está dedicada a recrear la vida del Sabio Caldas en el Siglo XIX. La
otra parte se centra en el devenir de tres amigos en su adolescencia durante las das, muestra el desplazamiento forzado, el sufrimiento de las comunidades
décadas de los setenta y los ochenta del siglo XX, y su adultez en la primera afectadas y sus actos de resistencia. Aspira a recuperar la memoria del pasado,
década del siglo XXI. Uno de ellos es Andrés Ramírez, fotógrafo documental, porque, para él, crear memoria histórica es un imperativo ético que permite
a quien se le atribuyen las fotos del capítulo diecisiete, y de las cuales el narra- enfrentar los retos del presente y construir un futuro digno. (Centro nacional
dor, especie de alter ego de Pablo Montoya, construye una especie de crónica de memoria histórica).
literaria para cada una. 14 Las fotos de Jesús Abad se han presentado en varias exposiciones a lo largo del
13 Reconocido fotógrafo documental colombiano. Ha registrado las diversas ca- país, algunas de ellas pueden verse en la página web del Centro nacional de
ras del conflicto armado en Colombia. Su archivo, logrado durante dos déca- memoria histórica. Referenciado en la bibliografía de este texto.
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LATINOAMERICANA RECIENTE ORFA KELITA VANEGAS VÁSQUEZ

sobre uno de los tantos ríos mortajas de Colombia. Sin embargo, potencia su sentido simbólico y confluye la esfera de lo humano,
los cadáveres que no vemos están carbonizados. Los quemaron con la condición universal del sujeto indefenso en territorios de guerra.
petróleo los guerrilleros del ELN, dice Ramírez, por ser colabora- El tratamiento literario de lo fotografiado expresa la respuesta
dores de los paramilitares. Los ataúdes ondean entre una gama de ética del autor frente a las imágenes de Jesús Abad; es innegable
grises, blancos y negros perfectamente revelados. Serpentean como que Montoya reconoce en cada foto las particularidades de los suce-
el camino por donde va la muchedumbre. (Montoya 222). sos que enmarca. La novela especialmente en el capítulo diecisiete,
es una visión política; una forma de articular la indignación frente
Los trece “foto-relato”15 que dan forma al capítulo son todos a la violencia colombiana. El recurso narrativo para dar forma a la
alegoría del conflicto militar del país contra la población civil inde- discusión sobre la ética de la imagen bélica está centrado en las re-
fensa. Se revela en ellas el cinismo de sus actantes; la dignidad de flexiones de Andrés Ramírez, fotógrafo documental (figura ficcio-
las víctimas pero también su dolor y su llanto; los poblados baldíos: nal a quien se le atribuyen las fotos de Abad). Su dimensión visual
hechos escombros, o despoblados por el miedo; la fila interminable de la guerra muestra un “rostro más humanizado”, donde el prota-
de los ausentes: pueblos enteros desplazados, masacres colectivas, gonista central es el sufrimiento de las víctimas (Montoya 152). El
asesinatos sistemáticos, desaparecidos. Cada foto “muestra lo que tratamiento estético lleva a primer plano a quien sufre, mas sin caer
está pasando y hace imaginar confusamente lo que pasó” (Montoya en “lo pornográfico” de la imagen; Ramírez tiene claro que, para el
220). Una confusión que se aclara cuando quien cuenta ubica la mal, rige la misma ley que para la pornografía. El impacto ante las
imagen en un tiempo y lugar histórico explicando de manera deta- atrocidades fotografiadas se desgasta con la repetición, tal como la
llada lo acontecido. El papel del narrador destaca brillantemente en sorpresa y el desconcierto ante una primera película pornográfica
este apartado de la novela; las descripciones que hace están carga- se desgastan cuando se han visto unas cuantas más. La saturación
das de belleza poética anudada a una crítica profunda de las dinámi- de imágenes brutales a las que está expuesto el sujeto contemporá-
cas perversas de la guerra. Su mirada es compasiva con los sufrien- neo, tiende a generar cierta familiaridad con lo representado, a verlo
tes, acentúa no solo su orfandad, sino también la entereza con que como algo inevitable y remoto. (Sontag, Sobre la fotografía 38).
afrontan el mundo después del despojo. Asimismo, es inclemente Por esta razón, las fotos de “Los derrotados”, son producto de un
con los actores del conflicto: Estado, Ejército nacional, paramilita- cuidadoso encuadre, especialmente las que circulan en los medios
res, guerrilleros, etc., cuestiona con ahínco la negligencia, el bar- de comunicación o en las exposiciones; su marco es esquivo a con-
barismo y arbitrariedad de sus actos. Es importante subrayar que la tenidos de tortura, desmembramiento o muerte atroz, prefiriendo
perspectiva visual de la fotografía en la ficción amplía su escenario más bien una composición que sugiere pensar en lo acaecido:
social. Sin duda, cada imagen se localiza en un lugar y momento
específico, está enmarcada por un contexto singular; empero, al ser Juradó, Chocó, diciembre de 1999 (Fragmento)
objeto de reelaboración discursiva y pasar por el tamiz literario, […] mejor dicho, la imagen que nombra por antonomasia al país.
Se trata de un espejo roto en pedazos. Es una bagatela sin mayor
15 Parte de los relatos referidos por Montoya están documentados por el Centro valor económico (…) Ramírez ha caminado una vez más por uno
nacional de memoria histórica. Se puede encontrar en la página web del sitio de esos sectores devastados y ha mirado a sus pies. Porque el es-
todos los informes que han elaborado los investigadores sobre los diferentes pejo está tirado en el suelo. Varias balas, que parecen cuscas de
atentados terroristas de los grupos armados a las poblaciones colombianas.
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cigarrillo aceradas, lo rodean. La tierra de Juradó, como el espejo, Vigía del Fuerte, Antioquia, mayo de 2002 (Fragmento)
está agrietada. En los pedazos del espejo, como en la tierra, no hay […] El sol cae como un puñal y el río Atrato, al lado de ellos, pa-
ningún reflejo. (Montoya 226) rece paralizado por el sopor. Antes de meter el ataúd en el hueco
que han abierto, Anacleto siente que las fuerzas lo abandonan. Su
El enfoque del conflicto incita a la comprensión profunda del he- abandono crece. Toda resistencia se destroza. Piensa en los hijos
cho, pues el espectador al mirar la composición de la imagen se ve que jamás verán a su madre. Piensa en la falsa promesa que les ha
obligado a preguntarse ¿qué hay más allá del marco?, ¿si estos son hecho. Entonces, cuando se arrodilla frente a la caja construida con
los destrozos materiales de la arremetida, qué pasó con los hom- tablas de abarco, se tapa la cara y llora. En la fotografía la escena
bres, mujeres y niños que allí habitaban? En el “enmascaramiento” está enmarcada por la maleza que rodea la trocha. Hacia el lado
de la perspectiva explícita de lo atroz, se condensa una significación izquierdo, detrás de Anacleto, hay una flor blanca. Es un lirio que
más lúcida de lo que realmente debe interesar cuando se mira una algún dios de la selva, repentinamente conmovido, ofrece al deudo.
imagen de guerra. Son retratos de la ausencia, de la muerte sin los (Montoya 231)
muertos (Sontag, Ante la tortura 33).
Por supuesto, hay que decir también que cuando la fotografía En esta escena el llanto es el tema central, y ciertamente es la cir-
obedece a cierto estilo artístico, no está ajena a la problematiza- cunstancia que edifica la estética de la guerra en el registro visual de
ción del criterio de verdad de la realidad representada. Existe la Ramírez. La distribución de los planos, la insinuación de la pena, el
idea que una foto “tratada”, donde se ha jugado con el encuadre, la equilibrio de las cosas que rodean el acto central, se transforman en
composición correcta, la iluminación, etc. es “insincera” o “mera lenguaje que vigoriza y reconstruye convincentemente la realidad
estratagema”, por lo cual lo representado pierde su autenticidad y reflejada. Aquí, desde la perspectiva de Sontag (2011), se demues-
capacidad de respuesta ética. Las fotos de acontecimientos inferna- tra cómo “la fotografía mejora la normal apariencia de las cosas”
les parecen más genuinas si han adoptado un estilo antiartístico, son (Ante el dolor 51); pareciera, ambiguamente, que la realidad violen-
recibidas como si estuvieran dotadas de una especial autenticidad ta necesitara ser fotografiada para entender su dimensión terrible; la
(Sontag, Ante el dolor 20). Sin embargo, resulta asimismo que en potencia de la imagen desnuda la realidad oculta, “devela ese algo
el “artificio artístico” la misma realidad se torna más intensa, y en que molesta la conciencia del vidente” (Montoya 228).
cierta medida viene a favorecer lo representado, a posicionarlo en En ese orden de ideas, “la fotografía [bélica], mostrada y puesta
el mundo real cuando ha pasado por el ojo mecánico de la cámara. en circulación, se convierte en la condición pública que nos hace
Paradójicamente, las fotos de Ramírez en el texto, que a su vez son sentir indignación y construir visiones políticas para incorporar y
la figuración literaria de fotos reales, muestran bellamente lo peor articular esa indignación” (Butler 115). El enfoque de la guerra que
de la guerra, y en lugar de purgar la respuesta moral ante lo mostra- presenta “Los derrotados” es un marco alternativo capaz de deses-
do, la motivan; el lector-vidente no puede dejar de conmocionarse y tabilizar la regulación visual y discursiva del conflicto armado que
pronunciarse frente a la fragilidad de la vida expuesta en cada ima- impone tanto el Estado y demás actores militares, como los medios
gen. Hay una intensificación del significado de lo nombrado cuando masivos de comunicación intervenidos por afinidades políticas y
ha sido objeto no sólo de la captura de la cámara, sino también del por la ley nacional de telecomunicaciones. La “huella visual” de lo
registro literario: humano en condición de vejación y muerte, abre la pregunta sobre
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LATINOAMERICANA RECIENTE ORFA KELITA VANEGAS VÁSQUEZ

el valor de la vida; cuestiona la (des)consideración que tienen los fotográfico es irrefutable como prueba testimonial de los sucesos, y
actores del conflicto y “sus políticas de seguridad pública” sobre aunque configurado literariamente y referido por una figura ficcio-
la vida de quienes están en medio de la guerra. Una manifestación nal, atestigua la real verdad que se oculta en los discursos guberna-
estética que puede remover la conciencia social haciéndola cambiar mentales, o en la negación explícita del terrorismo por parte de los
su postura ética frente al conflicto y reaccionar con indignación por grupos armados al margen de la ley. La sociedad contemporánea
la víctima que está siendo degradada y asesinada sin miramiento pareciera exigir, para mejor comprensión de la fragilidad de la vida
alguno a su valor como ser humano. humana, la intensificación de la realidad a través de la cámara. Una
circunstancia que Montoya tiene en cuenta al momento de enmar-
car discursivamente la fotografía, ya que, en el tratamiento estético
3. Conclusiones y temático dado, no sólo muestra su respuesta política, sino que
también provoca en el lector-vidente una reacción moral ante los
La fotografía y la escritura se asimilan en “El ruido de las cosas hechos.
al caer” y en “Los derrotados”, como pasajes para retornar en el
tiempo, para ubicarse en el pasado reciente y recuperar otra memo-
ria de la atribulada historia colombiana. Por la forma como cada au- Bibliografía
tor ha incorporado en su obra el lenguaje fotográfico, puede decirse Acosta, Dixon. “El ruido de un escritor al subir”. Letralia. Tierra de le-
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ESTÉTICA DE LA VIOLENCIA EN
LAS FAVELAS: MIRADAS DESDE EL CINE

ESTER BAUTISTA BOTELLO

Las imágenes de las favelas brasileñas se han construido a través de


diversos discursos (el literario, el cinematográfico, el fotográfico,
el cartográfico y el político por mencionar algunos). En ellos se
presenta una diversidad de miradas hacia ese espacio marginali-
zado que durante un tiempo fue territorio prohibido para muchos
y que, en los últimos años, se ha convertido en un destino turístico
para aquellos con “espíritu aventurero”. En este artículo pretendo
mostrar y analizar algunas representaciones de las favelas en dos
textos cinematográficos Cidade de Deus (Meireles 2002), y Tropa
de élite (Padilla 2007) entrelazándolos con el análisis de imagina-
rios políticos y económicos que afectan la configuración estética de
las favelas.
A finales de los años setenta, John Walton (1976, 1977) introdu-
jo el concepto de “ciudades divididas”. En los años ochenta, las ciu-
dades “divididas” o “fragmentadas” fueron analizadas sobre todo
en términos de la miseria o la exclusión urbana y se clasificaron
en función de una dicotomía: las élites y la clase media alta frente
a los habitantes “olvidados” de las favelas o barriadas (Kruijt, p.
754). Mike Davis en Planeta de ciudades miseria (2007) señala
que en los últimos años se han desarrollado nuevos espacios so-
cioeconómicos que se encuentran ubicados en las periferias de las
grandes ciudades, espacios que contienen a millones de individuos
que abandonan la ruralidad por la urbanidad sin tener realmente una
labor en las prácticas económicas de la misma. En su artículo define
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LATINOAMERICANA RECIENTE ESTER BAUTISTA BOTELLO

el concepto de área urbana hiper degradada como aquella que se en la práctica llegan disparando en todas direcciones […] y matan
caracteriza por el “hacinamiento, vivienda pobre o informal, acceso a quienes tuvieron la desgracia de estar en el lugar incorrecto en el
inadecuado a medidas sanitarias y a agua potable e inseguridad res- momento incorrecto” (624).
pecto a la propiedad” (p. 12) Partiendo de estos diversos marcos de referencias, hablemos
Las favelas que pueblan los morros (faldas de las colinas) co- de la representación de la ciudad en el cine. Dicha representación
mienzan a aparecer a principios del siglo XX. El surgimiento y cre- viene definida, en primer lugar, por la producción de imágenes so-
cimiento de nuevas ciudades –entre ellas Río de Janeiro– a través bre la ciudad. No sólo los viajeros, sino también los habitantes de
de un impulso al desarrollo comercial y la modernización, provocó las ciudades, son los que producen y consumen imágenes de esas
que los pobres fueran expulsados de “sus lugares clásicos de resi- abstracciones histórico-espaciales que tiene toda urbe. Luz Aurora
dencia, a saber, los hacinados y degradados cortiços (bloques de Pimentel en El Espacio en la ficción considera que “el nombre de
departamentos) [y] comenzaron a construir chozas y casuchas irre- una ciudad es un centro de imantación semántica al que convergen
gulares en los terrenos baldíos” (618) según la investigación reali- toda clase de significaciones arbitrariamente atribuidas al objeto
zada por Koonings y Veenstra. Desde esa época, el área geográfica nombrado, de sus partes y semas constitutivos, y de otros objetos e
de las favelas comenzó a extenderse tanto que, en el año 2000, el imágenes visuales metonímicamente asociados” (29). De esta ma-
18.6% de la población de Río de Janeiro eran favelados (619) y tan- nera, puede afirmarse que las favelas en Brasil han sido construidas
to las favelas como sus habitantes son parte del paisaje geográfico desde varios discursos, por ejemplo, el cartográfico, el fotográfico,
y social urbano. el mítico, el literario y, por supuesto, el cinematográfico. A todos
Elisabeth Leeds, por su parte, describe los orígenes de la vio- estos discursos remite el sólo hecho de mencionar la palabra “fave-
lencia urbana organizada en Río de Janeiro. En su artículo, estable- las” en un texto ficcional ya sea literario o fílmico.
ce un vínculo entre el fenómeno de la guerrilla urbana –de finales Por otro lado, Barbara Mennel en Cities and Cinema señala que
de los setenta– y el surgimiento de grupos criminales en los años los Estudios Urbanos han comenzado a tomar en cuenta los textos
ochenta. En los años noventa, “casi cada favela se convirtió en el fílmicos como elementos que aportan una visión cultural de lo que
reino de una banda de narcotraficantes encabezada por un jefe lo- representan las ciudades porque, tal como lo afirman Mark Shiel y
cal” (Leeds 59). El control del comercio de drogas –y por ende el Tony Fitzmaurice, la cinematografía es “a peculiarly spatial form
de territorios– es el objetivo central de los enfrentamientos entre of culture” (5). Por otro lado, John Rennie Short en Urban Theory
las facciones criminales, todo esto a través de la violencia. Ante considera que la modernidad, el capitalismo y la postmodernidad
la escalada de esa violencia, cada vez mayor, la Policía Militar de unen los estudios del cine con los de las ciudades. En su visión ge-
Río de Janeiro adquirió notoriedad por su “violenta intrusión en las neral de cómo puede leerse una ciudad, enfatiza que la “operation of
zonas de la ciudad que controlaban las bandas de narcotraficantes” power and the struggle for power” son los factores que las organizan.
(Koonings 623). Koonings señala que durante las décadas de 1990 Además sugiere que estas relaciones de poder están organizadas
y 2000, “los regentes de la ciudad [han implementado] una estrate- en diferencias sociales de clase, género, edad, raza y grupo étnico,
gia represiva hacia las favelas, bajo la forma de operativos a los que los cuales, a su vez, producen patrones y procesos urbanos. Las
llaman blitz. Durante los blitz, un grupo de policías fuertemente ar- películas reflejan dichos patrones urbanos a través de los diferentes
mados penetra en la favela [para] arrestar a los delincuentes [pero] códigos utilizados para representar las zonas ricas o pobres o las
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áreas urbanas en contraposición de las rurales. La clase social puede Estas zonas periféricas son usadas como referencia en Deus e o
mostrarse a través de la elección de vestuario y lugar de la filmación. diablo na terra do sol (Dios y el diablo en la tierra del sol, Glauber
Otro elemento a observar es si los personajes se colocan dentro de Rocha, 1964), Vidas secas (Nelson Pereira dos Santos, 1963) y Oz
elaborados espacios domésticos o en espacios públicos urbanos. fuzis (Ruy Guerra, 1963). A propósito de la temática, se menciona
Lucila Vilela en su artículo “Paseo por las favelas: la influencia el documental Cabra: marcado para Morrer (1981) por Eduardo
del cine en el imaginario turístico” señala que “La estética de la Coutinho, que repasa “la trágica vida de Joäo Pedro Texeira, perso-
favela es la estética de lo local, de la tradición, de la samba, del naje legendario de la lucha campesina en la región, asesinado por
colorido, de gente simpática y alegre dentro de una organización militares y terratenientes en 1962”. (Santos, p.51)
social improvisada que se mezcla en un entorno de violencia debido La segunda vertiente de cine brasileño es la que se propone en
al tráfico de drogas. Las agencias, por supuesto, garantizan la expe- Cidade de Deus. Es decir:
riencia con total seguridad.”
Bianca Freire-Medeiros en su texto “A Construção da Favela la visión de lo urbano que pasa por otro lugar mítico, las favelas y
Carioca como Destino Turístico” señala que el proceso de cons- la violencia del entorno. Las favelas, al igual que el sertäo (desier-
trucción de ese tipo de destino turístico se da debido a la expansión to), son territorios de frontera y de fractura social, lugares míticos
de los llamados reality tours y al fenómeno de consumo de la ima- cargados de simbolismo que representan la otra cara de Brasil tu-
gen de la favela como trademark a la que se asocia la preservación rístico, de postal. En ellas se mezclan misticismo y miseria, y la
de una cultura local inserta en un territorio violento. Cabe también relación entre estos dos espacios míticos no es casual, pues en las
resaltar la influencia del cine nacional, en particular, las películas favelas viven los inmigrantes del sertäo que se han trasladado a la
Cidade de Deus, de Fernando Meireles y Tropa de Elite de José ciudad por una determinada cultura de masas, viven abocados a un
Padilla, que generan el imaginario de una realidad al mismo tiempo mundo en el que reinan la televisión, las drogas y la obsesión por el
peligrosa y atractiva. consumismo. (Santos, 55)
Elena Santos en “Nuevo cine brasileño: realidad o ficción”, rea-
liza un recorrido por los directores más sobresalientes de la historia
del cine brasileño, no para hablar de ellos, sino para decir que el su- Ciudad de Dios
puesto renacer del cine brasileño se ha edificado sólo en parte sobre
sus bases y en diálogo con los cineastas. Menciona principalmente En Ciudad de Dios, los espacios se presentan en la dicotomía
a Glauber Rocha y Nelson Pereira dos Santos; así como a Joaquim entre lo público y lo privado. En este texto fílmico se representa
Pedro de Andrade, Ruy Guerra, Leon Hirszman y Julio Bressane. una favela llamada “Ciudad de Dios” que sirve como el escenario
Más contemporáneos, menciona a Walter Salles y Fernando Mei- en el que se desarrollarán las historias contadas por Cohete, quien
reles, los dos internacionalmente más conocidos. Una primera se convertirá en fotógrafo de un periódico en Río de Janeiro. Co-
vertiente de este cine brasileño tiene que ver con la temática en hete es quien se encarga de documentar-narrar la escala ascendente
el desierto del nordeste brasileño, como “metáfora de un país en de la violencia entre las bandas que luchan por tener el poder en la
crisis, como expresión de las divisiones sociales y de los conflictos venta de drogas. Esto significa apropiarse de todo el territorio de la
irresolubles” (Santos 51). favela. Barbara Mennel señala que Ciudad de Dios no es una favela
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LATINOAMERICANA RECIENTE ESTER BAUTISTA BOTELLO

en el sentido estricto de la palabra, ya que fue construida por el ficción y la realidad: “…se trata de una mezcla indiscriminada de
gobierno en los años sesenta como una comunidad planeada con la estilos que atiende más a la espectacularidad del archivo audiovi-
finalidad de evitar el surgimiento de más favelas en Río de Janei- sual que maneja que a una reflexión ponderada sobre su pertinen-
ro. De allí que se vean unas secuencias fílmicas en las que pueden cia.” (Santos 57).
observarse unas calles bien trazadas, una arquitectura similar en las Ante esta tendencia, Santos afirma que la herencia más notable
casas y unos niños jugando fútbol en un improvisado campo. Esas de Meireles se ve en Tropa de élite (2007) hecha por José Padilha.
imágenes van a contrastar con las representaciones posteriores de la Una producción donde se muestra la corrupción y la violencia poli-
favela en las que sus laberínticas calles están llenas de criminales, cial en las favelas del Río de Janeiro. Ambos directores son con los
vendedores de drogas y niños sin hogar. que, según Santos, se ata la idea de un cine brasileño actual, pro-
Ciudad de Dios utiliza la convención documental de la voz en puestas que incluyen dicotomías entre pasado y presente, tradición
off en la que un narrador omnisciente compara el pasado de la fave- y modernidad, barbarie y civilización.
la con su presente. Los espacios interiores –ocupados por mujeres y
niños y, posteriormente, refugio de algunos criminales– contrastan
con los espacios exteriores –calles de la favela–. Estos exteriores Tropa de élite
son presentados a través de una mirada sesgada ya que únicamente
se muestra la favela en sí como si estuviera alejada de otras y como La película es una coproducción entre Brasil y Argentina y cau-
si viviera independiente de todos los otros sectores de la sociedad. só polémica desde antes de su estreno. Para entonces más de 12
La puesta en escena para narrar eventos del pasado se muestra en millones de personas ya la habían visto en versiones “pirata” tras
colores cálidos y es editada de manera más lenta para implicar no filtrarse una copia del filme durante la fase de posproducción. Esto
solamente el cambio de la historia, sino también para mostrar cómo obligó a José Padilha a reeditar tanto el inicio como el final de la
el tiempo es experimentado en diversos puntos del texto fílmico. historia, pero a esa altura, la película ya era objeto de todas las con-
La figura de Cohete es interesante no solamente porque él es versaciones. La jerga de los personajes del filme se trasladó al habla
quien narra la historia de Ciudad de Dios, sino porque a través de cotidiana de los brasileños, la banda sonora fue descargada de inter-
su trabajo como fotógrafo logra cruzar los límites de la favela. La net por miles de personas, el escudo del BOPE1 se veía en artículos
voz en off es la expresión subjetiva que clama que la historia está varios y en disfraces para el carnaval. Cuando la película finalmente
basada en hechos reales y esto se reafirma con las escenas finales en se estrenó en el cine, ésta se había convertido ya en la más vista en
las que se inserta un trozo de entrevista a uno de los criminales de la historia de Brasil, batiendo récords de recaudación.
la favela, así como las fotografías de los “verdaderos” protagonistas La polémica que rodeaba al filme se intensificó con su estre-
de las historias de violencia y muerte al lado de los actores que los no. Las opiniones encontradas respecto a la película iban desde
representaron. el estremecimiento por la crudeza de las escenas, hasta el aplauso
Por otro lado, Elena Santos resalta de la producción de Meireles, por ver en los personajes de Tropa de elite un modelo aplicable
su serie televisiva Cidade dos Homens, la cual, independientemen-
te de la temática sobre las favelas, se interesa por la propuesta de 1 El Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de la Policía Militar Estatal de
incluir el lenguaje de la telenovela, mezclando el cine y el video, la Río de Janeiro y que proclama ser la fuerza de guerra urbana mejor preparada
del mundo según el artículo de Koonings (620).
192 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA ESTÉTICA DE LA VIOLENCIA EN LAS FAVELAS 193
LATINOAMERICANA RECIENTE ESTER BAUTISTA BOTELLO

en las favelas brasileñas. En gran medida, lo que ha causado tanto contra.”2 Una afirmación de Stanley Milgran, psicólogo social de
revuelo son los violentos procedimientos empleados por el BOPE los EE.UU., según se lee en la pantalla. Inmediatamente, se escucha
en sus operativos policiales, así como la preocupación de que és- la canción “Rap das Armas” –el rap de las armas– interpretada por
tos pudieran servir para legitimar los actos de tortura en la policía Mc Cidinho & Doca. Es interesante la letra de la canción, porque
brasileña. José Padilha, director del filme, cree que la película sólo hace referencia al “Morro do Dende” como un favela difícil de in-
canalizó el sentimiento de impotencia frente al crimen que a diario vadir por la policía civil o el BOPE. Las líneas de la canción son un
deben soportar los brasileños (Burckhard y Cavalheiro). Fuera de listado de distintas armas como puede verse en la traducción de la
Brasil, la película también ha sido bien recibida. En España, más lírica de la canción3:
de 45 mil espectadores ya habían visto el filme a 10 días de haber-
se estrenado. Ahí viene uno con un AR15 y otro con la 12 en la mano
Tropa de Elite ha sido descrita como impactante, dura, descar- armado con una pistola y otro con una .28 (revolver).
nada y turbadora. La crítica concuerda en que se trata de una pelícu- Uno viene con una URU en el frente escoltando una furgoneta (de
la pesimista donde al final nadie gana y donde la violencia, tortura [la policia)
y muerte crean un filme impactante que es a su vez repulsivo y Vienen dos más en la retaguardia, con una Glock en la mano.
fascinante. Carlos Boyero del diario El País, habla del “pesimismo
con causa” que toca la película, lo que la hace creíble y no por eso Amigos, que yo no olvido ni dejo para después
menos dura. lo ven 2 colegas con la 7,62 (fusil automático)
Por otro lado, la crítica describe a la película como abrumadora, Pegando tiros al aire, solo para probar
pues su violencia es tal que el filme se convierte en un espectáculo la Ina-ingratek, la pistola Uzi o el Winchester.
de muerte y tortura. El director se defendió de las críticas que con- Es que ellos son bandidos pobres y ninguno trabaja
sideran que su película es ‘fascista’, diciendo que en Tropa de Elite de AK47 y en la otra mano una ametralladora.
quiso “mostrar la violencia desde la perspectiva policial, algo que
se hizo en Estados Unidos y en Europa, pero en Brasil nunca. En Al mismo tiempo que se escucha la canción, se van mostrando
Tropa de elite he querido explicar cómo el Estado corrompe a los de manera intercalada los créditos con algunos flashes de jóvenes
policías o los incita a la violencia. Creo que una gran mayoría de contorneándose con dicha melodía. Cabe mencionar que esta can-
brasileños comprende el fondo de la película.” (cit. en ‘La brasileña ción fue cantada por el traficante del documental Noticias de una
Tropa de elite gana…’). A pesar de ciertas críticas negativas, la guerra particular (1999) –dirigido por João Moreira Salles y Kátia
película fue distinguida con el Oso de Oro del 58° Festival de Cine Lund– y se convirtió en “casi un himno de la violencia que circu-
de Berlín en febrero de 2008. laba en los morros [y] cuando se produjo la reciente ocupación del
Antes de que se inicie la presentación de créditos de la película,
en la pantalla se muestra el siguiente epígrafe en un fondo negro 2 La traducción sería: La psicología social de este siglo nos enseñó una impor-
con letras blancas: “A psicologia social deste século nos ensinou tante lección: con frecuencia no es el carácter de una persona el que determina
uma importante lição: usualmente não é o caráter de uma pessoa cómo esta actúa, sino la situación en la que se encuentra.
que determina como ela age, mas sim a situação na qual ela se en- 3 Tomado de la página música.com en http://www.musica.com/letras.asp?letra
=1798785
194 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA ESTÉTICA DE LA VIOLENCIA EN LAS FAVELAS 195
LATINOAMERICANA RECIENTE ESTER BAUTISTA BOTELLO

conjunto de favelas del Alemán por parte de las fuerzas de segu- Lo que pasó aquí era inevitable. Los carteles de droga y la policía
ridad brasileras, en noviembre de 2010, los chicos de las comuni- tuvieron que arreglarse. Después de todo, nadie quiere morir en
dades cantaban esa música frente a las cámaras de TV” (Kingler y vano. En Río, la paz depende de un delicado equilibrio entre las
Fernandes da Paz, p. 175). balas de los matones y la corrupción policiaca. La honestidad no
En esos primeros minutos, se explicita claramente que estamos forma parte del juego. Cuando los policías honestos entran a las
en Río de Janeiro en 1997. Al minuto 02:27, aparece una voz en favelas, pasan cosas terribles. En Río, cada policía debe elegir: o se
off que dice: “Hay más de 700 favelas en mi ciudad. La mayoría corrompe y se calla o entra a la guerra. Esa noche, Neto y Matías
controladas por traficantes armados hasta los pies”. Y, justo en ese eligieron lo mismo que yo diez años atrás. Escogieron la guerra.
momento, las palabras coinciden con un joven de la fiesta que está Neto y Matías no tenían oportunidad de sobrevivir. Los policías
armado con pistola y otra arma (un AK 47). La voz en off continúa normales no están entrenados para la guerra. Yo no soy un policía
diciendo: “Levan HK, Uzi y Ar-15. De todas las que quieras” –una normal. Soy de la BOPE, un escuadrón especial de Río. En teoría,
vez más aparece un joven armado que está bailando al ritmo de la somos de la misma fuerza, pero, en la práctica somos totalmen-
canción anteriormente mencionada. Entre cada intervención de la te diferentes. Nuestro símbolo muestra quiénes somos. Y nuestro
voz en off y la imagen del joven armado, aparecen algunas jóvenes uniforme no es azul; es negro. La BOPE siempre entra cuando las
brasileñas con poca ropa y que están muy animadas en la fiesta. otras fuerzas no pueden. Y en Río eso siempre pasa. Soy el Capitán
Esto viene a reforzar un estereotipo de la imagen de Brasil ante Nascimento. Líder Alfa de la BOPE. Llevaba años en esta guerra y
cierto tipo de espectador. La voz en off, continua con su discurso ya me estaba cansando (minuto 08:00).
conductista: “En el mundo, estas armas se usan para la guerra. En
Río, están en manos de matones. Sus balas traspasan los autos como Justo aquí termina todo este flash forward y aparece el título de
si fueran papel” –y se muestra un auto de la policía-. Nuevamente la película: Tropa de élite (en fondo negro, con letras rojas. En la
voz en off: “Es loco pensar que en una ciudad como Río, los poli- palabra “tropa”, se sustituye la letra “o” por la calavera del escudo
cías sólo van a las favelas para imponer la ley. Los policías tienen de la BOPE). Y, posteriormente, siguen los créditos de la película.
familia. Tienen miedo a morir”. Y dicha voz en off desaparece – En el minuto 08: 46 es cuando aparece un letrero (fondo negro,
momentáneamente– en el minuto 03:08 para dar inicio a la acción. letras blancas) que dice: “6 meses antes”. Y desde allí se comienza
Posteriormente, sabremos que esta voz en off está personificada a contar toda una serie de historias donde prevalece la violencia.
en Nascimento, uno de los oficiales del Batallón de Operaciones A partir de toda esta narrativa dada por la voz en off, puede
Policiales Especiales (BOPE) de Río de Janeiro, a punto de ser pa- vincularse una serie de elementos con la exclusión social, el sur-
dre y que cumplirá con su última misión antes de tener un relevo. gimiento de la violencia en las favelas y la intervención policíaca
Él será quien nos cuente la historia de los dos protagonistas, Neto en las mismas, expuesto en páginas anteriores de este artículo. En
y Matías, dos jóvenes que aspiran al BOPE para “acabar con la de- esta película se “adopta el punto de vista de la policía y muestra a
lincuencia en ambos lados de la ley”. A través de ese narrador que la clase media y a los intelectuales como ingenuos o alienados y, en
aparece a lo largo de la película, el espectador se va enterando de última instancia, cómplices del narcotráfico” (Kingler y Fernandes
algunos aspectos relevantes. Por ejemplo, la voz en off va diciendo da Paz.175). Incluso, se refuerzan los estereotipos de los habitantes
del minuto 03:25 al 08:00: de las favelas como criminales y como si a ellos no les importara
196 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA ESTÉTICA DE LA VIOLENCIA EN LAS FAVELAS 197
LATINOAMERICANA RECIENTE ESTER BAUTISTA BOTELLO

morir ni tampoco tuvieran miedo por sus familias. La narrativa está Bibliografía
cargada a establecer una batalla entre el bien –representado por los Barber, S. Ciudades proyectadas. Cine y espacio urbano Trad. Rafael
miembros del BOPE– y el mal –los narcotraficantes de las favelas–. Jakcson. Barcelona: Gustavo Gili, 2006.
Ambas películas muestran una visión de lo urbano, las favelas y Boyero, Carlos. “Asesinos con placa en la favela”. El País. Madrid 12
la violencia del entorno. Cidade de Deus fue un punto de inflexión febrero 2008, Consultado el 28 mayo 2014 http://elpais.com/dia-
estético en el cine brasileiro por la utilización de actores no profe- rio/2008/02/12/cultura/1202770803_850215.html
sionales, sino personas de la misma favela cuyos diálogos fueron Burckhard, Eduardo y Cavalheiro, Rodrigo. “Tropa de élite, o de cómo
muy naturales y dieron “credibilidad” a la ficción produciendo, con un torturador se convierte en héroe”. El País. Madrid, 28 Julio
ello, “un fuerte efecto de realidad” (Kingler y Fernandes da Paz 2008. Consultado el 15 Abril, 2013. http://cultura.elpais.com/cultu-
174). Sin embargo, ese falso realismo se trastoca con el manejo de ra/2008/07/28/actualidad/1217196003_850215.html
la cámara, la velocidad narrativa y el montaje que se alterna con el Caridad Montero, Carlos. “Tropa de Elite sacude Brasil”. Blog de cine. 31
Octubre 2007. Consultado el 15 Abril 2013. http://www.blogdecine.
lenguaje del videoclip –por ejemplo, la secuencia de la persecución
com/trailers/tropa-de-elite-sacude-brasil
de la gallina con la que inicia y termina la película–. Con estos
Davis, Mike. Planeta de ciudades miseria. Involución urbana y proleta-
procedimientos, la estética de la violencia se vuelve un espectáculo.
riado informal. Consultado 17 abril 2013 en http://newleftreview.es/
Por otro lado, Tropa de élite retrata la corrupción y la violencia
article/download_pdf?language=es&id=2496
policial centrada en las actividades del BOPE, que participan en Freire-Medeiros, Bianca. “A construção da favela carioca como destino
una operación de “limpieza” dada la visita del Papa Juan Pablo II turístico. Rio de Janeiro”. Centro de Pesquisa e Documentação de His-
en 1997. Sin embargo, en Tropa de Élite se presenta una situación tória Contemporânea do Brasil (CPDOC), 2006. Consultado en http://
más compleja, porque se incluye a la clase media y media alta –con portalpbh.pbh.gov.br/pbh/ecp/files.do?evento=download&urlArqPl-
la caracterización de los jóvenes ricos que pertenecen a una ONG y c=a_const_favel_carioca_como_destino_turistico.pdf
van a hablar de desarrollo social a las favelas–; la policía y la clase Klinger, Diana y André Fernandes da Paz. “Refracción fragmentada: per-
política. sonajes, vivencias y dispositivos en las realidades de los documentales
En ambos textos fílmicos se recurre a la utilización de ciertos contemporáneos en Brasil”. INTI. Revista de Literatura Hispánica.
procedimientos que generan un efecto de realidad; Klinger y Fer- No.71/72, Primavera-Otoño 2010. 165-185). Consultado en
nandes da Paz señalan que “la cámara en mano o la participación de http://www.jstor.org/stable/23289040
actores no profesionales, por ejemplo, en Cidade de Deus o Tropa Koonings, Kees y Sjoerd Veenstra. “Exclusión social, actores armados
de Elite, produce un efecto de realidad que refuerza un argumento y violencia urbana en Río de Janeiro”. Foro Internacional. Vol. 47,
basado en una investigación cercana a la que se utiliza en el cine No. 3 (189) Jul. - Sep., 2007, (616-636). México: El colegio de Mé-
de no ficción” (166). Por su parte, Elena Santos considera que am- xico, 2007. Consultado 20 de junio 2014 en http://www.jstor.org/sta-
bos textos fílmicos tienen un tinte de “sensacionalismo ideológico ble/27738846
y formal, una manera de seducir a cierto público europeo con una Kruijt, Dirk. “Exclusión social y violencia urbana en América Latina” en
exhibición de las miserias domésticas” (58). Sin embargo, éstos son Foro Internacional. Vol. 44. No.4 (178) Oct-Dec. 2004 (746- 764).
solamente dos ejemplos del cine producido en Brasil, donde la vio- México: El Colegio de México, 2004. Consultado el 28 de junio 2014
lencia es el elemento atractivo para el espectador dado que ésta se en http://www.jstor.org/stable/27738678
representa estéticamente bien elaborada.
198 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA ESTÉTICA DE LA VIOLENCIA EN LAS FAVELAS 199
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LA SEDUCCIÓN DE LAS MAFIAS
LA FIGURA DEL NARCOTRAFICANTE EN
LA NARCOTELENOVELA COLOMBIANA

DIANA PALAVERSICH

Desde los tiempos de Robin Hood, la figura del outlaw y bandido


social en conflicto con el poder hegemónico ha cautivado la sim-
patía y la imaginación de lectores y público en el mundo entero.
Esta fascinación por hombres que viven fuera de la ley, pero que a
menudo parecen poseer mayor integridad moral que aquellos que
la representan, ha sido explotada por el cine y la televisión, desde
los emblemáticos filmes del género –Scarface, The Goodfather y
Goodfellas– hasta series estadounidenses de fama mundial –The
Sopranos, Weeds o Breaking Bad–.
Países como México y Colombia, donde la producción y el trá-
fico de estupefacientes tienen una larga trayectoria y forman par-
te ineludible de la realidad nacional, han aportado a esta galería
de mafiosos célebres sus propios gánsteres de cuño doméstico: los
narcotraficantes. Mientras en México las primeras muestras de la
mitologización de este personaje se dan a partir de la década de los
70s desde los márgenes culturales –en el narcocine y en especial
en los narcocorridos que celebran hazañas de los ‘valientes narcos’
en conflicto con la autoridad–, en Colombia la mitificación de esta
figura se ha dado desde el seno mismo del mainstream cultural: la
televisión nacional que, a partir del 2006 empezó a normalizar la
narcocultura mediante el estreno de las sumamente populares “nar-
202 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA LA SEDUCCIÓN DE LAS MAFIAS 203
LATINOAMERICANA RECIENTE DIANA PALAVERSICH

cotelenovelas”.1 Transmitidas en horas estelares por los canales pri- mercializa la representación del crimen y seduce al público global
vados más importantes de Colombia (Caracol y RNC) y seguidas por con el espectáculo de violencia, sexo y droga; también es necesario
millones de televidentes, estas narcosagas que romantizan la figura reconocer, junto con el comunicólogo Jesús Martín-Barbero, que la
del traficante, instrumentalizan a la mujer y estilizan la violencia, televisión representa un lugar de mediaciones en las cuales se ma-
han causado polémicas y llamadas a su prohibición.2 terializan no sólo “las constricciones que vienen de la lógica econó-
Mientras sus defensores sostienen que las narcotelenovelas mica e industrial” sino también un lugar en el cual se articulan “las
cumplen un papel social importante porque reflejan “los grandes demandas y los modos de ver de diferentes grupos sociales” (61).
temas de América Latina”; son, por decirlo así, un “documento va- En el caso de las narcotelenovelas que abordaremos en este
lioso” sobre el fenómeno del narcotráfico y, como señala uno de los ensayo, se trata de ‘un modo de ver’ al narcotraficante y el nego-
apologistas del género, Fernando Gaitán (creador de Yo soy Betty, cio al cual se dedica desde una perspectiva alternativa que no sólo
la fea), arrebatan a las series estadounidenses el monopolio de la contrasta con la demonización de esta figura en el discurso oficial,
representación del narco colombiano; sus detractores alegan que di- sino que es más cercana a la imagen benevolente de este sujeto que
chas producciones legitiman a los mafiosos, promueven la violencia rige en el imaginario popular. Mientras el discurso oficial concibe
e incentivan la cultura del dinero fácil (Foro Univisión). Además, al traficante como encarnación del mal y el otro pervertido que co-
destacan que lucrar con el tema del narcotráfico en un país que ha rrompe a una sociedad ‘sana’ y decente, las narcotelenovelas, como
sufrido en carne propia los estragos de la narcoviolencia constituye veremos en continuación, lo retratan como un modelo de movilidad
la explotación cínica de un tema que vende en el mercado cultural social en países marcados por la exclusión social, y por ende, como
local y global. un ser cuyas aspiraciones y sueños no se distinguen de los deseos
Si bien es cierto que la proliferación de estas producciones –las colectivos.3
más exitosas hasta la fecha, han sido: Sin tetas no hay paraíso, El
Cartel, El Capo, Las muñecas de la mafia, Rosario Tijeras y Es- 3 El lugar en el cual se perfila con más claridad la concepción dominante (he-
cobar, el patrón del mal– está motivada por un afán de lucro y se gemónica, oficial) del narcotraficante es en la retórica y la estrategia militar
debe a las demandas de un mercado que, desde hace décadas, co- denominada “guerra contra el narcotráfico” (War on drugs), concebida como
un conflicto entre dos bandos nítidamente separados: por un lado, “los bue-
nos” (el gobierno y las instituciones de Colombia y Estados Unidos designadas
1 Se podría argüir que la mitologización de narcotraficantes y sicarios y su nor- a combatir el narcotráfico); y por el otro, “los malos” (narcotraficantes). La
malización en el mainstream cultural colombiano empieza en la década de controvertida campaña de War on drugs fue ideada por la administración de
1990 con el boom de la narrativa sicaresca, no obstante, aun los bestsellers Richard Nixon en 1971 y puesta en práctica por Ronald Reagan en 1982. Dicha
internacionales del género –La virgen de los sicarios, de Fernando Vallejo y estrategia se propone combatir la producción y tráfico de drogas con la coope-
Rosario Tijeras, de Jorge Franco Ramos– tienen un alcance muy limitado en ración de los países productores y traficantes –como Colombia y México, por
comparación con la distribución masiva y el impacto de las narcotelenovelas ejemplo–, que decretan sus propias “guerras contra el narcotráfico” inspiradas
seguidas a diario por millones de televidentes. y guiadas por la política estadounidense. Hoy en día esta estrategia es amplia-
2 Las narcotelenovelas se convierten en uno de los programas televisivos con mente considerada como fallida ya que los miles de millones de dólares inver-
mayor audiencia del país. Por ejemplo, el primer episodio de El capo obtuvo tidos y el altísimo costo humano no han tenido como resultado la disminución
40% de share promedio; Las muñecas de la mafia, 44%; y Rosario Tijeras, de la cantidad de drogas que entra a Estados Unidos y que se consume en ese
45%. El estreno de Escobar, el patrón del mal alcanzó 62.7% de share prome- mercado. Para una crítica del discurso oficial y la estrategia de la War on drugs
dio y fue el primer episodio más visto en la historia de la televisión colombia- y su versión latinoamericana, “la guerra contra el narcotráfico”, consúltense,
na. entre otros, a Howard Campbell, Luis Astorga y María Dolores Ordóñez.
204 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA LA SEDUCCIÓN DE LAS MAFIAS 205
LATINOAMERICANA RECIENTE DIANA PALAVERSICH

Tras un breve preámbulo que sintetiza el contexto en que se de- pre-pago que viven en un barrio popular de Pereira. Todas menores
sarrollan las narcotelenovelas más populares, exponemos el objeti- de edad, su aspiración es convertirse en novias de traquetos para
vo principal de este trabajo, que es elucidar esa visión alternativa así tener acceso a codiciados objetos de consumo, dinero y estatus;
del narcotraficante que se desarrolla en estas series como una figura como advierte el título, su sueño máximo es operarse las tetas.
construida en la intersección de dos mitos principales: el antiguo El Cartel (primera temporada) (Caracol 2009), también basado
mito del bandido social –un hombre que desafía el poder hegemó- en un bestseller –El cartel de los sapos, escrito por el ex narco-
nico, roba a los ricos y da a los pobres– y el mito capitalista del traficante Andrés López López–, cuenta la historia de su involu-
self-made emprendedor, un individuo que por esfuerzo propio se cramiento con el Cartel del Norte del Valle y su transición de un
eleva sobre su condición humilde y se convierte en un hombre rico muchacho de clase media baja a un traficante rico. La serie sigue
y poderoso. también su posterior extradición a los Estados Unidos, cuando este
En nuestro acercamiento a la representación simbólica del trafi- personaje deviene un ‘sapo’, esto es, un informante de la Drug En-
cante y las resonancias que ésta tiene en el contexto real, partimos forcement Administration (DEA), a cambio de la libertad. Además
de la premisa de que un elemento esencial de la televisión y sus de contar la biografía del traficante, El cartel ilumina el papel que
programas es la intertextualidad y, como han notado los estudiosos ha desempeñado la DEA en la desestabilización del poder de los
de los medios, resulta imposible entenderlos fuera de los (con)tex- carteles colombianos; una historia de pactos fáusticos en la que la
tos sociales que los enmarcan. En este sentido, John Fiske señala estrategia principal para eliminar ciertas organizaciones fue la del
que los textos televisivos tienen la capacidad de activar una serie divide et impera, es decir, se negocia la impunidad o las penas mí-
de significados en el público y, además de ser polisémicos, también nimas a cambio de colaborar con información confiable sobre las
tienen “leaky boundaries, and viewers bring to bear on it not only actividades de los grupos rivales.
the material social existence, but also their actual experience of En 2009, la cadena RCN lanzó la serie El Capo (primera tempo-
other texts into which it leaks” (117). Esta observación es de parti- rada), basada en el libro homónimo del prolífico Gustavo Bolívar.
cular relevancia en el caso de las narcotelenovelas y sus textos, por En la serie se cuenta la historia de Pedro Pablo León Jaramillo –
excelencia porosos, en los cuales dialogan y entran en conflicto las personaje inspirado en la figura de Pablo Escobar Gaviria y otros
percepciones y discursos tanto hegemónicos como populares sobre conocidos traficantes colombianos–, un hombre que por necesidad,
el narcotraficante y el negocio al cual se dedica. casualidad y ambición se convierte en el narcotraficante más rico y
buscado por las autoridades del país. La trama está inevitablemente
entreverada por las peripecias amorosas típicas de una telenovela.
Preámbulo: el contexto de las El capo es compartido por las mujeres que ama: Isabel Cristina, su
narcotelenovelas colombianas esposa, y su amante, quien además es una renombrada periodis-
ta del país. Este último personaje tiene su correlato en la realidad
La primera narco-novela que lanzó la televisión colombiana en la amante verdadera del capo, Virginia Vallejo. No obstante, el
fue Sin tetas no hay paraíso (Caracol, 2006). Basada en el bestse- enfoque principal de la novela está en la vida de Pedro Pablo tras
ller homónimo del conocido guionista colombiano Gustavo Bolí- haber sido proclamado enemigo número uno del Estado y ser caza-
var, cuenta la historia de Catalina y su grupo de amigas, las chicas do por el ejército. La serie refleja además el contexto sociopolítico
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colombiano y demuestra la facilidad con la cual los tentáculos del por sus cómplices, es abatido por las fuerzas especiales de la policía
narcotráfico se infiltran en todas las capas de la sociedad y en todas colombiana.
las instituciones del poder judicial, político y económico del país. Cabe señalar que la intencionalidad crítica –e incluso didácti-
Mientras que El Capo y El Cartel están basados en dos perso- ca– al contrario de lo que dicen sus productores, no se evidencia
najes fácilmente reconocibles por el público colombiano, Sin tetas en el texto de esta serie sino esencialmente en ciertos elementos
no hay paraíso, Las muñecas de la mafia (Caracol, 2009) y Rosario extradiegéticos que la enmarcan. Se manifiesta por ejemplo en la
Tijeras (RCN, 2010) se centran en protagonistas ficticios: las mujeres advertencia de una voz en off que al comienzo de cada episodio
de la mafia, sin excepción, atractivas y sensuales. Si bien las dos pronuncia “Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”,
primeras producciones se ocupan esencialmente de las llamadas como avisando al lector que lo que está por ver es una ‘lección de
“mujeres trofeo” y las chicas pre-pago, que en su mayoría entran historia’ y no un programa de acción y entretenimiento de carácter
en relación con los mafiosos por voluntad propia, obnubiladas por comercial. Lo mismo sucede con dos elementos que ‘desde afuera’
el dinero, Rosario Tijeras gira en torno de una rebelde, letal y ultra declaran que la serie –en sintonía con el discurso oficial– ofrece una
sexual asesina a sueldo. visión negativa de Escobar: desde el título el capo se define como
Escobar, el patrón del mal (Caracol 2012), hasta la fecha la serie “el patrón del mal”, mientras que la letra del tema musical que en-
más cara y de mejor calidad producida por la televisión colombiana, cabeza todos los capítulos –un rap de Yuri Buenaventura– celebra
merece un comentario más extenso ya que ha sido anunciada por la victoria del bien sobre las fuerzas del mal y acusa al capo de ser
sus creadores como una producción “diferente” y “objetiva” pues, el causante de todos los males de Colombia.
en su aproximación crítica al tópico, difiere radicalmente de otras No obstante, una brecha enorme separa la intencionalidad crítica
narcotelenovelas que romantizan o rodean de glamour la figura del extradiegética declarada y lo que ocurre diegéticamente, que es, en
traficante.4 Se trata de una adaptación libre del texto de Alonso Sa- efecto, el reforzamiento del mito de Escobar como una de las figu-
lazar, La parábola de Escobar (2001), en la cual el ex alcalde de ras más importantes de la historia reciente del país. Si bien es cierto
Medellín reconstruye la figura de uno de los mafiosos más notorios que la serie muestra el lado calculador y asesino del capo, no es ésta
del mundo con base en testimonios de amigos, parientes, vecinos y la imagen que persiste cuando llega al final. Tal como ha ocurrido
enemigos acérrimos. La serie sigue la trayectoria de Escobar desde en la vida real, lo que perdura es la imagen de un macho valiente y
la infancia y el auge de su poder, cuando la casta política, la oligar- astuto, un berraco paisa que surge de las capas menos privilegiadas
quía nacional y los militares se codeaban con él por su dinero y su y sacude los cimientos de una sociedad tradicional y osificada en la
protección, hasta su declaración de guerra al Estado en 1986 y su cual, hasta la llegada de los narcos, la vieja oligarquía y el gobierno
inminente caída en 1993, cuando lejos de su familia y abandonado que la representa poseían el derecho exclusivo a la riqueza, el poder
y el uso de la violencia. También queda el retrato de un hombre que
buscaba afanosamente el poder y reconocimiento social, que por
4
encima de todo amaba a sus hijos y su familia, que veneraba a su
En los lanzamientos se ha enfatizado que la serie fue producida por dos perso-
nas afectadas indirectamente por la violencia de Escobar –Juana Uribe, sobrina
madre y que, “a pesar de su gran fortuna, no olvidó jamás su origen
del candidato a la presidencia Luis Carlos Galán, y Camilo Cano, hijo del popular y su condición inicial humilde” (Betancourt, 196).
director de El Espectador, Guillermo Cano, ambos asesinados por órdenes de
Escobar–, y que este hecho garantiza la postura crítica de la obra.
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A diferencia de Escobar, que se convirtió en un mito en vida y de condiciones, impotentes frente a tal poder, las clases populares con-
quien se suele decir que es “el hombre muerto más vivo de Colom- sideran a los bandidos sociales “as heroes, as champions, avengers,
bia”, sus víctimas, aun las más ilustres, han sido relegadas al olvido. fighters for justice, perhaps even leaders of liberation, and in any
Si bien es cierto que la serie, en contraste con otras narcotelenove- case as men to be admired, helped and supported” (20).
las, dedica cierta atención a las víctimas del capo –en especial a las La figura del narcotraficante como bandido social encaja más
cuatro más conocidas: el ministro de justicia, Rodrigo Lara Boni- nítidamente en los personajes centrales de El Capo, Escobar, el pa-
lla; el director de El Espectador, Guillermo Cano; el ex director trón del mal y El Cartel. En la primera se evidencia en los discursos
de la Policía Antinarcóticos, coronel Jaime Ramírez Gómez; y el de Pedro Pablo León Jaramillo a favor de las clases populares y en
candidato presidencial Juan Carlos Galán, asesinados en la década contra de los políticos y la oligarquía nacional, a la que denuncia
de 1980–, la aseveración de sus productores de que la telenovela como una clase social que históricamente ha luchado sólo por sus
se cuenta desde el punto de vista de las víctimas es incorrecta. La propios intereses y a expensas de un pueblo marginado y explota-
estrella indiscutible y el personaje central de la serie que al fin y al do. Mediante una serie de flashbacks, El Capo cuenta la trayectoria
cabo cosecha las simpatías de los televidentes es Pablo Escobar; es personal del protagonista concebida como una historia de rebelión
su perspectiva la que domina la trama, mientras que sus víctimas en contra de una sociedad injusta. Pedro Pablo se presenta como
ocupan un lugar secundario y se muestran, por ende, en función del hijo de una familia pobre de nueve hermanos, criado por una madre
protagonista.5 soltera y enamorado de Isabel Cristina, una chica de clase media
baja cuyo padre le prohíbe relacionarse con un provinciano pobre.
Cuando se escapa con Isabel Cristina, su futura esposa, la falta de
Mitologías del narcotraficante: el bandido social empleo y oportunidades –pero también su pasión por el riesgo y la
aventura– lo inducen a sus primeros robos en un contexto de vio-
Gran parte del atractivo de los protagonistas de las narcoteleno- lencia callejera, para luego, en la década de 1970, escalar a asuntos
velas reside en su capacidad de evocar el mito del bandido social, mayores cuando Colombia empieza a perfilarse como el principal
figura arquetípica y universal analizada por Eric Hobsbawm en su proveedor de cocaína para el mercado estadounidense.
clásico estudio Primitive Rebels. Aunque el análisis de Hobsbawm Una representación parecida del traficante como bandido social
remite originalmente a un contexto mediterráneo rural de principios se da también en la serie Escobar, el patrón del mal (especialmente
del siglo XX, del cual surge el personaje del salteador de extracción en la primera mitad de los episodios) en la cual el capo se retrata
campesina empujado fuera de la ley por la injusticia y convertido como un ‘Robin Hood paisa’6 que se rebela en contra de un sis-
en héroe y vengador de los pobres, se da también, como afirma el tema caracterizado por profundas diferencias sociales y goberna-
autor, en otras épocas y ámbitos culturales marcados por el con- do por una élite corrupta. Si bien la serie demuestra su pasión por
flicto entre el poder hegemónico y las clases populares. En dichas adquirir más dinero y poder, y su deseo de reconocimiento social,
también repara en el compromiso social de este personaje y en su
5 Si bien a lo largo de este ensayo aludimos a una serie de razones a las cuales
involucramiento con los movimientos cívicos que fundó, “Civismo
se debe el atractivo y la popularidad de estas series, un análisis detallado del
tema de la recepción rebasa el horizonte de este estudio centrado en el análisis 6 Así fue bautizado en el primer artículo que sobre él se publicó en la prensa
discursivo e (inter)textual de las narcotelenovelas. colombiana en 1983 (autoría disputada). Semana, 19 de abril de 1983.
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en marcha” y “Medellín sin tugurios” –este último un programa de But although the narcotics trade can hardly be said to have induced
construcción de viviendas para los grupos más marginados de la violence in Medellin what it did do was make violence the vehicle
ciudad–. Diferentes episodios captan momentos en los que el capo for the city’s least powerful to contest the distribution of urban
proporciona ayuda práctica, recibe gente necesitada, resuelve pro- political, social, and economic power in ways that threatened the
blemas y provee fondos para que los vecinos de estas comunas esta- primacy of a historically exclusionary system of political control
blezcan sus propios pequeños negocios. La serie reconstruye verba- and its hierarchical social order. The narcotics thus served to turn
tim fragmentos de discursos reales del capo dirigidos a un público the society upside down. This reversal of the order of things had
de clases populares en la inauguración de proyectos que financió y many effects, but perhaps one of the most significant was that
en los cuales se declara “un hombre de izquierda”, “uno de ustedes” it permanently destroyed any remaining awe that might have
que vino “a compartir lo que es mío […] darles una vida digna que inhibited poor urban inhabitants from challenging the structure
se merecen […], hacer posible lo necesario”. Las escenas muestran, and process of political expression and participation imposed from
tal como sucedió en la vida real, que este narcotraficante (y, por un above (173-174).7
breve periodo, congresista suplente a la Cámara de Representantes)
fue la primera persona que brindó ayuda concreta a la población La resemantización del narcotraficante como rebelde social –
más necesitada de Medellín y cumplió –como señala Mary Roldán cuya violencia se presenta como una respuesta lógica a la violencia
en su estudio de la cocaína como catalizador del conflicto de clases de un sistema social injusto– se da también en el caso de los sica-
en Medellín– lo que los políticos burgueses prometían pero nunca rios, estos jóvenes asesinos a sueldo que en la vida real personifi-
hicieron: “Access to economic opportunity and social services in can la cara más temible y feroz del narcotráfico. Las series retratan
exchange for loyalty and obedience” (173). La autora elabora que el empoderamiento violento de estos sujetos que, excluidos de la
la llegada de los traficantes a la escena nacional sacudió y “demo- economía y la posibilidad del consumo –la única medida de valor
cratizó” un rígido sistema social en el cual, tanto en Medellín como personal en las sociedades hiperconsumistas–, buscan a punta de
en el resto del país, sólo una pequeña capa de población acaparaba pistola el reconocimiento social, la venganza y la recuperación de
el poder y la riqueza.
Roldán refuta la frase repetida hasta el cansancio por las élites
colombianas de que los narcotraficantes fueron responsables de la 7 Refiriéndose al mismo tema, el reconocido escritor y crítico colombiano Hé-
pérdida de valores y del establecimiento de la inmoralidad como ctor Abad Faciolince rechaza categóricamente la tesis de que los narcotrafi-
nueva norma social. Ella advierte que la frase carece de fundamen- cantes hayan sido responsables de la pérdida de valores éticos y estéticos en
el país. Al denunciar la duplicidad moral del discurso de las clases dominantes
to, y que cuando las élites colombianas lamentan la destrucción de colombianas señala:
los “valores tradicionales”, a lo que se están refiriendo en realidad Se ha concebido al mafioso como un cuerpo extraño y maligno incrustado en
es al hecho de que los traficantes invirtieron las habituales relacio- una sociedad sana. También se ha creído que el narcotraficante es quien aporta
nes de poder y destruyeron la deferencia y el paternalismo como el mal gusto a una cultura con austeros y decorosos valores estéticos. Ambas
ideas son falsas. Si la visión del mundo corrupta y criminal del mafioso ha
formas del control político: prendido tan bien en nuestras tierras, si su gusto es imitado por todas las capas
sociales, es porque el terreno ético y estético estaba aquí abonado para que su
moral y su gusto pelecharan […] Quisiéramos que el mal gusto fuera un mono-
polio cultural de los mafiosos. Qué va. Su mal gusto es un vicio nacional (206).
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su autoestima lastimada.8 En particular, aquellos que aparecen en del cine global: Marlon Moreno como Pedro Pablo en El Capo,
los papeles principales –Rosario y su hermano Johnnefe (Rosario Fernando Solórzano como Braulio Bermúdez en Las muñecas de la
Tijeras), Perris y Tato (El Capo)– son presentados desde una pers- mafia, y Manolo Cardona como Fresita en El cartel. En contraste,
pectiva simpatizante que quita el énfasis de la violencia que ejercen la serie Escobar, el patrón del mal, que aspira al efecto documental,
para enfocarse, por un lado, en sus cualidades humanas –enfrenta- ha optado por un actor, Andrés Parra, que encarna al capo con una
dos con el riesgo de perder la vida, la mayor preocupación de estos semejanza física asombrosa, captando también su modo de hablar,
personajes es asegurar el bienestar de sus familias, especialmente el sus gestos, la fuerza de su carácter y su vulnerabilidad.
de su madre, que casi siempre es una madre soltera– y por otro, en Cabe notar que la figura del narcotraficante como un sujeto re-
las razones sociales que los llevaron a tomar ese camino –el abuso, belde es atractiva también desde la perspectiva del predicamento
la falta de trabajo y la marginación social. económico y social actual donde, en medio de una crisis global pro-
A diferencia del contexto real colombiano, donde las mujeres funda que ha resultado o bien en el paro masivo, o en la precariedad
son una minoría en el mundo del sicariato, éstas son los personajes laboral y la erosión de las condiciones de trabajo, la figura del tra-
centrales de Rosario Tijeras y El Capo. Rosario y Perris son sica- ficante se alza ante el espectador como un sujeto que ha tomado las
rias con destrezas marciales superiores a las de los varones, por riendas de su futuro en una sociedad polarizada por las diferencias
lo que son promovidas a guardaespaldas y personas de confianza de clase. El narcotraficante de las telenovelas colombianas se puede
de sus jefes. A estos atributos se suma el hecho no menor de que entender en este contexto como un sujeto que se niega a engro-
estos papeles son encarnados por actrices muy atractivas –María sar las filas de lo que Pierre Bourdieu ha llamado “un ejército de
Fernanda Yépes como Rosario y María Adelaida Puerta como Pe- reserva de empleados domesticados”, dóciles y obedientes ante la
rris–. Todo ello contribuye a la simpatía y fascinación que inspiran amenaza perenne del desempleo, el miedo en el cual se fundamenta
estas action chicks a lo Hollywood: una combinación letal del im- el funcionamiento “armónico” del modelo neoliberal.
pulso asesino, belleza y sexualidad. El atractivo físico como factor En las condiciones de violencia estructural del desempleo y
de simpatía es igualmente válido para los personajes masculinos subempleo, la fascinación e identificación con personajes que en-
interpretados por actores que encarnan la imagen del action hero tran en conflicto directo con el sistema hegemónico –percibido
habitualmente como representante y protector de los intereses de
8 La figura del sicario ha sido abarcada en numerosos estudios desde diferen- las élites y del gran capital (trans)nacional– permiten al público,
tes disciplinas académicas. En este cuerpo abundante de trabajos se destacan impotente y frustrado frente a este poder, abandonarse a sus pro-
por su aspecto pionero y la originalidad de su acercamiento: la colección de pias fantasías de empoderamiento personal.9 La actitud rebelde de
testimonios No nacimos pa’ semilla de Alonso Salazar –hasta la fecha el libro
más revelador sobre los sicarios–; el análisis de Aldona Bialowas Pobutsky del
personaje de Rosario Tijeras, en la novela homónima de Jorge Franco Ramos, 9 Es importante notar que un denominador común de todas las series es preci-
como precursora de una action chick colombiana; y el examen de la figura del samente la visión negativa del gobierno y sus representantes, los verdaderos
sicario como un “sujeto endriago” que encarna valores del “capitalismo gore”, villanos de estas producciones. La exposición de la corrupción endémica y la
desarrollado por Sayak Valencia en su libro Capitalismo gore. Tanto Salazar duplicidad moral de aquellos que en público demonizan a los traficantes y en
como Valencia arguyen que dadas las condiciones de exclusión social y la pe- secreto sacan provecho millonario de este negocio ilícito contrasta radicalmen-
renne frustración de los deseos de realización como ser humano, la violencia te con su (auto)representación como los “buenos” en el discurso oficial. Esta
ejercida por sicarios se podría entender como una respuesta racional a un en- notoria desconfianza histórica en la honestidad y las buenas intenciones del go-
torno social anómalo. bierno es una de las razones por las cuales dos series colombianas, Héroes de
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los traficantes y sicarios se convierte así en una especie de válvula ness, usually with considerable initiative and risk”. Ambos poseen
de escape para las frustraciones de amplias capas de la población; además los mismos atributos personales entronizados por parte del
a través de sus actividades violentas los despoderados devuelven sistema neoliberal: “creativity, initiative, high achievement, risk ta-
un golpe simbólico a los poderosos. Es más, las series los retratan king, leadership, autonomy and independence, analytical ability”
como individuos perfectamente adaptados a las condiciones del ca- (Dana, 160). Por último, en sus prácticas empresariales obedecen
pitalismo (salvaje), como sujetos que, en vez de aceptar su papel rigurosamente las leyes supremas del mercado capitalista: la oferta
histórico de ‘perdedores’ condenados a la marginación y pobreza, y la demanda y la búsqueda de ganancias máximas a cualquier cos-
prosperaron en las condiciones darwinianas de competencia feroz to, incluyendo el humano.10
que caracteriza el clima económico actual. Dichas características cristalizan en muchos de los protagonistas
Entendida en este contexto, hasta podríamos decir que la figura de narconovelas, como Pedro Pablo (El Capo); Braulio (Las muñe-
del narcotraficante cosecha simpatías no a pesar de la violencia que cas de la mafia); Fresita, Apolinar Santilla y Don Oscar (El Cartel);
ejerce, sino precisamente por la violencia, hecho reconocido por El Papá y Adonis (Rosario Tijeras); Escobar, los hermanos Motoa
Hobsbawm quien afirma: “[bandits] are heroes not in spite of the y El Mariachi (Escobar, el patrón del mal). En El Capo, por ejem-
fear and horror their actions inspire, but in some ways because of plo, Pedro Pablo León Jaramillo y su socio, Aristóbulo Vanegas,
them. They are not so much men who right wrongs, but avengers, se retratan como emprendedores astutos que captaron nuevas opor-
and exerters of power; their appeal is not that of the agents of jus- tunidades en el mercado transnacional de la droga y, usándolas en
tice, but of men who prove that even the poor and weak can be ventaja propia, pronto se convirtieron en los principales proveedo-
terrible” (58). res de cocaína para el mercado estadounidense y, por ende, en los
hombres más ricos de Colombia.

Mitologías del narcotraficante: 10 Para una discusión reciente titulada “¿Son emprendedores los narcotrafican-
el emprendedor de la droga tes?”, véase el sitio web de la revista Forbes, donde la mayoría de los comenta-
rios (al artículo homónimo de Strauss) son en sentido afirmativo y señalan cuan
Otro mito que constituye la base de la construcción de la figura simplista es suponer que la diferencia más grande entre empresarios legales e
del narcotraficante en las series colombianas es el mito capitalista ilegales es que unos matan y otros no. En muchas notas se subraya que el ama-
samiento rápido y sin escrúpulos de ganancias máximas de las corporaciones
del self-made emprendedor o empresario. Si consideramos al tra- transnacionales no es menos letal e inmoral que los métodos empleados por los
ficante desde la perspectiva del mercado capitalista y partimos de traficantes. En muchos casos, estas grandes corporaciones son las responsables
las definiciones de los manuales de estudios empresariales, resulta de la muerte de personas, la destrucción del medio ambiente y el abrupto fin
evidente que tanto el empresario legal como el ilegal encajan en la del modo de subsistencia de grupos indígenas a lo largo del mundo.
descripción más común del emprendedor, entendido como la perso- Con esta posición concuerdan Manuel Castells, José Gómez Rocha y Sayak
Valencia, entre muchos otros autores que han analizado los elementos análo-
na “who organizes and manages any enterprise, especially a busi- gos entre los emprendedores legales e ilegales en el contexto del capitalismo
neoliberal. En este contexto Valencia advierte: “Dentro del mundo hipercon-
acero y Los infiltrados (2011), contadas desde la perspectiva de “los buenos” sumista y ultracapitalista la ética resulta accesoria, pues se la percibe como
–representantes de la ley que persiguen a los criminales– han experimentado el límite del perdedor, la protección del derrotado, la protección moral para
un fracaso rotundo, en obvio contraste con el éxito de las narcotelenovelas aquellos que no han conseguido jugárselo todo y ganarlo todo. Así pues, el
contadas desde la perspectiva de los delincuentes. imperativo categórico ha sido desplazado por el imperativo económico” (78).
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Escobar, el patrón del mal dedica una buena parte de sus epi- la imagen del narcotraficante como emprendedor capaz y agresivo
sodios a representar la extraordinaria capacidad empresarial de Pa- que encarna valores del capitalismo permea el imaginario colom-
blo Escobar, trazando su carrera desde simple ladrón de lápidas y biano, según se dio a conocer en los resultados de una encuesta
robacoches al capo mas poderoso del mundo, guiado por un innato mediática nacional realizada en 2013 respecto del resurgimiento
talento empresarial que le permitió entender que las verdaderas ga- de la popularidad de Pablo Escobar a veinte años de su asesinato.
nancias no estaban en el contrabando nacional sino en un negocio Uno de los entrevistados, de extracción popular, afirma: “lo admiro
transnacional mucho más grande: el naciente y lucrativo tráfico de porque vino desde abajo y llegó a tenerlo todo […] por la astucia,
cocaína. La serie alude que Escobar heredó este talento empresa- la vaina, la malicia que tuvo de llegar a tener todo […] como otras
rial, considerado popularmente como parte inherente de la identi- personas, como Steve Jobs o Bill Gates” (Carrá). Otro entrevistado,
dad paisa, de su abuelo materno, un especialista en el contrabando Fidel Cano, actual director de El Espectador y sobrino de Guiller-
de whisky por Antioquía. mo Cano –asesinado por Escobar–, representante de grupos socia-
Parecido espíritu emprendedor caracteriza a Fresita en El Car- les más privilegiados, hizo una observación semejante y además
tel. La mayor parte de esta serie acontece en el periodo siguiente recalcó la importancia de reconocer que la figura del capo a dos
al asesinato de Pablo Escobar en 1993, cuando lejos de sufrir un décadas de su muerte tenía fuerza no sólo, como insiste el discurso
golpe mortal después de la eliminación o captura de los capos de oficial, entre las capas no privilegiadas, sino también “entre algunas
los viejos carteles –como señalaban los discursos oficiales triunfa- personas de estratos altos para las cuales también representa la ima-
listas–, los narcotraficantes colombianos fueron reemplazados por gen de un ‘duro’, un ‘berraco’ […], del tipo que consiguió doblegar
numerosos empresarios de la industria de la droga, más pequeños y al país, a los gringos, que son finalmente quienes se meten toda la
menos visibles, pero no por ello menos eficientes en su capacidad droga […]. Representa como una especie de sueño americano, el
de producir y transportar la cocaína a Estados Unidos. El cuento de hombre que consiguió todo viniendo desde abajo” (Carrá).
Fresita está enmarcado por el mismo cuento arquetípico from rags La habilidad emprendedora y empresarial de los grandes capos
to riches que caracteriza la historia de la mayoría de narcotrafican- de la mafia recibió uno de los primeros reconocimientos oficiales
tes y captura la imaginación de los televidentes: desde su pronta desde el mainstream cultural cuando en 1986 Michael Loeb, editor
iniciación en un laboratorio de cocaína y su vertiginoso ascenso de la renombrada revista financiera Forbes, los incluyó por primera
por los escalafones de la empresa transnacional de la droga, hasta vez en la lista de los hombres más ricos del mundo. Loeb señaló:
convertirse, gracias a su habilidad y visión empresarial, en uno de “Organized crime is, among other things, a potent economic force.
los operadores clave del Cartel del Norte del Valle. […] the organization chart of a crime family or syndicate mirrors
El Cartel, El Capo y Escobar, el patrón del mal dan fe de la efi- the management structure of a corporation that struggles with per-
cacia de las empresas de la droga y la capacidad envidiable de sus sonnel problems and murderous competition” (Strauss). Hoy no
jefes en la logística de producción, transporte y distribución de co- sorprende a nadie el hecho de que los emprendedores capitalistas
caína. El volumen de capital que manejan y la habilidad con que di- legales y aquellos que provienen de las capas criminales (en nuestro
rigen todos los aspectos de este negocio permiten verlos como una caso, los narcotraficantes) encarnen parecidos o idénticos valores
versión (ilegal) de los CEO de las exitosas empresas transnacionales. sociales entronizados por el capitalismo neoliberal. Esto incluso se
De esta manera, se les percibe comúnmente a nivel popular donde ha reconocido en numerosos trabajos de corte académico y perio-
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dístico. Así, en su estudio sobre Centroamérica como nuevo foco Mientras el discurso dominante se empeña en negar la imagen
de la producción y tráfico de estupefacientes, el investigador ni- del narcotraficante como un Robin Hood moderno, benefactor de
caragüense José Rocha Gómez resume esta analogía y define a los los pobres, las series colombianas explotan este mito y remiten a
traficantes como uno de los ‘jinetes clave del neoliberalismo’: un contexto real en el cual estos bandidos y outlaws en varios casos
[¿en algunos casos?] suplantaron a un Estado débil e ineficaz y pro-
Los narcotraficantes son los más emprendedores, competitivos y porcionaron tanto la infraestructura –agua, alumbrado, viviendas,
socialmente responsables de todos los empresarios que haya parido escuelas y canchas de fútbol– como fuentes de trabajo legales e
y amamantado Mamón. Son más emprendedores: llegan donde na- ilegales a la gente más necesitada del país.12 Por muy calculadas
die quiso llegar, utilizando medios inusitados, desbrozando escrú- y pragmáticas que fuesen las razones detrás de sus inversiones –
pulos y montañas, decapitando obstáculos y rivales, manipulando que sin duda se debieron en parte a la necesidad de crear redes de
sustancias químicas y leyes, innovando fórmulas y rutas. Son los protección y lealtad, de extender su poder personal y de aumentar
más competitivos: lo son de manera literal, practican la compe- su capital social y económico–, dichos aportes, como ha señalado
tencia salvaje del capitalismo salvaje llevada al extremo […] La Castells, van más allá del simple cálculo estratégico:
narcocultura es el espíritu del capitalismo al extremo y la narcoin-
dustria es un aspecto de la fase superior del capitalismo. No es una
espina en el corazón del sistema. Es su expresión más pulida y socavar la dicotomía buenos/malos, en la cual se fundamentan el discurso y
la ideología de la “guerra en contra del narcotráfico”. Esto se evidencia en un
torneada […] capos, púsheres, mulas, etc., son microempresarios escándalo que estalló en México en 2009 luego de que el subsecretario de agri-
con un espíritu emprendedor envidiable. Son la caricatura del ca- cultura Jeffrey Max Jones declarase en una entrevista: “La lógica de los nar-
pitalismo, de sus valores y sus iconos. En el naufragio del fin del cotraficantes de definir el mercado y después orientar su logística para surtirlo
trabajo asalariado, ahí están los salvavidas de la narcoindustria para es una estrategia de la cual el sector agropecuario puede aprender” (Pérez). La
postura oficial tanto en Colombia como en México es el rechazo total a tales
sacar a flote a quienes han sido dotados del espíritu emprendedor. analogías, y a los que osan señalarlas –desde cualquier ámbito, incluyendo al
académico– se les acusa de cómplices y apologistas del narcotráfico.
12 Sobre el aporte económico de los narcotraficantes a la economía regional
Comparte su opinión el renombrado sociólogo español Manuel
y nacional existe una amplia bibliografía. Véanse, entre otros, para el caso
Castells, quien también ha advertido las similitudes entre empresas colombiano, Darío Betancourt, Salomón Kalmanovitz y Francisco Thoumi;
y empresarios legales e ilegales y además ha recalcado provocati- para el mexicano, Luis Astorga y Howard Campbell; y para el más reciente
vamente que la industria del narcotráfico constituye el sector más foco centroamericano de crecimiento de la industria de los narcóticos, véase
dinámico de la economía de América Latina, “whose export orien- el ensayo citado de José Luis Rocha Gómez. En cuanto concierne a Colombia,
no es ningún secreto que mientras en la década de 1980 el resto de América
ted logic represents a peculiar adaptation of IMF inspired growth Latina pasaba por una profunda crisis económica, los narcodólares eran un
policies […] Unlike traditional models of internationalized produc- factor clave detrás de la estabilidad cambiaria y la solidez de las reservas inter-
tion and trade in Latin America, this is an export-oriented industry, nacionales de aquel país. El lavado de dinero estaba efectivamente auspiciado
controlled by Latin America, with proven global competitiveness” por el gobierno desde la época del presidente Alfonso López Michelsen (1974-
1978), durante cuya legislatura se instauró la llamada ‘ventanilla siniestra’ del
(Castells, 176).11 Banco Nacional de Colombia, una práctica que consistía en aceptar depósitos
bancarios sin la necesidad de declarar la procedencia de los fondos, con lo cual
11 No obstante, admitir tales paralelos en público es todavía un tabú, sobre todo si efectivamente se legalizaban los capitales ilegales. Esta práctica se mantuvo
la comparación proviene de las esferas oficialistas, ya que tal admisión implica hasta 1986, cuando el Estado declaró la guerra al narcotráfico.
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The attachment of drug traffickers’ to their country, and to their de emprendedores capitalistas que empieza con los corsarios al ser-
regions of origin, goes beyond strategic calculation. They were/are vicio de la corona británica en el siglo XVI y continúa con los rob-
deeply rooted in their cultures, traditions, and regional societies. ber barons estadounidenses, los Rockfellers, Vanderbuilts, Hearsts,
Not only have they shared their wealth with their cities, and in- Carnegies y Kennedys, entre otras familias ilustres que también han
vested a significant amount (but not most) of their fortunes in their usado tácticas de mercado inmorales y violentas en su acumula-
country, but they have also revived local cultures, rebuilt rural life, ción primitiva del capital. Por cierto, dado que el estreno de las nar-
strongly affirmed their religious feelings, and their beliefs in local cotelenovelas ha coincidido con una serie de escándalos mayores
saints and miracles […] This is their strength. Criminal networks que sacudieron el mundo global de las finanzas, parece pertinente
are probably in advance of multinational corporations in their deci- incluir en esta nómina de empresarios delincuentes los otrora ala-
sive ability to combine cultural identity and global business (204). bados investment bankers y especuladores del Wall Street, quienes
con sus actividades económicas –inmorales, pero amparadas por la
Cabe aclarar que uno de los puntos ciegos –o, si que quiere ver ley– hundieron al mundo en la peor crisis financiera desde la Gran
así, una de las razones del fracaso– de la llamada “guerra en contra Depresión. Es oportuno recordar también que fueron los bancos de
del narcotráfico” es precisamente el hecho de que el discurso hege- primer nivel, situados en el corazón del mundo financiero global
mónico subestima estos nexos entre los narcotraficantes y las comu- en Nueva York y Londres y no en los paraísos fiscales offshore
nidades de las cuales provienen y presume que el narcotraficante es –considerados centros de lavado de fondos en las campañas war
un “enemigo” universalmente odiado. Es decir, este discurso –como on drugs–los que amasaron rápida e inescrupulosamente inmensas
se ha demostrado anteriormente en Colombia y ahora en México– se fortunas mediante el lavado de dinero de procedencia ilícita.13
niega a reconocer que el encubrimiento de las actividades criminales Si bien es cierto que las narcotelenovelas no abordan estos casos
por una parte de la población no se debe sólo al miedo a las repre- de blanqueamiento específicos, sin excepción muestran los meca-
salias, sino también al hecho de que las organizaciones delictivas nismos del lavado de dinero, sea a través de los bancos o mediante
representan una fuente de empleo e ingresos nada despreciables, en inversiones en tierras, fincas, departamentos y numerosos negocios
especial para las comunidades campesinas y los jóvenes urbanos, legales facilitados por la cooperación de las instituciones legales y
siendo estos sectores los que sienten con más intensidad las conse- las clases pudientes. Debido precisamente a su carácter intertextual
cuencias de las políticas económicas neoliberales y los estragos de por definición y a su capacidad de desencadenar una serie de aso-
siglos de abandono por parte del gobierno. ciaciones en el televidente, las narcotelenovelas invitan a reflexio-
nar sobre la duplicidad moral inherente a la estrategia y el discurso

A modo de conclusión 13 Dos de los casos más sonados en este sentido fueron el Banco de Wachovia
(hoy Wells Fargo) y el HSBC, que en pocos años lavaron miles de millones de
Desde una perspectiva histórica más amplia se podría decir que dólares procedentes del narcotráfico colombiano y mexicano sin que ni un solo
funcionario haya sido nombrado, expuesto o encarcelado. Dichas instituciones
los narcotraficantes, cuyo surgimiento como nuevos actores formi- fueron sancionadas con multas cuyos montos son insignificantes en compara-
dables en el escenario social colombiano testimonian las narcotele- ción con las astronómicas ganancias obtenidas mediante prácticas tan carentes
novelas, constituyen el episodio más reciente en una larga cadena de ética como las empleadas por los narcotraficantes. Sobre los pormenores de
estos casos, consúltese el trabajo periodístico de Ed Vulliamy.
222 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA LA SEDUCCIÓN DE LAS MAFIAS 223
LATINOAMERICANA RECIENTE DIANA PALAVERSICH

de la “guerra en contra el narcotráfico” y su consiguiente resultado al capitalismo global, estas series terminan minando la tan socorri-
final: la estigmatización, criminalización y penalización severa de da versión de que los narcotraficantes impusieron una nueva escala
los traficantes y la imperante impunidad y amparo legal de los in- de valores que corrompió irreversiblemente el tejido social del país.
dividuos e instituciones hegemónicas nacionales e internacionales En este sentido, parecen coincidir con una observación de Carlos
que trabajan dentro del sistema, los cuales, como ha señalado The Monsiváis: “La emergencia del narco no es ni la causa ni la con-
New York Times, son “too big to fail, too big to jail”. secuencia de la pérdida de valores; es, hasta hoy, el episodio más
En contraste con el discurso oficial que reconoce a regañadien- grave de la criminalidad neoliberal. Si allí está el gran negocio, las
tes los nexos entre el narcotráfico y las estructuras del poder, las víctimas vienen por añadidura. Y con ellas la protección de las ma-
narcotelenovelas colombianas iluminan la existencia de una rela- fias del poder”.
ción simbiótica entre el narcotráfico y el poder político, económico Al incluir el tema del narcotráfico como parte ineludible de la
y financiero, mostrándolos como una nefasta alianza lucrativa sin realidad objetiva del país, las narcotelenovelas colombianas dota-
la cual esta empresa ilícita no hubiera podido funcionar con tanto ron de nueva vida a un género tradicional cuya muerte se anuncia-
éxito y por tanto tiempo. Al evidenciar este contubernio, las series ba tiempo atrás. Además, demostraron la capacidad de renovación
borran la división maniquea entre “los buenos” y “los malos” –la continua de sus contenidos y añadieron una nueva dimensión al
piedra angular del discurso oficial de la guerra en contra del nar- arquetipo de movilidad social que ahora se desenvuelve en el con-
cotráfico– para presentar, por cierto desde la óptica y limitaciones texto del narcotráfico.
del género, los narcoscapes colombianos como un espacio social,
político y cultural fluido en el cual todos los actores involucrados,
desde los criminales hasta las instituciones designadas a combatir Bibliografía
el crimen, ocupan una posición inestable: cambian de bando, forjan Astorga, L. Seguridad, traficantes y militares. El poder y la sombra. Mé-
nuevas alianzas y son notoriamente susceptibles a la corrupción y xico: Tusquets, 2007.
la traición.14 Barbero, J.M. Géneros y lecturas de la telenovela en Colombia. Bogotá:
Si bien no faltan motivos para desdeñar estas series, acusándolas Tercer Mundo Editores, 1992.
de cómplices de la narcocultura o de interesarse sólo por el entre- Betancourt, D. y M. García. Contrabandistas, marimberos y mafiosos. Bo-
tenimiento y el rating a expensas de la ética, también es posible gotá: Tercer Mundo Editores, 1994).
decodificarlas desde una perspectiva contraria –como hemos hecho Bialowas Pobutsky, A. “Towards the Latin American action heroine. The
case of Jorge Franco Ramos’ Rosario Tijeras.” Studies in Latin Ame-
a lo largo de este ensayo– tomando en cuenta lo que son, es decir,
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14 Los términos narcoscapes y drug war zone que definen la fluidez de los narco-
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LATINOAMERICANA RECIENTE DIANA PALAVERSICH

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APUNTES INTERPRETATIVOS SOBRE LA SERIE BREAKING BAD 227
OSCAR RAMÍREZ SERRANO - CECILIA LÓPEZ BADANO

APUNTES INTERPRETATIVOS
SOBRE LA SERIE BREAKING BAD

OSCAR RAMÍREZ SERRANO - CECILIA LÓPEZ BADANO

En nuestra historia cultural ha existido una serie de fenómenos ar-


tísticos que llega a causar un gran impacto en la sociedad, con-
virtiéndose no sólo en grandes éxitos de consumo, sino también
en parte de la idiosincrasia de los receptores de dicha producción
artística. En la actualidad, la época de trepidantes avances tecnoló-
gicos, virtuales y de memes, un individuo aislado (pero conectado a
internet) puede tener acceso a enormes cantidades de información,
procedentes de todas partes del mundo, y por medio de las redes so-
ciales, las distancias entre los países no significan tanto como antes
para el intercambio cultural. En una época de datos interminables,
una auténtica biblioteca de lo verdadero y lo verosímil se abre ante
nosotros pulsando una tecla o tocando una pantalla.
Sin embargo los mass media son truculentos, por cien produc-
tos que se nos oferten tendremos suerte si uno o dos valen la pena
para ser tomados en serio. Antes de que el fenómeno del internet
se afianzara entre la población urbana, era común que una serie
de T.V. que tuviera un argumento, producción decente o premisas
explotables pasara desapercibida, alguna mala elección del hora-
rio del programa, o el éxito de algún otro. Cuando el programa no
alcanzaba los ratings deseados, fuera un éxito en la crítica o no, era
cancelado.
Breaking Bad empezó como una de esas series, tarde por la no-
che, en un canal sin mucha importancia ni exquisita programación.
El proyecto pasó por la huelga en el sindicato de escritores y casi
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LATINOAMERICANA RECIENTE OSCAR RAMÍREZ SERRANO - CECILIA LÓPEZ BADANO

anónimamente entre el grueso de la población; se mantuvo a flote Breaking Bad juega con las apariencias, y el espectador cae en
únicamente por sus premios y la base férrea de sus fanáticos tele- el juego de las hipocresías múltiples, sin embargo, los mecanismos
videntes; su fama fue pasando de boca en boca, creciendo gradual- utilizados no podrían funcionar de la manera en que lo hacen si el
mente. Sólo en las últimas temporadas adquirió la popularidad con público no tuviera una idiosincrasia que la serie aprovecha para lo-
la que cuenta en la actualidad y se volvió común escuchar que más grar la adictiva seducción de este engaño. ¿Qué características tiene
de una persona estaba familiarizada con la historia de Walter Whi- la sociedad donde se engendra un personaje como Walter White?
te: Mr. Chips y como se convirtió en Scarface. Y aún otra pregunta más importante: ¿Qué le hace a esa sociedad
Resulta interesante que un personaje como éste llame tanto simpatizar con él hasta sus últimas consecuencias?
la atención al espectador, su impacto, considerando sólo la cultura Esta atracción se podría explicar por medio de la figura del ban-
americana, fue inmenso, se lo cita de la misma manera en que se dolero y el bandolerismo en la historia, desde Robin Hood al Chapo
cita a un personaje de Shakespeare, o a Vito Corleone, se crean wi- Guzmán ha existido una fascinación por la vida y hazañas de los
kis, páginas de tumblr y cuentas en Facebook, ya sea posando como más famosos “rebeldes”: “el bandolerismo es una forma más bien
personajes o rindiendo un tributo. Llega a suceder que si se busca primitiva de protesta social organizada, acaso la más primitiva que
en Google el nombre Heinsenberg, casi todos los primeros resulta- conocemos. En cualquier caso, en no pocas sociedades, lo ven así
dos serán sobre el personaje de Bryan Cranston: Walter White y su los pobres, que por lo mismo protegen al bandolero, lo consideran
metenfetamina azul han dejado una marca en la imagen colectiva su defensor, lo idealizan, y lo convierten en un mito” (Hobsbawm
que se tiene del negocio de la manufactura y venta de drogas. En 26).
pocos años, un fenómeno emergente se convirtió en tópico de con- En Crimen delicioso, Ernest Mandel va un paso más allá en esta-
versación tanto en la web como en la vida diaria. Podemos buscar la blecer la conexión del personaje con la sociedad y señala:
razón de esto, pero es necesario primero plantear un contexto sobre
este personaje masivamente popular ya también en Latinoamérica. La evolución del relato criminal […] significa que ya no puede fun-
El personaje es truculento; su patetismo inicial logra que inme- cionar como un género literario que ayude a persuadir a sus lectores
diatamente el espectador se deje llevar por su fachada. Breaking a aceptar la legitimidad de la sociedad burguesa. Su función inte-
Bad abarca muchas problemáticas, desde existenciales, hasta étni- gradora está en decadencia y […] se ha vuelto desintegradora con
cas, éticas o familiares, pero si ésta tiene una espina dorsal es la au- respecto a esa sociedad. Objetivamente, ha comenzado a contribuir
tojustificación, cambiando la manera en que se ve a alguien o algo al cuestionamiento de millones de personas de los valores burgue-
por medio de un conjunto de mecanismos que distorsionan las in- ses básicos. Sin embargo, una cosa es cuestionar u objetivamente
tenciones, haciendo parecer al bueno malvado y al malvado bueno; socavar la ideología burguesa, y muy otra rechazarla consciente-
cabe señalar que esta calificación no funciona de manera maniquea mente y a fondo. Esto se hace posible sólo si otra serie de ideas y
en la serie, incluso Hank –el cuñado, agente de la DEA– quien, valores es capaz de contraponérsele, y nada que se le parezca ha
podría decirse, “mantiene su perfil moral positivo” es ambivalente, ocurrido, ni en las variantes más refinadas del thriller contemporá-
debido a que es racista, encubridor de la cleptomanía de su esposa, neo. (237-238)
prejuicioso, es decir, un ser humano “real”.
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LATINOAMERICANA RECIENTE OSCAR RAMÍREZ SERRANO - CECILIA LÓPEZ BADANO

Cuando conocemos a Walter White, notamos algo desde el ini- mación, no tanto química como psicológica– hacia algún grado de
cio: estamos frente a un hombre que se encuentra impotente ante su perversión: to go wild, get crazy, let loose; o bien, “echarse a per-
destino; el opening del capítulo piloto muestra al asustado profesor der” “encaminarse hacia el mal”, “perderse”, es decir: alude a quien
en calzoncillos con una actitud que nos lleva a pensar en un degra- cae muy bajo como fruto de sus acciones. El término tiene también
dado héroe trágico –el “héroe” individual–: el sonido de una sirena, su aplicación en ciertos juegos, como en la jerga del billar, donde
el arma, la grabación apremiante. Si algo se nos deja en claro desde to break bad alude a una mala apertura, cuando las bolas no son co-
el primer episodio es que el protagonista, en su cumpleaños cin- rrectamente golpeadas, pero también, como en varios capítulos de
cuenta, encara una sentencia de muerte que tarde o temprano se cer- la serie con otros términos, se juega con la química, ya que las ini-
nirá sobre él: un cáncer que terminará eventualmente asesinándolo. ciales Br y Ba –resaltadas en la titulación, cuya presentación inclu-
ye, además, la fórmula molecular de la metanfetamina (C10H15N)
I have spent my whole life scared, frightened of things that could (Fernández 2013)– nos refieren al bromo –o “bromino”, también
happen, might happen, might not happen, 50 years I spent like that. denominado antaño “fuego líquido” del griego “bromós” (hedor,
Finding myself awake at three in the morning. But you know what? pestilencia)– cuyos bromuros se utilizan como sedantes, y al bario,
Ever since my diagnosis, I sleep just fine… What I came to realize usado en pirotecnia, en particular, su nitrato, componente de fue-
is that fear, that’s the worst of it. That’s the real enemy. So, get up, gos artificiales, mientras que su carbonato es sustancia de raticidas.
get out in the real world and you kick that bastard as hard as you “Some straight like you, giant stick up his ass, age what… 60? He’s
can right in the teeth.” —(Walter White, “Better Call Saul”) just gonna break bad? It’s weird is all, okay? It doesn’t compute.
Listen, if you’ve gone crazy or… I mean, if you’ve… if you’ve
La sirena del camión de bomberos en el capítulo piloto no será gone crazy or depressed, I’m just saying… that’s something I need
la que marque su muerte, sino una llamada de atención, un prólogo to know about. Okay? I mean, that affects me.” (Jesse Pinkman,
en la historia, el despertar de Heisenberg, gran señor de la droga. Pilot)
Otra temática relevante de la serie es el cambio, la manera en El profesor de química –a cuyo cumpleaños cincuenta asiste el
que las decisiones y el entorno afectan en tal medida a una persona espectador en el inicio de la serie– con dos empleos, hipoteca, un
que termina siendo irreconocible para su propia familia. “Chemis- hijo semi-inválido y una esposa imprevistamente embarazada, dista
try is the study of matter. But I prefer to see it as the study of chan- mucho de parecer alguien que llegaría lejos en el negocio de la dro-
ge. Well that’s… that’s all of life… right? I mean, it’s just the cons- ga, porque es impotente ante todas las pequeñas cosas que lo moles-
tant, it’s the cycle. It is growth, then decay, then transformation.” tan en su vida cotidiana, que lo incomodan desde todas direcciones:
(Walter White, Pilot). Se hace evidente que nuestro protagonista no una puertecilla del auto que no cierra, un alumno problemático, un
pertenece al ambiente del crimen, no tiene ni los antecedentes ni el colesterol que le impide comer tocino auténtico, su cuñado, quien,
perfil para volverse uno de los que son leyenda, como Jesse James, como exitoso y “heroico” agente de la DEA, acapara constantemen-
ni tampoco villanos como el profesor James Moriarty, sin embargo te la admiración de los miembros de su familia y de su propio hijo
el nombre de la serie es, precisamente, Breaking Bad. en particular, mismo que, en un gesto de “desidentificación”, recha-
La titulación en slang sureño nos remite a un significado que za la duplicación en si del nombre paterno autonombrándose Flynn.
indica lo que se tuerce, lo que se degrada –otra fase de la transfor-
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LATINOAMERICANA RECIENTE OSCAR RAMÍREZ SERRANO - CECILIA LÓPEZ BADANO

En medio de esta vida que dista mucho de la prometida por el agentes por una ventana superior, a un ex-mal alumno suyo, Jesse
American dream, Walter recibe lapidarias noticias: tiene cáncer de Pinkman,1 quien también lo reconoce y le hace una señal, desespe-
pulmón, inoperable, podría vivir un par de años más, pero algo es rado, para que se mantuviera en silencio sin delatarlo.
seguro, sus días están contados, más, considerando que no tiene un En su inicio, el universo de Breaking Bad está claramente par-
buen seguro médico –cuando el seguro médico, en USA, suele mar- celado: existe la delimitación entre la esfera cotidiana y la criminal,
car la “calificación social” de una persona tanto o más que la perte- las barreras entre ambas están marcadas y rara vez hay interaccio-
nencia de un automóvil de marca costosa y cuando la propuesta de nes entre éstas; la distinción es nítida entre estos dos mundos hasta
mejora en estos sistemas fue una de las bases que volvieron exitosa allí paralelos y distantes, aunque residentes en un mismo lugar, di-
la campaña política del presidente Barack Obama–. Lo primero que ferencia que se va borrando progresivamente cuando las paralelas
hace entonces es insultar a su jefe (el rumano Bogdan, a quien, nada dejan de serlo y el punto de contacto comienza a expandirse hacia
arbitrariamente, se le elige en la serie la nacionalidad tradicional la intersección, hacia la peligrosa superposición.
de los vampiros, posando así como un “capitalista chupasangre”) Para entender al personaje es importante darse cuenta de sus
y renunciar a su segundo trabajo en el autolavado, humillante para facetas: padre, maestro, esposo –ejemplares– y, finalmente: crimi-
su talento esclavizado allí, donde sufre, además, las burlas de sus nal en potencia, misma que se materializa por primera vez cuando
estudiantes adinerados. golpea a los jóvenes que se burlan de su hijo en una tienda, pero
Con el escenario de la muerte abruptamente frente a él, acepta allí todavía existe el pretexto legitimatorio de la defensa del “clan
una oferta que no había considerado con mucha atención anterior- familiar” para ejercer la violencia. Su relación con Jesse oscila entre
mente: acompañar a su cuñado a una operación antidroga y requisar las dos primeras y la última, pero es ésta la justificación original de
un laboratorio clandestino. Mientras prende y extingue sucesivos Walter para asociarse. Sin embargo, la jerárquica relación previa –
cerillos en su alberca –cerillos que funcionan como un foresha- maestro brillante-mal estudiante–, la diferencia de edad y los largos
dowing: amenazante augurio de las efímeras vidas inocentes que períodos de aislamiento en el desierto, “cocinando” metanfetamina
extinguirá con sus decisiones aplastantes– impresionado y tentado de alta calidad por su pureza en una casa rodante, cimentan entre
por la cantidad de dinero que, en un ocasional reportaje televisi- ellos lazos que se sostienen sobre las dos primeras facetas. Jesse es
vo durante el noticiero, ha visto incautar en un operativo policial un fracaso a los ojos de su ex maestro, una de las muchas derrotas
antidrogas, decide llamar a su cuñado y aceptar la propuesta, en que busca corregir antes de morir al fin. “I never expected you to
principio inocente, ya que Walter White es hasta allí, para aquel, un amount to much, but metamphetamine? I didn’t picture that” (Wal-
ciudadano modelo. Éste se volverá su punto de partida: el desliz y ter White, Pilot).
la inflexión to break bad. El profesor extorsiona emocional e económicamente a Jes-
Más allá de tener un cuñado trabajando en la DEA, el profesor se para tener a su lado a alguien con experiencia en el negocio, se
no tiene contacto alguno con el mundo del comercio y consumo
1 El nombre podría sugerir una combinación entre Jesse James y “Pink”, el aba-
de drogas; vive con lo justo en la periferia urbana medianamente
tido y acosado buen personaje del film Pink Floyd. The Wall, pero es sólo una
elegante. Ya en la escena del decomiso, mientras espera en el au- hipótesis aventurada, ya que no se utiliza esta banda en ningún capítulo… aun-
tomóvil oficial a que su cuñado “limpie la escena del crimen” para que sí sería viable pensar en el imperativo “Teachers! Leave the kids alone!”
que él pueda entrar sin riesgos, ve y reconoce, escapando de los si consideramos la tiránica relación jerárquica que se establece entre ambos
personajes de la serie.
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LATINOAMERICANA RECIENTE OSCAR RAMÍREZ SERRANO - CECILIA LÓPEZ BADANO

deslinda por completo de lo que no sea el laboratorio –la faz inte- samiento presentes en la sociedad capitalista occidental, los para-
lectual de la producción– y relega a Jesse a las relaciones con los lelismos son poco evidentes, sin embargo existen. Mandel señala:
demás criminales. Hace una apuesta: para comprar una R.V, entre-
ga todos sus ahorros al junkie a quien acaba de chantajear. Cuando El bandido noble de ayer era un pequeñoburgués precursor de la fu-
Jesse le pregunta cómo es que alguien como él decide empezar a co- tura revolución burguesa. El de hoy es el rebelde pequeño-burgués
cinar drogas, “Don’t you think you are very old for breaking bad?”, en contra de un presente burgués en decadencia, y la sensibilidad
él sólo le contesta: “I am awake”. (Pilot). individual o incluso el heroísmo no pueden ocultar la impotencia
Debido a su diagnóstico y confrontación real con una inminente social de su clase. Son rebeldes sin causa porque su clase no tie-
muerte, ha cambiado radicalmente la manera en que se relaciona ne un futuro independiente […] Este retorno al criminal como hé-
con el mundo que lo rodea, en sus propias palabras, se encuentra roe es ambiguo. Es cierto que el rechazo de los valores sociales
despierto, lo que recuerda una cita de Henry Miller en The world predominantes en la última fase de la novela policíaca constituye
of sex: “If we were wide awake, we would be instantly struck by un factor desestabilizador más que estabilizador para la sociedad
the horrors which surround us… We would drop our tools, quit our burguesa. Al mismo tiempo, sin embargo, la idealización de la
jobs, deny our obligations, pay no taxes, observe no laws, and so venganza privada, de la violencia dirigida contra los criminales, es
on. Could the man or woman who is thoroughly awakened possibly extremadamente ominosa, ya que estos productos de la imagina-
do the crazy things which are now expected of him or her every ción corresponden a una aterrorizante propagación en la vida real
moment of the day?” (cit en Thompson 4) de violencia al acecho o en “defensa propia”. Ayudan a propiciar y
Walter tiene un impresionante conocimiento profesional de la justificar tal violencia […] con un impulso central claramente xe-
técnica acerca del trabajo de laboratorio, además de lo que él lla- nofóbico y racista […] en virtud de un asombroso giro ideológico,
ma “respeto por la química”; no está ahí para elaborar cualquier vemos que [el bandido actual] lucha en pro de la desigualdad y es
producto, quiere elaborar el de mejor calidad: necesita saldar una étnica o racialmente discriminatoria. (252-253)
deuda con su pasado, cuando intervenía en el equipo formalizador
de un proyecto que ganara el Nobel –el diploma está colgado en Detalles como que la mayor parte de los antagonistas sean lati-
su dormitorio, frente a su aparato de gimnasia– y malvendió por nos a excepción de Lydia, Jack y sus neo-nazis (todos ellos caucá-
5000 dólares sus acciones en la empresa farmacéutica (“Gray Ma- sicos) nos puede dar pistas acerca de la manera racial e imperialista
tter Technologies” en la actualidad de la serie) a Gretchen y Elliot en la cual observar estas interacciones. Walter no es cualquier tipo
Schwartz, quienes son multimillonarios, gracias, sin duda, al talen- de bandolero, es notorio que él no roba al rico para dar al pobre,
to desperdiciado del profesor. En el laboratorio reside su orgullo, sino que sus acciones las lleva a cabo por su bien y el de los suyos.
de éste –de la revancha contra su error pasado– le nace el poder; Cuando tipifica a los bandoleros, Hobsbawm señala:
con este nuevo proyecto reivindicador adquiere su seudónimo: He-
insenberg, haciendo tributo al físico alemán y su principio de incer- Hallamos el clásico bandolero de sangre […] que no era un ban-
tidumbre. dolero social luchando contra el rico para dar al pobre, sino un
Walter White no sólo es, entonces, una encarnación de la anti- individuo que luchaba con y para los de su sangre (aun los ricos
gua figura del bandolero, sino de una serie de mecanismos de pen- de ella) contra otro grupo de parentesco, incluidos sus pobres […]
236 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA APUNTES INTERPRETATIVOS SOBRE LA SERIE BREAKING BAD 237
LATINOAMERICANA RECIENTE OSCAR RAMÍREZ SERRANO - CECILIA LÓPEZ BADANO

Así, todos los miembros de la comunidad de sangre, incluidos los de semi-venganza– que el objetivo será el autolavado –negocio que,
bandoleros, pueden considerarse enemigos de los forasteros explo- por haberlo ejercido como empleado, no despertaría grandes sospe-
tadores que tratan de imponerles su ley. (13) chas–, así que engañan a Bogdan –quien se niega a la venta– para
forzarlo a aceptar el poco dinero que le ofrecen.
Desde la lente de esta definición, encontramos a otro grupo de Esta subtrama culmina cuando Bogdan –el vampiro capitalis-
bandoleros americanos que son contemporáneos: los hell’s angels. ta, según sugerimos anteriormente– le entrega las llaves al nuevo
A pesar de que el trasfondo de Walter White y el de los Hell’s An- propietario diciéndole: “As is” es decir: “como está”, así lo deja.
gels sea sumamente diferente, encontramos similitudes en cuanto Camino a salir se da cuenta de que olvidó su primer billete ganado
a la crisis inicial que genera la ruptura con las convenciones de la –el clásico dólar enmarcado–, cuando intenta llevárselo, aquel se
sociedad que los rodea. El bandolero es generalmente discriminado: lo niega: “As is” le contesta. Bogdan se queda sin su autolavado
el profesor lo es por su edad, que se muestra constantemente, y ello y todo lo que ganó con su esfuerzo en la “tierra de las oportunida-
es parte del origen de su posterior rebelión. Hunter S. Thompson en des” le ha sido arrebatado –por el nuevo vampiro– hasta su primer
Hell’s Angels: The Strange and Terrible Saga of the Outlaw Motor- billete, mismo que Walter utiliza para comprar una Coca-Cola. La
cycle Gangs, señala: comparación por parte de Walter de su “empresa” con la Coca Cola
se repetirá posteriormente cuando éste quiera demostrar a uno de
So there is more to their stance than a wistful yearning for accep- sus rivales que él es imprescindible debido a la exclusiva superio-
tance in a world they never made. Their real motivation is an ins- ridad de su producto, escena en la que se resalta el mensaje de toda
tinctive certainty as to what the score really is. They are out of the la serie: “la confrontación basada en un individuo, congruente con
ballgame and they know it […] the outlaw motorcyclist views the el orden burgués: es la […] racionalización de la competencia en-
future with a baleful eye of a man with no upward mobility at all. tre particulares de artículos de consumo en el mercado” (Mandel
[…] They are obvious losers and it bugs them. But instead of sub- 238). No es arbitrario que la Coca Cola aparezca entonces en ese
mitting quietly to their collective fate, they have made it the basis contexto.
of a full-time social vendetta. (32) Así, la gesta de Walter no perjudica de manera alguna a la clase
alta norteamericana –a relativa excepción de los casos de Elliot y
Es ante ello que cobra relevancia el jefe de Walter: Bogdan, due- Gretchen, quienes deben desmentir públicamente lazos de sociedad
ño del autolavado; la subtrama de Bogdan y su negocio ilustra en con él, pero a quienes les advertirá, bajo amenaza, que no quiere un
forma excelente la manera en que funciona el American dream y solo dólar de ellos y su empresa farmacéutica–; todo el daño que
otros mecanismos míticos de esa sociedad. Bogdan es un rumano hace con su negocio se vierte en la clase baja y posteriormente, en
cuyo gran crimen contra él en la serie es pedirle que cubra la au- los extranjeros o los de otras etnias. Señala Hobsbawm: “De los hé-
sencia de uno de sus lavacarros –además de herir posteriormente el roes bandoleros no se espera que configuren un mundo de igualdad.
orgullo del matrimonio White–; cuando Walter renuncia, éste apa- Solamente pueden enderezar yerros y demostrar que algunas veces
renta salir de la trama para ser retomado en otro punto de la historia: la opresión puede revertirse”. (43)
el cáncer ha remitido y ahora que tiene más dinero del que puede En Breaking Bad casi podríamos hablar de una guerra racial,
gastar, busca una manera de “lavarlo”, deciden –en un mecanismo donde el hispano –los mexicanos en particular– es mostrado como
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el villano, el sociópata descarriado, altamente peligroso por la im- Los “villanos” latinos que se muestran en la serie aparecen como
previsibilidad de sus reacciones, irreflexivas y emocionales, vin- un contrapeso del protagonista –paradigma del “mal reflexivo”, in-
dicativas –Tuco Salamanca, su tío, sus sobrinos (hermanos), don teligente– como antagonistas habitantes de otro mundo, y por tanto,
Eladio– pero que fue en primera instancia orillado al negocio del merecedores de las “medidas necesarias” de Walter si hacen peli-
narcotráfico de la misma manera en que Walter lo fue: por la bús- grar su vida. Incluso en muchas de las escenas en las que los en-
queda del dinero que el sistema legal no le permite ganar. Hay que señan, se presentan a través de un filtro amarillento que exalta la
recordar que el TLC firmado por México, EUA y Canadá fue un diferencia racial, ya marcada también por el apellido “White” –o
punto de inflexión en el aumento exponencial de la producción y Pinkman–. No sucede ello con el matrimonio Schwartz –apellido de
el tráfico de drogas, también mencionando que el primer cliente origen judío aunque ello no se mencione– ni con Saúl Goodman, el
de los cárteles mexicanos es EUA. El profesor se transforma en un abogado criminalista de ascendencia irlandesa –James McGill– que
manipulador de todas las personas que lo rodean, y curiosamente, elige un apellido publicitario judío, porque además, se pronuncia
son las minorías quienes vuelven a pagar: en un momento –en cierta como “it´s all good, man” y ambas cosas le atraen clientes.
medida para increpar a Gus– contrata, para limpiar el equipo donde Jesse, como criminal, es una excepción: al primero que cono-
cocina metanfetamina, a unas trabajadoras hispanas de la lavande- ce y al único a quien protege a toda costa. Con el desarrollo de
ría que sirve de fachada al laboratorio; al ser descubierto el hecho, la trama, los lazos entre ambos personajes se estrechan a pesar de
las mujeres son despedidas y deportadas. las manipulaciones constantes de Walter, esto es hasta que Jesse,
Heisemberg no “busca” el conflicto con Crazy 8; con Tuco Sala- sin poder aceptar los crímenes que han cometido y los engaños de
manca toma medidas desesperadas –que sólo lo introducen en más su “maestro”, decide entregarlo a su cuñado: “todos los bandidos
riesgos– y el duelo con Gustavo Fring nos muestra a un personaje acaban igual: traicionados, ya que si empieza a volverse demasiado
que reacciona ante estos peligros de manera drástica –al parecer de incómodo, cualquier bandolero individual será derrotado, aunque
manera similar a Tuco o Crazy 8– pero quien, de alguna manera, es permanezca el carácter endémico del bandolerismo.” (Hobsbawm
el causante de todo –pareciera que sin intenciones, ya que lleva to- 28)
das las de perder–. Esta actitud nos remite nuevamente a similitudes La diferencia de los antagonistas latinos con los neonazis de Jack
con la figura de los Hell’s Angels: “It was also a good example of Welker y la propia Lydia, es que ellos trabajan para Heisemberg,
the total retaliation ethic: when you’re asked to stay out of a bar you y en ese caso él es completamente responsable de los problemas
don’t just punch the owner –you come back with your army and tear que causan estas personas, hasta que en “Ozymandias”, orillado por
the place down, destroy the whole edifice and everything it stands la traición de Jesse) pierde por completo el control de sus “mons-
for. No compromise. If a man gets wise, mash his face. If a woman truos”, mirando impotente como se desbarata la ilusión de poder y
snubs you, rape her.” (Thompson 43). Lo vemos detonar una serie control que había adquirido sobre cada uno de los aspectos de su
de explosiones, primero en el automóvil del cretino del banco, en el vida.
cuartel de Tuco Salamanca, vemos la repetición de éstas a lo largo Walter hace desembocar su pasión por la química –y el haber
de la serie, el laboratorio de Gustavo y el automóvil de “Flynn”. La colaborado en aquel proyecto premiado–, en una tarea opuesta a la
¿ética? de total retaliation será recurrente en él, de maneras que se de aquellos con quienes había colaborado –Gretchen y Elliot– en
agravan paulatinamente. un trabajo que es muy valorado, con el cual comienza su propia
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LATINOAMERICANA RECIENTE OSCAR RAMÍREZ SERRANO - CECILIA LÓPEZ BADANO

leyenda: “The cook” “Ironchef” “Heinsenberg”. Encuentra un lugar Los conflictos se suceden y la relación con Gus se va desgas-
donde él es el experto, el jefe, donde todo lo puede. Su actitud con tando, Jesse regresa –aunque busca por su parte continuar con su
Jesse raya en lo despótico y notamos el contraste con el profesor propio negocio– y se desata un problema capital: Gus –indirecta-
que no dominaba a un grupo de estudiantes. Su rostro es diferente mente– está utilizando niños para traficar drogas –¿de qué no son
ahora cuando escucha a Hank, su cuñado, alardear de lo que hace, capaces los dictadores que han secuestrado bebés y alterado identi-
cuando le dispara a Tuco Salamanca: él también había estado ahí dades infantiles? (sucesos éstos vinculados a la dictadura argentina,
pero Hank no puede saberlo. pero en la mente del espectador medio, no existe esa sutil diferencia
Con el correr de la serie, otro conflicto nace en el desdoblamien- entre Pinochet y Videla, entre Chile y Argentina: son dictaduras
to “encubierto” del personaje: su vida personal contra su peligroso sudamericanas)–; el ex profesor cobra conciencia de que sus días
secreto. Walter es alguien muy orgulloso, y en varias ocasiones, están contados y que sólo se encuentra vivo debido al secreto de su
primero muy sutilmente, se nota con la necesidad de que su familia fórmula, que nadie más sabe hacer; para lograr sobrevivir, le pide
lo vea en la vida cotidiana como el “macho alfa” –incluso con su a Jesse que asesine a su compañero de laboratorio, conocedor de
mujer en la cama– que es ya en su vida criminal. Aparte de muchas parte del proceso químico oculto –beneficiario de una beca que el
situaciones que “salen de control”, y que finalmente exponen sus propio Fring había creado, en honor a su “compañero” (ameritan
acciones a su esposa: Skyler. las comillas dado que en la discreta vida de Fring no hay mujeres)
En su genialidad química, ha encontrado una manera de elabo- asesinado por el cartel mexicano, grant donado para formar nuevos
ración novedosa y única, con la cual obtiene una gran cantidad de potenciales elaboradores de metanfetamina–, entonces la fórmula
producto que, además, es de excelente calidad, sin embargo esta comienza a cobrar más vidas.
producción trae aparejado un costo que, al principio parece míni- Walter efectivamente se encuentra en peligro: el poderoso dru-
mo: la explotación de Jesse por parte de Walt –una sociedad 50/50, glord chileno lo quiere muerto, logra poner a Jesse en cierta me-
los días dentro de la casa rodante; después, lo “especial” de esta dida contra él y cada vez pareciera que hay menos posibilidades
fórmula llama la atención de varios narcotraficantes, entre ellos un de escapatoria para él, más aún luego de que su oportunidad para
kingping oculto tras una cadena de pollos fritos llamado Gustavo hacerlo adquiriendo una nueva identidad se ve anulada debido a una
Fring, que le instala un laboratorio. mala decisión económica de Skyler; entonces se revela, manipula
En la relación con Fring se vuelve a jugar de modo subliminal a Jesse de una manera escalofriante y después logra asesinar a Gus
con los estereotipos étnicos: Gustavo es latino, pero no mexicano, Fring; cuando éste es exterminado, su eliminación como “malo”
sino chileno ¿qué sabe el público medio norteamericano sobre los –más todavía que Heisemberg– queda justificada y legitimada aun
chilenos? ¿qué relaciones puede establecer con un grupo latinoa- políticamente ante el espectador: Mr White-blanco ha eliminado a
mericano de quienes no hay gran número en USA –en comparación otra etnia en disputa, aquella a la que pertenecen los tiranos suda-
con los mexicanos o cubanos–? Por supuesto, las únicas recurrentes mericanos.
se remiten a la dictadura pinochetista, de la cual el taimado, cuida- Decide que, ya sin competencia –Gus eliminó al cartel, y él a
doso e incluso, “educado” proceder social de Fring parece dar cuen- Gus– esta vez armará su propia operación: la tentación del mono-
ta por su astucia, por su modo de sortear y eliminar a sus enemigos: polio lo obnubila. “Vámonos Pest” –fachada de su organización
no pertenece a la clase de los hispanos viscerales e irreflexivos. criminal– utiliza casas a ser fumigadas para cocinar metanfetamina
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sin dejar huellas, mostrando la fusión entre el mundo de la droga y Skyler –la esposa– es un personaje muy interesante y sirve para
el mundo cotidiano que se habían visto tan diferenciados anterior- entender la empatía por Walter y el efecto que ésta causa en la per-
mente en la serie, pero la soberbia de Walter ocasiona más daños cepción de la serie. Cuando la conocemos, está embarazada, aunque
colaterales: el asesinato a sangre fría de Drew Sharp, un niño que luego la sabremos contadora, ella quiere ser escritora; tan pronto
ve algo que no debería, hace que Jesse abandone; como Heisemberg tiene noticias del diagnóstico de su marido, el infierno se desata: él
omnipotente, decide que no parará con la producción y contrata al quiere morirse, ya que, como sabemos, tiene muy bien orquestado
asesino, Todd, para suplantarlo. Thompson escribe algo que pue- un plan donde cocina drogas, gana dinero y muere, dejando bien
de relacionarse con ello: “This wavering paradox is a pillar of the parada socialmente a su familia, a su legado; pero Skyler está de-
outlaw stance. A man who has blown all his options can’t afford terminada a que obtenga el tratamiento, él cede, pero en sus propios
the luxury of changing his ways. He has to capitalize on whatever términos: pagará su tratamiento con el dinero de las drogas, mien-
he has left, and he can’t afford to admit –no matter how often he’s tras le miente acerca de su procedencia.
reminded of it– that every day of his life takes him farther down a Comienza en el matrimonio de los White un conflicto que va
blind alley” (157). escalando, primero Walter sale a tomar “largos paseos”; después de
Cuando un grupo de individuos decide declarar en la corte, él se la muerte de Tuco Salamanca, tiene que inventar una historia sobre
entera y decide tomar más medidas drásticas: para no ir a prisión “estado de fuga” para justificar ante Skyler su ausencia por algunos
contrata al tío de Todd: Jack Welker –neo-nazi con enlaces en pri- días, quien así descubre su segundo celular. El protagonista no está
sión–, con la intención de que asesine a los diez testigos que pueden enfrentando a la policía en un principio, está enfrentando a su espo-
llevarlo a la cárcel. sa, a ella es a quien tiene que mentir, de quien se tiene que ocultar
A pesar del turbulento descenso en espiral hacía los vicios del y frente a la cual tiene que guardar silencio: el mundo privado se
dinero y el poder que experimenta, era muy difícil para el televiden- vuelve tanto o más pelogroso que el público.
te no simpatizar con el poco afortunado profesor, quien a pesar de El personaje del principio es una víctima: amenazado por Tuco,
su inteligencia, seguía cometiendo errores y metiéndose en proble- luego por el cartel y por Gus Fring, y también por su esposa aunque,
mas demasiado grandes, eso sí, todas sus decisiones, por más drás- por diferentes razones de empatía, Walter se perfila como un héroe
ticas que fueran, estaban metódicamente justificadas. Tarde o tem- cotidiano, y eso hace a Skyler molesta, casi una villana a los ojos de
prano el espectador se ve confrontado con un hecho que no puede la mayoría de los espectadores; él tiene suficiente con los criminales
seguir negando: Walter no es el “buen tipo” que se pensaba que era, y las drogas como para tener que lidiar con su inquisitorial y sor-
incluso desde los primeros capítulos, vistos en retrospectiva, pode- prendentemente inteligente esposa embarazada, que sigue cada uno
mos notar en varios momentos –como ya hemos señalado– breves
de sus movimientos. ¿Pero Skyler está exagerando en su actitud
atisbos de Heinsenberg, su yo en el mundo de la droga. Hobsbawn
hacia él en el desarrollo de la serie? ¿Por qué el público, en general,
señala: “La ostentación en el gasto por parte del bandolero, como
simpatiza más con él? Eventualmente Skyler termina teniendo ra-
los Cadillacs chapados de oro y los dientes incrustados de diaman-
zón, sí existe un peligro, y es muy real.
tes del arrapiezo que ha llegado a campeón del mundo de boxeo,
Hank y Marie –su cuñada–, simpatizan más con Walter, él tie-
sirve para vincularse a sus admiradores, y no a separarle de ellos;
ne cáncer: es un enfermo terminal que les despierta compasión. La
siempre y cuando no se aleje demasiado del papel heroico que le ha
diferencia es que Skyler sabe su secreto y tiene unas razones incon-
sido impartido por las gentes”. (40)
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fesables por “el bien” de su familia. Recordemos que Breaking Bad Otro de los detalles que vuelven exquisita a Breaking Bad es la
es, entre otras cosas, una serie sobre las autojustificaciones y la do- calidad de sus alusiones e intertextualidades con el mundo literario.
ble moral norteamericana, y es entonces cuando Skyler comienza a Entre ellas se encuentra el ejemplar de Leaves of Grass que devela
caer también, primero por inercia, luego por interés, en las andanzas la verdadera identidad de Walter ante su cuñado. En varios mo-
de su marido: los secretos, las malas decisiones, pero ella es resenti- mentos de la serie se hace referencia a Walt Whitman y sobre todo
da mientras que él es bien visto en gran parte de sus acciones. Tiene a su poema: “When I heard the learnt astronomer”, ya que un tema
un amorío y eso la hace aún más molesta a los ojos del televidente. recurrente de la serie es la enseñanza, será precisamente su pupilo,
Walter lidia con la muerte a cada momento y, además, tiene que Gale Boeticher –de cuya vida, a posteriori, como ya se señaló, Hei-
batallar con vengativa incomprensión de su esposa. semberg dispondrá por medio de su otro discípulo, Jesse– quien se
Obviamente, no es una mujer moralmente inimputable, y ter- lo regala y dedica; es su nombre escrito allí lo que da –en el baño,
mina trabajando para él por “el bien de la familia”; llega a cier- donde el libro estaba (nótese cuál es el lugar de la poesía en la casa
tos términos con la vida criminal de su marido e incluso le ayuda del químico capitalista)– la clave reveladora a Hank, quien por fin
(?) –como contadora– a lavar su dinero. Constantemente lo encara cae en cuenta de quién es el verdadero Heisenberg.
acerca de los peligros que sus acciones pueden acarrear sobre la Las coincidencias entre Walter White y Walt Whitman –aun la
familia: “Walt, I’ve said it before, if you are in danger we go to de las iniciales– terminan por descubrirlo, justamente después de
the police…”, “Walt, please, let’s both of us stop trying to justify que ha tomado horripilantes y drásticas medidas para permanecer
this whole thing and admit you’re in danger!” Pero él se niega a en libertad. En el episodio “Gliding over all” hace asesinar a diez
admitirlo a pesar de que el espectador puede darse cuenta de que testigos y la titulación del capítulo es una referencia más –cínica y
se encuentra constantemente en un evidente y muy real peligro. No reformulada, desde la sensación de libertad del original, cuyo límite
sólo eso, sino que probablemente, el más grande de los peligros es la muerte, a la muerte como crimen impune y sin remordimien-
para ambos sea él mismo y su omnipotencia desatada. tos– a otro poema de Whitman en Leaves of grass:
Sus relaciones comienzan a cambiar, se empodera aún más fren-
te a Jesse, sometiéndolo totalmente a sus designios, incluso pagan- Gliding o’er all, through all,
do la rehabilitación de su recaída en la droga luego de la muerte de Through nature, time, and space,
la muchacha que amaba –muerte por sobredosis frente al propio As a ship on the waters advancing,
profesor, que no hiciera nada por salvarla–; se vuelve un carcelero The voyage of the soul—not life alone,
para Sklyer, maneja sus destinos a cada momento, primero “por su Death, many deaths I’ll sing.
bien” y después por ganancia propia.
Skyler pasa a ser, de “policía” a su colaboradora, con la taja- Otra referencia selecta es el poema de Percy Byssche Shelley
da correspondiente de remordimientos, manos sucias y padeciendo “Ozymandias”, que ilustra lo efímero de los imperios y de los hom-
crisis tras crisis. Pero Walter seguirá siendo el favorito. Odiamos a bres poderosos; con ese nombre se encuentra titulado el antepenúl-
Skyler porque le insiste en que se encuentra en peligro, asunto que timo –y crucial– capítulo de la serie y la relación con el poema es
él niega a pesar de lo que suceda a su alrededor. amplia:
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I met a traveler from an antique land desaparece Walter, desaparece la RV y desaparece Jesse dejando el
Who said: Two vast and trunkless legs of stone paisaje desértico. Se nos recuerda que ese es el pasado, la primera
Stand in the desert. Near them, on the sand, piedra en el imperio de Heisenberg, mientras que ahora estamos a
Half sunk, a shattered visage lies, whose frown, punto de presenciar su colapso. Disparos en el desierto nos regresan
a la historia, y cuando cesan podemos escuchar el silbar del viento.
And wrinkled lip, and sneer of cold command, Hank está herido, a punto de ser ejecutado –a pesar del pedido de
Tell that its sculptor well those passions read Walter– y su compañero, muerto, ya no hay vuelta atrás. Cuando
Which yet survive, stamped on these lifeless things, encuentran a Jesse, el profesor pide a Jack asesine a su discípulo,
The hand that mocked them and the heart that fed. pero le permite llevárselo para ser torturado, entonces se venga psi-
And on the pedestal these words appear: cológicamente de él confesándole el secreto más grande que le tenía
“My name is Ozymandias, king of kings: guardado: la muerte de Jane sin su intervención, que podría haberla
Look on my works, ye Mighty, and despair!” salvado.
Nothing beside remains. Round the decay Quedará solo en el desierto con su barril lleno de dólares y su
Of that colossal wreck, boundless and bare automóvil a punto de agotar la última gasolina; se verá obligado a
The lone and level sands stretch far away dejarlo. La cámara lo muestra rodando ese tonel por el enorme de-
sierto que lo hace ver cada vez más pequeño, incluso en un momen-
Esa referencia literaria tiene aún un pliegue más, popular, que to pasa –sin notarlo– al lado de aquellos pantalones abandonados en
quiebra en parte el esteticismo de la primera alusión romántica: el el apremio de la amenaza inicial: lo primero que habíamos visto de
super-héroe del comic Watchmen, de Alan Moore, Adrian Alexan- él en la serie. En “Ozymandias” pierde la potencia de sus ilusorias
der Veidt, quien adopta ese sobrenombre, también violando en par- motivaciones: su familia ya no quiere verlo, es perseguido por la
te el sentido del poema; al igual que Walter-Heisemberg, Adrian ley, casi todo su dinero ha sido robado por Jack Welker quien, a su
Veidt cree ser superior en más de un aspecto a la gente que lo rodea vez, ha asesinado a su cuñado. La ruina parece cernirse sobre el ex
y se siente llamado a manipular sus destinos sin importar el costo. profesor, cuando al llegar, también el clan familiar se desmorona.
En el opening del capítulo –cuando el anterior había acabado A partir de ese punto Walter sólo se moverá por la venganza y la
con Hank, su compañero y Jesse emboscados en el desierto por los ilusión de cumplir su último capricho capitalista: entregar a su hijo
neo-nazis apenas después de arrestar a Heisemberg– se muestran aunque sea parte del dinero amasado.
escenas de la primera vez que Walter y Jesse “cocinaron”, además En ese capítulo también podemos ver otra elegante referencia a
de recordarnos otros tiempos muy diferentes en la vida del profesor Whitman y su poema “The dalliance of the eagles”:
–aún con cabello, diciendo sus primeras mentiras a Skyler–; sabre-
mos cuál es el origen del nombre de su hija: Holly, y veremos a un Skirting the river road, (my forenoon walk, my rest,)
Jesse casi infantil. Habrá también un avance de lo que traerá el resto Skyward in the air a sudden muffled sound, the dalliance of the
del capítulo. Se ve a Skyler empacar en una caja un payaso blan- [eagles,
co y azul que llora sangre –una referencia al rechazo y ataque de The rushing amorous contact high in space together,
Skyler a su marido posteriormente– pero esa imagen se desvanece, The clinching interlocking claws, a living, fierce, gyrating wheel,
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Four beating wings, two beaks, a swirling mass tight grappling, A partir de su retiro a New Hampshire, la caracterización del per-
In tumbling turning clustering loops, straight downward falling, sonaje –ya anticipada en algunos capítulos por los flashforwards–
Till o’er the river pois’d, the twain yet one, a moment’s lull, está cuidadosamente asentada sobre la imagen de una figura muy
A motionless still balance in the air, then parting, talons loosing, famosa en la cultura americana: Theodore Kaczynski, el lobo soli-
Upward again on slow-firm pinions slanting, their separate diverse tario, mejor conocido como el Unabomber, el brillante matemático
[flight, graduado en Harvard –adonde ingresó a los 16 años por su privile-
She hers, he his, pursuing. giado ICQ de 167– postgraduado en Michigan y luego, catedrático
de Berkeley, donde luego de dos años de trabajo, abandona su pues-
También Jesse, a punto de ser asesinado por Jack, observa a to para retirarse a una ascética vida aislada en el estado de Montana,
dos águilas que vuelan juntas, justamente en ese capítulo, donde basada en el modelo del Walden de Thoreau; desde allí, convertido
se recobra el tema de Jane –cuya relación con Holly (a través de la en neoludita, se dedica a asesinar tecnócratas con bombas caseras,
“paternidad”) se acentúa por las circunstancias de su muerte– en la enviadas desde el escondite anónimo y lejano que le proporciona su
torturante confesión de Walter a Jesse. Por otra parte, las águilas en cabaña autoconstruida, imposible de ser rastreado aún con el mejor
vuelo, remiten al choque de aviones, consecuencia indirecta de la presupuesto adjudicado al FBI hasta entonces.
no intervención del profesor dejándola morir, accidente que fuera Las similitudes del decadente Heisenberg con la figura del ma-
exquisitamente aludido, además, por el título de algunos capítulos temático asesino se hacen notar: no sólo se perciben en la imagen
de la segunda temporada: “Seven Thirty-Seven” (1), “Down” (4), que adquiere el protagonista en los últimos episodios –el cabello y
“Over” (10) y “ABQ” (13), los cuales, leídos en sucesión, forman la barba descuidados, el cutis desmejorado por la enfermedad y el
“737 cae sobre Albuquerque” y explican los flashforwards de los clima– sino también en el hecho de habitar en una cabaña solitaria y
extraños restos en la piscina doméstica (Fernández 2013), entre apartada mientras se desata una cacería nacional contra él. Por otra
ellos, el osito de peluche lateralmente quemado y sin un ojo, a su parte, uno de los retratos más conocidos de Theodore Kaczynski es
vez, anticipo del último rostro semi destruido de Fring luego de también muy parecido al dibujo de líneas escuetas, casi de perso-
la explosión. “Ozymandias” se presenta así como el clímax de la naje de historieta, que hacen de Heisemberg a repetición en la serie
serie; los capítulos posteriores serán un epílogo, un cierre del ciclo (el bigote, los lentes negros, la falta de detalles más complicados).
de eventos desencadenados durante ésta, plenos de foreshadowings.
Para el público más “perezoso” –o para los más jóvenes, niños
El cáncer ha vuelto, Walter se encontrará aislado en medio de la
aún durante el accionar de Kaczynski– que no hubieran notado la
nieve en New Hampshire –donde al fin, a buen precio, ha podido
relación fisionómica, la referencia se refuerza desde lo discursivo:
huir– tomando quimioterapia y pagándole a un hombre 10,000 dó-
Marie le comenta telefónicamente a Skyler que lo vieron merodean-
lares la hora sólo por hacerle compañía, por tener con quien hablar.
do la antigua casa y le menciona su similitud de aspecto con el
Presenciamos otra vez su fase patética: a pesar del dinero que aún
Unabomber: “he looks exactly like the Unabomber”, además, agre-
conserva, se encuentra solo y a punto de morir; arriesgándose im-
ga que los rumores que le llegan a través de la DEA –nadie sabe si
pensadamente, hace una llamada a su hijo sabiendo las estrecheces
verdaderos o como bromas– señalan que quiere leer un manifiesto a
que están pasando, y se enfrenta con su insultante rechazo; simbóli-
camente, como ha adelgazado, el anillo matrimonial se cae solo de las seis de la tarde por la televisión –Kaczynski había enviado uno
su dedo, debe atarlo a su cuello con una precaria soga. a los diarios principales de la nación, cuya publicación implicó un
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arduo debate ético previo, pero fue lo que finalmente contribuyó a sangre–, el litio (Li) –que puede ser utilizado en la fabricación de
su localización y encarcelamiento–. metanfetamina y cuyas sales, como su carbonato y su citrato, se
Heisemberg se ha dejado crecer el cabello nuevamente, de igual usan en el tratamiento de la manía y la depresión bipolar– y el sodio
manera la barba: ahora ha devenido en Mr. Lambert, lo cual nos (Na) –componente de las lágrimas– (Marcos 2013), sustancias estas
remite a otra alusión velada a Kaczynsky, ya que Johann Heinrich, últimas cuyos colores rojo, azul y blanco han sido constantes en la
o bien Jean-Henri Lambert, fue un matemático –también físico, as- serie, y son también los de la bandera de Estados Unidos2.
trónomo y filósofo– alemán de origen francés (1728-1777), quien Otra clave interpretativa se detecta, particularmente, a través de
prueba la irracionalidad del número Pi y es autor del teorema que la musicalización: cuando Mr Lambert logra subir al automóvil, se
lleva su nombre, además de sus trabajos sobre la geometría hiperbó- ve caer sobre el asiento un cassette de Marty Robbins, y luego sue-
lica y de sus reflexiones sobre el espacio no euclidiano, mientras que na algunas veces su balada “El Paso” (1959) –que el propio Walt
la especialidad de Kaczynski era la teoría de funciones geométricas cantará para sí mientras arma un dispositivo letal y mientras el ani-
y su tesis doctoral, titulada Boundary Functions, resuelve algunos llo matrimonial colgado de su cuello vuelve a recordarle, saliéndo-
problemas que no habían podido resolver sus propios maestros. En se de la camisa, tanto a él como al público, su status familiar y el
la serie, hemos pasado del principio de incertidumbre a la irraciona- motivo justificador de sus actos hasta allí–; esta canción cuenta la
lidad de Pi y el espacio no euclidiano, donde la total retaliation es historia de un cow boy que pasa sus días en una cantina de esa ciu-
posible para que las cosas se acomoden catárticamente en el orden dad fronteriza –ancestral tierra de tensión entre culturas, escenario
del capitalismo protestante: la parte rescatada del dinero, no sólo también de algunas escenas de No country for old men, de Cormac
debe ser “blanqueada” (“White” again) sino que debe moralizarse Mc Carthy (otra historia de ambición y poder fundada en el dinero
sirviendo al noble fin para el que surgió de lo innoble –también de la droga)– donde ve bailar a Feleena, su amor, una muchacha
trabajo al fin–; el resto, alimentará el mito de los buscadores de mexicana a quien un día un forastero se le insinúa, compartiendo un
tesoros ocultos. trago con ella; ello determina que el cow boy lo mate en un arran-
El último episodio, es decir, el del regreso de Walt con su política que de celos: “Just for a moment I stood there in silence, shocked
de venganza total –regreso en el que sí podrían criticarse una serie by the foul evil deed I had done” (Robbins); al respecto, comenta
de inconsistencias respecto de hechos algo inverosímiles de lograr Tommy Tomlinson en el site de la Fundación Nieman para el per-
en EUA aún para la inteligencia más astuta, como ser, cruzar del ex- feccionamiento del periodismo:
tremo noreste del país al centro sur en un viejo automóvil robado y
So it turns out the narrator is sort of a bad guy, right? He just mur-
no ser descubierto por ningún policía cuando se está en la mira de la
dered another man in a jealous rage. But by now, because of his
vigilancia nacional, o entrar sin ser notado a espacios profusamente
love for Felina, you care about him even if you hate what he’s
vigilados cuando se luce como un Unabomber marginal– encierra
done. Empathy for your subject is essential. Your main characters
varias claves interpretativas, éstas parten desde el título: “Felina” o
“FeLiNa” que, al ser escrito deliberadamente de ese modo, es decir,
introduciendo las mayúsculas dentro de la palabra, hace referencia 2 Si la referencia de color a la bandera fuera comprobable, habría otra reminis-
a algunos elementos de la tabla periódica –como ya se había notado cencia a una de las más famosas escenas de The Wall: aquella en que las franjas
en otras nominaciones– a saber: el hierro (Fe) –componente de la rojas de la bandera inglesa, hechas con sangre, se van por el alcantarillado,
desintegrándola.
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LATINOAMERICANA RECIENTE OSCAR RAMÍREZ SERRANO - CECILIA LÓPEZ BADANO

don’t have to be heroes. But you have to see the humanity in them didn’t know you’d think, that I’d forget, or I’d regret
somewhere. Sound familiar, Walter White fans? (2013) the special love I have for you, my baby blue
all the days became so long
Con esta cita, retornamos al tema de inicio del trabajo: la empa- did you really think, I’d do you wrong
tía con los “héroes negativos”, que se transforma en una especie de dixie, when I let you go
complicidad simbólica, compensatoria, con los bandoleros. thought you’d realize, that I would know, I would show
El cow boy debe huir, pero luego no soporta la distancia de su the special love I have for you, my baby blue
amor, y vuelve para ser asesinado, pero al menos, muere acunado what can I do? what can I say?
en los brazos de su amada, como nuestro protagonista en el labo- except that I want you by my side
ratorio, en consecuencia: “Felina is a metaphor for Walt’s double how can I show you? show me a way
life. As Heisenberg, Walt becomes obsessed with the power and don’t you know, the times I tried
money that being a drug kingpin brings. This power is his Felina, guess that’s all I have to say
his weakness. But its backbone is the obsessive (destructive) love except the feeling just gets stronger, everyday
he also has for his family” (Locker 2013). just one thing, before I go
También puede interpretarse –acorde con la escritura del título– take good care, baby, let me know, let it grow
que su FeLiNa es el amor por la química que, por primera vez a tra- the special love, you have for me, my dixie dear
vés de su uso ilegal –la elaboración de metanfetamina (¿the mexi-
can dixie girl?)– lo hacía sentir poderoso, el mejor; este sentido se Así le llega la muerte a White-Heisemberg-Lambert, contem-
refuerza con la imagen de Walter tocando –”acariciando” podría plando un laboratorio por última vez, mientras el plano se eleva y se
decirse, como antes lo había hecho con su pequeña beba– los apara- ve llegar a la policía. El final lo confirma, como auguraba el inicio,
tos del laboratorio mientras los mancha con su sangre al compás de en su carácter de héroe trágico degradado, aquel cuya rebelión sur-
la canción final: “Baby Blue”, escrita por Badfinger, seleccionada ge de la angustia y no de la esperanza –por eso mismo es trágico:
luego de escuchar varias que incluían la palabra “blue” –color ele- pertenece a aquellos que no pueden tener esperanza–. Esperábamos
gido, asimismo, para el vestuario de otra “baby blue” (la de Todd): el castigo de su “hybris”, ya que, como señala Mandel: “lo máximo
Lydia (cuya camisa azul el día de la última cita con éste y Mr. Lam- a que puede aspirar el thriller refinado a un nivel ideológico, es a
bert merece un comentario del primero acerca de la elegancia del revelar e intensificar la crisis general de la ideología burguesa que
tono)–; la autoría del tema pertenece, además, a una banda de histo- caracteriza al capitalismo tardío. No puede llegar al grado de rom-
ria desdichada, ya que a pesar de sus éxitos, o más bien, por éstos, per completamente con esa ideología o de trascenderla” (239).
sus integrantes fueron estafados reiteradamente, lo que orilló a dos Al inicio de estas notas interpretativas nos preguntábamos qué
de ellos al suicidio, ahorcándose ante la precariedad económica: características tiene la sociedad donde se engendra –y nos sedu-
ce– un personaje como nuestro protagonista; también, qué le hace
Guess I got what I deserve a esa sociedad simpatizar con él hasta sus últimas consecuencias;
kept you waiting there, too long my love ahora, podemos dar una explicación tentativa para concluir: Walter
all that time, without a word White, el hombre cotidiano que se vendió al mal y a quien el mal lo
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LATINOAMERICANA RECIENTE OSCAR RAMÍREZ SERRANO - CECILIA LÓPEZ BADANO

hizo sentir mucho mejor que el bien, porque halló en él su dosis de del Walter “bueno” pero atormentado por las deudas y por un tra-
felicidad cortoplacista, muestra el arquetipo de “héroe” del capita- bajo que lo minusvalora, o la del explosivo Heisemberg realizado
lismo tardío que se encuentra imbuido en nuestra cultura e idiosin- en el mal? De todos modos, el puritanismo elemental de la sociedad
crasia contemporáneas; gran parte de su poder de seducción sobre norteamericana necesita el motivo del cáncer para que uno devenga
el espectador proviene de la exploración y explotación de ambas en el otro, al menos en la “ética” que impone masivamente la TV: es
para concretar el adictivo espejismo que hace a esta serie única en una excelente justificación moral “for breaking bad”, porque lleva
su especie: el personaje ha consumado la revancha aunque mue- impresos su temporalidad y su castigo mortal –otro indicio de lo
ra, gran-pequeño-burgués que logró por un rato la reivindicación trágico–; no bastaba con ser un profesor mal pago y acosado por las
personal, desintegradora socialmente, individualista, disolvente de deudas hipotecarias: eso sí sería injustificado cinismo ante los ojos
cualquier principio solidario fuera del clan, por tanto, egoísta, pero de esa (de ésta) sociedad.
compensatoria en lo inmediato; como espectadores, eso nos redime Heisemberg –nuestro doctor Jekyll interior– extremó las le-
de la mediocridad que nos impone un sistema cada vez más ex- yes del capitalismo en el desquite mortal de los narcotraficantes,
cluyente, tan parecida a la del humillado profesor mal pagado. Si, siempre al filo del abismo; dentro de un mundo dominado por la
como afirma Mandel al cerrar su libro: Coca Cola con la que él mismo comparó a su “empresa” –descri-
minalizándola, desculpabilizándola, volviéndola enjoyable– logró
La historia de la sociedad burguesa es […] la de la propiedad y de su revancha, compró nuestro perdón salvando a Jesse, y protegió,
la negación de la propiedad, es decir, la del crimen; porque […] blanqueados, algunos millones de dólares para garantizar el futuro
es también la creciente y explosiva contradicción entre las nece- familiar, mostrando que el esfuerzo no fue inútil dentro del sistema
sidades individuales o las pasiones y los patrones mecánicamente –aunque, como le dirá finalmente a Skyler, lo haya hecho por él
impuestos de conformismo social: […] en y por si misma engendra mismo, por su disfrute, por su narcisismo herido en la vida como
el crimen, se origina en el crimen y lleva al crimen ¿quizás porque Walter–; es todo lo que se le puede arrancar a la sociedad capitalista
la sociedad burguesa es, cuando se ha dicho y hecho todo, una so- actual, aunque el precio sea la vida; aun así, es mucho más de lo que
ciedad criminal? (255) la mayoría de los espectadores tenemos, por eso tanto el personaje
como la serie nos han seducido y nos han envuelto en su candente
entendemos porqué Breaking Bad marca un hito en las narrativas valor de compensación simbólica.
policiales contemporáneas, género que, por excelencia, sin duda,
se entrelaza con la propia historia de la sociedad capitalista; en la
serie –y en la mayoría de las narrativas sobre el narcotráfico, cuyos
personajes representan la quintaesencia del “canibalismo” capita- Bibliografía
lista actual– la producción de droga puede leerse, metafóricamente, Carthy Mc, Cormac. No country for old men. New York: Knopf Double-
como la concentración purulenta de un sistema decadente que pro- day Publishing Group (Random House), 2005.
duce mercancía cosificadora del otro sólo por el beneficio del capi- Fernández, Eduardo. “Todo lo que (no) debería saber sobre Breaking
tal en juego y, en la ambición que despierta, anula gradualmente la Bad”. Madrid: El Mundo, 28/9/2013. http://www.elmundo.es/elmun-
“condición humana”, aunque ¿cuál es “la condición humana”? ¿la do/2013/09/28/television/1380366791.html
256 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA
LATINOAMERICANA RECIENTE

Hobsbawm, Eric J. Rebeldes Primitivos. Estudio sobre las formas arcai-


cas de los movimientos sociales en los siglos XIX y XX. (1959) Trad.
Joaquín Romero Maura. Barcelona: Editorial Ariel, 1983.
Knoper, Steve. «Por qué Breaking Bad eligió “Baby Blue”, de Badfinger». CURRICULA VITAE
El País. Suplemento Rolling Stone. Madrid: 4 de abril, 2013. http://
rollingstone.es/noticias/por-que-breaking-bad-eligio-baby-blue-de- DE LOS PARTICIPANTES
badfinger/
Locker, Melissa. «Is “Felina” the Secret to the Breaking Bad Finale?».
Time.com, 25/9/2013 http://entertainment.time.com/2013/09/25/is-
felina-the-secret-to-the-breaking-bad-finale/ BAUTISTA BOTELLO
Mandel, Ernest. Crimen delicioso. Historia social del relato policíaco. Obtuvo su Doctorado en King’s College (Londres). Desde agosto
Trad. Pura López Colomé. Buenos Aires: RyR, 2011. del 2008 es docente-investigadora en la Universidad Autónoma de
Marcos, Natalia. “De Walter White a Heisenberg, en seis pasos”. Ma- Querétaro. Entre sus intereses se encuentra la relación entre la lite-
drid: El País, 30/9/2013. http://blogs.elpais.com/quinta-tempora- ratura y otras disciplinas como la pintura, el cine y la arquitectura
da/2013/09/breaking-bad-de-walter-white-a-heisenberg.html así como los conceptos de espacio y representación urbana en tex-
----------. “Breaking bad: sangre, metanfetamina y lágrimas”. Madrid: El tos fílmicos y literarios contemporáneos. Coordinó la edición del
País, 1/10/2013. http://blogs.elpais.com/quinta-temporada/2013/10/ libro Entrecruces: cine y literatura (Eón, 2012). Es miembro de
final-breaking-bad.html Sepancine (Seminario Permanente de Análisis Cinematográfico),
Miller, Henry. The world of sex. (1941) Padstow, Corwall (UK): Oneworld
institución con sede en la Ciudad de México, y forma parte también
Classics Limited, 2007.
del Grupo Art-Kiné (Teoría e Investigación Cinematográfica de la
Thompson, Hunter S. Hell’s Angels: The Strange and Terrible Saga of the
Universidad de Buenos Aires). <[email protected]>
Outlaw Motorcycle Gangs. New York: Random House.1967
Tomlinson, Tommy. «Liner Notes: The intersection of “Breaking Bad,”
Marty Robbins and “El Paso”» Nieman Storyboard. Nieman Founda- ANADELI BENCOMO
tion: October 25, 2013. http://niemanstoryboard.org/stories/liner-no- Es doctora en Literatura Iberoamericana por la Universidad de Pi-
tes-the-intersection-of-breaking-bad-marty-robbins-and-el-paso/ ttsburgh y profesora de Literatura Mexicana/Latinoamericana Con-
temporánea en el Departamento de Estudios Hispánicos de la Uni-
versidad de Houston. En 2014 coordinó junto a Cecilia Eudave un
volumen colectivo sobre la novela corta en México. Es especialista
en la crónica periodística-literaria y ha publicado dos libros sobre
los cronistas mexicanos contemporáneos (de Monsiváis a Villoro).
Ha sido profesora invitada en México y Venezuela y becaria de
la Fundación Rockefeller y del Fulbright Scholars Program. Ac-
tualmente prepara un libro sobre las narrativas de la violencia en
México. <[email protected]>
258 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA CURRICULA VITAE DE LOS PARTICIPANTES 259
LATINOAMERICANA RECIENTE

ALBERTO FONSECA Berlín. Como profesora en la Universidad Autónoma de Querétaro,


Es doctor en literatura (Universidad de Kansas), MA en historia pertenece al Sistema Nacional de Investigadores mexicano. Publi-
(Virginia Tech) y profesional en estudios literarios (Universidad có La novela histórica entre dos siglos: Santa Evita de paseo por
Nacional de Colombia). Actualmente es profesor asistente (espa- el canon (España, Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
ñol) en North Central College (IL-EEUU). Sus investigaciones 2010) e Inmersiones en el maëlstrom de Roberto Bolaño (Mención
comprenden la literatura latinoamericana contemporánea, con foco Honorífica, Casa de las Américas; Alemania, 2011). Investiga sobre
en las narco-narrativas. Su trabajo ha aparecido en revistas especia- narco-narrativas; uno de sus artículos se ha editado en EEUU (Latin
lizadas como Symposium y recientemente ha escrito un ensayo para American Perspectives, March 2014). <[email protected]>
el volumen New Trends in Contemporary Latin American Literatu-
re. Otros proyectos incluyen la representación del crimen transna- DAVID MIRALLES
cional en la literatura latinoamericana y la publicación de su tesis Es profesor de Castellano y Filosofía (Universidad Austral de Chi-
doctoral Cuando llovió dinero en Macondo: literatura y narcotráfi- le); Ma y PhD (University of Oregon). Fue visiting profesor en Sou-
co en México y Colombia. <[email protected]> th Dakota State University; Adjunct Professor en la University of
Oregon y Assistant Professor en Villanova University (Filadelfia).
MARÍA-FERNANDA LANDER Actualmente es profesor-investigador en la Universidad Autónoma
Se graduó en la Universidad Central de Venezuela y, como PhD, de Querétaro. Sus investigaciones se enfocaron en literaturas surgi-
en Brown University. Es profesora asociada (español) en Skidmore das durante las dictaduras militares conosureñas (Política y poéti-
College, EE.UU, donde dirige el programa de lenguas extranjeras. cas de fin de siglo Alemania, 2012). Sus intereses incluyen poesía
Ha publicado artículos relacionados con el mundo del narcotráfico chilena y argentina contemporánea, novela y cuento latinoameri-
latinoamericano entre los cuales destaca “The Intellectual’s Crimi- cano del siglo XX. Además de artículos académicos, publicó, Los
nal Discourse: Our Lady of the Assassins in Fernando Vallejo”; Malos Pasos (poesía, 1990); Lord Banana y otros cuentos (Chile,
también editó el dossier “Narcogeografías” para la Revista de Es- 2007) y La vida después de Neruda (poesía, Valparaíso, 2012) entre
tudios Hispánicos, donde recopila textos dedicados a la producción otros. <[email protected]>
cultural surgida con el tráfico de drogas latinoamericano. Recien-
temente coordinó un volumen interdisciplinario para Araucaria: FELIPE OLIVER
Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades al- Es maestro en Teoría y Crítica Literaria Latinoamericana por la
rededor de la celebración del bicentenario de las independencias UDLAP (Puebla) y doctor en literatura de la Pontificia Universidad
hispanoamericanas. <[email protected]> Católica de Chile (beca de excelencia Roque Esteban Scarpa). Ac-
tualmente trabaja como profesor e investigador en el Departamento
CECILIA LÓPEZ BADANO de Letras Hispánicas de la Universidad de Guanajuato; pertene-
Se graduó en Letras en Buenos Aires (Diploma Honorífico); siendo ce como Candidato al Sistema Nacional de Investigadores (SNI)
docente de la UBA, inició su postgrado, completado con PhD en la mexicano. Es vocero del Cuerpo Académico “Estudios de poética y
University of Oregon; fue becaria en la Boston University (summer crítica literaria hispanoamericana”, y Coordinador Académico de la
school, Latin American Studies) y en el Instituto Iberoamericano de Maestría en Literatura Hispanoamericana. Recientemente ha publi-
260 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA CURRICULA VITAE DE LOS PARTICIPANTES 261
LATINOAMERICANA RECIENTE

cado Apuntes para una poética de la narcoliteratura (Universidad y Escrituras del yo: conjeturas. En su reciente investigación doc-
de Guanajuato, 2013). <[email protected]> toral ha indagado sobre las posibles relaciones entre las estrategias
narrativas de la literatura popular y las que se concretan en la es-
DIANA PALAVERSICH tructura apelativa de algunos textos de Luis Humberto Crosthwaite.
De origen croata, se licenció en Belgrado y se doctoró en Sydney <[email protected]>
(Australia), donde radica y se desempeña como profesora de litera-
tura y cultura latinoamericana en la Universidad de Nueva Gales de MINNI SAWHNEY
Sur (UNSW). Es autora de los libros Silencio y escritura en Eduar- Hizo su doctorado en Jawaharlal Nehru University sobre el nacio-
do Galeano (Iberoamericana, 1995) y De Macondo a McOndo. nalismo mexicano en la obra de Carlos Fuentes; fue becaria del
Senderos de la posmodernidad latinoamericana (Plaza y Valdés, Ministerio de RREE de México en el COLMEX y en la UNAM.
2005) como asimismo del prólogo a Obra reunida: Mario Bellatin, Actualmente es profesora de estudios hispánicos en la Universidad
compilación editada por Alfaguara (2005), además de numerosos de Delhi, India. Sus intereses se centran en la literatura de la fron-
estudios sobre literatura latinoamericana publicados en revistas tera norte, el narcocorrido y las narconarrativas. Ha presentado po-
académicas internacionales. Sus intereses actuales versan sobre las nencias en diversos foros internacionales (Asociación Internacional
narco-narrativas latinoamericanas. <[email protected]> de Hispanistas, Conferencia de Americanistas, Inter American Stu-
dies) sobre autores que tratan temas fronterizos, como Luis Hum-
ÓSCAR RAMÍREZ SERRANO berto Crosthwaite, Gabriel Trujillo Muñoz y los norteamericanos
Es alumno de la licenciatura en Estudios Literarios de la Universi- Don Winslow y Phillip Caputo. <[email protected]>
dad Autónoma de Querétaro. Actualmente, como estudiante des-
tacado, es merecedor de una beca del Fondo de Financiación a la STACEY ALBA D. SKAR-HAWKINS
Investigación de Rectoría de la UAQ, en el marco del proyecto Obtuvo B.A. (español) por la University of Illinois at Cham-
“Ficciones del capital: identidades locales delincuenciales y legi- paign-Urbana; M.A. y Ph.D. (Literatura Hispanoamericana) por la
timaciones sociales en las narrativas sobre narcotráfico” de la Dra. University of Wisconsin-Madison; es profesora titular en el progra-
Cecilia López Badano. Sus intereses actuales se centran en autores ma de español de Western Connecticut State University. Ha publi-
norteamericanos como Cormac Mc Carthy y cineastas como los cado numerosos artículos sobre transculturación, derechos huma-
hermanos Cohen. <[email protected]> nos en América Latina y escritura de mujeres (Voces híbridas: La
literatura de chicanas y latinas en Estados Unidos, RIL Editores,
ARACELI RODRÍGUEZ LÓPEZ 2001); traduce obras críticas de tema latinoamericano para la Duke
Es Doctora en Humanidades por la Universidad Autónoma Metro- University Press. Actualmente explora la intersección del neolibe-
politana, Maestra en Literatura Contemporánea de México y Amé- ralismo y la globalización con las representaciones de Latinoamé-
rica Latina y Licenciada en Lenguas Modernas en Español, ambos rica y de las mujeres latinas en la literatura y el cine. <hawkinsa@
por la Universidad Autónoma de Querétaro. Participa como docen- wcsu.edu>
te-investigadora en la Facultad de Lenguas y Letras de la UAQ des-
de 1993. Ha co-coordinado los libros Entrecruces: cine y literatura
262 LESIONES Y LECCIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA
LATINOAMERICANA RECIENTE

MARÍA EDITA SOLÍS HERNÁNDEZ


Es licenciada en Sociología, maestra en Ciencias de la Educación y
Doctora en Psicología y Educación, por la Universidad Autónoma
de Querétaro. Su principal actividad es la docencia adscrita a la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la que fue Secretaria
Académica. <[email protected]>

ORFA KELITA VANEGAS VÁSQUEZ


Es profesora de la Universidad del Tolima, Magister en Literatura
de la Universidad Tecnológica de Pereira (Colombia) y doctoranda
en Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina, con el
proyecto de investigación “Memoria narrativa del ‘miedo político’
y la representación de sus efectos psicosociales en la literatura co-
lombiana”. Ha publicado ensayo en temas referentes a la simbólica
del mal, la estética del miedo, la violencia de género y las configu-
raciones de la violencia sociopolítica en la narrativa colombiana.
Es autora de La estética de la herejía en Héctor Escobar Gutiérrez
(2007), y compiladora de Trazos oblicuos (2014), libro de poemas
y cuento corto. <[email protected]>

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