El Ayuno en La Dispensación de La Gracia

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EL AYUNO EN LA DISPENSACIÓN DE LA GRACIA

¿Cuál es el verdadero ayuno, aquel que agrada a Dios? ¿Dejar de comer nos
convierte en espirituales?

Una comparación del ayuno en el Antiguo y en el Nuevo Testamento que nos


ayuda a entender por medio de las Escrituras su verdadera implicancia en la vida
espiritual de los hijos de Dios.

El ayuno no es una señal de piedad ni de espiritualidad. Si fuera así, los que


hacen “huelga de hambre” para forzar a que se satisfagan sus reclamos serían
personas piadosas.

Lo mismo personas de distintas religiones que practican ayunos prolongados:


islamismo (Ramadán); budismo; catolicismo; judaísmo (Yon Kipur); etc., serían
súper espirituales y súper piadosas.

Ayunar viene del griego nestheia (ne= no, esthio = comer), o sea, ayunar es “no
comer”, “abstenerse de alimentos”.

EL AYUNO QUE NO AGRADA A DIOS

En la dispensación de la Ley lo encontramos en (Isaías: 58:1:6. Dios le dijo a


Isaías: « ¡Grita bien fuerte, grita sin miedo, alza la voz como una trompeta! ¡Reprende a
mi pueblo, el pueblo de Israel, a causa de sus culpas y de todos sus pecados! »Ellos me
consultan todos los días y dicen que quieren obedecerme, como si fueran gente de bien
que no se aparta de mis leyes.
Ellos me piden leyes justas y quieren estar cerca de mí. Sin embargo, andan diciendo:
“¿Para qué ayunar, si Dios no nos ve? ¿Para qué sacrificarnos, si a él no le importa?”
»En el día de ayuno ustedes hacen negocios y maltratan a sus trabajadores.

¿De qué les sirve ayunar, si siguen con sus peleas y riñas? Con esta clase de ayuno,
nunca lograrán nada conmigo

»Ustedes agachan la cabeza como una caña del río, y vestidos de luto se acuestan sobre
la ceniza. Y a eso le llaman “ayuno” y “día agradable para Dios”.)

El verdadero ayuno es compartir el pan con el hambriento, no dejar de comerlo;


es hospedar a los desplazados, cubrir al desnudo y no esconderse ni hacerse el
distraído como el levita y el escriba olvidándose del prójimo.

¡Este es el verdadero ayuno de Dios no es dejar de comer sino dejar de andar en


la carne!
No es “aguantar hambre” sino “aguantar los deseos engañosos de la carne” con
los que está viciada la vieja naturaleza. Dejar de comer “no santifica”, dejar de
andar en la carne ¡Sí!

En el ayuno religioso las personas se abstienen de comer, pero en el ayuno del


espíritu se abstienen de toda clase de mal (1ªTesalonicenses 5:22. Manténganse
alejados de todo lo malo.) Y de los deseos que batallan contra el alma (1ª Pedro. 2:
11. Estimados hermanos, ustedes son como exiliados y refugiados en esta sociedad. Por
eso les ruego que luchen para no complacer aquellos deseos humanos que van en contra
de su nueva vida y los puede llevar a la perdición.)

SACRIFICARSE ES NO DARLE GUSTO A LA CARNE PORQUE SE MUERE


ESPIRITUALMENTE

Dios estableció el primer ayuno en Génesis 2:17. (Pero del árbol del conocimiento
del bien y del mal no podrás comer, porque el día que comas del fruto de ese árbol,
morirás»). Consistió en que Adán no debía comer del árbol de la ciencia del bien y
del mal. ¿Por qué?  Porque el fruto consumido de dicho árbol le provocaría la
corrupción y muerte de su naturaleza angelical, creada a imagen de Dios.

Dicha corrupción consistiría en la manifestación de intensos deseos (buenos o


malos) en su constitución humana que finalmente lo destruiría.

La naturaleza humana caída está viciada de deseos engañosos (Efesios 4:22.


Desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está
corrompida por los deseos engañosos;). Adán tenía que “ayunar”: abstenerse ¡del
engaño de la serpiente! ¿Por qué Adán y Eva murieron espiritualmente? Porque
no se abstuvieron de dicho engaño.

En vez de disfrutar la palabra de vida, escucharon la palabra de muerte. ¿De qué


debían abstenerse (ayunar) Adán y Eva? ¡De oír y hacer caso (creer) a la voz del
contradictor! Las dos experiencias más significativas de Satanás las tuvo con los
dos hombres más representativos de la Biblia: Adán y Cristo (primer y segundo
Adán). ¿Qué logró la voz de la serpiente con Eva? ¡Engañarla!

Ella cayó en su astucia (2ª Corintios 11:3. Pero tengo miedo de que les pase lo
mismo que a Eva, que fue engañada por la astuta serpiente. También ustedes pueden ser
engañados y dejar de pensar con sinceridad y pureza acerca de Cristo.)

No se abstuvo del engaño y de la mentira que contradijo la voz de Dios. Adán no


fue engañado, sino que al ver que su varona (otra parte) no murió al comer el
fruto, dudó es decir no le creyó a Dios, y desobedeciendo, tomó del fruto y también
comió. Por eso, se nos dice que: “En Adán fuimos constituidos pecadores”, no en
Eva.

Y fue así que el “contradictor” derribó al primer Adán, pero la simiente de la


serpiente no pudo derribar al segundo Adán que es Cristo La Biblia dice en, (1ª
Corintios 15:45. que Dios hizo a Adán, y que Adán fue el primer hombre con vida.
Pero Cristo, a quien podemos llamar el último Adán, es un espíritu que da vida.).

En el desierto, el segundo Adán fue probado por el contradictor, pero no pudo ser
derribado. ¿Por qué? porque se abstuvo (ayunó) de sus tentaciones y no cayó en
las artimañas o maquinaciones de satanás.

Jesús no venció al contradictor con el ayuno de 40 días, sino con el ayuno


(abstención) de no ceder a sus propuestas engañosas.

Aunque en su carne (cuerpo) tenía hambre, en su alma/espíritu ¡había Palabra!, y


por la Palabra lo derrotó.

En Efesios 4:27. Se nos dice: (“No le den ninguna oportunidad al diablo para que los
derrote”). ¿Cómo se le da lugar al diablo? Cuando andamos conforme a la carne
que está envenenada con la naturaleza satánica y sus síntomas: amargura, ira,
enojo, gritería, maledicencia, toda clase de malicia, (Gálatas 5:19-21. (Y
manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías, envidias, homicidios, borracheras y orgías). Todas estas cosas son síntomas
del veneno qué Satanás inyectó a la primera pareja y así contaminó toda la raza
humana alejándolas del reino de Dios.

Solo hay un antídoto contra este veneno y es: ¡Cristo crucificado! Juan 3:14-15. (Y
como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre
sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna).
No hay que atacar los síntomas, sino el origen que genera todas estas cosas.
(Romanos 8:2. (Porque el poder vivificador del Espíritu, poder que recibimos a través
de Jesucristo, nos libera del poder del pecado y de la muerte). ¿Con qué se
contrarresta esta ley? ¡Con otra ley! ¡La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús!
Una ley se contrarresta con otra ley, no con ayuno físico. (Colosenses 2:20-23 20.
(Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué,
como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes,
ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que
todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de
sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen
valor alguno contra los apetitos de la carne.).

EL AYUNO FÍSICO REPRIME PERO NO SUPRIME

El ayuno físico aviva y potencia aún más los deseos de la carne. Solo la obra de
Cristo en la cruz destruye los deseos engañosos de la carne (Romanos 6:6.
(Tengan en cuenta que nuestra antigua condición pecadora fue clavada junto con Cristo
en la cruz, para que así quedara destruido este cuerpo sometido al pecado y nosotros
dejáramos de ser esclavos del pecado.) Y esto debemos “saberlo” y creerlo por fe.
¿Cuál o cómo debe ser el ayuno en esta presente dispensación de la gracia? El
ayuno (abstenerse) es hacia el interior del alma y no hacia el interior del
estómago.

Es abstenerse de lo carnal y lo terrenal y andar en lo celestial (espíritu). El ayuno


en el contexto de Isaías 58 no es hacia lo externo (carne), sino hacia lo interno
(espíritu). No es abstención física, es alimentar el espíritu. No es abstenerse de
comer, sino de criticar, herir al prójimo, de maltratar, de enojarse, etcétera. ¿Qué
es más fácil? ¿Dejar de comer o dejar de enojarse, malhumorarse, quejarse,
mentir…? Obviamente: ¡dejar de comer!

EL VERDADERO AYUNO

En Isaías 58:3. (“¡Hemos ayunado delante de ti! dicen ellos. ¿Por qué no te
impresionamos? Hemos sido muy severos con nosotros mismos, y ni siquiera te das
cuenta”. » Pero yo les digo la razón: Es que mientras ayunan se dedican a hacer
negocios, y explotan a sus trabajadores).

Los judíos se preguntaban por qué Dios no los escuchaba si ellos ayunaban. Ellos
pensaban que el ayuno físico era un trueque o una forma de negociar las
bendiciones de Dios.

Ellos se jactaban de su justicia propia y de sus logros espirituales (varios días de


ayuno). Esto queda reflejado claramente en los tiempos de Jesús, pues mientras
que la ley establecía un solo día anual de ayuno en (Levítico 16:29. »Esta es una
ley permanente: a comienzos del otoño (Hemisferio norte). Desde: el 22 de
septiembre Hasta: el 21 de diciembre. Todas las fechas corresponden a la zona
horaria de Israel). (Ustedes se dedicarán a ayunar y no harán ningún trabajo. Deben
negarse a sí mismos pasarán el día examinándose y humillándose. Esto se aplica a los
nacidos en la tierra de Israel y a los extranjeros que vivan entre el pueblo. No deberán
comer nada ni harán ningún trabajo. Será un día de descanso completo y de ayuno es el
día en que se celebrará la expiación para que sean limpios de todos sus pecados delante
del Señor.)

Los fariseos ayunaban dos veces a la semana, o sea, ¡96 veces al año!
(Lucas18:12. Ayuno dos veces por semana y pago al Templo la décima parte de todas
mis ganancias”).

LA TRADICIÓN HABÍA SUPERADO EL MANDATO DIVINO.

Ayunaban para sentirse piadosos, entre tanto que oprimían a los trabajadores,
tenían un espíritu contencioso, de pelea y cuestionamientos permanentes…
Ayunaban, pero para buscar su propio gusto, como muchos hacen hoy.
Porque en este tiempo de la gracia, la justicia de Dios, que se revela por fe, ¡se
alcanza por fe y para fe! (Romanos 1:17. Porque en el evangelio de Dios nos hace
justos ante sus ojos, lo cual se logra de principio al fin por medio de la fe. Como está
escrito en el Antiguo Testamento: «El aprobado por Dios, por la fe vivirá».).
Dios no acepta ayunos físicos religiosos, porque si las bendiciones se alcanzaran
por obras, entonces por demás murió Cristo (Gálatas 2:21. Así que yo no voy a
rechazar el generoso amor de Dios. Pues si por la ley fuera posible que estuviéramos
bien con Dios, entonces la muerte de Cristo no serviría de nada). El ayuno en este
tiempo es abstenerse de los deseos engañosos de la carne, que batallan contra
nuestra alma (Gálatas 5:17. La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es
precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se
oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan
constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas
intenciones,).

No lo alcanzaremos con nuestras fuerzas, si por la revelación de la teología


paulina, su aplicación y práctica, con respecto al “viejo hombre”. El ayuno no es
solo abstención, sino desarrollo de la vida de Cristo que habita por la fe en
nuestros corazones. (Santiago 1:14. Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando
sus propios malos deseos lo arrastran y seducen.) Dice que cada uno de nosotros
vivimos según nuestra naturaleza envenenada contenida en nuestra
concupiscencia (deseos buenos y malos). La concupiscencia, aunque estemos en
Cristo, no puede enseñorearse, ni reinar, pero como un efecto residual, puede
manifestarse, activarse. Las circunstancias externas y los sentimientos internos
buscan activar los deseos de la carne (que para Dios está muerta). Cuando las
tentaciones (externas o internas) seducen los sentidos del alma y estos la
aceptan, da a luz el pecado, y este, llevado a la práctica, conduce a la muerte (de
igual modo como el árbol sedujo a Eva y la atrajo hacia la desobediencia). ¿Cuál
es el ayuno que Dios quiere?
Que ayunemos de toda especie de mal y de todos los deseos de la carne que
batallan contra el alma. La idea no es recluirse para evitar las tentaciones
mundanas, como las ordenes monásticas.

EL PROBLEMA ESTÁ DENTRO NUESTRO

El problema no son las tentaciones, sino los deseos de nuestra constitución


pecaminosa.

“NO SOMOS PECADORES PORQUE PECAMOS. PECAMOS PORQUE


SOMOS PECADORES”.
¿De qué se abstuvo José al ayunar? No de la tentación de la mujer de Potifar,
pero sí del deseo de su carne de estar con ella.

No le dijo solo que no a la mujer ¡sino a su carne! Sujetó los deseos de la carne
(dentro de las limitaciones dispensacionales, ya que la obra de la cruz todavía no
se había efectuado) pero sí, al temor de Dios. ¡Cuánto más nosotros en Cristo!
(Romanos 6:12-13. No permitan que el pecado controle la manera en que viven; no
caigan ante los deseos pecaminosos. No dejen que ninguna parte de su cuerpo se
convierta en un instrumento del mal para servir al pecado. En cambio, entréguense
completamente a Dios, porque antes estaban muertos pero ahora tienen una vida nueva.
Así que usen todo su cuerpo como un instrumento para hacer lo que es correcto para la
gloria de Dios.).

José no dejó reinar el deseo de su carne provocado por la mujer de Potifar. No


obedeció a sus propios deseos, ni presentó su mente, ni su cuerpo a la injusticia.

¡Este es el verdadero ayuno que Dios quiere!

José ayunó (se abstuvo) de los deseos de su carne. El verdadero ayuno es


abstenerse de los deseos de la carne (buenos y malos) de la naturaleza carnal,
porque se oponen a Dios (Romanos 8:6-8. Si vivimos pensando en todo lo malo que
nuestros cuerpos desean, entonces quedaremos separados de Dios. Pero si pensamos sólo
en lo que desea el Espíritu Santo, entonces tendremos vida eterna y paz.).

AYUNO PERMANENTE

Ayunar es abstenerse de ambientes, compañías, pensamientos, deseos, etc., que


nos puedan conducir a la ruina. (1ª Pedro 2:11. Amados hermanos en Cristo, les
hablo como si ustedes fueran extranjeros y estuvieran de paso por este mundo. No hagan
nada que obedezca a sus malos deseos, pues esos deseos los llevarán a la perdición.)
Dice que debemos abstenernos (ayunar) de los deseos demandantes de la carne
(borracheras, glotonerías, avaricia, lujuria, lascivia, contiendas, envidias)
(Romanos 13:13. ¡Ya casi llega el momento! Así que dejemos de pecar, porque pecar
es como vivir en la oscuridad. Hagamos el bien, que es como vivir en la luz. Controlemos
nuestros deseos de hacer lo malo, y comportémonos correctamente, como si todo el
tiempo anduviéramos a plena luz del día. No vayamos a fiestas donde haya desórdenes,
ni nos emborrachemos, ni seamos vulgares, ni tengamos ninguna clase de vicios. No
busquemos pelea ni seamos celosos. Más bien, dejemos que Jesucristo nos proteja.) Que
batallan contra el alma (Gálatas 4:29. En aquel tiempo, el hijo que Abraham tuvo con
Agar perseguía a Isaac, que nació gracias al poder del Espíritu. Y ahora pasa lo mismo:
los que desean seguir bajo el control de la ley nos persiguen a nosotros, que somos los
hijos de la promesa.)

 En esta contienda carne-espíritu, contamos con la asistencia insustituible


del Espíritu Santo.

 No es una batalla para ser librada con nuestras fuerzas (Zacarías 4:6. así
que el ángel me explicó: —Dios le está mandando un mensaje a Zorobabel, y es
el siguiente: “Zorobabel, no hace falta que seas poderoso, ni necesitas un gran
ejército; lo único que necesitas es mi espíritu. Yo soy el Dios todopoderoso, y te
aseguro que así es.)

 Dios nos da en Cristo la capacidad para ser más que vencedores


(Romanos 8:37. En medio de todos nuestros problemas, estamos seguros de
que Jesucristo, quien nos amó, nos dará la victoria total.)
David ayunó por lo que no debía ayunar (2ª Samuel 12:16. David rogó a Dios por el
niño y se negaba a comer o beber. Se fue a su casa y por las noches se quedaba allí
tirado en el suelo, rogándole a Dios que curara al niño.) Hizo un ayuno físico por la
vida del niño, cuando debía haber ayunado antes de pecar es decir, (abstenerse)
de sus deseos y antojos sobre Betsabé, que provocaron una secuela desastrosa
(adulterio, mentira, asesinato). David pensó que el ayuno salvaría al niño, pero
Dios lo llevó a su presencia.

El ayuno de la gracia no es aguantar o soportar el hambre en un templo, casa,


etc., de 8 a 12 horas, o de 8 a 20 horas, o 24 horas, o varios días (para luego
presumir o jactarse de su sacrificio o aguante).

El ayuno de la gracia es abstenernos del mal, de ser tropiezo, de ser indiferentes


ante la necesidad espiritual y física del prójimo. Abstenerse (ayunar) 24 horas de
quejarse, enojarse, estar malhumorado, murmurar, estar descontentos, ser
incrédulos, maltratar a la esposa, esposo, hijos, hermanos.

Pero claro, ¿qué es más fácil? ¿Dejar de comer o dejar toda la lista mencionada
anteriormente? ¡Dejar de comer! ¿Verdad?

Es interesante que en todas las cartas paulinas no haya mención o mandamiento


alguno a ninguna comunidad con algún “programa de ayuno”, pero en cambio, sí
de oración.

EN EL LIBRO DE LOS HECHOS SE REGISTRAN TRES AYUNOS:

1.   (Hechos 13:23. »Dios prometió que un descendiente de David vendría a salvar al
pueblo israelita. Pues bien, ese descendiente de David es Jesús.): Un tiempo
ministrando al Señor para buscar dirección, guía.

2.   (Hechos 14:23. En cada iglesia, Pablo y Bernabé nombraron líderes para que
ayudaran a los seguidores de Jesús. Después de orar y ayunar, ponían las manos sobre
esos líderes y le pedían a Dios que los ayudara, pues ellos habían creído en él.):
Constituir, confirmar ancianos y encomendarlos al Señor.

3. (Hechos 27:21. Como habíamos pasado mucho tiempo sin comer, Pablo se levantó y
les dijo a todos: «Señores, habría sido mejor que me hubieran hecho caso, y que no
hubiéramos salido de la isla de Creta. Así no le habría pasado nada al barco, ni a
nosotros.) Y (Hechos 27 33-34. 33. A la madrugada, Pablo pensó que todos debían
comer algo y les dijo: «Hace dos semanas que sólo se preocupan por lo que pueda pasar,
y no comen nada. 34 Por favor, coman algo. Es necesario que tengan fuerzas, pues
nadie va a morir por causa de este problema.»): Todos en el barco estaban ayunando,
pensando probablemente que esto calmaría la tormenta, pero Pablo en cierto
momento consideró que era inútil y hasta perjudicial para su salud, ya que ante un
inminente naufragio no tendrían fuerzas suficientes para sobrevivir y él mismo
cortó el ayuno físico.
El ayuno no debe ser un “desafío”, el ayuno debe tener como objetivo
agradecimiento, recibir dirección, revelación, quietud, serenidad, claridad y
equilibrio entre espíritu, alma y cuerpo.

Jesús mismo, aunque ayunó 40 días, no les enseñó a sus discípulos que lo
imitaran, ni tampoco que ayunen. Sí les enseñó a orar, pero no a ayunar, al
contrario, fue increpado por los discípulos de Juan el Bautista porque sus
discípulos no ayunaban como ellos y los fariseos en la actual dispensación de la
gracia en: (Mateo 9:14-17. Un día los discípulos de Juan el Bautista se acercaron a
Jesús y le preguntaron: ¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y
los fariseos?

Jesús respondió: ¿Acaso los invitados de una boda están de luto mientras festejan con el
novio? Por supuesto que no, pero un día el novio será llevado, y entonces sí ayunarán.

(Mateo 9:15 y entonces sí Ayunarán: Los judíos acostumbraban ayunar cuando moría
algún familiar o algún amigo, o cuando sufrían alguna desgracia personal o nacional.
Por eso aquí el ayuno aparece en relación con la tristeza, aunque en este caso Jesús se
refiere a su propia muerte.)

Continúa el señor Jesús diciendo: Además, ¿a quién se le ocurriría remendar una


prenda vieja con tela nueva? Pues el remiendo nuevo encogería y se desprendería de la
tela vieja, lo cual dejaría una rotura aún mayor que la anterior.

Y nadie pone vino nuevo en cueros viejos. Pues los cueros viejos se reventarían por la
presión y el vino se derramaría, y los cueros quedarían arruinados. El vino nuevo se
guarda en cueros nuevos para preservar a ambos). No existen registros de que Jesús
lo hiciera posteriormente.

Aun en el pasaje de (Mateo 17:21. Pero este tipo de demonio no sale a menos que uno
haya orado y ayunado.) En otras versiones se aclara que esta frase no fue
encontrada en los manuscritos más antiguos de los (siglos IV y V). Y fue agregada
posteriormente.

En la Nueva Versión Internacional (NVI), Mateo directamente pasa del vs. 20 al vs.
22 el verso 21 no existe

En la “Gran Comisión”, su orden es “En mi nombre echarán fuera demonios”, y no


por ayunos o “conjuros exorcistas. Porque si su poder o autoridad se obtuviera o
agrandara por horas o días de oración y ayuno, entonces, por demás murió Él en
la cruz (Gálatas 2:21. En la Nueva Traducción Viviente (NTV). Yo no tomo la
gracia de Dios como algo sin sentido. Pues, si cumplir la ley pudiera hacernos justos
ante Dios, entonces no habría sido necesario que Cristo muriera.)

No agradamos a Dios por lo que hacemos sino por lo que creemos, porque sin fe
es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6. Porque a Dios no le gusta que no
confiemos en él. Para ser amigos de Dios, hay que creer que él existe y que sabe premiar
a los que buscan su amistad.).
El verdadero ayuno no es para mortificar la carne, porque su práctica aún la aviva
y potencia los deseos que hay en ella. Este tipo de rutinas o ejercicios religiosos,
como dice Pablo en (Colosenses 2:23. No se puede negar que son útiles, porque
enseñan acerca de la conducta religiosa, la humildad y el dominio del cuerpo. Pero lo
cierto es que no ayudan a combatir los malos deseos de nuestra naturaleza humana.): El
verdadero ayuno es para disfrutar un tiempo en su presencia y recibir revelación,
dirección, serenidad, quietud, en todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo.

Es un momento, como dice en las acotaciones de varios Salmos de


Selah: “deténgase, piense y medite”.

¡PONGAMOS EN PRÁCTICA EL AYUNO DE LA GRACIA!

Manifestemos y desarrollemos la vida de Cristo que habita por la fe en nuestros


corazones y experimentaremos uno de los avivamientos más extraordinarios.

Un avivamiento de adentro hacia afuera, que afectará nuestras vidas y


nuestro entorno.

EL AYUNO QUE A DIOS LE AGRADA

Isaías: 58:7:12. »El ayuno que a mí me agrada es que liberen a los presos encadenados
injustamente, es que liberen a los esclavos, es que dejen en libertad a los maltratados y
que acaben con toda injusticia; es que compartan el pan con los que tienen hambre, es
que den refugio a los pobres, vistan a los que no tienen ropa, y ayuden a los demás.

»Los que ayunan así brillarán como la luz de la aurora, y sus heridas sanarán muy
pronto. Delante de ellos irá la justicia y detrás de ellos, la protección de Dios.

»Si me llaman, yo les responderé; si gritan pidiendo ayuda, yo les diré: “Aquí estoy”. Si
dejan de maltratar a los demás, y no los insultan ni los maldicen; si ofrecen su pan al
hambriento y ayudan a los que sufren, brillarán como luz en la oscuridad, como la luz
del mediodía.

»Yo los guiaré constantemente, les daré agua en el calor del desierto, daré fuerzas a su
cuerpo, y serán como un jardín bien regado, como una corriente de agua. Reconstruirán
las ruinas antiguas, reforzarán los cimientos antiguos, y los llamarán: “Reparadores de
muros caídos”, “Reconstructores de casas en ruinas”.

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