Principios Procesales

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PRINCIPIOS

PROCESALES
PRINCIPIOS DEL CODIGO PROCESAL CIVIL
PERUANO

Según Peirano, tenemos que los principios procesales son concebidas como
construcciones jurídicos normativos de carácter subsidiario, se aplican ante
vacíos de la Ley procesal. También se dice que los principios son
fundamentos, fuente supletoria. Los principios procesales sirven de guía, son
pilares básicos sobre los que se orienta una determinada concepción del
derecho. No son verdades inmutables (son relativos, no absolutos). Los
principios procesales no son verdades absolutas, pueden modificarse en el
tiempo.
El juez aplica las categorías jurídicas, llamados principios, adecuándolos al
caso concreto. Los principios procesales acogidos en el título preliminar son de
tendencia publicista. Los principios procesales son pautas orientadoras de su
decisión, estos principios se someten de acuerdo a las necesidades y los
intereses sociales al tiempo de su uso.

TITULO PRELIMINAR

ARTÍCULO I: DERECHO A LA TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA.


Toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional efectiva para el
ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a un debido
proceso.

“El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva es inherente a toda persona por el


solo hecho de serlo. Constituye la manifestación concreta de porque la función
jurisdiccional es, además de un poder, es un deber del Estado, en tanto no
puede excusarse de conceder tutela jurídica a todo el que lo solicite”, según
Víctor Ticono. Jesús Gonzales Pérez, señala que “el derecho a la tutela
jurisdiccional es el derecho de toda persona a que se le haga justicia, a que
cuando pretenda algo de otra, esta pretensión sea atendida por un órgano
jurisdiccional, a través de un proceso con unas garantías mínimas.
El debido proceso, es el derecho de todo justiciable, iniciar o participar, en un
proceso y que en su transcurso el derecho de ser oído, de alegar, de probar,
impugnar. Se manifiesta de dos maneras. El derecho de acción y el derecho de
contradicción.
EL DERECHO DE ACCION.- Toda persona, sujeto de derechos, se encuentra
en aptitud de exigir al estado tutela jurisdiccional para un caso concreto, sea
conflicto de intereses o incertidumbre jurídica. Este derecho se caracteriza por
ser público, abstracto y autónomo.
EL DERECHO DE CONTRADICCION.- Al igual que el derecho de acción, es
una expresión del derecho a la tutela jurisdiccional. Es un derecho subjetivo,
público y abstracto y autónomo que permite a un sujeto de derechos
emplazado exigirle al estado le preste tutela jurisdiccional.
DERECHO AL DEBIDO PROCESO.- Que corresponde a todo justiciable, sea
demandante o demandado, para actuar en un proceso justo, imparcial; ante
juez independiente, responsable, competente con un mínimo de garantías.

ARTÍCULO II: PRINCIPIO DE DIRECCIÓN E IMPULSO DEL PROCESO.


La Dirección del proceso está a cargo del juez, quien la ejerce de acuerdo
a lo dispuesto en este código. El juez debe impulsar el proceso por si
mismo, siendo responsable de cualquier demora ocasionada por su
negligencia. Están exceptuados del impulso de oficio los casos
expresamente señalados en este código.

Denominado también principio de autoridad. Este principio históricamente,


limitó los excesos del principio dispositivo. Este principio es expresión del
sistema publicístico, medio a través del cual el Estado hace efectivo el derecho
objetivo vigente, concretando de paso la paz social en justicia. CHIOVENDA:
“El Juez no puede conservar una actitud pasiva que antes tuvo en el proceso.
En un principio del derecho público moderno que el Estado hallase interesado
en el proceso civil; el juez debe estar provisto de una autoridad que careció
antes. El principio de impulso procesal por parte del Juez es una manifestación
concreta del principio de Dirección. Este principio consiste en la aptitud que
tiene el Juez para conducir autónomamente el proceso, vale decir sin
necesidad de intervención de las partes, a la consecución de los fines..
Juan Monroy nos dice que el principio de dirección judicial del proceso recibe
también el nombre de principio de autoridad del juez. El Principio de Dirección
de dirección judicial es la expresión que mejor caracteriza al sistema
publicístico, aquel en el cual –como ya se expresó- el juez tiene durante el
desarrollo de la actividad procesal un rol totalmente pasivo, previsto solo para
legitimar la actividad de las partes. Y ¿quién es el Juez?, es la persona que
está investida por el Estado de la potestad de administrar justicia. Podemos
considerar que la Dirección del proceso es un deber, no de carácter funcional,
sino de carácter procesal.

DEBERES PROCESALES DE DIRECCIÓN:


- Mantener la igualdad entre las partes
- Excusarse mediando causal (tercero en la relación litigiosa)
- Prevenir y sancionar todo acto contrario al deber de veracidad, probidad,
lealtad y buena fe.
- Procurar la conciliación de las partes
ARTICULO III – FINES DEL PROCESO E INTEGRACION DE LA NORMA
PROCESAL.
El Juez deberá atender a que la finalidad concreta del proceso es resolver
un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas con
relevancia jurídica, haciendo efectivo los derechos sustanciales, y que su
finalidad abstracta es lograr la paz social en justicia.

En caso de vacío o defecto en las disposiciones de este código se deberá


recurrir a los principios generales del derecho procesal y a la doctrina y
jurisprudencia correspondiente, en atención a las circunstancias del caso. Las
partes son las naturales impulsores del proceso, no se descarta ni reduce la
importancia de la actividad de las partes. En el código de Napoleón “deber de
fallar”. De allí que “las lagunas de la ley” debieron ser cubiertas por el Juez en
base a la búsqueda de lo que se ha dado en llamar el espíritu de la ley.
El Juez para solucionar un conflicto de intereses, cubriendo los vacíos o
defectos en la norma procesal (lagunas) en base a ciertos recursos
metodológicos y a un orden establecido de éstas, consistente en recurrir
inicialmente a los principios generales del derecho Procesal, luego a la doctrina
y a la jurisprudencia respectivamente.
a) FINALIDAD CONCRETA: La finalidad concreta del proceso contencioso es
de resolver un conflicto de intereses (solucionar o componer un litigio), mientras
que la finalidad de un proceso no contencioso es la de eliminar una
incertidumbre jurídica.
b) FINALIDAD ABSTRACTA: El fin que persigue el proceso, sea contencioso o
no contencioso, es lograr la paz social en justicia. “Entonces una vez que la litis
se presenta ante el juez, vía demanda del actor, el proceso desde que se
instaure hasta que termine debe procurar promover la paz social en justicia; en
la sentencia el juez al resolver el conflicto de intereses o eliminar una
incertidumbre jurídica debe tener presente estás dos finalidades”.

ARTÍCULO IV. PRINCIPIO DE INICIATIVA DE PARTE Y DE CONDUCTA


PROCESAL.
El proceso de promueve sólo a iniciativa de parte, la que invocará interés
y legitimidad para obrar.
No requiere invocarlo el Ministerio Público, el procurador oficioso, ni
quien defiende intereses difusos. Las partes, sus representantes, sus
abogados y, en general, todos los partícipes en el proceso, adecúan su
conducta a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y Buena fe.
El Juez tiene el deber de impedir y sancionar cualquier conducta ilícita o
dilatoria.

Siempre será indispensable que una persona ejerza su derecho de acción


como punto de partida de la actividad jurisdiccional del estado.
“Nemo iudex sine actore”, no hay juez sin actor. La iniciativa de parte suele
denominarse también en la doctrina como “Principio de la demanda privada”,
para significar la necesidad que sea una persona distinta al juez quien solicite
tutela jurídica CARNELUTTI, señala que “la iniciativa de las partes es
indispensable no sólo para pedir al juez la providencia, sino también para poner
ante su vista los hechos de la causa”. Dentro de una concepción clásica, la
norma exige, que quien ejercita su derecho de acción afirme que tiene interés
y legitimad para obras; es decir que invoque que su conflicto no tiene otra
solución que sea la intervención del órgano jurisdiccional y, así mismo, que el
proceso se desarrolla entre las mismas personas que forman parte del conflicto
material o real que dio lugar al proceso.
La iniciativa de parte, señala TICONA, “significa que una persona diferente al
juez, debe ejercitar el derecho de acción, interponiendo la respectiva demanda,
para que el proceso se inicie. Propiamente la parte que sobreviene en
demandante, es la que ejercita el derecho de acción; por consiguiente dicha
parte puede estar constituido por una o varias personas, naturales y/o
jurídicas”. Estas categorías procesales, el interés y la legitimidad para obrar,
conforman lo que en doctrina se conoce con el nombre de Condiciones de la
acción, que son presupuestos necesarios para que el juez pueda expedir un
pronunciamiento válido sobre el fondo.
LA CONDUCTA PROCESAL.- Conjuntos de principios destinados a regular la
corrección de los intervinientes en el proceso, para lo cual se ha incorporado
una serie de sanciones que aseguren la vigencia real de este principio.
Sanción pecuniaria, resarcir los perjuicios ocasionados.
a) La lealtad.-Es el cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las
del honor.
b) La probidad.- Es la honradez e integridad en el obrar, la rectitud de ánimo.
c) La buena fe.- Es la honradez, rectitud, el buen proceder. Una conducta sin
intención de dañar dolosamente.
d) La veracidad.- Es la actuación y expresión con arreglo a la verdad de los
hechos y las cosas. Actuar dentro de la verdad.

ARTÍCULO V. PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN, CONCENTRACIÓN,


ECONOMIA Y CELERIDAD PROCESAL.
Las audiencias y la actuación de los medios probatorios se realizan ante
el juez, siendo indelegables bajo sanción de nulidad. Se exceptúan las
actuaciones procesales por comisión.
El proceso se realiza procurando que su desarrollo ocurra en el menor
número de actos procesales.
El Juez dirige el proceso tendiendo a una solución de los actos
procesales, sin afectar el carácter imperativo de las actuaciones que lo
requieran.
La actividad procesal se realiza diligentemente y dentro de los plazos
establecidos, debiendo el Juez, a través de los auxiliares bajo su
dirección, tomar las medidas necesarias para lograr una pronta y eficaz
solución del conflicto de intereses o incertidumbre jurídica.

- El principio de inmediación tiene por objeto que el juez, quien va en definitiva


a resolver el conflicto de intereses o la incertidumbre jurídica, tenga el mayor
contacto posible con todos los elementos subjetivos (intervinientes) y objetivos
(documentos, lugares, etc) que conforman el proceso. La idea es que tal
cercanía le puede proporcionar mayores o mejores elementos de convicción
para expedir un fallo que se adecúe a lo que realmente ocurrió, es decir, a la
obtención de un fallo justo. El Juez está en contacto directo con las partes, las
pruebas, la oralidad (contacto juez y protagonista).
- El principio de concentración: el juez debe regular y limitar la realización de
actos procesales, integrar el proceso que dará al Juez una visión de conjunto
del conflicto que va a resolver. LINO ENRIQUE PALACIOS, Señala “El principio
de concentración apunta a la abreviación del proceso mediante la reunión de
toda actividad procesal en la menor cantidad de actos y a evitar, por
consiguiente, la dispensión de dicha actividad”.
- El principio de economía procesal, es mucho más trascendente de lo que
comúnmente se cree. El concepto de economía procesal, en su acepción de
ahorro, está referido a su vez a tres áreas distintas: tiempo, gasto y esfuerzo.
Tiempo, La urgencia de acabar pronto el proceso y por otra la urgencia del otro
por prolongarlo. Debe ser ni tan lento, ni tan expedito. Gasto, las desigualdades
económicas no deben ser determinantes. La necesidad de los costos del
proceso no impida que las partes hagan efectivo todos sus derechos. Esfuerzo,
posibilitar de concretar los fines del proceso evitando la realización de actos
innecesarios para el objetivo deseado, simplificar, la economía de esfuerzo.
- El principio de celeridad, es la expresión concreta de la economía por razón
de tiempo. Los plazos, normas expeditas y sancionadoras de la dilación
innecesaria. Una justicia tardía no es justicia.

ARTÍCULO VI: PRINCIPIO DELA SOCIALIZACIÓN DEL PROCESO.


El Juez debe evitar que la desigualdad entre las personas por razones de
sexo, raza, religión, idioma o condición social, política o económica,
afecte el desarrollo o resultado del proceso.

Hubo una influencia de la filosofía individualista en el derecho, la tesis “igualdad


de las personas ante la ley”; sin embargo cuando la estratificación no tiene ya
un sustento divino, ni legal, este postulado deviene en discutible.
Es discutible que la Ley trate igual a todos, cuando en la realidad existen
profundos desigualdades por diversas razones: sexo, lo económico, lo social,
etc.
En un Proceso civil privatístico, como el nuestro, la actuación de los medios
probatorios tiene un costo (inspección ocular), esta última consideramos vital
para la solución de la litis, depende de las posibilidades económicas del
litigante.
La estrategia procesal a utilizarse respecto de una determinada pretensión o
defensa, depende de la calida técnica del abogado, y en una sociedad de
consumo, el abogado de calidad está ligada a su pretensión por concepto de
honorarios.
- la orientación publicística del código procesal civil, el Juez director del proceso
no sólo conducirá éste por sendero que haga más asequible la oportunidad de
expedir que la desigualdad en que las partes concurren al proceso, sea un
factor determinante para que los actos procesales o la decisión final tenga una
orientación que repugne el valor de justicia.
VICTOR TICONA POSTIGO: El proceso civil se rige estrictamente por el
principio de igualdad procesa de las partes, que exige que las partes tengan
dentro del proceso el mismo trato encontrándose en la misma situación
procesal. Es decir, en igual situación, igual derecho u obligación. Este principio
deriva de un principio más genérico: el principio de la igualdad jurídica ante la
Ley.
CAPPLLETTI: “El Juez no puede ir más allá de las conclusiones de la partes,
ni puede fundar su juicio sobre hechos diversos de los que han sido alegados
en su instancia”.

ARTÍCULO VII: JUEZ Y DERECHO


El juez debe aplicar el derecho que corresponde al Proceso, aunque no
haya sido invocado por las partes o la haya sido erróneamente. Sin
embargo, no pede ir más allá del petitorio, ni fundar su decisión en
hechos diversos de los que han sido alegados por las partes.

El aforismo “iura novit curia” permite al juez que aplica la norma jurídica que
corresponda a la situación concreta, cuando las partes la hayan invocado
erróneamente o no lo hayan invocado. El juez tiene el mejor conocimiento del
derecho que las partes, y aplica la norma más conveniente al caso concreto.
Si el Juez es el representante del Estado en un proceso, y este (estado) es el
creador de la norma jurídica, entonces no debe dudarse que su representante
(el Juez) es la persona más indicada para identificar y aplicar la norma
concreta.
Se aplica en 2 supuestos: cuando las partes han invocado erróneamente la
norma, y cuando no han invocado la norma.
El aforismo impone al Juez el deber de aplicar el derecho que corresponde en
el proceso, es decir, durante todo su recorrido y no respecto a un determinado
acto procesal como la demanda. Hay situaciones a pesar de la invocación
errónea o inexistente el Derecho; no es permisible la intervención del Juez,
porque con ella distorsionaría su calidad de terceros, es decir afectaría su
imparcialidad. El Juez no puede modificar el petitorio, o incorporar hechos
propuestos.
ARTÍCULO VIII: PRINCIPIO DE GRATUIDAD EN EL ACCESO A LA
JUSTICIA.
El acceso al servicio de justicia es gratuito, sin perjuicio del pago de
costos, costas y multas establecidas en este código y disposiciones
administrativas del poder judicial.

Se desconoce en qué país pudiese haber una justicia civil gratuito, ya que la
justicia, no como valor, sino intento de realización humana es un servicio. El
servicio de justicia es tan importante y básico como cualquier otro servicio
público. La justicia es un servicio público imposible de ser privatizado.
La norma segura los mecanismos de financiamiento (autotofinanciamiento) y
que son soportados, en función del uso pertinente y necesario que del proceso
hagan las partes. Soportará el costo en mayor medida quien sea declarado
perdedor en un proceso; y por otro, financiará el sistema judicial quien utilice
maliciosamente o quien manifieste una conducta reñida con los valores éticos
que sostienen el proceso. El costo de la actividad procesal no debe estar
presente en su iniciación, no debe efectuar el derecho de reunión a un órgano
jurisdiccional.
Como principios general el código establece que el Estado concede
gratuitamente la prestación jurisdiccional, sin perjuicio de que el litigante de
mala fe, deba abonar las costas, costos y las multas que para cada caso
específico establece la Ley (artículos 410, 411, 412 y 112).

ARTÍCULO IX: PRINCIPIO DE VINCULACIÓN Y FORMALIDAD.


Las normas procesales contenidas en este código son de carácter
imperativo, salvo regulación permisiva en contrario. La formalidades
previstas es este código son imperativas. Sin embargo, el juez adecuará
su exigencia al logro de los fines del proceso. Cuando no se señale una
formalidad específica para la realización de un acto procesal, este se
reputará válido cualquiera sea la empleada.

Dado que la actividad judicial es una función pública realizada con exclusividad
por el Estado, las normas procesales que regulan la conducta de los
intervinientes en el proceso y las ciencias que las integra son de derecho
público.
Pero el que las normas procesales sean de derecho público no implica, como
resulta evidente, que sean de orden público.
Las normas procesales tienen carácter imperativo como principio, salvo que la
misma norma regule que algunas de ellas no tiene tal calidad. Es decir son de
derecho Público, pero no necesariamente de orden público.
En el segundo párrafo, referido al principio de elasticidad, el juez está la aptitud
de adecuar la exigencia de cumplir con estos requisitos formales a 2 objetos
más trascendentes: la solución del conflicto de intereses o incertidumbre
jurídica y la paz social en justicia.

ARTÍCULO X: PRINCIPIO DE DOBLE INSTANCIA


El proceso tiene dos instancias, salvo disposición legal distinto.

En algunos países existe la instancia única, por la demanda masiva de


servicios de justicia, pero son aquellos que han logrado una considerable
evolución del derecho y del proceso, así como un elevado desarrollo en la
solución de sus problemas básicos, sin embargo en el Perú no sería oportuno
concretar legítimamente procesos de instancia única.
El artículo X consagra el principio de la doble instancia para todos los procesos.
Actualmente en el Perú los procesos transcurren por 3 instancias, siguiendo el
modelo germánico de hace muchos siglos.
El código procesal establece como regla general que el proceso tiene dos
instancias dentro de los cuales se ventila y se resuelve el conflicto de intereses
o la incertidumbre jurídica, ambas con trascendencia jurídica. La doble
instancia es renunciable expresa o tácitamente.
PRINCIPIOS DEL CÓDIGO
PROCESAL CIVIL

ART I: derecho a la tutela jurisdiccional efectiva

ART II – principio de dirección e impulso del


proceso

ART III – fines del proceso e integracion de la norma


procesal

ART IV – principio de iniciativa de parte y de


conducta procesal

ART V – principio de inmediación, concentración,


economia y celeridad procesal

ART VI – principio dela socialización del


proceso

ART VII – juez y derecho

ART VIII – principio de gratuidad en el acceso


a la justiciadubio pro reo

ART IX – principio de vinculación y formalidad

ART X – principio de doble instancia

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