Rorty, Etica para Laicos

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 2

Rorty, R. (2009). Una ética para laicos. Katz Editores.

Presentación de G. Vattimo

Para estos autores, la filosofía no es una representación fiel de la realidad, ni una


validación de las estructuras con las cuales nos representamos la realidad; no se
trata sólo de cómo es sino como queremos que sea.

Espiritualidad y secularismo

Rorty, a propósito de la postura moral de la Iglesia Católica, se pregunta si existe


algo tal como una estructura de la existencia humana, como una entidad
transcendente que es punto de referencia moral o si por el contrario, como seres
humanos, nuestra obligación moral consiste simplemente en ayudarnos
alternativamente a alcanzar la mayor felicidad posible. Las acciones de justica
social, heroicas y altruistas, parecen no ser incompatibles con la inexistencia de
dicha estructura. Para la iglesia católica, posturas como las de J. S. Mill reducen al
ser humano al rango de un animal.

Retomando a Santayana, la superstición es la confusión de un ideal con el poder,


es decir, creer que cualquier idea debe estar fundada sobre algo ya existente,
sobre algo que se trascendente. Religión y poesía son idénticas en esencia, la
única fuente de ideales morales es la imaginación humana.

Dedicarse a un ideal moral es como dedicarse a otro ser humano, no hace falta
interrogarse por el origen del afecto para procurar el bien al otro. El problema es
que la filosofía occidental, al igual que la teología cristiana, es un intento de
ponernos en contacto con algo más grande que nosotros mismos.
Aceptar la idea de Santayana es rechazar la ontoteologia (así nombrada por
Heiddeger), lo que significa “dejar ya de plantearse ya sea preguntas metafísicas
acerca del fundamento o el origen de nuestros ideales, y a preguntas
epistemológicas acerca de cómo uno puede estar seguro de haber elegido el ideal
correcto”. Esta idea es contraria a la tradición filosófica fundada por Sócrates y
Platón, en el sentido de que “lanzarse simplemente a la concreción de un proyecto
equivale a volverse una criatura de voluntad ciega”.

Para Rorty, el relativismo consiste en dejarse llevar por el viento, es decir, abrirnos
a la posibilidad de tomar en consideración todas aquellas sugerencias acerca de lo
que podría aumentar la felicidad humana, pero no significa que cualquier postura
sea válida. Por el contrario, el fundamentalismo considera que los ideales son
válidos si están fundados sobre la realidad. El relativismo es la negación del
fundamentalismo. La democracia se funda sobre la idea de que ninguna verdad es
sagrada porque puede discutirse cualquier cosa.

La espiritualidad es la esperanza de trascendencia de la finitud, es la esperanza


de un mundo donde los seres humanos lleven vidas más felices.

(William James) Cualquier deseo tiene derecho a volverse realidad a condición de


que no interfiera con la realización de otros deseos. Contrariamente, a la idea de
realización de ciertos deseos y de ciertas acciones. Pero ni razón (filosofía) ni
experiencia (historia) son suficientes para sostener una postura u otra. Pero
ambas han inspirado actos de heroísmo moral.

Bibliografía
Rorty, R. (2009). Una ética para laicos. Madrid: Katz editores.

También podría gustarte