Ensayo Dictadura de Gustavo Rojas Pinilla

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Gustavo Rojas Pinilla, la

única dictadura del país en


el siglo XX
Gustavo Rojas Pinilla llegó al poder. Lo hizo en un golpe de estado incruento, apoyado por
los liberales y los conservadores no laureanistas. Su misión era acabar con la Violencia y
pacificar el país, y para lograrlo contaba con un gran apoyo político y popular.
La brillante carrera militar de Rojas, que logro el grado de teniente general, y que lo hizo
presidente o dictador desde el 13 de junio de 1953, nacen a raíz de la violencia bipartidista
que se desató con la muerte de Gaitán y que se fue agudizando con la aparición de las
guerrillas liberales y comunistas, además de la auto marginación de los liberales de los
gobiernos conservadores. El vacío de poder garantizo la eficacia del golpe, pero para
perpetuarse en el poder decide llamar a la Asamblea constituyente de Gómez para que
legitime el golpe por medio del Acto Legislativo No.1 del 18 de junio de 1953, que entre
otras decreto la vacancia del cargo presidencial y el nombramiento del General Rojas el 13
de junio de 1953 quien ejercería el cargo hasta el 7 de Agosto de 1954, sin embargo, luego
de estos hechos coyunturales la Asamblea era frecuentemente cambiada por Rojas y por las
tres fuerzas políticas que acordaban su constitución, la cual contaba con una mayoría
conservadora del ala de Ospina Pérez. Gracias a la eficiencia del nuevo general, el 15 de
Septiembre de 1953, se realiza un armisticio con las guerrillas Liberales, lo que permite que
influencie una nueva reelección que iniciaría a partir del 3 de Agosto de 1954.
Rojas inició su mandato con un ambicioso plan de obras públicas, financiado por la
bonanza cafetera de 1954. Gracias a ese programa se construyeron la siderúrgica de Paz del
Río, una red de hospitales en todo al país, 35 mil nuevas viviendas y numerosos
aeropuertos, entre otras realizaciones.
Además, los jefes políticos de los dos partidos comenzaron a rebelarse. Según el historiador
David Bushnell, los políticos de siempre "desconfiaron de la política socioeconómica" de
Rojas, pero sobre todo resintieron estar lejos del poder. El descontento pronto se hizo
evidente y el régimen comenzó a mostrar mano de hierro.
El 9 de junio de 1954, el estudiante Uriel Gutiérrez fue asesinado por balas militares a las
puertas de la U. Nacional, lo que causó una gigantesca protesta estudiantil en la que otros
nueve universitarios fueron baleados. Y el 3 de agosto de 1955, el dictador cerró EL
TIEMPO, El Espectador y El Siglo.
Pero, tal como ocurrió con Laureano Gómez, el recrudecimiento de la Violencia fue la gota
que rebosó la copa.
Los militares, al ver que el país les da la espalda, le piden a Rojas que entregue el poder en
1958. La presión de todos los sectores forzará al Supremo Jefe a ceder su silla a una Junta
Militar presidida por el general Gabriel París, que convocará a elecciones en ese año.
Los diálogos entre los conservadores, inicialmente liderados por Laureano Gómez y
seguido más tarde por Mariano Ospina Pérez, y liberales, liderados por Alberto Lleras
Camargo, para calmar los odios y diferencias fue preparando el camino para lo que se
llamaría el Frente Nacional. Primero fue el Pacto de Benidorm del 24 de julio de 1956 en
donde reconocieron la responsabilidad compartida en la decadencia de la democracia y
empezaron a buscar la fórmula igualitaria; luego el pacto del 20 de marzo de 1959, en
donde se oponen firmemente a la reelección de Rojas para el periodo siguiente y apoyan las
elecciones libres; luego la declaración de Sitges, en donde confirman que los dos partidos
compartirían el poder en partes iguales durante 16 años y la presidencia se alternaría cada
cuatro años entre los dos partidos.
En noviembre de 1956 Mariano Ospina Pérez renuncia a la dirección de la Asamblea
Nacional Constituyente como protesta al intento de Rojas de poner 25 miembros más en la
Asamblea para asegurarse la reelección. Presidida por Lucio Pabón Núñez, la ANAC fue
convocada el 22 de marzo, pero los miembros de la oposición, liderados por Guillermo
León Valencia elegido como candidato presidencial bipartidista, según lo pactado en
Benidorm, para oponer resistencia al deseo de reelección de Rojas Pinilla, abandonaron las
deliberaciones pues no se les permitió leer el manifiesto bipartidista en el cual seis
expresidentes señalaban que Valencia era el jefe del movimiento contra el gobierno. Los
miembros de la ANAC leales al gobierno disolvieron la Constituyente, que fue convocada
nuevamente para el 11 de abril, pero con nuevos y complejos sistemas de elección que
aseguraban total fidelidad al gobierno y absoluta exclusión de la oposición. Reunida la
nueva Constituyente, en su primera sesión del 30 de abril de 1957 se presentó la moción
para reelegir al jefe supremo por cuatro años más, luego de que expirara su periodo el 7 de
agosto de 1958.
Esto desencadenó una oposición todavía más agresiva contra el gobierno, sobre todo
cuando Guillermo León Valencia el 1 de mayo fue puesto bajo arresto domiciliario en la
casa donde se hospedaba en Cali, y es llevado a Bogotá el 3 de mayo. Valencia y el jefe
liberal de la oposición, Alberto Lleras Camargo, acordaron entonces anticipar los planes de
derrocar a Rojas y a su gobierno a través de manifestaciones estudiantiles, un cierre general
de la industria, comercio, banca, etc., y huelgas, acciones que estaban previstas para junio o
tal vez un poco después. Sin embargo los acontecimientos se desencadenaron con la
detención de Valencia.61 A su vez, Rojas Pinilla usa la explosión de los camiones de
dinamita en Cali en la madrugada del 7 de agosto de 1956 para atacar a los pactos
bipartidistas de conspiradores y responsables de dicho incidente aunque por otro lado su
hija María Eugenia encabezaba las ayudas a los damnificados a nombre del Sendas.62 Por
otra parte las guerrillas que no se habían acogido a la amnistía o habían vuelto a las armas
se desempeñaron como bandoleros.
La reelección de Rojas no se llevó a cabo ya que los partidos, la Iglesia, los estudiantes, la
banca, la industria y los sindicatos declararon un paro nacional desde el 6 de mayo en
contra de su reelección, paro conocido como las jornadas de mayo. En la madrugada del 10
de mayo de 1957 Rojas aceptó retirarse y en su sustitución nombró un gobierno militar de
transición. A las 9:30 de la mañana anunció su renuncia a todo el país a través de la Radio
Nacional de Colombia, acordó los miembros de la Junta Militar y partió al exilio ese mismo
día a España, la misma nación que albergaba a Laureano Gómez, derrocado por Rojas
Pinilla cuatro años atrás, aunque otra versión sugiere que Rojas se exilió en República
Dominicana bajo asilo político de Hector Bienvenido Trujillo, hermano y títere del dictador
Rafael Leónidas Trujillo. La Junta militar tomó posesión el mes siguiente y disolvió la
Asamblea y la ciudadanía celebró con júbilo la caída de Rojas.
Rojas murió el 17 de enero de 1975 en su finca a orillas del río Sumapaz en Melgar a
consecuencia de una complicación cardio-renal que le produjo un infarto.7374 Su cadáver
fue trasladado a Bogotá el mismo día en un avión de la Fuerza Aérea Colombiana. Tras
llegar al aeropuerto El Dorado, el ataúd fue trasladado a la residencia de la familia Rojas en
la carrera 15 con calle 39 en Teusaquillo.
Tras ser embalsamado estuvo en cámara ardiente en el Capitolio Nacional.75 Las
ceremonias religiosas fúnebres fueron oficiadas por Aníbal Muñoz Duque en la Catedral
primada de Colombia. Luego fue enterrado en el Cementerio Central de Bogotá.
El entonces presidente de Colombia Alfonso López Michelsen, reconoció “sus esfuerzos en
favor de la paz, por medio de la amnistía que concedió a los alzados en armas, a raíz del 13
de junio, y el modo como supeditó consideraciones de carácter personal a las conveniencias
públicas, a raíz de la elección presidencial de 1970”
Frente Nacional
Entre 1956 y 1957, los jefes de los dos partidos firmaron los pactos de Benidorm y Sitges,
en los que acordaron derrocar la dictadura y alternarse en el poder cada cuatro años.
Conclusiones:
- El caso de Rojas Pinilla, es un caso emblemático en América Latina, aunque no el
único, pero si es una forma recurrente que se dará en Suramérica, esta podría
encontrar explicaciones en la colonia misma, en la subjetividad que enmarca el
conocimiento histórico (Zemelman, 2006) en el como la herencia, la cultura, la
religión, el mito, el idioma, la educación y ante todo la ideología plantada en cada
uno de los latinoamericanos, marco el comportamiento a futuro. Este se enmarca en
el miedo, el orden, la culpa, el trabajo, el desarrollo y la acumulación, todos ellos
transmitidos de generación en generación, que se ha visto agobiada por aquellos que
inicialmente se consideraban conquistadores, superiores, salvadores y humanos.
Estos últimos dominan, exigen, asustan, imponen condiciones, marcan metas a
cumplir. Mientras aquellos que se han perpetuado en las clases dominadas,
continúan con temor, esperando un salvador que se presenta a manera de dictador,
de líder, de experto, de profesional o religioso, que lanza un salvavidas para
aquellos desamparados que aún no son capaces de pensar por sí mismos y que aún
hoy esperan que sean otros quienes decidan por ellos.
- La dictadura se caracterizó por tener un constante enfrentamiento con la prensa, ya
que cuestionaban su dictadura.
- Un referendo nacional a principios de octubre de 2016 debía otorgarle al gobierno la
legitimidad democrática: la aprobación era prácticamente segura. Pero entonces
sucede lo increíble: por una ajustadísima mayoría, la población colombiana rechaza
el acuerdo con los rebeldes de las FARC.
- Además de traer la televisión, construyó el aeropuerto y la avenida El Dorado, el
Hospital Militar Central, el Centro Administrativo Nacional (CAN), le dio estatus
de Distrito Especial a Bogotá y creó el Sena. En el terreno político, puso fin a la
época que se llamó la Violencia y reconoció, en 1954, el derecho al voto a las
mujeres.
- La noche del jueves 9 fue intensa. Los dirigentes de los partidos liberal y
conservador llegaron a un acuerdo final con la cúpula militar: renuncia del general
Rojas, designación de una Junta Militar de transición y convocatoria a elecciones,
entre otros puntos.
- A las 3:30 de la madrugada del viernes 10 de mayo, Rojas se rindió. Dijo que se iba
sin pelear porque no quería ver sangre. Salió del Palacio de San Carlos bajo una fría
lluvia. A las seis de la mañana, como lo muestran las fotos de INTERMEDIO, una
multitud corría por la séptima a celebrar. ‘Quinientas mil personas en manifestación
permanente’, tituló el periódico.
- El gobierno de Rojas Pinilla trajo sus altibajos, ya que trajo avances a pasos
agigantados, pero el pueblo colombiano no estaba dispuesto a vivir bajo una
dictadura.

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