Cuento de Navidad

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CUENTO DE NAVIDAD

   
Narrador Era la época de Navidad en La ciudad de México. Vivía allí un hombre
llamado Roberto Hernández. Era un hombre muy trabajador, pero al
mismo tiempo era una persona malvada, codiciosa, cruel y tacaña,
que no sabía qué significaba la generosidad. Un día antes de Navidad,
Roberto y su empleado, Francisco "panchito" Martínez, se
encontraban trabajando en su oficina. Como de costumbre, Roberto
estaba contando su dinero, mientras panchito contaba los minutos
para regresar a su hogar con su familia. 

Don panchito (pensando) Tengo mucho frío en esta oficina, pero el Sr. Roberto no
quiere que encienda la estufa, dice que es un desperdicio de dinero.

Narrador De pronto se abrió la puerta, y entró el sobrino del Sr. Roberto. 

Sobrino de Roberto ¡Feliz Navidad, Tío! 

Roberto ¿Navidad?  ¡Tonterías! La Navidad es sólo una mentira. 

Sobrino de Roberto No lo dices en serio, tío. 

Roberto Claro que lo digo en serio. La Navidad es sólo una excusa para no
trabajar. Además, ¿qué motivos tienes tú para ser feliz?  ¡Eres tan
pobre!

Sobrino de Roberto ¡Vamos, tío! Y, ¿qué motivos tienes tú para estar triste? ¡Eres tan rico!

Roberto ¡Bah!

Sobrino de Roberto No te enojes, tío. 

Sobrino de Roberto No te enojes, tío. 

Roberto ¿Por qué no habría de enojarme? Vivo en un mundo loco rodeado de


tontos. ¡Feliz Navidad! ¿Qué es la Navidad? Es sólo una época para
pagar cuentas con dinero que no tienes. Donde te ves a ti mismo un
año más viejo, y no un minuto más rico. Una época en la que se
compran regalos que no se pueden pagar. 

Sobrino de Roberto ¡Pero tío!

Roberto ¡Sobrino! Veté a celebrar la Navidad a tu manera, y déjame a mi


celebrar a mi manera.

Sobrino de Roberto Pero tío, sé que hay algunas cosas que no hice bien, algunas cosas
que no supe aprovechar, y una de esas cosas es la Navidad. La
Navidad, es el único día en que la gente parece llevarse bien. Es un
momento para perdonar, amar y ser caritativos. Es un tiempo donde la
gente abre sus corazones. Tal vez, tío, la Navidad no me ha dado una
moneda de oro o de plata, pero me hace bien, por eso digo: ¡Bendita
sea la Navidad!  

Roberto ¡Ohh! ¡Fue un discurso maravilloso!  ¿Me pregunto por qué no


trabajas para el gobierno?

Sobrino de Roberto No te enojes tío y ven a casa mañana. Mi esposa y yo estamos


preparando una cena deliciosa, tú serás nuestro invitado especial.

Roberto Gracias, pero ¡no!

Sobrino de Roberto Pero... ¿por qué, tío?

Roberto ¿Por qué tuviste que casarte?

Sobrino de Roberto Porque me enamoré.

Roberto ¿Porque te enamoraste? ¡Qué tengas un buen día!

Sobrino de Roberto Pero, tío, nunca has venido a mi casa, y estás utilizando mi
matrimonio como una excusa. Eso no es justo.

Roberto ¡Qué tengas un buen día!

Sobrino de Roberto No necesito nada de ti.  Nada te pido. ¿Por qué no podemos ser
amigos?

Roberto ¡Qué tengas un buen día!

Sobrino de Roberto Tío, siento que hayas tomado esa decisión, pero insisto en celebrar la
Navidad, así que ¡Feliz Navidad, tío!

Roberto Qué tengas un buen día, un Feliz Año Nuevo, y adiós. 

Sobrino de Roberto Como quieras, tío. Y... panchito, que pases una Feliz Navidad. 

Roberto Le deseo lo mismo para usted, adiós.

Narrador Entonces el sobrino del Sr. Roberto se retiró de la oficina. 

Roberto ¿Qué te parece? Un empleado que gana el salario mínimo, con esposa e
hijos, hablando de una Feliz Navidad. ¡Debe estar loco! 

Don panchito Señor, he terminado de hacer todas las cartas y de archivar las
copias. También traje más leña y barrí las cenizas. Y, bueno, es hora de
cerrar, Sr, Roberto. 

Roberto Bien, si ya terminaste tu trabajo, puedes irte ahora.


Don panchito ¿Sr. Roberto? Mañana es Navidad, un día para pasarlo con la familia. 

Roberto ¿Supongo que quieres el día libre?

Don panchito Bueno, sí, Sr. Roberto, al fin y al cabo es Navidad.

Roberto ¿Navidad? Está bien. Tómate libre el día de mañana, pero llega temprano al
día siguiente.

Don panchito Sí, señor. Feliz Navidad, Sr. Roberto.

Roberto Tonterías.

Narrador Roberto abrió la puerta y don panchito se fue a su casa. Entonces Roberto


regresó a su escritorio para terminar sus cuentas. Al cabo de unas horas,
cerró sus libros de contabilidad y cerró la oficina. Cuando llegó a su casa
subió las escaleras para ir a su dormitorio, se sentó en una silla al lado del
fuego y comenzó a cenar. De golpe escuchó el sonido de unas viejas
campanas, y un ruido fuerte y extraño que provenía del exterior. 

Roberto ¡Quién está haciendo ese ruido!  ¡Me habré quedado dormido! 

Narrador Pero el extraño ruido continuó, hasta que vio que un espíritu atravesaba la
puerta del dormitorio. 

Roberto ¡Creo que estoy soñando!

Espíritu de ¡No, esto no es un sueño!


Mateo

Roberto ¡Te conozco! Eres mi socio, Mateo. ¿Qué quieres de mí?

Espíritu de ¡Quiero mucho de ti!  ¿Ves estas cadenas? Estoy encadenado a mis
Mateo pecados. 

Roberto ¿De qué pecados hablas? Fuiste muy trabajador y un buen negociador. 

Espíritu de ¿Negociador? ¡Me aproveché de la gente! Mientras estuve vivo, nunca


Mateo aprendí el valor del amor y de la caridad. Ahora tengo que vagar por la
tierra, incapaz de encontrar la paz. ¡Escúchame, Roberto! ¡Estoy aquí esta
noche para advertirte! Aún tienes la oportunidad de cambiar, y si no lo
haces, tendrás la misma suerte que yo. Escúchame bien, Roberto, te
visitarán tres espíritus. El primero llegará mañana cuando el reloj marque la
una. El segundo llegará al día siguiente a la misma hora. Y el tercero en la
noche siguiente cuando el reloj dé la última campanada de las doce. 

Narrador Entonces el espíritu salió de la habitación flotando a través de la ventana.


Roberto cerró la ventana y se fue a la cama temblando, y se durmió. Al
siguiente día cuando el reloj marcó la una, Roberto vio una extraña criatura
al costado de su cama. 

Roberto ¿Quién eres?

Espíritu de la Soy el Espíritu de la Navidad Pasada. Sal de la cama y acompáñame. 


Navidad Pasada

Narrador El espíritu llevó a Roberto a través del tiempo hasta un pequeño pueblo que
Roberto empezó a recordar. Recordó las casas, la iglesia, el rio, el puente, y
la gente. 

Espíritu de la Ellos no pueden vernos ni oírnos. Sólo son sombras del pasado. 


Navidad Pasada

Roberto Mira, la escuela no está vacía. Hay un niño pequeño, solo, olvidado por sus
amigos. Lo conozco, pobre niño. 

Espíritu de la Ahora vamos a ver otra Navidad. 


Navidad Pasada

Narrador Entonces llegaron a una casa. 

Roberto Esta casa me resulta conocida. Oh, esta es mi casa, donde me crie.

Espíritu de la Si lo es. ¿Y reconoces a ese niño pequeño sentado allí leyendo solo?
Navidad Pasada

Roberto Soy yo, de niño. Pero... ¿por qué estoy... por qué está solo?

Espíritu de la Tú debes saber la respuesta. 


Navidad Pasada

Roberto Porque mis padres estaban trabajando, por eso siempre estaba solo. Por
eso mis Navidades eran tan tristes y solitarias. 

Espíritu de la Ven, toma mi mano, no tenemos mucho tiempo. 


Navidad Pasada

Roberto ¡No, ya he visto suficiente, vete! ¡No me tortures! 

Espíritu de la No me eches la culpa. Te dije que eran sombras de las cosas que fueron. 
Navidad Pasada

Roberto ¡Llévame de regreso!

Espíritu de la Sólo nos queda una última parada, nuestro tiempo se acaba.
Navidad Pasada

Narrador Y aparecieron en una casa. Roberto era ahora un hombre joven, sentado
en un sillón al lado de una hermosa dama. La mujer estaba llorando. 

Mujer No puedo casarme contigo, Roberto.  Hay algo que tú amas más que a mí. 

Roberto Tonterías, no amo a ninguna otra mujer. 

Mujer Es cierto. Amas el dinero. Lo amas más que a nada en el mundo. 

Roberto No hay nada de malo en amar el dinero. 

Mujer Cuando nos comprometimos éramos pobres y luego fuimos felices siendo
pobres. Espero que seas feliz con la vida que has escogido.

Narrador Y la mujer se alejó corriendo del sillón.  El anciano Roberto y el espíritu


la siguieron.  Cuando se detuvieron, Roberto pudo ver que ella ya era
algunos años mayor. Había niños riendo y jugando con la mujer. Una niña
pequeña la abrazó y le dio un beso. 

Niña Pequeña Ayúdame a abrocharme el sombrero, mamá.

Roberto ¿Son sus hijos? 

Espíritu de la Así es, pero pudieron haber sido los tuyos. 


Navidad Pasada

Narrador Entonces se abrió la puerta y entró un hombre que llevaba muchos


regalos.

Niños ¡Papá!

Narrador Los niños corrieron y lo abrazaron. El hombre sonrió y les dio los
regalos.  Después abrazó y besó a su esposa.

Roberto ¡Basta! ¡Llévame a casa!

Narrador Y Roberto apareció en su dormitorio.

Roberto Gracias a Dios, todo fue un sueño. 

Narrador Entonces sonó la campanada del reloj.

Espíritu de la No, Roberto. No fue un sueño. 


Navidad Presente

Roberto Supongo que eres el Espíritu de la Navidad Presente. 

Espíritu de la Así es. Soy el Espíritu de la Navidad Presente. Tengo mucho que


Navidad Presente mostrarte. Tómate de mí bata. ¡Apúrate! No podemos llegar tarde.
Narrador Roberto tocó el ruedo de la bata del espíritu y el dormitorio desapareció.
Roberto se encontró en una calle de mucho movimiento y llena de
nieve.  Había mucha gente comprando los regalos de último momento,
las tiendas permanecían abiertas, la gente cocinaba sus mejores platos,
y las campanas de la iglesia sonaban. Todos asistían a la iglesia con
sus mejores ropas. Todos estaban felices.

Roberto Todos parecen tan felices. 

Espíritu de la Lo están. Es Navidad. ¿Qué esperabas?


Navidad Presente

Roberto ¿Quieres decir que estén felices sólo porque es 25 de Diciembre?

Espíritu de la Sí. Hoy pueden dejar de lado sus problemas y sólo disfrutar estar con
Navidad Presente sus familias. Se dedican sólo a disfrutar de la comida en sus mesas y de
todas las bendiciones que reciben. 

Narrador Entonces el Espíritu llevó a Roberto a la casa de Don Panchito. Y


estando allí parados frente a la puerta, el Espíritu bendijo la humilde
casa. Después Roberto vio a Don Panchito jugando con sus hijos, tres
niños y dos niñas. 

Roberto ¿Es aquí dónde vive?

Espíritu de la Claro, con su salario, esto es todo lo que él puede pagar. 


Navidad Presente

Narrador Entonces la Sra. Juanita entró al comedor llevando un pequeño pavo en


una bandeja. 

Roberto ¡Parecen tan pobres! Sus ropas son tan viejas.

Espíritu de la Amor es lo que puedes sentir aquí.


Navidad Presente

Narrador Don Panchito ayudo a la niña más pequeña que estaba en una silla en
un rincón de la casa y la llevó hasta la mesa. La niña era pálido muy
delgado y llevaba una muleta.

Roberto ¿Qué le sucede? ¿Por qué no camina?

Espíritu de la Está muy enferma. Su nombre es Rosita, y sus padres no tienen dinero
Navidad Presente para pagar un doctor, así que tal vez muera.

Roberto ¿Muera? Pero debe haber algo que pueda hacerse. Por favor, dime que
no morirá.
Espíritu de la Veo una silla vacía en aquella esquina. Si el futuro no cambia, con
Navidad Presente seguridad morirá.

Roberto ¡No! ¡No!

Espíritu de la De todos modos ¿qué te importa? Eso hará que disminuya la población
Navidad Presente mundial.

Narrador En ese momento Roberto se dio cuenta de que esas eran sus propias
palabras y sintió lastima por sí mismo. Entonces escuchó su nombre.

Don Panchito ¡Sr. Roberto! Gracias al Sr. Roberto tenemos esta cena,

Sra. Juanita Ojalá pudiera verlo para agradecerle personalmente. 

Don Panchito Querida... niños... ¡Es Navidad! 

Sra. Juanita Lo sé, querido. Espero que él tenga una Feliz Navidad y un Próspero
Año Nuevo! 

Don Panchito Vamos a brindar por nuestra Navidad y por el Sr, Roberto. Feliz Navidad,
y que Dios nos bendiga a todos. 

Narrador Mientras tanto se hacía tarde. El Espíritu llevó a Roberto hacia


diferentes lugares para que pudiera ver cómo la gente celebraba la
Navidad. La gente, aunque pobre, como decía Robert, eran felices y
disfrutaban estar en familia y con amigos. De golpe, sin previo aviso,
aparecieron de pie en una habitación.

Roberto Reconozco esa voz. Es mi sobrino. Está en una fiesta.

Sobrino de Roberto Ja, ja, ja, ja, ja... dijo que la Navidad era sólo una mentira. 

Esposa del Sobrino Debería sentirse avergonzado.

Sobrino de Roberto Es muy divertido, pero no es una persona agradable. 

Esposa del Sobrino Me dijiste que es muy rico. 

Sobrino de Roberto ¿Y con eso qué, querida? No le sirve de nada su riqueza. No hace nada
con su dinero.

Invitado No vino a cenar con nosotros esta noche porque está muy ocupado
contando su dinero. Ja, ja, ja, ja...

Sobrino de Roberto Prefirió enojarse con nosotros que venir a divertirse.

Roberto No les agrado.


Espíritu de la No, a menos que el futuro cambie. 
Navidad Presente

Roberto ¿Y cómo puedo cambiar el futuro?


Espiritu

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