Caso Tercera Generacion PDF
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INTRODUCCIÓN
El miedo es una emoción común entre los seres humanos. Esta emoción tiene un
importante componente adaptativo para nuestra supervivencia (Sosa y Capafóns, 2014).
De esta forma, el miedo adaptativo se convierte en una emoción fundamental en nuestro
día a día.
Entre los distintos tipos de fobia destaca la amaxofobia, caracterizada por una
inquietud permanente y descontrolada a situaciones de tráfico, experimentada antes y
durante la conducción, con la consiguiente evitación de la acción de conducir. La
amaxofobia se considera una fobia situacional, pues está inducida por una situación
específica como puede ser montar en coche o conducir (Badós, 2015).
La paciente L tiene 45 años, está casada y tiene un hijo de 21 años. Acude a consulta
debido a que, desde que aprobó el carnet de conducir hace diez años, se siente incapaz de
coger el coche.
L confiesa que el examen práctico de conducir le resulto muy difícil. Cuenta que
suspendió el examen en 6 ocasiones. De esta forma, relata que las experiencias del
examen práctico fueron muy angustiosas. Más aún, ella confiesa que el mero hecho de
ser evaluada le ponía de los nervios.
Por otro lado, ella cuenta que nunca ha cogido el coche con un acompañante
distinto de su marido. Es más, ella piensa que si, en lugar de su marido, hubiera conducido
con una persona más tranquila, habría sido capaz de seguir conduciendo. Por demás, estos
sentimientos nunca le han sucedido con ningún otro medio de transporte. Tampoco le
suceden cuando otra persona conduce el vehículo.
comparaba con su prima, quien intentó sacarse el carnet de conducir. Pero, suspendió tres
veces el examen teórico. Luego, su prima fue incapaz de aprobar el examen práctico,
llegando a desistir de sus esfuerzos por aprobar. Sin embargo, en otros momentos, L se
compara con sus amigas, quienes conducen desde hace años. En este caso, confiesa
“Cuando pienso que ellas llevan muchos años conduciendo, que no necesitan a nadie que
las lleve a ningún lado, me siento una fracasada”.
En cuanto a la interferencia del problema en su vida diaria, relata que “No ha sido
mucha”. La razón reside en que, en general, las distancias desde donde vive hasta donde
debe acudir no son muy largas. A pesar de ello, L recuerda con impotencia momentos en
los que le surgió alguna urgencia y, al sentirse incapaz de conducir, tuvo que llamar a un
taxi. Actualmente, quiere retomar la conducción porque está acudiendo a un curso lejos
de su hogar y tiene dificultades para desplazarse. Por otra parte, la paciente considera que
disponer del carnet de conducir permite tener más independencia. En el presente, desde
hace 10 años, L tiene el carnet caducado. Ella siempre se propone renovarlo. No obstante,
tiende a postergar la ocasión.
Con respecto a las expectativas que L sostiene sobre su proceso terapéutico, ella
cree que la terapia podría ayudarle a gestionar su temor a la conducción. Asimismo,
espera aprender a controlar su ansiedad.
Estrategias de evaluación
La evaluación inicial del problema se llevó a cabo mediante una entrevista clínica abierta
y la aplicación de una serie de auto-informes.
Diagnóstico clínico
Hipótesis de origen
Hipótesis de mantenimiento
control de la ansiedad de L se revierten. De esta forma, cuanto más lucha L por liberarse
de la ansiedad, la frecuencia e intensidad de sus sentimientos de ansiedad aumentan. Por
tanto, se genera un círculo vicioso en el que se incrementa la ansiedad y los esfuerzos de
control de L.
TRATAMIENTO
En base a la formulación clínica del caso, los objetivos que guiaron la intervención fueron
la extinción de del patrón de conductas de evitación relacionadas con la conducción y la
aplicación de habilidades de atención plena. De forma secundaria, se pretendió lograr el
manejo de la sintomatología ansiosa.
Procedimiento
En la duodécima sesión, como era habitual, se comenzó revisando las tareas para
casa. L comentó que esa semana tenía prevista la clase de conducir con su profesor. En la
sesión, se realizaron sesiones de exposición en imaginación a ese momento. Además, se
imaginaron las distintas posibilidades de actuación ante el error (e.g., cómo reaccionar si
no entra una marcha, etc.). Igualmente, se volvió a explicar el Análisis Funcional con el
fin de recordar como determinadas conductas desadaptativas contribuían al
mantenimiento de la problemática. En último término, para la próxima semana, se hizo
énfasis en la aplicación de técnicas de mindfulness durante el día a día.
Por último, en la catorceava sesión, se empezó revisando las tareas entre sesiones.
L continuaba exponiéndose a la conducción a pesar de sus elevados niveles de ansiedad.
En este momento del tratamiento, L comentó que su marido le había ofrecido
acompañarla en las tareas de conducción, lo cual le generaba bastante angustia. Junto con
la terapeuta, se acordó que sería mejor que L fuese con su hijo. Es más, se estableció que
en la próxima sesión acudiría su marido para explicarle su papel en la génesis de la
problemática y darle pautas de actuación. Como tareas entre sesiones, se solicitó la
práctica del mindfulness, la realización de las tareas de exposición y el auto-refuerzo.
RESULTADOS
Con respecto a la escala MAAS, L mostró una baja atención plena con un puntaje
de 2 en la evaluación pre-tratamiento. Tras realizar la intervención, la paciente dio
indicios de un mayor uso del mindfulness, obteniendo una puntuación de 4 en la
evaluación post-tratamiento y de 5 en el seguimiento.
40
35
30
25
20
15
10
0
MAAS STAI-Estado STAI-Rasgo BDI-II Autoeficacia
DISCUSIÓN
Por último, otro objetivo primordial de la terapia fue lograr que L retomase la
conducción. Dado que la conducta de conducir era inexistente en el inicio, no fue posible
establecer una línea base. De este modo, se trató de implantar un comportamiento. En
base a la evaluación cualitativa, se logró este objetivo puesto que, al final del tratamiento,
L montaba en coche con regularidad.
A raíz de este caso, también se señala que la ruptura de los límites de los espacios
terapéuticos es crucial. De esta manera, en determinadas patologías, la consulta no
siempre representa el espacio ideal para realizar la intervención. En este sentido, a veces,
considerando los recursos temporales y logísticos, es conveniente llevar la sesión al
entorno real. Así, en el caso de L, el hecho de acompañarla y guiar la exposición la
primera vez que se montaba en el coche desde hacía años fue nuclear. Igualmente, es
posible que estos comportamientos emprendidos por el terapeuta fomenten la confianza
del paciente y reflejen la aceptación incondicional a este. En esta línea, mostraría la
disponibilidad de una figura vincular, lo cual es por sí mismo terapéutico.
Por otra parte, también deberíamos considerar que este trabajo presenta claras
limitaciones. Para empezar, se trata de un estudio de caso único AB, con limitaciones de
validez interna y externa. De este modo, podrían existir variables enmascaradas
susceptibles de explicar los resultados del tratamiento (e.g., M comenzó a realizar más
actividades de ocio). Asimismo, tampoco es posible la generalización de los resultados.
REFERENCIAS