En El Tiempo de Las Mariposas

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EN EL TIEMPO DE LAS MARIPOSAS

(2001)

por Jesús María Dapena Botero


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https://articulo.mercadolibre.com.ar/MLA-674373351-en-el-tiempo-de-las-mariposas-salma-hayek-dvd-
_JM

A Goyerito, quien me enseñase esta belleza de película

(Jesús María Dapena Botero)

https://www.youtube.com/watch?v=edQAJM7uCyE

El otro día, me escribía con una amiga periodista colombiana, residente en

los Estados Unidos de América, sobre la trágica historia de Haití, donde

evocábamos el libro de Alejo Carpentier, Mi reino de este mundo 1, y de la

soledad en que murió el único rey negro, que tuvieron, explotador de sus

hermanos de raza y también de una interesante película con Liz Taylor y

Richard Burton, basada en la obra de Graham Greene, Los comediantes 2,

la cual vi yo en mis primeros años universitarios, bajo el nombre de Los

farsantes, que narra acontecimientos de la época del gran dictador haitiano

del siglo pasado, un tal Duvalier, al que se solía llamar Papa Doc, en la que

había una interesante secuencia de un rito vudú, que sólo ha podido ver en

Carpentier, A. Mi reino de este mundo. Seix-Barral, Barcelona, 2004, 160 pp.


2

Greene, G. Los comediantes. Edhasa, Barcelona, 2000, 448 pp.


3

cine, a pesar de que por interés antropológico me interesaría asistir a una;

pero no me ha sido posible.

Mi amiga me habló del odio, que ella siente por los dictadores y me mandó

esta cinta, que me dispongo a ver y escribir sobre ella, hoy.

Es una cinta mexicana-estadounidense distribuida por la Metro Goldwin

Mayer, basada en la novela de la escritora dominicana Julia Álvarez 3,

residente en los Estados Unidos sobre la vida de las hermanas Mirabal,

Patria, Minerva y María Teresa, quienes se rebelaron con el régimen de

Rafael Leónidas Trujillo por lo que fueron acosadas, perseguidas y

encarceladas, mientras su familia recibía las represalias del Servicio de

Inteligencia del régimen trujillista, hasta que las insurrectas fueron

asesinadas, en un proceso visto desde la singularidad de cada una de ellas.

La película comienza con fotos fijas de la zafra azucarera

Para al final darnos una foto-fija de una marcha militar, ya que desde 1930

hasta 1961, el General Leónidas Trujillo tuvo el control absoluto sobre la


3

Álvarez, J. En el tiempo de las mariposas. Punto de lectura, Madrid, 2003, 528 pp.
4

República Dominicana, con alianzas secretas con la iglesia, la aristocracia

isleña, intelectuales y periodistas como los de la Voz Dominicana, como

nos muestra otra foto-fija, sin importar las vejaciones, que se cometieran

contra los insurgentes, aunque, al final, algunos sacerdotes progresistas

estuvieron muy implicados en la rebelión popular.

Su fórmula era simple de mantener: el asesinato del opositor, de tal manera

que más de treinta mil personas fueron ejecutadas durante su totalitarismo y

terrorismo de Estado.

Entonces empieza el cine en movimiento, con una gota que cae de una

roca; debajo, una mujer aprisionada, Minerva, quien nos dice:

Son divertidas las cosas que olvidamos, los pequeños momentos en los

que nos apartamos para meditar profundamente. Quizás nosotras las

ponemos ahí, para no olvidarlas… Así ellas no se hacen lánguidas y

pierden el esplendor de tanto usarlas. Quizá sabemos que llegara el

tiempo… en que necesitaremos convocar estos recuerdos. Convocar el

esplendor, elevarnos contra el viento, como una mariposa.


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Esa mujer es Minerva Mirabal, quien de esos monólogos interiores, nos

llevara a través de flashbacks al mundo de los recuerdos, que alberga en su

mente.

Y de aquella sombría caverna, salimos a plena luz del día, en donde se

insinúa una ronda de dos chicas, para anunciarnos, que una de las

protagonistas será Salma Hayek, la actriz mexicana de ascendencia

libanesa, de gran celebridad en Hollywood, a quien veríamos después en el

papel de Frieda Kahlo, en Frieda, donde no sólo actuó, sino que fue la

productora de esa hermosura de película, cuando era una mujer de treinta

cinco y treinta y seis años o escenas, mientras pasan los títulos, mostrarnos

a las hermanas Mirabal a lomo de caballo, en una de esas escenas

cotidianas, tan típicas en los países tropicales.

Mientras, la narradora de antes, continúa su discurso:

No puedo recordar otro tiempo más feliz en mi vida, que el de mi niñez

con mis hermanas en Ojo de Agua… – cuando danzaban, montaban a

caballo o se bañaban en uno de aquellos charcos, hermosos del Trópico,

jugaban con su padre, correteaban por el bosque de la zona tórrida o en los


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prados de una finca, ordeñaban las vacas, atravesaban el puente de una

quebrada y volvían felices a casa, recuerdos, que yo también guardo de mi

infancia en Colombia- ¡Dedé, Patria, Minerva, Mate, la cena está lista,

vengan, vamos! – cuando cuidaban los conejitos de la granja..

Pero el padre ordena, que vayan a la habitación, cosa que las púberes

consideran injusta, de lo que se hace portavoz, Minerva, aunque el padre la

reprende porque no requiere lecciones de justicia, cuando rompieron la

vajilla; pero, una de ellas, las excusas, puesto que, Dede y Patria se cayeron

y el suelo rompió las piezas; sólo pretendían ayudar a la madre a poner la

mesa y nadie se lastimó; pero, el padre insiste en que quiere enseñarles a

valorar las cosas.

Todo ello, ocurría en 1938, a ocho años de haberse tomado el Poder

Trujillo, para que contextualicemos esa escena familiar y en una casa,

como en todas, en las que se imponía tener un cartel, con una foto del

dictador, que rezara:

En esta casa

Trujillo es el Jefe
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El precio de dos platos, el vaso y la taza, que se han roto es de tres pesos y

tratan de negociar con el padre, con sus estipendios, pagarle con creces las

piezas restantes de la vajilla; pero que las deje salir de casa.

Minerva es su abogada doméstica, ya que en ese país se requierirían faldas

en los estrados judiciales, cosa con la que papá no está nada de acuerdo.

Las aplicaciones para la escuela serán pronto, le informa Minerva; pero, el

padre le dice que puede olvidarse de ello, puesto que no quiere que vayan a

la escuela y estén solas por ahí, sin la familia.

La madre intercede al decirle al marido que él tiene dinero y lo importante

es la posición social de la familia, que para alcanzarse hay necesidad de

educación. Patria va a ser monja, lo que cuestionan sus hermanas, por

privarse de las delicias de la moda, por llevar hábitos atroces; sin embargo,

para ella, no implica un sacrificio mayor; el padre está de acuerdo con el

deseo de su linda Patria.

Pero, sobre todo, el padre lo que teme es el síndrome del nido vacío; no

sabría quién le ayudaría con su negocio, como si fuera un señor feudal de


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antaño; una de las hijas le promete ayudarlo; Dedé permanecerá con ellos;

pero, él se obstina en su posición, ninguna saldrá.

Pero, a la siguiente escena, lo vemos despidiendo a Minerva en la estación

ferroviaria, cosa que la chica le agradece, mientras la vemos enseguida, con

una chica en el interior del vagón con una chica María Teresa, que se apoya

en su hombro, mientras ven los parajes campesinos de la isla, van con la

madre y la criada negra, mientras suben chicos esposados y vigilados por la

policía, que llaman la atención a Minerva.

Casi tienen un accidente de tráfico en la ciudad porque sólo conocen la

granja; pero entran a un colegio, dirigido por monjas. Minerva se ve feliz,

donde las monjas imploran por todos y, sobre todo, por el General Trujillo.

Entonces viene la clase de educación a la victoriana, en la que la monja

enseña, bajo la égida del Sagrado Corazón de Jesús:

- Como pecadoras, todas las mujeres están propensas a enfermarse

en este tiempo de su vida y la enfermedad viene por medio de la sangre,

sangre, que representa el pecado de nuestros progenitores Adán y Eva.


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Tan pronto usted sienta, que puede tener complicaciones nuevas en su

cuerpo… Usted debe venir a verme. – donde la fisiología humana, se

convierte en enfermedad, una herencia de la era victoriana, mucho tiempo

después de la muerte de la reina Victoria de Inglaterra y donde la

naturaleza humana se identifica con el pecado original. ¡Qué atraso, por

Dios!

Minerva explica a su amiguita esquiva y triste, lo que ha visto en el campo,

el asno se sube sobre la burra e introduce su miembro dentro de la

hembra; el macho, entonces, empieza a hacer mucho ruido y ella mueve

sus piernas. Las personas también lo hacen. Tu padre…

Pero, la chica le informa que su padre está muerto.

Minerva continúa con su didáctica:

- Entonces, tu tío y tu tía…


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Pero, ellos también están muertos y se va como si quisiera ignorar las sanas

enseñanzas de Minerva, quien luego sabrá que está tocando un punto muy

álgido en la vida de esta chica, cuya familia, casi en su totalidad, ha

muerto por órdenes del sanguinario Trujillo.

La monja comunica al alumnado en formación, que tendrán el gusto de

recibir a su honorable benefactor el presidente Trujillo para la fiesta de la

Inmaculada Concepción, donde vemos bastante claramente como la escuela

es uno de los aparatos ideológicos del Estado, así, como nos lo enseñara
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Louis Althusser ; por lo tanto, el colegio quiere que toda la comunidad de

religiosas y alumnas lo homenajeen.

Para casi inmediatamente después aparecer el señor presidente, quien

gobernara al país con mano férrea durante treinta y un años, recibido con

toda pompa para honrar su Poder y su Gloria:

Althusser, L. Ideología y aparatos ideológicos de Estado. Freud y Lacan. Nueva


Visión, Buenos Aires, 2005, 96 pp.
11

https://www.diariolibre.com/actualidad/hace-56-anos-fue-ajusticiado-rafael-leonidas-trujillo-DJ7209511

En la escena teatral del día de la Raza, la amiguita de Minerva le apunta

con una flecha de sílex al corazón del Jefe, aunque no dispara; pero, le

sostiene una mirada cargada de odio, porque el dictador, como a cientos de

personas, que lo cuestionaran, los hacia asesinaro, como a lo parientes de

esta esquiva amiga.


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Pero Minerva, a su vez escucha elogios del el tirano, a una hermosa

quinceañeera, Lina, a la que se llevan por orden del galante, sin la

oposición de las monjas, sin que se sepa para qué ni a dónde.

Pero, Lina nunca regresó a la escuela y se oían historias, que vivió en una

gran mansión y tuvo un niño de Trujillo y luego fue enviada a Miami, para

ser substituida por Sinita, mientras fue motivo de celos y envidia por la

Generalas y se tuvo miedo de saber el porqué de estos extraños chismes.

Las chicas pasaron cinco años juntas en la escuela, al regresar Minerva

pensaba en lo que había logrado; pero, quizás no ha valido la pena.

Ahora volvían a la granja y jugaban volley-ball cuando un primo, Jaime

viene a visitarlas y les presenta a Virgilio Morales, quien es un profesor de

la universidad, sirven limonada y bailan, al profe todas le parecen

hermosas, tal como se lo ha contado su pariente.

El catedrático es un hombre delicado, en el mejor sentido de la palabra,

todo un caballero y profesor de Derecho; le cuentan que Minerva, quiere

ser abogada, ahí en República Dominicana, pero el educador en abogacía


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dice que en tal país no se permite que las mujeres adquieran estudios

superiores y menos en Derecho.

Minerva parece una granjera más; pero, está segura de qué será abogada, ya

que cree en la Justicia; pero, Virgilio, quien ha empezado a coquetearla, le

anota, de modo muy crítico, que ahí en su país no hay justicia.

Pero, ella se considera una buena luchadora, aunque sólo ha ganado

pequeñas luchas; pero, por algo se empieza.

El joven le dice que quiere que lea los escritos de José Martí, el libertador

de Cuba. Ella sabe quién es; lo que no sabía era que Virgilio lo hubiese

leído. Ella lo ha leído desde hace seis años y, en broma, le tira un huevo por

la espalda, entonces el va a bañarse al Ojo de Agua y la invita a hacerlo, a

lo que ella sonriente se niega para, finalmente, acceder, con toda su

coquetería.

Entonces El Federado, un periódico da una extra desde Santo Domingo,

sobre el que los enemigos atentan contra la estabilidad de la universidad;

resulta preocupante que la protesta universitaria ocurrida y anunciada,


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liderada, entre otros profesores jóvenes, por Virgilio Morales, los

considerados enemigos del Estado.

La familia se asusta de que Minerva pueda hacer que maten a toda la

familia Mirabal.

Ella protesta y les pregunta:

- ¿Qué clase de gobierno es este que tenemos miedo de hablar en

nuestra propia casa?

El padre piensa que las paredes oyen y cada casa tiene a alguien en la

nómina y la invita a silenciarse al respecto.

Queda prohibido que Virgilio vuelva y que lo vuelva a ver, porque, aunque

a la madre le gustara el discurso del joven, no sabía que era un comunista.


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Ella no les hace caso a los padres y va a buscarlo para advertirle que

conseguirá que lo maten si sigue contra el Estado terrorista; pero, el piensa

que será mejor que lo hagan cuánto antes, porque se va del país.

Ella no entiende su actitud agitadora; él le pregunta que si no sabe que

Trujillo quiere hacer a la población dominicana más blanca de lo que es; de

forma secreta, mató a cientos de haitianos negros, dizque por cota minar la

raza del país.

Desde el bosque, oyen la ejecución de una persona y se meten a la montaña

haitiana, aunque ella no cree que Virgilio pueda tumbar a Trujillo desde las

montañas de otro país; pero se requiere de una distancia segura, antes de

morir prematuramente.

Él se va p’al monte y ella se queda; pero, le jura escribirle diariamente.

Ella se queda consternada y desde la cárcel recuerda:


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Aún no entiendo la revolución de Lio; sólo que lo llevó lejos de mí y sin

él mi vida se siente vacía.

La vida de Patria tomó un giro inesperado, cuando su llamado vino y

celebró su matrimonio.

El padre le esconde a Minerva las cartas, que le llegan de Virgilio y le

sugiere que se consiga un pretendiente de buena familia; pero, ella está

segura, de que ninguno querrá casarse con una abogada; pero, el padre le

arguye que ella no lo es; ni lo será nunca.

Cuando el padre se va; ella se dirige a la habitación de éste y del bolsillo

saca las cartas, que papá ha recibido ese día, hace un ratito, y encuentra la

carta de Virgilio, quien le declara su amor y extraña, que las misivas

escritas por él no hayan sido contestadas, sólo anhela, que sean libres para

volver a encontrarse; el papá llega y le da un bofetón por la falta de respeto

por penetrar en su cuarto, cuando él sólo trataba de protegerla.

Tres amigos del amado de Minerva han desaparecido y que ella no podría

mantenerse a salvo si mantiene contacto con él.


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El capitán Peña viene en busca del padre para avisarle que Trujillo solicita

la presencia de la protagonista invitada a una fiesta en Palacio con el resto

de la familia.

Todos se van a la fiesta al caer la tarde, mientras suena el merengue; pero,

ella es la invitada de honor del dictador, mientras la familia la observa sola

en una mesa a la que llega el General para invitarla a bailar mientras él la

lisonjea; ella le propone que le permita estudiar derecho; pero a él no le

parece que las mujeres deban ir a la universidad; aunque, quiere

complacerla con un baile apambichado, que hace que ella le dé un bofetón

en la cara en plena fiesta; pero, el patriarca otoñal dominicano permite que

el padre se la lleve a casa, donde espera la madre, quien no ha querido ir al

baile.

Patria considera que abofetear al chafarote fue absolutamente estúpido; por

lo que el padre le mandará un telegrama de disculpas al gran jefe de Estado.

Patria insiste antes de que las cosas empeoren.

Minerva aclara qué el la agarró de las nalgas y que su reacción fue

inmediata al sentirse irrespetada. Las hermanas le increpan, que debió


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pensar y contenerse; ella alega que, si actuó así impulsivamente, si lo

hubiera pensado habría hecho exactamente lo mismo, porque si tocaba las

nalgas, ella lo autorizaría a que después le agarrara los senos. La madre le

prohíbe usar palabras tan obscenas.

La vida en la granja continúa en su cotidianidad, cuando llega un carro, con

un soldado, quien solicita al señor Enrique Mirabal, ya que el capitán Peña

quiere verlo de inmediato.

El padre espera arreglarlo todo y cuando es llevado por el soldado, Minerva

va al cuadro del General, que nos han mostrado antes y lo vuelve añicos.

Don Enrique ha sido recluido en un Centro de Rehabilitación, donde ha

pasado retenidos dos semanas, tratan de embolatar a Minerva; pero, ella

exige sus derechos y le dicen que hable con el capitán Peña, quien tiene un

interés especial en su caso, quien le dice que trató de manejarlo desde allí;

pero, vino una orden desde arriba, en esa verticalidad de las dictaduras.

Minerva alega que el mandó un telegrama de excusas, cosa que el capitán

sabe. La esposa del señor Mirabal le insiste en que ha sido un simple


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granjero, que jamás ha querido meterse en problemas, mientras su hija, en

silencio la respalda.

Minerva pregunta de qué lo acusan y el capitán comenta que está seguro de

que sólo ha sido un malentendido; la chica le insiste en que, si puede

aclararse, mientras tanto, al menos, les permita verlo; pero el militar le

aclara que de todas maneras él mismo está siguiendo órdenes, la famosa

obediencia debida.

La joven insiste en asegurarse de que su padre esté bien y hará todo lo

necesario para ella lograrlo.

El militarote le dice que hay una forma de hacerlo y la llevan al Palacio

Dictatorial, en donde en una cinta de bronce dice:

Mis mejores amigos son los hombres, que trabajan.

Ella tiene que esperar en un escritorio, al que llega Trujillo y ella le pide

que salve a su padre; ella pide la presencia de su madre; pero, el machista


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gobernante le sugiere que dejen las cosas a su suerte, tirará los dados y si

Minerva gana se irán los tres juntos y, si no, se irán los padres y ella

quedará retenida, lo cual expresa con todo el cinismo del mundo. Su padre

está siendo interrogado.

Ella le propone que tomen el toro por los cuernos, que, si ella gana, el

chafarote soltará al padre y le permitirá ir a la Facultad de Derecho y, si no,

soltará al padre y obtendrá lo que el perverso desea.

Ella lanza el dado y sale un as; el tirano la felicita porque él no está

interesado en empatar y le ordena irse, porque se está con él o contra él,

como piensa todo buen narcisista.

Al padre lo han liberado, pero se nota fatigado y débil, desvaría y muere.

El capitán se acerca para dar las condolencias; pero, Minerva lo confronta

porque se llevaron un hombre con corazón sano y si tuvo un paro cardíaco

fue porque fue torturado.


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El militar sigue adelante como si no hubiese confrontación alguna y manda

saludes a del jefe por la simpatía, que siente por la chica y le da una nota, la

autorización de que estudie Derecho; las hermanas no comprenden cómo

pueda aceptar concesiones del asesino de su padre; pero, ella advierte que

sería la única forma de luchar contra el gran dictador.

Entonces salimos del flash-back para volver a la prisión, donde Minerva

nos cuenta:

- Tomé el tren otra vez; en esta ocasión, por mí misma. He jugado

contra Trujillo y habiendo ganado, he perdido.

Y volvemos a atrás, cuando las hermanas van a despedirla a la estación

ferroviaria.

Entra al claustro universitario, donde enseñan que el General Trujillo es el

líder del Estado y del gobierno, la administración pública y las fuerzas

armadas, es el ejecutor de la Ley, con la carga de múltiples negocios de

Estado y representante de la isla en sus relaciones internacionales -un poder

omnímodo, digo yo.


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A la salida de clases, ella va a ver la cartelera, ve un recorte de prensa, del

diario de El Caribe, en el que informan:

TRAIDORES ENCONTRADOS ASESISNADOS

Felipe Lorca, Virgilio Morales, Pedro Cuenca y Nestor Andre

Ella se detiene a ver la imagen yacente de su amado, otra dolorosa pérdida

más.

Minerva va a la biblioteca y otro joven le dice:

- Conocí a su amigo Lío. Después de que dejó el país, nos escribió a

nuestra celda… Preguntaba si alguien te había visto en la escuela de

Derecho. Nos reímos de la idea de que una mujer fuera admitida. Él dijo

que le gustaba llamarte Mariposa. – lo cual la impacta.

El joven se acerca y se le presenta:


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- Manolo Tavares; pero, algunos amigos me llaman Polo.

Ella lo mira muy seriamente y responde a la mano extendida de Manolo.

La chica le contesta que si está ahí fue porque jugó con el diablo y le ganó.

Siguen hablando en el corredor del claustro universitario y le pregunta, por

qué Lio regresó si sabía que estaba en peligro.

Pero, Polo le aclara que jamás regresó; pero que, Trujillo caza a sus

enemigos, como perros, donde quiera que estén.

La gente, por miedo, no quiere saber; pero ella sí, para hacer algo al

respecto.

Los estudiantes de Derecho más politizados van a enseñar a los obreros de

la construcción que el temor es el mayor soporte para ese régimen, a todos

les inducen el terror, de donde todos andan por ahí y tratan evitar

inconvenientes en sus asuntos con total ignorancia de la verdad, lo que


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suele suceder con los conformistas en los Terrorismos de Estado, aunque

un día algo pasará y no se ignorará más. Uno puede tener miedo de

involucrarse y no pelear, ya que no es seguro.

Alguien responde que es cierto, que el único crimen de un hermano suyo

fue salir de su trabajo, por lo que fue apresado por la policía, acusado de

vago y nadie ha sido capaz de decirle dónde está, posiblemente en uno de

esos campamentos, que tiene Trujillo en el campo, donde los tratan como

prisioneros condenarlos a trabajos forzados hasta que mueran, así digan que

tales lugares no existan, existen.

Por eso, es importante que la gente entienda cuál es la situación real.

Minerva asiste a tales concentraciones, al lado de los obreros y dice que eso

es lo que se debe hacer, educar a la gente sobre lo que, en realidad, ocurre

en el país.

Polo dice que Mariposa es una estudiante de Derecho, que quiere trabajar

por la causa subversiva contra el Régimen de Trujillo; ella da un informe

de las personas desaparecidas en el último mes, más de trescientas, hay que


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hacer copias y distribuirlas, para que la gente sepa lo que está haciendo

Trujillo.

Entonces, se acude al mimeógrafo y a la imprenta para pedir la libertad de

los presos universitarios, con todo el placer puesto en el trabajo, por parte

de Minerva y Polo.

En el equipo, alguno recogerá las cajas, en la oficina, donde operan, para

llevarlas a la base.

Pero, tocan a la puerta, todos se tensionan; recogen el material para

ocultarlo; sin embargo, es la hermana de Minerva, la vanidosa Mate, quien

se escapó de la granja, porque se estaba volviendo loca de aburrimiento,

con la paridera de su hermana Patria. Dedé también está recién casada.

Pero Minerva es clara con Mate, a la que le dice, que no puede permanecer

ahí. Ella asegura que no será problema, que puede dormir en el sofá o en el

piso, el lugar le parece adorable, con todos esos muebles…


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Su hermana insiste en que debe regresar a la granja, ya que no puede

desaparecérsele a la madre, así como así; la acompañará hasta la estación

de autobús. Mate no entendía que era una forma de protegerla de la

persecución a los grupos sediciosos contra el sistema imperante en la isla.

Pero al verla llorando, en una silla callejera, Palomino se le acerca y le

cuenta que hay una chica a la que llaman Mariposa, que ha sido su

inspiradora y cree que, en casa, podrán tener más de una mariposa.

Se encuentran ambas hermanas, mientras pegan los carteles y Mate muestra

su determinación de mantenerse en la lucha, ya que ambas comparten la

desgracia de un padre muerto por el régimen de Trujillo y comparten la

sexualidad femenina, de modo que, ambas podrán ser luchadoras.

Manolo y Minerva van enamorándose, ambos prefieren morir luchando,

que sin hacer nada y ambos se casan ante el juez.

Al graduarse, Trujillo reparte los diplomas y le dice que ahora es una

señora y que, si le permitió estudiar derecho, no la dejará practicar, puesto


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que las mujeres están hechas para el hogar, de nuevo con el mayor cinismo,

como si todo estuviera planeado de antemano.

Y afuera, el grupo continuaba la tarea de la información a la gente; pero,

Trujillo les toma la delantera mientras alimentaba a la gente con la dieta

favorita de los dictadores: pan y terror.

Allanan las iglesias, para capturar rebeldes.

Mientras tanto, llega el bebé de Polo y Mariposa, a quien ella amamantaba

de su pecho, mientras él le trae algo de comer a ella; con el nacimiento de

su nena Minú, Minerva quiere olvidarse de todo; sin embargo, la muerte de

amigos suyos, la traen de nuevo a la realidad social, que se vive en la isla.

Con aquella siniestra política dictatorial nadie está a salvo. La gente tiene

que huir de sicarios a sueldo.

Mate anda muy comprometida en la lucha.


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Mientras en la granja, , Minú Manuelito, su hemanito mayor son muy bien

recibidos por su abuela y sus tías.

Patria debe ayudar, Minerva se irá con Manolo y le pide que cuide a sus

hijos, hasta que ellos regresen. Pero, la hermana objeta qué pasaría si la

pareja no regresa, si ha pensado en ello.

La madre está muy preocupada por el compromiso político de sus dos

hijas; Minerva arguye que están haciendo lo que tienen qué hacer.

La hermana la cuestiona si lo que debe hacerse es abandonar a los hijos,

que ella no puede ser cómplice de eso, que ella elija lo que quiera; pero que

su posición es elegir por ella misma y su familia; Dedé se entromete y

cuestiona a Patria sobre qué está eligiendo para su familia, que no pueden

esconderse de las cosas por feas, que sean y se compromete de cuidar los

niños de Minerva, decisión, que ésta agradece. Sabía que no quería dejar

sus críos; para que tuviesen una mejor vida, con la esperanza, que ellos la

entendieran algún día.


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Los insurgentes se embarcan; pero, llega el ejército a hacer una masacre de

la que las Maribal se salvan, lo mismo que Palomino y Polo,cuando van

enterrar las cargas salvadas; pero, Patria acepta, que lo hagan en los predios

familiares, aunque su marido se oponga y va a ayudarles, no las va dejar

tiradas.

Las tres buscan a un cura progresista para que las ayude en la

concientización de la población, para que sepan sobre los crímenes del

régimen, a estudiantes, trabajadores, madres, padres y hasta a algunos ricos,

lo mismo que contactar con otros religiosos, ya que es una necesidad de

todo el pueblo y la Iglesia puede hacer mucho contra Trujillo y el sacerdote

acepta denunciar que durante mucho tiempo, su pequeña isla ha sido

oprimida por el puño de hierro de un dictador, el cual ha procurado acabar

con la resistencia contra él y suprimido a quién hable de libertad, con base

en la inducción del miedo, la actuación de la violencia y la dominación,

aunque esta era está llegando a su final.

En transistores se escucha la noticia de que todo el pueblo dominicano

acabará uniéndose contra la tiranía del Rafael Leónidas Trujillo,

responsable de todos los crímenes políticos, que han destruido al país,

además de las torturas.


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Es un asunto no sólo de hombres sino también de las mujeres, que no

pueden permitir que sus hijos crezcan bajo tal absolutismo, por lo cual hay

que luchar en su contra, por lo cual hay que estar preparados para darlo

todo, hasta perder la vida si es necesario.

El ejército allana la granja y se las lleva a Minerva y Mate, quienes son

conducidas a la cárcel de mujeres, Manolo está crucificado, mientras

Minerva es interrogada y a Polo le aplican la picana; ella, en su celda,

evoca los ojos del padre, la voz de Lio, la risa de sus hijos, las manos de

Manolo, el Amor, la Justicia, alguien que le lleva la comida a la celda le

afirma que su familia está segura y bien, que el esposo está vivo; pero, está

siendo trasladado a otra prisión, no se sabe a dónde y le desea larga vida a

las Mariposas.

Y aparece entrecomillado:

Dentro de un lugar secreto en las casas inmensas,

los colchones dormidos en el pasado

el valle verde amargo visto de arriba

del vidrio escondido


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toda dolencia mojándose y quemándose

como una lámpara de aceita caída en la lluvia

la semejanza del perfume a una espada ácida,

las ciruelas en el camino…

Y reúnen de nuevo a las tres hermanas.

Minerva quiere estar sola; pero, aparece un hombre sobre un edificio, que

lleva en una mano, a modo de pancarta una mariposa, que el individuo

hace girar y la negra, que le ha dado la comida, le lleva un balde en el que

están las fotos de los niños y una carta en el que cuentan que el presidente

de Venezuela, Rómulo Betancourt ha presentado cargos en la OEA por una

atentado contra su vida, de parte del Gobierno Dominicano.

Al fin, pasa algo distinto.

La OEA revisa el trato que se está dando a los prisioneros y llevan a Mate

para preguntarle, que describa la celda, ella no ha visto torturar a nadie;

pero quisiera estar en su casa.


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Un militar llama a Minerva y María Teresa Mirabal, para verse con la

familia y la primera vuelve a casa, donde es muy acogida por su hermana,

quien se siente orgullosa de ella y sabe que todo mejorará; pero, no se

siente capaz de salir de su alcoba, le resulta demasiado esfuerzo, no resiste

el ruido, la luz, ni la vida misma.

La hermana le insiste que sido fuerte otras veces y necesitan traer a sus

maridos de vuelta.

Pero vuelve el ejército mientras el padre reparte la comunión, en la fila,

donde está Minerva, a quien el sacerdote dice:

- Larga vida para las mariposas.

Y otra gente las bendice.

A la salida de la iglesia, el capitán viene a darles noticias de que los

esposos de las Mirabal están sanos y salvo, que están siendo trasladados a

Puerto Plata, donde ellas podrán visitarlas con el beneplácito de Trujillo, a

quien podrán agradecer su generosidad allí mismo.


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Pero el dictador va hasta la granja y le promete a Minerva, quien solicita la

liberación de sus maridos, el Chivo promete acabar con sus problemas, se

llevan a las tres a un fortín militar donde están los esposos y Polo le

advierte, que siguen desapareciendo hombres; pero, al salir de la visita

carcelaria, vuelven al jeep, en el que han venido, cuando notan que los

sigue un automóvil rojo y las detiene una patrulla, que les ordena que se

bajen, las llevan por un cañaduzal, por barrizales e impotentes se abrazan

Patria, Minerva y María Teresa, mientras rezan salmos y son atacadas a

batacazos, mientras en vez de ellas aparecen unas mariposas de colores,

crimen que fue el golpe final para la caída del régimen de Rafael Leónidas

Trujillo, quien fue asesinado seis meses después.

Como epílogo sabemos, que varios de los hijos de las hermanas Mirabal

alcanzaron puestos importantes en los gobiernos de ulteriores gobiernos

democráticos de la República Dominicana, por lo cual el día de la muerte

de sus madres el 25 de noviembre, es observado en muchos países

latinoamericanos como el día Internacional contra la violencia hacia la

mujer.

Creo, Goyerito, que nada mejor me podías hacer conocer que esta historia

real, en tiempos donde nos amenazan de nuevo los fascismos y donde la

lucha contra la violencia contra la mujer, nos hace gritar:


34

https://www.google.es/search?

q=Ni+una+menos&client=opera&hs=ZSr&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjb3IqXvv3g

AhUG2xoKHW3RAiYQ_AUIDigB&biw=1164&bih=800#imgrc=R1LZdJmzuEa-0M:

Las hermanas Mirabal eran para mí seres desconocidos, por ese

desconocimiento que tenemos los latinoamericanos de la Historia de

nuestros países hermanos, los que han sufrido tremendas dictaduras, en las

que casi da asco mencionar a esos truhanes, que actúan como soberanos.
35

¡Cómo me gustaría acercarme a uno de los tantos monumentos realizados

para esas heroínas sin par, capaces con su muerte de hacer caer al tirano

Trujillo!

http://cpep.gob.do/plazas-patrioticas/plaza-hermanas-mirabal-heroinas-sin-igual-centro-de-los-heroes/
36

Hombre de la misma estirpe del Tirano Banderas, de mi querido don

Ramón del Valle-Inclán 5, que fuera precedida por Amalia en 1851, por
6
Amalia del escritor romántico argentino José Mármol sobre la dictadura

de Juan Manuel Rosas, de quien fuera víctima el propio escritor; para

continuar dicha tradición narrativa con El Señor Presidente 7, posterior

veinte años a la obra del gallego de Vilanova de Arousa, a quien voy a

visitar con frecuencia, pues ha sido para mí todo un descubrimiento en esta

tierra galaica, ya que Miguel Ángel Asturias la escribiría esa narración

sobre la naturaleza de la dictadura política en 1946, bajo una perspectiva un

tanto surrealista y ultraísta, que llevaría ulteriormente a lo real maravilloso

de Carpentier en El reino de este mundo 8 o al realismo mágico de nuestro

Gabito, como antesala del boom latinoamericano, aunque antes otro

colombiano Jorge Zalamea había escrito, en 1951, El gran Burundún

Buranda ha muerto, obra, que he oído mencionar; pero que desconozco,

que parece haber sido un eslabón importante para el desarrollo de la

novelística sobre dictadores, al ser una novela corta, que han llevado al

teatro y que influyera sobre nuestro querido Gabo, en la que se narra el


5

Valle-Inclán, R del. Tirano Banderas Espasa, Madrid, 2002, 288 pp.

6
Mármol, J. Amalia. Losada, Oviedo, 2016, 723 pp.

7
Asturias, M. A. El señor presidente. Alianza Editorial, Madrid, 2013, 408 pp.

8
Carpentier, A.. Mi reino es de este mundo. Seix Barral, Barcelona, 2015, 160 pp.
37

funeral del déspota tirano, cuyo cuerpo no está dentro del ataúd, porque lo

han substituido por un gran loro, un enorme loro voluminoso, hinchado,

envuelto en documentos, boletines, cartas, periódicos e informes,

almanaques y boletines oficiales. 9

Para luego seguir con La fiesta del rey Acab del chileno Ernirque

Lafourcade, escrita dos años antes de la caída de Trujillo, que parece

remitirse directamente a él. 10

Entonces viene, nuestro Carpentier, en 1974, con El recuso del método 11,

obra que tampoco he leído, donde hace una condensación de distintos

dictadores latinoamericanos, que es un tanto tragicómica, según dicen, bajo

la influencia de la figura de Henri-Christoph, rey de Haití, el cual motivó

nuestro diálogo.

Y Roa Bastos, desde Paraguay, ese mismo año, se lanza con esa especie de

Quijote latinoamericano, que es Yo, el Supremo 12, para hablarnos de José


9

Zalamea, J. El gran Burundún Burunda ha muerto. Asociación de la Prensa


Hispanoamericana, Madrid, 2007, 345 pp.

10
Lafourcade, E. La fiesta del rey Acab. Juventud, Barcelona, 1977, 260 pp.
11

Carpentier, A. El recurso del método. Alianza Editorial, Madrid, 2014, 444 pp.
12
38

Gaspar Rodríguez de Francia, con uso de documentos reales y relatos de

gentes, que lo conocieron personalmente, como un personaje bastante

contradictorio, con técnicas literarias muy novedosas, con discursos

diferentes, que está escrita no sólo en español sino en quechua, con

dicciones que la hacen más cercana a don Miguel de Cervantes y las

aventuras de su hidalgo, obra a la que tanto se ha comparado con él, Cien

años de soledad 13, que siendo magistral, no se asemeja tanto al manco de

Lepanto, ya que Roa Bastos no cae en maniqueísmos tan propios de la

novela sobre los dictadores, sino que describe toda la complejidad del alma

de ese absolutista.

Entonces, viene el Otoño del Patriarca 14, que te confieso que me ha dado

pereza leer desde el momento que supe que no tenía puntuación; pero el

personaje ficticio, que dura doscientos años parece que remite a Gustavo

Rojas Pinilla, quien no me pareció tan mal dictador, aunque saliera el 10 de

mayo de 1955, a hacer la V de la victoria, con mi familia y le mandara las

caricaturas de El Colombiano, a mi papá, que estaba aquí en España,

porque yo creo que peor fue ese dictador no declarado de Laureano Gómez,

Roa Bastos, A. Yo, el Supremo. 2ª ed., Cátedra, Madrid, 2005, 696 pp.

13
García Márquez, G. Cien años de soledad. Alfaguara, Madrid, 2017, 752 pp.

14
García Márquez, G. El otoño del patriarca. Debolsillo, Barcelona, 2014, 304 pp.
39

quien seguía paso a paso las andaduras de don Francisco Franco y

Bahamonde, según nos muestra esa excelente versión de la novela de

Gustavo Álvarez Gardeázabal, Cóndores no entierran todos los días. 15

Y ya, en la década de 1980, más concretamente Luisa Valenzuela, en 1983,

escribiría la Cola de la lagartija, para narrar sobre la relación hombre-

mujer durante los años del plomo argentinos, con Videla a bordo.

Y siguiendo con los argentinos, dos años después Tomás Eloy Martínez

escribiría La novela de Perón 16, mezcla de historia y ficción, para hacer un

relato íntimo de la vida de Juan Domingo, más allá de la biografía, para

hablar de su novela familiar, en términos freudianos, como una especie de

bildung-romanz.

García Márquez, a finales de la década de los ochenta, escribiría El general

en su laberinto, para hablarnos de Simón Bolívar, sin que sea el caraqueño

glorioso de la gesta libertadora, sino un Bolívar venido a menos tras la

noche septembrina, prematuramente envejecido, enfermo y agotado.17


15

Álvarez Gardeázabal, G. Cóndores no entierran todos los días. Destino, Bareclona,


1972, 148 pp.

16
Martínez, T.E. La novela de Perón. Alfaguara, Barcelona, 2003, 480 pp.
17
40

Y su rival Vargas Llosa iniciará el siglo XXI, con La fiesta del chivo 18,

que habla con intensidad dramática y escenas horripilantes los últimos años

del gobierno de Trujillo, allá en su República Dominicana, al ser

desfavorecido por los Estados Unidos de América por las violaciones a los

Derechos Humanos, cosa que está muy bien que nos pongamos a la tarea

de hacerlos respetar, cuando aún son tan vilipendiados, en tantas partes del

mundo.

Y entre ellas, me permitiría mencionar Los subtrerráneos de la libertad, de

Jorge Amado, de la que sólo pude leer el tercer tomo y me encantó al tratar

sobre el clima de terror de una dictadura brasileña, escrita al estilo del

realismo socialista en tiempos de Getulio Vargas, que estremece el

corazón, máxime en el momento, que la leí, cuando la guerra sucia de 1987

a 1992, cuando estaban masacrando a gentes comprometida con los

Derechos Humanos, como Héctor Abad Gómez, los partidarios de la Unión

Patriótica y uno sentía con la muerte en los talones.

García Márquez, G. El general en su laberitno. Debolsillo, Barcelona, 2014, 288 pp.


18

Vargas Llosa, M. La fiesta del Chivo. Alfaguara, Barcelona, 2018, 520 pp.
41

19
El tomo leído por mí, Luz en el túnel era toda una denuncia contra la

opresión del pueblo brasileño, escrita en la década del cincuenta, cuando se

dio la instauración del régimen fascista O Estado Novo; en él, Amado

mantiene una fe inquebrantable en los ideales populares contra la clase

dirigente, que podría ser útil a cualquier tiranía del mundo, un poco como

podemos ver en En el tiempo de las mariposas.

En tiempos de las mariposas, la tensión era permanente, entre esos flash-

backs y esos forward-flashs, que no tienen el efecto de hacerlo confundir a

uno como espectador, porque el recuerdo nos anima en medio del dolor de

la prisión en la que se haya Minerva y nos lleva a bonitas historias

familiares, a romances intensos; con una narración bastante contundente

sobre el comportamiento de los dictadores, una familia de granjeros, al

estilo de la de la familia Ingalls, en una vida casi idílica y pastoril, apartada

de la maldad imperante en el resto del país, en el que Trujillo comete las

más sangrientas atrocidades, donde vemos que la rebeldía de Minerva es

trófica, que le permite crecer, tener sus logros, así tenga que convertirse en

una heroína sacrificada por el bien de la gente; pero, que pasará a la

inmortalidad junto a sus hermanas María Teresa y Patria, en su anhelo de

libertad y todo empieza porque Minerva no tolera el abuso sexual del


19

Amado, J. Luz en el túnel en Subterráneos de la Libertad (t. III). Bruguera,


Barecelona, 1980, 490 pp.
42

dictador y juega con él como si fuera un juego con el demonio, que ella

gana, aunque finalmente le cobre su triunfo a un precio muy alto por su

rebeldía contra el régimen y contra su propio narcisismo absolutista.

En un mundo no tan lejano, a aquél en el que se toleraban tiranías como la

de Adolf Hitler, Joseph Stalin, Mussolini, el generalísimo Francisco

Franco, Salazar, con sus regímenes tan sangrientos, cuando se banalizaba el

mal, en una cinta con la buenísimas actuaciones, bajo la dirección del

catalán Mariano Barroso, en especial la de Salma Hayek y sus heroicas

hermanas y de los hombres, a quienes amaron, en un feminismo para nada

excluyente, en el que casi luchaban hombro a hombro como en aquella

estatua rusa, en el que hombres y mujeres trabajaban juntos codo con codo.
43

https://www.youtube.com/watch?v=quHnKgfwoB0

La valentía de Minerva es impresionante en su oposición a Trujillo, en

especial cuando se defiende del abuso sexual del lujurioso mandamás, en

una cinta que parece ser bastante fiel a la novela de Julia Álvarez y lo

mismo podríamos decir de sus hermanas, quienes tienen ahora un museo,

fundado por su hermana Dedé, quien se dedicó a la crianza de los hijos de

estas víctimas de la sangrienta dictadura, para homenajear a estas mujeres

valientes cuando aún, hoy en día, la violencia de género sigue siendo una

pandemia vergonzosa y se tiene que luchar contra toda discriminación

hacia la mujer, en una sociedad en la que impera el machismo, ya que si las


44

hermanas Mirabal siguieran vivas, esta es la hora en la que tendrían que

seguir luchando y mucho por la dignidad de la mujer, una lucha que nos

dejaron como legado.

Dedé será, quien en la novela de Julia Álvarez, sea que la se convierta en

narradora de estos novelizados hechos históricos en la era del régimen de

Trujillo en República Dominicana, que fueron tomadas por la autora de la

realidad histórica, quienes, a pesar de pertenecer a una clase media

campesina tuvieron que enfrentarse al dominio del tirano, mientras Julia

Álvarez nos recrea sus vidas, en pro del respeto moral, que movía a Dedé y

sus hermanas para no dejarse vilipendiar por las atrocidades del régimen.

El cautiverio y la prisión son uno de los tramos más apasionantes de la

novela, con olor y sabor a mujer, quien nos narra sus intimidades y

miserias, propias del género femenino, en la forma más extrema de las

situaciones; de donde el libro, tanto como la película, resultan cautivadores,

en el plano de la tragedia griega, que llevan esa mujeres leales, valientes,

amantes de su familia frente al Chivo de Vargas Llosa.

El hecho de saber que esos personajes son reales aporta mayor fortaleza a

esos personajes, luchadores contra ominosas dictaduras, con todo el paisaje

que generan, cuando un hombre lo único, que anhela es el Poder, con todo
45

el culto a la personalidad del que fue capaz, Trujillo como todos los

dictadores de general.

Era un sujeto promiscuo, que se acostaba hasta con las mujeres de sus

colaboradores a los que se los hacía saber, a quienes se ganó de enemigos y

persiguió con saña, como al resto de los opositores, a quienes mandaba a la

silla eléctrica hasta que la comunidad consideró válido acabar con el

dictador.

Su Poder era absolutista, sobre el cuál, Mario Vargas Llosa escribiría La

fiesta del Chivo, al narrarnos historias de un hombre tan narcisista, que

haría cambiarle hasta el nombre a la capital, Santo Domingo, por Ciudad

Trujillo, un hombre de orígenes humildes, que por parte de su madre eran

haitianos, lo que le generaba, según la escritora Luisa Navarro, un

complejo de inferioridad, que trató de superar con el reconocimiento de la

gente de la aristocracia, como un verdadero blanco, quien después de haber

sido cuatrero o ladrón de ganado, se convirtió en un ilustre militar, elegante

e impecable tanto con trajes civiles como con los militares, una

personalidad paranoide con grandes rasgos megalomaníacos, un narcisista,

con un yo grandioso, para ocultar su inseguridad básica, para constituirse

en un hombre calculador, con un plan maestro, que se apropiaría de toda la

industria del país.


46

Tenía un palacio a todo dar, mientras los compositores de merengues le

dedicaban elogiosas composiciones.

Pero no dejaría de tener oposición como hemos visto en la película, a

quienes perseguía y sometía a la tortura, que entre los sobrevivientes

generaría trastornos de estrés postraumátrico; pero que, gracias a la muerte

heroica de las hermanas Maribal se radicalizaría tanto el pueblo

dominicano para luchar contra Trujilo, como si hubiese sido el principio

del fin, tras una lucha denodada.

Washington apoyaría a los rebeldes en pro del tiranicidio, para liberarse de

él, en su propio coche, a los setenta y nueve años del Chivo, que fue

asesinado en la carretera; pero, el gobierno seguía la persecución, en una

orgía de sangre y muerte, apoyados por Ramphis, el hijo de una infedilidad

de su hijo, otro hombre promiscuo y superficial.

Ahora hay un museo de la resistencia, para que la historia no se repita,

aunque sigue siendo perseguido, porque el trujillismo sigue enraizado en la

sociedad dominicana, donde aún se vive el miedo.


47

Mario Vargas Llosa habla de la crueldad, la brutalidad y la corrupción de

Trujillo, como la de todas las dictaduras, ya que el escritor estuvo varios

meses en 1975 en ese país, quien piensa que se vale matar a un hombre,

que metió todo su sadismo sobre el pueblo; pero, considera su

documentada novela, más como una ficción novelesca libre, que como una

novela histórica o una biografía.

Su-Hee Kaang de la Universidad Nacional de Seúl, en Corea, introduce un

artículo con la frase las Mirabal no han muerto a pesar de haber sido

brutalmente asesinadas al convertirse en el símbolo de la lucha por la

libertad y el Estado de Derecho, muertas por el tirano Trujillo, para acabar

por su activismo en pro de dichos ideales, como testimonio de vida, como

heroínas nacionales, sin embargo, unas mujeres humanas, demasiado

humanas, que para nada pueden compararse con la mujer-maravilla, puesto

que son heroínas de carne y hueso, que pasan de ser niñas ingenuas a

mujeres influyentes, gracias a su madurez física y mental, a pesar de los

conflictos internos, que tienen que enfrentar, tras todo un proceso de

concienciación, de esos que tanto me gustan en el cine argentino, en cintas

como Las crónicas de una señora y Heroína de Raúl de la Torre, con esa

maravillosa actriz, que es, Gracielita Borges.


48

La experiencia carcelaria además ha escindido a Minerva, seguía siendo

compañera en la lucha; pero, por dentro, a pesar de lo idealizada que

estaba, se sentía rendida, mientras anhelaba ser una mujer del común, con

una vida segura, sin tener que sostener el mito, que se había creado en

torno a ella.

En el transcurso del tiempo, ocurre otra desmitificación, la del propio

Trujillo, visto por ellas de pequeñas, como un benefactor de la patria, para

descubrir al tirano oculto tras de sus estandartse; porque detrás de eso,

Virgilio, su primer amor, le ha ayudado muchísimo a la concienciación del

infierno, que había más allá de la idílica granja.

En la obra de Julia Álvarez se mezcla la ficción con la historia, sin ser

demasiado fiel al pasado histórico, porque se trata de una novela, que sirve

de base a la película, y como literatura ejerce funciones liberadoras,

catárticas, al estilo de la tragedia, con piedad y temor, como diría

Aristóteles en su retórica, algo en lo que la novelista coincide con Paul

Ricæur, aunque por ser novela histórica también nos acerque a lo que

pueda haber sucedido realmente y hacer a las protagonistas más humanas,

más de carne y hueso, que lo que hace la historia oficial, que las requiere

más idealizadas, hay una especie de relato interior, para que los personajes

mismos hagan su propia narración, con su poética, con su vida literaria,


49

más allá del hecho histórico en sí, ya que no se trata de hacer una biografía,

en una especie de reactualización de la memoria, que es algo que logra

bastante bien el director catalán en el filme, de tal manera que la

profundidad sea iluminada por esa historia interior, con lo que Ricæur

llama una identidad narrativa, por la singular manera de uno contar su

propia historia, como una relato efectivo, sin que la historia sea, del todo,

objetiva, donde cuenta muchísimo la subjetividad, que es la que nos hacer

verdaderamente humanos. 20

20

Kang, S-H. En el tiempo de las Mariposas: la (des)mitificación del héroe histórico.


Sincronía. Revista de Filosofía y Letras.
https://www.redalyc.org/html/5138/513851571012/

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