Lectura en Familia PDF
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1. INTRODUCCIÓN
Cualquiera que tenga experiencia en la tarea de fomentar el interés y el hábito lector
entre niños y jóvenes sabe que no existen fórmulas para lograrlo. Dice Antonio Mendoza
Fillola que la insistencia y la proliferación de actos para crear hábitos lectores es síntoma
inequívoco de las dificultades que ello entraña. 1
Estas dificultades evidencian que la afición por la lectura no se desarrolla necesaria-
mente como consecuencia de la estimulación externa (disponibilidad de libros, actividades
de animación, campañas de promoción, etc.), sino a partir de una disposición personal que
configura el ámbito de los gustos y aficiones de cada individuo. Esta constatación nos
advierte que los numerosos eventos lúdicos y multitudinarios de animación a la lectura,
actualmente tan de moda, son celebraciones culturales muy sanas y provechosas que pueden
promover la lectura ocasional, pero apenas sirven como soporte para el desarrollo de hábi-
tos lectores.
¿Significa esto que hemos de cruzarnos de brazo y no hacer nada para ofrecer a niños y
jóvenes la oportunidad de iniciarlos en el disfrute de la lectura y privarlos, en consecuencia,
de las fascinantes recompensas que esta actividad reporta? Ni mucho menos; la afición y los
gustos responden, por lo general, a las condiciones ambientales en las que se desarrollan las
vidas de las personas y se pueden fomentar creando las condiciones para ello.
Animar a leer, más que estrategias generales, precisa de una labor paciente, constante y
personalizada que vaya propiciando el contacto placentero entre el niño y los libros. Lo que
a continuación ofrecemos son caminos y sugerencias que ayuden a padres y educadores a
facilitar el acercamiento de los libros a los niños ya provocar una respuesta positiva de éstos.
Precisando más, nos proponemos presentar un marco de actuaciones que, tanto en la familia
como en la escuela, puedan crear el clima adecuado.
(1) Antonio Mendoza Fillola, Tú lector (Aspectos de la interacción texto-lector en el proceso de la lectura). Barce-
lona Octaedro, 1998, p. 40.
(2) Linda A. Meyer, "Home and School Influences on Leaming to Read in Kindergarden Through Second Grade"
in Fran Lehr and Jean Osbom (ed), Reading Language and Uterac)'. New Jersey, Lawrence Erbaum Associates,
1994, pp. 167-184.
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2. 1. Ofreciendo nn modelo a los hijos
Puesto que es en la familia donde se construyen las pautas básicas de la conducta de las
personas, es importante que los niños y niñas vean que en casa se tienen y se leen libros. Se
trata, según recomendación de la Asociación Internacional para la Lectura (AIL) de que los
padres y maestros presentemos un buen modelo a los niños, ya que, como dice Luis Landero,
el amor por la lectura no se enseFía sino que se contagia3 y resultaría bastante contradicto-
rio querer inculcar lo que no se practica. Antonio Gómez Yebra llega a afirmar que todo niño
que se convierte en lector de otrafonna es excepción. 4
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• Describir sus vestimentas y sus formas de vida.
• Charlar sobre lo que hacen o dicen.
• Identificación con algún personaje (Yo me pido ... ).
• En ocasiones, dibujar o colorear a un personaje.
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A los cinco o seis años es cuando el niño se inicia en el aprendizaje metódico de la lec-
tura. Normalmente este aprendizaje se realiza en la escuela siguiendo una metodología pla-
nificada, por lo que es aconsejable que en estos momentos la familia no interfiera con la
labor de los maestros intentando una enseñanza paralela. En todo caso, se continuaría pro-
porcionándole al niño experiencias gratificantes en relación con el lenguaje escrito. Un
recurso estimulante consiste en confeccionarle un carné de lector en donde figure su foto, el
título del libro, la fecha de finalización de la lectura, y una marca indicando si le ha gustado
mucho, regular o poco. (Apéndice núm. 1).
(6) José García Guerrero, "Leer en la escuela", en Cuadernos de Literatura infantil y Juvenil, núm., p. 8.
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responden a mínimas exigencias. En este cajón de sastre caben recortables, tebeos, cuentos
tradicionales, cuentos modernos, poesías, libros de adivinanzas, etc. Junto a libros de gran
calidad y belleza abundan otros carentes de imaginación, torpes o simplemente comerciales,
ya que, muchas veces, las editoriales, en su esfuerzo por vender, ofrecen productos que no
aportan nada valioso. 7
Para seleccionar libros y materiales de lectura interesantes recomendamos:
• Asesoramiento de libreros y bibliotecarios.
• Asesoramiento de compañeros maestros y maestras.
• Asesoramiento de equipos que trabajan en la animación a la lectura.
• Observación de las preferencias de los niños (panel de preferencias).
• Consulta en revistas especializadas.
Se tendrá en cuenta:
• Los aspectos externos (portada, formato, ilustraciones, tamaño de las letras).
• El nivel, los intereses, los gustos y la capacidad de comprensión de los niños.
• Aspectos textuales (estilo, vocabulario, dificultades del lenguaje).
• Temática y género (cuentos, poesía, aventuras, adivinanzas, etc.).
• Contenido (animales, viajes, monstruos, aventuras, miedo, etc.)
(7) Para seleccionar libros infantiles y juveniles con criterios de calidad se recomienda consultar los libros de Jaime
García Padrino, Libros y literatura para niños en la Espa/la contemporánea. Madrid, Fundación Germán Sán-
chez Ruipérez-Pirámide, 1992, y los de Teresa Colomer, Laformación del lector literario. Narrativa infantil y
juvenil actual. Fundación Germán Sánchez Ruipérez-Pirámide, 1998, e Introducción a la literatura infantil y
juvenil. Madrid, Síntesis, 1999.
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Las ilustraciones ya no ocupan un papel tan destacado, pero siguen siendo importantes
pues aportan datos y detalles que enriquecen la narración y facilitan la comprensión lectora.
Le interesan las historias más o menos reales, pero con un desarrollo lógico y unos per-
sonajes más o menos reales también, aunque creíbles, con los que pueda identificarse. Se
identifica plenamente con el protagonista (prefiere que sea un chico o chica de su edad), y
con su esfuerzo en la lucha por la vida y la supervivencia.
(8) Ver Rafael Rueda, La biblioteca de aula infantil. Madrid, Narcea, 1999. Y, del mismo autor, Bibliotecas esco-
lares. Madrid, Narcea, 1998.
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Organización
• Registro y catalogación de libros (por géneros o por materias).
• Colocación en estanterías y expositores (por géneros o materias).
• Control de préstamos a cargo de dos alumnos (rotativamente).
• Duración prudencial de los préstamos para casa.
• Carnet de lector (Véase Apéndice núm. 1).
• Panel de preferencias (Véase Apéndice núm. 2).
Actividades de apoyo
• Orientar a los alumnos sobre libros y lecturas.
• Elaboración de una lista de los mejores libros del mes (según el panel).
• Presentación a cargo de un niño de un libro nuevo.
• Conocer mejor a un autor.
• Invitar a un bibliotecario a que nos hable sobre algunos libros.
• Escenificar un libro leído.
• Invitar a un familiar a contar un cuento.
• Visitar una biblioteca.
• Ver alguna película basada en un libro infantil.
• Si es posible, invitar a un autor o ilustrador.
• Elaboración de viñetas, carteles, dibujos, etc., inspirados en las lecturas.
• Elaboración de poemas murales.
• Tareas de escritura creativa.
• Realizar actividades con los cuentos y con la poesía.
4. LA ANIMACIÓN A LA LECTURA
Según el Diccionario de la RAE, animar significa infundir ánimo, vigor, dar vida. Por
tanto, animación a la lectura quiere decir infundir y trasmitir gusto por la lectura.
Hoy en día se ha puesto muy de moda organizar actividades lúdicas y actos culturales
con el libro como disculpa. Estos eventos ocasionales tienen por finalidad la creación de un
clima festivo en torno al libro, pero no hay que esperar de ellos ninguna influencia durade-
ra en la formación de buenos lectores. Si lo que pretendemos es inculcar el interés por los
libros y desarrollar hábitos de lectura, se necesita constancia, un ambiente social propicio y
una infraestructura básica.
En el Apéndice núm. 3 se presenta un esquema detallado de finalidades, recursos y
actuaciones de un programa sostenido de animación a la lectura, en el que los pilares funda-
mentales son los maestros y las bibliotecas.
El papel del maestro animador consistirá básicamente en:
• Analizar la situación de partida (recursos, contexto sociocultural, etc.).
• Conocer los hábitos y gustos lectores de sus alumnos.
• Seleccionar buenos textos para la animación.
• Utilizar técnicas lúdicas.
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o Facilitar el acceso a los libros.
o Implicar a las familias.
o Leer con frecuencia a los alumnos.
En cuanto a las actividades de animación:
o Han de mantenerse dentro de unos límites para no acabar convirtiéndose en un mero
espectáculo carente de significado.
o El animador debe construir sus propuestas a partir del libro.
o El camino hacia el libro ha de ser lo más directo posible, sin perderse en vericuetos.
o Los medios utilizados pueden ser muy diversos (la palabra, la plástica, el comentario
sobre las ilustraciones, la dramatización, audiovisuales, etc.).
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APÉNDICE NÚM. 1
CARNET DE LECTOR
Nombre: ____________
EJ Edad:
Curso:
Colegio:
LIBROS LEÍDOS
© @ ®
APÉNDICE NÚM. 2
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APÉNDICE NÚM. 3
PRETENDE
~
! . PARA ¿DONDE? ¿A QUIENES? RECURSOS
~ 1/
¿CÓMO?
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