Trauma Antropológico

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Bone trauma analysis in a forensic setting.

In: Forensic Anthropology - The difficult task of assessing perimortem and


postmortem fractures on the skeleton: a blind text on 210 fractures of known origin, Pamela Monserrat Pichardo Martínez,
315220513, lectura 23, 20 de abril 2020.

Boyd y Boyd (2011) declararon que la teoría de alto nivel es más amplia y abstracta; la teoría de rango medio implica relacionar
las observaciones forenses con las diferentes fuerzas responsables de ellas; y la teoría metodológica o de bajo nivel está
compuesta por teorías de recuperación, analíticas e inferenciales. Independientemente de la forma, la teoría se crea a través
de tres líneas de razonamiento lógico: abductivo, deductivo e inductivo.

La suposición fundamental en el análisis del trauma óseo es la no aleatoriedad de la configuración de la fractura o, más
específicamente, el comportamiento de la fractura; Un defecto circular con un bisel interno se asoció con heridas de entrada
por arma de fuego, que podrían confirmarse mediante simples experimentos. Se observaron espolones de ruptura en el hueso
tubular en la autopsia, y los experimentos encontraron que siempre ocurren en el lado de compresión del hueso.

La base teórica para el análisis del trauma óseo en un entorno forense se puede explorar mejor mediante un examen de la
teoría fundacional, interpretativa y metodológica. Lo importante a tener en cuenta es que la fractura se iniciará en tensión en
la superficie superior del hueso y no se formará en la superficie inferior. Fractura en cuestión terminado en una fractura
preexistente. Cualquier fractura que se inicie en la fractura preexistente como resultado de la descarga de energía de la
fractura de terminación es una fractura nueva, no una continuación de la anterior. Las fracturas que terminan en fracturas
preexistentes dan como resultado la configuración familiar de fractura en forma de T que permite la secuenciación de
múltiples heridas de bala o múltiples traumatismos cerrados.

Tríada de evaluación de fracturas se compone de (i) comportamiento de fractura (principios de tensión y cizallamiento forman
la base para la evaluación), (ii) propiedades intrínsecas y (iii) circunstancias extrínsecas, que representan la totalidad de
información necesaria para evaluar el trauma óseo. Si se conocen dos de las tres áreas de la tríada, se puede usar el
razonamiento deductivo para determinar la tercera.

Los antropólogos solo pueden confiar en las características macroscópicas y morfológicas para distinguir entre perimortalidad
y posmortalidad. Ubelaker y Adams notaron la formación de hechos de mariposas, típicamente considerado distintivo de
las lesiones perimortem, hasta 1 año después de la muerte también. Sin embargo, la fiabilidad real de estos parámetros nunca
se ha probado a gran escala y en material conocido.

Dos antropólogos forenses se sometieron a una prueba discriminatoria de lesiones perimortem versus postmortem en
esqueletos, que habían estado enterrados durante 20 años y luego exhumados. La disponibilidad de los informes de autopsia
proporcionó el control positivo, revelando la presencia o ausencia de lesiones perimortem y su ubicación precisa. Tres de
estos sujetos murieron por muertes traumáticas en accidentes de tráfico, y el cuarto (muerte natural) fue seleccionado como
control negativo.

Los resultados del análisis osteológico muestran la mayor tasa de éxito de ambos observadores en la identificación correcta
de fracturas post mortem, con porcentajes de identificación correcta en promedio de 77.3%; para fracturas perimortem, las
evaluaciones correctas caen a un porcentaje de 69.4%, con diferencias parciales entre los observadores A y B (61.1% y 75.9%,
respectivamente) y entre las dos pruebas (tiempo 1 y tiempo 2) del mismo observador. Del mismo modo, las interpretaciones
incorrectas para las fracturas perimortem son más altas (22.2%) que para las fracturas post mortem (10.4%).

El traumatismo por fuerza roma perimortem basa en características macro morfológicas de la fractura, como el patrón de
rotura o el tipo de margen. Sin embargo, una distinción correcta entre fracturas perimortem o postmortem no siempre es fácil
de realizar.

La erosión y las modificaciones ambientales pueden alterar severamente las características perimortem de los márgenes
fracturados, haciéndolos más similares a las fracturas post mortem. El mayor número de errores se notó cuando el observador
tuvo que evaluar el hueso trabecular (principalmente huesos de la pelvis).

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