El Biomagnetismo Médico
El Biomagnetismo Médico
El Biomagnetismo Médico
Isaac Goiz - médico cirujano- trabajó en la década de los 70 del pasado siglo XX
en el Instituto Nacional de Neumología de México y es autor de E l Sida es curable
(1993) -libro en el que aporta su punto de vista sobre cómo el biomagnetismo
puede detectar y destruir el VIH- y de El fenómeno tumoral (2004)-publicado por la
Universidad de Loja (Ecuador) sobre el origen del cáncer y la participación de
múltiples agentes patógenos en su desarrollo: toxinas, parásitos, hongos, bacterias
y virus, entre otros. Y su presencia en España para impartir el curso que impartió
en Madrid en noviembre pasado dirigido a médicos y otros profesionales de la
salud sobre su teoría del Biomagnetismo Médico y la práctica del tratamiento del
Par Biomagnético vuelve a situarnos -una vez más- ante el dilema del significado
real del término evidencia aplicado a la Medicina. Porque, ¿evidencia no es la
suma de resultados clínicos -es decir, de las curaciones o mejoras logradas- aún
cuando la teoría en la que se apoya el tratamiento esté aún sometida a discusión
en lugar del cumplimiento de protocolos paliativos normalmente basados en
fármacos cuyos mecanismos de acción muchas veces ni siquiera se conocen y
donde los resultados -de mejoría o curación- son casi siempre escasos o nulos?.
"El tratamiento con el Par Biomagnético, el Biomagnetismo Médico -nos diría Goiz
en Madrid- tiene cuatro defectos. Primero, que apenas cuesta dinero; y eso es
gravísimo. Segundo, que cura. Tercero, que lo puede aprender cualquier persona,
no solamente médicos. Y cuarto, que lo descubrió un mexicano. Sin embargo,
llevamos trabajando con ello 20 años, hemos dado 82 cursos por todo el mundo y
han asistido a ellos unos 5.300 alumnos. Por lo que a Europa se refiere en
Alemania, Italia y ahora España; en cuanto al continente americano en Estados
Unidos solemos darlos en Nueva York pero también los hemos impartido en
Ecuador y Chile además de en todo México, obviamente. Mis colegas médicos
empiezan por fin a admitir el método porque los resultados están ahí. De hecho en
México la mitad de los alumnos son ya médicos y la otra mitad terapeutas.
Médicos que cuando trabajan con nuestro método inmediatamente lo avalan. Los
que no lo avalan son las autoridades sanitarias ni los médicos más ortodoxos".
Los elementos fundamentales sobre los que se basa el tratamiento del par
biomagnético son el pH del organismo, el papel que juegan en él los
microorganismos en la aparición de enfermedades, la existencia de una serie de
puntos energéticos en el cuerpo que están relacionados entre sí -como los dos
polos de una pila- y el uso de campos magnéticos provocados por imanes de una
potencia superior a 1.000 gauss.
Como en su día explicamos cada órgano y tejido del organismo tiene un grado de
acidez o alcalinidad. Y el pH global del mismo se sabe midiendo la concentración
de hidrógeno -es decir, el potencial de hidrógeno, lo que abreviadamente
conocemos como pH- en saliva, orina o sangre. Se trata de un dato útil porque la
mayoría de las personas enfermas tienen un exceso de iones electropositivos
(toxinas, radicales libres...) que acidifican las células, los órganos, la sangre y las
secreciones. Pues bien, el pH de una persona sana es de 7.35, es decir,
ligeramente alcalino (se considera neutro un pH de 7). Sin embargo, la mayor parte
de las personas enfermas tienen un pH que oscila entre 6.0 y 7.0 (de ácido a
neutro). Y cuanto más enferma se encuentra más ácido suele ser su pH. Por eso
las personas con cáncer terminal o metástasis masiva tienen por lo general un pH
muy ácido (entre 5.5 y 6.0) y cada vez más investigadores apuntan que en realidad
la acidificación orgánica es la auténtica raíz de todas las enfermedades.
Hecha esta introducción explicaremos que, convencido también de que eso es así,
Goiz comenzó a valorar hace ahora 20 años las teorías de Richard Broeringmeyer
sobre la validez de las terapias energéticas, su Terapia Polar y la importancia del
pH en la salud. Éste había descubierto que los campos magnéticos permiten
descubrir el pH interno de los órganos mediante unos sencillos tests musculares
de Kinesiología que se basan en el principio de respuesta muscular inteligente
descubierto por el Dr. George Goodheart en los años sesenta. Es decir, el test
-que es el que usa hoy el Dr. Goiz y sus discípulos- permite conocer el estado de
acidificación de cualquier parte del organismo con un simple imán de potencia
suficiente. Basta colocarlo en la parte derecha del cuerpo e ir desplazándolo
lentamente por encima porque cuando debajo hay una zona ácida la pierna
derecha se encoge instintivamente uno o más centímetros. Y, por el contrario, si lo
que hay es una zona demasiado alcalina la pierna se alarga.
Cabe agregar que si una persona padece varias patologías los imanes deberán
colocarse en cada uno de los pares detectados. De veinte a treinta minutos por
sesión son suficientes. Y si bien muchas veces basta con una sesión otras
requieren tres o cuatro. Claro que aunque todo parece muy simple lo cierto es que
hay que saber dónde se halla cada par, cuál es el polo positivo y cuál el negativo
en cada uno de ellos y qué microorganismos hay en ellos relacionados con cada
patología.
IMANES Y PH
A los médicos -a pesar de que Goiz lo es-todo esto les parece inconcebible y por
eso la mayoría lo rechaza. Claro que nadie les ha hablado jamás de ello. Es más,
choca con todo lo que les han enseñado y han aprendido. Bueno, no todos. Los
pocos que se han molestado en estudiarlo -y, sobre todo, en conocer los
resultados- tienen ya otra opinión.
-Como una disciplina médica nueva. Sí, podría decirse que es una nueva medicina
porque nos permite entender la enfermedad desde el punto de vista energético,
vibracional, ya no químico, ya no clínico, ya no biológico. Nosotros, como seres
vivos, al igual que las plantas o los animales que nos rodean, tenemos un pH que
se acerca a lo neutro. El pH define lo que es ácido, alcalino o neutro en los
organismos. Pues bien, hay fenómenos que alteran ese pH y conducen los
órganos hacia la acidez o hacia la alcalinidad. Una alteración que puede llevar a la
enfermedad. Luego, con el tiempo, entendí que al igual que todo en el universo la
dualidad está presente en el cuerpo y descubrí los pares biomagnéticos, su
relación con la acidificación y los microorganismos patógenos, cuáles están
implicados en cada patología y cómo resolver el problema. Nacería así el Par
Biomagnético del que sé que ya han hablado en su revista. El problema es que mis
colegas médicos son muy ortodoxos y no aceptan que un campo magnético pueda
curar. Solo que en realidad tienen razón ya que no es el campo magnético el que
cura sino la corrección con imanes del pH alterado.
-Lo primero que llama la atención viéndole trabajar es la forma de testar los puntos
afectados en el paciente. ¿Por qué la pierna se acorta o se alarga reaccionando
tanto al imán como a las palabras cuando pronuncia en voz alta los pares
biomagnéticos?
-La acidez orgánica y el aumento del pH puede tener múltiples orígenes, desde lo
que comemos o bebemos a la incapacidad metabólica para eliminar los residuos
tóxicos de nuestro interior. ¿Es la acidez el caldo de cultivo de los
microorganismos causantes de las enfermedades?
-Las toxinas, los metales pesados, las radiaciones electromagnéticas de las torres
de alta tensión y los transformadores, las antenas de televisión y hasta un simple
móvil al igual que cualquiera de los aparatos eléctricos que nos rodean contribuyen
a modificar nuestro pH. Pueden pues favorecer o agravar el problema pero a mi
juicio no determinan la presencia de las bacterias y virus. Bacterias que necesitan
un medio alcalino para sobrevivir lo mismo que los virus contribuir pero pienso que
no son determinantes.
Quizás lo más difícil de entender es la relación que usted establece entre los
distintos pares y los microorganismos patógenos: virus, bacterias, hongos y
parásitos.
-¿Cada patología se corresponde con un par o hay varios pares para una
patología?
CÁNCER Y SIDA
-Hemos descubierto que en todos los casos de cáncer primero existe algún virus
que lastima la membrana de alguna célula, luego aparecen bacterias que
introducen en su citoplasma toxinas con lo que ésta crece y, finalmente, aparece el
bacilo Mycobacterium leprae que a través de la liprosina llega hasta el núcleo, lo
revienta y da comienzo así a lo que conocemos como cáncer. Luego sólo en tales
casos puede hablarse de cáncer. A mi juicio pues el 97% de lo que se diagnostica
como cáncer no lo es. Suele tratarse de simples abscesos que aparecen cuando
se infecta un área de tejido y el sistema inmunitario trata de combatirlo. Los
glóbulos blancos se mueven a través de las paredes de los vasos sanguíneos
hasta el área de la infección y se acumulan dentro del tejido dañado, proceso
durante el cual se forma pus que no es sino una acumulación de líquidos, glóbulos
blancos vivos y muertos, tejido muerto, bacterias y otras sustancias. Abscesos que
pueden formarse casi en cualquier parte del cuerpo y cuya causa son
microorganismos infecciosos y sustancias ajenas al organismo. Y como abscesos
se curan. Es verdad que a veces aparece la denominada masa tumoral pero se
trata de un fenómeno secundario. Además sabemos que si logramos eliminar los
patógenos desaparece el tumor. Y lo grave es que se están diagnosticando
muchos casos de cáncer que no son sino abscesos y envenenando a esas
personas con radiaciones y fármacos enormemente tóxicos.
-Y lo que usted denomina cáncer auténtico, ¿tiene tratamiento con los pares?
-Se cura también pero es otra asociación más morbosa. Para empezar, como digo,
tiene que estar presente el bacilo de la lepra; si no, no hay cáncer. Por otra parte,
cada tipo de tumor tiene una variedad diferente de bacterias y virus que varían de
una persona a otra. Y efectivamente se pueden abordar con los pares. Lo increíble
es que se curan. Este año, hasta el 11 de octubre, llevo tratados 192 casos de
cáncer. Y todos ellos se han curado. Con el diagnóstico de cáncer de sus médicos,
no hecho por mí. Ahora bien, ninguno se había sometido a quimioterapia ni había
sido radiado. Fruto de mi experiencia con el cáncer escribí de hecho una tesis
titulada El fenómeno tumoral en la Universidad Nacional de Loja de Ecuador
porque un grupo de médicos que vino a uno de mis cursos hace seis o siete años
me invitó a hacerlo. En suma, no solamente se cura el cáncer, se curan los
abscesos, las displasias y todos los fenómenos pre y postumorales.
-El Sida es curable con el tratamiento del Par Biomagnético adecuado: el timo-
recto. Es cierto que el VIH es un virus patógeno. Se aloja en el recto -por eso no lo
han encontrado- pero no destruye los linfocitos T. La culpa es de una bacteria que
resuena con el virus. Mire, tal vez ésta haya sido mi mayor aportación: descubrir
que siempre que hay un virus hay una bacteria que le hace el juego, que le fabrica
la mucoproteína que le convierte en patógeno. Los virus siempre han existido. Son
partículas de ADN que requieren simplemente que se les adhiera una
mucoproteína para convertirse en un patógeno. Y esa mucoproteína la fabrica una
bacteria que en el caso del VIH se llama Esqueriquia Colli y que se aloja en el timo
degenerándolo. No es que por eso deje de fabricar linfocitos T-de eso encarga
cuando somos pequeños- porque cuando somos adultos ya no lo hace. Lo que
provoca es que deje de ordenar su producción a los ganglios y otras estructuras.
En suma, no destruye el timo pero impide que éste induzca la producción de
linfocitos T.
-Le volvemos a curar. Mire, cuando un médico extirpa un tumor o un órgano deja
ahí la información. Y por tanto puede regresar la enfermedad. Pero si quitamos la
información que está produciendo un tumor éste ya no regresa. Verá, la medicina
alopática diagnostica atendiendo a los síntomas: dónde duele, cuánto, desde
cuándo... Y a partir de ahí diagnostica: es una colitis, una rinitis, una dermatitis,
etc., o un tumor. Pero no sabe decirte por qué. Yo explico el porqué, el cómo y el
cuándo. En una patología simple o cuando aparece un tumor. Y actúo sobre la
causa. Si alguien tiene una bronquitis le explico que se debe a un neumococo o a
un enterobacter. Si tiene una pancreatitis que tienen el adenovirus 36. Y así
sucesivamente. Identificamos el origen de esa pancreatitis, de esa psoriasis, de
esa diabetes, de ese reumatismo que padece el enfermo que viene a nosotros... y
luego eliminamos la causa.
Solo nos resta decir que las caras de satisfacción de los asistentes el curso del Dr.
Goiz eran significativas. Se les veía claramente satisfechos. Uno de ellos, el doctor
Santiago de la Rosa -presidente de la Comisión de Médicos Naturistas del Colegio
Oficial de Médicos de Madrid y miembro del Consejo Asesor de Discovery
DSALUD- fue muy explícito: " Es realmente sorprendente -nos diría-. Eficaz, útil,
sencillo de aprender, fácilmente constatable... Y encima sin potenciales efectos
secundarios negativos ni contraindicaciones. Ni siquiera hay que depender de
sofisticado aparato alguno. Basta algo de destreza para localizar en el paciente los
polos magnéticos y aplicar los imanes. El Biomagnetismo me parece muy
interesante. Especialmente teniendo en cuenta la casuística clínica presentada
durante el curso por el doctor Goiz. Pienso sin duda incorporarlo a mi práctica
médica. Aunque de momento seguiré usando igualmente la Acupuntura, la
Homeopatía, la Dietética, la Fitoterapia, la Nutrición Ortomolecular, la
Biorresonancia y otras técnicas no convencionales porque todas ellas son
complementarias y me permiten, por sus propias características, atender las
máximas del naturismo médico: Primun Non Nocere -ante todo no hacer daño- y
Vis Natura Medicatrix -ir siempre a favor de la naturaleza".